Está en la página 1de 7

Karol Juliana Diaz Garcia

503
religión
El rey Asuero reinaba sobre toda Persia y
había mandado que llevaran a las
jóvenes más hermosas del reino al
palacio para escoger una nueva reina.
Ester era una de esas bellas jóvenes.

Ester había sido criada por su primo,


Mardoqueo, después de que sus padres
murieron. Mardoqueo le dijo a Ester que
no le dijera a nadie en el palacio que era
judía. Los judíos creían en Jehová y el rey
no.
Cuando el rey Asuero vio a Ester, la eligió
de entre todas las jóvenes. La convirtió
en la nueva reina y Ester pasó a vestir
ropas lujosas y una corona real; pero no
podía regresar a su hogar ni adorar a
Dios abiertamente.

Todos los días, Mardoqueo iba a la


puerta del palacio para ver si Ester
estaba bien. Un día, Amán, el ministro
principal del rey, lo vio. Amán exigió que
Mardoqueo se inclinara ante él, pero
Mardoqueo se negó a hacerlo: él se
inclinaba sólo ante Dios.
Amán estaba furioso y le dijo al rey que
los judíos no querían obedecer las leyes
y que debían matarlos. El rey emitió un
decreto de que todos los judíos del reino
debían morir.
Cuando la reina Ester se enteró del
horroroso decreto, le envió un mensaje a
Mardoqueo. ¿Qué debían hacer?
Mardoqueo le dijo a Ester que debía
hablar con el rey a fin de salvar la vida
del pueblo judío. Le dijo que ella tenía
una misión especial y que quizá había
sido escogida como reina para salvar al
pueblo que creía en Jehová.

Ester tenía miedo. Cualquier persona,


incluso la reina, que fuera a ver al rey sin
ser invitada podía ser ejecutada. Ester se
armó de valor y de fe. Le dijo a
Mardoqueo que le pidiera a todo el
pueblo judío que ayunara con ella por
tres días.
Después de tres días, Ester se vistió con
su manto real y fue hasta la puerta del
salón del trono. El rey Asuero la vio y le
hizo señas para que entrara y le hablara.
Ester invitó al rey y a su ministro Amán a
un banquete.

En el banquete, Ester le contó al rey cómo


Amán había conspirado para matar a los
judíos y le dijo que ella también era judía.
El rey Asuero se enojó. No podía retirar el
decreto, pero en seguida envió jinetes en
mulas y camellos con un nuevo decreto
que decía que los judíos podían
defenderse en contra de cualquier
persona que intentara matarlos. Así se
salvó la vida de muchos judíos.
En toda la tierra, el pueblo judío celebró
la valentía de la reina Ester con una gran
fiesta llamada Purim.

y esa es la historia de ester

También podría gustarte