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EI regionalismo abierto en América Latina y el Caribe
LA INTEGRACION ECONOMICA AL SERVICIO DE LA TRANSFORMACION
PRODUCTIVA CON EQUlDAD
PRESENTACION
lln les últimos III\OS. frente a 108 Ilfllotos de 10 prolongado crisis de los allos oehento y
tamblén a Ias transforrnuoiones en el panerame internacional, América Latina y el Carlbe
han demostrado creciente capacldad de respuesta, Gobiernos y sociedades civiles han
buscado nuevas formas de adaptarse a Ias cambiantes circunstancias y de enfrentar los
múltiples desafios que se les plantean. Una de Ias muchas expresiones de dicho proceso de
adoptllciôn es el renovado interés en Ias potencialldades de Ia cooperación intrarregional, y
en especial, en los aeuerdcs formules de lntegraclõn económlca, tanto multllaterales como
sobre todo btlaterales.
BI fenómeno es atribuible a varies factores, entre los que cabe mencionar el dificultoso y
lento avance de Ias negociaciones multilaterales en el marco dei GATI, el ejemplo que
ofreeen el perfeccíonamlento de Ia Comunidad Europea y Ia creacién de una zona de Iibre
eemercle entre Cllnadll y Estados Unidos -€I 111 eual se suma aborll Méxlco-, Ia aradulll
convergenela de Ias P0l1tlcII9econômicas Ilplicadas en América Latina y el Csrlbe y 11I
creciente aflnidad política entre gobiernos clvlles y democráticamente electos.
Todo 10 anterior podrla hacer pensar que ya no es preciso persuadir aios gobiernos y aios
diversos actores de Ias sociedades civiles acerca de Ias bondades de Ia integración. Sin
embargo, Ia plétora de compromisos hasta ahora adquiridos dan lugar a numerosas
interrogantes que es preciso responder. Algunas de ellas son de carácter general: l,Por qué
se debe favorecer Ia integración? l,Qué tipo de integración es el que hay que propiciar?
i,Cuáles son los mecanismos e instrumentos más idóneos para impulsar Ia integración en Ia
actual coyuntura?
Otras interrogantes son de carácter más concreto. Por ejemplo, i,en qué se diferencian los
"nuevos" esquemas de los adoptados en los aIIos sesenta y setenta? i,Cómo se conci/ian los
objetivos de Ia política económica nacional con los compromisos integradores? i,Conviene
promover Ia gradual convergencia de todos estos acuerdos en uno solo de alcance regional,
o es preferible respetar Ia heterogeneidad de Ias diversas situaciones y abandonar Ia
pretensión expresa de !legar a configurar una zona de libre comercio latinoamericana?
Estas y otras incógnitas deben ser resueltas para evitar que se traben los acuerdos ya
concertados y para continuar avanzando en su instrumentaci6n. En otras palabras, importa
aclarar cuál es Ia mejor forma de apoyar los compromisos adquiridos, para que conduzcan a
resultados tangibles; identificar los esco!los e incompatibilidades que pudieran surgir de Ia
multiplicidad de acuerdos, a fin de superarlos oportunamente, y, sobre todo, proponer
orientaciones para dar continuidad y coherencia a esos compromisos, de modo de
aprovechar mejor su potencial aporte en favor de Ia transformación productiva con equidad.
lln este texto, las respuestllS a estlls IntelTogllntes se proponon en el marco de una tesls
central según IIIcual, en los últimos tlempos, Ia integraclón general mente ha implicado Ia
interaccién entre dos tipos de fenómenos. Primero, Ia apertura comercial y Ias polfticas de
desreglamentaciôn que virtualmente todos los países han emprendldo a nivel nacional -
temos que 80n objeto de 3n611slsen un documento seporodo!- han puesto de relleve Ia
Importtlnelfi relfitlvfi dlll comercio eKterlor en el cof'\Junlo de 109 economltls. Oichos
fenômenos lambl!!n hon conlrlbuldo a lnerememer el eemerelc reciproco y 111 inverslôn
Intralutlnoamericllnos, tomando en euenta 111 cercanta geográfica. Bn segundo lugar, a esa
tendencia "natural" y no discriminatoria frente a terceros países se ha sumado Ia integración
impulsada por acuerdos o políticas expllcltas, que si entral'lan clertas preferencias con
respecto ai trato dispensado alas demás naciones,
Se sostiene aqui que Ia forma en que ambos fenômenos interactúan es de decisiva
importancia. Según cual sea su contenido y alcance, los acuerdos oflclales pueden resultar
antag6nicos o complementarios ai desplazamiento hacia una creciente interdependencia
guiada por Ias sel'lales dei mercado y orientada a una mejor inserción en Ia economia
internacional. Lo que cabría perseguir, entonces, seria fortalecer los vlnculos reclprocos
entre ambos elementos, en el marco de 10 que aquí se ha denominado "regionalismo
abierto", es declr, un proceso de ereciente interdependencia econômica a nivel regional,
lmpulsado tanto por acuerdos preferenciales de integraclôn como por olras políticas en un
contexto de apertura y desreglamentación, con el objeto de aumentar Ia competltivldad de
los países de Ia regi6n y de constituir, en 10 posible, un cimiento para una economia
internacional más abierta y transparente. Con todo, de no producirse ese escenario óptimo,
el regionalismo abierto de todas maneras cumpliría una función importante, en este caso un
mecanismo de defensa de los efectos de eventuales presiones proteccionistas en mercados
extrarregionales,
Este estudio se presenta en tres partes, precedidas por una sección de slntesis y
conclusiones. En Ia primera parte se exploran Ias relaciones entre multilateralismo y
regionalismo; en Ia segunda, se examinan Ias bases de un regionalismo abierto, y en Ia
última se analizan los mecanismos, instrumentos, políticas y esquemas institucionales que,
a juicio de Ia Secretaría, posibilitarían el avance hacia el cumplimiento de los compromisos
de integración adquiridos.
En síntesis, el propósito dei estudio es estimular el debate en tomo de Ia integración
latinoamericana en un contexto cualitativamente distinto aI existente en los aãos cincuenta
y sesenta, época de los primeros y pioneros esfuerzos realizados en este sentido por los
países de Ia regi6n.
2
SINTESIS Y CONCLUSIONES
1. La Intellraclón y Ia transformaclón productiva coo equidad
I. LOI efeotos de 10Intelrllción, tClntOde sllno positivo eeme potencialmente adverso, son
blen conocidos. Entre Ias prlmeres, se enouentra el aprcveehamíento de economias de
escala, especialmente si las práctlclls prctecclonistas impiden sacar partido de ellas en el
mercado mundial. La integración también contribuye a reducir Ias tentas improductivas
derivadas de Ia falta de competencia, aunque este efeeto tiene una influencia ambígua en
términos de los incentivos necesarios para promover Ia innovación. La intensidad de estos
efectos aumenta si Ia envergadura de los socios comerclales es mayor y si el acuerdo
contempla niveles reducidos de proteeci6n frente a terceros.
2. LII lntegración también puede generar beneticios importantes ai influir en Ias
expectativas de inversión nacional y extranjera, o ai reducir los costos de transacción, que
erosionan Ia competitividad de los bienes y servidos producidos en Ia región, como
consecuencla de barreras geográficas, institucionales, Iegales y sociales. Asimismo, es
poslble que una elevaciõn de Ia eflcienclll se refleje en mayores niveles en el ahorro, en Ia
Inversl6n y en el creclmlento de 111 productivldad dei conjunto de factores de Ia producción.
Por consiguiente, los efectos que Ia integración ejerza sobre Ias tasas de crecimiento de los
países participantes en el proceso pueden ser considerables y duraderos.
3. Otra de Ias capacidades importantes de Ia integración se encuentra en el âmbito de Ia
ineorporación dei progreso técnico y Ia articulación productiva. Ello incluye el aumento dei
rendimiento de Ias actlvidades de innovación, ai reducir Ias barreras comerciales, favorecer
Ia estandarlzacíón de normas y regulaciones, fomentar Ia creación de centros de excelencia
y reducir los costos de Ia investígacíón pura y aplicada. La forma en que cada pais
aproveche estas oportunidades puede variar signiticativamente, e incluso en a1gunos casos
existe el peligro de que Ia integración refuerce patrones de especialización en ramas de
lento progreso técnico. Junto con otras acciones dirigidas a reforzar Ia capacidad nacional y
regional de desarrollo tecnológico, una forma de evitar o reducir este último efecto
potencial es incrementar el flujo de información tecnológica entre países.
4. Para impulsar Ia transformación productiva también se debe promover Ia Iiberalización
comercial intrarregional para favorecer el proceso de especialización intraindustrial en
curso, si se toma en cuenta que los bienes industriales intercambiados dentro de Ia región
tienden a ser más intensivos en tecnologla que los exportados ai resto dei mundo.
Asimlsmo, el proceso de especialización puede inducir una mayor eflclencia y generar
externalidades como resultado dei empleo de fuerza de trabajo califlcada, el fortalecimiento
empresarial basado en diversas formas de vinculación con Ia inversión extranjera y el
contacto más estrecho entre proveedores y usuários. Este proceso de especialización
adquiere mayor importancia actualmente, debido ai conjunto de prácticas empresariales
asociadas a Ia apertara y a Ia desreglamentacién en un contexto de globallzación, que
3 4
incluye Ia desverticalización de empresas y el consecuente incremento de relaciones entre
empresas y proveedores independientes de distintos tamaãos.
S. Desarrollar estas relaciones, esocíades e. una Integración espontâneo o "de heehe",
conlleva Ia adquisici6n y difusi6n de informaci6n, capacitación y servicios tinancieros, y
supone Ia constituci6n de redes con un potencial de especiallzación e innovaeión que puede
constituirse en motor de Ia integración. A su vez implica un creciente flujo reciproco de
personas, eapltlll, informllclón y teonoloilll entre empresas y países, ademáll de Ia
Intesraelón pufomente comercllll, bllSlldll en el lntereambíc de bíenes, que tendia o
predominar en el paaade.
6. La integración también puede contribuir a elevar 111 producción y Ia productividad
agrlcolas. La expansión dei comercio intrarregional de productos agropecuarios seria
favoreci da por una liberalizacién simultânea dei comercio internacional de estos productos,
ya que de 10 contrario los subsidios que los mismos reciben en los países miembros de Ia
OCDE contlnuarian inhlblendo su producción regional. En este caso se puede justificar una
protección selectlva que neutralice el efecto distorsionante de tales subsidies, 10cual ya se
ha hecho a través de sistemas de bandas de precios en varies palses de Ia región. Asimismo,
seria necesario poner en práctica pollticas adicionales de apoyo (cadenas de frio, medios de
transporte, agilización de los mercados de tierras y de crédito) para evitar los peligros de
polarizaci6n O inequidad que acarrea Ia liberalizacién dei comercio en presencia de
mercados imperfectos o incompletos.
7. Los compromisos de integración también pueden contribuir a Ia estabilidad y al aumento
de Ia inversión ai elevar Ia eflciencia de Ia adopción de decisiones de los palses
participantes en materia de poilticas económicas. Esto se debe a que, ai integrarse con
otros, díchas polfticas se afíanzan, Este efecto potencial podrlajustlflcar el apoyo financiero
que los organismos intemacionales prestaran a procesos de integración de gran envergadura
que con su éxito podrlan fortalecer Ia credlbílidad dei conjunto de los países que los
integran.
8. Los efectos beneficiosos de Ia integración no se limitan a Ias empresas, sino que también
se extienden ai sistema económico e institucional en que éstas se insertan. Por ejemplo, ai
emprender en forma conjunta proyectos de infraestructura fisica y energética, los países
también logran economias de escala y una mayor productividad de su inversión. En el
mismo orden de ideas, es igualmente posible obtener ventajas de Ia cooperación en campos
tan diversos como Ia educación y el desarrollo de mercados de capitales,
9. En 10 que se refiere a Ia equidad, en los aãos sesenta se solía postular que los
compromisos integradores favorecían Ia modemización productiva, pero que Ia corrección
de los rezagos sociales era asunto exclusivo de Ia política interna de cada pais. En Ia
actualidad, si Ia transformación productiva con equidad se entiende en los términos
planteados por Ia CEPAL (CEPAL, 1992a), Ia integración puede contribuir a lograr un
modelo de desarrollo que impulse, de manera simultánea, el crecimiento y Ia equídad. En
ese sentido, a Ia par de Ia ampliación horizontal de Ia demanda agregada que significa Ia
integración de mercados, se sumaria Ia ampliación vertical de Ia demanda, derivada de Ia
integración social 11 nível de cada pais (1).

2. Bacia un regionalismo abierto
(1) Llllnserclón InlernllelOlHlIy los ccmpromisos integradores
10. Bn les últlmOll tlempo9, todos los gobiern09 de Ia regi6n han realizado ingentes
eslUerzos por mejorar su Inserel6n en lu economia Internacional, como respuesta a Ia
ereelente globlllización de Ia economia y a Ias lnsuflclencias demostradas en numerosos
casos por Ia anterior estrategia de industrialización. En ese marco, Ia acción pública se ha
orientado a impulsar Ia competitividad internacional de los bienes y servidos que cuda pais
puede ofrecer de maneta más eficiente ID
11. Hacla mediados de los aaes ochenta, 109 acuerdos de comercio intrarreglonal no
desempeõaban un papel relevante en esc proceso, En pl'imer término, persistfa Ia noción de
que eran más proplclos a Ia industrializaclón sustitutiva de importaciones que ai esfuerzo
exportador. En segundo lugar, para América Latina y el Caribe en conjunto, el mercado
regional era limitado, en comparación con el de Ias principales economias de Ia
Organización de Cooperaclón y Desarrollo Económicos (OCDE), y de bajo o nulo
creclmlento. Bso explica, en parte, que se concentrsren Ias esfuerzos en acceder aios
mercados de gran envergadura y dinamismo.
12. Sin embargo, por 10 menos desde el punto de vista conceptual, es posible postular que
los compromisos integradores entre países pueden ser no sólo compatibles con sino
también funcionales para el objetivo de lograr crecientes niveles de competitividad
internacional. De hecho, ninguno de los países desarrollados o en desarrollo que han
asumido compromlsos integradores los han planteado como alternativas a una lnserción
más dinâmica en Ia economia internacional, sino como procesos complementarios para
cumplir ese propósito. En los países de ambos grupos se sostiene más bien que su finalidad
es Ia instauración de una economia internacional más abierta y transparente: los procesos de
integración serían los futuros cimientos de una economía internacional Iibre de
proteccionismo Y de trabas ai intercambio de bienes y servicios.
13. AI mismo tiempo, todos reconocen también el riesgo de que Ia configuración de
bloques económicos entre países desarro lIados conduzca a un mundo fragmentado, en el
que predomine el libre comercio dentro de esas agrupaciones y un comercio más
administrado entre ellas y los demás países, En esa perspectiva, Ia integración sigue
teniendo sentido, esta vez como un mecanismo de defensa para compensar algunos de los
costos de un aislamlento aún mayor, resultante dei eventual aumento dei proteccionismo en
los países desarrollados.
14. Así, desde el punto de vista regional, Ia integración latinoamericana y caribeüa se
justifica si bien por razones distintas en cualquiera de ambas situaciones (CEPAL, 1992a,
p. 50). En el primer caso, Ia integración regional es consecuente con un ordenamiento más
abierto y transparente de Ia economia mundial; en el escenarlo alternativo, se convierte en
5 6
un mecanismo para diversificar los riesgos en una economía internacional cargada de
incertidumbres.
1S.EI Tratado de Libre Comercio de América dei Norte (TLC debe evaluarse dentro de estu
perspectiva. En 01 caso concreto de México, representa un medlo que le permite lograr
acceso más estable a su principal merendo, reforzar Ia credibilidad de sus políticas y
gllrtlntizar Ia lncorporaelõn dei pais ai proceso de globallzaclén. Por tratarse dei primer
<lcuerdo reeípreeo de llbre comercio suscrilo entre un pllla desarrcllado y 011'0en desarrcllo,
el TLC podrla constituir un Importllnte antecedente puru erres pulses de lu rcglón. Cubrlll
esperar Ia constltucl6n de un TLC Ilbierto, que fllcillte el eeeese de les pulses de lu reglón
de IIcucrdo con eondlelones claras mutullmente convenldas, fllvoreciendo el aceeso
conjunto de los países que forman parte de acuerdos de integración congruentes con el
regionalismo abierto.
b) Integración "de hecho" e integración impulsada por pollticas
16. En contraste con el ambiente de escepticismo que enfrentaban los esquemas formales de
integración econômica en América Latina y el Caribe durante el decenio de los ochenta,
nho1'll proliferan acuerdos de diversa índole y muy heterogéneos en cuanto a sus
modalidlldes y contiguraci6n geollráflco. Asilo demuestra 111suscrlpclón de numerosos
eenvenlos de comercio preferencial, normalmente en el contexto de 109 Aeuerees de
Alcance Parcial previstos en el Tratado de Montevideo de 1980, y también Ias iniciativas
tendientes 11 formar zonas de Iibre comercio reciproco (que no necesariamente prevén Ia
adopción de un arancel común), uniones aduaneras (zona de libre comercio más un arancel
común) o mercados comunes (unión aduanera más el libre movimiento de mano de obra y
capitales entre países, 10 cual generalmente da lugar a Ia necesidad de coordinar algunas
polítlcas macroeconómicas y de migración).
17. En América Latina y el Caribe, además de los diversos acuerdos oficiales de
integración, el proceso también ha avanzado "de hecho", bajo el influjo de un conjunto de
políticas macroeeonómicas y comerciales que, sin ser discriminatorias eon respecto ai
comercio con terceros países, han tenido por efecto Ia creación de condiciones similares en
un número creciente y ya mayoritario de naciones de Ia región y alentado así el comercio y
Ia inversión reciprocos. EI consiguiente incremento de Ia interdependencia económica ha
sido posible gracias a varios elementos: una misma tendencia hacia Ia constitución de un
marco macroeconómico eoherente y estable, Ia Iiberalización comercial unilateral, Ia
promoción no discriminatoria de Ias exportaciones, Ia desreglamentación y Ia eliminación
de trabas a Ia inversión extranjera, Ias privatizaciones y Ia supresión de restricciones de
pagos. Esta similitud de tendencias también ha sido fortalecida por Ia cercanla geográfica y
Ia afinidad cultural.
18. En Ia práctica, Ia inversión privada y el comercio reciprocos entre países de Ia región
han aumentado significativamente a partir de comienzos dei decenio de 1990. En el marco
de un proceso de internacionalización, numerosas empresas de los países más grandes están
realizando inversiones en el exterior, parte de Ias cuales Se dirige hacia Ia misma regiõn; los
países más pequenos tienden a captar una mayor proporción de inversiones de origen
regional que los de mayor tamaão, También es evidente un proceso de racionalización y de
desverticalización de numerosas subsidiarias de empresas transnacionales, congruentes con
su mayor grado de especialización internacional y regional.
19. Si bien los acuerdos oflclales de integración pueden, a veces, contraponerse a Ia
interdependencin económicn impulsada de hecho por Ias empresas ante Ias condiciones
descritas, es deseablc, y tllmbi!!n factible, que ambos elementos se eemplementee, Que asl
suceda depende, en esencla, de 189CllrllcterlstlcII8de 109lICuerdos que se 9u8crlbllll, euye
contenldo y ateenee deberá precisamente facilitar que ambos tipos de Interdependencla Ia
favorecido por convenlos y Ia impulsada por Ias fuerzas dei mercado se apoyen
reciprocamente. Las condiciones que para ello deberán reunir los acuerdos oficiales se
analizarán más adelante.
c) BI regionalismo abierto
20. En este documento se denomina "regionalismo ablerto" ai proceso que surge ai
conciliar ambos fenómenos descritos en párrafos precedentes: Ia interdependencla nacida
de acuerdos especiales de carácter preferencial y aquella impuJsada básicamente por Ias
seãales dei mercado resultantes de Ia llberallzaciôn comercial en general. Lo que se
persigue con el regionalismo IIbierto es que 1119 polltlcas expUcitas de integración sean
complltlbles een 189polltlclIS tendlen!es 11 elevar 111 eompetltlvídlld ínternaeionnl, y que IIIS
complementen.
21. Lo que diferencia ai regionalismo abierto de Ia apertura y de Ia promoción no
discriminatoria de Ias exportaciones es que comprende un ingrediente preferencial,
retlejado en los acuerdos de integración y reforzado por Ia cercanfa geográfica y Ia aflnldad
cultural de los pafses de Ia región.
22. Un objetivo complementario es hacer de Ia integración un cimiento que favorezca una
economia internacional más abierta y transparente, en vez de convertirse en un obstáculo
que 10 impida, limitando así Ias opciones ai alcance de los países de América Latina y el
Caribe. Ello significa que los acuerdos de integración deberían tender a eliminar Ias
barreras aplicables a Ia mayor parte dei comercio de bienes y servicios entre los signatarios
en el marco de sus políticas de liberalización comercial frente a terceros, ai tiempo que se
favorece Ia adhesión de nuevos miembros aios acuerdos.
23. Con todo, como se indicó, de presentarse un escenario internacional menos favorable, el
regionalismo abierto continúa justificándose como Ia opción menos mala para enfrentar un
entorno externo desfavorable para los países de Ia región, ya que ai menos preserva el
mercado ampliado de los palses adherentes aIos compromisos integradores.
24. Todo 10 anterior significa que abordar Ia integración en el marco dei regionalismo
abierto entraãa compromisos con determinadas características, que contribuyan a una
reducción gradual de Ia discriminación intrarregional, a Ia estabilización macroeconómica
en cada país, ai establecimiento de mecanismos adecuados de pago y de facilitación dei
comercio, a Ia construcción de Infrncstructura y a Ia armonización o aplicaciôn no
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discriminatoria de normas comerciales, regulaciones internas y estándares. Además, Ia
reducción de los costos de transacción y de Ia discriminación ai interior de Ia región podría
reforzarse con arreglos o polfticas sectoriales que aprovecharan, a su vez, los efeetos
sinérgicos de Ia integración.
3. Lal carllcterlltlcal que favoreceD el rellonallsmo ablerto
25. Una primera característlca que favorece el regionalismo abierto consiste en que los
acuerdos deben garantizar una liberalización amplia de mercados en términos de sectores.
Esto signi fica establecer escasas excepciones, para así elaborar listas negativas de bienes y
servicios excluídos en vez de listas positivas de IIquellos comprendidos en ellíbre comercio
intrarreglonal, 10cual no ímpide que se tijen diversos perlodos de trllllsici6n. Por otra parte,
dados los efectos favorables que la Ilberallzaclón ya efectuada unilateralmente ejerce sobre
el comercio intrarregional, se hace aconselable no aumentar Ias barreras arancelarias y no
arancelarias que se le aplican.
26. En segundo lugar, se precisa una Ilberallzaclón Ilmplill de mercados en términos de
palses. EUo supone formular acuerdos een cOlldlclonClsde adhesI6n flexlbles. Mlly por 10
menos tres mecanismos que facUlttll'lon Ia ampllaclôn de Ia cobertura geográfica de les
acuerdos de integración y también su armonización: primero, promover Ia adhesién flexlble
de nuevos miembros; segundo, conciliar Ias normas, para 10cual se podrlan aprovechar Ias
surgidas deI âmbito multilateral; y tercero, otorgar a Ia inversión de origen intrarregional un
tratarniento equivalente ai de Ia nacional.
27. Con Ia liberalización amplia de mercados en términos de sectores y pafses, se reduoirían
los costos económicos derivados de acuerdos sectoriales restrictivos, de Ia polarización de
inversiones y de compromisos contradictorios que provocan incertidumbre, mientras que se
alentaria Ia expansión de Ia inversión, Ia incorporación de progreso técnico y el
aprovechamiento de Ias economías de escala.
28. En tercer término, es necesario que el proceso integrador esté regido por normas
estables y transparentes, de manera que los acuerdos recíprocos de integración actúen
claramente como garantía de que no habrá eventuales riesgos o incertidumbres respecto deI
acceso ai mercado ampliado. Para que así sea se debe contar con normas nJtidas y precisas
sobre origen, salvaguardias, derechos compensatorios y resolución de controversias. En
este sentido, los acuerdos negociados en el seno de Ia Ronda Uruguay deberian servir de
referencia para Ia formulacién de los acuerdos de integración.
29. En cuarto lugar, a medida que Ia estabilización se consolide en América Latina y el
Caribe, perderán peso los argumentos en favor de restringir los acuerdos preferenciales de
liberalización comercial a aquellos pares de países que se encuentran más avanzados en
materia de equilibrios internos y externos, por 10 que pueden ofrecer un contexto estable,
predecible y coherente, Cuando exista un mayor número de palses bien encaminados por Ia
senda de Ia estabilización habrá mayores posibilidades de llegar a acuerdos de integración
más amplios, es decir, de multilateralizar el proceso. En este sentido, aun cuando se
reconoce Ia heterogeneidad que caracteriza los compromisos integradores subregionales en
Ia actualldad, no es utópico plantear Ia posibilidad de impulsar un proceso de integración
que culmine -sin fecha preestableclde- en Ia constitucl6n de una zona de libre comercio de
alcance regional, y acaso hemisférlco.
30, Bn quinto IUllor, en el contexto internacional eentemperüneo, les arllnceles externos
com unes y UIl moderlldo nlvel de preteeclén frente 11 tereeros 80n Instrumentos eficientes
porl\ reduclr tes Incentivos ai contrabando y twnblén puro evitar acusllclones de comercio
desleal relacionadas con el uso de insumos con grados de proteccién distintos. Asimismo,
reducen Ia necesidad de contar con normas estrictas de orígen, que pueden representar un
obstáculo importante a Ia liberalizaci6n comercial. Los aranceles comunes pueden
introducirse de manera gradual y dar prioridad a aquellos sectores en ios que su ausencia
provocaria mayores distorsiones, asl como a Ias palses cercanos con los que existe un
intenso comercio reciproco y que poseen estructufl\s productivas similares.
31. En sexto lugar, ante Ia posibilldad de que se llegue a una amplia liberalización
intrarregional dei comercio y de Ias inversiones, conviene tener presente el peligro de que
Ias normas de origen pueden llegar a ser un instrumento proteccionista oculto, que
discrimine en mayor medida en contra de los palses con menor capacldad para aprovecher
Ias poteneinlidades dei mercado ampllado o de 109que cuentan eon uno mayor proporcl6n
de Inversl6n de orlgon extrarregional. Por conslguiente, si blen dlchlls nOl'mas se hacen
necesarlas, especialmente a falta de un arancel común, hay consideraciones de
competitividad y equidad que aconsejan limitar sus exigencias.
32. En séptimo lugar, Ia extensión dei tralamiento nacional a Ia inversión intrarregional,
también contemplada parcialmente en algunos acuerdos de integraci6n, puede producir el
efecto adicional de crear oportunidades de inversi6n en sectores previamente vedados (en
particular en el de los servi cios), así como también dar una mayor seguridad a Ias empresas
de Ia región que pretenden invertir fuera de sus países de origen. Este aspecto puede
reforzarse mediante cláusulas o acuerdos destinados a proteger Ia inversión intrarregional y
a evitar Ia doble tributación. Dado que los procesos de privatización y de
desreglamentación de los servi cios pueden ampliar el número de empresas en condiciones
de suministrarlos, a Ia vez que abren Ia posibilidad de aprovechar mejor Ia cercanía
geográfica y Ia afinidad cultural de los países de Ia región, se fortalecerían Ias condieiones
favorables a un incremento dei comercio de servicios y de Ia inversión de origen intra y
extrarregional en este sector en particular.
33. En octavo lugar, Ia integración también debe contribuir a reducir Ias trabas o costos de
transacción que, además de Ias barreras comerciales arancelarlas y no arancelarias,
aumentan los costos de los proveedores regionales y obstaculizan el intercambio recíproco.
Reducir estos costos de transacción requiere construir obras de infraestructura que vinculan
aios pafses, eliminar o armonizar normas y regulaciones y efectuar reformas institucionales
que faciliten Ia integración de mercados incompletos o segmentados. Estas aeciones pueden
requerir recursos financieros de eonsideración, 10 cual justifica evaluarlas y ordenarias en
términos de sus beneficios netos,
9 10
34. En noveno lugar, y dada Ia existencia de desequilibrios comerciales entre países de Ia
región, cabría reconocer que un país puede tener un déficit (superávit) intrarregional y a Ia
vez un superávit (déficit) global en su balance comercial, sin que un desequilibrio
comercial intrarregional necesariamente justifique arreglos especlales, Sin embargo, ante
desequilíbrios intrarregionales y globales transitorios convendrla que Ias acclones dirigidas
a enfrentarlos se decidieran mediante negociaciones o consultas previas, para alejar así Ia
posibilidad de escalada de represalías. Una forma de arreglo cooperativo podrfa ser que los
palses superavitarios a nível global facilitaran, con Ia lIyuda de diversas medidas, el íngreso
a sus mercados de bienes provenientes de IU9economlus deticitarias. Se evitarIa asl que Ias
Ilslmetrlos nUlcroecon6mlcas se corrlgleran exclusivomente mediante III dlsmlnucl6n dei
comercio recíproco,
35. En décimo lugar, si se considera Ia vulnerabilidad dei comercio intrarregional ante los
déficit globales de carácter transitorio de balanza de pagos (y sus posibles repercusiones
sobre Ias tasas de cambio), cabrla reforzar jurldicll y flnancierarnente los organismos
regtonales de apoyo a Ias blllanzas de pagos. EUo contribuiria a graduar el ajuste de Ias
cuentas externas de los palses, a facilitar as! su participaci6n en procesos de integraciôn y 11
aumentar Ia conflanza en estos últimos.
36. En undécimo lugar, los sistemas de pago pueden asumsmo convertirse en un
instrumento fundamental para facilitar lu expansión de 109tlujos reclprocos de comercio e
Inverslones, Su Importonclo dlsmlnuye o medido que se estnblece Ia convertlbllldad de 1M
monedas, se restableeen 108 mercados privados de divisas y Ills monedas naclonales se
toman más atractivas como medio de pago; sln embargo, en Ia medida que estas últimas no
sean utilizadas ampliamente para tal fin en Ia región, los instrumentos de creaci6n de
liquidez regional adquieren más vigencía.
37. En duodécimo lugar, para favorecer Ia incorporación de progreso técnico es necesario
convertir Ia armonizaci6n de normas en un componente fundamental dei proceso de
integración. En el marco dei regionalismo abierto, los acuerdos de integración pueden
constituir un mecanismo para favorecer Ia adopción de regias intemacionales. Entre otros
beneficios, es de suponer que Ia armonización libera recursos que Ias empresas hubieran
tenido que dedicar a enfrentar normas diferenciadas, 10que permite invertir en actividades
de mayor rendimiento, como Ias de investigación y desarrollo, incluyendo aquellas que
faciliten Ia imitación o Ia asimilación de adelantos técnicos transferidos dei exterior.
4. La necesidad de arreglos sectoriales flexibles y abiertos
38. Un proceso de integración que procure favorecer Ia incorporación de progreso técnico
requiere, además de Ia liberalización amplia de mercados, arreglos sectoriales flexibles ai
servicio de Ias empresas que desean aprovechar los beneficios potenciales de Ia integración.
Corresponderfa aios gobíernos desempeflar el papel de catalizador para que se generen
estructuras flexlbles de eoordlnaci6n empresarial que faciliten Ia intermediaci6n de 111
transferencia tecnológica, Ia creación de redes de información y Ia apertura de canales o
foros de intercambio, reflexión, construcción de consensos y movilización de recursos de
apoyo. Estas instancias también podrlan servir para gestar proyectos empresariales
conjuntos o propiciar otros tipos de acuerdos entre empresas establecidas en diversos pulses
de Ia región. EI Programa Bolíver, por ejemplo, es una propuesta que apunta en esa
dirección.
39, En este sentido, convendrlll reorlentor lcs llrreal09 scctorlllles que formnn porte de 109
Ilcuerdos de inlellrllclón pura que deJen de ser compromlStl8 que 8ólo se eeupan de 10
reiulocl6n dei comercio (eon restricclones cuantltlltivlIs, pn1cllclls cOlnerclllles restrlctlvlIs o
normas de orlgen exigentes) y se vuelvan mds flexibles y ublertos, con propósitos como
eliminar obstrucciones por medio de proyectos (por ejemplo en Ias áreas de transporte y
energia), o de facilitar el comercio y Ias inversiones.
40. Estos compromisos constituirlan instancias de cooperacíón entre los sectores público y
privado y podrlan estar dirigidos a cumplir con algullos de les requisitos sistémicos de Ia
competitividad de los países integrantes, La correcelén de elertas dtatcrsíenee, como Ias
prácticas comerclales restrietivas, entre Ias que se cuenta Ia distribución de mercados entre
empresas, podría hacer necesaria Ia aplicación de polfticas sobre competencia, Otras
disparidades, como Ias resultantes dei uso de insumos de costos muy diferentes (por
ejemplo, el petróleo) o de regulaciones que traban los flujos recíprocos de comercio de
bienes y servtcíes podrlan justlflear ucuerdos sectoriules de Ilrmonizaoión,
41, Por otra parte, impulsar Ia interdependencia requíere facilitar Ia difusión de tecnologlas
a nivel regional por diversas vias, como Ia mayor movilidad de personal califlcado entre
empresas, Ia reallzación de inversiones reciprocas, el uso común de infraestructura, Ia
producci6n de insumos potencialmente utilizables en diversas industrias, Ia adopción de
nuevos sistemas tecnológicos, y el intercambio de información técnica, experiencias y
oportunidades. La importancla que adquieren Ia cercanla geográfica y Ia afinídad cultural
en el contexto de un proceso más abierto de integración abre Ia posibilidad de aprovechar
estas oportunidades más plenamente que en el pasado.
42. EI proceso de difusión e innovación tecnológicas que se buscaría promover mediante Ia
integración exigiría que se facilitaran los vínculos con países extrarregionales en los que se
generan Ias principales innovaciones en dicho ámbito. Para países como los
latinoamericanos y caribeilos, que normalmente se ven limitados a seguir estos avances
desde cierta distancia, éste es un punto crucial, puesto que Ia transferencia de tecnologla
que trae consigo Ia apertura comercial es un componente básico de sus perspectivas de
crecimiento. Este hecho reitera Ia conveniencia de impulsar un proceso de integración
intrarregional que contribuya a fortalecer Ia relación de los palses de América Latina y el
Caribe con el resto dei mundo.
43. Es necesario crear mecanismos para facilitar el acceso a flnanciamiento y a tecnologla a
Ias empresas medianas y pequeilas, que podrían ser uno de los principales beneficiarios deI
proceso de integración en América Latina y el Caribe. Este propósito forma parte de los
esfuerzos complementarios dirigidos a impulsar Ia transformación productiva con equidad,
que establece Ias bases para un pleno aprovechamlento de los beneflcios potenciales de Ia
11
integración, ai tiempo que puede contribuir a reducir algunos de los costos resultantes de
ajustarse a Ia liberalización comercial resultante de los acuerdos de integración.
44, En general, se trataria de generar acclones que estimularan el fortalecimiento de Ia
oferta ante una demanda mayor y más exigente, producto de mercados ampliados y
liberalizados. Conjugar estas actividades de manera que estimulen un proceso dinâmico de
lntegraclón y a Ia vez sean nutridas por éste, y que no se restrinjan a medidas especificas
aisladns, dependerá en buena pal'te de una llberallzaclén amplia dei comercio de bienes y
servlolos entre los palses que se Inteiran, asl como de Ia ccmpetenela y de expectlltlvas
favorllbles de Inversi6n, Tllmbh!n implicard esfuerzos naelonales para mejorar ai
funcionamiento de los mercados loeales de bienes, servlelos y factores, ai igual que el de
los arreglos institucionales necesarios para obtener de Ia liberalizaciôn comercial todos los
beneficios que ésta puede ofrecer.
45, Finalmente, Ia integraei6n social 11 nivel de cada pais, mediante polfticas orientadas a
reduclr Ia marglnaclén, constituye un condiclonante fundamentol de lolntegracl6n regional,
no s610 al ampliar el tamallo de los mercados que se lntegtan, sino también a través de 111
contribución que hace a procesos más participativos y sólidos de desarrollo de Ia
competitividad internacional. Además, en Ia medida en que Ia integración resulte funcional
a Ia transformación productiva con equidad, los procesos de integración nacional e
integl'aci6n regional se complementarían y reforzarlan de maneta reciproca,
5, La igualdad de oportunidades para todos los países
46, En los aãos sesenta y setenta, uno de los principales obstáculos a Ia integración
econômica entre países distintos en dimensión económica o grado de desarrollo consistia en
Ia distribución desigual de los costos y de 105beneficios atribuibles aI proceso. Si bien esa
preocupación ha menguado hoy en 10 que se refiere aIos costos, en el contexto de Ia
liberalización comercial, persiste el problema de Ia igualdad de oportunidades para acceder
aios beneficios potenciales de Ia integración, ya sea entre países latinoamericanos y
caribeilos, o incluso entre un país de Ia región y otro desarrollado. Así, frecuentemente los
gremios de empresarios de países que se consideran rezagados por distintos motivos aducen
su inferioridad estructural para competir con empresas homólogas de países que ofrecen
condiciones superiores en materia de economias de escala, acceso a tecnología, acceso a
insumos o Ias condiciones sistémicas en que se insertan Ias empresas. Este argumento es
pertinente en distintos contextos, sea de los países latinoamericanos frente aIos
desarrollados deI hemisferio, o de los países de menor desarrollo relativo o menor
dimensión económica frente a los que reúnen característlcas opuestas.
47. Una primera forma de conciliar estas consideraciones consiste en aplicar el proceso de
desgravación que conllevan los acuerdos de integración de manera gradual y progresiva
para facilitar los acomodos de Ias actividades productivas a Ias nuevas circunstancias.
Implicaria, además, que el ajuste de los países o sectores que se conslderen con menor
12
complejas, particularmente si se contempla otorgar tratamientos diferentes a Ias diversas
categorias de trabajadores.
57. Otro tema que merece atención es el de Ias polfticas sobre competencia, ya que existe
Ia posibilidad de que complementen Ias políticas de apertura y que, aI mismo tlempo,
sustituyan los instrumentos de protección hasta ahora utilizados para enfrentar Ia
competencia desleal de Ias lmportaclones. Bn particular, cabe considerar que Ia puestll en
pt·t\ctlC[lde pollllclIs 9uprunllclonwes de compelenclo, como Ills Ilplicndas en el sene de lu
Comunldtld "Europeu, puede contribuir ullvltllr 109 pellW09 IIntlcompetlUvos que orlslnu lu
ullll1'.llol6nde Illgunos Instrumentos de pelttlea comercial, como 109eereches olllldUlllpll'lg,
entre palses que son miembros de un acuerdo de lntegración.
58. Por último, tanto el rnayor grado de interdependencia en Ia región como Ias exigencias
dei mercado internacional condicionarán Ia cobertura rernàtica de los acuerdos de
integrllción en el futuro. Aparte de les temas maeroeecnémlecs, laborales y de
ecmpetencla, puede preverse que se prestará creclente atenclón a temas lIdlcionales de Ia
agenda internacional de Ias relaciones econômicas, entre ellos 108de medío ambiente y de
Ia propiedad intelectual.
7. Alpectollnltltuclonales
59. Las instituciones encargadas de impulsar procesos de integración econômica deben
estar en consonancia con el grado de avance de Ias mismos procesos. Si solo se trata de
abolir los obstáculos a Ia libre circulación de mercancias, Ias instituciones podrán ser
predominantemente intergubernamentales y relativamente modestas. En cambio, para
conducir procesos más complejos, que contemplen Ia coordinación de políticas, se precisan
instancias también más desarrolladas y de carácter intergubernarnental.
60. En todo caso, cabría evitar Ia adopción de compromisos rígidos y favorecer más bien
esquemas flexibles, dotados de Ia adaptabilidad necesaria como para que sea Ia propia
dinámica deI proceso Ia que imponga el ritmo de desarrollo institucional. Interesa, además,
que se permita y facilite una mayor participación de Ias organizaciones representativas de
los diversos intereses sociales, en consonancia con el ânimo democratizador que se percibe
en Ia región. En ese mismo orden de ideas, se justifican Ias instancias como el Parlamento
Latinoamericano, que introducen el tema de Ia integración a Ia agenda politica a nivel de
cada pais de Ia regi6n.
NOTAS
15
• Véase CEPAL, América Latina y el Caribe: políticas para mejorar su inserción en Ia
economia mundial (LC/G/1800(SES.25/3», Santiago de Chile, 1994.
(I) Lo anterior también está asoclado a Ia necesidad de mejorar Ia organización de los
mercados de trllbajo, crédito, educación y tlerras en cada pais (CEPAL, 1992a). Ambos
procesos de ampliación dei mercado se beneflciarían con Ia reducción de los costos de
trunsllcción.
(2) . EI lema mAslImllllo de lfi maneru de meJorfir lu Insercí6n de Ias ecceemías de AmériclI
Lutlnll y 1.\1Cllrlbe en las eerrlentes eemerelales y t1nonc!erlls de 111eeonemta mundiul Se
examlna en: CEPAL (1994).
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América Latina y el Caribe frente a Ia economia mundial
Presentación dei Secretario Ejecutivo de Ia CEPAL, sellor Gert Rosenthal, ai inaugurar el
vigésimoquinto periodo de sesiones de Ia Comisión, celebrado en Cartagena de Indias,
Colombia, dei 20 aI 27 de abril de 1994.
Sean mis primeras palabras para expresar nuestro reconocimiento ai pueblo y ai Gobierno
de Colombia y, en especial, ai Presidente César Gaviria.
Primero, por el constante apoyo que han brindado a Ias Naciones Unidas en general, y a Ia
Comisión Económica para América Latina y el Caribe en particular, como 10 manifiestan su
activa y constructiva participación en nuestros foros, su actitud solidaria para con Ia
Secretaria y su demostrada vocación por Ia cooperación internacional.
Segundo, por haber colaborado tan estrecharnente con Ia Secretaria en los aspectos
sustantivos y organizativos de Ia preparación de este encuentro. La eficiencia con que se
desarrollaron Ias actividades a nivel técnico de este vigésimoquinto período de sesiones da
testimonio dei extraordinario ahínco y dedicación de nuestros anfitriones. EI apoyo que
hemos recibido de Ia Ministra de Relaciones Exteriores, Noeml Sanin de Rubio, y dei
Ministro de Comercio Exterior, Juan Manuel Santos, así como de sus colaboradores,
compromete nuestro sincero reconocimiento.
Tercero, por su feliz iniciativa de convocamos a Cartagena de Indias, donde Ias modernas e
impecables instalaciones de este Centro de Convenciones se conjugan con el aura de
16
tiempos pasados y el recuerdo de distintas épocas históricas de este crisol que es Ia región
de América Latina y el Caribe. Resulta dificil imaginar un escenario más acogedor que el
que nuestros amigos colombianos han puesto a nuestra disposición, realzado por el calor
humano tan propio de ellos.
Por todo esto, y por Ia presencia dei Presidente Gaviria entre nosotros, muchlsimas gracias.
lince ya cutltro oRos que concluyó lu década de Ia uan crisis dei desllrrollo
lutlnoamerlcllno, Bstll deJ6 entre sus muehol le;lIdos 111profundlZllclón dei conoclmlento en
íes âmbitos de 10g1l9116nmaereeeenémlee y de 111model'nlzael6n preductlva, pero, como
contrapartlda, un Importante cúmulo de rezagcs sociales que afecta a una proporción
significativa de Ia población latínoamericana y caribeãa. Nuestra Secretaría se ha propuesto
capitalizar ese legado y poner a disposición de los formuladores de polltica elementos de
juicio que faclllten Ia superaclén de Ia crisis y de esos rezagos sociales, Nuestra respuesta,
cuya entrega inIcial vio Ia luz tambic!n haee cuatro allos, está eontenlda en 01planteamlento
titulado Transtbrmución productlva eon equldad, Este era apenas 01 inicio de una nueva
etapa de reflexlón sobre cõmo abordar, con un enfoque sistémico, Ia compleja tarea de
crecer, distribuir, defender el medio ambiente y consolidar Ia democracia, todo ello de Ia
manera más simultânea posible. Seãalamos entonces, y 10 reiteramos ahora, que Ia
posibilidad de cumplir todas esas tareas depende decisivamente de una mejor inserción de
los palses latlncamericancs y caribel'los en Ia economia mundial.
AI emprender aquel proeeso de reflexlén, Ia Secretaria no sele pl'etendla s!ltisfacer una
necesidad objetiva, dado el ambiente de perplejidad que generõ el cuestionamlento de
estrategias de desarrollo impugnadas por nuevas realidades. Tamblén buscaba retomar el
papel institucional que históricamente ha correspondido a Ia CEP AL -la Secretaria y su
principal foro intergubernamental- como una instancia orientadora dei desarrollo
latinoamericano y caribeão.
Mucho se ha avanzado en estos cuatro aIIos, tanto en el esclareclmiento de ideas como en el
logro de metas concretas.
En cuanto a 10 primero, hoy entendemos mejor que antes los elementos centrales de una
buena gestión macroeconómica, el efecto regresivo de un ajuste desordenado y recesivo, Ia
importancia de Ia política microeconómica, el vinculo entre desarrollo y medio ambiente,
así como Ia naturaleza de Ia innovación y su aplicación ai proceso productivo. También se
ha ahondado en el análisis de Ias complementariedades y Ias oposiciones entre políticas que
buscan el crecimiento y aquéllas centradas en Ia equidad.
En 10 que se reflere a Ias metas, el panorama económico de Ia regi6n ha cambiado
considerablemente en los últimos aIIos. En distinto grado, entre un país y otro, los
desequilibrios macroeconómicos característicos dei decenio anterior comenzaron a ceder; Ia
transferencia negativa de recursos financieros se convirtió en una afluencia neta de
capitaies externos; el sector exportador creció y se diversificó, y Ia actividad económica en
su conjunto exhibi6 un modesto repunte, sobre bases cualitativamente distintas de Ias que
existlan hace apenas unos aIIos. AsI, el ambiente de abatimiento de los aIIos ochenta ha
dado paso a Ia efervescenoia de los noventa,
17
Nuestra institución, y en especial este foro, ha influido sobre estos acontecimientos, y a Ia
vez ha recibido su intlujo, al interpretar Ia naturaleza de los fenómenos en curso, recoger
Ias riqulsimas experiencias que se han dado en los diversos países de Ia región y ponerlas a
disposición de todos, y aslmismo al formular propuestas de acclén para eceeder aI
desarrollo y promover Ia cooperación intrarregional e internacional.
Sin embargo, asl como los avances en 01desempel'lo econ6mico resultaron insuficientes y
parchl1es, 111tarea de lIigiornamento de nuestro marco conceptual está muy lejos de haber
eenelulde. Bs más, esalllbol' debll cencebfrse como un preeese permanente, sobre todo ante
lu necesldlld de adaptar el pensamiento eeenémlec a Ias ri!.pidas muraelenes que América
Latina y el Caribe enfrentan dentro de Ia región y, más importante aún, en el resto dei
mundo.
Es por esc que en esta ocasión hemos elegido continuar nuestra retlexión colectiva con un
tema de especial relevaneta para América Latina y el Caribe: los requerimientos que cada
pais de 111reglón debe cumpllr para interaetuBI'dlnámicamente con el resto dei mundo,Este
aspecto ya fue objeto central de atenci6n en los planteamlentos pioneros de Ia CEPAL y en
muchos de sus trabajos posteriores. Sln embargo, Ia vinculación económlca externa
adqulere hoy un significado radicalmente distinto dei pretérito, en el contexto de Ia
globalización de Ia economia.
Nuestra indagllci6n fue iulllda por dos veetoees: primero, 111intel'acci6n de eadl! pais
latínoamerícano y earlbeão con 109 demás en el âmbito de Ia integración regional (y,
eventualmente, hemistérlca); segundo, Ia interacción de cada uno de ellos con Ia economia
extrarregional. Ambos temas están Intimamente interrelacionados, ya que los compromisos
integradores contemporâneos pueden y deben contribuir a mejorar Ia inserción
internacional de los palses de Ia región, a ia vez que una mayor participaci6n en Ia
economla internacional tendrá que fortalecer los vinculos intrarregionales de
lnterdependencia económlca.
Durante Ia fase técnica Ia Secretaria ya ha tenido Ia oportunidad de exponer el contenido de
los dos documentos principales sometidos a Ia consideración de este período de sesiones.
Sin embargo, quisiera insistir sobre seis aspectos cuyo esclarecimiento consideramos
imprescindible. Estos no sólo son cruciales para el futuro desarrollo de los países de Ia
región, sino que se ubican en un espacio insuficientemente explorado: el de Ia intersección
de Ias políticas de corto plazo con Ias de mediano y largo aliento.
En primer lugar, tal y como hemos venido insistiendo desde 1990, el logro de Ia
competitividad internacional -como requisito ineludible para crecer sostenida y
sustentablemente y mejorar Ia distribuci6n deI lngreso- exige un enfoque sistémico. Dicho
de otra manera, es necesario superar múltiples escollos en forma simultânea, dentro de Ias
empresas y también dei sistema socioeconómico y flsico en que éstas se insertan, Es por
eso que en el documento que hemos aportado a este periodo de sesiones sobre políticas para
mejorar Ia inserción de América Latina y el Caribe en Ia economia internacional,
abordamos tanto Ia política macroeconómica como Ias micro y meso económicas,
combinadas ambas con Ia política comercial. Por ejemplo, ai examinar Ias riquísimas
experiencias que se han dado en Ia región en el âmbito de Ia polltica comercial, centramos
18
.e
Ia atenci6n no s610 en su contenido específico y su horizonte temporal de aplicación, sino
también en su articulación con otras políticas macro y microeconómicas.
En ese orden de ideas, Ia modernización de Ias poUticas comerciales no se agota con Ia
progreslva eliminaci6n de Ias restrlcelones a 111importaci6n. Junto con eUo es necesario
formular una estrategia de integraci6n a los mercados internacionales e instrumentarla
mediante un col1iunto de orientaciones y medidas coherentes que, con vigor y perslstencla,
fllvorezclIn 11I9llctlvldl.ldes productlvlls de blenes y serviclo8 ecn potencial exportador,
f{U:lllten 111reeslruelurI!clón de 111bese suStltutiVll de lmportllclones y meJoren I"
competltlvldad slstémlcu.
En segundo lugar, un tema en el que hasta ahora no se ha profundizado 10 suficiente en el
marco sistémico aludido es el vinculo entre Ias politicas comercial y Ia financiera -o bien, si
se prefiere, entre Ia cuenta corriente y Ia cuenta de capital dei balance de pagos-, vista Ia
innegable influencill de los ingresos de capital sobre Ia eflclencla en Ia IIsignoci6n de
recursos por intermedlo de dos varlables claves: el tipo de cambio real en el mercado
cambiario y 111taea de lnterés real en el mercado monetario, Nuestra conclusión indica que,
en general, Ia IIberalizaci6n dei comercio y Ia dei mercado financicro interno deben
preceder a Ia Iiberalizaci6n de Ia cuenta de capital, y que en todo caso, previamente a ésta,
cabrla cumplir algunos requisitos atinentes a Ia coherencia global de Ia politica
mllcroeconómicQ y a lu rcgulución de 108mercados fínanclercs.
En tercer lugar, el vuelco de Ia tendencla dei final\ciamiento externo neto no slempre se ha
reflejado de maneta proporcional en los niveles de inversi6n. En atlos reclentes, el
crecimiento deI coeficiente de inversi6n fue significativamente más bajo que el incremento
deI ingreso de recursos externos, porque una parte de éstos debi6 destinarse a compensar el
deterioro de los términos deI intercambio, y otra se utilizó para financiar un mayor
consumo, en particular de bienes importados.
En cuarto lugar, América Latina y el Caribe deben prepararse para actuar en Ia economia
internacional tal como ésta es, y no como quisieran que fuese. En este sentido, si bien es
evidente que el esfuerzo exportador de los países de Ia región sería facilitado por una
coyuntura externa favorable, con una economía internacional en expansi6n, un régimen
comercial abierto y transparente y un acceso adecuado tanto ai financiamiento como a Ia
tecnología, elIo no obsta para que el contenido y alcance de Ias políticas internas destinadas
a mejorar Ia ínserción en Ia economía mundial también desempeãen un papel fundamental.
Esta es otra forma de decir que mejorar Ia inserción internacional de Ias economias de Ia
región depende tanto de Ia coyuntura externa -sobre Ia que acaso s610 podemos influir
marginalmente- como dei esfuerzo interno y regional, que sí admite Ia puesta en práctica de
acciones y estratégias deliberadas y concertadas.
En quinto lugar, aI superarse el debate de antal'lo en el que los países en desarrollo atribulan
el pobre desempel'lo de sus economías a Ia desfavorable coyuntura internacional, en tanto
que Ias naciones desarrolIadas 10 imputaban a una gesti6n económica deficiente, se amplía
el potencial de Ias Naciones Unidas para contribuir a Ia cooperación internacional. Esto es
posibilitado por un ambiente que contrasta con el generado por aquel debate y por el tono
19
de denuncia que 10 acompaiiaba, que frecuentemente contribuía a Ia polarización de
posíciones en detrimento de una constructiva cooperacíón.
En sexto lugar, de Ias anteriores consideraciones surge nuestro planteamiento sobre Ia
integraci6n latinoamericana y caribel'la. En el fondo, en Ia propuesta que hemos
denominado "regionalismo abierto" para América Latina y el Caribe, hemos procurado
concil lar el objetivo de mejorar Ia lnserclõn de 105 países de Ia regi6n en Ia economia
mundllll een el dei pleno eprovechemiento dei pctenclal de 111integraeión econômica
Intrllfreglonal; en otras pulnbros, promover una intellruelón que resulte funcional pari!
meJorar Ia Insercl6n Internacional. Eso exige, sobre todo, prestllr especial Illención a les
csracterletlees de los compromisos integradores, ya que no cualquler acuerdo subregional o
bilateral cumple con ese requisito.
Cabrla aclarar, sin embargo, que el tipo de integraci6n que proponemos es igualmente
válido en una economia internacional más ablerta y trunspllrente que ante un mundo
fragmentado en agrupaciones de patses, Evidentemente, aspiramos a que se muterllllice el
prlmero de estos escenarios, caso en el que los compromisos lntegradores constituirlan los
cimientos de un mundo libre de proteccionismo y de trabas ai intercambio de blenes y
servlcios. Pero si ese escenario no llegara a darse por razones fuera deI control de los palses
latinoamericanos y caribei'los, proponemos que, por 10 menos, Ia regi6n misma se configure
como una de esas agrupaciones pura compensar algunos de 108costce de un Ilislamiento aún
mayor, 81 punto principal es que el "regiolllllismo Ilblerto" permltlrfllllln reglón prepurllfse
para una economia internacional ablerta y transparente, sln renunciar ti Ia poslbilidad de
utilizar Ia integración como mecanismo de defensa, si I1egara a ser necesario.
Antes de concluir, debo recordarles que nuestra agenda no se limita a Ia interacci6n de cada
pais latinoamericano y caribei'lo con Ia regi6n y con el mundo. También comprende otros
temas que atal'len más de cerca a Ia preocupación por que Ia transformaci6n productiva se
conjugue con Ia equidad. Asl, nos abocaremos a presentar Ias aspiraciones colectivas de los
palses de Ia regi6n ante Ia Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social. Los objetivos de esa
reunión coinciden con prioridades enunciadas en el pasado por Ia CEPAL, sobre todo en los
âmbitos de Ia integración social, Ia generación de empleo y el combate contra Ia pobreza.
Pienso que América Latina y el Caribe tienen mucho que aportar ai éxito de esa
conferencia, tanto en el aspecto analítico como en el de Ias experiencias prácticas.
Asirnismo, se espera que los resultados de Ia Cumbre legitimen Ia consideración de Ia
equidad como una variable en el proceso de desarrolIo.
En ese mismo orden de ideas, se someterá a Ia consideración de ustedes el Anteproyecto de
Plan de Acción Regional Latlnoamericano y deI Caribe sobre Pobiaci6n y Desarrollo, fruto
de varies encuentros subregionales y regionales realizados durante los últimos seis meses.
Este documento habrá de complementar el Consenso Latinoamericano y deI Caribe sobre
Poblaci6n y Desarroilo aprobado durante Ia Reuni6n Regional Latinoamericana y Caribei'la
Preparatoria de Ia Conferencia Internacional sobre Ia Población y el Desarrollo.
Asimismo, hemos continuado nuestra reflexión sobre cómo conciliar los objetivos de
crecimiento y Ia equidad en un trabajo elaborado conjuntamente con Ia Organización
Penamcrlcana de Ia Salud, en el que se analizan los vlnculos entre salud, transformación
20
productiva y equidad. Esta tarea se enmarca en Ia preocupación por Ia inversión en recursos
humanos ya planteada en trabajos anteriores que abordaban Ia educación y el conocimiento,
y confiamos que facilitará una revalorización sobre Ia importancia de Ia salud en el proceso
de desarrollo.

No obstante los múltiples obstáculos que dificultan el desarrollo en América Latina y el

Caribe, hoy también existe una constelacíón de factores potencialmente favorables que
pedrtan darle un notable impulso, Bntre estes se desiaean 111ptcgreslva aslmllaclón de 10
Ilprendldo II rlllz delllsfuerzo por aumenter y dlverslticur lus exporfllCionesj Ia meJorlll en Ia
clllldlld de 111icstlón moeroeconómlcuj lu poslbllldad de llenar 10que hasta ahora ha sido un
vacío en el instrumental de polltlcas públicas de Ia región -la apllcación de polfticas mlcro y
mesoeconómicas destinadas a aumentar Ia productividad de acuerdo con Ias mejores
práctícas internaclonales; el renovado acceso ai financiamiento externo y el auge
experimentado por Ia cooperación económica intrarregional.

La posibilidad de aprovechar estos factores y capitalizar los considerables logros de 108

últimos aIIos da sentido a nuestro debate, que permitirá aclarar ideas y ofrecer orientaclones
para Ia acción, As!, este encuentro en Cartagena de Indias nos brinda una nueva
oportunidad para que nuestra Secretaria interactúe con sus gobiernos miembros y
contribuya a impulsar tanto ai proceso de desarrollo como a Ia cooperación internacional.
Hoy nos proponemos dar un paso más en esa dirección, inspirados por Ia presencia de tan
dignos representantes de nuestros Estados mlembros y deI Gobíerno de celembía.

21