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LA IMPROBABILIDAD DE COMUNICAR
Ismael Romero
Dr.© en Gestión de Empresas, MBA Loyola University, USA
Profesor Magíster en Ciencias de la Comunicación- U. de Santiago de Chile
Universidad de Las Américas –Chile
iromero@udla.cl
Paula Miranda
Dr.© en Gestión de Empresas, MBA Universidad A. Hurtado-Marquette University, USA
P. Universidad Católica de Chile
paulamiranda@uc.cl
Resumen: Se aborda el tema de la comunicación de la responsabilidad social, y las dificultades que este proceso trae
aparejado. Se parte de la base de la imposibilidad de comunicar la responsabilidad social, hipótesis basada en el hecho que, a
pesar de lo positivo de esta estrategia, los resultados empresariales indican otra cosa. Al indagar las razones de lo anterior en
el proceso comunicativo, encontramos los denominados „actos de habla‟, donde al parecer podríamos ubicar una fuente de
problemas. Los actos de habla fueron incorporados a la literatura por Austin y reforzados por Searle, quienes indican que el
acto de habla es la unidad básica de los mensajes del proceso comunicacional.
Si el proceso comunicacional y los actos de habla se utilizan adecuadamente, posiblemente habría mayor probabilidad de
comunicarla. Una de las maneras de enfrentar el problema de la improbabilidad de comunicar, es entender y desagregar los
actos de habla, y proponer algunos cursos de mejoramiento.
Palabras Claves
Responsabilidad Social Empresarial, Proceso comunicacional, actos de habla,
Abstract: The topic of the communication of social responsibility, and the difficulties that this process brings with it is
addressed. It starts from a supposition of the inability to communicate social responsibility. This hypothesis is based on the
fact that, in spite of the positive nature of this strategy, managerial results indicate something else. On having investigated the
reasons for this in the communicative process, we find the so called „speech acts ‟, where apparently we might locate a source
of the problems. Speech acts were incorporated into the literature by Austin and reinforced by Searle, who indicate that the
speech act is the basic unit of messages in the communication process.
If the communication process and the speech acts are used appropriately, there would possibly be greater probability of
communicating the message. One of the ways of facing the problem of the improbability of communicating, is to understand
and to take apart the speech acts, and to propose some measures for improvement
1. Introducción
En el ámbito de los negocios y las empresas, lo que no se comunica no existe. La situación ideal es
ser capaz de comunicar adecuadamente las cosas y las ideas. En el mundo de las organizaciones tal
intención se torna cada vez más difícil de cumplir, ya sea por las características de las mismas
organizaciones o por los medios usados para llevar a cabo el proceso comunicativo. Dada las restricciones
anteriores, existiría una alta probabilidad de no poder comunicar de buena forma, en este caso en
particular, la responsabilidad social de la empresa.
elementos, nos encontraremos con los „actos de habla‟, que se llegan a constituir en las unidades básicas a
partir de las cuales se consigue el éxito o fracaso de tal comunicación.
A priori, se acepta que las organizaciones son sistemas basados en la comunicación y constituidos por
personas que a su vez los entendemos como seres lingüísticos -por definición- es decir, el lenguaje define
la especificidad del ser humano. Esta práctica social eminentemente humana, la del lenguaje, posibilita y
facilita estructurar el pensamiento, expresar, registrar y en definitiva comunicarse. Por lo tanto, una de las
maneras de enfrentar el problema de la improbabilidad de comunicar la responsabilidad social, a pesar de
lo positivo que este aparentemente sea, es entender y desagregar los actos de habla, y proponer algunos
cursos de mejoramiento.
2. Primero, el problema
Stakeholder interno
Elaboración propia
Desde el año 2000 la responsabilidad social (RS de aquí en adelante) se ha convertido en un tema
relevante, el libro verde y el pacto global son los inicios de lo que llegaría a ser un tema central de las
economías del mundo y de las organizaciones en el siglo XXI. Pero el tema por si solo se desarrolla más
allá de las organizaciones, se complejiza y se dificulta su real incorporación a la organización como
herramienta estratégica. A pesar de todo, se hace parte de las conversaciones de empresas y gobiernos.
Con todo, su incorporación logra en el ámbito de la empresa, la modificación de las diversas y
tradicionales definiciones de empresa, que dice en una primera acepción, que son dos o más personas
que se asocian con un objetivo común para llevar adelante algún proyecto. Otra variación de la misma,
hace referencia a la organización como un “conjunto de recursos relacionados a través de contratos, en
los que una parte central posee el derecho de coordinar y dirigir los recursos”. (Alchian y Demesetz,
1972). En este sentido la organización tiene un rol de mecanismo eficiente de resolución de problemas,
disminuyendo su complejidad y por consiguiente el costo de aquellos. Sin embargo, las más recientes
definiciones y aproximaciones organizacionales, evidencian una cierta inclusividad en su
caracterización, lo que denota la influencia que han tenido estos temas en ella, como la responsabilidad
social y la economía solidaria. Ya Freeman(1984) señala que la organización es una red de relaciones de
individuos que son afectados por ella y que a su vez la afectan, con el fin de lograr fines compartidos.
Por otra parte observamos que la mayoría de los empleados, ejecutivos y directivos de empresas,
públicas, privadas y del tercer sector, concuerdan que la RS es una tema que llegó y nos acompañará
largo tiempo; que la RS es necesaria para mejorar las condiciones de vida laboral; que la RS se ha
tornado un deber moral que hay que llevar adelante, tanto en beneficio propio como de los demás
stakeholder. Sin embargo, hoy la RS presenta dificultades. Lo evidente de la RS no es tan evidente, lo
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beneficioso que es contar con ella se hace relativo, sus resultados no son tan espectaculares como dicen,
los directivos no se comprometen con ella como debiesen, y las organizaciones del tercer sector no
participan convencidas de sus beneficios.
¿Por qué la RS no convence a todos los stakeholder que sí deberían estar entusiasmadas con ella? Por
qué la RS no convence, los beneficios se diluyen y no pasa de ser un grupo de enunciados vacíos sin
sentido ni referencia? Una de las opciones es indicar que lo anterior es un problema de comunicación y
lenguaje. Si la comunicación no se lleva cabo de buena forma, no es posible transmitir los beneficios
que la RS genera y el valor percibido tiende a cero. Existe un problema de comunicar adecuadamente la
RS. Dadas las condiciones vigentes, la improbabilidad de comunicar la RE es muy alta.
Parte del problema es el mismo ser humano, quien es el que articula el proceso comunicativo.
Aceptado ampliamente es el concepto de que el ser humano es lo que es por el lenguaje. Los seres
humanos son seres lingüísticos, es decir, el lenguaje define la especificidad del ser humano. “El lenguaje
es una característica omnipresente del individuo, hasta tal punto que este se convierte en un organismo
verbal” (Levin, 2002). Esta práctica social, la del lenguaje, posibilita y facilita estructurar el
pensamiento, expresar, registrar y en definitiva comunicarse con otros. En este contexto entendemos la
necesidad de relacionarse entre individuos. El lenguaje implica poder de abrir o cerrar posibilidades de
acción.
Al principio, al inicio de su existencia como especie, el ser humano emitió sonidos muy básicos. Tan
básico que esta forma elemental de comunicación no prosperó. Con todo, la comunicación oral fue la
precursora de la simbólica y antes de la escrita. Posteriormente, la aparición de la escritura obligó a
simbolizar la diferencia entre „palabra y significado‟ en otros medios, para poder ser aprehendido por
otro sentido de percepción. Con el tiempo, la escritura también logró modificar la manera de conducir
la relación social. Fueron naciendo así en la época moderna los medios, entendidos como “diarios”,
verdaderos continuadores de las “actas públicas” de la antigua Roma y de las “hojas manuscritas”
típicas de la edad media. (1)
Este fenómeno -el del lenguaje y la comunicación- del que el ser humano es actor principal, ha ido
creando verdaderos mundos, en los que el lenguaje da cuenta de aquellos y los hace accesibles para
otros. Es justamente esta accesibilidad múltiple y colectiva, la que hace que se vaya generando la
comunicación y sus diferentes formas. Esta accesibilidad permite que otros conozcan y sean parte de
otros mundos con sentido. Sin embargo, no basta con ello. El sentido debe ser compartido y
consensuado de manera racional, tal como lo indica Habermas. Este autor afirma en su teoría de la
acción comunicativa, que “el consenso racional era posible y que se podía alcanzar, cuando actores
lingüísticamente competentes participaban en la comunicación dispuestos a ceder ante el mejor
argumento. Para que esto ocurriera, era necesario que el acto de habla persiguiera la comprensión, el
entendimiento del otro, que fuera una acción comunicativa”
La característica principal del lenguaje y del proceso comunicativo es que se produce de a dos, es
grupal y que se da en comunidad, demostrando los rasgos culturales que representan distintas formas de
vida. Además, el lenguaje es generativo, no solo describe, sino sobre todo crea realidades. El lenguaje no
es pasivo, sino acción y a través de él, el futuro es modelado.
1
En la actualidad, los diarios –escritos- son los medios de comunicación por antonomasia. En 1702 se publica en Inglaterra el ‘Daily Current’, primer diario del mundo. Famosas
son las “gacetas” a partir del 1600, entre las que destacan La Gazette, Le Journal des Savantz y Le Mercure, todo ello del s. 17.
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Este proceso obliga a conocer bien al destinatario, sus intereses, pero sobre todo el marco de
referencia donde éste se lleva a cabo. La comunicación será efectiva si y solo si, considera en todo
momento, a aquel a quien está dirigida. En este sentido contextual, podemos afirmar que el lenguaje „se
va construyendo‟ a lo largo del tiempo, va mutando y sus reglas se van autogenerando, incorporando
sentidos y denotaciones que logran aprehender los nuevos fenómenos. Es por esto que el lenguaje no
constituye una simple representación de la experiencia del mundo, sino que crea mundos nuevos en
virtud de las acciones coordinadas mediante el lenguaje. Estas acciones coordinadas son los
denominados ‘actos de habla’.
El „acto de habla‟ es un concepto que fue introducido por Austin2 alrededor de los años ‟90 y que
aclara del siguiente modo: “Nuestro repertorio común de palabras encarna todas las distinciones que
los hombres han creído conveniente trazar y todas las conexiones que han creído conveniente destacar
durante la vida de muchas generaciones. No cabe duda que es probable que tales distinciones y
conexiones, puesto que ha pasado el prolongado test de la supervivencia del más apto, sean más ricas,
más sensatas y más útiles – al menos en lo que respecta a las cuestiones comunes y razonablemente
practicas – que las que cualquiera de nosotros posamos concebir una tarde en nuestro sillón de trabajo,
procedimiento que, por lo demás constituye el método alternativo que recibe la adhesión de la mayoría”
(Austin, 1990:18)
Por otra parte, John Searle3 presenta los „actos de habla‟ como la unidad básica de los actos
comunicativos, y propone a la comunicación como una forma de comportamiento. El sentido de los
actos de habla es creado tanto por los individuos como por las prácticas y hechos sociales, insiste este
autor. Es el contexto o el marco de referencia el que le da sentido a los actos de habla y supone que
aquellos conducen a acciones o conductas determinadas. Lleva consigo una fuerte carga conductual y
práctica, en el sentido que los actos de habla y la comunicación deben actualizarse en comportamientos
determinados del mundo real y cotidiano.
Searle postula que la unidad básica de la comunicación no es la palabra ni los enunciados con
sentido, sino el “acto de habla”, el que presenta un vínculo necesario entre el lenguaje y la acción. El
acto de habla implica conducta. “Un acto de habla es una selección entre múltiples acciones gobernadas
por reglas en las que una persona puede comprometerse” (Searle, 1997:6) Son entonces los
denominados „actos de habla‟ la unidad básica que facilita la comunicación y hace que todos
entendamos lo mismo o lo que fue expresado. Necesaria en este proceso es la existencia de coherencia
entre lo dicho, el acto de decirlo y las circunstancias en la que éste fue expresado. Implica el desarrollo
de acciones que guardan coherencia entre lo dicho y las condiciones requeridas para lo que se dijo, sea
efectivamente ejecutado. “La verdad o falsedad de un enunciado no depende únicamente del significado
de las palabras, sino también del tipo de actos, que al emitirlas, estamos realizando y de las
circunstancias en la que las realizamos” (Austin, 1990:192)
2
John Langshaw Austin, nacido en UK, estudió en Oxford, donde comenzó sus primeras actividades docentes en el Magdalen College (1935). Desde la filosofía analítica aborda
el estudio del 'lenguaje ordinario', que entiende como distintos del lenguaje filosófico -aseverativo, rotundo, convenido-, y que, a su juicio, se convierte en el objeto central de la
filosofía. Aplicó el trabajo empírico como metodología de su análisis del lenguaje, en la que constituiría su obra central “How to Do Things with Words” [Cómo hacer cosas con
palabras], Austin distingue tres tipos de actos del habla: locucionales, ilocucionales y perlocucionales. La filosofía del lenguaje es para Austin la filosofía de la acción.
3
John Rogers Searle es Slusser Profesor de Filosofía en la Universidad de California, Berkeley, célebre por sus contribuciones a la filosofía del lenguaje, a la filosofía de la mente
y de la conciencia, a las características de las realidades sociales frente a las realidades físicas, y al razonamiento práctico. Es muy conocido por el desarrollo de un experimento
mental llamado el argumento de la "habitación china". Lo creó para demostrar que el pensamiento humano no se compone de simples procesos computacionales.
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La organización está hecha de comunicaciones, éstas son sus elementos básicos, dice Darío
Rodríguez.4 En estas se origina y desarrolla tanto un lenguaje propio como una manera de comunicarse
ad-hoc. Los canales formales se interconectan con los no formales, el lenguaje utilizado es culturalmente
local, las vivencias y la historia avanza en un marco de referencia acotado y reglamentado, las
soluciones ofrecidas pertenecen a ese mundo creado y el modo de comunicar representa lo que en el
fondo es en sí misma la organización. Toda la construcción anterior permite aumentar la posibilidad de
que los mensajes se entiendan y haga más fácil la comunicación.
Son los actos de habla las unidades sobre los que se construye el sentido del lenguaje intra-
organizacional, a partir de un lenguaje comúnmente aceptado y que opera dentro de los límites
organizacionales (este lenguaje propio no es entendido fuera del sistema). Es mediante el sentido que se
delimitan los que pertenecen respecto a lo no perteneciente al sistema organizacional. En esta
perspectiva, las organizaciones pueden ser vistas como sistemas de conversaciones donde los actos de
habla siguen siendo la unidad fundamental, y el lenguaje el medio por el cual se facilita el coordinar
acciones, transmitir información para la toma de decisiones y distribuir las actividades resultantes entre
los que deberán ejecutarlas. Permanece el lenguaje y la comunicación como acción final en el mundo
real, siguiendo a Searle.
Las organizaciones actuales deben comunicar adecuadamente su labor a los diferentes stakeholders y lo
deben hacer de forma creíble. Sus planes de comunicación son una herramienta estratégica dentro de
toda empresa que debe estar bien posicionada en el mercado. Esto no quiere decir que la comunicación
4
Darío Rodriguez Mancilla es sociólogo de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Doctorado por la Universidad de Bielefeld. Alemania, bajo la dirección académica
(Doktorvater) de Niklas Luhmann. Actualmente es profesor titular del Instituto de Sociología de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Es también profesor de las Escuelas de
Ingeniería, Periodismo y Psicología de la misma universidad.
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sea la clave del éxito, pero sí que forma parte de él, y de hecho a través de ella vamos a acercar al
mercado la imagen que queremos que se tenga de nuestra empresa, lo que nos va a permitir
posicionarnos de manera más competitiva. En el sentido anterior, la comunicación corporativa debe ser
un reflejo de la estrategia empresarial y por tanto, la importancia de una buena estrategia de
comunicación y la elección de un buen mensaje para que ésta sea efectiva.
Las organizaciones (estatales, privadas y del tercer sector) han encontrado en la responsabilidad
social un instrumento interesante y eficaz para demostrar su compromiso con la sociedad y, de paso,
rentabilizar la buena imagen que este tipo de actuaciones conllevan para los clientes, tanto internos como
externos. La responsabilidad social ha forzado a las organizaciones a incluir entre sus fines, el
desarrollo de acciones con sus stakeholder, que respondan a preocupaciones sociales como v.gr. la
educación, la cultura, la pobreza, el respeto y cumplimiento de los derechos humanos y la protección del
medio ambiente, entre otros. Estas acciones se han visto forzadas a convertirse en verdaderas
estrategias para establecer diálogos con los grupos de interés y a partir de los proceso de comunicación y
publicidad generalmente orientados a los públicos externos e interno de una empresa.
Si aceptamos que son los actos de habla las unidades sobre las que se asienta la comunicación,
estamos aceptando automáticamente también, la eventual improbabilidad de comunicar, en este caso la
responsabilidad social de la empresa. Entonces, ¿por qué la alta improbabilidad que la comunicación del
la RE se dé efectivamente?
Fuente: PricewaterhouseCoopers
A partir de los actos de habla, podemos aclarar la dinámica de la acción comunicativa exitosa en
contextos determinados. Conociendo sus funciones y sus características, nos explicamos las razones que
impiden que el proceso de comunicación sea exitoso en todo su mérito, en este caso aplicado a la
responsabilidad social. El hecho que estos actos demuestren un verdadero compromiso de acción futura,
más allá de los conceptos de verdad o falsedad, se debe a los verbos ejecutivos5 utilizados para llevar
adelante alguno de estos actos, según Austin.
La acción futura impulsada por los actos de habla posee una potencia tal, que incluso logra una
verdadera reorganización de las relaciones sociales que constituyen el mundo de los participantes del
proceso comunicativo, sobre la base de los compromisos de los involucrados. Esta comunicación y su
entendimiento descansan en el trasfondo de posibilidades de cursos alternativos de acción. Si los actos
de habla se encuentran bien estructurados, será posible eliminar o disminuir el „mal entendido‟ en el
curso del proceso comunicativo. Esta estructura se actualiza por medio de la explicación, la aclaración,
la paráfrasis y la traducción.
Aceptando que los actos de habla son la clave para poder comunicar adecuadamente la
responsabilidad social y que para poder mejor el proceso comunicativo (que aparentemente impide la
comunicación) se hace necesario optimizar tales actos, se propone entonces, profundizar en las
condiciones mínimas de la interacción, cuales son la sinceridad, la legitimidad, la verdad y la eficiencia
práctica, pues éstas condiciones generarán posteriormente las reglas de comportamiento.
8. Conclusiones a priori
5
Al emitir un enunciado, no sólo pretendemos transmitir información sino también influir en cierta manera en nuestro interlocutor. Esta dimensión social fue tratado por Austin
en su teoría de los actos de habla, distinguiendo entre enunciados constativos, que describen y son verdaderos o falsos, y enunciados ejecutivos, que se emplean para hacer algo
y no tienen valor veritativo.
8
Por si solos, los actos de habla tienen una función en este contexto de práctica social, que no se logra
cumplir pues aquellos son se encuentran bien estructurados, y básicamente no desarrollan las
condiciones mínimas de la interacción, la sinceridad, la legitimidad, la verdad y la eficiencia práctica,
que en definitiva son las condiciones que generarán posteriormente la fluidez en la comunicación y hará
eficiente este proceso, convirtiendo la improbabilidad de comunicar la RS, en probabilidad máxima.
Esto se puede decir si y solo si aceptamos ciertas condiciones de trabajo, cuales son:
1. Los seres humanos son seres lingüísticos, es decir, el lenguaje define la especificidad del ser
humano.
3. El lenguaje es generativo, no solo describe, sino crea realidades. El lenguaje no es pasivo, sino
acción y a través de él, el futuro es modelado. El lenguaje „se va construyendo‟ a lo largo del tiempo,
va mutando y sus reglas se van autogenerando, incorporando sentidos y denotaciones que logran
aprehender los nuevos fenómenos.
4. Las organizaciones son sistemas basados en la comunicación y constituidos por personas que a su
vez los entendemos como seres lingüísticos.
5. Las organizaciones actuales deben comunicar adecuadamente su labor a los diferentes stakeholders
y lo deben hacer de forma creíble. Son sus planes de comunicación la herramienta estratégica de las
empresas que debe estar bien posicionada en el mercado. Los diferentes tipos de Reportes no
bastan.
6. Los empleados, ejecutivos y directivos de empresas, aceptan que la RS es un tema importante; que
la RS es necesaria para mejorar las condiciones de vida laboral; que la RS se ha tornado un deber
moral que hay que llevar adelante, tanto en beneficio propio como de los demás Stakeholder.
7. El lenguaje crea mundos nuevos en virtud de acciones coordinadas mediante el lenguaje. Estas
acciones coordinadas son los denominados „actos de habla‟.
8. La unidad básica de la comunicación no es la palabra ni los enunciados con sentido, sino el “acto de
habla”, el que presenta un vínculo necesario entre el lenguaje y la acción.
10. Son los actos de habla las unidades sobre los que se construye el sentido del lenguaje intra-
organizacional, a partir de un lenguaje comúnmente aceptado y que opera dentro de los límites
organizacionales (este lenguaje propio no es entendido fuera del sistema).
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9. Fuentes Bibliográficas
Alchian and Demsetz. (1972). Production, information costs, and economic organization. American
Economic Review 62 (December): 777-795.
Bravo, Juan (2009). Responsabilidad Social, la nueva riqueza de las naciones. Ed. Evolución. Chile
Freeman, R.E. (1984). Strategic management: A stakeholder approach. Boston: Pitman Publishing Inc.
Rodríguez, Darío (1995). Gestión Organizacional. Ediciones Universidad Católica. Santiago de Chile.
Seymour H. Fine (1991). The Marketing Ideas and Social Issues. Praeger Publishers.
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