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2.1.

Consecuencias de la discriminación y
de la violencia
Las causas de la violencia están ligadas a diversos factores tales como la
desigualdad social, la falta de oportunidades, la incorporación en la
conciencia social de la cultura de la violencia, por mencionar solo
algunos.
Si reflexionas sobre los tipos de violencia de la unidad anterior puedes
ver como hay ciertos grupos más discriminados que al mismo tiempo
también son constantemente violentados. No obstante cabe destacar que
la violencia provoca distintos efectos en las personas ya que no todas se
generan para provocar dolor, sino también para controlar o limitar
derechos; a ese efecto se le denomina victimización.

a) Victimización de las personas en contextos de violencia y discriminación


La discriminación y la violencia dejan profundas huellas en las personas,
lo que provoca que en algunos casos se acumulen resentimientos y
como consecuencia reaccionar con violencia. A continuación revisarás
distintas formas en que se asume  la victimización.

 Las personas pueden asumir su situación de víctimas lo que puede


deteriorar su autoestima y auto-apreciación de sus cualidades. Esto
trae como consecuencia un estado de indefensión e irresponsabilidad
de las propias condiciones de vida delegándole sus condiciones de
vida sólo a los/as victimarios/as. Las personas pueden creer que se
merecen esto o que son responsables de la discriminación que
reciben ya que han internalizado como legítimos los estereotipos y
prejuicios de la sociedad dominante.

Por ejemplo: Personas que viven en situación de calle, por su apariencia


física han sido violentadas o discriminadas y que comienzan a deteriorar
su auto-respeto y asumen sumisión provocada por otras personas.

 Las personas tienden al aislamiento para dejar de ser violentadas


lo que ocasiona que cedan derechos y posibles oportunidades para su
desarrollo a personas que reconocen como “superiores” aunque no
tengan las habilidades suficientes para determinada acción.
Renuncian a mejoras en la escuela, el trabajo y van creando un
ambiente de sumisión a su alrededor.

Por ejemplo: Las personas con discapacidad son recluidas en sus


domicilios o en instituciones de salud, son desatendidos por demasiado
tiempo, con dificultades para comunicarse no pueden denunciar los
malos tratos. Están desmedidamente expuestas a la violencia.
 

 Las personas pueden reproducir los estereotipos y renegar su


propia identidad para asumir la que le asigna la persona victimaria.
Esto llega a afectar a integrantes del grupo de pertenencia lo que
asienta las condiciones de dominio.

Por ejemplo: Personas que por sus antecedentes penales les niegan el


trabajo y otros derechos. Esto puede provocar que se encuentren en una
situación de indefensión y los orille de nuevo a cometer algún tipo de
delito por falta de oportunidades. 

 Las personas reconocen que son discriminadas, pero asumen que


esta “diferencia” es lo que les hace ser “seres superiores” frente a los
opresores. Esto genera que pasen de ser víctimas a ser victimarios lo
que mantiene la exclusión y la desigualdad social.

Por ejemplo: Adolescentes de alguna identidad juvenil que han sido


agredidos de manera frecuente y que empiezan a reaccionar en contra
de cualquier otro grupo contrario a su identidad.

 La persona reconoce la situación de injusticia, pero desarrolla sus


capacidades e identidad para hacer válidos sus derechos y promover
la igualdad a su grupo de adscripción y a otras personas
discriminadas. Esta reacción es menos común, pero cuando existe
favorece una cultura a favor de la igualdad y la no discriminación.

Por ejemplo: Trabajadoras/es del hogar que comienzan a organizarse


para poder luchar por sus derechos y generar redes de apoyo mutuo.
Por este motivo, ante la discriminación se debe promover como principio
la igualdad de trato. Sin embargo, la igualdad no significa estandarizar el
trato, sino una igualación en derechos y oportunidades que garanticen y
fomenten la manifestación de las diferencias y la diversidad que hay
entre todas las personas.
  

b) Efectos visibles e invisibles de la violencia


A continuación se presentan seis sectores o actores sociales sobre los
que se genera violencia y los efectos materiales/visibles e
inmateriales/invisibles de la violencia directa (aquella que genera una
víctima claramente identificada). Esta tabla surge de las teorías de Johan
Galtung.

Sector o Efectos no materiales /


Efectos materiales / visibles
actor social invisibles
 Menor respeto por
 Agotamiento de recursos y la naturaleza no
contaminación. humana.
Naturaleza  Daño a la diversidad y a la  “Supremacía” del
simbiosis natural. ser humano sobre la
naturaleza.

Efectos espirituales
Efectos somáticos
 Número de
 Número de muertos.
afligidos.
 Número de heridos.
 Número de
Seres  Número de mujeres
traumatizados.
humanos violadas.
 Odio generalizado.
 Número de desplazados.
 Depresión general.
 Número de desposeídos.
 Apatía general.
 Viudas, huérfanos/as.
 Sentimientos de
 Soldados sin empleo.
venganza.

Sociedad    Daños a la
estructura social:
 Daños materiales a los instituciones,
edificios. gobierno.
 Daños materiales a las  Daños a la cultura
infraestructuras: carreteras, social: orden público,
Sector o Efectos no materiales /
Efectos materiales / visibles
actor social invisibles
vías férreas, correos,
electricidad, agua, salud, Derechos Humanos.
educación.

 Daños materiales a las  Daños a la


infraestructuras: colapso del estructura mundial.
Mundo comercio, intercambios  Daños a la cultura
internacionales. mundial.

   Transferencia
estructural a la
 Violencia retardada: minas, siguiente generación.
Tiempo artillería sin explotar.  Transferencia
 Violencia transmitida: daños cultural a la siguiente
genéticos a la descendencia. generación.
 Puntos de trauma y
gloria.

 
 
 Cultura violenta
 Daños irreversibles al
Cultura  Deterioro de la
patrimonio cultural humano, a
capacidad de
puntos sagrados en el
resolución de
espacio.
conflictos.

La violencia directa, física y/o verbal es visible en forma de conductas;


pero la acción humana tiene distintas bases como una cultura de
violencia (heroica, patriótica, patriarcal, etc.) y una estructura que en sí
misma es violenta por ser demasiado represiva, explotadora o alienadora
(Galtung; 1998).
Existe una forma de violencia que es menos visible y más cotidiana: la
violencia estructural la cual se basa en prejuicios raciales, sociales o
sexistas, así como en una fuerte injusticia social. Ésta se genera por
estructuras injustas de poder que producen analfabetismo, falta de
atención médica, desempleo, pobreza extrema, discriminación,
explotación de la mujer, racismo y xenofobia, ecocidio (daños
irreparables al medio ambiente) entre otras.
El término de violencia estructural es aplicable en aquellas situaciones
que dañan la satisfacción de las necesidades humanas básicas
(supervivencia, bienestar, identidad o libertad) como resultado de los
procesos de estratificación social; es decir de desigualdad social en
función de la distribución de bienes y atributos socialmente valorados. La
utilidad del término violencia estructural radica en el reconocimiento de la
existencia de conflicto en el uso de los recursos materiales y sociales.
La violencia cultural, por otra parte, son las acciones que se arraigan a
partir de una conflictividad destructiva en los valores, conocimientos,
emociones y acciones de la sociedad en general. La violencia cultural se
refiere a los aspectos de la cultura que aportan legitimidad a partir del
uso del arte, la religión, la ciencia, el derecho, la educación o los medios
de comunicación para violentar la vida de las personas. Cabe añadir que
toda violencia cultural es simbólica.
Para trazar el mapa de la violencia resulta útil el triángulo dibujado por
Galtung que puede ser interpretado como un iceberg del que sólo se ve
la punta (la violencia directa), aunque su base es más amplia, cimentada
en la violencia cultural y la violencia estructural; estas últimas son menos
visibles, mientras que la violencia directa es aquella que se percibe a
simple vista dada sus expresiones contundentes (gritos, golpes, disparos
de armas de fuego, entre otras).

Aunque sean menos notorias, la violencia cultural y estructural causa


violencia directa al usar instrumentos más sutiles como instituciones,
normas, valores impuestos, culpa, miedo, humillación, discriminación,
entre otros.
La violencia directa es clara y visible por lo que es más fácil detectarla y
combatirla. En cambio, la violencia cultural y la violencia estructural son
menos visibles pues en ellas intervienen más factores que son difíciles
de detectar  debido a sus múltiples orígenes.
Si se cree que las estructuras violentas sólo se pueden cambiar de la
misma forma, esta forma de pensar llevará a nuevas estructuras
violentas y reforzará una cultura bélica que generará una escalada de
agresiones como se aprecia en la siguiente figura:
La ilustración muestra una especie de balanza construida por una
tabla de madera en la que se enfrentan en un primer momento dos
cañones pequeños, uno en cada extremo. En el siguiente momento, se
incluyen, junto a los dos cañones, dos tanques. En el siguiente paso en
cada extremo se incluyen dos lanza-misiles y después más armamento.
La tabla se dobla por el peso de las armas. Al final, la tabla de madera
termina en dos mitades y el armamento destruido porque cayó por su
propio peso. Esta metáfora habla de lo inútil que resulta la disuasión para
enfrentar la violencia. Violencia genera violencia, por lo que asumir que
con la fuerza se podrán detener los conflictos, sólo incrementará el nivel
de destructividad y provocará que exista más desigualdad e injusticia.

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