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Barthes El Placer Del Textopdf
Barthes El Placer Del Textopdf
Il0RRliS
F.l placrr dcl terto: tal es el "síntulador"+
rlr, llircurt, quictt ¡rur,rl,. rl rir'. nunra crcu-
rOt.\t'. ttUtl(tt tt pli|fttSr'. NUltcit iOgir lla-
da: "f]csvialrl n¡i rniracla. ésta ser'h cn ¿rcle-
lantc nri írrri< a rrcgattiórr."
t) l1
llr lr,rr'.: (,\lr)\ lr'\tos lclt ilrlt's <1¡¡1 1!¡.:pttls
tl'' l,¡tltt l(,\Ir)s ( rrqll(rtr)s,
Itr t7
.,r.nlls, (lin s(i pl isa ]' volver a irse inmedia- , ¡rlo irl lt.t l.or'- (.lr t¿ulto trisit, cI gr,rslo rlt.
tiun{,nl(f : tcxto jaspcaclo, coloreado; esta- l;r:r lrr¡rtruils vigilarlas, de los confor.mislrcis
¡¡ros cohnados por el ienguaje como niños ,.r ¡ n r;tsr:ilra(1os y de las destrucciones indi_
irr¡rri<:rrcs nacla sería negador reprochado, o lcc l.;rs. Y aunque aquí el logro puerla ser
¡rt:or' l.otlavía, "permitido"' Fls Ia apuesta
¡r'¡uilitlo a un autor, se añade un placer
r l(' rcalización; la pr-ocza es
rlr: rrlr júbilo contintro? cl lnomcnto en que mantener la
por su cxceso de placer vcrbal sofoca y ba- tttit¡¡csis rlcl lenguaje (el lcnguaje irnitán-
l¡rrrcea en ei goce. rl,¡sc a sí rrrisrno), {ucnte dc grandcs pla-
r lrls, dc lllla rnanera tan radícal¡nente
rrrrrbigua (ambigua hasta la raíz) que cl
l;lirubr.¡.t: ¡na mOnota rlr.cgt lat, ,lC aguic- l('xl.o no cac nunca bajo la buena concien_
lc¿rr el tliscurso sin uolucrl.o insensato. r iir (y la nrala fe) de Ja paroclia (de la risa
Ils verdarl que la lct¿)rica conocc las r;rstrerdora, de lo "córnico que hace reír,,).
llrpturas de construcción (anacoluto) Y
)ai mpturas de suborclinación ( asíntlc-
ton), pero por primera vez con Flaubctl ,,l,ll lugal más er'ótico rlc un cucr.po rro está
Ia ruptura deia de ser excepciorlal, espo- ircirso ¿11í dorule la uestintenta se abre2 F.n
r'ádica, brillante, engasta(ia en Ia vil ma- Iir pervcrsión (quc es cl régimcn dcl pla-
¡ r'r' texlual , no h.r) .'z.orr;rs ,,rúg,,rrar" iex-
tcria cle un enunciado coLriente: no hay
lengua mrís ¿c¿i de esas figuras (lo que ¡rlcsión por otra partc bastante inopot.tu-
quiere decir, en otro sentido: no existe sino r rir )
; es l¿l internritencia, conro bien lo ha
la lengua); un asíntlctotr gcneralizado se rlicho cl psicoanálisis, lar que es erótica: la
ir¡rodcla de toda la enunciación de nlanc- rlc la piel quc centollea entre dos piczas
ra que cse cliscurso tan lcgiblo cs? clandes- (cl pantalón 1. el pulóver), cntre clos bor-
linarnente, uno clc los lnás enloquecidos rlcs (l¿¡ carnisa cntreabiorta, el grrante 1, la
(llro sc Pun(ld ilttaginlr: la ¡'cqucña mono- rrranga); es ese cerrtclloo el quc seduce, o
ri;r lógica oslá cn los iltlcr'licios. rrrejor: la puesta cn oscena rle urra apar.i,
Ilc acluí uu estado rnuy sutil, casi insos- t; i írn-d cs apa ric irin.
2.1 :;
Si ;rr:c¡rto juzgal un tcxto segírn eI placer' 'li'rlo de placet: el que contenta, colma,
uo l)u('(lo pelrnitilme dccir: éstc ('s bucno, rlrr crrforia; proviene de la cultura, no
('sl(. otro es nralo. Son irrrposiblers ('rrtorrces
¡.rnl)o con ella y cstá ligado a una prácti-
Ios plenrios. ia cr'ítica, ¡tues ésla irrrplica r t tortf ortabl.e de la lectlua. Tcxto dc go-
un punto rlc vista tár:tico" un uso social y r r': r'l quc pone cn esta.lo cle pér.dirla, des-
¡r -rttcltutlo una galarrlía irlaginalia. No irr r¡nrorla (tal vcz incluso hasta una folma
lrrrcdo closificar, inaginar quc cl texto sca rl,. ¡rlrr.rllirriclto), hace vacilar- los funcla-
¡', rf r.clilrle- rli.pue.lo a olll'al en urr jrrcgo r¡¡r'nlos histirricos, cultnrales, psicológicos
rlo pr-edicados nor:nrat.ivos: es clernasiarlo rlr,l lcctor-, la r:ongrucncia de sus gustos"
('sto1 no es sulicicntc esto otro; el texto
rl'. \tt\ \ llrtl e( v rlo sLlS |.ocuetrlos, pono ell
( ocurlc lo misn¡o con la voz que catrta )
, ri'i. .¡ r'r'luci,ir¡ corr ol longua jr'.
U') pllc(]o ,l|rirncar nr{. :\i o un iuicio nrt r\r¡ucl quc ntantienc los dos tcrtos en su
ir(ljot-ivo: ¡es t:sto! Y todavía rnás; /¡¿rs ¿r.r1r) ( iurpo \¡ cn su rnano las riendas dol plat:cr.
¡rtra mí! EsIe pnrn nli ro t-s subjctivo ni 1 rlr'[ goce cs un sujeto anaclr'rnico, pucs
cxistencial sino nicf.zsclicano ("- - .err r:l
Iirrrrlo ¡o es sierttplc, .la lnisrtr¿r cuestión: ¡,rrrlicipa al mismo tiernpo y colltr.¿r(l ic t o-
r iir rrronte en el hedonismo plofunilo de to-
,'Qur! sigrrifrca aslo püra utí.). . ."\. rlir cr.¡ltula (que pcnetra en i:l apacible-
rrrcrrtc bajo Ia fclrma rlc un arte clc vivir
rlcl rluo folnran parte los libros nntiguos)
l,ll 1.¡río rlcL tr:rto (siirc1 cr¡al orr surlt¿l .rri)
r lrr lit destrucciírn do cszr cultula: goztt
lrrl'tcxto) su t:olu¡tl.otl. d.c gocc: alli
scr'í¿r
,,iruultáneamentc de la consistt'r.rcia rlc su
rnisnlo rlondc cxct-.dc I¿i rlcnranrlar, soltlc-
lo (cs sn placcr') y de la bírsquctla rle
¡rirsir cl rnulrttullo y tlaLa rlc rlcsborrlar', ck: srr ¡xildiria (cs su goce). Fls un sujeto rlos
liirz¡l' l¿r Jil¡craciórr dc ios arljcLivos --que voccs escirr¡lidu, dos veces pelvolso.
srrrr lirs puer'f.as del lenguajc por tlorrrlc Io
irlcolrisicr¡ y lo irnaginario penetlan en
¡l lirrrr lcs ol oad a s.
t.t
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¡ tltí ttuis ullti y a su lúdu. lil conflicto ¡ro
sr,r'i¡r otla ({)s¿l quc eI estadn rnoral de la
rlili'r'crrcia; catla vez (y ersto se vuelvc fre-
( n('nte) (lu('r-ro es tácito (crrcalarldo tralls-
lir'¡r¿lr una situación rcal) se puedc seira-
,\ot:it:rlorl ile ,'l trti gos dal.'I'e¡to: sus rniem- l¡rl cn ól la lrustración clol goce,, el fracaso
lllos no terrr{r'íalr t'l corrrí¡n (pucs no }raY rlr: urrer perversión que sc aplastzr bajo su
forzosarnente actrerrlo sol)r'o los tcxtos rlr. ¡rlopio c/rtiigo y no saltc yer irrvcrrtarse: el
placer), nl¿rs que sris oncnrigos: inopor-trr- t onllicio sienrpre est¿'r corliIitatlo" la agle-
lros rlc toda cspecie qrrc rlr,clctan la plechr, siórr cs el rnás gaslrrdo dc lris ienguajcs.
sión rlel torlo v rle,srr placor'. se¡r por con- ( irrarrclo lcchazo la violencia rt¡chazo erl c/r-
Iornlisnro cullul'al. pol iacionalismo in rligo que Ia imponc (err ci texto do Sadr,
Lransigelrte (sospcr:harrilo rril¿r "llrístic¿r" firera clc lodu t:ódigo I)uost{) qu(' irrr.t'nt¿¡
de l¿r literatula), sca por rrror':rIisrrro poli- corrtirtuarrrcrrtc el su¡o ¡r'o¡ritr r' íurico, ntr
lico, se:r ¡ror critica rlcl signilicante, sea Itay conllictos: sólo tlirurlos ). Gusto cI ter-
¡ror pragrnatisrtro irnl-ri.cil, sca por fiivoli- lo porqu(, cs para lllí ese cspacio r¿rro del
<lirtl lntrlona, sca por dostruct:ión rlel dis- Iengr.raje crr cl r¡ro tod¿r "escena" (elr cI
ctrlsri, pértlirln r'lcl tlese¡o velbal.'I'al socie- sentido rlo¡néslico. corryutal del término),
rlacl rro terrdl'ía 1¡|¡i¡¿¡:irin, no l)odr'ía nro- toda logorrraquia, cstá ausorto. III texto no
vefs(' lrlás qrrr. t:rr ¡llorrtr itto¡tía; sirr ernbaI cs ntlnc¿l un "diáIogo": rringírrr liesgo de
go. st,r'ía ul¿l ('sp(,ai{) tlc Ialartstcrio. pues sirtulacirir, di: :rgr:esión, tle chtrrrtaje, rin-
er1 ¿'l scríarl l'ercrilrocitl¡rs las contrarlicc;io, guna livalirlatl tkr itliolcr:trisl ci toxto illsti-
nos (y pol io talto sc lt,slliirgilian los tuyc orr oi scrro rlc [a Lclaciórr ]lunr¿ln¿r
liosgos (lo irtrposlrrl¡ irltllrieir':r)- la rliIe, col'rieirLo Lura es¡recic rlc isloLt.. rtrarri-
rt:ltt ia obse't t ¿itla 1' ,,1 r'or r lJit ttt qrrcrla Iia Iiosta l¿r I ratulalcza ¿rsocial rlcl ltJact'r' (sólo
rra¡c:rtlo <lc iirsignilit ariciir t'siclrrlo ilnplo, r,l ocio cs srlci¿ll) 1 hacc crrtlevcr l¿r verclarl
tluctor de plar:er) . csc¿rndalrs¿r clll g-oce: que aboliendo todo
irttaginirlio r-r'r'll;rl ¡rtrcrla s('r' /¿¿'¿l1/o.
"Qtrt' lrr tlifcrtrrciii rc dt's1ice sr.rltre¡rticia.
rrcutt' llaciit cl lrrgitl rlel r:olf licto." Li¡ rli-
li'r'r'llt:iir rro cs lo (lrrc oct¡ltil o t:rlt¡lr:rilir r'l
cr¡rlIIicIt¡: sc cortclttistir soll'r' r'l corr{lit l,,-
l('s. r'asqos ubicLros. displlestos cr-r cl texto
|0l o ser illas y qlre par'¿l nosotlos fenlpia-
zirrr velttajosamente los "senúna aeterni-
/a/is", los ":opyra" r las not.iulrc., comunos,
l¿rs asunciones fundarnentales de la anti-
Solrlo ja cscena del tcxto no hal' r.arnpa: gua filosofía). El texto tiene una forrla
rro hay detrás dcl texto algrrierr activo (cl Irumana: ¿es una figula, un anagrama del
cst:r'itor)r ui dclante alguien pasivo( cl lec- ( ucrpo? Sí, pero (le nuestro cuerpo er'ótico.
tur'); no hav un sujeto v un objcto. III tex- I,)l placcr del texto seria irreductible a
to caduca las actitudes glamaticales: es el su funcionamiento gramatical ( feno tex-
ojo indifererrciado del que habla Lrrl autor Iual) conlo cl placer del cuerpo es irreduc-
r¡xccsivo (Arrgelus Silesius): "Iil ojo por: cl tilrlc a la ¡r.co.idad Iisiológica.
(llrc veo a Dios es el misrno ojo ¡tor el que
l)ios me ve."
Il1 placer del texto es ese momento en que
lrri cur.r'¡o comienza a segnir sus plopias
It;rlr.¡ r. Qrro los clutlitos ár'.rL¡". hablalrrlo idcas mi cuerpo no tiene las nis-
rlcl texto cnrplean esta expresión admi¡a- -pues
lu¡s.iclcas que yo.
ltlc: el cuerpo cierto. ¿Q:t:t6 cuelpo?, pucstu
quc tenemos varios: eI cuerpo cle los ana-
tomistas y rle los fisiólogos, el quc ve o del
que habla la ciencia: es el texto dc los gr.a-
tnáticos, de los cr'íticos, de los cor¡ent¿rclo,
lcs, r'le los filólogos (cs r:I fcno-tcxto). Pcrt
tarnbién tcnentos url cuetpo de goce hecho
íuricamente de lelaciones cróticas silr nin-
grrna relaciórr con eI ¡tlilrero: cs otr.a tli-
r iri,i¡¡, 61 ¡¿ ,lcltulnilla.ión.
{orrtl¿llse t. quc cntr.c cllas Itay algo nrás 3oza rlcsvarccc l-oda k:tr'¿r todo dicho
(luC lltl at,llllralr,- t t,t i¡tr OlrrUrric,rCi,,rr, en- posible cn lo absoltrto rle -yla anulación
qr-tc colebla " ) .
torlccs tengo qlrc l)ensal r¡rc la historia,
I,lI escritor' (le placer- (y sn Icctor') ace¡>
r)Lrcstla historia, no es pací{ica, ni siquierá
lirl vcz intr:ligcntel y quc el texto del gocc
ta la letra; relrlurciando al gocc ticnc cI
rlcrecho y el poder de clecirlo: la lctra es
sulg(-'on elia siempr-c bajo la for-ma de un
su placer, está obsesionado por ella, como
csr:¿inrl¿rlo (<le una falta clc eqr-rilibrio).
(llr(' r.\ \i'. ll)r'c l,r lr.A¿a (l{.U corll.. (le un{l lo están torlos los que arran el lenguaje
(no la palabr:a): los logrifilos, e.scritores,
l,l
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( rl r'(.slx)nsalcs, llngüistas; es por 1o tanto
¡rosilrlr: hablar de los tertos de placer
(rrt¡r.rt'llos que no ofrecen
ningún debate
corr la anulación del goce): la crítica se
tjerce siempre sobre tettos de placer,
¡tunca sobre teatos de goce.' Flaubert, Toda una mitología menor tiende a
Proust, Stendhal son comentados inagota- hacernos creer que el placer (y específica-
blemente; la crítica dice entonces el goce mente el placer del texto) es una idea de
vano del texto tutor, el goce pasado o fu- dorecha. La derecha, con un mjsmo mo-
tL¿ro: Iienen qLte leer, yo he leído: la críti vimiento expide hacia la izquiercla todo lo
ca es siempre histórica o prospectiva: el qr.re es abstracto, incómotlo, político, y se
presente constatativo, la presentación del ¿Juarda el placer para sí: ¡sed bienveni-
goce le está prohibida, su materia predi- dos, vosotros que venís aI placer de la lite-
lecta es la cultura que es todo en nosotros ratura! Y en la izquierda,, por moralidad
salvo nuestro presente. (olvidando los cigarros cle Marx y de
Con eI escritor de goce (y su lector) IJrecht), todo "residuo de hedonismo"
comienza el texto insostenible, el texto aparece como sospechoso y desdeñable. En
imposible. Ese texto está fuera del placer, la derecha, el placer es reivinclicado co¿-
Iuera de la critica, saluo que sea alcanza- ¿ra el intelectualismo, Ia inteliguentsia:
do por otro terto de goce: no se puede es el viejo mito reaccionario del corazón
hablar "del" texto, sólo se puede hablar contra la cabeza, de la sensación contra el
"en" él a su manera, entrar en un plagio raciocinio, de la "vida" (cálida) contra la
desenfrenado, afirmar histéricarnente eI "abstracción" (fría): ¿debe entonces el
vacío del goce (y no repetil obsesivarnen- artista seguir el siniestro precepto de De-
lc la letra clel placcr). bttssy: "tratar humíIdemente de dar pla'
cer"? En la izquierda, el conocimiento, el
método, el compromiso, el combate, se
opone al "simple deleite" (y sin embargo
¿si el conocimiento misrno fuese delicio'
so?). En ambos lados encontramos la ex-
travagante idea de que el placer es una
cosa símple, por lo que se lo reivindica o
se lo desprecia. No obstante, el. placer no
l6 i7
t.', || (,lrt¡tanlo del texto, rro es urt residuo
rr.( ('nt(', llo depencle (le una lógica del
' rrl' lriirni'.nlo ¡. ,le la s.,ll.aci,in. c. una
rl,'r'ir.r. algo (luo es a lir vez lovolu<.ionario
t . asociai ]._ lto puede ser asurnido por
rr ir rgu ra colectividad, ninguna
mont;li_ ¿Por qué todo ese fasto vcrbal en un tex-
r
,l.r'f. níngúrr idiolecto. ¿Algo nctttro.t 1",. to? tri,l lujo del lenguaje ¿forma parte de
r.virle lr. qrre cl plar^er del loxto e\ es(.an_ las riquezas excedentarias, clel gasto in-
rl¿rloso lro por inmoral sino por.que es ald- irtil, de ia pérdida incondicional? ¿Una
ptco. gran obra de placer (la rle Proust, por
cjemplo) parlicipa rlc Ia rnisma economía
quc las pirámides de Irgipto? ¿El escritor
es hoy día el sustituto residlral del Mencli-
go, clel Monje, clel Ilonzo: improcluctivo
v sin embargo alimentaclo? ¿La contuni-
rlacl litelaria, análoga:r la Sangha búrlica
- cualquiera sea la jrlstificación clue se
da a sí misma-- es sostenida por la socie-
rla¡l mercantil no por lo que el escritor
produce (no produce narla) sino por lo
que quen.ra? ¿Excednrtario, pero tro in-
írtiI?
La modernidad realiza un esfuelzo in-
cesante por sobrepasar el intercambio:
pretende resistir al mercatlo de las obras
(excluyéndose dc la cornunicación masi-
va), al signo (por la exclusi/rrr clel sentido,
por la locura ), a la sexualidad normal
(por la pervcrsión, quc sustrae el goce a
la finalidad de la reproducción). Y sin
embargo no hay nada tlue hacer: el inter-
cambio -recupera todo aclimatando aque-
llo quc pareco negarlo: toma el texto y Io
i¿J
l)onr: cll {rl cil.cuito de los gastos inútiles
¡x'r'o lt'galos, reubicándolo ell ulla econo_
rrrí¡r colcctiva (aunque fuese solarnente
¡rsi,olúgica); a titulo dc potlatch la inuLi_
lirlad rnisma del texto se conüer-le en útil.
Ilicho de otra ntancra, la sociedacl vive Ilstar con quien se ama y pensar en otra
sribre el modo de la divisón: aquí un texto cosa: es de esta manera que tengo los me-
sublimer.- desinteresaclo, allá un objeto jores pensamientos, que invento lo mejor
mercantil cuyo valor es . . . la gratuidatl v más adecuaclo para mi trabajo. Ocure
de ese mismo objcto. pero la soc"ierlad no Io mismo con el texto: produce en mí el
tiene ninguna idea de esa división: mejor placer si llega a hacerse escuchar
¿gno_
ra su propia peruersión: ,,Las dos mitáries inrlirectamente, si leyéndolo me siento
c'n litigio tienen su parte: la pulsión tiene llcvaclo a levantar la cabeza a tnenudo, a
derecho.a su pr.opia sati.facciónr la realj_ escuchar otra cosa. No estoy necesaria-
rlad lecibe ol respeto quo Ie es debitlo: iner,le cautiuado por el texto de placer;
Prro - agrcga Frcud -- lo únit.o grat uitrt puede ser un acto sutil, complejo, sosteni-
es la muerte, como cada uno sabá.,, para do, casi imprevisto: moviryiento brrrsco
cl texto. la lirrica gralüdarl ,c.ía ,, p.ol de la cabeza como el de un pájaro que no
pia destrucción: no escrjhir, ,..,o or".ibi, oye nada de lo que escuchamos, que escu-
más, salvo si se es sientpre recuperado. cha lo que nosotros no oimos.
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¿Por qué la emoció¡r ser'ía antipática al Nacla que hacer: eI aburrimicnto no es
goce (la he visto irrjusta y enter¿lnlcnte simple. No se sale dcl aburrinriento (cle-
ubicada del lado rle la sentinrerrtalidad, lante de una obra, o de un texto) con un
cle Ia ilusión ¡rrolal)? Es una disensión. gcsto de fastidio o de prescinclencia. De Ia
uttir frontet'a rlo rlosa¡r¡r'ición: algurra cosa rlis¡na mane¡a que cl placer clel texto su_
pclvcrsa clebajo de las aparicncias bien
.tocia una producción indirecta, el
pone
pensarltes; tal .r'ez se¿r aI mismo tiempo Ia aburrimiento no puecle otorgarse l-. pre-
más sinuosa de las pÉ:rdidas pues crontra- lrogativa de ninguna espontaneiclad: tro
rlice la rcgla gerrclal clue quiere dar. aI l'ray aburrimi ertlo sincet.o: si per.sonal_
gooe una {igura fija: fuerte, violenta, cm- nrcntc eI texto-mur.rnullo nrc aburrc es
cla, algo nccesariamente musculoso, ten- porque en realiclad no alno Ia rlernanrla.
so, fálico. Contra la regla general: famás ¿Pero si ¡'o la amaso (si.tuvicse algún
rlciarse entbaucar por la intagen del goce, irpelito nralcrnal r ? F_l aburrilrricrrto no
acoptar lccouoccll¿t cuando sobreviene cstá lejos clel goce: es el goce visto descle
r-rna pertur-bación de la legulaciíltr arno- las costas del placer.
losa (goce precoz, r'etrasarlo, cxaltado,
(,1c.); ¿r,1 aruor-pasión corno gocc? ¿El
goce corno sabiduría (cuarrclo llerga a
corrrplerrdelse a si rnisrr.lo frrcrn tle stls
¡tropios prt:jLtit:ios ) ?
ll 43
Cuanto más una historia está contada de Leo en Bouuard et Pécuchet esta {rase que
una manera decorosa, sin dobles senti- rne da placer: "Manteles, sábanas, servi-
clos, sin malicia, edulcorada, es mucho lletas colgaban verticalmente, agarradas
más fácil reverlirla, ennegrecerla, leerla por palillos de madera a las cuerdas ten-
invertida (Mme. de Ségur leída por didas." Gusto en ella un exceso de preci-
Sade). Esta reversión, siendo pura pro- sión, una especie de exactitud maniaca
ducción, desarrolla soberbiamente el pla- del lenguaje, una extravagancia de des-
cer del texto. cripción (que es posible reencontrar en
los textos de Robbe-Grillet). Se asiste a
esta paracloja: la lengua literaria es tras-
tornada, sobrepasada, ignorada, en Ia
medida en que se ajusta a la lengua
"pura", a la lengua escncial, a la lengua
gramatical (se sobrentiende que esta len-
gua no es más que una idea ) . La exactitucl
en cuestión no resulta de un aumento de
los cuidados, no es un plusvalor retórico,
como si las cosas fuesen p.otroriuamente
meTor descritas sino de un cantbio de có-
digo: el morlelo (lcjano) de la descrip-
ción no es más el discurso oratorio (rro se
"pinta" mhs ) , sino rina especie de arte-
facto lexicográfico.
44 45
Ill1texto es uD objcto {oticho y tsc letiche sol ficciorx¡s (ído-
Los sisternas ideológicris
t¡tc desea.I,ll tcrto rne eligc nicdiallte torla los del. lcclrr..r, hubicsc riiclro Ilacon),
rrna rlis¡rosiciórr rlc pantallas invisibios, clc rrovclas novelas clhsicas provistas
selcccionadas sutilezas: cl vocabulario. las -pcro
rle intrigas, dc clisis, de pelsorrajes buenos
lcfornncius^ l,r lcgilrli,larl" ntc.: pcr.tlido
.v v rnalos (Io nouclesco es otra cosa: un
t:n nrcdio del texto (no por dt:iris conto sirnple cortc no estru r'l.u i ailo, una diserri-
r¡n de¿ls etntacltina) está siernpre eI otro, naciórr clc folnras: la nruya). Cacla ficción
el autor. cstá sostenida pol rrn habla social, un so,
Como instilución el autor cstá muel.to: ciolec[o con cl quo sr¡ itlentific¿r: ]a ficciíul
su persona civil, pasional" biógráfica. ha os ese glaalo clc collsistcncia cn dorrrle sc
dosaparr.cirlo: rlo5¡r¡.¡.i,1¡- ya rro lio.ce alcanza un lengua jc clran(lo sc ha cristali-
\oblo sll obl;¡ la Jorrrrirl,¡Llc p.rtclnirlad zado cxcepcionalltr¡ntc ). encucntra un¿l
cuyo lelato se errcargabarr tle establecer.y clasc sacerdot¿rl (oficiantes" intclectuales,
renovar tanto Ia historia literar.ia corno la artistas ) para hablallo comúnmente y di-
elrseñanza y la opinión. Pcro cn el tcxto, fundirlo.
de una cir¡r'ta nlaner¿t, 7.o tleseo al outt¡r': ".. .Cacla ¡rrrcblo posee ulr univcrso cle
tengo lrccesiclad de su f,igura (clue no cs ni conccptos rrratenrát.icanrentc lcp:rr1idos, y
su representaciórr ni str pr.tiyccción ), tan_ bajo la r:xigcucia dc l¿i veldacl, cornpr-en-
to coüro él tiene nccersidacl dc la nría (sal_ tlc. clue tlesdc allí cn ¿rclelantc [orlo rlios
vo si sólo "rnulrnrrra" ) - corrccptual clebc sólo ser lruscatlo en su es-
Ierra" (Nietzsche): estanros todos captura-
tlos err Ia vcrdad clc los lcrrguajes, es clecir,
cn su L cgiorralirlatl, allastraclos cn la for.
rrriclablc rivaLitlad quc rcglrrtncrrt¿r su vc-
< iirclrrcl. Pucs carla habla (cad¿r ficción)
4t¡ 47
7,n: {,scl habla pretendidamente apolítica chos nás que "intoxicados", "teleguia-
lc. los hcmbres políticos, de los ágentes
r
Iil mundo del lenguaje (la logosfera ) No hay otro medio para que cstos sistemas
era hablados dejen de perturbar o incomodar
le¡lresentado como un inmen.o y perpe-
tuo conflicto de paranoias. Sólo s.obrevi- rnás que habitar alguno de ellos. Si no:
ven los sistemas (las ficciones, las hablas) ü To, T yo, qu.é es Io que hago en todo
suficienternente creadoras para producir esto?
una última figura, aquella que marca ai
aclversario ba jo un vocablo a medias cien_
tífico, a medias ético, especie cle tornique- El texto por el contrario es atópico si no
cn su consumo por lo menos en su procluc-
te que petmite simultáneamente compro_
ción. No es un habla, una ficción, en él eI
btrt'. erplicar. corrrlorar'" u.trlitar" recupr,-
Jar aI ellemtgo. o l ta ¡alalr|a: haccrle sistema cstá desbordado, abandonaclo
(ese clcsboldanriento, esa tlefección es la
paear. F,nue otr.as, puede decilse de cier._
si gnificar-rci a ) . De esta atopia el texto
tas vlllgatas: dei habla marxista, para tonra y comulrica a su lector un esta<lo ex-
quien t.oda oposición es de clase; ¿eÍ ha¡ia
traño: simultáneamente incompatiblc v
I'sicoaralilicir. par.a qtricrr loda rlonegar ión calrno. L,n la gluerra de los lenguajes puc-
cs una confesión; del habla cr.istiana, par.a
rluien todo rechazo es demanda" etó.-Fue clen existir rnonentos trancluilos, y esos
sor'¡rlcnrlente quc el lengrraje áel pocler
momentos sorr los textos ( "La guelra
la¡rit,rlista rro complcntli.rn n pri-"ro un personaje de Brecht- no ex-
--clice
cluye la paz . . . La guerra tiene sus mo-
vist.;r l.al ligura de sistema (de la más baja
¡'.¡rr'r l| r'¡r lanlo lo. ofo o tcs o eran tli_
rrrentos de paz. . . Entre dos escaramuzas
se vacia tla rrquilamerrte un vaso de cer-
49
\ r.z;r. . "). l,lr¡llo dos asaltos dc palabras.
(luo cs t€'xto: nirrgurra voz (Cienciá, Cau,
¡ llrr. rlos l)t c.cn( iirt de sislerrras, r,l
¡lacor. sa, Institución) está cietrás de lo que él
rlr,l lr:xh¡ es siempr-e posible no conlo una
,r.ri,in sino como el pasajo incoiignr¡nlr. rlice. Scguidamente, el tcxto destruye has-
disociado- de otro lengrraje, cono el ta el fin, hasta la contradícción, su propia
cjcrcicio do rrrra li.iologia di[crcrrt¡,. categoría discursiva, su referencia socio-
lingüística (su "géncro" ) ; es "1o cómico
:¡ que rro hace reír", la ironía quc no suje-
T'oclavía existc dernasiado heroísrno crr ta el júbilo sin alrra, sin mística (Sar-
)lllestlos lenguajes; cn los rtrcjores
duy),la cita sin cornillas. Por ú1tinro, el
so en el de llataille-, exaltación tL¡ -pien- tr:rto pucde, si 1o desea, atacar las cstnl('-
cier_ turas canónicas rle la lengua misrna
tas expresioncs y finalrnente ula cspecio (Sollers): el léxico (cxubelantes neologis-
(l(t heroíi'mo in.sí.díoso. Por. el colttt.¿¡t.io^ el
mos, palabras-multiplicarloras, translite-
¡rlacol dr.l lorlo 'r'l goc(' (l(,1 l.rlo, t.. laciones), la sintaxis (no más célula
cornLr un¿t elirninación ltrrrsca dt_.] ¿,r¿loi
lógica ni frase). Se tlata? por trasmlr[ación
guerr'cro. r-ur¿r cscamación pasajera dc los (y rto solamcntc por tr-a nsfor.mación ), de
arrestos del escritor, una cletcnci{u dr¡l
hacer aparccet- Lln rrllc\¡o csta(lo filosofal
"corazrin" ( dr:i cor:aje). ilc la rnateria dol lenguaje; cste erstarlo in-
sólito, estc lnetal irlcandcscertte fuera del
origen y de Ia corrurnicación es entoncos
,'Cómo un tc\to quc es del or¡lclt tlcl lt¡n- parte del lenguaje y no zrtt lengrrajc, aurr-
guaje pucrlc sel fuer'¿r de los lt'ngua jc-.? quc fuese excóntrico, rloblado, ironizado.
,Crinru r'.r/r'li,r/i:lrl r \¡t( il¡. ;rl cxlor.ir¡r., lirs
Iral¡l¡¡. rl, l trt¡tilrl(r 5irt rclu¡1iar..n r.jr ln ra
riltirla h¿rlrla a p;rr.til rle la cual las otras Ill placel dcl texlo lro ticlrc acepci¿)n idco-
scrian -"irrrpk.nrentc cornunicacl¿rs. rccit¿r- l,r¡1ica. Sil ('tnbetgtr; r'.1¿¡ i¡r¡pcr1 ilt¡'rrr ia
,larl Illl ol nl,rn)'. lu |'rr r¡rlr. nurrrl,r,, -,,¡. ll(' aparece ¡roI lihr.r';rlirrrro 'irro ¡r,,r. lrcr-
rlonrlrlacto: i'tr¡ttrrrildo tl la r.ivalirlarl cle velsión: el texto, su lectur¿I. cstán cscincli-
los rrollrllris. ¿Oirrrro el tr:rto prrc,dr: ,.sir
dos. Lo que está dcsbordado,, queltrarlo. cs
Iir'' r1,. l;¡ ¡rrolr';¡ rlc la* liccit,n,.<. ¡ll lu' la uuidctd moral cytr- la :oci",lad cx igc ,le
¡,'r iol, t Irr-' Pr,r' urr tr.abajo ]tr.og,.r,-ir,, rll
todo producto hurnano. I-eemos utr texlo
r.rlr,rrrr¿rciuil. I,ln l;r.il lle¡' htga l cl te:xto li_ (tlc placer') couto un¿l rrrosca vuela c-n cl
rltlirl,t Ir¡lo ntt.la [t'rr¡1lrirjc. ]. (,s Il{}r. (,sto volunren de una pieza, por vuc'lttrs ltr.ns-
50
5l
tlersujcto: espectl'os? triizos" r'astrosrl nubes
r'¿rs" li¡ls¿lnlcnte defirlitivas, apresu.r'adas c
necesalias: la sul¡versión clcbe producir
irrírlilcs: la ideología pasa sobre el texto y
su propio claroscut o.
su lectura como el enrojecimiento sobre (Se dicc corlientemente: "ideología do-
lln rostro (en e.l. amor algunos gustan er'ó- rninante"" Ilsta expresión es incongrrrente
ticamente este rubor); tcldo escritor de
placer tiene csos rubores imbéciles (Bal- ¿pues, qué es la ideología? Ils precisamen-
te la irlea clnndo domína: la ideología no
za<'., Zola, Flaubert, Proust: salvo tal vez
puedc ser sino dorrinantc. Mierttras que
Mallarmé, dueño de si mismo): en el tex- cs justo hablar de "ideoiog{a dc la clase
to de placer las fuerzas contra¡ias no es- dominante" puesto que existe una clase
tán en estado de lepresión sino en deve- dominatla, es inconsecuente hablar de
nir: nada es verrlatlelamellle antagonisl"a) "ideología dominante" pues no hay ideo-
todo es plural. Atravieso sutilmcnte la no- logía dominada: del lado <Ie los "clomi-
che reaccionaria. Por ejemplo, er Fecurt- nados" no hay nada, ninguna itleología,
d irlad de Zola la icteologia es flagrante,
sino plecisamente --v es el último grado
particu.larmente pegerjosa: naturali.smo, c!c la alienación- la icleología que están
familiarisnro, colonialisrno; eso no intpide obligarlos (pala simbolizar, para vivir) a
que continúe leyenclo cl libro. ¿Esta dis- tomar dc la clase que los domina. l,a lucha
torsión es banal? Es posible encontrar social no puede reducirse a la lucha de clos
asornbrosa la habitidacl económica con Ia ideologías rivales: lo que está en cuestión
que eI sujeto se escinde, dividiendci su lec- es la subversión dc toda idcología).
tura, resistiendo al contagio del juicir-r, a
la metonimia de la satisfacción: ¿será que
el placer vtelve objet ;o)
58 59
Si usted clava un clavo crr la rnadera, la
madera resistc cli{erentemctrte según eI Ningún objeto está en relación constante
con el placer (Lacan a propósito dc Sade).
lugar donde sc lo clava: se dice que la ma-
tlera no es isotrópica. El texto tampoco es Sin cmbargo para el escritor ese objeto
existe: no es el lenguaje, es la lengua, la
isolrópico: Ios bordes, Ia firu|a son intpt'e-
l.engua rnatern.a. El escritor es aquel que
visibles. Así como la física (actual) debe juega con el cuerpo de su madre (reenvío
ajustarse al carácter no-isotrópico de cier-
tos ambientes, cle cicrtos universos, de la a Pleynet sobre Lautréamont y sobre Ma-
rnisrna manera ser'á necesario que el aná-
tisse): para glorificarlo, embellecerlo, o
lisis estructural (la semiología) reconoz- para despedazarlo, llevarlo al límite de
sólo aqucllo quc del cuerpo puecle ser ro-
ca las menores resistencias el tlibujo irre-
gular de sus venas. conocido; iría hasta el goce dc .una dest'í-
gurctción cle la lengua, y la opinión lanza-
r'á glat:dcs gritos pues no quiero quc se
"desfigurr: la naturaleza".
60
61
Se diría qlle para Bachelard los escritores Me intereso en el lenguaje polque me hie-
no han esclito rrunca: por una extraña le o me seducc. ¿Ha1,. en ello un¿r crótica
ablación son solarnerrtc leídos. Por eso ha de clase? ¿Pcro dc qué clase? ¿La burgue-
podido funrlal un¿r pura crítica de lectura sa? La clase bulg'uesa no posee ningun
y la ha funclack¡ en el placcr: cstamos grrslo por r.l lerrguajo quo a sus ojos rro cs
comprometidos en una prhctica homogé- siqr"riera lujo ni elonrento de un afie de
nea (desiizante, eufórica, voluptuosa, uni- vivir ( nuelte rle la "gran" literatura )
taria, celeblatoria ) y esta práctica nos sino solar¡rente instlunterrto o rlecolación
colma: l¿¿r-soñrtr. Con Bachelalcl es toda ({raseología). ¿La clasc popular? En olla
la pocsía ( como simplc rlerecho dc reali- encontranlos la rlersaparición dc toda acti-
zar cl discontinuo cn la litelatura, eI com- vitlad mhgica o poótica: no hay n rás car
bate) que pas:r al cródito del Placer. Pclo rraval, no ha1'ya jucgo con las palablas:
desrle el momcnto en que la obra es pcr- os el firl de las nlot¿ifor:as y el rcino dle
r:ibida bajo las cspccics rle unar cscritura, los estereotipos irnpucstos pol la cultura
el placer' r'echin.r? ol gocc asonta y Bache- pcqueiloburgaresa. (La clase procluctora
lald sc a1eja. no ticne necesariamente el lcnguaje clc su
papel, dc su fLrelza. de su viltud. Por 1o
tanto: disociacirin de las solidaridarles, de
las ernpatías fuertes aquí ccinro
-muy
nulas allá. Crític¿r dc la ilusión totalizan-
te: no impolta c1ué aparato unifica antc
lotlo ll lr.ngrraje; pcr"o no n{ nocosal ¡o ros-
petar cl todo. )
Queda un islote: cl tcxto. ¿Delicias rle
casta, nrandarinato? El placel tal vez, el
goce no.
(Jl 63
l,lstoy ¡n'suadido de quc ninguua siglifi- rIt'ct.pcio rrarlo o inr¡rott.rrte, lj;t'l'a dc corn-',
r irrrr ia (ningún goce) puede producilse l),llr. F)or' .ituación hi.l,il ir ar r,¡rrrrirrnica.
t'rr urr¿r c.^ltura de masa (totahnente dis- ¡rolílica; la lilo'alula s^r'ía la cxplc*ión rlc
I ir rguible, como el agu.a del fuego, de la csta dccepción. F,stos análisis olvidan (y
r:rrltura de las masas) pues el modelo de t's normal puesto que son hcrmcnéuticas
ost¿r cultura es pequeñoburgués. Lo pro- lundaclas en la investigación exclusiva del
pio de nuestra contraclicción (histórica ) significado) el folrnidable rervcrso de la
es que la significancia (el goce) está en- csclitula: el goce, goco quc ¡ruedc cx¡rlo-
teranlentc refugiada en llna alternativa tal a tlavés clc los siglos lireta de cicl'tos
excesiva: o bien en una práctica clel rnan- tcxtos, escritos sin embalgo bajo el arrrpa-
rlarinato (alternativa cle una eztenuacírin lo de la m¿is oscura v siniestra filosofía.
dc la cultura burgresa), o bien en una
idca utópica (la cle una cultura del por.
venir, surgida de una revoluctítt radicr.,
ínaudita, im.preuísible, de la cual e1 que
hoy escribe sólo sabe una cosa: quc tal
como Moisés no entrará en ella).
70
71
NihiJi.nto:''ios f iu,,s supclior.cs .r-. rlcsva A. nle confía que no sopol'taría el
loriza ". l.s uD lrlonlcDto j/tostabla" atnc_ freno de su madre pero que sí lo aceptaiiá
d\esell-
nazarlo, pucs otr.os .;p¡;r:;. en su _padre, y agrega: ¿cs cxtr.año, no?
l "^1r..;r'
Lien<len il rrrediatanrente antes que los pri- Bastaría un solo rrorrrbre para actrbai. con
meros seall destlui<los a tomar el primer
su sorpresa: ¡cl Edipo! I.)r nri opinión A.
puesto; la dialéctica ¡ro hace más que li-
está muy celca rlel texto pltes corrro el tcx-
gar posibiliclacles sucesivas: de ahí provie_
fo tampoco dr¿ los ru¡¡¡tbrr:s o bou'a ios que
ne la confusión en el seno misJro del existen; el texto no tlice (¿con qué tludosn
anarquisrrro. ¿Cótno ín.stalar la carencia intención?): el nrarxistno, el brechtisnro.
rle todo virlor. *up¡¡.io¡l ¿La j¡onía? .l .a el capitalismo, cI idcalisnro, e\ Zen, etc.l el
rronla ¡rlovieno siontpr.o de un lugal sr. Nombre no uiene a los labíos, está frag-
gru'o- ¿.La violcncia? Es un valor supelior
mentado en prácticas, en palabr.as.que rio
v de los rnejor cocli{icarlos. ¿El goé? Sí, son Nombres. Lnpulshndosc hacia los lí-
elt lanlu no se¿ rlic|¡¡, r-olrvcl.ti,lo on tloc_ mites del dccir, err ttr¡,a tnatho.sis r.lel len-
t¡'ina. I..l lrillilisrrro r ii\ cu cecuente cs tal guaje que rro qtriexr scl confundida coll
vez aqlrel que Se cnnm.scara: tIe una nla- la ciencia, ol toxto tleshace la lrorninacit'nr.
nera interior a las instituciones. a los dis- y csta defi't cirin lo acer.r:¿r al goce,.
cursos confor.mistas. a las finaliclades apa_
Ientes-
L,n un texto antiglro clue acabo tle lecr.
(un episoclio cle la vida eclcsiástica rel¿r-
taclo pol Stenclhal) se sucedelt los alirnert-
tos norrrl¡r'ados: leclte, taltas, quoso a Ia
clema de Charrtilly, corrfituras <le Bar.,
rralanjas cle Malta, fresas con almíbar. ¿Es
lLn placer rle pura representación (sólo
cxpelirneutatlo pot' el lector. g-oloso) ? pelo
a nlí no lllc glrst¿l la lct.llc ni los alinrcntr¡s
72
73
azucal'a(los 1,. pfol"ccto rrlul: poco elr cl
l)1c
detalle de cstas conritlas irr{arrtilcs. '\c¡ui
ocur.re otra cosa relaciotratla sin cluda a
otro sentido de la palabra "reprcsenta-
ción". Cuantlo en un clebate alguien re-
presanla al€ío a su intt'r'locutor no hace Según parece urr fr'¿rncés de caria dos no
rrlrs que alcgar cl tilli.t¡n e.stado ile la rea- lce, ia rnitarc.[ rle Fr.¿rncia cstá privada
lidad, lo inmancjablc quc hay cn ella. De priva clel placcr rli'l texto. (ióneralrnentc -se
la misnra mancr'¿l tal vcz cl llo\.clista ci- sc deplora esta rlcsgr.acia nacional clesde
Lrn purlto r.le vista It¡rrrarrist¿r cortro si des-
tarrdo, rtonrbraldri. lrotificanrlo la conrida
(tr¿rtánclola corno rrolable) irtrpone al lec- pleciando el libro los fi:alccses r-enuncia_
tor el últilrto t'st¿rtlo rlc Iu lrratt'lia, lo que sen soiamente ¿r trr ltict-r rtroral. a un valor
rroblo. Ser.ía nrojrr¡. l1;¡¡¡¡. Ia s,,nrbría- la e._
en ella no ¡r"rcdr. st'r'soll c¡tasaclo, tlcjaclo dc
lado (aurrquc uo es t'l nrismo caso r'le los túpida y trágica histori¿r rlc torlos Iós pla-
rrornbles citaclos a1ltc|ior'rnente: ntnrti.s- celcs objetados y r.eplirrrirlos t.lr Ias srñie-
mo, ídealismo, etc. ) . ¡lr ¿sol llstc glito no dades; hay un osr:urarrtislrro rlt,l placcr..
debe ser entcndido como una ilurninación
Aun si reubicarnos el ¡rlacor.ilel tcxt<r
tle la inteligcncia sino corlo el limite mis- t.n ol r'.r trtpu ¡la su lr.o¡ i¡r \. u(, r.ll ol tle ,u o
, iologítr ,lo qrr,. ll,.r,¡ ,,r,, ¡r Lll ,liicul.wr
rno de la nominacii.rn, rle la imaginaciór.r.
En resur.tren habria dos lealisrnos: el pri- Italliculat aparenllntcnlc Iri ir¡rrlu ,lr. toflo
mero descifra 1o "roal" (Io clue se demues-
;rlcanc(' lraciorral o ¡ocial, :igur, :ierrrlo
tra pelo no sc vc ) : ol scgunclo tlice l¿r una ¿rlicnación ¡lolítica la quc está en
"realidad" (lo clue sc v{r po1'o quc r1o se cucstión: la preclusirirr rlel pitr<rer. (y rrru_
clcrnut'stla ) ; la novcla, tlue pucde nrcz- cho nrás del goce) en una sócieclad iraba_
jada pol dos rrroralcs: Lrna nror.¿rl lrravo¡.i_
clar los dos rcalisrnos, agrega a lo intcligi-
ble de lo "real" la cola fantasnrática cle la lalia, rle la lrrorliol j,l¡r,l; lir ,,tla. 'gru.
"realitlarl": su|pI'osir pol'quo sc colnit'.e t'll puscular', del ligor (polític.o r'/o cierriífi
rZgl una "ensalada de naranjas al ron" co ). Se diría que la itlea rlo plar:el ya no
como e11 nuestros actuales restorancs: lralaga a narlie. Nur'*lla ,o,.ierlarl ¡ia r.,,,^e
esbozo dc inleligil,)r' lti.l,ilicr v t'tttpecina- a la vez tranquila y violerrta. pc.u iin h,_
rniento tle la cosa (la ttatatlja, cl lott) pol gar a duclas cs {rí¡¡ida.
asl ar allí.
75
contar Llrla lristori¿r t'L¿l,o final t'¡¡nr¡zco: s('.
r no si.. ltago flcrtll a llri nrislno como .i
no supiesc: sé nmy biot cluo lt',rlipo ser'h
descubierto, que l)anton será guillotinar-l-o,
pero de todas maneras... En relación a
L¿r nruerte clel Padrc suplirnió muchos de la historia dramática en la que
los placeres rlc la litel"atura. ¿Si ya rro hay se ignora el final- hay -aquella
dcsaparición del
Paclre para qui: scguil contando historias? placer y progresión deI goce (en la cultu-
¿1'orlo relato no so vincula con eI Edipo? la cle masa actual dorlde sc cfectúa un
,Contar rru cs sicrrtpre buscar el origen, gran consumo dc "dlalráticas" hav pol lrr
rlecir sus quclcllas con la Ley, entral en tanto poco goce ).
la clialéctica clol cntcIlecimiclto y del
odio? FIoy rlía se equivale ile una misrrta
Jllanora el l,klipo v cl relato: no se ama,
lro se tcnc, 1ro se cucnta más. Corno fic-
ción, el Eclipo serr'ía para algo, para hacer
buelas novelas, para narrfar bien (esto
fuc escrito después de ver Cil¡ girl, de
Murneau) .
84. 85
nellral y conserva las insípiclas considera-
ciones rnolales: sin embargo sería ese
tiernpo eI que no habría envejécido y no
Ia filosofía dc Amiel.
89
I nror.illric'lrtos rlall tostinrorrio de urra
/igzr,
t¿ ricl l¡rl,' ¡¡c(.-.lti,r ¡,,,r.a ,.1 g,,.n ,i,. ln
l''clulit. Pnl e',1¡ r,li.t¡1,, ll,.< ll,r- t nluclro
mhs que el tcxto. t'l filnr sor.á silüp.c r.rrz
toda scgttridad figulativo aullqlle llo re_
lil tt xto rlc placcr no cs folzosarrlente prcsontc nacla (por. lo qr.re rlc totlas nra_
ercluel quc relata pl¿rcc.t'os; ol texto dc goc{l rter'¿ls vale la pena r.eaiizarlo).
rro cs nunca aquel que cuerta Lln gocc. Irl . La leprcsent¿rciór r sclia urta lie.ttrat:ión
placcr de Ia roplt'so ttat:itin no esth iig-atlir ínJlada, calgada rlc rnriltiplr:s sentirlos
a srL objeto: la pornogltrfía rlo cs sa-q¿lr¿. pero donde esth auscnto cl scntirlo rlel
Iln ti¡rminos zoolírgicos sc dirá quc el 1L.r- dcsco: un cspacio tle justifir:aciorres (rea
gaI rlel placcI t.t'xtr¡al no cs la relacit'rlr dtl lirlacl., nroral, r,crosinril itu rl, lcgilrilidarl.
-
la copiii y dcl nrorlelo (rclacirin tk: ilttita- ret'rlari, clr . . \ c¡l¡,,. r¡r l,.rlo ,lo
l,ur.a
cir'lr ), sino sol¿tllrt'nte Ja clcl crrgaño r- lir fol)¡o.eIIt;rc;riII: ll,rIlrr,¡ rl'.\u|cvillr r*r.r.i_
topi;r (rclación tlc rlcsco, tic ptoclucciritt r. lrr. ¡1,' l¡ r ilg,'rr rl,. \l,,rnlinl: ..F..ti', r,r.gui
da, pcr'¡rutrlicuia rn tcrr tr¡ pr.c,scntirrla. i,os
sercs puros son erguitlos. Las nrujcres r:as_
Por otr'¿r parte sería necesario distirrguil tas sL. r'ocorloccrr on el talle y r:l nlovi_
y l.a represe ntaciótt.
errtr-c l¿r t'ígura.ción l¡l ict rlo. lac volu¡rluoslr .,. tl,sliz,r¡t Iálr
La figulación sería cl nrodo cle a¡rali- guidarncntc y se inclilrarr casi a puntu rlc
ciórr dcl cuelpo cr'ótico (rto intpolta la for' car:r." Adviertan al pasar rluc cI prrrccrli_
1na o gl'¿l(lo ) err cI pelfil dcl tcxto. Pol' mreltto I oplcsentativo putlo errgc.rrrllarr
ejernplo: el ¿rutor pucde arpareccl elt slt tanto rur alte (la rrovc¡la clásica) co¡uo
texto (Genct. Ploust) pero no bajo las Lttl;r "ci,.r.t, ia" 'l;¡ gr.af,,logia (lur,, por
cspecies de la biografia rlilccta (Io qrto cx- I jr'rrr¡r1"- rir. lir r olu¡rluosi,l,rrl d,, u a t ¿r.ta
ccrler'ía al cuerl)o. tl¿u ia rttr sentido a líl cc¡rrclulc' la scnsrlalir'lad del r-edactr¡r) r.
vida, for-jaría un (lcstirlo). O tart:Lbiérl: srr íl.un sil) .,,li.ti'.¡¡r ir', llgrrna ,.5 iu.to , l¡r
puede conccbir tlcs<'o l.tol utr personajc (l(' slltc¡r' r'orn,r irlrtr.rlialarrr,,¡¡ll irloolrigi, a
novcla (por pulsirltcs lugitivas). O inclu- (por la ployccción histó¡ica rlo su sigirifi_
so: el tcxto mismo, cstlrtctlrra rlitrglaná- cación).. i.ls cielto clue a rncrmtlo la repre_
tica y no intitativa, puede tlesplcgarsc sr¡utaciórr tonra conto objcto rlc imitaiión
bajo fornra ile cuelpo, tlisociadrt err objt:tos al dcseo rnismo, pero cntonces ese deseo
feticl.res. cn lugarcs eróticos. 'lrtlos estos rro s¿ric rlr,l marco. dol crrarlr.o" r'ilcula on_
9l
tre los persorrajes y si hay un receptor ese
receptor permanece interior a la ficción
,5¡ ps.lrá decir en consecuencia que toda
r"-ióti.u que ret.iene aI desco encerlado
en la configuración de los actuantes por
nueva que sea es una semiótica de la re- Apenas se ha dicho algo sobre el placer
presentación. La representación es preci- del texto en cualquier parte aparecen dos
iamente eso: cuando nada sale, cuando gendarntes prepalados para caernos enci-
nada salta fuera clel marco, del cuadro, ma; el gendarme político y el gendarme
del libro, de la Pantalla). psicoanalítico; futilidad y/o culpabiliclad,
el placer es ocioso o vano, es una idea de
clase o una ilusión.
Vieja, muy vieja tradición: el hedonis-
mo ha sido reprimido por casi todas las
filosofías, sólo entre los marginados se en-
cuentra la reivindicación hedonista: Sade,
Fourier, para Nietzsche mismo eI hedo-
nisrrro es un pesimismo. El placet' es siem-
pre decepcionado, reducido, desinflado en
provecho de los valores fuertes, nobles: la
Verdad, la Muerte, el Progreso, la Lucha,
la Alegría, etc. Su rival victorioso es el
Deseo: se nos habla continuamente del
I)eseo pelo nunca del Placer, el Deseo
tendría una dignidad epistérnica pero el
Placer no. Se cliría que la Socierlad (la
nuestra) rechaza (y acaba por ignorar) de
tal manela el goce que no puede sino pro-
ducir epistemologías de la Ley (y de su
impugnación), nunca de su ausencia, o
mejor; de su nulidad. Es curiosa esta per-
manencia filosófica del Deseo ( en tanto
nunca es satisfecho): ¿Flsta palalx'a no de-
92 93
rotali¿r Lula "rclea clc cla-sc"? ( Plcsuriciórr .ualquirr olro. Es rlocir'; ya sea vinculan
(i, llni) l)r'll{'lrí1 b,tslanl,' ;-t O:ot t fe|o \¡ll 1 clo el texto de los "piacelcs" cLe la vida
embargo bastarrtc notc¡ria: 1o "pcipular" (una cornida, un jaxlirr, ulr cltcuentro,
lo conoce eI Dcseo, sólo placcles.) Llna voz, un mornento, etc. ) al catálogo
persoral de nucstras serrsualidades, o ya
sca abricndo meclia¡tc el texto Ia brccha
Los libros llarnados "cr'óticos" (es necosa- rlcl goce, dc la glair pór'dida subjctiva,
rio agregar': los cornuncs, para cxceptu¿rl idontificanrlo csc tert() a lo-s r'lronrentos
a Sacle ¡r algírn otro) rLtpt'csetttan no t¿ln- rrrás puros de Ia pclvelsión. ¿l sus lugares
to la cst:en¿r cr'ótica sino srr expoctaciór'r, su cl¿rntlcstinos. Lo irrr¡rortante es ieualal e'l
prr.palaci,irr^ su pr'(¡!r'(,-iún: r': (.lr r..lo (Luc carrrpo del placcr. irbolir'la falsa opos.ición
rcsultan "exci[arrtt:s", y por supuesto entle vida pr'hctica v vir'la contcr tpl at ir.a.
cuanrlo la csccrra llcga hay rlcccpcii.rn., c1c- Iil placor deI tcrto es una lcivintlic¿rciól r
llaclón. Dicllo de otr¿r ntancra, sol lilrros diligida justarrrclrtc t:ontla la scpalarciórr
del Derseo, no rlel Placcr. O dir'ho Lon tll¿l- (lol te\1o, pucs Lr tluc cl tcxto tlicc a flavi's
licia, ponen cn esccna el Placo-L tal corrro dc la palticularidarl rlr: srr rrornblo cs la
lo ve el psicoanálisis. Iln nrisrno scntirlr ubicuirlatl clcl plerccr', la atopia rlcl grice.
dice tanto acluí cornci rr llh cluc to(lo .sto (.\ klea de un liJ¡r'o (clc un tcxto) rlonde
bien dr:cepciontnttc. scr'ía tr'¿rzatla. tejicla, tlc la rn¿lnor'¿r tnás
pcrsonal, ia re¡lacirin tlc torios los goct's:
los de Ia "vitla" y los del texto clonrlc una
(El monumento psicoanalitico debe ser rnisrna ananlnesis rccogor-ía la lectura y
atravesado, no roclcaclo, como las calles la ¿rventur¿r.
admirablcs de una gran ciudad. calles a
través dc las cuales se puede jugar, soñar',
etc.: es una ficción. ) Irnaginal uua cstética (si la palalrla no
está dcnasiado dcvaluada ) {ur-rtlarla hast¿t
cl final completarncrttc, r'adicalntentc,
(
Parcce que existir'ía una mística de Texto. cn todos los sentidos) cn r:I placcr del con'
Por cl contrario, torlo el cs{uer-zo consiste suntídor fuese quicn fuesc, peltcnezca a
en materializar cI placer del texto, en la clase o al grupo que sca, sin considera-
haccr dol tcxto ¿1l¡ objcto de placcr cotto ciórr cle cultlrras t- cir: lenguajes: las conse-
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;r
cuerlcias serían enortnes, tal vez iú.cluso
desgarradoras (Brecht ha comenzado a
elaborar tal estética del placer; de todas
sus propuestas es la que se olvida más a
menudo).
El sueño permite, sostiene, retiene y saca
a luz una extrema fineza de sentimientos
morales, a veces itrcluso metafísicos, el
sentido más sutil de las relaciones huma-
nas, de las diferencias refinadas, un sabor
de alta civilización, en resumen, una lógi-
ca consciente, articulada con una delica-
deza inaudita que sólo un vigilante traba-
jo podría conseguir. Brevemente, el sueño
Irace hablar todo Io gue en mí no es eÍtra-
ño, ertranjcro.. es una anécdota incivil
hecha con sentimientos muy civilizados
(el sueño seria ciuilizador ) .
A menudo el goce pone en escena este
diferencial (Poe), pero también puede
dar la figura contraria (aunque también
escindida): una anécdota muy legible con
sentimientos imposibles (Mnze. Edu.;arda,
de Bataille) .
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mos la sutileza clc un ¡uovirrric ¡lto absolu-
to"(Nietzsche),
El Texto ser'ía t¿irrrbiélr csc ár'boI cuya
nominación (provis,rlia) dcbemos a l¿r
groser'ía de nuestros ór'ganos. Seríamos
¿Puedc haber alguna relación entre el científicos por falta clc sutileza.
placer del texto v l¡s ilrstituciones del
texto? Nllur. poca. La tt'oría del tcxto pos-
tttla el goco l,oto li{ no p¡rcu llDr\cn;). il¡:-
titucional en tarrto {rrnrla cn slr ct-lntpli-
miento exacto, srr asult-irirr, urra práctiea
(la dcl csclitor') )',ro rrr,n r:icrrcia, un rrri.'-
torlo, una invcstigación. una pedagogi¿t.
Por sus trrisrnos plinci¡titis cst¿r tcoria srilo
plle(lc prod cjr teóricos o prácticos esci.i-
l)ientes y no cs¡rt,cialistas (críticos. inves-
tigaduros. plolc*6¡1'q, r,clurlianlos )- No es
solamentc el carhcter fatalmente mr:talin-
giiístico de toda invcsligaciórr institucio-
ral lo quc tralt¿r la esclitur.a del placer.
tcrtual, ocr¡tre tarlbi¿]n quc actuahncirte
somos incapaccs rlc conceltir. un¿r vcrdacle-
la ciencia rlcl rlcvcrrir' (la rinica quc po-
dria reunir nuostr-o placcr- sir-r disfrazarlo
tle una tutela mot'al) : " . . . no sornos lo
l¡astantc szrfllcs para pcL.cibir. eI ltujo pro-
hablenrerrtc absoht.to r\el rl.ert:rti r; 7o per,
ntanpnlc nrr o\i\lr' rrrús qut.gracias a nur.s-
tros groseros órganos que rcsumerr y reú,
nen las cosas en plarrns cnnrrrnes, rnicrr,
tras que narla existc bajo esta fornta. El
¿irbol es a carla instaltc rlna cosa nueva;
¿rfirmanros la lctrtrm porquo rro apr.chendc-
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¿Qué es la significancia? lls el sentido en Lo que se trata de establecer desde diver-
cuanto es producido sensualmente. sas perspectivas es una teoía materialista
del sujeto. Esta investigación puede pasar
por tres estados: primero, retomando una
anti$ra vía psicológica, puede criticar
cruelmente las ilusiones con las que se ro-
dea el sujeto imaginario (los moralistas
clásicos han sobresaliclo en este tipo de cri-
tica ) ; en seguida al mismo tiempo-
puede ir más lcjos -oy admitir la escisión
vertiginosa del sujeto descrito como pura
alternancia, la del cero y de su desapari-
ción (esto interesa puesto que rro pudien-
do decirse en el texto, el goce hace pasar
en él el estremecimiento de su anulación);
por fin, puede generalizar el sujeto ( "alma
múltiple", "alma mortal" ) que no
-lo
quiere decir masificarlo, colectivizarlo-;
¡r aquí reencontramos siempre el texto, el
placer, el goce: "¿No se tiene derecho a
preguntar quíén es el que interpreta? Es
la interpretación misma, forma de la vo-
luntad de poder, la que existe (no como
un 'ser' sino como un proceso, un deve-
nir) como pasión" (Nietzsche).