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A efectos de lo indicado por la referida Sentencia Constitucional, que refiere que no todos los

preceptos que son parte de la Constitución Política del Estado, tienen el mismo carácter, naturaleza
ni tampoco tienen que ser desarrollados por el legislador ordinario, realiza una descripción de los
tipos de normas que contiene la Constitución Política del Estado, señalando: “Resulta imprescindible
para la resolución del presente recurso, establecer doctrinalmente, la clasificación de las normas que
contiene la Constitución Política del Estado. Así, siguiendo a Néstor Pedro Sagüez (Teoría de la
Constitución, Astrea, Buenos Aires, 2001, pag. 261), se debe manifestar que no todas las reglas
constitucionales tienen idéntico vigor formal. Pueden distinguirse: a) las cláusulas declarativas; b) las
cláusulas programáticas (de cumplimiento discrecional o de cumplimiento obligatorio para el
legislador); y c) las cláusulas operativas (permisivas, preceptivas y prohibitivas).

a)Cláusulas declarativas, son las que efectúan declaraciones casi siempre genéricas y que,
contrariamente a lo que algunos autores sostienen, no se agotan con el simple acto de la
declaración, pues tales cláusulas tienen como fin, cuando menos, de invalidar una norma inferior
que las contradiga, además que significan pautas para el comportamiento jurídico del legislador, ya
que éste debe someterse al hecho ideológico constitucional, marcado a menudo por esas normas
constitucionales declarativas. Del mismo modo, son útiles para interpretar el resto de las normas
constitucionales y la normativa infraconstitucional.

b)Cláusulas programáticas, La cláusula constitucional programática es aquella no operativa, o no


autoaplicativa, también se la llama de efecto diferido. En concreto, para funcionar requiere el
dictado de otra norma, de inferior jerarquía u ordinaria, que la reglamente o instrumente. Por eso
las normas programáticas han sido juzgadas como "bajo condición suspensiva", la condición es el
dictado de esa norma infraconstitucional, que entonces monitoriza a las reglas constitucionales
programáticas convirtiéndolas en operativas.

En efecto, las normas que pueden catalogarse como encargos al legislador, son normas
constitucionales de eficacia limitada que, dada la previsión explícita o implícita en ella contenida,
resulta de obligatorio y concreto desarrollo para que cobre eficacia plena. Por ejemplo, el art. 136 de
la CPE, luego de señalar cuáles son los bienes de dominio originario del Estado, dispone que será la
ley -instrumento normativo emitido por el Legislativo- que establezca las condiciones de dicho
dominio; en otro ámbito, en el Régimen Cultural, cuando en el art. 184 la CPE dispone que el
personal docente es inamovible, encarga al legislador determinar, mediante ley, las condiciones para
esa inamovilidad; o, en cuanto al Régimen de las Fuerzas Armadas, en el art. 214 de la CPE, dispone
que los ascensos en esa institución serán otorgados conforme a ley; o, para dar otro ejemplo más, se
encuentra otro encargo al legislador en los arts. 220, 221, y 222 de la CPE, del Régimen Electoral,
cuando la Constitución Política del Estado dispone que el legislador regule, a través de ley, la
votación de los ciudadanos extranjeros en elecciones municipales, los requisitos para ser candidatos,
y la organización de partidos políticos, agrupaciones ciudadanas y pueblos indígenas.

c)Cláusulas Operativas, frente a las normas programáticas, las operativas son autoaplicativas: se
efectivizan sin necesidad de una norma complementaria o inferior que las regule o implemente para
entrar en funcionamiento. Las normas operativas son de distinta índole, según el tipo de conducta a
que hagan referencia.
a.Normas permisivas. Facultan a los particulares o a la autoridad pública, a realizar, o no,
determinadas conductas. Las reglas enunciativas de los derechos personales, son, por lo común,
normas constitucionales permisivas, en tanto los particulares pueden ejercer o no el derecho en
cuestión, por ejemplo, el derecho a ser o no propietario; a practicar o no un culto religioso.

b.Normas preceptivas. Son las que imponen a los particulares o agentes públicos, determinados
comportamientos. Son deberes de acción. Por ejemplo, en el art. 10 de la CPE, en cuanto a la
aprehensión de un delincuente in fraganti por parte de cualquier persona, aún sin mandamiento,
dispone el deber de conducir al aprehendido inmediatamente ante autoridad o juez competente. Las
normas preceptivas no requieren de desarrollo alguno, son mandatos de acción de los que no puede
sustraerse nadie al ser imperativos, y de hacerlo, deberá estar a las consecuencias de su
inobservancia al mandato constitucional. Dicho de otra manera, las normas preceptivas no precisan
de desarrollo legislativo, pues se aplican por si solas, así, el art. 2 de la CPE, no requiere de una ley
para generar los tres órganos del Estado; de igual modo, el art. 59.5ª y 7ª de la CPE no precisa de
norma legislativa que reconozca esas atribuciones, pues el órgano Legislativo, no sólo puede
ejercerlas en forma directa, sino que está obligado a hacerlo, pues es su función, así como los demás
órganos deben respetar tal ejercicio.

c.Normas prohibitivas. Son las que impiden realizar determinados actos a la autoridad pública o a los
particulares, es decir que enuncian deberes de omisión. Así se tiene, entre otras de este tipo, la
prohibición de toda especie de torturas, coacciones, exacciones o cualquier violencia física o moral,
que determina el art. 12 de la CPE” (las negrillas son nuestras).

Siguiendo este entendimiento, también la SC 0039/2006 de 22 de mayo, señaló: “La


inconstitucionalidad por omisión entonces, está referida a los casos en que la Constitución impone al
legislador la necesidad de dictar normas de desarrollo constitucional y éste no lo hace, lo que se
denomina inconstitucionalidad por omisión legislativa, o contra los actos negativos del legislador en
el desarrollo de las normas programáticas o normas incompletas de la Constitución, las que para su
aplicación o eficacia requieren necesariamente de una ley que las desarrolle. La inconstitucionalidad
por omisión, puede darse también en otros supuestos como la denominada inconstitucionalidad por
omisión normativa, que se da por una deficiente o incompleta regulación de un instituto que origine
la ineficacia de una norma constitucional. Dicho de otro modo, la inconstitucionalidad por omisión
puede ser sometida a control de constitucionalidad, cuando existiendo las normas de desarrollo
constitucional, éstas no desarrollan en su totalidad la norma constitucional; empero, la norma
constitucional que resultare ineficaz por causa de la omisión

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