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Tema 8 Plan de Mejoras en Espacios Cinegeticos
Tema 8 Plan de Mejoras en Espacios Cinegeticos
A) REPOBLACIONES.
B) CONTROL DEL FURTIVISMO.
C) CONTROL DE DEPREDADORES.
D) CONTROL SANITARIO (Principales enfermedades)
E) SEÑALIZACIÓN DE COTOS.
F) OTROS (Comederos, Bebederos, Siembra, Vallados etc).
C) CONTROL DE DEPREDADORES
Desde siempre, han sido habituales las prácticas de control de depredadores, más o menos
lícitas, en nuestro territorio, siendo comunes las cuadrillas de alimañeros que, hasta no hace
mucho tiempo, recorrían la extensa geografía nacional, capturando todas aquellas especies que
incluían perdices y conejos en su dieta. Los métodos utilizados, lazos, cepos, venenos…,
contribuyó a que ciertas especies, se encuentren actualmente en grave peligro de extinción,
situación que se trata de solucionar, con normas de protección estrictas y un amplio marco
legislativo al respecto, además hoy en día esos métodos son rechazables por su baja
selectividad. No debemos olvidar que nuestras especies de caza menor, constituyen la base de
la cadena trófica en los ecosistemas que ocupan, de modo que son susceptibles de ser predados
por multitud de animales, siendo el ejemplo más destacado el conejo de monte, sobre el cual
pueden predar en torno a unas cuarenta especies, entre mamíferos, aves y reptiles.
Por otro lado, debemos ser realistas, tratando de entender que no sólo los depredadores comen
conejos o liebres, sino que también cumplen un papel biológico muy importante al realizar una
eficaz selección natural, que redunda en la mejora de dichas especies cinegéticas, y ejercer una
importante limpieza del medio natural, de modo que los animales que capturan, suelen ser los
más débiles o enfermos dentro de la población.
Una vez decididos a realizar el control como herramienta de gestión, será necesario plantearnos
cuándo realizarlo, sobre qué especies, de qué medios se dispone para ello, y muchas veces
también, qué es lo que puede hacerse con esos animales capturados, porque aunque casi
siempre nuestra cabeza se dirija hacia un sacrificio inmediato, este no siempre es necesario,
también se puede recurrir a su traslado a otras zonas donde sus poblaciones estén en recesión.
Tipos de depredadores
a) Depredadores especialistas
Son aquellos que dependen directamente de un cierto tipo de presas para sobrevivir, e
inevitablemente, su existencia en un territorio se presenta ligada a la presencia de esa especie o
especies, casi siempre cinegéticas. Como ejemplos más destacados en este grupo, tenemos que
considerar al lince ibérico o al águila imperial ibérica, especies cuya dieta en un elevado
porcentaje, se compone de conejos, y que, ante la marcada disminución de las poblaciones de
éstos, en muchos territorios, casi siempre consecuentes como es sabido, a la aparición de la
mixomatosis primero, y de la enfermedad hemorrágica vírica después, han sufrido también una
reducción muy importante en sus efectivos poblacionales.
Estos depredadores no suponen un riesgo real para nuestras especies cinegéticas, no sólo por
su reducido número, sino también porque son animales que ejercen una presión proporcionada y
selectiva de predación, cazando únicamente aquellos animales que necesitan para alimentarse y
sobrevivir en cada momento.
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b) Depredadores oportunistas
Aunque los zorros y los córvidos suelen ser especies cinegéticas, rara vez los cazadores
hacemos uso de esta prerrogativa, en época de caza.
Es en este grupo donde debemos centrar nuestros esfuerzos de control. Se caracteriza este, por
ser aquel que incluye especies como el zorro, los córvidos, los mustélidos, gatos y perros
asilvestrados e incluso el jabalí, pero también otros menos conocidos y con fuerte repercusión
sobre las especies cinegéticas, como los reptiles, roedores o erizos. Si analizamos de una forma
un poco más detenida, su biología básica, nos daremos cuenta de que son animales que en su
dieta incluyen una amplia gama de alimentos, desde los conejos o perdices, hasta huevos, frutas
y bayas. Son, por otro lado, animales capaces de adaptarse de forma rápida, de modo que, en
caso de escasez de especies cinegéticas, no tienen inconveniente en ingerir otros alimentos, e
incluso convertirse en carroñeros, siendo cada vez más habitual la presencia de especies como
los zorros, en las proximidades de núcleos urbanos, basureros, mataderos industriales… Estos
cambios en su comportamiento se ven favorecidos por el incremento de sus efectivos
poblacionales, la disminución de conejos y perdices en el campo.
Tipos de controles
En general quedan explícitamente prohibidos por la legislación que nos ampara todos aquellos
métodos de control y captura de animales que no sean selectivos, aquellos que sean métodos
masivos, y también aquellos que pudiesen suponer la desaparición local de alguna especie. De
este modo se pretende proteger a las especies en peligro de extinción al tratar de evitar una
captura indiscriminada de animales. Durante la temporada de caza se pueden cazar tanto zorros
como córvidos, como una especie cinegética más. Sin embargo, rara vez los cazadores ejercen
esta posibilidad, y dejan el control para los meses siguientes a la finalización de la temporada, a
través de la solicitud de los oportunos permisos. No todos están permitidos en nuestro país, e
incluso algunas no están permitidas en algunas comunidades autónomas mientras en sus
vecinas sí, pero es interesante conocerlas todas para valorar su eficacia y conveniencia de uso.
A. Indirectos:
B. Directos:
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Solamente están autorizados aquellos métodos considerados como selectivos y no masivos,
quedando reducidos a las armas de fuego, jaulas trampa de tipo selectivo y lazos con freno (en
algunas Comunidades Autónomas parece ser que autorizan además los cepos amortiguados, yo
creo que indebidamente). Mencionaremos de forma telegráfica las modalidades más usuales:
a) Batida controlada. Puede ser una herramienta útil para complementar el control de los
zorros, y sobre todo para que los socios se sientan implicados en la gestión del coto. En general
los resultados son pobres y unido a lo distanciado en el tiempo de estas actuaciones, hacen que
en la práctica sirvan de muy poco.
b) Espera o aguardo. Cuando las especies a controlar sean córvidos, debería autorizarse al
personal encargado de dicho control, la utilización del calibre .22 anular, muy adecuado por su
precisión, escaso ruido y bajo coste, legalmente es posible pues dicho calibre está comprendido
entre los utilizables por la guardería, la autorización a particulares la veo más problemática a
nivel legal.
En general, salvo casos excepcionales, se requieren muchas horas para un cierto resultado,
algunos depredadores como los córvidos son terriblemente difíciles de matar salvo los primeros
ejemplares, que parecen servir para escarmentar a los otros. Los mejores resultados se obtienen
haciendo esperas después de acostumbrar a los animales cebándolos con antelación, es casi
imprescindible que el tirador se deje ver lo menos posible, para lo cual hay que construir esperas
camufladas.
Cetrería. Es ésta una actividad casi desconocida, y sin embargo, el halcón y el azor picados a
las urracas no conocen otra presa, con un índice acierto elevado, además por el sólo hecho de
volar a menudo en un terreno, sin abusar, se consigue acabar espantando a los córvidos (aves
muy inteligentes), En cambio las cornejas venden muy cara su vida y son presas muy deportivas,
en el límite de las posibilidades de nuestras rapaces, a veces hieren en los ojos a nuestros
halcones antes de rendirse; lamentablemente el desconocimiento de esta actividad, motivado
entre otras cosas por el oscurantismo que ha impregnado casi siempre a los colectivos cetreros,
hace que la mayoría de los cotos no vean con buenos ojos dicha modalidad.
Entre las especies más frecuentes que son objeto de control, están el zorro, los perros y gatos
asilvestrados, el visón americano y en determinadas Comunidades Autónomas la gineta,
comadreja y lirón careto.
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Algunos ejemplos de jaula-trampa comercial, la de la izquierda son dos jaulas adosadas, una de
ellas se usa para meter un señuelo vivo (gallina, paloma etc.), debe tener comida y agua para
éste último. Abajo caja-trampa de estilo rústico, de planta triangular, tomada de un libro alemán;
en general, cuanto más sencillo es el mecanismo mejores resultados ofrece una trampa.
Una caja-trampa no tiene porqué ser fea y fuera de los cánones rústicos, veamos si no este
ejemplo de caja-trampa alemana, creo con el dibujo cualquiera de nosotros (según lo “manitas”
que seamos) podremos acometer la empresa con éxito, incluso en muchas zonas de nuestro
país se podría así aprovechar parte de esa cantidad ingente de madera, que por no tener
dimensiones comerciales se deja pudrir en el bosque, con el peligro añadido de los incendios
forestales (si prende un montón de esa madera, la gravedad del incendio aumenta
espectacularmente, enseguida tendremos un incendio de copas). En mi opinión es importante
que las partes metálicas de una trampa no brillen, huir de los acabados galvanizados o al menos
pintarlas de color verde, a ser posible mate, luego hay que esperar un tiempo para que la pintura
no exhale olor.
Otra trampa, el mecanismo de “los tres clavos” se ha usado con mucho éxito en África para la
captura de leopardos, si ampliáis el plano veréis que no tiene ninguna dificultad insalvable:
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Esta trampa para perros asilvestrados y zorros, tiene un mecanismo llamado “de los tres clavos”.
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Jaula-trampa para perros asilvestrados. Puede verse en detalle la planta, el disparador y la vista
de la trampa completa.
Nos queda por comentar aún las jaulas trampa tipo túnel, que son en mi opinión unas de las
mejores y fundamentalmente porque al estar ocultas no es fácil que los graciosos de turno anden
desarmando o llevándose (que de todo hay) las trampas que nos han costado esfuerzo y dinero,
y en las que además hemos puesto una ilusión, en aras de mejorar el rendimiento cinegético de
nuestro coto.
La construcción de una trampa tipo túnel es sencilla, es igual que las que hemos visto arriba,
sólo que en lugar de malla, el cerramiento del prisma lo haremos con tubería cilíndrica
prefabricada de hormigón, en medida de 1 m. x 30 cm. En el centro irá el mecanismo disparador
que será tipo plataforma-balancín (A y B en la figura), unido a un lado y otro, mediante bridas (en
las cuales tendremos guiados los ejes C y D), irán sendas tuberías, al final de las cuales irán dos
trampillas que caerán por acción de la gravedad, sólo queda añadir otras dos tuberías (una a
cada lado de las trampillas, también sujetas con bridas, iguales a las de la foto en color) y
tendremos un túnel de 4 metros, que una vez recubierto de piedras o maleza (con cuidado de no
interferir en los mecanismos de disparo), atraerá sin necesidad de cebo a los depredadores
(recordad el refrán: la curiosidad mató al gato).
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Así queda una trampa túnel colocada, la mimética es perfecta. Al lado mecanismo en el que está
basada, ver también foto de arriba.
Época de colocación. Estas trampas para ser efectivas tienen que estar colocadas todo el año
o la mayor parte de él (si no hay en determinada época personal para vigilarlas es del todo punto
necesario dejarlas cerradas), lo más adecuado es buscar los sitios estratégicos, cualquier
persona que haya andado el monte, sabrá que sitios son los más querenciosos, en mi opinión, al
contrario que las trampas para córvidos que hay que mover cada pocas fechas, estas trampas
están mejor fijas y disimuladas tanto como se pueda. Hay autores que hablan de la necesidad de
una de estas trampas por cada 100 has de acotado, yo creo que dependerá en gran parte de la
clase de terreno y, sobre todo, de la gestión de los terrenos colindantes. En cuanto al uso o no
de cebo, depende en gran parte de los depredadores que queramos coger, con cebo caen mejor
los animales asilvestrados (perros y gatos), en cambio los zorros caen con más facilidad si les
ponemos la trampa en un paso (ver la figura 5), para los mustélidos suele valer con una
caja-trampa de una sola entrada.
- Lazos Amortiguados
Se trata de unos artilugios de lo más efectivo y barato, no obstante lo cual a nivel personal
considero que no deben emplearse más que en casos muy concretos y durante épocas
determinadas, se trata de uno de los sistemas, junto con los cepos, peor valorados por la opinión
pública, y ciertamente causan sufrimiento al animal que cae en ellos. No obstante se pueden
conceder autorizaciones para ellos y por este motivo lo vamos a estudiar:
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El lazo de la foto se ha elaborado con un cable de embrague de moto, la terminación con un
prisionero fijo,
tiene gran ventaja para atarlo con un simple trozo de alambre.
Construcción. Para construir estos lazos necesitamos un rollo de cable de acero trenzado de 2
mm (interesa que no sea excesivamente acerado, si no el lazo tiende a abrirse y provoca que la
presa escape), se miden trozos de 2 metros y calentándolos en un fuego de butano (o con un
soplete) hasta que comience a adquirir color rojo y seguidamente se introduce el extremo
calentado en un recipiente de agua, ello se hace para que el cable pierda temple y no se
deshilache al cortarlo, al tiempo que gana maleabilidad, poner atención al hacerlo porque si nos
pasamos dando calor perderá todo su temple y romperá con facilidad, para ganar tiempo se
hacen 4 ó 5 madejas de dos metros y se calientan a un tiempo, obtendremos así 8 ó 10 trozos
de cable de 2 metros con ambos extremos quemados, en uno de esos extremos haremos un
nudo para evitar que se deshilache; en la otra punta haremos una argolla por la que deslizará el
cable del lazo del modo siguiente: en un tubo de aprox. 1 cm de diámetro y como puede verse en
la foto de abajo, se coloca el cable rodeando al tubo y con ayuda de unos alicates, se enrolla
sobre el cable el trozo destemplado de 10 cm; hecha la citada anilla pasamos a colocar el
prisionero que servirá de tope o freno, fijándolo a la distancia que determine la autorización
(normalmente unos 30 cm), después a unos 80 cm de la anilla, enrollaremos sobre el cable un
trozo de alambre maleable de unos 25 cm de longitud, servirá para enrollar el cable y fijar al
palito que clavamos en los márgenes de la senda o paso que queremos controlar, al poner dicho
alambre dulce deberemos tener cuidado de dejar unos 2 ó 3 cm sin enrollar, nos servirá para
sujetar la anilla e impedir así que el lazo quede más abierto de la cuenta. Si no queremos
complicarnos la vida, también están a la venta, Ediloisir (vende a través de Internet, ver foto de
abajo a la izquierda) los vende por correo a 6,5€ los de 1,8 mm. de diámetro y a 5,9€ los de 1,6
mm.).
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Colocación. Los lazos son muy adecuados para cotos que tengan bastante monte bajo, en ese
caso se atan a los matorrales. Si no existen matas donde atarlos pueden prepararse unas
piquetas metálicas y atarlos a ellas y después clavarlas en el suelo. Lo ideal es colocar muchos
lazos intentando hacer una línea de 300 o más metros de largo, idealmente en la linde entre el
monte y las tierras de labor. Hay que poner un lazo en cada paso, senda o trocha que exista, si
el paso es muy ancho se intentará reducir su anchura mediante ramas o matojos. Éstos últimos
hay que procurar colocarlos del modo más natural preciso, clavándolos en el suelo como si
hubieran nacido allí. El lazo debe quedar en el centro del paso, y la altura a la que debe quedar
su extremo inferior es de unos 8-10 centímetros (ver ilustración). También da buenos resultados
echar carnaza en el centro de un corro de carrascas y poner varios círculos de lazos alrededor,
tapando todos los pasos. En terreno muy abierto son poco efectivos, porque los zorros no se ven
obligados a pasar por trochas determinadas; en ese caso puede ser interesante ponerlos en los
pasos de cercas (se suelen ver pelos enganchados a los alambres) y en tuberías que pueda
haber en el monte (alcantarillas, etc.).
En la foto vemos como queda el lazo puesto, la altura al suelo debe ser de 8-10 cm.
Es importante que los alambres no brillen ni huelan, los pastores de antaño acostumbraban a
ponerlos una temporada en un arroyo, el agua corriente los oxidaba ligeramente y perdían todo
olor extraño, otros expertos aconsejan hervirlos. Si cae algún zorro suele deteriorarse el alambre
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trenzado, pero es muy raro que logren partirlo y escapar, se debe calentar el alambre para darlo
otra vez su forma original.
Época de colocación. La mejor época sin duda es de noviembre a febrero, los animales que
eliminemos entonces, lógicamente, no criarán en la primavera siguiente, de todas formas
tendremos que adaptarnos a la autorización administrativa.
Las aves que usualmente son objeto de control son los córvidos y en particular las urracas,
grajillas y cornejas, estas especies pueden alcanzar densidades muy altas en los medios
agrícolas, y algunos gestores estiman que sin control pueden llegar a predar cerca del 40% de
los nidos de perdiz, además de incidir en otras especies cinegéticas e incluso en especies no
cinegéticas y protegidas. Aunque antaño restringidas a las zonas costeras, también las gaviotas
pueden ser objeto de control, toda vez que su población se ha disparado en tierras del interior y
de la costa.
1) TRAMPA LARSEN. (80 x 50 x 50 para dos compartimentos, 120 x 50 x50 para tres)
La trampa Larsen fue diseñada por un guarda de caza danés en los años 50. Permiten la captura
de todas las especies perjudiciales de córvidos, como son las urracas, grajillas y cornejas en
cualquier época del año, pero son particularmente valiosas para la captura de dichas especies
cuando establecen sus territorios de cría y, también, mediante cebado con maíz en épocas de
penuria (invierno). Su pequeño tamaño permite moverlas fácilmente un solo hombre, lo
recomendable es cambiarlas cada 8-10 días de emplazamiento, lógicamente las trampas
mayores que veremos más adelante no permiten este trasiego, lo cual presenta ventajas e
inconvenientes. El mecanismo de la trampa consiste en una puerta móvil para cada
compartimento de captura, la cual se mantiene abierta mediante una percha (posadero) cuando
está montada; cuando los córvidos pretenden entrar en la jaula, se posan sobre la percha, dicha
percha cede provocando que el ave se vaya al fondo de la jaula y que la puerta se cierre de
golpe. Para obtener resultado lo mejor es usar de cimbel un ave de la especie que queramos
capturar, ésta puede obtenerse de otras jaulas en otro acotado o de alguna alicortada, por
supuesto el animal tiene que tener agua y comida a su disposición (va muy bien el pienso de
perros). Este tipo de trampas pequeñas es aconsejable ponerlas en alto, para evitar
interferencias de animales terrestres, en especial ganado.
Jaula Larsen rústica, obsérvese el maíz y la urraca cimbel. Abajo jaula Larsen comercial.
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2) TRAMPA HEXAGONAL. (82 x 30 x 95 cm.)
La trampa hexagonal está dividida en 5 compartimentos, uno central, donde se coloca un córvido
de la especie que nos interesa capturar de cimbel, y cuatro laterales que son las trampas de
captura, éstas constan de un mecanismo muy sensible que actúa al pisar el ave y hace que se
cierre la puerta. Esta jaula es quizá de las comerciales la que mejores resultados ofrece. Como
siempre al cimbel no le debe faltar comida ni agua, es necesario revisar todas las jaulas a diario,
por lo que es una buena idea poner varias a la vista desde una elevación y así con unos
prismáticos veremos todas ellas sin necesidad de recorrerlas una por una.
Conocida desde la edad media, los cetreros la llamaron siempre falsa muda, y se empleó para
atrapar azores zahareños, el ejemplo está adaptado a las medidas de los córvidos. A nivel
comercial he visto esta trampa bautizada como modelo “urraca”. El mecanismo de disparo no
tiene necesariamente que ser igual al ofrecido en la figura, puede ser de otros muchos tipos.
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4) JAULA-TRAMPA TIPO BUZÓN. (400 x 300 x 290 cm.)
A partir de este modelo, las trampas que veremos a continuación son de un tamaño considerable
lo cual dificulta su traslado y hace que estas trampas sean casi siempre fijas.
Consiste en un jaulón normal con el artificio de captura en el techo, éste está formado por dos
paneles de tela metálica inclinados 45º hacia el interior, donde remata una especie de escalera
metálica, central y horizontal, cuyos travesaños de la parte central forman cuadros de 17 cm. de
luz. Los córvidos se posan en ella y se deslizan a través de los cuadros en busca del cebo, al
intentar salir, lo tienen que hacer volando, tropezando con las alas en los travesaños. Este
modelo es uno de los más utilizado en todos los países de la UE.
Consiste en una gran jaula con nasas laterales a ras del suelo. Los córvidos entran andando, a
través de las nasas, en busca del cebo que se encuentra en el interior de la jaula. El arco interno
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de la nasa, de dimensiones similares a las del córvido va reforzado con flecos de alambre o
prolongación alambrada de la nasa, que al actuar a contrapluma impide la salida del ave. Todos
estos jaulones se pueden hacer usando estructura metálica o bien madera tratada (tanalizada)
que viene a durar a la intemperie un mínimo de 20 años.
Por otra parte, muchas enfermedades de la fauna silvestre solamente adquieren importancia real
cuando el hombre ha intervenido alterando el ecosistema y favoreciendo así la acción de los
patógenos.
Tratando de prevenir las enfermedades de la fauna silvestre se debe tener presente que la causa
de las mismas no suele ser un agente morboso singular (parasitario, infeccioso...) sino un
conjunto de factores. Una terapia correcta consiste no solamente en la administración de
antibióticos o antiparasitarios, sino en la utilización de la ecología, la etología y la nutrición de la
población animal en cuestión. Por otra parte, los tratamientos a través de piensos medicados o
del agua de bebida rara vez son eficaces y las vacunaciones masivas pueden llegar a ser
contraproducentes.
En primer lugar, es fundamental respetar la capacidad de carga del medio y mantener una
estructura poblacional sin grandes desequilibrios. Si en un terreno hay más animales de los
soportables, existirá un estrés nutricional debido tanto a la escasez de alimento como al
incremento de las relaciones de competencia ¡ntra e interespecíficas. Además, una población
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más hacinada tendrá también una mayor probabilidad de transmisión de procesos infecciosos
entre individuos (comederos). Debe repartirse la caza de forma uniforme por todo el coto.
En segundo lugar debe reducirse el riesgo de infección. Esto se logra, por ejemplo, eliminando
rápidamente a los individuos aparentemente enfermos(caza selectiva) reduciendo al mínimo el
contacto de las especies cinegéticas con el ganado domestico. No obstante, la eliminación de
ejemplares enfermos resulta difícil en la practica, y una excesiva presión de caza pueden resultar
contraproducente al dar lugar a mayores desplazamientos de ejemplares enfermos, difundiendo
así la enfermedad
Las aves de granja presentan con mayor frecuencia problemas sanitarios dé origen infeccioso y
parasitario, mientras que en las de vida libre son más frecuentes otras causas de mortalidad
como los traumatismos, intoxicaciones...
a) Efermedades víricas
La viruela aviar es una enfermedad vírica de distribución mundial y que afecta tanto a aves
domésticas como silvestres. La infección puede originar dos formas de presentación de la
enfermedad, la forma cutánea que cursa con la aparición de nodulos proliferativos de aspecto
verrucoso sobre la piel desprovista de plumas como la zona del pico, párpados o patas
principalmente, y la forma diftérica (húmeda) que consiste en la aparición de lesiones
díftero-necróticas en la mucosa de la boca y de las vías respiratorias altas como laringe y
tráquea, originando graves problemas respiratorios. La forma cutánea de la enfermedad suele
provocar escasas bajas, pero si ésta se generaliza o se complica con la aparición de lesiones
diftéricas en las vías respiratorias altas, los riesgos de una gran mortalidad son elevados.
La enfermedad de Newcastle es una virosis muy contagiosa que afecta a numerosas especies
de aves. La infección puede variar desde una forma subclínica a mortal, con afecciones
localizadas en el sistema nervioso, aparato respiratorio o gastrointestinal. Se han detectado
casos en perdices del Sur de España y en aves acuáticas de las marismas del Guadalquivir.
El problema más común en perdices de granja es la colibacilosis, que puede cursar con pérdidas
muy elevadas tanto en primeras edades como en voladero. Las aves cinegéticas principalmente
afectadas son las perdices, patos, faisanes, colines y codornices en las primeras 5-6 semanas
de vida. La contaminación por la bacteria puede ocurrir por vía digestiva al ingerir alimentos o
aguas contaminados, por vía aerógena (principalmente en explotaciones de régimen intensivo
con incubadoras, voladeros, etc.), o por vía cutánea. Factores importantes que favorecen la
presentación de este proceso son el estrés, ya que reduce las defensas del organismo, y la
resistencia a antibióticos por su uso abusivo. En ocasiones, la colibacilosis está en el origen de
las elevadas pérdidas que sufren las perdices de repoblación. Otros problemas asociados a la
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producción intensiva incluyen salmonelosis, pasterelosis, y clostridiosis. Son muy pocos los
casos de muerte en fauna silvestre por procesos bacterianos de este tipo.
infectarse al consumir piezas contaminadas. Los órganos más afectados son el hígado, bazo e
intestino.
c) Efermedades fúngicas
Tanto la aspergilosis como la candidiasis son micosis frecuentes en aves de granja, aves
procedentes de centros de recuperación y aves silvestres inmunodeprimidas. La aspergilosis
está causada por el hongo Aspergillus fumigatus y se localiza principalmente en los sacos
aéreos, las lesiones se caracterizan por la formación de placas amarillentas o grisáceas.
La candidiasis esta producida por el hongo Candida albicans, y afecta generalmente al digestivo
de las aves. Las lesiones tienen forma de botones necróticos en las mucosas de la boca,
esófago y/o buche.
d) Enfermedades parasitarias
Lo habitual es que las parásitosis constituyan hallazgos secundarios en aves muertas por otras
causas. Casos de parasitaciones intensas pueden convertirse en causa de muerte en
circunstancias de elevada densidad, tal como ocurre en granjas cinegéticas, cotos con
densidades elevadas o en animales mantenidos en cautividad, donde se ven facilitados los
mecanismos de transmisión de los parásitos.
Entre las parásitosis externas cabe destacar la sama de patas en perdices, producida por el
acaro Knemidocoptes mutans. Las lesiones producidas afectan principalmente a los tarsos y
cara dorsal de los dedos dando lugar a costras gruesas que dificultan la locomoción. No es un
proceso muy frecuente en fauna silvestre, aunque se ha descrito en gorrión molinero, escribano
pigmeo y otras especies en la reserva natural.
Otra enfermedad ligada a aves gallináceas domésticas y especies cinegéticas criadas en granjas
es la histomonosis producida por el protozoo Histomonas meleagidis. Las lesiones más
importantes causadas por este parásito se observan en el hígado e intestino grueso.
Los helmintos de las aves incluyen una amplia variedad de especies parásitas pertenecientes
a diferentes clases zoológicas. Su prevalencia (porcentaje de individuos afectados) suele ser
elevada aunque su efecto patógeno sólo es importante cuando se rompe el equilibrio natural
entre parásito y hospedador. Los parásitos con poca o nula importancia en el medio natural
pueden tener efectos devastadores en granjas y voladeros. Los helmintos que parasitan el tubo
digestivo de las aves pertenecen a tres clases:
tremátodos o duelas con forma plana, cestodos con morfología alargada, segmentada y plana, y
nematodos que son vermes alargados y redondos.
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La singamosis es una enfermedad parasitaria producida por el nematodo Syngamus trachea,
que afecta a aves domésticas y silvestres en zonas húmedas, siendo las gallináceas y los
paseriformes los órdenes más comúnmente afectados. En las aves cinegéticas, son
especialmente relevantes los problemas causados en las granjas de faisán y de perdiz pardilla,
por situarse generalmente en entornos más húmedos. Las lesiones más importantes causadas
por este parásito hematófago se observan en la tráquea produciendo insuficiencia respiratoria.
Al observar las etiologías descritas para liebres y conejos, destaca la importancia de los
procesos víricos en el conejo. En cuanto a procesos detectados en liebres destacan los
traumatismos por diversas causas seguido de los procesos parasitarios y bacterianos. Cabe
mencionar la importancia que adquiere la enteropaía mucoide del conejo, en el caso de
cercados o granjas cinegéticas.
a) Enfermedades víricas
La mixomatosis es una enfermedad subaguda o crónica producida por un virus y transmitido por
pulgas y mosquitos. En el conejo europeo la infección es generalizada y puede cursar con
mortandades muy elevadas. Actualmente, la mixomatosis ha adquirido carácter endémico y
reaparece todos los años de forma estacional.
Sin embargo y hasta la actualidad, los virus de ambas especies (conejo y liebre) son exclusivos
de cada una de ellas. Se trata de un virus altamente contagioso, que puede ser trasmitido por
contacto directo (aerosol, saliva, orina, heces, etc.) e indirecto (por personas, vehículos, etc.).
Aunque en los primeros años, el virus sólo afectaba a ejemplares adultos, actualmente se están
observan casos de EHC en gazapos silvestres de 300 g de peso aproximado.
De las liebres estudiadas, únicamente un caso de síndrome de la liebre parda europea (EBHS)
ha sido diagnosticado (año 1998) en una liebre norteña procedente del Pirineo central.
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b) Enfermedades bacterianas
Los procesos de etiología bacteriana se diagnostican más comúnmente en la liebre ibérica que
en el conejo.), Las principales enfermedades bacterianas que pueden afectar a la liebre norteña
son pasterelosis, yersiniosis (pseudotuberculosis), tularemia, estafilococosis y brucelosis. Las
cuatro primeras también han sido diagnosticadas en la liebre ibérica.
La tularemia (Francisella tularensis) es una zoonosis que puede afectar a numerosas especies
de vertebrados y que en liebres puede cursar con mortalidad importante. La bacteria se ha
aislado también a partir de conejos de monte muertos de EHC. Los brotes suelen ocurrir en
periodo invernal y asociarse a explosiones demográficas de topillos u otros roedores. La
transmisión puede ocurrir a través de artrópodos hematófagos (garrapatas, etc.), pero también
por vía aerógena, digestiva y heridas. La tularemia saltó a la luz a raíz de los contagios a
personas durante la temporada de caza 1997/98. Sin embargo, un estudio retrospectivo
demuestra que la bacteria ya se encontraba en muestras de liebres obtenidas desde 1994 en
distintas provincias del norte de la Península Ibérica. Esta enfermedad fue identificada como
causa de muerte en 57 de 604 liebres estudiadas en Francia en 1996.
Otro proceso importante como causa de muerte en la liebre es la pasterelosis, una enfermedad
respiratoria aguda o subaguda causada por la bacteria Mannhenmia haemolytica,. La
paratuberculosis (Mycobacterium avium paratuberculosisi) es una enfermedad de escasa
importancia hasta el momento. Los animales presentan diarrea crónica y adelgazamiento
progresivo. Son frecuentes los diagnósticos de esta infección en conejos silvestres de Escocia.
En la zona centro de España ya ha sido diagnosticada esta enfermedad.
c) Enfermedades parasitarias.
Los conejos y las liebres pueden ser parasitados por cestodos adultos o por las fases larvarias
de cestodos cuyos adultos parasitan a carnívoros como el perro o el zorro. Los cestodos que
parasitan como adultos pertenecen en su mayoría a los géneros Cittotaenia y Paranoplocephala.
Raramente resultan patógenos en condiciones naturales, suelen ser hallazgos secundarios y por
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su localización intestinal pueden causar enteritis y problemas de mala absorción. La cisticercosis
está producida por un cisticerco de localización peritoneal denominado Cidticerciu pififormii, fase
larvaria del cestodo del perro y otros carnívoros. Tóenla puiformu, de distribución cosmopolita.
En el estómago suele aparecer el nematodo hematófago Graphidium strígosum, que puede
provocar anemia grave en infestaciones masivas. Existen varias especies de garrapatas que se
pueden encontrar parasitando a los lagomorfos. Su importancia es grande como parásito por la
cantidad de sangre que ingiere y porque puede encontrarse en un número elevado en el mismo
animal. Además pueden transmitir patógenos como el agente de la tularemia, puede provocar
heridas o incluso mutilaciones en las orejas (típico en conejos), como reacción a su saliva que
puede llegar a ser tóxica en determinadas especies.
a) Enfermedades víricas
Entre las enfermedades víricas que se han diagnosticado en rumiantes silvestres cabe destacar
el ectima contagioso. El proceso cursa con lesiones inflamatorias en los labios, cavidad oral,
piel de la zona mamaria y rodete coronario de la pezuña. Las especies silvestres principalmente
afectadas son la gamuza, la cabra montes y cérvidos, en los que el proceso suele ser leve,
mientras que el muflón, animal bastante susceptible, muestra una elevada mortalidad entre
jóvenes y adultos. El ectima, como zoonosis que es, también afecta de forma leve al hombre en
zonas de la piel y mucosas. La infección se adquiere por contacto directo con animales
afectados. En Aragón se ha detectado en muflones, cabritos monteses y gabatos.
La artritis encefalitis caprina (AEC) está producida por un virus que puede presentarse como
un cuadro nervioso en cabritos de uno a cuatro meses de edad o como un cuadro de evolución
lenta y progresiva en cabras adultas caracterizado clínicamente por artritis, neumonía, encefalitis
o mastitis. En el caso de la cabra montes se analiza de forma sistemática la serología frente al
virus de la AEC.
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enfermedades en el jabalí contribuye al conocimiento de tos procesos que de forma silente
pueden estar presentes en poblaciones sin problemas aparentes. La enfermedad de Aujeszky
cursa con sintomatología nerviosa y muerte en los anímales jóvenes (rayones), mientras que los
adultos actúan como grandes reservorios y eliminadores del virus padeciendo una neumonía
intersticial transitoria. Actualmente es una enfermedad que está en proyecto su extinción en la
Unión Europea. El estudio y control de la peste porcina en el jabalí es de gran importancia por
las repercusiones que podría tener en la erradicación de la enfermedad.
Enfermedades bacterianas
Existen en España distintos procesos bacterianos importantes que afectan a tos rumiantes
silvestres. Así. se han detectado mortandades masivas de ciervo por septicemia hemorrágica
(Pasteucella multocida serofipo B:2,5), y se han producido diagnósticos de numerosos otros
procesos de etiología bacteriana hasta el punto de que este grupo de enfermedades parece el
más frecuente entre las etiotogías diagnosticadas en rumiantes silvestres de la Península.
Las principales zoonosis que se pueden detectar en los ungulados silvestres son la brucelosis y
la tuberculosis. La brucelosis es una enfermedad contagiosa de etiología bacteriana, su
distribución es mundial y afecta a mamíferos salvajes, animales domésticos y al hombre. Este
proceso cursa con fiebre, abortos y problemas articulares, causando importantes descensos en
la productividad de las poblaciones animales infectadas.
La tuberculosis por Mycobacterum bovis) es una enfermedad crónica y progresiva. Se
caracteriza por la aparición de nodulos (granulomas) de localización ganglionar en el aparato
respiratorio y/o digestivo. Su lento desarrollo permite la existencia de animales portadores
capaces de eliminar la bacteria al medio. Su gran resistencia ambiental hace de la tuberculosis
un proceso de difícil erradicación. El hombre puede contraer la tuberculosis al consumir leche
cruda o tejidos con lesiones de animales infectados, pero también al faenar o manipular las
piezas de caza. El diagnóstico de tuberculosis en ciervos y jabalíes es mas común en terrenos
donde la densidad de animales es elevada y la alimentación es artificial.
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Esporádicamente también se diagnostican pasterelosis, actinomicosis, clostridiosis (incluso
en libertad) y colibacilosis, entre otros.
b) Enfermedades parasitarias
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La sarna sarcóptica es una parasitosis grave producida por un acaro que afecta a ungulados,
carnívoros, primates, lagomorfos y roedores causando lesiones cutáneas severas que pueden
causar la muerte de forma directa o como consecuencia del debilitamiento general y la
consiguiente propensión a infecciones secundarias. La sama sarcóptica tiene generalmente un
impacto moderado en las poblaciones naturales de las especies salvajes, pero algunos estudios
han demostrado que su efecto puede llegar a ser devastador. En España, la sarna es
relativamente común en el ganado caprino doméstico y además afecta de forma grave a distintas
poblaciones de cabra montes en el sur, al rebeco cantábrico y al arruí en Sierra Espuña.
Coincidiendo con la epidemia en los rebecos de la Cordillera Cantábrica, se describió un caso de
sama en un corzo y existen citas esporádicas en otros países europeos (EWDA, 1997).
Las miasis son procesos parasitarios que están producido por la invasión de los tejidos u
órganos de los animales vivos por larvas de dípteros (moscas), que se alimentan de tejidos vivos
o muertos del hospedador, de sustancias corporales líquidas o sobre alimentos ingeridos por él.
Dentro de las miasis obligatorias se encuentran unos procesos que afectan a los rumiantes
silvestres y que son específicos de ellos. La oestrosis de la laringe de los ( Miasis faríngea en
cérvido 1 cérvidos que está producida por las larvas de Pharynqomyia picta y Cephenemyia
auribarbu que se localizan en las cavidades nasales del ciervo, gamo y corzo. Y la hipodermosis
de los cérvidos producida por las larvas del díptero Hypoderma diana que produce una miasis
subcutánea (barros) en el ciervo y en el corzo. Por último, otro proceso muy frecuente es el
producido por las larvas de Wohifahrtia magnifica que parasitan a los animales domésticos,
fundamentalmente al ganado ovino, pero que con frecuencia se encuentra en animales silvestres
sobre todo en heridas o lesiones de la piel. Como miasis secundarias tenemos un gran grupo de
especies que normalmente se desarrollan en materia orgánica en descomposición como
cadáveres, heces etc. que pueden invadir accidentalmente heridas de los animales silvestres.
Mueca domestica, Lucilia Mricata, Sarcophaga sp. han sido encontradas en heridas de animales
vivos.
E) SEÑALIZACION DE COTOS
Los terrenos cinegéticos sometidos a régimen especial deberán anunciarse mediante señales
colocadas a lo largo de todo su perímetro exterior e interior. La colocación de estos carteles se
hará de tal forma que su leyenda o distintivo sea visible desde el exterior del terreno señalizado.
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Las señales irán colocadas sobre postes metálicos u otros materiales de similar dureza o postes
de madera tratada, pudiéndose utilizar árboles de más de 20 centímetros de diámetro a una
altura sobre el suelo de al menos 1,50 m.
Las señales de los Refugios de Fauna Silvestre, Reservas de Caza y Cotos Sociales de Caza
deberán ostentar en la esquina superior izquierda el símbolo y el logotipo del Gobierno de
Aragón. Colores: Letras negras sobre fondo blanco. Dimensiones de las letras: Altura: 8 cms.;
anchura: 1 cm.
Las señales descriptivas se colocarán a distancia no superior a 1.000 metros unas de otras y en
todas las vías de acceso al terreno cinegético sometido a régimen especial en su punto de
intersección con el perímetro exterior. Cuando las irregularidades del terreno o la abundante
vegetación dificulten la visión de las señales, se ubicarán a menor distancia o con postes de
mayor altura, para que, en todo caso, desde cualquier punto del límite del terreno cinegético
puedan verse las dos señales más próximas al observador. La señalización inicial y su
mantenimiento será sufragado por la persona física o jurídica a cuya instancia se tramitara el
expediente.
En las señales descriptivas correspondientes a los cotos deportivos, a las explotaciones privadas
de caza y a las explotaciones intensivas de caza, se colocará en su esquina inferior izquierda, la
matrícula. Esta puede ser de dos tipos:
b) Grabados, moldeados o rotulados sobre la tablilla. En este caso la matrícula irá enmarcada en
un rectángulo de 3 por 13 centímetros; las letras y números serán negros y de 1,5 cms. de
tamaño.
b) De referencia: Situadas igualmente en la parte superior del poste con una dimensión de 20
cms. de altura por 30 cms. de longitud. Colores (en diagonal): parte superior derecha, en blanco.
Parte inferior izquierda: en negro. Sin leyenda.
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Las señales de referencia se ubicarán cada 200 metros entre las señales descriptivas. Cuando
las irregularidades del terreno o la abundante vegetación dificulten la visión de las señales, se
ubicarán a menor distancia o con postes de mayor altura, para que, en todo caso, desde
cualquier punto del límite del terreno cinegético puedan verse las dos señales más próximas al
observador.
Las reservas vendrán señalizadas mediante tablillas blancas de idéntico tamaño que las de
referencia, ubicadas cada 200 metros, y con la letra "R" en negro sobre las mismas. Estas
tablillas se colocarán en todo su perímetro incluso en el caso de que éste coincida con el del
coto.
Las señales descriptivas y de referencia de los refugios de fauna silvestre y reservas de caza
serán de idénticas características que las indicadas anteriormente aunque el color blanco de
fondo se sustituye por el color amarillo.
En las zonas de seguridad deberán anunciarse mediante señales colocadas a lo largo de todo
su perímetro. Las señales serán únicamente descriptivas siguiendo los pasos de colocación y
situación relativos a estas y leyendas: "Zona de Seguridad". Colores: Letras negras sobre fondo
blanco.
C) Numeración.
El número de matrícula de cada coto tendrá la siguiente estructura: XX - 10.NNN - X Donde: --XX
es el indicativo provincial: Huesca (HU), Teruel (TE) y Zaragoza (Z).
X es el indicativo del tipo coto de caza: Deportivo (D), Explotación Privada de Caza (P) y
Explotación Intensiva de Caza (I).
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