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3. Antecedentes.

En diciembre de 2019 en la ciudad de Wuhan-provincia de Hubei de la República Popular


de China se presentó un brote de neumonía de causa desconocida, el 30 de enero del 2020
el Director General de la OMS declaró el brote de Emergencia de Salud Pública de
importancia internacional; el 26 de febrero la OPS emitió alerta epidemiológica para América
Latina, sobre el nuevo coronavirus, confirmando el primer caso en la región el 25 de febrero
en el Brasil. Finalmente, el 11 de marzo de 2019 la OMS declara como pandemia.
Desde el 31 de diciembre del 2019 al 5 de febrero del 2021, se han reportado globalmente
105,4 millones de casos y 2.3 millones de fallecidos en 212 países.
En Bolivia se reportó los dos primeros casos el 10 de marzo de 2020 (Oruro y Santa Cruz).
Según publicación oficial del Ministerio de Salud Boliviano, hasta el 24 de abril del 2020 se
contaba con 807 casos confirmados, 44 fallecidos y 63 recuperados.
En respuesta a la pandemia COVID-19 (agente causante: SARS-CoV-2; tipo de virus de la
familia Coronaviridae), que ha afectado de manera drástica al mundo entero, provocando
morbilidad, mortalidad, así como enormes daños en los ámbitos social y económico, como
también de manera paralela la rápida búsqueda de tratamientos eficaces para pacientes
gravemente afectados por este virus, donde la comunidad científica a nivel mundial centró
sus esfuerzos en desarrollar una vacuna que sea segura y eficaz, con el fin de detener los
múltiples efectos patológicos originados por el virus (SARS-Cov-2), siendo uno de los más
preocupantes el síndrome respiratorio agudo.
Sin embargo, diferentes investigadores se mostraron más cautos para respaldar un vaticinio
tan optimista pues los antecedentes del descubrimiento de otras vacunas indicaban que el
proceso de crear una vacuna nueva y segura es arduo, y que comprende muchos años de
investigación y ensayos clínicos. Más aún, teniendo en cuenta que algunas enfermedades
han eludido todos los esfuerzos de los científicos por encontrar una vacuna exitosa; por
ejemplo, no existe todavía una vacuna para prevenir el virus de inmunodeficiencia humana
(VIH, el retrovirus que ocasiona el síndrome de inmunodeficiencia adquirida [sida]), a pesar
de que han transcurrido décadas de investigación intentando desarrollarla.
Según, (Jonathan & Carl, 2021). Para la creación de la vacuna BBIBP-CorV, los
investigadores del Instituto de Productos Biológicos de Pekín obtuvieron tres variantes del
coronavirus de pacientes de hospitales chinos. Llegando a elegir una porque era capaz de
multiplicarse rápidamente en células de riñón de mono cultivadas en tanques biorreactores.
Una vez que los investigadores produjeron grandes reservas de coronavirus, los rociaron
con una sustancia química llamada beta-propiolactona llegando a observar que el
compuesto desactivó los coronavirus al unirse a sus genes y los coronavirus inactivados ya
no podían replicarse, pero sus proteínas, incluida la espiga, permanecieron intactas. A
continuación, los investigadores extrajeron los virus inactivados y los mezclaron con una
pequeña cantidad de un compuesto a base de aluminio llamado adyuvante, pues los
adyuvantes estimulan el sistema inmunitario para potenciar su respuesta a una vacuna. Los
virus inactivados se han utilizado durante más de un siglo, incluso Jonas Salk (investigador
médico y virólogo estadounidense) los utilizó para crear su vacuna contra la polio en la
década de 1950 y son la base de las vacunas contra otras enfermedades, como la rabia y
la hepatitis A.
Dentro el desarrollo de la vacuna SINOPHARM, sus propiedades inmunológicas y la
seguridad de la vacuna fueron evaluadas en un ensayo clínico de Fase I/II randomizado,
doble ciego, controlado contra placebo. Se evaluaron diferentes dosis, esquemas e
intervalos. Después de 14 días de la segunda dosis de la vacuna, la seroconversión de
anticuerpos neutralizantes fue de 99,25% con un título medio geométrico (GMT) de 156 lo
que implica una respuesta significativa respecto del grupo que recibió placebo. Los
resultados preliminares del ensayo clínico de Fase III en el cual se evaluó la neutralización
cruzada contra diez cepas prevalentes o típicas de SARS-CoV-2 a nivel internacional
(2366T, 77, 76, F13 P4, 35T P2, 56Y P3, HN97 P3, 834Y, QD01, P701) a 28 días de un
esquema de 2 dosis, se evidenció que podrían neutralizarse eficazmente todas las cepas
sin diferencias significativas entre ellas. (Dirección de Control de Enfermedades
Inmunoprevenibles; Ministerio de Salud Argentina, 2021, pág. 8)
Actualmente se desconoce el título de anticuerpos considerado protector y la duración de la
protección otorgada por dicha vacuna. Y según la (Dirección de Control de Enfermedades
Inmunoprevenibles; Ministerio de Salud Argentina, 2021, pág. 9) “Los resultados
preliminares del ensayo clínico de Fase III mostraron que después de 14 días de vacunación
con un esquema de dos dosis la eficacia contra la COVID-19 fue del 79,34% (IC 95%:
59,17% -89,55% )”.
“Actualmente están en estudio varias opciones de vacunas contra el SARSCoV-2/COVID-
19 a nivel mundial, de la cuales hay 63 vacunas candidatas que ya han iniciado evaluación
clínica y 174 están en evaluación preclínica. Esta información se encuentra en constante
actualización y está disponible en la página oficial de la OMS”. (Ministerio de Salud y
deportes de Bolivia, 2021, pág. 1)

Bibliografía
Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles; Ministerio de Salud Argentina.
(2021). Manual del Vacunador; Vacuna Sinopharm. Buenos Aires: Ministerio de
salud Argentina.
Drs. Quispe, J., & Cruz, A. (Julio de 2020). Scielo.org.bo. Obtenido de Scielo.org.bo:
http://www.scielo.org.bo/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1652-
67762020000100011
Jonathan, C., & Carl, Z. (11 de Marzo de 2021). The New York Times. Obtenido de The
New York Times: https://www.nytimes.com/es/interactive/2021/health/sinopharm-
vacuna-covid.html
Ministerio de Salud y deportes de Bolivia. (2021). Plan Nacional de Vacunación Anti COVI.
La Paz.

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