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Iit, ])I_ACtiR DilL]'Ux]'rl

Lt tinir:a pasiórt rlc ntí t:ídu


lta sido cl rni td c

Il0RRliS
F.l placrr dcl terto: tal es el "síntulador"+
rlr, llircurt, quictt ¡rur,rl,. rl rir'. nunra crcu-
rOt.\t'. ttUtl(tt tt pli|fttSr'. NUltcit iOgir lla-
da: "f]csvialrl n¡i rniracla. ésta ser'h cn ¿rcle-
lantc nri írrri< a rrcgattiórr."

' Reproducciórr llresínril clc trlr ilpilrirto o nriiquirtir ¡rr.


r estudirr t' o controlrrr :Lr lilrrciorrl¡ricrrlrt I I I
t.['lat'tr/ gt¡t'c: t,n lr,¿.¡lid¿¡rl. tlo¡rit'zo, ntt
confundo; tern tir rológicar¡rc¡rt r: r:sto v¿rcilil
lodavía. De todas marleras habrá sicnr¡rlc
un rnargen de indecisión, la clistinción no
liodrá ser fucnte rie seguras clasificacio-
l¡icción de ul inrlividuo (algíru \11. Teste rLes, el paradigma se rioslizará, el sentido
al revós ) que aboliría cn sí nlisr¡ro las ba- st'r'á precario, revocable, reversible. cl dis-
lleras, Ias clases, las cxclusiones, no por curso será incornpleto. )
sincretisrno sino por simple desembalazo
tle cse viejo espectro: la contradict.-ión Ió-
gica; que nrezclaría todos los lenguajes
¿lunque fuesen considr:rados inconrpati-
blos; quc soportaria ntuilo torias las at.rrsa-
ciones cle ilogicismo, rlc irrf irlelidarl; quo
¡rt--rmanecería irnpasiblc dclantc dc la ir-o-
nía socrática (obligar a1 otro ¿rl suprenlo
oprobit.r: contrad.ecírse) 1'el ten.or legal
(
¡cuárrtas pruebas penalo-s funcladas err
rrna psicología de la unidad!). Iiste ltorlr-
bre sería la abl.ección d<'nrreslra sociedarl:
Ios tribunales. la escucla. cl rnanicotrrio, la
t'o¡rvclsaciórr harian tle él urr r:xtlnrrjcr.o:
., quii:n sería capaz rlc sopollar. la contr.a-
rliccirin silt vclgüenza? Sirr enrbargo cste
contra-hér'oc existtr: cs t.rl lector clcl texto
t'¡l c[ ¡lr¡lllcrrtr) en (lu(, tonla su placcr. I,)u
(,sc nronlento el liojo rnito biblir.o c¿rllbia
rlo scutirlo, la r:onfusión de lenguas deja de
st'r'rrrr cirstigti, el sujcto accctlc al goco por
lir lolrabitación de ios lcrrguajr:s cluc traba-
jal tort jttnNtrrrent(' al t(:xto de ¡rlacer err
nrrir Iitrlrel li'liz.
ttlticaba t¡rrtrt' la csr.¡.ilLrr.a \' (.1 l(,ng-uilj(,r:
son los movinricntos dt¡ una succir'rn silr
tibjeto, de una indifer.encia la oralirl¡rrl se-
r

palada de acluella que pr.oduce los placr:-


res de la gastrosofía 5' del lerrguaje. Ustcrl
Si lco con placet'esta {r'ase. csttr }ristori¿r o se dirige a mí para que yo lo lea, pero yo
lslir ¡lalnbla es polquc harr sido csclilas en lo soy pala uslod olra coca llue osa mislnu
r.l ¡rlrrccr' (estc placer no está cn colltradic- apelación; {rente a sus ojos no soy eI sus-
cirirr con las tluejas clcl escritor). Pero, ¿y tituto de nacla, no tengo ningur.ra figrrra
Io colltrario? ,'llscrilrir err cl placor', rrtt' (apenas la de la Madre); no soy para us-
irs(rflLlr¡r n nri. oscritor', la cxistencia dcl ¡rla- ted ni un cuerpo, ni siquiera un objeto (co-
cr'¡ rle. lrri lector'? I)e tringuna ru¿rncla. Ils sa que me importar'ía muy poco eu tatlto
¡rlcciso que 1,o busquc a csc lcctor' (qLre lo no hay en mí un alma que reclama su rc-
"r'aslror"') sin sr¿bt:r d.rinri.t, aski. Se clea conocimiento ) , sino solarnente urr canlpo,
('ntonces un osp;rr:io de goco. No es la "¡ler'- un fondo de expansión. F-inalmente sc po-
sona" rlcl otlo lo que necesito, cs el osp:r- rlría clecir qlre ese texto usted Io ha escúto
cio: Ia ¡rosibilirlarl rkr uu¿r rlialóctica rlol de- fuera de toclo goce y cn conclusiírn ese
sco- tlt, r¡rr¿r irtt¡trtt'i.sirin rlel gocr:: clue las tcxto-murmullo es Lln tcxto frígido, corno
( ¿llt¡ls lro ¡¡stón echarias sirro qur, hava jue-
lo es loda demanda antos que.Á fo,inle,c,t
go I orlavía. ella el cleseo, la ncurosis.
La neurosis es un rnal nenor: no elt re-
lación a la "salucl" sino en relación a esc
:\'lc prtsonlarr ull te\to, cs(' toxlo lll0 atru-
llr," sc cliria que nll.lrluLlf¿1. I,ll nrtrlrtrullo ''irlposible" rlel que hablaba Bataille (,,1,a
rlcl tcrto es narla nlás (lu('r'sa t,s¡tlutra rlt-l neurosis es la mierlosa aprehensión de ulr
lcrrgrrajt, r¡rc st' fotrrrzr ltirjo cl elcr:to rle forrdo imposible", etc. ) ; pcro ese mal nle-
trrrir sirtr¡tlo rlccrsirlarl rlc csclitula. -,\qrrí rror es el único que permite cscribir. (r,
ro so est¿'¡ err la pt'r'vclsióu sirro cn la tle- leer). Se acaba por lo tanto en esta par.;i-
¡narrrl;r. l,lsclilriorrrlo su t('xtr). r,l csclil;a to- doja; los lextos conlo los de B¡taille
nrit llt l{'llguitje rlc l.rr.b1' eliitritr: intpo¡a- olros - qlto han rido escrilos contra lil-o,lc rrotr.
livo. ¿rrrtortr/rlico. sirr ¿rli'clo. rrna rnílriltr¿r rosis, desde cl seno nismo de Ia locur.tr, tic
r rlrlrrsil¡rr rlt' t lics {.r'sos lirncnt¿rs lár:tr¡os nen en ellos, sí quieren ser leídos, esc
(llr{, ('l nli)ri¡\'illo<o jcsrril:r r'¿ur (iirlrolir'n de neurosis necesario para sc.lltcir a sl¡s
l)(xro

t) l1
llr lr,rr'.: (,\lr)\ lr'\tos lclt ilrlt's <1¡¡1 1!¡.:pttls
tl'' l,¡tltt l(,\Ir)s ( rrqll(rtr)s,

'Irrilrr csr:r'itol rlir¿i orlloncos: Ioco no puetlo,


\( tt) no qu.rrí(l. sól() so1. .rícntlo neurólico. S¿rrlc; cl ¡rlaci'r de la lcctura provicne indi,
r'{'(:l¿lnlonte rle cicrtas nlptul.¿rs (o dr: cier_
los r;hoques); cricligos anti¡rhticos (lo noble
I,,¡ t('\to qu(! Llstcd esclibo (lcl)e probarrne 1' lo tdvial, por ejernplo) olrtrall en con-
(lua t¡t(, d¿:,s¿'¿r. Ilsa prucba existe: es Ia es- lirc[o; sc crean neologisrllos I)ornposos e
lrilrrra- l.¿ esclitrrra es osto: la ciencia de ir'r'isolios; mens¿rjes J)oruográf icos se mol-
Ios gotcs rlr,l k'nguaje, str karnaslltra (do rlr:iru elr frascs tan puras quc se las toma-
lsla cierlr:i¿r no hav rttiis qrtc urt tralíl(lo; liir por cjenrplos grarrraticaIcs. Como dice
la t.scritura lnisnra ). lrr tcor'ía dei texto: la lelgua es reclistri-
lrLrirla. Pero esta rctli,stribt¿cí¡in se hace
.sitrrtpre por ruptura. Sc Lraz¿ln dos }ími-
lr.s: un límite pmdente, conformista, pla-
giario (se trata de copiar la lengr,ra en su
ostado canónico tal como ha sido fijada por
la escuela, el buen uso, la literatura, la cul-
Irrra), y olro límite, rnóvil, vacío (apto pa-
l il tomal' -no irnpolta c1uó contornos) quc
¡ro cs Inás tlue el lugal rle su efecto: aili
rlonclc se entrevé la mucrte tlel lenguaje.
f .'u. rlos lírrrilos - tl t'ornpt ontiso quc pu-
tr.t:tt cn escenA-- son necesarios. Ni la cul-
I ur'¿r ni su destlucción son cróticos: es la

lisura cntre una y otra la que se r,uelve


r,r'ír1ica. l,ll placer <lcl texto es similar a ese
instantc insosteniblc, inrposible, puramen-
It' noucl¿'.sco que el libei'tino é+rsta al t¿rr-
rlrinri dc urr¿r aldua macluinación haciendo
t,1 15
{r)r lirr lit (uerda qtte ltl tierlc sllsp('lldi(lo rrcnrrtlo t's un poderoso chollo de pala-
lrr r,l lrlrrtlcltto IIlistIlt) tlol gocc' Irlirs, rrrra cinta dc infra-Ienguajc. Sin enr-
lrirrgo, todo esto viene a chocar con otro
li¡rritc: cl dcl metro (decasilábico). de la
'l'¿rI vcz haya aquí un nleclio para evaluar ;rsorrílrrcia, de los neologismos vcrosímiles,
l¡rs oblas de la moclerrritlad: su valor pro- ,lr, lr¡s litmos prosódicos, de los trivialismos
vr:rrrlr'í¿r rle su tluplicidatl, cntenclicndo por (l)ol citas). La clesconstrrrcción de la len-
(.clo qLl(' tales obi'as posecrt sienrprc clos lí- ¡¡rra cstá cortada por eI clecir político, limi-
nritcs. F,l lintitc subvelsivo pueclc pal'e(lel' lrrrla ¡rol la antigua cultura rlel signifi,
¡rlivilogiaclo polqLre es el de l¿r violcrtci¿i. lllc.
( i)

l)('r!) rIo es ]a violenci¿r la tlue rlttpresrona


rrl ll¡ccr'. la clestlucciól: tlo le illlclcsa" lo
,ruc oui", es el lugar ,lc urra pér''lirla. es l;.tr Cobra, de Severo Sarduy (tt'aducida
l,r l'i.ura. "Ja r-uptura, la de[laciórr' el /a ¡ror Sollcrs y por el autor)r* la alternancia
r/ing+ quc se apodela del sujcto en cl ccn- cs la de dos placeres en cstado de compe-
tlo del goce. La cultula vuelve entonces tt'rtcia; eI otro limite es la otra felicidad:
baj,r cuiiquiel fonna, pct'o como límite' ¡rtrás y ntás todauía!, otra palabra más,
ol r'¿r fiesta rnás. La lengrra se reconstr-Lrye
cl otra parte poL.. el flujo apresurado de
-Lr irlonlonlotllo s¡rlrrc lorlr' 'r's ;rllí rlr¡rrrlr' loclos los placeres del lenguaje. ¿En qué
r.l lírrrite será rnlls nitklol lrajo la folnra clt' olr':r palte? En eI paraíso de las paltrblas.
rrrr¿r tn¿rtt'ria lit'larl pura: Ier lengua, su lóxi- l,ls vercladeranrente un texto paladisiaco,
r o. su nrétt'it:a. su lllttsrlrlia En 1-r¡1s' rrtripico (sin lugar'), una hetelología pr.rr-
dt-'
l)hili¡rpc Solier:s, torlo t:stlt atac:atto, tlcs-
¡'lcnitucl: torlos los sigrrificarrtes están allí
constl'uidtr: los edifit ios itleológicr-rs, las ¡lt'ro ninguno alcanza srL finalidad; el au-
soliilaliclades intelectualcsr la separación Irrr (cl lcctor) parece dccirlest os anr) a
rir: los icliottras e incluso la sagratltr alnra- lodr.r.s (palabras, giros, frases, adjetivos,
zrin tlc la sint¿rris (sujcto/predicado): el ¡'r¡pturas, todos ¡uezclados; los signos y los
l('\to ya no tonla por rnotlclo a Ia frase, a tspcjisrnos clc los objetos que ellos repre-
scrrtarr); urra especie cle franciscanismo
* IJn inglés encl texto, signilica literalmente: decaden- ( ou\'oca a tocl¿rs las palablas a hacerse pre-
ciLr, flojc<licl. Forma parte cle la nomenclatura específica
.lcl psicoanálisis por ,acqr'¡es Lacall- y
-1{jaciualizada ] '' Al r.l
,lcrigntl 1u disolLrcióll o cv¡nescencia dc sujcto IT francés l

Itr t7
.,r.nlls, (lin s(i pl isa ]' volver a irse inmedia- , ¡rlo irl lt.t l.or'- (.lr t¿ulto trisit, cI gr,rslo rlt.
tiun{,nl(f : tcxto jaspcaclo, coloreado; esta- l;r:r lrr¡rtruils vigilarlas, de los confor.mislrcis
¡¡ros cohnados por el ienguaje como niños ,.r ¡ n r;tsr:ilra(1os y de las destrucciones indi_

irr¡rri<:rrcs nacla sería negador reprochado, o lcc l.;rs. Y aunque aquí el logro puerla ser
¡rt:or' l.otlavía, "permitido"' Fls Ia apuesta
¡r'¡uilitlo a un autor, se añade un placer
r l(' rcalización; la pr-ocza es
rlr: rrlr júbilo contintro? cl lnomcnto en que mantener la
por su cxceso de placer vcrbal sofoca y ba- tttit¡¡csis rlcl lenguaje (el lcnguaje irnitán-
l¡rrrcea en ei goce. rl,¡sc a sí rrrisrno), {ucnte dc grandcs pla-
r lrls, dc lllla rnanera tan radícal¡nente
rrrrrbigua (ambigua hasta la raíz) que cl
l;lirubr.¡.t: ¡na mOnota rlr.cgt lat, ,lC aguic- l('xl.o no cac nunca bajo la buena concien_
lc¿rr el tliscurso sin uolucrl.o insensato. r iir (y la nrala fe) de Ja paroclia (de la risa
Ils verdarl que la lct¿)rica conocc las r;rstrerdora, de lo "córnico que hace reír,,).
llrpturas de construcción (anacoluto) Y
)ai mpturas de suborclinación ( asíntlc-
ton), pero por primera vez con Flaubctl ,,l,ll lugal más er'ótico rlc un cucr.po rro está
Ia ruptura deia de ser excepciorlal, espo- ircirso ¿11í dorule la uestintenta se abre2 F.n
r'ádica, brillante, engasta(ia en Ia vil ma- Iir pervcrsión (quc es cl régimcn dcl pla-
¡ r'r' texlual , no h.r) .'z.orr;rs ,,rúg,,rrar" iex-
tcria cle un enunciado coLriente: no hay
lengua mrís ¿c¿i de esas figuras (lo que ¡rlcsión por otra partc bastante inopot.tu-
quiere decir, en otro sentido: no existe sino r rir )
; es l¿l internritencia, conro bien lo ha
la lengua); un asíntlctotr gcneralizado se rlicho cl psicoanálisis, lar que es erótica: la
ir¡rodcla de toda la enunciación de nlanc- rlc la piel quc centollea entre dos piczas
ra que cse cliscurso tan lcgiblo cs? clandes- (cl pantalón 1. el pulóver), cntre clos bor-
linarnente, uno clc los lnás enloquecidos rlcs (l¿¡ carnisa cntreabiorta, el grrante 1, la
(llro sc Pun(ld ilttaginlr: la ¡'cqucña mono- rrranga); es ese cerrtclloo el quc seduce, o
ri;r lógica oslá cn los iltlcr'licios. rrrejor: la puesta cn oscena rle urra apar.i,
Ilc acluí uu estado rnuy sutil, casi insos- t; i írn-d cs apa ric irin.

Icnible clel discurso: la narratividad está


rlcsconstrtdda Y, sirl embargo, la historia
sigrrt'sicndo legible: tnnca los tLos borcles No se trata aquí clcl placer del strip,tease
rlr, l¿r lisula harr sitLo sostellidos rlás neta <rlporal o clel suspenso narrativo. l{n uno
nr('nt('" nun('a r'l placi:r' a si<lo rtrejol' ofic v otro caso r.ro ha5. desgarrarlura, no hay
tll 1g
l¡orlr"r sirrr¡ lrn (l('vel¿rnlielrto pr'oglcsivo: ,rll;urros irtr¡rrrrrcrnorrlt' (rr¿rtlic llris vt') las
Iorlrr lir lxcitación se refugia cn 1a espe- rlr.sr li¡rciorrcs, ltrs erxplicaciorres, kls r.onsi
t(tlt.u tl{'. vcr cl sexo (sueño del colegial) rl.r'¡rcioncs, las conversaciones; nos p¿rre-
o rlr: t:ortoccr <¡l {in de Ia historia (satisfac- r r,nr{)s ¿t urr cspcctarlol tle cabalet que su
Paradójicarnente (cn tan-
<,irirr lrovclesca). l¡ilrrrli¡ al csccnario apresut'ara el stlip-
lo cs dc consumo masivo ) , es un placer t.r¡st' rl(. la b¿rilarirra quithndolc rápida-
urrrcho ntás intelectual que cl otro: placer nr(,nlo slls vcstidos, puro siguicnclo eI or'-
crlípico (dcsnudar, saber, conocer el ori- ,llrr cstaltlcciclo, es rlecir': r'cspotanrlo pol
gcrr y cl fin) si es verdad que todo rclato rrn lirrlo y precipitanclo po¡ eI otro los epi
( totlo dcvclamiento de Ia verdad) es una r,,,rliris clcl lito (como ntt saccrdote que
l)llcsta en escena del Paclre (ausente, ocul- !t uges(. su nrisa ). l,a tmesis, fucnte o figu-
to o hipostasiado ) , lo que explicaría la so- r;r rlt'l placer, en[r'cnta aquí Ios línrites pro-
lidaridacl de las formas narrativas, de las ',¡ri( {)s: oponc aqr-rcllo cluc es írtil pala cl
('strlrcturas fanriliares y cle las interdic- r orrocinriento rlcl secleto I'aqut:llo que rrri
ciones de desnudez todas entle lo ('s; es una lisr.r ¿r prorlucirla pol un sirrr-
L

rrosotros- en cl mito -reunidas


de Noé cubierto por ¡rlr'¡rrincipio dc lurrc ionaliclatl, rro sc pro-
sus hijos. r lr¡t r: clt la estmctur'¿r rnisnra dcl lt,ngua jc
,,irro solanrente cn t:I nronrcrrto rlc srr corr
rru uloi el ¿llltor. no lluerlc plcvt'r.la: Jlo pLl(l
Sin enrbargo, ei relato rnás clásico (una rlc rluorel t¡scr'.ibil kt qttc tto.sc L:r'r'rÍ. Y, sirr
rrovela ile Zola, rie Balzac, de Dickens, de crrrlralgo, os cl ritnro rlo lo r1r-rc sr: Ico 1' ¡¡s
lblstoi) Ileva en sí una cspecie cle lmesis lr) rllrc no sc lerc atlucllo c¡tro construl't-' cl
rlcbilitada: no lo lcemos cnteramente con ¡rlirt cl rle los glanrles lclatris: ¿st' ha leído
la rnisma intensidad de lcctura. se estable- ;rlgrrrra vcz a Ploust, llalz¿rc o Lo auerra y
ce un ritmo audaz poco respetuoso de la lrr pu: palabra por palabra? ( [i]l ercantri
itttagridad del tcxto; I¿r av.iclez misma del rlo l)Lonst: de una lectula a otra uo sc sal-
r:onocinriento nos arrastfa a sobrevolar o tirrr ios m.ismos pasajes. )
ir encabalgar ciertos pasajes (presentados
r:onro "aburridos" ) para reencontrar lo
rrriis r'hpidamerrte posiblc los lugares que- Lri tlue rne gxsta er] urr lcl¿rto no cs di-
rn;rnlcr rlc la anécdota lrluc son siompre r'('ctarnonte su corrtt¡rritlo ui su cstruclur-a
srrs ¿r lt iculaciones: Io que hace avanzar el sirlo rn¿is bien las rasgaduras qnc lc itnpon-
rlcvt'l¿r¡r¡icnto rlel enigrna o del destino): ilo a sLr bc]la envoltula: conol sallo, lo-
20 2l
\,r¡rl0 li¡ ('¿ll)oz¿t y vuolYo ¿t sut ('1 giI
t('. ,,r,) r'sla scg,tttrtla |ccltra aplicad¿ (()l son-
Nrrrlir t¡rrt: vcl cotf el profuntlo desgan a- lirli, l)roJ)io) os la clue col-rvicne al textrr
rrriclrt.o quc el tcxto c1e goce intpr-ime al rrrorlclno, al texto-Iíinite. * Leed lentamen-
lclrgrrirjt-. n srno )¡ no a la simple tempo- tr,, locrl todo c\e Ltna novela cle Zola y el
r'¿r lirl¿rrl rle su lectura. lilrlo sc caerá dc mcstr¿rs manos; leed rá-
L)or lo tanto hay dos rcgirnones dc k'c- ¡rir lo, Jror citas, urr tcxto llroder-no
y ese tex-
l.ur'¿l: una va directamcntc a las ar'licrrla- lo sc vuc'lve opaco, preclnido** a vuestlo
cirirres de la aui:cdota, consider'¿t la exlcir- ¡rlirccr': ustccl quiele qrte ocuna algo, pero
r:ir'rn clcl texto, ignora los juegos tlel lcn- tro ocurre nada, pues Io que l¿ sttcede aI
guaje (si leo ¿r Julio \rclnt voy r'hpirlo: lt'trgltaic no le sucede al discurso: lo quc
piclclo el discurso, y. sin r:nrbalgo. nti loc- "or;[rre", acluello que "se va", la fisura de
tura no está fascinatla pol niirgurra prirdi- l,rs dos borcles, el irrtersticio del goce, se
r/a verbal, en el sentido qlle esta palabra ¡rlorlucc crr e1 r.olunrt'rl tlc los letrguajes,
puede tenel en os¡relcolrgía); la otla [ec- cn Ia crturtciaciLrn y rto cn la corltillrlación
tttra 1ro deja rrada: ¡tcsa eI texto 1' ligada rlc los cnunciatlos: no d!,¡913t', no traggt'
a él lce, si así pucrle rlecirsc, cor aplir:a- r,t',,t',t.ttaa
ción y ardien telllcute, atra¡ra t'rr <'atla l ; ñ, ia loer á los at¡lorcs de' hoy os necc-
punto del texto cl asinrlcton quc colta los s¿u'io reertcontrat el ocio de Ias antiguas
lcnguajes, v no la anór'dota: no rs la ex- Iccturas: ser lectores aristocráticos.
tensión (lógica) cluo la cautiva, cl rlesho-
jarnienlo de las vercladcs sirro la su¡rerposi-
r:irin rir: ios niveles de Ia significanr:ia;
( orno err eI juego rlc l¿r rnano c¿rlicutc la
t,xcitación no pr'ovicnc dt-. u u tr¡lLu o por
¡rlcitear sino cle unn es¡rccic r'lo estr'é¡r.ito
vr'¡1.ical (la vertic¿rlidarl rlcl lorguajo v tlc
srr ries{r'ücción); os en cI nlollrc}tto ('ll qlrc
t;rrl¿r l¡¿rno (di{tlente) salta sobrc ia otr.a
1.
f, no una despttt;s dr¡ la otl'¿r ) cuartlo so
¡rlrxlucc el aglrjelo y ¿lrrastr'¿r:r1 sr:jeto del ' lr,r;' 1., Jil- .rr-l¡ tntrc , Ár./ ) tcsl¡r véasc Roland
jrri'gu -, cl sujr,to rltl lcxlr¡. lrerrr ¡rar,atló- jl,Lrthcs, SrZ, l)¡ris, Sruil, 1970. IHay tlarl. csp.: \1érico.
ji'.r¡ , ¡rto ll'tr irrllc l¡¡ ,'¡rirri,,rr ü i. (, :l ilr l( ) \xr, l'i80.] | r.l
' 'l l i 1¡r¡l¡o L. rl. IrrtitLrts I ¿Lcrrn l t,rclL,:1. lt.l
r.s srrficicnll roti ir rú¡titlo T)in ir lro ¿rJirrr.ir.

2.1 :;
Si ;rr:c¡rto juzgal un tcxto segírn eI placer' 'li'rlo de placet: el que contenta, colma,
uo l)u('(lo pelrnitilme dccir: éstc ('s bucno, rlrr crrforia; proviene de la cultura, no
('sl(. otro es nralo. Son irrrposiblers ('rrtorrces
¡.rnl)o con ella y cstá ligado a una prácti-
Ios plenrios. ia cr'ítica, ¡tues ésla irrrplica r t tortf ortabl.e de la lectlua. Tcxto dc go-
un punto rlc vista tár:tico" un uso social y r r': r'l quc pone cn esta.lo cle pér.dirla, des-
¡r -rttcltutlo una galarrlía irlaginalia. No irr r¡nrorla (tal vcz incluso hasta una folma
lrrrcdo closificar, inaginar quc cl texto sca rl,. ¡rlrr.rllirriclto), hace vacilar- los funcla-
¡', rf r.clilrle- rli.pue.lo a olll'al en urr jrrcgo r¡¡r'nlos histirricos, cultnrales, psicológicos
rlo pr-edicados nor:nrat.ivos: es clernasiarlo rlr,l lcctor-, la r:ongrucncia de sus gustos"
('sto1 no es sulicicntc esto otro; el texto
rl'. \tt\ \ llrtl e( v rlo sLlS |.ocuetrlos, pono ell
( ocurlc lo misn¡o con la voz que catrta )
, ri'i. .¡ r'r'luci,ir¡ corr ol longua jr'.
U') pllc(]o ,l|rirncar nr{. :\i o un iuicio nrt r\r¡ucl quc ntantienc los dos tcrtos en su
ir(ljot-ivo: ¡es t:sto! Y todavía rnás; /¡¿rs ¿r.r1r) ( iurpo \¡ cn su rnano las riendas dol plat:cr.
¡rtra mí! EsIe pnrn nli ro t-s subjctivo ni 1 rlr'[ goce cs un sujeto anaclr'rnico, pucs
cxistencial sino nicf.zsclicano ("- - .err r:l
Iirrrrlo ¡o es sierttplc, .la lnisrtr¿r cuestión: ¡,rrrlicipa al mismo tiernpo y colltr.¿r(l ic t o-
r iir rrronte en el hedonismo plofunilo de to-
,'Qur! sigrrifrca aslo püra utí.). . ."\. rlir cr.¡ltula (que pcnetra en i:l apacible-
rrrcrrtc bajo Ia fclrma rlc un arte clc vivir
rlcl rluo folnran parte los libros nntiguos)
l,ll 1.¡río rlcL tr:rto (siirc1 cr¡al orr surlt¿l .rri)
r lrr lit destrucciírn do cszr cultula: goztt
lrrl'tcxto) su t:olu¡tl.otl. d.c gocc: alli
scr'í¿r
,,iruultáneamentc de la consistt'r.rcia rlc su
rnisnlo rlondc cxct-.dc I¿i rlcnranrlar, soltlc-
lo (cs sn placcr') y de la bírsquctla rle
¡rirsir cl rnulrttullo y tlaLa rlc rlcsborrlar', ck: srr ¡xildiria (cs su goce). Fls un sujeto rlos
liirz¡l' l¿r Jil¡craciórr dc ios arljcLivos --que voccs escirr¡lidu, dos veces pelvolso.
srrrr lirs puer'f.as del lenguajc por tlorrrlc Io
irlcolrisicr¡ y lo irnaginario penetlan en
¡l lirrrr lcs ol oad a s.

t.t
25
¡ tltí ttuis ullti y a su lúdu. lil conflicto ¡ro
sr,r'i¡r otla ({)s¿l quc eI estadn rnoral de la
rlili'r'crrcia; catla vez (y ersto se vuelvc fre-
( n('nte) (lu('r-ro es tácito (crrcalarldo tralls-
lir'¡r¿lr una situación rcal) se puedc seira-
,\ot:it:rlorl ile ,'l trti gos dal.'I'e¡to: sus rniem- l¡rl cn ól la lrustración clol goce,, el fracaso
lllos no terrr{r'íalr t'l corrrí¡n (pucs no }raY rlr: urrer perversión que sc aplastzr bajo su
forzosarnente actrerrlo sol)r'o los tcxtos rlr. ¡rlopio c/rtiigo y no saltc yer irrvcrrtarse: el
placer), nl¿rs que sris oncnrigos: inopor-trr- t onllicio sienrpre est¿'r corliIitatlo" la agle-
lros rlc toda cspecie qrrc rlr,clctan la plechr, siórr cs el rnás gaslrrdo dc lris ienguajcs.
sión rlel torlo v rle,srr placor'. se¡r por con- ( irrarrclo lcchazo la violencia rt¡chazo erl c/r-
Iornlisnro cullul'al. pol iacionalismo in rligo que Ia imponc (err ci texto do Sadr,
Lransigelrte (sospcr:harrilo rril¿r "llrístic¿r" firera clc lodu t:ódigo I)uost{) qu(' irrr.t'nt¿¡
de l¿r literatula), sca por rrror':rIisrrro poli- corrtirtuarrrcrrtc el su¡o ¡r'o¡ritr r' íurico, ntr
lico, se:r ¡ror critica rlcl signilicante, sea Itay conllictos: sólo tlirurlos ). Gusto cI ter-
¡ror pragrnatisrtro irnl-ri.cil, sca por fiivoli- lo porqu(, cs para lllí ese cspacio r¿rro del
<lirtl lntrlona, sca por dostruct:ión rlel dis- Iengr.raje crr cl r¡ro tod¿r "escena" (elr cI
ctrlsri, pértlirln r'lcl tlese¡o velbal.'I'al socie- sentido rlo¡néslico. corryutal del término),
rlacl rro terrdl'ía 1¡|¡i¡¿¡:irin, no l)odr'ía nro- toda logorrraquia, cstá ausorto. III texto no
vefs(' lrlás qrrr. t:rr ¡llorrtr itto¡tía; sirr ernbaI cs ntlnc¿l un "diáIogo": rringírrr liesgo de
go. st,r'ía ul¿l ('sp(,ai{) tlc Ialartstcrio. pues sirtulacirir, di: :rgr:esión, tle chtrrrtaje, rin-
er1 ¿'l scríarl l'ercrilrocitl¡rs las contrarlicc;io, guna livalirlatl tkr itliolcr:trisl ci toxto illsti-
nos (y pol io talto sc lt,slliirgilian los tuyc orr oi scrro rlc [a Lclaciórr ]lunr¿ln¿r
liosgos (lo irtrposlrrl¡ irltllrieir':r)- la rliIe, col'rieirLo Lura es¡recic rlc isloLt.. rtrarri-
rt:ltt ia obse't t ¿itla 1' ,,1 r'or r lJit ttt qrrcrla Iia Iiosta l¿r I ratulalcza ¿rsocial rlcl ltJact'r' (sólo
rra¡c:rtlo <lc iirsignilit ariciir t'siclrrlo ilnplo, r,l ocio cs srlci¿ll) 1 hacc crrtlevcr l¿r verclarl
tluctor de plar:er) . csc¿rndalrs¿r clll g-oce: que aboliendo todo
irttaginirlio r-r'r'll;rl ¡rtrcrla s('r' /¿¿'¿l1/o.
"Qtrt' lrr tlifcrtrrciii rc dt's1ice sr.rltre¡rticia.
rrcutt' llaciit cl lrrgitl rlel r:olf licto." Li¡ rli-
li'r'r'llt:iir rro cs lo (lrrc oct¡ltil o t:rlt¡lr:rilir r'l
cr¡rlIIicIt¡: sc cortclttistir soll'r' r'l corr{lit l,,-
l('s. r'asqos ubicLros. displlestos cr-r cl texto
|0l o ser illas y qlre par'¿l nosotlos fenlpia-
zirrr velttajosamente los "senúna aeterni-
/a/is", los ":opyra" r las not.iulrc., comunos,
l¿rs asunciones fundarnentales de la anti-
Solrlo ja cscena del tcxto no hal' r.arnpa: gua filosofía). El texto tiene una forrla
rro hay detrás dcl texto algrrierr activo (cl Irumana: ¿es una figula, un anagrama del
cst:r'itor)r ui dclante alguien pasivo( cl lec- ( ucrpo? Sí, pero (le nuestro cuerpo er'ótico.
tur'); no hav un sujeto v un objcto. III tex- I,)l placcr del texto seria irreductible a
to caduca las actitudes glamaticales: es el su funcionamiento gramatical ( feno tex-
ojo indifererrciado del que habla Lrrl autor Iual) conlo cl placer del cuerpo es irreduc-
r¡xccsivo (Arrgelus Silesius): "Iil ojo por: cl tilrlc a la ¡r.co.idad Iisiológica.
(llrc veo a Dios es el misrno ojo ¡tor el que
l)ios me ve."
Il1 placer del texto es ese momento en que
lrri cur.r'¡o comienza a segnir sus plopias
It;rlr.¡ r. Qrro los clutlitos ár'.rL¡". hablalrrlo idcas mi cuerpo no tiene las nis-
rlcl texto cnrplean esta expresión admi¡a- -pues
lu¡s.iclcas que yo.
ltlc: el cuerpo cierto. ¿Q:t:t6 cuelpo?, pucstu
quc tenemos varios: eI cuerpo cle los ana-
tomistas y rle los fisiólogos, el quc ve o del
que habla la ciencia: es el texto dc los gr.a-
tnáticos, de los cr'íticos, de los cor¡ent¿rclo,
lcs, r'le los filólogos (cs r:I fcno-tcxto). Pcrt
tarnbién tcnentos url cuetpo de goce hecho
íuricamente de lelaciones cróticas silr nin-
grrna relaciórr con eI ¡tlilrero: cs otr.a tli-
r iri,i¡¡, 61 ¡¿ ,lcltulnilla.ión.

( lrrr cl tcrto ocnllr¡ lo lnisltro: lo cs más


r¡rrc la lista abierta rlc los fuegos del len-
grrirjr' (lLrcgos vivienf t s" luces internliten-
:3 29
ccl té¡rnino distinto del placer y tle su
(:cnsura; ese término está postergado para
rrrás tartle, ). en tanto st-- srrjetc al lrornbrc
rrrisrlo clt¡l "placer'', to(lo tcxto soble cl
¡rlacer serti sienlrlc tlilatolio: ser'á siempre
,'(Jórrro obtener placer cn un placer rclata- una inl¡,,,lttr-ciritt a irqur.llo qul ro so o5cri-
r/o ( aburrimiento <le los rel¿rtos de sue- bir'á jarnhs. ]in lolrna sirnil¿rl a esas plo-
r-rtrs, de los rclatos parcclaclos) ? ¿Córno leer rluccioncs dcl arte corrtenrporáneo qrre
la crític¿r? Urra sola posibilidacl: puesto irgotan su rrcces;.rlat[ ilrnrctliatarrrcntc clcs-
(llrc en este caso soy un lector err scgundo ¡rués de ser vist¿rs (puesto t¡-rc vclLas es
irrado es necesalio clesplazar mi posición: comprendel inr¡recliata nrerr le Ia {inalidarl
err lugar de accptar ser el confidentc rle tlestnict.iva corr l:r que cst/rn <'x¡ruestas: no
osc placer crítico seguro par.¿r no hav elr cllas ninguna tlttraciirn contenrpla-
lograrlo-- pucrlo, -nledio
pot' el contrario, volvcr_ tiva o tlelcitable), csta introducción sólo
rne su "voyeur", observo clanclestiir¿imen- podría lcpetilse sin introducir nunca a
te el placer clel otro, entro cn la pervcrsión; lrada.
ante mis ojos cl contentalio se vuelve en-
tonces un texto, una ficción, una errvoltur.a
fisurada. Perversidarl dcl escritot' (su pla-
t:c¡ de escribir no tiene función); doble y
tliple perversidacl del critico y de su lei-
tor y así al infinito.

Un texto soble el pltrcor sólo prrcrlc serr.cor.-


1o (así conro se tlice: c'eso cs lodo? ¿s utt
poco corto') porquc el placer únicarnente
sc deja decir en forrna indirecta a tr.avós
rle r¡na reivindicación (yo terzgo derecho
a I ¡rlacer) , y por lo tanto no sc puede salir
rle una dialéctica breve, en dos tiempos: el
tit'rrr¡ro de la d.ora, de la opinión' y el de la
¡trrruloto. rlc la irnpugntrción. Falta un ter.-
;0 3l
l,il placer del texto no es for.zosarrrente un Placer del terto, terto de pkrcer: estas ex-
¡rlacel dc tipo triunfante, heloico, muscu- presiones son ambiguas porque no hay una
loso. Ninguna necesida<l de cimbrearse. palabra {rancesa para cubrir simultánea-
Mi placer puede tomar muy bicrr la forma mente eI placer (la satisfacción) y el goce
dc una deriva.* La deriva advienc cada (la desaparición). FII "placer" es aqui (y
v('z qne rr.o respeto el todo, y que a fuelza sin poder prevcnir) cxtensivo al goce tan-
rlc parccer arrastrado aquí y allá al capri- to como Ic es opuesto. Por lo tanto debo
, lro rlc Ja" ilu.ior¡osr rorlucciones e irrtinli- acornoclar-ne a esta ambigüedad, pues, por'
rlaciones clc lenguaje corno urr corcho so- una pa1'te, tengo necesidad cle un "placer"
l¡re una ola, permanezco inmóvil haciendo general cacla vez que es necesario referir,
cjc sobre eI goce in.tratable quc rnc liga al me a un exceso (lel tcxto, a lo que en él ex-
llrlo r al mun'lu'. Ha5- tlcriva carla v,'z cede toda función (sociai) y todo furrcio-
cluc el lenguaje social, el socioJecto, rnc namicnto (estrrrctural); y por otra, tengo
abandona (como se clice: ¡n¿ abandonan. necesidad de un "placer" pafiicular, sim-
las ftterzos) . Por eso otro nombre cle Ia tlc- ple parte del Todo-placcr', cada vez que
r'.iva sería lo Intratable incluso la Ne- rccesito distinguir la euforia, el colmo, el
ccr'la cl. -o confort (sentimiento de completud donde
penetra libremente la cultura ) ,, del sacu-
clirniento, rlel temblor, cle la pér'clida plo-
Sin embargo, si se la alcanzara, decir la pios rlel goce. Iistoy obligaclo a esta alnbi-
rlcriva sería hoy rrn discurso suicirla. güedail porque no puedo depurar a Ia pa-
iabra "placer" de los sentidos que ocasio-
nahnente no necesito: rro puedo irrrpedir'
que en francés "placcr" rcenvíc simultá-
* rrearnente a una generali(¿fi (."príncípí<ts
It¡r¡r una mejor comptcnsióIl de esta propLLesla de
llrlthcs, cl. su cnsayo "Pje¡re Lotir Aziyadé", en D,l grado de plnce r" ) y a una miniatulizaciótr ( "Io.s
tt'n¡ tlt l¿ csctítura / Nueros ensdyos .rítico-c, México, Si- tantos están en Ia tíerrü para nltcst¡ os pe-
11., \\ r. l97;. [¡.1 queños placeres"). Por lo t¿into estoy obli-
32
li,rlo it {k'iitr que el enunciaclo rlc mi tcxto irlilrrr¿rcirjn (1'lo t1c r-rn rlr'sar.rollo) y que
..r' rlr,slir:c en la contradicción.
cl sr.Ljcto de esta historia (esc sujeto que soy
cnl.rc otros) lejos de poclel apaciguarse lle-
v¿rnrlo frontalrnente el gusto dc oblas a¡r-
r,Scr'¿i el placer- un goce reclucido?
¿Será el tiguas y c1 sostén de ol¡ras rrroclernas en
i.l "{ r' utt plact'¡ i¡¡¡¡¡5ur ¿S¡r;i r I pli¡er. na_
(r¡r ruir\ qlro lllt Lul bello movirrriento dialóctico de síntesis.
. Soco rlolrililfld,)1 ar^eplado I r ruril "collltadicciórr vivic¡rtc": un sujetó
.1, rlcsvi;rtlo ¡r tr.avós clc url cscalonarriiento
rlt'colrciliacionr:s.) ¿.Serh el gocc ur.r placer tlividi¡lo que goza simultáneatnerrte a tra-
Irlntal, irrnrcdi¿rto (sin tuediación I ? De la r'és rlel texto cle la consistetrcia cle su 1.o
Io\Jltlr'rlil si o ,,, ,lcpcrr<le Ia n,atrnl.a ólr 1' tlt: su caída.
qlre 1t¿l]'rar-onlos l¿i historia rlc nuestra rno-
rk'r'¡ridarl. Pucs si digo quc cntrc el placcr
Por otra parte, proverricnte clel psicoaná-
y cl goc{r no hay rr/rs r¡r_rc una tlifeiencia Iisis. tcnernos t-rn nredio indirecto de fun-
rlr: grerrlo rligo tanrbién que la historia ha
sido pacificatla: <¡1 texto rle goce rro se¡á
rlal la oposición cntre tcxto cle placer y
n,t;is r¡rr,', I r lc,,¡r r.r.,,l lu l,igir,,. r,r.r-:ii r r ir.o, h is-
tcrto de goce: cl placel es deciblc, el gocc
lro 1o es.
lrrricr. rlel lr'\lo (lo ¡rlacor.. l,r r.rrrguartiia I,ll gocc es in-deciblc, inter-dicto. Rerrú-
|s l¿t iul lU,r I'r'o!¡''Siva, r.rrirrrr, iJra,l¿. rlp l¡
cullttra ¡ras,rrla: ol l¡tr .,r1,. rl,,l a¡ cr., Rolr_ to a Lacan ("Lo que hay rpre lcconoccr
os qu{r eI goce como ta} r'sth irrter-dicto a
bc-Grillct csth ya cn irlaubcrt, Sóltei.s., en qrrieu habla, o m¿ls ¿lún qucr rro pr-rctle ser
llabelais, torli Nicol¿trs de Stael cn d<,s ócn-
t imctros cuadr.¿rdos dc Cózarinc. pero
dicho sino e¡tre lír-rcas" ) v a l,cclaire
si por (". . .el que ([ice, pol lo quc rlicc, sc plo-
r.i ",,nlralio ( t.oo (lrro cl plircor. r. eI gbce
\on lul't,/As ¡rar.alcl;rr que, rro p ,,,lcrr crt_ l¡il;c cl gocc, o con ol¿tir.a rrcrr tc, cl tluo
r

{orrtl¿llse t. quc cntr.c cllas Itay algo nrás 3oza rlcsvarccc l-oda k:tr'¿r todo dicho
(luC lltl at,llllralr,- t t,t i¡tr OlrrUrric,rCi,,rr, en- posible cn lo absoltrto rle -yla anulación
qr-tc colebla " ) .
torlccs tengo qlrc l)ensal r¡rc la historia,
I,lI escritor' (le placer- (y sn Icctor') ace¡>
r)Lrcstla historia, no es pací{ica, ni siquierá
lirl vcz intr:ligcntel y quc el texto del gocc
ta la letra; relrlurciando al gocc ticnc cI
rlcrecho y el poder de clecirlo: la lctra es
sulg(-'on elia siempr-c bajo la for-ma de un
su placer, está obsesionado por ella, como
csr:¿inrl¿rlo (<le una falta clc eqr-rilibrio).
(llr(' r.\ \i'. ll)r'c l,r lr.A¿a (l{.U corll.. (le un{l lo están torlos los que arran el lenguaje
(no la palabr:a): los logrifilos, e.scritores,
l,l
35
( rl r'(.slx)nsalcs, llngüistas; es por 1o tanto
¡rosilrlr: hablar de los tertos de placer
(rrt¡r.rt'llos que no ofrecen
ningún debate
corr la anulación del goce): la crítica se
tjerce siempre sobre tettos de placer,
¡tunca sobre teatos de goce.' Flaubert, Toda una mitología menor tiende a
Proust, Stendhal son comentados inagota- hacernos creer que el placer (y específica-
blemente; la crítica dice entonces el goce mente el placer del texto) es una idea de
vano del texto tutor, el goce pasado o fu- dorecha. La derecha, con un mjsmo mo-
tL¿ro: Iienen qLte leer, yo he leído: la críti vimiento expide hacia la izquiercla todo lo
ca es siempre histórica o prospectiva: el qr.re es abstracto, incómotlo, político, y se
presente constatativo, la presentación del ¿Juarda el placer para sí: ¡sed bienveni-
goce le está prohibida, su materia predi- dos, vosotros que venís aI placer de la lite-
lecta es la cultura que es todo en nosotros ratura! Y en la izquierda,, por moralidad
salvo nuestro presente. (olvidando los cigarros cle Marx y de
Con eI escritor de goce (y su lector) IJrecht), todo "residuo de hedonismo"
comienza el texto insostenible, el texto aparece como sospechoso y desdeñable. En
imposible. Ese texto está fuera del placer, la derecha, el placer es reivinclicado co¿-
Iuera de la critica, saluo que sea alcanza- ¿ra el intelectualismo, Ia inteliguentsia:
do por otro terto de goce: no se puede es el viejo mito reaccionario del corazón
hablar "del" texto, sólo se puede hablar contra la cabeza, de la sensación contra el
"en" él a su manera, entrar en un plagio raciocinio, de la "vida" (cálida) contra la
desenfrenado, afirmar histéricarnente eI "abstracción" (fría): ¿debe entonces el
vacío del goce (y no repetil obsesivarnen- artista seguir el siniestro precepto de De-
lc la letra clel placcr). bttssy: "tratar humíIdemente de dar pla'
cer"? En la izquierda, el conocimiento, el
método, el compromiso, el combate, se
opone al "simple deleite" (y sin embargo
¿si el conocimiento misrno fuese delicio'
so?). En ambos lados encontramos la ex-
travagante idea de que el placer es una
cosa símple, por lo que se lo reivindica o
se lo desprecia. No obstante, el. placer no

l6 i7
t.', || (,lrt¡tanlo del texto, rro es urt residuo
rr.( ('nt(', llo depencle (le una lógica del
' rrl' lriirni'.nlo ¡. ,le la s.,ll.aci,in. c. una
rl,'r'ir.r. algo (luo es a lir vez lovolu<.ionario
t . asociai ]._ lto puede ser asurnido por
rr ir rgu ra colectividad, ninguna
mont;li_ ¿Por qué todo ese fasto vcrbal en un tex-
r

,l.r'f. níngúrr idiolecto. ¿Algo nctttro.t 1",. to? tri,l lujo del lenguaje ¿forma parte de
r.virle lr. qrre cl plar^er del loxto e\ es(.an_ las riquezas excedentarias, clel gasto in-
rl¿rloso lro por inmoral sino por.que es ald- irtil, de ia pérdida incondicional? ¿Una
ptco. gran obra de placer (la rle Proust, por
cjemplo) parlicipa rlc Ia rnisma economía
quc las pirámides de Irgipto? ¿El escritor
es hoy día el sustituto residlral del Mencli-
go, clel Monje, clel Ilonzo: improcluctivo
v sin embargo alimentaclo? ¿La contuni-
rlacl litelaria, análoga:r la Sangha búrlica
- cualquiera sea la jrlstificación clue se
da a sí misma-- es sostenida por la socie-
rla¡l mercantil no por lo que el escritor
produce (no produce narla) sino por lo
que quen.ra? ¿Excednrtario, pero tro in-
írtiI?
La modernidad realiza un esfuelzo in-
cesante por sobrepasar el intercambio:
pretende resistir al mercatlo de las obras
(excluyéndose dc la cornunicación masi-
va), al signo (por la exclusi/rrr clel sentido,
por la locura ), a la sexualidad normal
(por la pervcrsión, quc sustrae el goce a
la finalidad de la reproducción). Y sin
embargo no hay nada tlue hacer: el inter-
cambio -recupera todo aclimatando aque-
llo quc pareco negarlo: toma el texto y Io
i¿J
l)onr: cll {rl cil.cuito de los gastos inútiles
¡x'r'o lt'galos, reubicándolo ell ulla econo_
rrrí¡r colcctiva (aunque fuese solarnente
¡rsi,olúgica); a titulo dc potlatch la inuLi_
lirlad rnisma del texto se conüer-le en útil.
Ilicho de otra ntancra, la sociedacl vive Ilstar con quien se ama y pensar en otra
sribre el modo de la divisón: aquí un texto cosa: es de esta manera que tengo los me-
sublimer.- desinteresaclo, allá un objeto jores pensamientos, que invento lo mejor
mercantil cuyo valor es . . . la gratuidatl v más adecuaclo para mi trabajo. Ocure
de ese mismo objcto. pero la soc"ierlad no Io mismo con el texto: produce en mí el
tiene ninguna idea de esa división: mejor placer si llega a hacerse escuchar
¿gno_
ra su propia peruersión: ,,Las dos mitáries inrlirectamente, si leyéndolo me siento
c'n litigio tienen su parte: la pulsión tiene llcvaclo a levantar la cabeza a tnenudo, a
derecho.a su pr.opia sati.facciónr la realj_ escuchar otra cosa. No estoy necesaria-
rlad lecibe ol respeto quo Ie es debitlo: iner,le cautiuado por el texto de placer;
Prro - agrcga Frcud -- lo únit.o grat uitrt puede ser un acto sutil, complejo, sosteni-
es la muerte, como cada uno sabá.,, para do, casi imprevisto: moviryiento brrrsco
cl texto. la lirrica gralüdarl ,c.ía ,, p.ol de la cabeza como el de un pájaro que no
pia destrucción: no escrjhir, ,..,o or".ibi, oye nada de lo que escuchamos, que escu-
más, salvo si se es sientpre recuperado. cha lo que nosotros no oimos.

40
41
¿Por qué la emoció¡r ser'ía antipática al Nacla que hacer: eI aburrimicnto no es
goce (la he visto irrjusta y enter¿lnlcnte simple. No se sale dcl aburrinriento (cle-
ubicada del lado rle la sentinrerrtalidad, lante de una obra, o de un texto) con un
cle Ia ilusión ¡rrolal)? Es una disensión. gcsto de fastidio o de prescinclencia. De Ia
uttir frontet'a rlo rlosa¡r¡r'ición: algurra cosa rlis¡na mane¡a que cl placer clel texto su_
pclvcrsa clebajo de las aparicncias bien
.tocia una producción indirecta, el
pone
pensarltes; tal .r'ez se¿r aI mismo tiempo Ia aburrimiento no puecle otorgarse l-. pre-
más sinuosa de las pÉ:rdidas pues crontra- lrogativa de ninguna espontaneiclad: tro
rlice la rcgla gerrclal clue quiere dar. aI l'ray aburrimi ertlo sincet.o: si per.sonal_
gooe una {igura fija: fuerte, violenta, cm- nrcntc eI texto-mur.rnullo nrc aburrc es
cla, algo nccesariamente musculoso, ten- porque en realiclad no alno Ia rlernanrla.
so, fálico. Contra la regla general: famás ¿Pero si ¡'o la amaso (si.tuvicse algún
rlciarse entbaucar por la intagen del goce, irpelito nralcrnal r ? F_l aburrilrricrrto no
acoptar lccouoccll¿t cuando sobreviene cstá lejos clel goce: es el goce visto descle
r-rna pertur-bación de la legulaciíltr arno- las costas del placer.
losa (goce precoz, r'etrasarlo, cxaltado,
(,1c.); ¿r,1 aruor-pasión corno gocc? ¿El
goce corno sabiduría (cuarrclo llerga a
corrrplerrdelse a si rnisrr.lo frrcrn tle stls
¡tropios prt:jLtit:ios ) ?

ll 43
Cuanto más una historia está contada de Leo en Bouuard et Pécuchet esta {rase que
una manera decorosa, sin dobles senti- rne da placer: "Manteles, sábanas, servi-
clos, sin malicia, edulcorada, es mucho lletas colgaban verticalmente, agarradas
más fácil reverlirla, ennegrecerla, leerla por palillos de madera a las cuerdas ten-
invertida (Mme. de Ségur leída por didas." Gusto en ella un exceso de preci-
Sade). Esta reversión, siendo pura pro- sión, una especie de exactitud maniaca
ducción, desarrolla soberbiamente el pla- del lenguaje, una extravagancia de des-
cer del texto. cripción (que es posible reencontrar en
los textos de Robbe-Grillet). Se asiste a
esta paracloja: la lengua literaria es tras-
tornada, sobrepasada, ignorada, en Ia
medida en que se ajusta a la lengua
"pura", a la lengua escncial, a la lengua
gramatical (se sobrentiende que esta len-
gua no es más que una idea ) . La exactitucl
en cuestión no resulta de un aumento de
los cuidados, no es un plusvalor retórico,
como si las cosas fuesen p.otroriuamente
meTor descritas sino de un cantbio de có-
digo: el morlelo (lcjano) de la descrip-
ción no es más el discurso oratorio (rro se
"pinta" mhs ) , sino rina especie de arte-
facto lexicográfico.

44 45
Ill1texto es uD objcto {oticho y tsc letiche sol ficciorx¡s (ído-
Los sisternas ideológicris
t¡tc desea.I,ll tcrto rne eligc nicdiallte torla los del. lcclrr..r, hubicsc riiclro Ilacon),
rrna rlis¡rosiciórr rlc pantallas invisibios, clc rrovclas novelas clhsicas provistas
selcccionadas sutilezas: cl vocabulario. las -pcro
rle intrigas, dc clisis, de pelsorrajes buenos
lcfornncius^ l,r lcgilrli,larl" ntc.: pcr.tlido
.v v rnalos (Io nouclesco es otra cosa: un
t:n nrcdio del texto (no por dt:iris conto sirnple cortc no estru r'l.u i ailo, una diserri-
r¡n de¿ls etntacltina) está siernpre eI otro, naciórr clc folnras: la nruya). Cacla ficción
el autor. cstá sostenida pol rrn habla social, un so,
Como instilución el autor cstá muel.to: ciolec[o con cl quo sr¡ itlentific¿r: ]a ficciíul
su persona civil, pasional" biógráfica. ha os ese glaalo clc collsistcncia cn dorrrle sc
dosaparr.cirlo: rlo5¡r¡.¡.i,1¡- ya rro lio.ce alcanza un lengua jc clran(lo sc ha cristali-
\oblo sll obl;¡ la Jorrrrirl,¡Llc p.rtclnirlad zado cxcepcionalltr¡ntc ). encucntra un¿l
cuyo lelato se errcargabarr tle establecer.y clasc sacerdot¿rl (oficiantes" intclectuales,
renovar tanto Ia historia literar.ia corno la artistas ) para hablallo comúnmente y di-
elrseñanza y la opinión. Pcro cn el tcxto, fundirlo.
de una cir¡r'ta nlaner¿t, 7.o tleseo al outt¡r': ".. .Cacla ¡rrrcblo posee ulr univcrso cle
tengo lrccesiclad de su f,igura (clue no cs ni conccptos rrratenrát.icanrentc lcp:rr1idos, y
su representaciórr ni str pr.tiyccción ), tan_ bajo la r:xigcucia dc l¿i veldacl, cornpr-en-
to coüro él tiene nccersidacl dc la nría (sal_ tlc. clue tlesdc allí cn ¿rclelantc [orlo rlios
vo si sólo "rnulrnrrra" ) - corrccptual clebc sólo ser lruscatlo en su es-
Ierra" (Nietzsche): estanros todos captura-
tlos err Ia vcrdad clc los lcrrguajes, es clecir,
cn su L cgiorralirlatl, allastraclos cn la for.
rrriclablc rivaLitlad quc rcglrrtncrrt¿r su vc-
< iirclrrcl. Pucs carla habla (cad¿r ficción)

combate por su hegernonía y cuanclo ob-


iitlle cl po(lcr s(' ertienrlc r:n L¡ corlielrtc
-r. lo cotir ia l l r¡ r.t¡Iviól rclosc /r.rtrz, rr a trrla lc-
I

4t¡ 47
7,n: {,scl habla pretendidamente apolítica chos nás que "intoxicados", "teleguia-
lc. los hcmbres políticos, de los ágentes
r

rlol Iistado, de Ia prensa, de la radiolde la dos", etc.); es comprensible entonces que


tclevisión, incluso el de la conversación; la presión del lenguaje capitalista (pro-
pcro fuera del pode,r, contra ó[, la rivali_ ¡rorcionaLnente más fuerte) no sea del
rlad rcnace, las hablas se fraciionan, lu_ olden paranoicó, sistemático, argumenta-
chan entre ellas. Una despiadacla lópica tivo, adiculado: es un envencnamiento
legula la vida del lenguaje; el lengüaje implacablérr una dora, una forma de in-
provicne siernplc de algún iugar, Js ín ct¡nsciente: en resurnen, Ia ideología en
¿opos guert ero. su esencia.

Iil mundo del lenguaje (la logosfera ) No hay otro medio para que cstos sistemas
era hablados dejen de perturbar o incomodar
le¡lresentado como un inmen.o y perpe-
tuo conflicto de paranoias. Sólo s.obrevi- rnás que habitar alguno de ellos. Si no:
ven los sistemas (las ficciones, las hablas) ü To, T yo, qu.é es Io que hago en todo
suficienternente creadoras para producir esto?
una última figura, aquella que marca ai
aclversario ba jo un vocablo a medias cien_
tífico, a medias ético, especie cle tornique- El texto por el contrario es atópico si no
cn su consumo por lo menos en su procluc-
te que petmite simultáneamente compro_
ción. No es un habla, una ficción, en él eI
btrt'. erplicar. corrrlorar'" u.trlitar" recupr,-
Jar aI ellemtgo. o l ta ¡alalr|a: haccrle sistema cstá desbordado, abandonaclo
(ese clcsboldanriento, esa tlefección es la
paear. F,nue otr.as, puede decilse de cier._
si gnificar-rci a ) . De esta atopia el texto
tas vlllgatas: dei habla marxista, para tonra y comulrica a su lector un esta<lo ex-
quien t.oda oposición es de clase; ¿eÍ ha¡ia
traño: simultáneamente incompatiblc v
I'sicoaralilicir. par.a qtricrr loda rlonegar ión calrno. L,n la gluerra de los lenguajes puc-
cs una confesión; del habla cr.istiana, par.a
rluien todo rechazo es demanda" etó.-Fue clen existir rnonentos trancluilos, y esos
sor'¡rlcnrlente quc el lengrraje áel pocler
momentos sorr los textos ( "La guelra
la¡rit,rlista rro complcntli.rn n pri-"ro un personaje de Brecht- no ex-
--clice
cluye la paz . . . La guerra tiene sus mo-
vist.;r l.al ligura de sistema (de la más baja
¡'.¡rr'r l| r'¡r lanlo lo. ofo o tcs o eran tli_
rrrentos de paz. . . Entre dos escaramuzas
se vacia tla rrquilamerrte un vaso de cer-
49
\ r.z;r. . "). l,lr¡llo dos asaltos dc palabras.
(luo cs t€'xto: nirrgurra voz (Cienciá, Cau,
¡ llrr. rlos l)t c.cn( iirt de sislerrras, r,l
¡lacor. sa, Institución) está cietrás de lo que él
rlr,l lr:xh¡ es siempr-e posible no conlo una
,r.ri,in sino como el pasajo incoiignr¡nlr. rlice. Scguidamente, el tcxto destruye has-
disociado- de otro lengrraje, cono el ta el fin, hasta la contradícción, su propia
cjcrcicio do rrrra li.iologia di[crcrrt¡,. categoría discursiva, su referencia socio-
lingüística (su "géncro" ) ; es "1o cómico
:¡ que rro hace reír", la ironía quc no suje-
T'oclavía existc dernasiado heroísrno crr ta el júbilo sin alrra, sin mística (Sar-
)lllestlos lenguajes; cn los rtrcjores
duy),la cita sin cornillas. Por ú1tinro, el
so en el de llataille-, exaltación tL¡ -pien- tr:rto pucde, si 1o desea, atacar las cstnl('-
cier_ turas canónicas rle la lengua misrna
tas expresioncs y finalrnente ula cspecio (Sollers): el léxico (cxubelantes neologis-
(l(t heroíi'mo in.sí.díoso. Por. el colttt.¿¡t.io^ el
mos, palabras-multiplicarloras, translite-
¡rlacol dr.l lorlo 'r'l goc(' (l(,1 l.rlo, t.. laciones), la sintaxis (no más célula
cornLr un¿t elirninación ltrrrsca dt_.] ¿,r¿loi
lógica ni frase). Se tlata? por trasmlr[ación
guerr'cro. r-ur¿r cscamación pasajera dc los (y rto solamcntc por tr-a nsfor.mación ), de
arrestos del escritor, una cletcnci{u dr¡l
hacer aparccet- Lln rrllc\¡o csta(lo filosofal
"corazrin" ( dr:i cor:aje). ilc la rnateria dol lenguaje; cste erstarlo in-
sólito, estc lnetal irlcandcscertte fuera del
origen y de Ia corrurnicación es entoncos
,'Cómo un tc\to quc es del or¡lclt tlcl lt¡n- parte del lenguaje y no zrtt lengrrajc, aurr-
guaje pucrlc sel fuer'¿r de los lt'ngua jc-.? quc fuese excóntrico, rloblado, ironizado.
,Crinru r'.r/r'li,r/i:lrl r \¡t( il¡. ;rl cxlor.ir¡r., lirs
Iral¡l¡¡. rl, l trt¡tilrl(r 5irt rclu¡1iar..n r.jr ln ra
riltirla h¿rlrla a p;rr.til rle la cual las otras Ill placel dcl texlo lro ticlrc acepci¿)n idco-
scrian -"irrrpk.nrentc cornunicacl¿rs. rccit¿r- l,r¡1ica. Sil ('tnbetgtr; r'.1¿¡ i¡r¡pcr1 ilt¡'rrr ia
,larl Illl ol nl,rn)'. lu |'rr r¡rlr. nurrrl,r,, -,,¡. ll(' aparece ¡roI lihr.r';rlirrrro 'irro ¡r,,r. lrcr-
rlonrlrlacto: i'tr¡ttrrrildo tl la r.ivalirlarl cle velsión: el texto, su lectur¿I. cstán cscincli-
los rrollrllris. ¿Oirrrro el tr:rto prrc,dr: ,.sir
dos. Lo que está dcsbordado,, queltrarlo. cs
Iir'' r1,. l;¡ ¡rrolr';¡ rlc la* liccit,n,.<. ¡ll lu' la uuidctd moral cytr- la :oci",lad cx igc ,le
¡,'r iol, t Irr-' Pr,r' urr tr.abajo ]tr.og,.r,-ir,, rll
todo producto hurnano. I-eemos utr texlo
r.rlr,rrrr¿rciuil. I,ln l;r.il lle¡' htga l cl te:xto li_ (tlc placer') couto un¿l rrrosca vuela c-n cl
rltlirl,t Ir¡lo ntt.la [t'rr¡1lrirjc. ]. (,s Il{}r. (,sto volunren de una pieza, por vuc'lttrs ltr.ns-
50
5l
tlersujcto: espectl'os? triizos" r'astrosrl nubes
r'¿rs" li¡ls¿lnlcnte defirlitivas, apresu.r'adas c
necesalias: la sul¡versión clcbe producir
irrírlilcs: la ideología pasa sobre el texto y
su propio claroscut o.
su lectura como el enrojecimiento sobre (Se dicc corlientemente: "ideología do-
lln rostro (en e.l. amor algunos gustan er'ó- rninante"" Ilsta expresión es incongrrrente
ticamente este rubor); tcldo escritor de
placer tiene csos rubores imbéciles (Bal- ¿pues, qué es la ideología? Ils precisamen-
te la irlea clnndo domína: la ideología no
za<'., Zola, Flaubert, Proust: salvo tal vez
puedc ser sino dorrinantc. Mierttras que
Mallarmé, dueño de si mismo): en el tex- cs justo hablar de "ideoiog{a dc la clase
to de placer las fuerzas contra¡ias no es- dominante" puesto que existe una clase
tán en estado de lepresión sino en deve- dominatla, es inconsecuente hablar de
nir: nada es verrlatlelamellle antagonisl"a) "ideología dominante" pues no hay ideo-
todo es plural. Atravieso sutilmcnte la no- logía dominada: del lado <Ie los "clomi-
che reaccionaria. Por ejemplo, er Fecurt- nados" no hay nada, ninguna itleología,
d irlad de Zola la icteologia es flagrante,
sino plecisamente --v es el último grado
particu.larmente pegerjosa: naturali.smo, c!c la alienación- la icleología que están
familiarisnro, colonialisrno; eso no intpide obligarlos (pala simbolizar, para vivir) a
que continúe leyenclo cl libro. ¿Esta dis- tomar dc la clase que los domina. l,a lucha
torsión es banal? Es posible encontrar social no puede reducirse a la lucha de clos
asornbrosa la habitidacl económica con Ia ideologías rivales: lo que está en cuestión
que eI sujeto se escinde, dividiendci su lec- es la subversión dc toda idcología).
tura, resistiendo al contagio del juicir-r, a
la metonimia de la satisfacción: ¿será que
el placer vtelve objet ;o)

Algurros quie|en un lexlu { un at'to? ulta


pirrtura) sin sornbla separado de la "id<¡o-
logia dominante", pero cs querer un tex-
to sin fecunclidacl, sin productiviclatd,, un
It'xto estéril (ved el rnito de la Mujer sin
Sornbra). EI texto tiene necesidad de su
srrrrrbra: esta sornbra es un poco de ideo-
It>¡¡iit., Ltrt poco de rcpresentación , un poco
55
52
r
cia general (y no su particularidad tecno-
crática ). Todo lo que es apenas tolerado o
lotundamente rechazado por la lingüísti-
ca (como ciencia canónica, positiva)
-la
significancia, el goce- es lo que precisa-
del.,Ienguaje, a saber: la palabrá corno mente retira eI texto de los imaginarios
uniclad singular, mónada mágica; el len_ rlel lenguaje.
guaje como instrumento o d"l
"*pr"óiór,
pensamiento; la escritura como translite_ Soble el placer del texto no es posible niu-
¡ación de Ia palabra; la carencia misma
o Ia negación del lenguaie como fuerza guna "tesis"; apenas una inspección
(una irrtrospección) abreviada. Eppure si
prrma r¡ar espontánea, pragmática. Todos
esos artefactos son asumidos por el imagi_
gaud.e! \ sin embargo y a despecho cle
nario de la ciencia 0a ciencü como inia_ Loclo gozo del texto.
ginario); la lingüística enuncia nuv bien ¿Podemos aI menos dar algrrnos ejenr-
la verdad sobre el lenguaje pero solámen_ 1'los? Se podría pensar en una inmensa
te en esto: que ninguna ilusión conscíente cosecha colectiva: se recogerían todos los
es realiznda; es la definición misma de lo textos qr.rc hubiesen dado placer a alguien
(nn irnporta eI lugar de donde viniesen)
imaginario: la inconciencia del incons_ y se revelaría ese cuerpo textual (corpus:
ciente.
Ya es un primer t ra ba io restableccr en cstá bien dicho) un poco como el psico-
la c.iencia del lenguaje aquello que Ie cs análisis ha expuesto el cuerpo erótico dcl
u lribuido fortu ita menl e. iesdeñosamente
honibre. Sin embargo scría de temer que
1- a veces directamente iregado, la semio-
tal trabajo rto alcanzaría ntás que a expli-
¿a¡' los tcxtos recogi(los? habria una bifur'-
l,]flí" t [a e.sl ilisl.ica, la i.orór.ica, clecía
Nietz¡che r, la práclica,, la acción ética, el caciótr irrevitable del proyecto: no pudien-
"r'ntusiasmo'' lNietzsche, oll.a vez ). IJn se_ do clecilse, eI placer entrar'ía en la vía ge-
gundo trabajo es volver a colocar en la neral de las motivaciones, nínguna de las
cicncia lo que va contra ella: en este caso t:ualas podríct ser definitiua (si alego aquí
t'l tcxto. El texto es el lenguaje sin su ima_ algunos placeres de texto es sicrnpre de
girr:rlio, es lo que falta a la ciencia del len_ plso, rlc ulia nlanera precar.ia. sin rcgu-
lalidad). Fln una palabra, tal trabajo no
Hr.te¡( para que sea reuelada su importan_
¡xrrh ía t'.rcliDü.rc. No ¡ruetlo rtrhs qnc glrar
54
55
¡rlrodcdor del tema por lo tanto vale se vincula pol cl goce con la gratuiclad clc
rrrús hacerlo breve y-ysolitariamente antes la muerte) es silenciada por el escritor.; se
que colectiva e interminablemente; es contracta, ser musculiza, niega la det.iva,
mejor renunciar a efectuar el paso del reprime eI goce: hay muy pocos que corn-
ualor de Ia afirmación- batcn ¿ la uez Ia represión ideológica y
-fundamento
a los ualores, que son efectos de cultura. la replcsión libidinal (aquella que el in-
telectual hace pcsal sobr-c sí rnisrno: sobre
su propio lenguaje).
Como criatura de lenguaje, el escritor
está siempre atrapado en la guerra de las
ficciones (de las hablas) en la que sola_
mente es un jug-uete puesto que el lengua-
je que lo constituye (la escritura ) está
siempre fuera de lugar (es atópico). por
el simple efec[o de [a polisemia r estado
rudimentario de la escrilura I el compro-
miso combativo de una palabra literaria
es, desde su origen, dudoso. El escritor
está siempre sobre eI trabajo ciego de los
sistemas a la deriva; es rrn comádírr, un
maná, un grado cero, el muerto ¿et ú¡¿_
ge:
-necesario para el sentido
(para el
combate ) pero en sí mismo privado de
sentido fijo: su Jugar', su ualor rde cambio)
varía según los movimientos de la histo_
ria, de los golpes tácticos de la lucha: se
le exige todo y/o nada. Está fuera del in_
lercambio, sunrergido en el no beneficio,
el n¡usholoku zen, sin deseo de fomai
nada si-no e[ goce perverso de las palabras
(pero el goce no es nunca un tomar:
nacla
lo separa dal sutori, de la pérdida r. para_
tlojir: r'sla gr.atuidarl tle la- cscl.itura rque
56 57
(lue sea un "especialista" cn pr.oust:
Proust es [o que me llcgir, rro lo que 1.u
llamo; no p5 una "auloridad", simplemen_
te un recuerdo circular. Esto es precisa_
rnente el interlexto: la imposibilidad de
L,eyendo un tcxto nrencionado por Sten- vivir fuera del texto infinito im_
dhal (pero que no es suyo)* rcencuentro porta que ese texto sea Proust, o-no
el diario,
a Proust en un detalle ninúsculo. El obis- o la pantalla televisiva: el iibro hace ei
po de Lescars designa a la nieta de su sentido, el sentido hace la vida.
gran vicario con una serie de apóstrofes
preciosos (tní nictecita, nti amiguila, nti
Iinda morocha, ¡ah golosíta!) que resuci-
tan en mí los curlplidos cle las dos men-
sajeras del Gran Hotel de Balbec, Marie
Geneste y Céleste Albar.et, al narrador
(¡Oh! díablíto de cabelk¡s de pájaro,
¡oh
prolunda malicia! ¡Alt juuentud! ¡Ah her-
tnosa píel! ) . De la rnisma manera, en
Flaubelt, son los durazneros normandos
crr flor que Ieo a parlir de Proust. Saboreo
el reino de las fórrnulas, el trastrueque de
Ios orígencs, la descnvoltura que hace
prevenir el texto anterior del texto ulte-
rior. Comprendo que par-a nlí la obra de
Prc¡ust es la obra de referencia, la mathe-
sis gerreral, cl t¡nndala de toda la cosmo-
gonía litcraria, como lo eran las Car-tas de
Mrne. de Sevigné para 1a abuela del na-
rrador, las novelas de caballerias para
I)on Quijote, etc.r esto no quiere decir
* "Episodes dc la vie d'Athanase Auge¡, pobliés par
s¡r n;¡cc . er hs Men¡oires ¿' t1 loLü.¡ste, t, pp. 238-24'r
(Slcndhal, Oe¡lr,¡er Lontpl¿!cs, I'aris. C¡lmaD¡r Lóvy, 1891).

58 59
Si usted clava un clavo crr la rnadera, la
madera resistc cli{erentemctrte según eI Ningún objeto está en relación constante
con el placer (Lacan a propósito dc Sade).
lugar donde sc lo clava: se dice que la ma-
tlera no es isotrópica. El texto tampoco es Sin cmbargo para el escritor ese objeto
existe: no es el lenguaje, es la lengua, la
isolrópico: Ios bordes, Ia firu|a son intpt'e-
l.engua rnatern.a. El escritor es aquel que
visibles. Así como la física (actual) debe juega con el cuerpo de su madre (reenvío
ajustarse al carácter no-isotrópico de cier-
tos ambientes, cle cicrtos universos, de la a Pleynet sobre Lautréamont y sobre Ma-
rnisrna manera ser'á necesario que el aná-
tisse): para glorificarlo, embellecerlo, o
lisis estructural (la semiología) reconoz- para despedazarlo, llevarlo al límite de
sólo aqucllo quc del cuerpo puecle ser ro-
ca las menores resistencias el tlibujo irre-
gular de sus venas. conocido; iría hasta el goce dc .una dest'í-
gurctción cle la lengua, y la opinión lanza-
r'á glat:dcs gritos pues no quiero quc se
"desfigurr: la naturaleza".

60
61
Se diría qlle para Bachelard los escritores Me intereso en el lenguaje polque me hie-
no han esclito rrunca: por una extraña le o me seducc. ¿Ha1,. en ello un¿r crótica
ablación son solarnerrtc leídos. Por eso ha de clase? ¿Pcro dc qué clase? ¿La burgue-
podido funrlal un¿r pura crítica de lectura sa? La clase bulg'uesa no posee ningun
y la ha funclack¡ en el placcr: cstamos grrslo por r.l lerrguajo quo a sus ojos rro cs
comprometidos en una prhctica homogé- siqr"riera lujo ni elonrento de un afie de
nea (desiizante, eufórica, voluptuosa, uni- vivir ( nuelte rle la "gran" literatura )
taria, celeblatoria ) y esta práctica nos sino solar¡rente instlunterrto o rlecolación
colma: l¿¿r-soñrtr. Con Bachelalcl es toda ({raseología). ¿La clasc popular? En olla
la pocsía ( como simplc rlerecho dc reali- encontranlos la rlersaparición dc toda acti-
zar cl discontinuo cn la litelatura, eI com- vitlad mhgica o poótica: no hay n rás car
bate) que pas:r al cródito del Placer. Pclo rraval, no ha1'ya jucgo con las palablas:
desrle el momcnto en que la obra es pcr- os el firl de las nlot¿ifor:as y el rcino dle
r:ibida bajo las cspccics rle unar cscritura, los estereotipos irnpucstos pol la cultura
el placer' r'echin.r? ol gocc asonta y Bache- pcqueiloburgaresa. (La clase procluctora
lald sc a1eja. no ticne necesariamente el lcnguaje clc su
papel, dc su fLrelza. de su viltud. Por 1o
tanto: disociacirin de las solidaridarles, de
las ernpatías fuertes aquí ccinro
-muy
nulas allá. Crític¿r dc la ilusión totalizan-
te: no impolta c1ué aparato unifica antc
lotlo ll lr.ngrraje; pcr"o no n{ nocosal ¡o ros-
petar cl todo. )
Queda un islote: cl tcxto. ¿Delicias rle
casta, nrandarinato? El placel tal vez, el
goce no.

(Jl 63
l,lstoy ¡n'suadido de quc ninguua siglifi- rIt'ct.pcio rrarlo o inr¡rott.rrte, lj;t'l'a dc corn-',
r irrrr ia (ningún goce) puede producilse l),llr. F)or' .ituación hi.l,il ir ar r,¡rrrrirrnica.
t'rr urr¿r c.^ltura de masa (totahnente dis- ¡rolílica; la lilo'alula s^r'ía la cxplc*ión rlc
I ir rguible, como el agu.a del fuego, de la csta dccepción. F,stos análisis olvidan (y
r:rrltura de las masas) pues el modelo de t's normal puesto que son hcrmcnéuticas
ost¿r cultura es pequeñoburgués. Lo pro- lundaclas en la investigación exclusiva del
pio de nuestra contraclicción (histórica ) significado) el folrnidable rervcrso de la
es que la significancia (el goce) está en- csclitula: el goce, goco quc ¡ruedc cx¡rlo-
teranlentc refugiada en llna alternativa tal a tlavés clc los siglos lireta de cicl'tos
excesiva: o bien en una práctica clel rnan- tcxtos, escritos sin embalgo bajo el arrrpa-
rlarinato (alternativa cle una eztenuacírin lo de la m¿is oscura v siniestra filosofía.
dc la cultura burgresa), o bien en una
idca utópica (la cle una cultura del por.
venir, surgida de una revoluctítt radicr.,
ínaudita, im.preuísible, de la cual e1 que
hoy escribe sólo sabe una cosa: quc tal
como Moisés no entrará en ella).

Carácter asocial del goce. Es la pérdida


abrupta de la socialiriad, v sin embargo
no se produce subsecuentemente ninguna
lecaída sobre cI sujeto (la subjetividad),
la persona, la soleclad: todo se pierde inte-
¡4ralnrente. Fonrlo extrerno dc la clandes,
tiniclad, negro cincnratográfico.

Todos los análisis socio-ideológicos conclu-


) crr en el carácter deceptivo de la litera-
lura (lo que les quita un poco de su per-
trncncia): en todo caso la obra sería final-
n¡cnte escrita por un grrpo socialmente
64 65
-
rnedio: Ia luga har"ia ndelantc: torlo len-
guaje antiguo cstá inmecliatamcnte com-
prometido, y todo lenguaje deviene ánti-
guo desde el momento en que es repetido.
El lenguaje encrático (el que se produce
lil lengua je que hablo ett mí ¡¡tismo no es y se extiende bajo la ptotección del po-
dc rni ticmpo; por naturaleza cstá fijado der) es estatutariamente un lenguaje de
cn la sosperha irleolúgir a; o. ¡¡cciso eJl- repetición; todas las instituciones oficiales
tonccs que luche con é1. llscribo porque de lenguaje son máquinas repetidoras: Ias
no quiero las palabras que encuentro: por escuelas, eI deporte, la pubiicidad, la obra
sustracción. Y al ntisnto tielnpo, este pen- masiva, la canción, la información, repi-
úItüno lenguaj¿ es el de mi placer: lco a ten siempre la misma cstructura, eI mis-
lo largo ile l¿ls noches a Zola ' a Proust, mo sentido, a menudo las mismas pala-
a \¡elno, Ulontecris to, Ias n4e¡norias d¿t un bras; el estereotipo es un hecho politico, la
!.ut'isl(t, e incluso a veces a Julien Gr.eel. figura ma¡'6¡ de la icleología. Por el con-
Este es mi placel pero no nri gocc. Mi goce trario, 1o Nuevo cs el gocc (Fleutl: "lln ei
sólo puerle llegar turr 1o nucuo abtituto adulto, la novedad constituye sienr¡rre la
pues sólo Io nuevo trastorna (enfer.ma) la condición del goce"). De esto proviene Ia
conciencia (¿ocurle esto fácilmcnte?, no lo configuración actual de las fuerzas: por
creo; nuevc veces sobre diez lo nuevo no un lado una chatura masiva (ligada a la
es más que el estereotipo de la noverlad) . repetición <IeI lengrraje) fuera
del goce pero no forzosamentc-chaturafuera del
placer- y por el otro un arrebato descs-
Lo Nuevo no es una mocla. es un valor. perado que puede ir hasta la clestrucción
fundamento de toda critica:' nuestra eva- del discurso: una tentativa por hacer re-
luación del rnundo no depende ya? corno surgir históricamente el goce reprimiclo
cn Nietzsche, al rnenos directamen te, cle bajo el estereotipo.
la oposición ontre lo noble y lo zrjl, sino de La oposición (el cuchillo dcl valor) no
la oposición entre lo Antiguo y lo Nuevo se da necesariamentc entre los contrarios
(la erótica de lo Nuevo comenzó en eI si- consagrados, nombraclos (el matcrialismo
glo xvrrr: Iarga transformación en nlar-
J' el idealismo, el reformismo y la revolu-
cha). Para escapar a la alienación de la ción, etc. ) sino que se da siempre v cn to-
sociedad p¡esente no existe más que este t!os lados cntrc 1¿ etccpcirht .,' la reglo. La
66 67
r'('gl¿r ('s
cl al)uso. la crc<r¡tt:irirr cs el gor:r.. sLlcLllellta ptI su tltlvetlatl (0lt cicltos lt'r
I)ol cjt,rttplri. crl cieltos nrollcntos cs Trosi- fgr- lir. pitlulrt ¡t. Itt illtttt. srrll ( lllu ill)¿ll i
lrir¡ sristr:rcr ).a att:e¡tción dc los Nlisticos. r ir¡Uos (luc ¡lirlt;tr'll. illt-utlltut tllt's itlr
Tbtlo, pero no lar rcgla (la gcr rt'r'a lidarl" cL porta poco qut) l)11('(l¿rr1 pal'cccr pedalltcs;
estor{)otilo. r'l irliolccl.o: cl Ie;tguaje con- personalnlcllte lne gusta ¡'sta frase dt:
sistonlc ) . Lcibl.iz: " . . . conto si los lelo jes tlc bolsi-
llo lnalcasclt las hrtt as pol' obla rle cie]-ta
{acultarl lrcrocleíctíca, sin tetlcrr neccsidad
Sirt crnltargo st: ¡trrctlr' ¡rlr.tcnclcr' 1o colr- rle cnglanajcsl o cottlo si los ntolittos tli-
liitli,r 'r1,, lr¡rl,rr nti t.'l jt\ rr" sot'i,t VO r¡rtiCtr lllrascn el gr¿rno por tlrl¿I ctlalitla([ frac¿¿¿-
lo ¡l't'tcrrrlicst'): la r-r'¡rr.Lir:itirr r': r gr:nrlt'ar.i:r tenle si:n ncccsiclarl tle¡ rlluelas"). Iin ant-
¡rol si rrrisrrrir t'l gott'. l,os cjcrrrplos r:trrr> bos c¿rsos es la mistrl¿r física dcl g-oce' eI
gráfir:os ¿rlrurrrlar: l-itrnos ribstsivos, mírsi, surco, Ja inscripciórr, la síttco¡l:r: tanto 1o
r ;ls f;t\{ i ;t(lirtir.- l,.l¡rni¡r.- ¡.il',.r, ¡r''nrlrul.rr rluc os ahttt't rttlo" Ilvttcltrt. rt lo cluc t'stalla,
búrli<:o, r'tcétcla; r'epctir hasta el etccso e¡s rlt'sclrtona.
cltlar'(,n la Jrór'didtr, cll el cer.rl del signi-
ficaclo. Pcro I)al'¿r quc 1a lepclición sca
clritica es pleciso r¡ur-. sca follnal, litcr.al. I,il cslcrerotipo cs 1¿I p¿rlal)ra tcltctitla fuet':l
l¡ elr rrLlestl ¿l crrltut'a csta r'ígirla lc1lotir:ió¡ rl( 1,,,1¿r trtap.ia- rll l',(lr, ' rllu'i,r'lllrr, I ulltr)
( cxccsiva ) dcvicn¡r oxci,ltlir:¿r. dcs¡llazada
si fucsc natulal, cotlto si pof lllil¿rgr'o es¿r
hacia cit'r'tas re'gioncs rrralgirralcs rlo lir p:rlabla quo sc l"e])itc Iut'st¡ atlt'cu¿trl¿r ctl
ruúrsica. La folrtr¿r lr¿rstarrl¿r rlt' la cnltura ( a(la rllolltcnto por r¿lzorlcs (lilor.clltos)
de ru¿ts¿ts cs la rc¡;cticirill vclg-orrzosa: s(' ('onlo si irnitur ptLdiese llo s(rr sorllido
lc¡rilcrr los t:orrtcrrirlos, los csqucrnas irlt,o- ( or¡ru lnrir irnitaciúll: I'irlalrt;t 'itl rlrgiir'tl
lrigicos. cl pcgott,o rle las co r tr'¿rrli<:ciones,
r za r1ur. ¡rtollttrln ¡¡ ¡¡¡¡¡.i.1r'¡¡cia ¡tcto igtl,,
I)('r'o sc v¿rr'íarr ias folrrrtrs supelficiales; r'¿r sLr p|o])ia insisttlttcia. Nit'tzscltc hir
r l,ros libtL,.. llUr'\it. r.l)t!-ir)na\, Llp\.rr\ lrecho rtotal qutt la "lt:r'tlittl" tto t'l¿t ltliit
filnrs, hcchos dir.ersos pelr: sit'rn1;rc cl nris, quc la solidificaciór¡ rlt¡ antiguas lllcta'lli)
nro scltido. las. lf]] csc serrticlo, cl ostel cotipo cs l¿l v i( lir
Iin lcsurrron., la palabra pue{le scl eró- actrtal dc la "r'erclad", cI I'asgo pall)ill)l('
tica bajo clos condicionos opuesLas. ambas que hacc tlansital t'l ol'rrarttcltto .ittvt'ttl¡t
oxcr¡sivas: si cs rt'peticl:r h¿lsla el crallsan- rl,' it¡rr i¡t l,t li'l Jll;l ¡;tlr,"lli¡ ¿tr r'',tt'tt i¡ liv,r.
cio o. ¡xrl t'l crlrrIltrlio- si ls irrr'.rpcr';rrl¿r. ,1,,1 .ip ili, ,,,l,r. 'S,.r'írr lr ¡' ,¡ itn;r.trin;rr
OE ( )')
uila rruev¿l cierrcia lingüística que no estu- En el campo irrtelectual la elección pofí-
diase ya cl oligerr cle las palabras, la eti-
tica es una detención del lenguaje, es pbr
mología, ni su difusión, Ia lexicología, lo tanto un goce. Sin ernbargo el lengrráje
sino el progr:eso de su solidificación, su retoma su poder bajo su for.nla rnás con-
espesamiento a lo largo del discurso histó- sistente (el estereotipo político). Es nece-
rico; sin duda esta ciencia sería subversiva- sario tragarse sin náuseas este lenguaje.
manifestanclo, rnás que eI origen de la verl
Otro goce (otros bordes): consiste en
clarl, su nerturaleza retórica, lingüística. ) rlespolitizar lo que es apaletrtemente polí-
La desconfianza con respecto al estereo- tico l/ en politizar lo que aparentemente
tipo (ligado al goce de la palabra nueva o no lo es. Pero lo, se politiz-a 1o r¡te, debe
rlcl discurso insostcrrible, es un principiu serlo y narla nrás.
de inestabilidacl absoluta que no respeta
nada /rrirrgún contenido, rringrrna elec-
ciórr ,. La náusca llega cn el mónrento en
r¡uc ol cnlace rlo dos palabr.as importantes
se soblentietrde. Y desde el momento en
que una cosa está sobr:entenclida la i.ban-
dono: es el goce. ¿Provocación inútil? Iin
la novela de Poe, \¡aldemar. el moribun-
do magnetizaclo, sobrevivd cataléptica-
rnentc gracias a la repetición de las pre_
gunlas que lc son dirigid¿5 r',¿Duerme
sr'. Valdemar.l" r, pero esta superviverrcia
es insostenible: la falsa muefie, la muerte
atroz? es aquella que no es un término. es
lo ittlcl'rrrill¿rblo. ("¡Por. amor. de Dius!
¡Rápido, rápido, haceclme dormir o des_
pcrtadme! Les digo que cstoy muerto.,')
lll ostereotipo es esla imposibilidad nau_
seabunda de morir.

70
71
NihiJi.nto:''ios f iu,,s supclior.cs .r-. rlcsva A. nle confía que no sopol'taría el
loriza ". l.s uD lrlonlcDto j/tostabla" atnc_ freno de su madre pero que sí lo aceptaiiá
d\esell-
nazarlo, pucs otr.os .;p¡;r:;. en su _padre, y agrega: ¿cs cxtr.año, no?
l "^1r..;r'
Lien<len il rrrediatanrente antes que los pri- Bastaría un solo rrorrrbre para actrbai. con
meros seall destlui<los a tomar el primer
su sorpresa: ¡cl Edipo! I.)r nri opinión A.
puesto; la dialéctica ¡ro hace más que li-
está muy celca rlel texto pltes corrro el tcx-
gar posibiliclacles sucesivas: de ahí provie_
fo tampoco dr¿ los ru¡¡¡tbrr:s o bou'a ios que
ne la confusión en el seno misJro del existen; el texto no tlice (¿con qué tludosn
anarquisrrro. ¿Cótno ín.stalar la carencia intención?): el nrarxistno, el brechtisnro.
rle todo virlor. *up¡¡.io¡l ¿La j¡onía? .l .a el capitalismo, cI idcalisnro, e\ Zen, etc.l el
rronla ¡rlovieno siontpr.o de un lugal sr. Nombre no uiene a los labíos, está frag-
gru'o- ¿.La violcncia? Es un valor supelior
mentado en prácticas, en palabr.as.que rio
v de los rnejor cocli{icarlos. ¿El goé? Sí, son Nombres. Lnpulshndosc hacia los lí-
elt lanlu no se¿ rlic|¡¡, r-olrvcl.ti,lo on tloc_ mites del dccir, err ttr¡,a tnatho.sis r.lel len-
t¡'ina. I..l lrillilisrrro r ii\ cu cecuente cs tal guaje que rro qtriexr scl confundida coll
vez aqlrel que Se cnnm.scara: tIe una nla- la ciencia, ol toxto tleshace la lrorninacit'nr.
nera interior a las instituciones. a los dis- y csta defi't cirin lo acer.r:¿r al goce,.
cursos confor.mistas. a las finaliclades apa_
Ientes-
L,n un texto antiglro clue acabo tle lecr.
(un episoclio cle la vida eclcsiástica rel¿r-
taclo pol Stenclhal) se sucedelt los alirnert-
tos norrrl¡r'ados: leclte, taltas, quoso a Ia
clema de Charrtilly, corrfituras <le Bar.,
rralanjas cle Malta, fresas con almíbar. ¿Es
lLn placer rle pura representación (sólo
cxpelirneutatlo pot' el lector. g-oloso) ? pelo
a nlí no lllc glrst¿l la lct.llc ni los alinrcntr¡s
72
73
azucal'a(los 1,. pfol"ccto rrlul: poco elr cl
l)1c
detalle de cstas conritlas irr{arrtilcs. '\c¡ui
ocur.re otra cosa relaciotratla sin cluda a
otro sentido de la palabra "reprcsenta-
ción". Cuantlo en un clebate alguien re-
presanla al€ío a su intt'r'locutor no hace Según parece urr fr'¿rncés de caria dos no
rrlrs que alcgar cl tilli.t¡n e.stado ile la rea- lce, ia rnitarc.[ rle Fr.¿rncia cstá privada
lidad, lo inmancjablc quc hay cn ella. De priva clel placcr rli'l texto. (ióneralrnentc -se
la misnra mancr'¿l tal vcz cl llo\.clista ci- sc deplora esta rlcsgr.acia nacional clesde
Lrn purlto r.le vista It¡rrrarrist¿r cortro si des-
tarrdo, rtonrbraldri. lrotificanrlo la conrida
(tr¿rtánclola corno rrolable) irtrpone al lec- pleciando el libro los fi:alccses r-enuncia_
tor el últilrto t'st¿rtlo rlc Iu lrratt'lia, lo que sen soiamente ¿r trr ltict-r rtroral. a un valor
rroblo. Ser.ía nrojrr¡. l1;¡¡¡¡. Ia s,,nrbría- la e._
en ella no ¡r"rcdr. st'r'soll c¡tasaclo, tlcjaclo dc
lado (aurrquc uo es t'l nrismo caso r'le los túpida y trágica histori¿r rlc torlos Iós pla-
rrornbles citaclos a1ltc|ior'rnente: ntnrti.s- celcs objetados y r.eplirrrirlos t.lr Ias srñie-
mo, ídealismo, etc. ) . ¡lr ¿sol llstc glito no dades; hay un osr:urarrtislrro rlt,l placcr..
debe ser entcndido como una ilurninación
Aun si reubicarnos el ¡rlacor.ilel tcxt<r
tle la inteligcncia sino corlo el limite mis- t.n ol r'.r trtpu ¡la su lr.o¡ i¡r \. u(, r.ll ol tle ,u o
, iologítr ,lo qrr,. ll,.r,¡ ,,r,, ¡r Lll ,liicul.wr
rno de la nominacii.rn, rle la imaginaciór.r.
En resur.tren habria dos lealisrnos: el pri- Italliculat aparenllntcnlc Iri ir¡rrlu ,lr. toflo
mero descifra 1o "roal" (Io clue se demues-
;rlcanc(' lraciorral o ¡ocial, :igur, :ierrrlo
tra pelo no sc vc ) : ol scgunclo tlice l¿r una ¿rlicnación ¡lolítica la quc está en
"realidad" (lo clue sc v{r po1'o quc r1o se cucstión: la preclusirirr rlel pitr<rer. (y rrru_
clcrnut'stla ) ; la novcla, tlue pucde nrcz- cho nrás del goce) en una sócieclad iraba_
jada pol dos rrroralcs: Lrna nror.¿rl lrravo¡.i_
clar los dos rcalisrnos, agrega a lo intcligi-
ble de lo "real" la cola fantasnrática cle la lalia, rle la lrrorliol j,l¡r,l; lir ,,tla. 'gru.
"realitlarl": su|pI'osir pol'quo sc colnit'.e t'll puscular', del ligor (polític.o r'/o cierriífi
rZgl una "ensalada de naranjas al ron" co ). Se diría que la itlea rlo plar:el ya no
como e11 nuestros actuales restorancs: lralaga a narlie. Nur'*lla ,o,.ierlarl ¡ia r.,,,^e
esbozo dc inleligil,)r' lti.l,ilicr v t'tttpecina- a la vez tranquila y violerrta. pc.u iin h,_
rniento tle la cosa (la ttatatlja, cl lott) pol gar a duclas cs {rí¡¡ida.
asl ar allí.

75
contar Llrla lristori¿r t'L¿l,o final t'¡¡nr¡zco: s('.
r no si.. ltago flcrtll a llri nrislno como .i
no supiesc: sé nmy biot cluo lt',rlipo ser'h
descubierto, que l)anton será guillotinar-l-o,
pero de todas maneras... En relación a
L¿r nruerte clel Padrc suplirnió muchos de la historia dramática en la que
los placeres rlc la litel"atura. ¿Si ya rro hay se ignora el final- hay -aquella
dcsaparición del
Paclre para qui: scguil contando historias? placer y progresión deI goce (en la cultu-
¿1'orlo relato no so vincula con eI Edipo? la cle masa actual dorlde sc cfectúa un
,Contar rru cs sicrrtpre buscar el origen, gran consumo dc "dlalráticas" hav pol lrr
rlecir sus quclcllas con la Ley, entral en tanto poco goce ).
la clialéctica clol cntcIlecimiclto y del
odio? FIoy rlía se equivale ile una misrrta
Jllanora el l,klipo v cl relato: no se ama,
lro se tcnc, 1ro se cucnta más. Corno fic-
ción, el Eclipo serr'ía para algo, para hacer
buelas novelas, para narrfar bien (esto
fuc escrito después de ver Cil¡ girl, de
Murneau) .

Muchas lecturas son pelversas, lo que im-


plica urra oscisión. Dc la misma manera
que cI niño sabe que la rnadre no tienc
pene y sin embargo cree que ella posee
uno ( F¡cutl lr¿r nostraclo la rentabilidad
cle esta econoruia), cl lector puede decir
en todo morncnto: sé nuty bíen que no son
nrás que pal.abrn,;, pero de todas mane-
¡ ¿,s . . . ( rtte connr.ue\¡o corno si estas pala-
l¡r'as enunciaran una r:ealidad ) . De todas
las lectnr-as. la lectura trágica es la más
l)orve1'sa: obtengo placet' escuchándomc
76 77
para no uoltle¡'me loco", r\ccia Bataille
decir que escribía la locura;
-qucriendo
pero ¿quién podúa decir: "Escribo para
no tener miedo" ? ¿Quién podría escribir
el miedo (lo que no quiere decir narrar-
Proximiclacl ( ¿iclentidad? ) del goce y del io ) ? El miedo no expulsa ni reprime ni
miedo. Lo que repugna en esta vincu- realiza la escritura: gracias a la más in-
lación no es tanto la idea que cl miedo es móvil de las contradicciones. la escritura
un sentimiento desagradable ba- y el mieclo coexisterr separ:ados.
nal - sino que es un sct'rtimiento -idea
m¿dlo- (Sin hablar- dcl caso cuanclo escribi.r d.a.
cremen.te indigno; cs cl sentimiento des- míedo. )
cartarlo cn todas las filosofías (salvo, creo,
Hobbes: "ia única pasión de mi vida ha
siclo cl miedo" ) ; la locura no lo tiene nun-
ca en cuenta (salvo tal vez la Iocura pasa-
da dc rnorla: el Hr¡rla.) , y esto le impide ser
rnorlerno: es una negación cle la transgre-
sión, una locur:a que clcja cn plena con-
ciencia. Por una últinta fatalidad, el suje-
to que tiene miedo, permanece siendo
siempre un sujeto; táI vez pueda ser rem-
plazado por la neurosis (se habla entonces
cle angustía, palabra noble, científica:
pero el miedo no es la atrgustia).
Estas mismas razones acercan el miedo
al goce: el miedo es la clandestinidad ab-
soluta no porque sea "inconfesable" (to-
davía hoy día es difícilmente confesable)
sino porque escincliendo al sujeto, pero
dejándolo intacto, no tiene a su disposi-
ción más que significantes simílares: e\
lenguaje delirantc no es posible para
quien lo escucha nacer en é1. "Escribo
78 79
cree en la fLase y qlre siempr.e ha atribui-
clo una exorbitante digniclad a la sintaxis
predicativa ( como {orma de una lógica,
de una racionalidad); recordé este escán-
dalo científico; no cxiste niuguna gramá-
Un rlía, a rnodias tlonnirlo sobrc el asiento tica locutiva ( gramática de lo clue se
'lC tnr l';¡r'- illlr'nl.rlrt l,rrI iHon'r clrunro|Al habla y no de lo quc se cscribc, ]. pala co-
todr¡s los lerrguajcs r¡rc crrtlabarr crr nri nlenzar: granrática clel f|ancés hablado).
audiciri n: rrtírsicirs, cor rvt,r's¿rc ior res, r'uitlos Flst¿rmos entrcgaclos a la flasc (y rlc allí a
tlc sillas alo vasos. lorl¿r urr¿r cstr¡r'oofoli¿r la fraseologia ).
tut-o [ugal cjcrrt¡rlirl t's r.ririr ¡rlaza rlt' ']'1tn-
gcr (closclilir ¡xrl Scvclo S¿rlrlrrl'r. Trirlo
csto ltal;l¿rba clr nli (cs lricrr corrrititlo) ¡- La Frase cs jt'r'ár'quica: inrplica sujccio-
csta palabla llarnada "irrtcliil'" cra rnul, nó..- suhor'(l n rcinn¡ s, r,-accionc. inlor.l¡a:.
semejantc al r:uido clc la plaza. ¿l esa gl'¿t- I)e ahí proviene sLr for-nra acabada, pues
rlación clc rroccs qrlc nlc venjarr rlel t,xtc- ¿cóno una jelalquía poriL'ía per.manecer
lior': ]'o nrisliro cr'¿r rrn lr.rg;rl pr'rlllico. un abierta? La Frasc está acabada, es preci-
suli; * ¡rasaban crt rní las ¡ralablas, los tlo sarnente ese lcnguaje que está acabarlo.
zos (le sitrtag-nlas, los finalcs rlc liillllulas. Fln esto la pr'áctir:a dificl'e cle la tcoría. La
y ttingttttct frasc .sr' lorntaln, coluo si i's¿r teor'ía (Chornskl') dice quc la flasc cs cn
llubicsc sirlo la lcr. tlc csc lcnguajt.. I.is1a rlelecho infinita (infilitarnente cataliz¿r-
palabla. trrtl ctrllLtlal l' nlL.lt: s¿rlv¿rje 'l l'l lrlo' pcro ll ¡rliiclica rrlrli¡ir siorr:plr. I lll
\'('z) el¿r solrrr. lorlo lcricirl. t.s¡ror'hrlica. min¿rr Ia Irase. "'l'orl¿r activi<lacl iclcológica
tolsLituía t,n nrí. ir 1r'avós rlc su llujri a¡r:r- se presenta bajo la forlna de cnunciados
l( rll,. lnl ' I js, , I i I t tu rl,'liuilir,,: '..1ir /1,,
rrr r
cornposicionalrrterntc acabatlos". Tanrbiórr
fra.se rto t'r'a algo irL{olllrr: quc no i)oseJ,es(' podemos tom¿lr esl.a ploposición dc Julia
cl po(ler rlc ¿rccc'¡lel tr In li aso, rlue fuesc Iiristcva en su l'()verso: todo enulrciado
¿rlgo ¿rl?l¡',r tle la Jlasc, r'r'a ;n¿is bicrr :rlgo acabaclo corrc cl ricsgo de scr ideológico.
qlrc ctelrla) sober'biarncr lle ^ esli. f u.ero do Iin ofccto" es cl podol rlc acabarnicnto cl
I.at'rrtsc.I,)r c'sc nronrenlo, \'irtu¿rlrncrrlor se que define la maestr'íit flristica y rnarca
rlesplonraba torla csa lirgiiistica rprc sírlo con una dcst|c.za supfclllil crostosantc tc
adquirida, coltlluista(.1a, ¿r los agcntcs de la
'' ]\lurcaclo .ir¡bc. lt:- I I'l'asc. ll,1 ¡rlofcsor cs alguiclr 11r-rt' tclrrrirra
[]0 81
sus frascs. Fi1 politico entlcvistado se preo-
cupa visibl ementc por irtrirgirr;tr un final
a su frase: ¿1, si olvitlara lo qrte tiene que
decir? ¡Toda su política se¡ vet'ía pcrjucli-
cada! ¿Y el cscritor? \¡alór'r' tlccía: "No se Illr¿ccr del 1r:¡1o. Clásicos. Cultura (cuan-
piensan palab|a.^ solitlrl, rlr,' 5o piott'an 1.o nrhs cultula, rnlts glantlo
frases." Lo decía por'(lilc or¿r csclitol'. Y I, clir,,or.so será
ol placcr'). Intcligencia. Ironia. Ilclicade-
precisamente se lla rn¿r ost t'itoL no a t1t-tien za. Er.Lforia. L\,Iacstr.ja. Scgrn.idarl: attc de
cxpresa su pcrls¿trtticlttrt. su pasión o su vivir. I,ll placer clcl texio puedc rtefinilse
inragirracióri rrtcdi¿rtrtc ftast:s sino a r¡uiett por Llna práctica (sin rringírn riesgo de
piensa frttsas: urr Piclts¿t l''r'ascs (es dt:cir: lcPtr'-ióll,; lu¡irl I ticnrpo ,lr. l"ilur.¡:
ni totalrllolrto rtn pcrts:ldor' 1ri totahlLcntc casa, provincia, cornicla cerc¿lna, lárnpar.a,
un frascaclor'). f;¡mjlia -aJli rl',rrrle es lrlcernr.i¡r ,..
<lccir', a lo lojos o no (Plriust en cI c.cí.ito-
lio pclfunrarlo por. l;rs 1lor.cs de iris). e1c.
El placer de la frasc cs muy cultural. Ili l'lxtrao rrl irtario r'¡'l"Lrcr-zo dcl yo (pol cl
artefacto creado por los retóricos, los gla- lantasma ) ; incorrscicntc ¿rcolchado. Eslc
rnáticos, Ios Iingiiístas, los rnacstros, los
lrJacer puctle so. díchrt: rler atluí proviorre
escritores, los padres, este artefacto es la crítica.
imitado de manera más o rnenos lildica; Tr:ttos rl.e goce.l,) placcl crr pedazos; la
se juega con un objcto exccpcior.ral clel l,.ttgrra cn ¡','rlazo': l,r crrllrr¡a cn l)t-,larr¡..
que la lingiiística ha ser'lalado su carácter Los tcxtos ric goc:o son pcrvcrsos on t¿l11to
paraclójico: innrutablc'mctr1.c os[ructur¿l- cstán fucla clc torla filalidarl inraginable,
do y sin cntbargo jI lfillitarle¡n te rcnova- inclu.u la linalida,l ,lol pla, nr. ,r.l gu( e j¡o
ble: algo ¿rsí conro cl jucgo r1c ajcdrez. obliga necesariamortc al placer-. incluso
¿;\ menos quc para cicltos perr'cl'sos Ia ¡ruorlo a¡lrr.ntcJlrollo alrul l ¡¡ ,. Ningurra
frase sca un cl¿erpo?. justilicacitin es posiblc, narla se rcconsti-
luye rri se rccupcra. El tcxto tlc goce es
absoluta[lente ilttransitivo. Sin crnbargo
la perversión no es suficiente pala tlelinil
:r1 goce, es sL1 extr-erno quicr-r puedo haccr.
lo: oxtlenlo sionrple rlcsplazarlo. r.rrr.ío.
81
a2
lnó\'ilr intplovisiblc. Ilste ('xtl(,nr(i g¿lr.an-
tiza el goce: una perversión a nledias sc
clnbrolla rápidamente en un juego cle fi-
nalidades subalter-nas: prestigio, ostenl a-
ción, rivalidad, discurso, necesidad de
mostrarse, etc.
El texto es ( debería ser) esa persona au-
daz que muestra su trasero al Padre Po-
Todo el mundo puede testimoniar que el lítíco.
placer del texto no es seguro: nada ngs
dice que el mismo texto nos gustará por
segunda vez; es Lrn placer que fáciimente
se clisuelve, se disgrega por el humor, el
hábito, la circunstancia, es un placer pre-
cario (obtenido gracias a una plegaria si-
lenciosa dirigida a las Ganas de sentirse
bierr y que estas Ganas pueden revocar);
de ahí proviene la irnposibilidad de hablar
de ese texto clesde el punto de vista de la
ciencia positiva (su jurisdicción es la de
la ciencia critica: ol placcr conro principio
crítico ) .

El goce, del lexlo no es procario, es peor',


es precoz; no se produce en el tiempo jus-
to, no depende de ninguna maduración.
Todo se realiza de una vez y este arrebato
es evidente en la pintura actual: desde el
momento en que es comprendida eI prin-
cipio <le la pérdida se vuelve ineficaz, es
neccsario pasar a otra cosa. Todo se juega,,
se goza, en Ia printera m.irada.

84. 85
nellral y conserva las insípiclas considera-
ciones rnolales: sin embargo sería ese
tiernpo eI que no habría envejécido y no
Ia filosofía dc Amiel.

¿Por qué cn tantas obr.as históricas- nove_


lescas. biográficas, hrr¡ urr ¡laco. or. r c¡.
representada la "vida cotirliatra', ck: una
éPo9?,9" un persorrajc? ¿por.qué esta cu-
riosidad pol los <lctallcs, hor.alios, hábitos,
conridas. cása.. y¡5¡¡,¡u.. r,tc.? ¿1.* por. ei
gusto lanlasmálico tlo Ia "roalidarl" ,la
¡naterialirlad misrna del ,,eso ha sirk¡,') ?
¿Y no es el fantasma rnismo el quc convo-
t:a el "detaile", la escena minúscula, pr.i_
varla, en la que puerlo fácilmente tómar
mi l.ugar? F.n rc.u nr..ll. lrallr.ía '.p¡queñns
hi.téricos" le.os lactol.e., qrr" obt"n.l,.iun
goce de un singular: teatr.o: no el cle la
grandeza sino el rle la ntediocriclad (¿si
es que hay sueños, fantasn.ras cle medio_
cridad ? )
I)o esla manola e. ir¡¡psril¡l¡ inragi¡a¡
nota_ción más tenue, nrris insignifiiantc
quc la del "tiempo que hace'' (que hacía )
,
l sirr ombar.go... el olro rlia intolltando
Ioor a Arrriol, irr.ilación p,,r lo que ol vir_
tuos_o editor' (todavía hav quien precluye
el placer) creycndo hacór un biÉn suph_
n:c del Diario los detallcs cotidiallos" cl
tieurpo que hacía al bortle rloi laqo tlc Cii_
86 87
un t¿rt¡tino sentánlico: la dest.r.uccióir se
ubica dr'¡cilnrlnle bajo r,l gr.;rrr rrril,r scmio_
Iogico r lel ,.t cr.sus" , blunt.o vcrsLls n ¿_
gro); <le esta manera la destrucción del
arte está condcnada sólo a las formas pa_
El alte parece cornpronretido histórica- radoja/e.s raqrrclla. que van lite,¡almente
rnente, socialnrcnte. Poroso el artista se
csfuerza por dcstluirlo.
cont,'fl Ia dc¡.to): lc's rlos ojcs tlel paradig_
Veo tres for.nras cn cstc csfuerzo. El ar_
rla cstán pegados L¡no al otlo ,l" r,ra mo_
rrera fillalnrr.nlr. crinrplicc: Iray un acucr_
tista prrccle pasat. a otlo significantc: si cs rio estruclut.ai ontrc las for.nlas conlestata_
escrito¡ hacelso cincastzr,, pirrtor, o, por el
rias y las forrnas cuestiorr¿rdas.
r;ontrirrio. si os ¡rirrtor, r:incast:r, o dc^sarro_ ( In versa n ¡r,l
llar ir rtcl l rin¿r blcs dis<.ur.sos críticos sobre ¡1r,. ol I licnrlo
l¡or.tubur-rsiin
.t¿¿1r/ aquel[a gu,' n,r se irrler.os¿
el cinc, la pintLrr.a, r.cclucir voluntariamen- rlirccta_
monlo la rleslrr¡r-r ión- cc(luiva ol par¿_
te el altc a su crítica. ]ll artista puecle tam_
rllgnla "l) hlrsc,r ¿,/rr¡ lórnlinn: un lercc|
biérr rlcjar. l¿ c,cr.ifura r- somelerse a la
sign ilicar:cia de la mislna. hacerse c¿[i6,
l,"rnrino quc <in cnrhalg,r lto soir ull [ér_
lcór'ico inlolcclual, hablar para siempr.o
ntitlr, ¡lo sírtlcsig 5l¡¡,¡ r¡ l,ll.lnilt t.xcir¡_
Ilicu-.. inaudito. ,.Lrr ejcrrrplol Tal vcz
rlesclc urra zona ntoral linqlii cle tocla sen_
sualidad dc lcrrguaje; puede tartrbién anu_
Italaillo guo llr¡slra ol l,.rlirirro irlealisla
larsc" rlr'jar rlo cscr.ibir.. canrbial rlo ofici,,.,
por un mater-ialisnto inesperado tlondc
do (lr.soó ocupan su lugar. el r-icio, la rlevociólr. cl
La rlcsgtacia r)s qltc csta dcstrucción cs ¡uego. cl elotisnro impocihle, etc.; de ásta
siernpro in:rrlecuada; r¡ bie,lr sc hace clesde
rranera Bataille rro opone la libertad
cexla I al prrdor. sino . . . la risa ,
<.1 extelior dcl artc y por lo tanto se vuel_ .

ve no pertitronte, o bien la destrucción


consionte en pcr.rnancccr. en la práctica
clel arte y en consecuencia sc oflJce rápi_
rlamcnte a la r.ecuperación 0a ,rurrgr,ir.
rlia, cse lcnguaje rebclclc que va a ser rc_
cupclado). La incomodidacl de esta alter.
nirtiva ploviene dc que la clestrucción del
rlisculso r)o (,s Ir]t térltrilo dialécticr¡ sirro

89
I nror.illric'lrtos rlall tostinrorrio de urra
/igzr,
t¿ ricl l¡rl,' ¡¡c(.-.lti,r ¡,,,r.a ,.1 g,,.n ,i,. ln
l''clulit. Pnl e',1¡ r,li.t¡1,, ll,.< ll,r- t nluclro
mhs que el tcxto. t'l filnr sor.á silüp.c r.rrz
toda scgttridad figulativo aullqlle llo re_
lil tt xto rlc placcr no cs folzosarrlente prcsontc nacla (por. lo qr.re rlc totlas nra_
ercluel quc relata pl¿rcc.t'os; ol texto dc goc{l rter'¿ls vale la pena r.eaiizarlo).
rro cs nunca aquel que cuerta Lln gocc. Irl . La leprcsent¿rciór r sclia urta lie.ttrat:ión
placcr de Ia roplt'so ttat:itin no esth iig-atlir ínJlada, calgada rlc rnriltiplr:s sentirlos
a srL objeto: la pornogltrfía rlo cs sa-q¿lr¿. pero donde esth auscnto cl scntirlo rlel
Iln ti¡rminos zoolírgicos sc dirá quc el 1L.r- dcsco: un cspacio tle justifir:aciorres (rea
gaI rlel placcI t.t'xtr¡al no cs la relacit'rlr dtl lirlacl., nroral, r,crosinril itu rl, lcgilrilidarl.
-
la copiii y dcl nrorlelo (rclacirin tk: ilttita- ret'rlari, clr . . \ c¡l¡,,. r¡r l,.rlo ,lo
l,ur.a
cir'lr ), sino sol¿tllrt'nte Ja clcl crrgaño r- lir fol)¡o.eIIt;rc;riII: ll,rIlrr,¡ rl'.\u|cvillr r*r.r.i_
topi;r (rclación tlc rlcsco, tic ptoclucciritt r. lrr. ¡1,' l¡ r ilg,'rr rl,. \l,,rnlinl: ..F..ti', r,r.gui
da, pcr'¡rutrlicuia rn tcrr tr¡ pr.c,scntirrla. i,os
sercs puros son erguitlos. Las nrujcres r:as_
Por otr'¿r parte sería necesario distirrguil tas sL. r'ocorloccrr on el talle y r:l nlovi_
y l.a represe ntaciótt.
errtr-c l¿r t'ígura.ción l¡l ict rlo. lac volu¡rluoslr .,. tl,sliz,r¡t Iálr
La figulación sería cl nrodo cle a¡rali- guidarncntc y se inclilrarr casi a puntu rlc
ciórr dcl cuelpo cr'ótico (rto intpolta la for' car:r." Adviertan al pasar rluc cI prrrccrli_
1na o gl'¿l(lo ) err cI pelfil dcl tcxto. Pol' mreltto I oplcsentativo putlo errgc.rrrllarr
ejernplo: el ¿rutor pucde arpareccl elt slt tanto rur alte (la rrovc¡la clásica) co¡uo
texto (Genct. Ploust) pero no bajo las Lttl;r "ci,.r.t, ia" 'l;¡ gr.af,,logia (lur,, por
cspecies de la biografia rlilccta (Io qrto cx- I jr'rrr¡r1"- rir. lir r olu¡rluosi,l,rrl d,, u a t ¿r.ta
ccrler'ía al cuerl)o. tl¿u ia rttr sentido a líl cc¡rrclulc' la scnsrlalir'lad del r-edactr¡r) r.
vida, for-jaría un (lcstirlo). O tart:Lbiérl: srr íl.un sil) .,,li.ti'.¡¡r ir', llgrrna ,.5 iu.to , l¡r
puede conccbir tlcs<'o l.tol utr personajc (l(' slltc¡r' r'orn,r irlrtr.rlialarrr,,¡¡ll irloolrigi, a
novcla (por pulsirltcs lugitivas). O inclu- (por la ployccción histó¡ica rlo su sigirifi_
so: el tcxto mismo, cstlrtctlrra rlitrglaná- cación).. i.ls cielto clue a rncrmtlo la repre_
tica y no intitativa, puede tlesplcgarsc sr¡utaciórr tonra conto objcto rlc imitaiión
bajo fornra ile cuelpo, tlisociadrt err objt:tos al dcseo rnismo, pero cntonces ese deseo
feticl.res. cn lugarcs eróticos. 'lrtlos estos rro s¿ric rlr,l marco. dol crrarlr.o" r'ilcula on_

9l
tre los persorrajes y si hay un receptor ese
receptor permanece interior a la ficción
,5¡ ps.lrá decir en consecuencia que toda
r"-ióti.u que ret.iene aI desco encerlado
en la configuración de los actuantes por
nueva que sea es una semiótica de la re- Apenas se ha dicho algo sobre el placer
presentación. La representación es preci- del texto en cualquier parte aparecen dos
iamente eso: cuando nada sale, cuando gendarntes prepalados para caernos enci-
nada salta fuera clel marco, del cuadro, ma; el gendarme político y el gendarme
del libro, de la Pantalla). psicoanalítico; futilidad y/o culpabiliclad,
el placer es ocioso o vano, es una idea de
clase o una ilusión.
Vieja, muy vieja tradición: el hedonis-
mo ha sido reprimido por casi todas las
filosofías, sólo entre los marginados se en-
cuentra la reivindicación hedonista: Sade,
Fourier, para Nietzsche mismo eI hedo-
nisrrro es un pesimismo. El placet' es siem-
pre decepcionado, reducido, desinflado en
provecho de los valores fuertes, nobles: la
Verdad, la Muerte, el Progreso, la Lucha,
la Alegría, etc. Su rival victorioso es el
Deseo: se nos habla continuamente del
I)eseo pelo nunca del Placer, el Deseo
tendría una dignidad epistérnica pero el
Placer no. Se cliría que la Socierlad (la
nuestra) rechaza (y acaba por ignorar) de
tal manela el goce que no puede sino pro-
ducir epistemologías de la Ley (y de su
impugnación), nunca de su ausencia, o
mejor; de su nulidad. Es curiosa esta per-
manencia filosófica del Deseo ( en tanto
nunca es satisfecho): ¿Flsta palalx'a no de-

92 93
rotali¿r Lula "rclea clc cla-sc"? ( Plcsuriciórr .ualquirr olro. Es rlocir'; ya sea vinculan
(i, llni) l)r'll{'lrí1 b,tslanl,' ;-t O:ot t fe|o \¡ll 1 clo el texto de los "piacelcs" cLe la vida
embargo bastarrtc notc¡ria: 1o "pcipular" (una cornida, un jaxlirr, ulr cltcuentro,
lo conoce eI Dcseo, sólo placcles.) Llna voz, un mornento, etc. ) al catálogo
persoral de nucstras serrsualidades, o ya
sca abricndo meclia¡tc el texto Ia brccha
Los libros llarnados "cr'óticos" (es necosa- rlcl goce, dc la glair pór'dida subjctiva,
rio agregar': los cornuncs, para cxceptu¿rl idontificanrlo csc tert() a lo-s r'lronrentos
a Sacle ¡r algírn otro) rLtpt'csetttan no t¿ln- rrrás puros de Ia pclvelsión. ¿l sus lugares
to la cst:en¿r cr'ótica sino srr expoctaciór'r, su cl¿rntlcstinos. Lo irrr¡rortante es ieualal e'l
prr.palaci,irr^ su pr'(¡!r'(,-iún: r': (.lr r..lo (Luc carrrpo del placcr. irbolir'la falsa opos.ición
rcsultan "exci[arrtt:s", y por supuesto entle vida pr'hctica v vir'la contcr tpl at ir.a.
cuanrlo la csccrra llcga hay rlcccpcii.rn., c1c- Iil placor deI tcrto es una lcivintlic¿rciól r
llaclón. Dicllo de otr¿r ntancra, sol lilrros diligida justarrrclrtc t:ontla la scpalarciórr
del Derseo, no rlel Placcr. O dir'ho Lon tll¿l- (lol te\1o, pucs Lr tluc cl tcxto tlicc a flavi's
licia, ponen cn esccna el Placo-L tal corrro dc la palticularidarl rlr: srr rrornblo cs la
lo ve el psicoanálisis. Iln nrisrno scntirlr ubicuirlatl clcl plerccr', la atopia rlcl grice.
dice tanto acluí cornci rr llh cluc to(lo .sto (.\ klea de un liJ¡r'o (clc un tcxto) rlonde
bien dr:cepciontnttc. scr'ía tr'¿rzatla. tejicla, tlc la rn¿lnor'¿r tnás
pcrsonal, ia re¡lacirin tlc torios los goct's:
los de Ia "vitla" y los del texto clonrlc una
(El monumento psicoanalitico debe ser rnisrna ananlnesis rccogor-ía la lectura y
atravesado, no roclcaclo, como las calles la ¿rventur¿r.
admirablcs de una gran ciudad. calles a
través dc las cuales se puede jugar, soñar',
etc.: es una ficción. ) Irnaginal uua cstética (si la palalrla no
está dcnasiado dcvaluada ) {ur-rtlarla hast¿t
cl final completarncrttc, r'adicalntentc,
(

Parcce que existir'ía una mística de Texto. cn todos los sentidos) cn r:I placcr del con'
Por cl contrario, torlo el cs{uer-zo consiste suntídor fuese quicn fuesc, peltcnezca a
en materializar cI placer del texto, en la clase o al grupo que sca, sin considera-
haccr dol tcxto ¿1l¡ objcto de placcr cotto ciórr cle cultlrras t- cir: lenguajes: las conse-
L)l 95
;r
cuerlcias serían enortnes, tal vez iú.cluso
desgarradoras (Brecht ha comenzado a
elaborar tal estética del placer; de todas
sus propuestas es la que se olvida más a
menudo).
El sueño permite, sostiene, retiene y saca
a luz una extrema fineza de sentimientos
morales, a veces itrcluso metafísicos, el
sentido más sutil de las relaciones huma-
nas, de las diferencias refinadas, un sabor
de alta civilización, en resumen, una lógi-
ca consciente, articulada con una delica-
deza inaudita que sólo un vigilante traba-
jo podría conseguir. Brevemente, el sueño
Irace hablar todo Io gue en mí no es eÍtra-
ño, ertranjcro.. es una anécdota incivil
hecha con sentimientos muy civilizados
(el sueño seria ciuilizador ) .
A menudo el goce pone en escena este
diferencial (Poe), pero también puede
dar la figura contraria (aunque también
escindida): una anécdota muy legible con
sentimientos imposibles (Mnze. Edu.;arda,
de Bataille) .

96 97
mos la sutileza clc un ¡uovirrric ¡lto absolu-
to"(Nietzsche),
El Texto ser'ía t¿irrrbiélr csc ár'boI cuya
nominación (provis,rlia) dcbemos a l¿r
groser'ía de nuestros ór'ganos. Seríamos
¿Puedc haber alguna relación entre el científicos por falta clc sutileza.
placer del texto v l¡s ilrstituciones del
texto? Nllur. poca. La tt'oría del tcxto pos-
tttla el goco l,oto li{ no p¡rcu llDr\cn;). il¡:-
titucional en tarrto {rrnrla cn slr ct-lntpli-
miento exacto, srr asult-irirr, urra práctiea
(la dcl csclitor') )',ro rrr,n r:icrrcia, un rrri.'-
torlo, una invcstigación. una pedagogi¿t.
Por sus trrisrnos plinci¡titis cst¿r tcoria srilo
plle(lc prod cjr teóricos o prácticos esci.i-
l)ientes y no cs¡rt,cialistas (críticos. inves-
tigaduros. plolc*6¡1'q, r,clurlianlos )- No es
solamentc el carhcter fatalmente mr:talin-
giiístico de toda invcsligaciórr institucio-
ral lo quc tralt¿r la esclitur.a del placer.
tcrtual, ocr¡tre tarlbi¿]n quc actuahncirte
somos incapaccs rlc conceltir. un¿r vcrdacle-
la ciencia rlcl rlcvcrrir' (la rinica quc po-
dria reunir nuostr-o placcr- sir-r disfrazarlo
tle una tutela mot'al) : " . . . no sornos lo
l¡astantc szrfllcs para pcL.cibir. eI ltujo pro-
hablenrerrtc absoht.to r\el rl.ert:rti r; 7o per,
ntanpnlc nrr o\i\lr' rrrús qut.gracias a nur.s-
tros groseros órganos que rcsumerr y reú,
nen las cosas en plarrns cnnrrrnes, rnicrr,
tras que narla existc bajo esta fornta. El
¿irbol es a carla instaltc rlna cosa nueva;
¿rfirmanros la lctrtrm porquo rro apr.chendc-

98 99
¿Qué es la significancia? lls el sentido en Lo que se trata de establecer desde diver-
cuanto es producido sensualmente. sas perspectivas es una teoía materialista
del sujeto. Esta investigación puede pasar
por tres estados: primero, retomando una
anti$ra vía psicológica, puede criticar
cruelmente las ilusiones con las que se ro-
dea el sujeto imaginario (los moralistas
clásicos han sobresaliclo en este tipo de cri-
tica ) ; en seguida al mismo tiempo-
puede ir más lcjos -oy admitir la escisión
vertiginosa del sujeto descrito como pura
alternancia, la del cero y de su desapari-
ción (esto interesa puesto que rro pudien-
do decirse en el texto, el goce hace pasar
en él el estremecimiento de su anulación);
por fin, puede generalizar el sujeto ( "alma
múltiple", "alma mortal" ) que no
-lo
quiere decir masificarlo, colectivizarlo-;
¡r aquí reencontramos siempre el texto, el
placer, el goce: "¿No se tiene derecho a
preguntar quíén es el que interpreta? Es
la interpretación misma, forma de la vo-
luntad de poder, la que existe (no como
un 'ser' sino como un proceso, un deve-
nir) como pasión" (Nietzsche).

Entonces tal vez el sujeto reaparece pero


no va como iiusión sino conto ficcíón. Es
loo
101
Jx)silll(. obtener ulr ( iollo placer tle una Sc podr'ía .irrag,irtal ttna ti¡rología rle los
lranela tle irtragirtalsc ¡,'t ltto itulit.,idur¡. dt, plact'rc.s tlc lcctur'¿l ". o t'le los lectolcs clc
irrverrtal una tle l¿rs rtrás laLas y rlltinras placer---; esta tillología rio podria sel so-
ficcioncs: lo ficticio rlc la iderrtidarl. Flsta cioligica pues ol pl¿rccr nG cs un atlibutn
ficcitin no cs ya la ilusión tlc urta unirlad, tlel proclut:to ¡ri dc la producción, srilo po-
os por cl contr'¿rrio cl teatro rle socicclacl dr'ía scr psicoanalitica comprorrrctiendo la
rlonrle llacc'nlos conll)ar(,cor a rrnestlo plu- lclación dc la nr¡urrisis lcctola con l¿r folnra
r'¿r[: rrr-rcstlo placcr es irtdit'idurl^ pol'o rro alucinada rlcl toxlo. I,ll li'tichista acordaría
pct'sonal. coll cl texto corlarlo, con ]a pa|celación
de las citas, rk. las lrilnlulas. rlc los csteleo-
tipos, con el ¡rlrccr ric las palabras. Fl,l ob-
(larl¿r vcz 11rrr. irrtr.rrlo "arralizar"' lllt 1c\lo sosivo obten(lr'ía Jir volrrptuos itiatl r1c la
qrr() lno llr clarlo ¡rlaccl rro cs llti ''srrl)jcli- let.r'a, dc los longrrirjcs scgurf(los, (.xc¿rntri,
lirlar[" Ia quc lc('lrclrel]tror cs llri "inrlivi, r:os, dc los rr rcta-lc nguiijcs (esta clase reu-
rlrrn". nl ¡l¡¡1,, lr¡isico rluo copari¡ rrri crr,'r'¡ro ttir'ía lorlu. Jo. l,'c¡lliJoi. lirrgiiislas- <onri-
tle los otros cucrpos v hace suvo sn ltro- óticos, filólogos, toclris aqrrellos pa]'a quie-
pio sr-rfri lt riento. su propio plac:t'r': cs mi nes cI lclgu¿yr:. uuelt'c) . lil palarroico
c rrorpo dc goce el quo lt:elcrrcntr-o. \' r,qo
consurnir'ía o plo(lLl(:ir'ía tcrtos sofisticados',
cucrpo tlc goct. os tanrbiét rrti sttjt,fo ltislrS- ]rislori¡. ,lcsal'l oll¡r,l¡c ( ñlll(' r'irzrrnalnicl-
i rco, ¡lres cs al té'l rnino clc un¿r crinlrilr¿r
tos, constluccioncs ploi)uost¿rs corrro juc-
gos" cornr) r'rigcrr<ias s('ctct¿ls. I,lli crranto
IttLia rttul' I'iira rlc olcnrt'ntos l-riogr'hlicos.
Iristrilicos. sot iolrigicos, rrcr-tr'írlicos (crlrrt:a- al histí'r'ico (1¿rn cri;rtr'¿rlio ¿ll oltscsivo) sr,-
i íii ac1r.rcl (1r.r{¡ torlr¿l ¿ri texto y:,or ntortt'dtt
t irirt. r'l¿rsc soci¿rl. col rfigur'¿r c:iri l L ilrfirulil- ( ()lttct¡lt( l, ,\otttnte) que enlra olI ]a ( ol (.,
('t( ..) (lu(' l't gul() cl jucgo contlarlit tolio
rliir sil fondo, sin verrlad, dr:l Iengua jt'.
dt:l ¡rlar:t'r' (t ultulal) r rlcl gocer (rro-cu) aqucl rluo iro cs cl sujcto r1c rrirrg^urra rrri-
tural) v quo r¡¡(' t:scliL¡o corlo un sujctct rarl¿r crítica y ,se arroja ¿r tr'¿rvés r1<,1 tr¡xtu
acl.ualnlcntc rrral ubicarlo, llcgarlr rienra- (quc cs ulra cosa totallltcute distillta a
si¿rt.lo taldc o tctrrplano (cste
(lerrrasi¿l{1o proYo( ta|so (.1r ó1) .
(lt'Dte:int!u rro ,lo.igr]it r¡ a l,r.ll;r rti r l,r
lrlt¿r rri rlt'sglaciir silrr¡ sol¿rrrtr:lrLi' r.rirr
r.rrr¿r
\,,r'il llr /tt.,tt nttl', . .rri¡'l,r ,ul,r, ,.'rrri, ,r, .r
l¡r t lo livir.
l0l 101
derot, Sade, Fourier, no han sido todos
1 eudenronistas declarados?
Sin embargo el lugar del placer en una
teoría del texto no es seguro. Simplemen-
te liega un día en que se siente la urgen-
Tetto quiere dec.ir Tejido, pero si hasta cia de descentrar ul.l poco la teoría, de
aquí se ha tomado estc tcjido como ull rlr..plazal el rliscul.,r on lallto el irliolecto
producto, un velo detrás clel cual se en- qUe 5e lopilf. lotna r Oll,.iclolrci¡ \' eS CO¡l-
cuentra nlás o nrcnos oculto e1 sentido (la loniente.',trtolorlo ¡l :acudúrl rle un cuor-
verrlad), rrosotr'os acelrtuan-Los ahora la tionarniento. (lorno rrolrrbl.e tlivial, irrdig-
iclea gencrativa rtc quc cl texto se hace, sc no (¿quién. sin r-cir', sc llarnaría hoy
trabaja a lr'¿rvés de un entrelazado per- _
hedonista?) pucclc peltur.b¿rr. cI retornl
petuo; pelrlitlo en csc tejiclo tcxtu- rlcl texto a la .rrroral, a la verdacl: a la mo-
ra- el sujcto se rleshacc en i'I-esa
conlo urra ral cle la vcrdatl: cs rrrr inclirecto. un ,,cles-
rrraña quc sn rli.uclve' r.lr las scglegacjorrcs cr'nlrarirrr"'si .* lrr¡,,l, rll'cir.. ri ,,1 r rral la
constructivas de su tela. Si amásemos i os loolia rlr,l l¡'rl¡r lolv¡.r'i¡r i) (,,n\ot.l il.{(, cll
neologisrnos poclríanros dcfirrir la teoría un sistcnra contrado, una filosofía dcl sen_
del texto conto una hilología f/zrJosr cs el ticlo.
tejido y la tela de la araña).

Aunque la teor'ía rlel tcxto haya específi-


camentc clcsignarlo Itr signil'icancia (en el
sentido quo Julia Kristeva ha dado a esta
palabla) corrro lugar del goce, aunque
haya afilrnaclo el valor. crótico y crítico dc
la práctica textual, estas propuestas son a
menudo olvidadas, reprimidas, ahogadas.
Y sin embargo: ¿el materialisrno radical
hacia el cual tierlcle la tt¡oria es concebi-
ble sin el pensamiento del placer" del
goco) [.os larus nralor¡ali-las rlcl p¡.¡¡16
-c¿lda rrrro a sl ulan(,r.il . I,.¡ricur:o" l)i,
104
105
rlo debia sel el panfleto político clc Dar'-
tnes!
lllpiacel del te\to es oso: cl valor lleva-
do al rango suntuoso.de significante,

No se puedc dccir: nunca tle ¡nanera sufi-


cientt:rlá fuelza dc sltspotsión <iel ¡rlacer::
es un{ ver-dade rtt e¡toié, utta clctención qlrt:
fija dbsrle lejos toclos'los valot'cs adnriticlos
(admitidos pol si ttrisrttrts). Ill placel es urt
,rr'¡17¡¡1 (.Ia [olltta ltlás [)('r'\'('rsa dr' ]o dc-
Ittorriacrl.r .

O ¿il rtrcrtos lo tluo el placcr sus¡rencle cs el


viiot significndo: la (buerra) Causa. "Dar-
mcs. ul'l lirnpiapisos al que juzgan en estt'
nrourellto pol ltaber intcntado asesill¿rt al
|or'. está r'etlitt lanrlo sus itleas políticas. . . ;
1o qtLc vrtclvo urla 1'otr¿I vcz l;ajo ltr llluttttt
rlc l)¿rrnrt's t's l¿r at'isttictacia qtte esc:r'illc
Itorislr¡krrrsin. l,it palirirla cst t'it¿r tIc' cst¿r
nlaner¿r cs l)ast¿rlitc it:r'liblc. .." \'íctr¡'
Ilago ( Pit:dras ) etplecia vivanlcrttc l¿r ex-
travagartr:ia dei sigtrificarrte; sabe tanlbién
quc estc pequcrio or'{¡asrtro ortográfico
pLor.iene de las "ideas" de lJarrnes: sus
itlcas, es t.lt'i ir'. srts valt-'r'cs, su fe poiíticir,
lit ('\;rlllir{ i(ill r1rt,' ll,t, r' (l( ull }ttitlltu tt,',
viruierrrl.rl: t'sclillir'. ttt-ttttitlitt', tlt'sottogL:r-
fi¡r'r. r'otttitat'. Sitt cnllritlgo- ¡t¡tté altuni
106 107
sidei'atrclo los sonitlos de la k,rrgutr, /a es-
ct'itura en al.ta uoz rro cs foirológica sino
fonética, su objetivo no es la clariclad cle
los rnerrsiljos, el teah.o dc las ctr.rociones.
lo qu* bu:ca , oJr lnra p( r.spccliva tlt, goce'
son los incidentes pulsionalcs, el lenguaje
Si fuese posiblc imagina¡ una cstótica rlel tapizarlo rle pieJ,, un texto donde se pudie-
placer textual sería neccsar-io incluir en sr¡ escuchal el tolro rle la garganta. Ia
e\la la escrituta ¡'rt alla ¿ro¡. lista esc¡itu- r,xid¿r ión ¡le l¡s r un.on¿lrlos, l¡ 1,ol¡p¡¡r-
la vocal (c1uc no cs la ¡alabla ) no es prac- si,larl ,lc ias vocalos, lurl¿r un,r esloreofonia
ticader pelo c's sir rlurla Ja quc recomel- de la carne proiunda: la adiculación dcl
tlaba Artar.Ltl 1. la que soiicit¿r Sollels. cuerpo, de la lengua, rro la del sentido. la
Ilablernos rk: r'lla conro si existiese. rlcI Jr'¡¡g¡¡j.. Un cicrto altc tle la melodia
Err la anligiierlarl la t i.tr'rlica conrpt'en- puedc dal idea de esta escritura vocal,
día una partc clLlc ha sirlo olvidada, ccn- pero como la nrelo¡lía esth muerta es tal
suracler por' los corrrent¿r listas ciásicos: la vez c¡r el cine ilontle pueda encontrársela
rzcllo, conjurrto de lccct¿rs cspccíIicas para con rnayol facilidad. En efecto, es sufi-
permitir la crtor-iorización corporal del cir.rrle quo cl cinc lume dc muy cen.a d
discurso: sc tt'atalla dc un "tt'att'o de 1a ex- sonirlo de la palabra /en :Llnla r.s la dofi-
plesión", el orador-comediante "expre- rrición generalizada del ',tono,, cle la es,
sando" su irrdignación, su compasión, etc. critura ) y haga escuchar en su materiali-
La esrrilura r¡t oll.¿ / o-' no cs oxplesiva, dad, en su sensualidad, la respiración, la
rleja la explcsión al lcno-tcxto, aI córligo aspereza. la pulpa r'le lo, labios, toda ulra
rcgrrlar de la r:onrul lit:ación. La cscritut'a presencia del rostro humano (que la voz.
cn üIla ,o: poltcnecc ai gcno-texto, a la que la escritrrra scan froscas^ livianas, lu
significancia, es sostenicla no por las in- brificadas, finarnente granuladas y' vi-
flcxiones rllantáticas, las entonaciones brantos como el hocico tlc un animal )
malignas, los ¿rcentos cornpltrcicntes, sino para que logre desplaztn' cl significaclo
por cl lono tle la voz, t¡ue es un mir-to muy lcjos y lreter, pol dccillo así, cl cuer.
er'útico dc linrblc y dc lcngua jc y clue po anóninro dcl actor err mi or.oja: alli r.e
corlo la clicción puedc tantbién ser la ma- china, chir-r'in, acaricia, r.asp¿lr corta: goza.
teria de un artc: cl arte tlc conducir el
cuerpo (cie al1í ¡:r'ovierre su irnporlancia
c1r ]os teatlos dc ]lxt¡errro Oliente). Con-
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