El Peruano
68 CASACIÓN
según las normas vigentes al tiempo del contrato. Los términos
contractuales no pueden ser modificados por leyes u otras
disposiciones de cualquier clase”(sic), ha originado que se
desconozca el contrato suscrito por su parte con Cerper a pesar
que la demandada no ha negado la existencia del contrato suscrito
con ella. b) Vulneración al principio de tipicidad y del derecho
al debido proceso, señala que el Ministerio de la Producción
contradictoriamente a su propia sanción, ha expedido el Oficio Nº
302-2016-PRODUCE/DVPA de fecha veintisiete de abril del dos mil
dieciséis que contiene el Memorando Nº 705-2016-PRODUCE/
DGS de fecha dieciocho de abril del dos mil dieciséis, el Informe Nº
006-2016-PRODUCE/DGSF-dchang-ddafieno de fecha dieciocho
de abril del dos mil dieciséis, el Memorando Nº 00900-2016 de
fecha veinte de abril del dos mil dieciséis, el Informe Nº
061-2016-PRODUCE/OGAJ-mburstein y el Memorando Nº
3612-2016-PRODUCE/DGS, alegando que el Ministerio de la
Producción a través del Informe 006-2016-PRODUCE/DGSF-
dchang-ddafieno ha indicado que el artículo 7 del Reglamento de
Inspecciones y sanciones pesqueras, aprobado por el Decreto
Supremo Nº 016-2007-PRODUCE, indica el procedimiento a seguir
en caso de negativa del encargado de autorizar el ingreso al
Establecimiento Industrial Pesquero, esto quiere decir que parte de
lo que debe ser consignado en el Reporte de Ocurrencia es la
identidad de la persona que negó el ingreso del inspector, solo de
esta manera se habría cumplido el tipo infractor, indica que en los
reportes de ocurrencias Nºs 101-018, 000124, 000127, Nº 000141,
000156, 000157 y 000165, se debió consignar en el rubro
intervenido, a la persona quien directamente atendió al inspector
de Cerper, que para el caso presente se trata del agente de
seguridad. Siendo él (agente de seguridad) el intervenido, por lo
tanto, es quien debe aparecer como la persona que se negó a
firmar el Reporte de Ocurrencia, por lo tanto, el reporte no tiene
valor probatorio, por que la persona que habría negado el ingreso
del inspector no coincide con la persona intervenida. Adiciona que
el Decreto Supremo Nº 011-2011-PRODUCE, publicado el veintidós
de julio del dos mil once, modificó el código 26 del Cuadro de
Sanciones al Reglamento, Inspecciones y Sanciones Pesqueras y
Acuícolas – Sispac, aprobado por Decreto Supremo Nº
016-2007-PRODUCE, publicado el cuatro de agosto de dos mil
siete, quedando establecido que el “quantum” de la sanción por
impedir y obstaculizar las labores de inspección, en el caso de un
EIP que no está procesando, consiste en una multa de 5 UIT; y, en
el caso de un EIP que se dedica a la elaboración de productos para
CHD (Consumo Humano Directo), la multa es de 2 UIT con
suspensión de quince días efectivos de procesamiento; señala que
se puede verificar que en los reportes de ocurrencia obrantes en el
expediente administrativo de Produce, que originaron las
resoluciones administrativas materia del presente proceso, no se
consignó si su establecimiento industrial pesquero estaba o no
procesando al momento en que habría ocurrido la supuesta
infracción, lo cual, representa un elemento necesario para poder
determinar y motivar debidamente la sanción que supuestamente
podría corresponder, por lo tanto, las resoluciones administrativas
materia del presente proceso contienen vicios insalvables que
acarrea su nulidad. Noveno: Respecto a las causales descritas en
los literales a) y b), corresponde señalar que, el recurso así
sustentado en cuanto a la fundamentación expuesta por la parte
recurrente en su escrito de casación, no puede resultar viable en
esta sede, ya que de su propio sustento, se advierte que lo que en
el fondo pretende es un nuevo pronunciamiento en sede casatoria
de los hechos establecidos por las instancias de mérito; lo cual no
es posible de revisión, en tanto que la misma no es una tercera
instancia; más aún cuando se han fundamentado debidamente las
razones fácticas, y jurídicas, con la correspondiente valoración de
las pruebas esenciales que determinan su decisión de no amparar
la demanda, al señalar que “la empresa actora en sus descargos,
pretende desvirtuar la infracción imputada, alegando que la
ampliación de la vigencia del Contrato de Prestación de Servicios
de Vigilancia y Control de la Pesca y Desembarque en el Ámbito
Marítimo, que fue aprobado por la Resolución Ministerial Nº
104-2011-PRODUCE, y suscrito con las empresas suscriptoras del
Programa de Vigilancia y Control de la Pesca y Desembarque en el
ámbito marítimo y los establecimientos industriales pesqueros,
fueron firmados por particulares, sin la participación directa del
Ministerio de la Producción; por lo que no correspondería que los
mismos sean modificados en ningún extremo por partes ajenas a
las intervinientes en el mismo, lo cual carece de asidero, toda vez
que, teniendo la actividad pesquera la calidad de interés nacional
conforme al artículo 2º de la acotada Ley General de Pesca, el
Estado se encuentra facultado para ampliarlo como en el presente
caso, ya que es el encargado de regular el manejo integral y la
explotación racional de los recursos hidrobiológicos (para lo cual el
Ministerio de la Producción el 22 de abril de 2008 suscribió un
convenio con la empresa CERPER para la ejecución del Programa
de Vigilancia y Control de la Pesca y el Desembarque en el ámbito
Marítimo), y por ende la obligación legal que tiene la empresa
actora con el Estado prima respecto de la obligación contractual
que pudiere tener con CERPER quedando solo ésta dentro del
ámbito estrictamente privado, con cual queda desvirtuado la
declaración del administrado”. Asimismo, respecto a la correcta
aplicación de la sanción, la Sala Superior argumenta que “cabe
Martes 2 de julio de 2019
precisar que la sanción fue impuesta en aplicación de lo prescrito
en el artículo 47º del RISPAC, en el cual se califica como grave la
infracción tipificada en el inciso 26 del artículo 134º del Decreto
Supremo Nº 012-2001-PE, modificado por Decreto Supremo Nº
015-2007-PRODUCE, con lo cual no se estaría vulnerando el
principio de la potestad sancionadora que precisa la administrada;
quedando de esta manera demostrado que incurrió en la comisión
de la infracción aludida (...). A mayor argumentación, si el aludido
contrato fue celebrado en virtud de la actividad pesquera que
realiza, las acciones inopinadas proceden aún si los
establecimientos no se encuentran operando, siendo obligación de
los administrados facilitar las labores del inspector conforme lo
dispone el artículo 4º del mencionado Decreto Supremo Nº
016-2007-PRODUCE”; y en cuanto a las demás alegaciones indica
que “Respecto a los argumentos de la apelación, distintos a los que
fueron expresados en el transcurso del procedimiento
administrativo, no pueden ser materia de pronunciamiento en esta
instancia, pues conforme lo alude el artículo 30º del TUO de la Ley
Nº 27584, en el proceso contencioso administrativo, la actividad
probatoria se restringe a las actuaciones recogidas en el
procedimiento administrativo, por lo que no corresponde realizarse
un pronunciamiento respecto de las demás argumentaciones de la
apelación, y que fueron expresadas también en la demanda”; en tal
sentido, como ha sostenido ésta Corte Suprema en reiteradas
ocasiones, vía recurso de casación no es posible volver a revisar
los hechos establecidos en las instancias de mérito, puesto que tal
pretensión colisionaría frontalmente con la naturaleza y fines del
recurso extraordinario de casación. Siendo así, corresponde
declarar improcedentes las causales invocadas. Décimo:
Finalmente, en cuanto a la exigencia prevista en el inciso 4) del
artículo 388º del Código Procesal Civil, se infiere que el pedido
casatorio de la recurrente es anulatorio y revocatorio1, ello no es
suficiente para atender el recurso de casación, en mérito a lo
dispuesto en el artículo 392 del Código Procesal Civil, modificado
por la Ley Nº 29364. Por las razones expuestas, de conformidad
con el artículo 392 del Código Procesal Civil, modificado por la Ley
Nº 29364, declararon: IMPROCEDENTE el recurso de casación
interpuesto por la empresa Pesquera Ribaudo Sociedad
Anónima de fecha treinta y uno de enero de dos mil dieciocho,
obrante a fojas cuatrocientos treinta y ocho, contra la sentencia de
vista contenida en la resolución número seis de fecha veinte de
diciembre de dos mil diecisiete, obrante a fojas trescientos y cinco;
en los seguidos por la parte recurrente contra el Ministerio de la
Producción, sobre Acción Contenciosa Administrativa;
DISPUSIERON publicar la presente resolución en el Diario Oficial
“El Peruano” conforme a ley; y los devolvieron. Interviniendo
como Ponente el señor Juez Supremo Toledo Toribio.- SS.
PARIONA PASTRANA, VINATEA MEDINA, WONG ABAD,
TOLEDO TORIBIO, BUSTAMANTE ZEGARRA
1
Conforme lo señala en su recurso de casación a fojas 438 del expediente principal.
C-1780335-16
CASACIÓN Nº 19682-2016 LIMA NORTE
Materia: CONCESIONES MINERAS NO METÁLICAS
Si bien el artículo 2 de la Ley Nº 27015 regulaba la posibilidad de
otorgar concesiones mineras no metálicas en áreas de expansión
urbana, ello debía ser necesariamente autorizado mediante
resolución suprema y previa opinión favorable de la municipalidad
distrital y provincial, lo cual en el presente caso no ocurrió, pues
la Municipalidad Metropolitana de Lima a través de su Ordenanza
Nº 302 negó expresamente toda autorización por parte de la
Municipalidad Distrital de Puente Piedra para el funcionamiento de
concesiones mineras no metálicas.
Base Legal: artículo 2 de la Ley Nº 27015 y artículo 20 de la
Ordenanza Nº 302.
Lima, cuatro de abril de dos mil dieciocho.
LA TERCERA SALA DE DERECHO CONSTITUCIONAL Y
SOCIAL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPUBLICA: VISTA, con el acompañado, en Audiencia
Pública llevada a cabo en la fecha, integrada por los Señores
Jueces Supremos: Pariona Pastrana – Presidente, Arias Lazarte,
Vinatea Medina, Toledo Toribio y Cartolin Pastor; de conformidad
con el Dictamen Fiscal Supremo; producida la votación con arreglo
a la Ley, se ha emitido la siguiente sentencia: I. MATERIA DEL
RECURSO DE CASACIÓN: En el presente proceso de
impugnación de resolución administrativa, es objeto de
pronunciamiento el recurso de casación interpuesto por Lázaro
Cordero Limaco, por derecho propio y en representación de la
Sociedad Minera de Responsabilidad Limitada Esperanza Dos
de Lima, de fecha veinticuatro de noviembre de dos mil dieciséis,
obrante a fojas veintiuno del presente cuaderno, contra la sentencia
de vista de fecha veinte de julio de dos mil dieciséis, obrante a fojas
setecientos veintiocho, que confirmó la sentencia apelada de
fecha cuatro de diciembre de dos mil quince, obrante a fojas
seiscientos veintinueve, que declaró infundada la demanda. II.
FUNDAMENTOS POR LOS CUALES SE HA DECLARADO
PROCEDENTE EL RECURSO: Esta Sala Suprema mediante siete
El Peruano
Martes 2 de julio de 2019 CASACIÓN
de abril de dos mil diecisiete, obrante a fojas cuarenta y tres del
cuaderno formado en este Tribunal Supremo ha declarado
procedente el recurso de casación interpuesto por Lázaro Cordero
Limaco, por las causales de: a) Aplicación errónea del artículo
20 de la Ordenanza Nº 302 de la Municipalidad Metropolitana
de Lima, e inaplicación de la Ley Nº 27015 y de la Tercera
Disposición Final de la Ley Nº 27560; sobre este extremo del
recurso, el demandante señala, que de acuerdo a la norma
municipal las concesiones mineras ya autorizadas deberán cumplir
con las disposiciones legales e impide nuevas concesiones en
zonas urbanas; asimismo, indica el recurrente, que la Ley Nº
27015, modificada por la Ley Nº 27560, reconoce los derechos
adquiridos por los titulares de concesiones mineras anteriores a la
expedición de la citada Ley; agrega, que se ha inaplicado la Tercera
Disposición Final de la Ley Nº 27560, pues los derechos mineros
otorgados con anterioridad a la Ley Nº 27015, mantienen todos sus
atributos con arreglo a su título, así como la plena vigencia de las
resoluciones administrativas que otorgaron derechos mineros
antes de la emisión de las ordenanzas municipales que califican las
áreas urbanas y de expansión urbana, como es el caso de la
concesión minera Esperanza Dos de Lima. b) Aplicación errónea
del artículo 8 del Decreto Supremo Nº 02-94-JUS, del numeral
1 de la Primera Disposición Transitoria de la Ley Nº 27444, e
inobservancia del numeral 2 de la Primera Disposición
Transitoria de la Ley Nº 27444; con relación a esta causal el
recurrente indica que no existía procedimiento administrativo en
trámite ya que con la Resolución de Alcaldía Nº 127 del veintidós
de junio de dos mil uno, que otorgó la licencia de funcionamiento,
concluyó y quedó agotada la vía administrativa, quedando
consentida el siete de julio de dos mil, adquiriendo firmeza dicho
acto; en ese sentido, el procedimiento administrativo de
otorgamiento de Licencia de Funcionamiento de la Sociedad
Minera Esperanza Dos de Lima, es cosa decidida, y que la facultad
de la demandada Municipalidad Distrital de Puente Piedra para
declarar la nulidad de la licencia de funcionamiento ya había
prescrito, más aun tratándose de un procedimiento administrativo
que ha quedado firme. c) Infracción normativa de los numerales
3) y 5) del artículo 139º de la Constitución Política del Estado,
que establecen como principios de la función jurisdiccional, la
observancia del debido proceso, la tutela jurisdiccional efectiva y la
motivación de las resoluciones judiciales, a fin de verificarse si la
sentencia recurrida contiene una motivación suficiente, que
justifique desestimar la pretensión del actor respecto a la nulidad
de la Resolución de Alcaldía Nº 395-2004-MDPP del treinta de
junio de dos mil cuatro. III. CONSIDERANDO: Primero: Proceso
Contencioso Administrativo. Conforme al artículo 148 de la
Constitución Política del Perú, las resoluciones administrativas que
causan estado son susceptibles de impugnación mediante la
acción contenciosa administrativa. Precisa Danós Ordóñez1 que
esta consagración constitucional del proceso contencioso
administrativo cumple los objetivos siguientes: a) garantiza el
equilibrio entre los poderes del Estado, pues permite que las
decisiones de la administración pública, de cualquiera de los tres
niveles de gobierno, puedan ser revisadas por el Poder Judicial; b)
refuerza el principio de legalidad que fundamenta a la administración
pública, pues todo acto administrativo debe ceñirse al ordenamiento
jurídico vigente, lo cual debe ser verificado por el Poder Judicial; c)
consagra el derecho de los administrados a cuestionar las
decisiones administrativas ante el órgano judicial competente, lo
cual satisface el derecho a la tutela judicial efectiva; d) establece
una tácita reserva constitucional para que el control jurisdiccional
de los actos administrativos exclusivamente a través del proceso
contencioso administrativo; e) no existen normas que excluyan a
los actos administrativos del control jurisdiccional. Según Huapaya
Tapia2, “Precisamente, el ordenamiento ha diseñado una serie o
gama de medios de control de la Actuación de la Administración
Pública, destinados a garantizar y efectivizar su sometimiento
pleno a la Ley y al Derecho. Uno de estos medios es el denominado
control jurisdiccional de la Administración Pública, y dentro de este
rubro se posiciona el denominado proceso contencioso
administrativo, como medio ordinario de control jurisdiccional de la
actuación de la Administración Pública y del sometimiento de los
fines que la justifican”. Segundo: Bajo ese orden de exposición, y
en mérito a lo reconocido en el artículo 45º de la Carta Fundamental,
la Administración Pública ejerce poder con las limitaciones y
responsabilidades que la Constitución y las leyes establecen,
evitándose con ello la proscripción de la arbitrariedad y del abuso
del poder; a partir de ello, el Poder Judicial ejerce control jurídico
sobre los actos de aquella. Por su parte, el artículo 1 del Texto
Único Ordenado de la Ley que Regula el Procedimiento
Contencioso Administrativo, aprobado por Decreto Supremo Nº
013-2008-JUS3, indica que la finalidad de la acción contencioso
administrativo o proceso contencioso administrativo prevista en el
artículo 148º de la Constitución Política es el control jurídico por el
Poder Judicial de las actuaciones de la administración pública
sujetas al derecho administrativo y la efectiva tutela de los derechos
e intereses de los administrados. Como se observa, el proceso
contencioso administrativo surge como la manifestación del control
judicial que debe existir sobre las actuaciones de las entidades
administrativas, entre ellas, los actos administrativos, el silencio
administrativo y las actuaciones materiales administrativas,
69
protegiendo al administrado frente a errores, de forma y de fondo,
que pueden cometerse al interior de un procedimiento
administrativo. Tercero: Demanda: Pretensión y fundamentos. A
través de la demanda de fojas trece, Lázaro Cordero Limaco, por
derecho propio y en representación de Sociedad Minera de
Responsabilidad Limitada Esperanza Dos de Lima, sostiene como
pretensión principal que se declare la nulidad total de la Resolución
de Alcaldía Nº 395-2004-MDPP, de fecha treinta de junio de dos
mil cuatro, que desestimó su recurso de reconsideración contra la
Resolución de Consejo Nº 005-2004-MDPP, la cual también debe
declararse nula. Cuarto: Como fundamentos de su demanda
indica que la Resolución de Alcaldía Nº 395-2004-MDPP señaló
que la declaratoria de nulidad de las resoluciones administrativas
que hayan quedado consentidas ponen fin al procedimiento, siendo
que estas solo pueden ser impugnadas mediante el proceso
contencioso administrativo, sin embargo omite apreciar y analizar
los fundamentos de hecho y derecho y la nueva prueba documental
que adjunta a su recurso de reconsideración. Asimismo, la petición
de Teófilo Pereda Morales, a nombre de la Asociación de
Pobladores de Santa Rosa de Puente Piedra, debió ser puesta en
conocimiento a fin de que ejerza su derecho de defensa. Además,
la facultad de la administración para declarar la nulidad de oficio de
un acto administrativo prescribía al año, de conformidad con el
artículo 202 numeral 3 de la Ley Nº 27444. Agrega que su concesión
minera no metálica se encuentra amparada en las Leyes Nº 27015
y Nº 27760, contando con certificado de vigencia actualizado;
siendo la autoridad competente para calificar la idoneidad y
vigencia de una determinada concesión el Ministerio de Energía y
Minas, mas no la autoridad municipal distrital. Quinto:
Resoluciones Expedidas en Sede de Instancia: Decisiones y
Fundamentos El Juez de primera instancia ha declarado infundada
la demanda, sosteniendo básicamente que a la actora se le debió
de notificar la resolución que dio origen a la declaratoria de nulidad,
sin embargo, ni en el Decreto Supremo Nº 02-94-JUS (anterior Ley
de Procedimiento Administrativo) ni en la Ley Nº 27444 (actual
Ley), establecen la obligación legal de tramitar la nulidad de oficio
como un nuevo procedimiento administrativo que implique la
notificación del administrado. Agrega que, tampoco había prescrito
la facultad de declarar la nulidad de oficio, pues conforme al artículo
110 del Decreto Supremo Nº 02-94-JUS, concordante con la
Primera Disposición Transitoria de la Ley Nº 27444, dicha facultad
prescribe a los tres (3) años a partir de la fecha en que quedaron
consentidos. Asimismo, el Informe Nº 066-MDPP-GESDUR-
SGOPU-EVA ha establecido que el área de terreno donde se ubica
la concesión minera, no es compatible con dicha actividad, siendo
que la administración pública debe proteger el interés público y el
medio ambiente. Sexto: En segunda instancia, la Sala Superior ha
confirmado la decisión antes indicada, argumentando en esencia
que la nulidad de oficio de la Resolución de Alcaldía Nº 127-2001
se dio porque la licencia otorgada no se adecuaba a las normas
legales, perjudicando el ordenamiento urbano y poniendo en
peligro la salud integral de la población del sector, pues según el
Plan Urbano Ambiental del Distrito de Puente Piedra, el cincuenta
por ciento (50%) del terreno se encuentra zonificado como zona
residencial de densidad media y el otro cincuenta por ciento (50%)
del terreno está considerado como zona de amortiguamiento,
seguridad y paisaje natural según la Ordenanza Nº 228, de fecha
veinticinco de agosto de mil novecientos noventa y nueve. Además,
la administración está facultada en virtud de los principios de
control administrativo y tutela, a revisar sus propios actos y dejarlos
sin efecto cuando advierta vicios de inobservancia de legalidad.
Séptimo: Del debido proceso y la debida motivación de las
resoluciones judiciales 7.1. Este Tribunal Supremo, al haber
declarado procedente el recurso por la infracción normativa del
numeral 3 del artículo 139 de la Constitución Política del Estado,
corresponde examinar el marco jurídico de las garantías de los
derechos fundamentales a un debido proceso, la tutela jurisdiccional
efectiva y la debida motivación de las resoluciones judiciales, a fin
de que se ejercite adecuadamente la finalidad esencial del recurso
de casación, y se resguarde la tutela de los derechos procesales
con valor constitucional, con la clara observancia de las normas
sustantivas y procesales, que garantizan al justiciable el derecho
de obtener de los órganos jurisdiccionales una respuesta razonada
y fundamentada, respetando los principios de jerarquía de las
normas, el de congruencia procesal y la valoración de los medios
probatorios. 7.2. Sobre el derecho fundamental al debido proceso,
el Tribunal Constitucional4 en reiterada jurisprudencia, viene
sosteniendo que se trata de un derecho –por así decirlo–
continente, puesto que comprende, a su vez, diversos derechos
fundamentales de orden procesal. En ese sentido, afirma que: “(...)
su contenido constitucionalmente protegido comprende una serie
de garantías, formales y materiales, de muy distinta naturaleza,
que en conjunto garantizan que el procedimiento o proceso en el
cual se encuentre inmerso una persona, se realice y concluya con
el necesario respeto y protección de todos los derechos que en él
puedan encontrarse comprendidos”5. En ese contexto, podemos
inferir que la vulneración a este derecho se efectiviza cuando, en el
desarrollo del proceso, el órgano jurisdiccional no respete los
derechos procesales de las partes, se obvien o alteren actos de
procedimiento, la tutela jurisdiccional no sea efectiva o el órgano
jurisdiccional deje de motivar sus resoluciones. 7.3. Por su parte, el

70 CASACIÓN
derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, exige que cuando una
persona requiera la protección de su derecho o de sus intereses
legítimos, aquello sea atendido por los órganos jurisdiccionales
mediante un proceso adecuado donde se respeten las garantías
mínimas de los litigantes, esto es, de ambas partes en el proceso.
Siendo ello así, porque “(...) no solo se busca la defensa de los
intereses de la parte accionante sino también los del sujeto
requerido, estando sus derechos también abarcados en la tutela
jurisdiccional efectiva. Tal derecho se trata, por tanto, de un
derecho continente, esto es que abarca una serie de otros derechos
expresamente señalados o implícitamente deducidos de aquel. En
la doctrina, se ha señalado que este derecho abarca principalmente
tres etapas: El acceso a los órganos jurisdiccionales, el
cumplimiento de las normas y derechos que regula el debido
proceso, y el de la ejecución de la resolución obtenida”6. 7.4. En
ese mismo horizonte, el derecho a la motivación de las resoluciones
judiciales, que forma parte del contenido esencial del derecho al
debido proceso, garantiza que la decisión expresada en el fallo o
resolución sea consecuencia de una deducción razonada de los
hechos del caso, las pruebas aportadas y su valoración jurídica,
siendo exigible que toda resolución, a excepción de los decretos,
contenga los fundamentos de hecho y de derecho, así como la
expresión clara y precisa de lo que se decide u ordena. Esta
garantía se respeta siempre que exista fundamentación jurídica,
congruencia entre lo pedido y lo resuelto y, por sí misma, la
resolución judicial exprese una suficiente justificación de la decisión
adoptada. Su finalidad en todo momento es salvaguardar al
justiciable frente a la arbitrariedad judicial, toda vez que garantiza
que las resoluciones judiciales no se encuentren justificadas en el
mero capricho de los magistrados, sino en datos objetivos que
proporciona el ordenamiento jurídico o los que se deriven del caso.
7.5. En atención a lo expuesto, podemos establecer que la
obligación impuesta por estos dispositivos legales a todos los
órganos jurisdiccionales (incluidos los administrativos), es que
atiendan todo pedido de protección de derechos o intereses
legítimos de las personas, a través de un proceso adecuado,
donde no solo se respeten las garantías procesales del
demandante, sino también del demandado, y se emita una decisión
acorde al pedido formulado, el mismo que debe ser consecuencia
de una deducción razonada de los hechos del caso, las pruebas
aportadas y su valoración jurídica; siendo además exigible que
toda resolución, a excepción de los decretos, se encuentre
debidamente motivada, conteniendo los fundamentos de hecho y
de derecho, así como la expresión clara y precisa de lo que se
decida u ordene. 7.6. La sentencia de vista recurrida ha señalado
los supuestos de hecho y de derecho en los cuales basa su
pronunciamiento, en los siguientes términos: 1) La Resolución de
Concejo Nº 005-2004-MDPP de fecha treinta de abril de dos mil
cuatro, se emitió en base al Informe Nº 066-MDPP-GESDUR-
SGOPU-EVA, de fecha doce de septiembre de dos mil trece,
mediante el cual se estableció que la Municipalidad de Puente
Piedra no debió otorgar la licencia al recurrente, por estar incurso
en el artículo 20º de la Ordenanza Nº 302; 2) por lo tanto, se
acredita la nulidad de oficio dispuesta sobre la Resolución de
Alcaldía Nº 127-2001 por no haberse adecuado a las normas
legales, perjudicando con dicha licencia el ordenamiento urbano y
poniéndose en peligro la salud integral de la población del sector;
3) asimismo, la administración está facultada en virtud a los
principios de control administrativo y tutela administración a revisar
sus propios actos y dejarlos sin efecto cuando advirtiera vicios de
inobservancia de la legalidad, como señala el Decreto Supremo Nº
02-94-JUS, así como los artículos 109º, 110º, 202º numeral 1 y 3 de
la Ley Nº 27444; y 4) en tal sentido, es posible concluir que no se
presenta ninguna de las causales de nulidad contempladas en el
artículo 10º de la Ley Nº 27444, 7.7. En ese contexto, si bien se
aprecia que la sentencia de vista ha expresado los fundamentos en
los cuales sustenta su decisión, sin embargo, respecto al extremo
de que la municipalidad no tenía facultades para realizar control de
legalidad sobre sus actos, la Sala Superior afirmó lo contrario
haciendo referencia a una norma que al momento de producirse los
hechos materia de la presente controversia, se encontraba
derogada –Decreto Supremo Nº 02-94-JUS- y no estableciendo
correctamente el supuesto de hecho; provocando de este modo
una evidente vulneración a las normas descritas en los párrafos
precedentes, al esgrimir razones de derecho o de hecho para
justificar su decisión, que no resultan pertinentes para tal efecto
(motivación aparente). 7.8. La existencia de este vicio de motivación
dentro de la sentencia de vista sería suficiente para declarar
fundado el recurso de casación objeto de decisión, y aplicar al
presente caso las consecuencias anulatorias previstas en el
artículo 396º numeral 1 del Código Procesal Civil, devolviendo los
autos al Juez para que dicte un nuevo pronunciamiento. No
obstante, debe recordarse que, de acuerdo a lo previsto en el
segundo párrafo del artículo 397º del mismo cuerpo legal, “la Sala
no casará la sentencia por el sólo hecho de estar erróneamente
motivada, si su parte resolutiva se ajusta a derecho. Sin embargo,
debe hacer la correspondiente rectificación”. El precepto contenido
en esta disposición legal faculta claramente a la Sala de Casación
a optar por la preservación de la sentencia dictada por la Sala
Superior, en los casos en los que las infracciones normativas que
esta contenga se limiten únicamente a deficiencias de motivación
El Peruano
Martes 2 de julio de 2019
que puedan ser superadas a través de un pronunciamiento
rectifique los fundamentos de lo decidido. 7.9. Esta posibilidad, no
obstante, no puede ser leída, de ningún modo, como un mandato
absoluto que deba ser aplicado mecánicamente por la Sala de
Casación para convalidar o sobreponerse a cualquier perjuicio
causado al derecho de las partes a obtener una respuesta motivada
a sus alegaciones, por agraviante que este fuera, pues resultaría
claramente errado emplear este precepto normativo como una
excusa para validar decisiones de carácter marcadamente
arbitrario o abusivo, que desdeñen a tal punto la defensa realizada
por las partes y afectar de tal forma a la justificación del fallo, que
terminen por convertir en gravoso o insoportable lo resuelto. En
este sentido, la norma bajo comentario debe ser entendida como
un precepto facultativo dirigido a la Sala de Casación, por el cual se
le reconoce la posibilidad (y no tanto la obligación) de convalidar la
sentencia del Juez en los casos en los que los vicios que la afectan
se refieran únicamente a defectos de motivación, y siempre que las
circunstancias del caso permitan razonablemente optar por una
decisión revalidatoria, con la correspondiente rectificación de sus
fundamentos. 7.10. En esta ocasión, este Colegiado considera que
los defectos de motivación que afectan a la sentencia de vista
objeto de casación no son de carácter gravoso o insoportable,
puesto que, a pesar de haber citado una norma derogada y no
haber establecido correctamente el supuesto de hecho, la Sala
Civil Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima Norte sí
adoptó una posición clara en relación a la facultad de la
Administración para dejar sin efecto sus actos cuando advierta
vicios de inobservancia de la legalidad. En efecto, en su
considerando décimo, adoptó una posición claramente contraria a
la sostenida por el demandante en su recurso de apelación. Como
se ha indicado, la Sala Superior en el presente caso concluyó en
que la Administración si ostentaba la facultad de realizar control de
legalidad de los actos administrativos; por lo tanto es posible optar
en este caso por la facultad prevista en el segundo párrafo del
artículo 397º del Código Procesal Civil, rectificando los fundamentos
de la decisión del Juez de acuerdo con las consideraciones que se
expresaran en los párrafos siguientes. 7.11. De autos, se aprecia
que con fecha veintidós de junio de dos mil, mediante Resolución
de Alcaldía Nº 127 se dispuso otorgar a Lázaro Cordero Limaco
licencia de funcionamiento definitiva para la apertura de
establecimiento para explotación y venta de material de
construcción; siendo que, con fecha dieciséis de enero de dos mil
tres, la Asociación de Pobladores de Santa Rosa de Puente Piedra
denunció ante el Alcalde de la Municipalidad Distrital de Puente
Piedra que la licencia antes mencionada fue otorgada sin respetar
el procedimiento establecido en la Ley Nº 27444 y en la Ley Nº
27015, que regula las zonas urbanas y de expansión urbana, lo
cual perjudicaba a veinticinco mil habitantes de la zona. De ello se
colige, que en estricto no se trata de un procedimiento iniciado de
oficio, sino a petición del administrado, pues el objetivo de la
asociación de pobladores denunciantes era la protección de un
interés general de la colectividad, supuesto contemplado no solo
en el artículo 121º de la Ley Nº 238537, Ley Orgánica de
Municipalidades, sino también en el artículo 108º de la Ley Nº
27444, por ello, dichos pobladores se encontraban facultados a
ejercer su derecho de contradicción administrativa al que se refiere
el artículo 109º numeral 109.1 de la citada norma, a efecto de
conseguir que el acto administrativo que a su criterio viola, afecta y
lesiona un derecho o un interés legítimo, sea anulado. 7.12. Por lo
expuesto, es evidente que en razón del principio de aplicación de la
ley en el tiempo la norma que corresponde al presente proceso es
la Ley Nº 27444 y no el Decreto Supremo Nº 02-94-JUS, sin
embargo, si bien en virtud a la primera norma citada el Gobierno
Local de Puente Piedra poseía la facultad de ejercer control de
legalidad sobre el acto administrativo emitido por la Municipalidad
Distrital de Puente Piedra, ello no se encontraba sujeto al plazo de
prescripción contenido en el artículo 202º numeral 202.3 de la Ley
Nº 27444, pues dicho artículo se encuentra referido a la revisión de
oficio de los actos administrativos y no a los supuestos en los que
se denuncia afectación a derechos colectivos; más aún si en el
presente caso no se ha visto lesionado el derecho de defensa del
actor dado que tuvo la oportunidad de contradecir la solicitud de
nulidad realizada por la asociación de pobladores tal como se
aprecia del escrito de fojas sesenta y cinco del expediente
administrativo, así como plantear su recurso de reconsideración
ante lo decidido mediante Resolución de Concejo Nº 005-2004-
MDPP, tal como se observa de fojas ciento seis del expediente
acompañado. 7.13. Por tales razones, cual corresponde
desestimar las denuncias contenidas en el recurso de casación en
este extremo, sustituyendo, en base a los fundamentos expresados,
la motivación de la sentencia de vista. Octavo: Ahora bien,
respecto a la aplicación errónea del artículo 8 del Decreto
Supremo Nº 02-94-JUS, del numeral 1 de la Primera Disposición
Transitoria de la Ley Nº 27444, e inobservancia del numeral 2
de la Primera Disposición Transitoria de la Ley Nº 27444, se
aprecia que el impugnante hace referencia a la aplicación errónea
del artículo 8 del Decreto Supremo Nº 02-94-JUS y del numeral 1
de la Primera Disposición Transitoria de la Ley Nº 27444, cuando
de la lectura de la sentencia impugnada no se advierte que la Sala
Superior haya sustentado su pronunciamiento en dichos artículos,
por lo que dicha alegación carece de sustento; además como se ha
El Peruano
Martes 2 de julio de 2019 CASACIÓN
desarrollado precedentemente, la actuación de la administración
no había prescrito al no tratarse de una actuación de oficio, sino de
una originada a solicitud del administrado –asociación de
pobladores- que vio vulnerados sus derechos colectivos, por lo
tanto, este extremo del recurso también debe ser desestimado.
Noveno.- Aplicación errónea del artículo 20 de la Ordenanza Nº
302 de la Municipalidad Metropolitana de Lima, e inaplicación
de la Ley Nº 27015 y de la Tercera Disposición Final de la Ley
Nº 27560. 9.1. En cuanto al fondo del asunto, se aprecia que
mediante Ordenanza Nº 228, publicada el treinta de agosto de mil
novecientos noventa y nueve, se estableció la clasificación del
suelo metropolitano por condiciones generales de uso; en base a
ello el Informe Nº 066-MDPP-GESDUR-SGOPU-EVA, de fecha
doce de setiembre de dos mil tres, obrante a fojas cincuenta y
cuatro del expediente administrativo, sostuvo que “(...) el 50% del
terreno donde se encuentra la Concesión Minera No Metálica se
encuentra zonificado de acuerdo al Plano de Zonificación General
y Uso de Suelos del distrito, como: ZONA RESIDENCIAL DE
DENSIDAD MEDIA (R4) Vivienda, OTROS USOS (OU) Cementerio
y ZONA DE RECREACIÓN PÚBLICA (ZRP) Parque Zonal. El otro
50% del terreno está considerado como Zona de Amortiguamiento,
Seguridad y Paisaje Natural (...)” (sic.), lo cual es concordante con
los planos de fojas cincuenta dos y cincuenta y cinco y el Informe
Técnico Nº 08-03-2001-MDPP-DOPU-DDU, de fecha siete de
marzo de dos mil uno, obrante a fojas cinco del expediente
administrativo, de lo que se evidencia que el terreno ocupado por la
Sociedad Minera de Responsabilidad Esperanza se encontraba
dentro de un área de expansión urbana y de protección especial.
9.2. En dicho contexto, la Ley Nº 27015, Ley Especial que Regula
el Otorgamiento de Concesiones Mineras en Áreas Urbanas y de
Expansión Urbana, publicada el diecinueve de diciembre de mil
novecientos noventa y ocho, dispone en su artículo 2º que “El
otorgamiento de título de concesiones mineras metálicas y no
metálicas en áreas de expansión urbana, calificadas por Ordenanza
Municipal vigente en la fecha de formulación del petitorio, deberá
ser autorizada mediante Resolución Suprema, previa opinión
técnica favorable de la Municipalidad Provincial y de la Distrital (...)”
(Resaltado nuestro), sin embargo, para el caso del distrito de
Puente de Piedra específicamente la Ordenanza Nº 302, que
aprueba el Plan Urbano Ambiental Distrital 2000-2010, publicada el
veintiocho de enero de dos mil uno, en su artículo 20, estableció
que “La Municipalidad Distrital de Puente Piedra no emitirá informes
de conformidad ni autorizará la localización y el uso de terrenos
agrícolas y en las zonas de expansión urbana para el funcionamiento
de ladrilleras y de concesiones mineras no metálicas. Las
concesiones mineras autorizadas, deberán cumplir con las
disposiciones, obligaciones, condiciones y plazos establecidos por
la ley, los reglamentos sobre la materia y las ordenanzas aprobadas
por la Municipalidad Metropolitana de Lima”. 9.3. En tal sentido, si
bien el artículo 2 de la Ley Nº 27015 regulaba la posibilidad de
otorgar concesiones mineras no metálicas en áreas de expansión
urbana, ello debía ser necesariamente autorizado mediante
resolución suprema y previa opinión favorable de la municipalidad
distrital y provincial, lo cual en el presente caso no ocurrió, pues la
Municipalidad Metropolitana de Lima a través de su Ordenanza Nº
302 negó expresamente toda autorización por parte de la
Municipalidad Distrital de Puente Piedra para el funcionamiento de
concesiones mineras no metálicas; por lo tanto, al veintidós de
junio de dos mil uno, fecha en que se emitió la licencia por
Resolución de Alcaldía Nº 000127, ya se encontraban vigentes las
normas antes mencionadas, por lo tanto, se aprecia una clara
trasgresión a la citada ordenanza. Más aún, si con dicha licencia se
ha puesto en peligro la salud de la población del sector, tal como se
ha indicado en el Informe Técnico Nº 08-2001-MDPP-DOPU-DDU,
emitido por la Dirección de Obras y Planeamiento Urbano de la
Municipalidad Distrital de Puente Piedra, en la cual se estableció
que: “son causantes de contaminación y deterioro al medio
ambiente, afectando a la población infantil perteneciente a la
asociación de propietarios (...) debido a la ocurrencia de
enfermedades de tipo respiratorio” y en específico de doña Matilde
Bartolo de La Chira, quien debía ser reubicada a un área más
alejada (Resolución Directoral Nº 095-2003-EM-DGM, de fojas
cincuenta y uno del expediente acompañado). Por tales motivos,
resulta correcta la decisión asumida por Resolución de Concejo Nº
005-2004-MDPP, de fecha treinta de abril de dos mil cuatro. 9.4.
Finalmente, respecto a la inaplicación de la Tercera Disposición
Final de la Ley Nº 27560, en cuanto a que los derechos mineros
otorgados con anterioridad a la Ley Nº 27015, mantienen todos sus
atributos con arreglo a su título; ello no resulta aplicable, pues con
anterioridad a la entrada en vigencia de la Ley Nº 27015 el
demandante no contaba con licencia definitiva, sino con una
licencia de funcionamiento provisional, la cual venció el veintisiete
de junio de mil novecientos noventa y ocho, por lo que, el
accionante tenía que tramitar una nueva licencia definitiva
observando los requisitos establecidos por la citada ley, lo cual
como se ha desarrollado, no ocurrió. En tal sentido, las alegaciones
sostenidas por el recurrente deben ser desestimadas, deviniendo
en infundado el presente recurso. IV. DECISION: En base a las
consideraciones expuestas, declararon: INFUNDADO el recurso
de casación interpuesto por Lázaro Cordero Limaco, por derecho
propio y en representación de la Sociedad Minera de
71
Responsabilidad Limitada Esperanza Dos de Lima, de fecha
veinticuatro de noviembre de dos mil dieciséis, obrante a fojas
veintiuno del presente cuaderno; en consecuencia, NO CASARON
la sentencia de vista de fecha veinte de julio de dos mil dieciséis,
obrante a fojas setecientos veintiocho; DISPUSIERON la
publicación de la presente resolución en el diario oficial “El
Peruano”; en el proceso seguido por el recurrente contra la
Municipalidad Distrital de Puente Piedra, sobre impugnación de
resolución administrativa; y los devolvieron. Juez Supremo
Ponente: Vinatea Medina. SS. PARIONA PASTRANA, ARIAS
LAZARTE, VINATEA MEDINA, TOLEDO TORIBIO, CARTOLIN
PASTOR
1
DANÓS ORDÓÑEZ, Jorge. La Constitución Comentada. “Proceso Contencioso
administrativo”. Lima: Gaceta Jurídica, Tomo II, 2005, pp. 702-703.
2
HUAPAYA TAPIA, Ramón. Tratado del Proceso Contencioso Administrativo, Lima:
Jurista Editores, 2006, pp. 219-220.
3
Texto Único Ordenado de la Ley Nº 27584. Artículo 1.- Finalidad. La acción
contencioso administrativa prevista en el Artículo 148 de la Constitución Política
tiene por finalidad el control jurídico por el Poder Judicial de las actuaciones de la
administración pública sujetas al derecho administrativo y la efectiva tutela de los
derechos e intereses de los administrados. Para los efectos de esta Ley, la acción
contencioso administrativa se denominará proceso contencioso administrativo.
4
Expediente Nº 03433-2013-PA/TC. Sentencia de fecha dieciocho de marzo de dos
mil catorce, en los seguidos por Servicios Postales del Perú S.A. – Serpost S.A.
Fundamento jurídico 3.
5
Expediente Nº 7289-2005-PA/TC. Sentencia de fecha tres de mayo de dos mil seis,
en los seguidos por Princeton Dover Corporation Sucursal Lima-Perú. Fundamento
jurídico 5.
6
Casación Nº 405-2010, Lima-Norte, del quince de marzo de dos mil once,
considerando octavo. En esta oportunidad la Sala de Derecho Constitucional y
Social Permanente declaró infundado el recurso de casación interpuesto por
la Asociación de Propietarios de la Urbanización Sol de Lima; en los seguidos
contra la Municipalidad Distrital de San Martín de Porres y otro; sobre proceso
contencioso administrativo.
7
Norma derogada recién por la Vigésimo Quinta Disposición Complementaria
de la Ley Nº 27972, publicada el veintisiete de mayo dos mil tres, esto es con
posterioridad a la denuncia realizada por la Asociación de Pobladores de Santa
Rosa de Puente Piedra, por lo que resulta aplicable al caso de autos.
C-1780335-17
CASACIÓN Nº 25008-2017 LIMA
Lima, siete de junio de dos mil dieciocho.-
VISTOS; con el expediente principal y acompañado; y,
CONSIDERANDO: Primero: Viene a conocimiento de esta Sala
Suprema el recurso de casación interpuesto por la demandante,
Pesquera Alejandría Sociedad Anónima Cerrada, de fecha
dieciséis de octubre de dos mil diecisiete, obrante a fojas ciento
veinticinco, contra la sentencia de vista, contenida en la resolución
número siete, de fecha veintiuno de septiembre de dos mil
diecisiete, obrante a fojas ciento catorce, que confirmó la sentencia
apelada contenida en la resolución número cinco, de fecha
veintiséis de agosto de dos mil dieciséis, obrante a fojas sesenta,
que declaró infundada la demanda. Para tal efecto, se debe
proceder a verificar los requisitos de admisibilidad y procedencia
de dicho medio impugnatorio conforme a los artículos 387 y 388 del
Código Procesal Civil, modificados por el artículo 1 de la Ley Nº
29364, de aplicación supletoria a los procesos contenciosos
administrativos; concordantes con los artículo 35, numeral 3 y 36
del Texto Único Ordenado de Ley Nº 27584, Ley que regula el
Proceso Contencioso Administrativo, aprobado por Decreto
Supremo Nº 013-2008-JUS. Segundo: El derecho a los medios
impugnatorios constituye una de las manifestaciones fundamentales
de la tutela jurisdiccional efectiva, proclamado como derecho y
principio de la función jurisdiccional por el artículo 139 numeral 3)
de la Constitución Política del Perú, que garantiza que a ninguna
persona se le prive de los recursos previstos por el ordenamiento
jurídico. Al ser el derecho al recurso uno prestacional de
configuración legal, su ejercicio y dispensación está supeditado a
la concurrencia de los presupuestos y requisitos que haya
establecido el legislador para cada sector del ordenamiento
procesal. Tercero: El citado Texto Único Ordenado de la Ley Nº
27584 determina el proceso contencioso administrativo al que se
refiere el artículo 148 de la Constitución Política del Perú,
estableciendo en su artículo 36 que los recursos tienen los mismos
requisitos de admisibilidad y procedencia que los establecidos en
el Código Procesal Civil. Cuarto: En cuanto a los requisitos de
admisibilidad, el artículo 387 del Código Procesal Civil señala que
el recurso de casación se interpone: 1) Contra las sentencias y
autos expedidos por las salas superiores que, como órganos de
segundo grado, ponen fin al proceso; 2) ante el órgano jurisdiccional
que emitió la resolución impugnada o ante la Corte Suprema,
acompañando copia de la cédula de notificación de la resolución
impugnada y de la expedida en primer grado, certificada con sello,
firma y huella digital, por el abogado que autoriza el recurso y bajo
responsabilidad de su autenticidad. En caso de que el recurso sea
presentado ante la Sala Superior, esta deberá remitirlo a la Corte
Suprema sin más trámite dentro del plazo de tres días; 3) dentro
del plazo de diez (10) días, contado desde el día siguiente de