Está en la página 1de 2

ENTREGA DE SIGNOS A LA QUINCEAÑERA

Palabra de Dios.
Las personas que traen consigo la Sagrada Escritura se la entregan al sacerdote y
éste, dirigiéndose a la quinceañera, dice:

N., recibe la Sagrada Escritura que contiene la Palabra de Dios, en ella encontrarás
diversas historias de los hombres y cómo Dios intervino en la vida de cada uno de
ellos y convirtió su historia en historia de salvación. Por medio de esta Palabra, Dios
quiere intervenir en tu vida para darte la salvación y andes en sus caminos. En ella
también encontrarás las palabras, obras y milagros del Señor Jesús para que la leas
con amor y con devoción.

Al entregarte esta Palabra de Dios debes comprometerte a leerla, meditarla y


practicarla para alcanzar así la vida eterna.

La quinceañera recibe de manos del sacerdote la Sagrada Escritura, la besa como


signo de respeto y veneración y dice:

Yo, N., la recibo en señal de obediencia y con el acompañamiento


continuo y constante de mis padres y amigos la leeré, la meditaré
y la pondré en práctica.
Gracias, papas y amigos, porque sé que no me abandonarán
en este santo ejercicio que Dios nos confía.

Bendición del santo rosario y de la medalla de la santísima Virgen María.

Rocía con agua bendita el santo rosario y la medalla.


Sacerdote: N., recibe este Rosario que es signo del amor a la Virgen María que debes
tener todos los días de tu vida, procura rezarle siempre y en todo momento para que
ella vaya modelando tu corazón así como modeló el corazón de Jesús.

La quinceañera agrega, diciendo:

Yo lo recibo por ese amor que le tengo a la Madre de Dios


y le rezaré para que ella me conduzca a Jesús durante toda mi vida
y me comprometo a imitar sus virtudes.
La quinceañera recibe el santo rosario, lo besa y sé queda con él entre sus manos.

Sacerdote: N., recibe la medalla de la santísima Virgen María, estrella de la


evangelización, llévala con dignidad y dando testimonio de tu vida cristiana en todos
los ambientes donde te desenvuelvas. La medalla es un recuerdo de la fidelidad que
debes guardarle a la santísima Virgen hasta el fin de tu vida.

La persona que traía consigo la medalla ayuda a la quinceañera a colocársela en el


cuello.

También podría gustarte