Está en la página 1de 8

1.1.

ANTECEDENTES Y CONCEPTO DE RESILIENCIA

“La adversidad es como un fuerte viento que nos arranca


todo menos las cosas que no pueden ser arrancadas.
En ella nos vemos como realmente somos.”
Arthur Golden

Antecedentes

A lo largo de la vida, los seres humanos se enfrentan a


una variedad de retos y dificultades que van desde
problemas cotidianos a eventos vitales significativos, y la
forma en que reaccionan ante ellos es diferente.
Mientras que algunas personas pueden responder
positivamente, para otras puede ser una experiencia
abrumadora. Es en este punto donde entra en juego el
estudio de la resiliencia, que busca entender por qué
algunos individuos son capaces de resistir e incluso salir
enriquecidos de las adversidades.

Las investigaciones sobre este concepto crearon un


cambio de paradigma dentro de la psicología, ya que
desde la Psicología Tradicional el foco de atención se dirigía en exclusiva a los efectos negativos que
podían tener para las personas el enfrentarse a experiencias traumáticas. Con el desarrollo de la
Psicología Positiva el objetivo fue identificar las fortalezas o factores protectores que permitían superar
de forma positiva dichas adversidades, enfatizar en las potencialidades y capacidades de las personas,
y no tanto, en sus deficiencias y limitaciones, sabiendo que los momentos de crisis son inevitables y
necesarios para el desarrollo y crecimiento humano.

Desarrollo Histórico
En la actualidad, el término resiliencia se utiliza en una amplia variedad de contextos, incluyendo: el
organizacional, el educativo, el comunitario, el deportivo, el militar y el clínico. Pero fue el trabajo de
Werner y Smith en 1942 el que sembró las semillas del concepto en humanos, pues hasta entonces
sólo se empleaba en el campo de la física para definir las propiedades de objetos elásticos como un
muelle o una pelota de goma que absorben el impacto de una fuerza exterior o de un golpe, cambian
de forma sin romperse y cuando cesa la presión recuperan su forma original. En el estudio de la
resiliencia se pueden distinguir dos generaciones de investigadores.

a) Primera generación

Comienza a principios de los años setenta, con una serie de investigaciones realizadas con población
infantil que vivía en situaciones de riesgo derivadas sobre todo de pobreza y enfermedad mental de
los padres (Garmezy, 1974; Garmezy, Masten y Tellegen, 1984; Rutter, 1979; Werner y Smith, 1982;
1992).

1
Un hito en esta primera generación es el estudio longitudinal de Werner y Smith (1982). En dicho
estudio se trataron de analizar las condiciones de nacimiento y las circunstancias físicas, sociales y
psicológicas en las que crecieron 698 niños en Hawái. Su tesis original era comprobar que los niños en
situaciones desfavorables, tenían más posibilidades de sufrir trastornos del aprendizaje, padecer
enfermedades físicas y mentales, caer en la delincuencia y tener serios problemas de adaptación y de
relaciones afectivas en la edad adulta que aquellos niños que se desarrollaban en condiciones seguras
y saludables.

Tal y como sospecharon, de los 201 niños que habían sido expuestos a cuatro o más de los factores de
riesgo propuestos por ellas, 129 ya mostraban en la adolescencia claros síntomas de problemas serios.
Lo que les sorprendió fue descubrir que los 72 niños restantes se las habían arreglado para tratar de
manera eficaz las dificultades de su infancia. En la adolescencia esos niños mostraron una excelente
capacidad para regular sus emociones y para aprender, ninguno tenía problemas académicos o de
conducta, y en la adultez, se convirtieron en personas maduras y con confianza en sí mismas, habiendo
desarrollado vínculos estables de afecto, sintiéndose competentes en sus trabajos y con ganas de
aprovechar las oportunidades que les ofrecía la vida.

Al principio se les consideró como seres


excepcionales e invulnerables, sin
embargo, a medida que se identificaban
sus rasgos personales y sociales, se hizo
evidente que su resiliencia se alimentaba
de capacidades ordinarias. Por ejemplo,
Lazos estables todos los que superaron las condiciones
con al menos adversas habían establecido lazos seguros
una persona de afecto y apoyo con alguna persona
durante su infancia, que no era
necesariamente alguno de sus padres.

Gracias a los resultados obtenidos en esta época, se desmontó la creencia, fuertemente establecida,
de que una infancia infeliz conducía necesariamente a que el niño desarrollara y manifestara
problemas psicopatológicos. El listado de factores resilientes encontrados en estos trabajos se precisan
a continuación, y también los aportados por Wolin y Wolin (1993). Estos autores se citan, dado que
aparecen frecuentemente en la literatura, y hoy en día, se siguen encontrando evidencias de la relación
entre la mayoría de esos factores con la resiliencia.

 Rutter (1979; 1985). Ser mujer, buen temperamento, clima escolar positivo, autodominio,
autoeficacia, habilidades de planificación, y una relación personal cercana, cálida y estable con
al menos un adulto.

2
 Werner (1982); Werner y Smith (1992). Ser mujer, fuerte físicamente, socialmente
responsable, adaptable, tolerante, orientada hacia metas concretas, buena comunicadora y
con una buena autoestima, ambiente de apoyo y cuidados dentro y fuera de la familia.
 Garmezy (1991); Garmezy, Masten y Tellegen (1984). Efectividad (en el trabajo, juego y amor),
expectativas altas, perspectivas positivas, autoestima, locus de control interno, autodisciplina,
habilidades de resolución de problemas, habilidades de pensamiento crítico y sentido del
humor.
Humor  Wolin y Wolin (1993). El humor (capacidad de encontrar lo cómico en la tragedia), la capacidad
Relación firme de relacionarse o establecer lazos íntimos y satisfactorios con otros, la moralidad (capacidad
Moralidad de comprometerse de acuerdo a valores sociales y de discernir entre lo bueno y lo malo), la
Introspección
Independencia introspección (u observación de nuestros pensamientos, emociones y actos), la independencia
Exigencia (capacidad de establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos, y entre uno y las
Retarse personas más cercanas, de mantener distancia emocional y física, sin llegar a aislarse), la
Responsabilizarse capacidad de exigirse y ponerse a prueba en tareas progresivamente más demandantes, de
Afrontar problemas responsabilizarse y controlar los problemas, iniciativa y creatividad (habilidad para crear
Iniciativa orden, belleza y finalidad a partir del caos y el desorden).
Creatividad ¿De verdad se
pueden controlar
b) Segunda generación los problemas?

Posteriormente, la segunda generación de investigadores, que comienza a publicar a mediados de los


noventa, seguía queriendo descubrir aquellos factores de riesgo y protección favorecedores de la
resiliencia, pero añadiendo el estudio de la dinámica entre los mismos (Grotberg, 1999; Luthar y
Cushing, 1999; Masten, 2001; Michel Rutter, 1991; Cicchetti & Becker, 2000).

Con esta segunda generación la resiliencia comienza a considerarse como un proceso dinámico donde
las influencias del ambiente y del individuo interactúan en una relación recíproca que permite a la
persona adaptarse. Como un proceso, por tanto, que puede ser desarrollado y estar presente a lo largo
del ciclo vital, y no solamente reducido a la niñez. Es decir, que todo el mundo, en cualquier momento
y área de su vida, puede encontrarse con una situación traumática, superarla y salir fortalecido.

Dinámica de la resilencia
1. Apoyo externo  Grotberg (1999) fue pionera en la noción dinámica de la resiliencia. Para ella, ésta requiere de
2. Fortaleza interna la interacción de factores resilientes provenientes de tres niveles diferentes: yo tengo (apoyo
3. Habilidades y externo o social), yo soy (fortaleza interna o recursos personales) y yo puedo (habilidades y
estrategias de estrategias de afrontamiento). Se explican con más detalle en la tabla 1.
resolución
de problemas Tabla1. Factores resilientes de Grotberg (1999).
Yo tengo
Una o más personas dentro o fuera de mi entorno familiar en las que puedo confiar plenamente,
que me aman de forma incondicional y me proporcionan estabilidad. Personas que me alientan a
ser independiente, pongan límites a mi comportamiento, y sean buenos modelos a imitar. Acceso a
la salud, a la educación y a servicios de seguridad y sociales que necesito.

3
Yo soy
Una persona que generalmente agrada a la mayoría de la gente, tranquila y bien predispuesta. Una
persona que se respeta a sí misma y a los demás, siente empatía por los demás y se preocupa por
ellos. Alguien que logra aquello que se propone y que planea para el futuro, responsable de mis
propias acciones y acepto sus consecuencias, y segura de mí misma, optimista, confiada y con
esperanza.
Yo puedo
Generar nuevas ideas o nuevos caminos para hacer las cosas, y realizar una tarea hasta finalizarla.
Resolver conflictos en diferentes ámbitos: académico, laboral, personal y social. Encontrar el humor
en la vida y utilizarlos para reducir tensiones. Expresar mis pensamientos y sentimientos en mi
comunicación con los demás, controlar mi comportamiento y sentimientos, y pedir ayuda cuando la
necesito.

 El investigador explorador en la noción dinámica de la Resiliencia fue Michael Rutter (1991),


quien propuso el término de mecanismos protectores en vez de factores protectores y quien
Mecanismos de protección concibe la Resiliencia como una respuesta global en la que se ponen en juego los mecanismos
para salir fortalecido
de la adversidad de protección, entendiendo no la valencia contraria a los factores de riesgo, sino aquella
dinámica que permite al individuo salir fortalecido de la adversidad, en cada situación y
respetando las características personales.
 Autores más recientes de esta segunda generación son Luthar y Cushing (1999), quienes
Interacción del entienden la Resiliencia como un proceso dinámico donde las influencias del ambiente y del
ambiente
y del individuo individuo interactúan en una relación recíproca que le permite a la persona adaptarse a pesar
para adaptarse de la adversidad. La gran mayoría de los investigadores e investigadoras de esta generación
podrían adscribirse al modelo ecológico-transaccional. La perspectiva que guía este modelo de
la Resiliencia es que el individuo está inmerso en una ecología determinada por diferentes
niveles que interactúan entre sí, ejerciendo una influencia directa en su desarrollo humano.
Los niveles que conforman el marco ecológico son: el individual, el familiar, y el comunitario
vinculado a los servicios sociales.

Relaciones sociales
y habilidades personales
como modelo

4
 La Psicopatología Evolutiva es un paradigma dominante en la conceptualización de los
trastornos mentales, cuyo objetivo es integrar el conocimiento de las vicisitudes del desarrollo
normal y patológico y de los factores y procesos que lo influyen, a través de una perspectiva
temporal (Cicchetti & Becker, 2000). Desde este paradigma, la Resiliencia se define como un
Proceso dinámico proceso dinámico, pero de carácter evolutivo que implica una adaptación del individuo mejor
y evolutivo. que la que cabría esperar, dadas las circunstancias. Esta adaptación personal y social suele
Saber usar recursos
internos y externos resultar de cierta capacidad para utilizar los recursos internos y externos que le van a permitir
a la persona enfrentarse con éxito a la adversidad. La interacción de ambos recursos hace parte
de un modelo transaccional y bidireccional de las influencias, en el que se da un peso
importante no solo al entorno, sino también a las características del sujeto menor.

Para los pensadores y pensadoras del enfoque relacional es pertinente integrar los conceptos de
temperamento y apego en un modelo transaccional de desarrollo humano. Los mecanismos de riesgo
y de la Resiliencia no se dan en un equilibrio de fuerzas- factores de riesgo contra factores de
protección, en el que el niño o niña tendría un papel pasivo. Antes bien, parece que lo esencial pasa
en interacciones activas entre el niño y su entorno. Así pues, la dialéctica de lo innato o de lo adquirido
está superada. El reto no es ya identificar nuevos factores de riesgo o de protección, sino elucidar los
Factores procesos que intervienen, sobre todo en la interacción entre los factores genéticos y el ambiente.
genéticos y
del ambiente
(social/biológico)

Definición del Concepto


A lo largo de la historia del concepto de la resiliencia ha habido numerosas definiciones. De todas ellas,
la que mejor representa a la segunda generación de investigadores (y la tendencia actual) es la
adoptada por Luthar, Cicchetti y Becker (2000), quienes la definen como un proceso dinámico que
abarca la adaptación positiva dentro del contexto de adversidad significativa.

Proceso dinámico de adaptación

5
Con esta definición se distinguen tres componentes esenciales que deben estar presentes en el
concepto de resiliencia: la noción de adversidad, la adaptación positiva y el proceso resiliente. De
modo que, cuando el sujeto se enfrente a una adversidad, la resiliencia le permitirá llevar a cabo una
adaptación positiva a pesar de la dificultad. Y ahora se especifican los tres componentes citados
anteriormente:

a) Adversidad:
Exposición a circunstancias estresantes, ya sean positivas o negativas
La adversidad se refiere a ‘’las circunstancias negativas de la vida que se sabe que están
estadísticamente asociadas con dificultades de ajuste’’ (Luthard y Ciccheti, 2000). Aunque el término
adversidad se vincula con circunstancias y consecuencias negativas o factores de riesgo, se sugiere que
los eventos vitales positivos (los cuales no están aparentemente asociados a una alta probabilidad de
resultados indeseables) pueden ser también relevantes en la definición de resiliencia (Fletcher y
Sarkar, 2013). Consideraríamos la adversidad como el principal antecedente de la resiliencia. Los
antecedentes se refieren a lo que ocurre antes de la aparición del concepto, y en este caso, la
experiencia de amenaza o adversidad es requisito imprescindible, pudiendo ser de tipo biológico,
psicológico, económico o social.

b) Adaptación positiva: cuando la persona siente bienestar, mantiene un funcionamiento normal


o mejor del esperado ante una situación estresante
Adaptación positiva alude a ‘’la competencia social manifestada conductualmente, o al éxito en las
tareas de desarrollo de una etapa destacada’’ (Luthard y Ciccheti, 2000) o ‘’síntomas relacionados
con el bienestar interno’’ (Masten y Obradovic, 2006). Pensamos en la adaptación positiva como el
consecuente fundamental de la resiliencia. Las consecuencias son el resultado final que se produce
debido a los antecedentes y la resiliencia, y éstas deberían reflejar que el individuo mantiene un
funcionamiento normal (salud física o mental) o mejor del esperado teniendo en cuenta la exposición
a la adversidad.

6
Para afirmar si ha habido adaptación, se debe tener en cuenta que los indicadores empleados se
adecúan al marco sociocultural en el que se encuentra la persona, con el objetivo de obtener un
acercamiento más ecológico. Por ejemplo, en los niños un indicador podría ser el logro académico, y
en el personal militar la ausencia de síntomas psiquiátricos. ¿Y qué pasa cuando sí es una adversidad
pero la mayoría no lo toma como tal?
c) Proceso resiliente

Como ya se ha visto, a raíz de la segunda


generación de investigadores ha surgido un
creciente interés en describir la resiliencia como
Buenos resultados
un proceso caracterizado por los buenos
a pesar de la resultados a pesar de la adversidad. Un proceso
adversidad que tiene en cuenta la dinámica entre múltiples
(no se ha dicho factores de riesgo y factores resilientes, los
qué es un "buen cuales pueden ser familiares, bioquímicos,
resultado") fisiológicos, cognitivos, afectivos, biográficos,
Dinámica entre socioeconómicos, sociales y/o culturales
varios factores (Melillo y Suárez Ojeda, 2008).
sociales y biológicos
La noción de proceso descarta definitivamente la concepción de resiliencia como atributo personal, ya
que un atributo personal sería inherente a algunos seres humanos y como consecuencia, quien no
tiene este atributo sería de alguna manera un fracaso (Luthar, Cicchetti y Becker, 2000). Entenderla
como proceso supone poner en duda que la resiliencia sea un atributo personal o estado estático de
la existencia, porque la persona puede ir construyéndola en interacción con el ambiente.
Por lo tanto, también puede perder su resilencia con el tiempo.
A la hora de definir un concepto es importante cuidar la forma en la que lo hacemos, pues refleja cómo
lo entendemos, e influye en su evaluación y campo de aplicación. La resiliencia proviene del verbo latín
“resilire” que significa volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar, ser repelido o resurgir. Cuando
se emplea en relación con las personas, numerosas definiciones han sido propuestas, todas ellas
influenciadas por el contexto social e histórico en el que tienen lugar las investigaciones.

7
FUENTES DE REFERENCIA

 Adger, W. (2000). Social and ecological resilience: Are they related? Progress in Human
Geography.
 Ahlert, I. A., & Greeff, A. P. (2012). Resilience factors associated with adaptation in families
with deaf and hard of hearing children. American Annals of the Deaf, 157(4), 391-404.
Retrieved from http://search.proquest.com/docview/1233200925?accountid=14555
 Agaibi, C. E., & Wilson, J. P. (2005). Trauma, PTSD, and resilience: A review of the literature.
Trauma, Violence and abuse.
 Florenzano, R. y Valdés, M. (2005). El adolescente y sus conductas de riesgo. Santiago:
Ediciones Universidad Católica de Chile.
 Folkman, S., & Moskowitz, J. T. (2004). Coping: pitfalls and promise. Annual Review Psychology.
 Freche, R. (2013). Optimism and resilience, as moderated by coping style, on prenatal
depressive symptomology and salivary cortisol response to stress.
 California State University, Long Beach). ProQuest Dissertations and Theses, 139. Retrieved
from: http://search.proquest.com/docview/1509494265?accountid=14555
 Gutiérrez M. y Romero I. (2014). Resiliencia, bienestar subjetivo y actitudes de los
adolescentes hacia el consumo de drogas en Angola. Anales de psicología, vol. 30, nº 2 (mayo).
http://dx.doi.org/10.6018/analesps.30.2.148131
 Haase, J. E. (2004).The adolescent resilience model as a guide to interventions. Journal of
Pediatric Oncology Nursing.
 Hatala, A. R. (2011) Resilience and Healing Amidst Depressive Experiences: An Emerging Four-
Factor Model from Emic/Etic Perspectives. Journal of Spirituality in Mental Health.

También podría gustarte