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ASE-004-2006
Germán Alberto Méndez. C.P
Asesor Espiritual.
Dedicada a P. José María Pujadas
Buenos días Juventud, quise escribir unas líneas para tratar de entender el significado de
la palabra Emproísta, y más porque el próximo día 9 de diciembre celebraremos el día
del emproísmo. Para mi Emproista es una vocación específica en la Iglesia, un llamado.
El primer día del Encuentro gira de hecho sobre el llamado que nos hace la historia a los
jóvenes y que en últimas es el mismo llamado que en su momento hizo Jesús a sus
discípulos y discípulas: “Ven y sígueme”. Aquellas palabras de Jesús se convierten en
el mensaje central de sí mismo, pues el héroe es el mismo quien llama, no es seguido
simplemente, es quien convoca a una misión específica que entusiasma y transforma.
El evangelio nos cuenta como Jesús llamó a Pedro, Juan, Santiago y Andrés, y en otros
lugares se nos narra la llamada de otras personas para ser discípulos y discípulas. El
mensaje “¿Qué es el hombre?” nos insiste en este mismo llamado. Cada uno es llamado
directamente por el hombre de Nazaret, o por algún amigo; precisamente la misma
manera como nosotros vinimos al movimiento para conocer al maestro, y el mismo
anuncio de felicidad ó santidad.
Creo que el Encuentro es una llamada que Cristo nuestro Héroe, sigue haciendo a partir
de nuestro testimonio y del mensaje a la juventud de nuestro tiempo. Cuando asistimos
a un Encuentro de Promoción Juvenil es Jesús quien pasa, mira y llama. Los jóvenes
escuchan, muchos hasta dejan todo y lo siguen. Para muchos el Encuentro es la
oportunidad que tienen de encontrarse por primera vez con el Maestro. Y a pesar de
todo, muchos dejan tantas cosas, tantos vicios, tantos intereses, para seguirle de
inmediato. ¡El Encuentro con Jesús parece un flechazo! Muchos ya conocían a Jesús,
muchos le empezarán a conocer, pero todos sin duda conoceremos más de él en cada
uno de los Encuentros que hacemos con este Hombre.
En uno de los encuentros con Jesús en el evangelio de Juan dice que el discípulo que da
testimonio y habla del mensaje del hombre de Nazaret termina diciéndole a quien asiste
en una invitación que contagia: “Venid y lo veréis”, y el mismo texto termina cuando el
joven que asiste lo encuentra por él mismo y lo sigue por él mismo. Lo que desafía de
la invitación es que todos los discípulos y discípulas puedan saber con certeza cómo
vive, qué piensa el Maestro en cada situación, luego el Encuentro con Jesús se da en el
proceso de muchos más encuentros.
Las comunidades cristianas de los primeros tiempos querían transmitir con su propia
vida el mismo llamado que habían sentido de boca del maestro, por eso continuamos
diciendo nosotros que Jesús es el modelo a imitar. La llegada del Reino a las
comunidades se manifiesta en la manera como los discípulos y discípulas se reconocen
por su vida y practica de Jesús. por su manera de estar con él en todos los momentos,
por su manera de dejarlo vivir en ellos de llevarlo en su propia barca.
A los jóvenes os gusta el mar y, cuando podéis, navegar. Eso es el mundo, un mar;
y eso es la vida, una navegación, una aventura en el mar. Siendo éste un Encuentro
de Promoción, lo que quiere es que os lancéis a cabalgar sobre las olas y os
decidáis a afrontar los peligros desconocidos del mar, y mirando de frente el
puerto del destino, navegar, navegar.
Cristo, nuestro Héroe, mostrando un día la barca, dijo a Simón: « ¡Boga mar
adentro!» (Lc 5, 4). La vida no es para pasarla tumbado en la playa, panza al sol.
Frente a ti está abierto el horizonte, reclamándote el infinito mar azul.