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TALLER 1. OPCIÓN C
A lo largo de los años, el gobierno colombiano se ha planteado objetivos con el fin de brindar
y mejorar elementos básicos que beneficien la salud de los ciudadanos, debido a que no
existía cobertura para todos y aun cuando existiese, muchos de ellos no tenían facilidad de
acceso a dichos servicios.
Por lo tanto, como primer acercamiento a los objetivos propuestos nace la Ley 100 en 1993
con la cual se logró reestructurar el sistema de salud con el objetivo de pasar de un modelo
centralizado y público a un Sistema General de Seguridad Social en Salud (SGSSS) el cual
permitió una disminución de la desigualdad social, una mayor inversión en hospitales
públicos, unos avances normativos y ciertas mejoras en los resultados de salud. Sin embargo,
también tuvo ciertas dificultades: enfoque curativo y no preventivo, deficiencia en el sistema
de información, lo que provoca la pérdida de recursos, desintegración en la atención, poca
resolutividad en los niveles primarios (Ruiz, Salud, & Servicios, 2015); así como el colapso
paulatino de las entidades e instituciones prestadoras de salud, lo que se ve reflejado en la red
de urgencias de las diferentes zonas sobre todo en las cabeceras municipales. A partir de estas
problemáticas, surge la necesidad de una nueva reestructuración en el sistema de salud.
De esta manera, el gobierno decreta la Ley Estatutaria 1751 en el 2015, la cual tiene como
objeto garantizar el derecho fundamental a la salud, regular y establecer los mecanismos de
protección (N°.1751, 2015). Con esta ley se busca trabajar en la población de tal forma que se
desarrollen diferentes programas para fortalecer la promoción, prevención, diagnóstico,
tratamiento, rehabilitación y paliación de la salud familiar, para pasar de un sistema de salud
basado en la enfermedad a uno basado en la prevención.
Después de la reforma, tanto las EPS como las IPS empiezan a destinar recursos para cumplir
con los ítems anteriormente mencionados, con el fin de percibir una disminución en los
sucesos repentinos que sobrevengan de patologías no tratadas o no intervenidas en el
momento adecuado. Sin embargo, surgen diferentes situaciones que impiden que se cumpla a
cabalidad con el derecho fundamental de la salud. Así, por ejemplo, la poca disponibilidad de
programas y servicios, la falta de eficiencia y calidad tanto de los programas como del
personal encargado, la desviación de fondos, la corrupción interna y la falta de apoyo por
parte del gobierno genera crisis en el sistema de salud (Hernán González Rodríguez, 2016).
Conviene subrayar que, en los últimos años, según registros del Banco Mundial, el gasto en
salud en relación con el PIB en Colombia ha estado entre 6,6% en 2011 hasta un 7,2% en el
2014 (Ilustración 1).
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A nivel mundial según la OMS, el promedio de inversión con referencia del PIB en los países
es del 10%, equivalente a 1.000 dólares de inversión per cápita. En contraste, Colombia
invierte sólo el 7% del PIB - dato 2016 - equivalente a 400 dólares per cápita en cada año,
esto no permite una financiación suficiente para gozar del derecho fundamental de la salud
(Hernán González Rodríguez, 2016).
Por lo que se refiere a las problemáticas del servicio de urgencias, se ha visto que las
decisiones administrativas pueden generar congestión, tiempos de espera prolongados, falta
de trazabilidad de la información de los pacientes, disminución del compromiso por parte del
personal médico y por ende una perspectiva deficiente del servicio. “Encontramos variables
que definen el grado de ocupación del área de urgencias, como lo son el número total de
camas en urgencias, número de pacientes en el servicio de urgencias, tiempo de traslado a
hospitalización, número de personas hospitalizadas en el servicio de urgencias, entre otras”
(Amparo, Canoa, & Olivella, 2010).
El informe nacional de calidad de la atención de salud del 2015 registra un indicador el cual
hace referencia a la oportunidad en la atención en consultas de urgencias. “Este indicador se
obtiene del cociente entre la sumatoria del número de minutos transcurridos entre la solicitud
de atención en la consulta de urgencias y el momento en el cual es atendido el paciente por
parte del médico, dividido por el número total de usuarios atendidos en consulta de urgencias.
La unidad de medida para este indicador es minutos y el reporte tiene una periodicidad
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semestral” (Ministerio de protección social, 2015). De los resultados obtenidos se tiene que:
el indicador ha tenido una tendencia creciente en el 67% de las IPS en el país: pasó de 28,17
en 2009 a 32,61 minutos en 2014. El incremento del tiempo de espera de atención podría
verse relacionado con factores como mayor demanda, insuficiencia de capacidad instalada y
baja disponibilidad del servicio imposibilitando alcanzar las principales características de
calidad que la Ley Estatutaria estipula
Para regular esta situación, por medio de la resolución 5596 de 2015 el gobierno define que el
tiempo máximo de atención de urgencias es de 30 minutos para el triage tipo II. Sin embargo,
para los triage tipo 3, 4 y 5 es a disposición de las IPS, por lo tanto, se hace pertinente
mejorar los tiempos de atención en el servicio con el fin de que no colapsen los centros
asistenciales y se asegure una valoración rápida, ordenada y una atención oportuna.
Día a día en urgencias se viven situaciones caóticas que junto con una falta de planificación
eficiente y la variabilidad de los procesos conllevan a sobre-procesos, largos tiempos de
espera, defectos y otras actividades que no agregan valor al servicio que se está ofreciendo al
cliente (Ilustración 2).
Sin embargo, cumplir con cada uno de los requerimientos de disponibilidad y accesibilidad al
servicio, además de todas las normas de calidad, no es suficiente para una prestación del
servicio completa y eficaz debido a que los recursos destinados para cada una de las
actividades son limitados. Para esto, la Ley estipula dos principios muy importantes: la
Sostenibilidad y la Eficiencia, es decir, el Estado dispondrá de los recursos necesarios y
suficientes, procurando la mejor utilización de los recursos, servicios y tecnologías para
asegurar el derecho fundamental a la salud.
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Ahora bien, Lean Thinking tiene como base la creación de valor real para el cliente, buscando
el perfeccionamiento de acciones y la disminución de mudas y desperdicios que vuelven los
procesos en la red de urgencias ineficientes. De esta manera, se presenta una gran
oportunidad de implementar diferentes herramientas con el fin de mostrar, corregir y
pronosticar problemas subyacentes de la actividad realizada. A nivel mundial, los principios
de gestión Lean se están adoptando más ampliamente en la atención de la salud como una
forma de mejorar la calidad y la seguridad mientras se controlan los costos asociados. ¿Por
qué? La promesa es hacer más con menos, ¿Cómo? El enfoque Lean ordena un planteamiento
organizacional que permite la mejora continua en la forma de satisfacer las necesidades de los
clientes. Asimismo, un enfoque proactivo (en vez de esporádico y reactivo), que de manera
crítica de los procesos y no de las personas (Hawthorne & Masterson, 2013).
Preguntas
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1. ¿Cuál es la situación objeto de estudio?
5. ¿En el texto se presentan los elementos, las variables claves, las causas y efectos de la
situación objeto de estudio y se analizan a través de herramientas de ingeniería
industrial? Justifique
El autor inicia presentando el problema que se presenta; después, nos muestra las
causas y sobre el final presenta los efectos. Además, recoge estos elementos en un
herramienta de la ingeniería industrial, el diagrama causa efecto.