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Autor: Valeria Hernández Meléndez.

Código: 2116294.

INTRODUCCIÓN.
El maltrato animal es uno de los temas de debate más comunes en Colombia, pues en los
últimos años los animales han ido ocupando un puesto muy importante en la sociedad, ya
que ahora se les reconoce como “seres sintientes no humanos, entidades de derechos” según
la STC-12651 (corte suprema de justicia sala de casación laboral, STC-12651,2017). Más
sin embargo hay algunos casos en concreto donde este reconocimiento a los animales no se
cumple, tal es el caso de la tauromaquia, coleo, becerradas, rejoneos etc.
Desde la promulgación en el 2017 del nuevo concepto sobre los animales, diferentes
cuestionamientos emergen, uno de ellos es si el maltrato animal es una razón para llamar a
los animales entidades de derechos, pues fue por medio de dos habeas corpus y una tutela
(corte suprema de justicia sala de casación civil y agraria, T-544385,2017) en donde el caso
del “oso chucho” tomó importancia, pues analizando los antecedentes podemos entender
por qué se solicitaron estas acciones de protección, por tal razón es importante conocer
acerca de este fenómeno, casos y que mecanismos de prevención contra este se están
tomando, pues a través de diferente normatividad se puede ver reflejado el alcance que este
tiene y como se está aplicando en el país.

CAPITULO I
PROTECCIÓN ANIMAL, UNA IDEA UTÓPICA QUE DISTORCIONA LA
REALIDAD.

Diferentes organizaciones de protección animal han trabajado para que esta sea efectiva
desde hace más de 3 décadas, instaurando campañas masivas para la concientización sobre
el cuidado de los animales, como lo son “contra el maltrato animal”,” campañas para la
tenencia responsable de mascotas y maltrato animal” realizada por la policía ambiental,
“con los animales no se hacen males” realizada por la alcaldía de Bogotá el 18 de
septiembre de 2019.
Respaldando la protección animal se tiene la ley 1774 del 2016 donde se estipula en el
artículo 1 “Los animales como seres sintientes no son cosas, recibirán especial protección
contra el sufrimiento y el dolor, en especial, el causado directa o indirectamente por los
humanos, por lo cual en la presente ley se tipifican como punibles algunas conductas
relacionadas con el maltrato a los animales, y se establece un procedimiento sancionatorio
de carácter policivo y judicial.”(Ley 1774,2016). En esta ley se especifica cuáles son los
principios de trato hacia los animales y cuáles serán las sanciones en caso de infringirla
Pero a dos años de ser promulgada esta ley, se encuentran casos en los que evidenciamos la
ineficacia e invalidez de esta; en el mes de octubre de este año en la ciudad de barranquilla
un perro fue quemado con agua hirviendo que fue arrojada desde un restaurante al sur de la
ciudad, provocando terribles consecuencias para el animal, como sarna, miasis (enfermedad
parasitaria) y dermatitis crónica, por estas causas el animal murió. Diferentes entidades
animalistas de la ciudad acudieron a la patrulla ambiental, quienes lograron identificar las
complicaciones presentadas por el perro. Se desconoce si el restaurante fue sancionado por
violar uno de los principios fundamentales del cuidado animal “Que no sufran
injustificadamente malestar físico ni dolor” (ley 1774 de 2016, art.3), el doctor Juan
Trujillo cabrera presenta un argumento acerca del sufrimiento innecesario por parte de los
animales “más allá de cualquier postura filosófica o jurídica que se tenga, para todo
ser humano debería ser razonable que a los animales no se les puede someter a
sufrimientos innecesarios, ya que tanto aquellos como los seres humanos tienen un
valor inherente que debe ser respetado.” (Trujillo Cabrera, J. 2015). Considerando lo
anterior se puede inferir que esta normatividad colombiana no se ha aplicado
correctamente, por ende no se puede proteger totalmente a los animales y tampoco aplicar
las sanciones correspondientes, puesto que seguiría siendo una realidad vigente el maltrato
animal.
CAPITULO II
MALTRATO ANIMAL, NORMATIVIDAD POCO CONGRUENTE.
A causa de la falta de protección animal y de aplicación de sanciones a los infractores de
los principios expuestos en la ley 1774 de 206, el maltrato animal sigue siendo una realidad
en Colombia. Para este tema una normatividad importante a tener en cuenta es la ley 84 de
1989, en donde se decreta “A partir de la promulgación de la presente ley, los animales
tendrán en todo el territorio nacional especial protección contra el sufrimiento y el dolor,
causados directa o indirectamente por el hombre” (ley 84 ,1989).
En las excepciones a esta ley, aún son permitidas:” coleo, las corridas de toros, novilladas,
corralejas, becerradas y tientas, así como las riñas de gallos y los procedimientos utilizados
en estos espectáculos.” (Ley 89 de 1989, art.7), si se permiten este tipo de espectáculos se
estarían infringiendo los principios señalados en el capítulo anterior, en específico: Que no
sean sometidos a condiciones de miedo ni estrés y que puedan manifestar su
comportamiento natural. Por ende se estaría presentando un conflicto entre dos leyes que
prometen proteger a los animales, pero que al ser incongruentes entre ellas terminan
brindando una desprotección total a ciertos animales, como los toros, gallos, cerdos, burros,
etc., que forman parte del territorio colombiano y que por decreto DEBEN ser protegidas de
sufrimiento y dolor causado por el hombre.

Vicenta Cervello presenta en su artículo “el derecho penal ante el maltrato de animales”
una visión acerca de cómo con diferentes prácticas que están arraigadas a la noción cultural
se comete maltrato animal “…..cuando se habla de maltrato animal no solo se hace
referencia a los actos de maltrato propiamente dichos, por regla general sobre animales
domésticos, sino también a las celebraciones tradicionales que, en diversos lugares del
planeta, utilizan el sufrimiento animal como divertimiento y a las prácticas científicas o de
sacrificio que pudiendo evitarles daños innecesarios, no lo hacen” (Cervelló Donderis V,
2016).

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