Exclusivamente estoy esperando a las estrellas, en primera fila mirando
al cielo. Sin excepciones complacido por la noche, saboreando al viento con
un frio intenso. La ternura de tu piel en cada ola de aire me visita el pensamiento, apartando todo lo demás que no sea nostalgia. Quisiera tenerte. Quisiera tenerte para apreciarte a luz divina, para sentirte a brazo corto, para curtirme de risa. Quisiera tenerte a detalle por detalle, desde la mancha de tu blusa hasta el color de tu semblante, y que mi alma tan confusa se establezca en tus andares. Quisiera copiar alegremente en mis manos tu aroma para guardarte dulcemente entre mis dedos, cubrir mi piel de tus vestigios, sentir que quiero y que me quieres, y que estas, Si, que estas. Que estas conmigo en todas partes, y en lo particular de ser feliz, en lo exploratorio de la muerte, en lo cotidiano de mis besos, en el sueño equivocado pero coherente de vivir. Quisiera tenerte aquí, con todo, con nada mas que perder que no sea tiempo, con nada mas que ganar que no sea frio, que seas tu dulcemente agarrando mis manos al compa del viento, que se te callen los fantasmas, que se te sequen las lágrimas, que seas feliz y triste conmigo, quisiera tenerte conmigo.
El querer que sospechas.
El día que me quieras será gris y lluvioso. Esperaras en tu ventana mi silueta entre las gotas que abrazan el suelo que pisas cada mañana; Miraras confundida tus manos, te preguntaras cuanto te quiero, te confundirás de deseo, sentirás que el tiempo corre y se te sale de las manos, callaras profundamente mi sonrisa mirándote en cada recuerdo, abrazaras cada instante descolorido que pinte para ti en versos de tus libretas. Y será todo lo puedas hallar ese día gris en tu ventana. En contraste sentiré que llamas, que me buscas desesperadamente como un iluso, correré al viejo recuerdo que tanto reviso cuando divago entre multitudes y soledades, ese que invente sin tu consentimiento, ese mismo que describen mis versos en tus libretas, ese recuerdo de miles de instantes no vividos, ese mismo naufragio de lágrimas que no brotaran de nosotros porque a la mar está el amor que te tengo y al ancla esta el querer que sospechas.