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Universidad de San Carlos de Guatemala

Centro Universitario del Sur [CUNSUR]


Ciencias Económicas

Ciencia Política
Docente: Licda. Ana Maritza Ortega

Los partidos políticos

Jaime José Arreaga Hernández 202043464


Astrid Jeaquelin Beltrán Ramírez 202044938
Yazmin Alejandra Illescas Beltran 202045840
Sthefany Mirenia Gálvez Grajeda 202042977
Iris Briceida Lobos Morales 202046014
Diana Guadalupe Morales Melgar 202046733
Jonathan David Parada Gálvez 201741441
Lidia María Delgado 201600223

Escuintla, 2021
Introducción

Un partido político es la representación formal de los interese y necesidades de un


grupo de personas y representa la promesa de satisfacer dichos intereses haciéndolos
realidad trabajando de manera conjunta con ese grupo de personas al que representa.

Si un partido representa intereses, por ende, asume el compromiso de trabajar en pro


de dichos intereses. Esta dualidad le confiere irrevocablemente una responsabilidad,
tanto de discurso como de acciones, que lo somete a eterna evaluación y juicio de
aquellos que le otorgaron el poder.

Un partido político es por derivación del mismo concepto una entidad que representa
un ideal o un proyecto social. Un partido político es entonces un organismo de servicio
público.
EL ORIGEN DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

La denominación de partidos políticos se integra una gran variedad de organizaciones


de características diversas, de distintos orígenes, variadas finalidades y diferentes
procedimientos; de ahí que resulte difícil lograr una definición acabada de estas
agrupaciones. He aquí algunos intentos de diversos autores:

Para Edmund Burke (inglés), “Un partido es un grupo de hombres unidos para
fomentar, mediante sus esfuerzos conjuntos, el interés nacional, basándose en algún
principio determinado en el que todos sus miembros están de acuerdo”.

Max Weber (alemán), por su parte, afirma que, “Llamamos partidos a las formas de
´socialización´ que, descansando en un reclutamiento (formalmente) libre, tienen
como fin proporcionar poder a sus dirigentes dentro de una asociación y otorgar por
ese medio a sus miembros activos determinadas probabilidades ideales o materiales
(la relación de bienes objetivos o el logro de ventajas personales o ambas cosas)”.

Para Andrés Serra Rojas (mexicano), “Un partido político se constituye por un grupo
de hombres y mujeres que son ciudadanos en el pleno ejercicio de sus derechos cívicos
y que legalmente se organizan en forma permanente, para representar a una parte de la
comunidad social con el propósito de elaborar y ejecutar una plataforma política y un
programa nacional con un equipo gubernamental”.

Luis Sánchez Agesta (español) nos dice que por partidos políticos debe entenderse a
aquellos “grupos societarios y secundarios, cuyo fin inmediato es la posesión y el
ejercicio del poder político organizado para establecer, reformar o defender un orden
como articulación de los fines que responden a las convicciones comunes de sus
miembros”

Jesús Anlén (mexicano) declara, por su parte, que el partido político es la “asociación
legal creada por un grupo de ciudadanos, con carácter permanente, en torno a una
declaración de principios y un programa de acción para la conquista o conservación
del poder estatal”.

Almond y Powell (estadounidenses) sostienen que: “El partido político debe ser
considerado como la estructura especializada de integración (de intereses) en las
sociedades modernas”.
Para Coleman y Rosberg (estadounidenses) los partidos políticos son: “Asociaciones
formalmente organizadas con el propósito explícito y declarado de adquirir o mantener
un control legal, bien solos, o en coalición o en competencia electoral con otras
asociaciones similares, sobre el personal y la política del gobierno de un determinado
estado soberano”.

Según F. W. Riggs (estadounidense) “Cualquier organización que nombra candidatos


para su elección a un parlamento” 179.

Como puede apreciarse, cada autor incluye los aspectos que considera determinantes
del concepto de partido político. No obstante, éstos difieren según el enfoque que se
emplea para el análisis.

En los conceptos citados podemos notar cómo algunos autores (Weber, Coleman y
Rosberg) acentúan la finalidad de alcanzar el poder como esencial, sin mencionar los
aspectos programáticos o la consecución de fines idealmente deseables para la
comunidad. En cambio, en Burke, la persecución del interés nacional es lo que aparece
como fundamental. Este autor está influido por las nociones de la época en la que vive
(fines del siglo XVIII), en la que parecía indispensable resaltar la supremacía del
interés de la nación frente a las tendencias que aparecieran como divisorias.

La necesidad de compartir principios y convicciones está en las opiniones de Burke y


Sánchez Agesta. El elemento programático que supone una serie de medidas para ser
ejecutadas desde el gobierno, se encuentra en Serra Rojas, Sánchez Agesta y Anlén.
Estos dos últimos insisten, a su vez, en que la noción de partido político tiene como
Característica esencial la finalidad de ejercer el poder.

La participación electoral es resaltada por Coleman y Rosberg. En cambio, es éste el


único elemento que Riggs toma en consideración. Desde el punto de vista funcional,
Almond y Powell destacan el proceso de integración y conciliación de diversos
intereses, que se efectúa en el seno de ciertos partidos políticos modernos.

Serra Rojas y Anlén estiman como indispensable la operación legal del partido, la
permanencia de la organización y la calidad de ciudadanos que deben tener sus
integrantes.

En realidad, ninguna definición que se intente puede satisfacer plenamente las


múltiples características que presenta el fenómeno del partido político en la actualidad,
salvo que fuese tan minuciosamente descriptiva que resultase demasiado amplia y
poco útil para la formación de un concepto preciso.

“Para lograr describir el concepto de partido político, debemos tomar en cuenta que se
trata, en principio, de agrupaciones organizadas con carácter permanente, cuyo
propósito es gobernar o participar en el gobierno mediante la proposición o
designación de personas para ocupar puestos públicos.

Este concepto, como cualquiera que pretenda tener la virtud de la concisión, es


deficiente, sin embargo, presenta a nuestro juicio, las siguientes ventajas:

1. Apunta la importancia de la permanencia que distingue a los partidos de los


movimientos sociales y de las facciones o clientelas formadas en torno a un caudillo
transitorio. Esta característica es sostenida como fundamental por La Palombara y
Weiner al señalar que el partido debe ser una organización durable, “es decir, una
organización cuya esperanza de vida política sea superior a la de sus dirigentes”.

2. Precisa que la finalidad de los partidos es su acción gubernamental, esto es, la


asunción formal de los poderes del Estado. Aunque la mayoría de los autores estiman
que los partidos se caracterizan por su intención de ejercer el poder, nos parece
acertada la observación de Friedrich en el sentido de que el término poder es
demasiado amplio. Definir el partido en función de la búsqueda del poder “convertiría,
a un diario en un partido, ya que tal órgano de la prensa, con toda certeza asegura y
mantiene el poder para quien lo publica y para el personal editorial clave”.

Los grupos de presión, por otro lado, también tratan de obtener poder, aunque no por
la vía formal de asumir el control de los órganos gubernamentales. No ponemos en
duda la vocación fundamental de poder que debe tener todo partido para ser
considerado como tal, pero ésta aparece también en otras agrupaciones que no son
partidos. Sin embargo, su propósito de integrar el gobierno o participar en él es lo que
caracteriza al partido. No importa que la estructura de gobierno que proponga sea
radicalmente distinta a la existente o que actúe en la clandestinidad.

Nos parece importante destacar que la expresión “gobernar o participar en el gobierno”


permite abarcar una gran gama de organizaciones, tanto a las que ya ejercen el
gobierno, como a las que pretenden llegar a él, e inclusive aquéllas que, conscientes
de su incapacidad para controlarlo, pretenden, por lo menos en una primera etapa,
acceder a formar parte, así sea minoritaria, de los órganos legislativos.

Por otro lado, quedan contenidas en el concepto tanto las agrupaciones profundamente
enraizadas en principios ideológicos, que proponen programas de gobierno, como
aquellas que están dispuestas a hacer concesiones en cuanto a los principios rectores
de su política siempre y cuando puedan así alcanzar o mantener el control
gubernamental.

3. Especifica la función partidista, por virtud de la cual los individuos pasan a ocupar
puestos públicos. El partido, cuando gobierna, no lo hace de manera abstracta y
general, sino mediante la colocación específica de individuos como funcionarios. No
necesariamente, como se señala en algunas definiciones, son los dirigentes de los
partidos los que ejercen la función pública. En algunos casos ni siquiera sus miembros,
ya que puede ocurrir que postulen a personalidades destacadas que por su popularidad
pueden atraer votos.

Debe indicarse también que los partidos políticos no solamente proponen candidatos
para cargos de elección popular, sino que la militancia en ellos puede determinar la
designación para cargos no electorales por parte de funcionarios que tengan la facultad
de realizar dicha designación.

Esta última característica alienta, sin duda, la participación en el seno de los partidos
y ha dado lugar al denominado spoils system que consiste en el otorgamiento de
puestos en la administración pública a los seguidores de los candidatos triunfantes.

Queda también comprendida en esta parte del concepto, la función de los partidos
como entidades a través de las cuales se recluta al personal político y se satisface la
posibilidad de otorgar satisfacciones ideales o materiales a sus miembros a través del
acceso de éstos al poder gubernamental. Al respecto, dice Julien Freund: “Un partido
que renunciara de golpe a la conquista del poder dejaría muy pronto de ser una
organización política, ya que, al no poder prometer empleos o prebendas a sus
miembros, su capacidad de reclutamiento se agotaría rápidamente.

En la noción de partido que proponemos, hemos eliminando toda referencia a


elementos formales, ya que no los consideramos indispensables desde el punto de vista
de la ciencia política. Así, por ejemplo, el reconocimiento legal no es indispensable
para la acción política de una organización y tampoco es indispensable que sus
miembros sean ciudadanos con capacidad para ejercer sus derechos cívicos. Muchos
partidos incluyen movimientos juveniles cuyos elementos no tienen todavía la
condición de ciudadanos y puede darse el caso de que un individuo, por encontrarse
en reclusión carcelaria, tenga suspendidos sus derechos políticos sin que por ello deje
de tener carácter de miembro de un determinado partido

Origen electoral y parlamento de los partidos

En los años ochenta, Guatemala enfrenta una coyuntura histórica y política muy
particular, la guerra interna es aún una realidad y el Registro Electoral era el ente
designado por el Ejecutivo para llevar a cabo las Elecciones. Fue en 1982 que la historia
de esta Institución empezó a gestarse, el Gobierno de facto de esa época, Decretó la Ley
Orgánica del Tribunal Supremo Electoral, (Decreto 30-83), en el que ya se le regula como
un órgano autónomo, no supeditado a ninguna otra autoridad. El Tribunal es el encargado
de convocar a la Asamblea Nacional Constituyente, que elabora la Constitución Política
de la República, vigente y que terminó de formalizar la creación del Tribunal Supremo
Electoral.

De acuerdo a esa nueva Constitución Política de la República, el Tribunal Supremo


Electoral fue creado para ser el responsable de normar todo lo relativo al ejercicio de los
derechos ciudadanos: organizaciones políticas, el ejercicio de los derechos políticos y la
organización, y funcionamiento de las autoridades electorales. Desde su creación a la
fecha, el Tribunal Supremo Electoral es el responsable de la organización de 20 procesos
electorales, todos de forma satisfactoria, porque se ha garantizado el respeto a la
Constitución, Ley Electoral y de Partidos Políticos, y la voluntad popular.
Origen del parlamento de los partidos políticos

Parlamento Centroamericano (también conocido como Parlacen) es una institución


política consagrada a la integración de los países de Centroamérica. Tiene su central en
la Ciudad de Guatemala.

El origen del Parlacen tuvo lugar el 14 de enero de 1986, durante el discurso de toma de
posesión del presidente electo de Guatemala para el período 1986-1990, Marco Vinicio
Cerezo Arévalo, formalizando su propuesta a los países del istmo argumentando que
dicho organismo fungiría como caja de resonancia política con el fin de analizar entre
hermanos centroamericanos las reglas comunes de la convivencia pacífica y desarrollo de
la región.

El Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y otras Instancias Políticas fue


suscrito en 1987, efectuándose su primera sesión solemne el 28 de octubre de 1991 en
Ciudad de Guatemala.

El Parlacen como órgano político de la región, forma parte del Sistema de la Integración
Centroamericana SICA constituido por el Protocolo de Tegucigalpa a la Carta de
la Organización de Estados Centroamericanos (Odeca), suscrito el 13 de diciembre de
1991, el cual tiene como objetivo fundamental realizar la integración y representatividad
política e ideológica, en un sistema democrático pluralista que garantice elecciones libres
y participativas, en condiciones de igualdad de los partidos políticos.

Composición y países integrantes del Parlacen

El Parlacen se integra con 20 diputados nacionales electos directamente


mediante sufragio universal por los ciudadanos de cada Estado miembro. Los diputados
del Parlacen son electos por un período igual al período de elección de cada gobierno en
cada país miembro del Parlacen. Además, lo integran, los presidentes y los
vicepresidentes o Designados a la Presidencia de la República de cada uno de los Estados
Centroamericanos, al concluir su mandato, por el período que determina la Constitución
de cada país.

Antecedentes

En la histórica Declaración de Esquipulas I emitida por los Presidentes de los países de


Centroamérica, en la ciudad de Esquipulas, República de Guatemala, el 25 de mayo de
1986, declararon: "Que es necesario crear y complementar esfuerzos de entendimiento y
cooperación con mecanismos institucionales que permitan fortalecer el diálogo, el
desarrollo conjunto, la democracia y el pluralismo, como elementos fundamentales para
la paz en el área y para la Integración de Centroamérica. Es por ello que conviene crear
el Parlamento Centroamericano. Sus integrantes serán electos libremente por sufragio
universal directo, en el que se respete el principio del pluralismo político participativo."
Es así como se suscribe el Tratado Constitutivo del Parlamento Centroamericano y Otras
Instancias Políticas en el mes de octubre (8, 15 y 16) de 1987, por los Estados
de Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Nicaragua y Honduras, respectivamente,
instrumento que cobró vigencia para los primeros tres países depositantes (Guatemala, El
Salvador y Honduras) a partir del 1 de mayo de 1990. El Parlamento Centroamericano
quedó oficialmente instalado el 28 de octubre de 1991 y tiene su sede en la ciudad de
Guatemala, República de Guatemala.

La naturaleza jurídica del Parlacen lo define como el órgano regional y permanente de


representación política y democrática del Sistema de la Integración
Centroamericana (SICA), con el fin de realizar la integración centroamericana y una
convivencia pacífica dentro de un marco de seguridad y bienestar social, que se
fundamente en la democracia representativa y participativa, en el pluralismo y en el
respeto a la legislación en materia de integración, las legislaciones nacionales y al derecho
internacional.

Objetivos

Ser el órgano de representación democrática y política de los pueblos centroamericanos


y dominicano, ejerciendo las funciones parlamentarias del Sistema Comunitario de la
Integración Regional, que permita lograr la unión de nuestros pueblos.

Ejercer un liderazgo eficaz y democrático entre los distintos sectores regionales, que en
el marco del desarrollo sostenible coadyuve a la construcción gradual y progresiva de la
Unión Centroamericana y de República Dominicana, conformando una sociedad
moderna, justa y solidaria, donde se garantice la paz y el respeto a los derechos humanos.

El origen exterior de los partidos

El origen de muchos partidos se puede encontrar en instituciones previas como las


sociedades de pensamiento, los clubes populares, los periódicos…
En estos casos el partido es establecido por una institución ya existente cuya actividad
se sitúa fuera de las elecciones y del parlamento.

Muchos han sido los grupos y asociaciones que han dado lugar a partidos políticos, el
más conocido es el de los sindicatos obreros. Muchos partidos socialistas han sido
creados por ellos conservando durante muchos años su carácter de “brazo secular” de
los sindicatos en materia electoral y parlamentaria.

El ejemplo paradigmático es el del Partido Laborista británico. El PSOE y la UGT


fueron fundados por la misma persona, Pablo Iglesias (1850-1925), y durante los
primeros años la sindicación a UGT suponía la afiliación al PSOE y viceversa.

Otros grupos que influyeron en la aparición de partidos socialistas, además de los


sindicatos obreros, fueron las cooperativas agrarias y los grupos profesionales de
campesinos. Aunque en algunos países desembocaron no tanto en partidos laboristas-
socialistas sino en partidos agrarios (países nórdicos, Europa central, Suiza, Australia,
Canadá…)

El esquema es simple, estos grupos (sindicatos, cooperativas) deciden crear un


organismo electoral para aupar a candidatos que defiendan sus intereses y,
posteriormente, terminan constituyéndose en partido.

El ejemplo clásico de influencia de los clubes de pensamiento, otra vez sobre el Partido
Laborista británico, fue la sociedad Fabiana; pero muchas otras asociaciones y grupos
de intelectuales están en el trasfondo de la aparición de muchos partidos.

La francmasonería es un grupo de pensamiento que estuvo detrás de la aparición del


Partido Radical francés y de diversos partidos liberales europeos.

La creación a partir de otros grupos de intelectuales fue bastante habitual, pero se topó
con el problema de la implantación del partido en las clases populares tras la
implantación del sufragio universal.

Otras de las grandes organizaciones sociales que dio lugar a partidos políticos fueron
las distintas iglesias. Organizaciones católicas, cuando no directamente el clero,
intervinieron en la creación de partidos cristianos de derecha.

Otros grupos influyentes fueron los grupos industriales y comerciales, las grandes
empresas, las patronales…
También algunos movimientos sociales están detrás de algunos partidos de nuevo cuño
de los que hablaremos al final del curso.

Conformación y Estructura de los Partidos

Los partidos políticos, como toda organización, no son informes y desarticulados, sino
que requieren de una estructura jerárquica y de una organización. El partido actúa en
una realidad social organizada de múltiples maneras. En tal organización existen
agrupaciones de diversa índole y variados objetivos que se asientan de acuerdo con
una determinada distribución territorial, según la forma como esté organizado el
Estado de que se trate. Así, la organización del partido queda condicionada por todos
esos factores. Debemos distinguir entre la conformación social del partido y su
estructura directiva. La conformación depende de la realidad social en la que se
desenvuelve y se refiere a la manera como éste gana adeptos o miembros a partir de
los grupos que actúan en la sociedad. Así, un partido puede estar conformado por
organizaciones preferentemente obreras, o campesinas, o profesionales, o de
características religiosas, o por algunas de ellas combinadas.

Estructura

La estructura de un partido, en cambio, está condicionada por la división territorial que


impera en el país y particularmente por aquélla que se emplea para fines electorales.
De esta manera, los partidos requieren órganos directivos que asuman en primer
término las tareas nacionales y, después, órganos dirigentes en cada estado o provincia
y en cada circunscripción que sirva para una finalidad electoral (departamento,
comuna, municipio, etc.).

Podemos resumir diciendo que la conformación tiene una raíz de contenido social, en
tanto que la estructura tiene una base territorial-electoral.

Estructura de los partidos La estructura de los partidos se presenta como pirámide en


cuya cúspide se encuentra el órgano de dirección nacional, que puede tener diversos
nombres: comisión directiva o ejecutiva, o comité, como denominación más frecuente.
En los diversos niveles Jerárquicos siguen los comités correspondientes a la demarcación
territorial de que se trate. En esta estructura hay comités regionales que dirigen las
actividades del partido en toda una zona del país que puede abarcar varios estados,
provincias o departamentos; después de los comités dirigentes de estas divisiones
territoriales están los comités de poblados o municipios y, dentro de éstos, se encuentran
las unidades básicas del partido, que son su mínimo grupo de militantes que responden a
un conjunto de dirigentes, los cuales ocupan el primer escalón en la estructura jerárquica.

Artículo 24.- Estructura organizativa. Todo partido político debe contar por lo menos
con los órganos siguientes:

a. Órganos nacionales:
1. Asamblea Nacional;
2. Comité Ejecutivo Nacional.
b. Órganos departamentales:
1. Asamblea Departamental;
2. Comité Ejecutivo Departamental.
c. Órganos municipales:
1. Asamblea Municipal;
2. Comité Ejecutivo Municipal

Podrá tener de conformidad con sus estatutos, órganos de consulta, ejecución y

fiscalización.

EL APORTE DE MAURICE DUVERGER: La armazón de los


partidos (primera parte)

Duverger dedica la primera mitad de su teoría de los partidos políticos al análisis de


su estructura. Su característica fundamental es la de ser heterogénea. Con su nombre
pueden designarse diversos tipos sociológicos de partidos políticos: los partidos
burgueses del siglo XIX, los partidos socialistas de la Europa continental, el partido
comunista y el partido fascista.

Por Hernán Kruse

Los partidos burgueses del siglo XIX sobreviven en forma de partidos conservadores
y liberales. Su elemento de base es el comité. Poco extensos, son bastante independientes
unos de otros y descentralizados. No les interesa captar multitudes de adherentes sino
agrupar personalidades. Son esencialmente elitistas. Existen para ganar elecciones y
efectuar las más eficaces combinaciones parlamentarias posibles. Entre elección y
elección, es poca su actividad. Su estructura administrativa es poco desarrollada y la
dirección recae en los diputados. El poder real es detentado por un grupo nucleado
alrededor de una figura parlamentaria. La rivalidad entre los diversos grupos
parlamentarios dinamiza su vida interna. Escasamente interesados en los problemas
doctrinarios e ideológicos, centran su atención en los asuntos políticos. Las adhesiones
responden al interés o la costumbre. No existe la militancia.

En consecuencia, su sistema de afiliación es preciso y muy riguroso el mecanismo de


cotizaciones individuales (sobre sus espaldas se apoyan las finanzas de estos partidos).
Descansan en secciones, donde se le otorga una gran importancia a la educación de los
miembros. La competencia electoral no constituye, pues, la única actividad que motiva a
los partidos socialistas. La enorme cantidad de miembros y la percepción de las
cotizaciones individuales los obliga a contar con una aceitada administración. Existen
funcionarios de carácter permanente que conforman una clase dirigente con cierta
autoridad. Emerge, obviamente, el fenómeno de la burocracia. Estos partidos cuentan con
un sistema de instituciones complejas: Congreso, Comités nacionales, Consejos, Oficinas
y Secretarías. Rige en su ámbito una genuina separación de poderes. A diferencia de los
partidos burgueses, éstos están mucho más institucionalizados. La doctrina juega,
también, un rol mucho más gravitante. Las líneas internas en constante competencia son
el resultado de ello. La cuestión política lejos está de constituir la única preocupación de
sus miembros. La economía, la familia y lo social, son cuestiones fuertemente debatidas.

Los partidos comunista y fascista son más recientes. Los unen ciertos caracteres y los
separan otros. ¿Qué tienen en común? Ambos están fuertemente centralizados. Ambos
poseen “un sistema de enlaces verticales, que establece una separación rigurosa entre los
elementos de base, que protege contra toda tentativa de cisma y de división y asegura una
disciplina muy estricta; una dirección que reposa en métodos autocráticos (designación
por la cima y cooptación), donde la influencia de los parlamentarios es prácticamente
nula”. Las luchas electorales no ocupan un lugar preponderante en sus respectivas escalas
de preferencias. Ambos partidos ponen toda su atención en la propaganda y la agitación,
empleando en reiteradas oportunidades métodos de acción directa, como los sabotajes,
las huelgas, etc. También son muy capaces a la hora de desafiar la autoridad del Estado
que los combate. Ambos partidos descansan sobre una ideología rígida y totalitaria,
verdadero dogma doctrinario que nadie puede cuestionar. Los comunistas y los fascistas
están obligados a dedicar su vida, tanto pública como privada, a la doctrina totalitaria
LA ARMAZÓN DE LOS PARTIDOS

La existencia de una élite que detenta el poder, que manda, y de una mayoría que acata
sus órdenes, constituye para Duverger una visión adecuada de la realidad, pero demasiado
simplista. En efecto, este dualismo resulta hoy insuficiente para desentrañar la naturaleza
de las comunidades de gran tamaño y durables, en cuyo ámbito sus miembros se integran
en un marco institucional o armazón complejo. En los partidos políticos modernos, la
armazón constituye un asunto por demás relevante ya que “constituye el marco general
de la actividad de los miembros, la forma impuesta a su solidaridad; determina los
mecanismos de selección de los dirigentes y los poderes de éstos. Explica a menudo la
fuerza y la eficacia de algunos partidos, la debilidad y la ineficacia de los demás”

Según Duverger, la armazón de los partidos sufrió al menos dos profundas


transformaciones a partir de su génesis. Hubo al menos dos revoluciones que modificaron
profundamente las reglas de juego de la vida política y que, a raíz de ello, trastornaron la
infraestructura de la democracia. En la última década del siglo XIX, los partidos políticos
reemplazaron la antigua armazón de los comités limitados (independientes unos de otros)
por un sistema de secciones populares, abierta a la incorporación de los sectores populares
y fuertemente enlazadas entre sí. Más adelante, entre 1925 y 1930, los que desarrollaron
una estructura aún más original fueron los partidos comunistas. Tal estructura reposaba
“sobre grupos de empresas bastante pequeños, fuertemente unidos por los procedimientos
del “centralismo democrático” y, no obstante, separados gracias a la técnica de los
“enlaces verticales”. En opinión de Duverger, el comunismo debe su éxito más a este
sistema de organización de las masas que a la doctrina de Marx o la baja calidad de vida
de la clase trabajadora. En esa época, los partidos fascistas crearon milicias privadas
capaces de adueñarse de los resortes del poder para transformarse a posteriori en la
guardia pretoriana del líder.

No todas las naciones occidentales conocieron estas transformaciones. En América


fueron ignoradas, mientras que en Inglaterra y sus colonias los partidos comunistas o
fascistas carecieron de importancia. En relación con los partidos socialistas, adquirieron
allí una armazón por demás peculiar, apoyada sobre una base sindical. Se trata de una
estructura indirecta y que sólo de manera excepcional se encuentra en otros países.

Dirección de los partidos políticos.


El proceso de fortalecimiento de la Democracia precisa de un acompañamiento
constante de las autoridades electorales ante las necesidades de las diferentes
nucleaciones políticas del país; para ello, fue creada la Dirección de Partidos y
Movimientos Políticos de la Justicia Electoral.

La Dirección de Partidos y Movimientos Políticos, se consolida como un enlace eficaz


para que las Nucleaciones Políticas dispongan, en tiempo y forma, de las prerrogativas a
las que tienen derecho, siendo al mismo tiempo, además de un agente de registro, un
órgano de seguimiento y cooperación para la correcta aplicación de las normas
electorales.
De esta manera, y conforme a nuestra estrategia de trabajo trazada, se han diseñado
métodos para intensificar la tarea de acompañamiento, asistencia y orientación en los
procesos de trabajo en tiempos electorales y no electorales; brindando apoyo y soluciones
a las necesidades que presenten las nucleaciones políticas, a fin de que cuenten con los
elementos suficientes para una mayor participación.

El objetivo de la dirección de partidos es coadyuvar al fortalecimiento y


funcionamiento democrático operando como enlace positivo entre las Nucleaciones
Políticas y la institución, garantizando los derechos y prerrogativas que tienen las mismas.

Órganos de dirección:

Son las instancias encargadas de dirigir cada uno de los Partidos Políticos Nacionales.
Los partidos deben comunicar al Instituto los cambios en la integración de su dirigencia,
fecha de elección interna y remitir la documentación que la acredite.

Funciones
Funciones referentes al Asesoramiento, Acompañamiento y Registro de Partidos y
Movimientos Políticos.

• Conocer de las notificaciones que formulen las organizaciones que pretendan


constituirse como Partidos Políticos o como Nucleaciones Políticas e integrar el
expediente respectivo.

• Llevar a cabo los procedimientos de revisión relativos a la modificación de


documentos básicos que presenten, en su caso, los Partidos y Nucleaciones Políticas.
• Recibir las solicitudes de registro de las organizaciones de ciudadanos, que hayan
cumplido los requisitos establecidos por el Código electoral, para constituirse como
Partido o Movimiento Político.

• Registrar la inscripción, así como la suspensión, cancelación y sanciones de las


organizaciones políticas e informar a las autoridades correspondientes de las mismas.

• Inscribir en el libro respectivo el registro de las Nucleaciones Políticas, así como los
convenios de fusión, incorporación, coaliciones y acuerdos de participación.

• Brindar información para la tramitación del financiamiento público (aportes y


subsidios) correspondiente a los Partidos Políticos y a las Nucleaciones Políticas.

• Recordar a las Nucleaciones Políticas de las actividades del Calendario Electoral.

• Recibir, revisar y analizar, en su caso, las modificaciones a los documentos básicos


que presenten los Partidos y Nucleaciones Políticas, elevar a las dependencias
respectivas, así como también actualizar los documentos.

• Recibir, revisar y analizar los Reglamentos que, en su caso, presenten las nucleaciones
Políticas; el apego a las normas legales y estatutarias, registrar en el libro respectivo,
actualizar y remitir a la Dirección de Informática encargada de la página web de la
Justicia Electoral.

• Llevar a cabo el procedimiento de registro de los representantes de los Partidos y


Movimientos Políticos ante la Justicia Electoral.

• Recibir, revisar y preparar la documentación relativa a la inscripción en los libros


correspondientes de las acreditaciones y sustituciones de los representantes y
apoderados de Partidos y Movimientos Políticos que se registren.

• Inscribir, en su caso, en el libro respectivo, la declaratoria de pérdida de registro como


Nucleación Política; y actualizar la página web.

• Brindar certeza, legalidad y objetividad en la atención de las solicitudes planteadas por


las Nucleaciones Políticas en el ejercicio de sus derechos y cumplimiento de sus
obligaciones.

• Verificar y actualizar los registros de las Nucleaciones Políticas


• Elaborar materiales guías que ayuden a personas interesadas en conformar un Partido
o Movimiento Político.

Funciones referentes a capacitación en lo correspondiente a esta dependencia.

• El objetivo principal es coadyuvar a planificar y desarrollar, en conjunto a las oficinas


encargadas de capacitación, programas permanentes relacionados con la educación
cívica. Poner al alcance del público las atribuciones de la institución y lograr la
concientización ciudadana para participar en la vida política del país.

• Desarrollar las actividades vinculadas al procedimiento de registro como Partidos y


Movimientos Políticos, por parte de las asociaciones de ciudadanos interesados en
obtenerlo.

• Ofrecer prontitud y certeza en la atención de las consultas formuladas por Instituciones


públicas, instancias de la institución, así como aquellas personas interesadas en relación
con los derechos y obligaciones de los Partidos y Movimientos Políticos

• Atención a escuelas, colegios, universidades y/o proyectos de tesis o cualquier


ciudadano paraguayo o extranjero con interés en relación a Nucleaciones Políticas.

• Elaboración de manuales Guía y material de apoyo.

• Mantener un archivo actualizado de los estatutos de las Nucleaciones Políticas

• Generar informes, requeridos por el superior jerárquico, relativos al registro,


cancelación y sustitución de candidatos.

• Proveer a la Dirección de informática, datos actualizados sobre la integración actual de


los Órganos Directivos de las Nucleaciones Políticas.

• Elevar información correspondiente a cualquier actualización que obre en los registros


de esta dependencia sobre las Nucleaciones Políticas, a los ministros del Tribunal
Superior de Justicia Electoral, directores, asesores y a quien más corresponda,
recordándoles fechas de aniversarios de los partidos, de la misma manera, la renovación
o cambio de apoderados, representantes políticos, etc.

Funciones referentes al Periodo Electoral


• Coadyuvar con la fiscalización las actividades, elementos, materiales y operaciones de
las Nucleaciones Políticas, a fin de garantizar la legalidad y pureza del proceso
electoral.

• Elaboración de notas dirigidas a los representantes y apoderados recordándoles fechas,


periodos y todo lo referente a la documentación relativa a las acreditaciones y
sustituciones de los representantes de las nucleaciones políticas, ante la Justicia
Electoral en vistas a las elecciones municipales o generales.

• Participación en la Auditoría de maletines electorales, comprobando que el contenido


de los elementos destinados a elecciones, satisfagan los requisitos de las leyes y de las
Nucleaciones Políticas.

• Registro actualizado de los Órganos Directivos de las Nucleaciones Políticas, sus


representantes y apoderados acreditados ante la Justicia Electoral.

• Libro de registro de los candidatos a los puestos de elección popular.

• Participación en las sesiones de designación de números y colores de las Nucleaciones


Políticas.
Conclusión

Los partidos políticos se han distinguido por el caudillismo, autoritarismo y su


intolerancia, lo que ha llevado a que la población pierda confianza en ellas. Las
características señaladas, en diferentes matices, parecieran estar presentes en la casi
totalidad de partidos políticos. En unos, la primera característica se presenta de manera
evidente y uno de sus indicadores palpable los constituye el hecho de que dos, tres o más
miembros de una familia forman parte del Comité Ejecutivo, órgano en que a la postre es
en el cual se toman, sino todas, sí las más importantes decisiones. El autoritarismo se da
por la existencia de respeto y sumisión de parte de las bases a los dirigentes que proceden,
en algunos casos, con total irrespeto a normas básicas en el actuar de grupos
democráticos, teniéndose, por ejemplo, de ello el incorrecto actuar de algunos secretarios
de actas que no entregan los libros donde deben asentarse las actas correspondientes a las
sesiones de las asambleas si no reciben instrucciones de hacerlo de parte de arriba o lo
peor, cuando se toman resoluciones que no han sido apoyadas por ellos; y por último, la
intolerancia no sólo a opiniones de los propios miembros del partido y a otros
correligionarios de entidades diferentes, sino a una sociedad que aún se encuentra en
proceso de descubrimiento de diversas manifestaciones culturales, como consecuencia de
su riqueza etnológica, y que durante mucho tiempo han sido censuradas, incluso
condenadas sin razón alguna.
Recomendación

Los partidos políticos deberían comentar sus planes para que todo ciudadano conozca
bien acerca de ellos y así poder comentar sus opiniones, dándole soluciones a todas,
para que formen parte a sus respectivos planes de gobierno, e implementarlas, abriendo
espacios en sus planes para que el ciudadano participe, cuotas para fomentar la
participación de cualquier ciudadano sin hacer de menos a todo ser de diferente etnia.
Bibliografía

• Parlacen (s.f.). Recuperado el 3 de febrero de 2012,

de http://www.parlacen.org.gt/documentos/Pre-espanol-11.pdf

• Asociación de Amigos del País (2004). Diccionario Histórico Biográfico de

Guatemala. Guatemala, Guatemala. Fundación para la Cultura y el Desarrollo.

• Pineda, M. (1998). Fundamentos de Derecho. Guatemala, Guatemala. Editorial

Serviprensa Centroamericana.

• http://www.serysociedad.com.ar/noticiagral_v2.php?idnew=2590&tipo=1

• Libro de ciencia política

• https://pdba.georgetown.edu/Electoral/Guate/gley.html

• Tribunal supremo electoral

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