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FICHA BÁSICA DE SINTAXIS

CLASES DE PALABRAS

Sustantivos son los nombres de las cosas, de las personas, de los


lugares, de los conceptos. Por ejemplo: computadora, empleado, Juliana,
oficina, microcentro, vacaciones, desempleo, rentabilidad, etc.
Cada sustantivo tiene género propio, eso quiere decir que podemos decir si es
femenino o masculino pero que no podemos cambiárselo. Es claro que jamás
diríamos * ´la microcentro´ ni la ´microcentra´.
Por lo demás, sí podemos respecto de la gran mayoría de las cosas,
contarlas y la variación morfológica del número de los sustantivos nos permite,
en castellano, expresar si estamos hablando de una (singular) o de más de una
(plural).

Los adjetivos son las palabras que nos permiten expresar las
cualidades de los sustantivos, es decir, cómo son. (Recordá esto cuando
veamos adverbios y circunstanciales de modo.) Para indicarnos a qué cosa se
refiere un adjetivo, éste copia las características morfológicas del sustantivo al
que modifica. Por ejemplo, en "Estos zapatos nuevas tienen las suelas ", el
adjetivo ´nuevas´ está junto a zapatos y no a suelas; sin embargo, sabemos
que los zapatos son viejos y por eso han debido cambiárseles las suelas, que
entonces son nuevas, y no que los nuevos son los zapatos. Y nos resulta obvio
porque escuchamos en el habla y vemos en la escritura las marcas del género
en la o y en la a de nuevas y de suelas y de zapatos. Esto que es tan obvio es
una regla fundamental de concordancia, la de género y número entre
sustantivo y adjetivo. En otras lenguas, que no tiene una diferenciación tan
clara de los rasgos morfológicos, como el inglés, se vuelve más importante el
orden de las palabras en la oración.
No obstante, heredamos del latín, también, un tipo de adjetivos que no
expresan (pero siempre lo tienen) el género: son los terminados en e, como
"insoportable", "comestible", adolescente" y todos los terminados en
consonante: "natural", infantil", "sutil", etc.
Hay una subclase de adjetivos que tiene dos particularidades, las que
hacen justamente que merezca un nombre y un capítulo aparte: los artículos.
¿Cuáles son sus características? A) Sólo pueden ir antes del sustantivo y
nunca detrás de él (hacé la prueba y vas a ver…) y B) siempre expresan el
género de los sustantivos a los que modifican. Por ejemplo: "cantante" o
"mano" o "tema". A un hablante de otra lengua que recién se acerca al
castellano, estos sustantivos podrían causarle cierta confusión, a la hora de
saber el género, y más si escuchara adjetivos como "gran" o "fuerte" o
"interesante" caracterizándolos respectivamente. En cambio, sí encontrará un
dato acerca de la gramática del castellano en cuanto nos escuche decir "el" o
"la cantante", "la mano", "el tema" y sabrá, entonces, si decir a continuación
"calva" o "calvo", "abierta" y "conocido", acerca de cada uno.

Los verbos son las palabras que expresan acciones, procesos o


estados de las cosas o de las personas. Su morfología permite identificar al
sujeto gramatical de la acción o del proceso o del estado. Entre el sujeto y el
verbo hay una relación obligatoria de concordancia, la de persona y número.
El marco de referencia para esa identificación es la situación de comunicación.
Entonces, tenemos tres "personas" gramaticales: la primera señala como
sujeto de una acción o proceso o estado al que está o a los que están en uso
de la palabra; la segunda, al o a los que escuchan. La tercera corresponde a
los de afuera (que son de palo), o sea, a los que ni hablan ni escuchan. Como
los terceros en cuestión no participan de la situación de comunicación, se suele
hablar de ésta como la "no-persona".
La morfología de los verbos también nos permite saber si estas acciones
o procesos o estados comprometían al sujeto en el pasado, si lo comprometen
en el presente o siempre, o si lo harán en el futuro. Esto es lo que tiene que ver
con el tiempo, a grandes rasgos.
El modo permite decir si estas acciones, procesos o estados son conocidos o
pensados como ciertos (indicativo) o si sólo se imagina, se desea o se duda
que sucedan o hayan sucedido (subjuntivo), y también permite pedirle,
ordenarle o suplicarle a otro que convierta cierto hecho deseado en efectivo
(imperativo).

Los adverbios, por su parte, son "suertes de adjetivos" pero que


modifican a los verbos. Esto quiere decir que caracterizan y determinan, pero
ya no cómo son las cosas o las personas, sino cómo suceden o se desarrollan
las acciones, los estados o los procesos. Esto puede tener que ver con el
tiempo que dura la acción, el momento en el que se produce, el lugar, la
cantidad de veces que ocurrió, ocurre u ocurrirá, el modo, la intensidad con que
se da, la afirmación o la negación del hecho, etc.
Entonces es importante destacar que los adverbios no se refieren a las cosas
sino a lo que se dice o predica sobre las cosas; por lo tanto, se refieren y
caracterizan a los verbos, pero también pueden afectar a los adjetivos. Pero
nunca un adverbio puede modificar a un sustantivo; tampoco puede invertirse
la cadena: ni los adjetivos ni los verbos modifican adverbios.
Leé la siguiente serie, entendiendo la flecha como "modifica a" o
"predica sobre" o "dice algo sobre" o "caracteriza a" (¿se entiende?):

Sustantivo ¬ adjetivo/verbo ¬ adverbio ¬ adverbio

Un ejemplo:
Casa (sust.) ¬ blanca (adj.) ¬ muy (adv.)
Casa (sust.) ¬ está (verbo) ¬ lejos (adv.) ¬ más (adv.)
(Más lejos está una casa muy blanca.)

Los adverbios como no se refieren a las cosas o a las personas no


varían ni en género ni en número ni en nada, son lo que se llama palabras
invariables. "Más lejos o más cerca…": en estas palabras la s de "más" no
significa plural, tampoco la de "lejos"; ni la a o la o de "lejos" o de "cerca"
significan masculino o femenino: esto sucede porque modifican a los verbos,
que no tienen género, o a adjetivos, que tampoco tienen ni género ni número
propios sino que expresan el/los del sustantivo al que modifican. (Por eso está
mal decir "media loca" en lugar de "medio loca" para decir "un poco loca", o
"bastantes enojados" en lugar de "bastante enojados".)
Como los adverbios hay otras palabras invariables:
a) las preposiciones: a, ante, bajo, con, contra, de, desde, en entre, hacia,
hasta, para, por, según, sin, sobre, tras, mediante, durante;
b) las conjunciones: pero, o/u, y/e, sino, porque, por lo tanto, sin embargo,
como, cual, si, etc.

Hay una clase de palabra que en realidad aparece por la reunión de otras
dos: las contracciones. En castellano son solo dos: "del" (de + el) y "al" (a +
el).

c) las interjecciones: palabras que no tienen un sentido más que expresivo


que se define en un contexto determinado; por ejemplo, uy, ay, uf, che, etc.

¿POR QUÉ TODO ESTE REPASO?

Las clases de palabras tienen mucho que ver con el análisis sintáctico. Pero
antes de entrar en esto, tendríamos que aclarar qué analiza la sintaxis. Pues
bien, con tanta cajita y rayita, lo que tratamos de ver es cómo se unen las
palabras en castellano para formar oraciones con sentido y cómo no. Vos
sabés muy bien que jamás hubieras dicho. "¿Repaso todo qué este por?" Pero
cuando las frases son mucho más largas, para saber cómo ordenarlas mejor,
más económicamente, con mayor claridad, para eso, viene bien analizarlas
cuando uno corrige su redacción. Te imaginarás que para analizar en estas
circunstancias, hay que hacerlo muy rápido, como de un solo vistazo, porque si
no tardás mucho en escribir y corregir tu texto. Entonces… hace falta mucha
práctica.
CONSTRUCCIONES

Construcción es una serie de palabras que no están sueltas sino que


se relacionan todas entre sí.
Una oración puede estar compuesta por una sola palabra:
Llueve.

O por una construcción:


[La ventana indiscreta.]

O por más de una construcción:


[(Hombres de negro) (persiguen extraterrestres biiien malos para
devolverlos a su lugar).]

Y como ves, una construcción puede incluir otras.


[(Hombres (de negro)) (persiguen (extraterrestres (biiien malos))
(para (devolverlos (a (su lugar))))).]

La relación entre las palabras dentro de la construcción puede darse


subordinándose todas las palabras a una a la que llamamos núcleo. Las
construcciones de este tipo se llaman endocéntricas ("endo" quiere decir
adentro, "centro", bueno,… ya sabés, quiere decir centro. En definitiva, que
todas las palabras de la construcción se refieren a una que está adentro mismo
de la construcción; es decir, que es una relación de dependencia, todas las
demás palabras allí dependen del núcleo. Un ejemplo es (hombres de negro),
donde el núcleo es "hombres".
En otras construcciones las palabras que las componen tienen entre sí
una relación de solidaridad, porque hay en ellas dos bloques que se necesitan
uno a otro, no hay uno que nuclee y otro que dependa. Estas construcciones se
llaman exocéntricas, porque el referente está afuera de la construcción. Por
ejemplo, (de negro): el nexo subordinante no puede no llevar término detrás, y
no podés unir el término al sustantivo de referencia sin usar el nexo
subordinante. O sea, que "de" y "negro" se necesitan solidariamente: no podés
decir "hombres de" sin decir algo más, no podés decir "hombres negro" sin algo
en el medio; y "de negro" se refiere a "hombres" que está afuera de la
construcción. Las construcciones de este tipo que más conocés son las de
nexo subordinante y término y la de sujeto y predicado.

En el diccionario de la R.A.E. "nombre" es tanto el sustantivo como el


adjetivo. Cuando el núcleo de la construcción sea un sustantivo o un adjetivo,
vamos a decir que la construcción es nominal; si el núcleo es un adverbio,
adverbial; y (sí, ya te lo imaginás) si el núcleo es un verbo, verbal… (Después
dicen que Lengua es difícil…).
MODIFICADORES DE LAS CONSTRUCCIONES ENDOCÉNTRICAS
NOMINAL Y ADVERBIAL (o sea, sí, de las que no son la verbal)

ü Modificador directo: se une al núcleo sin proposición ni pausas


expresadas por signo de puntuación. Entonces, volvemos a la cadena que
habíamos visto antes: el sustantivo puede ser modificado directamente por
el adjetivo que puede ser modificado directamente por un adverbio que, a
su vez, puede también ser modificado directamente por otro adverbio. La
dirección de este encadenamiento, recordemos, no puede ser invertida.
ü Modificador indirecto: se construye con nexo subordinante + término. Los
nexos subordinantes son las preposiciones, las frases prepositivas y las
conjunciones comparativas.
ü Aposición: es una palabra o una serie de palabras que refiere a lo mismo
que el núcleo, parafrasea, dice de otro modo su mismo significado. De esto
se desprende que sólo un sustantivo puede nombrar de otra manera a lo
que nombraba otro sustantivo, sólo otro adjetivo puede nombrar de otra
manera una cualidad que con un adjetivo atribuía a la cosa; y lo mismo,
acerca de los adverbios. La aposición no va necesariamente entre comas.
Sí va siempre entre pausas, y estas pueden ser expresadas por otros
signos de puntuación que no sean comas.
MODIFICADORES EXCLUSIVOS DEL NÚCLEO VERBAL EN LA
CONSTRUCCIÓN ENDOCÉNTRICA VERBAL

ü OBJETO DIRECTO: es el primer objeto (cosa o persona) sobre el que


recae la acción, entonces como clase de palabra es un sustantivo; por
ejemplo: decir ®algo, comer ® algo, comprar ®algo, llamar ®a alguien,
etcétera.
Si creemos que una construcción sustantiva funciona como OBJETO
DIRECTO, podemos verificarlo reemplazándola por uno de estos
pronombres: lo, los, la, las. Para intentar reemplazar el OD, voy a elegir el
pronombre que tenga el mismo género y el mismo número que el núcleo del
OD.

ü OBJETO INDIRECTO: es el objeto o, en general, la persona a la cual la


acción destina el objeto directo; por ejemplo, decir ® algo ® a alguien¸
comprar ® algo ® para alguien¸ pegar ®una trompada ® a alguien.
Fijáte, siempre empieza con preposición y no con cualquiera: "a" o "para".
Entonces, si pensamos que una construcción exocéntrica con nexo
subordinante "a" o "para" es un OBJETO INDIRECTO, podemos verificarlo
reemplazándola por uno de estos pronombres: le, les. Para intentar
reemplazar el OI, voy a elegir el pronombre que coincida en número con el
núcleo del término que sigue (y… no podía ser de otra manera ¿no?) a la
preposición.

ü COMPLEMENTO AGENTE: aparece sólo en voz pasiva, expresa quién


ejecuta, lleva a cabo la acción del verbo; "ágere" en latín significaba ´hacer´:
"agente" es ´el que hace´, como "cantante" es ´el que canta´. Comienza
siempre con preposición "por" (bah, siempre no, en textos antiguos aparece
con preposición "de" ¾ "muy querido de sus amigos"¾ pero nosotros no
vamos a ver nunca casos de estos, creo…). Si consideramos que una
construcción exocéntrica que comienza con preposición "por" se trata de un
COMPLEMENTO AGENTE, podemos verificarlo pasando la oración a voz
activa: el CA tiene que convertirse en el sujeto de la oración en activa.

ü PREDICATIVO: es una construcción como las que pueden modificar al


sustantivo, porque de hecho es también modificador de un sustantivo, pero
que llega a afectarlo sólo a través del verbo. Si el sustantivo al que modifica
es el núcleo del SUJETO, el PREDICATIVO será SUBJETIVO. Si el
sustantivo al que modifica es el núcleo del OBJETO DIRECTO, el
predicativo es OBJETIVO. (Elemental, Watson.)
Podemos verificarlo… pensando a qué se refiere esa construcción, y
revisando si sólo habla de la acción o también de una cosa (ya sea el sujeto
o el objeto directo). Reglas hay pero no sirven para todos los casos. Una
verificación posible es intentar trasladar imaginariamente el predicativo de
modo tal que se convierta en un modificador del sustantivo núcleo del sujeto
o del objeto, según el caso, y revisar si puede funcionar sin relación con el
verbo. Si se puede, entonces no modifica sólo al verbo y se trata de un
predicativo. Otra forma de verificación: si el núcleo del predicativo es un
adjetivo, verificamos modificando el número del sujeto o del objeto directo y
vamos a ver que por concordancia el predicativo pide a gritos que lo
cambies también.
En el caso del predicativo objetivo, hay un problema más: ¿cómo decido
si un adjetivo es modificador del núcleo del OD o si es un PO, es decir, si se
queda adentro o afuera del OD? Pues bien, si yo hago el reemplazo
pronominal del OD y el adjetivo que lo modifica puede quedar afuera sin
que la oración cambie su sentido, entonces es un PO y no un MD del núcleo
del OD.

Ejemplos de distintas formas en que se construyen los predicativos:

Soy de River. St: yo


vb ps

Melisa llegó cansada.


Vb ps

Ante la noticia, quedó de una sola pieza. St: él/ella


Vb ps

Está tan resfriado…parece una foca cuando habla. St: él


Vb ps vb ps

Los trajo escondidos en el puño del guardapolvo. St: los machetes


Od vb po

La nombraron directora. St: Ellos/Ellas


Od vb po

Yo te tenía por un buen a migo.


Od vb po

ü CIRCUNSTANCIALES: son circunstanciales, justamente, expresan


circunstancias de la acción. Ninguna de ellas es obligatoria por sí misma (en
cambio hay verbos que piden sí o sí OD, por ejemplo). Las circunstancias
de una acción pueden ser: el tiempo, el lugar, la causa, el fin, los medios,
los instrumentos, el modo, los acompañantes con los que se la llevó a cabo,
la adversidad contra la que se luchó, combatió etc., el tema sobre el que se
habló, discutió, preguntó, etc. Como verás son características aleatorias, no
imprescindibles para describir una acción, estado o proceso.

Hay circunstanciales varios: de tiempo, lugar, modo, causa, fin, cantidad,


hostilidad, instrumento, compañía, tema.

Vive en Mar del Plata.


Nv C.L.

Nos visitó tres meses atrás.


O.D. nv C.T.
Corre con increíble rapidez.
Nv C. M.

Llegó tarde por la lluvia.


Nv C.T. C.Causa

Te escribo para confirmar la reunión.


O.I. nv C.F.

Gritó mucho pero nadie lo escuchó.


Nv C.cant.

Luchan contra la injusticia.


Nv C.Host.

Golpea con el pico y cava con la pala.


Nv C.I. n/c nv C.I.

Convive con tres perros.


Nv C.Cía.

Discuten sobre economía.


Nv C.Tema

ü COMPLEMENTO DE NEGACIÓN: por lo que dijimos más arriba acerca de


las circunstancias, te vas a dar cuenta de que negar una acción no es una
circunstancia más de la acción; de hecho, podemos negar específicamente
las circunstancias: No viajó a Brasil, sí a Uruguay. (Viajar, viajó; lo que se
niega y se corrige es el lugar a dónde.)

ü COMPLEMENTO RÉGIMEN: Se parece en algún sentido a un


circunstancial: no hay regla de verificación y es una circunstancia de la
acción. La diferencia respecto del circunstancial es que para la escena que
el significado del verbo evoca, cierto complemento es imprescindible y no
simplemente una circunstancia. Por ejemplo, un verbo como
"transformarse" exige siempre que digamos "en qué". Este "en qué" es el
complemento régimen (regido, obligado) por el verbo.

Se convirtió en un magnate.
Nv C. Rég.

(El verbo "convertirse" exige siempre un complemento iniciado con la


preposición "en".)

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