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I.

Lee los siguientes textos:

Texto 1
¿El Ejecutivo quiere destruir la economía de mercado?
Por El Montonero
Durante la conferencia de prensa presidencial sobre la pandemia, el jefe de Estado
anunció que iba a pedir facultades delegadas al Congreso para legislar en materia
tributaria. En la ronda de preguntas que se sortean en Palacio, algún comunista de la
prensa extranjera –suelen haber en exceso, por sentimientos de culpa colonial– señaló
que en el Perú existían seis familias que controlaban la riqueza y la economía nacional.
El argumento del periodista luego se transformó en una pregunta a la ministra de
Economía, María Antonieta Alva, acerca de la posibilidad de crear “un impuesto para los
ricos” con el objetivo de financiar la cuarentena casi indefinida que se viene, por el
fracaso del sistema de salud (la incapacidad de atender las infecciones por el Codiv-19
con suficientes camas hospitalarias y respiradores). El problema es que la ministra no
negó esta absurda posibilidad, que agregaría más recesión a la recesión desatada por el
fracaso del sistema de salud. Entonces es justo preguntarse, ¿en el Ejecutivo acaso se
piensa asumir la propuesta anticapitalista, antiempresarial, que formulan los diversos
sectores colectivistas para enfrentar la pandemia?
Si en el Ejecutivo existe la tentación de “crear más tributos para los ricos”, entonces el
Gobierno no está haciendo su trabajo para enfrentar la pandemia y la recesión: la
reducción y la reorientación de los gastos. Es decir, cerrar gastos en ministerios, planillas
y consultorías para destinarlos al sector salud. De otro lado, la ciencia económica nos
enseña que cualquier aumento de impuestos a los privados produce el efecto adverso:
reduce la recaudación.
Si el país tiene recursos para el Plan Reactiva Perú, para el bono de S/ 380 y se puede
plantear distribuir otro bono de S/ 760 para 6.8 millones de hogares en esta cuarentena,
que comienza a ser indefinida, solo es por una razón: por haber mantenido un modelo
económico basado en la inversión privada y la disciplina macroeconómica. Ese modelo
posibilitó que la pobreza se redujera –hasta antes de la pandemia– de 60% de la
población a solo 20%, triplicar el PBI y destinar cerca del 30% del PBI (más de US$ 60,000
millones) a gastos del Estado.
Pero, ¿quiénes pararon la olla de este incremento del gasto estatal, que no se expresó
en un mejor sistema de salud? La respuesta es categórica: el 40% de la sociedad formal;
es decir, empresas, personas jurídicas y naturales, que tributan regularmente, mientras
el 60% restante de la sociedad no es formal. Si consideramos impuestos, tasas y
contribuciones, la presión tributaria en el país puede representar el 16% del PBI. Pero si
tomamos en cuenta que solo el 40% de la economía contribuye al fisco, entonces ese
sector está pagando cerca del 40% de sus ingresos al Estado. Es decir, una presión
tributaria igual o mayor que la de los países desarrollados.
Es incuestionable entonces que el sector formal para la olla en el Perú. Algo más para
ser más precisos. El sector privado empresarial financia el 80% de los ingresos fiscales y
ofrece más del 85% del empleo formal e informal.
En medio de una recesión planetaria que derrumbará el PBI del Perú (entre -3% del PBI
y -5% del PBI) y que significará la pérdida de más de cuatro millones de empleos, un
periodista colectivista y las diversas corrientes comunistas sugieren que el Perú se
encamine por la ruta venezolana para enfrentar la pandemia. Es decir, apretar, ahorcar,
al sector privado formal que debe tributar y pagar planillas, hasta que no reste nada de
él. Si se acaba con el sector privado podrán existir algunos meses para expropiar “los
activos de los ricos”; sin embargo, luego de pasado un tiempo la gente se arranchará el
papel higiénico como en Venezuela. Y los muertos no se contarán por centenas –como
ahora sucede por el fracaso del sistema de salud– sino por miles, debido al hambre y la
inanición.
Desde este portal si bien discrepamos con la orientación general del Ejecutivo frente a
la pandemia, de ninguna queremos su fracaso porque significaría un escenario aterrador
para nuestros ancianos, los pobres y los desvalidos. Sin embargo, si a alguien en el
Ejecutivo se le ha ocurrido escuchar los cantos de sirena de los comunistas, el Congreso
tiene el deber de pararse con firmeza y defender la Constitución y los activos
institucionales y económicos que ha logrado el país en las últimas tres décadas.
El Montonero. (20 de abril de 2020) ¿El Ejecutivo quiere destruir la economía de
mercado? El Montonero. Recuperado de https://elmontonero.pe/economia/el-
ejecutivo-quiere-destruir-la-economia-de-mercado
Texto 2
Redistribución en tiempos de pandemia
Por César Castillo y Luan Sánchez
La decisión de incrementar los impuestos siempre ha sido polémica. Una medida de este
tipo pone a ciudadanos de distintas posiciones políticas a discutir sobre la legitimidad y,
más aún, la funcionalidad del incremento de una tasa de impuestos para la estabilidad
y el crecimiento de la economía nacional. Hace algunas semanas, el Presidente del
Consejo de Ministros anunció la posibilidad de crear un impuesto solidario (IS) para
financiar parte de las acciones que el Gobierno está realizando frente a la pandemia.
¿Existe realmente la necesidad de un IS? ¿Cuáles deberían ser sus condiciones y a
quiénes debería estar dirigido este IS?
Los panfletarios que se han hecho de columnas en los diarios “importantes” no han
hecho más que oscurecer el debate. Esta propuesta no es una arremetida socialista, ni
mucho menos la propuesta del IS es la sombra de un totalitarismo rampante. El
incremento de los gastos gubernamentales para enfrentar la emergencia sanitaria ha
lanzado a muchos gobiernos a ensayar medidas de financiamiento. ¿En Perú tenemos
razones para aplicar un nuevo impuesto? Hasta el momento el presupuesto destinado
para la emergencia asciende a un poco más de 5.5 mil millones de soles. De estos, solo
6.6% son recursos reorientados de otras partidas presupuestales, mientras que el resto
es resultado de los decretos supremos y de urgencia emitidos durante la emergencia.
Adicionalmente, el Gobierno ha inyectado 30 mil millones de soles para el plan de
Reactivación Productiva. Iniciado el segundo trimestre del año, el recuento suma 35,5
mil millones de soles ¡Cerca del 20% del presupuesto total aprobado el año pasado y un
poco más del 27% de los fondos pensados para el gasto corriente y pago de deudas del
Gobierno general para este año!
A fines de abril, miembros del Poder Ejecutivo sostuvieron que para cubrir el posible
déficit se aplicaría un impuesto solidario sobre los mayores ingresos (para todos los
trabajadores con ingresos mayores a los 10 mil soles, que es US$ 2,941
aproximadamente). La recaudación proyectada sería entre 200 y 300 millones de soles.
Si todo el impuesto se volviese gasto público amortiguaría la caída del PBI en un 0.1%.
Una medida de este tipo posee tres problemas: (1) un impuesto al ingreso no tiene
sentido porque se espera una alta contracción de la actividad económica provocando
que los ingresos salariales no sean percibidos por los trabajadores que conforman la
base imponible, (2) aún si se recuperan los empleos perdidos durante la cuarentena, los
recortes de sueldos y salarios generarían una reducción del consumo privado (este
representa 64.5% del PBI), y (3) una reducción al consumo privado aceleraría aún más
la caída del aparato productivo nacional. Estos efectos negativos deben ser aclarados
por parte del Gobierno más allá de la arremetida ideológica de economistas,
empresarios y panfletarios cuyo reclamo se resume en la expresión: “¡aplicar impuestos
siempre es malo!” o el idéntico “(…) la literatura existente dice que los impuestos
reducen el crecimiento”.
En términos de equidad y redistribución, si se considerase un IS este debería estar
dirigido a la riqueza, es decir, al acervo de propiedades de los más ricos del Perú (valor
económico acumulado a lo largo del tiempo hasta el presente y proclive a crecer en el
futuro) y no a los ingresos, como muchos expertos han sugerido.
Los ingresos son un flujo en un periodo de tiempo dado, mientras que la riqueza es un
stock que ha sido conseguido gracias a la acumulación de múltiples flujos de ingreso.
En una crisis, los ingresos son los primeros en ser afectados por ser un flujo semanal,
quincenal o mensual, mientras que la riqueza es un stock que podría no verse afectado
ante la crisis y que sería la salvaguarda ante la reducción de nuestros ingresos, como el
caso de nuestros ahorros (CTS, pensiones, propiedades, etc.). En consecuencia, el
impuesto debería focalizarse en los hogares y personas que tienen gran riqueza
acumulada (y no necesariamente los que perciben el mayor ingreso mensual), pues
tienen mayor capacidad de gasto.
Cabe preguntarse, ¿quiénes son los más ricos en el Perú? De acuerdo con las
discusiones, muchos analistas han citado la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO)
como un medio fiable para calcular quiénes serían los llamados a aportar al IS. Es verdad
que la ENAHO es una de las principales fuentes de información sobre los ingresos y los
gastos de los hogares peruanos. Además, es una base de datos utilizada para la
focalización la población más vulnerable y pobre beneficiaria de las políticas sociales. Sin
embargo, no es fiable si se la quiere utilizar para identificar a los hogares más ricos: la
metodología de construcción de dicha base no corrige el subreporte de ingresos. ¿Esto
qué quiere decir? La ENAHO se construye a partir de una muestra de hogares que es
representativa de la totalidad del país (para que los datos puedan ser generalizados). No
obstante, una falencia técnica de la encuesta es que cuando se visita a las familias con
los ingresos más altos para realizarles las preguntas, estas deciden no responder y dejan
un vacío dentro de la muestra.
Gracias a metodologías alternativas a la ENAHO, presentamos el número de adultos
según rangos de riqueza para el Perú sobre la base de los estimados del Credit Suisse
para los años 2016 al 2018. Para el 2018, de los 20 millones de adultos poco menos de
500 mil contaban con una riqueza entre los 100 mil y el millón de dólares y poco más de
40 mil ostentaban una riqueza de más de un millón de dólares. Claramente, en el Perú
hay millonarios y ellos son los llamados a aportar al IS, tal y como lo expresó el
Presidente Vizcarra en su ya conocido horario vespertino.
Algunos críticos sostienen que un impuesto a la riqueza solo generaría incrementos de
la evasión tributaria, especialmente en economías periféricas e informales como la
peruana. Por ello, recomiendan reformas institucionales que hagan más eficiente la
recaudación sin incrementar los impuestos. Sin embargo, no existe contrafactual que
confirme un aumento en la capacidad de recaudación sin incrementar las tasas
impositivas. Otros se refieren a los desincentivos a la inversión que generan los
impuestos. Esta última aproximación olvida que parte de los stocks que componen la
riqueza no generan valor agregado alguno (p.e. valores financieros e inmuebles que no
están conectados con la estructura productiva, compras suntuarias, piezas de arte, etc.).
No toda ganancia de capital es necesariamente (re)invertida.
Finalmente, ante la observación de que no existen datos suficientes para crear un
impuesto a la riqueza, planteamos que la carencia de estimados oficiales se puede
revertir utilizando la información que ya existe en las instituciones públicas: SUNAT
registra los altos ingresos de capital en la base de Principales Contribuyentes, SBS y SMV
poseen información financiera y contable de los grandes patrimonios de personas
jurídicas. Al final, las razones en contra de un IS a la riqueza poseen un tinte más político
que técnico.
Adaptado de Castillo, C. & Sánchez, L. (13 de mayo de 2020). Redistribución en tiempos
de pandemia: pertinencia de un impuesto solidario (a la riqueza)”. Otra Mirada.
Recuperado de http://www.otramirada.pe/redistribuci%C3%B3nen-tiempos-de-
pandemiapertinencia-de-un-impuesto-solidario-la-riqueza

ACTIVIDADES:

1. A partir de los textos leídos, contrasta las opiniones y argumentos de los


autores con relación al impuesto a la riqueza.
Texto ¿El Ejecutivo quiere destruir la Redistribución en tiempos de pandemia
economía de mercado?

Postura La idea de crear un impuesto a los ricos no Si se llegase a considerar un IS (impuesto


es eficaz. Solo el 40% de la sociedad es solidario) este debería estar dirigido a la
formal, siendo este sector el que financia riqueza, es decir, al conjunto de propiedades
la mayor parte de los ingresos fiscales, así de los más ricos del Perú (valor económico
como de los empleos formales e acumulado a lo largo del tiempo hasta el
informales. Es este sector el que se hace presente y con probabilidades de crecer en el
cargo de las responsabilidades futuro) y no a los ingresos. En una crisis, los
económicas del país. Por lo que, a lo ingresos son los primeros en ser afectados por
contrario que se esperaría, un impuesto a ser un flujo semanal, quincenal o mensual.
los ricos generaría una reducción de la Mientras que la riqueza es un stock que podría
recaudación. El Ejecutivo debe defender no verse afectado ante la crisis y que sería la
la Constitución y los activos salvaguarda ante la reducción de ingresos. Al
institucionales y económicos que el país final, las razones en contra de un IS a la
ha logrado en las últimas décadas. riqueza poseen un más un tinte más político
que técnico.

Argumentos 1. La reducción de la pobreza y el 1. La medida de un impuesto solidario a


aumento del PBI que se había se estaba aquellos trabajadores que registren un sueldo
llevando hasta antes del inicio de la mayor a los 10 mil soles podría generar que los
pandemia era gracias al modelo ingresos salariales no sean percibidos por los
económico que el estado había trabajadores, asimismo, si es que se llegan a
mantenido, el cual está basado en la recuperar los empleos, los recortes en los
inversión privada y la disciplina sueldos generarían una reducción del
macroeconómica. consumo privado lo que provocaría una caída
en el aparato productivo nacional.
2. La idea de crear un impuesto a los ricos 2. El Estado peruano puede usar la
deriva de la incapacidad del estado de información de la administración tributaria,
llevar a cabo planes sostenibles para pues esta registra los altos ingresos de capital
enfrentar la pandemia y la recesión en la base de Principales Contribuyentes, la
Económica. Planes como la reducción y la Superintendencia de Banca y Seguros y la
reorientación (Es decir, cerrar gastos en Superintendencia de Mercados y Valores
ministerios, planillas y consultorías para poseen información financiera y contable de
destinarlos al sector salud) serian una los grandes patrimonios de personas jurídicas.
alternativa.

2. Después de haber leído los textos e identificado las posturas y los argumentos, ¿consideras
que el Estado debe implementar un impuesto a la riqueza? Puedes buscar información
complementaria para responder a la pregunta. Tu respuesta debe ser redactada en un párrafo
breve que incluya tu postura y al menos dos argumentos que la sostengan.

Postura

El gobierno debería de considerar la posibilidad de aplicar un impuesto de solidaridad o


sobre la riqueza a quienes se beneficiaron durante la pandemia, para reducir las
desigualdades extremas. La pandemia del COVID-19 tuvo fuertes impactos económicos
y sociales que exacerbaron los problemas de desigualdad entre ricos y pobres. Según un
informe de la ONU las personas más ricas del mundo vieron aumentar sus patrimonios
en US$ 5 billones durante la pandemia, y el Perú pasó de tener 2 multimillonarios con
un patrimonio neto de US$ 5,000 millones a 6 multimillonarios con US$ 11,000 millones
entre marzo 2020 y marzo 2021. La propuesta de un impuesto a la riqueza podría
proporcionar algunos de los recursos necesarios para promover ganancias sociales y
económicas generalizadas.

Argumento 1.

Si bien los impuestos a la riqueza son un instrumento que pueden incrementar el


impacto redistributivo de los sistemas tributarios, en la práctica este impacto puede ser
muy limitado si los mismos no se diseñan y gestionan adecuadamente. Esta propuesta
debe de establecer límites definidos de tal manera que no abarque a aquellos que, por
lo contrario, fueron afectados en mayor proporción por la pandemia. Para determinar
estos elementos, es preciso que los gobiernos tengan en cuenta que estos no pueden
definirse de forma aislada, sino que debe tenerse en cuenta la interacción con otros
impuestos existentes, como el impuesto a la renta personal o el impuesto predial.

Argumento 2.

Uno de los puntos quizás, pasado por alto por el momento pero que, con el tiempo
tomará mayor importancia es el de la deuda externa, la crisis provocó un
endeudamiento, por lo que se debe de reforzar la estructura de la deuda internacional
para acabar con los letales ciclos de oleadas de deuda, de crisis de deuda global. Es por
ello que se necesita un cambio que permita alinear al sector privado con las metas
nacionales para hacer frente a los retos futuros, incluidos los provocados por el
coronavirus.

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