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Miedo Escenico
Miedo Escenico
Para comenzar a desarrollar este ensayo para quienes sufren o padecen de “Miedo
Escénico” quiero primero describir una serie de aclaraciones que tienden a hacer este
trabajo más claro y directo.
En primer lugar, lo que van a leer a continuación no es una “fórmula” o “receta” mágica
que solucionará todos los problemas que deban enfrentar, es simplemente una guía de
autoanálisis para que Ustedes mismos comprendan que es lo que les está sucediendo, lo
descubran y comiencen a trabajar corrigiéndolo.
En segundo lugar, lo expuesto está sustentado en una formación universitaria en
Psicología, lo cual debo aclarar porque siempre me ha parecido muy poco serio que
muchas personas opinen sobre los miedos ajenos tan solo desde la especulación de la
experiencia propia, por lo tanto, lo escrito aquí tiene base y fundamento académico.
Recuerden que, las causas del miedo escénico, son individuales, es decir, las causas del
miedo escénico son tantas como seres humanos haya sobre la faz de la tierra, y ese
miedo puede ser despertado por cuestiones tan personales e individuales que, por esta
misma razón, esta guía apunta a que Ustedes mismos trabajen internamente para
encontrar las causas que lo motivan. Pero también es cierto que tal vez logren superar el
miedo a actuar delante del público y que nunca sepan qué es lo que lo despertaba, y esto
se debe a que el psiquismo del hombre es muy complejo y reconocemos su
funcionamiento dentro de una dualidad en la que hay procesos que denominamos
concientes y otros que no lo son tanto y de los cuales no tenemos dominio.
Por lo tanto, antes de abordar el autoanálisis del miedo escénico, quisiera pedirles que
liberen sus mentes de prejuicios basados en cuestiones “populares” más que en hechos
concretos. Con esto quiero decir que muchas veces la gente cuando escucha las palabras
“Psicología”, “Consciente”, “Inconsciente” y demás, enseguida piensan en “locura”,
“enfermedad” y ello se constituye en una barrera para no querer ahondar en nuestro
interior, ya que es ese mismo prejuicio el que no permite a muchos seres humanos,
alcanzar aquello que buscan y que suele hacerlos felices.
Abordaremos el tema desde una base, muy elemental ya que no necesitan estudiar en
profundidad las interesantes conclusiones de experimentaciones universitarias y
científicas sobre nuestro psiquismo, pero comencemos reconociendo que todos los seres
humanos no estamos gobernados en nuestras acciones psíquicas (mentales) por lo que se
conoce como “estímulo – respuesta”, al contrario, descarten de plano todo tipo de
explicaciones que quieren basarse en tal argumento.
Los seres humanos somos todos diferentes y cada uno de nosotros siente la vida, el
placer y el displacer de manera individual y las causas que para uno son válidas, para
otros tal vez no lo sean.
Reconocemos entonces que el psiquismo del hombre funciona con dos condiciones que
le son propias y que ningún otro animal sobre la faz de la tierra posee, y es que una
parte es el funcionamiento conciente y otra es inconsciente. O en otras palabras, una
parte de nuestra “mente” está conciente de todo lo que nos pasa y otra actúa sin que
nosotros podamos gobernarla y se denomina “inconsciente” porque precisamente no
podemos llegar a ella. Ahora bien, entre ambos, lo conciente y lo inconsciente existen
mecanismos que delimitan y que envían a uno u otro sector, pero esos mecanismos
ahora no nos interesan, lo único que nos interesa en este ensayo es simplemente saber
que hay una parte nuestra que conocemos y otra que no y que la que no conocemos tal
vez albergue estas cuestiones que nos perturban. Por supuesto que quiero aclarar que
esto no tiene nada que ver con un problema de salud y que el hecho de que nuestra
mente funcione de esta forma indica que estamos funcionando bien, ya que por
ignorancia, el común de la gente cree que esto es al revés.
El origen de un miedo puede responder a muchas cuestiones afectivas determinadas por
la experiencia de cada uno de nosotros. En este punto solo recuerden que el origen del
miedo escénico no siempre responde al miedo que nosotros creemos que lo genera, o
dicho de otra manera, alguien puede argumentar que el miedo escénico responde a que
tenemos miedo al ridículo, sin embargo, ésta puede ser la excusa de causas mas
profundas, pero tampoco nos interesa en este ensayo, Ustedes no están estudiando
Psicología sino la forma de poder empezar a superar algo que los perturba, de todas
formas, permítanme aclarárselos para que cuando alguien opine sin conocimientos,
sencillamente no presten atención a su “sabiduría”.
Lo que quiero que mantengan en este punto, es:
Como pueden ver, los miedos del común de las personas responde a cuestiones internas
y propias de las cuales sería muy poco serio especular si no hay un contacto directo con
quien manifiesta ese miedo.
Todos estos datos nos sirven al efecto de que conociendo como funcionamos, es como
mejor nos entendemos a nosotros mismos y el entendernos y comprender como
funcionamos, hará que lleguemos más rápidamente a nuestro objetivo.
Con estos datos presentes, empecemos por una guía simple, muy simple que tan solo
escribo a modo de ayuda para Ustedes, para que de esa forma, sepan por donde
comenzar:
ETAPA DE TRABAJO:
Les voy a proponer una serie de ejercicios y luego de los ejercicios una serie de
consejos para empezar a hacer magia delante del público. Quiero expresar nuevamente
que si no realizan los ejercicios como están descriptos, no pretendan obtener algún
resultado positivo y tampoco pasen por alto nada de lo que tengan que hacer, tómense el
tiempo necesario para hacerlos en la forma que se los describe y dense tiempo para
asimilarlos y por supuesto para que los mismos se vayan afianzando.
OBJETIVO: Reconocer nuestra imagen y ser concientes de ella y sobre todo sentirnos
a gusto con nosotros mismos haciendo lo que hacemos.
Recuerdo que la primera vez que subí a un escenario en mi primera clase de estudio del
teatro, subí con mucha vergüenza y la profesora que por aquel entonces comenzó a
guiarme en el fascinante mundo de lo actores, nos habló del miedo al ridículo... de
aquella exposición recuerdo prácticamente todo, pero si hay algo que me quedó grabado
es que ella nos decía que tenemos mucho miedo a hacer el ridículo, a equivocarnos, a
hacer las cosas mal y que por ello nos privamos de hacerlas, pero dijo también que
cuando intentamos actuar y lo hacemos mal, no es menos ridículo que mentir, hacerle
daño a alguien, comportarnos mal frente a otros... entonces nos decía, es mejor, mucho
mejor actuar allí y hacerlo mal hasta que empecemos por aprender a hacerlo mejor,
que hacer el ridículo en la vida... donde ya no podemos corregir y donde nuestras
“ridiculeces” le hacen mal a otros... brillantes palabras que nunca olvidaré.
Para este ejercicio, es importante obviamente contar con un espejo grande, si es uno
donde puedan observarse de pie por lo menos medio cuerpo mucho mejor, sino
improvisen con lo que tengan a mano, no es necesario comprar un espejo nuevo, pero
como será necesario para futuros ensayos durante el estudio de la Magia en todas sus
expresiones, no lo descarten, un espejo grande donde puedan ponerse de pie.
Tómense el trabajo de vestirse para el ejercicio como si fueran a actuar, y párense
delante del espejo y obsérvense detenidamente el rostro, la piel, la textura de la piel, el
pelo, las manos, la ropa, todo... permanezcan en silencio durante unos dos minutos
observándose y reconociéndose, probablemente sientan vergüenza, timidez, u otras
sensaciones, pueden ser placenteras o no, pero al menos tomen referencia de lo que
sintieron. Acto seguido comiencen a presentarse delante de Ustedes mismos, comiencen
con la presentación que más cómodo los haga sentir, pueden por ejemplo elegir una
propia o modificar este boceto que les propongo “Damas y Caballeros, mi nombre es
fulano de tal, y he venido esta noche aquí a compartir con Ustedes los misterios de la
Magia, aquellos que nos llevan a creer que hay algo más allá de los sentidos y que sólo
pueden comprenderse cuando nos animamos a soñar y a creer que todo es posible”...
Háblense a Ustedes mismos con voz nítida, con la mejor pronunciación que puedan y
sin bajar la vista de sus ojos, háblense a Ustedes mismos, Ustedes se venden a Ustedes
mismos y si no se agradan en el espejo, cómo harán para invitar al público a verlos a
ustedes?... tómense el tiempo que sea necesario pero trabajen en esta dirección. Luego
de presentarse, relaten sin ejecutarla, la presentación de los juegos que van a hacer,
elijan dos juegos y descríbanlo a su propia imagen como si estuviera ocurriendo.
Obsérvense como se paran, como se miran, traten de reconocer bien la voz de Ustedes y
centren toda la atención en todo el cuerpo, no solo las manos y la voz, sino todo de
Ustedes. Después de unos cinco minutos, den por finalizado el ejercicio y anoten en una
hoja como se sintieron y guárdenla para futura referencia.
Este ejercicio repítanlo al menos dos veces por día por espacio de tres días y siempre
anoten las sensaciones o pensamientos que les produjo. Pasen luego al ejercicio número
dos.
Durante los próximos días y en paralelo con el ejercicio del espejo si lo desean, busquen
una leyenda corta de algún libro de leyendas aborígenes, las cuales despiertan gran
interés en las personas y apréndanla de memoria y bien entonada. Traten de recitarla
como si la estuvieran viviendo, con diferentes tonos, con énfasis o con pausas donde el
relato lo requiera y hagan el siguiente ejercicio que los irá preparando para captar la
atención del público y también para acostumbrarse a hablarle a ellos. Vayan al kiosco
donde siempre compran y hablan con el vendedor y coméntenle que están estudiando
leyendas aborígenes, la gente en general les preguntará porqué, entonces busquen el
poder contarles esa leyenda y si es en presencia de gente desconocida mucho mejor.
Hagan lo mismo en la sobremesa de casa, en la fotocopiadota de la vuelta, en la
panadería... traten de empezar a hablar delante de otros y si por esas casualidades
ustedes preguntan “querés que te cuente porqué el Martín Pescador quiere cazar al
Salmón según los mapuches?” y el amigo de la panadería dice “Sí”, ahí está el ejercicio
de comunicación que tienen por delante, se sorprenderán del interés que tiene la gente
por lo que puedan contarles.
Sin excusas, para esto hay que animarse y supongo que al leer este trabajo están
dispuestos a animarse, si no se animan, no me culpen a mi.
Sugiero una leyenda y no chistes o cuentos, porque una leyenda despierta otras
cuestiones, generalmente el contar chistes no sirve porque el humor actúa de escudo de
quien lo cuenta, de hecho sabemos que los chistes muchas veces se utilizan para
encubrir pensamientos verdaderos y son una defensa, y aquí lo que pretendemos es
cruzar las barreras de nuestras defensas, no escondernos.
Si estos dos ejercicios previos están hechos y ya los han realizado varios días y todo ha
marchado bien y se sienten desinhibidos para hacerlo nuevamente, entonces vamos a
elegir la primera rutina mágica para empezar a hacer magia delante del público, sean
amigos, familiares o desconocidos en el kiosco, la fotocopiadora o la panadería de la
vuelta.
Como todos sabemos las rutinas están fundamentadas en una estructura, desde el juego
de apertura al juego del final. Como me he especializado en Close Up, detallaré una
rutina tipo para un principiante y que puede arrancar con tres juegos de naipes que
realmente son muy seguros y los que servirán de base para rutinas posteriores.
RUTINA:
Esta rutina de tres efectos muy fuertes y potentes es un excelente comienzo, obviamente
se supone que quien está leyendo este ensayo es mago aficionado y obviamente que
tendrá que conocer las maniobras básicas para hacer un “Great Divide” durante la
búsqueda de cartas para hacer “Siguiendo al líder” que dejarán el mazo preparado para
“Fuera de este Universo”, si no lo han pensado, también será un excelente ejercicio
mágico.