Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Devocionario en Honor Del Patriarca, Señor San José
Devocionario en Honor Del Patriarca, Señor San José
«JK»*»
w. *
DEVOCIONARIO i t-.
EN HONOR DEL
no
PATRIARCA, SEÑOR
SAN JOSÉ.
S E X T A E D I C I Ó N ,
BIBLIOTECA
Facultad de Teologi»
N« I t i8I H
C o m p a ñ í a d e J e s ú s
GRANADA
f PEDRO RAFAEL,
Arzobispo de Quito.
t JUAN,
Obispo de Málaga.
Es propiedad.
T i p o g r a f í a de B . HERDER en F r i b u r g o de B r i s g o v i a ,
Á LOS D E V O T O S DE SAN JOSÉ.
B R E V E RESUMEN DE L A VIDA
D E L S A N T Í S I M O P A T R I A R C A S E Ñ O R S A N JOSÉ.
J. B . BRANCALEONI CASTELLANI,
sustituto.
de cada mes.
SUMARIO D E INDULGENCIAS
P A R A EL C U L T O PERPETUO.
EJERCICIOS
P A R A EL DÍA DEL C U L T O P E R P E T U O ,
P o r la m a ñ a n a , después de l e v a n t a d o y de las d e v o c i o n e s
de c o s t u m b r e d i r á :
CIAS Y PODEROSOS V A L I M I E N T O S
D E SAN JOSÉ.
P a r a e x c i t a r un cordial amor á San J o s é , se añaden las
siguientes consideraciones, que pueden s t r v i r también á los que
componen la asociación del Culto perpetuo, tomando de a q u í
c u a l q u i e r punto p a r a la meditación de a q u t l día.
Q u e r r í a y o persuadir á todos á
ser d e v o t o s de este g l o r i o s o
S a n t o , por la e x p e r i e n c i a que
t e n g o de los g r a n d e s bienes que
a l c a n z a de D i o s .
Santa Teresa.
S O B R E EL C U L T O D E SAN JOSÉ.
P R E C E S E N F O R M A D E L E T A N Í A S Á S A N JOSÉ.
1 R o g a d por los a g o n i z a n t e s .
* Bendita s e a la santísima T r i n i d a d .
LETANÍAS k SAN JOSÉ. 39
ORACIÓN.
VISITAS Á JESÚS S A C R A M E N T A D O .
ACTO DE CONTRICIÓN.
(Para todos los días.)
Lunes.
Martes.
I Oh Víctima santa, que quisisteis darnos
una prueba de vuestro amor, derramando las
primicias de vuestra sangre preciosa en la cir-
cuncisión, sangre divina, precio de nuestro res-
cate, que todos los días se ofrece por nosotros
sobre ese altar! ¡ A h , qué dolor tan intenso
sentirían vuestra divina Madre, y José vuestro
padre adoptivo, en esta dolorosa ceremonial
¡ con cuánto respeto y amor adorarían esa sangre
sagrada que ofrecían en sacrificio al Eterno
Padre! Permitidme que también yo, á su ejem-
plo, presente al Señor esa Hostia inmaculada
para aplacar su justicia irritada por nuestros
pecados y atraer sobre nosotros su divina mi*
sericordia. Amén. ^
Consagración á M a r í a y visita á San José, p á g . mm . ,• ^
42
CULTO PERPETUO.
Miércoles.
¡ Hostia inmaculada, divino Jesús! Ahí en ese
altar os ofrecéis á vuestro Padre, como cuando
tierno niño fuisteis presentado en el templo
por María y José. Ahora, como entonces, vues-
tro sublime sacrificio es ignorado de los mun-
danos, quienes ni piensan siquiera en agrade-
ceros tanto amor. ¡Oh! si pudiera yo apro-
piarme los tiernos afectos del venerable Si-
meón, cuando estrechándoos en sus brazos ex-
clamaba: «Ahora, Señor, dejad descansar en
paz á vuestro siervo» . . . . manifestando así que
nada tenía ya que desear en este mundo des-
pués de haber visto á su Salvador; y yo, tenién-
doos en este sacramento, ¿qué puedo desear
sino descansar en paz á vuestros pies y ahí
ser consumido por el mismo fuego que os
abrasa? ] Cuán feliz sería yo, si inflamado en
vuestro amor pudiera unir el sacrificio de todo
mi ser al vuestro con la perfección con que
lo hicieron vuestra Madre santísima y San José!
IAh! como ellos yo os ofrezco mi corazón;
aceptadlo, Jesús mío, para que, oculto en el vues-
tro, no se separe jamás de Vos. Amén.
C o n s a g r a c i ó n á M a r í a y visita á San José, p á g . ¡Z-
Jueves.
]Divino Jesús, que en ese altar estáis soli-
tario por mi amor ! ¡ Ah, también ahora vues-
tros enemigos, como en vuestra infancia, os
persiguen para haceros morir! Mas entonces
teníais á vuestro lado un tierno padre, un cus-
todio vigilante que os sustrajo de la tiranía de
VISITAS Á JESÚS SACRAMENDATO. 47
Viernes.
¡Oh amantísimo Cordero! en este sacra-
mento, como en vuestra vida mortal, os dejáis
conducir por vuestros ministros sin la menor
resistencia. ¡ Con cuánto gozo os traían María
y José de Egipto á Judea! Mas el temor de
exponeros á nuevas persecuciones, turbó sus
amantes corazones, y José inspirado por Dios
os llevó á Nazaret. Haced que yo sepa huir
con todo cuidado las ocasiones de ofenderos,
y que venga ante vuestro tabernáculo á apren-
der las lecciones de vida que enseña vuestro
Corazón adorable, como lo hacían vuestros
•.
» •
4 2 CULTO PERPETUO.
Sábado.
Aquí me tenéis, Señor, fatigado bajo el
enorme peso de mis miserias. ¡ A h ! lejos de
Vos, todo es amargura y muerte. Nada hay en
el mundo que pueda saciar mi corazón. ¡ Qué
mar inmenso de amargura inundaría el Corazón
de vuestra tierna Madre y el de su santo esposo,
cuando os perdieron por tres días! Sólo Vos,
Señor, habéis podido medir ese océano de dolor.
Bendita Madre, Vos y vuestro casto esposo, per-
disteis á vuestro Hijo sin culpa vuestra, ¡ y aun
así vuestra angustia fué incalculable! Obtenedme
por vuestra amargura que jamás pierda á mi
dulce Dueño por el pecado, y, si por mi flaqueza
alguna vez lo pierdo, que á vuestro ejemplo lo
busque sin tardanza por el arrepentimiento.
49
CONCLUSIÓN D E L DÍA C O N S A G R A D O
Á SAN JOSÉ.
ORACIÓN.
TRIDUOS.
P R I M E R O .
O R A C I Ó N P A R A T O D O S L O S DÍAS.
i
S*
Día primero.
Jaculatoria.
En las tinieblas es luz,
En las luchas es victoria,
Y es senda para la gloria
El Corazón de Jesús.
Padre nuestro, Ave María.
54
Fuente de paz y alegría,
Séate en medio de tus duelos
La que brota allá en los cielos
Del Corazón de María.
Padre nuestro, Ave María.
Lleno el corazón de fe
Deseche todos temores,
Quien tiene por protectores
A Jesús, María y José.
Luego se dirá para concluir la oración que va puesta al
fin para todos los días, pág.
Día segundo.
Hecho el acto de contrición se dirá la oración primera,
pág. Ü¡¡¡, y luego la siguiente
ORACIÓN.
SEGUNDO TRIDUO.
E n honor de San José p a r a pedir la resignación en los su-
f r i m i e n t o s y el amor á ía c r u z .
Día segundo.
Día tercero.
El martirio de San José fué en proporción de
su amor.
Muy bien se puede llamar á San José, el
mártir de la vida oculta. Pocos habrán sufrido
como él; mas ¿por qué süfrió tanto? — Es cosa
cierta que la santidad en los hombres está en
proporción de lo que por el amor y la gloria
de Dios sufren.
n
\
TERCER TRIDUO.
E s t e T r i d u o p u e d e h a c e r s e , ó p a r a pedir al santo P a t r i a r c a
alguna g r a c i a , ó p a r a prepararse á celebrar con más fervor el
día señalado p a r a el C u l t o perpetuo. Y p a r a e s t o , si el d í a
señalado es por e j e m p l o el 1 2 , el T r i d u o se h a r á en los día» 9,
10 y 1 1 .
Día primero.
H e c h o el a c t o de contrición se d i r á :
CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO
Á SAN JOSÉ.
¡ Oh glorioso San José, dignísimo esposo de
la Madre de Dios, Padre putativo del Verbo
encarnado, protector fiel de las almas que re-
curren á Vos! I Oh incomparable San José I
digno, entre todos los santos, de ser venerado,
amado, invocado por la excelencia de vuestras
virtudes, la eminencia de vuestra gloria y el
poder de vuestra intercesión. Yo, indigno de
ser vuestro siervo, pero atraído por vuestra
bondad, vengo á consagrarme enteramente y
para siempre á Vos. En presencia, pues, de
la augusta Trinidad, de Jesús vuestro hijo, de
María, vuestra esposa y mi tierna madre, y
en presencia de toda la corte celestial me
consagro á Vos, ¡oh mi bondadoso San José!
y os me entrego como á mi padre; os elijo
por mi guía, para que, á vuestro ejemplo, me
hagáis vivir vida interior, que es la vida pro-
pia de un verdadero cristiano. Me consagro
á Vos y os tomo por modelo en el cumplimiento
de todos mis deberes; quiero cumplirlos como
Vos con humildad y dulzura. Yo os tomo,
amable San José, por mi consejero, mi con-
fidente y mi protector en todos mis trabajos y
penas, que las soportaré como Vos con pacien-
cia y resignación. En todo seré feliz bajo
vuestro amparo, y para merecerlo os consagro
mi alma, mi corazón, mi cuerpo y sus sentidos,
mis acciones y todas mis gozos y alegrías;
en vuestras manos pongo mis penas y tra-
ra
CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO Y
DE L A FAMILIA Á SAN JOSÉ.
x? C o n v i e n e que se h a g a por toda la f a m i l i a la n o v e n a ,
como preparación del día en que ge h a c e la c o n s a g r a c i ó n .
2? L a v i g i l i a de ese día se dan tres limosnas á tres f a m i l i a s
pobres, en m e m o r i a de las tres personas que componían la sa»
grada f a m i l i a .
3? En el día de la c o n s a g r a c i ó n , todas las personas la
familia, á ser posible, deberían Negarse á log sacramentos.
74
4? C o l o c a d o el c u a d r o ó i m a g e n del santo en l u g a r con-
t e n i e n t e , y postrada la f a m i l i a toda ante la i m a g e n , el p a d r e ,
•ó la persona más d i g n a , si este falta, después de rezar las plega-
rias d e los siete dolores y g o z o s d t l santo, h a c e el s i g u i e n t e :
ACTO DE CONSAGRACIÓN.
N o me a c u e r d o hasta a h o r a h a b e r supli-
c a d o cosa á San J ^ é , que la h a y a de*
j a d o de h a c e r . . . , A otros sanios p a r e c e
les dió el Señor g r a c i a p a t a socorrer
en una n e c e s i d a d ; este glorioso samo,
c o m o de ello t e n g o e x p e r i e n c i a , socorre
en t o d a s ; p u t s p a r t e e que el S e ñ o í
quiere darnos á c o n o c e r , que así como
le fué sujeto en Ja tierra, así en el cielo
h a c e cuanto le pide. Santa Teresa.
P I D I E N D O Á S A N J O S É SU A M O R Y E L D E JESUS Y M A R I A .
P A R A P E D I R P A C I E N C I A EN A L G U N A T R I B U L A C I O N .
AL PRINCIPIO DE LA MISA,
ÁL CONFITEOR
AL GLORIA IN EXCELSIS.
Á LA COMUNIÓN.
107
Á L A S HORAS.
Á MAITINES.
Abrid, Señor, mis labios.
I^. Y mi boca cantará vuestras alabanzas.
Venid, Dios mío, en mi auxilio.
Apresuraos, Señor, á socorrerme.
Gloria etc.
Himno.
Yo te saludo, padre nutricio, yo te saludo,
guardián de mi Salvador, amable San José.
III
Oración.
Haced, Dios mió, que mi corazón aborrezca
todo pecado, para que, viviendo santamente,
merezca la gracia de una dichosa muerte. Estas
gracias os pido por la intercesión de San José,
y por los méritos de la sangre preciosa de Jesús,
vuestro Hijo, que con Vos y el Espíritu Santo
vive y íeina por los siglos de los siglos. Amén.
Á LAUDES.
Venid, etc., como al principio.
Himno.
| Cuántas delicias encontraste, oh venturoso
José, al lado de la cuna de Jesús niño I ¡ Qué
gozosos fueron para ti los días y los años
empleados en alimentarlo y cuidarlo 1
Ant. Yo soy etc., como d Maitines hasta la
Oración inclusive.
U 2
Á PRIMA,
Y. Venid, etc.
Himno.
iQué augustos y santos fueron los cargos,
que se te encomendaron, oh José I Fuiste tutor
y custodio del Hijo de Dios. No perdías de
vista á Jesús, á quien cuando niño lo con-
ducías en tus brazos, le prodigabas mil cari-
cias, y Jesús te correspondía con amable ter-
nura. ¡ Qué felicidad latuya!
Ant. Y o soy etc.
Á TERCIA.
Y. Venid, etc.
Himno.
Tener á Jesús en tu casa, trabajar con
él y poseerle enteramente, I qué dicha mayor!
Conversar y comer con Jesús y María, | qué
mayor delicia!
Ant. Yo soy etc.
Á SEXTA.
V. Venid, etc.
Himno.
En los transportes de una santa alegría, tú
i oh José! ya venerabas á Jesús como á tu Dios,
ya le acariciabas como á tu hijo, ya le adora-
bas como á tu Señor, ya le amabas como á
tu celestial pupilo.
Ant. Yo soy etc.
Á NONA.
^ Venid, etc.
Himno.
¡Oh José, luz esplendorosa que anuncias
la nueva alianza 1 El hijo que guardas en si-
lencio es un depósito sagrado que Dios te ha
confiado. El cargo y ministerio que tú ejerces
es superior al de los ángeles. I Mayor honor
solo el de María!
Ant. Yo soy etc.
Á VÍSPERAS.
t . Venid, etc.
Himno.
¡ Oh José, lirio de pureza, digno del cariñoso
y tierno amor de Jesús y María 1 Ningún mortal
ha recibido del cielo prerrogativas tan gloriosas
como las tuyas. ¡ Oh qué dignidad 1
Ant. Yo soy etc.
Á COMPLETAS.
INVOCACION Á JESÚS.
a 17
999
FIESTAS EN HONOR DE
SAN JOSÉ.
Á los devotos del santo.
P a r a q u e celebréis con fervor las siguientes festividades , y
seáis más cuidadosos en honrar cuotidianamente al santo Patri-
a r c a , oid y meditad m u y á menudo las palabras q u e la vene-
rable s i e r v a de D i o s M a r í a de Jesús de A g r e d a , en su Mística Ciudad
de Dios, part. 2 ' , Iib. 5?, cap. 16, d i c e q u e la V i r g e n santísima le
d i r i g i ó respecto de S a n José : « H i j a m í a , le d i j o , a u n q u e has escrito
q u e mi esposo José es nobilísimo entre todos los santos y p r í r -
c i p e s de la celestial J t x u s a l é n ; pero ni tú puedes a h o r a manifestí-*
su santitad eminente, ni los mortales p u e d e n conocerla antes ( e
l l e g a r á l a vista de la D i v i n i d a d , donde con a d m i r a c i ó n y ala-
b a n z a del mismo S e ñ o r , se harán c a p a c e s de este alto cono-
c i m i e n t o ; y el día último, cuando sean j u z g a d o s todos los hombrea,
llorarán a m a r g a m e n t e los infelices condenados, el no h a b e r cono-
c i d o , por sus p e c a d o s , este medio tan poderoso y e f i c a z p a r a su
s a l v a c i ó n , ni h a b e r s e v a l i d o de éí c o m o pudieran p a r a g r a n j e a r s e
la amistad del justo J u e z . T o d o s los del mundo han i g n o r a d o
m u c h o los p r i v i l e g i o s y p r e r r o g a t i v a s que el A l t í s i m o c o n c e d i ó á
mi santo esposo J o s é , y cuanto puede su intercesión con su
M a j e s t a d y c o n m i g o ; porque te a s e g u r o , c a r í s i m a , que en pre-
s e n c i a de la d i v i n a j u s t i c i a , es uno de los g r a n d e s p r i v a d o s para
detenerla contra los p e c a d o r e s . Q u i e r o p u e s , que .«cas m u y
. a g r a d e c i d a á la d i g n a c i ó n del Señor y al f a v o r que en esto h a g o
•contigo ; y q u e en adelante, en lo restante de tu v i d a , procures
adelantarte en la devoción y cordial a f e c t o de mi santo esposo,
y bendecir al Señor p o r q u e tan liberal le f a v o r e c i ó , y por el
g o z o q u e y o t u v e de conocerlo. E n todas tus n e c e s i d a d e s te
has de valer de su intercesión, y procura traerle m u c h o s d e v o t o s ;
p u e s lo q u e p i d e mi esposo en el cielo c o n c e d e el A l t í s i m o en
l a tierra, y á sus peticiones y palabras tiene v i n c u l a d o s g r a n d e s
y extraordinarios f a v o r e s p a i a ios hombres, si ellos no se h a c e n
i n d i g n o s de recibirlos.»
125
P A R A EL 19 DE C A D A MES.
ORACIÓN.
P R I M E R A D I C H A D E S A N JOSÉ.
La muerte de Herodes.
I Oh José pacientísimo ! alabo á la santísima
"Trinidad, que con un ángel te.dió aviso de
la muerte de Herodes, cruel perseguidor de tu
hijo Jesús. Por esta dicha te pido me al-
cances la muerte de todos mis vicios y afirmes
en mi pecho el reinado de la caridad.
Padre nuestro, etc.
TERCERA DICHA.
Su admirable silencio.
i'O José dichosísimo! doy infinitas gracias
á la santísima Trinidad por haberte concedido
la perfecta guarda del silencio entre crecidos
gozos y acerbos dolores. Por esta virtud te pido
me alcances la gracia de refrenar mi lengua
en lo próspero y en lo adverso, para no ofender
á Dios en mis palabras.
Padre nuestro, etc.
127;
Q U I N T A DIO t í A.
Oración.
| Excelso Patriarca San José, esposo digní-
simo de María, y dichosísimo padre putativo
de Jesús, constituido por tan relevantes títulos
superior á todos los santos! sea infinitas veces
alabada, bendecida y glorificada la Trinidad
beatísima que te elevó á tan sublime dignidad y
te constituyó patrono de la Iglesia para univer-
sal consuelo de nuestras aflicciones, socorro de
nuestras necesidades, y alivio de nuestros ma-
les ; para que fueses amparo de los atribulados,
consuelo de los pobres, refugio de los peca-
dores , auxilio de los agonizantes y esperanza
de todos los cristianos. Y pues en ti, oh amable
protector mío, se hallan en grado eminente las
perfecciones de todos los santos, á ti recurro
con humilde confianza, y rendidamente te su-
plico que me ampares y asistas en todas las
necesidades. No me niegues esta gracia, amo-
roso padre y protector mío, asísteme bondu-
12 9
I
R o s a r i o á S a n J o s é para i m p l o r a r s u p r o t e c c i ó n
e n f a v o r de la I g l e s i a u n i v e r s a l .
PRIMERA DECENA.
Os suplico etc.
i? Por el gozo y alegría que recibisteis al
ver que los pastores vinieron al portal de Belén
á conocer y adorar al Niño Dios,—Acordaos
de mí ¡oh castísimo Josél en la hora de mi
muerte.
2? Por el dolor que tuvisteis en la circun-
cisión del Niño,—Acordaos etc.
3? Por el gozo y alegría que tuvisteis al
saber que el Niño debía llamarse Jesús, que
significa Salvador,—Acordaos etc.
4? Por el gozo y alegría que sentisteis al
ver entrar en el portal á los tres santos Reyes
para adorar al Niño Dios y ofrecerle dones,—
Acordaos etc,
1-36.
Os suplico etc.
I? Por aquella aflicción y pena con que os
levantasteis del sueño, cuando el ángel os dijo
que huyeseis con el Niño y su Madre á Egipto,
porque Herodes buscaría al Niño para quitarle
la vida,—Acordaos de mí ¡oh castísimo Josél
en la hora de mi muerte.
2? Por aquel compasivo dolor que atravesó
vuestra alma al partir tan aprisa con vuestra
37
Os suplico etc.
i? Por el gozo y alegría que sentisteis al orde-
naros el ángel que con Jesús y María regresaseis
de Egipto para la tierra de Israel,—Acordaos de
mí ¡ oh castísimo José 1 en la hora de mi muerte.
2? Por los trabajos que padecisteis en este
regreso tan penoso y dilatado, caminando con
el Niño Dios y su santísima Madre por de-
siertos y arenales,—Acordaos etc.
3? Por el dolor que tuvisteis al oir que en
Judea reinaba Arquelao, hijo de Herodes, per-
seguidor de Jesús,—Acordaos etc.
4? Por el gozo y alegría que tuvisteis al
recibir del cielo la orden de habitar en Nazaret
con Jesús y María,—Acordaos etc.
5? Por el gozo y gran consuelo que tuvisteis
viéndoos ya con Jesús y María en vuestra casa
de Nazaret,—Acordaos etc.
6? Por aquellas peregrinaciones que, por
cumplir la ley de Moisés, hacíais de Nazaret á
Jerusalén con Jesús y María,—Acordaos etc.
7? Por el dolor y amargura que padecisteis
cuando en una de estas jornadas tuvisteis tres
días perdido al Niño Jesús,—Acordaos etc.
8? Por el gozo y alegría que tuvisteis cuando
hallasteis al Niño Dios en el templo enseñando
á los doctores, y vuelto con Vos á Nazaret, os
estaba obediente y sujeto, como si fuese ver-
dadero hijo vuestro,—Acordaos etc.
9? Por las enfermedades y dolores que pa-
decisteis en los últimos años de vuestra santa
•dda,— Acordaos etc.
139;
Y á ti con fe te invocare,
Porque en tu bondad confía:
Tu patrocinio etc.
José, cuando esté ya viendo
El instante de mi muerte
Para que en él feliz suerte
Consiga, y muera diciendo:
En tus manos encomiendo,
Oh Jesús, el alma mía:
Tu patrocinio etc.
José, cuando me llegare
De ser juzgado el momento,
Y de pecados sin cuento
El demonio me acusare,
Para que en Jesús hallaré
Misericordia aquel día:
Tu patrocinio etc.
José, cuando con anhelo
Tu santo nombre invocare,
Cuando en el punto me hallare
De abandonar este suelo,
Para gozar en el cielo
De Dios, y tu compañía:
Tu patrocinio etc.
José, cuando la agonía
De la muerte me llegare:
Tu patrocinio etc.
Y. Ruega por nosotros etc.
I^. Para que seamos etc.
Poderosísimo protector y amantísimó padre
mío Señor San José, esposo de María santísima
142;
ACTO DE CONTRICIÓN
que se dirá todos los días.
ORACIÓN
para todos los días.
A R o g a d p o r nosotros.
57
Viernes.
A c t o de contrición y oración del primer día.
ORACIÓN.
Sábado.
A c t o de contrición y oración del primer día.
ORACIÓN.
D o m i n g o del patrocinio.
A c t o de contrición y oración del p r i m e r d í a .
ORACIÓN.
ORACION.
E L T R Á N S I T O Ó DICHOSA M U E R T E DE
SAN JOSÉ.
Ignórase el día cierto del año en que murió San J o s é : fun-
dados q u i z á s en a l g u n a revelación privada dicen algunos autorrs
q u e m u r i ó en 21 de j u l i o ; s i g u i e n d o esta s e n t e n c i a , podrá co-
m e n z a r el setenario el día 14.
D í a primero.
A C T O DE CONTRICIÓN,
que se dirá todos los días.
Día segundo,
ORACIÓN.
D í a tercero.
ORACIÓN:.
D í a cuarto.
ORACIÓN.
D í a quinto.
ORACIÓN.
Día sexto.
ORACIÓN.
Día séptimo.
ORACIÓN.
PRECES
p a r a todos los días del Setenario.
Oración.
Por todos estos privilegios, méritos y gracias
os pedimos vuestros devotos, excelso y podero-
sísimo patrón nuestro San José, que nos al-
cancéis algo de vuestras eminentes virtudes;
que nos asistáis en las varias vicisitudes de
esta mortal vida; nos patrocinéis en la hora
de nuestro tránsito, y nos presentéis después
en el cielo á Jesiis y á María. También os
pedimos por la Iglesia católica, por el Sumo
Pontífice y demás prelados, y por todos los
fieles que viven en su unión y obediencia.
Jesús, José, María, en vida y en muerte
amparad el alma mía.
Alabanzas y gracias dé siempre el alma mía
á los objetos de mi amor Jesús, José y María.
Jaculatoria.
1 Oh glorioso San José, esposo de María I
protegednos y proteged á la Iglesia y á su
cabeza visible el Romano Pontífice.
DOLORES V GOZOS
que en memoria del felicísimo tránsito del señor San José se
pueden cantar ó rezar todos los días del setenario.
DESPOSORIOS.
E s t a fiesta se celebra el 26 de n o v i e m b r e .
ACTO DE CONTRICIÓN.
Dios de infinita clemencia,
Si es á tus ojos de agrado
Un pecador humillado,
Aqui vengo á tu presencia.
] Tu eres amory bondad!
¿Qué hice yo que no te amé?
Pequé contra ti, pequé.
Me pesa, Señor, ¡piedad!
Yo te prometo, Bien mío,
Con penitencia cumplida,
Satisfacer de mi vid-a
El pasado desvarío.
Y porque no torne á serte
Infiel como antes íe fui,
Aumenta tu gracia en mí
I haz me tuyo hasta la muerte.
ORACIÓN.
]Oh castísimo José! que fiel & la gr&ciá
divina, os consagrasteis á Dios desde vuestra
tierna infancia y , muerto al mundo, encon-
trabais vuestras delicias en cumplir la ley santa
t a *
í8o
A u n q u e , p o r un p r o d i g i o inaudito, la madre
del H i j o d e D i o s d e b í a ser una virgen sin
m a n c h a , sin q u e h o m b r e tuviese parte al-
g u n a en el n a c i m i e n t o d e l Mesías, el Altísimo,
e n sus i m p e n e t r a b l e s designios, quiso, no obs-
t a n t e , ocultar este augusto misterio bajo los
v e l o s del matrimonio, p a r a salvar el honor del
H i j o y de la M a d r e . Y el feliz mortal elegido
p o r D i o s p a r a ministro d e o b r a tan portentosa,
fué José d e N a z a r e t . J o s é , p u e s , p o r un pri-
vilegio especial, fué admitido á la participación
d e los Secretos del misterio d e la Encarnación,
y á la c o m u n i c a c i ó n más íntima c o n las per-
sonas sagradas d e Jesús y de M a r í a . José por
este feliz e n l a c e fué a s o c i a d o á la grandiosísima
o b r a d e la r e d e n c i ó n : él será a j e n o á la con-
c e p c i ó n m i l a g r o s a de Jesús, que será obra ex-
clusiva del Espíritu S a n t o ; p e r o hará, con su
título de esposo, que este misterio n o carezca j
d e h o n o r á los ojos de los h o m b r e s , y esté j
libre d e conjeturas malignas é infamantes. Adc- -
I8I
más, la Santísima V i r g e n n e c e s i t a b a un a p o y o ,
y el divino Infante un protector. Y he a q u í
la oportunidad y c o n v e n i e n c i a d e l m a t r i m o n i o
de San José c o n M a r í a . E s t a unión es vene-
rable, p o r la eminente santidad d e los q u e la
celebran.
San José fué e s c o g i d o entre m i l , es decir,
entre todos los h o m b r e s p a r a ser el esposo d e
la V i r g e n M a d r e ; solo él fué hallado d i g n o
de tan alto h o n o r , d e tan augusta d i g n i d a d .
Cuando el E v a n g e l i s t a d i c e : José esposo de
María, p a r e c e no hay m á s q u e añadir p a r a
manifestar la g r a n d e z a d e este h o m b r e privi-
legiado, d i c e S a n G r e g o r i o N a c i a n c e n o \ y c o m o
la e l e c c i ó n q u e D i o s h a c e p a r a la distribución
de las dignidades, supone las gracias y el mérito
convenientes, n o p o d e m o s c o m p r e n d e r los ina-
gotables tesoros d e méritos que h o n r a n al santo
Patriarca. « C u a n d o y o c o n s i d e r o p o r u n a p a r t e ,
dice el P. Surín, que la augusta R e m a d e l c i e l o
delante d e la c u a L s e postran t o d a s las criaturas,
era la esposa d e José, y c o m o tal, o b l i g a d a á
amarlo, h o n r a r l o y o b e d e c e r l e ; y por otra, q u e
•el H i j o ú n i c o d e D i o s se ha d i g n a d o r e c o n o c e r
.al humilde c a r p i n t e r o d e N a z a r e t p o r su p a d r e :
mi espíritu se a b i s m a , y mi alma c o n t u r b a d a
d i c e : N i n g ú n mortal p o d r á f o r m a r una justa
idea d e las p e r f e c c i o n e s sublimes del Patriarca.»
«Dios, s e g ú n S a n B e r n a r d i n o 4 e S e n a , n o
podía confiar la i n c o m p a r a b l e d i g n i d a d d e la
madre de su d i v i n o H i j o sino al más puro, al
más casto, al m á s santo d e todos los hombres.»
] Oh i no es d a d o al p o d e r d e l e n g u a h u m a n a
i82
e x p r e s a r el altísimo h o n o r , d i g n i d a d y preemi-
n e n c i a á que fué e l e v a d o S a n José por su
felicísimo desposorio c o n la santísima Virgen.
C o n s i d e r a , que los desposorios entre María y
José fueron también o r d e n a d o s p o r el Señor á
m a y o r g l o r i a d e nuestro Patriarca. L a m a y o r
gloria p a r a José fué el tener p o r esposa á la más
santa d e las mujeres. José esposo de María, he
aquí un título que eleva á nuestro santo sobre
los d e m á s ; p o r q u e es un título ú n i c o é incomu-
nicable. M a r í a era de u n a b e l l e z a sobrenatural,
que c o n v i d a b a á cualquiera q u e la mirase á
r e c r e a r s e en delicias celestiales. Q u i s o , pues,
D i o s que S a n José viviese tantos años con la
V i r g e n M a r í a á fin de que t o d a la belleza y
gloria de la esposa reflejase en el esposo. Si
los santos inspiran a m o r á la virtud, ¿cuán ar-
diente ame-r n o habrá inspirado á Tosé la más
santa de les santos? Si la v o z de María, salu-
d a n d o á I s a b e l , la llenó del Espíritu Santo é
hizo saltar en su seno al niño Juan, ¿de cuánta
g r a c i a n o d e b i ó llenarse J o s é , que oía la voz
d e M a r í a t o d o s los días y la oía explicar los
a r c a n o s celestiales? ¡ A h ! ¡ c u á n t o d e b o aleg-
r a r m e c o n S a n José de tanta d i c h a ! Esforza-
réme, pues, e n saludarlo c o n f r e c u e n c i a dicién-
d o l e : « S a l v e , José, esposo de María.» A tai-
salutación José se r e g o c i j a , M a r í a sonríe, los
á n g e l e s le congratulan el c i e l o y la tierra s^
llenan d e santa alegría.
C o n s i d e r a , que por m e d i o d e los desposo-
rios d e M a r í a con J o s é , éste resultaba ser eí
p.adre l e g a l de Jesús y adquiría el derecho de
183;
ORACIÓN.
Castísimo J o s é , mil p l á c e m e s os d o y p o r -
que el eterno P a d r e os e s c o g i ó entre t o d o s
los h o m b r e s p a r a fiel esposo d e la m á s her-
m o s a R a q u e l , d e la más a g r a c i a d a E s t e r , d e
la más valerosa Judith, d e la v i r g e n más pura,
d e la R e i n a d e los á n g e l e s , de la E m p e r a t r i z
d e cielos y t i e r r a , d e la M a d r e de Jesús, d e
M a r í a mi Señora. G o z a d , oh afortunado S a n
J o s é , d e vuestro singular privilegio d e h a b e r
sido e s c o g i d o entre todos por esposo d e la m á s
pura entre las vírgenes, de la más bella entre
las esposas, d e la más amante entre las madres,
d e la más santa entre las criaturas, d e M a r í a
santísima. A l l a d o de tan g r a n d e esposa, ¡ o h í
¡ c ó m o se e l e v a entre mil resplandores vuestra
figura! I A l lado d e M a r í a ! ¡ c ó m o a p a r e c é i s
más g r a n d e y sublime! ¡ A h ! p o r la íntima
i8ó
ORACION.
PRECES.
1 P r o t e g a d n o s , y p j o t e g c d á la I g l e s i a y á su C a b e z a visible*
188
ACTO DE CONTRICIÓN.
] O h E m p e r a t r i z s o b e r a n a d e c i e l o y tierra,
M a r í a , M a d r e del R e y del u n i v e r s o ! P o r la
asistencia y c u i d a d o q u e os p r o d i g ó vuestro
a m a d í s i m o esposo S a n J o s é , á fin d e q u e os
hieran m e n o s pesadas las p e n a l i d a d e s y mo-
lestias que tuvisteis que sufrir en el viaje de
Nazaret á Belén, os suplico me concedáis un
fervor grande en serviros á Vos, oh mi Señora,
y al Señor que llevabais en vuestras purísimas
entrañas, para hacer con acierto el viaje de
esta mi vida transitoria, y llegar con felicidad
al término deseado de la gloria. Amén.
Ave María, etc.
Ant. ¡Oh Sabiduría, emanada de la boca
del Altísimo, y que, extendida del uno al otro
extremo del universo, disponéis todas las cosas
con dulzura y con vigor! venid, y enseñadnos
el camino de la prudencia.
Y. Cielos, derramad vuestro rocío de lo
alto, y las nubes lluevan al Justo.
Abrase la tierra y produzca al Salvador,
O R A C I Ó N Á S A N JOSÉ.
Oración.
•¡ O h Dios, que nos ofrecéis á San José como
el modelo de la verdadera devoción á los
sagrados Corazones de Jesús y d e María, y nos
lo dais como patrono en medio de las pruebas
<que afligen al mundo y á la Iglesia ! conceded-
nos por su intercesión la gracia de llegar á ser
verdaderos hijos de estos sagrados Corazones.
O s lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro
Señor, Amén.
L O S S I E T E D O M I N G O S D E S A N JOSÉ.
El Sumo Pontífice Gregorio X V I en 22 de enero de 1836
•concedió á todos los fieles que á lo menos con corazón contrito
recen devotamente las oraciones de los Gozos y Dolores arriba
(puestas png. J & * * n siete domingos continuos, las siguientes in-
dulgencias: Jüu días en cada uno de los seis primeros domingos;
¿leñaría en el séptimo confesando y comulgando.
El Papa Pío I X , en 1? de febrero de 1847, se dignó con-
ceder una indulgencia pienaria para cada uno de los siete domin-
a o s de San José, si se observan las condiciones de confesión,
comunión y visita en cualquier templo, rogando por las necesi-
dades del Sumo Pontífice y de la santa Iglesia.
No hay época señalada para practicar la devoción de los
•siete domingos; pero sí se exige que sean .seguidos, sin interrup-
ción, y que en cada domingo se recen todos los siete Dolores y
<Gozes de San José ; y quien no sabe leer rece siete veces el
Padrenuestro, Avemaria y Gloria. Se recomienda á la piedad
•de los fieles que en cada domingo lean una de las meditaciones
;§ue van á continuación.
Las indulgencias son aplicables por las almas del purgatorio..
Primer domingo.
ACTO DE CONTRICIÓN
p a i a todos los domingos.
MEDITACIÓN.
M a r í a y J o s é , fieles al v o t o d e virginidad
que h a b í a n h e c h o , vivían c o m o á n g e l e s en su
p o b r e casa d e N a z a r e t ; c u a n d o p o r o b r a del
Espíritu S - n t o c o n c i b i ó M a r í a en sus castí-
simas entrañas al H i j o d e D i o s , José c o n c i b i ó
el p r o y e c t o d e separarse d e su e s p o s a , y d e
h a c e r l o o c u l t a m e n t e , p o r q u e n o resultase in-
famia. p a r a María. A u n q u e en g e n e r a l los
d o c t o r e s e x p l i c a n esta resolución fundándola
e n que José i g n o r a b a el misterio de la encar-
n a c i ó n , otros santos d o c t o r e s d i c e n que lle-
v a d o d e su h u m i l d a d y v i e n d o el m i l a g r o que
se había o b r a d o , c r e y ó s e i n d i g n o d e vivir en
c o m p a ñ í a d e su esposa santísima, c o n o c i e n d o
que el Mesías a n u n c i a d o iba á n a c e r d e ella.
« ¿ Q u i é n soy y o , se d i r í a , quién soy y o para
a t r e v e r m e á m o r a r b a j o un m i s m o techo con
la m a d r e d e mi D i o s y S e ñ o r ? O z a c a y ó herido
d e muerte p o r h a b e r s e atrevido á tocar el
199;
A r c a d e la A l i a n z a ; y y o ¿ c ó m o osaré vivir
e n c o m p a ñ i a d e esta A r c a v i v a d e la n u e v a
A l i a n z a , en que se e n c i e r r a el v e r d a d e r o m a n á
del c i e l o , en que están n o y a las T a b l a s d e
la L e y , sino el m i s m o L e g i s l a d o r ? »
T u r b a d o c o n estos pensamientos, m e d i t a b a
el humilde José huir de su casa y d e su esposa
v i r g i n a l , c u a n d o hé aquí que el á n g e l del
S e ñ o r se le a p a r e c e , y le d i c e : «José, hijo d e
D a v i d , n o tengas r e c e l o en recibir á M a r í a
tu esposa, p o r q u e lo que se ha e n g e n d r a d o e n
su seno es o b r a del Espíritu Santo.»
S a n Juan Crisòstomo nos d e c l a r a q u e el
a r c á n g e l G a b r i e l llamó á José p o r su n o m b r e
p a r a infundirle confianza, y le r e c o r d ó su o r i g e n
d e D a v i d para que tuviera en cuenta el cum-
p l i m i e n t o d e la p r o m e s a q u e D i o s había h e c h o
al R e y p r o f e t a : que el Mesías nacería de su
descendencia.
L a s palabras del á n g e l i n u n d a r o n el c o r a z ó n
d e José d e i n e f a b l e j ú b i l o ; r e c o b r a d o d e su
t u r b a c i ó n , fué tan g r a n d e su g o z o , q u e ex-
c l a m a r í a c o m o el Salmista: «Vuestros consuelos,
oh S e ñ o r , m e han r e g o c i j a d o tanto el a l m a
cuanto era g r a n d e la m u c h e d u m b r e d e mis
padecimientos.» A s í , p u e s , en un instante
a p a c i g u ó D i o s la tormenta q u e a g i t a b a el co-
razón de J o s é , y le restituyó a c r e c e n t a d a c o n
m u c h o su dulce tranquilidad. V e d aquí l o
q u e a c o n t e c e á las almas q u e se someten á
la voluntad de D i o s c o n e n t e r a c o n f i a n z a . «Por
o b r a d e vuestra misericordia, oh S e ñ o r , habéis
q u e r i d o que á la t e m p e s t a d siga la c a l m a , y
2QO
q u e d e s p u é s d e la a f l i c c i ó n y d e las lágrimas,
v e n g a la alegría á los corazones.» A s í se
e x p r e s a b a e n su a g r a d e c i m i e n t o a q u e l s a n t o
v a r ó n T o b í a s , t a n a f l i g i d o c o n t r a b a j o s , y tan
g r a n d e m e n t e c o n s o l a d o p o r el S e ñ o r .
] O h P a t r i a r c a S e ñ o r S a n J o s é 1 p o r este
d o l o r y g o z o vuestro, a l c a n z a d n o s la gracia
d e c o n f o r m a r n o s s i e m p r e y e n t o d a s las cosas
c o n la justísima, altísima y amabilísima volun-
tad de Dios. Amén.
S e rezan los D o l o r e s y G o z o s p á g . ty y estos no se omites
CB ningún d o m i n g o .
EJEMPLO.
Segundo domingo.
A c t o de contrición, p á g . 197.
MEDITACIÓN,
L l e g a d o s M a r í a y José á B e l é n p a r a c u m p l i r
e l m a n d a t o d e C é s a r A u g u s t o , , b u s c a n e n vano»
el a b r i g o d e un t e c h o hospitalario d e p u e r t a
e n p u e r t a : e l m u n d o * c i e r r a s u s m o r a d a s á los;
h u é s p e d e s p o b r e s , y n i e g a asilo á la s a n t i d a d
y á l a i n o c e n c i a * c o m o l o r e f i e r e , e l s&nt0>
Evangelio, que dice: «El Hijo de D i o s vino á
202
Tercer domingo.
A c t o de contrición, p á g . 197.
MEDITACIÓN.
EJEMPLO.
Cuarto domingo.
A c t o de contrición, p á g . 197.
MEDITACIÓN.
EJEMPLO.
D e v o c i o n a r i o de San José. 14
210;
Quinto domingo-
A c t o de contrición, p á g . ?
MEDITACIÓN.
P o c o s días después d e la presentación de
j e s ú s en el templo, un á n g e l se a p a r e c i ó á San
J o s é , y le o r d e n ó q u e h u y e r a á E g i p t o para
librar al N i ñ o divino d e la p e r s e c u c i ó n de
Herodes. R i g o r o s o era e n t o n c e s el invierno,
larguísimo el v i a j e y m u c h o s eran los peligros
q u e en él se o f r e c í a n ; p o r otra p a r t e , la po-
b r e z a d e S a n José y la p r e m u r a c o n que había
d e p o n e r s e e n c a m i n o la santa familia, le im-
p i d i e r o n h a c e r provisión siquiera de lo más
n e c e s a r i o . M a r í a santísima era d o n c e l l a de poco
más que q u i n c e años, Jesús estaba recién nacido;
21 i
EJEMPLO,
I>e una persona que nos merece toda confiaran
por su carácter y por ta amistad con que nos honra,
publicamos la siguiente carta que no es de poca edi-
ficación para todos los devotos josefinos. «Sé, nos
escribe, que trata Ud. de recoger ejemplos en honra
de San José, y yo le puedo suministrar á cientos y á
millares, y no de casa ajena, sino de la propia. Coa
más razón tal vez que la santa josefina Teresa de Jesús
puedo decir que me cansaría y cansaría á todos si
hubiese de referir muy por menudo las gracias que
debo á San José. Apuntaré algunas. Molestado de
una grave tentación contra la santa pureza acudí al
santo y hasta hoy no me ha molestado más, pareciente
haberse extinguido el estímulo de la carne. Pedíle
conocimiento y amor y trato íntimo con Jesús, y hallo
mi espíritu inundado á veces de tal conocimiento y
luz interior, que sin sentirlo me hallo todo movido á
alabanzas y amor de Dios. Cada año en su día le
pido alguna g r a c i a , y siempre la veo cumplida mejor
que yo la he sabido pedir. En dos ó tres graves
enfermedades el santo bendito me ha dado salud mejor
que los médicos y cuidados de los hombres. En al-
gunos apuros de honra y fama y necesidades tem-
porales, San José me ha socorrido siempre, y á veces
de un modo tan portentoso que hasta los mismos que
tienen poca fe se han visto obligados á confesarlo.
Una vez, sobre todo, que todos los caminos en lo hu-
mano estaban cerrados, el santo mostró gallardamente
que ninguno de los que han acudido con confianza á
su protección ha quedado burlado. Creo que esto
basta, para que pueda servirle en algo para mover á
la devoción del santo Patriarca, toda vez que á mí,
pecador, ruin y miserable, así me ha asistido siempre.
Otro día, concluye, le daré más detallada relación de
algunas gracias bien singulares que me ha dispensado
el glorioso San José.»—i Quién no se anima con esto»
213;
Sexto domingo.
A c t o de contrición, p á g .
MEDITACIÓN.
c i e n c i a d e J o s é y p r e m i ó el c e l o p a t e r n a l c o n
q u e le defendía. A s í e s c ó m o l a s a l m a s pia-
dosas d e delicada c o n c i e n c i a andan siempre
t e m e r o s a s d e p e r d e r á Jesús.
¡ O h P a t r i a r c a S e ñ o r S a n J o s é ! p o r este
d o l o r y g o z o vuestro aleanzadnos la gracia
d e c a m i n a r a l e g r e s h a c i a la Patria c e l e s t i a l
iluminados con una fe v i v a , alentados con
u n a e s p e r a n z a firme, a b r a s a d o s c o n u n a a r d o -
rosa caridad, uniendo estas virtudes con
aquel temor saludable que debe nacer en
nosotros del conocimiento de nuestra flaqueza
y miseria. Amén.
EJEMPLO.
El siguiente caso infundirá valor á las almas débiles
que, después de haber tenido la infelicidad de caer en
culpa grave, dominadas por la vergüenza de confesarla^
huyen del único remedio para su eterna vida, que es
una buena y contrita confesión. Acudan estos iníelices
al amparo de San José, y en su protección hallarán
fuerza para vencer esa cobarde timidez y mal entendida
vergüenza. Esta gracia recibió un pecador vergonzante
de la bondad del santo Patriarca , según lo refirió el
mismo favorecido al P. Barry, en tiempo que éste es-
cribía la vida de San? José.
Habiendo dicha persona tenido la desgracia de
cometer un enorme sacrilegio, violando un voto con
que estaba ligada al Altísimo, no supo, ó mejor, no
quiso vencer la maldita vergüenza de confesarlo, para
salir del precipicio en que había caído.
De este modo permaneció algún tiempo enemistada
con D i o s , siempre destrozada por los remordimien-
tos de conciencia, agitada de continuo por fundados
temores de perderse, consecuencia inevitable de la
culpa. Bien sabía ella que para el que ha infringido
215;
Séptimo domingo.
A c t o de contrición, p á g . / $ ^
MEDITACIÓN.
¿ Q u i é n p o d r á c o n c e b i r lo a c e r b o del dolor
d e S a n José c u a n d o al r e g r e s a r del templo
e c h ó d e m e n o s á Jesús? C o n s i d e r e n los que son
p a d r e s qué amargura sentirían en su alma al
p e r d e r un hijo tierno y muy q u e r i d o ; y si ese
hijo es el único, y si es la hermosura, la bon-
dad, la sabiduría mismas, ¿ qué palabras habrá
q u e e x p r e s e n lo sumo del p a d e c i m i e n t o ? Madres
h a h a b i d o que, h a b i e n d o d e s a p a r e c i d o su hijo
p o r sólo una hora, l l e g a r o n á p e r d e r el juicio
d e dolor. O r í g e n e s asegura que S a n José,
e n los tres días q u e p e r d i ó al divino Jesús,
p a d e c i ó m á s que todos los m á r t i r e s ; p e r o en
aflicción tan g r a n d e ni murmuró, ni perdió la
p a z del a l m a , ni la parte superior d e su es-
píritu se vió turbada p o r m o v i m i e n t o s de im-
p a c i e n c i a ó d e tristeza d e s o r d e n a d a . Los-
d o l o r e s d e M a r í a a c r e c e n t a b a n los del santo
P a t r i a r c a , y solícito y diligente b u s c ó al divino
N i ñ o n o c h e y día, p r e g u n t a n d o p o r él con las
p a l a b r a s del C a n t a r d e los C a n t a r e s : «¿No
habéis visto al a m a d o d e mi a l m a ? Conjúreos,
oh hijas d e Jerusalén, q u e si hallareis á mi
a m a d o , le digáis c ó m o d e s f a l l e z c o d e amor.»
Á m e d i d a d e tan g r a n d e p e n a fué el gozo
q u e e x p e r i m e n t ó S a n José c u a n d o halló al sa-
pientísimo N i ñ o en el T e m p l o disputando con
los d o c t o r e s . C o n qué ternura le abraza;"ra
b a ñ a d o en lágrimas d e a m o r y gratitud; con
q u é palabras afectuosas le declararía los pade-
2?7
c i m i e n t o s d e su m a d r e s a n t í s i m a y l o s s u y o s
p r o p i o s ; c o n qué vigilante cuidado le llevaría
á la p a t e r n a c a s a sin a p a r t a r l o s o j o s d e l t e s o r o
infinito q u e a c a b a b a d e r e c o b r a r .
j O h gloriosísimo Patriarca S e ñ o r San José l
p o r este d o l o r y g o z o vuestro a l c a n z a d n o s á
nosotros los p e c a d o r e s la gracia de buscar á
Jesús c o n a m o r y d o l o r d e p e r f e c t a contri-
ción ; y la d e hallarle p a r a n o p e r d e r l e j a m á s ,
mediante el d o n preciosísimo de la perseve-
rancia final. Amén.
EJEMPLO.
Obsequio. C o n f o r m i d a d c o n l a v o l u n t a d d e
Dios.
21 &
L E T A N Í A S D E S A N JOSÉ.
S e ñ o r , t e n e d p i e d a d d e nosotros.
Cristo Jesús, a p i a d a o s d e nosotros.
S e ñ o r , t e n e d misericordia d e nosotros,
Cristo Jesús, oídnos.
C r i s t o Jesús, escuchadnos.
D i o s P a d r e c e l e s t i a l , t e n e d misericordia de
nosotros.
D i o s H i j o , R e d e n t o r del m u n d o
D i o s Espíritu Santo,
Santa T r i n i d a d , q u e sois un solo D i o s ,
S a n t a M a r í a V i r g e n 3,
S a n José, esposo d e María,
S a n José, tutor y p a d r e putativo de Jesús,
S a n J o s é , custodio d e la virginidad d e María,
S a n José, j e f e d e la santa familia,
S a n José, siervo prudente y fiel,
S a n José, lleno d e los d o n e s del Espíritu Santo,
S a n José, á n g e l d e la pureza,
S a n José, p e r f e c t o e n la humildad,
S a n José, ardiente en la caridad,
S a n José, m o d e l o d e los c o n t e m p l a t i v o s ,
S a n José, e j e m p l a r d e los atribulados,
S a n José, d e c h a d o d e l silencio,
S a n José, regla v i v a d e p r u d e n c i a ,
S a n José, p a t r o n o d e la v i d $ interior,
S a p José, v a r ó n según el C o r a z ó n d e Di¿>s?
San José, A b e l en la i n o c e n c i a
San José, Moisés en la m a n s e d u m b r e ,
San José, Isaac en la o b e d i e n c i a ,
San José, A b r a h á n e n la fe,
San J o s é , a v e n t a j a d o sobre los P r o f e t a s en l a
esperanza,
San José, Serafín en el amor,
San José, c o n s u e l o d e nuestras penas,
San José, recurso d e los necesitados,
San José, p r o t e c t o r d e vuestros devotos,
San José, a m p a r o d e los moribundos,
S a n J o s é , a b o g a d o nuestro delante d e Jesús,
San José, o b j e t o d e las c o m p l a c e n c i a s de t o d o
un D i o s ,
S a n J o s é , q u e viajasteis á Belén c o n vuestra
esposa María,
S a n José, q u e visteis á Jesús n a c i d o y r e c o s t a d o
en el p e s e b r e ,
S a n José, que tuvisteis la d i c h a d e tenerlo e n
vuestros brazos,
S a n J o s é , que os alegrasteis v i é n d o l o a d o r a r
p o r los pastores,
San José, que g o z o s o lo visteis a d o r a d o p o r l o s
Reyes,
San José, que c o n d o l o r visteis á Jesús d e r r a m a r
su sangre en la circuncisión,
San José, que con M a r í a presentasteis á Jesús
e n el templo,
San José, q u e oisteis la p r o f e c í a d e Simeón,
San J o s é , que huísteis á E g i p t o p a r a salvar á
Jesús recién nacido,
1 R o g a d por nosotros.
220;
Oración.
¡ O h D i o s , que p o r u n a p r o v i d e n c i a inefable
o s dignasteis e s c o g e r á S a n José p o r esposo de
vuestra santísima M a d r e ! h a c e d q u e m e r e z c a m o s
t e n e r p o r intercesor en los cielos al que venera-
m o s por nuestro p r o t e c t o r en la tierra. Q u e vivís
y reináis p o r los siglos d e los siglos. Amén.
! por nrKotros.
VARIEDADES,
BENDICIONES AFECTUOSAS A L DICHO-
SO P A T R I A R C A SAN JOSÉ
lo i n v o c a b a M a r í a santísima, tu e s p o s a ! A c u é r -
d a t e , José m í o , d e aquella prontitud c o n q u e
acudías ' á oir á tu esposa c u a n d o te l l a m a b a ,
y dáte prisa á venir en mi s o c o r r o , y am-
p a r a r m e en la m a y o r n e c e s i d a d , en las tre-
m e n d a s angustias d e mi muerte-: ahuyenta al
d e m o n i o , y haz que i n v o c a n d o á Jesús, á
M a r í a y á ti, José mío, a l c a n c e mi eterna feli-
cidad. Amén.
PRÁCTICAS EN HONOR DE LA
SANTA FAMILIA.
G l o r i a , alabanza y b e n d i c i ó n á la santa é
individua T r i n i d a d , que h a d e r r a m a d o s o b r e
nosotros su misericordia.
G l o r i a , alabanza y b e n d i c i ó n á Jesús, M a r í a
y José, p o r las gracias de que, p o r su m e d i a -
ción, h e m o s sido colmados.
Jesús, M a r í a y José, humildemente p o s t r a d o s
á vuestros pies os suplicamos aceptéis la ofren-
da que os h a c e m o s d e nuestro c o r a z ó n , y
nos c o n c e d á i s la g r a c i a d e siempre a m a r o s y
serviros. Amén.
Jesús, M a r í a y José, os r o g a m o s , p e d i m o s
y c l a m a m o s que os dignéis humillar á los
e n e m i g o s d e la saiita Iglesia, convertir á t o d o s
los p e c a d o r e s y aumentar el n ú m e r o de vuestros
fieles servidores. Amén.
Jesús, M a r í a y José, v e l a d sobre t o d o s los
hijos d e la Iglesia, d e f e n d e d l o s durante su vida,
y asistidlos en su última agonía, p a r a q u e t o d o s
reunidos en el c i e l o , os a l a b e n y b e n d i g a n
eternamente. Amén.
224;
St* terminará diciendo siete v e c e s , en honor de los siettf
dolores y g o z u s de San José, lo que s i g u e :
d i c h a , mi t e s o r o , mi consuelo y mi felicidad
en la vida y e n la muerte. Amén.
EJERCICIO P A R A A N T E S D E L A CO-
MUNIÓN E N C O M P A Ñ Í A D E S A N JOSÉ.
N o h a y d i c h a m a y o r e n este m r n d o q u e
comulgar dignamente. Prepárate con gran
a p a r e j o á lo m e n o s desde el día a n t e i ' o r , ó
d e v o t o d e San José, interesando al santo b e n d i t o
p a r a que te e n s e n e el m o d o d e recibir dig-
n a m e n t e e n tu p e c h o á a q u e l N i ñ o D i o s , á
aquel j o v e n Jesús, q u e el santo tantas v e c e s
b e s ó , acarició^ r e g a l ó , llevó e n sus b r a z o s y
estrechó c o n t r a su p e c h o .
N o p u e d e s figurarte al S a l v a d o r Jesús e n
figura más a m o r o s a que c u a n d o v i e n e á tu p e c h o .
C o m o el P r o f e t a , se a c h i c a , se a c o m o d a á
nuestra p e q u e ñ e z y c o n d i c i ó n , junta sus labios
á nuestros labios, su c o r a z ó n á nuestro c o r a z ó n ,
por c o m u n i c a r n o s la v i d a de su alma á nuestra
alma. B e n d i t o el S e ñ o r y b e n d i t a su infinita
bondad. P i d e , p u e s , al santo b e n d i t o te d é
á su N i ñ o Jesús, y díle que lo quieres recibir
d e sus manos, y que te e n s e ñ e á c o n v e r s a r c o n
Él, á amarle, adorarle, acariciarle y r e g a l a r l e .
P a r a esto te a y u d a r á n o p o c o la siguiente
consideración y oraciones.
CONSIDERACIÓN PARA ANTES DE COMULGAR.
i? ¿ Q u i é n viene á m í e n ese s a c r a m e n t o
d e a m o r ? — J e s ú s hijo d e D i o s v i v o , hijo d e
María inmaculada, hijo a d o p t i v o de S a n José....
E s el mismo Jesús á quien S a n José a d o r ó ,
D e v o c i o a a j i o de S a n J o s é . 15
226;
EN EL A C T O DE COMULGAR.
O R A C I Ó N Á S A N J O S É C O N E L NIÑO-
JESÚS D O R M I D O EN SUS BRAZOS.
¡ O h b o n d a d o s o p a d r e mío- y señor San
J o s é ! Y o n o me canso d e c o n t e m p l a r o s con
mi querido Jesús N i ñ o , dormidito e n vuestros
brazos.... ¡ Q u é vista tan d e l e i t o s a ! Vuestra
s a g r a d a i m a g e n c o n la d e mi a d o r a d o N i ñ o
Jesús m e admira, atrae, encanta y extasía. i A h í
242;
A L A B A N Z A S B E L P A T R I A R C A SAN JOSÉ.
GOZOS.
C Á N T I C O Á S A N JOSÉ.
A Dios trino y uno
La gloria se dé,
Y alabados sean
María y José.
Á ti, José santo,
Ensalcen en coros
D e angélico canto
Los hombres aquí;
Y de himnos sonoros
L a dulce armonía
Resuene, que envía
El cielo hacia ti.
¡ Oh, Padre benigno i
Cuya alma tan pur«
Esposo hizo digno,
Con fe virginal,
D e aquella criatura
Que virgen y madre
A l Hijo del Padre
Dió carne inmortal.
A l Dios hombre hecho,
Apenas nacido,
L e siente tu pecho
D e amor palpitar.
Con él perseguido
Sin culpa ni yerro,
El pan del destierro
L e diste á probar.
L a Iglesia de Cristo
Gimiendo en cadenas.
Cual nunca se ha visto
Doliente hoy se ve,
Y en medio sus penas
Con rostro lloroso
T e pide piadoso
T u amparo, José.
De rabia insensata
V é al mundo que ciego,
Sus iras desata,
Persigue la luz:
Socórrenos luego
Y á amar nos inclina
L a sangre divina
Que aun baña la cruz.
Á tu presencia, temblando
H u y e el demonio al averno;
E n cambio amoroso y tierno
Vas consuelos derramando
A l que te sabe invocar:
Gózate, pues, alma mía.
Pues vienes, etc.
Paz, virtud á las familias
Prodigas siempre piadoso ;
Y , protector poderoso,
A tus devotos auxilias,
L o g r e contigo aquí entrar
L a piedad y la alegría;
Pues vienes, etc.
T ú infundes el temor santo
D e Dios repartes los dones,
Y llenas los corazones
D e l más inefable encanto,
Enséñanos, pues á amar
A tu Jesús y María;
Pues vienes, etc.
En los combates del mundo,
E n frente á tanto enemigo,
Eres bienhechor amigo;
En ti mi esperanza fundo;
239;