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Teoría Sociológica 1 Luana Mellado

Docente: Martín Santos


Jefe de Práctica: Lía Ramírez

NOTA: 18
La mentalidad de los empresarios peruanos (Gonzalo
Portocarrero y Milagros Saenz)
1. ¿A partir de qué categorías Portocarrero y Sáenz describen la “mentalidad de los
empresarios peruanos”? ¿Qué contradicciones y tensiones presenta esta
“mentalidad”?

En primer lugar, la familia y la migración son presentados como factores importantes para
formar su habitus empresarial. Los empresarios del estudio eran parte de familias de
empresarios y desde la infancia participaron y apoyaron en las empresas familiares, de
modo que se construyó cierta identidad intergeneracional que implica la reproducción de
valores empresariales. Asimismo, los entrevistados eran migrantes o descendientes de
migrantes, sean asiáticos, europeos o andinos. La migración implicó el desarrollo de una
dependencia de trabajos autónomos y de la búsqueda de nuevas formas de reconocimiento
local: siendo el enriquecimiento una de ellas.

En segundo lugar, la religión se considera como un factor crucial en la identidad


empresarial. Por un lado, brinda paz, confianza y fe en momentos de incertidumbre, que son
frecuentes al momento de realizar actividades empresariales. Los empresarios emergentes,
por ejemplo, tienen un pacto de devoción con vírgenes o santos, mientras que los
empresarios de clase media son devotos con Dios. Por otro lado, fundamentan en sí a la
espiritualidad y habitus del empresario. Asimismo, autorizan su posición privilegiada con el
ser elegidos por Dios. Además, la religión fundamenta su ética empresarial: ser un
empresario bueno que comparte su riqueza y hace obras sociales lo cual legitima su
enriquecimiento.

En tercer lugar, la filantropía se considera como una actividad que permite legitimar y “lavar
la conciencia” del empresario. A su vez, esta actividad no llega a consolidarse como una
responsabilidad social empresarial, sino que forma parte del accionar individual del
empresario y no una política de su empresa que transforme los valores culturales. Por eso
mismo, esta filantropía se fundamenta en su moral cristiana, en vez de laica y humana.

Una de las contradicciones que podrían haber dentro de la mentalidad empresarial sería la
idea de balancear entre ser un buen empresario y ser un empresario bueno, situación
problematizada por uno de los entrevistados. Por un lado, el ser un buen empresario implica
acumular capital y seguir creciendo como empresa, mientras que un empresario bueno es
un buen cristiano, que da ayuda social, que le paga justo a sus trabajadores, etc. En el caso
de El Amigazo, su empresa también podría estar relacionada al deseo de reconocimiento
social, y al deseo de ser admirado por aquellos que vienen de una situación humilde como
la que él vivió así posicionarse como un líder patriarcal dadivoso. Sin embargo, según mi
opinión, hay un punto en el que una empresa crece tanto que se hace cada vez más
complicado poder seguir manteniendo relaciones estrechas con los miembros de la
empresa (o por lo menos los empleados más vulnerables). Asimismo, se hace más ajena la
realidad de dichos empleados. También, tareas de creatividad, innovación, gestión y
administración (que implican valores empresariales), se encargan en otras manos y otros
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líderes, por lo que es imposible para el empresario manejar todos los detalles que hacen a
la empresa.

2. ¿Se puede afirmar que la “mentalidad de los empresarios peruanos” tiene elementos
en común con la “ética protestante” de los calvinistas descrita por Max Weber? ¿Por
qué? Ponga ejemplos.

A pesar de las diferencias que hay entre el desarrollo del capitalismo en el contexto
protestante que menciona Weber y el contexto peruano, ambos tienen elementos en común
muy notorios. En su libro “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”, Weber sostenía
que ciertos elementos del protestantismo formaron una ética particular en sus miembros
que permitió y dio pie a la consolidación del capitalismo originario.

Un primer aspecto vendría a ser las valoraciones que ambos contextos le dieron al trabajo
empresarial. Por un lado, los protestantes habían internalizado la concepción del trabajo
como una “vocación” y de la laboriosidad y disciplina como un valor que brinda prestigio y
orgullo. Por otro lado, los empresarios entrevistados con cierto sentido de orgullo (aunque
con sentimientos encontrados) sostienen que dedican gran parte de su tiempo al trabajo y
su éxito empresarial es mirado como un gran logro. Asimismo, también mencionan como
parte de su mérito su actitud perspicaz y disciplinada para con el trabajo que les ha
permitido consolidarse como empresarios exitosos. Cabe mencionar que ambos,
protestantes y empresarios peruanos, tienen enraizados los ideales de autonomía e
individualismo. En el caso de los empresarios peruanos, ellos ni siquiera tienen intereses
gremiales fuertes y persistentes, sino más individuales.

Un segundo aspecto reside en el factor religioso. En el caso de los protestantes, estos


fundamentaron muchas de sus valoraciones en las enseñanzas de figuras como Lutero y
Calvino. Cabe mencionar que en el protestantismo clásico, lo mundano, como el trabajo,
también puede tomar y toma un caracter religioso. De esta manera, se relaciona
fuertemente la acumulación de riqueza como signo de salvación. Asimismo, como se
mencionó anteriormente, se interpreta el ser empresario con haber sido el elegido por Dios.

3. ¿Se puede encontrar una lógica capitalista (en el sentido de Marx) en los
empresarios peruanos?

Marx se centra principalmente en el análisis del capitalismo como sistema de relaciones


sociales y de producción y de la realidad material del obrero (joven Marx), más que
concentrarse en el análisis del capitalista en sí. Sin embargo, cabe mencionar que este es
entendido como un “funcionario del capital” que forma parte como un engranaje del sistema
y por ello, es privado de su libertad también (Portocarrero, Saenz). En este sentido, es
teorizado en la medida que es una pieza dentro de un mecanismo social, en vez de su
particularidad como individuo. Marx entiende este mecanismo, como un sistema cuyo fin
último es la acumulación de capital y que implica la existencia de un proletariado que por
necesidad venden su fuerza de trabajo a cambio de salario al capitalista, quien es dueño de
los medios de producción y se enriquece a costa de la apropiación de la plusvalía que
genera el trabajo del proletario.
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Por un lado, los empresarios peruanos sí mantienen la idea de acumulación del capital
como fin y por ello continuamente quieren expandirse e invertir y crecer. Por otro lado, sin
embargo, cabe mencionar que no hay una ambición legítima bajo su mentalidad, sino que el
crecimiento se considera una condición para no fracasar. Esto se debe a que no está bien
visto o no se considera correcto el deseo de acumular por acumular, o por lo menos, que no
está bien decirlo explícitamente.

Una idea que tal vez no trabaja Marx, es la de la imagen de un capitalista paternalista y
dadivoso que mantiene relaciones estrechas con sus trabajadores. Tal vez el caso más
interesante sea el de “el Amigazo”, un capitalista emergente de origen migrante y humilde
bastante vinculado a su distrito y que mantiene un sentido de comunidad respecto a su
distrito. Esto implica que no deje de operar una lógica capitalista en su empresa; sin
embargo, surgen relaciones sociales complejas que se relacionan con procesos locales que
no se ven en el contexto de la sociedad capitalista originaria.

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