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ESTRATEGIA PARADÓJICA EN ESCUELA

1- Resumen de la técnica
2- Fundamentos teóricos
3- Descripción
4- Su funcionamiento
5- Limitaciones y precauciones en su uso
6- Casos prácticos

1- Resumen de la técnica:
Ámbito de aplicación: Estas técnicas se suelen utilizar puntualmente en casos
concretos y especialmente cuando otros recursos más
habituales no han funcionado. Puede utilizarse para
contrarestar conductas disruptivas de desobediencia,
negativismo o de tipo desafiante-oposicionista.
Principalmente cuando estas conductas suponen además
intentos para acaparar la atención de los demás sean
compañeros o maestros.
Edad: Puede utilizarse a cualquier edad con los ajustes pertinentes.
En alumnos de escuela ordinaria y de educación especial que
tengan el nivel cognitivo suficiente.
Puntos fuertes: Supone un recurso alternativo cuando otras estrategias más
convencionales no han acabado de funcionar. Introducen
elementos nuevos no esperados en las consecuencias de las
conductas disruptivas y provocan en los niños o jóvenes un
cortocircuito en el círculo habitual acción-reacción.
Limitaciones: No hay patrones fijos a seguir. Depende de la creatividad de
la persona que lo utiliza y la elección del momento y la
situación. Puede provocar, si no se utiliza adecuadamente, un
efecto reforzador de la conducta que intentamos controlar.
Una vez utilizada una estrategia determinada ésta deja de ser
sorprendente y no tendrá un efecto tan contundente como
cuando se utilizó por primera vez.

2- Fundamentos teóricos

Las estrategias que vamos a plantear en esta página suponen una adaptación de algunos de
los principios de la llamada Intención Paradójica expuesta originalmente por el Dr. Victor
Frankl en 1.936 y 1.946. Desde entonces han sido aplicados en diferentes contextos y
situaciones dentro de la Modificación de Conducta.
3- Descripción

Esta técnica recibió la denominación de “paradójica” dado que los procedimientos se


construyen para sorprender. Son contrarios a las expectativas de los pacientes, a sus propias
expectativas de lo que se espera de ellos y, en definitiva, ocurre un cambio drástico en la
forma de sentir y afrontar el problema.
En general, las técnicas paradójicas en psicología, implican pedir al paciente que haga o
aumente la frecuencia precisamente de lo que se quiere evitar.
Los mejores resultados se dieron en personas en las que asociados al problema que había de
tratarse, presentaban ansiedad anticipatoria. Por ejemplo, a un niño que no podía dormir
(insomnio), se le pedió que preparara su habitación para no dormir durante toda la noche.
Así el niño disponía sus juguetes preferidos para entretenerse y eliminaba la tensión que le
producía el hecho de pensar que se acercaba la noche y no podría conciliar el sueño. El
resultado es que se quedaba dormido.

Pero lo que nos interesa aquí de la técnica es su efecto sorprendente, novedoso, no


esperado.
Muchas conductas disruptivas, tanto en casa como en el colegio, tienden a cronificarse. Los
mismos hechos se repiten una y otra vez en un círculo vicioso en el que los diferentes
protagonistas ya conocen el final. Existe una especie de “acomodación” a los hechos y
circunstancias pese a que sean dolorosas para todos. Estos episodios cíclicos pueden
intentar romperse precisamente con estrategias paradójicas, aprovechando su poder para
cambiar las contingencias habituales y esperadas.

4- Su funcionamiento

Luis era un niño de 10 años que presentaba numerosas conductas disruptivas. Sus padres
estaban especialmente preocupados por la actitud del niño que cada vez que se enfadaba
se subía a un armario. Dentro de un programa más estructurado en el que se incorporó la
economía de fichas, se le dijo al niño que si se subía al armario debería permanecer allí un
determinado tiempo, en caso contrario perdería puntos.

Por qué funciona:

1º- Las instrucciones resultan paradójicas (no esperadas para el niño). Se le pide que haga
justo lo que él está acostumbrado a hacer para llamar la atención y provocar el enfado de
los padres. Ello supone un cambio de contingencias en la situación.

2º- Si el niño está acostumbrado a ser desobediente, le provocamos una situación de


perplejidad, dado que ahora la desobediencia sólo se puede dar en sentido contrario, es
decir para desobedecer a sus padres debería bajar inmediatamente del armario.

3º- Por otra parte, el hecho de subirse al armario se convierte en aversivo ya que si efectúa
la conducta ya no se le obliga a bajar (no hay enfado de los padres) y además tiene que
estar un tiempo allí si no quiere perder puntos.

En resumen, el poder de la técnica se basa en su capacidad de sorprender y cambiar las


contingencias de las situaciones, en especial, aquellas que se han cronificado.

5- Limitaciones y precauciones en su uso

Como limitaciones hay que señalar que no se trata de una técnica estructurada sino de un
principio teórico basado en la intención de crear un cambio de perspectiva. Por tanto, cada
intervención depende mucho de la persona que lo aplica, su creatividad, idoneidad en el
momento y el tiempo preciso para que ejerza efectos positivos.

El uso de estas técnicas es más adecuado cuando los métodos tradicionales ya se han
agotado o nos encontramos ante una situación complicada o imprevista y tenemos que
buscar un elemento novedoso para salir de la situación lo mejor posible.

Imaginemos una clase con 25 adolescentes y un joven que se muestra muy desafiante y se
niega a abandonar el aula tras ser expulsado por el maestro. La situación es tensa y el
joven puede explotar si es obligado a salir. Por otra parte el maestro no cuenta, en ese
momento de ayudas externas. El joven sigue afirmando que no va a salir del aula bajo
ningún concepto y va a permanecer en ella pase lo que pase. La autoridad del maestro está
siendo puesta en evidencia.

¿Cómo pueden ayudarnos aquí las estrategias paradójicas?

En esta situación, necesitamos urgentemente hacer un requiebro, lanzar una bola de humo y
cambiar el guión de las contingencias esperadas. El joven probablemente espera entrar de
lleno en el conflicto. Es su decisión frente a la del maestro. Sin embargo, esto va a cambiar.
El maestro decide aceptar la decisión del joven de quedarse en el aula a toda costa, pero a la
vez, mantiene que éste debe seguir separado del grupo por lo que maestro y resto de
alumnos abandonan el aula y van a dar la clase a otro recinto.
Evidentemente esta actuación depende de las posibilidades del colegio y, en todo caso, no
exime al alumno agresivo de recibir posteriormente las consecuencias correspondientes
previstas por la dirección del Centro. Lo que nos interesa es que maestro y compañeros han
salvado la situación de la mejor manera posible ante un hecho imprevisto. Pese a que se
puede pensar que el alumno desafiante puede entonces reaccionar siguiendo a los alumnos
en su salida de clase, esto ocurre raramente ya que, de entrada, el primer efecto suele ser la
perplejidad por el cambio de las contingencias habituales.

Otra de las limitaciones de las estrategias paradójicas es que a medida que las utilizamos
pueden ir perdiendo su capacidad “sorpresiva” y las situaciones se vuelven de nuevo a ser
previsibles. Por tanto, es importante la creatividad e ir introduciendo factores novedosos en
función del caso.

6- Casos prácticos

Ejemplo 1

P. es un adolescente de 14 años que asiste regularmente al colegio pero no muestra ningún


interés por aprender. Pertenece a un grupo étnico y social de riesgo con carencias
económicas. A ello se le une la pérdida por enfermedad de la figura paterna. En la escuela
se niega sistemáticamente a trabajar creando un problema a los maestros en el aula. Con
frecuencia desatiende sus instrucciones no siguiendo las actividades correspondientes.

Como parte de la estrategia de intervención, se aconsejó a los maestros de P. utilizar


estrategias paradójicas en el aula. Se le dio permiso al joven para no hacer nada durante
toda la jornada. Quedaba exento de efectuar cualquier actividad, sólo debía permanecer
callado y quieto en su sitio. Al mismo tiempo se le recordaba que no debía hacer nada en el
caso de intentar sumarse a cualquier actividad por su cuenta. La idea era tenerlo muerto de
aburrimiento y que fuera el niño quien tuviera la necesidad de solicitar incorporarse al
trabajo en el aula.

Ahora las contingencias habían cambiado. P. se daba cuenta que era peor (menos
reforzante) no hacer nada, que ir efectuando las actividades, a pesar de que algunas de ellas
no le gustaban. No se le imponía trabajar sino que era él mismo quien lo decidía como mal
menor.

Ejemplo 2

Rafa es un niño de 7 años que tiene algunos problemas de conducta, especialmente, con su
madre. Con frecuencia al salir del colegio y cuando lo viene a buscar se niega a subir al
coche y comienza todo un repertorio desafiante. El niño se niega a ir a casa. La madre
intenta convencerle con todo tipo de promesas, mientras que el niño sigue
ignorándola..........Diferentes adultos que están cerca del niño intentando convencerle de
que obedezca a la madre lo que no hace sino incrementar su rebeldía al sentirse el centro
de la atención. Definitivamente el niño no obedece a razones de nadie.

En este caso, la maestra que observó la situación, lo que hizo fue dirigirse a la madre
invitándola a que no prestara atención al niño. Acto seguido ambas se dirigieron,
tranquilamente y hablando entre ellas, al coche de la madre situado a unos 30 metros de
donde estaba el niño. Subieron al mismo y cerraron las puertas mientras seguían sin
prestarle atención. El niño perplejo lo miraba desde lejos pero no comprendía qué pasaba y
por qué ya nadie le decía nada. La siguiente instrucción de la maestra fue que pusiera en
marcha el motor e hiciera la intención de arrancar. El niño no tardó en subir al coche
voluntariamente pero con cierta desorientación acerca de lo que había ocurrido dado que el
guión cotidiano se había roto.

El hecho de que su madre y la maestra le dejaran de prestar atención ante su mal


comportamiento y se subieran al coche sin obligarle a él, creó en el niño una descolocación
total al ser elementos novedosos y que no obedecían a la secuencia habitual.
Evidentemente no se trata de hacer cada día un número.
Muchos pueden pensar que al niño se le puede sorprender sólo una vez. No obstante, este
tipo de recursos, ante situaciones puntuales, creados con imaginación, y formando parte de
un tratamiento más estructurado, pueden contribuir a su éxito ya que ayudan a romper los
círculos viciosos.

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