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Había llegado a Gaeta en 5 días con dirección a Roma, en la nave se encontraba una

madre y su hija quienes embarcaban un mismo destino, además de un mozo que


extrañamente viajaba con ellos, quienes más tarde las encontraría en el patio llorando
producto del forzamiento que tuvieron con el mozo, llegados una vez a la ciudad se
encontraron con una ciudad de puertas cerradas, con la única opción de hospedarse en
una iglesia, la madre y su hija continuaron su camilo hacia Roma, ya sin fuerzas se quedo
en la ciudad mendigando hasta el segundo día de su llegada, posteriormente siguió su
camino y llego a roma un domingo de ramos.
Decepcionado porque no hallaba la forma de llegar a Jerusalén por falta de dinero, partió
a Venecia, después de nueve días de la pascua, una vez en Venecia decidió gastar en los
pobres los pocos ducados que había conseguido, por suerte la ciudad de Venecia se
encontraba abierta, tras conseguir un certificado de sanidad, llego a la puerta de Padua,
dormía en Venecia y mendigando en la plaza de San marcos, confiado de que Dios lo
guiaría hasta Jerusalén, se encontró con un hombre español quien lo asistió en su casa,
era un hombre de fe por lo cual le concedió un encuentro con el duque de Venecia, el
duque al escuchar su intención de viaje a Jerusalén se le otorgo una embarcación que
viajaba a Chipre, durante ese proceso tuvo fiebre pero se recupero y partió en los días
programados, pasaron por Chipre y finalmente se encaminaron a Jaifa, ya en camino a
Jerusalén. La alegría fue inmensa al ver la ciudad, pues sentía que había cumplido lo
deseado, además que su objetivo era quedarse en Jerusalén, visito el monte olivete, en
donde el señor había subido a los cielos, para el era de gran devoción estar en lugares
santos.

2. El aprendizaje de este capitulo es muy significativo, pues la voluntad con la que desea
llegar a Jerusalén es admirable, seguido fielmente su instinto a pesar de que quería
siempre ayudar al prójimo sin tener dinero en sus bolsillos, un hombre harapiento que
asustaba a los demás con su apariencia pudo llegar a Jerusalén con la idea de quedarse
allí, venerar los lugares santos y sentir la presencia de Dios a través de los diferentes
desafíos que tenia que pasar para poder cumplir ese deseo, bendición o suerte, lo cierto
es que llego a Jerusalén gracias a la bondad de otras personas que lo quisieron ayudar
en su viaje como el hombre español o algunos peregrinantes, deja un mensaje muy
esperanzador a pesar de la situaciones cotidianas que vivimos hoy en día.

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