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Cultura General de Guinea Ecuatorial
Cultura General de Guinea Ecuatorial
TRADICIONES
muchos agricultores bubi aún mantienen sus antiguas costumbres. uno de las
celebraciones más famosas del país es el abira el cual se cree sirve para
limpiar a la comunidad de la maldad. la danza balélé se lleva a cabo a lo largo
de la costa durante todo el año y en bioko alrededor de la navidad. también
tienen costumbres agrícolas y artesanales, como las hachas de madera de
robledo islote[1]. este material es el más importante de toda guinea ecuatorial.
ANTECEDENTES
Las primeras referencias a África en la literatura comienzan en el siglo XV, con
las exploraciones atlánticas de portugueses y españoles. En una primera
etapa, la de exploración y conquista, se trata de relatos de viajes, memorias,
crónicas e informes.
Una segunda etapa, la de ocupación y explotación, está caracterizada por la
literatura colonial, cuyo tema central será el África de naturaleza salvaje y
cuyos protagonistas son indefectiblemente blancos idealizados, con una visión
paternalista y negativa de los africanos, que siempre son retratados como
seres inferiores. Estas novelas no son para su disfrute local, sino para el
público de la metrópoli y forman parte de la justificación ideológica del hecho
colonial. Carlos González Echegaray las clasifica en cuatro tipos: los libros de
viajes, la novela-pretexto, la novela-misional y la literatura misional.
INICIOS
Los inicios de una literatura ecuatoguineana en español están ligados a la
revista misional La Guinea Española de los Hijos del Inmaculado Corazón de
María del seminario de Banapá, en la isla de Bioko. La revista, que comenzó su
publicación en 1903, era profundamente colonialista y dirigida al público blanco,
en la que no tenían cabida escritores guineanos. Pero a partir de 1947 se
inaugura una nueva sección, Historias y Cuentos, en la que se recogen cuentos
y fábulas locales para «perpetuarlos y divulgarlos», cuyo objetivo final era
conocer mejor a los pueblos ecuatoguineanos para poder «civilizarlos» mejor.
Esto dio una oportunidad a los guineanos africanos, estudiantes en el
seminario, de escribir en la revista y, poco a poco, ir desligándose de la mera
transcripción de tradiciones orales del griot o djéli de los trovadores locales
para convertirse en un puente entre la tradición oral africana y la tradición
escrita occidental. A este grupo pertenecen autores como Esteban
Bualo, Andrés Ikuga Ebombebombe y Constantino Ocha'a, que mantendrán un
fuerte componente etnográfico, pero ya perfilan una literatura propia.
La primera novela ecuatoguineana es Cuando los combes luchaban (Novela de
costumbres de la Guinea Española) de Leoncio Evita (Udubuandyolo, Bata,
1929-), editada en 1953. La acción transcurre en Río Muni, entre la etnia de
los combé o ndôwé, la del autor, en una época precolonial. El protagonista es
un misionero protestante blanco, desde cuyo punto de vista se explica la
historia y que es empleado en alguna ocasión por el autor para contrastar la
«civilización» europea con el «salvajismo» de las costumbres africanas, que
son explicados con mucho detalle. Este rechazo del autor de su propia
identidad, que lo encuadra dentro de la literatura de consentimiento, fue
empleado profusamente por las autoridades coloniales españoles como
ejemplo de la «acción civilizadora» de la colonización en África.
En 1962 aparece la segunda novela ecuatoguineana, Una lanza por el
Boabí de Daniel Jones Mathama (San Carlos, ¿1913?-?), a veces considerada
erróneamente como la primera. El protagonista, Gue, en este caso es africano
y relata en la novela la historia de su vida, dando un carácter autobiográfico al
escrito. Así por ejemplo Boabí, el padre de Gue, es un trasunto de Maximiliano
C. Jones, padre de Daniel Jones Mathama y autoridad local afecta al gobierno
colonial. El argumento sigue la infancia de Gue en Fernando Poo, su traslado a
España y la vuelta a Guinea tras la muerte de su padre. El libro es muy
interesante desde el punto de vista etnográfico, ya que detalla las costumbres
de la etnia bubi de la isla de Bioko. Daniel Jones Mathama también se puede
encuadrar dentro de la literatura de consentimiento: Boabí es el perfecto
ejemplo de reyezuelo «salvaje» civilizado por el contacto con los colonizadores,
«[es] un deber ineludible proclamar por todo lo alto la gran labor que España
está realizando en aquella isla».
Entre 1962 y 1968, fecha de la independencia de Guinea Ecuatorial, no se
publicaron obras de importancia, pero algunos autores continuaron editando
relatos, leyendas y escritos etnográficos en diversas revistas: Marcelo
Asistencia Ndongo Mba, Constantino Ochaá, Ángel Nguema, Rafael María
Nzé y de Francisco Obiang.
Al contrario que en otras literaturas africanas, no aparecieron
obras anticoloniales o de combate ni tampoco tuvo importancia la poesía.
Además, los autores ecuatoguineanos de la época tenían como objetivo el
público de la metrópoli y no el local.
INDEPENDENCIA Y EXILIO
Estos brotes fueron arrancados de raíz cuando, a los pocos meses de ser
elegido democráticamente, Francisco Macías Nguema instauraba un régimen
«afro-fascista» en su variante «nguemista», como lo ha denominado el
historiador Max Liniger-Goumaz. El resultado del régimen de terror fue que un
tercio de la población guineana salió al exilio a países vecinos o España hacia
mediados de los años 1970. El escritor Juan Balboa Boneke se refirió a ellos
como la «generación perdida».
Madrid y los demás lugares donde la diáspora se asentó, fueron hogares
extraños, incluso a veces hostiles, hecho que se refleja en la literatura. Madrid
no fue lo que París para los autores africanos de los años treinta, ya que no
hubo apoyo para la creación ni tampoco para dar a conocer la tragedia
guineana. Los escritos de la época circularon en hojas sueltas, cuartillas o
cuadernos en circuitos marginales o en revistas y folletos de tiradas limitadas
editados por los refugiados y, precisamente por ello, esta literatura no llegó al
público guineano ni al español. Este tipo de escritos emplean habitualmente la
forma lírica y tienen un discurso contundente, como lo muestra el
poema Vamos a matar al tirano de Francisco Zamora Loboch, o a veces
nostálgico de la patria lejana, como el poema ¿Dónde estás Guinea? de Juan
Balboa Boneke.
La narrativa del exilio también tuvo sus representantes: El sueño y La
travesía de Donato Ndongo-Bidyogo (Niefang, Río Muni, 1950-), La última
carta del Padre Fulgencio Abad, C. M. F. de Maplal Loboch (1912-1976)
y Bea de Francisco Zamora Loboch (Santa Isabel, 1947-). Estos relatos se
centran en el desplazamiento violento, tanto espacial como espiritual, del
protagonista, conectando con la historia del continente africano anterior a la
independencia.
Finalmente también aparece el ensayo, que se centra en las circunstancias
políticas de Guinea Ecuatorial y la tragedia de su pueblo. Se puede
citar Historia y tragedia de Guinea Ecuatorial (1977) de Donato Ndongo-
Bidyogo y ¿Dónde estás Guinea? (1978) de Juan Balboa Boneke.
Raquel Ilonbé (Corisco, ¿1938?-1992), seudónimo de Raquel del Pozo Epita,
de madre guineana y padre español, es una excepción dentro de este
movimiento. Raquel Ilonbé abandonó Guinea cuando todavía no había
cumplido un año y creció en España, regresando a Guinea ya casada para
buscar sus raíces. Escrito entre 1966 y 1978, el poemario Ceiba está marcado
por la búsqueda de esa identidad y no por el trastorno del exilio o el sufrimiento
personal.
DESDE 1979
Tras el derrocamiento de Macías Nguema por su sobrino Teodoro Obiang,
gobernante todavía en la actualidad, la cultura del país ha comenzado a
recuperarse lentamente.
DE 1981 A 1984
Mbaré Ngom divide esta etapa más reciente en otras dos. La primera etapa
comenzaría en 1981 con la publicación de Leyendas guineanas de Raquel
Ilonbé, el primer libro infantil. Ilonbé tuvo que recorrer los lugares más
recónditos del país para recopilar el material que le permitió escribir las ocho
leyendas que lo componen.
A esta etapa también pertenecen O Boriba (El exiliado, 1982) y Susurros y
pensamientos comentados: Desde mi vidriera (1983) ambos de Juan Balboa
Boneke. Ambos son volúmenes de poesía en los que se mezclan
frecuentemente palabras en lengua bôhôbe, la de la etnia del autor, llegando a
escribir algunos poemas completamente en esa lengua. Los libros tratan del
exilio y el sufrimiento del pueblo bôhôbe, perseguido por el nguemismo.
Esta primera mitad se cierra con Antología de la literatura guineana (1984)
de Donato Ndongo-Bidyogo. Es la primera antología de su género y reúne lo
mejor de la creación literaria hasta el momento, tanto en poesía como en prosa,
ya sea publicados o no, de la literatura de Guinea Ecuatorial. El volumen
incluye a muchos de los autores que no han vuelto a publicar, siendo la única
mujer en la antología Raquel Ilonbé.
DE 1984 A LA ACTUALIDAD
Entre los títulos publicados se pueden destacar en narrativa El amigo fiel (1987) de
Ana Lourdes Sohora, Afén, la cabrita reina (1989) y La última lección del venerable
Emaga Ela (1991) de Antimo Esono Ndongo, Boote-Chiba (1990) de Pedro Cristino
Bueriberi.