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Contenido
Palabras clave: recursos comunes, bienes privados, bienes públicos, mecanismos de gestión de recursos naturales.
1. Análisis general de los problemas ambientales
Si la mayoría de los recursos naturales son renovables y de gran diversidad, ¿por qué estamos en
un periodo de la historia caracterizado por la desigualdad en el acceso a recursos naturales básicos
para el cumplimiento de mínimos vitales1? y ¿por qué nuestro un planeta cuenta con altos niveles de
contaminación? ¿Cuál puede ser el origen del problema?
En principio, todos los recursos naturales son de libre acceso para aquellos que los necesiten
en pro de sobrevivir. Debido a esa característica este tipo de recursos suelen denominarse
Recursos Comunes. Sin embargo, el acceso libre a un recurso no exime a las personas de asumir
responsabilidades a cambio de los beneficios recibidos; al fin y al cabo si todos desean sobrevivir
deben, en principio, garantizar la existencia del recurso común que les permite alcanzar dicho
objetivo. Allí, es donde los acuerdos entre quienes acceden al recurso, se convierten en el mecanismo
de gestión por excelencia.
Al respecto, el profesor Garret Hardin (2004) relata un escenario en el que se evalúa cómo una
“Imagínese una pradera abierta para todos. Es esperable que cada ganadero tratará de mantener el
mayor número de cabezas de ganado posible en este terreno común. Este acuerdo puede funcionar
en forma razonablemente satisfactoria por siglos porque las guerras tribales, el hurto de ganado, y las
enfermedades mantienen el número, tanto de seres humanos como de animales muy por debajo de la
capacidad de carga del terreno. […] Sin embargo, llega el día […] en que se vuelve realidad la largamente
deseada meta de estabilidad social.
[…] En cuanto ser racional, cada ganadero busca maximizar sus ganancias. […] Con mayor o menor grado
de conciencia, él se pregunta: “¿cuál es para mí la utilidad si agrego un animal más a mi rebaño?”. […]
El ganadero racional concluye que para su interés el único curso sensato a seguir es agregar otro animal
al rebaño. Y luego otro... Pero esta es la conclusión a la que llegarían todos y cada uno de los ganaderos
racionales que comparten un terreno común. Allí radica la tragedia. Cada ser humano está encerrado
dentro de un sistema que lo conmina a incrementar sin límites su rebaño, en un mundo que es limitado
[…]” (56)
1
El mínimo vital de subsistencia hace referencia a todos los recursos que necesita una persona para poder mantener un nivel de calidad en el que se cumplan sus derechos
fundamentales (Corte Constitucional República de Colombia , 2011).
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A partir del ejemplo, se explica lo que se comprende como el problema de los comunes: la escasez
de recursos naturales a causa de un uso inadecuado de los mismos por ausencia o alternación de
acuerdos de gestión, dado que cada usuario del recurso toma decisiones a partir de la racionalidad
económica.
Retomando el ejemplo, el recurso común era la pradera y la causa del problema fue la sobrepoblación
de ganado, lo que no permite contar con espacio amplio para aprovechar el terreno (escasez del
recurso). Esta situación se pudo prevenir, pero ningún ganadero pensó en realizar un acuerdo con
sus colegas sobre cómo mejorar el uso de la tierra sin perder su capacidad productiva (ausencia
de mecanismo de gestión); cada uno pensó en cómo aumentar únicamente su propio bienestar
(racionalidad económica).
En ese orden de ideas, se sabe que la escasez es la palabra que define el problema de los comunes;
pero ¿cuáles son las posibles causas de la escasez de los recursos naturales de uso común? Al menos
se conocen tres causas a la luz de las ciencias económicas:
• Privatización: Un recurso de uso común comienza a ser escaso cuando la población no puede
acceder libremente, ya sea por intervención del Estado o de las empresas; quienes usan el
recurso para su beneficio y establecen algún tipo de pago para que la población acceda a él. Por
lo tanto existe escasez por desigualdad en el acceso.
Sin embargo, si una población no puede gestionar adecuadamente su recurso común, ceder la
gestión al Estado o a la empresa se convierte entonces, en solución al problema de los comunes
(Ostrom, 2000)
A partir de ésta última reflexión, se pueden definir los otros dos tipos de recursos naturales que se
pueden encontrar en una sociedad:
2
La obsolescencia programada consta de la programación a propósito por parte del fabricante, de poca vida útil de un producto. La obsolescencia programada se da cuando un
producto es realizado con menor calidad, menor funcionabilidad o menor deseo. (Ecointeligencia, 2014)
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• Recursos públicos: Son aquellos bienes controlados por el Estado, quien los preservará para
garantizar la convivencia entre quienes necesiten el recurso. El mecanismos de gestión es la
regulación (las leyes) y el mecanismo de acceso para quienes deseen usar el recurso es el pago
de impuestos.
La tabla 1 resume la clasificación de los recursos naturales, el objetivo para el cual pueden ser
utilizados y sus mecanismos de gestión.
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En síntesis...
Los recursos naturales son en su esencia de uso común. Sin embargo,
el uso inadecuado de los mismos a causa de la sobrepoblación y/o
la sobreexplotación para uso comercial, los lleva a una condición de
indeseable de escasez. Por esta razón, la gestión de los recursos por
parte de las comunidades es cedida a otros agentes como el Estado o la
empresa privada, quienes con sus particularidades ejercerán mecanismos
de gestión del recurso determinados. Allí nace la clasificación de recursos
naturales públicos y recursos naturales privados.
En el apartado anterior, se mencionaban tres mecanismos de gestión básica de recursos naturales: los
acuerdos, las leyes y los contratos. Sin embargo, la organización territorial de los recursos naturales
se da en los límites geográficos de cada nación; esta situación nos lleva a concluir que el principal
gestor de los recursos naturales es el Estado. Por ejemplo, el Estado colombiano es quien vela por
la protección de los recursos naturales que habitan en Colombia y coordina su clasificación entre
comunes, públicos o privados.
En ese rol de gestor, el Estado garantiza que la regulación (las leyes) el principal mecanismo de
gestión medioambiental en una sociedad. Sin embargo, ese conjunto de leyes alrededor de la gestión
de recursos naturales necesita de un objetivo común, necesita de organismos que velen por su
adecuada implementación y realicen vigilancia de su cumplimiento. Éstas necesidades se solucionan a
partir de lo que se conoce como Política Pública (en adelante PP).
Si la PP es el plan que permite plantear objetivos, crear organismos y asignar roles a los organismos
alrededor de las leyes ambientales ¿Cómo se pueden crear Políticas Públicas efectivas para la
conservación del medioambiente? Es difícil formular una PP realmente efectiva, por lo que es
conveniente centrarse en sus formas de creación, que son de dos vías:
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• Políticas Públicas verticales: Hacen referencia a los modelos de gestión de recursos naturales
que se planean desde el Gobierno Nacional y obligan a su implementación en todo el territorio.
Generalmente se crean en la interacción de diálogo Estado-Empresa; esa condición de dialogo
dual se da bajo la premisa que son las dos organizaciones que si pueden encontrar una adecuada
estrategia de gestión de los recursos, por ello, es válida (Hardin, 2004). Se llama vertical,
porque las decisiones se toman en las altas esferas del poder y bajan para ser acatadas por la
sociedad civil.
• Políticas Públicas horizontales: Hacen referencia a los modelos de gestión de recursos naturales
que se planean en las comunidades que acceden de manera inmediata al recurso. Ellas, en
su convivencia diaria con el recurso deciden cual es la mejor vía de interacción con el mismo.
Después, estos acuerdos se complementan en diálogo sostenido con el Estado y la empresa; esa
condición de diálogo tripartita Sociedad Civil- Estado-Empresa se considera la forma ideal de
gestión de los recursos. (Ostrom, 2000).
Se llama horizontal porque las decisiones se toman sin establecer una jerarquía entre quienes
diseñan la PP.
Las dos formas de diseño de las PP’s incluyen en el fondo dos formas de gobernanza de recursos
comunes: excluyente de la Sociedad Civil en las PP verticales e incluyentes de la Sociedad Civil en las
PP horizontales. Invito al lector a investigar sobre la necesidad de gobernanza incluyente en países ricos
en recursos naturales a fin de fortalecer los procesos de Desarrollo3.
Ahora bien, es momento de dar paso a la presentación de dos instrumentos de gestión de recursos
naturales más populares en el diseño de PP :
• Ecotasas: Buscan reducir impactos ambientales ocasionados por una actividad económica,
tratando de cambiar el comportamiento de quien emite el daño. Por ejemplo, el Estado puede
cobrar una tasa por emisión de gases efecto invernandero a empresas del sector energético, de
manera tal que para evitar su pago, las empresas se ven incentivadas a implementar Sistemas de
Gestión Medioambiental que les ayude a disminuir la emisión.
• Impuestos verdes: No buscan cambiar el comportamiento del emisor del daño ambiental, busca
cobrar al emisor el costo de cubrir el impacto del daño. Por ejemplo, el Estado puede cobrar
un impuesto sobre sus utilidades a las empresas del sector minero y el mismo, se debe destinar
a actividades compensatorias de los impactos de la actividad como lo son las inversiones en
sistemas de purificación de agua.
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• Impuestos verdes de uso fiscal: Buscan que los sectores económicos que más aprovechan los
recursos naturales de un pais aporten dinero al Estado, para que éste pueda cumplir con sus
funciones de construir infraestructura y garantizar el derecho a laeducación, la salud y la vida.
Por ejemplo, el Sistema General de Regalías en Colombia.
Cabe desatacar que estos tres instrumentos de gestión de recursos naturales, aunque predilectos en
el diseño de PP, no necesariamente son los más efectivos en la gestión de recursos naturales; puesto
que trabajan en su gran mayoria en estrategias de compensación de impactos ambientales negativos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo de 1992, fue la
primera convención en acercarse a este objetivo. Llevada a cabo en Rio de Janeiro, dejó como
resultado la firma de La Declaración de Rio, que impone a los miembros de la ONU los principios bajo
los cuales se conciliará la naturaleza con el crecimiento económico. El Principio 3 de la Declaración,
incluye el término Desarrollo Sostenible (en adelante DS) que actuará como objetivo en las dinámicas
sociales de toda nación firmante de la Declaración. Como tal, DS se define como:
“Satisfacer las necesidades de las generaciones presentes sin comprometer las posibilidades de las
generaciones del futuro para atender sus propias necesidades” (Organización de las Naciones Unidas,
1992)
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En ese orden de ideas, los países firmantes de la Declaración de Rio, deben conseguir a la vez:
• Solidaridad intergeneracional: que las generaciones futuras puedan satisfacer sus propias
necesidades sin verse afectados por las acciones de las generaciones presentes.
Si se reflexiona con mayor cuidado, hablar de solidaridad y necesidades humanas, resalta a la sociedad
en esa conciliación naturaleza-economía. Por lo que, entonces, se pude concluir que el DS se asienta
en tres aspectos a gestionar:
• Lo social, como la variable donde se busca que todos los ciudadanos sean partícipes
equitativamente, no solo del ambiente, sino también en la distribución de la riqueza en pro de
satisfacer sus necesidades.
¿Sabía qué...?
El concepto de Desarrollo Sostenible de la ONU, también es conocido
como el Concepto Brundtland de Desarrollo Sostenible? Esto se debe
a que la definición aparece por primera vez en el Informe de la Comisión
Brundtland: Nuestro Futuro Común de 1987, el cual dio sustento científico a
lo establecido en la Declaración de Rio.
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2.1. El desarrollo dostenible y los modelos de gestión por parte de los países
A pesar que existe un concepto generalizado por parte de la ONU sobre DS, no todos los países
se acercan a él de la misma manera. Para entender mejor, es conveniente dar una breve pausa a la
discusión de la sostenibilidad y centrarse sólo en el Desarrollo.
En sí, el Desarrollo es concebido como una meta que se fija la sociedad para alcanzar una mejor
condición de la que tiene en el presente (Zorro, 2007); así como los seres humanos, las sociedades
pueden fijarse las metas que considere convenientes y establecer los mecanismos que mejor
encuentre para alcanzarlas.
Las variables que limitan, inicialmente, las metas y los mecanismos son los principios éticos
fundamentales para cualquier sociedad: la libertad, la vida y la solidaridad (Max-Neef, 1998;
Nussbaum, 2012; Sen, 2000). Los cuales encontramos materializados en muchos elementos
culturales como la carta de los Derechos Humanos, las políticas públicas o en algunos manifiestos
religiosos. En ese orden de ideas, desde que una sociedad no violente los principios éticos básicos de
los miembros de su comunidad o los de otras sociedades; es libre de diseñar sus vías de Desarrollo.
Ahora, es momento de relacionar esto con la Sostenibilidad: en el apartado anterior ha quedado claro
que todos los países firmantes de la Declaración de Rio aceptaron un concepto determinado sobre
DS y se comprometieron a alcanzarlo; sin embargo - en principio- es autónoma la elección de los
caminos para lograr la meta… ¿Cuáles pueden ser esos caminos?
Al momento de relatar el origen del concepto de DS, se comentaba la evidencia del problema de los
recursos comunes vía crecimiento económico – capacidad regeneradora de la tierra. De acuerdo a
lo observado en el análisis del problema de los comunes, resulta pertinente cambiar las formas del
sistema económico en pro de respetar la resiliencia de los ecosistemas.
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Dar prioridad a lo económico, asigna a los recursos naturales el rol de medio para alcanzar el fin.
Relegados de nuevo a una visión de instrumento para el crecimiento económico, los recursos
naturales sufren el tratamiento propio de cualquier activo4 disponible para la producción. En primer
lugar, su acceso estará garantizado para aquellos que tengan capacidad de compra del mismo de
manera directa (en un mercado disponible) o de manera indirecta (permisos del Estado para operar);
por lo que la equidad social de acceso al medioambiente del DS de la ONU queda puesta en duda.
Por otro lado, es susceptible de mejora y es reemplazable por dinero/tecnología. Por ejemplo, piense
usted en cualquier recurso en la economía con un vehículo; usted es su ilustre propietario y un día
su preciado bien sufre un averío del motor, usted puede pagar a un mecánico para arreglar la pieza
o cambiarla. Así su recurso es susceptible de mejora solo con pagar. Meses más tarde, se anuncia
una nueva y mejorada versión del vehículo gracias a la tecnología; usted decide vender el automóvil
y comprar la nueva versión. Por tanto, el recurso es susceptible de ser reemplazado por dinero o por
una nueva tecnología.
Si el recurso natural, es visto como activo, el análisis de gestión del vehículo se traslada y aplica de la
misma manera a cualquier ser biótico que cumpla la noción de activo para la producción. Por ejemplo,
el agua de un río puede ser apropiable por una empresa que pueda comprar el terreno por donde
fluye el rio (acceso por medio del pago) y en caso de contaminación del afluente, puede pagar una
multa o un impuesto en forma de compensación al Estado (pago para mejora) o puede desarrollar una
tecnología para purificar el agua (reemplazo con tecnología).
A primera vista, esto no parece del todo errado en la gestión de un recurso destinado a garantizar
el crecimiento económico. Sin embargo, esta visión solo gestiona los impactos en el corto plazo.
De allí el nombre de Desarrollo Sostenible Débil. Siguiendo el ejemplo del agua contaminada por la
operación de la empresa:
En un principio el Estado puede usar el dinero pagado a través de la multa o el impuesto para tratar de
purificar el río, pero el costo de esta gestión puede superar lo cobrado a la empresa.
Por lo que el Estado se puede ver incentivado a invertir el dinero en un proyecto compensatorio a la
región5; ejemplo: constfruir un nuevo parque para juegos. Nada garantiza que el dinero pagado en
compensación corrija el impacto medioambiental.
Ahora, se decía que la empresa podía comprar una planta purificadora, lo cual resulta una idea
excelente pero altamente costosa en cuanto a inversión y mantenimiento. Por lo que, en un momento
de crisis financiera interna, la empresa puede prescindir de la máquina, agotar el recurso del agua y
después, buscar otro terreno con fuentes de agua para seguir con su operación.
4
Se refiere al concepto de Activo en Contabilidad: Un recurso del que se espera obtener ingresos futuros, después de su transformación y/o venta. (International Accounting
Standard Board, 2010)
5
Las políticas públicas nacionales y los tratados internacionales de Desarrollo Sostenible lo permiten. Ver por ejemplo Almonte & Sánchez (2016 )
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En cualquiera de los dos casos, existe un alto nivel de dependencia de la gestión del recurso natural
a la disponibilidad de dinero. Sin dinero, diría la empresa, no hay gestión del recurso natural. Sin
gestión de recursos naturales no hay sostenibilidad. Pero el impacto de esta visión solo la verán las
generaciones futuras.
Diferente a la visión del DS débil, existe una concepción del DS que busca garantizar el sostenimiento
de los ecosistemas y el sostenimiento de los mínimos vitales. Esta es la visión del Desarrollo Sostenible
Fuerte. Aquí, cualquier sistema humano de convivencia (social o económica) se debe adaptar al ciclo
de la naturaleza. Por tanto, la preservación de la vida se convierte en el fin y el sistema económico
de convierte en el medio. A su vez, el recurso natural es despojado de su etiqueta de recurso y
desvinculado del concepto de activo.
En consecuencia, la gestión del ser vivo (animal, planta o ecosistema) se dará en función de su
capacidad de aporte a la vida humana y el acceso al mismo se dará bajo la coordinación del Estado,
que lo asignará en función de la satisfacción de las necesidades básicas6 de la población. Ni la sociedad
civil ni las empresas podrán acceder a más ambiente del que necesiten para satisfacer sus mínimos
vitales; el hedonismo es visto como un comportamiento que atenta contra los tres principios del
Desarrollo (vida, solidaridad y libertad).
Los mecanismos de gestión empresarial también se adaptan a esta nueva visión, tanto las inversiones
como la tecnología se aplican como mecanismos de prevención y mitigación de impactos ambientales
negativos. Por ejemplo, las inversiones en los sistemas de gestión medioambiental para una empresa
cuya operación pueda contaminar un río, se darán en pro de preparar el territorio para la llegada y
posterior partida de las operaciones de la empresa; tratando de impactar lo mínimo posible y restaurar
lo máximo posible. Por ejemplo, resultan muy útiles allí los trabajos de ingeniería y trabajos sociales
para evaluar los usos tradicionales del territorio y capacidad de recuperación del mismo.
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En ese mismo sentido, las adquisiciones tecnológicas apuntarán a trabajar la sostenibilidad
ambiental desde el corazón de la empresa. Todas las áreas funcionales: producción, administración
y ventas incluirán tecnologías verdes para sus operaciones diarias de manera tal que el impacto
medioambiental es gestionado a través de todo aspecto organizacional. Por ejemplo, una empresa
contaminante de un rio, incluirá en su tecnología paneles solares, grifos de control de emisión de
agua, máquinas de alto control de lixiviados para sus procesos productivos. De manera tal, que el
control de contaminación de agua no estará sujeto exclusivamente a una planta purificadora.
De nuevo el sistema económico solo cumplirá el rol de facilitador de los medios para adquisición e
intercambio de lo que realmente cumple con la noción de recurso y activo. Por lo que se obtendrá,
finalmente, un sistema humano (social y económico) que ralentice su afán de dinero, pero tenga los
medios necesarios para a) satisfacer sus necesidades básicas materiales y b) contar con un ecosistema
sostenible bajo sus propios parámetros.
Si bien en el corto plazo para una empresa o el Estado puede resultar costoso ejecutar una acción de
prevención /mitigación, en el largo plazo los impactos ambientales se minimizarán a tal punto que su
costo es bajo o muy bajo (Neumayer, 2003).Por lo que es una estrategia de Desarrollo Sostenible
Fuerte, perdurable.
Si bien el DS débil y el DS fuerte asignan diferentes roles y diferentes niveles de importancia a los
recursos naturales en el modelo de gestión hacia la sostenibilidad; en la práctica no tienen que ser
obligatoriamente excluyentes. La función que cumplen las PP’s como mecanismos de regulación
político-administrativa para generar los lineamientos de gestión ambiental en las naciones, pueden
hacer a estas dos visiones cercanas.
Desde una postura conciliadora entre los dos modelos, se puede observar que una sociedad basada
en un sistema económico capitalista empezará su camino de sostenibilidad a través del DS débil, al
tener éste elementos afines a los modos de vida creados para el capitalismo. Lo que le permite al
modelo de gestión ser aplicado de manera más exitosa respecto a un modelo que resulte chocante y
genere resistencia en la sociedad. El agotamiento del modelo de DS débil en el mediano plazo puede
ocasionar el despertar de la visión largoplacista y profunda del problema de los recursos comunes, por
lo que dicha sociedad se acogerá a un camino más propio del DS fuerte.
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¿Sabía qué...?
Un caso de aplicación de políticas conciliadoras entre DS débil y fuerte
es el de los Países Bajos o de los denominados “países de capitalismo
moderado”, el cual siempre es referente en el estudio de la Sostenibilidad.
Desde una postura integradora entre los dos modelos, se puede observar que en una sola nación el
DS débil y el DS fuerte pueden coexistir. Una sociedad basada en un sistema económico capitalista
puede tener PP’s basadas en el DS débil que determinen los lineamientos de gestión ambiental para
sectores de la economía como el minero, el agricultor, el energético, entre otros. Pero, la capacidad
de los Departamentos y Municipios de la Nación para tomar decisiones político-administrativas,
puede significar que estos creen lineamientos para la gestión ambiental basadas en el DS fuerte.
¿Sabía qué...?
Llegará el día, en el que inevitablemente, el DS fuerte en la práctica
exponga las fisuras y agotamiento del DS débil. La dinámica de
resupuestos Participativos, Consultar Populares y Licencias Sociales para
Operar en América Latina para la creación de Políticas Públicas
Ambientales nacionales y territoriales son un ejemplo de escenarios donde
se genera ese tipo de tensión.
Ahora bien, así como existe un concepto de DS acogido a nivel internacional en el estamento de
las Naciones Unidas, también existen lineamientos e indicadores internacionales para la gestión del
mismo y que seguirán las naciones de acuerdo a como los consideren necesarios e imperantes.
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Los acuerdos orientados hacia la gobernanza ambiental como el Convenio de Basilea sobre el control
de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos, la Convención sobre el Comercio
Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, el Protocolo de Kyoto sobre el
cambio climático, entre muchos otros, sirven como lineamientos para crear PP’s de DS.
Por otro lado, los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) fungen como indicadores de
desempeño a nivel internacional. Creados por la ONU y vigilados en su cumplimiento por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo – PNUD, existen 17 ODS alrededor de lo
ambiental, lo social y lo económico:
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Referencias
Almonte, H., & Sánchez, R. (2016 ). Hacia una nueva gobernanza de los recursos naturales en América
Latina y el Caribe. Comisión Económica para América Latina y el Caribe - CEPAL.
Hardin, G. (2004). La Tragedia de los Comunes. Cultura, Ciencia y Tecnología. Clásicos de la ciencia,
1(3), 11 - 20.
International Accounting Standard Board. (2010). Marco conceptual para la información financiera.
Naredo, J. M. (2006). Raices económicas del deterioro ecológico y social. Madrid, España: Siglo XXI.
Nussbaum, M. (2012). Crear capacidades: Propuesta para el desarrollo humano. Barcelona: Grupo
Planeta.
Organización de las Naciones Unidas. (3-14 de junio de 1992). Declaración de Rio sobre el
Medioambiente y el Desarrollo.
Ostrom, E. (2000). Collective Action and the Evolution of Social Norms. The Journal of Economic
Perspectives, 14(3), 137–158.
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. (2017). Objetivos del Desarrollo
Sostenible. Recuperado el 10 de mayo de 2017, de https://www.google.com.co/
search?q=pnud&oq=pnud&aqs=chrome..69i57j0l5.1024j0j7&sourceid=chrome&ie=UTF-8
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