Está en la página 1de 5

DIÓCESIS DE SONSÓN – RIONEGRO

SEMINARIO NUESTRA SEÑORA DE MARINILLA


EVALUACIÓN PRUEBAS PSICOLÓGICAS

PROYECTAR UNA VIDA CON PROPÓSITO

PRESENTACIÓN

Una de las más interesantes aventuras que se nos presentan en la vida es “encontrar el sentido”,
pero nos corresponde a cada uno, desde lo individual, hallar el propósito que nos permitirá
sumergirnos al máximo en nuestra travesía por este mundo. Se trata de encontrar las respuestas
particulares a las preguntas ¿De qué se trata la vida? y ¿Qué vine a hacer aquí?, se trata de
respuestas particulares, porque necesitamos respuestas que nos sirvan a nosotros.

Tal vez, al plantearnos estas preguntas por primera vez, podrían parecernos como algo fuera de
nuestro alcance, y reservado exclusivamente para los grandes filósofos. Pero, los más grandes
filósofos comprendieron que esta es una tarea individual, lo cual se encuentra demostrado en la
ancestral frase "Conócete a ti mismo" de Sócrates; con la cual lejos de pretender tener las
respuestas para toda la humanidad, incentivaban a cada individuo a encontrar la verdad.

INTRODUCCIÓN
Cambia el ser, pero el entorno también cambia y lo hace en forma permanente. Y en la medida en
que cobramos conciencia de este proceso, también pasamos conciencia de nuestra responsabilidad
personal y social para con los otros, en cuanto que mis actos, por omisión influyen sobre los otros
y sobre el mundo como un todo. Al vivir, al existir, aceptamos cambiar y en tanto que
experimentamos el vivir, en la medida en que existimos, cambiamos y ello implica transformar el
mundo. Las imperfecciones propias e inherentes al ser humanos, nos limitan en cuanto a nuestras
posibilidades de alcanzar el ser en sí y de ahí nuestra necesidad de continuar en forma permanente
con la búsqueda. Es decir, el cambio es el poder llegar al ser en sí y como el ser se desarrolla en el
mundo. En la medida en que nuestro cambio implica el cambio de otros, en cuanto que mis actos
influyen en los actos de los demás , mi no-cambio tiene como consecuencia la imposibilidad del
cambio de los otros y por ello soy responsable de que los otros puedan llegar al ser en sí, lo que
deviene en que al buscar mi propia transformación como algo productivo y positivo, contribuya
directa e indirectamente a permitir y facilitar el cambio en y de los demás. El mundo ha sido
cambiado no por quienes tiene poder sobre otros, sino por quienes tiene poder sobre sí mismos y
asumen la posición de conquistarse y el compromiso de generar cambios en su propia realidad.

A diferencia de otros seres, vivos o inanimados, los hombres podemos inventar y elegir en parte
nuestra forma de vida. Y como podemos inventar y elegir, podemos equivocarnos, que es algo que a
las abejas y las termitas no suele pasarles. De modo, que parece prudente fijarnos bien, en lo que
hacemos, y procurar adquirir un cierto saber vivir que nos permita acertar. Lo que vaya a ser nuestra
vida depende (al menos en parte) de nosotros mismos. La libertad es lo que hace posible acertar y
equivocarse, la alabanza o el reproche (es decir, la valoración de la conducta).
Son necesarias tres cosas en nuestra vida para poder promover el crecimiento, y estas son:

AUTENTICIDAD: Ser nosotros mismos, mostrarnos como somos, dejar que nuestra esencia fluya.
ACEPTACIÓN: aprender a asumir nuestros sentimientos positivos y negativos, estimar lo que somos.
COMPRENSIÓN: Propia y de otros, de lo que sentimos, de lo que necesitamos, de lo que realmente
queremos y hacía donde apunta nuestra autorrealización.

 La invitación es a convertirnos en dueños de nosotros mismos.


 No dejemos que otros escojan nuestra vida y lo que realmente queremos vivir
 La naturaleza básica del hombre no es algo para ser temido, sino para ser liberado
 El mundo ha sido cambiado por los que caminan suave por la vida.
 Atrévete a ser tú mismo y a descubrir lo grande que puedes ser si así lo decides.

La persona humana está llamada a realizarse; es decir, a construir su personalidad, formar su manera
de ser y adquirir una serie de valores. Ello es posible mediante el desarrollo de sus capacidades
físicas, intelectuales y afectivas; para conseguir esta realización, el ser humano ha de estar abierto a la
trascendencia. En este tema nos centraremos en el problema de si la vida tiene o no tiene sentido;
mirando que condiciones facilitan una vida con propósito y cuáles son adversas para que las personas
alcancen sus metas.

Es un hecho que un porcentaje de las personas que habitan este planeta no saben por qué están vivas,
y ni siquiera piensan en ello. Aun así, una vida sin sentido se hace poco llevadera al pasar el tiempo.
Es por eso que muchas personas se encuentran en situaciones no deseadas después de retirarse, que
los desempleados se sienten deprimidos, y aun los ricos y famosos se sienten infelices. Encontrarle
sentido a la vida es de vital importancia, pues de otra manera podríamos ser presa fácil de los falsos
sentidos; de no ocuparnos en encontrar el sentido de nuestra propia vida, podríamos sentir un vacío en
nuestro interior. En ese caso existiríamos, pero no sabríamos ¿por qué o para qué? Y esto es algo que
nos toca resolver por nuestros propios medios, pues nadie puede decirnos cuál es el propósito de
nuestra existencia humana, mucho menos como realizar el máximo de nuestro potencial. Para eso
tenemos primero que conocernos. Recordemos que un vacío siempre es llenado, el Universo no
permite carencias, y muy profundamente nosotros tampoco creemos en ellas.

En ausencia de un verdadero sentido y propósito en la vida, encontraremos alguna otra cosa con que
llenar ese supuesto "vacío", y al hacerlo le estaremos dando la espalda (aunque solo
momentáneamente) a nuestro impulso interior, que nos motiva a buscar dentro de nosotros mismos
las respuestas. Por el contrario, elegimos algún falso sentido y lo expandimos hasta creer que
llenamos nuestra vida. De esta manera elegimos creer que no necesitamos ocuparnos de encontrarle
sentido a nuestra existencia. Eso nos hace sentir más cómodos, al menos por un rato. Pero, ¿Cuáles
son estos falsos sentidos que mencionamos? En realidad pueden ser tantos y tan variados como
personas existen en este planeta. Veamos. Una persona podría elegir crear sentido en su vida por
medio de la obtención de riquezas, y comenzar así una carrera que le brinde poca satisfacción, con la
cual no se identifica internamente, y que termina haciéndole desear estar en otro lugar haciendo algo
diferente. Otra persona podría intentar llenar "el vacío" por medio de las relaciones y sus
consecuentes obligaciones y responsabilidades. Puesto que esta persona inicia estas relacionas
buscando fuera de sí misma las respuestas que lleva dentro, las mismas se ocupan de señalarse de
diferentes maneras, principalmente por medio de una creciente incomodidad e insatisfacción, que ese
no es el camino a seguir.

Es sólo cuando todas las actividades que realizamos encajan en nuestro plan de vida que podemos
obrar coherentemente, y crear un sentido amplio que nos permita manifestar lo que realmente somos.
En caso de no tener un plan de vida, nuestras actividades diarias podrían convertirse en ese plan, y así
hacernos vivir la ilusión de que le dan sentido a nuestra vida cuando la realidad es otra, no le brindan
más que un sentido fraccionado. Tal vez ocupen nuestros pensamientos y acciones, pero no pueden
brindar total satisfacción.

ENCONTRANDO SENTIDO

Encontrarle sentido a la vida es una aventura fascinante. Independientemente del punto de partida, la
creación de un plan de vida es esencial. Cada uno de nosotros necesita encontrarle sentido a su vida,
saber por qué estamos aquí. Una vez establecido este plan, nuestras actividades y proyectos emergen
de y son coherentes con él. De esta manera nuestras acciones adquieren sentido y tomamos
consciencia de nuestra capacidad de crear nuestra realidad a voluntad. Al reconocer todo esto,
tomamos consciencia de que el sentido de la vida tiene que ver con asumir la responsabilidad de
nuestra vida y lo que ocurre en ella, con convertirnos en creadores de nuestra vida en lugar de ser
simples observadores pasivos, y que nos encontramos aquí para un propósito único, que solo nosotros
podemos realizar. Podemos entonces dirigir nuestra vida para manifestar ese propósito en nuestra
cotidianidad y pensar que algo tan grande podría manifestarse a partir de dos preguntas: ¿De qué se
trata la vida? y ¿Qué vine a hacer aquí?
TALLER

Trate de responder las siguientes preguntas:

1. ¿Cuál es el sentido de la vida?


2. ¿Tiene algún sentido tanto esfuerzo y tanto cansancio?
3. ¿Si la vida es injusta por qué muchas veces seguimos
MI PROGRAMA luchando?
DE VIDA

Cada ser humano tiene un proyecto que gerenciar: no le pagan millones por realizarlo, no tiene
tiempo definido en el cual se diga que se ha concluido, no se pagan horas extras, ni se dan
bonificaciones o compensaciones aunque se concluyan metas y se tengan los más grandiosos logros,
siempre se tiene algo que construir en él, y es necesario luchar a diario para alcanzarlo, sin embargo,
es el proyecto más gratificante que puede alguien realizar y el que más satisfacciones dará... Se trata
nada más y nada menos que el proyecto de vida humano y profesional. Es aquello que una persona se
traza con el fin de conseguir uno o varios objetivos para su existencia. Lleva a las personas a definir
conscientemente el curso de acción que debe guiar su futuro.

Su elaboración, debe conducir a definir espacios de profundo análisis sobre las situaciones futuras que
enmarcaran el desarrollo personal, su autorrealización, es por esto, que se considera de gran
importancia la aplicación de la planeación estratégica en el campo personal, como marco de
referencia que permita abrir espacios de reflexión a través de los cuales se identifiquen plenamente las
potencialidades y limitaciones actuales para ser explotadas o en su defecto vencidas, y lograr Diseñar
un futuro acorde a los deseos y aspiraciones que se quieran obtener.

La vida humana no puede vivirse simplemente “a lo que salga”. A pesar de sus ventajas, la
perplejidad no puede erigirse en estado de vida para una persona. Por ello, y de manera más o menos
consciente sea por tradición o por adquisición personal, todos vamos configurando modos de hacer
las cosas. El conjunto de estos modos constituye la cotidianidad de la persona. Por medio de esta
cotidianidad, cada uno domina su perplejidad y deja libre la mente para ocuparse de otras cosas. Con
ello nos resulta posible, en cierta medida, desentendernos del futuro inmediato para no vivir
solamente resolviendo la vida. Por ejemplo, normalmente uno no tiene que resolver cada mañana
como va a amarrarse los zapatos, en donde va a encontrar con que vestirse, etc. En esto, desde luego,
no hay un modelo único, porque hay que tomar en cuenta muchos factores: la cultura, el
temperamento, el nivel profesional, la salud, y muchos otros. Por eso hay vidas más organizadas y
menos organizadas. Usualmente, las primeras tienen un mayor porcentaje de cotidianidad; menos
sorpresas pero mayor capacidad de proyección. En el otro extremo, en cambio, es frecuente
comprobar que cuando una persona, por extrema pobreza o por otras razones, no logra resolver su
cotidianidad, gasta todo su día simplemente en vivir el día. En este caso, hablando en términos
económicos, gasta todo lo que se va ganando, este tipo de vida se cierra sobre si mismo; es como un
caminante que apenas alcanzara a verse los pies.

Al contrario, “Proyectar” significa literalmente “lanzar, arrojar (hacia adelante) “. De acuerdo con
ello, un proyecto es como un cable que arrojamos hacia el futuro, como un ancla que fija nuestra
atención y esfuerzo en aquello que no hemos hecho pero que es posible hacer. Si se planea lo que se
va a ser no habrá necesidad de dejar a un lado lo importante para dedicar tiempo a lo urgente. Si se
planea, se prevé lo necesario, lo natural y no se caerá en momentos apremiantes, el tiempo es el
mismo y en las manos del ser humano está todo. Hemos sido educados para sentiros incompletos,
siempre nos falta algo y solo completos se puede gozar de lo que se tiene. Nos enseñaron, la felicidad
deberá esperar a completar lo que falta. Y como siempre nos falta algo, la idea retoma el comienzo y
nunca se puede gozar la vida. Qué pasaría si nos diéramos cuenta que no nos falta nada, que nadie se
quedó con lo nuestro, Cuantas cosas cambiarían si pudiéramos disfrutar de nuestros tesoros tal como
están; ánimo pues en este proyecto que tienes de hacer de tu vocación un servicio a los demás.

También podría gustarte