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Ensayo académico 1 – 2020-1

Realidad Nacional Según El Informe De La CVR

Buhezo Condori, Juan Carlos


Castillo Honorio, Fabio Alonso
Huamaní Castillo, David Andrés
Huaracha Ravichagua, Leonardo Esaul
Lopez Vasquez, Jose Marco
Torero Soraluz, Marcos Jahimi

RESUMEN
El informe de la comisión de la verdad y reconciliación (CVR) contiene información acerca
de los casos de terrorismo en las décadas IX y X del siglo pasado, en ella se puede
comprender las implicancias que tuvo la mala estructuración, el centralismo y las
ineficiencias del estado peruano; en el desarrollo y evolución de los distintos casos de
violencia producidos por los movimientos terroristas, fuerzas armadas y fuerzas policiales.
Esto conllevo a la necesidad de reparar a las víctimas de la violencia coyuntural y a un
proceso de reconciliación entre el estado y la población.
Palabras clave: Terrorismo, violencia, gobierno, fuerzas armadas, derechos
humanos.

ABSTRACT
The report of the truth and reconciliation commission (CVR) contains information about the
cases of terrorism in the ninth and tenth decades of the last century, in it you can
understand the implications of poor structure, centralism and inefficiencies of the Peruvian
state; in the development and evolution of the different cases of violence produced by the
terrorist movements, armed forces and police forces. This led to the need to repair victims
of conjunctural violence and to a process of reconciliation between the state and the
population.
Keywords: Terrorism, violence, government, armed forces, human rights.

INTRODUCCIÓN
En el presente ensayo se busca hablar sobre la realidad nacional, desde el punto de vista
de la Comisión de la verdad y reconciliación (CVR); que aconteció en los últimos veinte
años del siglo XX. Un breve análisis a los grupos responsables del conflicto a tratar,
seguido también de las respuestas y actitudes que tomaron los distintos aparatos del
estado, una mención a los gobiernos y partidos políticos de turno; y finalmente sobre la
necesidad de reparar.

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Realidad Nacional Según El Informe De La CVR

1.¿Qué es la CVR?
Es la comisión creada en el 4 de junio del 2001 por el gobierno provisional Valentín
Paniagua que busca recopilar información de los últimos 20 años del siglo XX, periodo
de tiempo en el que el estado peruano estuvo en conflicto con grupos terroristas.
Estuvo estructurado por dos órganos principales durante su funcionamiento de enero a
agosto del 2003: el Núcleo Final del Informe (NIF) y el Grupo de Actoría Pública (GAP).
El primero asumía el rol de investigar, ahondar y captar declaraciones de los pueblos
víctimas de violencia; el segundo tenía el fin comunicativo de la comisión pues se
encargaba de comunicar, hacer que se cumplan sus recomendaciones y la
sensibilización internacional a través de las acciones de la CVR.
El informe final constó de 12 tomos y 7 anexos y se entregó al presidente de la
República, Alejandro Toledo Manrique por el presidente de la CVR, Salomón Lernes
Febres un 28 de agosto del 2003. Finalmente, la comisión se disuelve después de 2
años de trabajo un 31 de agosto del 2003.

2.Producción Académica
Informe final de la CVR
I. Dimensiones del conflicto
El conflicto armado que se vivió en el Perú entre 1980 y 2000 representó el capítulo
más oscuro de la historia republicana. Causó enormes pérdidas económicas y cobró la
vida de cerca de 69 280 personas, de los cuales el 79% vivía en zonas rurales y no
disponían del castellano como lengua materna, y el 56% se dedicaba a actividades
agropecuarias; evidenciando la vulnerabilidad de las poblaciones en situación de
pobreza y exclusión social, y la relación directa de estos factores con la probabilidad de
ser víctima de violencia. Se puso en evidencia además la indiferencia de los distintos
grupos sociales hacia las poblaciones rurales, y la incapacidad del Estado de garantizar
el orden público, la seguridad, la vigencia del orden constitucional y el Estado de
Derecho.
II. Responsabilidades del conflicto
A. Sobre el Partido Comunista del Perú-Sendero Luminoso (PCP-SL)
Responsable de más de la mitad de las víctimas fatales y principal perpetrador de
crímenes contra los derechos humanos, el PCP-SL emprendió campaña de terror
basada en extrema violencia y crueldad contra aquellas poblaciones que buscaba
subyugar en nombre de una revolución que cambiaría de injusta realidad, pero que en
la práctica no resultaba ser más que una violación sistemática de los derechos
humanos.
Orientó sus estrategias a desestabilizar el Estado sin entrar en enfrentamientos
directos, mediante asesinatos selectivos y atentados, utilizando a la población como
escudo y escondite. Se buscaba provocar respuestas desproporcionadas por parte del

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Estado en contra de población, generando así una brecha que les permitiera adquirir
adeptos.
La concepción ideológica del PCP-SL se basó en el llamado Pensamiento Gonzalo, el
cual declaraba única vía de cambio y solución a los problemas que quejaban el país el
desarrollo de una lucha y destrucción del Estado vigente, para lo cual se inculcó un
desprecio a la vida y derechos humanos, generalización de prácticas terroristas, una
lealtad absoluta, y muerte a los disidentes. Bajo esta ideología, muchos jóvenes se
vieron envueltos en la lucha por una causa que no comprendían del todo.
B. Sobre el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)
En 1984, el MRTA dio inicio a las hostilidades contra el Estado. A diferencia del PCP-
SL, el MRTA reivindicó sus acciones y sus partidarios usaban distintivos para
diferenciarse de la población civil. Se declaró respetuoso del derecho internacional
humanitario, por lo cual se abstuvo de atacar población civil y consideró el diálogo en
ciertas circunstancias; aunque finalmente terminó incurriendo en crímenes contra él.
Fue causante del 1.5% de las víctimas fatales.
III. Responsabilidad de los aparatos del Estado
La CVR resalta que, a pesar de la subversión armada del PCP-SL y del MRTA, se
celebraron tres elecciones presidenciales y parlamentarias, y se respetó la separación
de poderes y la libertad de expresión durante el periodo 1980-1990. No obstante,
constata que quienes gobernaron el Estado durante ese periodo no manejaron
adecuadamente el conflicto armado planteado por los insurgentes.
A. Sobre la actuación de la policía
La formación que poseían las fuerzas policiales en materia antisubversiva (que no
contemplaba el estilo de guerrilla planteado por el PCP-SL), su sistema de inteligencia
notoriamente limitado, la escasa coordinación entre los institutos policiales, y la
corrupción de sus altos funcionarios; fueron factores que impidieron la represión rápida
y efectiva de los grupos insurgentes cuando aún eran débiles.
Debido a las dificultades que presentaba la policía para reprimir la insurrección, se
integraron las fuerzas armadas, y posteriormente comandos político-militares (CPM),
en las zonas en estado de emergencia, lo cual significó la subordinación de la policía a
las fuerzas armadas.
Bajo esta dirección, los agentes policiales cometieron graves violaciones de los
derechos humanos (ejecuciones extrajudiciales, desapariciones forzadas, torturas,
tratos crueles, inhumanos, o degradantes) y se reforzaron prácticas autoritarias y
represivas ya existentes. Esto generó un distanciamiento entre la policía y las
poblaciones que se agudizó conforme discurría el conflicto armado.
A partir de 1985 las fuerzas policiales lograron tener una comprensión más acertada de
la organización y accionar de los grupos subversivos, que, sumando al trabajo de
inteligencia de la DINCOTE, se reflejó en impecables capturas de los principales líderes
subversivos.
No obstante, la PNP terminó siendo estando sujeta a la dirección del Sistema de
Inteligencia Nacional, con ello, al poder militar tras las medidas adoptas después del

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golpe de Estado del 5 de abril de 1992; situación que se vio reflejada en el recorte de
sus facultades, sesgo de sus funciones institucionales y subyugación a una cúpula
involucrada en la red de corrupción.
B. Sobre la actuación de las fuerzas armadas
A través del decreto supremo expedido el 29 de diciembre de 1982, el gobierno
constitucional encarga a las fuerzas armadas combatir a los grupos insurgentes que
amenacen el orden constitucional y vulneren los derechos fundamentales de los
ciudadanos.
En un primer momento, las fuerzas armadas aplicaron una estrategia de represión
rápida e indiscriminada contra toda población sospechosa de estar vinculada con el
PCP-SL o el MRTA priorizando la toma de territorio insurgente, lo cual involucró en
ciertos lugares y momentos del conflicto la práctica de violaciones generalizadas de los
derechos humanos. Posteriormente, en agosto de 1989, la represión se hizo más
selectiva y su objetivo ya no fue la recuperación de territorio, sino la eliminación de las
directivas y comités populares senderistas, y el aislamiento de la población de la
influencia subversiva, con lo cual el apoyo de la población armada mermaría más
rápido el poder senderista.
La experiencia adquirida en sus primeros años de lucha permitió a las fuerzas armadas
afinar sus estrategias, de modo que sea más efectiva y menos propensa a violar los
derechos humanos. Esto, sumado al aumento de Comités de Autodefensa, inteligencia
policial y el respaldo de la ciudadanía, permitió desmantelar los grupos subversivos.
C. Sobre la actuación de los comités de autodefensa
Sectores de la población rural se alzaron en armas en contra de los insurgentes al
presenciar los horrores que implicaban sus ideas y aspiraciones, y que se rehusaban a
seguir. Formaron, con apoyo de las fuerzas del orden, comités de autodefensa, los
cuales tuvieron responsabilidad directa en la derrota del PCP-SL.
IV. El proceso político y los gobiernos
Ante la amenaza al orden constitucional y los derechos humanos de los ciudadanos, el
Estado se vio en la obligación de desplegar a las fuerzas armadas para su represión;
aunque esto obedecía además a razones que evidenciaban su debilidad: su
insuficiente cobertura territorial, su falta de preparación para afrontar un conflicto de
tales características, su incapacidad para enmarcarse a protocolos constitucionales.
A. Sobre el gobierno de Acción Popular
Ante el conflicto interno desatado por el PCP-SL, el presidente Belaunde optó por
movilizar a las fuerzas policiales para restablecer orden en las zonas afectadas.
No obstante, las dificultades internas de las instituciones policiales (su falta de
coordinación, equipamiento, preparación, y políticas) limitaron notoriamente su
efectividad en la represión subversiva.
Debido a la ineficacia de la policía para resolver el conflicto, el gobierno cedió la
responsabilidad de la pacificación a las fuerzas armadas, las cuales aprovecharon la
falta de políticas concretas del Estado para subordinar a las fuerzas policiales y
proceder sin tener en consideración los derechos humanos de la población afectada.

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Frente a esto “el gobierno de Acción Popular toleró estas violaciones de los derechos
humanos haciendo caso omiso de las numerosas denuncias por diversas fuentes
gubernamentales y de la sociedad civil” (CVR, 2003)
B. Sobre el gobierno del Partido Aprista Peruano
Al asumir la conducción del Estado el doctor Alan García Pérez, el Ejecutivo llevó a
cabo una serie de medidas para reorganizar la estrategia antisubversiva, en respuesta
a las acusaciones y críticas que venía recibiendo el actuar de las fuerzas armadas.
Asimismo, ante la ineficiencia y casos de corrupción de los que eran sujetos los
institutos policiales, fueron reorganizadas y unidas bajo el nombre de Policía Nacional
del Perú, puesta bajo dirección del Ministerio del Interior.
Debido a la ejecución de pésimas políticas económicas, el Perú entro en una severa
crisis económica, política y social a partir de 1988.
Sobre esto, a CVR (2003) menciona:
Una serie de sucesos, como la aparición del mal llamado «Comando Rodrigo
Franco», el enfrentamiento entre una patrulla del Ejército y una columna del MRTA
en el paraje de Los Molinos, el ataque del PCP-SL al puesto policial de Uchiza, la
vacancia de cargos municipales en 1989 y el escape de los miembros del MRTA
del penal Castro Castro en 1990, entre otros, potenciaron la imagen de
desgobierno y caos en el país.
C. Sobre los gobiernos de Alberto Fujimori
Las elecciones presidenciales del 90 se realizaron en un clima de desprestigio y
desconfianza de los partidos y organizaciones políticas, y crisis generalizada; lo que
llevó al triunfo del ingeniero Alberto Fujimori, candidato que no se mostraba vinculado a
los “políticos tradicionales”.
La CVR (2003) menciona:
Para enfrentar los dos grandes problemas que heredaba —la crisis económica y el
avance de la subversión—, encargó los asuntos económicos a grupos de
tecnócratas y asumió como suya la estrategia contrasubversiva de las fuerzas
armadas perfilada a finales de la década de 1980. Igualmente, convocó a
operadores de inteligencia militar; el más conocido de los cuales fue Vladimiro
Montesinos. Con la participación de éste, el nuevo régimen comenzó a fortalecer el
Servicio de Inteligencia Nacional y se aseguró la lealtad de las cúpulas militares
para convertirlas en pilares de su gestión.
Tras el golpe de estado de 1992, las estrategias antisubversivas se enfocaron
principalmente en la eliminación selectiva de los grupos directivos de las fuerzas
insurgentes. Asimismo, las políticas puestas en marchas por los gobiernos anteriores
comenzaron a dar resultados.
Así, se lograron numerosos hitos en la lucha antisubversiva, como la captura de
Abimael Guzmán y su séquito político-administrativo, la captura de Víctor Polay
Campos, o la operación Chavín de Huántar.
Sobre el fin del régimen, la CVR (2003) sostiene:

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(…) en los últimos años del gobierno de Fujimori el conflicto armado interno fue
manipulado con la finalidad de hacer que el régimen permaneciera en el poder. Ello
sumió al país en una nueva crisis económica y en abismos de corrupción,
descomposición moral, debilitamiento del tejido social e institucional, y una
profunda desconfianza en la esfera pública.
D. Sobre los partidos de izquierda
Ante la pésima aplicación de las políticas antisubversivas y las cuestionables
actuaciones de la policía y las fuerzas armadas, los partidos de izquierda presentaron
múltiples denuncias de las violaciones de derechos humanos cometidas por el Estado;
no obstante, no se tomó con la misma consideración las cometidas por los grupos
insurgentes, en especial por el MRTA.
Sobre los partidos de izquierda, la CVR (2003) resalta:
“IU no fue nunca fachada legal del PCP-SL, ni de manera orgánica ni oficiosa.
Conforme avanzaba la década, IU denunció crecientemente la ideología y los
métodos del PCP-SL, quien asesinó un número significativo de dirigentes sociales
de las filas de IU, algunos de ellos líderes de importantes gremios nacionales”.
E. Sobre el Poder Legislativo
Las organizaciones políticas presentes en el Parlamento, desde el inicio del conflicto,
no supieron cómo enfrentar esta problemática de manera efectiva, no plantearon
ninguna alternativa o plan viable frente a la lucha armada. Sobre esto, la CVR (2003),
menciona:
“(…) el Parlamento 1980-1985 no cumplió con su función constitucional de
fiscalización, al renunciar a ejercer control sobre lo que en Ayacucho, Huancavelica
y Apurímac venía sucediendo a propósito del conflicto. Encontrándose en este
período la mayor cantidad de peruanos muertos o desaparecidos a causa de la
guerra, el Congreso no efectuó ninguna investigación sobre las violaciones a los
derechos humanos que tanto el PCP-SL como las fuerzas del orden iban
acumulando impunemente.”
No obstante, a partir de 1985, “el Congreso llevó adelante la investigación de
importantes casos de violaciones de los derechos humanos perpetradas por las fuerzas
del orden” (CVR, 2003), pero no hizo el mismo énfasis en investigar y sancionar los
atroces casos de atropello de los derechos humanos llevados a cabo por los grupos
subversivos.
Tras el golpe de Estado de 1992, el Congreso, a través de la mayoría oficialista, vio
mermada enormemente su capacidad de fiscalización; promovió y respaldó la
impunidad o encubrimiento de los crímenes perpetrados por las fuerzas del orden, y
así: “El Parlamento se convirtió en la práctica en una caja de resonancia de los
planteamientos del Poder Ejecutivo y del SIN.” (CVR, 2003)
F. Sobre el Poder Judicial
Las deficiencias estructurales que presentaba el Sistema Judicial, sumado a una
deficiente legislación que la regía, determinó su ineficiente actuación en la asignación

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de justica: desproporcionalidad de las penas, limitación de defensa de los detenidos,


fallos a favor de los militares que afrentasen juicios o benevolencia en sus penas.
La dictadura de Alberto Fujimori agravó estas prácticas e incluso pretendió legalizarlas
a través de la aplicación irrestricta de la legislación antiterrorista de 1992, la cual
garantizó la postura a favor del Estado en los juicios. “(…) los sentenciados por
terrorismo sufrieron las condiciones vejatorias de la dignidad humana de las cárceles
en las que los recluyeron, que no conducían en absoluto a su rehabilitación” (CVR,
2003)
En líneas generales, la CVR (2003) menciona:
“El sistema judicial no cumplió con su misión adecuadamente; ni para la condena
dentro de la ley de las acciones de los grupos subversivos, ni para la cautela de los
derechos de las personas detenidas, ni para poner coto a la impunidad con que
actuaban los agentes del Estado que cometían graves violaciones de los derechos
humanos”.
V. Sobre el papel de las organizaciones sociales
Las organizaciones sociales, fueron desde el comienzo hasta incluso después de
terminado el conflicto, partícipes de la defensa, denuncia y lucha por los derechos
humanos de la población vulnerada.
Los gremios, principalmente sus directivos, se vieron violentados y sujetos a una
agresión constante de parte de los grupos subversivos. Se buscaba acentuar los
conflictos laborales y el abandono por parte del Estado, a fin de obligarlos a apoyar la
lucha subversiva o destruirlos completamente.
A través del sistema educativo, abandonado en las zonas rurales, el PCP-SL buscó, y
en muchos casos logró, predicar su doctrina y reclutar seguidores. En ese contexto,
muchos jóvenes estudiantes y universitarios, simpatizantes, o sospechosos de serlo, de
las ideas revolucionarias fueron intervenidos o desaparecidos por las fuerzas del orden
como medida antisubversiva.
Asimismo, las iglesias y las organizaciones defensoras de derechos humanos se
mostraron desde un comienzo en contra de la lucha armada, y de los crímenes que se
cometían en ella. Aunque, cabe mencionar, que el Arzobispado de Ayacucho no se
mostró firmemente en contra de estas prácticas cuando eran realizadas por el Estado,
dificultó en varias ocasiones la labor de organizaciones eclesiásticas vinculadas al
tema.
A su vez, algunas organizaciones defensoras de los derechos humanos se limitaron a
solo denunciar y exigir justicia frente a los atropellos de los derechos humanos de los
insurgentes, obviando los crímenes de estos hacia las poblaciones.
Los medios de comunicación desempeñaron una labor heroica en la documentación y
exposición de las distintas etapas del conflicto, denunciando tanto crímenes de los
grupos subversivos como los perpetrados por las fuerzas del orden.
VI. Sobre la necesidad de reparar
Para la CVR (2003):

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“(…) la reparación implica revertir el clima de indiferencia con actos de solidaridad


que contribuyan a la superación de enfoques y hábitos discriminatorios, no exentos
de racismo. Aplicadas con equidad, las reparaciones deben, asimismo, generar
confianza cívica, restableciendo las relaciones dañadas entre los ciudadanos y el
Estado, de modo que se consolide la transición y gobernabilidad democráticas y se
prevengan nuevos escenarios de violencia”
Esto conlleva profundas implicancias éticas y políticas. Las víctimas del conflicto se
componen casi en su totalidad de campesinos, indígenas; poblaciones que fueron
olvidadas, abandonadas y excluidas del Estado y sus políticas. Por ello, la CVR (2003)
recomienda enfocar las políticas de reparación en:
i) las reparaciones simbólicas, el rescate de la memoria y la dignificación de las
víctimas; ii) la atención a la educación y a la salud mental; iii) las reparaciones
económicas individuales y colectivas (programas de reconstrucción institucional,
desarrollo comunal, servicios básicos y generación de ingresos).
VII. Sobre el proceso de Reconciliación Nacional
La CVR “interpreta la reconciliación como un nuevo pacto fundacional entre el Estado y
la sociedad peruanos, y entre los miembros de la sociedad” (2003); cuyo propósito final
es la ciudadanía plena de todos los peruanos y peruanas.

3.SITUACIÓN DEL OBJETO DE ESTUDIO


La época del terrorismo, mejor conocida por el Estado peruano como Conflicto Armado
interno del Perú, que afligió al país durante 20 años y 6 meses, dio a conocer a 33000
personas entre asesinadas y desaparecidas, aparte de ellas miles más que fueron
víctimas de tortura física y psicológica, como también hubo violencia sexual. Esta
época fue una de las más sangrientas para la comunidad peruana, por ello se creó la
CVR.
La CVR estableció una periodización que divide al conflicto armado interno en cinco
etapas definidas por puntos de inflexión, no necesariamente coincidirán con las fechas
de inicio y culminación de los gobiernos que sufrió el país entre mayo de 1980 y
noviembre del 2000. Los hechos que fueron investigados por la CVR no ocurrieron en
los lugares más visibles del país, sino todo lo contrario, tampoco hubo un seguimiento
constante de los medios de comunicación.
Lo estudiado por la CVR, ha buscado alejarse de las historias “oficiales” de la guerra
interna, como las construidas por la PCP SL para excusar su guerra popular o como las
construidas por el primer gobierno de Alberto Fujimori.
La CVR organizó una periodización que refleje todo lo que ha recaudado en base a los
acontecimientos que ellos hallaron e investigaron durante este periodo. Por ello, se ha
establecido estos periodos:
 El inicio de la violencia armada (mayo de 1980 - diciembre de 1982):
Comprende desde el primer acto de violencia cometido por el PCP-SL en Chuschi,
Cangallo, el 17 de mayo de 1980 hasta la disposición presidencial del 29 de

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diciembre de 1982 que estableció el ingreso de las Fuerzas Armadas en la lucha


contrasubversiva en Ayacucho.
 La militarización del conflicto (enero de 1983 - junio de 1986):
Abarca desde la instalación, el 1 de enero de 1983 del comando político-militar de
Ayacucho a cargo del general Roberto Clemente Noel Moral, hasta la matanza de
los penales del 18 y 19 de junio de 1986.
 El despliegue nacional de la violencia (junio de 1986 - marzo de 1989):
Se desarrolla desde la mencionada matanza de los penales de junio de 1986 hasta
el 27 de marzo de 1989, fecha del ataque senderista, con el apoyo de
narcotraficantes, al puesto policial de Uchiza en el departamento de San Martín.
 La crisis extrema, ofensiva subversiva y contraofensiva estatal (marzo de
1989 - septiembre de 1992):
Se inicia inmediatamente después del asalto senderista al puesto de Uchiza y
concluye el 12 de septiembre de 1992 con la captura en Lima de Abimael Guzmán
Reinoso y de los principales dirigentes de su organización por parte del GEIN.
 Declive de la acción subversiva, autoritarismo y corrupción (septiembre de
1992 - noviembre de 2000):
Comienza con la captura de Abimael Guzmán y la cúpula senderista, y se extiende
hasta el abandono del país del ingeniero Alberto Fujimori.

4.CRÍTICAS
Varias personas interpretan y critican negativamente al informe final del CVR, puesto
que según ellos equipara las responsabilidades de las pérdidas humanas durante el
enfrentamiento del PCP-SL y las fuerzas armadas del Perú de los años 1980-2000; es
indiscutible que estos grupos terroristas fueron el principal enemigo de la sociedad en
esta época; sin embargo, muchas muertes que se dieron durante este período fueron
responsabilidad de los militares; debido a malas “estrategias” que se usaron para
combatir a estos grupos que fomentaban el terror.
Por lo tanto, es acertado llevar a procesos judiciales a estos militares y sus dirigentes
puesto que estos crímenes no pueden ser justificados.
La investigación científica fue muy criticada a la hora de calcular las cifras, sin
embargo, según David Sulmont uno de los principales responsables de la parte
estadística del informe de la CVR, aclaró en una entrevista que hasta el momento no
ha recibido una crítica bien fundamentada que contradiga las cifras expuestas en el
informe.
Una de las ideas para desacreditar estas cifras fue que existió cruces de información al
momento de unir todas las denuncias hacia distintas entidades.
Sin embargo, la CVR (2003) señaló:

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“El resultado de este cruce de información fue un registro unificado (base de datos
de cruce Inter muestral-BDCIM) en el que cada persona aparece registrada una
sola vez, con la referencia de las bases de datos donde se encuentra.” (pág.23)
La publicación de estas cifras estimadas dadas con una alta exactitud también muestra
que un gran porcentaje de muertos fue de un sector de la población menospreciado o
incluso abandonado por el estado y el resto de la sociedad; estas cifras fueron
beneficiosas para concientizar a la sociedad y entender las consecuencias de la
marginación hacia estos grupos carecientes de educación y bienestar económico.

La CVR tuvo un trabajo muy arduo y difícil, sobre todo en el caso de recaudar datos de
los afectados sin embargo solo queda ahí en relatar hechos que se dieron, dar cifras de
afectados mas no brindo una ayuda directa a los sectores que entrevistaban, la falta de
empatía con estos y las pocas soluciones que les brindaron fueron un motivo para que
estas personas generen un rechazo hacia la CVR y la recaudación de datos sea aún
más trabajosa.
Por otra parte, uno de los problemas de la CVR fue que se solo se basó en el estudio
de los 20 años, el hecho de que muchos pobladores campesinos se unieran a los
grupos subversivos debía tener una explicación que no fue profundizado por la CVR
esto quizá debido al poco tiempo que tuvieron los miembros de esta comisión.

CONCLUSIONES

1. Existen años de historia los cuales a pesar de que pertenezcan a una etapa
contemporánea como son los últimos años del siglo XX no están correctamente
documentadas, lo cual obliga la creación de comisiones de investigación que como
objetivo principal tienen la búsqueda de información durante aquel periodo con
registros no claros

2. La CVR fue muy importante para dar a entender a la sociedad el desarrollo del
conflicto interno durante 1980-2000 dando a conocer de una manera más detallada de
como los grupos subversivos fueron avanzando con su objetivo, se conocieron
deficiencias dentro de los dirigentes policiales y militares responsabilizando no solo
los grupos terroristas las causas de pérdidas humanas; esto explico la aparición de
tensiones en la coyuntura social y política de este periodo.

3. Los distintos gobiernos tuvieron una política reactiva ante la coyuntura, lo cual produjo
la supresión del terrorismo, pero conllevo también a cambios en las estructuras
políticas y judiciales que tenían como fin el encubrimiento de actos de violencia, lo
cual tuvo consecuencia un inadecuado poder judicial y leyes que lo rigen el país que
no van acorde a su realidad, es por esto que la población no respalde el cumplimento
de estas.

4. La CVR no tuvo una fuente de información concisa ni fiable, ya que los datos
contados por los medios de comunicación y de los contados por los participantes de

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PCP-SL fueron tergiversados a su favor, por eso la CVR tuvo que buscar otros
métodos para reunir información.

5. La lucha subversiva librada entre los años 1980 y 2000 fue el conflicto más violento y
sangrientos que haya vivido la República. La excesiva cantidad de muertos, la enorme
destrucción de infraestructura, la violación sistemática de los derechos humanos, por
parte de los insurgentes y de las fuerzas del orden, reflejaron la incapacidad del
Estado para responder a una "guerra sin cuartel" y garantizar la defensa de los
derechos humanos ciudadanos. Abandonados históricamente los sectores rurales e
indígenas, estos pagaron con sangre los errores e indiferencia de sus gobernantes.

6. Existen años de historia los cuales a pesar de que pertenezcan a una etapa
contemporánea como son los últimos años del siglo XX no están correctamente
documentadas, lo cual obliga la creación de comisiones de investigación que como
objetivo principal tienen la búsqueda de información durante aquel periodo con
registros no claros.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 Comisión de Verdad y Reconciliación (CVR). (2003). Comisión de Verdad y
Reconciliación. Obtenido de https://www.cverdad.org.pe/

 En boca del lobo (2003). Recuperado el 26 de junio del 2020


https://youtu.be/P6ou6PYNbnc

 Informe final de la CVR (2003). Recuperado el 26 de junio del 2020


http://www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/Tomo%20-%20ANEXOS/ANEXO%202.pdf

 Sulmont D. (2013) Muchas de las cosas que se dicen sobre las cifras tienen un
sustento bastante débil. Recuperado el 26 de junio del 2020
https://www.revistaideele.com/ideele/content/david-sulmont-“muchas-de-las-cosas-
que-se-dicen-sobre-las-cifras-tienen-un-sustento-bastante

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