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Maestría en Gestión

Minera y Ambiental
Lección 04
El Mercado de Bienes: La oferta y la
Demanda Agregada

ASIGNATURA
Economía y Entorno de los Proyectos Mineros

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LECCIÓN 04

EL MERCADO DE BIENES: LAOFERTA Y LA DEMANDA


AGREGADA

1. TERMINOLOGÍA ECONÓMICA

La economía es una ciencia social que intenta explicar la conducta y las


interacciones de los agentes económicos en términos de los elementos de
valor que intercambian entre sí. Dependiendo de cada campo económico en
concreto, se entienden por agentes los individuos, familias, empresas,
industrias, Gobiernos o países enteros. Los elementos de valor pueden ser
tangibles o intangibles, monetarios o no monetarios. La mayor parte de la
economía se dirige a uno o varios de los temas siguientes:

¿Cómo se deben distribuir los recursos escasos entre necesidades


competitivas? ¿Qué combinación de productos se debe realizar, de qué
manera y para quién?

¿Cómo se puede conseguir un crecimiento suficiente, de manera que


aumente el bienestar de la sociedad? ¿Cómo se puede aumentar la
capacidad productiva?

¿Cómo se debe utilizar la capacidad productiva de forma que se consigan el


pleno empleo y precios estables?

Dado que la distribución de recursos escasos debe suponer inevitablemente


el equilibrio de los deseos y necesidades de distintos grupos de personas, la
economía está directamente relacionada con la política, las ideologías y las

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escalas de valores. Una convención o regla social para esta distribución de
recursos puede basarse en uno o varios de los cuatro mecanismos
siguientes: el sistema de mercado; la autoridad de una institución social o
gubernamental; la persuasión ideológica o la educación, o bien el código
moral de un individuo. La economía se concentra principalmente en el
mercado o mecanismo de intercambio. Deja a otras disciplinas (ciencias
políticas, sociología, filosofía) la explicación de los mecanismos alterativos.

1.1 La economía como flujo circular


Incluso en una economía simple tienen lugar incontables transacciones e
intercambios. Los individuos trabajan y consumen, las empresas producen e
invierten, los Gobiernos y los ciudadanos extranjeros compran mercancías y
servicios. Se toman continuamente millones de decisiones por parte de
millones de agentes. El dinero, las mercancías y otros elementos de valor
cambian constantemente de manos a todos los niveles de la economía.
Evidentemente es imposible seguir y estudiar todas estas transacciones
individuales. No obstante, es posible contar y clasificar, en base a una escala
agregada, grupos de transacciones referidos a bienes, servicios, recursos y
sus equivalentes monetarios.

Cada agente, en economía, es al mismo tiempo suministrador de ciertos


bienes o servicios y solicitante en otros. En general, las familias piden bienes
transformados y Servicios, y suministran recursos. Las empresas, por otra
parte, requieren recursos (trabajo, capital, terrenos y aptitudes
empresariales) y suministran bienes y servicios. Las familias y las empresas
deben pagar al valor de mercado lo que utilizan. De manera similar,
únicamente desearan suministrar al mercado si se ven compensadas de
manera apropiada. En una economía moderna, no basada en el trueque,
esta compensación adopta habitualmente la forma de dinero. Así pues, para
toda transferencia de bienes o servicios desde un vendedor al comprador, el
dinero en cantidad que representa el valor de mercado del producto,

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discurriré, en la dirección opuesta. Una economía puede ser representada
como un flujo circular compuesto por las familias y las empresas
intercambiando dinero por los bienes y servicios y por los recursos de
producción.

1.2 Conceptos de oferta y demanda


Las piedras angulares de la economía moderna son los conceptos de oferta
y demanda. La respuesta de los economistas a nuestra primera cuestión,
referente a la forma en que se deben distribuir los recursos escasos, es que
la distribución queda determinada por el mecanismo de mercado: oferta y
demanda. Incluso las respuestas a la segunda y tercera pregunta emplean
estos mismos conceptos. Es un mercado consistente en un cierto número de
compradores y vendedores de un elemento o bien determinado, el análisis
oferta - demanda determina un precio de mercado de “equilibrio”, así como
su producción, y describe las condiciones en las cuales cambiará este
equilibrio.

1.3 Fallos del mercado y papel del Gobierno


A fuerza de un sistema de mercado radica en que la totalidad de los recursos
y la producción se distribuirán de manera eficaz para su utilización más
productiva y beneficiosa por las leyes de la oferta y de la demanda. “Eficacia”
significa para los economistas que la economía conseguirá la mayor
producción posible a partir de unos recursos determinados y que esta
producción se utilizará para mejorar el bienestar de, como mínimo, una parte
de los miembros de la sociedad, sin provocar el empeoramiento de otros.
Sobre esta base, no aparece papel alguno para el gobierno en la economía,
más que el de mantener “las reglas del mercado”, puesto que el sistema de
mercado está funcionando de forma óptima.

No obstante, existen circunstancias conocidas como “fallos de mercado” que


justifican la intervención del gobierno en la economía. Podemos identificar

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cinco razones por las que los mercados pueden fallar y los gobiernos pueden
tener que intervenir.

 Injusticia: la distribución de recurso y bienes y servicios producidos


que resultan de un sistema de mercado que funciona perfectamente
serán eficaces, pero puede que no sean justo. Si la distribución de los
beneficios que hace el mercado no se adapta al criterio de la sociedad
en cuanto a equidad, el Gobierno puede intervenir para redistribuir las
rentas o la riqueza. Sin embargo, esto hace surgir otros problemas.
Puesto que las herramientas fiscales del Gobierno para la
redistribución (impuestos, gastos y pagos por transferencias) pueden
distorsionar los incentivos en cuanto al esfuerzo y a la asunción de
riesgos, la eficiencia del mercado puede quedar impedida como
resultado secundario. Por ello, los Gobiernos siempre están
enfrentados a transacciones entre la equidad y la eficacia, que no
pueden quedar resueltas exclusivamente por la economía. La
sociedad debe dar a conocer sus preferencias por medio de un
proceso político.

 Fallo de la competencia: Algunas circunstancias llevan a


“monopolios naturales” y, por tanto, a una pérdida de la competencia.
Por ejemplo, la economía de la producción de electricidad puede
justificar solamente una gran central eléctrica que explota economías
de escala para suministrar a la totalidad de la comunidad. El hacer
varias plantas más pequeñas que compiten entre sí sería ineficaz
(puesto que todas ellas funcionarían en una escala más reducida que
la eficaz). En la mayor parte de países, los Gobiernos regulan o
poseen monopolios naturales, tales como compañías de servicios
públicos y sistemas telefónicos.

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 Recursos infrautilizados: Cuando una economía nacional muestra
altos niveles de desempleo, factorías paradas, grandes déficits de la
balanza de pagos o elevados superávits y una inflación inesperada, es
difícil aceptar, incluso para los economistas, que todos los recursos
están siendo eficazmente utilizados por el sistema de mercado. La
cuestión es: ¿Cuál es la causa de la infrautilización de los recursos?
John Maynard Keynes creía que era debido a un fallo del mercado.

 Circunstancias externas: Las circunstancias o causas externas, son


acciones producidas por un agente que afecta a otro, pero no
directamente a través del sistema de mercado. Las acciones de
alguien que provoca polución, por ejemplo, afectan a los otros por la
reducción de la calidad del aire y del agua que deben consumir, por el
precio de los productos del que genera la polución no refleja el costo
de la misma. Ei el que produce la polución no tiene que pagar por los
efectos perjudiciales de sus acciones, no tiene incentivo de mercado
para cesar en dicha acción. Por esta causa, los Gobiernos prevén
frecuentemente incentivos reguladores para no producir polución o
introducen incentivos de mercado mediante impuestos o
subvenciones.

 Servicios públicos: Algunos productos tienen una característica


peculiar por el hecho de que cuando una persona lo consume, no
resta a las otras capacidades de consumirlo. Son ejemplos de
servicios públicos la defensa nacional y los parques públicos. Sus
beneficios revierten a todos, incluyendo a “los que van por libre”, que
no han pagado por ellos ni desearían hacerlo. Por esta causa, el
sistema de mercado no es capaz de producir una cantidad y una
calidad óptima de esos servicios y frecuentemente el gobierno tiene
que intervenir.

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1.4 Oferta agregada y demanda agregada
El análisis de la oferta y de la demanda, de manera general, se podría
esperar que los mecanismos de mercado distribuyan eficazmente los
recursos y la producción en la economía. Solamente en condiciones
especiales otro agente (el Gobierno) intervendría en la conducción de un
mercado determinado. Todo este análisis forma la base de la
microeconomía.

La demanda agregada es una proyección relativa a la demanda de todos los


bienes y servicios de una economía al nivel general de precios válido en
dicha economía. Al igual que en el caso de una curva de demanda
microeconómica, la curva demanda macroeconómica tiene pendiente hacia
abajo. Al elevarse el nivel general de precios, la cantidad de bienes y
servicios que pueden ser adquiridos con un stock determinado de dinero y de
otros activos financieros disminuye. Además, un nivel de precios creciente
hará que los bienes y servicios de la nación sean menos competitivos en los
mercados internacionales; por tanto, habrá una demanda menor de estos
elementos por parte del exterior. Las dos razones para el descenso de la
curva de demanda agregada son: por tanto, el efecto de los cambios en el
nivel general de precios de las reservas de activos de la nación y en su
competitividad internacional.

La oferta agregada es una proyección relativa a la oferta de todos los bienes


y servicios de una economía al nivel general de precios. Si bien hay un
acuerdo amplio entre los economistas con respecto a la pendiente de la
curva agregada de demanda, hay una considerable controversia en cuanto a
la forma de la curva de oferta agregada. Es casi imposible lograr el consenso
en esta cuestión.

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2. DEMANDA Y OFERTA

Dos o tres palabras. Eso basta para que a uno se le acelere el pulso. En la
revolución francesa fueron “libertad, igualdad, fraternidad”; en una buena
relación suele ser un “te amo”; y en la declaración de independencia de
Estados Unidos fueron “vida, libertad, felicidad”. Para muchos economistas,
las palabras mágicas suelen ser “oferta, demanda, precio”. En toda
transacción de compra y venta de un bien o servicio, el precio lo determinan
la oferta y la demanda, que a su vez dependen de la tecnología y el entorno
en el que se desenvuelven las personas. Un caso extremo sería el de un
mercado con numerosos vendedores y compradores prácticamente idénticos
(por ejemplo, el mercado de bolígrafos), mientras que el otro extremo sería el
de un mercado con un vendedor y un comprador (por ejemplo, un trueque de
una mesa por un acolchado).

2.1 Competencia perfecta


Los economistas tienen modelos para explicar varios tipos de mercados. El
más básico es el de la competencia perfecta, en el que abundantes
compradores y vendedores idénticos de un mismo producto participan sin
costo alguno y sin barreras que impidan el ingreso de nuevos ofertantes. En
este caso, ninguna de las dos partes influye en los precios; ambas aceptan el
precio establecido por el mercado, y el precio de equilibrio es aquel en que
no hay excesos ni de oferta ni de demanda. Los ofertantes producirán
mientras puedan vender el producto a un precio que exceda el costo de
elaborar una unidad más (costo marginal de producción). Los compradores
comprarán mientras la satisfacción derivada del consumo sea mayor que el
precio pagado (utilidad marginal de consumo). Si los precios suben, más
ofertantes querrán entrar al mercado y la oferta aumentará hasta alcanzar un
nuevo precio de equilibrio. Si los precios bajan, los ofertantes que no pueden
cubrir sus costos abandonarán el mercado.

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Las cantidades que los ofertantes están dispuestos a producir a cada precio
se agrupan en una ecuación denominada curva de oferta. Cuanto más alto
sea el precio, mayor será la cantidad producida, y los compradores en
cambio comprarán más de un producto cuanto más bajo sea su precio. La
ecuación que describe las cantidades que se compran a cada precio se llama
curva de demanda.

Ambas curvas pueden trazarse en un gráfico, con los precios en el eje


vertical y las cantidades en el horizontal. La oferta suele tener una pendiente
ascendente: al subir los precios, los ofertantes producen más. La pendiente
de la demanda suele ser descendente: cuanto más altos los precios, menor
el consumo. El punto de intersección de las dos curvas representa el precio
de equilibrio, o el precio en que la demanda y la oferta son iguales (véase el
siguiente gráfico).

Los precios pueden variar por muchas razones (tecnología, preferencias de


consumo, condiciones meteorológicas). La relación entre la oferta y la
demanda de un bien (o servicio) y las fluctuaciones de precio se llama
elasticidad. Los bienes inelásticos son relativamente insensibles a las
variaciones de precio, mientras que los elásticos son muy susceptibles al
precio. Un ejemplo clásico de un bien inelástico (al menos a corto plazo) es la
energía. La gente necesita energía para transportarse y calentar sus
hogares. A corto plazo puede ser difícil o imposible conseguir automóviles o
casas que consuman menos energía. La demanda de muchos otros bienes,
en cambio, es muy sensible al precio. Un ejemplo son los filetes de res; si el
precio de estos sube, los consumidores pueden optar de inmediato por un
corte más barato u otro tipo de carne. Los filetes de res son un bien elástico.
Pero la mayoría de los mercados son imperfectos, es decir, no tienen un
número ilimitado de compradores y vendedores de productos prácticamente
idénticos y con información perfecta. La antítesis de la competencia perfecta
es el monopolio, que ocurre cuando hay un solo productor de un bien de

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difícil sustitución. El ofertante monopolista no acepta el precio de mercado
sino que lo fija. (El caso opuesto es el monopsonio, que ocurre cuando hay
un solo comprador, por lo general el Estado, y muchos ofertantes).

2.2 Barreras a la competencia


En los monopolios, barreras naturales o jurídicas suelen impedir el ingreso
de posibles competidores al mercado. Los servicios públicos, por ejemplo,
tienden a ser monopolios. No sería eficiente que dos empresas de agua
manejaran las cuencas, negociaron derechos de uso y tendieran tuberías.
Pero en este caso los consumidores están obligados a comprarle al
monopolio, a precios quizás inasequibles para algunos. Por lo tanto, los
gobiernos normalmente regulan estos monopolios para garantizar que no
abusen de su poder fijando precios exorbitantes. A cambio de ser el único
proveedor, la empresa puede estar obligada a prestar un servicio universal

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mínimo o limitar los precios, pero en un nivel que le permita recuperar los
costos fijos.

Los monopolistas no pueden despreciar por completo la demanda, que aun


en este caso varía con el precio. La diferencia está en que, bajo la
competencia perfecta, un productor explota solo una parte de la demanda
total, mientras que el monopolista se beneficia de la curva de demanda de
todo el mercado. Sin regulación, el monopolista puede producir la cantidad
que maximice sus utilidades, casi siempre a un precio más alto y en menor
volumen que en un mercado de competencia perfecta.

En competencia perfecta, una empresa con costos más bajos puede bajar
sus precios y ampliar su clientela para compensar los ingresos que no
percibe con su nivel corriente de ventas. Supongamos que una empresa
gana 5 centavos por unidad vendiendo 1.000 unidades —o US$50— en un
mercado de 100.000 unidades. Si al bajar el precio 1 centavo puede vender
1.000 unidades más, la utilidad será de US$80 con ventas de 2.000 unidades

2.3 Un solo vendedor


Pero un monopolista controla todas las ventas; en este caso, 100.000
unidades a 5 centavos por unidad, con utilidades de US$5.000. A un menor
precio las ventas podrían aumentar, pero probablemente no lo suficiente para
compensar los ingresos no percibidos con el nivel vigente de ventas.
Supongamos que bajando el precio (y la utilidad por venta) 1 centavo la
demanda aumenta en 1.000 unidades. Los ingresos aumentarían en US$40,
pero también se perdería 1 centavo de utilidad por cada una de las 100.000
unidades que se vendían, o US$1.000.

En un monopolio, los precios y las utilidades son mayores que en


competencia perfecta y la oferta suele ser menor. Hay otros tipos de
mercados en que compradores y vendedores tienen más poder que en la

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competencia perfecta pero menos que en un monopolio. En esos casos, los
precios son más altos y la producción es más baja que en la competencia
perfecta.

La oferta y la demanda también pueden depender del producto. En una


competencia perfecta, todos los productores fabrican y los compradores
buscan el mismo producto, o sustitutos aproximados. En un monopolio, la
sustitución no es fácil, pero la variedad permite la sustitución entre tipos. Por
ejemplo, el mercado de tomates no se limita a la intermediación entre
compradores y vendedores de un tomate idealizado. Los consumidores
buscan distintos tipos de tomate y los productores pueden responder a eso.
Los nuevos productores pueden entrar en el mercado utilizando tecnología
conocida pero introduciendo nuevas variedades. La capacidad de los
productores para fijar precios es limitada cuando los mercados son
competitivos y los productos diferenciados. Las variedades de productos
pueden sustituirse entre sí, aunque sea imperfectamente, de manera que los
precios no pueden ser tan altos como en los monopolios.

“En un monopolio, los precios y las utilidades son mayores que en


competencia perfecta y la oferta suele ser menor.”

2.4 Un monopolio temporal


Los problemas surgen cuando es caro crear las características distintivas de
los productos pero es barato reproducirlas, como en el caso de los libros, los
medicamentos o el software. Escribir un libro puede ser difícil, pero su
reproducción tiene un costo marginal bajo. Si un libro tiene éxito en el
mercado, los competidores querrán vender copias a menor precio que la
casa editora. Para permitir la recuperación de los costos fijos, los gobiernos
suelen otorgar derechos de autor al escritor y a la editorial, es decir, un
monopolio temporal. El precio es mayor que el costo marginal de producción,

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pero los derechos de autor incentivan a los escritores y editores a seguir
lanzando libros al mercado para alimentar la oferta futura.

Estas estructuras de mercado representan algunas de las formas en que la


oferta y la demanda varían según el contexto. Las tecnologías de producción,
las preferencias de consumo y las dificultades de intermediación son factores
que influyen en los mercados y que, juntos, inciden en el precio de equilibrio.

3. ¿QUÉ ES UN PRECIO?

En su forma más básica, un precio es el monto de dinero que un comprador


le da a un vendedor a cambio de un bien o servicio. Cuando alguien entrega
US$2 y recibe un kilo de tomates, el precio es evidente: US$2 por kilo.
Cuando la transacción es efectiva y observable, a veces se habla de precio
negociado o precio al contado. Pero hay muchos otros tipos de precios.
Algunos, como el precio marginal, son conceptuales. Otros dependen del
momento de una posible transacción o del poder relativo del comprador y del
vendedor. Todos, sin embargo, tienen en definitiva alguna relación con el
precio al contado. Supóngase que la transacción de los tomates toma una
forma distinta. El vendedor podría indicar que está dispuesto a venderlos a
un precio determinado, el precio de venta. El comprador puede hacer saber
que está dispuesto a pagar un precio diferente, el precio de compra. La
transacción solo puede tener lugar si el vendedor valúa los tomates a US$2
el kilo o menos, y el comprador lo hace a US$2 el kilo o más. Es decir, el
precio de compra debe ser al menos tan alto como el precio de venta. De no
ser así, a una de las partes o a ambas les convendría conservar lo que ya
tienen, sea tomates o dinero.

3.1 Equilibrio del mercado


La mayoría de las veces, cuando los economistas hablan de precio se
refieren a un precio de equilibrio del mercado, es decir, el precio al cual la

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cantidad de un bien o servicio ofertado por todos los vendedores del
mercado es igual a la cantidad demandada por todos los compradores.
Generalmente, los economistas suponen que la demanda decrece a medida
que aumentan los precios, y que la oferta sube con el precio. El punto en el
cual esos dos precios son iguales, o se intersecan, es el precio de equilibrio
del mercado (grafico). Si un agricultor elevara el precio de los tomates por
encima del precio de equilibrio del mercado, no los vendería todos, y si lo
bajara, tendría que descartar clientes porque se quedaría sin tomates antes
de agotarse la demanda de los compradores.

Pero los precios de equilibrio del mercado no son inamovibles: pueden


cambiar al variar la oferta y la demanda. Por ejemplo, si todos los clientes
repentinamente decidieran que les gustan los tomates más que antes y
estuvieran dispuestos a pagar un precio mayor por la misma cantidad, el
precio de equilibrio del mercado aumentaría. También podría aumentar si la
oferta de tomates disminuyera, por ejemplo debido a decisiones de siembra o
a las condiciones climáticas. El precio de equilibrio también podría disminuir
debido a variaciones de la demanda o la oferta.

3.2 Muchos precios


En los ejemplos anteriores se supone que a todos se les cobra un único
precio por el mismo bien o servicio, pero en un mercado pueden coexistir
muchos precios diferentes al mismo tiempo, según las condiciones en que se
efectúa la venta.

Supóngase que un supermercado tiene muchos tomates que probablemente


se pudrirán en unos pocos días, y que los gerentes deciden reducir el precio
para atraer más compradores y vender más tomates. Un kilo de tomates
todavía cuesta US$2, pero si el comprador lleva dos kilos el costo es US$3.
Hay una diferencia entre el precio marginal — el costo de una unidad
adicional de un bien, en este caso un kilo de tomates— y el precio medio. Si

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el comprador lleva dos kilos, el precio medio es US$1,50 el kilo. Pero el
precio marginal es US$2 por el primer kilo y US$1 por el segundo.

Los precios también pueden diferir según el momento y las condiciones de la


transacción. Por ejemplo, supóngase que un cliente quiere comprar 10 kilos
de tomates y retirarlos al día siguiente. El precio de la transacción
programada para el futuro se llama precio a plazo. El agricultor puede estar
dispuesto a reservar esos 10 kilos para el cliente. O quizá le preocupe que
este se olvide de retirarlos y que los tomates queden sin vender.

Puede exigir el pago por adelantado o quizás un pago parcial como depósito.
Si paga por adelantado, el cliente corre el riesgo de que el agricultor se
olvide de reservar los tomates y que tenga conseguirlos a último momento en
otro sitio. También en este caso el precio depende de los valores relativos
que el agricultor y el cliente asignen a esos tomates.

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3.3 El valor de la certeza
Si el cliente valora la certidumbre de conseguir esos tomates, estará
dispuesto a pagar un precio más alto, como por ejemplo si los quisiera para
la cena de cumpleaños de alguien que adora comerlos. Pero si la idea es
arrojarlos en un juego durante un picnic, el cliente bien podría reemplazarlos
por globos de agua o huevos.

Supóngase ahora que el agricultor posee campos enormes, y que 10 kilos de


tomates representan una pequeña cantidad de sus ventas diarias. El valor
que asigna a la certeza de que el cliente aparecerá es relativamente bajo.
Además, el riesgo de quedarse sin tomates antes de que llegue el cliente es
escaso. Que el cliente le compre o no carece de importancia para su decisión
de fijar el precio, y el precio a plazo del cliente debería ser igual al precio al
contado esperado el día siguiente. De ser así, el cliente quizá ni siquiera se
moleste en convenir un precio a plazo con el agricultor.

Cuando el vendedor tiene el poder de fijar el precio y el comprador no puede


negociarlo, se dice que el vendedor es un formador de precios, y el
comprador es un tomador de precios. Si, en cambio, 10 kilos representan
para el agricultor la mitad de sus ventas diarias de tomates, el valor que el
cliente asigne a esos tomates importa mucho. Si el cliente los quiere para el
cumpleaños de su hermana, quizá esté dispuesto a pagar un precio a plazo
más alto, que el agricultor estará dispuesto a aceptar. Si al cliente no le
importan tanto los tomates, quizá no esté dispuesto a pagar lo suficiente
como para garantizar el suministro. Cuando hay muchos agricultores a
quienes comprar, ningún vendedor individual puede fijar el precio, y los
vendedores son entonces tomadores de precios.

Cuando hay muchos compradores y muchos vendedores, tendera a


prevalecer para todos un único precio de equilibrio del mercado.

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Por último, hay un precio de las opciones futuras. Uno puede comprar el
derecho de realizar una transacción en el futuro a un precio predeterminado,
pagando lo que se denomina el precio de una opción. El precio
predeterminado en el que se ejerce la opción es el precio de ejercicio, o el
precio que entra en juego cuando existe gran incertidumbre sobre como
podría variar el precio al contado.

Tomemos una vez más el ejemplo de los tomates. Los tomates necesitan
condiciones cálidas y secas para madurar bien. Si el tiempo es así en el
futuro cercano, la cosecha será abundante y el precio del tomate seria
relativamente bajo. En cambio, si se pronostican lluvias en el futuro cercano,
los compradores y los vendedores preverían una cosecha más escasa y el
precio aumentaría (si se mantiene la demanda). En el segundo caso, el
cliente puede estar dispuesto a pagar una pequeña suma ahora (el precio de
la opción) para asegurar el derecho de comprar 10 kilos en el futuro a un
precio predeterminado (el precio de ejercicio). Si el precio al contado es
mayor que el precio de ejercicio, el cliente puede ejercer la opción y comprar
los tomates a este último precio. Si el precio al contado es más bajo, el
cliente lo paga y se ahorra así algún dinero. El precio de la opción debe ser
suficientemente bajo para inducir al cliente a pagar por la certidumbre y
suficientemente alto para compensar al vendedor por aceptar el precio de
ejercicio si este resulta menor que el precio al contado.

3.4 Valores y precios


Como en un precio pueden influir muchos factores, muchas personas tratan
de calcular cual sería un buen precio antes de probar la respuesta del
mercado. Por ejemplo, supóngase que un ingeniero ha inventado una
maquina cosechadora de tomates, y forma una empresa para fabricarla.
Dado que necesita fondos para construir las maquinas, tratara de recaudar
ese dinero vendiendo acciones de su empresa. Si fija un precio demasiado
alto, algunas de las acciones quedaran sin colocar y quizá no consiga fondos

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suficientes. Si lo fija demasiado bajo, un comprador afortunado revenderá a
otro sus acciones a un precio mayor. El empresario debe esforzarse por
igualar el valor y el precio. ¿Qué factores debería considerar al fijar el precio?
Aquí intervienen una vez más la oferta y la demanda. Cuantas maquinas
puede producir la nueva fábrica en un año. A qué precio se venderán.
Cuantas maquinas compraran los productores de tomates. Esto dependerá
del precio de los tomates, los salarios pagados a los recolectores de tomates,
y del precio del préstamo necesario para comprar una máquina. El ingeniero
deberá determinar todos esos precios antes de que pueda calcular el precio
de equilibrio del mercado para sus máquinas, que a su vez determinara el
precio de las acciones de su empresa. El precio de la acción también
dependerá de las expectativas de los inversionistas respecto del desempeño
futuro de la empresa. Los inversionistas quizá consideren que el año que
viene el ingeniero podrá construir una maquina cosechadora de alubias. Si
alguno de los precios de los que dependen las invenciones varia —por una
mala cosecha, o porque las plantaciones de alubias comienzan a pagar
salarios más altos, o porque el ano próximo un competidor inventa una
cosechadora de alubias— el precio de las acciones de la empresa también
variara.

Hay muchos tipos de precios, que representan muchos tipos de


transacciones. Cada precio simboliza una operación concertada entre un
comprador y un vendedor. La motivación de cada parte, y los precios
resultantes, pueden ser tan impredecibles como el clima y variar con igual
rapidez.

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