En nuestro primer encuentro me sorprendió la cantidad de datos que

Juanan conocía. De mí sabía incluso cosas que yo ya había olvidado.

Tras hablar con Dalipagic, Djordjevic y Danilovic, ellos me llamaron
preguntándome: "¿Dónde has encontrado a este tío que lo sabe todo
sobre nosotros?". "No lo he encontrado en ningún sitio, él me ha en-
contrado a mí", les contesté.
Este libro será reconocido como un testimonio fiel de nuestro balon-
cesto. El autor conoce como la palma de su mano a todas las jóvenes
promesas de los Balcanes: ¡Juanan es el primer gran cronista del
baloncesto yugoslavo! Su trabajo es esencial para el baloncesto en
su conjunto, ya que va-a arrebatar de las garras del olvido algo que
no merecía ni debía quedar olvidado. ¡Por eso recomiendo este libro
a todo el mundo!
Disfrútenlo.
Bozidar Maljkovic
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FOTO DE CUBIERTA: Toni Kukoc '
DISEÑO DE PORTADA: Estefanía García Rodríguez
Índice

EDICIONES JC Colección Baloncesto para leer

PRIMERA EDICIÓN: marzo 2011

Prólogo, por BOZIDAR MALJKOVIC 7

Nuestro agradecimiento a Miguel Ángel Forniés, jefe de prensa del Joventut
de Badalona, por la cesión de las fotografías del libro. Agradecimientos 9

Tablero de dirección ................ . 11

Introducción ...................................................... . 13
© Juanan Hinojo
www.baloncestoyugoslavo.com
PARTE CERO
©Del prólogo, Bodizar Maljkovic
© De la presente edición, Ediciones J C La historia antes de la historia 17
Rodríguez San Pedro, 2. Madrid 28015 (España). La historia de "La historia antes de la historia" 29
Tfno/Fax: 91 446 96 92
edicionesjc@telefonica.net PRIMERA PARTE

1: La Liga Nacional de Yugoslavia (1) .............. . 39

l. Prolegómenos del preludio (1983-1985) 42
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta
1 ......................................... . 45
obra sólo puede ser realizada con la autorización de sus titulares, salvo excepción prevista por la ley.
Drazen Petrovic ................. . 46
Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos, www.cedro.org) si necesita
2: La Liga Nacional de Yugoslavia (11) .................. . 52
fotocopiar o escanear algún fragmento de esta obra.
11. Sembrando semillas 55
11 ....................................... . 69
Zarko Paspalj 74
3: La Liga Nacional de Yugoslavia (III) ......................................................... . 79
ISBN: 978-84-95121-60-8 III. Aviso al mundo: ¡Que vienen, que vienen! ......................................... . 82
Depósito Legal: M-7285-2011 III ............................................................................................... . 99
Toni Kukoc 101
Vlade Divac 108
Impreso en España - Printed in Spain
4: La Liga Nacional de Yugoslavia (IV) 115
MFC Artes Gráficas, S. L. IV. Aprovechad ahora, que en pocos años ... 120
Galileo Galilei, 78. P. l. Valdearenal IV .......................................................... . 132
28939 Arroyomolinos (Madrid) Aleksandar Djordjevic ............................................................................... . 134

j
 Dino Radja 141 •
5: La Liga Nacional de Yugoslavia (V) 148
V. El fin del principio 150 Prólogo
V 160 BOZIDAR MALJKOVIc*
Stojan Vrankovic 161
6: La Liga nacional de Yugoslavia (VI) 168
V. No es oro todo lo que reluce 184

Algunas voces
SEGUNDA PARTE
213
e UANDO Javier Clemente fue nombrado seleccionador serbio de fútbol, los
periodistas me preguntaron qué pensaba. Les contesté que apoyaba la elec-
ción porque es una de las formas de devolverle a España al menos una pequeña
VI. El origen siempre está en la religión: Los cuatro santos de Belgrado ........ . 218 parte del amor y la hospitalidad que ha ofrecido y sigue ofreciendo a nuestros
Jurij Zdovc 223 entrenadores y deportistas.
V. Impartiendo magisterio: Aza Nikolic 228 Pueden imaginarse cuánto me alegró la llamada de mi joven colega Juan
Predrag Danilovic 247 Antonio con el propósito de ayudarle en la recopilación de datos para su libro.
IV. Integrales y derivadas: Peculiaridades de un sistema de interrelación global 253 Me entusiasmó, ya que todo su libro, esto es, todo su trabajo de investigación, lo
Arijan Komazec 279 ha dedicado precisamente al baloncesto yugoslavo.
111. Los entrenadores: La Escuela Yugoslava 285 En nuestro primer encuentro ya me sorprendió con la cantidad de datos
Zoran Savic .................................................................................................... . 343 que conocía; de mí incluso sabía cosas que yo ya había olvidado. En esa ocasión
11. Jugadores: Más estrellas que en el cielo 349 expresó su deseo de hablar con Dalipagic, Djordjevic y Danilovic. Viendo la
Dejan Bodiroga 396 talla de la persona que tenía ante mí no dudé en ponerle en contacto con ellos y,
l. La última generación 403 así, en 24 horas, Juanan tuvo al trío a su disposición, algo difícil incluso para los
O. Roma 472 periodistas serbios.
Cuando concluyeron su entrevista con Juanan, me llamaron preguntán-
TERCERA PARTE
dome: "¿Dónde has encontrado a este tío que lo sabe todo sobre nosotros?".
Y cómo hemos cambiado ... 475 "No lo he encontrado en ningún sitio, él me ha encontrado a mí", les contesté.
La dimensión de su entusiasmo queda reflejada en el hecho de que él y
Bibliografía 509 Empar, su simpática novia, consiguieron, después de varias mediaciones, entrar
al templo del baloncesto serbio: el Palacio de los Deportes (Hala Sportova) de
Novi Beograd.
Huelga decir que Juanan conoce como la palma de su mano a todas las
jóvenes promesas de los Balcanes, siendo Nenad Miljenovic, del FMP, su favorito.
En cualquier caso, su libro será reconocido como un testimonio fiel de
nuestro baloncesto.
Juanan es el primer gran cronista del baloncesto yugoslavo!
Como tal, Juanan es esencial para el baloncesto en su conjunto, ya que va 7

a arrebatar de las garras del olvido algo que no merecía ni debía quedar olvida-
do. ¡Por eso recomiendo este libro a todo el mundo!
Disfrútenlo.

* Ex entrenador de la Jugoplastika de Split, FC Barcelona, Limoges, Panathinaikos, Racing de

París, Unicaja de Málaga, Real Madrid y TAU Vitoria. Seleccionador de Eslovenia desde 2010.

i
 ..

Agradecimientos

son los que me han ayudado en este largo trayecto, y a muy dife-
M UCHOS
rentes niveles. Así que lo haré en orden cronológico. En primer lugar nom-
braré a las tres personas que convirtieron en libro lo que era tan sólo un borroso
proyecto de artículo: Gonzalo Vázquez, quien me dijo que parecía que el espacio
me impusiese cortapisas y que no debía hacerlo; que siguiese escribiendo y que él
se encargaba de contactar con una editorial. Josep Maria Margall, un mite y un
amigo (no necesariamente en este orden), que rápidamente gestionó la posibili-
dad de realizar entrevistas a algunos jugadores, y Vladimir Stankovic, que me
abrió las puertas de su casa, permitiéndome el acceso a documentación inimagi-
.i· nable para mí, además de innumerables consejos y dudas despejadas, ofreciéndo-
,.
i·
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~-:
me la oportunidad de charlar con jugadores de la ex Yugoslavia.
Una vez el proyecto tomó forma, la amabilidad de Zan Tabak, que no
1
sólo me concedió una entrevista, sino que me ayudó a concertar citas con otros
i
¡: jugadores. Miki Forniés, el cual hizo otro tanto, además de facilitarme la foto
que sintetiza la historia que aquí se narra. Sreten Pantelic, cuyas opiniones y
orientación resultaron muy valiosas para poder avanzar en la investigación. Bozi-
dar Maljkovic, anfitrión y cicerone en Belgrado, que rápidamente se involucró
de manera personal, consiguiendo que viviese experiencias que no había ni soña-
1: do, como la de reunir a cuatro leyendas del kosarka en la misma mesa. Aleksan-
t dar Djordjevic, una de esas leyendas, que fue a buscarme para traerme el teléfo-
no móvil que mi desastrosa cabeza había olvidado, queriendo la casualidad que
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el buen samaritano que lo encontró mirara la agenda y leyera su nombre. Svetis-
f: lav Pesic, que con su intervención personal me ayudó a obtener información
1
::¡... que. hubiese sido imposible conocer de otra manera. Ranko Zeravica, capaz de
hablar de baloncesto horas y horas sin cansarse, y siempre con una sonrisa en la
boca. Y Zoran Slavnic, el inclasificable Moka, que a pesar de ser aún más cabe-
zón que yo y no concederme una entrevista, nos hizo pasar a mi novia y a mí

1
~
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tres días de risas y diversión continuas.
Fahrudin Delibasic me ayudó en Sarajevo en todo lo que necesitaba y
más, hasta hacerme sentir alguien muy cercano a él. Samir Avdic me dijo una
9

frase que resume el trato que ha tenido hacia mí. Gracias a él pude hablar con
Dino Radja, capaz de transmitir emoción al recordar viejas historias y que se
i mostró dispuesto a solventar cualquier duda, incluso cuando volviera a casa.
Neven Spahija, por su parte, me ofreció la oportunidad de revivir la niñez de
Drazen en su calle de la infancia y en el pabellón en que nació la leyenda.
Juan Carlos Garnica, Raúl Orrios y Máximo Tobías me echaron un cable
en temas de documentación. Y luego está mi círculo más próximo, aquel que
 •
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•
me ha ayudado en tantas cosas que sería imposible enumerarlas. Los tres Fernán-
dez:. Dani, lector y corrector impenitente, siempre dispuesto a colaborar en lo
que sea; Iván, que regaló a un desconocido decenas y decenas de partidos de su Tablero de dirección
indescriptible videoteca, para luego pasar a ser amigo, lector y consejero; y Luis,
también lector, corrector y sufridor de las interminables peroratas telefónicas
que mi locuacidad no me permite evitar. Imanol Martínez, con sus mipagables
traducciones italianas y labor arqueológica. Juan Carlos Gallego, mi alter ego
manchego, alguien a quien realizar cualquier consulta por insólita que esta sea.
Bojan Malesevic, que me proporcionó traducciones del serbocroata, opiniones,
consejos y valiosas ayudas varias. Álex Aguilera, mi intérprete inglés en las entre-
e OMO diría Cortázar, a su manera este libro es muchos libros, pero sobre
todo es un libro.
Éste se deja leer en la forma corriente, y termina en la última página, con
vistas, todo energía e ilusión. Y David Vidal, cuya implicación a todos los nive- la excepción de las reseñas biográficas introducidas a modo de interludio entre
les casi podría calificarle de coautor. No ha habido aspecto en el que su apoyo (y cada grupo de capítulos, y que pudieran distorsionar el hilo de la historia. Por
sus muchísimas horas dedicadas) no haya sido decisivo para el resultado final. ;.·:
consiguiente, el lector prescindirá sin remordimientos de éstas, hasta que el
Y claro, Empar. Siempre Empar. Por su amor, sus fotografías, sus traduc-
ciones, su ayuda en tantos temas. Por su apoyo en los momentos de bajón, cuan- i contenido de la lectura o su propio interés le obliguen a ello.
Quizás también exista una segunda opción, en la cual el libro se deja leer
do parecía imposible que surgiese algo del caos. Por su hombro en el que llorar,
sus ánimos con los que levantarse. Por su paciencia. Por ser ella. Por ser tú.
1 empezando por la denominada parte cero, tras la que saltaría a la segunda parte,

o
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1 siguiendo luego por la primera, para finalizar con la tercera.
En caso de que el lector lo considere más adecuado a su gusto, puede
optar por abordar cada una de las unidades temáticas que forman los grupos de
(/) capítulos de la primera parte. De esta manera, leería la primera, segunda o
o
(.'.)
:::> tercera pieza de cada grupo de forma sucesiva, lo que le llevaría a centrarse en un
>- aspecto determinado de la historia.
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Introducción

L A imaginación es un don que caracteriza al ser humano. Lo diferencia de los

demás animales, forma parte de su manera de ver el mundo y acercarse al
futuro. Preguntarse qué pasará, cómo se desarrollarán los hechos venideros,
especialmente los que nos son significativos por algún motivo. Dentro de esta
capacidad imaginativa, existe una vertiente nada práctica pero sí muy extendida
:t. que es tratar de adivinar qué hubiese ocurrido de suceder determinados hechos
t.

I
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de manera diferente. Un what if. Plantearse cómo hubiese cambiado un futuro
que para nosotros ya es pasado y nunca aconteció.
Que levante la mano aquel seguidor de este deporte que nunca haya deja-
do volar sus pensamientos intentando adivinar los grandes logros que le han de
i
~::
llegar al equipo de nuestros amores, a ese jugador con el que nos sentimos iden-
tificados. Definiéndolo de manera más precisa, intentamos crear un futuro en el
''1
1 que se materializan nuestros deseos. Quién no ha emborronado innumerables
libretas, escrito en decenas de pupitres la formación soñada de nuestro equipo,
añadiéndole aquellos nombres que nos encandilan, o bien complementarían
todas las virtudes que ya creemos que éste posee hasta hacerlo invencible ante
nuestros ojos. Muchas veces juntamos a jugadores que ni se conocen, de distin-
tas épocas, países, competiciones ... Conformando un equipo absolutamente
irreal, tan fantástico e imposible como una película de John Carpenter, pero
mágico ante nuestros ojos. Nos son indiferentes las nacionalidades, las edades,
que la realidad nos golpee para que volvamos de nuestro viaje al mundo de la
*
j
l imaginación. La realidad es la nada que dibujó Michael Ende. Pero nos da igual.
Dur ~nte unos segundos hemos sido felices. ~~ que ti~l!~_'s·~i:i.~~~ p~sión por
1
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algo: la racionalidad puede llegar a pa~ar a un segundo plano.
i · ··, Quien hayaT¿~~nia(fo la.mano quizá no debería seguir leyendo todo lo
que viene a continuación. O quizá sí, pues tal vez le sitúe en un marco que no se

t
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había detenido a valorar. Y, hasta no bien avanzada la historia, lo que aquí se
explica es real. Sucedió. Fue el caldo de cultivo que estimuló la imaginación. La
mía y la de tantos otros. P~nsemos un mundo en el que un equipo somete a sus r
13

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rivale~ gu!ante UI}~ cf~cada y media, prácticamente. Algo que no tiene preceden-
~e~ en el dep~~te moderno, lejanas ya las grandes di~astías que se forjaron antes
de su expansión y globalización a todos los rincones del mundo. Un grupo de
1

auténtica leyenda. Y que existió. Pero, al mismo tiempo, no lo hizo. La política,1

la dura realidad, hÍzo añicos la posibilidad que revolotea en nuestra mente .. Le.
[Q~Ó un sueño al mundo del baloncesto. Sueños robados: el imperio que no
sucedió.
 PARTE CERO

Kresimir Coste
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1/1
 La historia antes de la historia

L A selección de Yugoslavia fue, sin duda, una de las grandes potencias de la

historia del baloncesto FIBA. Con un gran número de entrenadores y juga-
dores que han dejado su huella por las pistas de toda Europa, el kosarka1 yugos-
lavo tuvo en su Reprezentacija al mejor embajador para dar a conocer internacio-
nalmente a los protagonistas de un juego que, a diferencia de lo que sucede en la
mayor parte de los países del Viejo Continente, llegó a ser el más popular entre
los jóvenes que se iniciaban en la práctica deportiva.
De esta manera, la seis repúblicas que formaron el nuevo estado de Yugos-
lavia una vez finalizó la Segunda Guerra Mundial (Serbia, Croacia, Eslovenia,
Macedonia, Bosnia-Herzegovina y Montenegro) consiguieron un gran número
de medallas durante el periplo en el que defendieron una misma bandera, hasta
erigirse en el tercer país que más metales había conquistado, siguiendo en el
escalafón a los dos grandes colosos históricos: Estados Unidos y la Unión Sovié-
tica. En el periodo que abarca desde su primera participación conjunta en el
Europeo de 1947 en Praga hasta la última en Roma'91 acumularon multitud de
éxitos, siendo una de las pocas selecciones que han subido a lo más alto del
podio en las tres grandes competiciones que organiza la FIBA: el Eurobasket, el
Mundial y los Juegos Olímpicos. La dificultad de la empresa es notoria, como
refleja el dato que, una vez concluida la primera década del siglo XXJ, tan sólo la
antigua URSS ha sido capaz de igualar dicha hazaña entre los países del Viejo
Continente. Estados Unidos y Argentina -que lógicamente no cuentan con
demasiados Eurobaskets en su palmarés- son las otras selecciones que se han
impuesto en todos los torneos continentales o mundiales al menos en una oca-
sión, si bien el único campeonato del mundo de los sudamericanos data del leja-
no 1950.
Los inicios no fueron fáciles. El estreno internacional se produjo en el
citado Eurobasket de 1947, en plena reconstrucción del país tras el paso de los
nazis y sus aliados por tierras eslavas, y la selección plavi tan sólo pudo alcanzar 17
el treceavo puesto (de 14 equipos). En una Europa dominada en aquellos
momentos por la URSS y Checoslovaquia, los jugadores yugoslavos debutaban
en una competición de este tipo, pues ninguno de ellos había participado en los
tres europeos organizados antes de la Segunda Guerra Mundial ni en el que se

1
El término kosarka es, en serbocroata, una palabra femenina. Por mayor adecuación a su uti-
lización como sinónimo de baloncesto yugoslavo en español, donde es masculino, en adelante se dirá el
Zoran 'Moka .. Slavnic kosarka, y no !.a kosarka.
 La historia antes de la historia

L A selección de Yugoslavia fue, sin duda, una de las grandes potencias de la

historia del baloncesto FIBA. Con un gran número de entrenadores y juga-
dores que han dejado su huella por las pistas de roda Europa, el kosarka 1 yugos-
lavo tuvo en su Reprezentacija al mejor embajador para dar a conocer internacio-
nalmente a los protagonistas de un juego que, a diferencia de lo que sucede en la
mayor parte de los países del Viejo Continente, llegó a ser el más popular entre
los jóvenes que se iniciaban en la práctica deportiva.
De esta manera, la seis repúblicas que formaron el nuevo estado de Yugos-
lavia una vez finalizó la Segunda Guerra Mundial (Serbia, Croacia, Eslovenia,
Macedonia, Bosnia-Herzegovina y Montenegro) consiguieron un gran número
de medallas durante el periplo en el que defendieron una misma bandera, hasta
erigirse en el tercer país que más metales había conquistado, siguiendo en el
escalafón a los dos grandes colosos históricos: Estados Unidos y la Unión Sovié-
tica. En el periodo que abarca desde su primera participación conjunta en el
Europeo de 1947 en Praga hasta la última en Roma'9 l acumularon multitud de
éxitos, siendo una de las pocas selecciones que han subido a lo más alto del
podio en las tres grandes competiciones que organiza la FIBA: el Eurobasket, el
Mundial y los Juegos Olímpicos. La dificultad de la empresa es notoria, como
refleja el dato que, una vez concluida la primera década del siglo XXI, tan sólo la
antigua URSS ha sido capaz de igualar dicha hazaña entre los países del Viejo
Continente. Estados Unidos y Argentina -que lógicamente no cuentan con
demasiados Eurobaskets en su palmarés- son las otras selecciones que se han
impuesto _en todos los torneos continentales o mundiales al menos en una oca-
sión, si bien el único campeonato del mundo de los sudamericanos data del leja-
no 1950.
Los inicios no fueron fáciles. El estreno internacional se produjo en el
citado Eurobasket de 1947, en plena reconstrucción del país tras el paso de los
nazis y sus aliados por tierras eslavas, y la selección plavi tan sólo pudo alcanzar 17

el treceavo puesto (de 14 equipos). En una Europa dominada en aquellos

momentos por la URSS y Checoslovaquia, los jugadores yugoslavos debutaban
en una competición de este tipo, pues ninguno de ellos había participado en los
tres europeos organizados antes de la Segunda Guerra Mundial ni en el que se

1
El término kosarka es, en serbocroata, una palabra femenina. Por mayor adecuación a su uti-
lización como sinónim~ de baloncesto yugoslavo en español, donde es masculino, en adelante se dirá el
kosarka, y no la kosarka.
 celebró después, en 1946, en la ciudad suiza de Ginebra. Pero aquel grupo de
jóvenes pasó a la historia como los primeros representantes de una selección que
no tardaría demasiado tiempo en incrementar su estatus dentro del concierto
baloncestístico continental. Los trece pioneros fueron Nebojsa Popovic, Ladislav
Demsar, Aleksandar Gec, Srdjan Kalember, Mirko Marjanovic, Zorko Cvetko-
vic, Bozo Grkinic, Zlatko Kovacevic, Aleksandar Miljokovic, Bozidar Muncan,
Otone Olivieri, Tulio Roklicer y Miodrag Stefanovic, entrenados por Stevica
Colovic. Su posición final no debió asustar al resto de países concurrentes; en un
futuro, cambiarían de opinión. Ya se encargarían los sucesores de estos trece
hombres.
La primera experiencia de Yugoslavia en un mundial sería tres años más
tarde, en 1_2_50, _fü1a.l_i~a11do en última posición. Era el segundo campeonato que
disputaban lo_s-balcánicos, tras no clasificarse para los Juegos Olímpicos de Lon-
dres ni para el Eurobasket de los años 1948 y 1949. Tan sólo Popovic, Demsar,
Gec y Kalember repetían del combinado de Praga, sustituyendo el propio
Nebojsa Popovic a Colovic en el papel de entrenador, haciendo las veces de juga-
dor y seleccionador. El torneo vino acompañado del debut internacional de un
pívot, que posteriormente se forjaría un nombre como técnico, cuya trayectoria
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como máximo responsable de la FIBA resultará decisiva para el desarrollo del
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(./) baloncesto en el Viejo Continente: Borislav Stankovic.
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AÑOS CINCUENTA: LOS INICIOS SIEMPRE SON DUROS
u Maribor Branik y KK Union Olimpija, equipo con el que se proclamó campeón
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_J La década de los cincuenta trajo el paulatino crecimiento de la selección yugos-
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en lava. Alternando competiciones para las que no se clasificaba (básicamente,
_J
L.U mundiales y juegos olímpicos) con europeos de selecciones en los que poco a
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o poco fue estabilizando su participación (su única ausencia data del Eurobasket
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en de 1951), en Europa consigue subir un escalón y situarse entre el grupo de equi-
oo: pos que termina los torneos en la zona media de la tabla. Su mejor resultado es
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o un sexto puesto alcanzado varias veces, siendo el peor el noveno, en un periodo
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L.U en el que estos campeonatos los disputaban de dieciséis a dieciocho selecciones.
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(./)
Pero lo más reseñable no es esta mejora en los resultados, sino la entrada en esce-
na de algunos nombres fundamentales en la historia y evolución de la selección
18
(y, más allá aún, del baloncesto) yugoslava.
Uno de ellos es el Profesor Aleksandar Nikolic. Antiguo miembro de la
Reprezentacija en su etapa de jugador, aunque sin llegar a debutar en una gran
competición por la no clasificación para diversos campeonatos de finales de los
años cuarenta, se convierte en seleccionador nacional en 1951, un cargo que
ocupará hasta 1965. El considerado padre del baloncesto yugoslavo fue un hombre
de una enorme influencia sobre el resto de entrenadores de Yugoslavia, no sólo
entre sus coetáneos sino también entre numerosos preparadores jóvenes que
seguirán sus enseñanzas e indicaciones muchos años después. Su lista de títulos
es amplia y extensa, tanto a nivel de selecciones como de clubes. Aza2 dirigió al
OKK de Belgrado, ganando la liga y copa yugoslavas; en su paso por Italia, la
lgnis Varese vivió unos años que sólo se pueden calificar de míticos, conquistan-
do la Liga, Copa y Copa de Europa en tres ocasiones (cada competición), ade-
más de alzarse con el título de la Copa lntercontinental dos veces más. Poste-
riormente, en su vuelta a Yugoslavia, logrará hacer al Estrella Roja de Belgrado
campeón de la Recopa de Europa. A su ya de por sí amplio palmarés en compe-
ticiones de clubes, hay que añadirle un gran número LtL medallas al frente de la
Reprezentacija, con el oro en el Eurobasket de 1977 en Lieja y en el Mundial de
1978 en Manila como máximos exponentes. Fue uno de los más grandes entre-
nadores que jamás haya habido en Europa, entrando en el Hall of Fame esta-
dounidense en 1998 y en el FIBA Hall of Fame en 2007, siete años después de
su fallecimiento, el 12 de marzo del 2000 en Belgrado.
A finales de los años cincuenta, debutan en la selección dos hombres que
alcanzaron dimensión de primera estrella europea, siendo los antecesores de una
lista que se ampliaría con el paso del tiempo hasta convertirse en rutilante por
muy numerosa: Ivo Daneu y Radivoj Korac.
Daneu, nacido el 6 de octubre de 1937, era un escolta-alero de gran habi-
lidad y conocimiento del juego. Con un cierto aire desgarbado que no le impe-
día gozar de una gran elegancia en sus movimientos, hizo de sus imprevisibles
ganchos en carrera sello distintivo. Ivo, al que muchos señalaban como el juga-
dor más creativo del Viejo Continente, fue por sus características un auténtico
adelantado a su tiempo. A lo largo de su trayectoria defendió las camisetas del
de la liga yugoslava en seis ocasiones. Con la selección disputó 202 partidos,
debutando en competición oficial en el Eurobasket de 1957 y logrando el oro en
el Campeonato del Mundo de 1970, además de las dos medallas de placa mun-
diales en las ediciones de 1963 y 1967, donde fue nombrado MVP. En los Euro-
,7
peos de selecciones su botín fueron tres medallas de plata y una de bronce, a las
que acompañó del segundo puesto en los Juegos Olímpicos de México'68. En el '-
año 2007, Daneu resultó elegido miembro del FIBA Hall of Fame, lo que signi-
ficó el reconocimiento a una carrera portentosa.
Radivoj Korac, por su parte, nació un año después, el 5 de noviembre de
1938. Considerado uno de los grandes artífices del salto cualitativo que convir-
19
tió a la selección yugoslava en una potencia mundial, Korac destacó en un prin-
cipio en el atletismo, concretamente en saleo de altura, pero sus grandes aptitu-
des para el baloncesto le abocaron a un cambio de deporte. Ingresó en las
2
En lengua serbocroata, el diminutivo del nombre de pila de Nikolic es Aca, cuya transcrip-
ción fonética sería [átsa]. En español, muchas veces se ha optado por escribir su nombre como Asa o
bien la nomenclatura por la que fue conocido en Italia, Aza (ya que Aca equivale a [áka]). En este
libro, la acepción utilizada será la segunda, por su mayor similitud con la pronunciación original. Al
leer Aza, y siendo fiel al nombre eslavo, el lector debería pronunciar [átsa].
 categorías inferiores del O KK de Belgrado y, poco después, Borislav Stankovic,
por aquel entonces entrenador del primer equipo, le hacía debutar en primera
división. Con el club capitalino se proclamó cuatro veces campeón de liga y dos
de copa en los diez años en los que estuvo en sus filas, prácticamente todos con
Stankovic de entrenador. Jugador de enorme potencial ofensivo, como atesti-
guan sus siete entorchados como máximo anotador de la liga yugoslava o sus 99
puntos en un partido de Copa de Europa, mostró sus dotes anotadoras en Bélgi-
ca, donde fue campeón de liga con el Standard de Lieja, e Italia, competición de
la que se erigió en el máximo anotador con el Pádova, si bien los resultados
deportivos no acompañaron, descendiendo el equipo al finalizar la temporada.
Zurdo, potente y con una extraordinaria capacidad de salto, formó duran-
te muchos años una pareja demoledora con Daneu en la Reprezentacija, con la
que disputó 146 partidos. Su estreno en un gran campeonato se produjo en el
Eurobasket de 1959, logrando seis medallas en las diferentes competiciones
internacionales en las que participó, además de ser, para variar, el máximo ano-
tador de tres Europeos. No sólo eso, sino que alzó el MVP del que se celebró en
Belgrado en 1961, torneo que supuso la primera medalla de la historia del
baloncesto plavi.
o
> El 2 de junio de 1969, a la edad de 31 años, Korac murió en un acciden-
:)
(f) te de tráfico cerca de Sarajevo, cuando volvía de jugar un partido amistoso con
o
t!J la selección yugoslava. Dos años después de su fallecimiento, el norteamericano
::J
>- William Jones, secretario general de la FIBA, y con la mediación de Borislav
ºw
1-
(/) Stankovic, su descubridor y mentor, creó un nuevo torneo internacional que
u recibió el nombre de "Copa Korac" en homenaje póstumo a su figura. En 2004,
z (/)
o
_J tras la desaparición de esta competición, producto del contencioso entre la FIBA
<!
Cl'.l y la ULEB, la Federación Serbia rebautizó su torneo nacional de Copa como
_J
w "Copa Radivoj Korac".
u)
o anterior a su llegada y al que hace otra vez campeón en 1974 y 1975. Posterior-
o z
<!
Cl'.l
oo:
AÑOS SESENTA: CONSOLIDACIÓN Y ASCENSO ... O LA EDAD DE PLATA
(/)
o en la Cibona de Zagreb, añadiendo a su palmarés otra liga, tres copas y la Reco-
,z
w El inicio de los sesenta trajo consigo la primera participación en unos Juegos
::J
(f)
Olímpicos, los de Roma'60. Yugoslavia finaliza en sexta posición, pero la confir-
mación internacional del baloncesto yugoslavo es evidente. Nombres como los
20
de Giuseppe Giergia, Miodrag Nikolic o Nemanja Djuric se habían ido aña-
diendo a los de Daneu o Korac y, entrenados por el maestro Aza Nikolic, la tra-
yectoria de la Reprezentacija continuará su ascenso particular.
En el Eurobasket de Belgrado, en 1961, llega la primera medalla de la
selección yugoslava, que verá su prolongación en los europeos del año 63 (Wro-
claw, plata), 65 (Moscú, bronce) y 69 (Caserta, plata). En el Campeonato del
Mundo de 1963, los plavi logran el segundo lugar del podio, extendiendo de
esta manera sus logros al medallero mundial. Repetiría clasificación en la edi-
ción de 1967, mientras que en los Juegos Olímpicos de México'68 por fin se
alcanzaba la gloria olímpica, tras los sendos sextos y séptimos puestos obtenidos
en sus dos primeras apariciones en la competición. La medalla de plata sabía a
oro, después de eliminar a la URSS en semifinales por un sólo punto y perder
contra Estados Unidos la final.
Yugoslavia se consolida, de manera indiscutible, como una de las seleccio-
nes más potentes del panorama internacional, con seis metales plateados a lo
largo del decenio; pero en su camino casi siempre se interpondrá la Unión Sovié-
tica, a la que nunca es capaz de superar en los torneos continentales. El poderío
de la URSS es inalcanzable, monopolizando el oro en todos los Eurobaskets que
se celebran en los felices sixties. Se suele decir que no se puede obtener grandes
victorias sin sufrir previamente amargas derrotas, y durante esta etapa la selec-
ción se acercará de manera progresiva a la supremacía europea y mundial.
La hornada de nuevos jugadores que copan la selección incluye nombres
de primer nivel, como el mencionado Giergia, Petar Skansi, Vladimir Cvektovic
o Nikola Plecas. Pero hay uno que brilla por encima de todos los demás.
Kresimir Cosic (26 de noviembre de 1948, Zagreb), un joven que con 17
años ya levanta su primer trofeo de liga yugoslava con el KK Zadar (título que
repetirá en 1967 y 1968), es uno de los mejores jugadores de la historia del
baloncesto internacional. En un hecho poco común para la época, en 1971
abandona Zadar para enrolarse en las filas de la Universidad mormona de Brig-
ham Young, convirtiéndose, tras la pionera experiencia del gigante Jean-Claude
Lefebvre en Gonzaga durante la década de los cincuenta, en uno de los primeros
jugadores europeos en disputar la NCAA. Su paso por Estados Unidos resultó ~
a:
o1-
muy exitoso, siendo elegido en dos ocasiones como Ali-American. Tras su triun-
fo al otro lado del Atlántico (tiene la camiseta retirada en el equipo mormón, y I
<t
fue elegido dos veces en el draft de la NBA y una en el de la ABA), retorna a ...J
w
Europa fichando de nuevo por un Zadar que estuvo a punto de descender el año o
U)
w
r-
mente, después de jugar dos años en el Olimpia de Liubliana, se proclama ven- <t
~
cedor de la lega en 1979 y 1980 con la Virtus de Bolonia. Finaliza su trayectoria e:
o
1-
UJ
pa de Europa. I
<t
Cosic debuta en la selección con 19 años, participando en el Eurobasket y ...J
el Mundial que se celebraron en 1967. El verano siguiente, en los Juegos Olím-
21
picos de México, consigue el primer podio olímpico de la historia del kosarka.
Sin lugar a dudas, el pívot es el hombre récord de la Reprezentacija: nadie ha
superado sus 305 partidos con la camiseta plavi, y disputó cuatro Juegos Olím-
picos, cuatro ediciones del Campeonato Mundial de baloncesto y nueve Cam-
peonatos Europeos de selecciones, acumulando 14 medallas, entre ellas la de oro
en las tres grandes competiciones. Además de constituirse en el máximo rebote-
ador histórico de la selección, también recibió el galardón de MVP de los Euro-
baskets de Essen y Belgrado. Tras su retirada, ejerció como entrenador (llegó a
¡
ser seleccionador yugoslavo de 1985 a 1987), falleciendo en 1995 a causa de un
 cáncer. Desde 1998, la Copa de Croacia recibe el nombre de Kresimir Cosic
Cup en su honor, y fue incluido en el Basketball Hall of Fame estadounidense,
además del Hall of Fame de la FIBA.
Más allá de números o medallas, Cosic puso la primera piedra en el asalto
al trono de la URSS. Fue el mejor pívot de Europa, rompiendo con los moldes
clásicos que se solían asociar a su posición. Alto, delgado y con un cerebro privi-
legiado que le permitía ser un organizador del juego más, a su potencia rebotea-
dora añadía una infrecuente facilidad pasadora y una coordinación para jugar
lejos del aro que situaría a la selección yugoslava en otro nivel.
En esta década de los sesenta, otro nombre destaca por su aportación a la
selección yugoslava, en este caso desde el banquillo. Ranko Zeravica, el técnico
asistente de Nikolic, releva al Profesor al frente de la Reprezentacija después de
muchos años trabajando codo con codo.
El primer campeonato que dirige Zeravica es el Mundial de 1967, en
Montevideo, consiguiendo la medalla de plata. Apenas tres meses después, en
aquel mismo 1967, la selección participa en el Euro basket de Helsinki, donde
las ausencias de Korac, Daneu o Giergia se traducen en un noveno puesto, la
peor clasificación de la década. El técnico había decidido utilizar el Eurobasket
o Zoran "Moka" Slavnic (26-10-49) se encumbra, a lo largo de los años
>
<(
para foguear a algunos de los nuevos talentos, una iniciativa que sería muy
_J
(j) importante de cara a futuros logros. En su (primera) etapa como seleccionador,
o(!)
Yugoslavia perseverará en su irresistible escalada, conquistando dos subcampeo-
=>
>- natos europeos, una plata olímpica, otra mundial y, por fin, la primera medalla
º
1-
(j) de oro de la selección de Yugoslavia, en el Campeonato de Mundo de 1970 que
LJ.J
u se celebró en Liubliana. El último torneo que dirigió fueron los Juegos Olímpi-
z
o
_J cos de Múnich'72, en los que la selección finaliza quinta. En el futuro, no obs-
<(
co tante, aún sería capaz de mejorar estos resultados, especialmente los conseguidos
_J
LJ.J
en los Juegos Olímpicos.
vj
o Los años sesenta se despedían, de esta manera, con una situación clara-
o z
<(
mente esperanzadora para la selección plavi. Y lo mejor estaba aún por llegar.
co
oa:
(j)
o ra vez en su historia. Su siguiente parada es en su país, en el Sibenka, donde
,z
LJ.J AÑOS SETENTA: LA (PRIMERA) GENERACIÓN DORADA
=>
(j)
El baloncesto yugoslavo explota definitivamente en los setenta. En el año que
22
estrena década, la anfitriona Yugoslavia consigue el oro en el Campeonato Mun-
dial de Liubliana. Al veterano Daneu y a los ya clásicos Petar Skansi, Trajko Raj-
kovic o Rato Tvrdic se habían ido añadiendo los miembros de la generación de
Cosic, con Vinko Jelovac, Damir Solman, Ljubodrag Simonovic, Dragan Kapi-
cic y Nikola Plecas a la cabeza, y la Reprezentacija consigue por primera vez no
tener que mirar hacia arriba en el podio. Ranko Zeravica tiene el honor de ser el
primer entrenador yugoslavo que logra tamaño éxito.
La cosa no queda ahí. Una plata en el Eurobasket del año siguiente y un
quinto puesto olímpico en Múnich preceden al torneo que abrirá una época
Á
inolvidable: el Europeo de Barcelona (1973). En la ciudad catalana, una nueva
hornada de jugadores de un nivel sin parangón en ese momento s~ fusiona con
la generación de Cosic, dejando para el recuerdo la primera de una larga serie de
exhibiciones. Yugoslavia destronará a la URSS como gran dominadora del
baloncesto FIBA y alcanzará su máximo rendimiento histórico.
La sucesión de hechos es la siguiente: oro europeo en 1973, plata mundial
en el 74, oro europeo en el 75, plata olímpica en el 76, oro europeo en el 77, oro
mundial en el 78, bronce europeo en el 79. En el periodo 73-78, tres metales
dorados en tres Eurobaskets consecutivos, acompañados por un oro y una plata
mundial, y una plata olímpica. Yugoslavia había desbancado a su némesis.
Los protagonistas de la hazaña son un magnífico grupo de jugadores que
empieza a· entrar en los planes de la selección absoluta en Barcelona, y que con el
tiempo tomará el testigo de los coetáneos de Cosic ... a excepción del propio
pívot, que les acompañará durante todo el brillantísimo trayecto. Mirko Novo-
sel es el entrenador que hace debutar a los nuevos talentos, aunque posterior-
mente, en 1977, el maestro Nikolic les dirigirá en dos campeonatos de la victo-
riosa etapa. Algunos de los nombres de este magnífico grupo aún hoy en día son
recordados con devoción:
setenta, como uno de los mejores bases europeos que haya habido jamás. Genial,
intuitivo, de una astucia y pillería famosas tanto dentro como fuera de las can-
chas, fue el director de juego de un conjunto que asombraba por su enorme
potencial ofensivo. Su mentalidad ganadora y su arrolladora personalidad le sa:
o
hicieron tener problemas con rivales, compañeros y técnicos, labrándose fama 1-
(j)
de díscolo. La heterodoxia hecha jugador de baloncesto, enemigo de la conven- I
<(
cionalidad, eléctrico, brillante, hiperactivo ... Un sinfín de adjetivos suelen aso- _J
LJ.J
ciarse a su persona. o
(j)
LJ.J
En su etapa en el Estrella Roja de Belgrado, Moka ganó la liga yugoslava 1-
en dos ocasiones (y la Copa, en tres), además de la Recopa de Europa, antes de <(
fich_ar por el Joventut de Badalona, club al que hará campeón de liga por prime- sa:
o
1-
(j)
coincidió como jugador y entrenador de un tal Drazen Petrovic. Un año en el I
<(
Partizán precederá a su experiencia en Italia, en el Indesit Caserta, formando _J
pareja con Osear Schmidt en la escuadra que tutelaba Bogdan Tanjevic. Unos
23
pocos meses en el Buducnost cerrarían la carrera p.rofesional de un personaje
que levantaba pasiones.
Con el combinado plavi fue 179 veces internacional, logrando una meda-
lla de oro como mínimo en cada una de las tres grandes competiciones. A pesar
de pertenecer a la misma generación de Cosic, la de los nacidos en el 48-49, su
debut en la selección absoluta no se produjo hasta 1973, varios años después de
que lo hiciesen muchos de sus compañeros en la selección júnior. La tardía pre-
sentación en sociedad, unida a que permaneció al frente de la Reprezentacija
cuando sus coetáneos desaparecieron del equipo, originó que su nombre siem-
 pre haya ido ligado al del núcleo central de la segunda mitad de la década, en
realidad compuesto por hombres algo más jóvenes que él. Tras su retirada, empe-
zó una carrera de entrenador que le llevó a dirigir a la Jugoplastika de unos
imberbes Kukoc y Radja, a su Estrella Roja de Belgrado o a ejercer de asistente
de Kresimir Cosic en la selección yugoslava.
Drazen Dalipagic (27-11-51), alero de una capacidad anotadora incansa-
ble que, aunada a una fortaleza física y reboteadora muy poco frecuentes entre
los jugadores de su época, le convirtieron en uno de los puntales indiscutibles de
esta generación. Su perfil era diferente al de otros compañeros, pues no exhibía
tanta variedad en sus fundamentos, pero explotaba hasta la saciedad su capaci-
dad para elevarse mucho más arriba que su defensor y ejecutar su mortífero lan-
zamiento con extraordinario acierto. Con un salto portentoso que le permitía
protagonizar espectaculares mates y ayudar a su equipo bajo los tableros, la vis-
tosidad de su juego y un comportamiento siempre caballeroso -en contraste con
el de otros miembros del perímetro plavi- definieron su imagen de deportista
elegante.
Dalipagic se inició en el baloncesto de manera tardía, tras un devaneo
anterior con el fútbol. Fue Ranko Zeravica el entrenador que se encargó de pulir
o auténtico líder que levantaba grandes pasiones por su juego y actitud, en un
>
<(
su técnica individual cuando le fichó para el Partizan de Belgrado procedente de
_J
{/) su Mostar natal. En el conjunto de la capital coincidió con Kicanovic, confor-
o(.'.J
mando una mortal pareja anotadora, si bien la fortísima personalidad de ambos
:::>
>- chocaría en más de una ocasión. Con el Partizan se proclama campeón de liga y
º
f-
(/)
lJ.J
de la Copa Korac, siendo los dos únicos títulos que consigue a nivel de club.
u Después del oro de los Juegos de Moscú comenzará una larga etapa en la lega,
z
o pasando por Udine, Venecia o Verona. Entremedias realiza un breve paréntesis
_J
<(
co en la temporada 81-82, en la que vuelve a Belgrado coincidiendo con Moka
_J
lJ.J Slavnic, y la 82-83, año en que disputa tan sólo los partidos de Copa de Europa
c./)
o con el Real Madrid de su compatriota Mirza Delibasic. Se retiró al finalizar la
o z
<( temporada 88-89, pero aún jugaría otra campaña, ya que doce meses más tarde
co
oa:
volvió a las canchas con el Estrella Roja de Belgrado.
{/)
o Su trayectoria de clubes fue inversamente proporcional a la que siguió con
,z
lJ.J la Reprezentacija, pese a superar ampliamente los 30 puntos por partido en sus
:::>
{/)
siete temporadas en la lega. Y es que, excepto en su etapa en el Partizan, Praja
siempre jugó en equipos modestos, lejos de los focos de las grandes finales conti-
24
nentales. No fue ese el caso con la selección yugoslava, con la que fue 246 veces
internacional y conquistó todos los títulos habidos y por haber: cinco medallas
de oro, tres de plata y cuatro de bronce, ganando los tres tipos de metal en cada
una de las tres grandes competiciones, siendo el MVP y máximo anotador del
mundial conquistado en Manila, así como MVP del Eurobasket de Lieja. Su
longevidad y facilidad ofensiva le auparon, además, al honorífico podio de máxi-
mo anotador histórico del conjunto plavi.
Dalipagic tuvo la posibilidad de fichar por los Boston Celtics. La franqui-
cia de Massachussets se mostraba dispuesta a ofrecerle un contrato, tras realizar-
d
le el mítico Red Auerbach unos entrenamientos a puerta cerrada con jugadores
como Tiny Archibald o Jo Jo White, pero la pérdida de la categoría de amateur
en caso de competir en la NBA y la consecuente imposibilidad de participar en
mundiales y juegos olímpicos le hicieron desestimar la oferta. Praja fue nombra-
do mejor jugador europeo del año en tres ocasiones, repartidas entre dos Euros-
car -el premio que concede el periódico italiano La Gazzeta dello Sport- y un
Míster Europa -galardón impulsado por la revista Superbasket-, además de
mejor deportista del año de Yugoslavia en otra. En septiembre del 2004, fue
incluido en el Basketball Hall ofFame americano.
Dragan Kicanovic (17-8-53), posiblemente, y en dura pugna con Slavnic,
el jugador más irreverente, genial y controvertido de este grupo. Tanto que, para
entender el alcance de su influencia, no se puede disociar su mentalidad ganado-
ra de sus cualidades puramente técnicas. Famoso por su vehemente comporta-
miento dentro de la pista, "Kica" fue un base-escolta absolutamente desequili-
brante, tremendo anotador y excelente pasador. De velocidad endiablada, su
sublime dominio de balón se traducía en constantes penetraciones que dividían
el corazón de la defensa rival, ya fuese para finalizar con una bandeja bajo el aro
o con una brusquísima parada buscando el lanzamiento de larga distancia. Un
claro precedente de lo que sería Drazen Petrovic años después.
Su carrera se inició en el Zeleznicar Cacak, pasando después a otro club
de la misma ciudad, el Borac, donde compartió camiseta con Radmilo Misovic,
<(
uno de los mejores anotadores de la historia del baloncesto balcánico. Sus desco- a:
o
llantes actuaciones en Cacak hacen que Ranko Zeravica decida ficharle para el r-
(/)
Partizan, equipo en el que forma un tándem demoledor con Drazen Dalipagic y I
con quien las comparaciones y tensiones serán constantes. Después de siete tem- :s
w
C:
poradas en el conjunto de Belgrado, en las que acumula tres campeonatos de J;
w
liga, dos de Copa Korac y uno de Copa de Yugoslavia -erigiéndose durante el f--
trayecto en el segundo máximo encestador histórico del torneo-, Dragan decide <[
co~enzar una nueva etapa en el Scavolini, club al que lleva a la victoria en la
sa:
Copa de Italia y la Recopa de Europa en sus dos campañas en Pesaro. Al año 2
(/)
siguiente, disputa la liga francesa con el Stade France París y se retira a la edad de I
<[
31 años. ....J
Con la selección es campeón, al igual que sus compañeros de generación,
25
de todas las grandes competiciones en sus 216 apariciones internacionales.
Rodeado de una deslumbrante constelación de estrellas, los analistas deportivos
de la época le consideraban el mejor de todos ellos, siendo el hombre clave en
los momentos decisivos. A pesar de no poseer la exuberancia física de otros juga-
dores, su voraz mentalidad competitiva establecía la diferencia. MVP del Euro-
basket de Praga y el Mundial de Cali, fue elegido dos veces el mejor baloncestis-
ta europeo del año -tanto por La Gazzeta dello Sport como por Superbasket- y
cuatro el de Yugoslavia. En 1995 logró el premio honorífico al mejor jugador
yugoslavo del siglo XX.
 Mirza Delibasic (9-1-54), algo más joven que los anteriores, se incorpora
a la selección para un gran torneo en el Eurobasket de 1975. Uno de los jugado-
res con más clase y elegancia que hayan pisado jamás las canchas europeas, dota-
do de un extraordinario manejo de balón, un exquisito lanzador de larga distan-
cia y, especialmente, un pasador formidable. Mirza fue un base o escolta que se
caracterizó por un baloncesto muy intuitivo, con destellos que deslumbraban al
espectador ocasional, y al que muchos entrenadores consideraban el jugador de
más talento puro de la generación yugoslava de los años setenta. Tras formarse
en la cantera del Sloboda Tuzla se incorpora al Bosna de Sarajevo, conjunto
entrenado por Bogdan Tanjevic, y con el cual ganará liga y copa yugoslavas (dos
veces) y la Copa de Europa del año 1979. Dos temporadas después, decide pro-
bar suerte en el Real Madrid, ganando la liga española de baloncesto en 1982. El
5 de septiembre de 1983, recién fichado por el Caserta de Tanjevic, sufre un
infarto cerebral que le lleva a una retirada prematura con tan sólo 29 años.
Con la Reprezentacija obtiene todos los títulos posibles, si bien en su pal-
marés no figuran el oro de Barcelona'73 ni la plata del Mundial'?4. Es el único
componente de esta generación que jamás bajó del podio en ninguno de los
ocho campeonatos que disputó, siendo internacional en 176 ocasiones. Elegido
o
dos veces mejor baloncestista de Yugoslavia, murió el 8 de diciembre de 2001 a
:s>
(./) causa de un cáncer linfático.
o
t9 Sin alcanzar la dimensión de estos cuatro hombres, a los que el tiempo
:::i
>- transformaría en mitos, el combinado plavi disfrutaba de un segundo grupo de
º
1-
(f)
UJ
notabilísimas figuras como Zeljko Jerkov, Ratko Radovanovic, Peter Vilfan o
u Rajko Zizic que, junto al eterno Kresimir Cosic y a los Jelovac, Plecas, Solman o
z
o.....J Kapicic de los primeros campeonatos, formaron una de las selecciones europeas
<!
OJ más potentes de todos los tiempos.
.....J
UJ A nivel técnico destaca en este periodo el nombre de un entrenador,
u)
o Mirko Novosel, que continuó el trabajo iniciado por Nikolic y Zeravica. Su
o
<!
OJ
acceso al cargo se produce en el Europeo'73, abriendo las puertas a los talentos
o de la nueva generación, de los cuales ya había dirigido a varios con las categorías
a:
(/)
o inferiores de Yugoslavia. En el caso concreto de Moka Slavnic, la presencia del
,z
UJ preparador croata resulta clave en su asentamiento como cerebro del equipo,
:::i
(/)
pues el base no había entrado en los planes de su predecesor en el banquillo bal-
cánico, Ranko Zeravica. En sus cuatro campeonatos al frente de la selección,
26
Mirko logró dos medallas de oro y dos de plata. Con su club, la Cibona de
Zagreb, conquistó tres títulos de liga, siete copas de Yugoslavia y una Copa de
Europa, esta última junto a un jovencito llamado Drazen Petrovic. En 1984, en
Los Ángeles, Novosel comandaría a los plavi en una segunda etapa que obtuvo
una medalla de bronce como rédito.
En todo caso, los nombres de Novosel (1973-1976) y Aza Nikolic, que
volvió a tomar las riendas de la selección en el Eurobasket de 1977 y Mundtal de
1978, van plenamente entrelazados a este grupo de jugadores. Un bloque que
alcanzó la gloria para la selección yugoslava, subiendo ese último escalón soviético
 Mirza Delibasic (9-1-54), algo más joven que los anteriores, se incorpora
a la selección para un gran torneo en el Eurobasket de 1975. Uno de los jugado-
res con más clase y elegancia que hayan pisado jamás las canchas europeas, dota-
do de un extraordinario manejo de balón, un exquisito lanzador de larga distan-
cia y, especialmente, un pasador formidable. Mirza fue un base o escolta que se
caracterizó por un baloncesto muy intuitivo, con destellos que deslumbraban al
espectador ocasional, y al que muchos entrenadores consideraban el jugador de
más talento puro de la generación yugoslava de los años setenta. Tras formarse
en la cantera del Sloboda Tuzla se incorpora al Bosna de Sarajevo, conjunto
entrenado por Bogdan Tanjevic, y con el cúal ganará liga y copa yugoslavas (dos
veces) y la Copa de Europa del año 1979. Dos temporadas después, decide pro-
bar suerte en el Real Madrid, ganando la liga española de baloncesto en 1982. El
5 de septiembre de 1983, recién fichado por el Caserta de Tanjevic, sufre un
infarto cerebral que le lleva a una retirada prematura con tan sólo 29 años.
Con la Reprezentacija obtiene todos los títulos posibles, si bien en su pal-
marés no figuran el oro de Barcelona'73 ni la plata del Mundial'74. Es el único
componente de esta generación que jamás bajó del podio en ninguno de los
ocho campeonatos que disputó, siendo internacional en 176 ocasiones. Elegido
o dos veces mejor baloncestista de Yugoslavia, murió el 8 de diciembre de 2001 a
~
(/)
causa de un cáncer linfático.
o(.'.) Sin alcanzar la dimensión de estos cuatro hombres, a los que el tiempo
:J
>- transformaría en mitos, el combinado plavi disfrutaba de un segundo grupo de
ºti notabilísimas figuras como Zeljko Jerkov, Ratko Radovanovic, Peter Vilfan o
UJ
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Rajko Zizic que, junto al eterno Kresimir Cosic y a los Jelovac, Plecas, Salman o
z Kapicic de los primeros campeonatos, formaron una de las selecciones europeas
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CD más potentes de todos los tiempos.
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A nivel técnico destaca en este periodo el nombre de un entrenador,
r.Ji Mirko Novosel, que continuó el trabajo iniciado por Nikolic y Zeravica. Su
o
o<( acceso al cargo se produce en el Europeo'73, abriendo las puertas a los talentos
CD
oa: de la nueva generación, de los cuales ya había dirigido a varios con las categorías
(/) inferiores de Yugoslavia. En el caso concreto de Moka Slavnic, la presencia del
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preparador croata resulta clave en su asentamiento como cerebro del equipo,
:J
(/) pues el base no había entrado en los planes de su predecesor en el banquillo bal-
cánico, Ranko Zeravica. En sus cuatro campeonatos al frente de la selección,
26 Mirko logró dos medallas de oro y dos de plata. Con su club, la Cibona de
Zagreb, conquistó tres títulos de liga, siete copas de Yugoslavia y una Copa de
Europa, esta última junto a un jovencito llamado Drazen Perrovic. En 1984, en
Los Ángeles, Novosel comandaría a los plavi en una segunda etapa que obtuvo
una medalla de bronce como rédito.
En todo caso, los nombres de Novosel (1973-1976) y Aza Nikolic, que
volvió a tomar las riendas de la selección en el Eurobasket de 1977 y Mundial de
1978, van plenamente entrelazados a este grupo de jugadores. Un bloque que
Dragan Dalipagic
alcanzó la gloria para la selección yugoslava, subiendo ese último escalón soviético
 que le restaba por superar. Tan sólo el oro olímpico se resistía a un conjunto que
marcaba la pauta, tanto en resultados como en estilo de juego, en la segunda
mitad de la década de los setenta. La historia de "La historia antes de la historia"
Tras un relativo fracaso en el Europeo de 1979, en el que la selección
yugoslava entrenada por Petar Skansi se hace con la medalla de bronce, la gene-
ración dorada llega a los Juegos Olímpicos de Moscú en plena madurez, con un
equipo acostumbrado a disputar (y ganar) finales. En un torneo marcado por la
ausencia estadounidense y con la URSS como gran favorita por su doble condi- EL archiduque Francisco Fernando de Habsburgo es asesinado en
ción de anfitrión y vigente campeón continental, la Reprezentacija apea a los 1914 Sarajevo a manos de Gavrilo Princip. perteneciente a la agrupación
soviéticos de la final y después derrota a la selección italiana. Miada Bosna. un movimiento nacionalista que defendía la unión entre Bosnia y Ser-
Estamos en 1980. Tras muchos años de esfuerzos infructíferos, con Ranko bia. Un mes después. el Imperio austro-húngaro declara la guerra a Serbia. Comienza
Zeravica de nuevo como seleccionador y Novosel sentado en el banquillo junto de esta manera la Primera Guerra Mundial.
a él, el oro olímpico engrosa por fin el palmarés de la selección yugoslava de A finales del siglo x1x y principios del xx, dos grandes imperios integraban en
baloncesto. su seno a los pueblos eslavos. El Imperio otomano ejercía su control sobre Serbia.
Los Juegos Olímpicos de Moscú'80 marcarán un antes y un después en la mientras que el Imperio austríaco asentaba dentro de sus límites a Croacia. Eslovenia
historia del kosarka yugoslavo. y parte de la propia Serbia.
El camino de unos y otros fue dispar. En el Imperio otomano, las nuevas ideas
derivadas de la Revolución francesa desataron un proceso nacionalista que cristalizó
o
> en 1815, con el reconocimiento por parte de los turcos de una fuerte autonomía de
:'.)
(f) las zonas serbias. Posteriormente, en 1867. el progresivo debilitamiento del Imperio
o(.9
otomano provocó la retirada de las guarniciones turcas y la creación de un estado
:::>
>- serbio independiente, convertido en reino en 1882.
ºent-
w
El proceso de independencia de los pueblos gobernados por el Imperio aus-
u tríaco fue más lento, debido a la imposibilidad de romper por la fuerza los lazos con
z
o
_J Viena. Se desprende de ello un nacionalismo con un fuerte componente cultural
<!
(!) como centro cohesionador de un movimiento multiétnico donde croatas, eslovenos
_J
w y serbios se vieran identificados para compartir un proyecto común. Este es el origen
tJ;
o de la idea de Yugoslavia (unión de los eslavos del sur), formando un movimiento
o
<! nacionalista caracterizado por sus medios pacíficos. ante la necesidad de la práctica
(!)
oo: renu~cia a la acción armada y la consecuente actuación política como instrumento
(f)
o para llegar a la independencia respecto a Austria.
,z
w Con la caída de los Imperios austríaco y otomano, provocada por los sucesos
:::>
en acecidos durante la Primera Guerra Mundial ( 1914-1918), nuevas fronteras se dibu-
jaron a lo largo y ancho de Europa. En noviembre de 1918, en una declaración en
28 29
Ginebra, se formula el proyecto de creación de un estado yugoslavo que es procla-
mado una semana después. el 1 de diciembre, con el nombre de "Reino de los Ser-
bios. Croatas y Eslovenos", bajo el mandato del príncipe Aleksandar, regente de la
dinastía serbia de los Karadjordjevic. Por encima de un auténtico anhelo de unidad de
los pueblos eslavos, los motivos de esta fundación atendían a objetivos políticos y
militares de las potencias vencedoras de la guerra. La gran prioridad residía en debili-
tar a los vencidos repartiendo sus restos imperiales en los nuevos Estados, y ello fue
el origen del nuevo reino. En 1919, las fronteras del Estado yugoslavo fueron fijadas
por el Tratado de Neully. Los límites territoriales anteriores se consolidaron, dejando a
 los antiguos territorios dominados por los Imperios otomano y austro-húngaro bajo el
manto del reino recién nacido. Siguiendo esta línea, en 1 920, el Tratado de Trianon
otorga a Serbia la Vojvodina.
La complejidad y heterogeneidad del nuevo estado resultaba obvia, pues ten-
drían que convivir diversas lenguas y religiones: los croatas eran católicos, los serbios
ortodoxos y muchos de los habitantes de Bosnia eran musulmanes. Además, coexis-
tían otras nacionalidades, como la albanesa (cuyos miembros eran musulmanes), la
macedonia (ortodoxos que hablaban una lengua a medio camino entre el serbio y el
búlgaro) y la montenegrina (más cercanos a los serbios, pero con una organización
enraizada en clanes).
Las aspiraciones de los serbios diferían de las de los croatas y eslovenos.
Muchos serbios creían haber llegado a La Gran Serbia (una idea proclamada por pri-
mera vez en 1844 por llija Garasanin), mientras que para una gran parte del resto de
eslavos el objetivo era lograr una óptima convivencia en situación de igualdad de
todos los pueblos. Los serbios formulaban diseños institucionales centralistas y unita-
rios; croatas y eslovenos abogaban por un sistema federal o confedera!.
El mayor poderío demográfico y militar serbio se tradujo en un centralismo
muy criticado por el nacionalismo croata, el cual consideraba que habían acaparado
o o
>
<'.(
demasiado poder y que el nuevo estado no dibujaba realmente un proyecto multina-
_J
Cí) cional. sino una entidad supeditada a la hegemonía serbia. Los contenciosos se suce-
o(..'.)
dieron, con el asesinato en 1928 de Stjepan Radie, líder de los nacionalistas croatas.
:::i
>- en el Parlamento de Belgrado, como germen de la primera gran crisis política.
ºw
1-
Cí) En 1929, el rey Aleksandar 1 proclama el Reino de Yugoslavia, denominación
u que se utilizará desde 1929 hasta 194 1, suspendiendo la Constitución política e ins-
z <'.(
o taurando un régimen dictatorial. En respuesta. los distintos movimientos nacionalis-
_J
<'.(
c:o tas yugoslavos se radicalizan, fundándose en Croacia el movimiento Ustasha (levan-
_J
w los partisanos de Tito. serbios en su mayoría. fueron responsables de la ejecución de
tamiento) y en Macedonia la VMRO ( Vnatresna Makedonska Revolucionara
vi
o Organizacija), organización de carácter terrorista. En 1934, el rey Aleksandar es ase-
o w
<'.( sinado durante una visita a Francia. Ante esta situación, su primo Pavle Karadjordje-
co
o En 1 945, al finalizar la guerra. Tito llega al poder en Belgrado, tras la derrota y
o: vic. regente de Yugoslavia. instaura una dictadura de corte militar y autoritaria, con un
'f;
o fuerte vínculo con los regímenes fascistas europeos, que se mantendrá hasta 1939.
,z
w Ese año, los gobernantes serbios realizaron un inicio de descentralización del
:::i
Cí)
país, concediendo derechos y una cierta autonomía a Croacia. Pero dio comienzo la
Segunda Guerra Mundial. un conflicto que irremediablemente abortaría la primera
30
reforma que había tratado de afrontar el hecho multiétnico.
SEGUNDA GUERRA MUNDIAL
En 194 1, Alemania invade Yugoslavia, tras bombardear Belgrado y apenas encontrar
resistencia por parte del Ejército yugoslavo. Croacia pasa a estar tutelada por la aliada
Italia, con la creación del fascista Estado Independiente de Croacia (NDH. Nezavisna
Orzava Hrvatska), que será regido por el caudillo Ante Pavelic. Paralelamente. Serbia
es subordinada a los intereses estratégicos de ambas potencias. repartiéndose entre
ellas el territorio serbio. Bosnia, por su parte, queda bajo la soberanía de la nueva Croa-
cia, y el resto del país se reparte entre Albania, Bulgaria, Hungría e Italia.
En Belgrado se establece un Gobierno que sigue las directrices de los alema-
nes, decretando una serie de medidas que van en consonancia con las ideas del Ter-
cer Reich. No obstante, rápidamente empiezan a surgir grupos de guerrilleros que se
enfrentan a los nazis: por un lado, el Movimiento Partisano, liderado por Josip Broz,
Tito, de ideas comunistas. Por otro lado, los Chetniks del general Draza Mihajlovic, fer-
viente seguidor de la causa monárquica, anticomunista y vinculado al nacionalismo
serbio radical. Un panorama poliédrico, pues durante el proceso bélico, y después de
un periodo de apoyo mutuo, chetniks y partisanos incluso llegan a tener enfrenta-
mientos armados entre sí. Algunas versiones explican este enfrentamiento por una
escisión de los chetniks en dos grupos diferentes, de tal manera que unos continua-
ron combatiendo contra la Alemania nazi y los otros se opusieron a los partisanos,
recibiendo ayuda de Italia y Alemania. Otras argumentan que la totalidad de los Chet-
niks cambió de bando. En todo caso, ambos movimientos fueron apoyados por las
potencias aliadas, especialmente por los británicos, en su lucha ante el invasor italo-
3
alemán. El relieve montañoso de los Balcanes sería de gran ayuda para la resistencia a:
yugoslava, lo que impidió a alemanes e italianos controlar totalmente Yugoslavia. 1-
Cí)
La invasión de los nazis provocó la división territorial del país tras su ocupación I
<'.(
_J
por Alemania y sus aliados. Pero este periodo 194 1-1 945 se caracterizó no sólo por w
la lucha contra el invasor. sino también por la contienda interna que desembocó en o
(f)
genocidio. El régimen ustachi croata colabora estrechamente con el Reich en la solu-
w
1-
z
ción final. Centenares de miles de serbios son asesinados en los campos de concen- <'.(
tración croatas, además de decenas de miles de judíos y gitanos. a los que hay que a:
o
1-
añadir los serbios que murieron en combate a lo largo del conflicto. Por el otro bando, Cí)
I
<'.(
un elevado número de croatas. así como de eslovenos, albaneses y bosnios musul- _J
manes 1. e
3
a:
o
posterior huida de los alemanes. El apoyo de los aliados -sobre todo, de un Gobierno 1-
Cí)
I
<'.(
_J
1 La controversia sobre el número de víctimas en uno u otro bando siempre ha acompañado a
31
las valoraciones de la Segunda Guerra Mundial. con cifras que varían considerablemente según sea su
procedencia. Así. la cifra oficial estimada por la Oficina Federal de Estadísticas de Yugoslavia fue de
1. 704.000 muertos. distribuidos de la siguiente manera: 880.000 serbios. 4 10.000 croatas. 100.000
bosnios, 60.000 eslovenos. 60.000 judíos. 50.000 montenegrinos. 35.000 macedonios. 4.000 alba-
neses. 3.000 húngaros. 1.000 eslovacos y 686 turcos. Posteriormente. en la década de los ochenta. el
historiador croata Vladimir Zerjavic realizó un estudio que rebajó la cifra total a 1.02 7 .000. situando las
bajas serbias en 530.000. las croatas en 2 10.000 y las eslovenas en 42.000. En esa misma década.
también el bosnio (de padre serbio y madre francesa) Bogoljub Kocovic presentó un estudio con cantida-
des similares. en este caso 487.000 serbios. 207.000 croatas y 32.000 eslovenos. El resto de víctimas
de las diferentes etnias (excepto en el caso de las montenegrinas. que Zerjavic establece en 20.000) no
se alejan demasiado de las cifras del Gobierno yugoslavo.
 británico que en 1943 había optado por Tito en lugar de los Chetniks de Mihailovic-
y, en menor medida. de los soviéticos. resulta decisivo en la toma de poder por parte
de Josip Broz. El régimen fascista croata se derrumba. Ante Pavelic huye a España.
dejando tras de sí a sus colaboradores. oficiales y ministros. muchos de los cuales son
' La relación entre Tito y Stalin. en un principio óptima. se irá transformando tras
juzgados y ejecutados por las nuevas autoridades comunistas.
LA YUGOSLAVIA DE TITO
Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial. Yugoslavia tenía que ser reconstruida
en todos los sentidos. La guerra había traído consigo secuelas de pasados enfrenta-
mientos internos. pero también había significado la llegada de un líder carismático
como Tito. apoyado por un ejército. los partisanos. que había salido triunfante del
conflicto bélico.
Tito huye del modelo centralista y unitario que había fracasado en el pasado.
Aboga por un federalismo con amplias competencias periféricas, en una búsqueda del
mayor equilibrio posible entre las seis repúblicas que formarán la nueva República
Socialista Federal de Yugoslavia: Serbia. Croacia. Eslovenia, Bosnia. Montenegro y
o o
>
<!
Macedonia. Además. dentro de Serbia, establece dos provincias -si bien subordinadas
_J
a la soberanía serbia- a las que dota de gran autonomía: Vojvodina y Kosovo. A todas y
(/)
o <r:
C!l cada una de las nuevas repúblicas se les conceden derechos y poderes similares.
:::>
>- El nuevo régimen socialista 2 es reconocido por la comunidad internacional en
º
1-
(/)
UJ
un periodo de tiempo muy corto. La industria. la minería, el transporte y la banca fue-
u ron nacionalizados en 1 946 y dos años después se aplicó la misma medida al comer-
z 3
o
_J cio minorista y al sector alimentario. Los comunistas pasan a controlar la Administra-
<!
ca ción. dominando la judicatura. el Ejército. los servicios secretos y la Policía.
_J
UJ restringiendo las actividades del resto de los partidos políticos. Los seguidores
u)
o monárquicos. los demócratas o los disidentes son acallados por el régimen.
o LlJ
<!
ca Poco tiempo después de la asunción del poder por parte de Tito. Yugoslavia
o decide tomar su propio camino político y económico. La autonomía respecto al blo-
a:
(/)
o que comunista y al capitalismo occidental marcarían todas las decisiones. en una cre-
,z
UJ ciente tendencia que desembocaría en un nuevo rumbo para el país. El sistema esta-
:::>
r./)
ría basado en el modelo autogestionario y la nueva república se integraba en el
movimiento de los países no alineados. cuyo liderazgo ejercería el propio Tito.
32
2 Aunque socialismo y comunismo sean. en origen. términos ideológicos de muy distinto cala-
do. la reinterpretación marxista {a partir de la cual se establecía a ambos como estadios históricos supera-
dos) da lugar a que hoy en día la barrera sea difusa. Si bien los países llamados del este se autodenomina-
ban "socialistas''. se pueden discernir diferentes vertientes del mismo. Y es que. aunque la ideología
comunista era común a todos. el modelo socialista {teóricamente el paso previo a la supresión del estado
y la consiguiente culminación del periodo comunista) adoptado por cada uno de ellos adquirió muy dife-
rentes matices. Especialmente en Yugoslavia. donde el Gobierno de Tito apostó por un socialismo de
autogestión frente al socialismo de planificación de la URSS.
una larga serie de desavenencias. En 1 948. los partidos comunistas satélites de
Moscú condenan al régimen titoista por "desviacionismo ideológico". y los conseje-
ros militares rusos se retiran de Yugoslavia. que es expulsada de la Kominform. De
esta manera. Stalin decide romper relaciones con el único Estado -junto con el de
Albania- que se había liberado a sí mismo del dominio de los alemanes. El dirigente
soviético obliga al resto de los Estados socialistas de Europa del Este a romper sus
relaciones con Belgrado. estableciendo. a finales de ese mismo 1 948. un bloqueo
económico sobre Yugoslavia. Ante la gravedad de la situación de crisis y el aislamien-
to que padece el país. Tito acepta abrir relaciones plenas con los países capitalistas.
recibiendo importantes ayudas económicas de Estados Unidos. Francia y el Reino
Unido. Tras la muerte de Stalin en 19 53. las relaciones entre la URSS y Yugoslavia se
reanudan. aunque estas se verían salpicadas por diversas tensiones y desencuentros
en las dos décadas siguientes.
Pese a las dificultades derivadas por la ruptura con el estalinismo. a lo que
había que añadir la existencia. dentro de sus fronteras. de una cierta resistencia a la
colectivización. el panorama social y económico fue mejorando de manera progresi-
~
va. Los objetivos prioritarios del nuevo régimen eran la industrialización y el creci- a::
miento acelerado de la producción. La guerra había provocado terribles pérdidas 1-
(/)
I
económicas y humanas (cifradas las primeras en más de 4 7 .000 millones de dólares
_J
en infraestructuras. y las segundas en 1. 700.000 muertos y cientos de miles de des-
Ll.J
o
plazados). pero en 1950. al expirar el primer plan quinquenal. los principales indica- (/)
dores de la actividad económica señalaban un incremento del doscientos por ciento
Ll.J
~
z<r:
respecto a los datos de 1939. Pese a ello. también se daba la situación de que más
del setenta por ciento de la población se dedicaba aún al sector primario. y no se a::
o
habían conseguido la totalidad de los objetivos planificados. I-
r./)
I
En 1953 se elabora una nueva Constitución. la cual introduce numerosas dis- <r:
posiciones con el propósito de que una proyección orientativa releve. de manera par-
_J
cial. a la planificación rígida. Los cambios venían propiciados por la búsqueda de una o
3
rnejora productiva y, simultáneamente. dar respuesta a las frecuentes demandas de a:
o1-
una mayor descentralización. A pesar de este carácter liberalizador. el control político (j)
continuaba siendo inflexible con cualquier oposición. De esta manera. el contraste J:
<r:
entre las restricciones ideológicas y administrativas implantadas por el Estado comu-
_J
nista y la menguante participación del Estado en el conjunto de la economía era noto-
33
rio. Un buen ejemplo son las inversiones estatales. que descienden del ochenta por
ciento en 1 9 5 2 al treinta por ciento en 1 9 5 7.
En 1963. la situación económica obliga a diseñar una nueva Constitución con
nuevas estrategias de aperturas descentralizadoras. si bien en dicha Constitución se
reafirma el carácter socialista del país y el régimen de partido único. además de modi-
ficar el nombre oficial del país: el hasta entonces utilizado República Federal Popular
de Yugoslavia dejaría paso a República Federal Socialista de Yugoslavia. La legisla-
ción entrante introducía también el "principio de rotación". por el cual ningún cargo
público. a excepción del presidente Tito. podía ser reelegido una vez hubiese desarro-
 1
liado su función durante dos intervalos de cuatro años. Entre 1 960 y 1 963 continua-
ron las purgas contra los disidentes políticos del régimen. tanto los de dentro del par-
tido -la Liga de los comunistas yugoslavos- como los de fuera.
En el plano de la política exterior. el régimen comunista de Tito se muestra
muy innovador y dinámico. colaborando en la creación y desarrollo del Movimiento
de los No Alineados. una tercera vía neutra lista en política exterior entre la OTAN y el
Pacto de Varsovia. En 1 965 se inician reformas económicas con el objetivo de des-
centralizar aún más el sistema, fundamentándose en unos principios que se denomi-
naron socialismo de mercado. El régimen se abre al exterior. admitiendo una cierta
apertura de mercado que se traducirá en la llegada del turismo. la creación de empre-
sas mixtas y un relajamiento en las formas de intercambio comercial.
En la segunda mitad de los sesenta. esta suavización del centralismo acentúa
los desequilibrios entre las repúblicas, dibujándose cada vez con mayor nitidez las
diferencias entre las zonas más ricas (Croacia y Eslovenia) y las menos boyantes
(Montenegro, Kosovo y Macedonia). Pese a ello. estas repúblicas perjudicadas por la
mayor descentralización económica abogaban por la concesión de mayor autono-
mía política para reducir una supuesta preponderancia serbia. El desajuste económi-
co era muy evidente: en 1 9 50. la renta per cápita de las zonas más desfavorecidas
o e
>
<( equivalía al sesenta y cinco por ciento de las más prósperas y, a pesar de la creación
_J
(/)
o de un fondo de compensación interterritorial. en 1 9 71 no superaba el cincuenta por
(9
ciento.
~
>-
Esta disyuntiva entre repúblicas continuó creciendo. amenazando con deses-
º
1-
(f)
lJ.J
tabilizar el equilibrio del entramado federal y suscitando recelos entre los diferentes
u La evidente transformación se hubo de plasmar en una nueva constitución. En
z integrantes del armazón de Yugoslavia. En Croacia -y Eslovenia se extendía la opinión
o
_J de que sus obligadas aportaciones al desarrollo común no eran correctamente opti-
<(
co
_J
mizadas y sólo se aprovechaban para beneficiar a las repúblicas menos potentes eco-
lJ.J
nómicamente. que no podían subsistir sin su ayuda. En Kosovo. Montenegro y Mace-
(/)
o donia, mientras tanto. argumentaban un supuesto trato discriminatorio e inmerecido
o<(
co que incrementaba las ya de por sí evidentes desigualdades.
o de Tito. convertido en la personificación misma de la legitimación del Estado. resulta-
o:
(/)
o ba clave para compensar la paulatina pérdida de competencias de los órganos insti-
,z
lJ.J
PRIMERAS REVUELTAS CONTRA EL RÉGIMEN EN CLAVE NACIONALISTA
~ <(
(/)
En 1968, las revueltas estudiantiles se suceden en la Universidad de Belgrado. y en
34
Croacia y Serbia se producen manifestaciones reclamando una apertura democráti-
ca del sistema. Ante la situación económica. en Kosovo se producen conatos de vio-
lencia, protestando además los albaneses por lo que consideraban una excesiva
dependencia de Serbia. Los motines son reducidos de manera contundente median-
te la actuación policial. De la misma manera se reprimiría a los intelectuales croatas
que venían manifestando sus disidencias de corte nacionalista desde 196 7.
Paralelamente, Tito realiza algunas concesiones, admitiendo varias enmien-
das constitucionales en respuesta a las reivindicaciones expuestas por albaneses y
croatas; algunas de estas enmiendas fueron la potenciación del Consejo Federal.
j
estableciendo paridad de competencias para todas las repúblicas y provincias autó-
nomas, la atribución de poderes a cada república y provincia autónoma para elaborar
su propio sistema jurídico desde 197 1 y la creación del Presid1um. órgano colectivo
que habría de hacerse cargo de la presidencia de la República tras la muerte de Tito.
Esta mezcla de concesiones políticas y represión policial ante las protestas no
acaba con el descontento. En Croacia. las re1vindicac1ones económicas. políticas y
culturales están también muy extendidas. Las muestras públicas alcanzan sus máxi-
mas cotas en noviembre de 197 1. con la huelga de estudiantes en la Universidad de
Zagreb. en la célebre Primavera Croata. que obtuvo una gran adhesión popular.
Desde Belgrado se produce una dura respuesta represiva. y Tito purga la dirección de
los comunistas croatas por sus posiciones nacionalistas. Simultáneamente. otras
direcciones regionales. especialmente la de Serbia. son depuradas de miembros con-
siderados afines al liberalismo y Tito condena oficialmente estas tendencias que se
manifiestan de manera incipiente.
A pesar de los diferentes problemas acaecidos entre finales de los sesenta e
inicios de los setenta. el progreso político y económico yugoslavo parecía más sólido.
en líneas generales, que el del resto de los países de Europa del Este. Pero la crisis
<
económica planetaria de 1 9 7 3 afectó de manera notoria a Yugoslavia. avivando de ce
nuevo los enfrentamientos internos latentes. Ante los efectos sociales de la crisis. el V
Gobierno yugoslavo realiza una intensificación del carácter autogestionario y federal I
<
del Estado como medida para estimular la producción y apaciguar las tensiones Ll.J
CJ
nacionalistas. Estas resoluciones proporcionaban una mayor autonomía política y u.
económica a cada una de las repúblicas.
cL
f-
2·
<::
<
197 4, Tito introduce algunas reformas políticas en la línea descentralizadora y libera- o:
e
lizadora para todas las nacionalidades. incluyendo como nación a los musulmanes r-
'J.
de Bosnia, que por primera vez veían reconocidos sus derechos de una forma oficial.
Al mismo tiempo, en el plano de política exterior. Yugoslavia firma un acuerdo econó-
~L
mico con la Comunidad Económica Europea (CEE). El valor cohesionador de la figura CJ
'S
'L
e
~
tucionales comunes. I
La política de Tito intentó conseguir el mantenimiento de la actividad median- _J
te el aumento de las inversiones públicas. acentuándose el endeudamiento exterior e
35
incrementándose el. ya de por sí cada vez más alto, nivel de desempleo. En 1979. la
recesión económica mundial hará sentir sus efectos de forma inapelable en todos los
ámbitos de la realidad de Yugoslavia.
En 1980. y con un sistema inmerso en una grave crisis política y económica.
muere Tito. dejando un vacío muy difícil de llenar. especialmente por lo carismático
de su figura.
La muerte de Tito marcará un antes y un después en la historia de la República
Federal Socialista de Yugoslavia.
 PRIMERA PA.RTE

Aleksandar Petrovic
LU
l-
a:
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c..
<C
a:
LU
~
a:
c..
 r
La Liga Nacional de Yugoslavia (1)

D ESDE 1965, a excepción del intervalo 1972-78, doce equipos integraban la

primera división (Prva Liga) de la competición nacional _yugoslava. Como
en la mayor parte de los países europeos, el campeón se dilucidaba tras dos ron-
das en las que todos los equipos se enfrentaban entre sí en cancha propia y en la
del rival, introduciéndose el sistema de playojfen 1982. La década de los setenta
proclamó hasta siete clubes diferentes como reyes del torneo, con las grandes
estrellas de la selección liderando los triunfos. El Zadar de Cosic, la Jugoplastika
de Jerkov, el Partizan de Kicanovic y Dalipagic, el Estrella Roja de Slavnic, el
Bosna de Delibasic ... La igualdad predominante y la proliferación de grandes
talentos conformó un campeonato a imagen y semejanza del carácter de sus
jugadores: volcánico, intenso, polémico. Y pasional, muy pasional. Los ochenta
no serían la excepción.

1 9 8 3

La primera final liguera había enfrentado, el año anterior, a la Cil~ona de Cosic

con el Partizan de Slavnic y Dalipagic, con el triunfo del conjunto de Zagreb,
hito que jamás había alcanzado a lo largo de su historia. La temporada siguiente,
la correspondiente a 1982-83, fue la primera en la que ningún miembro del sex-
teto mágico de la selección participaba en el torneo. Kicanovic, Slavnic, Jerkov y
Dalipagic estaban en Italia, y Delibasic en el Real Madrid. Con Cosic semiretira-
do, la liga yugoslava buscaba nuevos e inéditos protagonistas de la competición.
El sorprendente Sibenka de Sibenik, dirigido desde el banquillo por Vlado
Djurovic y sobre la pista por un jovencito de 18 años llamado Drazen Petrovic,
lideró la temporada regular de forma inesperada, con 16 triunfos y 6 derrotas. A
pesar de haber logrado clasificarse para la final de la Copa Korac en 1982 -que
perdió ante el Limoges- los croatas no partían como favoritos, ya que en el tor- 39
neo doméstico del año anterior no superaron el 50% de victorias. Pero la progre-
sión de Petrovic y un grupo de jugadores de talento, con Srecko Jaric, Predrag
Saric y Branko Macura a la cabeza, propiciaron el éxito. A un solo partido de los
de Sibenik, el Partizan y el Bosna finalizaron empatados. Los playojfs daban
comienzo sin que los pronósticos se decantasen de manera clara por ninguno de
los tres.
El Sibenka superó a la Jugoplastika en cuartos de final y al Estrella Roja
Mirza De/1basic en semifinales, sufriendo en las series y decidiendo ambas en el partido decisivo
 La Liga Nacional de Yugoslavia (1)

D ESDE 1965, a excepción del intervalo 1972-78, doce equipos integraban la

primera división (Prva Liga) de la competición nacional yugoslava. Como
en la mayor parte de los países europeos, el campeón se dilucidaba tras dos ron-
das en las que todos los equipos se enfrentaban entre sí en cancha propia y en la
del rival, introduciéndose el sistema de playojfen 1982. La década de los setenta
proclamó hasta siete clubes diferentes como reyes del torneo, con las grandes
estrellas de la selección liderando los triunfos. El Zadar de Cosic, la Jugoplastika
de Jerkov, el Partizan de Kicanovic y Dalipagic, el Estrella Roja de Slavnic, el
Bosna de Delibasic ... La igualdad predominante y la proliferación de grandes
talentos conformó un campeonato a imagen y semejanza del carácter de sus
jugadores: volcánico, intenso, polémico. Y pasional, muy pasional. Los ochenta
no serían la excepción.

1 9 8 3

La primera final liguera había enfrentado, el año anterior, a la Cibona de Cosic

con el Partizan de Slavnic y Dalipagic, con el triunfo del conjunto de Zagreb,
hito que jamás había alcanzado a lo largo de su historia. La temporada siguiente,
la correspondiente a 1982-83, fue la primera en la que ningún miembro del sex-
teto mágico de la selección participaba en el torneo. Kicanovic, Slavnic, Jerkov y
Dalipagic estaban en Italia, y Delibasic en el Real Madrid. Con Cosic semiretira-
do, la liga yugoslava buscaba nuevos e inéditos protagonistas de la competición.
El sorprendente Sibenka de Sibenik, dirigido desde el banquillo por Vlado
Djurovic y sobre la pista por un jovencito de 18 años llamado Drazen Petrovic,
lideró la temporada regular de forma inesperada, con 16 triunfos y 6 derrotas. A
pesar de haber logrado clasificarse para la final de la Copa Korac en 1982 -que
39
perdió ante el Limoges- los croatas no partían como favoritos, ya que en el tor-
neo doméstico del año anterior no superaron el 50% de victorias. Pero la progre-
sión de Petrovic y un grupo de jugadores de talento, con Srecko Jaric, Predrag
Saric y Branko Macura a la cabeza, propiciaron el éxito. A un solo partido de los
de Sibenik, el Partizan y el Bosna finalizaron empatados. Los playojfs daban
comienzo sin que los pronósticos se decantasen de manera clara por ninguno de
los tres.
El Sibenka superó a la Jugoplastika en cuartos de final y al Estrella Roja
en semifinales, sufriendo en las series y decidiendo ambas en el partido decisivo

j

ante sus aficionados. Su rival en la final sería el Bosna de Sarajevo. En el primer
año de Svetislav Pesic como entrenador profesional, el conjunto bosnio estaba
formado por el mismo núcleo que se había proclamado campeón de Europa en
1979 -Zarko Varajic, Sabit Hadzic, Rarko Radovanovic, Predrag Benacek-,
pero con las importantes bajas de Delibasic y el propio Pesic. Los jóvenes Mario
Primorac y Borislav Vucevic añadían savia nueva al equipo, y el Bosna eliminó al
Zadar y al Partizan en su camino hasta la final.
Con el factor cancha favorable al Sibenka, cada uno de los dos conten-
dientes se impuso en su propio pabellón. En el tercer y definitivo enfrentamien-
to, estalló uno de los mayores escándalos de la historia de la liga yugoslava. Se
llegó al último minuto con todo por decidir. Con 81-82 a favor del Bosna, Dra-
zen Petrovic -que anotó 40 puntos- asumió la responsabilidad de realizar el lan-
zamiento definitivo, siendo objeto de una falta muy dudosa en un tiro a cinco
metros del aro. Quedaban dos segundos. Todo el banquillo bosnio protestó
vehementemente la decisión, saltando a la pista y creándose un caos que acabó
con la expulsión de Svetislav Pesic, quién además fue empujado por algunos
espectadores. Petrovic anotó los dos tiros libres, y todo el pabellón celebró el his-
tórico triunfo. Drazen y sus compañeros, también.
o
>
<( La mañana siguiente trajo una desagradable noticia. Sobre las 13:00 del
_J
(f) mediodía, el periodista Vladimir Stankovic llamaba a casa de Drazen y le infor-
o(.'.)
::>
maba de la resolución del órgano ejecutivo de la Federación Yugoslava: debido al
>- error arbitral, el encuentro se tenía que repetir, y esta vez no en el pequeño pabe-
º
1-
(f)
LlJ
llón Baldekin del Sibenka, sino en cancha neutral, en Novi Sad. El conjunto cro-
u ata, indignado, no se presentó. El Bosna Sarajevo se proclamó campeón de
z (f)
o
_J Yugoslavia tras realizar la rueda de calentamiento y el salto inicial sin ningún
<(
Cl'.l rival al otro lado de la pista.
_J
LlJ
<fÍ
o MÁXIMO ANOTADOR:
o z
<(
Dusko Ivanovic (Buducnost), 26, 1 puntos por partido.
Cl'.l
o el ~ro, a dos segundos del final. Por segundo año consecutivo, el campeonato se
o:
(f)
o En competiciones europeas, el equipo yugoslavo más destacado fue el propio
•Z
LlJ
::>
Sibenka, que de nuevo alcanzó la final de la Copa Korac, repitiendo verdugo: el
(f)
Limoges.
40
1 9 8 4
Con Petrovic realizando el servicio militar y Radovanovic disputando la liga
francesa en el Stade Frarn;:ais, Sibenka y Bosna perdieron a sus dos principales
referencias, cediendo la supremacía de la competición ante Cibona y Estrella
Roja. Dos equipos, entrenados por dos mitos de los banquillos yugoslavos
-Mirko Novosel y Ranko Zeravica-, que protagonizarían una enconadísima
rivalidad en la Prva Liga durante los años venideros.
1
1 La liga regular fue comandada por la Cibona de Zagreb (16-6), seguida
del Estrella Roja de Belgrado (14-8), Zadar, Sibenka y Bosna (todos ellos con 13
victorias y 9 derrotas). Croatas y serbios superaron las dos primeras rondas de
los playojfs, eliminando la Cibona a Radniki y Bosna mientras el Estrella Roja
hacía lo propio con Panizan y Zadar.
La final enfrentaba a dos conjuntos de estructura muy diferente. Los de
1
1
Zagreb eran un grupo maduro; Aza Petrovic, Mihovil Nakic, Andro Knego,
"' Damir Pavlicevic, Sven Usic o Zoran Cutura llevaban varios años jugando jun-
tos a las órdenes de Novosel, y ya se habían hecho con el título de liga, Copa y
Recopa de Europa en 1982 bajo el liderato moral de Kresimir Cosic. El Estrella
Roja, por su parte, era un fiel reflejo de la filosofía baloncestística de Zeravica:
un equipo de clara tendencia ofensiva, que gustaba del contraataque y con la
juventud por bandera. Con Slobodan Jankovic (19 años) o Ivo Petovic (20) de
titulares, y con Zoran Radovic, Predrag Bogosavljev, Slobodan Nikolic o Zufer
Avdija entre los 23 y 25 años de edad, los de Belgrado habían formado un
núcleo en plena progresión, cuyo futuro parecía esperanzador y que estaba apun-
talado por la veteranía de Rajko Zizic. Incluso el asistente de Zeravica era un
joven con proyección, Bozidar Maljkovic, no mucho mayor que Zizic.
La Cibona venció el primer enfrentamiento 78 a 76, en un encuentro .
igualadísimo que pudo caer por cualquiera de los dos lados. En el segundo par-
tido, fue el Estrella Roja el que ganó por 87 a 79. La liga se decidiría en Zagreb.
En un tercer encuentro marcado por la tensión generalizada y un arbitra-
je muy polémico, Slobodan Nikolic, el principal anotador exterior de los ser- <(
>
<(
bios, reapareció tras no haber podido disputar el segundo partido, encestando _J
18 puntos. Su aportación mantuvo vivo al Estrella Roja, que ganaba por un o(.'.)
punto restando diez segundos para la finalización. Un ataque para decidir una ::>
>-
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liga. La acción decisiva fue a parar a las manos de Nakic, defendido por Slobo- o
_J
dan Jankovic, quien cayó al suelo intentando forzar la falta ofensiva ... pero el <(
extraño lanzamiento con la mano izquierda del jugador de la Cibona entró por o
u
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había decidido en la última jugada. <(
(.'.)
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MÁXIMO ANOTADOR: _J
Branko Skroce (Zadar), 27,5 puntos por partido.
41
En competiciones europeas, el equipo yugoslavo más destacado fue el Estrella
Roja, que alcanzó la final de la Copa Korac, cayendo derrotado por el EB Orthez
por 97 a 73.
 1t '
l. Prolegómenos del preludio (1983-1985)
E UROPEO de Nantes'83, con sede también en Caen y Limoges. Yugoslavia se
presenta en Limoges con un equipo cuyos nombres maravillan a cualquier
lector no avezado en la materia: Kicanovic, Dalipagic, Slavnic, Cosic, Radova-
novic, Rajko Zizic, Goran Grbovic, Peter Vilfan, lvan Sunara ... Por mucho
menos se formó en Grecia una religión politeísta hace tres milenios. Pero los
dioses estaban ya decrépitos. Sus hazañas se remontaban a la década de los seten-
ta, hasta alcanzar su cénit con el oro europeo de los Juegos Olímpicos de 1980,
en Moscú, eliminando al anfitrión y gran rival en la liguilla, imponiéndose en la
batalla comunista. El adalid capitalista no estaba, pero esa es otra historia. Se
había tocado techo.
Los tiempos habían cambiado, que diría Dylan. Después de más de una
década de estar en la cima, de encandilar e irritar a partes iguales por un tremen-
do talento mezclado con su congénita irreverencia y desfachatez (que cada uno
escoja sus adjetivos ... pero estos mismos rasgos serán heredados por sus suceso-
res), el grupo muestra síntomas de agotamiento y envejecimiento. Ya los habían
insinuado en el Mundial del año anterior en Cali, aun consiguiendo metal, pero
en este campeonato quedan bien visibles.
Después de haber jugado las dos primeras jornadas, ganando a Francia de
manera ajustada y perdiendo ante España de un solo punto, había un chico que
no había anotado. Un nombre que ya empezaba a ser familiar, pero que aún
estaba eclipsado por la luminosidad de los que le rodeaban. Chaval tímido, de-
cían, que se transformaba en un demonio cuando tenía un balón en las manos.
Un niño de 18 años llamado Drazen.
Ese Eurobasket celebrado en Nantes, Limoges y Caen supondría el bauti-
zo internacional de Drazen Petrovic. Kicanovic, Radovanovic, Dalipagic y Slav-
nic habían liderado en minutos y puntos a los plavi en los partidos ante france-
ses y españoles. Drazen, que no había saltado a pista en el primer encuentro y
42
que apenas lo hizo unos pocos minutos en el segundo, realiza un buen torneo,
promediando más de 13 puntos por partido (cuarto máximo anotador de la
selección yugoslava). El campeonato finaliza de manera muy triste para los
yugoslavos, que sólo pueden hacerse con la séptima posición tras dejar para los
anales de la historia una imagen bochornosa en el partido contra Italia.
Yugoslavia necesitaba ganar imperiosamente a los transalpinos para aspi-
rar a meterse en semifinales. Partido durísimo, con la defensa sin balón que
caracterizaba a los italianos. Constantes golpes, agarrones, juego subterráneo
entre los miembros de_ ambos equipos. Sin novedad en el frente, cabría decir.
j
Cuando restan cinco minutos para finalizar el duelo, Perrovic y Gilardi
pugnan por un rebote. El genio de Sibenik agarra al italiano, que tiene ganada la
posición. Típica triquiñuela, caen ambos al suelo, intentando el joven escolta
que parezca falta de la defensa. Gilardi, sangre latina en las venas, se encara al
yugoslavo. Drazen se muestra algo huidizo, Petar Vilfan increpa al romano ... y
llega el caos. Empujones, insultos. Cuando parece que se instaura la calma, con
varios subgrupos formados por jugadores de ambos equipos, Kicanovic le da
una patada a Renato Villalra, que cae al suelo por unos momentos. El yugoslavo
sale corriendo, llegando a la posición del entrenador de la squadra azzurra, San-
dro Gamba, quien lo coge junto a Salvatore Galleani. El caos, de nuevo. Moka
Slavnic, subido a la mesa de la zona de prensa, propinando puntapiés a diestro y
siniestro. Grbovic, tras golpear en el mentón a Dino Meneguin, huye persegui-
do por el pívot, hasta llegar al botiquín para acabar blandiendo ¡unas tijeras! a
modo de arma intimidatoria ...
La policía hubo de poner fin a la trifulca. Pero la batalla de las tijeras se
puede considerar el (sonrojante) canto del cisne de esta generación yugoslava.
Finalizan el campeonato en la séptima posición, algo que no recordaban los más
viejos del lugar. Había que renovar al equipo, el ciclo llegaba a su fin. Y había
que iniciar esa renovación basándose en aquel chico joven, que fue el que inició L.G
co
de manera involuntaria el triste altercado. Genialidad y picaresca, fusionada de OJ
manera (parecía que) inevitable en dos generaciones diferentes de baloncestistas (Y)
O)
yugoslavos. El futuro recordaba al pasado. m
El Eurobasket'83 es el primer torneo de la carrera de Petrovic con la selec- o
ción absoluta yugoslava. En Nantes, Radovanovic fue el máximo anotador de
o
:::>
_J
los plavi con 21,3 puntos por partido, seguido de Dalipagic con 18,3 y Kicano- w
a:
o..
vic con 14,5. El cuarto anotador era el futuro referente de los yugoslavos. _J
LlJ
Al año siguiente, en Los Ángeles'84, Yugoslavia consigue la medalla de o
VJ
bronce. Es eliminada por la España de Corbalán, Epi, Martín y compañía en o
z
una exhibición de tiro de Josep Maria Margall. Habían eliminado a Uruguay en LlJ
2'.
los cuartos de final. Pero la presencia de Petrovic no era suficiente para alcanzar o(.:J
w
el escalón más alto. En Los Ángeles, la URSS no disputó el torneo en respuesta _J
o
al boicot estadounidense en los juegos de Moscú. La Reprezentacija aún estaba a:
o....
lejos de los dominadores europeos y mundiales. El relevo no se acababa de vis-
lumbrar. Los jugadores que sustituyen a los mitos del pasado {los Aza Petrovic,
43
Nakic, Mutapcic) son buenos jugadores, pero no tienen la categoría de sus ante-
cesores.
En el europeo de Stuttgart'85 vuelven a ocupar la (peor que mediocre)
séptima posición de Nantes'83. Drazen Petrovic es ya la absoluta estrella del
combinado yugoslavo, con 25, 1 puntos por partido. Pero los tres siguientes ano-
tadores -Cutura, Sunara y Knego- sobrepasan por milímetros los 1O. Drazen es
una superestrella, sí. Pero no es suficiente para competir con la URSS del temi-
ble Sabonis. Y España o Italia siguen por encima. Checoslovaquia es plata. Muy
poco para un baloncesto acostumbrado a besar la gloria pocos años antes.
 Pero existían motivos para ilusionarse con el futuro que v~ní~· pu~s va~~as
gemas preciosas, aún ocultas para el gran público, empezaban a 1rrab iar este os
deslumbrantes en las categorías inferiores. Destellos que amenaza an con con-
vertirse en una supernova.
Ha en Sibenik un chaval que serd mejor que Kicha (Kicanovic), Dalipagic y Y~·
!Y d E n talento nato que ademds tiene la voluntad de traba;ar, es
Nos va a superar a to os. s u R ·
muy ambicioso y hace cosas inverosímiles. Se llama Drazen etrovic,
recordad este nombre.
(MOKA SLAVNIC, jugador-entrenador del Sibenka de Sibenik,
hablando con varios periodistas de Belgrado, en 1979)
Drazen Petrovic
RAS la muerte de Tito. tal y como se recogía en la Constitución de 197 4. una direc-
T ción colegiada compuesta de ocho miembros asume el poder. estableciendo las
leyes que se turnen anualmente en la titularidad de la presidencia de la República.
Inmerso el planeta en plena crisis económica. la política impuesta por el Fondo
Monetario Internacional no consigue los efectos deseados. La situación en Yugosla-
via empeora notablemente y los efectos se dejan ver en numerosas vertientes. En
1982 se produce una enorme subida de los precios y las cifras del paro alcanzan
cotas muy elevadas. En 1983 el número de desempleados es de 950 000 perso-
nas. La difícil situación provoca graves repercusiones sociales.
En plena crisis económica y con una altísima inflación. una violenta protesta
nacionalista albanokosovar estalla en Kosovo. El 2 de abril. después de una serie de
tumultos. es declarado el estado de sitio en la zona. Las fuerzas policiales y el Ejército
reprimen contundentemente las manifestaciones. derivando el conflicto en una gran
cantidad de heridos y detenidos. Serbios y montenegrinos empiezan a abandonar
Kosovo. empujados por el clima adverso que predomina en la región y la intensa
depresión económica de la zona. Paulatinamente. se va acentuando una mayor des-
proporción entre la población de serbios y albaneses. A partir de 1984 las relaciones
entre Yugoslavia y Albania se deterioran ante la oleada represiva que se sucede en
Kosovo contra el nacionalismo albanés.
La precaria situación económica y el empeoramiento de las condiciones de
vida repercuten en la imagen del régimen. cuya progresiva impopularidad preocupa
en las altas instancias. La propia Liga de los Comunistas de Yugoslavia (LYC) recono-
ce esta situación en su XII Congreso. celebrado en 1982.
En 1984 el nivel de vida de los habitantes de Yugoslavia ha descendido un
promedio anual del diez por ciento desde la muerte de Tito en 1 980. Ese mismo año
se negocia un acuerdo con el FMI para financiar la enorme y creciente deuda externa
del país. y en 1985 se realiza un trato con los bancos occidentales para el pago de las
deudas de Belgrado. 45
En este contexto. los dirigentes comunistas de Croacia y Eslovenia comienzan
a plantear una reforma del sistema político, además de expresar reivindicaciones de
carácter nacionalista.
T RAS la muerte de Tito. tal y como se recogía en la Constitución de 197 4. una direc-
ción colegiada compuesta de ocho miembros asume el poder. estableciendo las
leyes que se turnen anualmente en la titularidad de la presidencia de la República
Inmerso el planeta en plena crisis económica, la política impuesta por el Fondo
Monetario Internacional no consigue los efectos deseados. La situación en Yugosla-
via empeora notablemente y los efectos se dejan ver en numerosas vertientes. En
1982 se produce una enorme subida de los precios y las cifras del paro alcanzan
cotas muy elevadas. En 1983 el número de desempleados es de 950.000 perso-
nas. La difícil situación provoca graves repercusiones sociales.
En plena crisis económica y con una altísima inflación, una violenta protesta
nacionalista albanokosovar estalla en Kosovo. El 2 de abril, después de una serie de
tumultos, es declarado el estado de sitio en la zona. Las fuerzas policiales y el Ejército
reprimen contundentemente las manifestaciones, derivando el conflicto en una gran
cantidad de heridos y detenidos. Serbios y montenegrinos empiezan a abandonar
Kosovo, empujados por el clima adverso que predomina en la región y la intensa
depresión económica de la zona. Paulatinamente, se va acentuando una mayor des-
proporción entre la población de serbios y albaneses. A partir de 1 984 las relaciones
entre Yugoslavia y Albania se deterioran ante la oleada represiva que se sucede en
Kosovo contra el nacionalismo albanés.
La precaria situación económica y el empeoramiento de las condiciones de
vida repercuten en la imagen del régimen, cuya progresiva impopularidad preocupa
en las altas instancias. La propia Liga de los Comunistas de Yugoslavia (L YC) recono-
ce esta situación en su XII Congreso, celebrado en 1982.
En 1 984 el nivel de vida de los habitantes de Yugoslavia ha descendido un
promedio anual del diez por ciento desde la muerte de Tito en 1 980. Ese mismo año
se negocia un acuerdo con el FMI para financiar la enorme y creciente deuda externa
del país, y en 1 985 se realiza un trato con los bancos occidentales para el pago de las
deudas de Belgrado. 45

En este contexto, los dirigentes comunistas de Croacia y Eslovenia comienzan

a plantear una reforma del sistema político, además de expresar reivindicaciones de
carácter nacionalista.

Drazen Petrovic
Sibenik (Croacia, ant. Yugoslavia). 22-10-1964. 1.98 m. Escolta
INICIOS
Drazen comenzó a practicar el kosarka desde bien niño, influenciado por el
ejemplo de su hermano mayor, Aleksandar. A los ocho años ingresó en el equipo
de su escuela, la Osnovna Skola Marsa! Tito, donde permanecería durante su
etapa infantil. En 1977, con trece años, el pequeño de los Petrovic sigue los
pasos de Aza y pasa a formar parte de las categorías inferiores del Sibenka. Los
siguientes años vendrían marcados por una dedicación personal al trabajo de sus
fundamentos que se hiw legendaria. El joven Drazen consiguió que la directiva
de su club le confiase unas llaves del pabellón, al que acudía cada día a las 6:30 h
de la mañana para practicar individualmente antes de asistir al instituto. Empe-
zó a forjarse una autoexigencia tal que, con el tiempo, no finalizaba sus sesiones
hasta haber encestado mil canastas. En diciembre de 1979, en la que era la pri-
mera experiencia del conjunto de Sibenik en la Prva Liga, Moka Slavnic hace
debutar a un adolescente de quince años que marcaría una época en Europa.
ETAPA PROFESIONAL
Pese a la precocidad de su estreno, aún tendrían que pasar varias temporadas
para su asentamiento definitivo en la primera plantilla. Tanto el primer año
como el siguiente, ambos a las órdenes de un Moka Slavnic que ejercía de juga-
dor-entrenador, los minutos de los que dispuso fueron testimoniales. Contraria-
mente a lo que pudiera hacer pensar su modestia como club, el Sibenka había
reunido a varios hombres de calidad e historial a sus espaldas. Tal era así que los
Branko Macura, Zivko Ljubojevic, Predrag Saric o el propio Slavnic constituían
46
un grupo de notable potencial que mantuvo la categoría en su primera campaña
en la élite. Un éxito que se quedó corto en comparación al destacadísimo cuarto
puesto obtenido doce meses después, ya con la incorporación de un tremendo
anotador como Srecko Jaric.
La temporada 81/82 significó el ascenso de Drazen dentro del equipo. Si
bien aún lejos de su futuro estrellato, Faruk Kulenovic, nuevo técnico del Siben-
ka, situó al joven jugador en el quinteto inicial, y su rendimiento fue en aumen-
to a medida que iban avanzando los meses. Los de Sibenik bajaron una posición
en la clasificación final de la liga regular, quintos, pero su trayectoria europea fue
\'
excepcional, llegando a la final de la Copa Korac. Una vez en ella, el Limoges y
su escolta Eddie Murphy (35 puntos) fueron demasiado para Petrovic, que con
19 se convirtió en el principal lugarteniente de Branko Macura. En el playoffde
la competición yugoslava, el Zadar eliminaría a los de Drazen en la primera
ronda, pero los 44 puntos encestados en el primer partido de la serie eran un
claro aviso de lo que estaba por venir.
La explosión al más alto nivel se produjo en la siguiente campaña. El ya
calificado como "genio de Sibenik" se erigió en máximo anotador de la Prva Liga,
al tiempo que el Sibenka alcanzaba sendas finales de Korac y liga yugoslava. En la
primera, de nuevo el Limoges y Eddie Murphy (34 puntos) fueron los verdugos
de los croatas, en un encuentro en el que Drazen no estuvo a la altura de las expec-
tativas y se quedó en una docena de tantos. El escándalo llegaría con la segunda,
ante el Bosna Sarajevo. Con dos tiros libres de Petrovic en el último segundo, los
de Sibenik creyeron ganado un título que celebraron hasta altas horas de la
madrugada, pero se levantaron con la noticia de que la Federación Yugoslava
ordenaba la repetición del partido por considerar inexistente la infracción. El club
decidió no presentarse, y el campeonato voló a Sarajevo. Ni el premio como mejor
jugador de la competición ni la convocatoria con la selección absoluta para el
Eurobasket de Nantes pudieron compensar la amargura de ese desenlace.
La temporada siguiente (1983/84), Drazen permaneció inactivo a causa
del servicio militar, aunque sí estaría presente en los Juegos Olímpicos de Los
Ángeles. Muchos clubes yugoslavos y alguna que otra universidad estadouniden-
se -con Notre Dame a la cabeza- pujaban por sus servicios. Su elección sería la
Cibona de Mirko Novosel, que le permitía la posibilidad de disputar la Copa de
Europa por su condición de vigente campeón de la Prva Liga. Y, en su salto a un
equipo de mayor tradición, se produciría paralelamente su irresistible ascenso al
estrellato europeo.
El inicio fue demoledor. El triplete en la campaña 84/85 convertía a la
o>
Cibona en el equipo de moda del baloncesto FIBA. Las exhibiciones ofrecidas o::
f-
por Petrovic en sus enfrentamientos ante el Madrid, incluida la final de la Copa w
a...
de Europa, pasarían a formar parte del imaginario popular durante muchos z
w
N
años. No sólo por la demostración de poderío, sino también por un catálogo de <(
o::
irreverencias y desmanes que hacían de él amado u odiado según fuese el espec- o
tador. Drazen no dejaba indiferente a nadie. La siguiente campaña, la 85/86,
47
parecía seguir exactamente por los mismos cauces, con la Cibona dominando
autoritariamente la liga yugoslava e imponiéndose al Zalgiris de Kaunas de
Sabonis en una nueva final de la máxima competición europea. Pero, en el
playojffinal de la Prva Liga, saltaba la sorpresa. El Zadar arrancaba una victoria
:1
en el encuentro de desempate disputado en Zagreb, arrebatándole la corona
yugoslava, lo que implicaba que Petrovic y los suyos no participarían en la
siguiente edición de la Copa de Europa.
La temporada 86/87 resultó un remake de la anterior. El genio de Sibenik
arrasaba a sus rivales, y la Cibona ganaba todos los partidos de la Recopa de
~
 Europa -incluidos los dos de la final ante el Scavolini- mientras rizaba el rizo en
la competición doméstica, acabando invicta la liga regular. En esta ocasión sería
el Estrella Roja de Belgrado quien haría saltar la banca en semifinales, privando
del éxito al conjunto local cuando nadie lo esperaba. En la 87 /88, última en la
que Petrovic defendió la camiseta de los lobos de Tusanak, la pujanza de Jugoplas-
tika y Partizan fue demasiado para un equipo debilitado. Los de Zagreb levanta-
ron la Copa de Yugoslavia, pero otra vez cayeron en la penúltima ronda del tor-
neo liguero, contra el Partizan, y serían derrotados en la final de la Korac por el
Real Madrid.
Un Real Madrid que fue el siguiente destino de Petrovic. A la ACB llega-
ba un jugador que llevaba años dominando el panorama continental, con varios
galardones como mejor jugador de Europa o, en su defecto, entre los tres mejo-
res. Su aterrizaje en España supuso el bautizo de la temporada, que se iniciaba
como "la liga de Petrovic". Todos los ojos estaban pendientes de su rendimiento
y, durante muchos meses, no defraudó a nadie. El Real Madrid se imponía recu-
rrentemente a su máximo rival, el FC Barcelona, conquistando la Copa del Rey
y la Recopa de Europa, en un apasionante partido en el que Drazen anotó 62
puntos. Pero las cosas se torcieron. Los madridistas perdieron el factor cancha en
o
>
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un hipotético enfrentamiento ante el Barcelona en el playojfy, cuando llegó, los
_J
(/) azulgranas ganaron el quinto y definitivo partido en el Palau Blaugrana. La tem-
o(.:J
porada finalizaba de manera amarga.
~
>- Pocas semanas después, Drazen hacía pública su intención de probar suer-
º
f-
(j)
w
te en la NBA, un viejo sueño que llevaba tiempo postergando. Durante el vera-
u no, se corona en el Eurobasket de Zagreb, consiguiendo la medalla de oro en su
z
o
_J mejor actuación individual con la Reprezentacija. Llegaba a Estados Unidos, a
<(
OJ los Portland Trail Blazers, en el mejor momento de su carrera deportiva. Pero el
_J
w salto era demasiado grande, tanto por las exigencias físicas y técnicas de la liga
e/)
o profesional como por la desconfianza preponderante en aquellos tiempos hacia
o
<( el baloncesto europeo. La gran competencia en su puesto, con Clyde Drexler y
OJ
o Terry Porter ocupando el juego exterior, relegó a Petrovic al banquillo, experien-
ce
(j)
cia totalmente novedosa para él. Su segundo año iría por los mismos derroteros,
o
,z
w o aún peores, pues su media de minutos baja drásticamente, hasta que a media-
~ a:
(j)
dos de temporada es traspasado a los New Jersey Nets, donde sí es capaz de
ganarse un hueco en la rotación lo que resta de campaña.
48
La constatación de que también en la NBA podía ser una estrella llegó en
su tercer año en América. Quizá no una estrella del alcance de su versión FIBA,
pero sí lo suficiente para ser uno de los mejores escoltas de la liga. Protagoniza
una temporada sensacional, superando la barrera de los veinte puntos por parti-
do y contribuyendo al pasaporte de los Nets a los playoffi. Al acabar, acude a los
Juegos Olímpicos de Barcelona'92 (previo paso por el torneo clasificatorio)
defendiendo por primera vez la camiseta de Croacia en una gran competición.
El éxito es absoluto, pues los croatas llegaron a la final, lo máximo a lo que po-
dían aspirar todos los ·participantes del campeonato que no se llamasen Dream
l
Team. Petrovic lideró a su selección a la histórica medalla de plata, siendo uno
de los hombres más destacados de la cita olímpica.
La campaña 92/93 tuvo un resultado aún mejor que la anterior. El genio
de Sibenik aumenta todavía más sus prestaciones ofensivas y la franquicia llega
por segundo año consecutivo a los playoffs. Era un grupo joven, con algunos des-
tacados talentos como Kenny Anderson o Derrick Coleman, que hacían que el
futuro del equipo pareciera asegurado. Petrovic, además, resultaba elegido en el
tercer quinteto ideal de la temporada, lo que equivalía a ser considerado el tercer
mejor escolta del mundo. Su progresión aún no se había detenido, pero nunca
se llegó a saber hasta dónde hubiese llegado. El 7 de junio de 1993, con 28 años,
Drazen Petrovic fallecía a causa de un accidente automovilístico cuando volvía
de jugar un partido con la selección de Croacia. El señalado por muchos como
mejor jugador exterior europeo de todos los tiempos decía adiós mucho antes de
finalizar una carrera que ya era legendaria.
CARACTERÍSTICAS
La fuerza ofensiva más contundente que jamás haya pasado por Europa. No se
puede definir a Petrovic tan sólo a través de sus excepcionales cualidades técni-
cas. Drazen era un torbellino. Un hombre que se mostraba absolutamente
torrencial a lo largo de los cuarenta minutos, con una ubicuidad que resulta sor-
prendente. Y es que, más allá del mero individualismo, alguien capaz de jugarse
tres triples en un minuto o de generar durante un periodo prolongado de tiem-
po todas las acciones atacantes de su equipo ha de poseer una agresividad mental
que se sale de los esquemas tradicionales de cualquier jugador. Sus depurados
fundamentos eran una parte, pero no todo, si bien le encumbraron por encima
e
de otros monstruosos anotadores como Osear Schmidt o Nikos Galis. A dife-
rencia de los anteriores, el croata no sólo podía crearse continuamente su propio o>
ce
f-
lan'.?amiento, sino que su brillante visión de juego le permitía hacer lo propio w
11..
con sus compañeros. La atracción suscitada por el de Sibenik les beneficiaba zw
N
hasta el punto de obtener muchas situaciones de tiro fáciles gracias a sus pases. <(
Controvertido e irreverente, amado u odiado, Drazen era un escolta que o
podía desempeñar labores de base puro, un rol que ejerció tanto en los prolegó-
49
menos de su carrera en Sibenik como más tarde en la Cibona o en la Reprezenta-
cija. Pese a que inicialmente no gozaba de un especial talento para el lanzamien-
to exterior, sus extenuantes jornadas de trabajo individual dieron sus frutos,
hasta convertirle en uno de los mejores tiradores del mundo. En su arsenal ofen-
sivo tenía cabida todo. No había nadie en el continente con un uno contra uno
tan demoledor como el suyo. Su extraordinario manejo de balón le garantizaba
superar a su defensor con extrema facilidad y, a partir de ahí, la gama de finaliza-
ciones parecía infinita: bandejas con la mano derecha -quizá las culminaciones
con la izquierda, relativamente infrecuentes, eran el único fundamento que no
 llegó a dominar a la perfección-, tiros cortos, de media distancia, desde nús a!Li
f'-.INl°'l°'•v:¡~¡v:¡~¡c:¡
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de la línea de tres ...
Con una notable potencia de piernas que le dotaba de gran explosividad
l~IÑIÑl~l~ .. f:::::l~l~IGl¿:¿IR 1 para penetrar o elevarse en el lanzamiento, Drazen encaraba a su defensor una y
~'~'~' otra vez. Muy pocos conseguían no acabar desquiciados, máxi1rn.~ si se tiene en
cuenta la actitud insolente y provocadora de la que hizo gala en su periplo euro-
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peo. Añadía al conjunto una notable creatividad, siendo algunos de sus pases o
cambios de mano gestos que inevitablemente se asociaban a su figura. El drih-
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bling entre las piernas y posterior bote por detrás de la espalda; la asistencia, tam-
bién entre las piernas, cuando estaba en el aire; la innumerable variedad de fintas
de tiro que acompañaba con el movimiento de su cabeza ... Petrovic significó una
revolución en el baloncesto FIBA, una ruptura con todo lo que se había visto
~1~1~1~•;1~1~1~1;1~ 1 anteriormente. En un lado de la cancha era cuasi perfecto; en el otro, sus cualida-
des y esfuerzo defensivo le situaban en el polo opuesto. Su gran obsesión era ano-
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ff''--.. f'-. ! tar y a ello había dedicado todos sus esfuerzos. En Europa, visto su dominio sobre
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cupación defensiva suponía un grave hándicap para establecerse en la NBA.

o Una vez ingresó en la liga estadounidense, Drazen Petrovic tuvo que aco-
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modar otros aspectos de su juego. Un duro trabajo de gimnasio fortaleció su
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L

La Liga Nacional de Yugoslavia (II)
1 9 8 5
La temporada que precedió al Eurobasket de Stuttgart'85 dibujó un nuevo epi-
sodio de la rivalidad existente entre los dos últimos finalistas, la Cibona de
Zagreb y el Estrella Roja de Belgrado. La canasta ganadora de Mihovil Nakic el
año anterior había decidido mucho más que el título liguero. Drazen Petrovic,
que después de cumplir el servicio militar dejaba su Sibenik natal, tenía muchas
ofertas de diferentes equipos yugoslavos, además de la proveniente de la Univer-
sidad de Notre Dame. La decisión final de Drazen fue no salir de Yugoslavia y,
con Mirko Novosel y Ranko Zeravica luchando por hacerse con sus servicios,
los dos puntos de Nakic decantaron la balanza para los de Zagreb; la posibilidad
de disputar la Copa de Europa, la competición que centraba los focos de todo el
continente, fue el factor que condicionaría su elección. Y, con ella, los siguiente
años del torneo balcánico.
La Cibona -dirigida en el campeonato nacional por Zeljko Pavlicevic y
en Copa de Europa por Mirko Novosel- dominó la liga regular de manera con-
tundente, consiguiendo 19 victorias y sólo 3 ·derrotas. Estrella Roja, Zadar y
Bosna se repartían la segunda, tercera y cuarta posición, después de que los tres
conjuntos finalizaran con un balance de 14-8. El favoritismo del vigente cam-
peón, que contaba con el mejor jugador yugoslavo del momento, parecía muy
claro, más aún ante el excelente rendimiento que estaba ofreciendo en la compe-
tición continental.
En cuartos de final, la Cibona eliminó de manera muy cómoda al Borac
Cacak en dos partidos. Entre esta serie y la de semifinales contra el Partizan, los
de Petrovic alzaron en Atenas la deseada Copa de Europa, segunda de la historia
del baloncesto yugoslavo tras la del Bosna Sarajevo cinco años atrás. El Real
Madrid sucumbía ante los 36 puntos del genio de Sibenik. Apenas cuatro días
52
después, el conjunto croata vencía al de Belgrado 115 a 103 con 51 puntos de
Drazen. Tres más tarde, sentenciaban en la capital al imponerse por 75 a 79 en
una actuación más humana del escolta, autor esta vez de 23. El Partizan, dirigi-
do desde el banquillo por el jugador-entrenador que hizo debutar a Drazen en el
Sibenka, Moka Slavnic, contaba con un notable poderío exterior, con dos gran-
des bases como Zeljko Obradovic y Nebojsa Zorkic acompañados del jovencísi-
mo Aleksandar Djordjevic, además de Danko Cvjeticanin, Goran Grbovic y
Arsenije Pesic entre los escoltas y aleros. Pero su juego interior carecía de centí-
·1
metros, y Milenko Savovic o Boban Petrovic no bastaban para dominar el rebo-
te. La Cibona les pasó por encima y ya esperaba conocer, repleto de moral, el
nombre del que sería su rival.
Sería nuevamente el Estrella Roja, que continuaba rejuveneciendo una
plantilla que ya era una de las más jóvenes del torneo el año anterior. Mirko
Milicevic, a sus 19 años, disfrutaba de muchos minutos, ocupando el lugar de
Rajko Zizic -que se había marchado a la liga francesa- y Aleksandar Milivojsa,
apenas unos meses mayor, también había entrado en la rotación del binomio
Zeravica-Maljkovic. El quinteto inicial estaba formado por Zoran Radovic y
Stevan Karadzic intercambiando las dos posiciones del perímetro, Zufer Avdija
de alero, e Ivo Petovic -un ala-pívot que lanzaba numerosos triples ... a mitad de
los ochenta- y Predrag Bogosavljev en puestos interiores. Con ese cinco, más el
bombardero Slobodan Nikolic, el versátil Boban Jankovic, Zoran Sretenovic y
los citados Milicevic y Milivojsa desde el banquillo, el Estrella Roja volvía a des-
plegar un juego muy atractivo y veloz.
En la primera eliminatoria, los de Belgrado se deshicieron del Buducnost
de Vlado Djurovic, el ex técnico del Sibenka, un equipo en franca progresión
que contaba entre sus integrantes con Dusko Ivanovic, Zarko Paspalj, Sasa
Radunovic o Zarko Djurisic, además de dos bases jóvenes y con proyección
como Zdravko Radulovic y Luka Pavicevic. Las semifinales también se decidie-
ron en dos partidos, con el Estrella Roja superando al Zadar. Los croatas habían
perdido al máximo anotador de la temporada anterior, Branko Skroce, pero
Ante Matulovic, Petar Popovic, Ivan Sunara, Veljko Petranovic y Stojko Vranko-
vic conformaban un quinteto de plenas garantías que se quedaba a las puertas de
la final por segundo año consecutivo, pues también habían caído frente a los
serbios en la penúltima ronda del año anterior.
Con la canasta de Nakic flotando en el ambiente, dio comienzo la gran
final. La Cibona se llevó el primer enfrentamiento 97 a 88, en un encuentro en
el que los de Belgrado supieron frenar a Petrovic (18 puntos), pero emergieron
Andro Knego y Mihovil Nakic, con 24 y 19 puntos respectivamente, para situar
el 1-0 en la serie. En el segundo encuentro, la tensión alcanza niveles estratosfé-
ricos. A la media parte, el Estrella Roja domina 52-46 tras un triple sobre la
bocina de Karadzic, a pesar de los 26 puntos de Drazen. Los croatas remontan
en la segunda mitad, y Nakic (17 puntos) se une al escolta (44 totales) para con-
trarrestar los 22 de Bogosavljev y los 15 de Nikolic, Karadzic y Avdija. Con 90-
89 en el marcador, Petrovic recibe una falta personal, disponiendo de dos tiros 53
libres que pueden sentenciar el partido y, de paso, el título. Pero el de Sibenik
falla ambos, anotando el conjunto de Zeravica una canasta en el contraataque
posterior por mediación de Slobodan Jankovic. Aún dispone la Cibona de un
último ataque para forzar la prórroga, pero nuevamente el escolta yerra el lanza-
miento triple tras un saque de banda. Por tercera temporada consecutiva, el
campeón se dilucidará tras un partido de desempate.
En Zagreb. Igual que el año anterior. Y siguiendo la tónica habitual de la
liga yugoslava, la polémica arbitral acompaña al partido. La Cibona marca dife-
 rencias ya en la primera mitad, con un 67-48 que parece inalcanzable para el
Estrella Roja, más si cabe ante el desquiciamiento de sus jugadores frente a lo
que consideran decisiones de los colegiados contrarias a sus intereses. Zufer 11. Sembrando semillas
Avdija es eliminado por cinco faltas personales en la primera mitad, y su reac-
ción es quitarse la camiseta antes de caminar hacia el banquillo. El conjunto de
Zeravica, en un ambiente adverso y creyéndose perjudicado, no es capaz de
reponerse. En una jugada de la segunda parte, el mayor de los Petrovic sube el
balón dando saltos y haciendo aspavientos, con la inmediata respuesta de Karad-
zic, su defensor, que le suelta una patada. La crispación habitual en los duelos P RIMERA mitad de los ochenta. Como pasa con todo cambio de década, nue-
vas modas con aires de innovación causan furor entre los jóvenes de todo el
entre ambos equipos hace su aparición. Los 32 puntos de Drazen, 25 de su her- mundo. En 1982, ET: el extraterrestre se convierte en la película más taquillera
mano Aza, 22 de Knego y 17 de Cutura convierten a la Cibona en el rey del tor- de la historia y poco después Blade Runner reinventa el concepto de ciencia fic-
neo. Por el lado serbio, Bogosavljev anota 21, Boban Jankovic 18, Milicevic 16 y ción. Nadie puede ser popular en el instituto sin saber bailar breakdance y, en
Radovic y Karadzic 15. No son suficientes. Cibona 119-Estrella Roja 106. Chicago, el acid house se prepara para dar el salto y revolucionar las pistas de
Tan sólo cuatro días después, la Cibona conquista la Copa de Yugoslavia baile de toda Europa. Thriller, de Michael Jackson, suena hasta la saciedad en
al imponerse por 104-83 a la Jugoplastika, dirigida por Kresimir Cosic -ese los walkmans de los adolescentes del mundo entero; con la new wave, en Man-
mismo verano seleccionador nacional en el Eurobasket de Stuttgart-y que había chester nacen algunas de las mejores bandas inglesas de la historia y los calenta-
finalizado la temporada muy cerca del descenso, pues se salvó por el average dores forman una parte fundamental de la estética femenina. La importancia de
favorable con el Radnicki. Esta vez fueron 39 los puntos que realizó Drazen, los hechos enumerados es de menor a mayor.
o
> más que suficientes para superar los 27 de Perasovic, estrella indiscutible de los Sentimos que estamos viviendo sucesos históricos: casi simultáneamente,
<i::
_j
(/) de Split en 1985. la URSS lanza la nave espacial MIR, John Rambo gana la guerra del Vietnam de
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o manera retroactiva y Juan Pablo 11 se muestra rápido de reflejos retirando la con-
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>- MÁXIMO ANOTADOR: dena a Galileo Galilei. Todo va muy deprisa, los cambios se suceden. Y, en ese
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(/)
Drazen Petrovic (Cibona), 32,2 puntos por partido. contexto, Yugoslavia está gestando en su laboratorio, sin que el gran público lo
u sepa, la mayor creación de talentos de la historia del baloncesto europeo. Una
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producción asombrosa en cantidad y abrumadora en calidad. Por adjetivos que
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co no quede.
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w Entre 1983 y 1988, Yugoslavia consigue el oro en tres europeos juveniles
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o consecutivos sumados a dos europeos y un mundial júnior 1• En aquella época
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los europeos de formación eran bienales, celebrándose los juveniles en año impar
oa: y los júniors en año par. Un rápido recuento nos lleva a constatar que los plavi lo
(/) ganan ... todo.
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(/)

54 55

1
Una aclaración: en la actualidad, los torneos cadetes son sub-16, pero en la década de los
ochenta eran sub-17 y los júniors, sub-19. Además, los primeros se denominaban en España juveniles,
mientras que en otros países eran "cadetes". La nomenclatura y normativa actual ha cambiado, de tal
manera que los campeonatos cadetes son sub-16 y los júniors, sub-18. El cambio de edad y terminolo-
gía hace que la FIBA encuadre a los antiguos torneos juveniles como cadetes U-16 en el palmarés ofi-
cial, situándolos en la misma categoría que actualmente es hasta los 16 años, pero que anteriormente
i habían abarcado un año más. La misma situación se da con la equivalencia júnior de aquella época con
~
1 la a~tual, si bien en este caso sí hay coincidencia nominal. En los siguientes capítulos, se optará por
denominarlos tal y como se hacía en aquella época en España.
 te de otros miembros de su generación, como Dino Radja y Alexander Djordje-
LOS PRIMEROS EN ATERRIZAR: LA GENERACIÓN DE 1966
vic (1967) o Toni Kukoc y Vlade Divac (1968). En el caso de Pecarski (que más
tarde imitaría a Prelevic y adoptaría la nadionalidad griega), había destacado
El fenómeno empieza en el Europeo juvenil de 1983, celebrado en Ludwuigs-
burg y Tübingen (Alemania). Los miembros de aquel equipo yugoslavo son los sobremanera en los campeonatos nacionales júniors de Yugoslavia, celebrados
en Split, aquel mismo 1983. En ellos, el pívot serbio deslumbró con su Vojvodi-
siguientes:
na, especialmente gracias a un gran desarrollo físico que le dotaba de una fuerza
descomunal en las piernas, muy por encima de las prestaciones de la mayoría de
jugadores de su edad. Por su parte, las expectativas levantadas en torno a Pavice-
Zoran Jevtic 1966 vic eran enormes, lo que propició que la Federación Yugoslava le enviase a jugar
un torneo para jóvenes hasta dos años mayores que él, adelantando de esta
Zoran Livljanic 1966
manera a otro base estelar como Djordjevic. En esa decisión resultó muy impor-
Igor Lukacic 1967 tante la figura de Rusmir Halilovic. El técnico conocía de primera mano al
talento montenegrino, pues ambos provenían del Buducnost de Podgorica y
lvica Mavrenski 1966
Rusmir siempre había mostrado una fe ciega en sus posibilidades. Pocos meses
Samir Mujanovic 1966 atrás, también Luka había protagonizado actuaciones descollantes en los campe-
Miroslav Pecarski 1967 onatos júniors de Yugoslavia, sobrepasando los cuarenta puntos con frecuencia
ante jugadores tres años mayores. La presencia de Mavrenski y Zdovc en el equi-
lvo Nakic 1966
po, amén de su extrema juventud, le impide disfrutar de muchos minutos en
o Zarko Paspalj 1966 este Europeo, pero su mera inclusión en la Reprezentacija juvenil es muy signifi-
>
5 1968
cativa de las ilusiones depositadas en él. Algo similar sucedía con el propio
(f)
Luka Pavicevic
o(.'.) Mavrenski, promocionado ese mismo verano con la generación del 63 y 64 para
:::> Denis Peric 1966 participar en el Mundial Júnior de Palma de Mallorca junto a los Cvjeticanin,
>- <r
º
1-
(f)
Ll.J
Jurij Zdovc 1966 Perasovic, Radunovic o Sobin. jure Zdovc también formaría parte de esa selec-
ción, aunque su papel fue menos relevante que el del base del Radnicki. Por
>
<'[

u 1966 e::_
z Branislav Prelevic último, Lukacic era en aquel momento un pívot muy hecho y maduro para la
o ¿:.
_J
<( categoría, virtudes que le situarían en la órbita de las selecciones de formación >
ca ENTRENADOR: Rusmir Halilovic.
_J
Ll.J
durante varios años.
CJ) En líneas generales, el comité técnico de la federación había reunido un <r
o z
o grupo talentoso y compacto de cara al Europeo de Alemania. Las esperanzas de e
<( En la plantilla yugoslava, dos nombres brillan sobre el resto: Zarko Pas- e:;
ca conseguir medalla, alimentadas por los primeros resultados, parecían lógicas. <r
oa: palj y jure Zdovc, elementos vitales en la selección absoluta a poco tardar. Pero z
(f)
la estrella rutilante en este Europeo no es ninguno de ellos, sino lvica Mavrens- Pero el precedente de Katerini'8 l, un torneo en el que el conjunto juvenil no <r
o
,z
G
ki, base de gran elegancia y mortífero tiro exterior que lidera al conjunto en ano- pasó de la quinta plaza pese a alinear a chicos de la talla de Drazen Petrovic,
Ll.J <r
:::> Velimir Perasovic, Sasa Radunovic, Stojan Vrankovic o Zoran Sretenovic, influía _J
(f) tación y resulta elegido MVP del campeonato. Su presencia obliga a Halilovic a
desplazar a Zdovc a la posición de escolta, y ambos se encargarán de generar en que la cautela imperase en el ambiente.
57
56 continuamente las situaciones ofensivas de los plavi, sobre todo Mavrenski, Yugoslavia abre el campeonato con una plácida victoria ante Hungría,
auténtico motor de la selección. El grupo incluye también a uno de los principa- que cuenta con Jozsef Szabo y el futuro integrante de Marist College Peter Kra-
les anotadores de la Europa de los ochenta y noventa como Prelevic (posterior- sovec como hombres más destacados, concluyendo ambos entre los diez mejores
mente nacionalizado griego) o a un lvo Nakic que será compañero de fatigas (y anotadores del torneo. Al día siguiente, la víctima es la Francia de Hugues
campeón de Europa) de Drazen Petrovic en la Cibona, alcanzando su plenitud Occansey -con el tiempo, histórico alero del Limoges- y Emmanuel Schmitt
(además de otro entorchado continental) en el Partizan. que, al igual que ocurría con la pareja húngara, capitalizaban totalmente el ata-
Llama la atención que tres jugadores como Miroslav Pecarski (1967), 1 que de su equipo, superando la veintena de puntos de promedio por cabeza. El
Luka Pavicevic (1968) -futuro tricampeón de Europa con la Jugoplastika de
Split- e Igor Lukacic (1967) integren esta selección juvenil, pasando por delan-
l
1
choque contra los franceses resulta mucho más equilibrado que el del debut, y el
encuentro finaliza con un apurado triunfo plavi por 103 a 97.

1
 Italia esperaba en la tercera jornada. La que se presumía gran rival de los
balcánicos para acceder a semifinales poco puede hacer para detener a la Repre-
zentacija, cayendo 95 a 81 en un discreto partido de Corrado Fumagalli y Ange-
lo Gilardi, los jugadores que comandaban a los transalpinos, totalmente supera-
dos por la defensa zonal 3-2 que ordena Halilovic durante buena parte de la
contienda.
El cuarto día de competición enfrenta a los dos únicos equipos que per-
manecen imbatidos en la primera fase, España y Yugoslavia. El combinado
español, un colectivo mucho más coral que los adversarios precedentes, presen-
ta un roster repleto de nombres que a lo largo de sus carreras serán importantes
en la ACB, como Rafa Jofresa, Antonio Martín, Juan Antonio Orenga, Xavi
Crespo, Paco Zapata, Antón Soler o Julián Ortiz, dirigidos por Miquel Nolis,
sempiterno entrenador juvenil de la selección hispana en los años ochenta y
uno de los mejores especialistas en la cantera del continente. El desarrollo de
los cuarenta minutos satisface las expectativas de público y periodistas, pues la
alternancia en el gobierno del juego y el marcador es constante. Yugoslavia
comienza distanciándose por nueve puntos, 11 a 2, aunque los españoles reac-
cionan e igualan el partido a la media parte. En la reanudación, los papeles se
o
> intercambian y es España la que despega, alcanzando la quincena de ventaja,
::í
(/) 73 a 58, en el ecuador de la segunda mitad. Paulatinamente, los yugoslavos van
o
(.!J reduciendo las diferencias, hasta conseguir entrar en la recta final con posibili-
:::>
~ dades de triunfo, llegando incluso a darle la vuelta al resultado. Pero, finalmen-
o
1-
(/) te, la selección española se impone de manera agónica, 79 a 78, con Aitor Gon-
LU
u zalez (23) y Ángel Heredero (16) contrarrestando los esfuerzos de Nakic y
z
o
_J Mavrenski, quienes anotan 22 y 20 puntos respectivamente. Ambos equipos
<(
en
_J
habían luchado de poder a poder, postulándose como principales candidatos a
LU la gran final del torneo.
u)
o Tras la pérdida de su condición de invicta, Turquía es la siguiente piedra
o z
<(
ClJ
en el camino de Yugoslavia. Retorna la dinámica ganadora, así como también la
oa: costumbre de medirse a los cañoneros más voraces de la competición. Le toca el
U)
o turno a Levent Topsakal, un base-escolta que se aupará a la primera posición de
,z
LU la clasificación de encestadores, con más de 28 puntos por encuentro. Pese a
::J
U)
Topsakal, los chicos de Halilovic vencen 75 a 66 a Turquía. España, mientras
tanto, cae derrotada ante Italia, lo que encarama a los propios yugoslavos al lide-
58
rato del grupo, en un triple empate que deja fuera de semifinales a la squadra
azzurra por el basket average.
En la penúltima ronda, la Reprezentacija se cruza con Grecia, segunda cla-
sificada del otro lado del cuadro. El duelo balcánico es duro e intenso, y los grie-
gos, entrenados por Kostas Politis, no dejan nunca que se produzca la ruptura
en el marcador, con Dimitris Dimakopoulos (16) y Kostas Patavoukas (13) ano-
tando y Kostas Giannopoulos reboteando. En las filas yugoslavas, son Mavrens-
ki (26), Nakic (17) y Paspalj (15) los que tiran del carro, en especial el primero,
líder indiscutible en los partidos comprometidos. El base ejecuta varios tiros
1 decisivos que acaban decantando la balanza hacia los suyos, con un 72 a 67
como tanteo definitivo.
Como no podía ser de otra manera, la final del campeonato depara un
nuevo enfrentamiento entre yugoslavos y españoles, que eliminan a Alemania en
la otra semifinal. Visto el precedente de primera fase, no hay un favorito claro. Y
el equilibrio de fuerzas se presenta aún mayor. Al revés que días atrás, en esta
ocasión es Yugoslavia la que amasa quince puntos de renta en la segunda mirad y
España la que los recupera. En el último minuto del tiempo reglamentario, y
con dos puntos de ventaja para el combinado pfavi, los yugoslavos agotan la
posesión, anotando Mavrenski una canasta fuera de tiempo. En los tres segun-
dos restantes, Rafa Jofresa cruza todo el campo y realiza un pase a Zapata, quien
encesta milagrosamente sobre la bocina. Prórroga.
En los cinco minutos suplementarios, los cauces del juego siguen la
misma dinámica de ventajas mínimas para uno y otro bando. Esta vez son los
españoles los que disponen de una oportunidad para sentenciar el encuentro e
investirse como campeones de Europa, pero con 78-78 en el marcador, Jofresa
realiza un lanzamiento a dos segundos del final que toca el aro y sale rebotado.
Segunda prórroga.
Una vez en ella, el inesperado héroe de los yugoslavos es Branislav Prele-
vic, un jugador que apenas goza de minutos en la selección juvenil. El escolta
materializa sus ocho puntos en esos trascendentales momentos, poniendo la
guinda a los 26 de Mavrenski y 20 de Zdovc a lo largo del partido. Rafa Jofresa
f con 28 puntos es el máximo anotador de la final, secundado por Antonio Mar- <:::
tín con 18 y Paco Zapata con 16. Después de 50 tensísimos minutos, la Repre-
>
<[_
t zentacija se proclama reina de Europa en categoría juvenil por primera vez en la 'J,
r-
1 década de los ochenta.
>-
Los anotadores de Yugoslavia en este Europeo de Tübingen y Lwuidgs-
burg fueron Mavrenski (128 puntos, 18,3 de media), Zarko Paspalj (104 y ,,,
14,9), lvo Nakic (94 y 13,4), Zdovc (78 y 11,1), Pecarski (73 y 10,4), Zoran
Livljanic (54 y 7,8) y Branislav Prelevic (38 y 5,4). Zoran Jevtic (21 ), Samir
<
Mujanovic (15), Luka Pavicevic (4), Denis Peric (2) e lgor Lukacic (O) comple- <r
taban la plantilla, sin jugar en varios de los partidos del torneo, aunque todos se
podían sentir campeones continentales. <[
_J
Y el fenómeno no había hecho más que empezar. En los siguientes cinco
años, el resto de chavales europeos tendría que contentarse con conseguir la 59
plata. El oro estaba monopolizado, los torneos sufrían el yugo de Yugoslavia.
Especialmente a partir del Europeo celebrado en Roussé (Bulgaria), en el cual la
selección de los Balcanes vuelve a subir a lo más alto del podio. Pero la trayecto-
ria de esa generación, la generación de categorías inferiores más famosa de la his-
toria (campeona en el Europeo Juvenil de Roussé'85, en el Europeo Júnior de
Gmunden'86 y en el mítico Mundial Júnior de Bormio'87 ... Sí, en ese) merece
un capítulo dedicado enteramente a ella. A la leyenda que la rodea, a los mitos
(algunos ciertos, otros falsos) que envuelven la historia de un grupo especial-
 Puede sorprender la ausencia de Predrag Danilovic, sin duda el jugador
mente atractivo para el seguidor de este deporte, considerado por muchos entre-
más destacado de esta generación y que también cruzará el charco para competir
nadores el mejor equipo júnior que jamás haya existido. en la liga profesional estadounidense. El que fuera mito de la Virtus de Bolonia
varios años más tarde también pertenece a la promoción de 1970, pero en 1987
diversos problemas se acumulaban en su incipiente carrera. Nacido en Sarajevo,
GENERACIÓN DEL 70: UNA ESTRELLA LLAMADA KOMAZEC
a la edad de catorce años había empezado a practicar el baloncesto, ingresando
al año siguiente en las categorías inferiores del KK Bosna. Cuando Predrag aún
Eludiendo por el momento al combinado del 85, y siguiendo el orden cronoló-
defendía la camiseta del club bosnio, Zeljko Obradovic le vio en un campus
gico, la siguiente Reprezentacija en alzarse campeona es la del Europeo Juvenil de
organizado por la Federación Yugoslava en Zlatibor. Obradovic era en ese
1987. En las ciudades húngaras de Székesfehérvár y Kaposvár, Yugoslavia conti-
momento base del Partizan de Belgrado, pero ya tenía muy claro que a su retira-
núa con su tradición de volverse con el oro. Concluye el campeonato imbatida
da de las pistas se convertiría en técnico, por lo que estaba realizando el Curso
con un grupo formado por: de Entrenador Nacional. Para obtener la titulación era condición necesaria el
desarrollar unas prácticas y Zeljko eligió el campus de Zlatibor. El talento de
Danilovic le llamó tan poderosamente la atención que decidió hablar con el
entrenador asistente del Partizan, Dusko Vujosevic, quien paralelamente había
Arijan Komazec 1970
sido nombrado seleccionador júnior de cara al Europeo de 1988, convenciéndo-
Rastko Cvetkovic 1970 lo poco a poco de que intentase fichar al jugador del Bosna. La estrecha amistad
1970 entre Mirza Delibasic y Dragan Kicanovic, directores generales de ambos equi-
Bojan Popovic
pos, obstaculizó la operación, puesto que el segundo no quería enturbiar su rela-
o 1970
> Zivko Badzim ción con un antiguo compañero de selección desde que ambos eran juveniles.
<
_J
(j)
Marijan Kraljevic 1970 Finalmente, el club de Belgrado pujó por los servicios del joven Predrag, una
o
c.? determinación que encontró la férrea oposición del Bosna, que no estaba dis-
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>- Nenad Grmusa 1970
puesto a dejar marchar a la joven perla de su cantera. :>
º
1-
(/)
LU
Ante Perica 1970 Tal y como sucedía en aquel entonces, la Federación Yugoslava hubo de <_J
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u intervenir. Y su resolución marcaría el inicio de la carrera de Predrag. La com-
z Obrad Ignjatovic 1970 ·,_,
o_J pleja normativa del organismo federativo en materia de traspasos inhabilitó a ,>-

<
co Boris Orcev 1970 Danilovic para disputar la liga con el Partizán. El resultado fue la obligación de ,,.:::_
_J
LU
Oliver Popovic 1970 permanecer dos años inactivo, el doble de lo habitual, en competición oficial. -/
(j)
o Sasha2 entrenaba con los Djordjevic, Divac, Obradovic o Grbovic, además de
o 1970
< Mirko Pavlovic trabajar individualmente sus fundamentos con Vujosevic, pero no podía partici- <f
co .;:~

oo: 1970 par en los partidos de la liga nacional. <t

Zan Tabak 0
(j)
o Su única vía de escape eran los encuentros de las selecciones de categorías
,z
LU
:::J
ENTRENADOR: Janez Drvaric. inferiores. Pero su carácter le jugó una mala pasada. El Campeonato de Europa s
(j)
Júnior de 1988 se celebraba en Yugoslavia, y la federación trabajaba con las
generaciones que iban a luchar el título (las de 1969 y 1970) con varios años de 61
60 Aunque a primera vista no nos encontramos ante la pléyade de estrellas
antelación. Una de las medidas adoptadas fue que este grupo de jugadores, bajo
que había en las selecciones de Ludwuigsburg'83 y, sobre todo, del trienio la dirección técnica de Goran Miljkovic, disputase los Campeonatos de los Bal-
Roussé-Gmunden-Bormio (paciencia, ya nos detendremos más adelante), cabe canes Júnior aunque en realidad todavía estuviesen en edad juvenil. Así lo hicie-
destacar la presencia de dos figuras europeas que llegarán a firmar contrato con
equipos de la NBA, Arijan Komazec y Zan Tabak, pese a que tan sólo el segun-
do jugó realmente allí, ya que una lesión privó a Komazec de debutar con los 2 La historia del porqué del sobrenombre de Sasha (diminutivo de Aleksandar) es muy curio-

Vancouver Grizzlies. Además, Rastko Cvetkovic también pasaría brevemente sa. Al padre de Danilovic le gustaba el nombre de Predrag, mientras que a su madre le gustaba Alek-
por Denver Nuggets, si bien en un fugaz periplo que cabría calificar de anec- sandar. El resultado fue que lo inscribieron en el registro civil como Predrag, mientras que mucha
gente le llamaba Sasha.
dótico.
 ron en 1986, con Predrag aún como jugador del Bosna. En 1987, y ante la inmi-
nencia del Europeo Juvenil, todos los integrantes del equipo habían nacido en el
70. En la última sesión previa al inicio del campeonato, Miljkovic y Danilovic se
enzarzaron en una discusión que finalizó con la exclusión de la selección del ya
escolta del Partizan. El incidente provocó que Predrag tampoco formase parte
del grupo que disputaría el Europeo de Hungría, pues Miljkovic iba a realizar
funciones de asistente de Janez Drvaric.
El affaire Danilovic no impidió que la selección juvenil yugoslava se alzase
con una nueva medalla de oro. Y con la deslumbrante presentación en sociedad
de la -en aquel momento- última joya del baloncesto balcánico: Arijan Komazec.
Tanto el combinado campeón en 1983 como la eludida selección de 1985
eran equipos corales, en los cuales el estrellato estaba compartido entre diversos
jugadores y resultaba difícil discernir quién iba a ser el mejor en un futuro, más
allá de la actuación en un campeonato concreto. Aunque Mavrenski había sido
el MVP del Europeo, otros chicos habían destacado a un nivel notable. Pero la
generación de 1970 es la de Komazec. Sin lugar a dudas.
El escolta del Zadar era denominado en muchos sectores "el nuevo Petro-
vic" debido a sus semejanzas técnicas, gestuales y, especialmente, físicas, con un
o corte de pelo y unos rasgos faciales muy similares al del genio de Sibenik, ade-
>
<t
_J
(f)
más de una cierta tendencia a levantar los puños y celebrar las canastas de mane-
o ra un tanto sospechosa. Más allá de este tipo de comparaciones periodísticas,
l'J
:::i
>- Arijan era uno de los mejores jugadores que jamás hubiese producido Yugoslavia
º
1-
(f)
UJ
en edad juvenil. Con tan sólo 16 años ya había sido convocado por Kresimir
u Cosic -compañero de su padre en el Zadar campeón de los años sesenta- para la
z e
o
_J
tradicional gira de noviembre que realizaba la Reprezentacija por Estados Uni-
<t
CD
dos, compartiendo equipo con el propio Petrovic, Cutura, Paspalj o los aún
_J
UJ júniors Divac, Kukoc, Radja y Djordjevic. Esa misma temporada 1986-87 ya
vi disponía de minutos en la primera división yugoslava, y su capacidad anotadora
o z
o obligaba a desempolvar los libros de récords de la selección plavi. Sin ir más
<t
co
oa: lejos, en este Europeo Juvenil de Hungría promedia 29,7 puntos por partido, la
o
if)
segunda mejor marca de la historia tras los 31, 1 de Drazen en el Campeonato de
,z
UJ Europa de Katerini'8 l. En todo caso, la marca establecida por Komazec en la
:::i
(f) totalidad de partidos en categoría juvenil aún permanece como la más alta de
todos los tiempos, ya que Petrovic -sumando los encuentros del Campeonato de
62
los Balcanes- finalizó con 28,8 de media. Arijan, además, consigue tan elevadas
cotas anotadoras guiando a su equipo al oro, mientras que Drazen no pasó del
quinto puesto.
Esta es la generación y el Europeo de Komazec, y su presencia oscurece a
todos. El escolta croata encesta 208 puntos en el torneo, y el segundo máximo
anotador del equipo, Bad~im, queda muy lejos con 77. Éste, Grmusa, Orcev o
Tabak complementan a un jugador que realiza exhibiciones ofensivas partido
tras partido. No es una cuestión provocada por la ausencia de Danilovic, pues el
año anterior habían disputado el Campeonato de los Balcanes como compañe-
L
ros, concluyendo Arijan con 23,6 puntos de promedio y Predrag con 8,2. Su
madurez y desarrollo era muy superior a la del resto de su generación, dominan-
do el campeonato como no se había visto hacer desde Sabonis en 1981.
En la primera fase, la selección plavi comienza ganando sus partidos ante
Turquía y Francia de manera holgada, dejando la diferencia definitiva con ambas
en 30 puntos, con Drvaric repartiendo los minutos entre todos sus jugadores.
Mucho más igualadas son las contiendas ante Israel e Italia, a las que Yugoslavia
se impone por cinco y siete puntos, respectivamente. Los italianos, junto a los
soviéticos la gran alternativa al poderío yugoslavo, plantan cara en un intenso
duelo que se resuelve en la segunda mitad. El conjunto transalpino estaba lidera-
do por Andrea Dallamora, protagonista número uno del torneo de no participar
Komazec, un escolta-alero que curiosamente también sería comparado a Drazen
Petrovic por los periodistas de su país debido a su facilidad anotadora y gestos
técnicos, aunque nunca llegó a desarrollar el potencial que se le presuponía.
Alrededor del escolta, Paolo Moretti -que protagonizaría una carrera profesional
mucho más sólida que Dallamora-, Mauro Sartori o Marco Mian formaban un
grupo rocoso y competitivo.
Tras solventar el intrascendente enfrentamiento de la última jornada ante
Grecia, el rival de la Reprezentacija en semifinales es la selección española, con
Tomás Jofresa, Fran Murcia, Antonio Medianero o Mike Hansen en sus filas y
dirigidos nuevamente por Miquel Nolis. Y en ese encuentro Komazec estalla
con una actuación demoledora y sin precedentes, anotando 52 puntos -supe- -<t
rando los 43 que compartían como techo juvenil Petrovic y Cutura- en una >
<t
exhibición de fundamentos ofensivos. Su capacidad técnica y fuerza física le _J
(/)
hacen inabordable para sus defensores, forzando continuas faltas que le llevan a u
:J
lanzar 28 tiros libres. Secundándole, Zan Tabak finaliza con 18 puntos y 13 >-
rebotes, siendo el único compañero que alcanza la decena. 94-67.
_J
Al día siguiente, la final supone una reedición del choque de la liguilla <t
previa contra Italia, que había batido en la otra semifinal a la URSS de Rai- o
u
monds Miglinieks, Anuras Karnishovas y Valeri Daineko. El omnipresente astro <t
z
croata realiza cuatro faltas en la primera parte, lo que obliga a sus compañeros a <t
o
asumir responsabilidades en ataque. Los 15 puntos de Orcev, con dos triples _J
<t
consecutivos absolutamente claves en el desenlace, los 13 de Badzim y los 12 de _J
Grmusa son decisivos para que Yugoslavia se proclame campeona de Europa
63
juvenil, superando a los 26 de Sartori, los 17 de Moretti y los 1O de un desacer-
tado Dallamora. Komazec, a pesar de estar muchos minutos en el banco, acaba
con 19 puntos en su casillero particular. Al sonar la bocina que señala la conclu-
sión del encuentro, ambas selecciones se enzarzan en un tangana que deja bien
patente la extrema rivalidad y tensión existentes entre ellas.
Los principales anotadores de esta selección al margen del escolta son
Badzim (77 puntos, 11 de promedio), Tabak (60 y 8,6), Grmusa (51 y 7,3),
Boris Orcev (49 y 7), Bojan Popovic (32 y 4,6), Obrad Ignjatovic (31 y 4.4) y
Rastko Cvetkovic (24 y 3.4).
 1987 depara la tercera medalla de oro juvenil consecutiva para Yugoslavia. minutos a lo largo del torneo, y sorprende la ausencia de un jugador como Sasha
Y al año siguiente, junto con la generación del 69, estos jugadores tenían la posi- Obradovic, posteriormente miembro de la selección absoluta de Yugoslavia y
bilidad de repetir en categoría júnior... en casa. que en la temporada 87-88 ya empezaba a ganar una cierta importancia en el
Estrella Roja de Belgrado.
Más allá de la ausencia de Obradovic, el grupo se ve fortalecido por el
GENERACIÓN DEL 69: LA MENOS PRODUCTIVA escolta y el pívot, antiguos compañeros en las filas del Bosna de Sarajevo. Ali-
hodzic era un jugador muy fuerte que estaba acostumbrado a enfrentarse a juga-
En una demostración de solidaridad con los demás países del continente, la dores veteranos, puesto que llevaba varios años en la primera plantilla del con-
generación yugoslava del 69 no es tan extraordinariamente prolífica como el junto bosnio. Además, había sido el único miembro de su generación en ser
resto del lustro 65-70. Por ese motivo, el equipo que disputa el Europeo Júnior incluido para el Europeo Juvenil de Rousse'85, junto a los Divac, Kukoc o Ilic, y
que se celebró en las ciudades yugoslavas de Titov Vrbas y Srbobran en el verano estuvo muy cerca de entrar en la lista definitiva para el Mundial Júnior de Bor-
de 1988 es prácticamente el mismo del Europeo Juvenil. Las únicas novedades mio'87, con hombres dos años mayores que él. Dzevad acumulaba mucha expe-
son Dzevad Alihodzic, Slobodan Kalicanin, lvan Kapov y el anteriormente riencia para su edad, y en aquel momento era el mejor jugador interior del con-
excluido Predrag Danilovic, lo cual dibuja un equipo mayoritariamente com- tinente de la categoría, convirtiéndose en uno de los mayores proyectos de la
puesto por jugadores de primer año en un torneo dirigido a las generaciones de época, si bien en su trayectoria posterior no alcanzó lo que de él se esperaba.
los años 69 y 70: Danilovic, por su parte, llevaba dos años prácticamente inactivo tras su
traspaso al Partizan. En la primera temporada se había dedicado a trabajar su
técnica individual con Dusan Vujosevic, y debido a su enfrentamiento con
o
>
<(
Goran Miljkovic, los únicos partidos de competición real en los que había podi-
_J
(/) Arijan Komazec 1 1970 do participar fueron los del torneo de Mannheim en 1987, anteriores a su pro-
o(.9
blema con el técnico. A pesar de que en ese periodo el club de Belgrado organi-
::> Rastko Cvetkovic 1 1970 :::::-
>- zaba partidos amistosos en los que inscribían a Predrag con nombre falso,
o Drevad Alihodzic 1969 <(
1-
(/)
1 1 resultaba evidente que estos no tenían la tensión de la alta competición. Con el 5
L.U <l'.
u Zivko Badzim 1970 nombramiento de Vujosevic como máximo responsable del Partizan para la _J
z 1 1 (/)
o(.'.)
o_J temporada 87-88, el técnico ya no disponía de tanto tiempo para trabajar indi-
<(
en
Marijan Kraljevic 1 1970 vidualmente con su pupilo. Este hecho propició que Danilovic decidiese ir un ::i
>-
_J w
L.U Nenad Grmusa 1 1970 año a Estados Unidos para jugar al baloncesto y aprender inglés, yendo a enro- o
u) _J

o larse en un pequeño high-school de Tennessee, el Cookeville HS, con la idea de <l'.

o Predrag Danilovic 1 1970 z
<( completar su formación, si bien el escolta seguía perteneciendo a la disciplina o
en u
oo: Slobodan Kalicanin 1 1969 del Partizan y entrenaba con ellos cuando volvía a su país en periodos vacaciona- <l'.
(/)
z
o lvan Kapov 1 1969 les: La presencia de su mentor Vujosevic como entrenador de la selección facilita <(
CJ
•Z ::::::¡
L.U su reingreso con sus compañeros de generación, y Danilovic se dispone a jugar
::> <l'.
(/) Oliver Popovic 1 1970 su primera competición oficial en quince meses. Aunque el torneo de Mann- _J

--
Mirko Pavlovic 1 1970 heim era de gran prestigio, no dejaba de ser un Mundial oficioso y, desde luego,
64 65
la cantidad de público y presión de ese campeonato, o el de los Balcanes, nada
Zan Tabak 1970
1
tenía que ver con el de un Europeo Júnior televisado y con las gradas repletas en
todos los partidos. Mucha gente en Yugoslavia ansiaba ver a aquel chico al que
ENTRENADOR: Dusko Vujosevic.
rodeaba un halo de misterio, potenciado por lo oculto de sus evoluciones.
La presencia de un enorme anotador como Komazec, que ocupa la misma
En realidad, se podría considerar a esta selección júnior como el mismo posición de Danilovic en el campo, obliga a Vujosevic a hacer jugar a este últi-
equipo del Europeo anterior más la adición de Alihodzic -y el retorno de Dani- mo de base, algo que al jugador desagrada pero que el técnico considera clave
lovic-, pues éste es el único representante de la generación del 69 que ejerce un para que progrese en su dominio del balón. Si la situación de Predrag no era
peso real dentro del equipo. Ni Kalicanin ni Kapov dispusieron de demasiados suficientemente compleja de por sí, nuevas piedras aparecían en su camino. Al
 ansia y los nervios por poder jugar al fin partidos de verdad se añadían las com-
plicaciones técnicas. De esta manera, el quinteto base de la selección pasó a estar
formado por Danilovic de uno, Badzim y Komazec de aleros y Alihodzic-Tabak
de pareja interior.
Pero, a pesar de los cambios, continúa siendo la selección de Komazec,
con Alihodzic de segundo de a bordo. Arijan promedia 27 puntos por partido
en el Europeo, encestando un total de 189 y quedándose a tan sólo dos del
récord de -por supuesto- Drazen Petrovic. El pívot del Bosna se constituye
como su gran sustento, con 21,6 por partido. Ningún jugador más alcanza la
decena.
Italia se presenta nuevamente como la gran rival de esta generación. La
Reprezentacija, después de haber apalizado a Suecia y Finlandia en los dos pri-
meros días de competición, se enfrenta a una selección liderada por Vincenzo
Esposito, uno de los más descollantes anotadores del baloncesto europeo en la
década de los noventa, y en la cual varios de sus miembros ya habían disputado
la final del Europeo juvenil contra los yugoslavos. Dallamora o Moretti recorda-
ban muy bien lo acontecido un año antes. En un match duro y muy trabado, el
marcador se mantiene igualado hasta que faltando menos de tres minutos, en un
o
>
<( encontronazo entre dos jugadores, Danilovic salta desde el banquillo y le da un
_J
(/) puñetazo a Fabrizio Ambrassa. Los nervios y la impaciencia le han traicionado.
o(.!:)
:::::>
Trifulca multitudinaria entre todos los jugadores. Yugoslavia, espoleada por la
>-
acción de Sasha, protagoniza una furiosa reacción y consigue el triunfo final por
º
1-
(/)
LU
84 a 77, con 29 puntos de Komazec. Pero las cosas no le van tan bien a Danilo-
u vic, que es expulsado y sancionado con dos partidos. Por si echaba de menos lo
z (/)
o de no poder jugar ...
_J
<(
(l)
_J
Los plavi no tienen problemas para superar a Israel y España en los dos
LU
u)
partidos de liguilla que restan, con 37 puntos de Komazec a los españoles des-
o pués de superar la media centena el año anterior. Las semifinales tampoco son
o z
<(
co excesivamente complicadas, ya que Checoslovaquia, pese a contar con Richard
oo:
Petruska, uno de los pívots más destacados del torneo, no presenta oposición, y
(/)
o la final vuelve a enfrentar a italianos y yugoslavos, pocos días después de la tan-
•Z
LU
::J
gana del primer partido.
(f)
La superioridad de los de Vujosevic es en esta ocasión incontestable. Dani-
lovic lidera al equipo en los primeros minutos, con 1O puntos en el tramo ini-
66
cial. Komazec toma el relevo, llegando al descanso con 16 y Alihodzic acompaña
a ambos con 11, en una primera mitad en que las ventajas balcánicas superan la
quincena, rompiendo el partido a través de contraataques y obligando a los
transalpinos a intentar remontar un marcador claramente adverso ante un rival
que juega delante de sus aficionados. El dominio reboteador es abrumador, con
la pareja Tabak-Alihodzic imponiendo su ley, secundados además por Predrag y
Arijan, que atrapan cuatro cada uno.
En la reanudación, Italia endurece su defensa realizando numerosas ayu-
das interiores a Dzevad para evitar que reciba el balón y sin importarle demasia-
do cargarse de faltas en el proceso mientras estas no concedan tiros libres al
pívot. Los contraataques del base del Cantú Alberto Rossini, que se traducen en
20 puntos, y los 19 de Esposito -aunque con uno de diez en triples- recortan la
diferencia a seis, paro rápidamente Yugoslavia reacciona hasta alcanzar la veinte-
na a pocos minutos de la finalización. Alihodzic, absolutamente imparable,
anota 23 puntos y coge 14 rebotes. Komazec acaba con 20 sin apenas lanzar a
canasta en la segunda mitad y cediendo el testigo a otros compañeros, especial-
mente Badzim, que aprovecha el sobremarcaje a las dos estrellas para percutir el
aro con penetraciones que se transforman en 13 puntos. Danilovic, por su parte,
encesta 14 en los 3 7 minutos que disputa antes de ser eliminado por cinco faltas
personales. El electrónico refleja un 84-75 casi calcado al anterior duelo de pri-
mera fase, pero la dinámica del partido es esta vez totalmente diferente.
Los principales anotadores de la Reprezentacija en el Europeo de Srbobran
fueron Komazec (189 puntos y 27 de media), Alihodzic (131 y 21,6), Badzim
(66 y 9,4), Danilovic (47 y 9,4), Oliver Popovic (50 y 7,2), Tabak (48y7,1) y
Grmusa (30 y 4,2).
Pese a que la generación del 69 no tenía demasiado peso en la selección, el
torneo había dejado una nota positiva para la Federación Yugoslava: los jugado-
res del año 70 no sólo eran los mejores de su edad a nivel europeo, sino que
también eran superiores a los de un año más.
Este es el último de los campeonatos consecutivos que ganan las seleccio-
:::::-
nes inferiores plavi. En el europeo juvenil de 1989, Yugoslavia sólo logra ser. ..
plata.
<(
>
<(
En estas cinco promociones sucesivas, Yugoslavia engendra a una buena _J
parte de los jugadores que dominarán Europa en los siguientes quince años. o
u
::J
Preocupada ante la necesidad de regenerar a una selección absoluta alicaída y, al >-
w
mismo tiempo, empezando a ser consciente del tremendo potencial que se trae e;
_¡
entre manos, la federación decide poner a entrenadores de primer nivel al frente <[
de estos combinados juveniles y júniors. Destacados técnicos de la prolífica o
u
es~uela balcánica que puedan ejercer, simultáneamente, de referentes y forma- <[
z
dores, y que tengan el respeto de sus pupilos por los éxitos que han conseguido. <(
u
:::¡
De esta manera, nombres del calibre de Svetislav Pesic (campeón de la liga <[
yugoslava en 1983 con el Bosna) o Dusko Vujosevic (campeón de liga y Korac) _J
se hacen cargo de estas selecciones. Hombres duros, exigentes, que saben que
67
tienen a los futuros monarcas del baloncesto continental en sus manos. El boca
a boca transformó el rumor en opinión generalizada: Yugoslavia estaba a punto
para resurgir de sus cenizas.
Cada una de estas generaciones gana el campeonato que disputa como
jugadores de segundo año, el torneo en que por edad y galones han de liderar al
equipo. A los chicos nacidos en año par eso les sucede en los torneos juveniles, y
a los nacidos en año impar, en los júniors. Los plavi tenían a los más brillantes
proyectos del año 66, del 67, del 68, del 69 y del 70. De todos y cada uno de
estos años. Ese potencial, esa tiranía respecto al resto de países europeos supon-
 drá la base de su posterior dominio a todos los niveles. Y es que cuatro jugadores
l
~

de este grupo serían escogidos mejor jugador de Europa como mínimo en una
ocasión y dos más quedarán entre los tres primeros. El optimismo ante los resul- 11
tados en categorías inferiores no era infundado: tan formidable producción de 1

jóvenes que apuntaban al estrellato carecía de precedentes. Una selección yugos-

lava formada por jugadores nacidos en ese periodo podría estar integrada por
Djordjevic, Zdovc y Pavicevic como bases; Danilovic, Komazec, Kukoc y Pas-
palj como escoltas-aleros y Radja, Alibegovic, Divac, Pecarski y Tabak como
pívots. Un periodo mágico, durante el cual surgieron hombres determinantes en
todas las posiciones. Y Drazen Petrovic o Stojan Vrankovic habían nacido en
L A República Federal Socialista de Yugoslavia que deja Tito al morir es un estado
con 255.804 km 2 de extensión. con 22 millones de habitantes. De éstos. el
36% del total eran serbios. el 19, 7% croatas. el 8,9% musulmanes (término utilizado
1964 y Velimir Perasovic o Zoran Jovanovic en 1965 ... en el censo oficial. siendo muchos en realidad descendientes de serbios o croatas
Los dioses de la Yugoslavia de los setenta ya tenían herederos. Pero el que se convirtieron al Islam durante la dominación turca). el 7.8% eslovenos. el 7. 7%
mundo aún no lo sabía, y Europa quizá no estaba preparada para la mayor irrup- albaneses. el 6% macedonios y el 2.6% montenegrinos, además de la presencia de
ción de talentos de la historia. Unos gigantes que iban a jugar con el Viejo Con- minorías de húngaros. gitanos. turcos y eslovacos. Oficialmente. se hacía distinción
tinente como un niño lo hace con un yoyó. entre "naciones", definidas como pueblos cuya matriz étnica estaba en Yugoslavia. y
Fácil. .. y con la sonrisa en la boca. "nacionalidades" (o minorías nacionales). que eran los grupos étnicos cuyo tronco
principal estaba en otro país.
El talento es como tener una pierna mds corta que la otra: se ve a simple vista. Yugoslavia estaba compuesta por seis repúblicas (Serbia, Croacia. Eslovenia,
o
>
<( (BOGDAN TANJEVIC, entrenador de la selección yugoslava, Bosnia-Herzegovina, Montenegro y Macedonia) y dos provincias autónomas (Kosovo
_J
(/)
a inicios de la década de los ochenta) y la Vojvodina). en las que convivían seis naciones (la serbia. la croata. la eslovena, la
o
~ macedonia, la montenegrina y la musulmana, tomando el término esta última como
~
>- una identificación nacional más que confesional), tres religiones. trece minorías étni-
º
1-
(/)
UJ
cas, dos alfabetos y dos grandes legados históricos diferentes.
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co Hungría
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v;
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o Rumanía
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co
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UJ
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(/)

68 69

Italia
 REPÚBLICAS FEDERALES
l Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo el estatus de Estado independiente
SERBIA: con una extensión de 55.968 km 2 . y con una población de 5.694.000
habitantes (8.500.000 sumándoles los serbios de otras repúblicas) en el año 1 981.
A esta cifra hay que añadirle los habitantes de Kosovo y la Vojvodina. provincias autó-
nomas que pertenecían a Serbia. La capital es Belgrado.
La religión mayoritaria de los serbios es la ortodoxa. con minorías musulmanas
y católicas. La lengua utilizada es la serbocroata. y el alfabeto. el cirílico. La renta per
cápita. en 1 989. era de 2.324 dólares. Forman la población más numerosa de la
antigua Yugoslavia. habiendo nutridas comunidades serbias, los denominados srbi
(es decir. ciudadanos de nacionalidad serbia) en otras repúblicas como Croacia o.
especialmente. Bosnia-Herzegovina. Dentro de la República de Serbia. los srbijanci
(personas naturales de la república y de nacionalidad serbia) eran una amplia mayo-
ría. con un 83,2% del total de la población.
Sin alcanzar el desarrollo económico de Croacia o Eslovenia, pero tampoco
sufriendo los problemas de Montenegro o Bosnia, el 66,9% de su población activa
ocupada trabajaba en el sector de la industria y servicios. y el 33. 1% en la agricultura.
(con Bosnia bajo su mandato) con un régimen fascista auspiciado por los nazis.
Desde finales del siglo xv1. y hasta la práctica totalidad del x1x. había pertenecido al
Imperio austro-húngaro.
ESLOVENIA: con una extensión de 20.250 km 2 y con una población de 1.953.000
habitantes en 1981. La capital es Liubliana.
La religión de los eslovenos es la católica. Las lenguas utilizadas son el eslove-
no (reconocida como lengua oficial) y el serbocroata. y el alfabeto. el latino. La renta
per cápita era. en 1989. de 5.871 dólares. Eslovenia era una república de población
muy homogénea. con un 90% de presencia de eslovenos. y sin grandes minorías
destacadas. Es la República más desarrollada económicamente. compartiendo con
los croatas sus reivindicaciones en contra de un sistema federal que consideraban
injusto y perjudicial para sus intereses. El 8 7 ,3% de su población activa ocupada tra-
bajaba en el sector de la industria y servicios. y el 1 2.8% en la agricultura. Desde el
siglo x1v hasta el x1x había formado parte del Imperio austro-húngaro.

o
Durante cinco siglos había pertenecido al Imperio otomano. hasta conseguir la inde- BOSNIA-HERZEGOVINA: con una extensión de 51.1 30 km 2 y con una población de
>
<(
pendencia en 18 7 8. 4.516.000 habitantes en 1 981. La capital es Sarajevo.
_J
(/)
o(.9 En Bosnia convivían tres religiones: la católica. la ortodoxa y la musulmana.
CROACIA: con una extensión de 56.538 km 2 y 4.685.000 habitantes en 1981. La producto de la heterogeneidad de su población: el 39.5% era de nacionalidad musul-
::J
>- capital es Zagreb. mana. el 32% serbia y el 18.4% croata. Hay que diferenciar entre bosanac(bosnio).
º
1-
(/)
UJ
La religión de los croatas es la católica, con minorías ortodoxas de origen ser- que es toda persona natural de Bosnia. ya sea musulmana. serbia o croata. y bosnjak
u bio. La lengua utilizada es el croatoserbio 3 . y el alfabeto. el latino. La renta per cápita, (bosníaco). que hace referencia al pueblo eslavo de lengua serbocroata y de tradición
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o
_J en 1989, era de 3.546 dólares. Croacia formaba una república con un 75% de su musulmana. mayoritario en Bosnia pero que. asimismo. estaba presente en Serbia
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en población integrada por croatas. con una presencia serbia del 1 2%. La Krajina. una (en Sandzak. región en la que también eran mayoría). así como en otras zonas del
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UJ
de sus regiones. estaba mayoritariamente habitada por serbios. que también tenían país. En la antigua Yugoslavia. a los bosnjak se les denominaba. de manera oficial.
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o una fuerte presencia en la región de Eslavonia. A la inversa, en Bosnia y, sobre todo. musulmanes. nomenclatura que cambió en 1 994 por el citado término.
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en Herzegovina, los habitantes de origen croata constituían un porcentaje muy alto de la La lengua utilizada en Bosnia era el serbocroata. y el alfabeto. el cirílico y el latino.
ocr: población. La renta per cápita era. en 1 989. de 1. 7 56 dólares. El 7 7. 1% de la población activa
(/)
o Croacia era. junto con Eslovenia. la república más desarrollada económica- ocupada trabajaba en el sector de la industria y servicios. y el 22.9% en la agricultura.
,z
UJ mente. motivo por el cual mostraban disconformidad con el sistema federal. pues Al finalizar la Segunda Guerra Mundial. Tito convirtió el territorio en una repú-
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(/)
consideraban que les obligaba a compartir recursos con otras repúblicas más pobres blica para separarla de Serbia y de Croacia. decisión que no tenía precedentes en el
(Macedonia o Bosnia-Herzegovina) que, en su opinión. malgastaban la producción Estado yugoslavo de 1918. tras la Primera Guerra Mundial. En aquella "Yugoslavia"
70 71
que se generaba en Croacia. El 79, 1% de su población activa ocupada trabajaba en primeriza. croatas y serbios se habían repartido el territorio y posteriormente. en
el sector de la industria y servicios. y el 20.9% en la agricultura. 1941. con la ocupación nazi. Bosnia-Herzegovina en su totalidad había pasado a for-
mar parte del Nuevo Estado Croata ustachi.
Bosnia-Herzegovina era la república más heterogénea de la antigua Yugosla-
3 El idioma mayoritario de la antigua Yugoslavia tenía dos denominaciones diferentes: en Ser-
via. con abundancia de matrimonios mixtos entre miembros de diferentes etnias. las
bia, Montenegro y la mayor parte de Bosnia-Herzegovina era la de srpskohrvatski (serbocroata), mien-
cuales convivían sin los problemas de protestas o tensiones que se dieron en otras
tras que en Croacia y algunas zonas de Herzegovina se utilizaba hrvtaskosrpski (croatoserbio). Ambas
variables eran muy similares, con algunas diferencias dialectales y de vocabulario que no impedían el repúblicas o provincias autónomas.
entendimiento mutuo. En la actualidad, los idiomas se llaman oficialmente serbio, croata, bosnio y Tanto nacionalistas croatas como serbios habían expresado públicamente su
montenegrino. deseo de repartirse la república de Bosnia. lo que implicó una reaparición del nacio-
 COMPOSICIÓN NACIONAL DE YUGOSLAVIA (CENSO OFICIAL DE 1981 )*
l La religión de los montenegrinos es la ortodoxa. con presencia de minorías
musulmanas y católicas. La lengua utilizada era el serbocroata (con minorías que
hablan albanés). y el alfabeto. el cirílico. La renta per cápita era. en 1989. de 1.763
Serbios
dólares. Era una república pequeña. con un 68.5% de población montenegrina. un
8.140.000 36.3
13.4% de musulmanes (especialmente numerosa en Sandzak. región que se reparte
Croatas 4.420.000 19.7
entre la República de Serbia y la de Montenegro) y un 6.5% de albaneses. República
Musulmanes 2.000.000 8,9 muy poco desarrollada económicamente. declarándose en bancarrota en 1987. El
66. 1% de la población activa ocupada trabajaba en el sector de la industria y servi-
Eslovenos 1.750.000 7,8
cios. y el 33.9% en la agricultura.
Albaneses 1.730.000 7.7 En la práctica. no existían demasiadas diferencias entre serbios y montenegri-
Macedonios 1.340.000 6.0 nos. con quienes compartían lengua y religión. No hubo. a lo largo de la historia
---1 L reciente. rasgos diferenciadores suficientes. ni cultura diferenciada. entre montene-
Yugoslavos 1 1.220.000 5.4
- grinos y serbios. que habían formado una sola entidad en el Reino de los Serbios.
Montenegrinos 1 580.000 1 2,6 Croatas y Eslovenos. En el siglo x1x había estado, junto a los serbios. integrada en el
Húngaros 1 420.000 1 1.9 Imperio otomano. hasta conseguir la independencia en 1878.
--
Gitanos 168.000 0.7

Turcos 101.000 0.5

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(f)
Eslovacos 80.000 0.4

o(.9 Otros (rumanos. búlgaros. vlachs. rusyns.

::) checos. italianos. ucranianos) 1 192.000 1 2. 1
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(f)
UJ
• No aparecen registrados los grupos con menos de 10.000 personas. aquellos regionalmente
u declarados. los no declarados y los desconocidos.
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nalismo musulmán. En el siglo x1x, Bosnia había estado integrada en el Imperio aus-
UJ
tro-húngaro. que ocupó el territorio tras más de cuatro siglos de dominación turca.
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o desde 1463 hasta 1878.
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oa: MACEDONIA: con una extensión de 2 5. 71 3 km 2 y con una población de
(f)
o
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2.130.000 habitantes en 1981. La capital es Skopje.
UJ
::)
La religión de los macedonios es la ortodoxa y la musulmana. Las lenguas utili-
(f) =
zadas son el macedonio (reconocida como lengua oficial en la antigua Yugoslavia) y
el serbocroata. y el alfabeto, el cirílico. La renta per cápita era. en 1989. de 1. 7 56 73
72
dólares. El 6 7% de su población era macedonia. con una muy importante comunidad
de albaneses ( 19.8%). Era la república más pobre de todas las que componían la anti-
gua Yugoslavia. declarándose en bancarrota en el año 1987. El 71.2 % de la pobla-
ción activa ocupada trabajaba en el sector de la industria y servicios, y el 28.8% en la
agricultura. En el siglo x1x, había estado integrada en el Imperio otomano.

MONTENEGRO: con una extensión de 1 3.812 km 2 y con una población de

584.31 O habitantes. La capital es Titogrado. nombre por la que fue conocida entre
1945 y 1992; anterior y posteriormente su denominación fue Podgorica.

Zarko Paspalj
Pljevlja (República de Montenegro, Yugoslavia). 27.03.1966. 2.07 m. Alero
TRAYECTORIA
Inicios
Zarko Paspalj empezó a jugar al baloncesto tras haber probado suerte en dife-
rentes disciplinas deportivas, como el balonmano o el voleibol. Al poco de ini-
ciarse, Garo Brajovic le ficha para las categorías inferiores del Buducnost, donde
coincide con otros talentos montenegrinos como Luka Pavicevic y Zdravko
Radulovic, formando uno de los mejores conjuntos juveniles del país. Los pro-
blemas económicos del club obligan a disolver el equipo, lo que hace que Paspalj
sea ascendido a la primera plantilla en la temporada 82/83, convirtiéndose en el
jugador más joven de la competición.
Etapa profesional
Ascendido a la máxima categoría de la liga yugoslava en 1981, el Buducnost vive
los mejores momentos de su historia durante el periodo 83-86. Con Dusko lva-
novic de estandarte, durante esos años pasan por Titogrado jugadores como
Zarko Djurisic, Dragan lvanovic, Slavenko Rakocevic o ]adran Vujacic. El papel
de Paspalj es cada vez más importante dentro del grupo y alcanza su cénit en la
campaña 85-86, en la que el equipo finaliza tercero, con la consecuente clasifi-
cación para disputar la Copa Korac.
Ese mismo verano es traspasado al Partizan de Belgrado, después de unas
negociaciones muy tensas entre las directivas de ambos clubes. Su fichaje, unido
al de Vlade Divac, produce un enorme salto cualitativo en una plantilla que ya
74
contaba con Aleksandar Djordjevic, Zeljko Obradovic, Milenko Savovic o
Goran Grbovic. En su primera temporada en la capital, y con una gran aporta-
ción del alero montenegrino, el Partizan levanta el título de liga tras superar al
Estrella Roja en la final. Los siguientes dos años significarían el pleno asenta-
miento de Paspalj en la élite europea, convirtiéndose en el mejor alero alto del
continente. El jovencísimo conjunto de Belgrado alcanza la Final Four de
Gante'88, alza la Copa Korac del 89 y realiza un baloncesto espectacular que
tiene en la velocidad de Zarko una de sus mejores armas. Su consolidación le
lleva a ser elegido MVP de la Prva Liga en 1989 y a establecerse como el indis-
cutible alero titular de la selección, por delante de Toni Kukoc. Pero la brillantez
del Partizan (y del propio Paspalj a nivel individual) se ve oscurecida al no ser
capaz de superar a la Jugoplastika en las dos finales de liga en las que se enfrentaron.
En 1989, Paspalj decide emprender la aventura de la NBA de manera sor-
prendente. Recibe una oferta de los San Antonio Spurs y firma como agente
libre con la franquicia de Texas. Una experiencia breve, pues apenas disputa 28
partidos en una competición a la que jamás llega a adaptarse, ofreciendo un
pobre rendimiento. A su vuelta al Viejo Continente, de nuevo en las filas del
Partizan, el desarrollo de la temporada no difiere demasiado del de su primera
etapa en el club: él es uno de los jugadores más destacados del campeonato, pero
choca con el muro de la Jugoplastika en la final, siendo además superado ya por
Toni Kukoc en la comparación particular. Sus números son los mejores de toda
su carrera en Yugoslavia, si bien una cierta controversia se forma alrededor de su
figura. Sus malos hábitos se han hecho famosos tras su paso por la NBA, no es
capaz de liderar a su equipo al título y su mala relación con Dusko Vujosevic, su
técnico en el conjunto partisano, acaba estallando en el último partido, en el
que se pasa 39 minutos en el banco.
Su paso al Olympiakos significa un nuevo punto de inflexión en su tra-
yectoria. Paspalj revoluciona por completo el campeonato heleno, y en su pri-
mer año lleva al conjunto de El Pireo -octavo clasificado el curso anterior- a las
semifinales. El alero es escogido MVP del campeonato, tras promediar más de
33 puntos y 1O rebotes. Su segunda campaña sería aún más gloriosa, encabezan-
do el asalto al título frente al eterno rival, el Panathinaikos, en una polémica
serie que nunca llegó a ver su desenlace en la pista.
Estando en plena cresta de la ola, sus prestaciones decayeron de forma súbi-
ta a lo largo de la temporada 93/94, aunque en ella el Olympiakos se proclamase
campeón de liga y copa. Su condición física ya no era la de poco tiempo antes, y
los kilos ganados resultaban más que evidentes, lo que fue transformando poco a )
poco su juego. Todos sus promedios bajaron de forma considerable, y la irregula-
_J
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ridad se apoderó de sus actuaciones, alternando partidos fantásticos con otros (/)
<i:
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muy discretos. La pérdida de confianza en su tiro fue manifiesta, algo muy poco o:::::::
común entre jugadores profesionales; pasó de acertar un 86% en tiros libres a tan ce
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sólo un 50%. La situación se agravó con los dos lanzamientos errados en la final N
de la Copa de Europa de 1994 ante el Joventut de Badalona, que hubiesen dado
75
el título al conjunto griego. Su nefasta actuación en la segunda parte -con la iro-
nía de ser elegido mejor jugador de la final por las votaciones realizadas al descan-
so- y los fallos decisivos desde la línea de personal dejaron secuelas psicológicas en
un jugador que se prodigaría cada vez menos en su tiro, lo que conjugado con su
bajón físico acabaría por desplazarle a la posición de ala-pívot. A pesar de todo,
Paspalj cerró la temporada con 30 puntos en el quinto y decisivo enfrentamiento
de la final ante el PAOK, llevando a su equipo a revalidar el título.
En agosto de 1994, el montenegrino fichó por el Panathinaikos, ocupan-
do el puesto de un Alexander Volkov que paralelamente pasaba a engrosar las
 filas de Olimpiakos, con lo que las comparaciones estaban servidas. Sus presta-
ciones fueron óptimas, liderando al conjunto en anotación, pero su antiguo
equipo fue el verdugo del Panathinaikos tanto en liga como en la Final Four de
la Copa de Europa. Su evolución hacia posiciones interiores era cada vez más
1
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evidente, y el tiro exterior había pasado a ser un elemento secundario de su 1 1 1
repertorio. Al finalizar la temporada, es traspasado al Panionios, donde se reen-
cuentra con su entrenador en la selección yugoslava, Dusan lvkovic. Bajo la
batuta del técnico serbio, Zarko realiza una campaña muy positiva en lo indivi- .
1
• 1 1 1 1 1 1 ·~•~1 1 1 1 1 11 I~

•
dual, contribuyendo decisivamente al tercer puesto alcanzado en la competición
helena. Aquel mismo verano, en los Juegos Olímpicos de Atlanta, rubricaría su
notable año con una excepcional actuación en la final ante Estados Unidos. El 1 1 1 1 1 1 1 ·~·¡¡ 1 1 1 1 1 1 I~
acierto de Paspalj mantuvo a la Reprezentaci.Ja dentro del partido durante ~

muchos minutos, pero no fue suficiente para doblegar a los inalcanzables norte-
amencanos.
De Grecia a Francia, en el PSG Racing Basket. Pero Paspalj ya no era la
1
• 1 1 1 1 1 1 .6.3;1 1 16
estrella de pocos años atrás, sino un muy buen jugador. Además, diferentes pro-
blemas personales le impedían centrarse en el baloncesto, con lo que abandona
el club a mitad de temporada y permanece inactivo el resto de la campaña. La
1
• 1 1 1 1 1 1 11¿11¿1 1 1 1 1 1 1
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> siguiente parada sería de nuevo en tierras griegas, en un Aris de Salónica inmer-
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so en una grave crisis económica, y con el que alza el título de Copa en febre- Cf)
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ro ... un día antes de que varios de sus compañeros dejaran el equipo por impa- u
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o go de sus nóminas. El propio Zarko, lesionado, no jugaría aquella final. Pocas
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semanas después, una nueva lesión (esta vez, de clavícula) le apartaría de las can-
chas el resto del año.
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La última camiseta que defendió fue la de la Kinder de Bolonia de su
amigo Danilovic. Un final algo triste para una figura de sus dimensiones, pues el
acelerado declive experimentado en las tres campañas precedentes alcanzó su
cénit en Italia. Apenas doce partidos, tras los que su bajo rendimiento le lleva a
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co ser cortado por la escuadra transalpina. Tenía tan sólo 32 años. <(
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Pocas veces se observan en un jugador europeo dos etapas tan marcadas, dos
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perfiles tan diferenciados, como los de Zarko Paspalj a lo largo de su trayectoria. ('IS
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El primer Paspalj, que abarca desde sus inicios hasta ya avanzada su etapa ~ ~ o o o
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y muy dinámico, su enorme capacidad para finalizar contraataques le erigieron u u u u -~ ,.......¡ _e:

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zancada y con mucha facilidad para realizar la extensión del brazo y finalizar con
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corriendo la cancha una y otra vez. En ataque estático aprovechaba su mayor 1 00 00 00 00 00 00 00 00

 envergadura en cortes hacia el aro, situaciones en el poste bajo o penetraciones a
1
canasta en las que muy frecuentemente utilizaba el rectificado, en una suerte de
jugada que se convirtió en característica de su repertorio. Además, poseía un La Liga Nacional de Yugoslavia (111)
muy buen lanzamiento lejano, ya fuese desde la línea de tres puntos o bien
parando y tirando a cinco metros, recursos que utilizaba multitud de veces a lo
largo de los partidos. Aderezaba estas virtudes con una notable voluntad rebo-
teadora, mostrándose especialmente activo en el rebote ofensivo.
En defensa, ofrecía mucha versatilidad a su equipo, pues su altura y velo-
cidad le permitían emparejarse con rivales muy diferentes, desde escoltas a aleros
o ala-pívots. Sin ser un excelso defensor, sus cualidades físicas suponían una
L A fantástica fecundidad de la cantera yugoslava durante el periodo compren-
dido entre 1983 y 1988 no tardaría en alterar el mapa de potencias de su
liga nacional. La gradual incorporación de los jóvenes talentos se fue haciendo
rareza en el Viejo Continente, y en la selección yugoslava solía ser el encargado notar en un progresivo traspaso de poderes, y muchos de los equipos punteros
de vigilar al jugador exterior más peligroso, con el objetivo de intimidar sus lan- fueron dejando su lugar a aquellos que reunían la mayor cantidad de miembros
zamientos; son recordadas, en este sentido, sus defensas a Nikos Galis en las de estas generaciones, o en su defecto, a los más destacados. En algunos casos
múltiples ocasiones en que plavis y griegos se cruzaron. concretos, los clubes implicados se mantuvieron en la cúspide, pero con una
Muchas cosas cambiaron a raíz de su prematura pérdida de velocidad y de configuración de plantilla radicalmente diferente a la que presentaban pocos
su creciente inconsistencia en el tiro. En su periplo en Olympiakos ya empezó a años atrás.
ocupar la posición de ala-pívot durante muchos minutos, y aquel ya era otro A pesar de la diversificación de los respectivos equipos de origen, el fenó-
Zarko Paspalj. Seguía siendo un gran anotador, pero a través de otros caminos: meno generador tuvo cuatro protagonistas destacados: el Buducnost de Titogra-
o
> penetraciones rápidas, tiros cortos, colocación, astucia. Sus bajos porcentajes en do, el Bosna de Sarajevo, la Jugoplastika de Split y el Estrella Roja de Belgrado.
::5 el lanzamiento, incluido el de tiros libres, limitaron la dimensión de su juego y
(./)
o En Titogrado, los frutos recogidos en categoría profesional serían breves, ya que
c.:J
:::::>
derivaron en una gran irregularidad, siempre asociada al acierto del día en con- se concentraron en los tres primeros años del sexenio y cuando sus más destaca-
r creto. Más allá de los números, su influencia abarcaba menos rincones de la dos talentos de futuro ficharon por otros clubes no pudieron mantener su pro-
o
1-
(/) pista, y pasó a ser un gran jugador, pero más previsible y, por ello, neutralizable. ductividad. De esta manera, jugadores como Zarko Paspalj, Zdravko Radulovic
w
u Aunque había días en los que se mostraba imparable, en otras ocasiones se iba a o Luka Pavicevic apenas coincidieron un par de temporadas en primera divi-
z
o....J los vestuarios con muchos lanzamientos errados, y le resultaba mucho más difí- sión, si bien fueron las mejores de la historia del club. Ascendidos a la Prva Liga
<(
C(l cil mantener con continuidad las prestaciones de años atrás. Además, en defensa en 1980 bajo la dirección de Rusmir Halilovic -el seleccionador juvenil y júnior
....J
w sufría en el cuerpo a cuerpo cerca del aro, al no poseer la fortaleza de muchos
v.i
de 1981 a 1984-, el equipo liderado por Dusko lvanovic y su hermano Dragan
o jugadores interiores, y su velocidad en los desplazamientos laterales no era ya la contaba también con Sasa Radunovic o Zarko Djurisic, ambos destacados repre-
o
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suficiente para emparejarse con hombres exteriores. El Zarko Paspalj de su sentantes de las selecciones inferiores inmediatamente anteriores al periodo
oo: segunda época era un destacado jugador, pero ya no pertenecía a la reducida mágico, y la conjunción de calidad hizo vivir a los montenegrinos momentos de
(./)
o élite de los mejores entre los mejores, grupo del que sí había formado parte hasta gloria con su tercer puesto en la temporada regular de 1986 y la consecuente
,z
w 1994. clasificación para disputar la Copa Korac. La temprana pérdida de sus mejores
:::::>
(./)
jugadores cambió el panorama drásticamente, y dos años después descendió a
segunda división.
78 79
El caso del Bosna fue diferente. Dzevad Alihodzic, Teoman Alibegovic,
Radenko Dobras, Samir Avdic, Samir Mujanovic ... Muchos fueron los interna-
cionales júniors que debutaron en la máxima categoría con el club bosnio duran-
te la década de los ochenta, y a pesar de no llegar a disfrutar de Predrag Danilo-
vic, el continuo flujo de talentos mantendría al equipo en la zona noble de la
clasificación con asiduidad. La transición con respecto al equipo campeón en
1983 no fue traumática gracias a esta labor formadora, aderezada por la incor-
poración de Zdravko Radulovic, o de sorpresas como la de Nenad Markovic,
que no pudo formar parte de las Reprezentacijas de su edad por exceso de aspi-

rantes. Con plantillas dotadas de un buen nivel de calidad, la clasificación para
competiciones europeas sería moneda común en Sarajevo.
El Estrella Roja vivió el recambio generacional en un punto del trayecto
que le distanciaba del resto. Los de Belgrado disponían de una plantilla muy
joven y en plena progresión que había alcanzado dos finales consecutivas de la
liga yugoslava. Poco a poco, Branislav Prelevic o Nebojsa Ilic fueron entrando
en la dinámica del primer equipo, ganando protagonismo dentro de un juego
exterior ya de por sí pródigo en tiradores. Posteriormente, Ratko Cvetkovic,
Marijan Kraljevic o Slobodan Kalicanin, todos ellos jugadores interiores, ade-
más de Sasa Obradovic-procedente del OKK de Belgrado y no convocado para
el Europeo Júnior de su promoción- se añadieron a la rotación. La temprana
marcha de Prelevic a Grecia y la juventud de muchos integrantes del equipo que
garantizaba aún varias temporadas de buen rendimiento propiciaron que tan
sólo Ilic desempeñase un rol estelar durante la segunda mitad de los ochenta. En
este hecho también influyó que los chicos que iban apareciendo atesoraban una
notable calidad, pero no constituían la auténtica élite de su generación. Con
todo, el Estrella Roja fue cambiando su fisonomía al mismo tiempo que conse-
guía finalizar entre los mejores equipos del campeonato.
o
En Split, la transformación fue radical. Y diferente a la de otros clubes
~
U) protagonistas de la regeneración del baloncesto balcánico. En Yugoslavia,
o
(!) muchos jugadores -como ejemplifican Jurij Zdovc, Teoman Alibegovic o Ivo
:::::>
>- Nakic- alcanzaban la internacionalidad juvenil formando parte de clubes no
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UJ
profesionales y sólo después· eran captados por los grandes equipos de su zona, a
u una edad en la que aún se podían considerar productos de su cantera pero muy
z (./)
o....J cercana a la categoría sénior. No sucedió así en la Jugoplastika. Toni Kukoc,
<:t:
co Dino Radja y Zan Tabak nacieron en Split, una ciudad no demasiado grande, y
_J
UJ habían desarrollado sus aptitudes en los equipos inferiores del club croata. Junto
v:i
o a Perasovic, el talento más destacado de la promoción del 65 en Yugoslavia, y
Cl
<:t:
co con la posterior incorporación de Luka Pavicevic, el conjunto amarillo experi-
oa: mentaría una vertiginosa trayectoria en muy pocos años: en 1981 descendió a
U)
o segunda división, y en las primeras campañas tras su retorno los croatas estuvie-
•Z
UJ ron siempre entre los últimos clasificados de la Prva Liga. La explosión de estos
:::::>
U)
chicos modificaría el panorama a muy poco tardar.
Al margen de estos cuatro equipos, hubo otro que concentró a muchos
80
exponentes de la nueva ola: el Partizan de Belgrado. Pero su coyuntura fue la
opuesta a la de Split. De entre los miembros más destacados de las generaciones
66-70, tan sólo Aleksandar Djordjevic debutó en primera división en las filas del
conjunto partisano, teniendo en cuenta además que había pertenecido a las
categorías inferiores del Radniki e incluso tuvo una fugaz experiencia en el Estre-
lla Roja. Sasha realizó sus primeras incursiones en la liga yugoslava la misma
temporada en que ingresó en el club. Paulatinamente, el Partizan iría reuniendo
a otros nombres descollantes, como Vlade Divac -procedente del Sloga de Kral-
jevo, y que ya había debutado en la sel~cción absoluta-, Zarko Paspalj -Buduc-
l
....
nost, y también internacional en torneos amistosos-, Ivo Nakic -que disfrutaba
de pocos minutos en la Cibona de Zagreb- o Miroslav Pecarski -miembro del
Vojvodina Novi Sad de segunda división, y que llegó al club cuando era jugador
de Marist College-. En un punto intermedio se sitúa Slavisa Koprivica, que sí se
formó en las categorías inferiores del Partizan. El ala-pívot jugó en el primer
equipo durante varias temporadas, fichando posteriormente por el IMT Belgra-
do con el objetivo de disponer de más minutos, y volvería en la campaña 91-92,
cuatro años después de su marcha. Oliver Popovic, Obrad Ignjatovic o Boris
Orcev, secundarios en sus respectivas Reprezentacijas, no se asentaron en la rota-
ción básica del primer equipo -tan sólo el primero dispuso de minutos- y el cre-
cimiento del Partizan vino propiciado por sus importantes adquisiciones.
... En determinados casos, el ascenso de algunos clubes no sería motivado por
la gran cantidad de estos nuevos talentos sino por la extrema importancia de algu-
no en concreto, como sucedía con Komazec en el Zadar. En el Olimpia de Liu-
bliana, Jurij Zdovc se convertiría en el alma del equipo, pero lejos de la ascenden-
cia del croata, en un conjunto muy coral que se basaba en hombres algo más
veteranos como Peter Vilfan, Dusan Hauptman, Slavko Kotnik o Radisav Curcic.
Y en el otro lado de la balanza se situó la Cibona de Zagreb, el gran domi-
nador del campeonato mientras se gestaba la revolución. lvo Nakic, fichado del
recién descendido Kvarner Rijeka cuando ya entraba en la dinámica de su pri-
mera plantilla, no se consolidó en Zagreb, encontrando su sitio en el Partizan.
Luka Pavicevic, proveniente de la NCAA, jugó una sola temporada sin llegar a
explotar, y sería en Split donde se vería su mejor versión. Nebojsa Razic no tenía <:t:
>
el potencial de sus compañeros de selección y no pasó de correcto jugador en la <:t:
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Cibona ... Por todo ello, en la transición post-Petrovic -y ya en las últimas tem- o(.'.J
poradas con Drazen en el equipo- los de Zagreb sufrirían en sus carnes el signo :J
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de los nuevos tiempos. i.JJ
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81
 ...
111. Aviso al mundo: ¡Que vienen, que vienen!
historias que se transmiten por tradición oral se convierten rápidamente
L AS
en mitos y leyendas, especialmente si la base de fondo narra sucesos que ya
de por sí parecen fantásticos, heroicos o hiperbólicos. Es algo inherente a la con-
dición humana, tanto la capacidad de exagerar hechos que pocos han visto como
la inevitable modificación del mensaje producto de la propia subjetividad.
La indiscutible joya de la corona de las nuevas generaciones yugoslavas
fue el equipo que se proclamó campeón del Mundial Júnior celebrado en Bor-
mio, durante el transcurso del verano de 1987. El tiempo y la constatación de la
enorme categoría que atesoraba aquel equipo, con varios astros que marcarían el
desarrollo del baloncesto europeo y mundial durante los siguientes quince años,
formaron un cóctel que llevó a que ciertos detalles de la historia se difuminaran,
o bien mutasen en equívocos que se dan por ciertos. Es un proceso lógico, pues
hablamos de una época en que internet no había globalizado prácticamente
todo torneo de cualquier categoría que se dispute en un lejano lugar del mundo.
El hecho de que el mundial júnior tuviese una audiencia muy limitada,
emitido por una televisión italiana pero sin difusión a nivel europeo, hace que
durante años se haya hablado del torneo, de aquel fantástico equipo, con un tono
que mezcla narración y leyenda. Y, como toda historia que unos pocos vivieron y
se va transmitiendo de manera oral o escrita años después, los detalles van perdien-
do exactitud, ya que el peso de la narración se centra en los aspectos excepcionales
y de mayor magnitud. Sí, se sabía que la selección yugoslava júnior había ganado a
los EE.UU. en la final. Se sabía que Toni Kukoc había dejado para los anales de la
historia una exhibición prácticamente inigualable, hasta que 19 años después un
nuevo genio del Masnou decidió enfatizar lo de "prácticamente" en una final cade-
te. Había quien decía que la exhibición de la pantera rosa fue en la final. También
82
era conocido el hecho de que Svetislav Pesic era el entrenador de aquel equipo, y
que Yugoslavia había ganado el oro juvenil en Roussé'85 y júnior en Gmunden'86.
Esta última circunstancia ha llevado al equívoco de pensar que el equipo
campeón del mundo en Bormio es el mismo que conquista el Europeo Juvenil
en 1985 y el Júnior de 1986. En muchos medios se ha publicado, por ejemplo,
el palmarés de Alexander Djordjevic incluyendo el oro juvenil de Roussé. Y que
se trate del mismo equipo no es cierto. O lo es a medias.
Con la mente puesta en el Europeo Júnior que se iba a disputar en 1986 y,
sobre todo, el Mundial del año siguiente, la Federación Yugoslava empieza a pla-
l
nificar el evento a mediados de 1984. Ambos campeonatos iban dirigidos a los
jugadores nacidos a partir de 1967, y Branislav Rajacic, coordinador de las cate-
gorías inferiores de la Reprezentacija, y Rusmir Halilovic, que había dirigido a los
últimos combinados juveniles y júniors, realizan una vez al mes concentraciones
en Belgrado con los mejores proyectos del país. Por las pruebas pasan una ingen-
te cantidad de chavales pues, ante la lejanía del acontecimiento, ambos quieren
tener controlados al mayor número de talentos posibles, sabedores de que
muchas cosas podían suceder aún en su evolución, especialmente porque varios
de los jóvenes que evalúan en el Olimpic Center llevaban muy poco tiempo prac-
ticando el baloncesto. La labor de Rajacic resulta vital a lo largo de todo el proce-
so, ya que se encargaba de cualquier aspecto referido a la organización, además
de ser una de las voces más autorizadas para juzgar el talento de los chicos que
pasaban por allí, decidiendo quién era válido y quién no. Todo estaba bajo su
supervisión y ejercía de mentor para los diferentes seleccionadores, los cuales fre-
cuentemente acudían a él para pedirle consejo. Halilovic representó también un
papel primordial en la etapa embrionaria del proceso que culminaría en Bormio,
puesto que fue el responsable de reunir a las generaciones del 67 y 68, trabajan-
do con ellas y dirigiendo sus partidos durante casi dos años.
En 1985, Radomir Saper, presidente del KSJ, le ofrece el cargo de selec- z
w
cionador a Svetislav Pesic, un joven entrenador que se había proclamado cam- z
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peón de liga con el Bosna Sarajevo dos temporadas atrás. Su gran valedor ante la >
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federación fue Branislav Rajacic, que mantenía una gran relación con Svetislav o
después de haberle tenido a sus órdenes, a inicios de los setenta, en el Partizan. z
w
zw
Durante todo este periodo, 85-87, el técnico se reuniría cada fin de semana en la
capital de Yugoslavia con algunos de los nombres más destacados de la estructu- >
u..J
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ra organizativa del baloncesto balcánico (el propio Saper, Nebojsa Popovic, o
Dusan Ivkovic, Kresimir Cosic y Branislav Rajacic), planificando todo lo con- o
o
cerniente a una promoción a la que se atisbaba un potencial sin precedentes. z
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Pesic empieza a modelar a un grupo cada vez más reducido de jugadores, aña- ¿
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dien~o a su llegada a un chico que él conocía muy bien de su propio club, <t
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Radenko Dobras, el cual había pasado inadvertido en las fases previas de detec-
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ción de talentos. Poco a poco el proyecto iba tomando forma.
La premiere oficial de esta generación se produce en un campeonato que
no lo es, ya que el Torneo Júnior de Mannheim estaba considerado el Mundial
83
oficioso de la categoría. Ello hace que el propio Pesic no pueda acudir, ante la
1
incompatibilidad de una ausencia tan larga con sus obligaciones al frente del KK
Bosna, y Rusmir Halilovic es el encargado de asumir la dirección del equipo.
1
Los doce integrantes de un grupo que el tiempo haría histórico fueron Vlade
1
Divac y Milos Babic (Sloga de Kraljevo), Toni Kukoc y Dino Radja Qugoplasti-
¡ ka), Nebojsa Ilic (Estrella R,oja), lvica Gulin y Zoran Kalpic (Sibenka), lgor
1
Lukacic (Cibona), Nebojsa Razic y Luka Pavicevic (Buducnost), Teoman Alibe-
govic (Celik Zenica) y Nenad Trunic (Radnicki Kragujevac). La coincidencia de
fechas del torneo con jornadas de la liga yugoslava también impidió que Alek-
 1

sandar Djordjevic viajara con sus compañeros, pues el Partizan no le concedió el

permiso para viajar a tierras alemanas. Emilio Kovacic 1968
Como no podía ser de otra manera tratándose de ellos, empiezan a lo
grande. La selección yugoslava era el combinado más joven del torneo, ya que Nenad Trunic 1968
todas las demás estaban configuradas mayoritariamente a partir de jugadores Zoran Kalpic 1968
nacidos en 1967 y los plavi llevaban hasta siete un año menor. Divino tesoro.
Favorecida por no tener que disputar los preeuropeos juveniles -que se celebra- Toni Kukoc 1968
ban simultáneamente- gracias a su condición de vigente campeón, la federación Slavisa Koprivica 1968
forma un conjunto con sobreabundancia de jugadores del año 68 y ello no es --
Nebojsa Ilic 1 1968
óbice para que ganen todos los partidos de la competición hasta llegar a la final, --
incluido el de Estados Unidos, eterno favorito a todo, y que presentaba un equi- Nebojsa Razic 1 1968
-
po repleto de talento, con Glen Rice, BJ Armstrong, Chucky Brown y Tony
Dragan Milutinovic 1968
Massenburg al mando de las operaciones. --
La final del campeonato es una reedición del enfrentamiento contra los Vlade Divac 1968
estadounidenses en primera fase. Pero el resultado es esta vez diferente. Yugosla- Dzevad Alihodzic 1969
via sucumbe ante el poderío llegado del otro lado del océano. Luka Pavicevic,
elegido posteriormente MVP de la competición, realiza un encuentro brillante, Nenad Videka 1968
pero no es suficiente. Radenko Dobras 1968
o Estados Unidos 1-Yugoslavia O.
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LLl
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Cuatro meses después, en agosto de 1985, da comienzo el Europeo Juve- ENTRENADOR: Svetislav Pesic. LLl
(/)
o(.!:) nil de Roussé (Bulgaria), torneo en el cual sólo podían ser inscritos jugadores AsISTENTE: Goran Miljkovic.
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u...:
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>- nacidos a partir de 1968. Tan sólo ellos. Pesic ya tiene la libertad de su club para o
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1-
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dirigir al equipo en el banquillo, pero el que no podría hacerlo sobre la pista LLl
zLLl
u sería Luka Pavicevic, que caía enfermo de una mononucleosis a quince días de El quinteto básico de esta Reprezentacija estaba compuesto por Dobras,
z Ilic, Videka, Razic y Divac. Dobras ejercía de base titular ante la ausencia de
>
o...J iniciarse el campeonato. La ausencia de Pavicevic supone un duro golpe para el u...:
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grupo, ya que era el jugador con más experiencia tras su paso por anteriores Pavicevic, y cuando saltaba a cancha Nenad Trunic pasaba a su posición natural o
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selecciones juveniles y júniors. En 1983 se había proclamado campeón de Euro- de escolta. Zoran Kalpic también era un elemento importante en la rotación o
w o
u:i exterior, al igual que Toni Kukoc y Slavisa Koprivica en los puestos interiores. z
o pa con la generación del 66, y un año después había conseguido la medalla de ::::>
o Pero en 1985 los puntales de la selección eran tres: por un lado, Nebojsa Ilic, 2
<( bronce con la del 65. Su trayectoria le avalaba como capitán de la selección, y _J
ce <r
oa: después del gran nivel exhibido en Mannheim, Luka esperaba que su Europeo máximo anotador del equipo en este periodo, un jugador con un tiro mortífero o
(f)
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juvenil significase la consolidación definitiva antes de marcharse a la Universi- que abría las defensas rivales mediante sus continuos lanzamientos exteriores; el >
o
,z <r
w dad de Utah en septiembre. En vez de ello, se pasó dos meses en cama, cogiendo propio Radenko Dobras, un uno-dos de enorme calidad técnica, rápido y explo-
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el avión aún convaleciente. Ya le llegarían veranos mejores. sivo, con un gran entendimiento del juego que traducía en numerosas asisten-
(fJ
i cias. El escolta del Bosna, dominador en el uno contra uno, poseía una parada
La selección que convocó la federación estaba formada íntegramente por
1 85
84 chicos nacidos en el año 1968, a excepción de Dzevad Alihodzic, que lo hizo en \ en seco para lanzar a media distancia que remataba un arsenal completísimo,
1969. Sus nombres son los del cuadro de la página siguiente. tanto que parecía uno de los mejores proyectos de las generaciones 67-68. Por
Aunque se puede considerar a este equipo el germen y origen del histórico dentro, Vlade Divac era aún un jugador no demasiado pulido técnicamente
combinado de Bormio, no es el mismo. Repetirán en los dos conjuntos (tres con -apenas si llevaba dos años jugando al baloncesto-, pero su presencia reboteado-
1
el del Europeo intermedio de Gmunden) exactamente la mitad de los jugadores, f ra y velocidad en los desplazamientos le hacían tener una gran influencia en los
además de Pesic como entrenador. Hombres como Djordjevic o Radja, que el 1 partidos, sorprendiendo además por su capacidad de distribuir el balón. Sobre
imaginario colectivo sitúa en la totalidad de ese periodo, no estaban en Roussé, estos tres hombres se construía el juego de una selección que presionaba a toda
ya que habían nacido en 1967. Tampoco es cierto que permanecieran tres años la pista y que disponía de una envergadura apabullante en la categoría. ¿Toni
1 Kukoc? El alero croata estaba muy poco desarrollado físicamente, y su déficit de
sin perder un partido oficial, como ya se verá más adelante.

1
 1
fuerza le limitaba en sus acciones. La falta de explosividad le restaba comodidad
en situaciones exteriores, y ejercía muchos minutos de ala-pívot, posición en la
que sus largos brazos desviaban muchos tiros. Aunque los técnicos tenían
muchas esperanzas depositadas en su evolución, en este Europeo Juvenil no pasó
de ser el octavo anotador del equipo, con una media de 5,6 puntos por partido.
Desde luego, no era como para asustar. Aún.
El campeonato discurrió por derroteros previsibles en sus compases ini-
ciales. La selección plavi apabulló consecutivamente a Bélgica, Alemania y Sue-
cia, con 43 y 42 puntos de diferencia ante las dos primeras. Estos resultados
garantizaban la clasificación entre los dos mejores del grupo, puestos que daban
acceso a las semifinales. Pero en el cuarto partido llegó la única derrota del tor-
neo, por un solo punto, ante la URSS (98-97), que no estaba ofreciendo un
gran nivel hasta aquel momento y, de hecho, al día siguiente se vería apeada de
la ronda final al caer ante los germanos. A pesar de que en ningún momento
corrió peligro el pase a la siguiente fase, Pesic no era un entrenador conocido
precisamente por ser un amante de la relajación, y sus gritos desde el vestuario se
escucharon en cada rincón del pequeño pabellón búlgaro durante el transcurso
del Suecia-Turquía. A falta de hilo musical, los espectadores disfrutaban de los
o
> halagos que el técnico de Pirot dedicaba a sus jugadores.
::s
U) No parece que éstos estuviesen dispuestos a volver a vivir una situación
o(.::J
tan divertida. Más que nada porque al día siguiente vencieron de 47 puntos a
:::::i
>-
Turquía (anotando 111) y, ya en en semifinales, de 21 a Italia, la otra gran favo-
ºw
1-
U) rita del torneo, aunque esta vez sólo transformaran 109. La selección azzurra,
u con Vincenzo Esposito, Stefano Rusconi, Andrea Niccolai o Stefano Attruia
z
o
_J entre sus hombres, era en principio el principal escollo de los balcánicos en su
<!
c:o camino hacia el oro, pero nada pudieron hacer ante un equipo que marcaba un
_J
w ritmo altísimo de inicio a fin y que saltó a la cancha con los ojos inyectados en
en
o sangre. Platos rotos, y todo eso.
o :::::i
<!
c:o España sería el último rival, y Yugoslavia se presentaba en la gran final como
oa: unánime favorita. Más aún con los precedentes de los dos partidos amistosos dis-
U)
o putados en Belgrado, tan sólo diez días antes, y en los que los de Pesic se habían
•Z
w impuesto por 18 y 25 puntos de diferencia. Lo normal en aquel equipo, por otra
:::::i
U)
parte. En esos dos encuentros, Vlade Divac había superado en su duelo particular
a Ferran Martínez, gran estrella del conjunto español, y que durante el Europeo de
86
Roussé se estaba postulando como MVP del campeonato, ya que llegaba a la final
siendo el máximo anotador y el segundo máximo reboteador del torneo.
La selección española, con jugadores que harían una notable carrera pro-
fesional, como Jordi Pardo, Carlos Gil, Pep Cargol, Juan Antonio Morales o
Caries Ruf, no pudo oponer resistencia real. Miquel Nolis, temeroso de que la
gran envergadura y poderío físico de Yugoslavia ahogase a su equipo, decidió
plantear un partido abierto y con muchos contraataques. Aunque creía que era
la única manera de igualar las fuerzas de ambos contendientes, la realidad fue
bien diferente. El equipo plavi estaba muchos cuerpos por encima todos los
rivales, y Radenko Dobras -que no había participado en los dos encuentros
amistosos previos- martilleó continuamente el aro hispano, finalizando con 36
puntos, lo que suponía un récord histórico para cualquier balcánico en una final
juvenil o júnior. Videka anotó 13, Razic 12, destacando por encima de Kukoc y
Divac que hicieron 9 por cabeza. Los 27 tantos de Ferran Martínez, objetivo de
casi todas las acciones en ataque estático de su equipo, no pudieron frenar el
vendaval de juego yugoslavo. 99 a 81.
Yugoslavia ganaba el oro promediando 102 puntos por partido, en una
demostración del potencial ofensivo que atesoraban sus hombres. Radenko
Dobras y Neboja Ilic integraron el quinteto ideal del campeonato junto a Espo-
sito (Italia), Nadav (Israel) y Ferran Martínez (España). Sus principales anotado-
res fueron Ilic (140 y 20 de media), Dobras (93 y 13,3), Videka (90 y 12,8),
Divac (82 y 11,7), Razic (71 y 1O,1), Koprivica (63 y 9), Kalpic (62 y 8,9),
Kukoc (39 y 5,6) y Trunic (30 y 4,3).
La cosa empezaba bien. Francamente bien.
EUROPEO DE GMUNDEN: AHORA SÍ QUE SÍ
z
En 1986 es cuando se reúne por primera vez el equipo de Bormio para partici-
w
zw
par en una competición oficial. Subrayando "oficial", porque durante el periodo >
w
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de cuatro años en el que trabajaron juntos disputaron numerosos partidos y tor- o
neos amistosos. La Federación Yugoslava, con el Mundial Júnior de 1987 en el z·
w
horizonte, realiza concentraciones periódicas en las que los chicos que tenían zw
posibilidades de acudir a la esperada cita entrenaban bajo la supervisión de Raja- >
w
:::::i
cic y Pesic. En 1986, los rivales fueron equipos de primera división de su país, o
como el Sibenka, el Olimpia de Liubliana o el Bosna Sarajevo, consiguiendo en o
o
todos ellos victorias por encima de los veinte puntos de diferencia. En 1987, se z
enfrentan a puerta cerrada a la selección absoluta yugoslava, a la que se impo- 2'.
_J
nen~ haciendo otro tanto con las selecciones séniors de Checoslovaquia (plata en <!
o
el Europeo absoluto de Stuttgart'85), Turquía o el segundo equipo de la URSS. (f)
Desde el verano del 84, de tan grato recuerdo para el baloncesto español, fueron >
<!
muchas las concentraciones de tecnificación y preparación táctica de cara al =
mundial que se celebraría en 1987. Cuatro veranos en los que la convivencia, la
87
amistad, el durísimo trabajo que les imponía Pesic y la inevitable catarsis que
produce el ganar campeonatos sin cesar provocaron que una profunda huella
quedara marcada de forma indeleble en todos sus protagonistas, a tenor de las
declaraciones que han hecho años después.
Así pues, el Europeo Júnior de Gmunden'86 suponía por fin el ansiado
estreno oficial. Los integrantes de la selección estaban repartidos equitativamen-
te entre representantes de la generación de 1967, la mayoría de los cuales debu-
taban en un Campeonato de Europa, y los chicos del 68 que habían ganado el
torneo juvenil el año anterior:
 La extraordinaria acumulación de talento que presentaban las dos promo-
ciones hizo que prácticamente hasta el último instante no se cerrara definitiva-
lvica Gulin 1967 mente la convocatoria. Jugadores como Drazen Anzulovic, Milos Babic, Nenad
1968 Videka o Nebojsa Razic estuvieron en la órbita de la selección júnior, llegando
Luka Pavicevic
incluso a participar en el torneo clasificatorio para el Europeo y siendo los des-
Nebojsa Ilic 1968 cartes finales de Pesic tres meses después. Un caso algo diferente fue el de Zdrav-
Toni Kukoc 1968 ko Radulovic, quien también disputó el Preeuropeo. Existían sospechas de que
el enorme anotador montenegrino era en realidad un año mayor, y finalmente la
Miroslav Pecarski 1967 federación no quiso arriesgarse con su inclusión en un grupo que además iba
Aleksandar Djordjevic 1967 sobrado de poderío ofensivo.
Y es que esa era la seña de identidad de aquel equipo. Bueno, esa y otras
Samir Avdic 1967
cuantas más. El debut en Gmunden ante el anfitrión dejó constancia de ello:
Vlado Divac 1968 133 puntos para abrir boca. La selección austriaca, que hizo 66, no resultó más
Radenko Dobras 1968 que un mero calentamiento para la auténtica prueba de fuego que se iban a
encontrar los yugoslavos el segundo día de competición.
Dino Radja 1967 La otra gran generación europea era la italiana, en unos años en los que
Slavisa Koprivica 1968 parecía que no podía haber partido tranquilo entre ambas selecciones, fuese de la
categoría que fuese. Sangre caliente y camisetas azules les unían. Con Ferdinando
Teornan Alibegovic 1967
o Gentile, Stefano Rusconi, Ricardo Pittis, Andrea Niccolai, Massimiliano Aldi o z
-
~
LU

Davide Pessina, Italia presentaba una serie de nombres que marcarían el pa!Laca- z
LU
(/') ENTRENADOR: Svetislav Pesic. >
o(!) nestro durante la década siguiente. Como comenta Aleksandar Djordjevic: "Con LU
AsISTENTE: Goran Miljkovic. ::J
::> los italianos había muchísimo pique. Muchísimo. Si nosotros no hubiésemos o
>- z-
ºt¡;
w
ganado todos aquellos campeonatos lo hubieran hecho ellos. Esa generación se
juntó con los veteranos Riva, Magnífico, Brunamonti ... y nosotros siempre nos
w
z
u Con la incorporación de los jugadores un año mayores, la fisonomía del LU

z
equipo varía notablemente respecto a Roussé. Los bases son Pavicevic y Djordje-
g LU
<l'. vic, alternándose la titularidad y los minutos de manera casi análoga. Siguiendo
al
_J
las órdenes del técnico, presionaban a toda la pista durante todo el partido e
w o
u)
o imponían transiciones continuas, lo que favorecía a un grupo plagado de gran-
o des pasadores. El puesto de escolta lo ocupan Ilic, que en este campeonato aún
<l'.
al
o será el máximo anotador de la selección, y Dobras, cuya versatilidad y altura le
o:
permitían jugar también en ocasiones de "uno" o de "tres". En las alas, To ni
(/')
o >
•Z
w Kukoc es el que acapara la mayoría de los minutos. Su progresiva evolución físi-
::>
(/') ca es palpable, y se aleja de posiciones interiores para ser uno de los jugadores
más determinantes del torneo ya como alero puro. Samir Avdic, otro hombre de
88 gran envergadura, es el encargado de darle descanso y aportar su intensidad
defensiva. Y los hombres altos forman una auténtica muralla, posiblemente el
mejor juego interior del que jamás haya disfrutado equipo júnior alguno: Dino
Radja y Vlade Divac inician una deliciosa sociedad que se repetiría durante
muchos campeonatos, con la potencia de Pecarski y los movimientos en el poste
bajo de Slavisa Koprivica como complementos desde el banquillo. Cerraban el
equipo el ala-pívot zurdo Teoman Alibegovic, caracterizado por su facilidad
anotadora, e Ivica Gulin, un escolta sobrio y gran defensor, aunque en los parti-
dos más reñidos -que eran muy pocos- ni ellos ni Avdic solían saltar a la pista.
interpusimos en su camino". También Dino Radja recuerda la gran rivalidad >
::J
entre ambas generaciones: "Sí, siempre era con ellos. Siempre. Fuera había una o
gran relación, como con todas las selecciones en esa época, y luego podíamos ir a e
tomar una cerveza juntos. Pero los partidos eran a vida o muerte. Se hablaba, se z
::J
insultaba, se hacía de todo". No en vano, la transalpina era una selección muy 2
_J
<(
veterana y curtida, liderada por un Gentile a quien Bogdan Tanjevic había hecho ou;
debutar en la lega con apenas quince años cuatro temporadas atrás. Prácticamen-
<(
te al mismo tiempo en que Kukoc o Divac empezaban a jugar al baloncesto.
El de Italia fue el único partido igualado que tendrían los de Pesic en la -
totalidad de los tres torneos. Uno y no más. Pero lo fue mucho. Divac lideraba a
89
los pfavi en una primera mitad en la que Gentile conseguía 25 puntos. La rivali-
dad quedó bien patente desde el inicio. Un Djordjevic muy acertado en el tiro
exterior recibía una falta del base italiano en un lanzamiento de tres puntos. Este
levantaba la mano hacia el árbitro sin levantar los pies, con el yugoslavo tendido
en el suelo entre sus piernas. Tres faltas intencionadas en estos veinte minutos,
que finalizaban 51-45 para Yugoslavia tras un triple del omnipresente Gentile
1 sobre la bocina.
l En la reanudación, los italianos empatan a faltas intencionadas a su adver-
sario. Poco después, y con 66-60 en el marcador, Rusconi realiza una contun-
1

l
 dente infracción sobre Radja, que responde con un empujón. Lógicamente, cae
al suelo y permanece tendido un buen rato. Los dos banquillos al completo sal-
tan a la pista, aunque nadie saca unas tijeras. Italia le da la vuelta al resultado
imponiendo un estilo duro en el que se sienten muy cómodos y se entra en los
dos últimos minutos con todo por decidir. Una canasta de Pavicevic a aro pasa-
do con su mano izquierda y varias acciones consecutivas de Dobras, que asume
la responsabilidad en esos momentos cruciales, parecen sentenciar el partido,
pero el propio Dobras falla un último intento triple y Pittis erra un lanzamiento
sobre la bocina y en carrera que podía haber cambiado el signo de los aconteci-
mientos. 95-93. Yugoslavia.
Los abrazos y muestras de alegría de los componentes de la Reprezentacija
denotan algo más que una simple victoria en primera fase. Los 21 puntos de
Radja, 20 de Divac y los 19 de Dobras, casi todos ellos en los doce últimos
minutos, son claves para imponerse a los 33 de Gentile y los 14 del zurdo Mar-
reo Minelli, que no había pisado la pista durante la primera mitad. Ambas selec-
ciones tienen claro que se volverán a ver las caras en la final.
El resto del Europeo sigue la tónica a la que los júniors yugoslavos acos-
tumbran a los espectadores que tienen el privilegio de asistir a sus demostracio-
o
> nes. Arrollan sin contemplaciones a Checoslovaquia (107-70), Hungría (131-
::)
(J) 68) y Grecia (98-72). En semifinales, la Alemania de Harnisch y Rodl aguanta
o(!) durante medio partido, pero en la reanudación sucumbe ante el arsenal balcáni-
::>
~ co, que tiene el día malo del campeonato y sólo consigue 91 puntos. A 79.
o
1-
(J) Por el otro lado del cuadro, la URSS da la sorpresa y elimina a Italia en un
LU
u encuentro dominado por los transalpinos durante tres cuartas partes del partido,
z
o
_J pero que se decide en los instantes finales gracias al acierto de Gundars Vetra en
<!
co el tiro de larga distancia ante la defensa zonal planteada por Mario Blasone.
_J
L.LI Final frustrada, aunque en 1986 un encuentro entre Yugoslavia y la URSS por
u)
o todo un Campeonato de Europa parece difícilmente mejorable, vistos los ante-
o ::::i
<! cedentes que se estaban produciendo en ese mismo momento en categoría
c:o
o sénior.
a:
(J)
o Y el principio resulta prometedor. Con Pavicevic-Dobras-Kukoc-Radja-
•Z
L.LI Divac, varias acciones del pívot soviético Pinchuk establecen un 0-8 en el elec-
::>
(J)
trónico en el minuto tres. Para entonces, Pavicevic acumula el mismo número
de faltas personales. El base estaba redondeando un gran campeonato, siendo el
90
cuarto máximo anotador del equipo con algo más de 13 puntos por partido y a
tan sólo una décimas de Divac y Kukoc, empatados en el segundo lugar. Su sus-
tituto, Aleksandar Djordjevic, realiza un gran encuentro con 20 tantos, y todo el
mundo se une a la fiesta: Divac anota 21 y coge 13 rebotes por los 16 y 1O de
Radja; Dobras añade otros 16, Pecarski 12, Ilic 11 ... Toni Kukoc realiza varias
jugadas inolvidables en la segunda parte, donde las diferencias llegan a ser de 30
puntos. El hombre más destacado de los soviéticos hasta ese partido, Vetra, se
retira a los vestuarios con un solo punto en su casillero particular. ¿El marcador
final? 111-87. Yugoslavia no encuentra a nadie que le haga sombra.
l
Kukoc y Radja son elegidos en el quinteto ideal del campeonato junto a
Gentile (Italia), Ferran Martínez (España, máximo reboteador del torneo y
segundo mejor encestador, tras Harnisch) y el propio Yerra. El MVP es Kukoc.
Quién lo hubiera dicho un año antes. Las anotaciones acumuladas del Europeo
de Gmunden fueron: Ilic (103 p y 14,7 de promedio), Divac (también 103 y
14,7), Radja (92 y 13, 1), Kukoc (90 y 12,8), Pavicevic (79 y 11,3), Djordjevic
(72 y 10,3), Pecarski (68 y 9,7), Dobras (65 y 9,3), Alibegovic (35 y 5), Kopri-
vica (29 y 4,1), Gulin (22 y 3,1) y Avdic (8 y 1,1).
Los júniors de oro ya lo eran de verdad. La demostración de poderío ofen-
sivo había sido aún más deslumbrante que la de su predecesora juvenil doce
meses atrás, consiguiendo una media superior a los 109 puntos. El enorme
potencial del equipo asombraba a propios y extraños, con una pléyade de pro-
metedores talentos que hacía muy difícil escoger a uno sobre el resto, inmersos
en una dinámica coral simbolizada en la diferencia entre el máximo anotador y
el octavo, que apenas era de siete puntos. Todos trabajaban para el colectivo,
imponiendo un ritmo que era imposible seguir a los rivales.
Al menos, en Europa.
z
BORMIO: EL FIN DE UNA ERA. .. Y EL INICIO DE OTRA
Ll.J
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El verano siguiente llega el esperado Mundial Júnior de Bormio, el tercero que d
se celebraba tras las victorias estadounidenses de 1979 y 1983. El equipo es el z'
l.U
mismo del Europeo del 86, con la entrada de Zoran Kalpic por un lesionado z
l.U
Ivica Gulin y siendo Drazen Anzulovic, Dzevad Alihodzic -un año menor que >
u.;
los miembros más jóvenes del conjunto- y Alekxandar Trifunovic los últimos ::::i
o
descartes. La otra novedad reside en el banquillo, ya que Svetislav Pesic le pide a o
o
Branislav Rajacic, su antiguo entrenador y a quien considera su mentor, que sea z
su asistente. A estas alturas, cuatro de los jugadores que integran la selección ya ~
_J
han dado el salto a la Reprezentacija absoluta que gana el bronce en Atenas'87: <[
o
Kukoc, Radja, Djordjevic y Divac; este último había debutado el año anterior {/)
en el mundial celebrado en España, torneo de infausto recuerdo para él a nivel >
<[
personal. En general, todos los integrantes del grupo ya disponían de minutos =
importantes en la primera división yugoslava, y los representantes del Partizan se
habían proclamado campeones de liga ante el Estrella Roja de Ilic. La excepción 91
venía de Estados Unidos, pues aunque Pecarski era un hombre básico en Marist
College, Pavicevic no podía decir lo mismo en Utah.
Estados Unidos presentaba para el torneo una formación de indudable
potencial, con dos futuras estrellas de la NBA de los 90, como Larry Johnson y
Gary Payton, varios hombres que harían una larga carrera en la liga profesional
como Brian Williams, Stacey Augmon o Scott Williams, y jugadores que eran o
serían estrellas universitarias, como Lionel Simmons, Kevin Pritchard o Labrad-
ford Smith. Había mucha calidad en aquel combinado estadounidense y Larry
 r
;
Brown, el entrenador encargado de dirigirlo, era toda una institución en el
baloncesto universitario y profesional, logrando el título nacional con Kansas
(y Kevin Pritchard) en la temporada que se iniciaría al acabar ese mundial de
Bormio.
Pero en Yugoslavia no estaban demasiado asustados. Creían en la victoria.
Como recuerda Aleksandar Djordjevic: "¿Si pensábamos que podíamos ganar a
los americanos?". Silencio. "Mira, no íbamos a perder". Jóvenes muy precoces,
acumulaban ya varios años jugando en la máxima categoría nacional y cuando
se reunían en la selección lo que hacían invariablemente era ganar. Pesic llevaba
mucho tiempo motivándoles con ese Mundial, con imponerse a la selección de
EE.UU. y demostrar al mundo que eran los mejores. Creyese o no que la hazaña
fuese posible, era la manera que tenía de hacerles trabajar duro, luchar y progre-
sar. Corrían el riesgo de acomodarse a causa de la superioridad que mostraban
ante los demás equipos europeos.
Todas las circunstancias insinuaban que se avecinaba un hecho inaudito y
excepcional. Para los supersticiosos, cabe resaltar que el Mundial pospuso las
fechas de competición a causa de las enormes tormentas que se precipitaron
sobre la zona en aquel verano de 1987, de tal magnitud que provocaron el des-
o
> bordamiento del Rio Adda y el corrimiento de tierras, destruyendo varias aldeas
::í de los Alpes italianos. No eran las únicas que iban a llegar. Durante aquel torneo
(/)
o muy destacado, especialmente Vlade Divac, aunque no dejaba de ser un contra-
c.9 hubo varias más, tanto dentro como fuera de la pista. Hubo una en concreto, en
::>
>- un partido de la primera fase, que es recordada como un vendaval violento e
º o
f-
(/) inmisericorde que cayó en el aro defendido por los americanos. Una tormenta ...
LU
u
z de triples. Aquel 1 de agosto, Kukoc dejó su disfraz de pantera rosa por un día y
o
_J decidió emular al legendario Thor, dios nórdico del trueno y la lluvia.
<l'.
co Yugoslavia realizó una primera fase portentosa. El equipo había llegado a
_J
L.U su cénit de juego, y venció de forma abrumadora a Puerto Rico (139-100),
in
o China (126-79), Nigeria (126-82) y Australia (86-73). Promediaron 119 pun-
o selección yugoslava y la solvencia demostrada ante EE.UU. habían dado un
<l'.
O)
tos en esos encuentros, ganando por una diferencia media de 35 puntos. No en
o vano, tiempo después esta selección fue denominada en los ambientes balonces-
a:
(/)
o tísticos yugoslavos como nuestro pequeño dream team. Un equipo que presionaba
•Z
L.U
::>
a toda la pista durante muchos minutos, buscando la yugular del rival, fuese
(/)
quien fuese. "Pesic fue el primer entrenador que tuvo huevos a presionar a toda
la pista. Y, además, haciéndolo también contra los americanos. Y eso te hacía
92
crearte una sensación de superioridad", recuerda Djordjevic. Y el partido que
llevaban cuatro años esperando era el que les enfrentaría a los estadounidenses.
En plena efervescencia de la NBA de las finales Celtics-Lakers, el baloncesto
profesional americano alcanzaba su máxima popularidad en el Viejo Continen-
te. Estados Unidos era la referencia, practicaban otro deporte aunque se llamase
igual, un deporte cuyos jugadores parecían extraterrestres comparados a los
europeos.
Pero el extraterrestre se llamaba Toni. En un partido absolutamente imbo-
rrable de la memoria de cualquiera que haya tenido el placer de verlo, protago-
l
niza una exhibición anotadora sobrenatural con 37 puntos (que ya son) y ... 11
de 12 en triples. Sin palabras. O las que le dedicó el técnico estadounidense,
Larry Brown: "Es el mejor jugador en edad juvenil que he visto jamás".
La demostración de talento del genio croata eclipsó a todos los presentes,
desde un Ilic que hizo un gran partido con 17 puntos a un Djordjevic que con-
siguió anotar más puntos que Payton o Pritchard ( 1O, por 7 y 6, respectivamen-
te), o a un Pecarski que compensó el discreto partido de Divac y Radja anotan-
do 11 puntos, uno menos que la combinación de los interiores estelares de la
selección balcánica. Resultado: Yugoslavia 110-EE.UU. 95.
Las expresiones de alegría eran evidentes, pero no tanto como contra Ita-
lia un año atrás. Sólo se había ganado una batalla. Aún quedaba mucha guerra
por delante.
El campeonato continuó, aunque las palabras correctas no serían con nor-
malidad. La victoria plavi y, sobre todo, la cegadora luz de Kukoc, hicieron girar
todas las miradas sobre el equipo de Pesic. Ríos de tinta corrieron por toda la
prensa transalpina. Walter Pedrazzi, el enviado especial en Bormio, escribía en Il
Giorno: "Lanzo una lágrima por el baloncesto. Toni Kukoc, con su estratosférico
acierto, va a ser la muerte del pallacanestro". La actuación del croata oscurecía a
algunos compañeros que hasta aquel momento estaban realizando un torneo zw
zw
sentido que el alero acaparara los focos por su capacidad anotadora cuando hasta >
w
el enfrentamiento contra los estadounidenses había cuajado encuentros discretos ::i
en esa faceta. Hacer puntos no era demasiado importante en la mentalidad de z
Ll.J
Toni, que disfrutaba mucho más pasando el balón y aglutinando el juego, zLl.J
haciendo un poco de todo. De hecho, más de la mitad de los que hizo durante el >
Ll.J
Mundial estuvieron concentrados en tan sólo dos partidos. Poco importaba. Los ::i
o
apabullantes -y sin precedentes- triunfos que marcaban la rutina diaria de la
o
o
z
::i
vuelco en los pronósticos, tradicionalmente siempre del lado norteamericano. El 2
favo~itismo balcánico pasaba a ser unánime, como bien se encargaban de dejar
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<l'.
patente en las retransmisiones de la TV italiana. Y, consecuentemente, también o
ifJ
la presión. >
<l'.
Ambos equipos se plantaron en semifinales. Los plavi, fieles a sí mismos,
arrasan a Alemania 89-64, que opuso mucha menos resistencia que en la misma
ronda del Europeo de Gmunden. Toni Kukoc continúa en estado de gracia, y 93
acierta en los cuatro lanzamientos triples que intenta en la primera mitad, los
dos primeros con tiro libre adicional al ser objeto de falta. Después de anotar el
tercero, en el minuto diez, el comentarista de la televisión transalpina no sale de
su asombro: "No se puede dejar tirar a este hombre. No es humano. ¡No es
humano!". El pressinga toda la cancha de Yugoslavia se traduce en innumerables
canastas fáciles, y Pesic puede dedicarse a hacer experimentos con sus hombres,
finalizando una semifinal de un Mundial con un quinteto formado por Dobras
de base, Avdic de escolta y Alibegovic, Pecarski y Koprivica juntos en pista. Los
 americanos sufren un poco más, imponiéndose por cinco puntos a Italia, 89-84,
con un Payton decisivo: a pesar de dominar a lo largo del encuentro, Italia redu-
ce las diferencias hasta un peligrosísimo 85-84 con treinta segundos por dispu-
tar y en ese momento aparece el base con una canasta a media distancia, una
excelente defensa posterior ante el intento triple de Gentile y un contraataque
culminado con una asistencia por la espalda para el mate de Stephen Thompson
sobre la bocina. De esta manera, la final soñada por los yugoslavos, tanto tiempo
deseada e inculcada por su técnico mediante diversas vías, hasta transformarla
en obsesión, llegaba por fin ...
Después de cuatro años reuniéndose cada verano, el grupo de jóvenes
sabía que este era su último partido como equipo, aunque varios de ellos se con-
tinuarían viendo en la selección absoluta. Había sido casi un lustro de realizar
concentraciones cuando acababa el curso escolar, de jugar a las cartas y ver jun-
tos, a escondidas, partidos de la NBA de madrugada, de maldecir y al mismo
tiempo agradecer -la ambición es un motor incuestionable- el salvaje ritmo de
entrenamientos impuesto por Pesic, el cual exigía un trabajo físico que destroza-
ría a cualquiera. Pero el trayecto llegaba a su final. Y el final era la Final. Aquello
que daba sentido a todos los sacrificios realizados desde que eran unos adoles-
o balón con todas sus fuerzas, a apenas cuatro metros de él, y que Divac intente
> centes para llegar hasta allí. Sacrificios producto de una disciplina en el trabajo
<!
_J
que han hecho popular al entrenador serbio.
(/)
o(.!) La extrema dureza de sus sesiones preparatorias es una de las característi-
:::>
>- cas que se suelen asociar a la imagen de Pesic, y corren muchas historias en torno
º
1-
(/)
LU
al trato que dispensó el técnico a esta generación durante ese periodo; aunque ya
u fuesen estrellas en sus equipos, Svetislav los trataba como un padre que educa,
z y muy paternal a ese grupo de chicos. Los consideraba una familia, una que se
o
_J
corrige o castiga, puesto que los consideraba aún jugadores en formación. Y, en
<! concreto, hay una de estas historias que resulta impagable.
ca
_J
Todos los días, antes de iniciar el entrenamiento técnico y táctico en las
LLI
u)
o instalaciones del pabellón Skenderia del Bosna Sarajevo, el preparador yugoslavo
o por otros técnicos que tuve en mi carrera y le estoy agradecido a los que me
<! levantaba a sus jugadores antes del amanecer para efectuar una maratoniana
co
oo: sesión de trabajo físico; consistía en ir corriendo los siete kilómetros que separa-
ban el hotel de la Rampa Olímpica del Monte Igman, realizando al llegar inter-
(/)
o >
,z minables series de sprints, saltos y flexiones. Lo duro empezaba entonces: subir y
LLI
:::>
(/) bajar tres veces las 300 escaleras del trampolín de saltos de esquí. En la primera
ronda, podían parar para descansar dos veces. En la segunda, una. Pero la última
94 había que hacerla toda seguida, sin un solo instante de pausa. Al acabar, volvían
al hotel corriendo o caminando, según el estado en el que los viera Pesic, o
dependiendo del grado de satisfacción por la dinámica de los entrenamientos.
Después vendría la sesión matinal de trabajo en pista, a la que se añadía otra ves-
pertina. Esta rutina era invariable, e independiente de haber jugado (y ganado,
que era lo más habitual para este grupo) el día anterior. Muchas bromas en
diversas entrevistas a miembros de aquel equipo confirman que es uno de los
recuerdos de aquella etapa que más ha permanecido en su memoria. "No olvida-
ré en mi vida aquella montaña': comenta Pavicevic. Dino Radja tampoco la ha
hecho: "Cómo olvidarla. La última ronda era imposible. Literalmente, no podí-
amos más", explica, con gestos de cansancio, más de dos décadas después. Sasha
Djordjevic se tapa la cara con las manos y espeta un "Ufff". Mira al interlocutor
y repite el gesto: "Uuuufffff". Pero inmediatamente añade: "Era muy duro, pero
para mí tienes que hacerlo si quieres ganar. Y quien no lo hacía era un cabrón".
Lo que nadie quiere confirmar es si es cierta la siguiente anécdota: una
mañana, Vlade Divac le dijo a Pesic que le dolían mucho los gemelos y que no
podía realizar la rutina, pues creía que se arriesgaba a una posible lesión. Vlade le
pregunta si puede efectuar un trabajo específico de dominio de balón. Ante la
sorpresa de sus compañeros, el técnico accede a ello. Todos están subiendo esca-
leras maldiciendo a Divac, quien, astuto él, se había buscado una excusa para
ahorrarse el trabajo físico. Cuando llegan al pabellón, exhaustos, ven al pívot
fresco como una rosa. No cuesta imaginar lo que pasó por la mente del resto de
jugadores.
A la entrada del Skenderia, Pesic les comenta que van a ayudar a Divac en
su trabajo de tacto de balón. La indignación aumenta. Entonces, el técnico
entrega una pelota a cada uno, sitúa a Vlade debajo de la canasta y a los demás
en el tiro libre. ¿En qué consiste el ejercicio? En que sus compañeros le chuten el
zw
cogerlo. Tacto de balón. zw
Ni que decir tiene que se llevó unos cuantos balonazos. Al término del >
w
-,
ejercicio, Pesic le dice delante de todo el grupo: "Un equipo trabaja, sufre y se o
divierte unido". z
Svetislav, a pesar de lo exigente de sus métodos, le tenía un cariño especial
w
z
w
>
w
:J
reunía todos los veranos con un objetivo común. Y el sentimiento era mutuo: Q
"Pesic, como entrenador, es casi como mi padre. Siempre tendrá un sitio aquí", o
o
dice Samir Avdic, tocándose el corazón. A lo que añade: "Siento un gran respeto z
:J
2
_J
entr~naron en categorías de formación, pero para nuestra generación Pesic es un <l'.
..__,
(f)
icono. Era un entrenador que te podía chillar, silbar, de todo. En medio de la
<l'.
sesión, te amenazaba con tirarte el reloj a la cabeza. Eso sólo lo podía hacer él y
nadie más. Era la única persona que nos podía o matar o amar. Y punto. Lo digo =
de verdad: no soy su hijo, pero tengo un sentimiento hacia él como si fuera mi
95
padre". También él les veía como a unos hijos, un vínculo de tal intensidad que
el tiempo no diluiría. Muchos años después, Pesic mandó a sus niños una foto en
blanco y negro que les hizo un fotógrafo español, Miguel Ángel Forniés, el
enviado especial que cubrió el torneo para la revista Nuevo Basket, una imagen
que plasmaba el contraste entre la euforia de los jóvenes yugoslavos y la desola-
ción de los americanos; Djordjevic puños en alto, Divac sentado en el suelo
junto a Radja con alegría desbordante, Pavicevic e Ilic recostados sobre ambos ...
El técnico serbio las envió a modo de tarjeta de felicitación navideña, con la
frase: "Nunca olvidéis lo que hemos logrado juntos".
 Pero esa foto es posterior a la Final. El final de un sueño. O un sueño
hecho Final.
En un muy recomendable artículo que escribió para Sport lllustrated, Ale-
xander Wolf explica que la noche anterior a la Final, los miembros de la selec-
ción se escaparon del hotel a las tres de la madrugada y se fueron a jugar a los
columpios del centro de Bormio. Los norteamericanos pensando en tomarse la
venganza por el partido de primera fase y los jugadores de esta selección de
ensueño, llegado el punto culminante de una larga trayectoria vital y deportiva,
disfrutaban como niños tirándose por toboganes helados por el frío de los Alpes.
Como dice Alibegovic, "estábamos preparados, tan seguros de nosotros mismos
que pensábamos que no podíamos perder".
Y la cosa empezó francamente bien. El quinteto de salida es Pavicevic,
Ilic, Kukoc, Radja y Divac. Los norteamericanos, como es lógico, se centran
en Kukoc, y Pesic plantea el partido con muchos balones interiores. Varios
tiros exteriores de Ilic, que anota doce puntos en los primeros diez minutos, y
el martilleo constante de Divac y Radja sobre la canasta estadounidense sitúan
el marcador en un tranquilizante 25-13 para los yugoslavos. Pero en ese
momento, Vlade comete su tercera falta personal y el técnico tiene que sentar-
o
> lo en el banquillo. Poco a poco el empuje de los de Larry Brown va percutien-
<t
_J
do hasta igualar el resultado. Una bella canasta sobre la bocina de Larry John-
(j)
o(!J
son, con rectificado en el aire para finalizar con su mano izquierda, supone el
::::i
>- colofón a la primera mitad. Yugoslavia pierde por tres puntos: 40-43. Lo nunca
º
t-
(j) visto.
L.U
u z
Pesic ha declarado varias veces que, .por primera vez en aquellos cuatro
z >
o
_J años, vio el miedo en los ojos de sus jugadores. En ninguno de los partidos que
<t
c:o él había dirigido a aquella generación se había llegado al descanso por debajo en
_J
L.U el marcador. Nunca. Quizá revoloteaba por la mente de algunos de sus hombres
(/)
o lo sucedido en los albores de su alumbramiento como grupo, aquellos en que en
o ::::i
<t un torneo en una base militar de la ciudad alemana de Mannheim habían venci-
ro
oa: do al ogro estadounidense en primera fase, para caer derrotados en la final.
(j)
o Dudas, miedo, incertidumbre. Sentimientos muy humanos, aunque durante
,z
L.U mucho tiempo se hubieran considerado poco menos que invencibles.
::::i
(j)
Media parte.
Los jugadores empiezan a entrar en el túnel de vestuarios. Sasha Djordje-
96
vic, capitán del equipo, empieza a decir algo, cada vez más fuerte, hasta acabar
en grito a pleno pulmón. "Somos unos cabrones, sin huevos, unos cagados,
hijos de puta ... ¡Nos tenemos que despertar! ¡Y yo el primero!" Nebojsa Ilic,
amigo desde que ambos tenían diez años y jugaban juntos en las categorías infe-
riores del Radnicki, responde a su vez, gritando insultos e improperios a todo el
grupo, en una especie de arenga que va contagiándose a todos los jugadores, que
empiezan a gritar, darse golpes los unos a los otros, transmitiéndose la fuerza, la
fe. El grupo. Los norteamericanos alucinan, no saben si estos chicos europeos
van a llegar a las manos de un momento a otro. Pesic, a la espalda de Djordjevic,
*
~~·
se le acerca y le dice en voz baja un "bien". Sasha se da la vuelta. "¿Bien? ¡Y una
mierda! Somos unos cagados, unos ... "
Cuando entran en el vestuario, poco a poco las voces se van apagando en
espera de las indicaciones del técnico. Este tira la pizarra contra el suelo de forma
violenta, y empieza a gritar. Mucho. Les dice que ellos mismos deben ayudarse,
exigirse los unos a los otros para poner jaja (en serbocroata, aquello vulgarmen-
te conocido como atributos masculinos). Sale del vestuario dando un portazo
tremendo, y dejando solos a los jugadores. No hay charlas estratégicas, comenta-
rios tácticos. No importa a qué rival tienes delante, sólo dependen de ellos mis-
mos. Los deja solos, igual que cuando se escapaban del hotel para divertirse.
Hay cosas que se deben hacer sin entrenador.
Sea esto cierto o sea otra historia para mitificar un partido ya de por sí
mítico, la cuestión es que en la segunda parte realizan una gran exhibición. Toni
Kukoc, que tan sólo había anotado un tiro libre en la primera mitad y no había
lanzado a canasta en situación de juego, resurge con dos triples, una canasta de
dos y, sobre todo, varias asistencias que denotan que ya está aquí, que ha vuelto.
Un nuevo vendaval, esta vez coral, supera a los estadounidenses, quienes llegan a
estar 18 puntos abajo a falta de cinco minutos. Radja anota 20 puntos y coge 15
rebotes, por 21 y 1O de Divac. Ilic vuelve a destacar contra los estadounidenses y z
w
consigue 14 puntos. Yugoslavia gana la final del mundial 86 a 76. "Salimos del z
w
>
vestuario como perros que no hubiesen comido en varios días". Teo Alibegovic w
::::i
dixit. o
Al finalizar el encuentro, los jugadores se abrazan. Saludos al público, z·
w
familiares y amigos que han acudido para presenciar un momento histórico. w
Rápidamente, se miran furtivamente. Rodean a su entrenador, y le alzan entre l.LJ
::::i
todos. Pesic, en lo más alto, levanta el puño derecho, victorioso. o
Después de un trabajo que empezó cuando eran unos niños, de veranos y e
o
veranos de entrenarse a un ritmo infernal, había llegado el ansiado momento: ya z
son campeones del mundo júnior. La postal navideña de Pesic supone la síntesis ~
_J
perfecta de la cima que alcanzó el equipo. Toni Kukoc es nombrado de manera <t
o
únanime el MVP de la competición y en el quinteto votado por los entrenado- (/)
>
<t
res le acompañan Djordjevic y Divac, más los italianos Niccolai y Rusconi. Pero
aquella selección estaba por encima de egoísmos, a pesar del talento que desbor-
daba cada uno de sus componentes, posiblemente sin parangón en cuanto a
97
calidad y cantidad: desde el ya lejano torneo de Mannheim, siete miembros
diferentes habían sido incluidos en el cinco ideal de algún campeonato.
Los anotadores de Yugoslavia durante el inolvidable Mundial de Bormio
fueron Kukoc (103 puntos y 14,7 de promedio), Ilic (92 p. y 13,1) Divac (88 y
12,6), Radja (81y11,6) Pecarski (77 y 11), Pavicevic (72 y 10,3), Dobras (61 y
8,7), Djordjevic (60 y 8,6), Koprivica (44 y 5,6), Avdic (29y4,1), Alibegovic
(28 y 4) y Kalpic (27 y 3,9). El equipo había llegado al último partido prome-
diando 111 puntos por encuentro, superando las ya de por sí galácticas marcas
de los europeos de Roussé y Gmunden. Los 86 puntos de la final fueron la ano-
 ración más baja que jamás hiciese este grupo. Pero les había dado el premio más
grande.
El baloncesto yugoslavo ya sabía con certeza que el relevo había llegado. Y 111
de qué manera. Como un torbellino (o quizás una tormenta) ya estaba aquí,
gracias a una etapa incomparable de éxitos en categorías cadetes y juveniles, y
con la joya de la corona señalando a aquel grupo que había demostrado ser el
mejor equipo del mundo de su edad.
Pero el objetivo era ahora ser el mejor del mundo ... sin la coletilla "de su a las seis repúblicas federales, la Yugoslavia creada por Tito había dispuesto
edad,,. J UNTO

dos provincias autónomas, que estaban bajo soberanía serbia:

Yugoslavia ha reunido un equipo que le permitirá asaltar con muchas garantías las KOSOVO: con una extensión de 10.887 km 2 y una población de 1.800.000 habi-
próximas temporadas el reino de Arvydas Sabonis. tantes en 1 981. La capital es Pristina.
QoAN CERDA, sobre el equipo júnior yugoslavo participante en el europeo Pese a seguir las directrices marcadas por Serbia, en Kosovo (en albanés
de Gmunden'86, en la crónica del torneo para la revista Nuevo Basket) conocida como Kosova) los serbios estaban en franca minoría: tan sólo un 11,3% de
los habitantes eran serbios, por un 66,3% de albaneses. Tendencia que creció a lo
i largo de los años. pues el clima adverso y la pésima situación económica propiciaron
'~
He ganado el único campeonato de Europa de selecciones que ha logrado Alemania, el éxodo de serbios de la región, lo cual acentuó la situación de desproporción entre
-~~
cuando no partía de favorita (en 1993, como entrenador de la selección alemana). Pero mi ambos grupos en Kosovo, hasta casi llegar a un 85% de albaneses, siendo, además.
o
~ mayor satisfacción personal fue con la selección júnior en Bormio. Aquel grupo fue muy la zona con la densidad de población más alta de toda la antigua Yugoslavia ( 180
(/)
especial. El deporte yugoslavo se basa en la cooperación y un sentimiento de unión, y aquel hab./km 2 ). La suma de los albaneses en Kosovo, Macedonia y Montenegro igualaba
o(.!)
oro fue el resultado de cuatro años de vida y trabajo juntos. Eso permanecerá en mi alma a la de la propia Albania. En Kosovo vivían, en 1991, el 38% de los albaneses del
=>
>- para toda la eternidad. mundo, por tan sólo un 1.5% de los serbios.
~
(/) Históricamente, había sido una provincia de gran valor sentimental para Ser-
w (SVETISLAV PESIC, en una entrevista retrospectiva sobre su carrera
u bia, pues fue en Kosovo donde los serbios cayeron ante el Imperio otomano, en el
z para la televisión alemana, 1995)
o
_J año 1389.
<(
C)
_J
En los cuarenta años anteriores a la Primera Guerra Mundial, Kosovo fue el
LJ.J
u)
centro de diversas invasiones por parte de Serbia y Montenegro, el Imperio otomano
o y el Imperio austro-húngaro. Al finalizar la guerra, Serbia se hace con el control de
o<(
C) Kosovo (y parte de la Albania septentrional), situación que perduró durante todo el
oa:
peri~do de entreguerras.
(/)
o En la Segunda Guerra Mundial, Alemania ocupa Kosovo. La atribución de la
•Z
LJ.J
=> mayor parte del territorio kosovar a Albania (instaurado como estado independiente,
(/)
aunque controlado por la aliada Italia) convirtió a todos sus habitantes, incluidos los
eslavos, en ciudadanos albaneses.
98 99
Al finalizar el conflicto, italianos y alemanes fueron expulsados de Kosovo.
Pese a las reticencias iniciales por parte de sus habitantes musulmanes a integrarse
en Yugoslavia, en la formación primaria del nuevo estado, Tito, vencedor con sus par-
tisanos ante las tropas del Eje, adjudicó a Kosovo la condición de región autónoma
(inferior en estatus, por tanto, a la Vojvodina).
En los inicios del Estado federal yugoslavo, el predominio de serbios y monte-
negrinos en los aparatos de dirección del Partido y del Estado fue muy claro (en
1953, siendo un 20% de la población, ocupaban el 50% de los miembros de Partido
y el 68% de los puestos administrativos y de dirección). Esta situación, junto al férreo
~:

j
 control desde Belgrado, caracterizó los veinte años posteriores a su unión a Yugos-
lavia.
En 1968, Kosovo accedió a la condición de provincia autónoma. si bien en la Toni Kukoc
Constitución se ratificó que carecía de atribuciones en el ámbito federal. En 19 7 4. Split (República de Croacia, Yugoslavia). 18.09.1968. 2.07 m. Alero
una nueva constitución reconoce, por primera vez, una condición y una representa-
ción en los órganos federales similares a los de las repúblicas, siendo la administra-
ción de la provincia transferida a los comunistas albaneses autóctonos.
Kosovo era una provincia con un pésimo desarrollo económico. En 1945. la
relación entre Eslovenia y Kosovo en términos de renta per cápita era de tres a uno, y TRAYECTORIA
en 1965 ya había pasado a ser de cinco a uno. En 1980. tan sólo era un 37% de la
renta que promediaba el resto de Yugoslavia. Kosovo aspiraba a conseguir el estatus Inicios
de república autónoma, debido principalmente a que sus habitantes eran, en una
gran proporción, pertenecientes a la nacionalidad no eslava más numerosa de toda Antes de probar en el deporte de la canasta, Toni Kukoc había hecho incursio-
Yugoslavia. La aspiración de la comunidad albanokosovar era romper con lo que para nes en dos disciplinas tan variopintas como el tenis de mesa y el fútbol. El joven
ellos era una excesiva subordinación a Serbia. Toni mostraba en ambas un notable talento, hasta el punto de derrotar en un
Una de las principales reclamaciones del nacionalismo serbio en los años torneo estatal celebrado en Split a Zoran Primorac, futuro campeón del mundo
ochenta fue la supuesta situación de marginación, e incluso genocidio. que sufrían de ping-pong, o de ingresar en las categorías inferiores del Hadjuk Split, ofician-
los serbios (en franca minoría) en Kosovo, obligando a muchos de ellos a abandonar do como extremo izquierdo en un equipo cuyo entrenador era Sergio Kresic. El
o
la zona.
~
C./')
verano de 1983, Igor Karkovic, entrenador del conjunto cadete de la Jugoplasti-
ka, se fijó en un espigado adolescente que corría y nadaba por la playa. Pocos
oC)
VOJVODINA: con una extensión de 21.506 km 2 y una población de 2.050.858 .f,, días después, Kukoc pasaba a formar parte del club dálmata. Karkovic y el técni-
::J
>- habitantes en 1981. La capital es Novi Sad. ·~
co del conjunto júnior Petar Bezelj iniciarían a Kukoc en los secretos del juego,
ºw
1-
C./') El 54.4% de los habitantes eran serbios. con un 18.9% de húngaros. un 5.4% ;{1
~ un trabajo rubricado a partir de 1984, cuando Toni comenzó a entrenar a las
u de croatas y un 3.4% de eslovacos. órdenes del maestro Slavko Trninic, que sería el encargado de pulir sus funda-
2
o
_J La Vojvodina proviene. originalmente. del Imperio austro-húngaro. pertene- mentos en sesiones diarias de más de seis horas de duración.
<(
co ciendo también al Imperio otomano durante casi dos siglos. Al finalizar la Primera
_J
UJ Guerra Mundial, y en un intento de debilitar al antiguo Imperio austro-húngaro. las
u:i
o potencias vencedoras decidieron anexionar la Vojvodina al nuevo "Reino de los Ser- Etapa profesional
o<(
ca bios. Croatas y Eslovenos". De esta manera. un porcentaje importante de la población
o
e:: en la Vojvodina eran húngaros. Tito concedió a la Vojvodina el rango de provincia Su ~ebut en primera división llegó en la temporada 85/86, año que resultó con-
C./')
o autónoma y, al igual que sucedió con Kosovo. la constitución de 1 9 7 4 le otorgó una vulso en el histórico club de Split. Los malos resultados situaban a la Jugoplasti-
,z
w representación en los órganos federales similares a los de las repúblicas, con lo cual ka en posiciones de descenso, por lo que la directiva decidió relevar a Slavko
~
C./')
pasaba a poseer derecho a voto dentro de la federación. Trninic, que había tomado las riendas del conjunto la campaña anterior, y ofre-
cerle el cargo a un mito como Moka Slavnic. El papel de Kukoc no pasaría de
100 101
secundario, dentro un grupo cuyo gran líder era Velimir Perasovic.
La campaña 86/87 supone el aterrizaje de Bozidar Maljkovic en Split, y
con él, el ascenso vertiginoso del conjunto amarillo y del propio Toni, si bien en
su caso el progreso sería algo más paulatino. En esa primera temporada, los ama-
rillos subieron hasta la tercera posición de la liga regular, aunque caerían en pri-
mera ronda del playojfante el Bosna. Pocas semanas después, Kukoc (y su com-
pañero Radja) fue incluido en la convocatoria de Kresimir Cosic para disputar el
Eurobasket de Atenas con la selección absoluta. Los éxitos veraniegos no se aca-
barían allí, pues lo mejor estaba por llegar. En el mes de agosto, la generación de
 Kukoc se proclama campeona del Mundo Júnior tras un torneo en el que la
La temporada 93/94 es la del cumplimiento de un objetivo que siempre
pantera rosa dio el salto a la fama. Unos pocos triples (once convertidos sobre
había estado en el horizonte. La pantera rosa da el salto a la NBA. Los Chicago
doce intentados) ante los Estados Unidos tuvieron mucho que ver en ello.
Bulls se habían hecho con sus derechos, y llevaban años intentando convencerle
A partir de la temporada 87/88 comienza la dictadura de la Jugoplastika.
para que iniciase su andadura con ellos. Muchos cambios se produjeron en aquel
En un principio a nivel doméstico, con el título liguero conquistado ante el Par-
verano del 93. Por un lado, Michael Jordan, la gran estrella del equipo -y del
tizan. Europa tardaría algo más en conocer el fenómeno. Cuando lo hizo, tam-
baloncesto mundial- decidía retirarse, con lo cual el croata vio frustrado su
poco se puede decir que estuviese preparada para ello. El joven conjunto de Split
sueño de compartir camiseta con el mito. Por otro, el mismo Toni protagonizó
llegó a la Final Four de 1989, en Múnich, como la auténtica cenicienta del tor-
una transformación muy visible. Las exigencias físicas de la liga estadounidense
neo. Tres días después, se marchó rodeada de un halo de belleza y romanticismo.
le llevaron a ganar peso y masa muscular, con lo que un jugador que se había
Y en esa profunda transformación tuvo mucho que ver la actuación de un Toni
caracterizado por su extrema delgadez y agilidad pasó a ser un tres-cuatro de
Kukoc desequilibrante en los dos partidos decisivos. Tanto él como Radja, en
notoria corpulencia. Sus dos primeras campañas fueron de un óptimo nivel,
aquellos momentos un jugador más sólido y consolidado, se convirtieron en la
estableciéndose como uno de los puntales del equipo de Phil Jackson. Su gran
imagen personificada de un grupo que se definía por su juventud y descaro.
capacidad para generar situaciones ofensivas propició que el técnico incluso le
Al año siguiente, Kukoc explotó de forma definitiva, erigiéndose, tras la
concediese la responsabilidad de jugarse algunos tiros decisivos, por delante de
marcha de Petrovic a la NBA, en el jugador exterior más determinante del con-
Scottie Pippen, el hombre más destacado del equipo. Pero la pérdida de poten-
tinente. Un nuevo título liguero y la reválida de la corona europea en la Final
cial derivada de la ausencia de Jordan impidió que los Bulls alargasen la racha de
Four de Zaragoza le aupaban hasta lo más alto. Más fuerte, más rápido y más
anillos amasados con el de Brooklyn en sus filas.
o resistente, todo lo que había apuntado en temporadas anteriores cristalizaba de ~~!-
Una racha que se reiniciaría. Porque Jordan volvió. Y con él, el salto cuali-
~
(f)
manera esplendorosa. Tanto, que ni tan siquiera la marcha de lvanovic, Radja o
Maljkovic impidieron que en 1991, y bajo la nomenclatura de Pop 84, el astro
tativo de la franquicia. El retorno del escolta alteró el estatus de Kukoc en el
o
(.!:)
equipo, que pasaba a tener a tres hombres capaces de anotar o crear canastas
:::> croata finalizase su trayectoria en la antigua Yugoslavia conquistando el triplete
>- para sus compañeros con facilidad. La combinación de sus cualidades, unida a la
por segunda vez consecutiva. Un hito que acabó por grabar a fuego la denomi-
º
1-
(f)
w
nación que acompañaría para siempre a aquel grupo de talentosos jovencitos: el
presencia de numerosos especialistas que cumplían roles determinados (con el
u superlativo reboteador Dennis Rodman a la cabeza) fue decisiva para alcanzar
z mejor equipo de la historia del baloncesto europeo.
o.....J tres anillos consecutivos de la NBA. No lo lograrían al primer intento, en el cual
Una nueva etapa de su carrera se inició ~on su paso a la Benetton de Trevi-
<{ el número 23 apenas llevaba un par de meses tras su vuelta a las canchas, pero a
C)
so de Petar Skansi, antiguo jugador y entrenador de la Jugoplastika. En Treviso se
.....J
L.U partir de 1996, los años se contaron por trofeos. Seattle Supersonics y Utah Jazz,
ciJ
había levantado un proyecto muy poderoso económicamente, en el que Kukoc
o por dos veces, serían los rivales a los que batiría Chicago en la final. Aunque en
o<{ era la punta de lanza junto a Vinnie del Negro, un base de excelsa capacidad ano-
Estados Unidos nunca alcanzó el marchamo y rendimiento de superestrella que
C) tadora. El rendimiento de Toni fue un tanto irregular en los primeros meses,
o sí le caracterizó en el Viejo Continente, Kukoc se consolidó como uno de los
a: bañado en especulaciones de la prensa transalpina sobre una posible incompatibi- u
(f) mejores sextos hombres de la competición, con una relevancia en las fases tras- o::L.
o lidad con Del Negro. La alternancia del brillo de los dos astros según el partido ::i
•Z cendentales de la temporada que le convirtió en hombre clave del conjunto. El ~
L.U
:::> -en ocasiones, según los minutos del mismo- alimentaba el argumento. Con
(f) tricampeón europeo se convertía también en tricampeón de la NBA, un logro z
todo, ambos rayaron a gran altura en las eliminatorias del playoff, consiguiendo o
que nadie más ha tenido a su alcance. De lo sublime de su trayectoria hasta ese f-

para la Benetton el primer scudetto de su historia. Un título que no pudo reeditar

102 momento habla bien a las claras un dato concluyente: desde 1989 hasta 1998, el
al año siguiente, con Terry Teagle, alero de extensa experiencia NBA, como susti- 103
croata fue elegido nueve veces como uno los tres mejores jugadores europeos,
tuto de Del Negro. Kukoc ejerció de base durante muchos minutos de los parti-
siendo el ganador del galardón en cinco ocasiones y el segundo en el resto, a
dos, pero, por primera vez en la trayectoria del croata, los grandes títulos no caye-
excepción de un tercer puesto justamente el año en que inició la racha.
ron de su lado. En la lega, la Buckler de Bolonia de Predrag Danilovic destrozaba
En 1998, Michael Jordan vuelve a abandonar las canchas. En esta oca-
a los de Kukoc en la final, con el serbio también superior en el particular enfren-
sión, también Scottie Pippen dejaría el equipo. Ese año sería uno de los mejores
tamiento de estrellas balcánicas. En Europa, las actuaciones del base-alero-pívot
de Kukoc en la liga a nivel numérico, mas los Bulls ya no eran un candidato al
fueron decisivas para llegar a la final de la Liga Europea, donde la Benetton per-
anillo. Tras una temporada y media, es traspasado a los Sixers de Philadelphia.
dió ante el sorprendente Limoges de Bozidar Maljkovic. Un robo de balón de
Tampoco duró demasiado en la capital de Pennsylvania, pues después de esa
Porte a Kukoc en los últimos instantes sentenció el duelo.
media campaña y una treintena de partidos de la siguiente, un nuevo cambio le
 _.
~ SUEÑOS ROBADOS. EL BALONCESTO YUGOSLAVO

ESTADÍSTICAS

85-86 Jugoplastika Split 4.2 1.7 2.0 12-21 57.l 2-4 50.0 12-16 75.0 10 11.5
86-87 Jugoplastika Split 14.4 3.4 1.9 108-183 59.0 21-49 42.8 38-44 86.4 22 28.0
87-88 Jugoplastika Split 16.6 4.4 2.1 86-155 55.5 34-76 44.7 41-54 75.9 19 32.8
88-89 Jugoplastika Split 17.9 5.4 1.6 113-217 52.0 33-80 41.2 69-88 78.4 22 32.7
89-90 Jugoplastika Split 18.8 4.2 2.7 . 127-202 62.8 28-69 40.6 75-87 86.2 22 30.7
90-91 Jugoplastika Split 19.9 3.4 3.2 121-171 70.7 43-93 46.2 67-96 69.8 22 36
91-92 Benetton Treviso 21.1 5.3 5.5 114-183 62.3 59-130 45.4 59-89 66.3 22 37.5
92-93 Benetton Treviso 19.0 6.4 5.2 139-236 59.7 52-130 40.0 117-150 78.0 29 37.4

-~"'"'·~'"''"""'' . ~~~,..-;~- t·~¡}.?M:· 1w:...r1riS-t4;~1vt!i;fJn ~-9r;~·~ ;:·:-~ "i'Hf i?fir*M.f~~ ..

.- ~

ESTADÍSTICAS

93-94 1 Chicago Bulls 10.8 4.0 3.4. 1 313-726 1 43.l 32-118 27.l 1 156-210 1 74.3 75 24.1
94-95 1 Chicago Bulls 15.7 5.4 4.6 1 487-967 1 50.4 62-198 31.3 1 235-314 1 74.8 81 31.9
95-96 1 Chicago Bulls 13.1 4.0 3.5 1 386-787 1 49.0 87-216 40.3 1 206-267 1 77.2 81 26.0
96-97 1 Chicago Bulls 13.2 4.6 4.5 1 285-605 1 47.l 50-151 33.1 1 134-174 1 77.0 57 28.2
97-98 1 Chicago Bulls 13.3 4.4 4.2 1 383-841 1 45.5 63-174 36.2 1 155-219 1 70.8 74 30.2
98-99 1 Chicago Bulls 18.8 7.0 5.3 1 315-750 1 42.0 39-137 28.5 1 159-215 1 74.0 44 37.6
99-00 1 Chicago Bulls 18.0 5.4 5.2 1 148-388 1 38.1 18-78 23.1 1 118-155 1 76.1 24 36.2
99-00 1 Philadelphia 76ers 12.4 4.5 4.4 1 149-340 1 43.8 26-90 28.9 1 74-110 1 67.3 32 28.6
99-00 1 total 14.8 4.9 4.7 1 297-728 1 40.8 44-168 26.2 1 192-265 1 72.5 56 31.9
00-01 1 Philadelphia 76ers 8.0 3.4 1.9 1 151-330 1 45.8 32-78 41.0 1 52-88 1 59.1 48 20.4
00-01 1 Adama Hawks 19.7 5.7 6.2 1 124-252 1 49.2 38-79 48.l 1 49-72 1 68.1 17 36.3
00-01 1 total 11.1 4.0 3.1 1 275-582 1 47.3 70-157 44.6 1 101-160 1 63.1 65 24.6
O1-02 1 Adama Hawks 9.9 3.7 3.5 1 211-504 1 41.9 53-171 31.0 1 109-153 1 71.2 59 25.3
02-03 1 Milwaukee Bucks 11.6 4.2 3.6 1 249-577 1 43.2 95-263 36.1 1 137-194 1 70.6 63 27.0
03-04 1 Milwaukee Bucks 8.4 3.7 2.7 1 211-506 1 41.7 49-168 29.2 1 145-199 1 72.9 73 20.8
04-05 1 Milwaukee Bucks 5.6 3.0 3.0 1 105-256 1 41.0 42-116 36.2 1 44-61 1 72.1 53 20.7
05-06 1 Milwaukee Bucks 4.9 2.3 2.1 1 116-298 1 38.9 45-147 30.6 1 40-56 1 71.4 65 15.7

~ TONI KUKOC
 lleva a Adama, donde jugó a gran nivel en una franquicia que llevaba años lejos
1
transmitiendo la sensación de que no había nada que no pudiese hacer de mane-
de los mejores. Permaneció una temporada más en los Hawks, con menor ra natural y fluida.
importancia en los esquemas del equipo, y, a sus 34 años, la última parada del Aquel Toni Kukoc no sería eterno. Con el salto a la NBA, su evolución
trayecto fue en Milwakee. Los Bucks disfrutarían de los últimos coletazos de física y la necesaria adaptación a una competición más exigente provocaron la
uno de los jugadores europeos con más talento de todos los tiempos. transformación del jovencito que había maravillado a Europa. Kukoc ganó masa
muscular rápidamente, condición ineludible para sobrevivir en aquel balonces-
to. En el proceso, incrementó su fuerza y potencia, pero también perdió agilidad
CARACTERÍSTICAS y un punto de facilidad en sus movimientos. Aunque la esencia de su juego
seguía siendo la misma, en Estados Unidos se convirtió en un hombre a caballo
El primer Toni Kukoc, el de su etapa en Split y Treviso, estaba tan alejado del entre las posiciones de alero y ala-pívot. Lógicamente, compartir equipo con dos
molde clásico de jugador europeo que resulta casi imposible definir con palabras figuras de la dimensión de Michael Jordan y Scottie Pippen limitó sus funciones
a un jugador tan especial como él. Muchas y muy peculiares características físi- sobre la pista. Toni ya no podía capitalizar las acciones ofensivas de su equipo
co-técnicas se conjugaron en la gestación de un talento sin precedentes. como en el pasado; además, era indispensable encontrar un hueco a las tres pie-
Extremadamente alto para su teórica posición, de una delgadez que inme- zas en el mismo quinteto. Si bien su rendimiento fue satisfactorio, algo había
diatamente atraía la atención sobre su figura y zurdo cerrado, todo en Toni cambiado. Sus cualidades más útiles para el estilo de juego de la NBA -y de su
Kukoc esquivaba a la lógica tradicional. Poseía un exquisito dominio de balón, propio equipo- fueron potenciadas, al tiempo que las valoradas como menos
habilidad sólo posible gracias a una coordinación asombrosa en alguien de su sólidas o pragmáticas perdían relevancia en su repertorio y obligaciones. Toni
estatura, que complementaba con una envergadura aún mayor, la cual le permi- tiraba de tres y repartía asistencias, pero ya no subía la pelota con frecuencia, no
o
>
<(
tía botar el balón muy cerca del suelo. Su zancada también era amplísima, pues era el generador de situaciones, no controlaba todos los rincones de la cancha.
_J
(/) su poco común estructura física (brazos y piernas muy largos, tronco pequeño) Su rol consistía en aportar fluidez en la circulación y finalizaciones en forma de
o(.:J
resultaba ideal para determinados aspectos de suma importancia en el balonces- canastas o asistencias. No era poco, pero no era lo mismo.
:::>
>- to. A todo ello añadía una gran velocidad y agilidad en sus desplazamientos, ya Posiblemente, el Toni Kukoc NBA fue el más adecuado para los éxitos de
º
1-
(/)
L.U
fuese corriendo a campo abierto o realizando traspiés en espacios cortos, y una su franquicia. Quizá también, el más apropiado para hacerse un sitio en la liga.
u notable potencia de salto. El resultado final era un prototipo que en aquellos Pero ello no es óbice para afirmar que de la evolución surgió un jugador diferen-
z
o
_J momentos parecía venido del futuro. Toni reboteaba, taponaba, subía el balón, te al anterior. Uno que alcanzó un notable nivel ante la mayor exigencia física de
<(
co jugaba en el poste bajo o tiraba de tres. Nada parecía estar fuera de su alcance. la liga, si bien nunca más fue capaz de volver a desarrollar el mismo baloncesto
_J
L.U Si sus aptitudes biológicas tenían aroma a sueño de entrenador visionario, de su anterior etapa. Muchos fueron los que asociaron ese fenómeno al aumento
u)
o el toque que reportaba un encanto romántico al conjunto era su singular altruis- de dificultades en su nuevo entorno, una explicación muy plausible. Pero, al
o
<(
co mo. Kukoc estaba capacitado para anotar muchos puntos y de muy diversas observar los torneos FIBA que disputó con la selección croata en ese periodo, el
oce maneras: se mostraba tan incisivo en penetraciones como letal desde la línea de u
cambio resultaba evidente. Toni buscaba mucho más las acciones de poste bajo, o
(/) ~
o tres, donde lo mucho que se elevaba al realizar el lanzamiento hacía inalcanzable donde se mostraba más determinante que antes. En cambio, le resultaba más :::>
,z ~
L.U para el defensor la ya de por sí difícil tarea de puntearle el tiro. Pero encestar no complicado dividir la defensa en penetraciones desde muy lejos del aro, deján- z
:::>
Cfl era su obsesión. Él disfrutaba asociándose con sus compañeros más que con o1-
dose notar la pérdida de agilidad. Un jugador, en algunos aspectos, distinto,
cualquier otra acción del juego. Su visión del pase y su capacidad para ejecutarlo puede que más sólido pero también menos omnipresente.
106 107
con infinidad de gestos técnicos diferentes fueron su sello distintivo, hasta el
punto que lideró las ligas yugoslava e italiana en asistencias. Kukoc tenía la tota-
lidad de la cancha en la cabeza, pensaba como un base, dominaba el tempo del
partido desde la posición de alero ... o desde cualquiera. Las demarcaciones pre-
establecidas no podían poner grilletes a la globalidad de su baloncesto, y es que,
tanto en la Jugoplastika como en la Benetton, desempeñaba durante varios
minutos labores de todo tipo. Tan capaz era de emparejarse a Divac en la final
de liga yugoslava de 1989, como de oficiar de base mientras en el otro lado de la
cancha defendía a Fassoulas en la Final Four de 1993. Un talento universal,
 1 clama campeón de liga, y al año siguiente logra clasificarse para la Final Four de
Vlade Divac
Prijepolje (República de Serbia, Yugoslavia). 03.02.1968. 2.12 m. Pívot
TRAYECTORIA
Inicios
Divac empezó a jugar a baloncesto a los 14 años. Natural de Prijepolje, pasaba
los veranos en casa de su abuela materna en Kraljevo. La casualidad hizo que
mientras jugaba con otros chicos en una canasta al aire libre, el ex jugador inter-
nacional Milan Bogojevic, por aquel entonces entrenador del Sloga de Kraljevo,
le viese en acción y le propusiera fichar por el club que dirigía. Era 1983, y
Vlade pasó a formar parte del equipo juvenil. Tan sólo una temporada después,
hacía su debut con la primera plantilla del Sloga. Llevaba dos años practicando
el baloncesto.
Etapa profesional
La eyolución de Divac en Kraljevo marcha a velocidad de crucero. Debuta ano-
tando 27 puntos al Estrella Roja en Belgrado, y tres meses después es convocado
por primera vez por Kresimir Cosic para disputar unos amistosos con la selec-
ción absoluta. El potencial que se le intuye ya es de dominio público y, tras dos
campañas en el Sloga, los principales conjuntos del país pugnan por hacerse con
sus servicios. Desde la capital, Partizan y Estrella Roja son los que muestran más
interés, hablando directamente con Vlade y sus familiares. Finalmente, el joven
pívot se decanta por el Partizan, influenciado -según sus propias palabras- por
la presencia en el equipo de un base como Aleksandar Djordjevic, con quien
además compartía una gran amistad nacida en las concentraciones de las selec-
108
ciones inferiores.
En Belgrado, Divac explota como jugador, convirtiéndose en el líder del
equipo y jugador emblema de cara a los aficionados. El nivel exhibido en sus
tres temporadas en el Partizan es igualado por muy pocos jóvenes a lo largo de la
historia del baloncesto europeo. Auténtico abanderado de la generación cam-
peona del mundo júnior en Bormio, Vlade se erige en el pívot más determinan-
te de la Prva Liga con apenas veinte años de edad. Una etapa caracterizada por
un continuo crecimiento individual, pero con un cierto sabor amargo en lo
colectivo. Y eso que el inicio es muy esperanzador: en 1987, el Partizan se pro-
la Copa de Europa. Una vez en Gante, los balcánicos caen en semifinales ante el
Maccabi de Tel Aviv, en una gran actuación de Divac ( 19 puntos).
Ese mismo año ve nacer una de las grandes rivalidades históricas del
baloncesto yugoslavo, la de la Jugoplastika y el Parrizan. A pesar de los triunfos
del conjunto de Belgrado en la Copa Korac y la Copa de Yugoslavia de 1989, los
croatas se impusieron en sus diversos enfrentamientos con el título de liga en
juego. Además, su posterior dominio de la máxima competición continental
oscurecería a la magnífica generación capitalina, mucho menos conocida a nivel
internacional. En lo personal, la elección del serbio como Mr Europa, rompien-
do todos los registros de precocidad del galardón, confirma plenamente su estre-
llato europeo.
Tras la segunda derrota ante los de Split, con tan sólo 21 años, Vlade deci-
de cruzar el charco para enrolarse en las filas de Los Angeles Lakers, que habían
escogido sus derechos en el draft (número 26 de la primera ronda). Kareem
Abdul-Jabbar se acababa de retirar y su sustituto iba a ser un europeo, con todo
lo que ello suponía a finales de los ochenta. Una primera temporada de adapta-
ción precedió al primer gran momento de su trayectoria estadounidense: las
finales de la NBA de 1991, en su segundo año en el equipo. Los Lakers no con-
siguieron imponerse a los Chicago Bulls de Michael Jordan, pero el magnífico
rendimiento de Divac ( 18,2 puntos y 8,8 rebotes de promedio en las finales)
hacía presagiar un futuro esplendoroso en la competición.
Y aunque el nivel alcanzado en su periplo en los Lakers fue elevado, quizá
no llegó a lo que su trayectoria hasta aquel verano del 91 insinuaba. Vlade Divac
se estableció como un muy sólido jugador de la liga, siempre entre los mejores
centers de la competición, pero a cierta distancia de la más reducida élite de su
posición. Cinco temporadas con buenos números (16 puntos, 10,4 rebotes y
4, 1 asistencias de promedio en 1995), en las que fue uno de los hombres más
importantes del conjunto, fue su legado al conjunto angelino. Una etapa lastra- u
<r:
da.en su valoración por la imposibilidad de los californianos para avanzar rondas 2::
o
en playoffsólo en una ocasión, después de más de una década de lograrlo de LJ.J
o
manera casi ininterrumpida. <r:
_J
En 1996, Vlade es traspasado a los Charlotte Hornets, un equipo de la >
Conferencia Este que vive un proceso de renovación, y en el que el yugoslavo
109
ofrece un óptimo rendimiento en los dos años que permanece en la franquicia.
En lo colectivo, las dos presencias seguidas en playojf(caen frente a los Bulls de
Jordan en la segunda ronda de 1998), suponen un pequeño éxito para los Hor-
nets, tras no clasificarse para las eliminatorias por el título el año anterior.
Pero es en Sacramento Kings donde Divac alcanza su cénit en su periplo
NBA. Aunque estadísticamente sus números no muestran un incremento, el
juego del conjunto californiano se ve muy influido por las características de
Vlade. Formando una pareja interior de excelsos pasadores con Chris Webber,
todo el equipo se organiza en torno a la distribución de juego iniciada por sus
 SUEÑOS ROBADOS. EL BALONCESTO YUGOSLAVO
0

ESTADÍSTICAS

84-85 1 Sloga Kraljevo

85-86 1 Sloga Kraljevo 15.6 6.5 1.4 96-198 1 48.5 1-5 20.0 48-64 75.0 22 24.0

86-87 1 Partizan Belgrado 16.9 8.7 0.8 94-190 1 49. 5 2-6 33.3 78-102 76.5 22 27.9

87-88 1 Partizan Belgrado 19.0 10.0 0.7 173-302 1 57.3 0-4 o.o 73-105 69.5 22 35.0

88-89 1 Partizan Belgrado 19.2 11.3 1.1 149-278 1 53.6 2-5 40.0 80-118 67.8 20 32.2

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~

ESTADÍSTICAS

89-90 1 Los Angeles Lakers 8.5 6.2 0.9 1 274-549 1 49.9 0-5 o.o 1 153-216 1 70.8 82 19.7
90-91 1 Los Angeles Lakers 11.2 8.1 1.1 1 360-637 1 56.5 5-14 35.7 1 196-279 1 70.3 82 28.1
91-92 1 Los Angeles Lakers 11.2 6.9 1.7 1 157-317 1 49.5 5-19 26.3 1 86-112 1 76.8 36 27.2
92-93 1 Los Angeles Lakers 12.8 8.9 2.8 1 397-819 1 48.5 21-75 28.0 1 235-341 1 68.9 82 30.8
93-94 1 Los Angeles Lakers 14.2 10.8 3.9 1 453-895 1 50.6 9-47 19.1 1 208-303 1 68.6 79 34.0
94-95 1 Los Angeles Lakers 16.0 10.4 4.1 1 485-957 1 50. 7 10-53 18.9 1 297-382 1 77.7 80 35.0
95-96 1 Los Angeles Lakers 12.9 8.6 3.3 1 414-807 1 51.3 3-18 16.7 1 189-295 1 64.1 79 31.3
96-97 1 Charlotte Hornets 12.6 8.9 3.7 1 418-847 1 49.4 11-47 23.4 1 177-259 1 68.3 81 35.1
97-98 1 Charlotte Hornets 10.4 8.1 2.7 1 267-536 1 49.8 3-14 21.4 1 130-188 1 69.1 64 28.2
98-99 1 Sacramento Kings 14.2 10.0 4.3 1 262-557 1 47.0 11-43 25.6 1 179-255 1 70.2 50 35.2
99-00 1 Sacramento Kings 12.2 8.0 3.0 1 384-764 1 50.3 7-26 26.9 1 230-333 1 69.1 82 29.0
00-01 1 Sacramento Kings 12.0 8.3 2.8 1 364-755 1 48.2 4-14 28.6 1 242-350 1 69.1 81 29.9
O1-02 1 Sacramento Kings 11.1 8.4 3.7 1 338-716 1 47.2 3-13 23.1 1 209-340 1 61. 5 80 30.2
02-03 1 Sacramento Kings 9.9 7.2 3.4 1 305-655 1 46.6 6-25 24.0 1 179-251 1 71.3 80 29.8
03-04 1 Sacramento Kings 9.9 5.7 5.3 1 314-668 1 47.0 2-13 15.4 1 170-260 1 65.4 81 28.6
04-05 1 Los Angeles Lakers 2.3 2.1 1.3 13-31 41.9 0-0 8-12 66.7 15 8.7

VLADE DIVAC
j
 ..
pívots, con numerosos cortes y movimientos de los hombres exteriores para
optimizar las peculiares cualidades de ambos, especialmente las del serbio. Ade-
más, su conexión y entendimiento con su compañero de frontcourt alcanza unos
niveles de refinamiento asombrosos, tanto que remiten a la recordada sociedad
que Divac y Radja protagonizaron en las diferentes selecciones yugoslavas más
de diez años atrás. La competitividad de Sacramento aumenta a cada tempora-
da, y, al igual que sucedió en su etapa en la liga de su país, el color amarillo se
cruza con sus intereses. Lakers y Kings dibujan algunos de los más bellos
momentos de la NBA de inicios de milenio, en una enconada rivalidad que se
decanta del lado angelino por pequeños matices, con el famoso triple de Horry
en las Finales de Conferencia de 2001 como máxima expresión. Sacramento no
toca jamás el anillo, a pesar de acariciarlo con la yema de los dedos; mas el balon-
cesto exhibido durante esos años quedó grabado en la retina de los aficionados.
Divac es escogido para el All-Star a la edad de 32 años, como símbolo de su
periodo de máximo reconocimiento en la liga. Su retirada se produce en el 2005,
tras volver de nuevo a Los Ángeles y disputar una quincena de partidos con la
misma camiseta de su debut en la NBA dieciséis años atrás.
o
> e incluso estupor, Vlade fue muchas veces acusado -sibilinamente- de no ser tan
<l:
_J
(}) CARACTERÍSTICAS
o(.'.)
:::>
>- El mejor pívot de la historia del baloncesto FIBA por detrás de Arvydas Sabonis
º
1-
CJ)
L.U
y en dura pugna con Kresimir Cosic. El Vlade Divac del Partizan de Belgrado
u fue un jugador de unas condiciones que pocas- veces se han visto por las canchas
z
o
_J europeas. Un gran anotador en situaciones de poste bajo -aunque en muy con-
<l:
en tadas ocasiones utilizase su mano izquierda-, con un muy buen movimiento de
_J
L.U pies y múltiples recursos ofensivos, especialmente reversos y ganchos, además de
v:i
o un notable lanzamiento de media distancia. Su dominio del rebote, sobre todo
o
<l:
en el ofensivo, se veía aderezado por su presencia defensiva, donde, a pesar de no
oo: mantener la concentración de manera prolongada, se mostraba capaz de taponar
(})
muy frecuentemente las penetraciones rivales. Fuerte, móvil, coordinado, era un
o
,z
L.U jugador que parecía llegado de una máquina del tiempo al comparar sus cualida-
:::>
(/)
des con las de sus coetáneos, zares lituanos al margen.
Pero la peculiaridad de Divac radicaba en ser un jugador muy grande, de
112
excepcional velocidad y talento atlético, que corría la cancha subiendo el balón
con soltura, mostrando un dribblingy una capacidad de pase asombrosas. Repe-
tía en numerosas ocasiones una acción que resultaba casi una afrenta al credo
baloncestístico predominante: reboteaba bajo su aro e iniciaba él mismo la tran-
sición, ofreciendo la asistencia definitiva a sus compañeros. Sus dotes pasadoras
eran también el centro del ataque estático del Partizan, que generaba situaciones
a través del pick and rol/ entre Djordjevic y Divac en el lado izquierdo de la can-
cha, una disposición que repetía una y otra vez a lo largo de los partidos. De sus
múltiples variantes se nutría el juego colectivo partisano, ante la rareza de dispo-
.......
ner de dos hombres capaces de lanzar, botar o pasar. Crear, en suma. Sus condi-
ciones físicas y técnicas le convirtieron en un biotipo, un jugador de una dimen-
sión desconocida en la época. La afirmación no es gratuita. Su habilidad natural
y coordinación eran de tal magnitud que en un derby contra el Estrella Roja, en
1989, y ante la expulsión de Djordjevic al inicio de la segunda mitad, Dusko
Vujosevic decidió que fuese Divac el que oficiase de base. A pesar de ser presio-
nado a toda la pista por Radovic o Karadzic, el improvisado playmaker no perdió
un solo balón, driblando y pasando con desenvoltura.
La Escuela Yugoslava no hizo acto de presencia tan sólo en sus fundamen-
tos técnicos. Con un marcado carácter de líder a pesar de su juventud, expresivo
y comunicativo con público y compañeros, mezcló su inteligencia natural con
una tendencia a la picaresca que le hacían parecer un veterano a los veinte años.
Gestos, simulaciones y aspavientos devenían en moneda común en el que aún
era un chaval, acostumbrado a desquiciar a rivales mucho más maduros.
Observar al Divac de esta primera etapa de su carrera es ver a un jugador
de una dimensión muy diferente al posterior, pese a que el éxito y reconoci-
miento mundial le llegaría con su paso por la NBA. Miembro de una genera-
ción (y un baloncesto) famosa por una ética de trabajo que causaba admiración
trabajador como otras estrellas balcánicas. La rutina con las pesas, tan importan-
te en los entrenamientos estadounidenses, tampoco era del agrado de Divac. Sea
como sea, el joven que se adelantó a todo en su periplo europeo también fue
prematuro en el descenso de su capacidad física. Lejos de incrementar su condi-
ción atlética y fortaleza, como era moneda común, el Vlade NBA perdió veloci-
dad y capacidad de salto. No desde un inicio, pues en sus primeros años aún era
un jugador muy parecido al del Partizan, pero, paulatinamente, su característica
rapidez se fue difuminando en medio de una transformación física visible, en la
que su masa muscular y su estilizada figura mutaron en un jugador de apariencia
mucho más blanda. La esencia de su juego fue muy similar, potenciando más si u
cabe su inteligencia y talento para la distribución, pero en el camino se dejó <!
>
algunas de las cualidades que le permitían sumar estadística con facilidad. Sus o
L.U
o
reversos ya no eran tan repentinos, ni su desplazamiento lateral tan vertiginoso, <!
_J
aunque fue en el uno contra uno en el poste bajo donde más palpable resultó el >
cambio. Aunque su menor vigor físico pudiese ser argumentado por el hecho
113
objetivo de que en la NBA el talento atlético era superior al que se encontraba
en Europa, los torneos que Divac disputó con la selección yugoslava en 1995,
96 y 99 (en el Mundial de lndianápolis ya era muy veterano) mostraron a un
jugador que poco tenía que ver con el de anteriores campeonatos. Su dominio
de los partidos y de los emparejamientos directos no resistía comparación con su
anterior versión, sufriendo (e incluso viéndose superado) con algunos de sus
rivales. Resulta paradójico que su importancia en la selección yugoslava en este
periodo se viese relegada por la figura de Djordjevic, Danilovic o Bodiroga (en
Atlanta, también Savic, Rebraca o Paspalj anotaron más que él) cuando seis años
 .,,,.

atrás, en el Partizan y con casi los mismos protagonistas, su juego constituía el

auténtico eje del equipo.
La evolución de Divac no evitó que, en su madurez, alcanzase un rendi- La Liga Nacional de Yugoslavia (IV)
miento altísimo en la NBA, convirtiéndose en el mejor pívot pasador de la com-
petición. Su pérdida de dominio individual se vio compensada por un conoci-
miento del juego que le erigió en la clave de los sistemas ofensivos de los Kings.
Un jugador atípico, diferente, que acabó pareciéndose mucho a una imagen
vanguardista del otro gran pívot de la historia de la Reprezentacija, Kresimir 1 9 8 6
Cosic. Y en uno de los mejores jugadores que jamás haya surgido en el Viejo
Continente. Con el precedente de los tres títulos acumulados el año anterior, la Cibona de
Zagreb se postulaba como unánime favorito en todos los pronósticos. El desa-
rrollo de la liga regular confirmó plenamente la predicción, con los croatas rom-
piendo el registro histórico de la liga desde que la disputaban doce equipos: 21
victorias y 1 derrota. Todo lo que rodeaba a los de Zagreb era monstruoso: la
única derrota, ante el Sibenka, había llegado en la penúltima jornada, en pleno
mes de marzo, y su promedio anotador fue de 112,5 puntos por encuentro, otro
hito. A muchísima distancia -también récord de diferencia entre primer y
segundo clasificado-, el Zadar finalizó con 15-7, el Buducnost 14-8 y, tras ellos,
o
Sibenka, Partizan y Jugoplastika consiguieron idéntico balance: 12 partidos
~
(/) ganados por 1O perdidos.
o(.!) Un suceso anecdótico volvió todas las miradas hacia Yugoslavia el 5 de
:::::>
>- octubre de 1985. Drazen Petrovic anotaba 112 puntos ante el Olimpia de Liu-
º
1-
(/)
w
bliana, que se vieron obligados a disputar el encuentro con júniors debido a un
u error en los plazos para entregar las licencias. Pero menos de una semana des-
z
o
_J
pués, Zdenko Babic, del Zadar, superaba la marca y encestaba 144 puntos en un
<(
ca partido de Copa Korac ante un débil equipo chipriota, el Apoel de Nicosia. Sus
_J
w compañeros al completo habían anotado siete. El gesto no gustó a Drazen. Años
(/j
o después, el entrenador del Zadar, Vlado Djurovic, declararía: "La directiva me lo
Cl
<(
ca
propuso, y me pareció una idea divertida. Se lo comentamos a Petar Popovic,
oo: nue$tro mejor anotador, pero se negó. También Pahlic, Blazevic, Matulovic,
(/)
o Petranovic ... Finalmente, Babic sí aceptó. Drazen nunca me dijo nada, pero su
•Z
w madre me comentó que estaba muy enfadado".
:::::>
(/)
Polémicas personales al margen, el asalto al título tenía un único aspiran-
te por primera vez en muchísimos años. Sin Andre Knego, que se había marcha-
114 115
do a probar suerte en la ACB con el Cajamadrid, ni Aleksandar Petrovic por
mor del servicio militar, los huecos en el quinteto inicial los ocupaban Franjo
Arapovic y Danko Cvjeticanin, el mejor anotador de su generación en categorías
inferiores que, sin embargo, no se había consolidado en el Partizan. Los éxitos
no se limitaban a la comp.etición liguera, ya que la Cibona también arrasó en la
Copa imponiéndose al Bosna en la final. Los de Petrovic parecían inaccesibles
para el resto de conjuntos.
Su primer rival en el playojffue el Estrella Roja, que había caído al octavo
puesto. Como en las dos temporadas anteriores, los serbios perdieron el primer

L
 1llf'
partido en Zagreb y ganaron el segundo en Belgrado. Justo antes del tercer
encuentro, la Cibona se proclamaba campeona de Europa en Budapest al derro-
tar al Zalgiris de Arvydas Sabonis. De nuevo en la capital croata, eliminaban al
Estrella Roja: 120-107, con 48 puntos de Drazen. Que los serbios hubiesen for-
zado un desempate ya parecía una proeza.
En semifinales esperaba el Partizan. Victoria fácil en el primer partido,
pero en un segundo encuentro antológico, los partisanos ganaron tras dos pró-
rrogas (124 a 123). Drazen anotó 41 puntos, pero las estrellas fueron Savovic
(31), Petar Vilfan (33, con cinco puntos que forzaron el segundo tiempo extra)
y, especialmente, el júnior Aleksandar Djordjevic, que hizo 21 y se echó al equi-
po a sus espaldas. De nuevo en Zagreb, Vilfan se lesionó en los primeros compa-
ses del encuentro, y los 42 tantos de Petrovic sentenciaron el duelo.
Aunque sufriendo, la Cibona ya estaba en la final. El último escollo sería
el Zadar, que por fin alcanzaba la ronda definitiva tras dos años consecutivos
cayendo en semifinales. Branko Skroce, su gran estrella durante la última déca-
da, había abandonado el equipo en 1984, e lvan Sunara, la otra gran referencia
ofensiva, estaba cumpliendo el servicio militar, pero, en el primer año de Vlado
Djurovic, el quinteto Pahlic-Popovic-Obad-Petranovic-Vrankovic (con Matulo-
o vic, Blazevic o Mladjan saliendo desde el banquillo y con Babic sin hacerlo)
>
::í
(/) lograba la hazaña, solventado las eliminatorias ante Bosna y Jugoplastika por
o(.!)
sendos 2 a O.
:::>
>- Los de Petrovic golpearon primero (84-70) en un partido muy igualado
º
f-
C/)
UJ
que sólo se decidió en los últimos minutos. El técnico serbio del Zadar tenía un
u plan muy definido, y éste pasaba por ralentizar al máximo el tempo del partido,
z (/)
o...J siempre controlado por el cerebral y habilidoso Ante Pahlic. En el segundo parti-
<(
en do, ya en el Jazine Hall, la idea llegó a buen puerto y sus hombres se impusieron
...J
UJ por 84-73. De manera inesperada, Drazen Petrovic no saltaba a la cancha aquel
<.!)
o día; en teoría, para evitar una tercera técnica que le hubiese impedido participar
o o
<( en un hipotético desempate, aunque corrían rumores de que en realidad era un
en
o intento de aplazar la celebración del título para hacerlo ante sus aficionados.
cr:
(/)
o Y en Zagreb saltó la sorpresa en un partido para la historia, marca de la
•Z
UJ casa de la liga yugoslava. Un carrusel de emociones como pocas veces se hayan
:::i
(/)
vivido en un encuentro decisivo del Viejo Continente. Franjo Arapovic, pívot de
la Cibona, abrió la veda con su expulsión en la primera mitad al soltar un codazo
116
a Ante Pahlic después de una canasta de Petranovic. Al descanso, Petrovic lleva
tan sólo 12 puntos, pero la Cibona gana 42 a 3 7, gracias a los 23 puntos sin un
solo fallo de Danko Cvjeticanin. El principal anotador del Zadar, Petar Popovic,
pasa muchos minutos en el banquillo y en ese momento lleva cero puntos.
Lo mejor estaba por llegar. En la reanudación, Drazen salta a la pista como
un torbellino, encestando 20 puntos -con seis triples- sin errar ningún lanza-
miento, colocando el 71-60 en el marcador. Danko Cvjeticanin no se queda atrás
y a esas alturas amasa 27 puntos también inmaculados. Pero la racha se interrum-
pe bruscamente, y a partir de ese momento, Drazen falla siete de sus últimos
1
ocho tiros. El ritmo lento de los anteriores 100 minutos de eliminatoria salta por
los aires y, en el otro bando, Popovic tiene la respuesta: ingresa en la cancha en el
minuto 3 y anota 22 puntos que remontan el marcador. En los últimos cuarenta
segundos, la estrella de la Cibona falla un tiro libre adicional y Veljko Petranovic
un lanzamiento a la media vuelta que vale un título. 85-85 y prórroga.
No hay tiempo para respirar. La igualdad es máxima. En el último minu-
to, el genio de Sibenik es eliminado con 37 puntos en su cuenta particular. Todo
un mundo, en el que caben cinco puntos más de Popovic, que a cada instante
parece más gigantesco. Danko Cvjeticanin da un paso adelante, pero falla un
triple para sentenciar que es recogido por Cutura bajo el aro para colocar el 96-
94. En la última jugada, todo el pabellón espera que Popovic se la juegue, y éste
regala la asistencia desde 9 metros a Blazevic, solo bajo el aro. Aún da tiempo de
que Cvjeticanin erre el tiro ganador. 96-96. Segunda prórroga.
En la que se producen empates a 98, 100 y 102. Un heroico Cvjeticanin
responde a Petranovic canasta por canasta. Pero Petar Popovic sigue en combus-
tión, ya es la gran noche de su carrera profesional. Los siete puntos del menudo
escolta son redondeados por un triple demoledor tras subir él mismo la bola.
Faltando doce segundos, la Cibona saca de banda para intentar forzar la tercera
prórroga. Paradojas del destino, Mihovil Nakic yerra el lanzamiento, y cuando
Vuckicevic rebotea y anota el 110-111, los jugadores del Zadar ya están cele-
brando el título. La exhibición de Popovic, 35 puntos en total desde el inicio de
~
la segunda parte, el poderío de Vrankovic ( 18, 17 rebotes y 8 tapones) y el carác-
ter de Petranovic (26) se imponen a los 38 de Danko Cvjeticanin, que se ha
<(
>
<(
quedado solo. Los 1.13 7 días de imbatibilidad casera del Dom Sportova, desde el ...J
o
16 de marzo de 1983, encuentran su final el día menos indicado. (.'.)
:::i
La Cibona no ha ganado el campeonato. Ni defenderá el cetro de la Copa >-
l..U
de Europa el año siguiente . o
...J
<(
z
MÁXIMO ANOTADOR:
u
Drazen Petrovic (Cibona), 43,3 puntos por partido. <(
z
<(
(.'.)
::::::¡
<(
1 9 8 7 ...J
117
Con el aliciente de comprobar cómo reaccionaría la Cibona ante el duro golpe
del año anterior, dio inicio la campaña 1986-87. Y las dudas se disiparon rápida-
mente. El balance de liga regular conseguido doce meses atrás parecía insupera-
ble, pero los croatas fueron todavía un paso más allá y lograron finalizar invictos
la temporada: 22-0. Los retornos de Aza Petrovic y Andro Knego aumentaban
i
aún más el potencial del equipo, que tampoco perdió ningún partido en compe-
tición europea, levantando el título de Recopa.
1
En segunda posición {18-4), el Partizan de Belgrado, que presentaba una
l
plantilla completamente remozada con las adquisiciones de Vlade Divac -su
 '1"
1
Sloga había descendido el año anterior-, Zarko Paspalj e lvo Nakic, aunque el
liderato del conjunto aún recaía en los veteranos Goran Grbovic, Milenko Savo-
vic y, en menor medida, Zeljko Obradovic. El tercero en discordia fue la Jugo-
plastika de Split, que sumó 17 victorias y 5 derrotas en la primera campaña de
Bozidar Maljkovic. El técnico serbio trajo consigo a Zoran Sretenovic, tercer
base de su Estrella Roja, que junto al poderío ofensivo de un Velimir Perasovic
que llevaba un par de años entre los mejores anotadores y al progresivo creci-
miento de Dino Radja y Toni Kukoc formó un equipo de futuro que ya estaba
logrando los mejores resultados desde la gloriosa etapa de los setenta. Tras ellos,
el Estrella Roja ascendía a la cuarta posición (15-7), con el mismo núcleo de las
últimas temporadas reforzado por el asentamiento de Prelevic e Ilic y dirigidos
esta vez por Vlade Djurovic. El campeón, Zadar, su ex equipo, no pasó de un
decepcionante octavo puesto (9-13), con Giuseppe Giergia en el banquillo e
lvan Sunara de nuevo sobre la cancha. Ninguno de los citados se alzó con la
Copa de Yugoslavia, cuyos finalistas fueron el IMT de Belgrado y el Olimpia de
Liubliana, dos conjuntos de segunda división que aquella misma temporada
ascenderían a la máxima categoría. En el caso de los de Belgrado, con participa-
ción europea incluida gracias al título conseguido.
o Pero eso no afectaba ya a los protagonistas de la última ronda. La final
> A inicios de abril dieron comienzo los playoffi. La eliminatoria de cuartos
:5
Cf) fue muy sencilla para Cibona y Estrella Roja, que decidieron en dos partidos sus
o nista. Y la puesta en escena del Estrella Roja fue contundente. La euforia -y
(!) enfrentamientos con MZT y Sibenka, respectivamente. El Partizan sufrió más
::::>
>- para deshacerse del Zadar, que forzó el desempate en Belgrado, donde los ser-
º
1-
Cf)
L.U
bios vencieron con autoridad. La sorpresa vino en el cruce Jugoplastika-Bosna,
u ya que después de que ambos equipos se impusiesen delante de sus aficionados,
z (/)
o
_J un triple letal de Vucevic clasificó a los bosnios en el encuentro definitivo dispu-
<(
CXl tado en Split.
_J
L.U Las semifinales emparejaban al Partizan con el Bosna, por un lado, y a la
c.r)
o Cibona con el Estrella Roja por el otro. De nuevo el Partizan necesitaba de tres
o z
<( partidos, y como en la ronda anterior, el factor cancha resultó decisivo. Los de la
CXl
oa:
capital alcanzaban la final liguera por primera vez desde la temporada 81-82,
(/'J
con Dalipagic y Slavnic al frente de las operaciones.
o Q
•Z
L.U En el otro cruce, la Cibona vencía de manera clara en Zagreb por 18 pun-
:::>
(/'J
tos de diferencia, 92 a 7 4. El segundo encuentro fue muy igualado, y los croatas
tuvieron su pase en la mano. Faltando 9 segundos, y con 92-92 en el marcador,
118
Usic dispuso de dos tiros libres, pero falló ambos y en el ataque posterior el
júnior Nebojsa Ilic anotó la canasta de la victoria. El gran rendimiento ofensivo
de Radovic, que encestó 24 puntos, resultó crucial para los serbios, que supieron
minimizar a Drazen Petrovic, al que dejaron en tan sólo 20 puntos. Aquella era
la primera derrota de la Cibona en toda la temporada.
Y en la capital croata, Djurovic lo volvió a hacer. La primera mitad siguió
el guión previsto, con Drazen Petrovic anotando de manera voraz 30 puntos que
situaban el 59-47 en el marcador, pese a que el técnico serbio intentaba ralenti-
zar el ritmo del partido haciendo que sus bases subieran la pelota andando. Todo
~
parecía en su sitio, pero en una segunda mitad acertadísima del Estrella Roja, el
conjunto capitalino le daba la vuelta al electrónico con una demostración de
Branislav Prelevic, autor de 32 puntos, y que por momentos recordó a cierto
escolta del Zadar doce meses atrás. Los 48 puntos de Petrovic no servían para
alzarse con la victoria, y la Cibona perdía su segundo partido consecutivo des-
pués de permanecer invicto durante muchos meses. La historia se volvía a repe-
tir, aunque en el otro lado la percepción era la opuesta: tras tres años consecuti-
vos cayendo en el partido de desempate en Zagreb, por fin lograban asaltar el
fortín. La hazaña, además, se vio afectada por la ya tradicional polémica que
rodeaba al campeonato yugoslavo. Radovic, padre del jugador del Estrella Roja,
era el presidente del comité de árbitros, y Mirko Novosel clamó por un supuesto
favoritismo en el arbitraje por parte de Radonjic y Ristovski, los hombres desig-
nados para pitar el decisivo encuentro. Mientras sus rivales celebraban la clasifi-
cación, Sven Usic y los hermanos Petrovic increpaban vehementemente a los
colegiados y el resultado fue que el Comité de Competición sancionó a los tres
jugadores croatas con varios partidos que habrían de cumplir la siguiente tem-
porada. Drazen Petrovic, en caliente, declaró que no participaría con la selec-
ción en la Universiada y Eurobasket que se disputaban pocas semanas después.
enfrentaba a dos equipos de la misma ciudad, con un solo pabellón de protago-
acierto- de la victoria en Zagreb parecía prolongarse, y los de Djurovic coloca- ~
ron un 4 a 21 en el marcador con un Prelevic enrachado. Pero el Partizan no se >
<(
<(
descompuso y liderado por los 25 puntos de Savovic completaba la remontada _J
o
en la segunda mitad, que finalizó 78-73. Nebojsa Ilic, con 17 puntos, fue el Q
principal anotador del equipo que ofició de visitante. ::::>
>-
w
En el segundo partido, la reaparición de Slobodan Nikolic insufla ener- o
_J
gías al Estrella Roja. Nikolic no había jugado los dos últimos encuentros, y sus <(
21 puntos a la media parte compensaban la ausencia de Prelevic, que no salta al o
parquet. El duelo se mantiene parejo en la reanudación, pero Goran Grbovic se
u
<(
z
echa al Partizan a sus espaldas, y con varios triples decisivos pone en ventaja a los <(
suyos, 86 a 79, en lo que parece la sentencia. No lo es. En un último minuto de ::J
<(
locura, el Estrella Roja remonta el marcador, situando el 86 a 87. En ese _J
momento, vuelve a surgir la figura de Grbovic, que restando 16 segundos ences-
119
ta el triple que supone su punto número 28. En el último ataque, Zoran Rado-
vic asume la responsabilidad, forzando una falta bajo el aro en el último segun-
do. Los 27 puntos de Nikolic, 17 de Milicevic y 16 de Ilic pueden encontrar su
premio en los tiros libres de Radovic. Si anota los dos, habrá prórroga. Acierta el
primero, no logrando hacer lo mismo con el siguiente. El Partizan es el nuevo
campeón de Yugoslavia.
MÁXIMO ANOTADOR:
Drazen Petrovic (Cibona), 37,2 puntos por partido.
 r La decisión final es la lógica: se realiza una convocatoria de doce hombres
en la que se entremezclan veteranos que están en primera línea desde los años 70
IY. Aprovechad ahora, que en pocos años ... (siendo Drazen Dalipagic su máximo exponente) con otros que, aún siendo
jóvenes (rondando los 25), ya llevan varias temporadas compitiendo al máximo
nivel. Dicho grupo representa, más que una renovación de futuro, una transi-
ción hasta que los nuevos talentos que están dominando las categorías inferiores
comiencen su asalto a la selección absoluta. Vlade Divac, con 18 años, es el
único representante de la incipiente (y cada vez más pujante) hornada:
T ERMINATOR lo hizo. Marty McFly lo hizo. Los tripulantes del Oceanic 816
(aviso: SPOILER) lo hicieron. Si ellos pudieron, también nosotros po-
demos.
Retrocedamos en el tiempo.
De nuevo. ., Drazen Petrovic Cibona de Zagreb 1 1964
Pero sólo un poquito.
No necesitamos ni máquinas ultracientíficas, ni coches DeLorean, ni islas
!: Aleksandar Petrovic Cibona de Zagreb 1 1959
'1;
con un campo electromagnético ... raro. Drazen Dalipagic Giomo Venezia 1951

l
1

En el año 1986, el baloncesto yugoslavo se encuentra entre dos aguas. Su Ratko Radovanovic Stade Frans;ais París 1 1956
dominio en categorías inferiores empieza a ser avasallador, y eso que los futuros
campeones del mundo júnior aún no han deslumbrado en Bormio, aunque en Zoran Cutura Cibona de Zagreb 1 1962
.;t v)
nuestros viajes temporales eso ya haya sucedido. Mientras tanto, la selección Danko Cvjeticanin Cibona de Zagreb 1 1963 o
·Z
absoluta vive una etapa de indefinición, sobre todo por sus resultados en los dos •ft <l:
1· Vlade Divac Sloga de Kraljevo 1 1968 (/)
últimos europeos. Tiempo al tiempo, se suele aconsejar en estos casos, frase o
comodín para situaciones negativas que requieren de paciencia para superarlas. 1 Stojan Vrankovic Zadar 1 1964 u
oo...
Habrá que tirar de tópico, pues. ! Emir Mutapcic KK Bosna Sarajevo 1 1960 zw

MUNDIAL DE ESPAÑA ( 1986)

fj
~.
Zoran Radovic Estrella Roja de Belgrado 1 1961
w
~
o
<r'
o:
Franko Arapovic Cibona de Zagreb 1 1965 o
(Y de cómo Naranjito conoció a Pívot. su hermano ... ¿pequeñito?) I
<l:
Veljcko Petranovic Zadar 1 1959 o
<l:
El Strucni Savet (consejo asesor de expertos del baloncesto yugoslavo, formado I
ENTRENADOR: Kresimir Cosic. uLl..I
mayoritariamente por entrenadores) tiene muy claro el ancla al que aferrarse en
AsISTENTE: Dusan lvkovic. o>
este proceso de regeneración. Drazen Petrovic ha ganado dos Copas de Europa o:
o...
<l:
consecutivas, inaugurando un periodo en el cual cinco de las siete ediciones que
se disputan van a parar a las arcas de algún club yugoslavo. En concreto de dos. El papel de Yugoslavia en este mundial es notable, sobre todo en compa- 2
A este bagaje hay que añadir una Final Four de un tercer club. El kosarka inicia ración al séptimo puesto conseguido en Stuttgart un año antes. En un torneo
120 121
una etapa en la que su Proa Liga sube el nivel de manera exponencial, y los tres de 24 equipos, en los que inevitablemente tienen cabida varias selecciones que
o cuatro equipos punteros de esta competición devendrán en auténticas poten- bajan el nivel de juego, la Reprezentacija no pasa problemas en la primera fase
cias cuando compitan a nivel continental. disputada en Tenerife. Los hombres de Cosic abren el campeonato venciendo
Con Drazen Petrovic compartiendo el trono de mejor jugador europeo fácilmente sus dos primeros encuentros a las débiles Nueva Zelanda y Malasia.
con Arvydas Sabonis, la Federación Yugoslava ha de arropar a su nueva superes- En la tercera jornada, la víctima es la Holanda de Rick Smits, con la mejor
trella para el Mundial que se celebrará en España en 1986. El problema está en marca anotadora del genio de Sibenik como internacional, 47 puntos. Al día
quienes han de acompañar al jugador que está tiranizando Europa con la Cibo- siguiente, un esguince de tobillo de Drazen le convierte en duda para el duelo
na. Yugoslavia posee buenos jugadores, pero no jugadores determinantes. No en ante Argentina. Al descanso se llega con un punto de ventaja para los sudameri-
edad sénior, al menos. · canos, sin que el escolta haya pisado la cancha. Cosic no tiene más remedio que

l .

.
 hacerle jugar en la reanudación, y sus 12 puntos en 15 minutos son suficientes
para poner tierra de por medio. Canadá supone el último escollo, y también el
más duro, pues los canadienses atraviesan años de bonanza con una generación
que cuenta con hombres de la talla de Jay Triano, Eli Pasquale, Tony Simms,
Gerald Kazanowski o Greg Wiltjer. Las alternativas en el electrónico son cons-
tantes, tanto como la tensión y malos modos, en medio de un ambiente que
hace sentir a Canadá como en casa. Y es que decir que Yugoslavia (y Drazen
Petrovic) no era la favorita del público español a mediados de los ochenta sería
un eufemismo. Los balcánicos se imponen finalmente por tres puntos, y el pro-
pio Drazen se despide afectuosamente de los aficionados de la isla con un corte
de mangas.
En la segunda fase, ya en Oviedo, los plavi superan cómodamente a China
e Italia. Si la primera era una victoria previsible, la suficiencia de la segunda
resultaba un tanto sorprendente, pero los Marzorati, Magnifico, Villalta, Riva o
Brunamonti prácticamente no muestran oposición, y ya en el ecuador de la
segunda mitad el encuentro está sentenciado. La gran prueba de fuego se pre-
senta con el cara a cara contra Estados Unidos, una selección formada por desta-
cados jugadores universitarios, con David Robinson, Charles Smith, Kenny
o yugoslavas del año 1986 y 1987 cabría situarlas en tierra de nadie. Sí, está Drazen
> Smith y Steve Kerr a la cabeza. El premio era doble, pues el ganador se encara-
::¡
rJJ maba al liderato del grupo y, de rebote, evitaba a la Unión Soviética en el cruce.
o importancia menor, casi marginal (último elemento de la rotación interior y con
~ En un célebre partido recordado por la defensa de Mugsy Bogues a Drazen
:::::>
>- Petrovic, al que deja en 12 puntos, los estadounidenses arrollan a los europeos
~
rJJ en los primeros minutos, manteniéndose siempre por encima en el marcador
LU
u pese a la reacción yugoslava, insuficiente para consumar la remontada. David
z ::J
o
_J Robinson, con 21 puntos y 17 rechaces, se erige como la gran figura del enfren-
4:
ca tamiento.
_J
L.U En semifinales, con el Yugoslavia-URSS, llega uno de los momentos cum-
u:i
o bre del baloncesto europeo de los años ochenta: la historia se ha convertido casi
o <t
4: en un cuento popular, moraleja final incluida. Sabonis y Drazen volvían a verse
ca
oo:: las caras tan sólo tres meses después de la final de la Copa de Europa de Buda-
rJJ
o pest, en la cual el gigante lituano había sido expulsado por agredir a Mihovil
•Z
L.U Nakic, regalándole el título a la Cibona. La idea generalizada era que, aunque
::J
rJJ Arvydas había obrado mal, perdiendo los nervios, las continuas provocaciones
de los croatas tenían tanta culpa como su fuerte carácter. Apartar a Yugoslavia de
122
la final del Mundial no sonaba mal como revancha, y la expectación en torno al
duelo alcanzó niveles extremos. Pero los plavi no parecían estar por la labor de
dejar escapar la victoria, marcando siempre el ritmo del encuentro y marcador.
Con la Reprezentacija dominando de nueve puntos a falta de cincuenta segun-
dos, los hermanos Petrovic renuncian a lanzar tiros libres (ante la posibilidad de
elegir lanzar el 1+1 o sacar de banda) en su afán de humillar a los soviéticos;
final de locura con tres triples de la URSS para forzar la prórroga, uno de ellos a
tablero, y entremedio los archiconocidos dobles de Divac, los cuales otorgarán
esa última posesión al encarnizado rival y al serbio, a nivel personal, un estigma
que le acompañará durante muchos años en su carrera. La escena del niño de 18
años, hundido, tapándose el rostro con las manos, intentando evitar que el
mundo entero vea sus lágrimas, mientras el veterano Petranovic le está abron-
cando a un palmo de su cara por el fallo cometido, es una de esas imágenes que
permanece indeleble en la memoria de cualquier aficionado. Hay errores que, de
manera injusta, se convierten en coletilla del nombre del jugador que lo prota-
goniza. Cuánto debieron hablar el serbio y Chris Webber sobre tiempos muer-
tos y dobles en los vestuarios del Arco Arena ...
Al día siguiente de la cariñosa arenga de Petranovic al novato, Yugoslavia
¡}. logra la medalla de bronce al arrasar a Brasil, 117 a 91. Y Kresimir Cosic, en una
:0
clara muestra de su filosofía personal, incluye en el cinco inicial a Divac, que la
-,~
noche anterior aseguraba a sus conocidos que iba a dejar el baloncesto.
i Los datos históricos del campeonato son conocidos, especialmente para los
aficionados españoles, donde se celebró el Mundial. A nivel de juego, un aspecto
básico para entender la evolución de la Reprezentacija, cabe decir que este torneo
(y el Europeo del año siguiente), si bien se suele asociar en el palmarés con los
oros consecutivos del periodo 89-91, está en realidad más emparentado al perio-
do anterior, el de Los Ángeles'84 o Stuttgart'85. En todo caso, a las selecciones
u:i
o
Petrovic, denominador común; y Vlade Divac, pero el pívot era un jugador de ,z
<t
(/)
o
u
varios partidos sin saltar a la pista), y al que sólo las faltas de los hombres titulares oo....
le llevaron a disputar los minutos decisivos de la semifinal. El resto de los jugado- z
LLJ
res de este combinado en edad de llegar a la etapa victoriosa de finales de los LJ..J
',¡¡; ochenta no mantendrá su puesto en el equipo, o desempeñará un papel mucho o
:j:• <t
~
menos relevante del que ejercen en este bienio 86-87. Diferente es la situación de a:
o
Cutura, que pasará de ocupar una posición de alero puro en este Mundial a jugar I
<r:
de ala-pívot en los campeonatos posteriores, desplazado por la pujanza de los Pas- o
palj y Kukoc. De todos modos, quizás {junto con Vrankovic), es el único que ten- I
u
drá cierto peso específico en futuras (y doradas) etapas. LLJ
>
o
- El baloncesto de esta selección se basa en Drazen Petrovic, elegido mejor a:
o....
jugador de la competición, con Dalipagic de segundo de a bordo. Radovanovic, <t
Cutura o Aza Petrovic también son fundamentales, en una mezcla de estilos que 2::
resultará en un algo indeterminado, vista la preponderancia de un ritmo lento,
con tendencia al ataque estático si la retaguardia no consigue un robo de balón. 123
Es un híbrido entre la recordada imagen de la selección yugoslava de los años
setenta con las características de brega, aplicación defensiva y tiro exterior de los
más jóvenes del plantel, estando muchos de ellos acostumbrados a ejercer de
complementos que trabajan para Petrovic. Una mezcla de la Cibona con aromas
setenteros, o quizás de la Yugoslavia de los setenta con aromas ciboneros. En todo
caso, un estilo algo rancio de ver, sin acabar de decantarse por un sello concreto,
lo cual deja un sabor agridulce al degustador de baloncesto (que no resultados),
a pesar de la medalla de bronce final. Como transición, no está nada mal. A
l
 nivel de análisis deportivo, el juego desplegado (tanto en las ideas predominan-
tes como en la calidad de su ejecución) dista mucho del juego libre, por concep-
tos, que maravillará al mundo años después. Si aquel era un baloncesto total,
este era, a lo sumo, parcial
Pero en este Mundial, Yugoslavia alcanzará una cima particular. En esta
ocasión, el súmmum no es baloncestístico, sino de rechazo. En un combinado
que gravita en torno a las genialidades de Petrovic, con su hermano como la otra
cara visible de los plavi, la presencia de Dalipagic no servirá para compensar la
visión global del equipo. La Cibona ha conquistado dos Copas de Europa con-
secutivas, con Petrovic humillando a rivales (y la afirmación no se refiere exclusi-
vamente a nivel deportivo) y creando polémica allá por donde pasa. Los equipos
en los que juega Drazen causan antipatía generalizada, especialmente en España;
los de Zagreb se habían cruzado dos veces con el Real Madrid en las Copas de
Europa del 85 y 86, ganándole la final de 1985, y privándole de disputar la
siguiente al dejarlo fuera en el partido decisivo de la liguilla (encuentro celebra-
do precisamente en Madrid). Los jugadores españoles, con lturriaga y sus artícu-
los periodísticos a la cabeza, no escatiman halagos públicos hacia el escolta
yugoslavo, que es el emblema de su selección pero no el único que se caracteriza
o
> por lo controvertido de su comportamiento en la cancha. Tan sólo han pasado
::í
(/) tres años de la escena de Grbovic imitando a una costurera en Nantes. En ese
o
(.!) contexto, y con Drazen regalando cortes de mangas al público de Tenerife en la
::>
>- primera fase del Mundial, el ambiente del Palacio de los Deportes de Madrid es
º
1-
(/)
w
claramente hostil hacia los yugoslavos, llegando a la catarsis con la inverosímil
u
z
remontada soviética. Madrid mutó en Moscú. Total, también era la Roja. Dra-
o.....1 zen Petrovic declara tras el final del partido que a todos esos aficionados que han
<t:
ce
_J
w
animado a la URSS les desea una entrada en Madrid de los tanques soviéticos.
Dudando que hubiesen escogido el bando correcto, claro.
u)
o Por si este rechazo externo (y prácticamente unánime) fuera poco, otra
o <!
<t:
ce situación convulsa condicionaba el ambiente y la convivencia dentro del propio
o combinado yugoslavo. Drazen Petrovic era considerado, de manera mayoritaria,
a:
(/)
o como el niño mimado de Mirko Novosel, auténtico hombre fuerte del Strucni
,z
w
::>
Savet. A su vez, la relación de enemistad y discordia entre Kresimir Cosic (el
(/)
seleccionador nacional) y Novosel era pública y reconocida por todos los esta-
mentos del baloncesto yugoslavo. En medio de una guerra de intrigas e influen-
124
cias, la figura de Petrovic se erigía en símbolo de esta tensión entre bandos.
Mientras gran parte de los analistas deportivos balcánicos se posicionaban a
favor del mítico ex jugador, conocido por sus firmes valores morales e integridad
profesional, su enconado rival declaraba que en Tenerife, durante el Mundobas-
ket, Cosic se había negado a entrenar a Drazen en domingo, pues su religión
(era mormón) se lo prohibía.
Sea esto cierto o no, la realidad dibujaba un entorno enrarecido, con sus-
picacias cada vez mayores entre el escolta croata y su entrenador. El descontento
de Drazen irá en aumento en el siguiente torneo, el Eurobasket celebrado en
Atenas. A pesar de que el juego se centraba sobre su figura y capacidades, se
especulaba con que el jugador de la Cibona no estaba demasiado conforme con
su papel en el equipo. Mirko Novosel contaba con el apoyo de la plana mayor
del consejo de sabios yugoslavo, cuya intromisión en las decisiones y planifica-
ción de la selección no toleraba Cosic.
Definitivamente, eran malos tiempos para la lírica.
EUROBASKET DE ATENAS ( 1987)
(Vuelve el politeísmo griego)
En el Eurobasket más recordado por cualquier estudiante de mitología clásica, la
medalla de bronce vuelve a ser el botín que se llevarán los plavi cuando cojan el
avión de vuelta a casa. Un balance que, de nuevo, puede parecer muy positivo,
pero ni el juego ni la trayectoria durante el torneo lo son tanto.
En su intento de reverdecer viejos laureles europeos, Kresimir Cosic intro-
duce cuatro novedades respecto a la convocatoria del Mundial, las de Paspalj,
Djordjevic, Kukoc y Radja, que llevaban algún tiempo participando en partidos
amistosos y competiciones menores con la absoluta. Una de las ausencias más VJ
o
llamativas resultaba obligada, pues el último eslabón de la mítica generación de ,z
<!
"1 los 70, Drazen Dalipagic, se retiraba definitivamente de la Reprezentacija. El (J';
o
u
alero, compañero de fatigas del propio Cosic durante tantos y tantos campeona- oa..
tos desde Barcelona'73, tan sólo no había acudido, en los 15 años precedentes, zw
al Eurobasket de Stuttgart. Por su parte, Ratko Radovanovic, que debutó con w
:J
aquella generación cuando esta ya llevaba recorrida casi la mitad de su periplo, o
4
i defiende la camiseta plavi por última vez en este Europeo de Atenas. Aquella
fantástica selección comenzaba a influir en el kosarka desde otras vertientes. Sin
a:
o
I
<!
ir más lejos, Moka Slavnic, gran amigo de Cosic, será el asistente de Kreso en o
Atenas, sustituyendo a Dusan lvkovic. Un Slavnic que, casualidades de la vida I
u
(o n~), había desempeñado un papel primordial en el debut de Drazen Petrovic, w
>
o
Toni Kukoc, Dino Radja y Aleksander Djordjevic en primera división, si bien el a:
a..
<!
pívot de la Jugoplastika y el base del Partizan ya habían jugado previamente
algunos minutos, aunque sólo se podían calificar de anecdóticos. Con estos ~
cambios, la composición del grupo en el Eurobasket figura en la tabla de la pági-
125
na siguiente.
Yugoslavia protagoniza un torneo de lecturas contradictorias. Sus dos pri-
meras jornadas se traducen en sendas derrotas, percance con un único preceden-
te en su historia, el del Eurobasket de Praga en 1947, primero en el que los plavi
participaron. En el encuentro inaugural, la URSS, sin el lesionado Sabonis, se
impone a los balcánicos despegando en el marcador desde los primeros minutos,
¡ en los cuales extrae rédito de la sorprendente decisión de Cosic, que opta por no
tt· hacer saltar a pista a Petrovic en toda la primera mitad. En la segunda sí lo hará,
pero sus esfuerzos por equilibrar el tanteo (24 puntos en 19 minutos) tan sólo

Drazen Petrovic 1 Cibona de Zagreb
Aleksander Petrovic 1 Cibona de Zagreb
Aleksander Djordjevic Partizan de Belgrado
Ratko Radovanovic Giomo Venezia
Toni Kukoc Jugoplasrika de Splir
Danko Cvjeticanin 1
Cibona de Zagreb
Vlade Divac 1 Partizan de Belgrado
a Polonia, en la que los doce miembros de la selección participan un mínimo de
diez minutos, preceden a la semifinal. Ya no quedan jornadas de asueto. Grecia,
1 1964 crecida y desafiante, aparece nuevamente en el camino. Desafortunadamente
1 1959 para Yugoslavia, la cual es eliminada por el equipo anfitrión que, de esta manera,
se impone por segunda vez en pocos días a los plavi. Una semifinal que, sin
1967
alcanzar los niveles de histerismo del Mundobasket de Madrid, también se
1956 puede considerar pésimamente afrontada en los instantes decisivos, pues los
1968 eslavos acumulan ventajas de doce puntos en el segundo acto, que dejan escapar
tras encajar un parcial de 13 a O que resulta determinante para la suerte del par-
1963 i¡ tido. Gallis, con 30 puntos, vuela de nuevo por encima de Petrovic (que se plan-
1968 t
··~~-

iJ.
ta en 22), si bien sin la rotunda primacía de días atrás.
En el enfrentamiento por el bronce, los yugoslavos vuelven a derrotar a
Stojan Vrankovic 1 Zadar 1964
España y consiguen de este modo subir al podio. Un partido controlado en un
Dino Radja Jugoplastika de Split 1 1967 principio por los españoles, con diferencias superiores a la decena de puntos en
Zoran Radovic Estrella Roja de Belgrado 1 1961 los compases iniciales de la segunda mitad (61-48), pero la salida de un Djordje-
vic prácticamente inédito durante el campeonato dinamita el partido. Ocho
Zarko Paspalj Partizan de Belgrado 1 1966 puntos casi consecutivos del base ejercen de elemento desestabilizador de la
o Goran Grbovic Partizan de Belgrado 1 1961 balanza, contagiando a sus compañeros su agresividad y sacando a Epi del parti-
~
_J
do con su pegajosa defensa. Divac es otro de los jóvenes destacados, dominando (/)
o
Cf)
o ENTRENADOR: Kresimir Cosic. el rebote (1 O) ante los interiores hispanos y hasta Radja disfruta de algunos •Z
<(
c..? AsISTENTE: Moka Slavnic. minutos en las postrimerías del encuentro, poniendo el colofón a la victoria (/)
::)
>-
o
plavi con un contundente mate final. Drazen Petrovic finaliza con 31 puntos en u
oCL
º
1-
Cf)
UJ
su mejor puesta en escena de todo el torneo. Los trece puntos de desventaja zw
u sirven para reducir las diferencias y los soviéticos, con Tkachenko, Marciulionis habían pasado a serlo a favor en poco tiempo. No es que fuese Bormio, pero la w
z
o
_J y Tarakanov a un nivel estelar, se marchan a los vestuarios con la alegría del ven- apuesta por la juventud del seleccionador quedó plasmada de manera muy sim-
::J
o
<( <(.
ca cedor. Grecia repite castigo al día siguiente, viéndose Drazen absolutamente bólica el mismo día en el que se conseguía el primer podio continental desde ce:
_J
UJ
U")
superado en su particular duelo anotador con Gallis, 18 puntos por 44 del grie- Praga'8 l. I
<t
o go, consumando la primera gran sorpresa (segunda si se tiene en cuenta la Una medalla después de haber ganado a Francia y a España (dos veces) y o
o <(
<(
ca suplencia del genio de Sibenik el día anterior) del campeonato, pese al gran ren- perdido contra la URSS y Grecia (dos veces), en sus seis enfrentamientos contra I
oo: u
dimiento de Paspalj, que materializa 24 puntos. Un sueño empezaba a tomar selecc;iones de primera línea. La escuadrada dirigida por Cosic obtuvo un gran w
>
(/)
o forma. Y no era el yugoslavo. o
,z rédito del hecho de superar a franceses y españoles, eso resulta innegable. ce
CL
UJ
::J
En el duelo entre dos de los tres equipos que aún no habían estrenado su Los datos, el palmarés, muestran un (notable) bronce. El juego desplega- <(
U)
casillero de victorias, la Reprezentacija gana a Francia con un marcador ajustado, -~-.
do, por desgracia, no se inscribe jamás al lado de la fría reproducción del podio ;:::

126
88 a 83, después de ver cómo los franceses llegaban a ponerse por delante media-
da la segunda mitad. Petrovic consigue la que será su mejor anotación del Euro-
basket, 34 puntos, pero la sensación de nervios generalizados es más que eviden-
te. España sirve para restaurar las heridas en el primer partido convincente de
los de Cosic, que dibujan un demoledor parcial de 2 a 20 en la recta final de la
primera parte, para controlar el juego sin problemas en la reanudación. 94-76
señala el electrónico a la conclusión, ante la impotencia de la selección entrena-
da por Díaz Miguel
Una amplia paliza a la débil Rumanía, con los suplentes yugoslavos gozan-
do de tiempo en pista y muchos lanzamientos, y, ya en el cruce de cuartos, otra
t
·lt
·~
de un campeonato. Aunque sea con letra pequeña y en una diminuta nota al
margen. Ese es ya terreno de la memoria. O de los viajes en el tiempo ... 127
$
El Eurobasket disputado en Atenas significa una ruptura del híbrido eco-
t sistema imperante en el Mundobasket. El sello y estilo de este equipo lo impon-
i~-.~ drán los jugadores yugoslavos que están en plena madurez deportiva, aunque
~~ aún lejanos a la treintena. No es una selección joven, no es una selección vetera-
~ na. Es una selección que prácticamente nacerá y fenecerá en este Campeonato
de Europa. Con Ratko Radovanovic como miembro más veterano con 31 años,
una lectura rápida del roster puede hacer pensar que las nuevas potencias de la
liga yugoslava (el Partizan de Belgrado, campeón de la Prva Liga, y una Jugo-

plastika de Split en pleno proceso de irresistible ascenso) traslada esa importan-
cia a la selección. También es posible extraer la idea de que por fin las nuevas
generaciones que han arrasado en los torneos de formación cobran mucha
importancia en el juego de la absoluta.
Pues no. No es así.
La selección que compite en Atenas es, ahora sí, un claro émulo de la
Cibona de Zagreb en estructura de equipo y estilo de juego. Los únicos chicos
de las triunfales generaciones del 66 al 70 que tienen relevancia en el colectivo
son Paspalj, tercer anotador plavi, y Divac, el segundo, que concluye además
entre los mejores reboteadores del torneo al superar los 9 rechaces de promedio.
Sin contar a la pareja del Partizan, el peso de la responsabilidad recae sobre nom-
bres que hoy en día parecen claramente inferiores a los de los Kukoc, Radja o
Djordjevic {los dos últimos, por ejemplo, tan sólo salen a pista en tres partidos
del campeonato) pero que, en este 1987, son los dueños del conjunto balcánico.
Ello hace que esta Reprezentacija se emparente claramente con su predecesora
del Mundial y que no tenga prácticamente puntos en común, más allá de la
coincidencia nominal, con la selección yugoslava tricampeona en los años 89,
90 y 91. Cabe decir que Drazen Petrovic, auténtico inicio y final de este equipo,
o
realiza un torneo discreto para lo que se espera de él (acaba con 22,3 puntos de
~
(/) promedio, peccata minuta para lo que acostumbra el escolta por esas fechas),
o(.!)
rumoreándose una cada vez más grande falta de sintonía con Kresimir Cosic.
::>
>- No debió ayudar demasiado a mejorar la relación el hecho de que el técnico
ºtñ
w
croata no hiciese jugar al de Sibenik en toda la primera parte del partido inaugu-
u ral, ante la URSS, así como que lo sentase en el banquillo en los últimos minu-
z ::i
o
_J tos del siguiente encuentro, con el anfitrión de rival. Además, la evidente con-
<(
CD frontación entre Cosic y Aza Petrovic, el hermano mayor de Drazen, tampoco
_J
w
parece lo ideal para lograr que el jugador estelar de la selección comulgue con la
u)
o ideas del entrenador. Tensión, tensión.
o<(
CD
El juego de este conjunto tampoco tiene demasiadas coincidencias con la
oa: imagen a la que se suele vincular a lafugoslavenska kosarkaska reprezentacija. Para
(/)
o empezar, la tradicional superioridad en altura y envergadura asociada al combi-
,z
w
::>
nado yugoslavo no se da en este grupo. Sus hombres interiores son grandes,
(/)
como siempre, pero en este campeonato sólo juegan con un alero alto (Paspalj)
y, cuando este es sustituido o evoluciona como ala-pívot, la selección reúne a
128
tres bases-escoltas simultáneamente en pista. Esta disposición se produce duran-
te muchos minutos, repartiéndose las tres demarcaciones exteriores entre los
hermanos Petrovic, Radovic y Cvjeticanin.
Otro factor muy diferente es la falta de dinamismo con la que se desen-
vuelve el baloncesto del equipo. A pesar de simultanear a tres jugadores peque-
ños, nuevamente las acciones de contraataque tan sólo se efectúan tras un robo
defensivo. Resulta frecuente ver subir la pelota a un base caminando lentamente
(y flanqueado por sus pívots de forma igualmente cansina), derivando de ello un
predominio del juego posicional muy claro y definido. Los interiores de esta
"'"
selección, a excepción de Divac y quizá Grbovic, el segundo en realidad un
alero, no son pívots que se caractericen por correr en transición, lo que conlleva
un ritmo manifiestamente pausado. Es un grupo que brega por y para Petrovic,
con todos los jugadores realizando el trabajo sucio para que el croata sea quien
decida con sus uno contra uno en ataque. Un estilo sospechosamente análogo al
de la Cibona, pese a disponer de mucho talento sentado en el banquillo, el de
unos jóvenes que no están acostumbrados a desarrollar ese tipo de juego. El bote
y el amase individual del balón antes de culminar las acciones serán la imagen
más repetida en las posesiones yugoslavas, con el pase rápido, las transiciones
dinámicas y la fluidez ofensiva brillando por su ausencia.
La clave reside en que, a excepción de Divac y Paspalj, que sí gozan de
minutos, los Aza Petrovic, Cvjeticanin, Radovic, Radovanovic, Grbovic o Vran-
kovic son piezas notables, pero no superiores a sus homólogos en las principales
escuadras europeas. No resulta complicado conjeturar nombres soviéticos, grie-
gos, españoles o italianos con tanta o más calidad que los mencionados. Siendo
buenos jugadores de equipo, distan mucho del nivel de los nuevos talentos
yugoslavos que están a punto de dar el salto a la selección absoluta. Esta Repre-
zentacija aparece repleta de hombres que desempeñan papeles complementarios
en sus clubes de origen; son importantes en sus conjuntos, pero no la principal ui
referencia ofensiva, en evidente contraposición con la mayoría de sus sucesores,
o
iZ
<(
auténticamente determinantes y estrellas continentales de primer orden. Esta (/)
o
u
particularidad no es negativa, pues es lo normal en la formación de cualquier oo...
equipo o selección; lo verdaderamente inusual (y es con ellos con quienes se está z
w
confrontando a los yugoslavos de este Eurobasket de Grecia) es la excepcional L.U
categoría y la condición de primo uomo que posee(rá)n los chicos que en este a
<{
1987 aún no habían acabado de salir del horno. La realidad es que el bloque que o:
o
compone la selección yugoslava en Atenas es de una calidad notoria, superior a I
<(
:¡_, muchos de los que participan en este torneo, pero inferior a otros. Ni más ni o
<(
menos. I
u
~ Y, aunque no es el momento ni el lugar, pues este viaje ya se detendrá a
L.U
>
o
repÓstar en las paradas que suponen los campeonatos posteriores, no deja de ser o:
o...
<(
paradójico que, en la comparación de la Reprezentacija con sus versiones ulterio-
res, aquella que se caracterice por un baloncesto más individual, con mayor peso 2'.
de la jugada personal y el ritmo lento sobre la circulación del balón y el vertigi-
129
noso kosarka grupal, sea la que atesora menos talento hombre por hombre. Con-
tradictorio en apariencia, pues el pase, la fluidez y el entendimiento colectivo
.j· del ataque como suma de ventajas no deja de ser una cualidad más; y, dado el
elevado listón del que se está hablando, determinante, ya que esta virtud no es
eximente de la capacidad de resolución individual. Pero el futuro, además de
proveer de nombres estelares que relevarán a los que en esta época no alcanzan
~ dicha categoría, portará consigo una manera de descifrar y expresar el juego muy
¡i diferente, resplandeciente por colectiva y solidaria, brillo que se tornará más
$
intenso si cabe cuando el observador externo comprenda el alcance que estos
 nombres tienen dentro del concierto europeo. Concierto es el término apropia-
1 digmático: en 1986 y cuando este ni siquiera jugaba minutos con regularidad en
do, pues la de orquesta será la imagen que ofrecerá ese grupo.
Pero con un viaje temporal es suficiente. Hay que volver a 1987. El pre-
sente (pasado) siempre es clave para entender el futuro. De aquellos barros llega-
ron estos lodos. Y de aquellos bronces llegaron estos oros.
Una visión desde la distancia no puede dejar de hacer una mención espe-
cífica a la conducción de equipo de Kresimir Cosic. A la cada vez más evidente
relación fría y carente de feeling que mantenía con los Petrovic Brothers (quienes
se dirigían a él a través de Slavnic, e igualmente sucedía a la inversa), se añade
una falta de autocontrol al dirigir los partidos que llama poderosamente la aten-
ción. Quizás influido por lo anterior, Cosic parece continuamente al borde de la
histeria, realizando durante los encuentros ajustados un auténtico carrusel de
cambios sin sentido aparente; en la línea exterior, a excepción de Petrovic, orde-
na sustituciones precoces, en las que los jugadores saltan a pista y vuelven al ban-
quillo en menos de un minuto, quien sabe si para volver a salir otro par de minu-
tos después. Este fenómeno es muy frecuente y, en un mismo partido, Aza
Petrovic, Radovic o Cvjeticanin pueden jugar varias veces periodos de menos de
dos minutos, relevándose continuamente entre ellos. La sensación que emana de
o
>
<:(
la dirección técnica es de improvisación impulsiva, quizá poco convencimiento;
_J
(/) con la consecuente falta de confianza y desquiciamiento que ello provoca en los
o
<.9 hombres implicados. Cosic se aprendió de manera literal la definición pura de
:::>
>- intercambiables ...
º
f-
(/)
LU
Esa misma indefinición es extrapolable al rol que concede a sus jugadores
u a lo largo del torneo. Algunos aparecen y desaparecen de la rotación sin un moti-
z
o
_J vo evidente: Kukoc pasa de ser básico contra los soviéticos a no entrar en los pla-
<:(
co nes frente a Grecia al día siguiente, en el que permanece dos minutos en cancha,
_J
LU
y Cvjeticanin, Grbovic o Radovic protagonizan ejemplos similares, con drásticos
ui
o giros en su minutaje durante el campeonato. El técnico no acaba de consolidar
o<:(
co una idea clara de la línea a seguir y el distanciamiento con el núcleo duro del
oa::: grupo se hace evidente en este Eurobasket de Atenas: "No hay quien entienda a
(/)
o Cosic", declaraba a la revista Nuevo Basket el mayor de los Petrovic.
,z
LU Por otra parte, y aunque históricamente se le adjudica a Cosic el mérito
:::>
(/)
de ser el entrenador que le dio la alternativa a los nuevos talentos yugoslavos, en
ese momento su apuesta fue muy criticada por algunos sectores del kosarka. El
130
mítico ex pívot de la selección confiaba ciegamente en la calidad de los miem-
bros de la generación de Bormio, además de que en su filosofía como técnico el
papel de los jóvenes resultaba fundamental. Cosic tenía un punto de visionario
-había hecho debutar a los cuatro chicos en un torneo de Navidad del Real
Madrid en el ya lejano 1985, mucho antes de que estos fuesen conocidos como
los niños de oro- y gustaba de probar a todo aquel al que le vislumbrase talento,
faceta en la que el seleccionador mostraba un olfato especial. Sublime en la ense-
ñanza de fundamentos, fueron muchos los neófitos a quienes concedió la opor-
tunidad de jugar en la Reprezentacija, siendo el de Arijan Komazec un caso para-
el Zadar (tenía dieciséis años), Cosic le convoca para la gira que la selección rea-
liza por Estados Unidos. Este tipo de decisiones fueron muy cuestionadas por
algunos componentes del Strucni Savet -especialmente Novosel-, que abogaban
por la mayor certidumbre que proporcionaba la veteranía, con lo que la presión
a su alrededor subió varios grados más. El propio Ratko Radovanovic declaraba
en una entrevista el año anterior: "Cosic está haciendo lo que cree más conve-
niente. Lo que no comparto es que, por norma, prescinda de los veteranos.
Estoy de acuerdo en que hay que renovar al equipo, pero hay que hacerlo sin
grandes sobresaltos".
La cada vez más enrarecida situación en torno a Cosic no le hizo cambiar
de opinión, si bien durante el torneo se quedó a medio camino entre lo que le
pedía el cuerpo y la necesidad de garantizar unos resultados mínimos. El pro-
ducto de esta tensión derivó en que, en la práctica, Kukoc, Radja o Djordjevic
tuvieran un papel meramente testimonial; Kukoc, sin ir más lejos, apenas dispo-
ne de cuatro minutos en el decisivo partido de semifinales contra Grecia, mani-
festándose peor el caso de Radja y Djordjevic, los cuales tan sólo pisaron el par-
quet en las victorias holgadísimas ante Rumanía y Polonia -ya que los pocos
segundos del base contra la URSS se puede considerar anecdóticos- hasta que, ui
o
una vez ya no existían posibilidades de conquistar la medalla de oro, Cosic deci- ,z
<:(
dió pensar definitivamente en campeonatos posteriores haciéndoles jugar en el U)
o
u
partido por el bronce contra España. Kreso tenía fe en ellos. oo...
Campeonatos posteriores. Eso suena a futuro. A Marty McFly. A una z
w
misteriosa barba (en sus inicios al clásico estilo vagabundo) que irá poco a poco LLJ
extendiéndose por el rostro que Divac ocultaba entre sus manos un año antes. A ~
<{
un chico que se convertirá en la pesadilla del doctor Clouseau, Don Alejandro y a:::
o
Epi al mismo tiempo. A un dominio insultante del baloncesto continental, tanto I
<:(
a nivel de clubes como de selecciones. A sucesos que, desde luego, poco tienen o
<:(
que ver con el año 1987. Esta selección yugoslava no tiene relación con su ver- I
u
sión futura. Nace y muere en Atenas. Y será sustituida por otra muy diferente.
LLJ
>
oce
Ni tan siquiera el puesto de seleccionador será ocupado por la misma persona. o...
<:(
Qué ganas de que pase el tiempo. De que el futuro nos venga a visitar. O
eso debían estar pensando los aficionados yugoslavos ... 2
Continuará ...
131
En la final del miércoles, mi equipo va a representar a toda Europa, porque todo el mundo
baloncestístico odia a Drazen Petrovic y las artimañas de los yugoslavos.
(VLADAS GARASTAS, entrenador del Zalguiris de Kaunas lituano, pocos días antes de la
final de la Copa de Europa de 1986)
Petrovic es un hijo de puta.
(ARVYDAS SABONIS, pívot entrenado por el anterior, mismas fechas)
 1 entre la policía y los manifestantes albaneses. Una muchedumbre de serbios se con-
grega frente al ayuntamiento clamando contra su discriminación y Milosevic afirma
IV "Nadie tiene derecho a golpear a este pueblo. Nadie más les volverá a golpear
nunca". El líder comunista local. Azem Vlasi. se enfrenta abiertamente a Milosevic.
Pocos meses después. el 23 de septiembre, Slobodan Milosevic es elegido
presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia. derrotando en la votación a lvan
Stambolic.
1986, con el país inmerso en plena crisis económica, los dirigentes comunis- Simultáneamente. los albaneses continúan con sus protestas. realizando
E
N
tas de Croacia y Eslovenia empiezan a plantear claramente una reforma del siste- acciones armadas contra el orden yugoslavo. Desde el principio de la década, diver-
ma político y económico. La división ideológica se hace patente dentro de la propia sos grupos de paramilitares albano-kosovares habían llevado a cabo acciones terro-
Liga de los Comunistas de Yugoslavia, en la que empiezan a diversificarse dos ten- ristas en contra del poder serbio. fenómeno que se recrudece en la segunda mitad de
dencias: una que incluye entre sus prioridades atender a las realidades nacionales de los ochenta. La tensión creciente y las víctimas civiles derivadas de ella alimentarían
Yugoslavia y otra que considera que el modelo socialista y federal del mariscal Tito más aún la espiral de violencia en que vivía inmersa la región.
sigue vigente, creyendo que es el más adecuado para revertir la situación.
El nacionalismo albanés va haciéndose más explicito. La situación en Kosovo
provoca manifestaciones, escritos y protestas de los serbios ante lo que ellos consi-
deran un genocidio en Kosovo.
En septiembre de 1986, los intelectuales de la Academia Serbia de las Cien-
cias y las Artes publican el "Memorandum", en el que critican la distribución territorial
realizada por el anterior régimen en "contra de la nación serbia" y el abandono que
padecen las poblaciones serbias de toda Yugoslavia. Especialmente se denuncia el
acoso y persecución que ellos creen sufren los serbios de Kosovo. Mientras tanto. en
Croacia y Eslovenia aumentan las muestras de disconformidad por el centralismo y
excesivo protagonismo que, a su juicio, poseían los serbios en los distintos ámbitos
del poder.
En el antiguo sistema federal, cada una de las repúblicas tenía radio. prensa y
televisión propias. La JRT, organismo oficial y estatal. era la responsable de coordinar
el intercambio de programas entre los diferentes miembros de la federación. En
1987, la televisión serbia {NS) se retira de los intercambios, cortando toda emisión
de programas del resto de Repúblicas. Poco después lo hace la televisión croata. La
JRT, elemento mediático aglutinador de las distintas etnias, realidades nacionales y
culturas. desaparece. Poco a poco, los medios de comunicación de cada República
;:::::
empiezan a dar una imagen negativa de las otras.
En 198 7 entran en vigor nuevas medidas económicas para intentar conse-
132 133
guir la estabilización. Estas medidas se basan en una aplicación en mayor grado de
unas directrices restrictivas para frenar la inflación. La congelación o recortes en los
salarios, junto con el alza de los precios y la escasez del empleo devienen en un eleva-
do índice de conflictividad social. Se producen protestas laborales por todo el país y
la población empieza a mostrar abiertamente su descontento ante la precaria situa-
•
ción. Ese mismo año, Macedonia, Montenegro y Kosovo se declaran en bancarrota.
En abril. lvan Stambolic (presidente de la Liga de los Comunistas de Serbia)
envía a Slobodan Milosevic, su hombre de confianza, a tratar de apaciguar los ánimos
en Kosovo, ante el grave deterioro de la situación y los violentos enfrentamientos
 1 peón de liga ya en la primera campaña. Esa corona inaugura un periodo glorio-
Aleksandar Djordjevic
Belgrado (República de Serbia, ant. Yugoslavia). 26.08.1967. 1.88 m. Base
TRAYECTORIA
Inicios
Para Aleksandar Djordjevic, la vía familiar resultó decisiva en su aproximación
al mundo del baloncesto. Hijo de Bratislav Djordjevic, uno de los principales
representantes de la primera gran generación de entrenadores yugoslavos, desde
bien pequeño se acostumbró a estar rodeado de grandes jugadores y técnicos.
Realizó sus primeras incursiones en el Radnicki de su Belgrado natal, pero los
problemas económicos del club propiciaron que Sasha y el resto de sus compa-
ñeros de equipo pasasen a formar parte del Estrella Roja, entidad de la que su
padre había sido una institución. La gran competencia en su puesto y el hecho
de que los técnicos del Crvena Zvezda no tuviesen clara su apuesta por el joven
base derivaron en el fichaje de Sasha por el gran rival ciudadano, el Partizan. Era
1983 y, tan sólo unas semanas después, Borislav Dzakovic le brindaba la oportu-
nidad de debutar con el primer equipo, aunque no jugaría con regularidad hasta
la temporada siguiente.
Etapa profesional
Con sólo 17 años, Sasha se integra en la primera plantilla bajo las órdenes de
Moka Slavnic, mítico ex jugador que además había sido entrenado por su padre.
El Partizan, un conjunto veterano y con jugadores como Nebojsa Zorkic, Zeljko
Obradovic, Goran Grbovic, Miodrag Maric o Milenko Savovic, había reunido
un grupo talentoso, pero lejos de las prestaciones de Cibona, Estrella Roja o
134
Zadar, grandes dominadores de la liga yugoslava. El base fue ganando poco a
poco minutos y confianza, pero a nivel colectivo las semifinales serían el tope del
equipo tanto en esta primera temporada como en la siguiente. Las novedades de
Vladislav Lucic en el banquillo y de Peter Vilfan como estilete anotador no ha-
bían sido suficientes para imponerse a la Cibona de Drazen Petrovic, en una eli-
minatoria en la que Djordjevic rayó a nivel estelar.
La dinámica cambiaría en el verano de 1986, gracias al fichaje de Vlade
Divac y Zarko Paspalj. Con la incorporación de Dusko Vujosevic a la dirección
técnica, el Partizan forma un bloque de extrema calidad que se proclama cam-
J
so en el que el joven grupo disputa numerosas finales nacionales y conrinenraks,
aunque la Jugoplastika supone un duro escollo que no es capaz de superar. La
progresión de Djordjevic es notoria, en un proceso acelerado por la ausencia de
Zeljko Obradovic en la temporada 88-89. Hasta ese momento, ambos jugado-
res se repartían los minutos de manera casi equitativa, pero la baja de Obradovic
propicia que Sasha dispute los cuarenta minutos de cada partido.
Tras el obligado paréntesis que implica el servicio militar, en 1l)91 el Par-
rizan y Djordjevic vuelven a disputar la final de la liga yugoslava. El base resultó
clave para lograrlo, pues sus cinco puntos en el último minuto eliminaron a la
Cibona en una eliminatoria de semifinales que se había puesto muy cuesta arri-
ba. Pero de nuevo el conjunto de Split, denominado POP 84 para la ocasión,
apartaría a los de Belgrado del título liguero.
El punto de inflexión de su carrera llegaría en la 91 /92. Su compañero de
posición, Zeljko Obradovic, se convierte en el nuevo entrenador del equipo y, a
pesar de la hipotética pérdida de potencial -Paspalj, Pecarski o Marko lvanovic
habían dejado el club y Vlade Divac ya hacía años que defendía la camiseta de
los Lakers-, el Partizan realiza una temporada histórica. Predrag Danilovic y el
propio Sasha forman el mejor backcourt de Europa. Los triunfos en liga y copa
yugoslava, que pudieran ser vistos con escepticismo por la ausencia de equipos
eslovenos y croatas, son refrendados por el título de Liga Europea conseguido
ante el Joventut en Estambul. Un éxito que viene marcado por un triple de
Djordjevic en el último segundo, el cual le catapulta simultáneamente a la fama
europea y a los anales del baloncesto continental.
Las ofertas se acumulan, y Djordjevic decide emigrar al pallacanestro, a la
Philips de Milán de Mike D' Antoni, uno de los damnificados por la explosión
del Partizan el año anterior. Acompañado nuevamente por un escolta estelar, en
este caso Antonello Riva, y en un conjunto que se siente cómodo jugando a un .:.:::::
ritmo elevado, Sasha eclosiona definitivamente como el mejor playmaker del
continente. Se suceden dos campañas de excelsas prestaciones individuales, espe-
<..,-
cialmente la segunda, en la que el base se erige en el primer jugador de la histo- ;
~
ria de la lega en liderar simultáneamente las clasificaciones de anotación y asis- J.c
__J
~
tencias. Sus más de 27 puntos y casi 4 pases de canasta de promedio se aderezan
con el crecimiento de su figura en los partidos trascendentales. Así, el título de
135
Copa Korac, conquistado ante Il Messagero de Roma, trae reminiscencias petro-
vicescas, con un Sasha que encesta y asiste con una frecuencia que no se recorda-
ba desde Drazen.
En 1994, el recorte presupuestario de la Philips provoca su salida a la
Filodoro de Bolonia de Sergio Scariolo. Nuevamente compartiendo perímetro
con un escolta eminentemente anotador -Vincenzo Esposito primero y Carlton
Myers después-, Djordjevic mantiene su rendimiento y resulta capital en la
meteórica mejora del equipo. Bajo su liderazgo, los de Bolonia alcanzan la final
de la lega en 1996, ante el Stefanel de Milán. Una serie larga, dura, en la que
 ~ SUEÑOS ROBADOS. EL BALONCESTO YUGOSLAVO

ESTADÍSTICAS

87-88 1 Partizan Belgrado 1 14.7 1 1.3 1 1.1 1 1 40 1 1 31 1 1 88 1 22 1 36.5

-
88-89 1
Partizan Belgrado 1 12.6 1 1.2 1.2 1 1 57 1 1 46 1 1 87 1 22 1 31.9
-
89-90 1 No jugó por el cumplimiento del servicio militar.
--
90-91 1 Partizan Belgrado 1 11.6 1 0.8 1 2.5 1 42-70 1 60 1 15-29 1 51.7 1 45-51 1 88.2 1 15 1 21.4
-
91-92 1 Partizan Belgrado 1 10.6 1 0.6 1 1.9 1 1 1 27-55 1 49.1 1 1 1 22

92-93 Philips Milano 1 19.6 1 2.7 3.5 1 120-200 1 60 1 64-126 1 50.8 1 156-184 1 84.8 1 30 1 33.7

93-94 Recoaro Milano 27.4 3.7 3.9 171-279 61.3 70-153 45.8 269-304 88.5 1 30 1 37.5

94-95 Filodoro Bologna 20.5 3.5 3.2 118-215 54.9 84-178 47.2 168-196 85.7 1 32 1 36.0

95-96 Teamsystem Bologna 23.8 3.6 3.6 148-236 1 62.7 1 72-170 1 42.4 1 179-206 1 86.9 1 29 1 36.1

~w· ·-----. - - - .______..

ESTADÍSTICAS

96-97 Barcelona 19.5 2.0 6.0 34-55 61.8 20-48 41.6 46-50 1 92 1 11 1 26.0

97-98 Barcelona 17.7 2.2 3.5 91-143 63.6 57-105 54.2 126-148 81.1 27 1 30.2

98-99 Barcelona 14.9 1.8 2.6 71-124 57.2 43-101 42.5 87-103 84.4 24 22.7

99-00 Real Madrid 13.5 3.3 2.6 87-145 60 42-111 1 37.8 1 93-109 1 85.3 29 29.5

00-01 Real Madrid 11.6 2.8 2.9 62-115 53.9 43-116 1 37 1 72-90 1 80 23 27.0

O1-02 1 Real Madrid 12.5 1 2.2 1 2.9 1 65-131 49.6 46-116 1 39.6 1 120-136 1 88.2 31 23.2
1

02-03 Permaneció inactivo.

03-04 Scavolini Pesaro 11.3 1.7 2.0 42-81 51.9 55-131 42.0 78-92 1 84.8 1 29 1 23.8

04-05 Scavolini Pesaro 7.6 1.1 2.1 13-20 65.0 10-33 30.3 12-16 75.0 9 20.2

04-05 Armani Jeans Milano 5.4 1.2 1.9 10-16 62.5 8-29 27.6 15-17 88.2 11 14.5

w ALEKSANDAR DJORDJEVIC
--...J
 todos los partidos se deciden en los últimos minutos y que cae finalmente de
T con ambas manos, siendo muy habitual verle subir la pelota botando con la
lado de los milaneses.
En ese momento de su carrera, Sasha decide probar suerte en la NBA. Ya lo
había intentado en el verano de 1990 con los Celtics, sin llegar a conseguir un
contrato debido a que sus derechos pertenecían al Partizan. Esta vez sí logra ingre-
sar en la plantilla de los Portland Trail Blazers, pero nunca llega a adaptarse a la
velocidad del juego estadounidense y no dispone de minutos. Ante esa situación,
ficha a media temporada por un FC Barcelona inmerso en una crisis de resultados,
siendo fundamental en la radical transformación del equipo de Aíto García Rene-
ses. El conjunto catalán se proclama subcampeón de la Euroliga tras perder la final
contra el Olimpiakos en un flojo partido de Djordjevic; y en la liga ACB, el Barc;a
se convierte en el primer equipo que gana el título sin tener el factor cancha a
favor, imponiéndose en el duelo definitivo con el Real Madrid en su propio feudo.
La etapa ACB de Sasha está marcada por el éxito. En sus tres años en Bar-
celona, conquista en dos ocasiones el campeonato, desempeñando el papel de
auténtico líder de un grupo repleto de buenos jugadores. A nivel continental, se
añade la Copa Korac, tercera de su palmarés, que llega tras derrotar al Estudian-
tes. Pero en 1998 Aíto opta por no renovar al base serbio y Djordjevic se enrola
o
~
en las filas del eterno rival, el Real Madrid de su viejo conocido Sergio Scariolo.
U') El destino es caprichoso y el ya veterano Djordjevic repite el hito de alzar el títu-
o(.!)
::::>
lo liguero en un quinto partido disputado en pista contraria. Segunda vez que
>- sucedía, segunda vez con Barcelona y Madrid de protagonistas, y un solo deno-
º
l-
e./')
UJ
minador común entre ambos contendientes.
u Los últimos años de su carrera se verían condicionados por continuas
z predilección por la transición veloz, capaz por sí solo de demoler a la Virtus de
o lesiones y un paulatino declive. Con 34 años, el inevitable relevo generacional se
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a:i
....J
simboliza en la siguiente final de la ACB, donde el FC Barcelona del imberbe
LU
u)
Pau Gasol derrota al Real Madrid de Sasha, tal y como había hecho pocos meses
o atrás en la final de Copa. Aún alargaría su etapa en la capital de España un año
o )
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más, y pondría punto final a su trayectoria profesional en la lega italiana, prime-
a:i
o <(
a: ro en Pesaro y posteriormente durante seis meses en el Armani Jeans Milano, la
U')
o misma societa que le había abierto las puertas de Europa trece años atrás.
•Z
UJ
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U')
CARACTERÍSTICAS
138
Pocos jugadores personifican en sí mismos a un baloncesto como Aleksandar
Djordjevic. Su figura es el auténtico epítome del kosarka y su escuela de forma-
ción, a pesar de que su trayectoria fue diferente a la de otros compañeros de
generación que alcanzaron el estatus de estrellas desde muy temprana edad.
Aleksandar mantuvo una progresión constante hasta alcanzar el estrellato, hecho
muy ligado al rol que desempeñó en los diferentes equipos en los que jugó.
En su etapa en el Partizan, Sasha ejerce de director de juego puro, integra-
do en un colectivo repleto de grandes anotadores. Gran dominador de balón
mano izquierda, el primer Sasha es un base que se siente muy cómodo jugando
en transición y cuyo tiro exterior no resultaba tan mortífero como lo sería en el
futuro. Sobrio, marcando siempre el tempo del partido, con una intensidad
defensiva notable, es un hombre muy importante en el juego colectivo de los de
Belgrado, cuyos sistemas se basaban en el pick and rol! que Sasha y Divac juga-
ban en el lado izquierdo de la pista. Pese a su gran calidad ofensiva, su faceta
anotadora no era muy destacada, pues se dedicaba a gestionar la gran variedad
de recursos de los que disponía el equipo. Su querencia por los grandes partidos
ya se vería plasmada en este periodo, aumentando su número de tiros y acierto
en los momentos decisivos de la temporada. De esta manera, promediaría más
de 20 puntos en la final de la Copa Korac de 1989, sobresaliendo también en las
diferentes finales de liga que enfrentaron a Partizan y Jugoplastika en las postri-
merías de la década.
En su etapa italiana fue donde se vio al Djordjevic más exuberante. Si en
su último año en Belgrado había capitalizado el juego ofensivo de los partisanos
junto a Predrag Danilovic, en su aterrizaje en la lega fue un paso más allá. Rapi-
dísimo en transición, con un tiro ya absolutamente demoledor, penetrando con-
tinuamente las defensas contrarias para finalizar en bandeja con cualquiera de
las dos manos o en un lanzamiento de media distancia, Sasha se convierte en el
mejor base ofensivo del continente, quizás el mejor de siempre en esa faceta. Sus
explosiones anotadoras son frecuentes, convirtiéndose en un generador de juego
continuo durante los 40 minutos del partido. Un jugador eléctrico, con especial
Roma en la final de la Copa Korac con 29 puntos y 6 asistencias en el partido de u
ida y 38 y 7 en el de vuelta. En su paso de la vertiginosa Philips de Milán de >
LU
)
Mike D'Antoni a la Filodoro Bolonia de Sergio Scariolo, que proponía un estilo o
:r::
más pausado, Djordjevic sintetiza la figura del base que dirige y además contri- o
o
buye anotando puntos (incluyendo actuaciones antológicas, como los 48 puntos a:
a la Cagiva Varese o los 47 a la Scavolini), fundamentado en un mortífero tiro o
z
exterior que le permitía sumar sin necesidad de acaparar el juego como en <(
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:::.:'.'.
Milán. Un dato resulta revelador: desde 1991 hasta 1996, Sasha compartió LI.J
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equipo con algunos de los mejores escoltas del continente (Danilovic, Riva,
Esposito, Myers), logrando ser capaz de que estos encestasen muchos puntos y,
139
simultáneamente, aportar él mismo una gran cantidad de ellos.
El Djordjevic ACB es un jugador diferente. Sin tanta frescura física,
alcanza su mayor madurez como director, dedicándose a alimentar durante
muchos minutos a sus compañeros hasta que llegase su momento, en la recta
final de los partidos. Con menos piernas para dividir la defensa y plantarse
debajo del aro, sus penetraciones con tiros a media distancia y sus lanzamientos
desde la línea de tres puntos continuaron haciendo mucho daño a los equipos
rivales. Auténtico especialista en los tiros decisivos, finiquitó un buen número
de partidos debido a su capacidad de forzar faltas y anotar desde el tiro libre.
 'rÍ
1
11

Simultáneamente, su bajón físico le hizo sufrir mucho en los emparejamientos

1
con bases muy veloces.
Hábil, astuto, intuitivo, en su periodo de máximo esplendor alcanzó un Dino Radja
grado de perfección técnica, tanto en el bote y fundamentos como en el lanza- Split (República de Croacia, ant. Yugoslavia). 24.04.1967. 2.10 m. Ala pívot
miento, que le sitúa en lo más alto de un hipotético ranking de elegancia. Uno
de .los mejores tiradores de la historia del baloncesto europeo y, posiblemente, el
mejor en lanzamientos bajo presión. Killer.

TRAYECTORIA

Inicios

Tras probar fugazmente sus habilidades en el mundo del balonmano, del water-
polo y del fútbol, Dino Radja -en aquellos momentos un adolescente de desta-
cada estatura y cierto sobrepeso- ingresó finalmente en las categorías inferiores
de la Jugoplastika. Los siguientes años formaría parte de los conjuntos juvenil y
júnior bajo la supervisión de entrenadores como Igor Karkovic, Petar Bezelj e
o lvo Jurcevic, pero, sobre todo, trabajaría sus fundamentos a las órdenes del res-
> ponsable de la primera plantilla, el doctor Slavko Trninic, uno de los mejores
::i
(/)
o maestros de técnica individual de la antigua Yugoslavia.
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Etapa profesional
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Pese a entrar en la dinámica del primer equipo desde 1983, cuando apenas con-
c:a taba con 16 años, los minutos de Dino fueron muy escasos en esos primeros
_J
UJ
i i
u) compases de su carrera. Un dato habla por sí solo: en la campaña 84/85, ya con
i' o 18 años, únicamente anotó cinco puntos en total, repartidos entre un puñado
'il 1
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c:a de partidos. Sería la siguiente temporada (1985/86) la que supondría su salto
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1
oce
cualitativo dentro del conjunto amarillo. Slavko Trninic comenzó a otorgarle su
(/)
o confianza y, cuando este fue relevado tras la segunda jornada de liga por Zoran
•Z
UJ
::> Slavnic, el ex base de la Reprezentacija apostó fuertemente por aquel jovencito
(/)
que llevaba tiempo esperando su momento.
140 La llegada de Bozidar Maljkovic culminó el proceso. Dino Radja se erigió
141
en el máximo anotador de un equipo que abandonó los últimos puestos de la
clasificación para situarse en la zona noble de la tabla. Aquel fue también el año
de la plena consolidación de Toni Kukoc en la primera plantilla, extendiendo la
sociedad que formaban desde categorías inferiores, que comenzó a producir
dividendos en la élite. Radja, siempre un paso por delante en madurez y afianza-
miento (tanto en la Jugoplastika como, posteriormente, en la selección absoluta)
respecto a Kukoc, se convertía en el receptor ideal de los pases del alero, con el
que siempre tuvo una especial conexión en su manera de entender el juego.
i!1l Aquel mismo verano, ambos entrarían en los planes de Kresimir Cosic para el

il •
 pañas en los Celtics, Radja decidió dar por finalizada su etapa en Estados Uni-
Eurobasket de Atenas, además de coronar su brillantísima trayectoria en la selec-
ción júnior con el oro del Mundial celebrado en Bormio. dos.
En su regreso a Europa, fichó por el Panathinaikos griego. Tenía 30 años.
Las tres siguientes temporadas sólo pueden definirse de una manera: éxito
Las lesiones le habían hecho ganar peso, con lo que el ala-pívot de gran veloci-
absoluto. Los amarillos se hacen con la liga yugoslava en 1988 y, un año des-
dad que siempre había sido pasó a ser un pívot puro de mayor corpulencia y for-
pués, repiten la conquista del título doméstico, al que añaden un sueño en el
taleza, aunque menor dinamismo. Pese a que sus limitaciones físicas eran evi-
que muy pocos creían: el triunfo en la Final Four de Múnich. Europa entera fija
dentes, Radja volvió a ser dominante en el baloncesto FIBA. Lideró al
sus ojos sobre aquel inesperado campeón, especialmente en los miembros de un
Panathinaikos a conquistar el título de liga, con promedios de casi 21 puntos
irreverente dúo que acabó con las esperanzas de profesionales curtidos en mil
por partido (quinto en la clasificación de anotadores) y ganando la competición
batallas. Pero aún quedaban conejos en la chistera. En 1990, la Jugoplastika se
en rebotes, con 13 por encuentro. Lógicamente, el galardón de MVP del cam-
supera a sí misma al reeditar su supremacía en Liga y Copa de Europa e impo-
peonato heleno fue a parar a sus manos por unanimidad. En su segunda campa-
nerse también en la Copa de Yugoslavia, haciendo realidad la consecución de un
ña (1998/99), el aterrizaje de Dejan Bodiroga en Atenas potencia aún más al
triplete histórico. Dino Radja se había convertido en uno de los pívots más
equipo. Bodiroga y Radja, serbio y croata, forman una pareja con claras reminis-
determinantes del Viejo Continente, globalmente reconocido con su elección
cencias a la que integraban Kukoc y Dino años atrás, acrecentadas con las recu-
por dos años consecutivos como el segundo mejor jugador europeo. En el pri-
rrentes comparaciones entre La pantera rosa y el alero de Zrenjanin. La tempora-
mero de ellos le superó el indiscutible líder de su selección, Drazen Petrovic; en
da resultó excepcional, empañada únicamente por la derrota en octavos de final
el segundo tan sólo estuvo por debajo de Toni Kukoc, que había sido tercero la
de la Euroliga ante el Teamsystem de Bolonia, después de haber ganado 15 de
campaña anterior. A sus 23 años, llegaba el momento de cambiar de aires.
los 16 partidos de las dos liguillas previas y postularse como los máximos favori-
Pese a unos escarceos con los Celtics de Boston, que habían adquirido sus
o tos al cetro continental. La decepción se vio compensada por la reválida del
> derechos en el draft del 89, Dino Radja acabó en la lega, en 11 Messagero de
5 campeonato nacional en una intensa serie que les enfrentó al eterno enemigo, el
(/) Roma. En Italia, y a pesar de que sus números fueron excelentes, fue objeto de
o(.9 Olympiakos. Radja finalizó segundo en la votación de mejor jugador de la com-
algunas críticas hacia su rendimiento y liderazgo. En un proyecto muy poderoso
::i petición -tras Bodiroga-, así como en la clasificación de máximos reboteadores
>- económicamente, pero no tan compensado en lo deportivo, Radja no fue capaz
º
1--
(/)
w
de llevar a los romanos al gran objetivo que suponía la conquista del título de del torneo.
Tras su etapa triunfal en Grecia, Dino decide retornar a su Croacia natal,
u liga. Con compañeros extranjeros de relumbrón como Michael Cooper o Ricky
z fichando por el Zadar, que se había hecho con los servicios de otro ilustre vete-
o Mahorn, las semifinales fueron el muro que nunca lograron derribar. En Euro-
_J
<( rano como Komazec. La pareja lideró al equipo a ganar la Copa y alcanzar la
o::i pa, las cosas irían mucho mejor y, en 1992, la Copa Korac viajó a Roma, con
_J final de la liga croata, título que no pudieron levantar. El pívot promedió más
w exhibición del croata en el primer partido de la final (34 puntos y 9 rebotes). Un f
u) de 22 puntos y 11 rebotes, si bien la menor exigencia del campeonato croata
o año después, 11 Messagero volvía a plantarse en la eliminatoria definitiva, pero
o
<(
en esta vez Sasha Djordjevic y su Philips de Milán fueron demasiado para Radja, t hizo que la gesta se relativizase. Justo la temporada siguiente vuelve a la potente <(
J
o
oa::
(/)
o
que volvió a brillar en el primer encuentro (30 puntos y 11 rebotes) pero no lo
hizo tanto en el de vuelta, a pesar de sus 16 rebotes (y 15 puntos).
l
1
liga griega y, a sus 34 años, Radja es de nuevo el mejor reboteador del campeo-
nato con el Olympiakos. No podría conquistar el trofeo liguero, pues el Pana-
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a::
o
z
,z 1 thinaikos de Bodiroga (y Obradovic) se impuso en una durísima serie que o
w La campaña 93/94 trae consigo el salto a la NBA. Destino Boston Cel- alcanzó el quinto partido, pero el nivel mostrado por Radja era aún sorprenden-
::i
(/)
tics, una franquicia histórica que pasaba por sus peores momentos de los últi- temente alto. Decidió, con todo, una semiretirada, pues volvió a Croacia, esta 143
mos veinte años. Las prestaciones individuales de Radja fueron excepcionales, vez a las filas de la Cibona de Zagreb, con el que sólo jugaba los partidos tras-
142
más teniendo en cuenta las dificultades de los jugadores europeos para encon- cendentales del campeonato de liga (que cayó en sus redes) y los correspondien-
trar su sitio en la NBA de los noventa. Aun así, los verdes, en plena travesía del
desierto, tan sólo lograron clasificarse para los playoffi en una de las cuatro tem- tes a la Euroliga.
En la 2002/03, su última campaña en activo, el hijo pródigo volvió a casa.
poradas en las que el croata defendió su camiseta. Además, los problemas físicos A Split. En su club de roda la vida, del que fue nombrado presidente, se reunió
se convertirían en un grave lastre y dos operaciones de rodilla truncaron su evo-
con otras viejas glorias del kosarka como jure Zdovc o Josip Sesar. Allí acabó
lución, limitando su presencia en cancha a 25 partidos en su último año. Las
retirándose el que fue mejor ala-pívot del continente por más de una década,
secuelas de su lesión en la rodilla izquierda eran tan evidentes que no pasó las amasando en el proceso un nuevo entorchado de la liga croata. Una carrera que
pruebas médicas que le realizaron en lo que iba a ser su traspaso a Philadelphia.
empezó hermanada con el éxito acababa de la misma manera.
Tras haber rondado los veinte puntos y diez rebotes de promedio en varias cam-
 t SUEÑOS ROBADOS. EL BALONCESTO YUGOSLAVO

ESTADÍSTICAS

84-85 1 Jugoplastika Split 5

85-86 1 Jugoplastika Split 11.1 6.1 0.4 87-136 64.0 0-0 - 37-51 1 72.5 1 19 1 20.0

86-87 1 Jugoplastika Split 19.2 6.9 0.5 181-270 67.0 0-1 o.o 60-84 1 71.4 1 22 1 27.6

87-88 1 Jugoplastika Split 18.4 8.4 0.4 174-263 66.1 0-0 - 57-79 72.l 22 31.0

88-89 1 Jugoplastika Split 19.2 10.4 0.3 165-305 54.1 0-0 - 81-119 68.0 22 34.4

89-90 1 Jugoplastika Split 1 20.3 1 7.5 1 1 1 165-255 1 64.7 1 1-2 1 50 1 72-89 1 81 1 20 1 31.5

90-91 1 11 Messaggero Roma 18.l 10.2 0.5 150-252 59.5 0-1 o.o 80-118 67.8 21 36.5

91-92 1 11 Messaggero Roma 20.2 9.9 1.1 237-364 65.l 1-5 20.0 129-171 75.4 30 34.8

92-93 1 Virtus Roma 21.5 10.3 0.8 248-416 1 59.6 1 0-5 1 o.o 1 150-195 1 76.9 1 30 1 36.3

"rnJ•l'@l.li.!<'li,...,, · "'""-"' ··••;:tl>;l\!'YJ\~<t;~<'.~-AA·"'''·.~r?> ~~~"''" ..........

~ -~

ESTADÍSTICAS

93-94 1 Boston Celtics 15.l 7.2 1.4 1 491-942 1 52.l 0-1 o.o 226-301 1 75.1 80 28.8

17.2 8.7 1.7 1 450-919 1 49.0 0-1 o.o 233-307 1 75.9 66 32.5
94-95 1 Boston Celtics

95-96 1 Boston Celtics 19.7 9.8 1.6 1 426-852 1 50.0 0-0 191-275 1 69.5 53 37.4

96-97 1 Boston Celtics 14.0 8.4 1.9 149-339 1 44.0 0-1 o.o 51-71 71.8 25 35.0

97-98 Panathinaikos 20.9 13.0 1 2.3

98-99 Panathinaikos 17.8 11.0

99-00 KKZadar 22.6 11.l 4.1

00-01 Olympiakos SFP 16.8 11.8 2.3 152-270 56.3 0-1 o.o 132-178 74.1 26 31.4

O1-02 1 Cibona Zagreb

02-03 1 KK Split 1 18.9 1 1 1 1 1 1 1 1

18

~ DINO RADJA
 CARACTERÍSTICAS

La regularidad como modo de vida. Muy pocos son los hombres altos que man-
tuvieron un rendimiento tan constante como Dino Radja, sin importar compa-
' e

ñeros, equipo o competición. Un jugador, además, que se presentó en la élite
con un nivel de madurez inusitado, y cuyas características técnicas fueron prác-
ticamente invariables desde el inicio de su carrera en Split. Dino era un produc-
1
te reboteador, el Radja crepuscular aumentó más si cabe su dominio en esta
faceta, alcanzando cifras que superaban a las de su etapa de plenitud. De esta
manera, un hombre que entendía el juego como pocos alargó su trayectoria
varios años más, supliendo sus limitaciones sin problemas.
1

to totalmente formado ya a los veinte años, y sus cualidades encajaron con natu-
1
ralidad en dos baloncestos tan diferentes como el de mediados de los ochenta y
el de finales de siglo. ·2~ ·.:
. J

Con una capacidad atlética excelsa para el canon europeo, Radja era un .\( ¡
ala-pívot que podía desarrollar labores de center gracias a su fortaleza. Velocísi- ;~ 1
mo al contraataque, más que ningún otro interior del continente, en espacios
reducidos también se mostraba extremadamente rápido y explosivo. Su notable
f'
capacidad de salto le permitía rebotear y taponar con asiduidad, ayudado por un

1
cuerpo compacto y muy resistente que le facultaba para luchar por la posición
con su adversario.
En la faceta ofensiva, Dino se estableció como una amenaza de primera
o 1
> magnitud. Sus movimientos al poste bajo, tan plenos de potencia como de
::¡

111
(/) elegancia, le convirtieron en uno de los mayores especialistas del basket euro-
o
CD
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peo en esa situación. Pero no sólo era capaz de crearse sus canastas por sí
>- mismo, sino que mostraba una extrema inteligencia para moverse sin balón en
ºw
1-
(/) cortes por la línea de fondo y continuaciones de bloqueo directo, talento que
u contribuyó decisivamente a la formación de inolvidables sociedades con gran-
z
o
_J des pasadores como Toni Kukoc, Vlade Divac y Dejan Bodiroga. Asimismo,
<!
co su efectividad no se resentía cuando jugaba de cara al aro. El croata se sentía
l
_J
w
u)
especialmente cómodo a cuatro o cinco metros de canasta, desde donde des- ~'¡
o arrollaba acciones que acostumbraba a resolver con un tiro exterior o con un
Cl
<! uno contra uno, haciendo gala de una amplia gama de fintas previa a la culmi-
co <(
oa: nación. Sobre todo, por el lado izquierdo, porque era relativamente infrecuen- J

(/)
o
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o te verle finalizar con su mano zurda y de paso cobrarse numerosas faltas per- a:
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w sonales. o
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(/)
La adaptabilidad de su juego a distintos entornos se hizo patente en su o
paso por la NBA. Al contrario que otras estrellas balcánicas como Petrovic,
146 147
Kukoc o Divac, Dino no hubo de modificar sus recursos. El Radja que sumaba
puntos y rebotes en los Boston Celtics era exactamente el mismo que lo hacía en
la Jugoplastika o 11 Messagero. Fue el único de los representantes plavi cuyo rol y
características resultaron inmutables en Estados Unidos, lo que define claramen-
te la universalidad de sus habilidades. Tan sólo las lesiones marcarían un leve
cambio en su carrera. Tras su vuelta a Europa, su incremento de peso y la pérdi-
da de movilidad le desplazaron definitivamente a la posición de cinco. Su veloci-
~
dad al contraataque ya no era la misma de antaño, pero a cambio se hizo aún
más poderoso en las cercanías del aro. Pese a que siempre había sido un excelen-
 La Liga Nacional de Yugoslavia (V)
1 9 8 8
Los pronósticos de la temporada 1987-88 se presentaban extraordinariamente
abiertos, con una terna de aspirantes reales al título que no encontraba parangón
en la década que casi concluía. Por un lado, el Partizan, vigente campeón, poseía
un grupo de jugadores jóvenes de nivel estelar cuyo ascendente en el equipo no
paraba de crecer. La Cibona, por su parte, venía de ganar 43 de los últimos 44
partidos de liga regular, aunque las bajas de Alexander Petrovic -fichado por el
Scavolini de Pesaro-, Sven Usic, Mihovil Nakic y Andro Knego suponían una
notable renovación, personificada en las incorporaciones de Luka Pavicevic
-procedente de la NCAA- y de un acreditado anotador como lvan Sunara.
También el Estrella Roja partía con posibilidades, después de haber alcanzado
tres de las últimas cuatro finales del playoff. La incorporación de Sredjan Dabic,
un director de juego cerebral y buen defensor, incrementaba el poderío de un ya
de por sí excelso perímetro, en el que convivían Zoran Radovic, Slobodan Niko-
lic, Nebojsa Ilic, Slobodan Jankovic o Stevan Karadzic. En el juego interior,
Zoran Jovanovic retornaba después de su periplo en Louisiana State University,
añadiéndose a los Bogosavljev, lvo Petovic o Mirko Milicevic.
Pero el dominador de la liga regular fue la Jugoplastika (21-1), el otro
gran candidato antes de iniciarse la temporada. El año anterior ya había finaliza-
do en tercera posición, si bien la eliminación en primera ronda ante el Bosna
dejó un sabor agridulce en Split. La adquisición de Dusko lvanovic, un jugador
que llevaba muchos años entre los mejores anotadores de la competición, com-
plementó al asentamiento de Dino Radja, Velimir Perasovic y Toni Kukoc, y el
conjunto croata se alzó por encima de todos. Por detrás, Cibona (17-5), Parti-
zan (15-7) y Olimpia (14-8) coparon las siguientes posiciones. El Estrella Roja,
por el contrario, protagonizó una campaña decepcionante, y sus 10 triunfos y
148
12 derrotas le hicieron caer a la séptima plaza.
La incertidumbre se vio incrementada por la victoria de la Cibona en la
final de Copa ante la Jugoplastika y, sobre todo, por el extraordinario papel del
Partizan en la Copa de Europa. Los de Belgrado habían centrado sus esfuerzos en
la máxima competición europea, con un rendimiento excepcional, liderando la
liguilla y llegando a la Final Four de Gante con el cartel de favoritos. Una vez en la
ciudad belga, el Maccabi puso fin a las aspiraciones de un equipo aún jovendsimo.
Una cosa quedaba clara: las expectativas levantadas en aquella temporada -y las
precedentes- por el trío de cabeza sólo se verían colmadas con el título nacional.
' e
r
En cuartos de final, los tres conjuntos solventaron la eliminatoria por la
vía rápida. Ni Jugoplastika ni Cibona encontraron rival en Sibenka e IMT Bel-
grado, respectivamente. El Partizan tenía un cruce a priori más complicado en
su derbi con el Estrella Roja, en lo que suponía una reedición de la última final
liguera, pero se impuso con autoridad en los dos partidos.
Las semifinales tampoco se le complicaron a los de Split, que finiquitaron
de nuevo en dos encuentros al Olimpia de Liubliana, verdugos del Zadar en la
ronda anterior. El duelo estrella era el que iban a desarrollar Cibona y Partizan.
Los croatas partían con la ventaja de campo; el Partizan, con la presión, después
de haber caído en semifinales de Copa yugoslava y Copa de Europa.
Los 41 puntos de Drazen Petrovic desequilibraron el primer enfrentamien-
to de manera clara, 102-91. Una vez en Belgrado, el extraordinario acierto de los
l:J
p locales desde la línea de tres, con 15 de sus 19 intentos anotados, igualaron la eli-
minatoria. 26 puntos de Divac y 22 de Djordjevic superaban a los extrañamente
·~ discretos 22 de Petrovic. Sería en Zagreb donde se decidiría el segundo finalista.
l
.,
·;¡¡,
Y el Partizan impuso su poderío, 77 a 83, llevado en volandas por los 24
puntos y 17 rebotes de Vlade Divac. La Cibona había mantenido inexpugnable
~
su feudo durante más de un millar de días desde 1983 a 1986, pero en las tres
últimas temporadas caía en el encuentro decisivo ante sus aficionados. Drazen
/; Petrovic, en el que suponía su último partido en la liga yugoslava, se despedía con
f;
¡ tan sólo 11 puntos. Era el fin de una época y el inicio de otra. Cinco campeones
del mundo júnior en Bormio se iban a disputar el título, y varios de sus compa- ~
'
<I:
ñeros en la Jugoplastika y el Partizan apenas superaban las dos décadas de edad. >
<I:
1
"'":
La final también necesitó agotar su máximo de tres contiendas. La lesión
de Vlade Divac marcó el desarrollo del partido inaugural. Divac se había lasti-
_J
(/)
o
c.J
:J
mado al saltar por la ventana del hotel la noche anterior y, pese a que en la >-
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segunda parte intentó forzar, tan sólo pudo jugar dos minutos. La Jugoplastika o
_J
aprovechó su oportunidad, venciendo de manera contundente por 1O1 a 79. En <I:
z
el segundo, la reaparición del pívot resultó fundamental, encabezando a cinco o
u
compañeros que superaron la barrera de los diez puntos. Las diferencias en el <I:
z
marcador oscilaron sobre la decena, sin que los croatas bajaran nunca los brazos, <I:
c.J
para finalmente retirarse a los vestuarios con un resultado adverso de 86 a 80. ::¡
<I:
Por enésima vez, la liga yugoslava se decidía en el partido de desempate. La _J
Jugoplastika decidió disputarlo en su antiguo pabellón Gripe, más pequeño, y en el
149
que los 4.000 espectadores creaban un ambiente mucho más intimidante. El duelo
se mantuvo equilibrado hasta mediados de la segunda mitad, pero el Partizan no
supo sobreponerse a la eliminación por faltas de un descentrado Divac, hundiéndo-
se en la recta final y cayendo por 88 a 67. Los 28 puntos de Sobin y los 23 de Iva-
novic desataron la fiesta en un club que llevaba muchas temporadas en segundo
plano, desde los ya lejanos éxitos de su generación dorada de los años setenta.
MAxlMO ANOTADOR:
Drazen Petrovic (Cibona), 37,6 puntos por partido.
 ~

Dusan Ivkovic -la opción propuesta por Novosel- toma el relevo de un grupo
que, ahora sí, no puede esperar más tiempo para su renovación; son ya dos cam-
V. El fin del principio peonatos inmersos en pleno proceso de transición, pero sin acabar de apostar
por la savia nueva. Ha llegado el momento, sin duda. Aunque puede que no.

bisiesto. Los años bisiestos se caracterizan por ser aquellos en Drazen Petrovic Cibona de Zagreb 1964
19 8B
AÑO
que, casualmente, nacen tantos niños el día siguiente al 28 de febre-
Zdravko Radulovic Bosna Sarajevo 1966
ro como en el resto del trienio junto. Sólo así se explica que haya más gente que
conozca a alguien nacido en 29 de febrero que en 1 de marzo. En caso de duda Zoran Cutura Cibona de Zagreb 1 1962
al respecto, realizar encuesta rápida entre conocidos. Zeljko Obradovic Partizan de Belgrado 1 1960
Además de la concentración de nacimientos en un día fantasma, resulta tam-
Toni Kukoc Jugoplastika de Split 1968
bién muy común que se disputen unos Juegos Olímpicos. Una costumbre adopta-
da desde las postrimerías del siglo XIX, y que con el paso del tiempo derivó en la Danko Cvjeticanin Cibona de Zagreb 1 1963
competición deportiva más importante a nivel mundial, aquella en la que los sue-
Vlade Divac Partizan de Belgrado 1968
ños de los atletas se entremezclan con los de las marcas publicitarias. Los protago-
nistas históricos de la edición del 88 ya se saben: Ben Johnson, el doping, Florence Stojan Vrankovic Zadar 1 1964
Griffith, el doping, las seis medallas de oro de Kristin Otto, el doping... bueno, fue- Dino Radja Jugoplastika de Split 1967
1
ron unos Juegos Olímpicos para recordar. Tanto, y tan controvertidos, que hasta el
fantástico récord de Sergei Bubka pudiera parecer eclipsado por ello. O el doblete de Franjo Arapovic Cibona de Zagreb 1965
la URSS en fútbol. .. y baloncesto. Gracias al triunfo soviético en Seúl'88, un nuevo Zarko Paspalj Partizan de Belgrado 1 1966
sueño se añadiría a la siguiente edición, celebrada en Barcelona: El Dream Team.
Jure Zvdoc Olimpia de Liubliana 1 1966
En ese contexto histórico, ¿dónde y cómo se situaba el jugoslovenska kosarka?
Pues por primera vez en mucho tiempo, la ilusión por el presente caracteriza al en-
ENTRENADOR: Dusan lvkovic
torno del baloncesto balcánico. Superada una etapa de varios años de sequía, segui- o
o::
dos de un par de campeonatos con la clásica etiqueta de "en transición" (palabra que u
z
muchas veces puede utilizarse durante más de una década), los niños que tanto Hasta seis representantes de las generaciones que han conseguido todos cr:
o_
espera la Federación Yugoslava están creciendo. Tras un lustro dominando los torne- los oros en torneos de formación están integrados en la selección absoluta. Ade- _J
w
os de categorías inferiores, los más destacados de entre los nuevos talentos ya aso- más,. Radulovic también pertenece a la camada del 67, aunque las dudas sobre o
z
man la cabeza de manera clara. En 1988, el Partizán de Divac, Paspalj o Djordjevic su fecha de nacimiento le habían apartado del Europeo Júnior del 86 y del pos- LL
_J

terior Mundial. Es este un grupo jovencísimo, teniendo en cuenta que Petrovic, w

llega a la Final Four de Gante, mientras que la Jugoplastika de Kukoc y Radja gana
la liga yugoslava. Las generaciones 66-68 (las posteriores están ganando sus compe-
ticiones en ese mismo año) ya empiezan a ser determinantes a escala doméstica y
150
destacadas a nivel internacional. Ante esa tesitura, llega la primera gran prueba de
fuego (si no consideramos el preolímpico disputado un mes antes como tal). Los ...
... JUEGOS OLÍMPICOS DE SEÚL ( 1988)
(Chocando de nuevo contra el muro soviético)
Tras el poco afortunado (y muy controvertido) paso por la dirección técnica de
la selección yugoslava de Kresimir Cosic, su ayudante en el Mundial de España,
Vrankovic o Arapovic no son mucho mayores. Por fin los jugadores que arrasan :>
contra los chicos de su edad van a ser verdaderamente importantes a nivel
151
sénior ...
La realidad muestra que eso es así a medias. Los nuevos talentos coparán
las posiciones interiores, no así las exteriores. Se gesta así un juego interior en el
que Divac y Radja ya adquieren galones a pesar de su juventud, con Cutura y
Vrankovic cubriéndoles las espaldas, si bien con un papel menor al de los dos
medallistas de Bormio, y un juego exterior en el que Petrovic, Cvjeticanin y
Obradovic son los que se repartirán las posiciones de base y escolta. Paspalj se
asienta como alero titular y Kukoc es el octavo hombre en la rotación, con pocos
minutos y un limitado peso específico en el equipo.

J_
 Es una transformación ... a medias. Las dichosas palabras que todo hom-
bre odia.
El producto final es muy curioso para el espectador. Yugoslavia presenta
un juego interior moderno, con dos pívots muy móviles y con un radio de
acción que no se limita a las cercanías del aro. Ambos son buenos tiradores a
media distancia, además de excelentes pasadores; pero sobre todo poseen una
capacidad y voluntad de correr en transición que dibuja un salto cualitativo
enorme respecto a los interiores predominantes en la época. El futuro ya está
aquí, y estos dos chicos serán modernos durante los siguientes quince años.
En contraposición, el juego exterior es bastante más clásico, en cierta
manera claro deudor del baloncesto de los años setenta y primeros ochenta. Son
hombres con querencia a la conducción de balón por encima del pase rápido y
fluido; un estilo mucho más estático y pausado, con necesidad de varios botes
antes de culminar una acción de lxl. Todos ellos son notables tiradores, capita-
neados por un Petrovic que es demoledor en cualquier situación ofensiva.
La sensación emerge diferente cuando coinciden en pista tres de los des-
carados imberbes. El cuerpo les pide un incremento de la velocidad, un balon-
cesto mucho más dinámico, no tan sólo en el plano físico (correr mucho más las
o
transiciones), sino también en el menta/(aceleración de la circulación del balón).
~
(/') Pero estos chicos nunca serán los que organicen el ataque, pues a lo sumo ocu-
o(!) parán las posiciones de alero o juego interior, y sólo ocasionalmente lo hacen de
:::>
>- manera simultánea. Consecuentemente, los motores que han de alimentar este
º
1-
(/')
UJ
estilo se encuentran en realidad en otra onda. El backcourt sigue estando forma-
u do por gregarios que trabajan para Drazen, con el objetivo primordial de defen-
z
o
_J der intensamente y amenazar desde el tiro exterior. El frontcourt, por jugadores
<{
al de un registro mucho más amplio, acostumbrados además a influir en todas las
_J
áreas de la pista, y con una concepción del pase como arma del juego colectivo
UJ
C/)
o que choca con las costumbres del grupo de veteranos.
CI
<{
al
Esta confrontación de estilos resulta muy visible al observar cualquier
o encuentro de los Juegos de Seúl. Si mira fijamente, el espectador puede imaginar
e:
(/')
o ver a Zeljko Obradovic subir el balón en blanco y negro y pasárselo a Kukoc en
•Z
UJ color. Sus pases rompen las leyes de la física, pues la trayectoria de la pelota
:::>
(/')
puede durar desde un segundo hasta un viaje temporal de muchos años. Depen-
de del prisma que se utilice para medirlos.
152
El equilibrio, aun siendo equidistante en comparación a anteriores cam-
peonatos, se decanta por el lado de los jugadores pequeños. Influye en esta incli-
nación de la balanza el hecho de que, a excepción de la final contra la URSS (y
pese a que durante el torneo ambos jueguen bastantes minutos en total), Ivkovic
aún parece mostrarse reacio a mezclar a la pareja interior que viene de ganar el
Mundial Júnior el año anterior. Divac y Radja suelen ser los dos pívots que más
minutos disputan durante los partidos, pero en muchas ocasiones formando
tándem con Cutura o Vrankovic. Esta situación de minoría de la nueva ola impi-
de que puedan imponer su impronta al juego colectivo. Aportan como indivi-
l duos, sí, pero no tienen oportunidad de transformar el baloncesto global des-
arrollado por el equipo. Necesitan cómplices a los que asociarse, en toda la
extensión de la palabra. Cuando los encuentran, sirva de muestra el partido con-
tra Australia, la imagen de la Reprezentacija metamorfosea en algo que pocas
veces se había visto en Europa. Pequeños oasis en medio del desierto, breves
ráfagas de viento que insinúan los tornados que están por llegar. En dicho
encuentro, con el marcador ajustado en las postrimerías de la primera parte, el
técnico yugoslavo decide juntar en pista a Kukoc, Radja y Divac. Bormio connec-
tion. Nueve puntos es la renta que consiguen en tres minutos. Al volver de los
vestuarios, cuatro más bastan para llegar a la veintena de diferencia, en un festi-
val de contraataques o semitransiciones culminadas continuamente por el dúo
interior, y propulsadas por La pantera rosa y un Obradovic al que la velocidad
parece dotar de vida multicolor, en oposición a lo grisáceo de su juego en la jun-
gla de la pausa.
Pero esta distribución de los minutos y los jugadores en pista es poco
habitual en el torneo. Yugoslavia llegará a la final con otro estilo, enriquecido
esporádicamente (y siendo complementario siempre) por el baloncesto que lle-
van los nuevos chicos dentro.
Dicho estilo, a pesar de lo comentado (o gracias a ello) muestra una noto-
ria evolución respecto a Atenas'87. Algo está cambiando en la selección plavi.
Son algo más que pinceladas; el cuadro dibujado ya no es el mismo. Se mueve.
Es también un kosarka más colectivo, pues la facilidad pasadora de la pareja
interior {especialmente de Divac), dota de mayor fluidez a la circulación del
balón. Petrovic continúa siendo la omnímoda referencia, pero dispone de com-
pañeros en las cercanías del aro que son algo más que gregarios o especialistas.
Algunos trazos del cuadro permanecen inmóviles, con todo. Los galones o
recaen sobre la experiencia, obviando las jerarquías basadas en la calidad: Obra- o::
u
z
dovic juega (y tira) más que Kukoc, que en el minuto 30 de la final Olímpica o:
(L
apenas lleva diez en pista y un solo lanzamiento intentado. No deja de sorpren- _j
w
der ~sta preponderancia de Obradovic o Cvjeticanin respecto a Kukoc, por o
z
mucho que la veteranía sea un grado. Hay que tener en cuenta que en esa tem- lL
_j
porada La pantera rosa ya había dominado la competición yugoslava con su {aún w
no mítica) Jugoplastika. >
1
En lo referente al torneo Olímpico en sí, resulta obvio que la competición
153
1 tiene a tres equipos muy por encima de los demás: EE.UU., la URSS y Yugosla-
via, con Australia, Brasil y Puerto Rico en un segundo escalón. Un podio dife-
rente al formado por alguna de estas seis selecciones hubiese supuesto una enor-
me sorpresa. En realidad, una sorpresa hubiese sido que cualquiera del
1
triunvirato de favoritas se quedase sin medalla.
1
La trayectoria del equipo en Seúl'88 le lleva a ganar durante la primera
fase a la URSS en el partido inaugural -en un encuentro que supone el retorno
1 de Sabonis a la alta competición después de dos temporadas inactivo-, tras
\
sobreponerse a un nefasto inicio en el que los soviéticos llegan a situarse con una
.L
 ventaja de 11 puntos, 7 a 18, para acabar los yugoslavos dándole la vuelta al
1 asistencias) logra la medalla de oro. Los balcánicos empiezan muy fuertes, con
marcador y disfrutar de una renta de 18. La definitiva no es tan amplia, pero los
25 puntos de Petrovic y los 20 de Paspalj sellan una clara victoria por 92 a 79,
después de que la Reprezentacija anote 85 puntos en los últimos 28 minutos.
Posteriormente, el grupo de lvkovic se impone cómodamente en los dos trámi-
tes que suponen la República Centroafricana y Corea del Sur, con lo que el
duelo de la cuarta jornada contra Australia decidía el primer puesto del grupo.
Los australianos, liderados por el infatigable Andrew Gaze, sucumben ante el
poderío y la velocidad que muestra Yugoslavia ese día, con Kukoc, Radja y Divac
pasándoselo en grande, en medio de un festival que concluye 98 a 78. En el
enfrentamiento que cierra la liguilla, llega la primera derrota del torneo, ante
Puerto Rico, por dos puntos de diferencia.
En cuartos de final, los balcánicos superan holgadamente a Canadá, cuyo
nivel queda muy lejano al de los plavi, más aún ante la ausencia de Eli Pasquale,
el base titular de los canadienses. Un cruce solventado con muchos minutos de
antelación, en el que Divac y Radja encabezan la anotación, con 17 y 16 puntos
respectivamente, e Ivkovic puede permitirse el lujo de dar cancha a los suplen-
tes. La coyuntura es magnífica. Cada paso dado hasta ese momento durante el
o también una gran calidad, además de situarse la inmensa mayoría de ellos en la
> campeonato es el que hubiera firmado el seleccionador, pues la victoria inicial
::í
(f) ante los soviéticos permite evitar un cruce de semifinales con Estados Unidos, y
o tiene los mismos 24 de Sabas o Marciulionis, pero sus compañeros de auténtico
C.!J son los dos grandes gigantes los que batallarán entre ellos por un puesto en el
:::>
>- partido decisivo, quedando una u otra selección por el camino.
º
1--
(/)
LU
El de los balcánicos es bastante más sencillo, y Australia no ofrece resis-
u tencia más allá del inicio del choque, manteniéndolo igualado hasta el 20-17
z
o....J (m.10). A partir de ahí, los triples de Petrovic (4 de 6 a lo largo del encuentro) y
<l'.
co la soberanía reboteadora de Divac (10 capturas al descanso) sitúan un tranquili-
....J
LU zador 44-31 al término de la primera mitad. Las distancias se incrementan en la
r.J)
o reanudación, comandando el escolta de la Cibona, con 24 puntos, a cuatro
o o....
<l'. compañeros que superan la decena: Divac (15), Cutura (12), Obradovic (12) y
co
oce Radja (11). Por los aussies, el único que logra hacerlo es Gaze, que encesta 27
(/)
o pero se queda demasiado solo como para evitar el definitivo 91-70.
•Z
LU De esta manera, Yugoslavia se planta en el partido final mentalmente
::J
(f)
imbatida, pues en su único revés (contra los boricuas), el combinado dirigido
por Ivkovic ya tenía el primer puesto asegurado y el técnico hace una dirección
154
de partido un tanto peculiar, con Petrovic jugando los primeros 24 minutos
ininterrumpidamente para no volver a salir en el resto del encuentro (y fue un
duelo igualado, con tiro ganador de Puerto Rico prácticamente sobre la bocina),
un Cvjeticanin que no pisa la pista en el primer periodo para disputar íntegros
los veinte minutos de la reanudación, o un Cutura que imita a Cvjeticanin, con
la salvedad de que descansa tres minutos a lo largo de la segunda parte. Se podría
decir que a Ivkovic no le iba la vida en ello ...
En la final, en un partido de poco acierto ofensivo, la URSS de un desco-
munal Sabonis (20 puntos, 15 rebotes) y un espléndido Marciulonis (21 y 6
l
Divac percutiendo el aro rival y alcanzando ventajas que sobrepasan la decena de
puntos (24-12, m.12). Pero el reaparecido Sabonis poco a poco va imponiendo
su ley bajo los tableros y el desacierto ofensivo de Yugoslavia se traduce en seis
minutos sin anotar un solo tanto. La sequía de canastas en juego es todavía más
sangrante: Radja sitúa el 22-12 en el ecuador de la primera mirad, y nadie vuel-
ve a acertar un lanzamiento hasta que Obradovic encesta a un segundo del des-
canso. Cuatro tiros libres es toda la aportación del colectivo en ese lapso de
tiempo. Drazen Petrovic simboliza la imagen del grupo, totalmente sobrepasado
por las circunstancias y ofreciendo una versión menor de sí mismo. Los plavis
realizan peores porcentajes de acierto que su oponente en tiros triples, en tiros
libres y en tiros de dos; además, en la pelea reboteadora son superados sin palia-
tivos (28 por 42). Dan menos asistencias, y sólo anotan 63 puntos. La defensa
soviética ahoga totalmente al ataque de la Reprecentazija. No hay discusión: la
URSS ha dominado la finalísima. En 1988 es un equipo superior al yugoslavo.
Superioridad basada, en gran medida, en una diferencia clara de madurez. Los
tres principales baluartes de ese grupo (Sabonis, Volkov y Marciulonis) tienen
24 años. El resto de los jugadores de la selección dirigida por Gomelsky atesora
mejor edad deportiva, entre los 25 y los 29 años. Por parte yugoslava, Petrovic
primer nivel son aún muy jóvenes, mientras que los veteranos (en ese momento,
los jefes) no gozan del talento de sus homólogos soviéticos. La victoria es justa,
Yugoslavia está muy lejos de lo que será en un par de años.
Un gran debate rodea siempre a la elección del mejor equipo de la historia
del baloncesto europeo. Muchos de los defensores del combinado soviético
o
como ocupante de ese trono ficticio se basan en el resultado de la final de Seúl.
o::
u
z
No se puede obviar que en los Juegos Olímpicos de 1988 la URSS se encuentra a:
en una etapa de plenitud, siendo el torneo y el momento ideal para la genera- ....J
w
ci~n que arropa a Sabonis. La selección yugoslava, por su parte, disputa esta o
z
competición con Petrovic, Obradovic, Cvjeticanin, Paspalj, Radja, Divac y ü:
....J
Cutura como núcleo principal, con Vrankovic y Kukoc de relevos más secunda- w
rios. El resto (incluido un Zdovc que en 1989 ya se hará con un puesto de titu- >
lar) sólo interviene si el partido está decidido. Teniendo en cuenta la edad de los
155
chicos de Bormio, el rol que ejercen en el juego y que, cuando se piensa en el
equipo ideal de Yugoslavia, no se asocia exactamente a estos mismos hombres,
no parece apropiado tomar este partido como ejemplo. En un solo año, los nom-
bres, roles y baloncesto desplegado mutará enormemente, a un nivel que muy
probablemente supera al de los soviéticos en este torneo. Pero en 1988, aún eran
inferiores.
No se puede cerrar un análisis del periodo 1986-1988 en la evolución de
la Reprezentacija sin tener muy presentes dos aspectos globales básicos para dicha
valoración. Por un lado, el estado del baloncesto continental a estas alturas de la
 década de los años ochenta. Se suele argumentar que el gran salto cualitativo en
el nivel de juego que se ha producido en los últimos veinte años se sustenta en la
mejora física del jugador europeo medio. Y esa afirmación, aunque verdadera,
resulta parcial. Siendo obvio y tangible el progreso físico, la evolución técnica en
los ochenta no es menos sideral: en unos pocos años se produce una transforma-
ción radical en los fundamentos de los jugadores y en su dominio de varias face-
tas del juego. Tanto en posiciones exteriores como interiores aparecen especíme-
nes muy altos capaces de hacer cosas inimaginables en alguien de su talla muy
poco tiempo antes. Y, en general, sea cual sea la posición que se ocupe en la
pista, el bote, pase o finalización con ambas manos se convierte en un hecho
habitual y común que antes estaba reservado a los superdotados. Todo ello suma-
do al incremento de la velocidad de ejecución de estos gestos técnicos. Como en
tantos otros aspectos de la vida en esta década. Viviendo deprisa. En el caso de
Yugoslavia, la evolución es tan marcada, y con unos límites temporales tan cla-
ros, que casi hace pensar en una planificación. Aunque, más que planificación,
la explicación debe por fuerza residir en un cambio (y mejora) de los métodos de
entrenamiento.
Cuando se analiza a un jugador de los pla.vi nacido antes del año 1960-
o
> 61, rápidamente se advierte que, en su mayoría, apenas emplean la mano no
~
(f) dominante (la mala., la izquierda en la mayoría de los casos) a la hora de botar el
o
(.!J balón. Si lo que se realiza es un pase, la frecuencia aún disminuye más. Y la cosa
::i
>- no mejora si hablamos de finalizaciones en forma de bandejas o semiganchos.
º
1-
(f)
LJ.J
Por poner un ejemplo gráfico -y chocante para el ojo del siglo XXI-, el base titu-
u lar de Yugoslavia en el año 1988, Zeljko Obradovic, tan sólo efectúa dos botes
z
o.....J con la mano izquierda durante la primera mitad del partido del Open McDo-
<(
co nalds ante los Boston Celtics. Un par. Ni uno más, ni uno menos. El dato resal-
.....J
LJ.J ta aún más cuando, en el mismo encuentro, Vlade Divac sube el balón desde su
en
o propio campo no menos de diez veces en ese periodo, ayudando a su equipo a
Cl
<(
co
desahogar el juego ante la presión defensiva estadounidense ... Con un dominio
oce del pase y del dribbling impensable para los hombres altos de la generación de
(/')
o Obradovic, que apenas echan el balón al suelo a tres metros del aro.
•Z
LJ.J El progreso es manifiesto en los jugadores yugoslavos que nacen en la pri-
::i
(f)
mera mitad de los sesenta; la voluntad de ambidextrismo es meridiana, consi-
guiendo una cierta desenvoltura, aunque en algunas facetas no se acaba de visua-
156
lizar como un gesto naturalizado: si bien el bote no representa mayor problema,
da la impresión de que determinadas acciones no fluyen con facilidad, sobre
todo el hecho de pasar con la mano no hábil, y, especialmente, tirar con ella. El
propio Drazen Petrovic, un auténtico portento técnico a la hora de pasar o botar
y con una variedad de fintas deliciosa, evita en la medida de lo posible el uso de
su brazo izquierdo para realizar bandejas. Y hablamos de uno de los talentos téc-
nicos más superlativos, si no el mayor, de la historia del baloncesto europeo.
Con los jugadores balcánicos de la segunda mitad de la década de los
sesenta, esta evolución cristaliza. Representan un baloncesto moderno, mostran-
1r do un dominio más que notable de los fundamentos técnicos con ambas manos.
Incluso a un zurdo como Paspalj (suele ser aceptado que los jugadores zurdos,
en un alto porcentaje, son aún más cerrados que los diestros) es relativamente
frecuente verle realizar tiros con la derecha.
Por supuesto, una transformación de este tipo no es tan hermética como
para que exista una equivalencia total entre año de nacimiento y características
de juego. Los cambios son paulatinos, y ese trabajo de los fundamentos depen-
derá mucho del club de procedencia o del propio jugador, pero lo cierto es que
estas barreras cronológicas son bastante visibles y extendidas entre los protago-
nistas de cada una de las tres generaciones. Y se hacen más patentes cuando
coinciden en la misma pista, hasta el punto que los más jóvenes hacen parecer
obsoletos a sus antecesores.
La constatación de este hecho no significa demonizar a los baloncestistas
yugoslavos antiguos. El nivel de un deportista se mide en su tiempo, y es a sus
coetáneos con los que se le ha de comparar. El ejemplo ilustrativo que se ha
mostrado con Obradovic no ha de ser interpretado como un ataque personal,
pues si se observa a la élite de bases de inicios de los años ochenta, casos como
los de Juan Antonio Corbalán o Mike D'Antoni devienen muy similares. Y no
por ello son menos grandes. Cada uno es producto de su época. Asimismo, esta
visión no niega que hubiese en ese periodo hombres que dominasen ambas
manos. Los había, pero eran unos pocos, los más completos técnicamente y,
ii
~:. desde luego, los equipos no tenían a más de un par. Tampoco el no utilizar la
:it mano menos hábil en algunas situaciones hace necesariamente de alguien peor
.¿¡ jugador. Sabonis o Petrovic (ambos nacidos el año 1964) no solían finalizar con
:f* la izquierda y eran -y aún hoy serían- dos hombres determinantes en extremo.
·~~ Pero lo que resulta incontestable es que el incremento de la capacidad téc- o
o:::
nica de sus protagonistas eleva el nivel del baloncesto de finales de los ochenta. u
z
Se produce un poderoso cambio, con un mayor dinamismo en la circulación de ce
o..
balón y un enriquecimiento en la variedad de matices del ataque posicional. _J
w
Esos ~undamentos individuales mejoran, e incluso transforman, a un equipo, o
z
como se verá más adelante en el caso concreto de la Reprezentacija. En general, LL
_J
es un fenómeno que se manifiesta, en mayor o menor medida, por toda la Euro- LJ.J
pa baloncestística en esta época; la evolución del estilo de juego es evidente, :>
tanto a nivel de clubes como de selecciones. Se suele aceptar que el baloncesto
157
moderno del Viejo Continente se inicia con el reinado de la J ugoplastika, en
contraposición a la Tracer de Milán, su predecesor en el trono continental. Y
para ese estilo vanguardista son tan importantes la presencia de un Kukoc o un
1
v:·
¡ Radja como el hecho de tener una amplia mayoría de componentes del grupo
que dominen todos los fundamentos. Se puede estar muchos años sin cambio
aparente y, de repente, producirse una enorme metamorfosis en apenas un lus-
t1
l ~
tro, de forma tan acelerada que casi produce vértigo ...
La segunda cuestión a destacar en la etapa que abarca del año 1986 al
1988 en el camino de la selección yugoslava es mucho más externa al juego.
 Tanto, que hace referencia al espectador lejano, al que analiza desde la distancia
temporal. La mente humana suele, con el paso de los lustros, fusionar las sensa-
ciones y recuerdos en un codo global, influyendo en esas valoraciones (muchas
veces de manera inconsciente e involuntaria), los sucesos vividos posteriormen-
te. Aunque los hechos que vendrán después no han de influir en la percepción
del pasado, en ocasiones los años ejercen de prisma deformador que sólo se
puede volver a graduar si se revisita concienzudamente. En este caso en concre-
to, las estelares carreras que desarrollarán muchos de los jovencitos del combina-
do plavi actúan de espejo desvirtuador de la realidad que aconteció. El fenóme-
no se manifiesta de tal manera que, cuando se recuerdan algunos campeonatos
pretéritos, no pocas veces las imágenes que tenernos están mezcladas con otras
posteriores y de una significación muy poderosa. A menos que se siguiera muy a
fondo a aquella selección, el tiempo nos hace pensar que estos jóvenes valores
ejercían un papel más importante del que realmente protagonizaban en aquel
momento. Y lo que ciertamente pasó se fusiona con lo que sucedió después. Por
poner un ejemplo fácil, gráfico y poco adecuado, pues es de una situación que se
produce a partir del año 1989, mucha gente cuando rememora a la Reprezentaci-
ja del 89 cree visualizar a jure Zdovc de base y a Drazen Petrovic de escolta. Esta
o
~ falsa evocación viene influida por lances posteriores, pues Zdovc alcanzó la cele-
_¡
(/) bridad jugando eminentemente de "uno" (especialmente en el Lirnoges) y el
oe;¡
genio de Sibenik ocupará el puesto de shooting gu,ard en sus años NBA. No obs-
:=l
>- tan te, lo cierto es que en aquel torneo concreto compartían la dirección de
º
1-
(f)
l.i.J
juego, con una evidente preeminencia en el rol de base por parte de Drazen, rea-
u lizando el esloveno una tarea que entraría plenamente en la definición estándar
z
o_¡ de "escoltar al base" ...
<(
c:o En consecuencia, el periodo que abarca los torneos de Madrid, Atenas y
_¡
l.i.J Seúl no debiera considerarse corno de mejora paulatina hasta conseguir el ansia-
u)
o do oro. Tradicionalmente se ha interpretado el acercamiento de la selección
o<(
c:o
yugoslava al trono del baloncesto europeo como un proceso de maduración gru-
oe: pal, en cierta manera equiparable al que siguieron los Bulls de Michael Jordan
(./)
hasta conseguir superar a los Detroit Pistons y lograr acceder a la cima que supo-
o
,z
más lo inevitable: el grupo ha de estar integrado mayoritariamente por los jóve-
nes superralentos que llevan media década avasallando a los de su edad. Y aban-
derando al colectivo, un Petrovic que es el mejor de todos ellos -en este punto
de la historia, sin discusión-, pero que tiene la mala fortuna de nacer unos pocos
años antes, cosa que le ha impedido coincidir con jugadores de una categoría
similar. Esa es la conjunción que dominará el baloncesto internacional.
Drazen debía estar impaciente porque esos chicos que ya se mostraban
contestatarios con su poder en la liga yugoslava acabaran de dar el paso para
arroparle en la selección absoluta. Que llegase el fin del principio. Él quería dis-
frutarlos, no sufrirlos.
Ya quedaba menos. Y el resto del mundo los sufriría y disfrutaría por
igual.
O puede que no ...
Veo el baloncesto yugoslavo cada día más débil. La foga de jugadores, con 23 años
como promedio de edad, acabará por destruir nuestro basket. Algunos de mis colegas
discrepan de mi opinión, pero yo creo necesario evitar la marcha de figuras.
Hay que aumentar salarios, profesionalizar enteramente nuestro baloncesto. Es el único
medio para conservar lo que producimos. Yo no considero un honor que mis jugadores
lleguen a la NBA. No me agrada trabajar para los americanos.
(BOZIDAR MALJKOVIC, entrenador de la Jugoplastika de Split, en una entrevista
concedida a una revista deportiva italiana pocos meses después de la final de Seúl)
o
(__)
z
a:
o_
_J
w
o
z
LL

l.i.J ne el anillo de la NBA. El ejemplo de Chicago suele ser recurrente por paradig- _J
w
:=l
(./)
mático del crecimiento de un mismo colectivo, pero el suyo no es un patrón >
extrapolable al caso de la Reprecentazija. La realidad muestra que la selección
158
plavi de este trienio es muy diferente a la del siguiente; no es una evolución del 159
mismo grupo de talentos corno equipo, si bien unos pocos nombres ejercerán de
denominador común. El resto serán reemplazados casi en su totalidad por otros
hombres de más calidad: a veces esta sustitución será jugador por jugador, y en
otras ocasiones algunos miembros de este periodo usurparán un rol que aún no
se les otorga.
Pero el panorama del año bisiesto del doble ocho era el que era. El futuro
aún no había sucedido. Corno siempre. Finaliza de esta manera el trienio de
transición de la selección plavi. En el devenir inmediato ya no se podrá retrasar

1
 V Stojan Vrankovic
N febrero de 1988. Yugoslavia firma con Albania un acuerdo de cooperación cul-
E tural.
Tras la destitución de lvan Stambolic como presidente de la Liga de los Comu-
nistas Serbia. Slobodan Milosevic. su sucesor. inicia una campaña a favor de la anula-
ción de la autonomía de la Vojvodina y Kosovo y la reinstauración de su dependencia
política de Serbia.
En el mes de noviembre. más de un millón de personas se reúnen en una
manifestación en Belgrado para solidarizarse con los serbios de Kosovo. Ese mismo
otoño. llega la purga de los dos máximos dirigentes comunistas albanokosovares:
Azem Vlasi y Kaqusha Jashari.
Como consecuencia de las movilizaciones serbias instigadas por Milosevic.
dimite en pleno la dirección del partido y del gobierno de la Vojvodina.
La Asamblea Federal adopta el "programa de inteNención" presentado por el
primer ministro Mikulic. por el que se introducen medidas para liberalizar la econo-
mía y estimular la productividad.
A finales de año. y como consecuencia de la prohibición de una manifestación
serbia en Liubliana. se inicia una dinámica de mutuas represalias económicas. Las
autoridades serbias boicotean los productos eslovenos. y en Liubliana se opta por
reducir la aportación al presupuesto federal. Poco tiempo después. Serbia establece
impuestos que gravan los productos procedentes de Eslovenia y Croacia. así como a
las actividades de empresas de propiedad eslovena o croata situadas dentro de la
República Serbia.
En diciembre. tras un viaje diplomático a Europa occidental. dimite el presi-
dente del gobierno federal yugoslavo. Branko Mikulic.
160
Drnis (República de Croacia, ant. Yugoslavia). 15.01.1964. 2.17 m. Pívot
TRAYECTORIA
Inicios
Stojan Vrankovic se introdujo en el mundo del baloncesto empujado por una
altura que superaba con mucho la de cualquier chico de su edad. Todavía en
edad cadete, ingresó en las categorías inferiores del DOSK, el principal club de
Drnis, su pueblo natal. Su tremenda envergadura no pasó inadvertida para
varios equipos de la zona, como el Sibenka o el Zadar. Así pues, en 1981, gracias
a las gestiones de Josko Novak y Bozo Milicevic, director técnico de la entidad,
Stojko pasaba a formar parte del Zadar juvenil. Esa misma temporada 81 /82,
Giuseppe Giergia le hacía debutar en la Prva Liga, aunque la experiencia no
pasó de fugaz. Tanto aquel año como el siguiente alternaría su instrucción en
categorías de formación con los entrenamientos de la primera plantilla.
Etapa profesional
La primera campaña de Vrankovic en la élite no llegaría hasta la 83/84. El verano
anterior no había entrado en la convocatoria para el Mundial Júnior de Palma de
Mallorca (tras haber sido internacional juvenil en Katerini'81 y júnior en Dimi-
tog~ado'82, aunque con escasa relevancia en la selección), circunstancia que
aprovechó Giuseppe Giergia para realizar dos sesiones de entrenamiento diarias a
las promesas Darko Pahlic, Drazenko Blazevic y al propio Stojan. Ese primer año
sería de asentamiento, con minutos poco a poco en aumento, hasta tal punto
que, al finalizar la temporada, disputó los Juegos de los Balcanes de Atenas con la
161
Reprezentacija. Una progresión que confirmó en la 84/85, en la que el Zadar
alcanzaba las semifinales de la liga yugoslava con el gigante ya plenamente insta-
lado en la titularidad. La llamada de Kresimir Cosic para defender la camiseta de
la selección absoluta en el Europeo de Stuttgart le convertía en una de las gran-
des esperanzas de un baloncesto que pasaba por una difícil transición.
Con la llegada de Vlado Djurovic al banquillo del Zadar se vería al mejor
Vrankovic de toda su carrera. El técnico serbio le concedió una mayor prepon-
derancia en los sistemas ofensivos del equipo y la eclosión del pívot coincidió
con la mejor temporada de la historia del Zadar. Sus mates, rebotes y tapones
 resultaron vitales en un playojfque acabó por coronar a Stojan y a sus compañe-
ros, ganando el título en la cancha de la Cibona cuando los de Petrovic eran los
indiscutibles favoritos. En 1986, Vrankovic acudía al Mundial de España como
una de las grandes atracciones de la selección. Su discreta actuación no fue óbice
para que muchos entrenadores le considerasen el principal candidato a segundo
mejor pívot del continente, tras el inaccesible Sabonis.
Expectativas que nunca satisfaría, pues en las siguientes temporadas su
evolución se estancó. Stojko era un terrible reboteador y no había nadie que
pudiese igualar su intimidación en las cercanías del aro, pero su facilidad para
descentrarse e irse mentalmente de los partidos, junto a la no mejora de su flui-
dez ofensiva, marcó su futura trayectoria. Pese a actuaciones deslumbrantes
{como los 28 rebotes que capturó ante el Pau Orthez en un partido de Copa de
Europa), en otros encuentros pasaba inadvertido. El Zadar, con Giergia sustitu-
yendo a Djurovic, realizó dos campañas muy discretas en las que no alcanzó ni
las semifinales ligueras; y, por el camino, la especialización defensiva de Vranko-
vic se hizo patente, más aún comparado con un Vlade Divac que irrumpió de
manera estelar en el panorama del kosarka para acabar haciéndose con el hueco
de center titular de la Reprezentacija.
o
>
<l'. En la última temporada de Vrankovic en la Prva Liga, su rendimiento
.....J
(/')
o(.9 subió, si bien no llegó a las cotas del año del campeonato. La presencia de un
::> inagotable anotador como Arijan Komazec le liberó de exigencias ofensivas, y la
>- combinación del talento de ambos (37 rebotes atrapó ante el Hapoel Tel Aviven
º
1-
(/')
L.U
la Copa Korac) permitió a los croatas alcanzar las semifinales europeas. Una vez
u en ellas, el Partizan de Belgrado les apeó de la competición. El mismo verdugo
z En la 95/96, ya sin Galis ni Paspalj en sus filas, Bozidar Maljkovic tomó
o.....J que les dejaría fuera del playojfen la última jornada de liga regular, cuando el
<l'.
co Zadar tenía todo en su mano para clasificarse. Un ciclo terminaba y Stojko deci-
.....J
L.U
u:i
dió cambiar de aires. La excepcionalidad de sus características físico-técnicas le
o hacía una de las piezas más cotizadas del continente, ya que muchos eran los
o :::¿
<l'.
co equipos que buscaban un baluarte defensivo que apuntalara al colectivo. Tras
o <l'.
ce incontables meses de rumores, con polémica incluida por su posible fichaje por
(/')
o el Real Madrid o los Boston Celtics, el pívot acabó en el Aris de Salónica de
•Z
L.U
:::>
Nikos Galis.
(/')
Su año en Grecia fue exitoso a nivel individual y colectivo, con el título
de liga y la clasificación para la Final Four de Zaragoza. Definitivamente, Vran-
162
kovic se convertía en (el mejor) especialista defensivo, un hombre que centraba
toda su atención en rebotear y taponar, pero cuyo peso en el ataque se limitaba a
dejar el balón en el aro cuando recibía una asistencia. Lideró el campeonato
heleno en las dos categorías defensivas, promediando casi seis tapones por parti-
do, así que los Boston Celtics decidieron fichar a un perfil de jugador muy valo-
rado en la NBA.
En su paso por la franquicia de Massachussets, el pívot croata no tuvo
ninguna relevancia. La inmadurez técnica de su juego se hizo muy patente. y
Stojko apenas gozó de minutos en cancha, sin llegar a colmar nunca las exigen-
1f cias de sus entrenadores. Su inadaptación a liga y compañeros resultaba obvia,
por lo que su retorno a Europa fue inevitable. El Panathinaikos de Zeljko Pavli-
cevic sería su elección. Allí volvía a reunirse con Galis y Komazec, un entorno
ideal para explotar sus virtudes.
El club griego significó, después de sus años en Zadar, el lugar donde
alcanzaría mayor estabilidad. Eran años de bonanza económica en Grecia, y el
encarnizado duelo Olympiakos-Panathinaikos se erigiría en uno de los clásicos
del continente. En su primera temporada en Atenas, la Copa sería el único títu-
lo conquistado. Los rojos, comandados por Zarko Paspalj, se hicieron con la liga
helena en una polémica final que nunca llegó a concluir, ya que el presidente del
Panathinaikos decidió retirar al equipo en protesta por unos arbitrajes que con-
sideraba tendenciosos. Al año siguiente, con Alexander Volkov sustituyendo a
J Komazec como segundo extranjero, el límite fue las semifinales ligueras ante el
;)¡;,;_
PAOK de Dusan Ivkovic, Branislav Prelevic y Walter Berry. Pero en la Liga
i; Europea, el conjunto griego alcanzaba la Final Four por primera vez en su histo-
ria. Un éxito deslucido por la derrota en el primer partido ante el odiado rival, el
Olympiakos de Paspalj y Tarpley.
En la temporada 94/95, con Kostas Politis de entrenador, el Panathinai-
kos realizó un cambio de cromos con el Olympiakos: Zarko Paspalj y Alexander
~
._$.
Volkov pasaban a integrar las filas del club adversario. Nuevamente los de El
Pireo apartaron a los verdes del título de liga en la final y, en la Liga Europea, la
segunda Final Four repetía el guión de la anterior, con el omnipresente Olym-
piakos de verdugo.
las riendas del equipo. Un grupo de mucho nivel, potenciado por la incorpora-
ción de una leyenda de la NBA como Dominique Wilkins. Aunque el Panathi-
naikos no alzó el campeonato nacional (que otra vez engrosó las arcas del Olym- e
o>
piakos), el ansiado triunfo en la máxima competición continental significó un
logro sin precedentes en el club. Era la primera Copa de Europa que levantaba z
cualquier conjunto griego, con Stojan Vrankovic de protagonista indiscutible: o:
>
en 'tas semifinales había atrapado 19 rebotes frente al CSKA de Moscú, igualan- z
<l'.
do el récord del evento; pero su figura emergió con más fuerza en la final contra
)
o
1-
el FC Barcelona. En la última acción del encuentro, cuando José Montero se (f)
disponía a realizar una bandeja que equivalía a la victoria azulgrana, Vrankovic
163
recorrió toda la pista en un desesperado sprint que le permitió llegar a taponar el
lanzamiento. El balón había tocado tablero, pero los árbitros no lo estimaron
así. Stojko, pese a no haber anotado ningún punto en todo el partido, sellaba el
histórico título con la ejecución de su jugada favorita.
Tras cuatro campañas en Grecia, en las que siempre fue el mejor tapona-
dor y uno de los máximos reboteadores, Vrankovic decidió, sorprendentemente,
volver a probar suerte en la NBA. Contaba ya 32 años, pero la oferta económica
era muy superior a la que le podían ofrecer en Europa. Su segunda experiencia
no difirió en exceso de la primera. Pocos minutos en cancha (si bien mayor can-
 ~ SUEÑOS ROBADOS. EL BALONCESTO YUGOSLAVO

ESTADÍSTICAS

86-87 1 Zadar

87-88 1 Zadar

88-89 1 Zadar

89-90 1 Aris Thessaloniki

90-91 1 Boston Celtics 1.9 1.6 0.1 24-52 46.2 0-0 10-18 55.6 31 5.4

91-92 1 Boston Celtics 1.9 1.5 0.3 15.32 46.9 0-0 7-12 58.3 19 5.8

, ._., ,,, ,,, , "'''""' ""''''' í>'"'·' ,,, ' "'"""'"'~" ·' _....

ESTADÍSTICAS

92-93 l Panathinaikos 11.5 16.3

93-94 1 Panathinaikos 12.2 14.3

94-95 1 Panathinaikos 11.9 12.0

95-96 1 Panathinaikos 13.l 12.2

3.4 3.2 0.3 78-139 56.1 0-0 - 25-37 67.6 53 14.5

96-97 Minnesota Timberwolves

3.0 4.0 0.6 79-186 42.5 0-0 - 37-65 56.9 65 15.3

97-98 LA. Clippers
o.o 1-4 25.0 0-0 - 0-0 - 2 6.0
98-99 1 LA. Clippers 1.0 3.0

Punt Reb Asi T2 % T3 % TL % Pj Min

Temp Equipo

6.3 6.4 0.8 71-124 57.3 0-5 o.o 34-55 61.8 28 24.0
99-00 PafBologna

4.2 5.0 0.4 24-38 63.2 0-0 O.O 11-16 68.8 15 18.1
00-01 1 Paf Bologna
--
O1-02 l Cibona Zagreb

m STOJAN VRANKOVIC
01
 tidad que en su anterior etapa en Estados Unidos) y un papel totalmente secun-
1
1 cía sentirse incómodo cuando decidía jugarse el uno contra uno, aunque en
dario. Su dedicación ofensiva era, en ese punto de su carrera, incluso menor que determinados partidos se mostraba capaz de encestar una buena cantidad de
años atrás. Tanto en Minnesota Timberwolves, el curso 96197, como en Los puntos en ese hábitat. A la poca presencia ofensiva se añadió una cierta inconsis-
Angeles Clippers el siguiente, jamás adquirió peso específico en el equipo. Peor le tencia mental, el principal argumento esgrimido por sus detractores para expli-
iría en el tercer año, el del cierre patronal de la liga profesional, cuando tan sólo car su no consolidación como estrella con mayúsculas. Muchos acusaban al
saltó a la cancha en dos partidos. Concluía así su decepcionante paso por la NBA. pívot de mostrarse en ocasiones desganado, e incluso abúlico, mientras que en la
En julio del 99, la Filodoro de Bolonia le convence para que vuelva a primera etapa de su trayectoria también perdía frecuentemente los nervios con
Europa. Pese a su veteranía (cumplía 36 años en el transcurso de la temporada), árbitros o rivales.
los principales clubes del continente lucharon por hacerse con sus servicios. No llegar a ser el vaticinado dominador del baloncesto continental no
Vrankovic fue el pívot titular del conjunto boloñés, un grupo que contaba con evitó que Stojko fuese uno de los pocos pívots europeos determinantes. Un solo
un enorme arsenal ofensivo personificado en las figuras de Carlton Myers, Anu- lado de la cancha le bastaba. Vrankovic se constituyó en la principal fuerza
ras Karnisovas, Gregor Fucka y Marko Jaric. La Filodoro conquistó el título de defensiva del mundo FIBA. Excepcional reboteador en las dos canastas, espe-
liga por primera vez en su historia, con Stojko entre los mejores intimidadores cialmente en la propia, su capacidad de intimidación hacía de las inmediaciones
del pallacanestro. Poco después, anunciaba su retirada de las canchas. Aún volve- del aro su coto privado. Desviaba tiros y más tiros, hasta conseguir empequeñe-
ría a jugar en la propia Filodoro, que le reclamó a media temporada el año cer a muchos de los interiores rivales. Todas y cada una de sus cualidades eran
siguiente. Finalmente, en la 2001/02, el pívot intentó cerrar su carrera defen- ideales para el tapón; no sólo destacaba por su altura, sino que poseía una asom-
diendo la camiseta de la Cibona de Zagreb, pero una operación en su ya maltre- brosa capacidad de salto y un timing especial para intuir el momento adecuado,
cha espalda lo impidió. Se acababa de esta manera la trayectoria profesional de tanto en la defensa de uno contra uno como en la ayuda. Además, podía hacer
o
> un jugador que nunca llegó a alcanzar las cimas que se le auguraban, pero que se tres o cuatro esfuerzos consecutivos en la misma jugada. Fuerte en el cuerpo a
::í
CJ) convirtió en un indiscutible icono del baloncesto FIBA de los años ochenta y cuerpo, gustaba de barrer el balón por encima del aro y tenía una gran facilidad
o
(!j noventa. para dar el primer pase del contraataque con rapidez. Todo el desagrado que
:::>
>- transmitía al atacar se transformaba en pasión al defender, en una especie de
º
1-
CJ)
UJ
Doctor ]ekyll y Míster Hide baloncestístico.
u
z
CARACTERÍSTICAS
o
__J
<(
co Un biotipo físico sin parangón entre sus coetáneos. Pocos, poquísimos jugadores
__J
UJ han disfrutado de la combinación de cualidades físico-atléticas de las que hacía u
o>
c.r)
o gala Stojan Vrankovic. Muy alto y de una enorme envergadura de brazos, su
o ~
<( velocidad, coordinación y explosividad eran insólitas en alguien de su estatura, z
co <t
o hasta el extremo de que tan sólo el Sabonis antes de la lesión podía competir en cr:
o: >
CJ)
dichas facetas con el pívot de Drnis. z
o
,z <l:
-¡
UJ Pero Vrankovic nunca llegó a encimar su teórico potencial. Un hombre al of-
:::> (/)
CJ)
que muchos auguraban que sería la gran alternativa al poder del zar lituano
acabó estableciéndose como un especialista defensivo, dominante como ningún
166 167
otro en esa parte del juego, pero sin alcanzar la globalidad que se le exigía a una
estrella continental. Stojko se alimentó durante casi toda su carrera de los mis-
mos recursos ofensivos, prácticamente sin ampliar la variedad ni su efectividad.
El croata anotaba básicamente a través de dos situaciones: la primera, tras recibir
la asistencia de un compañero, acción que muchas veces culminaba con podero-
sísimos mates; y la segunda, optimizando los numerosos rechaces que capturaba
en el aro rival. Pese a que en sus inicios se vislumbró un jugador que intentaba
aprovechar en el poste bajo su velocidad y superior envergadura, a medida que
pasaron los años la despreocupación atacante de Vrankovic se hizo patente. Pare- i

l

La Liga Nacional de Yugoslavia (y VI)
1 9 8 9
Los cambios en el sistema de competición fueron la principal novedad de la
temporada 88-89. Tan sólo los cuatro primeros clasificados disputarían el play-
off, por lo que las eliminatorias se iniciaban directamente en semifinales. Ade-
más, la final se ampliaba al mejor de cinco partidos con el formato 1-2-2, en
lugar de la tradicional serie a tres encuentros con alternancia de pabellón en
cada uno de ellos.
Partizan y Jugoplatika presentaron pocas modificaciones en sus plantillas.
El Partizan perdió a Grbovic, rumbo a Granada, y a Miroslav Pecarski, que vol-
vía a su periplo universitario en Marist College. La novedad más importante fue
el permiso concedido a Predrag Danilovic para disputar la competición. La
Jugoplastika dejaba marchar a Alanovic y, en su lugar, se hizo con los servicios
de Luka Pavicevic, procedente de Zagreb.
Ambos equipos finalizaron la liga regular empatados a 16 victorias y 6
derrotas, pero los serbios se hicieron con el factor cancha gracias a que se habían
impuesto en los dos enfrentamientos de la temporada programada. Tras ellos, y
a un partido de diferencia, el Bosna de Sarajevo que comandaba Zdravko Radu-
lovic y que formaba un grupo muy talentoso con nombres como Mario Primo-
rac, Miroljub Mitrovic, Teoman Alibegovic, Samir Avdic o Dzevad Alihodzic,
todos ellos dirigidos por Mirza Delibasic. Otra leyenda balcánica, Moka Slavnic,
era el entrenador del Estrella Roja de Belgrado ( 14-8, mismo balance que Zadar
y Olimpia de Liubliana), que certificó su pase para el playoffen la última jorna-
da. En ella, la derrota del Zadar ante el Partizan dibujó un triple empate entre
croatas, serbios y eslovenos que favoreció a los de Belgrado. La Cibona, por su
parte, quedó muy lejos de las primeras posiciones en su primer año sin Drazen
Petrovic. El séptimo puesto final significó su peor resultado desde el lejano
168
1976, cuando aún se denominaba Lokomativa de Zagreb.
Los éxitos europeos de Jugoplastika y Partizan fueron los dos grandes
acontecimientos que marcaron la temporada. Al contrario que el Partizan el año
anterior, el conjunto de Split alcanzó la Final Four de Múnich casi de incógnito
después de ser el último de los cuatro equipos que lograba la clasificación. Su
trayectoria no había concitado las miradas del continente, pero una vez en la
ciudad alemana se elevó por encima de FC Barcelona y Maccabi, consiguiendo
el título y asombrando al resto de Europa. También el Partizan protagonizó una
campaña excelente en la Copa Korac, superando al Zadar en semifinales y al
Vismara Cantú en la final. Además, los serbios habían conquistado la Copa
yugoslava al imponerse a la Jugoplastika en el partido definitivo.
Con ambos equipos eufóricos por sus títulos continentales dieron comien-
zo las eliminatorias. Partizan y Estrella Roja se volvían a encontrar por tercer año
consecutivo, mientras que la Jugoplastika se cruzaba con el Bosna. El duelo entre
los conjuntos de Belgrado resultó muy igualado. En el primer enfrentamiento,
los de Vujosevic vivieron una situación límite: Divac y Mutavdzic eran elimina-
dos por faltas cuando aún restaban diez minutos y Savovic caía lesionado, dejan-
do prácticamente desierto el juego interior. El marcador señalaba un empate a 68
a ocho minutos del final, situando al Estrella Roja ante su gran oportunidad.
Pero los 31 puntos de Zarko Paspalj y los cuatro triples consecutivos de Oliver
Popovic, auténtico factor sorpresa con 19 puntos, pusieron el 106 a 92 en el elec-
trónico y el 1-0 en la serie. En el segundo, la igualdad fue de nuevo la tónica
dominante, a pesar de las exhibiciones de Divac -que anotó 34 puntos, 24 de
ellos en la primera mitad- y de un Djordjevic que tomó el relevo con 5 triples en
la reanudación y 22 puntos totales. Pero su fantástica aportación no pudo com-
-;>; pensar la ausencia de Savovic y la baja forma de·Paspalj. El alero, aún renqueante
~: por los efectos de una gripe, sólo pudo hacer 4 puntos. El acierto de Jankovic
(17), Ilic (16) y Dabic (15) le dio la victoria al Estrella Roja por 8 5 a 83.
De cara al tercer y definitivo partido, las carencias interiores obligaron al
~[,~~ Partizan a recuperar a Miroslav Pecarski, que aquella temporada había jugado en
'.k >
.:~: Marist College. Sus nuevos compañeros vencieron 100 a 95, en un gran encuen- (:::.
·j tro de Paspalj, Divac y Nakic, que anotaron 20, 19 y 16 puntos respectivamen-
<(
·:f~' >
:~"­
'$, te. La rapidez con la que Jovanovic acumuló cuatro faltas en la primera mitad s
(f)
~i
desequilibró el duelo y el resultado final fue engañoso, pues faltando tres minu- o(.9
:J
tos el marcador señalaba un claro 100-77. Radovic (24), Ivo Petovic ( 16) y el >-
w
propio Jovanovic (11) fueron los más destacados por parte de los blanquirrojos. o
_J
La otra eliminatoria no tuvo historia. La Jugoplastika se impuso en Split <(
z
por 86-69. En Sarajevo, la diferencia resultó aún mayor: 68-96, con 31 puntos o
u
de .Jvanovic, 20 de Radja y 15 de Kukoc. La revancha estaba servida, pero esta <(
z
vez con el factor campo a favor de los de Belgrado. <(
(.9
Paradójicamente, la serie no hizo uso de ese quinto partido. Ni del cuarto :J
ni el tercero. La que debía ser la final más larga de la historia fue una de las más s
cortas. La Jugoplastika arrancó una victoria agónica en la capital, mientras que
169
en el segundo encuentro llevaba una ventaja de cinco puntos (75-70) cuando el
4
Partizan se retiró a los vestuarios, en señal de protesta por el lanzamiento de un
:~'· objeto que alcanzó a Divac y lo que consideraban un arbitraje contrario a sus
-~
·'it intereses. No volvieron. El tercer partido también se tenía que disputar en Split,
~ pero la Federación Yugoslava sancionó al Partizan y proclamó vencedor por 20 a
:i~
.~ O a los croatas, que conseguían su segundo título consecutivo.
MAxlMO ANOTADOR:
Arijan Komazec (Zadar), 23,5 puntos por partido.

1 9 9 o
Con las incorporaciones de Zoran Savic, Aramis Naglic y Petar Naumoski -aun-
que el base macedonio disfrutaba de contadísimos minutos- la Jugoplastika vol-
vió a dominar la liga regular con 19 victorias y 3 derrotas. No podía ser de otra
manera. El desmembramiento del Partizan dejaba a los de Split sin su gran rival
de los últimos años. Los capitalinos vivieron una temporada de transición, con
un rosario de bajas y contratiempos: la marcha de Divac y Paspalj a la NBA, el
retorno de Miroslav Pecarski a la N CAA, Milenko Savovic y el técnico Dusko
Vujosevic en Granada ... Además, Aleksandar Djordjevic sólo participaba en
competiciones europeas por estar realizando el servicio militar y Predrag Dani-
lovic se lesionó, perdiéndose más de media campaña. Los fichajes de Sasa Radu-
novic o Marko lvanovic no pudieron disimular la pérdida de potencial, con lo
que el Partizan finalizó octavo, con 9 victorias y 13 derrotas.
Su relevo como principal alternativa al poder amarillo lo tomó el Estrella
Roja, que fue segundo en la clasificación (17-5). Zoran Slavnic introducía savia
nueva al grupo, y poco a poco Rastko Cvetkovic, Sasha Obradovic, Mirko Pavlo-
vic o Mladan Silobad iban entrando en la rotación. Con la ausencia de Ilic por el
o
>
<( servicio militar, el versátil Slobodan Jankovic se vio obligado a asumir muchos más
_J
(/) lanzamientos, convirtiéndose en el segundo máximo realizador del torneo con
o
o 23,8 puntos por partido. Tras los serbios, el Zadar (13-9), en el que Arijan Koma-
~ >
>- zec acaparaba aún más los galones de líder tras la salida de Stojan Vrankovic cami-
º
1-
C/)
LU
no del Aris de Salónica. El escolta encabezaba un grupo en el que continuaban su
u tío Petar Popovic, Darko Pahlic, Drazen Blazevic o Stipe Sarlija. El último clasifi-
z (f)
o
_J cado para el p/,ayojffue la Cibona (también 13-9), aprovechando la sorprendente
<(
co
_J
derrota del Bosna en la última jornada ante el Novi Zagreb. Los clásicos Cvjetica-
LU
nin y Cutura estuvieron entre los diez máximos encestadores de la liga y el rendi-
u)
o miento reboteador de Franjo Arapovic -el mejor en ese concepto de toda la com-
o z
<(
co petición- superó todas las expectativas. Con los refuerzos de Mirko Milicevic en el
oe:
juego interior y Nebojsa Bukumirovic en el puesto de base, los de Zagreb volvían
(f)
o a los puestos de honor después de la decepcionante campaña anterior.
,z
LU
~
Las dos eliminatorias de semifinales resultaron muy competidas. La Jugo-
(/)
plastika se enfrentaba a la Cibona, a la que venció en el primer encuentro por 94
a 82. Pero en Zagreb, Cutura anotaba 26 puntos, Cvjeticanin 16 y Milicevic 15
170
para ganar 80-69 e igualar la serie. El conjunto local atenazó el ataque de los de
Maljkovic, en el que sólo Radja destacaba ofensivamente con 29 puntos, que-
dándose Kukoc en 13 e lvanovic en 7. Justo antes de la Final Four de Zaragoza
se disputó el tercer encuentro, que venció la Jugoplastika en una exhibición
memorable de Radja, autor de 32 puntos en una serie de 16 aciertos sobre 16
intentos. lvanovic le secundó con 25, Perasovic añadió 17 y Kukoc otros 12 para
situar el 103-90 definitivo. Pocos días después, los croatas revalidaban su título
en la Copa de Europa y el mundo empezaba a ser consciente de que se encon-
traba ante un equipo histórico.
.l
1
El Estrella Roja, mientras tanto, conseguía clasificarse para la final -la
cuarta en siete temporadas- tras eliminar al Zadar también en tres partidos,
resultando determinante el factor cancha. De esta manera, volvían a verse las
caras los mismos protagonistas de la final de Copa, disputada en Dubrovnik, y
en la que el Estrella Roja había dominado durante 35 minutos a la Jugoplastika
para ver cómo en la recta final del partido éstos reaccionaban y se hacían con el
título.
La serie se inició con una victoria abrumadora de la Jugoplastika por 28
puntos de diferencia, 98 a 70. Las ventajas se dispararon desde el principio y
muchos fueron los destacados: Ivanovic anotó 20 puntos, Radja hizo 19, Peraso-
vic 16, Savic 15 ... Ante ese panorama, Toni Kukoc apenas lanzó a canasta y se
fue al vestuario con dos puntos en su haber. Por parte del Estrella Roja, Slobo-
dan Jankovic encestó 22 puntos pero estuvo muy desacertado en el tiro, espe-
cialmente desde la línea de tres.
En el segundo encuentro, en Belgrado, el Estrella Roja igualó la elimina-
toria. Esta vez fueron cuarenta minutos de igualdad, con Radovic, Nikolic, Jan-
kovic y Jovanovic repartiéndose la responsabilidad ofensiva por parte serbia,
mientras que en la Jugoplastika tan sólo Radja, con 22 puntos, y Kukoc, con 13,
alcanzaron la decena. Los croatas llegaron al último minuto un punto por enci-
ma, pero un balón perdido por Radja, al que siguió una canasta más adicional
de Jankovic, ponía el 69 a 67 en el marcador. En la última posesión, Dino volvía
~
a cometer una pérdida. El Estrella Roja se alzó con la victoria. Y el siguiente par- >-
tido también era en Belgrado. Subía la emoción. Podía haber final.
<(
>
<(
Pero no fue así. La Jugoplastika arrolló a su rival por 63 a 93, liderado por _J
los 29 puntos de Ivanovic, 13 de Radja y 12 de Kukoc. En el cuarto partido, ya o
0
::J
en Split, el Estrella Roja cayó de nuevo ampliamente, esta vez 113 a 91, con los >-
..lJ
mismos protagonistas anotadores: Ivanovic finalizó con 30, Radja con 26 y Cl
__J
Kukoc con 23. Las tres victorias de la Jugoplastika habían sido por casi 27 puntos <l:
de promedio, en la que resultó la final de liga más desequilibrada de la historia. o
u
<l:
z
MÁXIMO ANOTADOR: <l:
(..'.)
=:¡
Arijan Komazec (Zadar), 31,3 puntos por partido.
<l:
__J
171
1 9 9 1
La Jugoplastika, que aquel año pasó a denominarse POP 84, tampoco encontró
rival en la temporada 90-91. Radja e lvanovic ficharon por equipos de la lega y
la ACB, y Zeljko Pavlicevic sustituyó a Bozidar Maljkovic en la dirección técni-
ca, pero los croatas continuaron dominando claramente la liga yugoslava con 19
victorias y 3 derrotas. Por detrás de ellos en la clasificación, el Partizan de Bel-
grado (18-4), que había recuperado a Paspalj, Pecarski y Djordjevic, en el retor-
1
no de Dusko Vujosevic al banquillo serbio. La Cibona ( 15-7) finalizó en tercera
 posición, con el fichaje de Zdravko Radulovic y la consolidación de Veljko Mrsic
1' conjunto. De cara al tercer encuentro, también en la capital, el Partizan ya no
como novedades más destacadas. El cuarto equipo del playojffue el Zadar ( 13- tuvo fe en conseguir lo imposible. El resultado fue una paliza del Pop 84 al con-
9), que mantenía la misma base del año anterior, aunque un joven Dejan Bodi- 1 junto local por 64 a 86, en un partido en que Paspalj jugó tan sólo un minuto
roga iba haciéndose hueco en la rotación, aportando oxígeno a la plantilla menos por decisión técnica. El equipo croata completaba su segundo triplete consecuti-
extensa de entre los equipos semifinalistas. 1 vo en la primera final que se decidía con tres victorias en otros tantos enfrenta-
El nuevo POP 84 recordaba al anterior. Ganó la final de Copa a la Cibo- mientos.
na de manera muy ajustada, 80 a 79, y por tercer año consecutivo ocupó el
trono europeo, con el FC Barcelona de nuevo como damnificado. Pocos duda- MÁXIMO ANOTADOR:

ban de que se haría también con el título de liga. Arijan Komazec (Zadar), 29,2 puntos por partido.
El cruce de semifinales con el Zadar resultó mucho más competido de lo
previsto. El campeón solventó sin problemas el primer envite con 25 puntos de
Naglic, 17 de Savic y tan sólo 8 de Kukoc. Pero en el segundo, disputado en
Zadar, Arijan Komazec explotó con 21 puntos en la primera parte, que conce-
dían ventajas superiores a la decena de puntos a su equipo. El POP 84 reaccionó
y se llegó al último minuto con el marcador igualado. Una canasta del propio
Komazec resultó decisiva, especialmente por el error de Perasovic en un 1+1 a
falta de cinco segundos y con 70-68 en el electrónico. En el tercer partido, el
Zadar aguantó mientras Komazec estuvo en pista. Su expulsión por faltas rom-
o
> pió el equilibrio, pasándose de un 54 a 51 a un 64-53 en pocos minutos, con
:5
(/) tres canastas y una asistencia de Toni Kukoc liderando el parcial. A pesar de los
o
l'J esfuerws de Bodiroga, los de Split ganaron el partido por cinco puntos, con 23 >
:J
>- del decisivo Kukoc. e
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º
1-
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Partizan y Cibona protagonizaron la otra eliminatoria. El primer duelo >
<(
__J
u fue para los serbios, en un encuentro en el que Mirko Novosel fue expulsado por rJJ
z o
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...J sus protestas a los árbitros. En Zagreb, los 27 puntos de Ivan Sunara más los 20 l'J
:J
<! >-
Cl) de Radulovic y Cvjeticanin propiciaron una contundente victoria de la Cibona. i.Jj
...J
LU Los 20 de Paspalj, 16 de Pecarski y 15 de Djordjevic no fueron suficientes. En el o
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u) <(
o encuentro definitivo, Mrsic (21) y Radulovic (13) lideraron al conjunto de z
o o
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co Novosel, que llegó al último minuto con ventaja en el marcador, pero varias u
oe:: acciones de Djordjevic le dieron la vuelta al 72-75 y clasificaron al Partizan para
<(
z
(/) <(
o la final. Paspalj (20) y el propio Djordjevic (19) fueron los mejores del equipo l'J
,z :::J
UJ de Belgrado, que volvía a enfrentarse a la Jugoplastika con el título en juego. <(
=> __J
(/)
El POP 84 les pasó por encima. En Split, el resultado fue 85 a 74, pero
mediada la segunda mitad las diferencias superaban los veinte puntos. Perasovic 173
172
anotó 25 puntos para los croatas, Kukoc 16 y Savic 15. En las filas serbias, tan
sólo Djordjevic dio la cara, con 22 puntos sin ningún fallo en el tiro. En el
segundo, el Partizan dominó durante muchos minutos, pero la Jugoplastika se
adelantó en el marcador por vez primera faltando 30 segundos y colocó el 2-0
en la serie. Dos nombres propios condicionaron el partido: por un lado, Toni
Kukoc, que encestó 29 puntos y arrancó los aplausos del público de Belgrado
tras una acción en la que lanzó el balón contra el tablero para recogerlo él mismo
y anotar. En el otro, Zarko Paspalj, que consiguió 32, pero falló dos tiros libres
decisivos. Savic con 22 y Danilovic con 20 secundaron a las dos estrellas de cada •• 1

il
 1
1
V

Drazen Petrovic Cibona de Zagreb 1964

VI. No es oro todo lo que reluce Zdravko Radulovic Bosna Sarajevo 1 1966

Zoran Cutura Cibona de Zagreb 1962

Predrag Danilovic Partizan de Belgrado 1 1970

Toni Kukoc Jugoplastika de Split 1 1968

La historia explica que en 1989 cayó un muro, allá por la Europa Central.
Comunista, para más señas. Un muro que simbolizaba muchas más cosas que la Zoran Radovic Estrella Roja de Belgrado 1961
mera unión de ladrillos y cemento. El mundo entero recuerda aquel año como Vlade Divac 1 Partizan de Belgrado 1968
el de la caídtz de. Es, indudablemente, el hecho de más relevancia planetaria de
aquellos doce meses que cerraban los hoy en día míticos eighty. Stojan Vrankovic Zadar 1964

Pero, en aquel año 1989, un muro cayó y otro se empezó a construir. En Dino Radja Jugoplastika de Split 1967
1

concreto, se solidificó en verano, aunque los cimientos se hubiesen iniciado

Mario Primorac Bosna Sarajevo 1 1961
tiempo atrás. Faltaba unirlos, engancharlos. Darles cuerpo. El que cayó separaba
a los habitantes de una ciudad, más aún, de un país, de un mundo a apenas unos Zarko Paspalj Partizan de Belgrado 1
1966
metros de distancia. El que se formó también aislaba a muchos países. Al plane- Jurij Zdovc Olimpia de Liubliana 1966
1
ta entero. Pero los apartaba de un metal dorado muy preciado en tiempos remo-
tos, en época de buscadores de minas y tesoros. La selección de baloncesto de ENTRENADOR: Dusan lvkovic.
Yugoslavia construyó un muro alrededor de la medalla de oro que permanecería
infranqueable al resto de selecciones. Sólo el equipo plavi tendría acceso a ella. l.J.J
u
Una pared que no estaba edificada con piedra u hormigón, sino con canastas, Al margen de la ausencia de Zeljko Obradovic (que pasó varios meses en ::)
_J
l.J.J
asistencias y talento. A su manera, una construcción tan artística como cualquie- prisión tras verse implicado en un accidente de tráfico con víctima mortal inclui- a:
l.J.J
ra del mejor Gaudí. Un monumento al baloncesto. da), el aspecto más sorprendente de la convocatoria de lvkovic es la elección de ::)
o
Y la ceremonia de inauguración, el momento en que este grupo de juga- Predrag Danilovic por delante de Arijan Komazec. Compartiendo posición y o
_J

dores decidió mostrar su obra al mundo, fue en casa. En Zagreb. Buenos Aires y
Roma serían las siguientes sedes que acogerían el espectáculo. Nos vamos de
gira ...
EUROPEO DE ZAGREB ( 1989)
A finales de la década de los ochenta, los héroes de Bormio ya habían manifesta-
174
do su poder a la Europa baloncestística. En esta temporada 1988-1989, la Jugo-
plastika de Split se corona, de forma sorprendente en aquel momento (la pers-
pectiva, siempre la perspectiva), como nuevo rey del continente. El Partizan de
Belgrado, por su parte, se alza con la victoria en la Copa Korac. Sus jugadores
más destacados estaban amargándole la vida a Larry Brown y sus chicos univer-
sitarios en el Mundial Júnior de sólo un par de años atrás. Y el resto de puntales
de ambas escuadras son, en su mayoría, apenas dos años mayores. La nueva ola
causa furor. Ya está preparada. Y, esta vez sí, la selección yugoslava será un claro
reflejo de ello:
1
generación, la trayectoria de ambos había sido muy dispar en ese punto de sus o
o
carreras. Arijan era el gran talento de entre los últimos campeones de Europa of-
júnior, levantando expectativas incluso superiores a las de Kukoc o Divac, según o
a:
la qpinión de algunos técnicos. La primera temporada tras el éxito conjunto en o
r./)
l.J.J
Srbobran no había reducido las diferencias: con 23, 1 puntos por partido, Koma- o
z
zec se proclamaba máximo anotador de la liga yugoslava. Nadie, ni tan siquiera
Drazen Petrovic, había conseguido un hito semejante a tan temprana edad, pues >
el escolta del Zadar aún no había concluido el periodo júnior. Su precocidad
175
tampoco admitía comparaciones con proyectos como Kukoc o Radja, quienes a
los 19 años empezaban a asomar la cabeza sin haber alcanzado todavía la titula-
ridad indiscutible, y eso que aquella Jugoplastika no era más potente que el con-
junto de Komazec (quinto en la liga regular, semifinalista de la Copa Korac).
Danilovic, por su parte, había completado una óptima campaña en el Partizan,
pero ni sus 6 puntos por partido ni su rol dentro de una plantilla plagada de
estrellas eran equiparables a los de su compañero de generación. Aunque quizás
este último hecho jugó a su favor, pues su papel con los de Belgrado, el de un
suplente que saltaba a la pista con la misión de incrementar la intensidad defen-

J
 siva y anotar a través de contraataques, se revelaba muy adecuado para las fun-
ciones que buscaba Ivkovic en el combinado nacional. Petrovic ya tenía uno, y
Arijan era un émulo en lo positivo y negativo del genio de Sibenik, mientras que
Predrag podía compensar las carencias de Drazen en la retaguardia. Pese a que la
Reprezentacija anduviera sobrada de talentos ofensivos y que el seleccionador
incluyese en el grupo a hombres como Zdovc o el propio Danilovic buscando el
indispensable equilibrio, la decisión provocó cierta polémica y resulta muy sig-
nificativa tanto de la personalidad del técnico como de su intención de dotar de
la mayor solidez posible a la selección.
El resto de la convocatoria fue más o menos la esperada: el futuro ya está
aquí. Con un quinteto titular (Petrovic-Zdovc-Paspalj-Radja-Divac) en el que
Drazen es el jugador más veterano con tan sólo 24 años, y siendo dos de los tres
principales elementos de la rotación (Danilovic, Kukoc, Cutura) los jugadores
más jóvenes del equipo, Yugoslavia consigue finalizar su particular travesía del
desierto y acabar la década de la misma manera en que la inició: con una meda-
lla de oro. La exuberancia de su juego es más brillante cuando el espectador es
consciente de estar viendo a selecciones en plena madurez ser arrolladas sin
paliativos por un grupo de niños.
o
> Pero empecemos por el principio.
::5
U) El estreno del combinado dirigido por lvkovic tiene lugar ante la vigente
o
<..?
::)
campeona de Europa, Grecia. Aires de venganza planean sobre el ambiente, ya
>- que restan muchas cuentas pendientes de la semifinal del Eurobasket de 1987.
º
1-
U)
lJ.J
Aunque en los primeros compases del encuentro el combinado heleno se distan-
u cia de seis puntos, desde el mismo salto inicial se constata una ruptura con el
z lJ.J
o pasado reciente: surge la velocidad como arma más preciada. Si dos años antes,
_J
<(
co contra el mismo adversario, Radovic o Aza Petrovic subían el balón andando, en
_J
lJ.J Zagreb los jugadores yugoslavos realizan en carrera hasta los saques de banda, en
tli
o un intento por acelerar el ritmo de juego insospechado muy poco tiempo atrás.
Cl
<( Cualquier hombre que tiene el balón lo bota, el juego interior aventaja varios
co
oa: metros a sus defensores en cada transición, Petrovic inicia las acciones ofensivas
U)
o a toda velocidad. Al término del primer periodo, el partido está ya totalmente
•Z
lJ.J
::)
sentenciado, guiando al anfitrión un Radja absolutamente sensacional con 16
U)
puntos y un Drazen que realiza la primera de sus exhibiciones diarias de este tor-
neo: 20 puntos.
176
La segunda parte no tiene historia, más allá de que Radja no vuelva a sal-
tar a la pista y que Danilovic se confirme como un jugador que va a entrar en la
rotación básica de ocho hombres del equipo, siendo el primer recambio tras la
reanudación. Radulovic, Primorac y Vrankovic debutan cuando restan tres
minutos. Resultado final, 103-68.
En un campeonato en el que tan sólo participan ocho selecciones, el resto
de la primera fase resulta intrascendente, dada la enorme superioridad de Yugos-
lavia respecto a Bulgaria y Francia. Jugando a medio gas, y rotando a todos sus
hombres para que empiecen a entrar en la competición, los anfitriones se impo-
.ir...._
nen a Bulgaria por 98 a 78, en el segundo pase del espectáculo Petrovic (33 puntos)
y con Paspalj como único compañero que alcanza la decena de puntos: 12. Ante
Francia, Ivkovic decide hacer descansar al genio de Sibenik, y este es el único
partido del campeonato en el que los balcánicos van por debajo en el marcador
al finalizar la primera mitad, con gran aportación de Dacoury por parte france-
sa: 41-48. Relajación excesiva, hasta para un conjunto tradicionalmente proclive
a ello. El ídolo local sale en la segunda parte con los ojos inyectados en sangre;
un minuto y diez segundos después, ya le ha dado la vuelta al marcador. 49-48.
Anota 30 puntos en esos 20 minutos y el resultado al finalizar el partido es un
elocuente 106-89.
En enero de 1 989. la nueva dirección del partido en la Vojvodina. impuesta por
Milosevic. emprende una purga radical en sus filas. Asimismo. el gobierno de
Montenegro es dominado por políticos afines a Milosevic. En Eslovenia se crea la
Unión Democrática Eslovena. un partido independiente de la Liga Comunista.
La población de Kosovo responde con huelgas y violencia a las pretensio-
nes serbias de acabar con su autonomía. A lo largo del año. los enfrentamientos
entre albaneses y serbios van en aumento.
En semifinales aguarda otro viejo conocido, Italia. La rivalidad entre las w
u
selecciones plavi y azzurra es todo un clásico del baloncesto continental de la ::)
_j
w
década de los setenta y ochenta. Además, el morbo acompañaba estos enfrenta- a:
mientos, especialmente después de la dantesca imagen ofrecida por ambas escua- ::)
o
dras seis años atrás en Nantes. Por parte yugoslava, tan sólo Drazen Petrovic o
_j
había estado presente el día de las tijeras. Por Italia, Ario Costa, Antonello Riva y o
Cl
Roberto Brunamonti eran denominador común de ambos torneos. También l'a- o
l-
llenatore Sandro Gamba, muy activo en la célebre tangana. o
a:
Con dos directores de juego experimentados y cerebrales como Roberto
o
(fJ
lJ.J
Brunamonti y Mike D'Antoni, un Antonello Riva que rivalizaba con Petrovic y o
z
Gallis como mejor escolta del campeonato, y con Walter Magnifico como refe-
rente anotador interior, la selección italiana era un equipo duro, correoso, siem- >
pre incómodo en duelos de estas características. No es que fuesen favoritos, pero
177
distaban mucho de ser una perita en dulce.
Yugoslavia inicia el encuentro con su quinteto estelar en pista: Petrovic-
Zdovc-Paspalj-Radja-Divac. El primer recambio que introduce lvkovic es Dani-
lovic en lugar de Zdovc, en el minuto ocho. Con 37-31, entra Kukoc por Pas-
palj. El mejor partido del campeonato del todoterreno de la Jugoplastika resulta
decisivo para romper el marcador, siendo también vital la intimidación del juego
interior, que coloca siete tapones en la segunda parte que se traducen encente-
lleantes transiciones. La renta final de diecisiete puntos (97-80, misma diferen-
cia que ante Francia) es la mínima de todo el torneo. Problemillas de poner el
 listón tan alto. Petrovic (24 puntos), Paspalj (18) y Kukoc (15) destacan en la
anotación. Por los italianos, Riva, que se presenta en la semifinal con un prome-
dio de 28,3 puntos por partido, se queda en 8.
Yugoslavia se había ganado el derecho a disputar la final del Europeo por
primera vez desde 1981. Y lo haría ante su público.
Ante un enorme auditorio (dos millones de personas según medios oficiales,
1.200.000 según la prensa), y refiriéndose a las reformas políticas y económicas
que Serbia necesita, anuncia la dificultad del trayecto y asevera: "Seis siglos más
tarde, estamos comprometidos en nuevas batallas, que no son armadas, aunque
tal situación no puede excluirse aún".

En plena y progresiva crisis de todas las instituciones políticas de la República

Federal. en febrero se inician movimientos autonomistas en el seno del Ejército, El oro es el premio para este brillante equipo. Pero, si en Madrid fueron
cuyos mandos son mayoritariamente (un setenta por ciento de los altos cargos) bronce realizando un buen torneo a secas y en Atenas repitieron metal dejando
serbios. una mala imagen, en este Eurobasket de 1989 el oro no hace justicia, por sí
El nuevo jefe del Gobierno yugoslavo, el croata Ante Markovic, es investido mismo, al enorme nivel de juego desplegado por la selección yugoslava. En cada
nuevo jefe del Gobierno yugoslavo y forma gabinete. Rápidamente, despliega un competición algún equipo se ha de hacer con el primer puesto del podio. Pero
férreo plan económico, el cual incluye una política monetaria restrictiva, la conge- sólo cada muchos campeonatos el vencedor deja para el recuerdo un baloncesto
lación plena de los salarios y el control parcial sobre los precios. de la belleza, contundencia y plasticidad con la que los yugoslavos deleitan al
mundo. Hay recuerdos que valen más que su peso en oro.
Numerosas son las claves que definen a este equipo. No son divisibles de
o El contrincante que todo el país desea para la final es la URSS. La vendet- manera clara, pues los límites de algunas se difuminan con los de otras, retroali-
>
<1'. ta contra Grecia ya estaba consumada, a los italianos se les había despachado mentándose ciertas virtudes hasta componer lo que, en aquel momento, fue la
_J
(/)
o con solvencia. Los soviéticos eran el rival por excelencia, el equipo que les había mayor exhibición de juego que realiza una selección en muchos años. Un estilo
c.:J
:J privado del oro olímpico 11 meses atrás. En el caso de Petrovic y Divac (además libre, total, que parece producir un salto en el tiempo con respecto al juego pre-
r
o de Cutura y Radovic), el odiado enemigo que les había convertido en el hazme- ponderante en Europa en ese momento, tanto a nivel de clubes como de selec- w
1- u
(/)
UJ
rreír del Mundial de España. Pero Grecia aborta la final esperada, en un muy ciones. Un baloncesto moría, y lo hacía a manos de la nueva selección yugosla- :J
_J
u w
z controvertido arbitraje del estadounidense Dodge y del finlandés Jungebrand, y va, con la Jugoplastika de Split como avanzadilla apenas tres meses antes. Nada a:
o UJ
_J
deja fuera del encuentro decisivo a los de Sabonis. volvería a ser lo mismo. El futuro se hacía presente. El presente vigente hasta :J
d
<1'.
co aquel momento, en consecuencia, se hacía pasado. o
_J La final no debió hacer rico a nadie en las casas de apuestas. En diez minu- _J
UJ
en tos, el partido queda visto para sentencia (31-16). A la media parte, diecinueve de La Reprezentacije Jugoslavije tiene dos elementos diferenciales respecto a o
o
o ventaja, once contraataques de la Reprezentacijay el público que abarrota el pabe- los demás equipos del mundo FIBA. Dos aspectos que, al fusionarse por vez pri- o
o l-
1\ <1'.
co llón Dom Sportova enardecido. Con 81-49, los de Ivkovic levantan el pie del ace- mera (y no la mezcla de agua y aceite que se dio en anteriores campeonatos) oa:
I' oa: o
lerador y todos los titulares se van al banco a festejar la gesta. Besos entre Vlade y potenciaban sus virtudes y ocultaban sus (escasos) defectos. Por un lado, Dra-
.+.l. (/)
(f)
UJ
o Drazen. Sonrisas y alegría desbordada. 28 puntos de Petrovic, 25 de Radja y 16 de zen. Siempre Drazen. El referente indiscutible de la selección yugoslava práctica- o
•Z z
UJ
11 ::> Divac son los números más destacables. El baile es total, la superioridad insultan- mente desde el día en que debuta en ella (en propiedad, desde su segundo tor-
l 1

i
1
(/)
te. Gallis, Giannakis o Fassoulas envejecen 15 años en 40 minutos ante los atóni- neo, en Los Ángeles'84) realiza en Zagreb, ante su público fiel de los tiempos de >
tos ojos que miran esta final. El rey de Europa ha muerto. ¡Viva el rey! la Cibona, el baloncesto de más alto nivel que se le hubiera visto hasta la fecha.
178 179
Sus explosiones anotadoras datan de muchos años atrás, pero en este Eurobasket
es la primera vez que integra, a nivel de selecciones (y, probablemente, también
El parlamento de Kosovo aprueba una serie de medidas destinadas a otorgar a de clubes) su descomunal potencial ofensivo al servicio del equipo, y no a la
Serbia un mayor control sobre la provincia, retirándole la autonomía provincial. inversa. No es que su enorme arsenal no fuese la principal arma en ataque de la
Estas decisiones provocan una radical protesta popular y la consecuente repre- selección. Por supuesto que lo era. Pero ya no es un arma que va por libre para
1

1
sión, con numerosos heridos y varios muertos entre los ciudadanos civiles. desequilibrar los partidos, algo ya de por sí extraordinario, pues pocos (muy
El 28 de junio, Milosevic realiza una intervención en Kosovo Polje cuando pocos) jugadores en la historia del baloncesto FIBA han sido tan determinantes
1

se cumplían 600 años de la batalla perdida del pueblo serbio contra los turcos. por sí solos como el Drazen de los ochenta. Aun y así, el Petrovic de este Euro-
peo es diferente. Origina multitud de situaciones ofensivas, como siempre ha

·~
 hecho. Reparte muchas (más que nunca) asistencias, aunque eso tampoco es
nada nuevo. El aspecto diferencial es el ritmo al que decide jugar. Sigue finali-
zando numerosas acciones creadas por sí mismo con el dribbling, pero son
mucho más rápidas, más directas. Utiliza menos botes, menos retoricismo pre-
vio, si no decide efectuar el lanzamiento da el balón al compañero mucho antes.
En esta selección está rodeado de multitud de jugadores que son capaces de
generar situaciones de tiros claros por sí solos, tanto para ellos mismos como
para otros. Y Drazen se integra, adaptando su juego a las características del colec-
tivo, de la misma manera que el resto del equipo se subordina a los galones del
máximo exponente del baloncesto yugoslavo de ese momento.
Petrovic completa un Eurobasket esplendoroso ejerciendo de base, pues
Zdovc será el encargado de desempeñar las funciones de escolta. Interpretando
un baloncesto que sintoniza en la misma onda que el de sus compañeros (con su
sello personal e intransferible marcado a fuego), anota un promedio de 30 pun-
tos por partido con un porcentaje del 75% en tiros de 2, un 69,5% en tiros de 3
y un 89,2 en TL. En un ambiente maravilloso, mágico y de fortísima carga emo-
cional para él, parece imposible que cuando la yema de sus dedos deja ir el balón,
la parábola de sus tiros no acabe irremediablemente dentro del arQ. El agua hier-
o
> ve a 100 grados. Los tiros de Drazen en el Eurobasket'89 finalizan en canasta.
<!
_J
c.n Poco a replicar en ambas aseveraciones. Por si lo insólito de su acierto no fuese
o mérito suficiente, es capaz de repartir 27 asistencias en los cinco partidos que
c.?
:::>
>- disputa (5,4 de promedio). Ambas marcas, tanto en anotación como en asisten-
ºc.nr
w
cias, suponen sus topes históricos con la selección yugoslava. Y en el mismo tor-
u neo. Y consiguiendo por primera vez el oro.
z w
o ejecución de los gestos técnicos. Dotados de una enorme versatilidad, pueden
_J
<!
ca
_J
w En septiembre de 1989. el Parlamento esloveno. desoyendo las solicitudes del
u)
o Gobierno yugoslavo. de la Liga de los Comunistas y del Ejército. respalda en su
o
<! nueva Constitución el derecho a la autodeterminación de la república. incluida la
ca
oo: secesión. Los resultados de la votación muestran un solo voto en contra y una
c.n
o abstención. Se produce una importante protesta serbia y sólo la República de
,z
w Croacia manifiesta su apoyo a la acción de Eslovenia.
:::>
c.n En noviembre. se inscribe legalmente en Eslovenia el primer partido no ofi-
cialista.
180
Pero hay una segunda gran explicación para la sensacional imagen ofreci-
da por Yugoslavia. El resto. Lo que queda. El mejor grupo de complementos de
una estrella de la historia del baloncesto FIBA. El sueño húmedo de cualquier
selección de la época. Y de tiempos anteriores o posteriores.
Las generaciones yugoslavas que han amasado medallas de oro ante los
chicos de su edad llevan a cabo un golpe de estado, apoyados por Ivkovic. No un
golpe de estado en la pura definición del término, pues el jefe seguirá siendo el
mismo. Drazen se lo merece, es el mejor. Pero la nueva ola relevará a los puestos
adyacentes, asumiendo roles de mando y marcando las tendencias sobre la pista.
El rey verá en ellos un equipo de gobierno de altura, y nunca mejor dicho. Este
grupo de jóvenes se caracteriza por un juego colectivo multiplicador de la mera
suma aritmética de capacidades, con el pase preciso, fluido y muchas veces genial
como sello distintivo. Con una capacidad de resolución individual a la altura de
los mejores, supeditarán esta virtud a las características de Drazen. Él será el
único que a lo largo del torneo se jugará el uno contra uno en ataque estático sin
haber realizado un pase previo. Los demás no lo harán nunca. A pesar de que en
sus respectivos equipos acostumbren a hacerlo debido a la jerarquía adquirida,
en Zagreb siempre circulan la pelota en caso de haber recibido el primer o segun-
do pase en una situación ofensiva de cinco contra cinco. Y el movimiento sin
balón de todos ellos es continuo, dotando al juego de multitud de opciones. El
hombre que decide tirar lo hace por elección valorativa: el fluidísimo ataque
yugoslavo siempre ofrece al portador de la pelota la posibilidad de realizar el
pase, de manera que los lanzamientos son consecuencia de haber ponderado las
probabilidades de éxito entre ambas variables. Este fenómeno, en apariencia tan
sencillo, es en realidad muy complejo, puesto que requiere de una total sintonía
entre los cinco protagonistas en pista. No existen los tiros obligados por no
tener compañero al que asociarse; hay tiros seleccionados.
Zdovc, Paspalj, Radja, Divac, Danilovic y Kukoc son los seis hombres que
acompañan a Drazen. Todos ellos, con sus propias características individuales, w
u
poseen una serie de atributos en común: la capacidad atlética, una estatura por ::::J
w
encima de la media para la demarcación que ocupan y muchísima velocidad de ce
:::>
a
desenvolverse en dos (algunos hasta en tres, y uno en concreto ... ¿en cinco?) o
_J
posiciones diferentes al máximo nivel, representando la idea antagónica del espe- o
o
cialista: todos saben hacer de todo. Tiran, pasan, botan, rebotean. Por· si esto or
fuera poco, en su mayoría son notables (y según quien, hasta excelentes) defenso- oce
res individuales. Además, la altura y envergadura de brazos de la que hacen gala o
c.n
w
reducirán espacios en las penetraciones y pases rivales, amén de desviar muchos o
z
tiros e intimidar poderosamente en el aro propio. Buen(ísim)os anotadores indi-
viduales, buen(ísim)os jugadores colectivos, buen(ísim)os defensores individua- >
les, con muchas facultades para realizar una buen(ísim)a defensa colectiva.
181
¿Quién da más? En Europa, desde luego, nadie. Estas sentencias pueden hacer
confundir con el agente de estos chicos al que las afirme. No es el caso. Aunque
todos los agentes de Europa hubiesen matado por ser ellos los afortunados.
Leña al mono. El octavo integrante de la rotación básica, Zoran Cutura,
perteneciente a una generación previa a la de la nueva ola, goza de características
absolutamente complementarias e ideales para el nuevo estilo del equipo.
Habiendo ocupado la posición de alero en anteriores campeonatos, en Zagreb
evolucionará tan sólo como ala-pívot, y su lógica velocidad en las transiciones,
¡
1
su magnífico tiro a media distancia con los pies plantados y su especial habilidad
1
 para el juego sin balón ("Zoran siempre sabe dónde y cuándo ha de estar", Dra-
zen dixit), con cortes buscando la espalda del defensor o la línea de fondo, bene-
ficiarán y serán beneficiados a/por las cualidades técnicas de los niños que ha-
1 1
Y el tal Drazen Petrovic no lo hacía mal del todo.
Parecía muy difícil, casi imposible, que la Reprezentacija pudiese jugar mejor
de lo que lo hace en Zagreb'89. No se podían poseer más armas, ni mejores.
No se sabe lo que pensaba al respecto cierto animal felino, de un color
bían pasado a llevar la voz cantante en el baloncesto yugoslavo, en el continental
y, dentro de poco, en el mundial. rojizo difuminado, que daba nombre a un pastelito que merendaban muchos
Nadando en la abundancia, el noveno hombre era un Vrankovic que, niños españoles en aquella época. ¿Cómo se llamaba? ...
jugando pocos minutos, puede contribuir con intensidad defensiva, ahondando Ah, sí. La pantera rosa.
en su rol de máximo especialista reboteador y taponador del Viejo Continente; y
sin que la dependencia de su aportación al juego pudiese perjudicar al equipo
como en el pasado, ante el peligro que supone su inconsistencia mental, su Slobodan Milosevic se convierte en presidente de Serbia después de las primeras
mediocre talento ofensivo y los cruces de cables que tenía de manera más o elecciones por sufragio universal que se celebran en la república.
menos ... esporádica. Stojko ejerce de stopper, un incordio que, para más inri, se En diciembre de 1 989. Serbia impone un bloqueo comercial sobre Eslo-
dedica a barrer los balones por encima del aro, un Mutombo a la europea y con venia. Paralelamente. la Liga de los Comunistas de Croacia admite el pluripartidis-
varios años de antelación; menos sólido que el zaireño pero, por otra parte, sin mo en su república.
tener que reservarse por miedo a arriesgar faltas. Por fin puede disfrutar plena-
mente de las facetas del juego en las que se siente cómodo y feliz, concentrando
su atención en aquellas tareas específicas en las que es determinante sin que MUNDIAL DE ARGENTINA ( 1990)
nadie le pida resultados en el resto de cosas, las cuales tanto desasosiego le pro-
o
> vocaban. Sonría, Mr. Vrankovic. En 1990 la siguiente parada de la gira de las nuevas deidades del baloncesto
5
(f) Difícil describir el baloncesto desplegado por este grupo y ser fiel a la mundial es en Buenos Aires, Argentina, no llores por mí más.
o(.'.J
magnitud de sus bonanzas. Con una superestrella a su máximo nivel y aceptada La temporada recién finalizada ha supuesto el debut, con suerte dispar, de
::>
>- por todos, seis jugadores de una amplísima variedad de matices ejerciendo de Drazen Petrovic, Vlade Divac y Zarko Paspalj en la liga profesional estadouni- w
u
º
1-
(f)
w
complementos voluntariamente (un Zdovc que aquí se centra en compensar la dense, una NBA que está bajo el dominio de los bad boys de Detroit, que acaban
::>
....J
w
u debilidad defensiva de Petrovic será pocos años después el hombre-orquesta del a:
z de conseguir el back-to-back ante los Blazers ¿de? Drazen Petrovic. Un cuarto w
o....J Limoges de Maljkovic, que algo ganó por Europa), y con dos especialistas jugador yugoslavo, Dino Radja, había sido elegido en el draft de 1989 por los ::>
o
<! o....J
Cl) (Cutura en comparación a sus compañeros, pues en otros contextos sería un siempre míticos Celtics de aquel chico blanco que dominaba todas las facetas
....J
w ejemplo de jugador completo) mostrando sus virtudes y ocultando sus defectos, del juego, Larry Bird. Pero no consigue ser liberado del contrato que le une a la o
u) o
o los hombres de Ivkovic son una auténtica máquina que desarbola rivales. Divac o
o Jugoplastika, situación que no parece contentarle demasiado, a tenor de sus l-
<! quizás es el segundo jugador más destacado en este torneo, pero seguro que hay oa:
Cl) declaraciones. Ni que fuese a ganar más dinero al otro lado del Atlántico ...
oa: o
opiniones que defenderían la opción Radja. Qué más da. Europa no está prepa- ·El centro de atención es ver cómo puede influir y mejorar al equipo la (f)

(f)
w
o rada para enfrentarse a un equipo en el que hombres mucho más altos que sus experiencia profesional de los tres emigrantes, ya que en el resto la vida sigue o
,z z
w defensores, con una capacidad atlética superior, además son más rápidos en las igual. La Jugoplastika ha ganado la liga yugoslava, la Jugoplastika ha ganado la
::>
(f)
transiciones y se caracterizan por su excelente tiro exterior. Radja o Divac (más Copa de Europa. Nada nuevo bajo el sol. La posible evolución del juego de los >
Cutura) no cesan de culminar contraataques, desfondando en pocos minutos a plavi debía venir propiciada por el toque NBA. Seguro. Segurísimo. Era el único
182 183
los interiores rivales. En un momento concreto de la semifinal contra Italia, cambio posible, ¿no? Al observar la lista de jugadores convocados, nada hacía
Ivkovic sitúa en pista a Toni Kukoc como escolta y Zarko Paspalj como alero, presagiar lo contrario:
ambos por encima de los 2,06 m. Zdovc y Danilovic garantizan una permanen-
1
te presión al balón, lo que genera canastas sin oposición en transición, sumadas i
a las ocasionadas por el dominio reboteador en defensa de los hombres altos, la l1
anotación al poste bajo de Radja (que en ese momento ya es, posiblemente, el !
Drazen Petrovic Portland Trail Blazers 1964
mejor jugador de espaldas al aro de Europa), las segundas opciones de tiro que 1

1
otorgan Divac, Paspalj o Vrankovic, las imprevisibles asistencias en estático de
Zeljko Obradovic Partizan de Belgrado 1960
Divac o Kukoc, las ....

l
 En enero de 1990, un congreso extraordinario de la Liga de los Comunistas de
Zoran Cutura 1 Cibona de Zagreb 1 1962 Yugoslavia aprueba la renuncia al monopolio del poder. Los representantes eslo-
--
venos y croatas se retiran de este congreso, que finaliza sin clausura ni conclusio-
Arijan Kornazec 1 Zadar 1 1970
nes. La tensión política es cada vez más insostenible.
Toni Kukoc Jugoplastika de Split 1 1968 Simultáneamente, continúan los enfrentamientos violentos en Kosovo.

Velirnir Perasovic Jugoplastika de Split 1 1961

Vlade Divac Los Angeles Lakers 1 1968

Toda competición baloncestística mundial tiene el valor añadido de que
Radislac Curcic Olirnpia de Liubliana 1 1965 el eterno dominador del baloncesto planetario, Estados Unidos, participará en
ella. Después de la derrota en Seúl'88 a manos de la Unión Soviética de Sabonis,
Zoran Jovanovic Estrella Roja de Belgrado 1 1965 Marciulionis y Volkov, y siendo ya de dominio público que para los Juegos
Zoran Savic Jugoplastika de Split 1 1966 Olímpicos de Barcelona los grandes dioses del baloncesto profesional se enfun-
darían la camiseta de la USA Basketball, cierto morbo acompañaba a las valora-
Zarko Paspalj San Antonio Spurs 1 1966 ciones del último combinado universitario que competiría a nivel interconti-
jureZdovc Olirnpia de Liubliana 1 1966 nental. Entrenados por Mike Krzyzewski, el magnífico técnico de la Universidad
de Duke, EE.UU. presentaba un plantel con varios jugadores que serían top-3
o ENTRENADOR: Dusan lvkovic. del draft en años venideros; uno de ellos era Kenny Anderson (Georgia Tech),
> número dos en 1991, auténtico mito de los playgrounds neoyorquinos y quizás
::í
U)
o(.9 el mejor base de instituto de la historia del estado. Le acompañaba Billy Owens,
::J
El fondo de armario ha cambiado, sí. Aunque eso poco importa, ya que el Magic de Syracuse, número tres del mismo año, un jugador polifuncional que
>- en realidad son piezas poco utilizadas. Vestidos que estaban ahí, muy bonitos, despertaba gran~es expectativas sobre sus posibilidades en el baloncesto profe-
º
t-
(f)
LU
pero que se exhibían sólo en partidos sentenciados. El quinteto base del Euro- sional. Otro prospect de élite era Alonzo Mourning (Georgetown), último des-
Ll..J
u
::J
--1
u peo seguía estando (Petrovic, Zdovc, Paspalj, Divac ... ). De los tres principales LlJ
z carte de John Thompson en el roster definitivo de Seúl, cuando tan sólo era un o:
o suplentes, Danilovic se lesiona varios meses antes del Mundial, y su puesto en el LlJ
_J
chico de instituto al cual sus exhibiciones defensivas y taponadoras le hacían ir ::J
<(
a:i roster es ocupado por Arijan Komazec, quien esa temporada había sido elegido o
_J frecuentemente acompañado con la frase" ... el nuevo Bill Russell". El cuarto en o_J
LU
mejor jugador de la liga yugoslava, acumulando su segundo trofeo como máxi- discordia era Christian Laettner (Duke), número tres del mismo draft en que
e/) §
o mo anotador de la competición con unos esplendorosos 31,3 puntos de prome- Mourning fue el dos (1992, adivinen quién sería el uno y nunca fue con la selec- o
o f-
<(
a:i dio. Jovencito por jovencito en el listado de nombres, que no en la rotación, ción USA como universitario). El ala-pívot de Duke era la gran esperanza blan- oo:
oce pues Perasovic será el escolta que dispute los minutos de refresco para el back- o
(f)
ca del baloncesto universitario, un jugador del que se esperaba que ocupase el (f)

o court titular. También el noveno hombre en Zagreb, Stojko Vrankovic, causaba puesto en dicha categoría de Larry Bird. Como tantos otros antes, y tantos otros LlJ

•Z
LU baja debido a, oficialmente, un problema ocular, si bien se rumoreaba que su
::J
(f)
actitud no agradaba plenamente a Ivkovic. Consecuencia de ello, dos pívots
grandes y corpulentos como Jovanovic y Curcic integraban por primera vez la
184
convocatoria. En todo caso, la ausencia del secundario Vrankovic y un cambio
Danilovic-Perasovic, en el año 1990, no suponen precisamente una revolución.
Dicen que lo que funciona no se toca, y aquella estructura de equipo había fun-
cionado, vaya si lo había hecho.
Una inoportuna lesión de última hora aparta a Radja del Mundial'90. A
simple vista no debiera significar demasiada transformación, aunque, posterior-
mente, durante el transcurso del campeonato se comprobará que desplazar algu-
na pieza básica de posición alterará la rotación y roles de algunos jugadores del
equipo.
o
después, sin éxito alguno en tal empresa, si bien ninguno venía acompañado de z
la fama de Laettner. >
Estos talentos, de los cuales hoy en día la red quedaría inundada de profi-
185
les proclamando sus excelencias, estaban escoltados por jugadores de indudable
reputación universitaria, como la célebre conexión May-Day (Todd Day-Lee
Mayberry, Arkansas), Doug Smith (Missouri) y Brian Stith (Virginia), que tam-
bién serían top-ten del sistema de elección estadounidense, o un Chris Gatling
(Old Dominion) que realizó una notable carrera profesional e incluso llegó a ser
all-star en una ocasión. Varias de las estrellas yugoslavas, como Divac, Kukoc o
Komazec, no eran mucho mayores que ellos. Y en aquellos drafts de los ochenta
e inicios de los noventa a duras penas conseguían entrar a finales de la primera
ronda.

l
 Cuatro o cinco años antes, en los tiempos del anterior Mundial, un grupo
de este calibre como mínimo compartiría el cartel de favorito con el mejor equi-
po europeo. Pero los tiempos habían cambiado. Europa había dejado atrás el
baloncesto arcaico (en comparación al norteamericano) que había hecho parecer
jugadores a cámara lenta a los Corbalán, Epi y compañía en Los Ángeles. La capa-
cidad atlética y el dinamismo en el juego se había incrementado: un baloncesto
mucho más intenso y moderno se extendía en el Viejo Continente. Los pioneros
de esta tendencia, ya se sabe. Una selección universitaria ya no era garantía de ser
el principal candidato al triunfo, como había demostrado la Unión Soviética un
par de años atrás. El claro opositor a campeón mundial era el combinado yugos-
lavo, máxime cuando la URSS aparecía en el torneo desmembrada, sin la aporta-
ción de los jugadores de las Repúblicas Bálticas. Sabonis, Marciulionis, Kurtinai-
tis ... Total, nada. Zagreb'89 debía tener su prolongación natural en Argentina'90.
Por calidad y talento, no había dudas. Quedaba por ver cómo adoptaría el con-
junto dirigido por Ivkovic el papel de favorito unánime, después del espectáculo
ofrecido como local en el Eurobasket anterior. La selección yugoslava debía
demostrar su mentalidad ganadora para refrendar ese favoritismo.
o Jovanovic, Dino Radja, Sabahudin Bilalovic, Velimir Perasovic, Toni Kukoc,
>
<
_J
IJ) El Gobierno federal insiste en aplicar una política monetaria muy restrictiva. El
o(.'.J
descontento popular se incrementa. debido a la precaria situación económica
:::i
>- que sufren los ciudadanos.
º
1-
(f)
LU
En febrero. en el primer congreso de su partido. Unión Demócrata Croata.
u en Zagreb. Franjo Tudjman afirma que "el Estado Independiente de Croacia no
z w
o fue un simple estado criminal y colaboracionista. sino también la expresión de las
_J
<
co aspiraciones históricas del pueblo croata".
_J
LU
c.li
o Ante la presencia entre el público de algunos mitos eróticos como Jane
o Fonda o Wilt Chamberlain, cada uno a su estilo, y sin sus dos jugadores NBA,
<
co Muy poco tiempo antes del Mundial hubo un ensayo general. Algo más
oa:
trascendente que un simple torneo amistoso y, además, en suelo norteamerica-
(f)
o no. En Seattle se celebraron los 11 Goodwill Games, cuatro años después de que
,z
LU en la URSS se disputase la primera edición del evento. En plena efervescencia
:::i
(f)
del movimiento grunge, aún en fase creativa, la selección yugoslava viaja a la
cuna de la tendencia musical que se extenderá mundialmente en poco tiempo,
186
creando algún que otro mito de muerte prematura. Qué apropiado.
No se han realizado demasiados estudios sobre la influencia de la visita de
una banda de baloncesto europea plena de divos y mitos a la Seattle grungera de
1990, pero parece demasiada coincidencia que el video de "Smells like teen spi-
rit" de Nirvana muestre a Kurt Kobain cantando de manera desgarrada rodeado
de cheerleaders, con una canasta detrás de él y ante un público sentado en unas
gradas para ver un partido de basket. No hay más ciego que el que no quiere ver.
El arte influye al arte. Y hay espectáculos que, al observarlos, marcan de manera
irremediable al que los observa.
1 ¿no?
Después de todo ... Aquella selección yugoslava olía a espíritu adolescente,
A lo largo de 1990, se celebran las primeras elecciones libres en cada una de las
seis repúblicas yugoslavas. Se inician en Eslovenia, el 1 2 de abril, y siguen las de
Croacia (6 de mayo), Macedonia (25 de noviembre), Bosnia-Herzegovina (3 de
diciembre), finalizando el 23 de diciembre en Serbia y Montenegro. La participa-
ción de varios partidos políticos y los resultados de los sufragios evidencian la des-
aparición de la escena política de uno de los cuatro (junto con la Presidencia
colectiva. el Gobierno federal y el Ejército) elementos básicos del armazón del
Estado yugoslavo: la Liga de los Comunistas.
En los Godwill Games de Seattle, y ante la ausencia de Drazen Petrovic y
Vlade Divac, que no jugarán partidos con el equipo hasta que los plavi pisen
suelo argentino, lvkovic realiza una convocatoria con los siguientes doce hom-
bres: Luka Pavicevic, Zoran Cutura, Zarko Paspalj, Zeljko Obradovic, Zoran
Jurij Zdvoc, Radisav Curcic, Arijan Komazec y Zoran Savic.
Los partidos de semifinales y final de estos Juegos de la Amistad serán un
claro preludio del Mundial de Argentina, pues Yugoslavia derrota a la URSS y w
u
EE.UU. Más allá de que no se trate de una competición oficial, la final disputa- :::i
_J
w
da entre las selecciones de lvkovic y Krzyzewski deja un nítido mensaje al que lo a:
quiera recibir: la selección yugoslava no sólo posee calidad y talento para arrollar :::i
o
a los rivales; también tiene mentalidad ganadora para saber apretar los dientes, o
_J
apoyarse los unos a los otros y sufrir. o
o
o
l-
o
a:
la Reprezentacija demuestra en el partido contra Estados Unidos muchas cosas. o
(/.,
w
En el minuto 8 Paspalj, muy activo en esos compases iniciales, se lesiona. Yugos- o
lavia disputa una primera parte de gran calidad, con el juego rápido que le carac- z
terizaba en el Eurobasket anterior como marca distintiva, tomando una ventaja >
de tres puntos al descanso: 34-31.
187
En la segunda parte, y con 15 minutos de la final aún por descontar,
Zdovc, Savic y Radja cometen la cuarta falta personal. Los suplentes interiores
yugoslavos, Cutura y Curcic, han de saltar a cancha. Ivkovic, como posterior-
mente declararía en la rueda de prensa ("sabemos jugar rápido y sabemos jugar
lento", toda una declaración de intenciones) decide ralentizar el ritmo del parti-
1 do. El marcador se mantiene igualado, y la situación alcanza un grado crítico
1 para los balcánicos cuando Kukoc también se sitúa con cuatro personales con
i un mundo aún por disputar. Mourning intenta amedrentar a los balcánicos con
1
varios tapones, poniéndole uno al espigado alero que despierta al público, que
l
 inmediatamente empieza a rugir. Pero enfrente tienen un hueso muy duro de
roer. La respuesta de Kukoc toma forma con un mate esplendoroso sin impor-
tarle la oposición del pívot en su vuelo hacia el aro. La acción es de una contun-
dencia y plasticidad desbordantes. Y el recado, muy claro: el desafío se acepta, y
se hace. mirando a los ojos del rival.
La Reprezentacija no cede la iniciativa en el marcador, defendiendo su
ventaja con uñas y dientes a pesar de simultanear en pista a tres jugadores al
borde de la eliminación. Radja es el primero en caer cuando restan cuatro minu-
tos, y Curcic, que está realizando una gran labor como suplente, lo hace a falta
de tres. Con Curura y Savic de pívots, Toni Kukoc anota el triple decisivo que
rompe el partido, justo después de que Billy Owens acerque a los universitarios
a cuatro puntos a menos de dos minutos para el final. jure Zdovc suma 21 pun-
tos con 9 de 1O en tiros de campo, y Kuki consigue 17, 1O asistencias y 2 tapo-
nes. Yugoslavia se hace con la medalla de oro con el tanteo definitivo de 85 a 79.
Ritmo lento, Kukoc decisivo, importancia de los 12 jugadores del equipo,
Toni Kukoc, mentalidad ganadora, pantera rosa, medalla de oro. Aviso a nave-
gantes. Y de tintes proféticos.
o
> de las mejores plantillas de su historia, con un Piculín que completa un asom-
~
(/) En Eslovenia es elegido Milan Kucan. dirigente de la Coalición Democrática y que
o anteriormente había sido jefe de la Liga de los Comunistas. Esta coalición naciona-
c.:J
:::>
>- lista se muestra partidaria de la disgregación de Yugoslavia en estados soberanos.
º
1-
(/)
UJ
En Croacia el presidente es Franjo Tudjman. de la Unión Demócrata Croata
(HOZ). dejando en la oposición a la Liga de los Comunistas. Tudjman es un anti-
u w
z perdiciar en los dos últimos minutos una ventaja de ocho puntos ante la selec-
guo general del Ejército y ex disidente. y pasa a ocupar la Presidencia de la Repú-
o....J
<( blica al frente de su partido. nacionalista conservador .
Cll
....J
UJ
<./)
o Una semana después de la victoria yugoslava en Seattle, empieza el Mun-
o i-
<(
CD dial. El equipo de Ivkovic se ve reforzado por dos piezas vitales en su entramado
oo: ofensivo, como son Drazen Petrovic y Vlade Divac, quienes se unen al grupo en
(/)
o Canadá para disputar los dos últimos partidos amistosos previos a la competi-
•Z
UJ ción oficial. Pero la mala noticia se produce cuando Radja aparece en el aero-
:::>
(f)
puerto de Vancouver con muletas. La final de los Goodwill Games ha traído
consecuencias. A pesar de correr o saltar hasta su expulsión sin problemas apa-
188
rentes, el ala-pívot sufre una rotura del ligamento del tobillo que le hace caer de
la lista definitiva. Baja que influirá notablemente en el estilo de juego yugoslavo
en el país sudamericano.
El Mundial se inicia con cuatro grupos que disputan una liguilla previa,
que tienen sus sedes en Santa Fé, Rosario, Villa Ballester y Córdoba. Yugoslavia
queda encuadrada en el grupo A, el de Santa Fé, junto a Venezuela, Angola y
Puerto Rico.
La selección balcánica abre el campeonato a medio gas, como reservando
fuerzas para cuando sean necesarias. Nada que ver con el despliegue de intensi-
1
dad y derroche físico del año anterior en Zagreb, si bien el hecho de que en el
Mundobasket se jueguen varios partidos más (ocho, por cinco del Eurobasket el
año anterior) y la lógica motivación de contentar al público que ostenta todo
anfitrión puedan explicar parcialmente el cambio. Derrota con relativos apuros
a Venezuela por 92-84 (Kukoc 25, Petrovic 22, Divac 13, Paspalj 12) y, en el
siguiente partido, se impone de manera burocrática a Angola con el marcador
de 92-79 (Petrovic 20, Kukoc 12, Zdovc 11, Perasovic 11).
La tercera jornada enfrenta, con ambos equipos ya clasificados, a Puerto
Rico y Yugoslavia. Primer test serio para la Reprezentacija. Al finalizar la primera
parte, la campeona de Europa adquiere una diferencia de dieciséis puntos, reali-
zando los mejores minutos del torneo hasta ese momento. Pero las tornas cam-
bian en la reanudación y al término del encuentro los yugoslavos caen por siete
puntos, 85 a 92. Los 23 puntos de Petrovic, los 12 de Savic y los 11 de Perasovic
no compensan el bajo rendimiento de Kukoc (6 puntos) ni el daño que ejerce el
juego interior puertorriqueño, con 23 puntos de Piculín Ortiz y 21 de Ramón
Rivas.
Esta será la única derrota en partido oficial que sufre la selección de lvko-
vic en su trienio dorado. El conjunto boricua presenta en este Mundobasket una
broso campeonato, y con jugadores de la talla de Ramón Rivas, Jerome Mincy o
Fico López aportando solidez al colectivo. Puerto Rico, de hecho, se convertirá
en la gran sorpresa de la competición, plantándose en los partidos decisivos por w
las medallas como único equipo invicto, para acabar cuarto clasificado tras des-
u
:::i
_j
a:
ción USA en el partido por la medalla de bronce. Pero eso es adelantar aconteci- w
:::i
o,......
mientos.
::J
Al afrontar el duelo con ambas escuadras ya clasificadas para la siguiente o
o
fase, la notoria relajación yugoslava en la segunda parte (después de mostrarse o
claramente superior en los primeros veinte minutos) y la sensación unánime de 0
a:
que el combinado balcánico no quería forzar aún la máquina hicieron que la o
rJl
w
derrota no levantase ninguna alarma ni restase un ápice de favoritismo a los o
plavi en la lucha por el primer puesto final. Nuevo Basket, septiembre de 1990: z
"El equipo de lvkovic era antes de empezar el claro favorito, prácticamente el >
único, y se limitó a hacer buenos todos los pronósticos, sin dar ni un solo mar-
189
gen a la sorpresa, que ni siquiera pareció posible cuando los yugoslavos cayeron
derrotados por Puerto Rico en la primera fase del campeonato".
Sí, bueno. Pero la laxitud y falta de concentración en determinadas fases
de partidos habían afectado históricamente a otras Reprecentazijas que también
partían de favoritas. Sin ir más lejos, en el anterior Mundial de Madrid, bastó
un minuto para echar por la borda 39 de superioridad. Divac no estaba jugando
al escondite cuando se tapaba el rostro con las manos en el Palacio de los Depor-
tes. La relajación y prepotencia finalizan numerosas veces en lágrimas y arrepen-
timiento.
 La derrota ante Puerto Rico abocaba a Yugoslavia a un posible cruce en
semifinales ante Estados Unidos, cruce que hubiese evitado de manera segura de
haber ganado ese partido. Podrían arrepentirse más adelante de no haberlo
hecho. Quien más, quien menos debió sentir un déja vu.
Pero eso quedó para los analistas deportivos externos. Este grupo repre-
sentaba el futuro, y rompía con el pasado. A todos los niveles.
En Macedonia los nacionalistas se imponen en las elecciones con el Partido
Nacionalista Macedonio (VMRO). formación que se muestra partidaria de una
confederación. El presidente de la República será el reformista comunista Kiro Gli-
gorov.
En Bosnia-Herzegovina, el Partido Bosnio Musulmán (SDA) se alza con la
victoria, desplazando al Partido Serbio (SOS) liderado por Radovan Karadzic, que
organiza una fuerte oposición, y al Partido Croata (SDC). El disidente (tres veces
en prisión acusado de actividades anticomunistas y pan islámicas) Alija lzetbego-
vic, del SDA es elegido presidente de la República y se forma un Gobierno con
o una coalición de partidos nacionalistas defensores de una confederación.
~
(/)
o(.!)
:::>
>- La segunda fase se disputa ya en el mítico escenario del Luna Park, en
º
1-
(/)
L.U
Buenos Aires. Yugoslavia forma parte del grupo 11, con Brasil, la URSS y Grecia
u de rivales. Si alguien pregunta por qué no está España, diríjanse a los helenos.
z Paspalj se lesiona otra vez ante los universitarios, con 14 minutos por jugar y
o
_J
Pisando el gas (aún no hasta el fondo), la selección balcánica incrementa
<(
su nivel de juego e intensidad ya desde el primer partido. Victoria ante Brasil
co
_J
(que les había derrotado en la primera fase de los Goodwill Games pocas sema-
L.U
u)
nas antes) por 105-86, después de rozar la treintena de diferencia tras el descan-
o l-
o<(
so, encabezando la anotación los 27 puntos de Petrovic, los 20 de Kukoc, los 19
co
oa: de Paspalj y los 14 de Divac. En el siguiente encuentro, vencen a la URSS de
(/)
manera contundente ( 100-77), con 21 de Kukoc, 17 de Paspalj, 12 de Perasovic
o z
,z
L.U y 11 de Cutura. Eh, ¿dónde está Petrovic? Debe de ser un error de escritura,
:::J
(/)
Perasovic por Petrovic.
No. Petrovic anota tan sólo 8 puntos. Y Yugoslavia gana el partido. Algo
190
está cambiando.
El último duelo de la segunda fase se convierte en un puro trámite, ya que
sólo una derrota ante Grecia por 21 puntos le puede arrebatar el primer puesto a
Yugoslavia. Ni unos ni otros lo creen posible, así que el enfrentamiento conclu-
ye con triunfo del favorito por 77-67 (Perasovic 17, Kukoc 13, Komazec 10),
con Drazen, aquejado de un virus estomacal, descansando para los partidos
decisivos y Yugoslavia nuevamente ahorrándose energías.
Empieza el auténtico campeonato. Y en semifinales espera EEE.UU., gra-
cias al segundo favor que Puerto Rico hace a los de Ivkovic en el torneo.
1
En Montenegro la victoria electoral es claramente para los ex comunistas, lidera-
dos por Momir Bulatovic. que es elegido presidente de la República. abogando su
partido por reforzar la Federación.
En Serbia. por último. triunfa el Partido Socialista Serbio (PSS). que al igual
de lo que sucede con los vencedores en Montenegro. proviene de la reconver-
sión de la Liga de los Comunistas. El PSS supera claramente a la Oposición Serbia
Unida (OSU). El presidente electo es Slobodan Milosevic (PSS), y el Gobierno tam-
bién es partidario de reforzar la Federación.
Quinteto estelar de Yugoslavia de inicio: Zdovc, Petrovic, Kukoc, Paspalj,
Divac. Enfrente, Kenny Anderson, Chris Smith, Billy Owens, Mark Randall y
Alanzo Mourning. En el minuto 8, cuatro de los cinco jugadores yugoslavos ha
encestado algún triple. Por los estadounidenses, Mourning haciendo mucho
daño a la defensa balcánica. Yugoslavia impone el mismo ritmo lento que le ha
caracterizado durante el campeonato. Dos tiros libres de Perasovic colocan el
51-43 al término de los primeros veinte minutos.
En la segunda parte, Estados Unidos reacciona y se sitúa a tan sólo tres
puntos: 60 a 57. Respuesta yugoslava: triple de Paspalj, triple de Petrovic.
Canasta de Mourning. Otro triple anotado por el escolta de los Blazers, coast to
coast maravilloso de Kukoc. 71-59. Canasta de Kenny Anderson ... Nuevo triple w
u
de Petrovic. 7 4-61.
De ahí hasta el final, contemporización por parte de los plavi. Y eso que
:::>
_J
w
a:
w
:::>
o
habiendo anotado 15 puntos en 22 minutos, con tres triples de tres intentos. o
_J
No pasa nada, su sustituto natural, Savic, anotará 14 en 24 minutos, con un o
o
sólo fallo en los tiros de dos. Petrovic, 31 puntos con seis triples, Kukoc 19 y 9 o
asistencias. Será por arsenal. o
a:
_Yugoslavia demuestra una superioridad insultante sobre Estados Unidos. o
C);
w
Acaba imponiéndose 99 a 91, después de alcanzar ventajas que rondan los 18 o
puntos y tras maquillar los universitarios el resultado con una presión a toda la
pista que les permite robar algunos balones con el partido ya sentenciado. >
Krzyzewski se niega a hacer declaraciones al finalizar el partido. Se queda
191
mudo ante tal exhibición.
El resultado de todas estas elecciones hace que Yugoslavia finalice el año 1990
con un complejo y variado panorama político que afecta directamente a la tradi-
cional estructura de Estado yugoslava. Los comunistas ganan en Serbia y Monte-
negro, y al mismo tiempo son ampliamente derrotados en Croacia y Eslovenia. En
Bosnia-Herzegovina se alcanza un Gobierno de coalición entre los partidos repre-
 1
sentativos de musulmanes. serbios y croatas. En Macedonia se producía una
alianza entre nacionalistas y la Liga de los Comunistas de Macedonia.
La diversidad de ganadores se hace sentir en una falta de unanimidad en
el plan a seguir. Los Gobiernos de Croacia y Eslovenia se muestran partidarios de
la disgregación de Yugoslavia y la independencia de sus repúblicas. Por su parte.
los de Serbia y Montenegro no sólo defienden la Federación existente en ese
momento. sino que consideran necesario reforzarla. Los Gobiernos de Bosnia-
Herzegovina y de Macedonia. mientras tanto. abogan por transformar el Estado
federal en uno confedera!.
La fina/e contra la URSS tiene aún menos historia. Si en el Eurobasket de
Zagreb Grecia había evitado la posible revancha de los Juegos de Seúl, esta vez es
la ausencia de los lituanos la que resta morbo (e igualdad) al enfrentamiento
cumbre. Paspalj ya está recuperado para la ocasión, quinteto de gala yugoslavo y
24-9 en el minuto 9. Con Zdovc y el propio Paspalj de estiletes ofensivos, se
alcanzan los 21 de diferencia con un 38-17 impropio de la gran final de un
o
>
<!
Mundial.
_J
(./) En la segunda parte, clásica relajación yugoslava por la holgada renta en el
o
c.:i marcador y las rotaciones de su propio entrenador, que sienta a varios de los
::J
>- titulares. La Unión Soviética recorta las distancias hasta los siete puntos. 60 a
ºt-
(./) 53. ¿Hay partido?
UJ
u No. Canasta de Zdovc, triple de él mismo, penetración de Paspalj. 67-53.
z w
o Guión repetido hasta la saciedad. La supremacía de este equipo es incontestable.
_J
<!
co Ganan cuando y como quieren. El público argentino enloquece con el juego
_J
UJ desplegado por los plavi en el Luna Park, "Yu-gos-la-via, Yu-gos-la-via"; especial-
(/)
o mente ante un par de jugadas de antología de Kukoc, varias asistencias de Divac,
o
<! y un saque de banda del propio Toni que entra directamente en el aro. Los tres
co
oa: puntos, lógicamente, no suben al marcador. Pero definen gráficamente a este
(/)
o grupo. Son superiores hasta sin querer. 92-75, 20 de Petrovic, 16 de Paspalj, 14
,z
w de Kukoc, 13 de Zdovc, 11 de Savic.
::J
(./)
La medalla de oro tiene dueño. A un talento técnico enorme, la Reprezen-
tacija añade la facilidad de controlar el partido a su antojo, con una suficiencia
192
mental que asusta. La seguridad en sus propias fuerzas se traduce en una aplas-
tante superioridad. O quizás es al revés. Pero el mundo FIBA ve a este equipo
muy lejano. Está muchos escalones por encima. No se atisba rival en el horizon-
te, a menos que el nombre de ese adversario empiece por dream y acabe por
team. Y sin números detrás, a ser posible.
Con los jugadores abrazándose en el Luna Park de Buenos Aires, un afi-
cionado salta a la pista blandiendo una bandera croata. Las imágenes de televi-
sión muestran como Vlade Divac se la arrebata de sus manos y le hace salir de la
cancha, gesticulando de manera expresiva.
El Gobierno croata decide volver a hacer oficial los símbolos del periodo del Esta-
do Croata Independiente. el himno nacional y la Sahovnica (escudo cuadriculado
rojiblanco). que pasa a ser la nueva bandera de Croacia. La Sahovnica. además de
ser un emblema croata tradicional. era la bandera del régimen fascista de la
Segunda Guerra Mundial. etapa durante la cual el Estado Croata Independiente
había exterminado a cientos de miles de serbios.
En julio. Croacia decide expulsar a los serbios de su Policía y sistema judi-
cial. Los medios de comunicación van radicalizando sus contenidos. La televisión
de Belgrado y la agencia Tanjug emiten imágenes recordando el genocidio de
serbios por el régimen ustachi cuarenta años atrás.
Otra medalla de oro es el botín de esta selección. Igual que el año anterior
en el Europeo de Zagreb. Pero el juego de la Reprezentacija no es un émulo del
de su predecesora en aquel campeonato, sino que se observa un cambio eviden-
te, transformación producida por una suma de factores que se influyen los unos
a los otros.
La baja por lesión de Dino Radja deja un hueco en el quinteto titular y
un dilema (de fácil solución, por otra parte) a Dusan Ivkovic. Por un lado, tiene
la opción de ocupar esa posición con Zoran Savic, ala-pívot por ala-pívot. Savic
viene de realizar una gran campaña en la Jugoplastika de Split campeona de LLI
Europa, lo que le había abierto las puertas de la selección absoluta, y goza de
u
::J
_J
w
ciertas similitudes genéricas con el croata en cuanto a la tipología de sus accio- a:
nes, preferentemente de espaldas a la canasta. La segunda alternativa es desplazar ::J
o
a Paspalj a esa ubicación. Aunque en ese punto de su carrera el montenegrino es o
_J
un alero puro, su altura y capacidad atlética le dotan de calidad suficiente para o
o
jugar de "cuatro". Es un hombre que puede desequilibrar a los interiores rivales ot-
con su tiro exterior y su velocidad en las penetraciones, en un baloncesto que oa:
por aquel entonces aún se caracterizaba por la presencia de dos jugadores altos o
(./)
w
en las cercanías del aro. Indudablemente, Zarko abría el campo y originaba o
z
muchos espacios para sus compañeros. Pero ese no era el motivo principal por el
que elegir la opción Paspalj. >
Si Paspalj pasaba a ocupar el puesto del ausente Radja, indirectamente
193
también posibilitaba la inclusión en el cinco inicial de Toni Kukoc, quien en el
Europeo de Zagreb había visto peligrar sus minutos por la adjudicación de
Zdovc de la posición de escolta y la pujanza de un Danilovic que le acabó supe-
rando en la rotación. La pantera rosa llevaba años tiranizando la liga yugoslava y
la Copa de Europa con su Jugoplastika, pero en la selección absoluta no había
adquirido aún galones de líder, como todo el mundo esperaba tras su exitosísi-
mo paso por la selección júnior que dirigía Svetislav Pesic. En Atenas'87, con
Kresimir Cosic de entrenador, había sido tapado por un Paspalj dos años mayor,
sin disfrutar apenas de minutos relevantes (93 en 8 partidos no dan como para
 asentarse). En Seúl'88 continuaba ejerciendo de refresco de Zarko, si bien ya se
había consolidado en la rotación de ocho hombres básicos de Dusan Ivkovic.
Pero en Zagreb'89 dos jugadores que habían debutado después que él en la selec-
ción le habían adelantado por la derecha, y compañeros del Mundial de Bor-
mio, como Radja y Divac, ya lucían roles estelares en el equipo yugoslavo.
En 1990 lo inevitable se hace realidad. Es inviable la negación de esa
importancia al ¿base, alero, pívot? zurdo, y más tras liderar (y de la manera en
que lo hace) al conjunto de Split a dos entorchados europeos. Kukoc conquista
el protagonismo que su talento merece. Era una cuestión de pura lógica, y muy
posiblemente lvkovic le hubiese otorgado mucha preponderancia en sus esque-
mas igualmente. Pero la lesión de Radja le ofrecerá al técnico esa posibilidad en
bandeja de plata.
Dejémoslo en que era un mini-mini-dilema.
El Ejército empieza a tomar decisiones por su cuenta. convirtiéndose en un orga-
nismo de poder que actúa autónoma mente y sin consultar a las autoridades fede-
o rales. Su fracción en función de las opciones políticas es cada día más evidente.
> Puede que el fenómeno sea motivado por las directrices del banquillo, o quizás
:)
(./')
o
(!)
:::> La conjunción de la ausencia de Radja, el desplazamiento de Paspalj a la
>- posición de ala-pívot y el ascenso de Kukoc, unido a la transformación NBA del
º
I-
r./')
lJ.J
juego de Petrovic, acabarán formando un cóctel que modificará el estilo desarro-
u llado por la selección yugoslava'90. Una metamorfosis tan radical como la de
z w
o esos programas de TV donde los concursantes intentan conseguir un cambio de
_J
<(
a:i imagen (a mejor, se supone). Pero si en dichos "espectáculos televisivos" los par-
_J
lJ.J
ticipantes quieren mudar de patito feo a cisne, en la Reprezentacija se trata de
CJ)
o bio. por parte de las autoridades de Croacia. En respuesta. los serbios levantan
o pasar de Scarlett Johansson a Beyonce Knowles. Diferentes estilos, pero siempre
<(
a:i caracterizados por una belleza embriagadora.
oa:
Drazen Petrovic ha visto limitado en la NBA el papel de combo-guard que
(./')
o desempeñaba en Europa. Para los profesionales, él no es un base-escolta que se
,z
lJ.J
crea sus canastas por sí mismo con el dribbling. En Estados Unidos canalizarán
:J
(./')
su juego hacia su enorme capacidad para el lanzamiento, siendo un escolta puro
que tira tras salir de un bloqueo indirecto. Si bien en la selección continúa gene-
194
rando situaciones desde el bote, Ivkovic decide intercambiar los roles de Zdovc y
Perro respecto a Zagreb'89. El esloveno será el base puro del equipo y Drazen el
escolta tirador.
Simultáneamente, la baja de Radja priva al equipo de un excelente rebo-
teador defensivo que además es uno de los hombres altos más veloces del conti-
nente. En ese sentido, los contraataques yugoslavos siempre habían tenido en
Radja a dos baluartes en uno. Por un lado, su dominio del rebote originaba mul-
titud de transiciones. Por otro, el hecho de aventajar constantemente en carrera
a sus oponentes generaba pases muy sencillos a los compañeros que subían el
balón. Su ausencia es suplida por dos hombres, los citados Paspalj y Savic. El
primero es otro jugador eléctrico en carrera, pero que al ocupar esta vez una
posición interior ha de focalizar su atención en asegurar el rebote. Aunque como
alero es un gran reboteador, ejercer de ala-pívot le supone dedicar muchas ener-
gías a esta faceta. Su labor principal en Argentina ya no es emparejarse con el
mejor exterior rival y salir al contraataque, sino defender a hombres más altos y
fuertes que él y ayudar a Divac en los rechaces defensivos. Savic, por su parte,
tiene sus propias virtudes (como demostrará en este campeonato) y, pese a las
semejanzas globales, es un jugador de menor calidad ofensiva que Radja, care-
ciendo también de la capacidad reboteadora y la velocidad de Dino.
Cabe señalar que, asimismo, la versión que ofrece Divac durante el torneo
es la de un jugador algo apático que renuncia a correr las transiciones, tradicio-
nalmente una de sus armas predilectas. No realiza el pívot una gran competi-
ción, superado en sus duelos directos con Fassoulas, Piculín Ortiz, Mourning o
Belostenny, aunque su condición de jugador NBA le acabe otorgando un puesto
en el quinteto ideal del campeonato. En todo caso, es un Divac menos activo y
que frecuentemente cruza la pista andando muy lentamente por detrás del base,
cuando un año antes era siempre una opción de pase para el portador del balón.
influyó más una cierta desidia, si bien lo más lógico es abogar por una mezcla de
ambos factores.
_jJ
u
:J
_J
w
En agosto se produce un levantamiento armado en la localidad de Benkovac. en a:
la región croata de la Krajina (poblada mayoritariamente por serbios). debido al ::>
o
ataque de la recién creada Policía especial croata a la estación de Policía local de o
_J
Benkovac. El suceso finaliza con la destitución de un policía local. de origen ser- e
o
o
1-
barricadas en las carreteras y se arman con el arsenal de la Policía local. Dos días o
a:
después. el 1 9 de agosto. los serbios de Krajina votan en un referéndum a favor
o
(/)
'_jj
de su autonomía dentro de Croacia. opción que acapara el 90% de los votos. Den- o
z
tro de esta misma región. la ciudad de Kijevo. de mayoría croata. se declara inde-
pendiente de la Krajina. >
195
Ante esta situación novedosa respecto al pasado reciente, Dusan Ivkovic
decide, de manera inteligente (y como ya avisara en la segunda parte de la final
de los Goodwill Games, debido a la ausencia de Divac, las faltas de Radja y la
lesión de Paspalj) que lo que en Zagreb era un dominio desde el movimiento, en
Argentina mute a un panorama en que el ataque estático es el arma que domina-
rd los partidos y moverd a los rivales, hasta situarlos bien lejos en el marcador.
jure Zdovc se destaca a lo largo de la cita mundialista como uno de los
bases más relevantes de la competición, junto al estadounidense Kenny Ander-
 son. Soberbio en la dirección de partidos, como siempre, y pletórico en labores
defensivas (hasta el punto de frenar a todos los exteriores estrella con los que se
empareja), su figura se engrandece en los duelos más comprometidos. También
Paspalj y Savic rayan a gran altura, especialmente un Zarko Paspalj que se con-
vierte, más que nunca, en uno de los principales sustentos de la selección. Un
apoyo fundamental para los dos pilares sobre los que se asienta el juego de este
grupo: Drazen Petrovic y Toni Kukoc.
Por primera y última vez desde que alcanzó el estrellato, Petrovic no es un
elemento insustituible, en la pura definición del término, en el juego de la Repre-
zentacija. Siempre había sido el máximo anotador, pero no sólo eso: era el abso-
luto (y único) centro neurálgico del equipo. En Atenas'87 anota 182 puntos,
siendo el segundo máximo realizador Paspalj con 85. Menos de la mitad. Tam-
bién lanza, y el dato no es menos importante, más del doble de tiros que el
siguiente compañero. Una preeminencia que en líneas generales se repite en
Seúl y Zagreb. En este Mundobasket, el genio de Sibenik continúa siendo el que
más puntos encesta. Es el mejor cañonero de todos los jugadores yugoslavos, de
eso no cabe duda. Pero su capacidad anotadora será un arma más. Mortífera,
desequilibrante, pero no absolutamente indispensable. En el partido ante la
o estático en absoluto sinónimo de racanería ofensiva, pues los yugoslavos realizan
>
<(
URSS de primera fase, Yugoslavia se impone con tan sólo 8 puntos de Drazen.
_J
(/) Ambas situaciones son totalmente nuevas: la baja aportación del escolta y un
o triunfo del equipo en esa tesitura. Desde el año 1984, la selección nunca había
c.:J
::)
>- salido victoriosa ante uno de los cinco primeros clasificados del campeonato si
º
1-
(/)
LJ.J
Drazen bajaba de los 17 puntos. Algo ya de por sí extrañísimo, pues a su enorme
u arsenal ofensivo hay que añadir la voluntad del equipo por buscarle continua-
z LJ.J
o mente. Le necesitaban. Era condición ineludible para intentar ganar un encuen-
_J
<(
co tro. De esta manera, resulta muy difícil que el escolta anotara poco, pero las
_J
LJ.J pocas veces que eso pasaba, se traducía en derrota.
ciJ
o En Argentina ya no es así. Drazen ha asumido con naturalidad la enorme
o oo:::
<(
c:o
calidad de los compañeros que le rodean, y ejerce de bastión ofensivo; pero no
oo::: muestra reparos en ver su protagonismo diluido, en especial por Toni Kukoc.
(j)
o Con una rotación que se basa en Zdovc-Petrovic-Kukoc-Paspalj-Divac, y con
•Z
LJ.J Perasovic y Savic de principales reservas, Yugoslavia desarrolla un juego lento
::)
(j) con dos referentes fundamentales: Petrovic y Kukoc. Petrovic es el jugador que
más lanza, sí, pero ni el desequilibrio es tan grande como en anteriores torneos
196
( 102 tiros, por 87 de Kukoc o 82 de Paspalj) ni acapara tanto el balón.
El Partido Serbio de Bosnia-Herzegovina ocupa el transmisor de TV Sarajevo en
Sanja Luka y cambia la señal por la de TV Belgrado.
Y Yugoslavia se puede permitir esta disminución del protagonismo de
Drazen gracias a la presencia de Kukoc. La pantera rosa realiza un campeonato
fantástico, generando continuamente situaciones ofensivas para sus compañeros
,
y controlando el tempo del partido a su antojo. Está en todos los rincones de la
pista. Como en la Jugoplastika. Es imposible describir con palabras la sensación
que produce Kuki, sea con la camiseta que sea, en estos inicios de década. Las
palabras, los adjetivos, no le hacen justicia. Hay que ver los partidos. Su juego es
sugestión pura, produciendo un efecto hipnótico para el rival y el espectador,
quienes creen verlo en cada centímetro de la cancha, haciendo absolutamente de
todo, adormeciendo o acelerando los encuentros según desee en ese momento;
tanto estos como los rivales parecen marionetas cuyos hilos invisibles van a parar
a las manos del maestro titiritero. Y todo ello con una clase y elegancia innatas,
lo que le otorga un halo de naturalidad que hace pensar que por sus venas, en su
código genético, fluye la esencia de los secretos arcanos de la ciencia, o quizás
magia, del baloncesto. Finalmente, su consagración con la selección absoluta es
total, y es nombrado MVP de la competición.
Resulta asombrosa la capacidad de esta selección. Poseían tanto talento
que les permitía arrollar en un torneo mediante transiciones fulgurantes y un
ritmo de juego altísimo, y al siguiente volver a arrasar con un estilo en el que
predomina el ataque estático y las situaciones de cinco contra cinco. Un ataque
anotaciones muy altas, ofreciendo auténticos recitales de fundamentos, basán-
dose en un acertadísimo tiro exterior y una lectura de las situaciones que les per-
mite castigar con suma suficiencia cualquier error que cometa la defensa. w
u
::)
_J
w
o::
En septiembre, Croacia y Eslovenia se oponen a la redistribución de impuestos en ::)
o
el conjunto de la Federación y reclaman la creación de una confederación de o
_J
Estados soberanos. Serbia adopta nuevas medidas proteccionistas contra los o
o
productos croatas y eslovenos. ol-
o
(/)
LJ.J
Puede ser este combinado yugoslavo el equipo que mejor se haya desen- o
z
vuelto en ataque posicional en la historia del baloncesto FIBA. Un juego libre,
basado en los dos contra dos y en la multidirección ofensiva de Zdovc, Petrovic >
y Kukoc, quienes se turnan la responsabilidad de iniciar las situaciones en estáti-
197
co. Los espacios generados por un Paspalj que desarrolla los unos contra unos de
cara a canasta -en una época en que los interiores predominantes carecen de la
suficiente velocidad en el desplazamiento lateral para defender al otrora alero-, y
las posibilidades que ello abre a un enorme pasador como es Divac se traduce en
un espectáculo esplendoroso, un canto a la belleza y la armonía protagonizado
por los mismos hombres que un año antes habían realizado una oda a la veloci-
1
dad y el vértigo. Jamás un combinado FIBA ha reunido a dos jugadores como
Petrovic y Kukoc en el nivel que ambos exhibían en este año 90. Son los dos
1
mejores exteriores de Europa. Y por primera vez, ambos se desenvolverán en un
j
 mismo plano, compartiendo ecosistema. Lejos de estorbarse, se complementa-
rán de tal manera que resulta literalmente imposible detenerlos. La naturaleza
intrínseca de ambos, siendo Petrovic un jugador de inclinaciones devastadora-
Aleksander Djordjevic Partizan de Belgrado 1967
mente anotadoras y Kukoc un joven con la asociación como medio de expre-
sión, resultará un caudal de posibilidades infinitas. La presencia del otro signifi- Predrag Danilovic Partizan de Belgrado 1 1970
ca que la defensa no puede centrarse en detener a uno de ellos. Eso sería un Dino Radja Jugoplastika de Split 1 1967
suicidio. Y esta es demasiada ventaja para dos talentos de ese calibre.
Y eso que había faltado Radja, cuyos movimientos de espaldas al aro en el Arijan Komazec Za dar 1970
poste bajo, fijando a sus marcadores, incrementaban más si cabe el completísi- Toni Kukoc Jugoplastika de Split 1968
mo arsenal yugoslavo.
Velimir Perasovic Jugoplastika de Split 1961
Otra medalla. Ya iban dos. Sin ningún rival a la altura, ni visos de que
apareciese a medio plazo. Corrían el riesgo de aburrirse ... Vlade Divac Los Angeles Lakers 1 1968

Zoran Sretenovic Jugoplastika de Split 1 1965

Poco después de que Milosevic. líder del Partido Socialista de Serbia. ocupe el Zoran Jovanovic Estrella Roja de Belgrado 1965
cargo de presidente de esa república. el Parlamento serbio aprueba una ley que
Zoran Savic Jugoplastika de Split 1 1966
refuerza el control sobre Kosovo. Milosevic decide disolver el Gobierno y el Parla-
mento autónomo kosovar ante las demandas de los diputados albaneses. que Zarko Paspalj San Antonio Spurs 1 1966
o han proclamado una constitución. La autonomía de Kosovo y la Vojvodina es abo-
> Jurij Zvdoc Olimpia de Liubliana 1 1966
:) lida.
(j)
o(.!J En diciembre, los partidarios de que Eslovenia se separe de la Federación ENTRENADOR: Dusan lvkovic.
::l
>- consiguen el 90% de los votos en un referéndum sobre la autodeterminación
º
1-
(j)
LU
celebrado en esa república. LLl
u
u Simultáneamente. Croacia adopta una constitución que recoge el derecho Varias cosas llaman la atención al repasar la lista definitiva de lvkovic. Por ~

z LLl
o....J a la secesión. un lado, la ausencia de Drazen, al que esa misma temporada han traspasado de ce
LLl
<! -,
a::l los Portland Trail Blazers a los New Jersey Nets, con lo que la posibilidad real de o
....J
LU jugar minutos se le abre de par en par. Oficialmente, su exclusión del Eurobas- o
_J
c.iJ ket'91 es motivada por su deseo de incorporarse más tarde a la concentración, o
o EUROBASKET DE ROMA ( 1991) o
o algo que lvkovic no estaba dispuesto a aceptar. Drazen pretendía tener un perio- o~
<!
a::l
o do de descanso más largo, para después enlazar el torneo con la concienzuda o
o: 1991. La Jugoplastika gana la final de la Copa de Europa de clubes al FC Barce- a:
(j)
preparación de la siguiente temporada, auténtica prueba de fuego que resolvería o
o lona. La Jugoplastika consigue el triunfo en la final de la liga yugoslava. Vl
LLl
•Z las dudas sobre su futuro en la NBA. Es una decisión totalmente lógica, visto
LU No, las frases anteriores no son una errata de imprenta, repitiendo de o
::l z
(j)
nuevo algo ya escrito en alguna página anterior. Lo que permanece inalterable es que llevaba compitiendo ininterrumpidamente con la selección todos los vera-
la tiranía del kosarka, tanto a nivel de clubes como de selecciones. No hay nadie nos desde el año 1983; como también normal es la negativa de lvkovic, puesto >
198 que la evidente superioridad del conjunto balcánico hacía que su participación
que les pueda hacer frente, y la historia se repite por tercera vez consecutiva. El 199
dominio del club de Split (Pop 84 para la ocasión) es de nuevo incontestable, a no fuera necesaria para lograr armar un equipo que fuese candidato al oro, y no
pesar de la baja de Radja, que se ha ido a jugar al pallacanestro con JI Missagero quería crear un precedente con el escolta. Extraoficialmente, se rumoreaba que
de Roma. el incidente entre Divac y un aficionado croata al acabar la final del Mundobas-
Roma. Esta es la siguiente parada de la gira mundial de una selección que ket de Argentina habían influido en la decisión de Petrovic.
ya empieza a parecer leyenda viva. Dicen que todos los caminos llevan a Roma. Sea como fuere, es remarcable el hecho de que, por primera vez, el grueso
Como no puede ser de otra manera, la Reprezentacija realizará un alto en su del equipo sea ya el formado por jugadores nacidos entre los años 1966 y 1970.
mítico periplo en la bellísima ciudad italiana. Sí, esos. Por fin. En anteriores campeonatos ya se habían ganado su espacio entre
Sí. El camino de la selección yugoslava (como todos) acaba en Roma. los puestos decisivos de la Reprezentacija, pero Ivkovic había optado por com-
plementarlos con jugadores de mayor madurez que estarían preparados en el
 1
banquillo para aportar su experiencia. En Roma'91, prácticamente todas las pla-
zas, tanto de la rotación básica como del fondo de armario, están copadas por
exponentes de la nueva ola. El miembro más veterano del grupo, con sólo 27
años, es un Zoran Sretenovic que había sustituido a Zeljko Obradovic a última
hora. La anécdota, no por conocida deja de ser curiosa: Obradovic estaba con-
centrado con la selección yugoslava, con un puesto asegurado para la disputa del
Eurobasket. Dragan Kicanovic le propone ser el entrenador del Partizan de Bel-
grado, club del que Zeljko ha sido jugador en esa temporada 90-91, pero la con-
dición es que ha incorporarse al cargo en veinticuatro horas. El base se acuesta
como compañero de equipo de Djordjevic o Danilovic, y se levanta como su
nuevo entrenador.
Los otros internacionales que han nacido antes del año 1966 son Peraso-
vic y Jovanovic. No mucho antes: 1965. Yugoslavia ha ganado dos medallas de
oro consecutivas y, sorprendentemente (sobre todo si no se es consciente de lo
que estos chicos tardosesenteros han conseguido en categorías inferiores) conti-
núa rejuveneciendo el equipo. La media de edad del combinado de lvkovic es
inferior a la del Mundial de Argentina, y eso que todos los que repiten en ambos
torneos tienen (perogrullada) un año más. Son un equipo tremendamente joven,
o
>
<(
a mucha distancia del resto de participantes en el Campeonato de Europa de
_J
(f) selecciones.
o(.!J
::i
>-
º
1-
(f)
lJ.J
En enero de 1991. se celebra la primera reunión de la Presidencia colectiva
u ampliada, que incluye a los nuevos presidentes democráticamente elegidos en
z mejor nivel. Una semana antes de la reedición de la final entre los de Belgrado y
o
_J
cada república.
<(
o::i
_J
lJ.J
(f)
o Dentro del grupo de novedades, de-staca el regreso al combinado nacional
o
<(
de Aleksandar Djordjevic. Su trayectoria en la selección absoluta es ciertamen-
o::i
oo: te ... peculiar. Tanto, que merece un breve paréntesis antes de profundizar en el
(f)
torneo que significará el tercer oro consecutivo para los yugoslavos.
o
,z
lJ.J Sasha debuta con la zamarra plavi en categoría sénior en el Torneo de
U)
Navidad del Real Madrid del año 1985, junto con Radja, Divac y Kukoc; ade-
más de Paspalj, quien finalmente no puede acudir debido a la muerte de su
200
abuelo. En ese momento, al base del Partizan y al resto de sus compañeros de
generación aún les quedan siete meses para proclamarse campeones de Europa y
un año y medio para refrendar la coletilla de mejor equipo júnior de la historia
en Bormio. Tan sólo Vlade Divac logrará entrar en la lista de Kresimir Cosic
para el Mundial, pero al estar en la órbita de la selección absoluta con 18 años
habla bien a las claras de las expectativas que generaba Sasha a su alrededor.
A finales de 1986 ya forma parte del combinado dirigido por Cosic. Los
hombres anteriores, más un jovencísimo Arijan Komazec, que cuenta por aquel
entonces tan sólo con 16 años, son añadidos a los más veteranos Petrovic, Cutu-
j
ra, Radovic, Cvjeticanin o Vrankovic en la tradicional gira de preparación que
realizaban los balcánicos por los Estados Unidos. Esta gira se realiza en noviem-
bre del año 1986, lo que supone detener durante casi un mes la competición
liguera, como era costumbre cada temporada: La Prva Liga se paralizaba para que
la Reprezentacija fuese a EE.UU. a jugar partidos amistosos, con el objetivo de ver
en acción a los jóvenes talentos que apuntaban maneras. En aquella ocasión se
enfrentaron a varias universidades de Division 1 de la NCAA, como la de Ohio
State (con Dennis Hopson), la Universidad de Kentucky o la de Tennessee. El
verano siguiente, en el Eurobasket de Atenas, se hace un hueco en el roster final y,
a pesar de no disponer de demasiados minutos, al igual que sus compañeros de
promoción (excepto Divac), resulta decisivo en el partido por la medalla de bron-
ce contra España, siendo el artífice de la remontada de su equipo.
Y nunca más se supo. Cuenta la leyenda (y el propio Sasha) que en un par-
tido de la liga yugoslava de la temporada 87-88 entre el Partizan de Belgrado y la
Cibona de Zagreb, Djordjevic tuvo cierta tensión con Drazen Petrovic. Al térmi-
no del encuentro, ambos jugadores se fueron a saludar y Drazen le espetó un "tú
no vas a volver más a la selección". Sea o no cierto que este problema influyó en la
decisión de Dusan lvkovic, la realidad es que, como dice Sasha, "yo ya no volví a
jugar con la selección ni en Seúl, ni en el Europeo del 89, ni en el Mundial de
Argentina". En ese periodo, Djordjevic se asienta como el base titular del Parti-
zan, promediando más de 20 puntos en la final de liga perdida en 1988 contra la
Jugoplastika, así como también en la final de la Copa Korac ganada en 1989. En ..LI
u
::i
esta última campaña, la ausencia de Obradovic -que ingresa en prisión a causa de
un accidente de tráfico- le deja al mando de su equipo en solitario, alcanzando su
_J
LU
a:
LU
::i
o
los de Split, lvkovic declara a la prensa local que "Djordjevic es el mejor playma- o
_J
ker de Yugoslavia". El base es el más destacado de los suyos ante la Jugoplastika, o
o
pero cuando al día siguiente se hace pública la larga lista de preseleccionados no o
l-
está incluido en ella. En 1990, su ausencia se antoja más lógica, ya que estuvo oa:
o
mucho tiempo inactivo producto de su cumplimiento del servicio militar. (f)
LU
Si bien se puede alegar que el cambio de seleccionador podría ser la causa o
z
de su pérdida de estatus, casualmente vuelve a entrar en los planes del técnico
cuando Drazen no está. Djordjevic es un jugador muy conocido para el aficio- >
nado yugoslavo, pero a escala europea será jure Zdovc el base joven reconocible
201
por el aficionado medio, consecuencia de su presencia en la selección nacional.
Un semianonimato del que saldría cuando, tras cuatro largos años de espera, su
camino le lleva a ... Roma.
El Eurobasket del año 1991 es un torneo de auténticos extremos. De un
lado, está la selección yugoslava que está asombrando al mundo. Del otro, el
resto de países. En un campeonato de nivel pobrísimo, principalmente por la no
participación de la URSS, quizás el único combinado que puede hacer sufrir
mínimamente a una Yugoslavia de ensueño, siete selecciones están dispuestas a
frustrar el camino hacia el oro de la ...
 No. No es necesario exagerar para engrandecer los logros de un equipo
jación final (lógica, evidente, humana) deja el marcador en un honroso 76-67,
legendario. Nadie se opone, ni aunque sea de manera mínima y simbólica.
mínima ventaja desde los instantes iniciales del enfrentamiento. Kukoc y Radja
España, Holanda, Bulgaria, Italia, Francia, Grecia y Checoslovaquia son
acaban con 17 y 16 puntos, después de otro día en la oficina.
los equipos que intentarán lograr la medalla de plata. Con una Grecia visible-
El siguiente encuentro, contra Polonia, acaba con el resultado final de
mente envejecida, las únicas selecciones que tienen un nivel de calidad aceptable
103-61. Esta vez les toca a Paspalj (21) y Komazec (14) ser los acompañantes de
son España (que viene de creer tocar fondo en el Mundobasket'90 y que lo toca-
Toni y Dino (19 y 14).
rá realmente en los Juegos de Barcelona'92) e Italia (más de lo mismo en Argen-
En la última jornada de la primera fase es Bulgaria el sparring. 89-68, con
tina y no clasificada para los Juegos del año siguiente). Francia presenta un
20 de Divac y 10 de Paspalj. Kukoc y Radja encestan 16 puntos por cabeza.
grupo que lleva años sin hacer nada reseñable a nivel internacional, y Rigaudeau
Llegan las semifinales. Los partidos en los que fallar equivale a fracasar. Y
es demasiado joven para asumir los galones de líder. El resto son conjuntos de
con ellas, el principio del fin del sueño de este grupo de jugadores. Y de millones
un potencial bajísimo. Para que haya épica ha de haber esfuerzo, reto, supera-
de amantes del baloncesto.
ción. Esas son las condiciones que generan dramatismo.
Esas ... o determinadas situaciones extradeportivas.

En marzo se producen los primeros enfrentamientos entre serbios y croatas en

Croacia. La hostilidad entre los activistas serbios de Croacia y la Policía croata se
En febrero, los Parlamentos de Croacia y Eslovenia piden la disolución de la Fede-
recrudece a inicios de mayo en Borovo Selo (Eslavonia) y en Podkonja (Krajina).
ración, tras suspender las leyes federales incompatibles con su constitución y
Como resultado de ello, mueren más de una decena de personas. en su gran
despojar de poderes delegados a la Federación Yugoslava. Estas decisiones acti-
o mayoría policías croatas.
>
<(
van la protesta de las minorías serbias en Croacia.
_J El representante croata de la Presidencia col~ctiva. Stipe Mesic. declara
{/) Serbia administra, en el seno de la Presidencia colectiva federal, los votos
o(..'.) que la población serbia de Croacia no está en contra de la República. argumen-
de las provincias de Kosovo y la Vojvodina, pocos meses después de haber retira-
:::)
>- tando para ello que el 40% de los policías croatas son serbios de las zonas croatas
do su estatuto de autonomía.
º
1-
{/) El Gobierno serbio, sin el conocimiento del Gobierno federal. utiliza al Ejér-
pobres de Lika y Krajina. Según Mesic, la matanza de policías croatas había sido LJ.J
u
:::)
UJ
u realizada por bandas armadas de chetniks llegadas de Serbia. Por su parte. Milan _J
cito para reprimir las protestas en su propio territorio. LJ.J
z Babic, el líder del territorio serbio autónomo de Croacia. declara que la Policía cro- a:
o
_J LJ.J
:::)
<( ata está repleta de ustachis. d
O'.l
_J
El Ejército federal, autorizado por la Presidencia colectiva. se despliega en o
UJ
Yugoslavia abre el campeonato contra España. El quinteto de salida en el _J

CJ:i Eslovenia y, especialmente, en Croacia para evitar los enfrentamientos serbio- o

o debut es Djordjevic-Zdovc-Kukoc-Radja-Divac. Un par de minutos son sufi- o
o croatas. o
i-
<(
O'.l
cientes para constatar que la velocidad ha vuelto. Transiciones vertiginosas y, en 0
oex: Del 9 al 14 de marzo, la oposición a Milosevic dirigida por Draskovic orga- a:
lo concerniente al ataque posicional, basta una jugada para hacerse una idea de o
{/) nrza grandes manifestaciones en Belgrado reclamando reformas políticas; en los {/)
o la superioridad plavi: en los primeros compases del partido, Toni Kukoc está LJ.J
•Z disturbios posteriores con el Ejército federal muere una mujer y decenas de per- o
UJ
:::)
fuera de la línea de tres. Le pasa la pelota a Divac, que ha subido algo más arriba z
{/) sonas resultan heridas o detenidas.
del poste alto. El pívot la recibe a una sola mano y, sin cogerla en ningún >
momento, le lanza una suerte de pase de béisbol (¡en estático!) al propio Kukoc,
202
que ha iniciado el corte en cuanto ha soltado el balón. El tuya-mía no dura ni 203
El día anterior a la semifinal que enfrentará a la Reprezentacija contra
un solo segundo, y el proyectil lanzado por Divac acaba en una canasta a aro
Francia, jure Zdovc recibe la notificación oficial de que el Gobierno de Eslove-
pasado de una naturalidad y suficiencia asombrosas. No hay nada que hacer. Es
nia le prohíbe disputar ese partido con la camiseta de Yugoslavia. A esas alturas,
como si los yugoslavos fuesen alumnos de último curso abusando en el patio de
la situación en el país balcánico ya es insostenible. Zdovc quiere jugar. El temor
los niños que ingresan en preescolar. No necesitan forzar, se saben tremenda-
por el bienestar de su familia en caso de no cumplir las órdenes gubernamentales
mente superiores en todas y cada una de las facetas de juego, desde el primer al
le hace desistir de su idea. Se pasa la noche en vela, llorando. Djordjevic le hace
último jugador.
compañía. Son amigos, más allá de rivalidades deportivas o políticas. Muchos de
A la media parte dominan por quince puntos y han dejado a España en
ellos llevan jugando juntos desde que eran críos, reuniéndose todos los veranos
tan sólo 22. Las diferencias superan los 25 tantos en la segunda mitad, y la rela-
desde hace tanto tiempo q~e les cuesta recordar cuándo fue la primera vez.

j
 A la mañana siguiente, jure abandona la concentración y se dirige a su
Eslovenia natal. No llegará a recoger la medalla que le corresponde por su parti-
cipación en este campeonato de Europa hasta catorce años después, en un
mundo de fronteras muy diferentes a las de 1991.
El equipo se encuentra, de cara al decisivo enfrentamiento con Francia,
en un lógico estado de shock. Un compañero ha abandonado la selección, son
conscientes de que al final llegó el final. El resultado al descanso deja abiertas las
esperanzas francesas, al ir tan sólo seis puntos por debajo en el marcador: 44-50,
con un Dacoury muy acertado. ¿Sería posible la hazaña?
La plana mayor de la constelación de estrellas yugoslava decide que no.
Kukoc, Divac y Radja suman su mayor anotación conjunta del campeonato,
con 22, 22 y 16 puntos respectivamente. Los líderes ejercen de tal, finiquitan el
encuentro y Yugoslavia se impone por 97 a 76.
Queda un partido. Uno solo. El último.
A mediados de mayo, el turno rotatorio de la Presidencia colectiva del Gobierno
o federal le corresponde al croata Stipe Mesic. tras la dimisión del serbio Jovic pro-
>
<( ducida por la persistencia en negar la proclamación del estado de emergencia en
....J
(/')
o Serbia. Mesic no puede asumir el cargo hasta el 30 de junio debido al boicot de
(.!)
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serbios y croatas nacionalistas.
>- Las dos instituciones federales básicas. que son el Gobierno (presidido por
ºw
1-
(/') Ante Markovic) y la Presidencia Federal (en el año 91. ostentada por el serbio
que juega ante su público, dispone de un buen conjunto. A los clásicos Roberto
Brunamonti, Antonello Riva, Walter Magnifico, Sandro Dell'Agnello o Roberto
Premier se ha añadido su nueva ola particular: Ferdinando Gentile, Ricardo Pit-
tis, Davide Pessina y Stefano Rusconi. Viejos conocidos de los júniors de oro, de
tiempos no tan remotos. Significativamente, los cuatro jóvenes azzurros coinci-
den exactamente en año de nacimiento y demarcación con Djordjevic, Kukoc,
Radja y Divac. Bormio no queda tan lejos de Roma. Y falta Vinzenzo Esposito,
alter ego italiano de Komazec y Danilovic, ausente por la lesión sufrida en la
final de la lega con su Phonola Caserta. Muchas cuentas pendientes en el
ambiente.
Los transalpinos intentan llevar el partido a la lucha de guerrillas. Es la
única posibilidad que tienen, tirar de su mayor veteranía e intentar descentrar a
los jovenzuelos yugoslavos. A los pocos minutos, Gentile le hace una falta muy
fuerte a Danilovic, se encara con él y, de postre, los colegiados señalan una falta
técnica al escolta balcánico. Pedro Barthe, en la retransmisión televisiva de la
final, clama contra el favoritismo y permisividad arbitral para con el anfitrión.
De verdad. El Palaeur ruge, los tifosi sueñan con derrotar a la gran favorita.
Kukoc decide que se acabó. En realidad, lo decide desde el minuto 1.
Realiza una demoledora demostración de versatilidad, con triples, asistencias,
canastas de espaldas al aro. Mates. A su lado, Radja anota continuamente en
contraataque, añadiendo a la obra de arte plavi una sensacional acción en la que
encara a Walter Magnifico, le supera por la línea de fondo y deja una suave ban- LU
deja con su mano izquierda. Todo el equipo tira con acierto, y si algún ataque
u
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u Jovic y, posteriormente. por el croata Mesic) pierden progresivamente autoridad no genera una situación clara de lanzamiento y la posesión avanza, se busca LU
a:
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o....J y poder. La presidencia es sustituida por la institucionalización. de facto y no cons- invariablemente a la pantera rosa. En medio campo y mano a mano, si es necesa-
LU
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ro
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titucional. de las reuniones de los presidentes de las seis repúblicas. rio. Él se encarga del resto. o
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Varios ayuntamientos de mayoría serbia situados en poblaciones de Krajina Italia aguanta el tipo hasta la media parte. 41 a 48. En los inicios de la o
o
o o Eslavonia (ambas regiones administradas por el Gobierno de Croacia) deciden en segunda mitad, la Reprezentacija rompe el partido en un festival de contraata- ol-
o
<(
ro referéndum escindirse de Croacia, alegando que la Presidencia Federal ya no existe. ques con Radja (23 puntos), Kukoc (20 ... y el absoluto dominio del tempo del oa:
oa: encuentro) y Perasovic (12, con tres triples) de estiletes ofensivos. Juegan con o
(/)
(/')
LU
o una facilidad deslumbrante, parecen flotar por el parqué mientras los italianos o
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UJ
El 29 de junio de 1991, Yugoslavia disputa ante Italia su último partido caminan apoyando toda la planta del pie de forma estruendosa. z
:::::>
(/')
en competición oficial. Los héroes de Bormio, de Zagreb'89, del Mundobasket Yugoslavia gana su tercer oro consecutivo. Y al igual que en los dos ante- >
de Argentina verán truncado su camino conjunto, y a partir de ese momento riores, sin paliativos.
204 205
serán rivales en los torneos de selecciones.
Ese último encuentro es el de más belleza de todo el campeonato. Ya en
directo, el espectador es capaz de ver lo que está ocurriendo sintiendo nostalgia.
En Croacia. en el referéndum celebrado el 1 9 de mayo, el 94% de los votantes
Cuando el balón entra en el aro, un contraataque se culmina, una asistencia es
aboga por la independencia.
regalada a un compañero, tan sólo un instante después ya es pasado. Y esa dife-
Simultáneamente, se prodigan los contactos entre los presidentes de Croa-
rencia de un segundo ya provoca añoranza, la tristeza de saber que es el fin de
cia (Tudjman) y de Serbia (Milosevic) para tratar el conflicto de los serbios en terri-
una época. Y a todos los niveles.
torio croata y el tema más conflictivo: la República de Bosnia-Herzegovina. con
Yugoslavia inicia la final con Sretenovic, Perasovic, Kukoc, Radja y Divac.
una muy entremezclada población serbia y croata.
Quinteto habitual, con una dolorosa excepción. Enfrente, la selección italiana,
¡
j
 <.'
Extraer conclusiones del baloncesto de la selección yugoslava en Roma ha
de tener en cuenta siempre la enorme superioridad del equipo, mucho mayor
que en campeonatos anteriores. La debilidad de los rivales provoca que la Kosar-
kaska r:eprezentacija nunca se vea necesitada de forzar la máquina. No van por
detrás en el marcador en todo el torneo. Sus últimos hombres del banquillo se-
rían las máximas estrellas del resto de selecciones.
Sí que se observa un denominador común respecto a Zagreb y Argentina.
En el Eurobasket celebrado en Yugoslavia, el juego giraba en torno a Drazen
Petrovic, la gran velocidad impuesta al ritmo de los partidos y la calidad de
todos los complementos del equipo. En Argentina, los encuentros se sentencia-
ban a través de la pareja Petrovic-Kukoc, un ataque posicional con infinidad de
matices y el talento del resto de los componentes de la plantilla.
En Roma, la velocidad (con la vuelta de Radja y el retorno de Paspalj a su
posición natural) es otra vez protagonista. No está Drazen, por lo que Kukoc
hereda el papel estelar de Petrovic en Zagreb. Salvo que lo desempeñará a su
manera. Toni es el generador de juego de la selección: cuando no se pueda correr
la transición, él decidirá cuándo y cómo ejecutar en estático. Y este es el torneo
donde los yugoslavos mejor combinan ambos estilos, ya que no parece impor-
o
> tarles imprimir un ritmo alto o un ritmo sosegado. Dominan todos los secretos
~ figuras balcánicas. Pero no es así: aunque durante este periodo todos llegaron a
(/) de ambas situaciones y optan por hacer gala de ello. Los contraataques incesan-
o
C!J tes de 1989 y el tempo pausado de 1990 dejan paso a la elección de aquello que
:::>
>- más convenga según el momento del partido. Nadie dudaba de que eran capaces
º
1-
(/)
UJ
de hacerlo, pues de un año a otro habían modificado su sello distintivo sin ape-
u nas cambiar nombres. Pero en 1991, esta conjunción de virtudes (tan anómala
z w
o
....J de hallar en un mismo equipo) cristaliza hasta alcanzar el dominio total de cual-
<(
co quier estilo, ritmo o tipo de encuentro. Son los mejores en todas las facetas y en
....J
UJ
todo momento. Tienen a los mejores bases, a los mejores aleros y a los mejores
v.)
o pívots de Europa. Y se encargarán de demostrarlo en Roma, con una media de
o
<(
edad, además, que garantiza la soberanía a nivel continental durante bastantes
co
oa: años más. No existía ningún rival en Europa, ni se avistaba en un futuro a medio
(f)
o plazo, con suficiente talento para hacerles frente.
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UJ
:::>
(/)
206 En junio. Croacia y Eslovenia proclaman la independencia y el Ejército federal
interviene en Eslovenia. La mediación de la CE permite la firma del acuerdo de
Brioni. por el que se aplazan por tres meses las declaraciones de independencia
de Croacia y Eslovenia. El Ejército federal se retira de Eslovenia. donde cesan las
hostilidades.
Mesic pasa a ocupar el cargo de presidente federal tras la retirada del veto
serbio.
Fuerzas irregulares serbias inician un ataque sistemático en diversas zonas
de Croacia.
Así pues, la Reprezentacija de 1991 es una selección formada completa-
mente por la nueva ola, siendo en su mayoría chicos jovencísimos. Los hombres
que en otros campeonatos estaban en el banquillo eran buenos jugadores en sus
clubes; pero en Roma todos son, a excepción de Jovanovic y Sretenovic, auténti-
cas superestrellas a nivel continental. Es una de las diferencias claras entre ellos y
sus predecesores, los Obradovic, Cvjeticanin, Cutura o Radovic. Los nuevos
estandartes del firmamento balcánico están en lo más alto de la jerarquía euro-
pea. Y será en este Eurobasket cuando por primera (y última) vez copen todos
los puestos de la selección, a diferencia de lo que sucedía en el pasado, en los que
eran complementados por veteranos menos talentosos pero que aportaban su
valiosa experiencia.
Esta circunstancia permite extraer conclusiones. La primera es que, por
impactante que parezca, nunca se llegó a ver a la mejor selección yugoslava posi-
ble. En 1989 y 1990 algunos de los miembros del equipo atesoraban menos cali-
dad que sus homólogos del año 1991. En Roma quizás estaban once de los doce
jugadores más destacados del país, pero faltaba el mejor de todos, Drazen Petrovic.
El máximo potencial de Yugoslavia se hubiese alcanzado con una estructura de
equipo similar a la de este último Eurobasket, pero con el genio de Sibenik comple-
tándola. El espectador cree haber visto juntas, a lo largo de los años, a todas las
jugar con todos, nunca coincidieron en el mismo campeonato simultáneamente.
No hay más que hacer la prueba y repasar las plantillas de los tres torneos. ._jJ
La segunda lectura plantea un interrogante. Y muy interesante. Posible-
u
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mente, en los años 1989 y 1990 (e incluso ya en 1988), los doce mejores juga- a:
dores de Yugoslavia eran menores de 24 años, excepto Petrovic. Cuando un :::>
d
entrenador construye un equipo, siempre intenta compensar la bisoñez con la o....J
experiencia. ¿Se puede configurar una selección absoluta en la que ningún o
o
miembro sobrepase esa edad? La respuesta obvia es no, pues nunca nadie ha or-
engendrado una selección de esas características. Pero esa es una respuesta rápi- o
a:
da, no reflexionada. Es posible que no existan ejemplos análogos en la historia o
(f)
w
mundial de este deporte; un baloncesto en el que once de los doce mejores juga- o
z
dores de un país apenas sobrepasen la veintena. La Federación Yugoslava no se
atrevió a dar el paso en ese momento, pero la misma Reprezentacija que compite >
en Roma (más Petrovic) quizás ya era, un par o tres años atrás, la mejor forma-
207
ción posible de Yugoslavia. Un fenómeno absolutamente sin precedentes, y que
no se ha vuelto a repetir jamás.
En agosto el Ejército federal lanza un ataque masivo en Eslavonia. En septiembre
se celebra en Macedonia un referéndum en el que el 94% de los votantes apoya
la independencia.
La Presidencia federal pasa a ser dominada por el "bloque serbio" y anun-
cia nuevas medidas de fuerza.
 No se puede cerrar una valoración de este periodo dorado sin detenerse
en la figura del técnico Dusan Ivkovic. Sin lugar a dudas, una de las claves del
sensacional rendimiento de un grupo de estrellas que trabaja unido, remando
todos en la misma dirección. Entrenador tremendamente respetado, tanto por
sus colegas como por los propios jugadores, introduce una disciplina capital
para la imagen mostrada por el equipo, sin llegar nunca a los niveles de tensión
generados por su predecesor, Kresimir Cosic.
Criticado en un principio por su tendencia al juego rápido y al contraata-
que sin fin, como si fuese fácil alcanzar la excelencia baloncestística que exhibe
la selección plavi en Zagreb, lvkovic demuestra su solvencia táctica y dirección
grupal al saber manejar al año siguiente una situación tan complicada como es
la temporada de novatos de Petrovic, Paspalj y Divac en la NBA. Acostumbra-
dos a gozar de mucha relevancia en sus equipos, los tres habían pasado un año
muy difícil en ese sentido. El hipotético peligro provocado por un intento de
acaparar el protagonismo negado en Estados Unidos, añadido al posible proble-
ma de celos ante el irresistible ascenso de Kukoc en el escalafón, es solventado
por el técnico serbio de manera muy positiva. Por si esto fuera poco, reorienta la
filosofía del equipo de manera radical tras la baja de Radja, y es capaz de des-
o
> arrollar un estilo prácticamente antagónico de un campeonato a otro, y todo a
::s
(/) un nivel de ejecución y plasticidad soberbio. Yugoslavia anota muchísimo, ya sea
o
(.'.) basando su baloncesto en la velocidad o en la calma.
::>
>- Es importantísimo el respeto que muestran los jugadores hacia su figura.
º
1-
(/)
LU
Selecciones con la mitad de la calidad de esta Yugoslavia dorada han caído vícti-
u mas de las desgracias del protagonismo, las luchas personales y el ansia de acapa-
z w
o
_J rar los focos de atención. Algunas Reprezentacijas anteriores, sin ir más lejos.
<(
ca lvkovic, en una tarea complejísima, consigue extraer la capacidad de sacrificio
_J
LU de unos hombres que en todo momento anteponen el espíritu colectivo sobre
u)
o intereses individuales. Su selección muestra un sobresaliente altruismo. Y eso lo
o l-
<(
ca consigue con un grupo interminable de estrellas.
oa: Este último es otro aspecto a profundizar. Cuando se realiza la afirma-
(/)
o ción "estrella yugoslava", los primeros nombres que vienen a la mente son,
•Z
LU indudablemente, los de Petrovic, Kukoc, Divac y Radja. Es normal, pues son
::>
(/)
superfiguras. Pero no conviene olvidar qué tipo de jugadores era el resto y su
dimensión real. La Reprezentacija reúne, posiblemente, a los dos o tres mejores
208
talentos del continente en cada posición, acompañados en dicha lista por tan
sólo los (en ese momento) soviéticos Sabonis, Marciulionis y Volkov. Paspalj es
un jugador codiciadísimo por todos los clubes punteros en el periodo que va
de 1989 a 1991, con promedios de 22 y 26 puntos en sus campañas en Belgra-
do. Komazec y Danilovic son los dos mejores jóvenes de Europa, los de más
proyección pero también los de más rendimiento: Arijan anota 30 puntos por
partido las dos temporadas en las que es seleccionado por Ivkovic, y Danilovic
(junto con Djordjevic) se constituye en el indudable artífice que lleva al Parti-
zan a ganar la Copa de Europa menos de un año después del Eurobasket de
Roma. jure Zdovc sucede a ambos la siguiente temporada con el Limoges,
Zoran Savic será el MVP oficioso de la Final Four del 91 con la Jugoplastika
(el oficial lo fue Kukoc) ... La lista de logros es agotadora por redundante. No
ha coexistido jamás una mayor constelación de astros bajo el firmamento
FIBA. Y consiguieron formar un equipo estelar, que no es exactamente lo
mismo. Ni de lejos.
Una selección que desarrolló el mejor baloncesto que haya practicado
equipo alguno del Viejo Continente. Un baloncesto solidario, colectivo, basado
en la asociación continua entre jugadores, hasta establecer una redes de conexio-
nes invisibles y cruzadas que dotaban de una colectividad armoniosa al conjun-
to. Y ese es un aspecto que no deja de conmover al observador que analiza esta
etapa. Mientras un país se derrumbaba, una comunidad se hacía pedazos y el
sistema político se desmoronaba, un grupo de jugadores que formaba una
microsociedad yugoslava florecía hasta convertirse en uno de los espectáculos
deportivos más hermosos que se haya podido vislumbrar en Europa. Resulta
una contradicción paradójica que este grupo construyera un imperio deportivo
mientras su propio Estado se hundía, siguiendo una trayectoria inversa a la de la
sociedad yugoslava. Ambos cénits (de construcción y creación, el baloncestísti-
co; de destrucción y descomposición, el político) fueron, irónicamente, fenóme-
nos simultáneos en el tiempo. Deporte y política se cruzaron a toda velocidad en
direcciones opuestas. Y lo más conmovedor de todo ello es que si había una
faceta en la que este equipo de baloncesto destacaba por encima de todas las w
demás, una sola, esa es la solidaridad. Un estilo en que todos trabajaban para
u
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_J
w
todos, un grupo armonizado que luchaba unido por el bien común. a:
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o
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En octubre. Croacia y Eslovenia declaran definitivamente su independencia. El o
o
Parlamento bosnio. con la ausencia de los representantes serbios. aprueba una o
resolución sobre la soberanía nacional. Los serbios realizan ataques en Eslavonia. oa:
el sur de Dalmacia y Branija ... o
(/)
w
En diciembre. Alemania decide. de manera unilateral. reconocer a Croacia o
z
y Eslovenia como estados independientes.
La guerra de los Balcanes ya ha comenzado. >
209
Hay muchas maneras de ganar. Otros equipos lo han logrado con diferen-
tes armas. Pero la selección de Yugoslavia de los años 1989, 1990 y 1991 eligió
el camino de la cooperación. Del sentimiento grupal. De la realización de un
juego coral.
Paradojas del destino. Y de la vida. Pero es inevitable recordar a aquel
grupo y estremecerse de emoción al hacerlo. Un grupo jovencísimo, al que le
quedaban aún muchos campeonatos por disputar juntos. Un grupo que hizo
historia en Zagreb, Buenos Aires y Roma.
 Roma.

Fin del camino.

Ave, César. La selección que va a morir te saluda.

Y los sueños de una generación, también.

PARTE DOS
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210
S AMIR AVDIC: alero bosnio del Bosna Sarajevo, Unicaja de Málaga y Tofas
Bursa, entre otros equipos. Miembro de la generación yugoslava que se pro-
clamó campeona del mundo júnior en Bormio. Tras su retirada, pasó a ser agen-
te de jugadores.
MANEL BoscH: alero internacional español cuya carrera se desarrolló en
el Grupo IFA Granollers, CAi Zaragoza, Unicaja, FC Barcelona o Caprabo Llei-
da. Coincidió con Aleksandar Djordjevic en las filas barcelonistas. A su retirada,
ocupó el cargo de secretario técnico del Caprabo Lleida.
DRAZEN DALIPAGIC: alero serbio del Partizan, selección yugoslava y diver-
sos equipos italianos. Uno de los mejores anotadores europeos de todos los tiem-
pos, alargó su carrera hasta inicios de los noventa.
PREDRAG DANILOVIC: escolta serbio del Partizan, Virtus de Bolonia,
Miami Heat y Dallas Mavericks. Internacional con la selección yugoslava. Poco
después de dejar las canchas, se convirtió en el presidente del Partizan de Bel-
grado.
ALEKSANDAR DJORDJEVIC: base serbio de la generación yugoslava cam-
peona del mundo en Bormio. Internacional por Yugoslavia, defendió las camise-
tas del Partizan, Philips Milano, Filodoro Bolonia, Pordand Trail Blazers, FC
Barcelona o Real Madrid. Tras retirarse, fue entrenador de la Armani Jeans Milano.
ROBERTO DUEÑAS: pívot internacional español. Desarrolló casi toda su
carrera en el FC Barcelona, con una breve estancia en el Akasvayu Girona y
Joventut. Compartió equipo con Aleksandar Djordjevic, Milan Gurovic, Dejan
Bodiroga o Gregor Fucka, además de ser entrenado por Svetislav Pesic.
MIGUEL ÁNGEL FORNIÉS: histórico fotógrafo español de baloncesto. Tra-
bajó en las revistas Nuevo Basket y Basket 16. Ejerció de corresponsal en Madrid
del diario Sport. Desde 1996, es el jefe de prensa del Joventut de Badalona.
213
]OSÉ LUIS GALILEA: base internacional del FC Barcelona al que Bozidar
Maljkovic subió al primer equipo. Compañero de Zoran Savic, Arijan Komazec,
Brane Prelevic o Aleksandar Djordjevic en su periplo profesional, que incluye a
la Virtus de Bolonia y al Real Madrid.
DUSKO IVANOVIC: alero montenegrino que defendió las camisetas del
Buducnost, Jugoplastika, Valvi Girona y Sisley Friburgo. En su trayectoria en los
banquillos ha dirigido al Limoges, TAU Vitoria o FC Barcelona.
ZELJKO ]ERKOV: pívot croata, miembro de la Jugoplastika de Split, Scavo-
lini de Pesaro y selección yugoslava en la década de los setenta y ochenta. Al reti-

j

rarse, pasó a formar parte de la directiva de la Jugoplastika, viviendo el periodo
dorado de dominio continental.
BOZIDAR MALJKOVIC: entrenador serbio con una amplísima trayectoria.
Asistente de Ranko Zeravica en el Estrella Roja de Belgrado, tiempo después fue
el máximo responsable de la Jugoplastika, FC Barcelona, Limoges, Panathinai-
kos, Unicaja, Real Madrid o TAU Vitoria.
]OSEP MARIA MARGALL: alero internacional español, auténtico mito del
Joventut de Badalona, donde compartió camiseta con Moka Slavnic. Compu-
tando categorías inferiores y sénior, el jugador español que más veces se enfrentó
a la selección de Yugoslavia.
FERRAN MARTÍNEZ: pívot internacional español, perteneciente a la misma
generación que los júniors de oro de Bormio. En su dilatada carrera en el FC
Barcelona, Joventut, Panathinaikos o Panionios fue dirigido por Zeljko Obra-
dovic, Bozidar Maljkovic y Slobodan Subotic. Compañero de Dino Radja en
Atenas.
ETTORE MESSINA: técnico de la Virtus de Bolonia, Benetton Treviso,
CSKA de Moscú y Real Madrid. Asistente de Kresimir Cosic en Bolonia. Selec-
cionador italiano en la década de los noventa. Ha dirigido a Predrag Danilovic,
o
> Zoran Savic, Zarko Paspalj, Radoslav Nesterovic, Marko Jarico Matjaz Smodis.
::5
(/) ]UANAN MORALES: pívot internacional español del Joventut, Real Madrid
o NACHO SOLOZÁBAL: histórico base del FC Barcelona y selección española.
<.'.J y PAOK de Salónica, entre otros. Perdió una final de la Liga Europea con un tri-
:::>
>- ple en el último segundo de Aleksandar Djordjevic. Posteriormente, sería entre-
ºw
1-
(/) nado por Zeljko Obradovic en el Joventut y el Real Madrid, además de tener de
u compañeros a Dejan Bodiroga, Predrag Stojakovic o jure Zdovc.
z NEVEN SPAHIJA: entrenador croata de la Cibona de Zagreb, Lietuvos
o MIQUEL Nous: técnico del Joventut de Badalona, fue el seleccionador
_J
<
co español juvenil desde 1981 a 1987. Como tal, asistió a la presentación en socie-
_J
w dad de los jóvenes Petrovic, Sabonis, Divac, Kukoc o Komazec.
u)
o ZELJKO ÜBRADOVIC: base serbio del Borac Cacak y Partizan de Belgrado.
o
<
co Internacional por Yugoslavia. Como entrenador, se sentó en el banquillo del
oa: Partizan, Joventut, Real Madrid y Panathinaikos. Fue seleccionador de la anti-
(/)
o gua Yugoslavia durante dos etapas distintas.
,z
w SRETEN PANTELIC: periodista y fotógrafo serbio que informa sobre el
:::>
(/)
baloncesto de su país desde la década de los setenta. Colaborador durante
muchos años de la revista Gigantes del Basket, ha publicado diversos artículos en
214
Don Balón.
LUKA PAVICEVIC: base montenegrino del Buducnost, Utah University,
Jugoplastika de Split o Radnicki. Miembro de la generación yugoslava que se
proclamó campeona del mundo júnior en Bormio. Tras su retirada, se convirtió
en entrenador, dirigiendo a equipos como el Panionios o el Alba de Berlín.
SVETISLAV PESIC: base serbio del Partizan y Bosna Sarajevo. Entrenó al
Bosna, Alba de Berlín, FC Barcelona, Dynamo de Moscú o Estrella Roja. Diri-
gió a la generación de Bormio en categorías inferiores. Posteriormente, sería
seleccionador de Alemania y de la Yugoslavia serbomontenegrina.
ALEKSANDAR PETROVIC: base croata de la Cibona de Zagreb y Scavolini
de Pesaro. Internacional por Yugoslavia desde categorías inferiores. En su paso
por los banquillos ha entrenado a la selección croata, Cibona de Zagreb, Caja
San Fernando y KK Cevedita, entre otros.
FRANCO PINOTTI: periodista italiano muchos años afincado en España.
Miembro fundador y director de la revista de baloncesto Nuevo Basket. Entrena-
dor superior, ha sido coordinador de la revista técnica Clinic.
DINO RADJA: ala-pívot croata de la Jugoplastika de Split, Il Messagero de
Roma, Boston Celtics, Panathinaikos, Zadar y Olympiakos. Miembro de la
generación yugoslava que se proclamó campeona del mundo júnior en Bormio.
Internacional absoluto por Yugoslavia y Croacia. Tras su retirada, se convirtió en
el presidente del KK Split.
SERGIO SCARIOLO: entrenador de la Scavolini de Pesaro, Filodoro Bolo-
nia, TAU Vitoria, Unicaja de Málaga, Real Madrid y Khimki de Moscú. Selec-
cionador español desde el año 2009. Ha tenido a sus órdenes a Aleksandar
Djordjevic, Dragan Tarlac, Zan Tabak o Miroslav Beric.
PETAR SKANSI: ex jugador de la Jugoplastika de Split, Scavolini de Pesaro
y selección yugoslava. Como entrenador ha dirigido a Jugoplastika, Scavolini,
Hitachi Venezia, Benetton Treviso o Filodoro Bolonia. Seleccionador yugoslavo
en 1979 y croata en los Juegos Olímpicos de Barcelona y Adama.
Promovido al primer equipo por Ranko Zeravica, años después Bozidar Maljko-
vic se convertiría en su entrenador. Cayó por tres veces consecutivas contra la
Jugoplastika de Split en la Final Four.
Rytas, Maccabi Tel Aviv, Tau Cerámica, Pamesa Valencia y Fenerbahce, entre
otros. Seleccionador de Croacia desde el año 2003 al 2005. Como jugador,
formó parte de las categorías inferiores del Sibenka de Sibenik.
VLADIMIR STANKOVIC: periodista serbio que cubrió los torneos de la selec-
. ción yugoslava desde la década de los setenta. Fundó y dirigió la revista de (/)
o
baloncesto yugoslava Kos. Colabora con el periódico serbio Nasa Borba y con o
w
medios españoles como El Mundo Deportivo o La Vanguardia. Fue jefe de prensa l-
o:
de la Euroliga, así como del Dynamo de Moscú. <
o...
ZAN TABAK: pívot croata de la Jugoplastika de Split, Recoaro Milano,
Toronto Raptors o Houston Rockets. Integrante de las categorías inferiores de la 215
selección yugoslava. Tras la escisión, fue internacional absoluto con la selección
de Croacia. Al dejar las canchas, inició su carrera de entrenador siendo asistente
de varios equipos.
RANKO ZERAVICA: entrenador serbio que colaboró con la Federación
Yugoslava desde la década de los cincuenta. Entrenador del Radnicki, Partizan,
Estrella Roja o CAi Zaragoza. Dirigió a la selección yugoslava en categorías infe-
riores y absoluta en diferentes etapas.
j
 anterior o posterior. entremezclándose de tal manera que forman un todo global e
integrado. Cada una de las piezas es insustituible. y sin embargo dependiente (en
ocasiones. de manera recíproca) de otras. Por lo tanto. no se puede intentar dibujar
una jerarquía de importancia: tan sólo valorar y conocer su función dentro de un sis-
tema que generó algunos de los más bellos momentos del baloncesto en el siglo xx.
Un proceso que cristalizó en el maravilloso grupo que concluyó su andadura en
Roma. pero que va mucho más allá de la formación de la decena de talentos de dicho
equipo. La selección del 89 al 91 es solamente la cara visible. brillantísima pero resu-
UGOSLAVIA. El reino de los eslavos del sur. 22 millones de habitantes. Refundada
Y como tal tras la Segunda Guerra Mundial. en 1 945. Como en muchas partes de
mida, de un fenómeno cuyo alcance fue formidable por cuantioso y diverso. El pro-
ducto final y representativo que materializó en varias medallas de oro multitud de fac-
Europa, reconstruyendo un territorio víctima de las atrocidades del conflicto bélico
tores. años de trabajo y esfuerzo. de planificación y desarrollo. de probaturas y
más sangriento de la historia. Belgrado había sido bombardeada, nuevas fronteras se
transmisión de conocimientos. Tratemos de explicar lo inexplicable ...
dibujaban en una tierra que nacía (de nuevo) como país con muchos déficits que
superar. Y de todo tipo. Económicos. de infraestructuras, sociales. políticos. No parece
el marco ideal para el desarrollo acelerado del deporte. Otros países iniciaban la carre-
ra hacia una normalidad funcional en una posición mucho más ventajosa. La guerra
no había producido secuelas por igual en las diferentes zonas del Viejo Continente.
En apenas cuatro décadas de existencia. la República Federal Socialista de
Yugoslavia alcanzó un nivel deportivo que sólo puede calificarse de excelso. Propio
de potencia mundial. En muchos y variados deportes, pero especialmente en los
colectivos. Dentro de estos. destacan sobremanera aquellos que se desarrollan con
una pelota de epicentro. Y. si hubo uno en el que Yugoslavia consiguió escalar hasta
lo más alto de la jerarquía mundial. ese fue el baloncesto. El kosarka.
El nacimiento de la nueva Jugoslavija se sitúa en la mitad de la década de los
cuarenta. Apenas dieciséis años después. en 1961. llega el primer podio fruto del tra-
bajo y eficacia de un sistema complejísimo. pero en el que todas las piezas del engra-
naje encajan de manera absolutamente complementaria. La medalla del Europeo de
Belgrado es la primera de las veinticinco que conseguirá la Reprezentacija. Resulta
extremadamente difícil encontrar una sola clave que explique el desarrollo del balon-
cesto balcánico. No existe una causa definitoria por sí misma; y es casi imposible dis- (/)

cernir y concretar la influencia específica de cada una de las hipotéticas razones que o
o
Ll.J
elevaron a un país relativamente pequeño hasta competir. e incluso superar. a las dos f-
ir.
grandes potencias históricas: Estados Unidos y la URSS. <(
o...
El alto nivel técnico de sus jugadores. una especial querencia por los juegos
216
de asociación. la mentalidad competitiva y ganadora de los baloncestistas. unos 217
entrenadores con una metodología de trabajo exigente y productiva. el desarrollo de
un cuerpo teórico e intelectualizado por parte de estos. un sistema integrado en el
que liga. federación y selección era una sola cosa. la ambición que generaba un régi-
men político en el que ganar dinero era cosa de unos pocos privilegiados. la enorme
popularidad del baloncesto entre los habitantes ... Muchos. y de muy diversa naturale-
za. son los argumentos que tradicionalmente se han transmitido para intentar expli-
car de manera sintética el fenómeno del kosarka. Y todas estas razones son correc-
tas. pero insuficientes por sí mismas. Cualquiera de ellas remite inmediatamente a la

L
 fue la conclusión de la Segunda Gran Guerra la fecha que marcó el desarrollo
del baloncesto en Yugoslavia y el decisivo encuentro de los posteriormente
conocidos con un sobrenombre revelador: Los Cuatro Mosqueteros del Ko-
sarka.
VI. El origen siempre está en la religión: Poco podían imaginar aquellos jóvenes lo que depararía el futuro. La
los cuatro santos de Belgrado primera edición de la liga nacional se disputó en 1945, con la participación
de seis equipos. Cuatro partidos tuvo dicha competición, resultando triunfa-
dor el Jugoslovenska Narodna Armija, el equipo del ejército yugoslavo. La
historia es curiosa: todos ellos fueron convocados por la selección de Serbia, ,,
pero momentos antes del inicio del torneo, Aza Nikolic, que era miembro del o:

primera mitad del siglo XX. Si todo en esta vida tiene su fin, eso KNOJ (el Cuerpo de Defensa Nacional de Yugoslavia, las unidades de fron- uJ

B ELGRADO,
significa que ha de tener un principio. Y, en su origen, el kosarka viene per-
sonificado en cuatro hombres, cuatro amantes del baloncesto y el deporte en
tera del ejército yugoslavo), fue reasignado al equipo del JNA (Ejército
Nacional Yugoslavo) por orden militar. La final del campeonato enfrentó a la
CL
uJ
o
V;
o,._
selección de Serbia y al JNA, y a pocos minutos del término del encuentro, z
general, que a lo largo de su trayectoria coincidieron en los más diversos lugares <t
Serbia llevaba ventaja en el marcador de un punto, 18 a 17. La entrada de (/)
y tareas: Borislav Stankovic, Radomir Saper, Nebojsa Popovic y Aleksandar o
Nikolic cambió el panorama sobre la pista, y con cuatro puntos consecutivos ce
Nikolic. Los Cuatro Santos del jugoslovenska kosarka. 1-
le dio la vuelta al resultado, erigiéndose en el gran héroe del primer título <t
El deporte de la canasta se había introducido en tierras balcánicas en ::i
u
estatal del JNA.
1922, cuando el estadounidense William Wieland, representante religioso de V;
o
La temporada siguiente, el campeón sería el Estrella Roja entrenado por _J
la organización "Ejército de Salvación", instruyó a los profesores de Belgrado z
Nebojsa Popovic, quien además ejercía de jugador junto a Borislav Stankovic, o
sobre un nuevo juego conocido como basketball. Al año siguiente se disputa-
entre otros. En 1947 se unía nuevamente al grupo Aza Nikolic. Radomir Saper, (.'.)
:::J
rían los primeros partidos oficiales en la escuela "Rey Petar 11" y, en 1924, w
que había formado parte del equipo hasta 1945, defendía ya la camiseta del Par- a:
Svetislav Vulovic publicó el primer reglamento oficial impreso sobre el nuevo <t
tizan, lo que evitó el reencuentro de todos ellos en un mismo club. En estos ini- _J

deporte, en un libro que llevó por título un escueto Basket-Ball Paralelamen- z

cios, la complementariedad de sus futuras funciones ya se veía esbozada sobre la w
te, en Zara -nombre italiano de la ciudad de Zadar-, situada en la costa dál- <t
pista: Nikolic oficiaba como base, Saper era un escolta tirador, Stankovic un 1-
mata y que en aquellos momentos pertenecía a la República Italiana, el palla- (j)
w
jugador interior y Popovic un alero puro. El último, con una estatura considera- w
canestro se popularizaba entre diversos grupos de estudiantes pertenecientes a o:
ble para la época, destacaba en la faceta reboteadora y tenía un buen lanzamien- Q._

organizaciones fascistas, tales como el Giuventu Italiana Littoru (GIL), las ~

to, siendo quizás el más destacado de todos ellos. w
Federaciones Sindicales Internacionales o la Ginnastica Societa. A lo largo de (/)

La experiencia de compartir camiseta resultó breve. Borislav Stankovic, z

los años 30, en la zona dálmata se celebraron diversos campeonatos que tuvie-
ron un creciente seguimiento, y muchos eslavos de la región practicarían este
Juego.
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, el kosarka empezó a germinar
entre las paredes que forman la fortaleza de Kalemegdan, una muralla romá-
nica que se encuentra en el casco antiguo de Belgrado y que es el centro neu-
2 18 rálgico del nacimiento del baloncesto moderno en Yugoslavia. Bordeadas por
la muralla se encuentran las pistas en las que disputaban sus partidos el Parti-
zan y el Estrella Roja de Belgrado. En las filas de este último club coincidie-
ron, en su primeriza faceta de jugadores, los cuatro pioneros que se encarga-
rían de desarrollar las bases de un sistema que por aquel entonces no tenía
construidos ni los cimientos. En 1936 ya se habían disputado partidos en el
palacio Rey Aleksandar o en Sokolana, y en 1942 se organizó un campeonato
de Belgrado, con Popovic, Nikolic y Saper participando como miembros de
tres equipos diferentes, el SK13, el Obilic y el BASK, respectivamente. Pero
w
nacido en Bihac (Bosnia), había llegado a Belgrado procedente de Novi Sad,
y como miembro de la sección cultural del cuerpo de Policía Nacional había º
o:
o
_J
asistido en 1945 a la asamblea fundacional del Estrella Roja, en la cual resul- w
>
tó elegido tercer secretario, y pocos meses después Popovic le convenció para
que formase parte del equipo. Pero en octubre de ese mismo año nace el Par-
tizan, el conjunto del ejército, y Radomir Saper fue reasignado al club parti-
219
sano por orden militar. Tiempo después, el propio Stankovic pasó al Partizan,
volviendo a coincidir con Saper y, ya únicamente como entrenador, dirigió al
'Zeleznicar y posteriormente al OKK Belgrado, con lo que tan sólo Popovic y
Nikolic permanecieron en el Estrella Roja. Con todo, los vínculos creados
entre ellos fueron muy fuertes, llegando incluso al grado de kumtsvo -tra-
ducible como padrinazgo-, una relación que en la cultura yugoslava, es-
pecialmente en la serbia, equivalía en la práctica a formar parte de la misma
familia.

L
 LA GÉNESIS DE LA KOSARKASKA INTELIGENCIJA
Aunque su importancia sobre la cancha fue indiscutible, no serían sus evolucio-
nes con camiseta de tirantes y pantalón corto las que les encumbrarían como los
artífices del éxito del kosarka. En diciembre de 1948 se crea la Federación Yugos-
lava de Baloncesto (KSJ) bajo el mandato de Ivan Djani Popovic, si bien el des-
arrollo real del ente federativo llegaría con Danilo Knezevic, un soldado al que el
Partido Comunista asignó la tarea de presidir la Federación. El perfil de Saper,
Stankovic, Popovic y Nikolic se adecuaba a lo que el partido buscaba, conside-
rándoles aptos para liderar el proceso de crecimiento del baloncesto colaborando
con el KSJ: eran hombres jóvenes, trabajadores y con una sólida formación aca-
démica. Saper se licenció en Tecnología, llegando a ser profesor universitario
décadas más tarde; Stankovic en Veterinaria, Popovic en Derecho, graduándose
en Carrera Diplomática, y Nikolic, tras varios escarceos en Medicina y Econo-
mía, acabó decidiéndose por la carrera de Educación Física.
Los años fueron definiendo su rol dentro del panorama baloncestista
yugoslavo. Nebojsa Popovic, Borislav Stankovic y Aza Nikolic se convirtieron en
entrenadores. Popovic fue el que en un principio cosechó mayores logros, ya que
o J)
> su Estrella Roja se alzó con innumerables títulos de liga yugoslava, retirándose
<l'
_J
.
(f) de los banquillos con diecisiete trofeos en su haber entre categoría masculina y
o e
l!J
~
femenina, incluyendo diez triunfos en la competición nacional. Stankovic tam-
>- bién protagonizó una brillante trayectoria como técnico, primero al frente del
º
f-
(f)
lJ.J
OKK Belgrado de Radivoje Korac, Slobodan Gordic o Sija Nikolic (tres títulos
u de liga) y erigiéndose después, en su paso por la lega con el Orosonda Cantú, en
z w
o
_J el primer allenatore extranjero que conseguía conquistar el campeonato italiano.
<l'.
en Nikolic, por su parte, dedicaría el resto de sus días a su faceta como técnico, una
_J
lJ.J
labor que le atraía mucho más que la vertiente organizativa por la que poco a
u)
o poco se decantaron sus compañeros.
o (J)
<l'.
en Saper, Popovic y Stankovic iban ganando relevancia dentro del KSJ. El pri-
oo:
mero de ellos en ostentar un cargo oficial fue Saper, nombrado responsable del
(f)
o
,z
Secretariado Oficial, lo que posteriormente sería el Comité de Competición. No
lJ.J tardaría demasiado Popovic en alcanzar la vicepresidencia de la Federación, mien-
~
(f)
tras que Stankovic se convirtió en el "líder" de la selección -figura que con el
tiempo se denominaría director técnico-, así como secretario general del KSJ.
220
Las carreras directivas de los tres ex compañeros abarcaron multitud de
facetas y funciones, relevándose muchas veces los unos a los otros en los diferen-
tes puestos que ocuparon, y de su colaboración conjunta nació el sistema organi-
zativo que caracterizó al kosarka durante cuarenta años. Radomir Saper fue el
presidente de la Federación por el periodo de ocho años, los mismos que pasaría
después como secretario general. Su área de influencia no se limitó al baloncesto
yugoslavo, pues a mediados de los sesenta fue elegido presidente de la Comisión
Técnica de la FIBA, organismo en el que también trabajó codo con codo junto a
sus dos alma máter, y su ascendiente sobre la constante innovación del reglamen-
1
to fue fundamental. Paralelamente a sus incursiones en el mundo del deporte,
Saper continuó ejerciendo su profesión, llegando a ser profesor universitario en la
Facultad de Tecnología de Belgrado y, posteriormente, decano de la misma. Con
la creación de la YUBA (la liga profesional de Yugoslavia organizada por los clu-
bes) en 1991, Saper añadió a sus tareas las de Comisionado de la competición.
Nebojsa Popovic no le fue a la zaga. Autor de la primera canasta de la his-
toria de los mundiales FIBA y uno de los primeros entrenadores de la Reprezen-
tacija, su legado alcanzó su máxima expresión en funciones directivas. Durante
muchos años fue el vicepresidente -o el presidente- del KSJ y director técnico
de la selección. Al igual que Saper, colaboró con la FIBA, en su caso presidiendo
la Comisión Internacional y siendo el delegado de campo en innumerables par-
tidos. También como Saper, su dedicación fue amateur, ya que paralelamente
fue elegido director de la TV de Belgrado y máximo responsable de la sección
deportiva de la JRT -la Radio Televisión de Yugoslavia-, estructura que englo- ¿
<1
baba a los medios de comunicación audiovisuales de todas las repúblicas. Desde
las posibilidades que ofrecía su cometido, tomaría varias determinaciones abso- ú:
lutamente claves para el desarrollo del kosarka. ,..-(
La trayectoria de Borislav Stankovic es conocida en toda Europa. Tras su u
,-,
victoriosa etapa al frente del OKK Belgrado y el Pallacanestro Cantú, cargos que
simultaneó con el de director técnico de la Reprezentacija o secretario general del z
KSJ, Bora fue elegido por William Jones como su sucesor en la secretaría general lJ
_J
de la FIBA. Políglota hasta el extremo -habla seis idiomas- y hábil diplomático, w
et:_
permanecería en ella durante más de tres décadas. A diferencia de Saper y Popo- <l'.
_J
vic, la elevada exigencia de su trabajo en el deporte de la canasta propició que se z
dedicase profesionalmente a él, dejando de lado su ocupación como veterinario. <l'.
f-
1./)
w
El frío desglose del currículum de los Cuatro Santos del baloncesto yugos- w
o:
lavo no es más que una pálida muestra de sus influencias en el progreso integral Q_
2
del kosarka. Idearon y lideraron una estructura organizativa muy peculiar, en la w
que todos los estamentos estaban entrelazados. Algunas de sus decisiones más z
w
conocidas resultan absolutamente fundamentales para entender la dimensión
que adquirió el baloncesto balcánico. Otras no lo son tanto, pero no lo fueron º
o:
e
_J
menos. Con un punto de visionarios, se adelantaron en el tiempo a otros países w
e incluso a otros deportes de la propia Yugoslavia. El sistema de competición, la >
inversión en pabellones, dotar a los entrenadores del país de un amplio poder
221
dentro de la estructura organizativa, la coordinación de las categorías inferio-
res ... No hay característica a lo largo de la historia del kosarka que no nazca a
partir de su planificación. Todo estaba bajo su supervisión.
Pocas anécdotas sintetizan el alcance y visión de estos cuatro hombres
como la significación que adquirió este juego en el mapa deportivo de la antigua
Yugoslavia. En el Viejo Continente, siempre sorprendió que el kosarka compi-
tiera con el fútbol en cuanto a popularidad. Muchas veces se afirmaba que era el
deporte número uno del país, aseveración que no se ajustaba a la realidad. El
fútbol, como en el resto de Europa, siempre fue el fútbol. Al margen de ran-
 kings, la creencia generalizada era que el fenómeno popular se había producido
de manera natural, por una especial afinidad de la población yugoslava hacia el
deporte de la canasta, quizá debido a sus múltiples éxitos. Pero la explicación
resultaba mucho más prosaica. A diferencia de otros países, los dirigentes del Jurij Zdovc
KSJ se adelantaron al fútbol. Con Nebojsa Popovic al frente, la Kosarkaska inte- Maribor (República de Eslovenia, ant. Yugoslavia). 13.12.1966. 1.95 m. Base
ligencija1 vio claro el salto cualitativo que produciría la entrada de las cámaras de
televisión a los pabellones. Mientras el fútbol rechazó la idea por pensar que los
partidos televisados reducirían la asistencia a los estadios, las retransmisiones de
los sábados a las 17:00 h, en horario de máxima audiencia, marcaron la infancia
TRAYECTORIA
de multitud de jugadores. De baloncesto 2• Al mismo tiempo, el éxito popular de
las emisiones baloncestísticas propició que la JRT comenzase a pagar por los
Inicios
derechos, de tal manera que los clubes obtenían ingresos sólidos que podían des-
tinar a la formación de futuros talentos. En Italia, mientras tanto, La Federazio-
ni Italiana di Pallacanestro se veía obligada a pagar a la RAI para que ocasional- Jurij Zdovc realizó sus primeras incursiones en el baloncesto a los diez años, en
mente emitiesen sus encuentros. Dos modelos completamente distintos. el equipo de su escuela. Poco después ingresa en las categorías inferiores del
Con los Cuatro Santos al frente de las operaciones, se inició un periodo Comet Slovenske Konjice, un modesto club esloveno lejano a la élite y en el cual
de continua expansión y crecimiento que se extendería por más de cuarenta permanecería siete años. Ya en 1983, Jure es convocado para defender la camise-
años, con un único denominador común: su presencia detrás de todos los avan- ta de la Reprezentacija juvenil, con la que conquista la medalla de oro en el Euro-
o ces y de cualquier naturaleza, ya fuese en la selección, campeonato de liga o for- basket de la categoría disputado en Ludwigsburg y, a su vuelta, pasa a formar
~ parte del principal club de Eslovenia, el Olimpia de Liubliana, que llevaba tiem-
_J
U) mación. Poco a poco, se irían añadiendo en la parcela de planificación técnica
o po siguiendo su trayectoria. Tras un año alternando los entrenamientos del equi-
t!J coetáneos suyos como Ranko Zeravica, ex jugador del Radnicki, o Boris Kris-
:;)
>- tancic, antiguo integrante del Olimpia de Liubliana y compañero del cuarteto po júnior con los de la primera plantilla, Zdovc debuta con el conjunto profe-
º
ti; en las filas de la Reprezentacija. Pero las labores directivas siempre estuvieron sional en la campaña 84-85. Un debut que no se produciría en la Prva Liga, sino
UJ
u copadas por Nebojsa Popovic, Radomir Saper y Borislav Stankovic. en segunda división, la Druga Liga, ya que la floja temporada anterior del Olim-
z pia había finalizado con el descenso.
o
_J
El nombre que falta nunca ocupó un cargo directivo en la Federación.
<(
O'.l Pero su influencia histórica no sería menor en intensidad ni en perdurabilidad.
_J
UJ
u) ETAPA PROFESIONAL
o
o
<(
Una de las indiscutibles claves del nivel de nuestro baloncesto residió en nuestros dirigentes.
O'.l
o Eran excepcionales. No tenían miedo a arriesgar, a probar nuevas cosas, y eran Al contrario de lo que sucedió con otros compañeros de generación, la trayecto-
a:
U) profundos conocedores de las interioridades del deporte. Con decir que Nikolic y yo, ria de Zdovc transcurrió en un relativo anonimato durante la primera fase de su
o
,z en los primeros años después de la guerra, íbamos a los entrenamientos del
UJ
carrera. A ello contribuyó el hecho de que el Olimpia de Liubliana tardaría algu-
:;)
U)
Estrella Roja para ver las cosas que hacía Nebojsa Popovic en sus sesiones ... nos años en volver a establecerse en la Prva Liga. En la primera temporada de
Saper, Stankovic y Popovic apoyaron todas las ideas que proponíamos los técnicos. Jure, los eslovenos consiguieron el ascenso con el joven base-escolta disfrutando
222 Eran tres hombres muy inteligentes, entusiastas, con una gran personalidad de una gran cantidad de minutos. Un retorno que sería breve, pues la siguiente
y conocim~entos. Fueron los que crearon las líneas generales de nuestro sistema, campaña vino marcada por un acontecimiento que incrementaría la fama inter- 223
de la Organización. Y nuestra organización era totalmente diferente a la de otros países. nacional de Drazen Petrovic. La escena tuvo repercusiones más ~llá de anecdóti-
(RANKO ZERAVICA, cuestionado por el secreto del éxito del baloncesto yugoslavo. cos récords de anotación: un error al presentar las fichas del delegado del Olim-
Zaragoza, octubre de 2009) pia obligó a los de Liubliana a disputar el encuentro contra la Cibona con sus
jugadores juveniles, circunstancia que aprovechó Drazen para anotar 112 pun-
tos. Al escarnio. se añadió que la federación sancionó a los eslovenos con la pér-
1
En adelante, lnteligencija. dida de un punto en la clasificación. Un castigo que, a la postre, se reveló decisi-
2
Muchos son los entrevistados para este trabajo que hacen referencia a "los partidos televisa-
vo, ya que el Olimpia consiguió una victoria más que el Rabotnicki, pero fue el
dos de los sábados" como uno de los recuerdos más marcados de su niñez.
club descendido.
 De esta manera, en la temporada 86/87, jure volvía a segunda división. A
pesar de ello, su evolución no pasaba desapercibida para el KSJ. En 1983 (con
tres años menos que el resto) ya había participado en el Mundial Júnior de
Palma de Mallorca. El verano siguiente consiguió la medalla de bronce en el
Europeo Júnior de Katrineholm junto a talentos como Perasovic, Paspalj, Jova-
novic o Pecarski. El Comité Técnico de la Federación le consideraba un futuro
candidato a la selección absoluta, hecho que explica que aquel 1986 fuese
incluido en la convocatoria para los Juegos de los Balcanes de Atenas. En su
asalto al Mundial de Bormio, la generación plavi del 67 y 68, la de más calidad
de la historia del kosarka, competía en numerosos campeonatos séniors. El KSJ
envió a los júniors de oro a Atenas, siendo Zdovc el único miembro del equipo
de Pesic que no pertenecía a la fantástica generación. No era mucho mayor (tan
sólo tres semanas le separaban de haber nacido en 1967), y en aquel torneo
compartiría vestuario con Radja, Ilic, Alibegovic o Djordjevic, algunos de los
cuales volverían a ser compañeros suyos en futuras reprezentacijas yugoslavas o
eslovenas.
En 1987, el Olimpia asciende de nuevo a primera división. Un mito
como Vinko Jelovac ocupaba el banquillo esloveno, comandando un grupo
o Tras la gloria europea, Zdovc estuvo probando con los New York Knicks,
que atesoraba un notorio talento ofensivo en todas sus líneas. jure, cada vez
5(/) más asentado en su labor de excelso defensor y cerebro del equipo, es el indis-
o(.!J
::J
cutible director de orquesta, y tanto los tiradores Vilfan o Hauptman como
>- los interiores Curcic, Kotnik o Djurisic anotan con facilidad dentro de un
º
1-
(/)
UJ
juego muy coral y solidario. El Olimpia acaba la liga regular en cuarta posi-
u ción, cayendo en las semifinales del playojfante la Jugoplastika, posterior cam-
z
o
_J peón. La gran temporada del base le abrió las puertas de la selección absoluta
<(
co por primera vez y, pese a que lvkovic no le concedió demasiados minutos en
_J
L1.J
los Juegos Olimpicos de Seúl, su consolidación entre los mejores era ya un
u)
o hecho.
o vuelve a caer lesionado. La 97 /98 la inicia en el Tofas Bursa turco con óptimo
<(
Las últimas tres campañas de Zdovc en la Prva Liga seguirían un guión
co
oa: similar. El Olimpia de Liubliana alcanzó la estabilidad en primera división, si
(/)
o bien no volvió a disputar las eliminatorias por el título, ya que se introdujo un
•Z
L1.J nuevo formato en la competición por el cual tan sólo los cuatro primeros clasifi-
::>
(/)
cados tenían acceso a ellas. El club esloveno quedaría fuera en 1989 tras un tri-
ple empate con Estrella Roja y Zadar, y en las dos siguientes ediciones no pasó
224
de la séptima plaza. De cualquier modo, tras los difíciles años anteriores, la tran-
quilidad de ver lejanos los puestos de descenso era todo un éxito. A nivel perso-
nal, el crecimiento de Zdovc devino meteórico. Desde 1989 ocupó la plaza de
base titular de la ReprezentaciJa, con un ascendente en el grupo cada vez mayor,
realizando en 1990 un excepcional Mundial.
Con la escisión de Yugoslavia, Jure decidió que era el momento de pro-
bar suerte en otra competición. La Knorr de Bolonia de Ettore Messina fue
su destino. Su rendimiento en la liga italiana fue notable. El rol de base cere'"
bral que alimentaba a otros anotadores mutó en el de escolta que debía ver
aro con regularidad, además de ayudar a Brunamonti en la dirección del equi-
po, tareas ambas que desempeñó de manera eficaz. A pesar de ello, los títulos
no llegaron: el club de Bolonia fue eliminado en semifinales de liga por el
Scavolini de Pesaro y en la eliminatoria que daba acceso a la Final Four por el
Partizan de Djordjevic- Danilovic. jure sería relevado en Bolonia por el segun-
do y, ante la insistencia de Bozidar Maljkovic (un técnico que ya había inten-
tado su incorporación a la Jugoplastika de Split), tomó rumbo al Limoges
francés.
Aquella temporada 92/93 pasó a los anales del baloncesto FIBA, cam-
biando muchas de sus tendencias y removiendo sus estructuras. El Limoges
ganó la liga francesa. Pero la gran sorpresa vino en la Liga Europea, pues los de
Maljkovic conquistaron también el cetro continental. El campeón era un grupo
de esforzados jugadores que mostraba una sensacional disciplina colectiva, si
bien muy lejano en potencial a los principales equipos europeos. Con jure plas-
mando las ideas de Maljkovic en la pista hasta casi ser la representación de su
misma persona y con Michael Young de brazo ejecutor, los amarillos asaltaban la
Final Four de Atenas y asombraban al mundo. Nunca la organización y la suma
de sacrificios habían llegado tan alto.
pero al no recibir una oferta en firme optó por aceptar la propuesta del lraklis
griego. En la liga helena permanecería dos años a un gran nivel, siendo uno de
los mejores bases de la competición y siempre entre los mejores asistentes. En
1995 de nuevo intenta la opción NBA. Los Portland Trail Blazers sí le ofrecen
esta vez un contrato por dos temporadas, pero jure decide finalmente volver a
Grecia, al lraklis. A partir de ese momento, ya no tendría continuidad en un
mismo club y las lesiones en la espalda le perseguirían. En el lraklis disputa la
temporada 95/96 y media de la siguiente. En enero emigra al Racing de París,
donde sustituye a Zarko Paspalj. No llega siquiera a finalizar la campaña, pues
r,
e>
rendimiento y, tras unos pocos partidos, vuelve a resentirse de la espalda. El base
o
esloveno anuncia su retirada, pasando a ser el entrenador del Comer, club que le N
::?
vio nacer como jugador. a::
::J
Aún retornaría a las canchas. Claramente mermado, aunque con su inteli- )
gencia intacta, a sus 32 años fue capaz de mantener una buena línea, si bien ya
225
lejos de su época de esplendor. Dos temporadas en el Olimpia de Liubliana pre-
cedieron a su última estancia en la liga griega, en las filas del Panionios, donde
conseguiría ser unos de los mejores asistentes de la competición. En 2001 regre-
só al Olimpia, y en la 2002/03 comenzaba la temporada en las filas del Slovan
de Liubliana, para acabarla, debido a los problemas económicos del club, en el
Split de Dino Radja, Josip Sesar o Roko Ukic. Con casi 36 años y una larguísi-
ma trayectoria en diferentes países, se retiraba uno de los mejores bases defensi-
vos de la década de los noventa, quizás uno de los jugadores más infravalorados
de la generación dorada de Yugoslavia.
 1
1

~l~I 1 1 1 l~I 1 1 l~I 12, CARACTERÍSTICAS

jure Zdovc se caracterizó por ser un hombre completísimo en todas las facetas
del juego. Salvo por lo excepcional de su capacidad defensiva y por el férreo con-
~ 1g 1 1 1 1 1V"\1N1 1 1~1::2IN1 ::2 1 trol que ejercía sobre el tempo de los partidos, no sobresalía especialmente en
ningún aspecto concreto pero mantenía un nivel de notable alto en todo, lo que
i 1 1 j j j j 1 j j j~ j 1 j j aca~ó por convertid~ en un exce~ente jugador; Base con. un~ estatura. ~uy por
"° encima de la predommante en la epoca, alterno con sufic1enc1a las pos1c10nes de
uno y dos, aunque era en la primera donde se veían potenciadas sus virtudes. Un
~1 1 1 1 1 1 1 1 1 1~1 1 1 1 director d~ juego cerebral, t~~ capaz de sentirse cómodo en ritmos lentos ~r~cias
"° - a su magnifica toma de dec1s1ones como de destacar en un baloncesto vemgmo-
so por su velocidad y aptitudes físicas.
~ 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1: 1 1 1 1 Ofensivamente, Zdovc gustaba de organizar el juego colectivo de su equi-
~ '<:t' po, gestionando los ataques en la búsqueda de la mejor opción, siempre pacien-
te hasta encontrar al compañero más acertado o al que disponía de un tiro claro.
~1 1 1 1 1 1 1 1 1 1~1 1 1 1 Su visión ~e juego y fa~ilidad pasadora encajab~n ~lenamente en el arquetipo de
~ ~ base altruista de los anos ochenta y noventa, s1 bien su talento y recursos para
anotar le situaban en otro escalón. jure podía sumar puntos con facilidad me-
~
0
(.!) V"\ C"! diante penetraciones con ambas manos o lanzamientos de media y larga distan-
23 <) V"\ ~ ; cia, en los que mostraba una gran efectividad. Acostumbrado a compartir eco-
~ 1-- sistema con insignes cañoneros (Petar Vilfan, Drazen Petrovic, Walter Berry o
~ -~ ~ ~ Michael Young), el esloveno podía estar muchos minutos sin mirar al aro para
~ ~ -;g ~ asumir la responsabilidad en varias acciones consecutivas, normalmente en los
~ f:3 - 1 momentos de mayor trascendencia psicológica de los encuentros, cuando era
~ ":- ~ C"! ~ V: ~ --: ~ ~ --: necesario dar un paso adelante. Un base de esas características era el ideal para
~ '<:t' ~ ~ N- ~ N '<:t' N complementar a escoltas o aleros eminentemente ofensivos, como demostraría
~ en la Reprezentacija o en el Limoges.
8 ~ ~ C"! ~ v: ~ v: v: i Pero fue en el otro lado de la pista donde Zdovc brillaría sobre sus coetá-
<l'.
co ~N NI"-... N NN neos, especialmente en Yugoslavia, donde los bases anotadores proliferaban, no u
~ así los que compaginaban ese talento con el defensivo. De desplazamiento late- 6
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ral rapidísimo y gran envergadura de brazos, Jure realizaba una extenuante pre-
"'"'
N
~ r sión al bote de su adversario. A ello le unía una habilidad para cortar líneas de ~
en pase, acumulando atributos que tradicionalmente copaban en Europa los bases ~
- estadounidenses. Aptitud y actitud, pues se vaciaba físicamente en la labor.
~ ~ ~ ~ ~ ~
22 7
226 1
. . . . Resultaba frecuente verle emparejarse a su defendido desde que recibía el balón
.~e: .~e: .~e: .~e: .~e: .~e: .:..;;;:¡
·a .:..;;;:¡
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en campo contrario,•
en un derroche de energia, •
que muchas veces contagiaba a
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sus companeros. Con manos siempre acnvas para el robo, su gran mtehgencia y
. .
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~ ~ ~ ~ ~ ~ ..9 ¡a ¡a ¡a ¡a - ~ ~ . ., . ., .
¡a senndo de la colocac10n se dejaban notar tambien en las ayudas defensivas.
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 ~
V. Impartiendo magisterio: Aza Nikolic
-¿Prefiere ser llamado profesor, mago o diablo?
-Aza o Nikolic. Profesor no es cierto, mago es estúpido y diablo me lo dijeron
al principio de mi carrera.
(AzA N IKOLIC, Giganti del Basket, 1981)
S I hay un nombre que permanece inmutable en el baloncesto yugoslavo (o ex
yugoslavo), desde sus orígenes anteriores a la Segunda Gran Guerra hasta
nuestro días, en pleno siglo XXI (y lo que queda ... ), ese es el de Alekxandar Aza
Nikolic. Profesor. JI Professore. El Profesor. Por definirlo en una sola palabra,
aunque sea en tres idiomas diferentes. Y aunque su modestia le llevara a rehuir
dicho sobrenombre.
La influencia de Nikolic en el baloncesto yugoslavo es sencillamente des-
comunal. Su trayectoria va tan íntimamente relacionada con el camino seguido
por el kosarka, que resulta imposible entender el desarrollo de uno sin el influjo
del otro. Nikolic forma una parte fundamental de la Historia del baloncesto bal-
cánico; pero, en ocasiones, casi parece que él mismo sea la historia de ese balon-
cesto. La historia hecha hombre. Todos los caminos surgen de su figura, o bien
van a parar, en un momento u otro, hacia esta. El balón, la canasta ... y Nikolic.
Nacido en Bosnia en 1924, su etapa de jugador junto a los otros tres gran-
des popes del kosarka supone la génesis de una relación que se mantendrá pasa-
das varias décadas. En Belgrado coincidirán durante varios años, y cuando sus
caminos se separen, cada uno cumplirá un papel fundamental en la evolución
del deporte de la canasta en Yugoslavia. Si la aportación de Saper, Popovic y
Stankovic encuentra su máxima expresión en aspectos organizativos, absoluta-
mente indispensables para un crecimiento sostenido, Nikolic dejará en las can-
chas su (primera) gran influencia. Dirigiendo a sus hombres desde el banqui-
llo ... o sin estar de cuerpo presente.
228
La carrera de Aza como entrenador es una larga sucesión de éxitos. Su pri-
mer cargo técnico lo desempeña en 1947, en el club de su anterior trayectoria de
jugador, el Estrella Roja. Tres años después, es el máximo responsable de la selec-
ción femenina en el Europeo de París. En febrero de 1951 se convierte en selec-
cionador masculino, una etapa que concluye en 1965 y durante la cual consigue
las primeras medallas de la historia del combinado plavi.
La siguiente parada en su trayecto será en la lega -en Pádova- desde
donde, tras un periplo de dos años, hará escala e historia en el equipo que le
lanzó a la fama a nivel de clubes: la lgnis de Varese. Sí, esa Ignis de Varese. Con
el conjunto italiano se proclama campeón de todo, inaugurando el periodo más
legendario que jamás haya vivido club europeo alguno, con las diez finales de
Copa de Europa consecutivas como máximo exponente. Rápidamente se con-
vierte también en referencia ineludible del pallacanestro, país en el que sus entre-
nadores le rendirán un respeto y seguimiento sólo equiparable al que le profesa-
ban en su Yugoslavia natal. Profesor también es il Professore.
Después de un breve retorno al Estrella Roja de Belgrado, Nikolic
emprende su segunda etapa en la ReprezentacUa. Un periodo corto e intenso,
absolutamente triunfal, añadiendo al palmarés de los plavi la medalla de oro en
el Europeo de Lieja en la que es considerada una las mayores exhibiciones que
haya ofrecido nunca la selección yugoslava, y coronada con el famosísimo
"tuya-mía" de Kicanovic y Slavnic en la final ante la URSS 3 ; a este hito le suce-
de el oro mundial en Manila'78, con los soviéticos nuevamente de rivales.
Borac Cacak, Sinudyne de Bolonia, Venezia ... En las postrimerías de los años
setenta y en la primera mitad de la siguiente década, diversos equipos se benefi-
cian de los conocimientos de il Professore. Allá donde vaya, su sabiduría dejará
huella.
Pero un repaso a su trayectoria y palmarés no hacen justicia a la enorme
trascendencia de Nikolic en la evolución del baloncesto yugoslavo ... y europeo.
La influencia de sus enseñanzas aún es palpable años después de su muerte, aun- u
que mucha gente no sea plenamente consciente de ello. Es cierto que ganó
_j
o:L
muchísimos títulos, tanto a nivel de clubes como de selección. Que su concepto z
de juego con la Ignis revolucionó el panorama continental. Que la Reprezentaci- <i:
N
<:t
ja que él dirigía realizó un baloncesto coral de enorme calidad. Pero otros entre- o
nadores también poseen un palmarés deslumbrante y no han dejado su impron- a:
LJ..J
ta como lo hizo el de Sarajevo, ya sea en el baloncesto yugoslavo o en otros. Los
r-
U)
títulos de Nikolic son su carta de presentación más visible, pero no la más
l9
<:t
~
importante. Lo que verdaderamente ha perdurado en el tiempo es su filosofía de o
juego, su aporte ideológico, sus innovaciones técnico-tácticas. Aza era un inte- o
z
LJ..J
lectual de una ciencia que no tenía un cuerpo teórico definido. Problema que él ¡::
a:
se encargó de solventar desarrollando al máximo unas premisas que serían segui- <i:
o...
das por infinidad de discípulos. Los hijos del padre del baloncesto yugoslavo no ~
fueron sus medallas y trofeos, sino sus ideas y planteamientos. Para que haya :>
una escuela se necesita un profesor, y la yugoslava halló el suyo en la figura de
Nikolic. 229
3
Las imágenes de la actuación de Slavnic y Kicanovic en la final del Eurobasket de Lieja die-
ron la vuelta al mundo. Con 72 a 59 en el marcador, y a poco más de un minuto para la conclusión,
Moka y Kica se pasaron el balón nueve veces seguidas entre sí, las últimas con un simple toque de
dedos y tras mostrar la pelota a los soviéticos de forma burlona, retándoles a que fueran a buscarlo.
 EL PRIMERO DE MUCHOS NIKOLICS: EL NIKOLIC ENTRENADOR
Nikolic es verdaderamente un profesor del baloncesto, mientras que el resto
de entrenadores, todo lo más son maestros.
(Dooo RUSCONI, Giganti del Basket, 1974)
Hombre reservado (especialmente con la prensa), de una lucidez e inteligencia
extraordinarias, el primer gran legado de Nikolic se encuentra en su faceta de
entrenador. Dicen que hay que predicar con el ejemplo, y Aza se encargó de ello
en su labor diaria a lo largo de su trayectoria.
Con una capacidad de trabajo auténticamente desbordante ("Me gustaría
tener su educación, su paciencia en el trabajo. Él en el campo no se cansa nunca. Yo
a veces sí. Aza trabaja siempre, tiene una capacidad para ello increíble, terrible",
declaraba Bogdan Tanjevic en una entrevista a la revista Giganti en los primeros
años ochenta), su sistema de entreno fue bautizado en Italia como "método científi-
co". Las sesiones dobles de mañana y tarde no eran precisamente norma habitual en
los años sesenta y setenta, y con Nikolic eran condición ineludible. Por si ello no
fuese suficiente, desarrollaba entrenamientos larguísimos, que superaban frecuente-
o
>
<(
mente las tres horas de duración, y sólo muy excepcionalmente bajaban de las dos
_J
(/) horas y media. Su obsesión por el trabajo le creó fama de ser un técnico rígido e
o :J
<.!J inflexible. Nadie se esforzaba tanto cómo él. Ningún equipo pasaba tantas horas
::J
>- realizando ejercicios como los suyos. "El Profesor era de hacer las cosas a un ritmo
º
1-
(f)
UJ
altísimo, porque decía que los jugadores nunca están cansados, y hay que apretar-
u les", recuerda uno de sus discípulos más famosos, Zeljko Obradovic.
z
o
_J Dos aspectos resultan fundamentales en el juego que pretendía realizar
<(
ro Nikolic. Por un lado, el concepto que él mismo definía como libertad organim-
_J
UJ
da. Dos términos en apariencia contrapuestos. Aza dotaba a sus conjuntos de
(/)
o una serie de premisas básicas de las que partir, para moverse después según la
o o
<(
co propia iniciativa ("Yo quiero que el jugador no pierda nunca su propia persona-
oa:: lidad para sacrificarla al sistema. Digamos que una libertad de decisión en un
(/)
o juego organizado"). En un baloncesto como el yugoslavo que se caracterizaba
,z
UJ por la continua generación de grandes talentos ofensivos, Nikolic trató de opti-
::J
(/)
mizar al máximo esa calidad e intuición. Si el estilo soviético se definía por unas
posibilidades físicas descomunales y una cierta robotización materializada en un
230
juego previsible -aunque efectivo-, Aza buscaba la ventaja que suponía (siempre
que fuese de forma controlada) la capacidad de improvisación individual del
portador del balón. En su opinión, uno de los principales problemas del balon-
cesto europeo radicaba en que los jugadores no miraban el comportamiento del
adversario; y por ello priorizaba que los suyos desarrollasen las situaciones de
uno contra uno en base a la reacción del defensor. lmprovimcija.
Esta voluntad de dejar espacio a la iniciativa era un rasgo común a la mayo-
ría de los técnicos balcánicos. Pero en muchas ocasiones, los equipos de Yugoslavia
carecían de organización, y Nikolic empezó a germinar la idea de que era necesario
" dotar de orden al ataque, pues la línea entre la libertad y el caos resultaba muchas
veces imperceptible y constituía el auténtico punto débil del baloncesto de su país.
"En los planteamientos del Profesor, el orden era importantísimo. Él lo tenía estu-
diado todo, el ataque y la defensa, y quería tener plenamente organizadas las dos
facetas", recuerda Bozidar Maljkovic. "Imponía mucha disciplina en los entrena-
mientos, pero ofrecía a los jugadores muchas opciones diferentes. Sólo al principio
del ataque implantaba un sistema estricto. Después, ellos podían escoger qué hacer
dentro de un amplio abanico de posibilidades", continúa Boza. "El juego libre, lo
que Aza llamaba organizovana improvimcija, se basaba en que cada sistema, cada
ataque, tenía una idea. Por ejemplo, jugar para un hombre en concreto. Y este
podía acabar la jugada de una determinada manera, pero siempre había otras sali-
das posibles. Esa era la libertad del jugador. Si le defendían siguiéndole de cerca,
hacía tal cosa; si su marcador se alejaba, se quedaba en la esquina, porque si el pase
era bueno no podía llegar a cortar la pelota ... Sólo había que empezar un sistema
de una determinada manera, pero después había mil alternativas diferentes, mil.
Siempre teniendo en cuenta las características de los jugadores. Por ejemplo, si un
pívot joven defendía a Radja, se jugaba para él durante varias acciones consecutivas
con el objetivo de lograr un parcial a favor. Si el Profesor veía que alguien más
pequeño defendía a Kukoc, le decía que se pusiese de espaldas a canasta en su lado
derecho, ya que era zurdo y su mano izquierda era la exterior para su defensor ... u
Existían muchísimas maneras de finalizar". o
:::.'.'.
Sus planteamientos, rupturistas en aquel momento, no serían fáciles de z
introducir y chocarían en ocasiones con la naturaleza anárquica propia del juga-
<(
l"J
<(
dor yugoslavo de los años setenta. Algunos de sus hombres en la Reprezentacija, o
especialmente en su segunda etapa al frente de esta, veían más la "organización" a::
w
1-
que la "libertad". Los componentes de la generación dorada tenían una mentali- (/)
6<(
dad diferente, acostumbrados a ganar campeonatos con un estilo basado en la
2'.
improvisación pura, con el lanzamiento por sorpresa como sello distintivo. La o
enorme calidad de ese grupo les había permitido imponerse a sus rivales desde el zw
talento desbocado, y el hecho de ser ya veteranos cuando Nikolic cogió las rien- f=
a:
<(
das del equipo supuso que, en la práctica, el estilo desarrollado resultase un o_
2'.
híbrido entre las ideas de il Professore y las de sus jugadores. Una mezcla que
derivó en una imagen algo menos genial que en anteriores torneos, pero simul- ::>
táneamente mucho más sólida, sin los minutos de descontrol que les habían
231
caracterizado en el pasado y con una fortaleza defensiva sin precedentes en la
trayectoria de esa generación, abriendo un camino que en el futuro explorarían
diversos entrenadores, especialmente serbios, que por aquel entonces apenas
empezaban a dar sus primeros pasos en los banquillos.
Porque la segunda gran obsesión de Aza fue la defensa. Lógicamente. Algo
que hoy en día resulta normal, pero que era uno de los principales déficits del
baloncesto continental de su época. Y, especialmente, en una selección repleta
de hombres de marcada tendencia anotadora pero con escasa voluntad de sacri-
ficio al otro lado de la cancha. Consecuencia de esta situación (y después de su
 1
primer viaje a Estados Unidos, del cual extrajo numerosas ideas que puso en
práctica a su vuelta), Nikolic realizó un viraje en sus métodos de entrenamiento.
Paulatinamente, empezó a otorgarle preponderancia a la práctica de conceptos
defensivos, de tal manera que se entrenaban más que los ofensivos. Esta inver-
sión de los términos resultaba poco frecuente en el estilo europeo, circunstancia
que siempre fue criticada por el técnico bosnio. Creyendo que el progreso en el
juego pasaba por la mejora defensiva, su gran objetivo fue crear una retaguardia
que tuviese como meta llevar al adversario a aquellas situaciones en las que se
sintiera incómodo, transformando la defensa de contención preponderante por
aquel entonces en una mucho más agresiva y cuya finalidad se centraba en robar-
le la iniciativa al ataque adversario. "Existe un proverbio que dice que la mejor
defensa es un buen ataque. Yo no estoy de acuerdo, y creo que eso no es bueno
para el baloncesto. La buena defensa da posibilidades de crear situaciones favo-
rables en ataque, pues cuando se juega bien en defensa, en general, se tiende a
jugar bien en ataque, ya que los jugadores no se desaniman por los errores come-
tidos ofensivamente", declaraba a la Giganti del Basketen 1976.
Actuando de forma consecuente con este ideario, Nikolic se convirtió en el
auténtico pionero del trabajo físico en el baloncesto europeo. Pesas, ejercicios
o
> específicos ... Sus extenuantes sesiones ilustraban uno de sus propósitos funda-
::í
(f) mentales: alcanzar un punto máximo de forma atlética, condición ineludible para
o el objeto de estudio. Resulta muy significativo del impacto suscitado por esa
o el ansiado salto cualitativo defensivo. Aza fue el primer entrenador que compren-
:J
>- dió la importancia de este aspecto, llevándolo hasta límites nunca vistos. "Una de
ºt-
C/)
UJ
las grandes aportaciones de Nikolic fue el cuidado de la preparación física; desde
u luego, también la importancia para el baloncesto moderno de la defensa y la nece-
z
o
_J
<(
en
sidad del fortalecimiento del cuerpo para mejorar este rendimiento defensivo",
afirma Sergio Scariolo. Sus innovaciones en la materia no acabaron ahí, abogando
_J
UJ
u)
por hacer dicho trabajo después de los entrenos -y no antes- aspecto que resultaba
o absolutamente revolucionario para los que le rodeaban. El énfasis en la prepara-
o o
<(
en ción física, junto a un método de entrenamiento técnico-táctico basado en la repe-
oa: tición continuada de movimientos, se convertirían en dos de las señas de identi-
(/)
o
,z
dad no sólo del Nikolic entrenador sino de la Escuela Yugoslava en su globalidad.
UJ
:J
(/)
EL NIKOLIC PENSADOR: LA INTELECTUALIZACIÓN DEL BALONCESTO
232
La etapa en que trabajé a las órdenes de Nikolic (en la Jugoplastika) es el momento
en que aprendí que el baloncesto no es sólo un juego, es un estilo de vida.
Con él aprendimos cómo pensar a través del baloncesto. No es sólo entrenar, sino
entender el porqué de cada situación, de cada movimiento, de cada decisión.
(LUKA PAVICEVIC, Hotel Nueva Constanza, Barcelona, 2009)
La relevancia de Nikolic en el mapa relacional del baloncesto yugoslavo va más allá
de sus logros en la pista. Además de ser un entrenador, Aza fue un pensador del
baloncesto. Característica inherente a varios nombres muy destacados de aquella
Yugoslavia, y que supuso un hecho diferencial entre estos y los demás técnicos del
panorama europeo. Las preocupaciones que tenían en mente no se concretaban tan
sólo en cómo conseguir el rendimiento inmediato de sus equipos, sino que desem-
peñaron una labor no muy lejana a lo que se podría calificar de filósofos del basket.
"Cuando Nikolic o yo teníamos que preparar charlas sobre filosofía de juego, siem-
pre decíamos que los entrenadores tenían que poseer una visión de futuro sobre el
desarrollo del baloncesto, porque si entrenas a un grupo de niños de 13 o 14 años,
cuando ellos ya pueden jugar al máximo nivel han pasado diez años, y durante ese
tiempo el baloncesto cambia. Y el entrenador ha de preveer ese cambio, ha de tener
una visión amplia del desarrollo del juego. Esa fue una de las grandes claves de
nuestro kosarka:. siempre pensamos en cómo iba a desarrollarse el baloncesto en el
futuro", comenta Ranko Zeravica, compañero, amigo y coetáneo a Aza.
La reflexión sobre los fenómenos vividos, el intento de extraer conclusio-
nes y establecer un cuerpo teórico de una disciplina, en Europa, aún virgen en
ese sentido, se convirtieron en un rasgo consustancial a la Escuela Yugoslava de
entrenadores. Su gran referente, Nikolic, se aproximaba al kosarka como un bió-
logo lo haría a la biología. Entender el deporte como ciencia conlleva el análisis
y la elaboración de una base y unos fundamentos sólidos sobre los que observar
u
:::¡
actitud que en Italia denominaran a su sistema de entrenamientos como "méto- o
~
do científico". Si bien en su mayoría lo hacían desde la admiración y el respeto, z
no serían pocos los que utilizasen el término con cierta condescendencia, como
<(
N
<(
si deviniese insultante tratar con tanta seriedad y rigor a una actividad tan terre-
nal como era el pallacanestro. Si a los estudios humanísticos les ha costado siglos º
a:
UJ
f-
ser considerados ciencia, no debiera sorprender esa valoración de una realidad, (f)
(3
la del deporte en general y el baloncesto en particular, asociada durante mucho <(
~
tiempo al esfuerzo físico y a la no intelectualidad. El soma versus el nous. o
Pero para Nikolic el kosarka era soma ... y nous, y al desarrollo de ambos de- z
UJ
¡::::
dic;ó sus esfuerzos. Estudiante de medicina en su primera visita a las aulas universi- a:
<(
tarias, Aza era un hombre de muchas y muy diversas inquietudes intelectuales. Am- CL
~
pliando su visión respecto a la mayoría de sus coetáneos, analizó el juego teniendo
en cuenta los conocimientos que había adquirido en otras disciplinas, desde la so- ::>
ciología o psicología a los saberes específicos de la actividad deportiva. Reflexionó
233
sobre la táctica y sus variables, pero también sobre todo aquello que rodea a un gru-
po de personas que realizan una tarea conjunta. Al fin y al cabo, un equipo no deja-
ba de ser una microsociedad. El kosarka como un ente indisoluble de la vida misma.
Estados Unidos: modelo a seguir... y a alcanzar
En una ocasión, el Profesor me dijo: 'La primera vez que vi a un jugador en Europa
defender en tres cuartos o por delante, foe cuando Cosic volvió de la Universidad de
 Brigham Young: En aquella época, la importancia de que un entrenador pudiese ir a
•
Estados Unidos y aprender de lo que veía allí era enorme, brutal. Esa fue una de las
grandes ventajas de Nikolic, igual que Díaz Miguel en España. Aza iba muchas veces, y
cuando volvía traía muchos conceptos novedosos. Hoy en día, uno tiene la información
cuando quiere, pero en aquellos tiempos no era así. Por eso el método del Profesor funcionó
tan bien en aquel periodo. Yo hay cosas que aún utilizo, pero otras de las que hicimos no
tienen nada que ver con el baloncesto de hoy en día. Pero Aza, en esos tiempos, era un
avanzado. Y él era de ... detalles, detalles, ¿sabes?
(ZELJKO ÜBRADOVIC, recordando la figura del Profesor muchos años después)
En lo concerniente a las ideas de Nikolic sobre el juego en sí mismo, hubo un
hecho que marcó poderosamente su percepción y reflexiones al respecto. En
1963 viaja a Estados Unidos por primera vez, consciente de que allí podría
encontrar las claves que permitiesen desarrollar el baloncesto en Europa. Com-
parado con los inventores de este deporte, el Viejo Continente aún se encontra-
ba en una fase primigenia a cualquier nivel que se valorase, ya fuese el estilo
practicado por los equipos, la metodología de entrenamientos de los técnicos o
los sistemas de organización de los clubes. Su estancia de seis meses fue fructífe-
o
>
<( ra, entrando en contacto con reputados entrenadores estadounidenses, especial-
_J
rf) mente John Wooden y Adolph Rupp, coachs de la Universidad de UCLA y Ken-
o(!)
:J
tucky, respectivamente.
>- El simbolismo de esta experiencia no deja de ser relevante: el basketball
º
f-
rf)
LU
fue inventado por James Naismith en 1891. Años después, Naismith sería nom-
u brado entrenador de la Universidad de Kansas, donde tuvo a sus órdenes a
z b
o
_J Forrest "Phog" Allen, convirtiéndose en su mentor y germinando a partir de ese
<(
a::i momento una estrecha relación de colaboración entre ambos. Allen es el autén-
_J
LU
tico "padre del entrenamiento del baloncesto", sobrenombre por el que era
e/)
o conocido, siendo el creador del primer análisis científico y el primer texto teóri-
o o
<(
a::i
co con el deporte de la canasta como protagonista, My Basket-Ball Bible (1924),
oce además de ser uno de los principales responsables de que el baloncesto fuese
en
o admitido por el COI como disciplina olímpica. En su trayectoria en los banqui-
•Z
LU
:J
llos, fue entrenador y maestro de varios de los nombres más influyentes de la
rf)
historia de la NCAA, entre ellos Dean Smith o Adolph Rupp, el técnico que
acogió a Nikolic en su primera estancia en EE.UU. y uno de los mayores mitos
234
de siempre en la competición universitaria. El padre del baloncesto yugoslavo
cruzaba su camino con un discípulo directo del primer teórico de este deporte.
En el árbol genealógico, Naismith no quedaba mucho más lejano.
Wooden y Rupp ejercieron de guía ante la avalancha de nuevos conceptos
que sobrevino ante Nikolic, a quien la realidad que vislumbró dejó aturdido. Todo
lo que él creía saber sobre el "baloncesto moderno" se desintegró ante sus ojos.
Había descubierto un mundo nuevo, uno que practicaba un juego a años luz del
que se veía en las canchas europeas. El objetivo era alcanzar el listón que había
visto en aquellos jugadores y entrenadores .. Existía un espejo en el que mirarse.
La experiencia desembocó en una decisión fundamental para el kosarka.
Nikolic convenció a la Federación de la importancia de interaccionar con el
juego americano como único camino para acceder a la cima que ellos ocupaban.
Como consecuencia, y desde 1966, la liga yugoslava se detenía durante tres
semanas en el mes de noviembre, periodo durante el cual tanto la selección abso-
luta como diversos conjuntos de primera división realizaban una gira por los
Estados Unidos en la que se medían a diferentes Universidades. No se puede lle-
gar a ser el mejor sin enfrentarse nunca a los que lo son, y los baloncestistas de
Yugoslavia lo harían cada año.
Si bien este primer viaje (y los que realizó posteriormente) fueron deter-
minantes para moldear su enfoque sobre el kosarka, en aquel momento su ilumi-
nación le supuso un dilema a nivel personal. Quedaban pocos meses para los
Juegos Olímpicos de Tokio'64, y aunque se prometió a sí mismo que no modifi-
caría los hábitos y conceptos que llevaba años trabajando con sus jugadores, no
pudo evitar hacerlo. "En Estados Unidos descubrí que la clave del baloncesto es
la defensa. Pero no me veía capaz de cambiar las costumbres de mis hombres en
tan sólo seis meses, así que en un principio decidí no hacerlo. Pero luego opté
por ajustar nuestra defensa. Lo logramos con éxito, aunque quizá lo pagamos en
algunos elementos de nuestro ataque, que en aquel momento era nuestra princi-
pal arma", declaraba décadas después en una entrevista concedida a la revista u
::::::i
FIBA Basket. o
~
La selección yugoslava finalizó quinta en aquel torneo, y Nikolic siempre se z
culpó a sí mismo de la no consecución de medalla, creyendo que las influencias e
<(
N
<(
ideas extraídas de su viaje habían confundido a sus hombres y obstaculizado la
preparación. En caso de ser eso cierto, el tiempo se encargó de paliar y compensar o:
LJ..J
f-
ese error. En los futuros torneos, tanto él como los siguientes seleccionadores rf)
l5
pudieron introducir los conceptos de manera paulatina y coherente, producién- <(
~
dose un salto cualitativo en el nivel de los clubes y selección de Yugoslavia. o
z
LJ..J
¡:=
o:
<(
Pensamientos escritos: Selekcija u kosarci o...
~
Un equipo no puede ser guiado por un solo individuo. Tiene que haber un >
preparador .ftsico, el asistente que hace el scout, un entrenador que se ocupe sólo
235
de los temas defensivos, como hacen en Estados Unidos. El futuro del baloncesto
es este: muchas personas que trabajan por una causa común.
(AzA NIKOLIC, en una entrevista concedida a Giganti del Basket en 1976)
Durante toda la década de los setenta, y paralelamente a sus triunfos como
entrenador, Nikolic continuó desarrollando su doctrina baloncestística. Este
proceso, durante el cual realizó numerosas conferencias, seminarios y estudios
técnicos, cristalizó en la publicación en 1980 de un libro que condensaba toda
su filosofía. Selekcija u kosarci (La selección en el baloncesto) es el título de la obra
 •
que escribió con la colaboración de Vladimir Paranosic, un eminente neuropsi-
quiatra especialista en medicina del deporte. Dicha obra, que en Yugoslavia y la
Unión Soviética rápidamente fue adoptada como texto fundamental en las facul-
tades de Iniciación al Deporte, supone una síntesis de los resultados de años de
estudio y vivencias prácticas de Aza. Pocos meses después de su publicación, en
Italia vio la luz una traducción, ante la expectación que levantaba un libro que
ayudaba a comprender las reflexiones y métodos del técnico bosnio.
Leer Selekcija u kosarci significa profundizar en las entrañas del pensa-
miento de Nikolic, y hacerlo conlleva entender un sistema que posteriormente
siguieron muchos otros entrenadores yugoslavos. En sus páginas, Aza realiza una
orientación científica de la formación baloncestística a todos los niveles, tanto
individual como colectiva; y sus disquisiciones abarcan toda la trayectoria que
sigue un baloncestista durante su vida deportiva. Nikolic elabora las premisas a
seguir en el proceso de selección de los jugadores cuando aún son niños, estable-
ciendo metodologías de trabajo y los aspectos prioritarios a valorar, desde la acti-
tud a las estructuras óseas que permiten prever un crecimiento físico, así como
las diferentes fases de aprendizaje y sus consecuentes métodos de enseñanza.
Continúa su exposición con los aspectos a tener en cuenta a la hora de desarro-
o
> llar el trabajo, tanto a nivel de clubes como de selecciones. Para Aza, muchas y
<(
_J
(/) muy diversas disciplinas intervienen en el análisis baloncestístico, utilizando
o No sólo eso, sino que il Professore pensaba que los grupos estructurados de
l'J perspectivas y conceptos propios de la antropometría, la antropología o la socio-
~
>-
logía. Selekcija u kosarci deviene en un estudio integral, una visión holística que
º
......
(/)
LU
resultaba formidablemente compleja ... e innovadora .
La influencia de sus preceptos teóricos en otros entrenadores no se limita
u
z
o
_J a los aspectos meramente técnicos y tácticos, sino que irán mucho más allá. En
<(
co su obra, por ejemplo, Nikolic sostiene que el equipo compuesto por los mejores
_J
LU jugadores no es siempre el más victorioso. En una época en que la tónica predo-
rf¡
o minante en la estructuración de plantillas se basaba en escoger a los hombres
o o
<(
co
más destacados individualmente, sus indicaciones sobre este aspecto supusieron
oa: un cambio en la mentalidad de numerosos preparadores yugoslavos. Al igual
(/)
o que Nikolic, quien en la selección llevaba a un núcleo de jugadores determinan-
,z
LU tes rodeados de otros que cumplían papeles más específicos (y excluyendo fre-
~ >
(/)
cuentemente a figuras consagradas como Misovic o Varajic, enormes talentos
ofensivos cuyos roles anotadores ya desempeñaban Kicanovic o Dalipagic),
236
muchos equipos balcánicos siguieron las ideas de Aza, con claros exponentes en
la Cibona de Mirko Novosel (con el núcleo básico de la rotación complemen-
tando el talento atacante de Drazen Petrovic) o, años después, la Reprezentacija
de Dusan lvkovic, que otorga el puesto de base titular a hombres eminentemen-
te defensivos como Obradovic o Zdovc. En palabras de Nikolic, "la selección de
un equipo competitivo representa, ante todo, un asunto creativo, por el simple
motivo que la eficacia de un grupo no representa nunca una simple suma de la
eficacia de sus miembros. En la interacción recíproca sucede la potenciación o el
debilitamiento de las capacidades individuales de los jugadores".
NIKOLIC Y LA ESTRUCTURACIÓN DE LOS EQUIPOS YUGOSLAVOS
Una de las reflexiones más complejas e influyentes que realizó Aza fue la consi-
deración de que un equipo de baloncesto no puede ser observado de forma aisla-
da de la estructura social y deportiva de la que proviene. Nikolic defendía que
los equipos funcionan según los principios de la homeostasis social -en un cier-
to paralelismo con los preceptos teóricos en los que se basa el comunismo-, es
decir, un individuo puede contribuir a un sistema social mayor incluso a expen-
sas de su propio equilibrio individual, temporal o permanente. Para que aflore
este comportamiento se tiene que producir previamente un desequilibrio que
provoque dicha conducta equilibrada.
En el mapa concreto de un club de baloncesto, esta premisa se traduce en la
convicción de que un conjunto tiene mayor potencial competitivo cuanto más
heterogéneos son sus miembros. Una heterogeneidad que para Aza no era (tan sólo)
de tipo técnico, sino que Nikolic creía que los jugadores debían pertenecer a gene-
raciones diferentes, con experiencias vitales o deportivas diversas, y habiendo obte-
nido resultados dispares en sus respectivas carreras. "La menor homogeneidad en lo
que respecta a características psicológicas, sociales y atléticas es lo que lleva a los estí-
mulos positivos, mejora la colaboración con la intención de completar y compensar
y aumenta las formas de una rivalidad sana", escribe en Selekcija u kosarci. u
::=i
o
~
esta manera no eran necesariamente más difíciles de entrenar, ya que esta organi- z
<l'.
zación ofrecía la posibilidad de ligar la propia actuación con la de otro jugador: el N
<l'.
más viejo con el más joven, el jugador consolidado respecto a la promesa ...
Esta teoría resultará fundamental en la estructuración de las plantillas de º
a:
w
r-
(/)
clubes y selecciones yugoslavas. Fuera de sus fronteras siempre se ha explicado e_:;
<l'.
que los equipos balcánicos estaban repletos de jóvenes por una cuestión de nece- ::2:
sidad, ya que los jugadores estelares emigraban al extranjero y se hacía necesario o
dar la oportunidad a los talentos noveles. Siendo verdadera esta explicación, z
UJ
¡::::
conocer las ideas de Nikolic supone asumir que sólo es un argumento parcial: la a:
<l'.
heterogeneidad (en este caso, de edad) es un valor en sí mismo. No hace falta o....
~
profundizar demasiado al respecto. Basta observar el año de nacimiento de los
miembros de cualquier conjunto yugoslavo de los años setenta y ochenta para
constatar que las plantillas siempre repetían su composición: un núcleo amplio 237
de jugadores jóvenes junto a otro de veteranos consagrados. Lo mismo pasa con
la Reprezentacija. No es sólo una cuestión de desarrollo de los jóvenes de cara al
futuro; también lo es de homeostasis social en el presente.
EL NIKOLIC MAESTRO: BALONCESTO Y PEDAGOGÍA
Me gusta que me consideren alumno de Nikolic, aunque soy diferente.
Siento un enorme respeto hacia Aza. Es el padre de nuestro baloncesto: bajo su
 ..
~ )
supervisión, gracias a sus enseñanzas, han nacido tantos jugadores,
tantos entrenadores ... Me gustaría ser siempre como él.
(BOGDAN TANJEVIC, Giganti del Basket, 1982)
El Nikolic entrenador consiguió numerosísimos éxitos en los equipos que diri-
gió. El Nikolic pensador realizó un trabajo de intelectualización absolutamente
vital para el desarrollo del baloncesto yugoslavo. Muchas veces se tiende a pensar
que el sobrenombre de "El Profesor" (aunque en sus comienzos también fue
apodado "El Mago" o "El Diablo") proviene de sus amplios conocimientos y de
sus investigaciones científicas con el kosarka de protagonista. Igualmente pasa
con la frase que suele acompañar a su nombre; tanto, que ya casi forma parte de
él: "El padre del baloncesto yugoslavo". Parece hacer una referencia ordinal,
cuyo significado alude a ser cronológicamente el primero.
Y siendo cierto que Nikolic fue pionero, y que sus conocimientos po-
drían, por sí mismos, haberle otorgado el apodo de maestro, la realidad muestra
que lo fue en el pleno sentido de la palabra. Quizás el que le pusieran ese sobre-
nombre le empujó a ello, o tal vez fue a la inversa, pero Aza se sentía muy atraí-
o do por el aspecto pedagógico de su trabajo, y sus enseñanzas fueron mucho más
> directas de lo que pudiese aparentar a primera vista.
::i
(/')
o Para entender la labor de Nikolic como transmisor de conocimientos, es
(.!)
:::::> necesario tener en cuenta un concepto antropológico básico: el del culto a la tra-
>- dición. La sociedad yugoslava tenía muy arraigado el concepto de valorar la
º
1--
(/)
w
sabiduría que aporta la experiencia. Culturalmente, se profesaba un respeto
u reverencial a los precursores de generaciones anteriores, un fenómeno que se
z
o
_J
<(
ce
descubre muy visible al observar otras disciplinas, e incluso relaciones sociales.
Los conocimientos son transmitidos de generación en generación, y no son
_J
w 6<(
u) pocos los pueblos a lo largo de la historia de la humanidad que han otorgado el
o papel de sabio y guía espiritual a los ancianos. El baloncesto no fue una excep-
o o
<(
ce ción, y Nikolic, en su papel de pionero, pronto pasó a ser admirado y considera-
oa: do como una especie de gurú.
(/')
o
,z Su primer gran discípulo fue Ranko Zeravica, su asistente durante muchos
w ~
:::::> años en la selección yugoslava. Aunque pertenecen a generaciones coetáneas, la
(/')
influencia de Nikolic sobre Zeravica fue muy importante, y fue considerado su
sucesor natural en la Reprezentacija cuando el Profesor decidió marcharse a Italia.
238
De esta manera, la línea que había marcado se mantendría vigente, con una serie
de preceptos estables que dotaron de un carácter continuista a la etapa de Zeravi-
ca. Lógicamente, cada entrenador aportaba su toque personal, pero las pautas
genéricas entre ambos eran más numerosas que las divergentes, especialmente en
cuanto a la exigencia en el trabajo, ya que Ranko era también un técnico que abo-
gaba por realizar muchas sesiones de larga duración, con especial atención a la pre-
paración física, y eso se vio reflejado en el baloncesto desarrollado.
Un segundo aspecto (y ligado inherentemente al anterior) es primordial
en el contacto de las ideas de Aza con los jóvenes entrenadores balcánicos. Si el
respeto y veneración a la tradición resultaban inmanentes a la sociedad yugosla-
va, ese rasgo encontró su materialización en un órgano absolutamente necesario
para entender un sistema, un papel ejercido por los técnicos y, en suma, un
baloncesto que poco tienen que ver con el de otros países: el Strucni Savet. O, lo
que es lo mismo, el consejo de sabios. En la estructura jerárquica del kosarka, el
cuerpo de entrenadores tenía un valor muy definido. Eran los encargados de
dibujar las líneas estratégicas a seguir para conseguir el desarrollo global de su
baloncesto. Y el órgano representativo era el Strucni Savet, que agrupaba a los
técnicos de más prestigio y experiencia. Sobre su (figurado) púlpito en este ente,
Nikolic encontró un medio de expresión que le permitió entrar en contacto con
multitud de jóvenes ávidos de adquirir conocimientos y que se consideraban
privilegiados por poder recibir sus enseñanzas y consejos.
Durante los años sesenta y setenta son numerosos los seminarios, textos
escritos y conferencias producidos por la inquietud intelectual de Aza. Y, a fina-
les de la década de los setenta, se produce un hecho que resulta decisivo para
entender el tremendo peso que ha ejercido la influencia de Nikolic en diversas
generaciones de entrenadores, no sólo de baloncesto, sino de otros deportes. El
técnico serbio pasa a formar parte del cuerpo docente de la Facultad de Educa-
ción Física de Belgrado. El Profesor pasa a serlo de manera literal. Universitario.
Su fama de pensador e investigador del deporte le habían convertido en un icono u
::::::¡
del conocimiento científico de la educación física, y no hay mejor marco para o':L.
desarrollar su labor pedagógica que la Universidad. Numerosos estudiantes de z
diferentes puntos de Yugoslavia, tanto de Serbia como de otras repúblicas, harán
<(
N
<(
esfuerzos indecibles para matricularse en la Univerzitet nad Beogradski. Paralela-
mente, es en esa misma facultad donde se imparte el Curso Nacional de Entre- º
a:
w
1--
nadores de Baloncesto, el título necesario para ejercer como tal en Yugoslavia. (.f)
No tiene un carácter de graduación universitaria, sino que se realiza en sus insta-
~
laciones, y Nikolic será el encargado de dirigirlo. De este modo, Aza pasa a ser el o
formador, de manera directa, de los entrenadores de la República de Serbia y, tal z
w
¡:::
y corp.o había pasado con los estudios universitarios, una ingente cantidad de a:
<(
preparadores de otras repúblicas decidirán trasladarse a Belgrado albergando la o..
ilusión de absorber todo lo que puedan las lecciones del maestro.
::>
239
La educación no formal: las calles de Be/grado
Aunque la interrelación entre los técnicos yugoslavos era muy profunda, fenó-
meno propiciado por el hecho de que la extensión del país no era demasiado ele-
vada, si hubo un colectivo al que las ideas de Nikolic influyó sobremanera ese
fue el de los entrenadores serbios. Las disquisiciones de Nikolic encontraban su
altavoz en el Strucni Savet o en las aulas de la Universidad de la capital; pero Aza
era un hombre capaz de charlar durante horas sobre su gran pasión en la terraza
de un bar o en la sobremesa que seguía a la celebración de cualquier almuerzo o
 cena. Así, y teniendo en cuenta que vivió la mayor parte de su vida en Belgrado,
fueron sus jóvenes técnicos los que compartieron el día a día del Profesor, acce-
diendo con facilidad a la toma de contacto con un hombre siempre dispuesto a
ayudar a aquellos que empezaban su labor en los banquillos. "El Profesor iba
muy por delante de todos los demás. Nunca hablaba del baloncesto de hoy, sino
del de dos años después. A mí me encantaba charlar con él. Y cuando pierdes a
alguien como Aza ... ¡Pierdes tanto! Ya no puedo hablar con nadie de las cosas
sobre las que le gustaba reflexionar", recuerda Bozidar Maljkovic con los ojos
brillantes. "A veces me decía: 'Quiero hablar mucho contigo este verano'. Y yo le
respondía: '¿De qué?'. 'Piensa hacia dónde va el baloncesto'. Y cuando nos veía-
mos, intercambiábamos nuestras reflexiones". Boza habla con un orgullo casi
infantil: "Y había ideas mías que le gustaban mucho".
Maljkovic cree que muchos de los pensamientos de Nikolic no tenían
cabida en obras escritas: "El Profesor Nikolic no publicó quince libros, tan sólo
pudo escribir dos: el que hizo conjuntamente con Vladimir Paranosic y otro que
escribió con un periodista, Bojan Milovanovic, y que se gestó con demasiadas
prisas. El Profesor debió sentarse tranquilamente, perder cinco años, y que la
Federación le hubiese pagado para que sus pensamientos tácticos pudiesen ver la
o Adriático también emergerían allenatores con la vitola de "alumno de Nikolic".
>
<(
luz: sus reflexiones sobre metodología, sobre la táctica y técnica individual, el
_J
(/) ataque contra zona ... Selekcija u kosarci es una gran obra, pero no hay diagramas
o activo estuvo a las órdenes de Aza en Varese y Bolonia. En la misma Emerson
~ sobre el juego, ni aparece el ataque 1-4 que tanto le gustaba. En ese libro habla
:J
>- de muchísimas cosas muy interesantes, pero era imposible abarcar todo eso y
º
1-
(./)
w
además tratar la táctica. Yo te digo que sus charlas en la Universidad o en el
u Strucni Savet no suponen ni el diez por ciento de lo que escuchábamos los que
z a:
o
_J teníamos la suerte de poder hablar con él".
<(
co Consecuentemente, Belgrado y sus entrenadores fueron los perpetuadores
_J
w de las ideas de Nikolic. Aunque muchos conceptos eran transmitidos de manera
CJ)
o inconsciente cuando cualquier técnico observaba detalles que le agradaban de un
o o
<( equipo y los adaptaba al suyo propio, la filosofía integral del Profesor será seguida
co
oo: mayoritariamente por aquellos que tuvieron contacto directo con él. En el resto de
(./)
o repúblicas de Yugoslavia, su influencia será grande, pero no alcanzará el calado ni
,z
w será tan global como lo fue en Serbia. Si bien bastantes de sus entrenadores viaja-
:J
(/)
ron a Belgrado y lo consideraban su maestro, el hecho de no tener una interrela-
ción tan intensa derivó en el desarrollo de un cuerpo ideológico que mantenía
240
puntos en común con el que evolucionaba en la capital, pero que también difería
en otros aspectos. En Croacia, la segunda gran potencia por número de clubes en
primera división yugoslava, fue Mirko Novosel el otro gran referente en cuanto a
metodología de entrenamientos y concepción del kosarka. Un Novosel que, a
pesar de ser un heredero indirecto de las enseñanzas del Profesor -había sido asis-
tente de Zeravica- abogaba por un estilo más desenfadado, con una preponderan-
cia muy acentuada de la faceta ofensiva y una menor disciplina tanto en el juego
en sí mismo como en aspectos funcionales dentro del grupo. Estas características
definirían tanto a su Reprezentacija de los setenta como a su Cibona de los ochen-
ta, así como también a la Jugoplastika dirigida por Petar Skansi o al Zadar de Giu-
seppe Giergia, conjuntos que presentaban inequívocas reminiscencias de la filoso-
fía de Nikolic, pero con matices suficientemente diferenciados como para no ser
englobados plenamente en lo que en Italia se había calificado de "método científi-
co". Esta bifurcación estilística se hizo visible cuando algunos clubes croatas con-
trataron a preparadores de Belgrado, como Dusan Ivkovic (Sibenka), Vlade Dju-
rovic (Zadar), Dragan Sakota (Cibona y Zadar) o el propio Maljkovic
·. Qugoplastika), hombres mucho más cercanos a las doctrinas del Profesor, y cuyos
equipos exhibieron una apreciable variación respecto a sus versiones anteriores.
Pedagogía sin fronteras: llegar, ver y enseñar
La inclinación pedagógica de Nikolic no era una cuestión patriótica. Ante todo,
Aza se definía por ser un amante del baloncesto cuya tendencia natural a trans-
mitir sus conocimientos no sabía de nacionalidades o rivalidades deportivas. Así,
en Italia, país en el que se estableció profesionalmente durante muchos años, su
figura fue tan venerada como en su Yugoslavia natal. Fruto de ello, a ese lado del
Uno de los más insignes fue Eduardo Dodo Rusconi, quien como jugador en u
::::J
o
:>::'.'.
Varese, en los prolegómenos de lo que sería una larga trayectoria en los banqui- z
llos, el técnico novato demandó la ayuda del maestro, que viajaba desde Belgra-
<(
N
<(
do varias veces al año para ofrecerle su punto de vista sobre la labor realizada. Su ci
intensa adhesión a la filosofía baloncestística de Nikolic no admitía dudas, como LJ.J
f-
abiertamente manifestaba en una entrevista concedida a Enrico Minazzi para la (./)
(5
revista Giganti del Basket varios años después, y ya al frente de la Fortitudo de <(
2
Bolonia (titulada, significativamente, Aprendiendo muy bien la lección del Profe- o
sor): "Cuanto más entreno, cuantos más jugadores y colegas conozco, más me z
w
doy c_uenta de que Nikolic es siempre y sólo el único". Unas declaraciones muy ¡:::
o:
<(
próximas a las que enunciaban sus colegas balcánicos. Y no eran patrimonio o...
exclusivo de estos o, en su defecto, de los preparadores italianos. 2
La posibilidad de interactuar con Aza iba más allá de amistades y antiguos ::>
colaboradores. En Europa resultaba muy poco habitual que un técnico compar-
tiese sin reparos tanto sus hallazgos tácticos como sus reflexiones sobre el juego 241
con hombres que podían ser sus adversarios en el futuro (o que ya lo eran), deta-
lle que engrandecía más si cabe su leyenda de Professore di pallacanestro. Nume-
rosos entrenadores de prestigio, como Dan Peterson o Alberto Bucci, asistían a
sus sesiones, convencidos de que aquel hombre atesoraba una sabiduría inusual.
El propio Peterson recordaba en el libro Quando era alto due metri4 su experien-
4 Quando era alto. due metri, libro escrito por Dan Peterson, es un repaso a su larga trayectoria
como entrenador profesional. El estadounidense, muchos años afincado en Italia, fue el responsable
 cia con Nikolic. El estadounidense, que era el responsable de la Virtus de Bolo-
nia, tenía las puertas abiertas para observar los entrenamientos del yugoslavo,
pese a que éste dirigía por aquel entonces a la Fortitudo, encarnizado enemigo
ciudadano. No se puede calificar de sorprendente que uno de los detalles que
más le llamaran la atención fuese su nivel de exigencia: "Vi sus entrenamientos,
salvo los de la semana del derby, cada día durante dos años. Me di cuenta de una
cosa: los hombres son capaces de hacer mucho más trabajo del que creemos. Sus
chicos trabajaban como caballos. En esto, Nikolic era constante: el trabajo era
agotador tanto después de una victoria como de una derrota". Pero no sólo la
dureza de sus entrenamientos fue lo que se le quedó grabado a Peterson, que
siempre ha considerado a Aza un adelantado a su tiempo. "Un solo episodio: el
día del partido incluyó en el quinteto inicial a su décimo hombre, Ciucci Deve-
tag, para que defendiese cinco minutos a Tom McMillen, mi estrella americana.
Una vez transtornado McMillen, con juego limpio, se entiende, Devetag fuera.
En estas cosas, Nikolic estaba años por delante de nosotros. Quizás años luz".
Aunque fue en Yugoslavia e Italia donde más profundizaría la influencia
del técnico serbio, sus enseñanzas marcaron a muchos colegas europeos. En oca-
siones, bastaba coincidir un breve lapso de tiempo para entablar una conversa-
~
<(
ción provechosa. La anécdota que explica Mario Pesquera en la entrevista conce-
~ dida a Jordi Román para El basket según Mario Pesquera es extraordinariamente
8 gráfica al respecto: "Empecé aprendiendo de Aza Nikolic, que si no es el más
~
grande entrenador de la historia del baloncesto, poco le falta. Tuve la oportuni-
~ dad de coincidir varias veces con Aza. Una, la recuerdo perfectamente, en León,
tj de la que guardo aún una hoja manuscrita por él ~n la que viendo un partido
g
~
España-URSS me explicó, en una hora escasa, la defensa de match up, hombre
zona, que él hacía. En unos cuantos diagramas me resumió lo que yo en un libro
u:1 americano había leído posiblemente en trescientas páginas".
~ La herencia pedagógica de Nikolic no sabe de fronteras de ningún tipo.
~
a:i
Ni espaciales ni temporales. Incluso uno de los técnicos más admirados de la
~ Europa del siglo XXI, el italiano Ettore Messina, tuvo diversos (y poco conoci-
~ dos) encuentros con Aza, los cuales, como no podía ser de otra manera tratán-
·~ dose del Profesor, trascendieron el saludo protocolario entre dos entrenadores de
~ diferentes generación y nacionalidad. "Mi relación con Nikolic comienza cuan-
do en 1984 fui de asistente a Bolonia. Él había estado en la Virtus hasta 1982,
242 llegando a la final de la Copa de Europa de Estrasburgo. El Profesor había deja-
do una impronta muy fuerte en el baloncesto italiano. En Varese y también en
Bolonia. Pude conocerlo en un clinic, asistí a varios en los que él era el ponente",
comenta Ettore. Aquel fue cronológicamente el punto de partida, aunque para
técnico de la Universidad de Delaware o de la selección nacional de Chile, entre otras varias experien-
cias. Ya en tierras transalpinas, dirigió a las míticas Virtus de Bolonia (ganando la liga en 1976) y
Olimpia de Milano. Con esta última se proclamaría cuatro veces campeón de la lega, dos de la Coppa y
una de la Copa Korac, coronando su trayectoria con el título de Copa Europa en 1987.
el técnico de Catania el auténtico inicio de su relación sería posterior: "Uno de
los recuerdos más fuertes de cuando empecé como primer entrenador en la Vir-
tus fue con Nikolic. Él era el asesor de Boscia Tanjevic en Trieste y nuestro pri-
mer torneo de pretemporada fue precisamente en Trieste, en septiembre del 89.
Jugamos la final, y ganamos muy bien al equipo de Tanjevic. Cuando acabó el
partido, yo estaba en el vestuario. Alguien tocó a la puerta. Fui a abrirla y era el
Profesor Nikolic con el acta del encuentro. Me la entregó y me dijo que siguiese
con la misma intensidad y con el mismo nivel de actitud. Me demostró mucho
cariño, y desde ese momento, cada vez que pude intenté contactar y charlar con
él", recuerda Messina, con un tono de voz que irradia respeto hacia el Profesor.
Al contacto de Trieste le seguirían otros muchos en el futuro: "Incluso en 1992,
cuando jugamos el playojfcontra el Partizan, en el que Nikolic ayudaba a Zeli-
mir Obradovic, fuimos a hablar antes del partido que se jugó en Belgrado. En
Bolonia, en el día libre que había entre los dos partidos, también nos encontra-
mos. Y al día siguiente de la eliminación de mi equipo, otra vez. Nos vimos para
comentar, charlar, para ayudarme ... Él siempre fue muy cariñoso conmigo, me
ayudó muchísimo".
Messina no oculta que considera al yugoslavo quizá la personalidad más
influyente que haya habido entre los entrenadores del Viejo Continente. "Claro,
su manera de entender el baloncesto, su metodología, su atención a los detalles, u
::::¡
la visión global que él tenía del juego y de los jugadores ... Es algo muy raro. En o
:::::::
el sentido de poco común. Especial, diferente. Yo creo que Aza, con su mentali- z
dad, ha influido muchísimo en la formación de muchos entrenadores", comenta
<(
N
<(
el italiano, que pese a ello opina que no se debe utilizar indiscriminadamente el
término "alumno": "Hay muchos, demasiados, que se llaman 'hijos de Nikolic'. º
a:
L.LJ
1-
(/)
Pasa igual que con Kukoc y Divac: en la ex Yugoslavia, todo el mundo dice que (.'.)
les ha entrenado. Tantos que, sinceramente, Kukoc y Divac deben haber tenido <(
~
400 entrenadores en su vida deportiva o bien tienen 150 años, porque cada vez o
que te encuentras a un técnico, él ha entrenado a Divac y Kukoc. Es típico del
o
z
L.LJ
¡:::
mito,- en uno y otro caso. Forma parte de la leyenda". Esgrimiendo ese mismo a:
<(
razonamiento crítico, concluye: "Yo no me permito llamarme hijo del Profesor o...
~
Nikolic, pero le debo muchísimo".
:>
243
EL ÚLTIMO AZA: EL NIKOLIC MENTOR. TEORÍA DE LOS DOS GRADOS
DE SEPARACIÓN
Nikolic era miembro del cuerpo técnico. Estuvo los tres años trabajando
con Boza., era su ment~r. Todo estaba acordado con Aza. Vt>nía dos o tres
semanas, trabajaba las bases baloncestísticas, y se iba. Hacía esto tres o
cuatro veces al año: controlaba todo, recababa información y decidía qué
camino había que tomar. A veces, incluso Nikolic dirigía el entreno y
Maljkovic ejercía de asistente. Al acabar, intercambiaban impresiones.
 El entrenador era Boza, por supuesto, pero Nikolic fue una figura
importantísima en aquel equipo.
(LUKA PAVICEVIC, hablando de su etapa en la Jugoplastika, 2009)
En la década de los ochenta, un último fenómeno rodea la figura de Nikolic.
Pionero en tantas cosas, y después de muchos años de enseñanzas y estudio, el
hecho de ser discípulo de Nikolic alcanza el valor de título en sí mismo (como
deja entrever Messina), y el técnico bosnio ejerce el papel de tutor personal de
muchos jóvenes entrenadores; los casos de Bogdan Tanjevic, Bozidar Maljkovic
y Zeljko Obradovic son los más célebres. Aza acoge y guía el inicio de las carre-
ras de todos ellos, realizando una función de mentor que, inevitablemente, aso-
ciará la imagen de estos a la suya. No sólo eso, sino que numerosos clubes euro-
peos deciden contratarle de "asesor", experiencia que no tenía precedentes (ni
los habrá posteriormente) en el panorama continental. De esta manera, la
Sinudyne de Bolonia le contrata, a principios de los ochenta, para que durante
dos semanas participe en los entrenamientos, analice la situación del equipo,
esboce el camino a seguir, y establezca las directrices y pautas de trabajo necesa-
rias para ello. Una década después, cuando Sergio Scariolo se haga cargo de la
o
> dirección del por entonces Teamsystem, el técnico transalpino convencerá a los
<t
_J
(/) directivos del club boloñés para que vuelvan a repetir la experiencia: "Conseguí
o(.9
::i
que le contratáramos en mi segundo año en la Fortitudo. Mi club llegó á un
>- acuerdo con Nikolic para que viniera tres periodos de diez días durante la tem-
º
1-
(/)
LU
porada. No a entrenar directamente, sino a mirar las sesiones. Yo ya había sido
u
z campeón de la lega con el Scavolini, pero para mí fue muy enriquecedor. Su
o
_J agudeza, la capacidad de decirte cosas que un ojo normal no ve ... Además, lo
<t
OJ hizo con una normalidad y un saber estar excepcionales. Él podía llegar como
_J
lJ..J
un Dios que baja a la Tierra, pues yo creo que ha sido el mejor entrenador euro-
u)
o peo de todos los tiempos, pero vino con una humanidad ... Incluso me hizo
o o
<t
OJ
ruborizar más de una vez con sus comentarios halagadores. La presencia de
oa: Nikolic en esa etapa de mi carrera me sirvió muchísimo para fortalecer mi visión
(/)
o del baloncesto y la confianza en mí mismo. Entendí la importancia de entrenar
,z
LU el cuidado de los detalles", recuerda Scariolo.
::i
(/)
El papel de intelectual y pedagogo del baloncesto de Nikolic había adqui-
rido una nueva dimensión: el de cargo dentro del organigrama de un club. Como
244
resultado de tal consideración, y gracias a la íntima relación que le unía con Bog-
dan Tanjevic, Bozidar Maljkovic y Zeljko Obradovic, Aza desempeñó la función
de asesor en los equipos que estos dirigieron en los años ochenta. En Trieste, la
labor conjunta de Tanjevic y Nikolic harán crecer a una pequeña escuadra de la
serie A-2 hasta convertirla en finalista de Copa Korac y aspirante al trono de la
lega. Más espectaculares son los casos de la Jugoplastika de Split, campeona de
Europa en el trienio 89-91, y Partizan de Belgrado, que cogió el testigo de los
croatas en 1992 con el mítico triple de Sasha Djordjevic. Su ascendiente era tal,
que la charla técnica previa a la primera final del conjunto de Split la dio él y no
Maljkovic. Suficientemente ilustrativo de la veneración que sentían sus discípulos
hacia él. Si bien los entrenadores de estos tres equipos eran los mencionados Tan-
jevic, Maljkovic y Obradovic, no se puede entender su crecimiento, estilo y filo-
sofía de juego sin la figura de Nikolic. "El Profesor era como un ángel que nos
resguardaba'', rememora un destacado miembro de aquella Jugoplastika, Dino
Radja. "Cuando pasaba cualquier cosa, él venía y la arreglaba. Decía lo que había
que cambiar, lo que había que hacer. Fue importantísimo en el proceso de la
Jugoplastika", continúa el antiguo jugador croata. Su entrenador en Split, Boza
Maljkovic, detalla una cooperación que llevó al conjunto dálmata a la mejor
etapa de su historia: "El Profesor trabajaba conmigo en un hotel en el que vivía-
mos juntos en mi primera etapa en la Jugoplastika. A lo mejor venía diez días y
después se iba, para volver dos meses después. Se quedaba otras dos semanas, y se
volvía a ir", explica el técnico serbio. "Hablábamos, preparábamos un microciclo
de siete días. Decidíamos 'vamos a trabajar esto, eso y lo otro, el ataque contra
zona no me gusta, debemos cambiar la manera del desarrollar el pick and rol!. .. '.
Más adelante, le ofrecí que realizara algunas sesiones, porque la gente se cansa de
estar siempre con la misma persona, se satura de tu voz, de tu manera de hablar,
de mover la mano ... y Nikolic era como un soplo de aire fresco para los jugado-
res. Venía alguien mejor que yo y trabajaba con ellos. Y, claro, por la noche iba a
cenar con sus ex jugadores que estaban en el club, como Trvdic o Skansi, y se e
::::J
divertía mucho. Al Profesor le encantaba venir. Era una fiesta para él". o
:::.::'.
Su trabajo en el Partizan de Obradovic fue similar, aunque con algunos z
matices: "Nikolic venía sólo por las tardes. Trabajaba táctica de ataque, de defen- <!
N
<!
sa, pero por la mañana nunca venía. Tampoco viajaba con nosotros, sólo vino o
una vez al último encuentro de la liguilla en Fuenlabrada, donde jugábamos a:
w
1-
nuestros partidos de Euro liga como locales debido a la guerra en Yugoslavia", (/)
("
comenta Zeljko. "Yo trabajaba en solitario por las mañanas, hacía cosas de técni- <(
¿;
ca individual y también aspectos tácticos para poder estar preparados para cuan- o
do él viniera por la tarde, porque Aza era de repetir muchas veces las jugadas, z
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una y otra vez, y también incidir en la defensa. Yo sabía que su método de traba- ¡::::
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Jº era muy importante". <!
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2
Los ejemplos anteriores son los de más trascendencia debido al lazo que
une a Nikolic con sus tres discípulos y a la relevancia de los logros en su periodo >
de colaboración. Pero no sólo serán ellos los técnicos que pedirán consejo al Pro-
245
fesor. Muchos otros lo hicieron, especialmente serbios, ya que es entre sus entre-
nadores donde la filosofía de Aza encontró una mayor cantidad de adeptos, y
serán los encargados de perpetuar su ideario. "Yo dije una vez una frase que
gustó mucho a la gente: 'Aza Nikolic es el patriarca de nuestro baloncesto'. Un
patriarca es más aún que un padre, es el jefe de nuestra iglesia, la máxima autori-
dad religiosa. Hay sólo uno. Zeljko Obradovic declaró en una entrevista: 'Como
dice Boza, Aza Nikolic es el patriarca de nuestro baloncesto'. Y eso es más que
fundador, más que padre. Porque un patriarca es un hombre honesto, sagrado",
explica, henchido de orgullo, Bozidar Maljkovic.
 Dicen que todas las personas del mundo están relacionadas entre sí en
menos de seis pasos: cualquier ciudadano anónimo está conectado, mediante las
personas que conoce, y las que conocen sus conocidos (así hasta seis veces conse- Predrag Danilovic
cutivas) a cualquier personaje por famoso que sea, o lejano geográficamente que Sarajevo (República de Bosnia, ant. Yugoslavia). 26.02.1970. 2.01 m. Escolta
esté. La célebre teoría de los seis grados de separación. En el baloncesto yugosla-
vo, desde su virtual nacimiento en la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros
días, ningún jugador o técnico que haya competido a nivel profesional está a
más de dos pasos de la influencia de Nikolic. Aunque no lo sepa.
Hotel Nueva Constanza, Barcelona, 11 de febrero del 2009. Luka Pavice- TRAYECTORIA
vic, sentado en un sillón, relajado. Fue campeón del Mundo júnior en 1987.
Campeón de Europa de clubes en tres ocasiones. Actual entrenador profesional. Inicios
-¿Aleksandar Nikolic le ha influido como entrenador en algo?
Mirada sorprendida hacia el interlocutor. Predrag Sasha Danilovic se inició en el mundo del baloncesto en 1984, a los 14
-¿Si me ha influido en alguna faceta? años. Tanto Predrag como uno de sus mejores amigos destacaban por su altura,
Silencio. Sonrisa paternal del que va a explicar algo que resulta obvio: lo que les empujó a probar suerte en el kosarka. Pocos meses después se incorpo-
-En todo. En todas y cada una de las facetas. Aza Nikolic es el auténtico raba a las categorías inferiores del Bosna Sarajevo, coincidiendo con jugadores
padre del baloncesto yugoslavo. como Samir Avdic o Dzevad Alihodzic. Mientras participaba en un campus en
Un segundo después, añade: Zlatibor, el por aquel entonces base del Partizan Zeljko Obradovic se fijó en sus
o -Y europeo. cualidades. A su vuelta, habló con Dusko Vujosevic sobre la joven perla que aca-
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baba de vislumbrar y el técnico convenció a Predrag para que fichase por los de
o(.!) Belgrado. El Bosna se opuso, por lo que la Federación Yugoslava decidió que
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>- La teoría de los dos grados de separación. debía estar dos años sin disputar competiciones oficiales antes de conseguir el
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ti; transfer. Danilovic pasó uno de ellos en Estados Unidos, en un high-school de
u Tennessee, y el resto del periodo se dedicó a entrenar con el primer equipo del
z Partizan, participando en partidos amistosos mientras esperaba que se cumplie-
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sen los plazos marcados por el KSJ. En 1988 pudo por fin debutar en la liga
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w yugoslava con la camiseta partisana .
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oo: Etapé! profesional
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Danilovic se incorpora a un conjunto muy potente, que venía de clasificarse
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(/') para la Final Four de la Copa de Europa el año anterior. En su primera tempora-
da, su rol es el de sexto hombre del equipo, un especialista defensivo que saltaba
247
246 a la cancha para aumentar la intensidad colectiva y correr la transición. El Parti-
zan se proclama campeón de Copa Yugoslava y Copa Korac, pero no rubricaría
su dominio en el torneo de liga, ya que de nuevo la Jugoplastika se interpuso en
su camino. El premio individual llegaría al finalizar la campaña, con su inclu-
sión entre los doce elegidos de Dusan lvkovic para el Europeo que se celebró en
Zagreb.
A la vuelta del Eurobasket, la marcha de Zarko Paspalj a la NBA propició
que Predrag ingresase ·en el quinteto titular, desplazando a lvo Nakic a la posi-
ción de alero. Pero una grave lesión de tobillo le hizo perderse más de la mitad de

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 la temporada, por lo que su asentamiento definitivo se produciría al año siguien-
te. Con el retorno de Paspalj y Djordjevic (ausente el año anterior a causa del
servicio militar), el Partizan se clasificó de nuevo para la final de la liga yugosla-
va, con el joven escolta como segundo máximo anotador del conjunto tras el
propio Zarko. De igual manera que había sucedido dos años atrás, la Jugoplasti-
ka (ahora Pop'84) se impuso, y esta vez lo hizo con enorme suficiencia.
El estrellato europeo llegaría en su última campaña en Belgrado. Con una
plantilla, sobre el papel, menos talentosa que sus precedentes, la explosión de
Danilovic y Djordjevic encumbró al Partizan como mejor equipo del continen-
te, tras batir al Joventut en la Final Four celebrada en Estambul. La sorprenden-
te victoria convirtió a Predrag en uno de los fichajes más codiciados del merca-
do, y decidió iniciar la aventura italiana en las filas de la Virtus de Bolonia que
dirigía Ettore Messina.
La irrupción de Danilovic en la Lega revolucionó el campeonato. En su
primer año lideró al conjunto de Bolonia al título, imponiéndose al vigente
campeón, la Benetton de Toni Kukoc. Tan sólo habían pasado dos años desde su
último enfrentamiento en la liga yugoslava, pero Sasha no era el mismo jugador:
se había convertido en una estrella comparable al croata, al que de hecho igualó,
o
> si no superó, en el duelo particular. Las siguientes dos campañas certificaron la
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(/) preeminencia de Danilovic y su Buckler -ahora dirigida por Alberto Bucci- en
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c.:i el torneo transalpino, al tiempo que erigían al escolta como el jugador exterior
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>- más determinante de Europa. Djordjevic, Bodiroga, Myers, Komazec, Naumos-
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ki ... Muchos eran los nombres rutilantes que participaban en aquel campeona-
u to, pero él los eclipsó a todos. Sus fantásticos números individuales (sobrepasó
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_J los 25 puntos de promedio en la 93/94 y los 29 la siguiente, siendo el mejor en
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en porcentaje en tiros de dos con casi un 70% de acierto en ambas) fueron acom-
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w pañados por el triunfo colectivo.
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o La Scavolini de Pesaro de Carlton Myers, uno de sus más enconados riva-
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< les a lo largo de su carrera, y la Benetton de Treviso del trío Petar Naumoski-
en
oe: Ricardo Pittis-Orlando Wolridge serían los damnificados de la Buckler. El domi-
(./)
nio de Danilovic resultaba apabullante. Hasta tal punto, que en su periodo en la
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w Lega se había consolidado como el mejor escolta-alero del continente. Dicha ase-
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(./)
veración, totalmente naturalizada dentro de las fronteras italianas, sólo era pues-
ta en entredicho por los resultados en la Liga Europea, y es que los de Bolonia
248
cayeron durante tres años consecutivos en la eliminatoria que daba acceso a la
Final Four. El primer año sería el Real Madrid de Sabonis, con flojo rendimiento
de un Predrag frenado por la asfixiante defensa a la que le sometió Ismael Santos.
Una temporada más tarde fue el Olympiakos de su ex compañero Paspalj, un
conjunto muy superior en el juego interior. La siguiente, el verdugo vendría tam-
bién de Grecia, ya que el Panathinaikos de Dominique Wilkins y Stojan Vranko-
vic, posterior campeón, apeó a los de Danilovic de la competición.
En 1995, Predrag optó por dar el salto a la NBA. Tenía 25 años y acababa
de conquistar la medalla de oro del Eurobasket, tras una inolvidable final contra la
Lituania de Sabonis y Marciulionis, y con un no menos imperecedero mate de
Sasha sobre el zar lituano. En Estados Unidos le esperaban los Miami Heat de Pat
Riley, una franquicia que atravesaba los mejores momentos de su corta historia, y
en la cual jugaban destacadas figuras de la liga como Tim Hardaway o Alonzo
Mourning. El rendimiento de Predrag en su año rookie estaba siendo excelente (se
hizo con la titularidad desde el comienzo), hasta que una grave lesión en su muñe-
ca derecha le apartó del equipo, permitiéndole disputar tan sólo 19 partidos. Su
segundo año sería similar, tanto en lo concerniente a su rendimiento individual
como a los contratiempos físicos, si bien estos no fueron tan graves. En febrero, los
Heat le traspasaban a Dallas (en un intercambio que afectó también a Kurt Tho-
mas y Martín Müürsepp) con el objetivo de hacerse con los servicios de Jamal
Mashburn. Pese a que Predrag incrementó sus números en la ciudad texana, su
decisión ya estaba tomada desde antes del canje: retornaba a Europa. Las dificulta-
des para adaptarse a un estilo de vida que no le agradaba en demasía y las elevadas
ofertas económicas procedentes del Viejo Continente (superiores en ganancias
netas a las cantidades que hubiese percibido en la NBA) resultaron decisivas.
Predrag volvió a Bolonia, club y ciudad que conocía a la perfección. Su
identificación era total. La Virtus había pasado por su particular travesía del de-
sierto sin la aportación de Danilovic, la sombra que siempre persiguió a su susti-
tuto, Arijan Komazec. El conjunto de Ettore Messina reunía una plantilla de un
potencial enorme, con Antoine Rigaudeau, Zoran Savic, Hugo Sconochini o
Radoslav Nesterovic en sus filas. Pero la Filodoro de Bolonia, el gran rival ciuda-
dano, también había formado un grupo poderosísimo, en el que destacaban
Carlton Myers, Dominique Wilkins, David Rivers y Gregor Fucka. La tensión
salpicó todos los enfrentamientos entre ambas escuadras durante la temporada,
una situación intensificada por el hecho de que la eliminatoria que otorgaba el
pase a la Final Four cruzó sus destinos. Era el muro contra el que siempre había
chocado Predrag en su anterior etapa en la Virtus. No lo sería en esta ocasión. e>
Los de Danilovic derrotaron a la Filodoro en un partido que incluyó una tanga- z
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na mu.ltitudinaria, un conato de pelea entre Sasha y Myers, y tan sólo tres juga- o
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dores rivales sobre la pista en los últimos minutos. Una vez en la Final Four, la ;;:i:
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Virtus se proclamaba campeona de Europa en Barcelona. Danilovic volvía a w
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conquistar el cetro continental seis años después.
Pero aquella temporada aún no había alcanzado su auge. Los dos clubes
249
de Bolonia se veían nuevamente las caras en la final de la liga italiana. Una serie
durísima, que se decidía en el quinto y decisivo encuentro. A pocos segundos
del término, la Filodoro ganaba de cuatro puntos. Tenía el título en la mano.
Entonces emergió la figura de Danilovic para anotar una de las canastas más
trascendentales y bellas de toda su carrera. Un lanzamiento triple que cobraba la
falta personal de Wilkins y el consiguiente tiro libre adicional que forzaba la
prórroga. Ya nadie pudo detener a Sasha en los cinco minutos extra, en los que
encestaba diez puntos consecutivos. El rey de Bolonia devolvía el título a la Vir-
tus con una exhibición mágica.
 La siguiente temporada empezaría su calvario personal. Nuevamente era
víctima de constantes lesiones y posteriores recaídas, lo que hizo que se perdiese •~l~l~I 1~1~1~•~1~181~•~1ili
casi la mitad de los partidos y nunca llegase a alcanzar la plenitud. La Kinder fue
eliminada en semifinales de la lega por el Pallacanestro Varese, futuro campeón.
Los dolores eran cada vez más intensos, por lo que el escolta serbio ni tan siquie-
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ra pudo disputar el último partido contra los varesinos. En la Euroliga, los de

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Bolonia alcanzaron la final, pero fueron sorprendentemente derrotados por el o00
Zalgiris de Kaunas en una brillante puesta en escena de los lituanos.
No alargaría demasiado su carrera profesional. Una campaña más, en la o

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que la Kinder volvió a tropezar en las semifinales de la lega (esta vez contra la \D
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Benetton) y a perder una final continental (la de la Copa Saporta, frente al AEK ....... ....... ....... N

de Atenas). Aquel mismo verano, tras la disputa de los Juegos Olímpicos y con
tan sólo 30 años, Sasha decidía poner punto final a su trayectoria. Muchos fue-
ron los que se sorprendieron, pero una persona tan competitiva como él no
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podía aceptar no poder jugar al máximo de sus posibilidades. Había debutado
en la cresta de la ola y se retiraba estando aún en ella.

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1- podía desempeñar labores de alero. Fuerte, explosivo y veloz, su capacidad arlé- o t'--- t'--- -
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u tica le permitía destacar en los dos lados de la cancha. En sus primeras tempora- w
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o das en la élite, sus condiciones físicas hicieron de él un especialista defensivo que
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co basaba su anotación en los puntos logrados a través de contraataques y penetra-
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ciones. Ejercía de factor que añadía intensidad y mordiente al baloncesto del
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co de entrenamiento individual le llevarían a mejorar esa faceta hasta extremos <t
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cialmente una mayor inseguridad de Sasha. El escolta optó por no realizar dema-
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sus últimas dos campañas en Belgrado. La metamorfosis fue evidente, tanto que
los aficionados que le descubrieron en la Final Four de Estambul ya conocieron 1 1 1 1 1 251
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a un tirador letal.

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Una vez alcanzado el estatus de referencia de sus diferentes equipos, el '""O

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juego de Danilovic fue madurando progresivamente. El serbio era un excepcio- OIJ o o o
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sidad de acaparar durante mucho tiempo la posesión del balón ni realizar un ele- .fi....l ~

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vado número de tiros. Esta última cualidad le diferenciaba del perfil típico de ¿:: ~
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obstinado encestador que lanza compulsivamente. Incluso le benefició notable-

mente en su paso por la NBA, pues Sasha se adaptó sin problemas a una tarea
anotadora que no contemplaba tener demasiado contacto con la pelota, y era
• ~I ~I ~I ~I ~I ~I ~· ~I ~ 1~1~•~1~1 ~
 muy raro verle caer víctima de la ansiedad por ello. Dotado de una gran elegan-
cia en la ejecución del tiro, para el cual se elevaba por encima de su defensor
merced a la potencia de sus piernas, pocos jugadores optimizaron más sus deci- IV. Integrales y derivadas: peculiaridades de un sistema
siones ofensivas que el de Sarajevo, cuyos porcentajes en tiros de dos rondaron de interrelación global
un casi irreal 70% de acierto en varias campañas con la Virtus.
Danilovic mostraba además una amplia gama de recursos, ya fuese en
penetración o desde el perímetro, aunque nunca llegó al nivel de excelencia en el
pase y en el dominio de balón de otros representantes de la Escuela Yugoslava
como Petrovic, Bodiroga o Kukoc. En el otro lado de la balanza, pocas fueron -¿A qué le da más importancia para explicar el nivel de baloncesto de Yugoslavié
las estrellas balcánicas que igualaban sus prestaciones defensivas. Pese a que, ¿A los jugadores o a los entrenadores?
como es lógico, su aportación ofensiva resultaba vital para sus equipos y eso -Era un sistema. Había numerosas claves: cuestiones genéticas, como la altura;
repercutió en que sus responsabilidades en la retaguardia disminuyeran, Sasha talento para los juegos con balón; la situación en esos momentos del socialismo,
mantuvo permanentemente_ un alto tono defensivo. Siempre estuvo entre los que incentivaba el deporte como algo muy importante; la metodología
mejores de la lega en recuperaciones de balón, e incluso también en tapones, de entrenamiento y reclutamiento; la planificación y el sistema en sí mismo.
siendo uno de los pocos exteriores que asomaban la cabeza en una clasificación
Todos esos factores juntos eran el secreto del kosarka yugoslavo.
tradicionalmente comandada por jugadores interiores.
(ZAN TABAK, Hotel Calderón, Barcelona, 2009)
Eso sí, el gran sello distintivo del escolta no fueron sus puntos, robos o
triples. Si algo permanece en la memoria es la extrema competitividad que irra-
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diaba en la cancha. De mentalidad fortísima, Danilovic traspasaba los tópicos de
actitud ganadora. Se crecía enormemente en las situaciones de máxima tensión, E N las matemáticas avanzadas, existe un concepto que resulta fundamental
en los campos del cálculo y análisis matemático. La integración.
La suma de infinitos sumandos (a su vez, infinitamente pequeños) con-
o fusionando la capacidad para transmitir frialdad en sus decisiones y fuego en sus
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reacciones. Desafiante ante el adversario, el público y todo el entorno, exigente forman una integral. Si Nikolic estudiaba el baloncesto como si de una ciencia
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se tratase, bien pudiera utilizarse una equiparación de este concepto matemático
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en grado máximo consigo mismo y sus compañeros, quizás el gran secreto de su
para entender las claves que, sumadas entre sí, obtienen como resultado el excel-
u exitosa carrera residió en su voracidad en la búsqueda de la victoria, característi-
z so nivel del baloncesto yugoslavo. Si las matemáticas y la física explican los fenó-
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ca que le hizo tan amado por sus seguidores como temido por los del rival.
< menos observables en la naturaleza, también pueden ser recursos para ilustrar un
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proceso que sólo puede considerarse de una manera: como el de un sistema inte-
vi gral. Pero este sistema sólo~e puede intentar comprender desde una perspectiva
o
o holística. No cabe la posibilidad de analizar los componentes bajo parámetros
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o secuenciales. La adición no es suficiente, pues deja de banda las sinergias que
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VJ posibilltan que el todo sea más grande (y diferente) que la suma de las partes y
o
z no explica las leyes e interacciones que rigen el global de esa realidad. Sólo obser-
LLJ
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(j)
vando el sistema del baloncesto yugoslavo en su conjunto se pueden apreciar
procesos y particularidades que pueden resultar invisibles al hacerlo por separa-
253
252 do. Este no es un matiz trivial. Sin una visión holística, todo intento de conocer
la realidad del kosarka resulta parcial y sesgado.
Los dos grandes protagonistas genéricos en la pista, es decir jugadores y
entrenadores, son elementos de indudable importancia. Pero no conforman los
únicos factores de la operación. Ellos son, a la vez, causa y efecto de una com-
pleja red de interrelaciones en la que cada una de las partes realiza su aportación,
insuficiente por sí misma, pero indispensable por definición. Estas interrelacio-
nes no pueden ser valoradas sin profundizar en el papel que previamente ejercie-
ron los cuatro pioneros del baloncesto yugoslavo, pero es necesario también
 entender cómo se relacionaban sus respectivas áreas de influencia entre sí; en
definitiva, conocer como se integraban.
LA FEDERACIÓN YUGOSLAVA: EL KSJ ... Y EL STRUCNI SAVET
Había mucha gente inteligente interesada en que el proyecto funcionase.
Ahora que lo veo, con el paso del tiempo, es para ser admirado.
El órgano gestor de cualquier baloncesto nacional es su federación. Y en ella se
halla la primera gran peculiaridad del kosarka. En concreto, al hacer un repaso a
sus miembros. Normalmente, los puestos federativos son cargos políticos y
administrativos en los que suelen encontrar cabida algunos ex jugadores o ex
entrenadores. En el caso del Kosarkaski Savez]ugoslavije (KSJ), estos copaban un
porcentaje amplísimo del total. El "presidente político" del KSJ, Danilo Kneze- <
c.:;
vic, consciente de que no tenía las capacidades ni los conocimientos deportivos C1

Era una manera muy interesante de funcionar, de construir en un país. necesarios para tomar decisiones, dio libertad de acción y todo su respaldo a z
(LUKA PAVICEVIC, respecto a las selecciones inferiores yugoslavas. Nebojsa Popovic. Resulta infrecuente que un político reconozca sus limitaciones u
<(
Hotel Nueva Constanza, Barcelona, 2009) en coyunturas de este tipo, y la decisión de Knezevic fue, a su manera, funda-
w
mental en el desarrollo del KSJ. No tan sólo porque su presidente, Popovic, a:
ce
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El baloncesto yugoslavo ha de ser interpretado como un ente global. En ese tuviese un pasado de jugador, entrenador y seleccionador, sino debido a que >-
2
mapa general, liga, selección, cuerpo de entrenadores o federación eran diferen- también el resto de cargos más representativos y con mayor responsabilidad LlJ
o
tes caras de una misma moneda. Hoy en día resulta extremadamente complejo decisoria fueran ocupados por gente que había vivido de manera directa el <(
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realizar una valoración similar, pues en la Europa de inicios del siglo XXI cada baloncesto competitivo. Esta característica es inherente y sello distintivo de este w
t-
una de esas entidades caminan por separado en la mayoría de países que el obser- y otros órganos, como es el del cuerpo de entrenadores. En el caso concreto de la (f)
(/)

vador pretenda analizar. Para empezar, muchas ligas profesionales de baloncesto federación, la situación deriva en que las líneas generales de actuación serían tra- z
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o ya no pertenecen a las federaciones nacionales, hasta tal punto que -en algunos zadas por personas con un profundo conocimiento de las interioridades del w
o
> deporte, distanciándose de lo que sucedía en la mayoría de países, donde eran (f)
<(
_J casos- las relaciones entre ambas están sujetas a una gran rivalidad, cuando no w
(./)
políticos los encargados de tomar dichas decisiones. Popovic, Saper, Kristancic, o
o(.!J antagonismo. Los clubes decidieron crear competiciones privadas, y esta escisión <(
o
::::> ha acabado derivando en una soterrada lucha de intereses. Stankovic, Marjanovic, Sokolovic ... Son nombres que aparecen en los rosters de a:
>- <(
No era esta la estructuración predominante del baloncesto continental en los primeros torneos de selecciones, todos ellos hombres que tienen en común el =::¡
º
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(.f)
sus comienzos. En todos los países, la federación se encargaba de organizar y haber sido protagonistas en la pista y que, posteriormente, continuarían su tra-
::::>
u
Ll.J w
u yectoria en los banquillos. Uno de los pocos testigos de la génesis federativa al o..
z gestionar la competición nacional; en el caso concreto de Yugoslavia, la situa-
o (f)
<(
_J
<( ción iba aún mucho más allá. En un régimen político socialista, los resultados que aún es posible escuchar es Ranko Zeravica, que cree que ese fue un factor o
c:o decisivo para el kosarka: "Danilo Knezevic fue el fundador de esta manera de <(
_J deportivos eran un emblema, un embajador del que el pueblo se sentía orgullo- 2
Ll.J ce
v.) so, yendo todos los esfuerzos encaminados a la consecución del desarrollo de un funcionar. Era un político, no un hombre del baloncesto, pero fue el creador de LI.J

o o
o<( kosarka que tenía en la selección a sus héroes particulares. Cada decisión tenía un sistema en el cual la gente del kosarka mandaba en la Federación. Knezevic >-
(f)
aJ por objetivo, de manera directa o indirecta, repercutir en el progreso del nivel sólo quería dar ideas para que la organización funcionase, no meterse en temas w
oo: _J
<(
competitivo en cada rincón de Yugoslavia; con la creencia de que esta mejora se deportiyos. En fútbol no era así, siempre tuvieron políticos que quisieron desta- a:
(f) G
o
,z traduciría, finalmente, y tras el proceso de selección de los doce mejores jugado- carse de la organización. Puede ser que Knezevic viniese con la idea de mandar, w
t-
Ll.J
pero tenía alrededor a hombres de carácter muy fuerte, muy trabajadores y con z
::::> res del país formados en ese ecosistema, en la Reprezentacija más fuerte posible.
(f)
formación. Popovic, Saper, Kristancic ... Con su personalidad estaban por enci- ::>
Todo movimiento estaba sujeto a ese último propósito.
ma de él, pero Knezevic no tenía envidia. Eso fue muy importante".
254
La singularidad del KSJ no reside tan sólo en el perfil de sus altos cargos. 255
El KSJ. .. o la lnteligencija Una visión externa se mostraría sorprendida del papel de los técnicos en las
determinaciones de la Federación. Si ya de por sí en el KSJ muchos miembros
El Strucni Savet fue crucial en el crecimiento del baloncesto yugoslavo. Todos los mostraban un pasado como tales, el propio cuerpo de entrenadores tenía una
entrenadores se reunían y tomaban las decisiones de cómo desarrollar el kosarka. No eran función intelectual e investigadora heredada del omnipresente Nikolic que se
sólo entrenadores, también estaba gente como Bora Stankovic, Popovic o Saper. Decidían veía reflejada en el Strucni Savet. Este, formado por los más destacados coachs
los cambios del sistema de competición, el trabajo en las categorías inferiores ... Su del país, era un órgano perteneciente a la Federación y a quien sus miembros
aportación fue vital para lo que luego sucedió en la cancha.
consultaban, de tal manera que en la práctica era quien decidía las líneas genera-
(SRETEN PANTELIC, Belgrado, 2008) les -y también los detalles- de todos los movimientos del baloncesto yugoslavo:
 1t

los problemas de la selección, las exigencias del campeonato de liga, el trabajo de 11

formación ... En consecuencia, el KSJ dotaba de mucho peso a los técnicos, que
i1
ejercían de ideólogos cuando se trataba de decidir la ruta común y estas ideas se ,!

veían plasmadas en la realidad del día a día de su baloncesto. "Boris Kristancic ~

era el presidente del Strucni Savet, y fue muy importante por su experiencia. .~
Organizaba reuniones con entrenadores de los clubes de diferentes regiones, no
fl
sólo de Belgrado. Siempre tuvimos entrenadores de toda Yugoslavia en nuestro
cuerpo técnico, aunque no estaban todos, sólo los mejores. La mayoría de ellos
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tenía una tarea: entrenar a los cadetes o júniors, ayudar a la Reprezentacija ... por
ejemplo, dos miembros de nuestro Strucni Savet fueron mis asistentes en el
Mundial de Liubliana. Siempre hacíamos algo para ayudar, los miembros del
cuerpo técnico tenían más trabajo que sólo el de su club", explica Zeravica.

Selekcija no sólo es el título de un libro

Los planes de la Federación pasaban por optimizar al máximo los recursos de los
que disponía el país, y para ello necesitaba tener a entrenadores trabajando a
o
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tiempo completo que supervisasen las diferentes vertientes del desarrollo global
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(./) del kosarka. En ese aspecto resultó fundamental la figura del propio Ranko Zera-
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vica: "Empecé a cooperar con el KSJ en 1951. Por aquellos entonces, nuestra
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>- federación no disponía de un entrenador profesional. Quería tenerlo, pero no lo
º
1-
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L.U
había. Nikolic no trabajaba como técnico, él era profesor en la Universidad, en
u la facultad de Educación Física. El KSJ probó con dos ex jugadores y no salió
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o_¡ bien, y entonces yo pasé a ser, en 1959, el primer entrenador profesional que
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tuvo la Federación. Eso significa que prácticamente todo lo que se ha hecho lo
1
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L.U he llevado yo. Preparando materiales, competiciones, selecciones, jóvenes ...
(./)
o Todo, todo. Y también ejercer de asistente de Nikolic. Pero Aza no siempre
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pudo llevar a la selección y, por ejemplo, en los Campeonatos de los Balcanes de
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a: 1960, en Sofía, dirigí por primera vez a la Reprezentacija. También, antes del
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L.U
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Europeo de Wroclaw, Nikolic no pudo asistir a unos partidos amistosos y estuve
yo en el banquillo". La figura de Zeravica fue clave en la historia del baloncesto
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(./)
balcánico, con una influencia sobre numerosísimas facetas prácticamente impo-
sible de cuantificar con exactitud. Su labor traspasó el mero hecho de dirigir
256
partidos desde el banquillo, y está plenamente integrada en el ADN de los juga-
dores yugoslavos. .
En su colaboración con la Federación, Ranko profundizó en un concepto
que se convertiría en la piedra filosofal del kosarka. La Selekcija. La selección. Su
importancia queda reflejada en que el término forma parte inherente del voca-
bulario técnico de todos los entrenadores balcánicos, mientras que en otros len-
guajes no existe traducción exacta o no se utiliza específicamente. No es casuali-
dad que la obra cumbre de Nikolic lleve por título Selekcija u Kosarci, ni que
dedique gran parte del libro a desgranar los secretos del proceso. Zeravica ahon-
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1 da en sus reflexiones: "Dirigí a la selección júnior en el primer Europeo Júnior
celebrado en Nápoles, en 1964. Llegué allí sin saber lo que había en ese momen-
to en Europa en esas categorías. Quedamos sextos, y me di cuenta de que no
estábamos en el buen camino en el trabajo con los jóvenes. Al volver, proclamé
al Strucni Savet: 'Somos un pequeño país, y no podemos permitirnos el lujo de
entrenar con todos los chicos que quieren jugar a baloncesto. No tenemos recur- ~
::o
sos, no tenemos balones, no tenemos pistas, no tenemos pabellones ... Así que
hemos de intentar trabajar sólo con talentos. Hacer una buena selección'. 2
.:::::
Muchos entrenadores me apoyaron, y también lo hizo la Federación. Los políti- .::i
cos dijeron que no era humano, que no se podía hacer eso. Pero prevaleció nues- .l.J
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tra opinión". o::
w
A partir de ese momento, el perfeccionamiento de todos los detalles que z
intervienen en el procedimiento de la Selekcija se erigió en el principal objeto de w
o
estudio de los técnicos yugoslavos. "Desde 1954, el Strucni Savet organizaba <t
~
cada año reuniones para los entrenadores, que estaban obligados a participar. Y w
1-
(f)
había un tema que siempre era el mismo: la selección de jugadores. Los otros c.n
contenidos podían cambiarse, dependiendo del interés de los técnicos, del des- z
:::J
w
arrollo del baloncesto ... pero siempre había uno que se repetía, la Selekcija. o
Hablaban los profesores de Educación Física, los médicos que trabajaban en c.n
w
o
nuestro Instituto del Deporte, los entrenadores, etcétera, pero durante años y <t
o
años, reflexionábamos sobre ese aspecto. Y esta fue la base de nuestro éxito", X
3
comenta Zeravica. La búsqueda del talento pasó a ser el único objetivo de los _J

:::J
preparadores yugoslavos, que centraron sus esfuerzos en extraer lo mejor exclusi- u
w
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vamente de los mejores, y no convertir en difusos unos recursos que, como (f)
<t
comenta Zeravica, no abundaban en un país pequeño. o
<t
El propio técnico serbio tuvo un papel directo en la divulgación de las 2::
o:
conclusiones a las que se llegaban en aquellas reuniones. Su aportación no fue .l.J
Q

tan sólo a nivel teórico. Como entrenador, se dedicó a la aplicación práctica de >-
1
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este elitista planteamiento e hizo de la implementación su labor diaria: "Como
(f)
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nuestra liga se jugaba en verano, yo tenía mucho tiempo libre desde septiembre a:
!: (..'.J
w
hasta marzo. Empecé a visitar a los clubes, a estudiar qué hacían para seleccio-
f nar, cómo lo hacían, y traté de ayudarles. Por ejemplo, Split no tenía un buen
1-
z

l baloncesto pero sí disponía de talentos. Todo se inició de esta manera: ayudando

a los técnicos, hablando de Selekcija ... iba a Zadar tres o cuatro semanas, y esta-
2'.

257
ba allí estudiando cómo entrenaban, etc. Después, a Liubliana. Y así por todas
las Repúblicas". Poco a poco, el proceso de selección fue incrementando su efi-
cacia y tanto la liga nacional yugoslava como la selección no tardarían en benefi-
ciarse de ello.
Svetislav Pesic, trener de la siguiente generación, ahonda en un precepto
básico para los técnicos balcánicos. Zeravica no está presente, pero el discurso es
sorprendentemente parecido: "Con el tiempo todo se mejora y hoy en día tene-
mos muchos libros, tenemos Estados Unidos, España, internet, muchos profe-
sionales ... en nuestro tiempo no existían estas posibilidades. Yugoslavia fue
 siempre un país con libertad, pero éramos un país pobre, no teníamos mucho
l con Ivo Daneu como máximo exponente, secundado por Marjan Kandus, Miha
dinero ... Por esta razón, nuestra selección fue diferente a la de otros. No tenía-
mos suficientes balones, ni pabellones, ni otros recursos necesarios para practi-
car el baloncesto. No disponíamos del material para seleccionar y mejorar a
todos los jugadores que querían practicar el baloncesto. Y decidimos que no nos
interesaban los jóvenes que querían, sino los que podían jugar. Poder jugar, es
decir, selekcija. Aquellos que poseían talento. El poco dinero que había era para
los que superaban la criba". Los entrenadores yugoslavos fueron siempre cons-
Lokar, Emil Logar o Borut Bassin.
Croacia experimentó un avance más tardío. Tres grandes núcleos confor-
maban la élite del baloncesto croata: Zadar, Split y Zagreb. El KK Zadar fue el
primero en asentarse, aunque sus orígenes mostraban la peculiaridad de la ciu-
dad. Desde 1920, y hasta la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, Zadar <
ce
pertenecía a la República de Italia bajo el nombre de "Zara". La anexión a Croa- :::J
cia desembocó en una considerable disminución de los habitantes italianos en la -;>
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cientes de la necesidad de optimizar los recursos disponibles. Pero ... ¿en qué zona, aunque todavía permaneciera un núcleo. De hecho, fue Enzo Sovitti, de u
consistía el proceso de selección?: "La selekcija se hacía después de fijarse en la <t:
padre italiano y madre croata, el fundador de la sección de baloncesto del FO _J
w
altura, en los brazos, en la velocidad, la coordinación, la fuerza ... y en la inteli- a:
Zadar, al que Zeravica considera el padre de este deporte en Zadar: "Sin lugar a a:
w
gencia, en la manera de entender el juego, naturalmente. En esos aspectos había dudas, lo es. Enzo era un hombre con mucha iniciativa, venía a las reuniones del f-
z
unificación de criterios, en principio. Pero el mejor método para seleccionar es Consejo Técnico, dirigía a selecciones de jóvenes ... Fue muy participativo con w
o
dar un balón a los diez talentos y ver cómo se desenvuelven. Para saber elegir, la Federación". Presidente del club al mismo tiempo que jugador, posteriormen- <t:
necesitas tener talento de entrenador. Siempre explico que este proceso supuso 2
te se convirtió en el entrenador del equipo. Su minucioso trabajo, junto al del w
f-
la gran diferencia con respecto a otros países, lo que permitió a Yugoslavia crecer técnico italiano Isidoro Marsan (que tiempo después dirigiría a la Pallacanestro
(f)
U)
deportivamente, y era algo que hacíamos todos los técnicos", concluye Svetislav. Cantú), se vio recompensado con la formación de grandes talentos como Giu- z
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o seppe Giergia 5, Zeljko Troskot o Vele Cubric. Tras descender a segunda división UJ
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<( en 1953, el club retornó a la máxima categoría en 1957, para conseguir tres títu- (f)
w
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La expansión del Kosarka: desde Serbia a Eslovenia, Croacia, o
(./')
o los de liga en la segunda mitad de los sesenta, con otro descubrimiento de Sovit- <(
(.!:) Bosnia y Macedonia o
:::> ti, Kresimir Cosic, compartiendo galones con Giergia. a:
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>- En Split, la figura clave respondía al nombre del montenegrino Branko :::i
º
f-
(./')
UJ
La Federación tenla muy clara su política: habla que apoyar el desarrollo Radovic, destacado jugador internacional del Estrella Roja y el Partizan de Bel-
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uw
u del baloncesto en puntos que eran claves, como Montenegro o Da/macia, a..
z grado durante los años cincuenta. En 1960 pasó a ocupar el puesto de entrena- u)
o donde habla mucha gente grande. Ese era nuestro plan. dor del KK Split, club al que ascendió a primera división en 1964. Inició su <(
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(RANKo ZERAVICA, en su casa de Zaragoza, octubre de 2009) labor desde el mismo proceso de Selekcija, acudiendo a los campeonatos escola- ~
UJ a:
u) res para conocer y controlar a los futuros talentos de la ciudad, y poco a poco o
w
o El objetivo prioritario que se marcó el KSJ fue extender el kosarka por todas las fueron llegando al equipo dálmata jugadores de la talla de los tres hermanos >-
o (/)
<( w
o::i repúblicas de Yugoslavia. La primera liga yugoslava de la historia se disputó en Tvrdic (Drazen, Lovre y Ratomir) o Petar Skansi. Los métodos del técnico revo- _¡
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1945, con la participación de tan sólo cinco equipos. Las siguientes ediciones lucionaron y modernizaron el baloncesto de Split, hasta lograr los primeros títu- a:
(./') <.'.J
o
,z vendrían marcadas por la mayoritaria presencia de combinados serbios. El Estre- los ·en la década de los setenta, ya bajo el nombre de Jugoplastika w
f-
z
UJ
:::> lla Roja de Belgrado de Nebojsa Popovic se erigió en el gran dominador de ese Zagreb alcanzaría su cénit aún más tarde que Zadar y Split. En la capital
(/)
periodo, alzándose con el título durante diez años consecutivos. El deporte de la croata no existió una persona que aglutinase por sí misma todo el proceso, sino ~

canasta se había introducido vía Belgrado, pero la necesidad de conseguir la
258
mayor cantidad de jugadores posible hizo necesario expandir su práctica.
Eslovenia sería la siguiente república en manifestar su desarrollo con la
labor de Boris Kristancic como génesis del fenómeno. El jugador-entrenador del
Olimpia de Liubliana, estrecho colaborador del KSJ como presidente del Struc-
ni Savet, consiguió que la capital viviese un salto cualitativo entre finales de los
que fueron varios los nombres que contribuyeron a la consolidación del deporte
259
de la canasta, entre ellos los de Mirko Novosel, Branimir Volfert y Marjan Pasa-
ric. La Lokomativa -posterior Cibona- siempre había competido en primera
5 Giuseppe Giergia o Josip Djerdja. El base del Zadar y posterior seleccionador de Yugoslavia

años cincuenta e inicios de los sesenta. Los talentos que surgieron estaban mar-
cados por una calidad cada vez mayor, lo que se tradujo en varios triunfos en la
liga yugoslava y una destacada aportación de sus baloncestistas a la Reprezentaci-
ja. De este modo, Eslovenia ganó importancia dentro del panorama yugoslavo,
y Croacia, de padre italiano, nació en la ciudad dálmata cuando esta pertenecía a Italia. "Giuseppe
Giergia" fue el nombre con el que sus padres le inscribieron en el registro civil. Poco después, Zara
pasaba a formar parte de Yugoslavia, por lo que su nombre fue eslavizado como "Djerdja". Así sería
conocido hasta la escisión del país, cuando el técnico volvió a adoptar su nombre italiano. Ante tal cir-
cunstancia, la opción escogida en la presente obra ha sido la original, preferida por el mismo Giergia.

l.
 división, pero su papel no pasó de secundario hasta mediados de la década de los
setenta, con la generación de Nikola Plecas, y fue a inicios de los ochenta cuan-
do se erigió en uno de los grandes referentes del panorama balcánico.
La pujanza del kosarka en Croacia aumentó el nivel del baloncesto yugos-
lavo e, indirectamente, repercutió en la composición de la Reprezentacija, ya que
muchos de sus jugadores alcanzaron la internacionalidad. Ese ascenso fue en
detrimento de la anterior trascendencia eslovena, que a partir de la década de los
setenta no pudo igualar la producción de los clubes serbios y croatas.
En Bosnia, Macedonia o Montenegro, la práctica de este deporte se fue
extendiendo a lo largo de los años sesenta y setenta, aunque ninguna llegó a
gozar de la preponderancia de que hacían gala las tres grandes repúblicas en liga
y selección. En el caso de la primera, el Bosna Sarajevo se convirtió a finales de
los setenta en uno de los mejores equipos de Yugoslavia, con varios de sus miem-
bros formando parte del combinado nacional. En Macedonia, el Rabotnicki
Skopje se situó en la zona media de la tabla en los setenta, con una plantilla que
alcanzó un nivel nunca visto hasta ese momento en la república. Los montene-
grinos, por su parte, tendrían que esperar hasta los ochenta para contar con un
Cuando se habla de la liga europea más potente en los años setenta y ochenta,
siempre se suele recurrir a la lega italiana y, en un segundo término, a la españo-
la. Los numerosos títulos europeos de los clubes italianos, encabezados por una
Ignis cuyo arquitecto fue el propio Aza Nikolic, junto a la enorme igualdad y
calidad organizativa de una competición que permitía la participación de dos
extranjeros por equipo desde el año 1977, convirtió a la lega en el torneo nacio-
nal de referencia. A rebufo de esta, la liga española es, tradicionalmente, el otro
nombre que salta a la palestra. Resulta poco frecuente señalar a la Prva Liga
yugoslava, que en ocasiones parece poco conocida o valorada desde el exterior.
Pero el campeonato organizado por la Federación Yugoslava -como en tantas ..J....
:X
otras cosas, con unas características concretas muy especiales- fue un factor de CJ:
..L
vital importancia en el progreso competitivo de los jugadores balcánicos. Un -z
banco de pruebas ideal para las directrices que proponían desde el KSJ. ..L
'""'
Una vez propagado el kosarka por toda Yugoslavia, la principal obsesión <t
~
federativa fue conseguir la igualdad, desarrollando el mayor número posible de LJ..J
1-
(/)
potencias deportivas. En una Europa en la que el Real Madrid, la Ignis de Varese Vi
o el CSKA de Moscú eran los sempiternos campeones de sus respectivas compe- z
::::i

o representante en la máxima competición balcánica. Lenta y costosamente, el ticiones, el KSJ opta por la vía contraria: diversificar los equipos candidatos con LJ..J
o
~
(/)
KSJ fue alargando su área de influencia también a estas regiones, aún sin alcan- la intención de dotar de mayor atractivo al torneo de liga, pero, ante todo, valo- LJ..J
(/) o
o(!) zar la intensidad de Croacia o Eslovenia. Zeravica, con un brillo de orgullo en rando las beneficiosas consecuencias para el global del baloncesto balcánico y, <t
o
::> sus ojos, desgrana el proceso de expansión del baloncesto por todo el país: por efecto dominó, de la Reprezentacija. Un fenómeno que se puede ejemplificar a:
>- <t
con nombre y apellidos: Mirza Delibasic. =:¡
"Empezamos a tener escuelas de entrenadores por toda Yugoslavia. De la de
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r-
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Macedonia salió Lazar Lecic. Vino a Belgrado para estudiar durante dos años En el verano de 1972 la selección yugoslava júnior logra la medalla de oro
::::i
u
LJ..J
u CL
z bajo mi supervisión y convertirse en técnico. Después, volvió a Skopje. Su en el Europeo de la categoría disputado en Zadar. El núcleo de los vencedores (/)
o....J <t
<( importancia en Macedonia es como la de Radovic en Split o Sovitti en Zadar. era el mismo que se había proclamado campeón juvenil doce meses atrás en o
CD <t
....J Lecic fue el impulsor del desarrollo del kosarka macedonio". Esta tela de araña Gorizia {Italia). Un grupo de un talento primoroso, repleto de nombres llama- ;:::::
UJ a:
u; pretendía estimular la competitividad como paso previo a la selección natural, dos a marcar una época en el baloncesto yugoslavo de los años setenta. Con LJ..J
o
o Dragan Kicanovic, Mirza Delibasic, Zeljko Jerkov (que, a causa de una lesión, >-
o<( pensamiento que el KSJ tenía grabado a fuego. Paulatinamente, los esfuerzos (/)
CD
federativos habían dado frutos, y Liubliana, Zadar, Split, Zagreb o Sarajevo se disputó pocos minutos en dicho campeonato) y Rajko Zizic a la cabeza, otros LJ..J
_J
oa: <(
(/) sumaban a la capital, afianzándose como los centros neurálgicos baloncestísticos futµros jugadores de élite formaban parte del combinado plavi, como Dragan a:
(_'.J
o
,z del país. Todoric, base titular del Partizan durante muchos años, Branko Macura, sólido LJ..J
1-
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(/)
pívot de la Jugoplastika y Sibenka, o el buen alero del Zadar Cedomir Perincic.
El trener era Mirko Novosel, quien tan sólo un año después daría el salto a la 2'.
260 LA LIGA YUGOSLAVA: IGUALDAD ... selección absoluta. Si la generación que ganó el Mundial Júnior de Bormio en
261
1987 fue considerada un "mini Dream Team" y germen de los éxitos de final de
La liga yugoslava era la mds fuerte de Europa. ¿Cuántos jugadores de la NBA, década, esta promoción campeona de Europa juvenil y júnior bien podría consi-
no como los de ahora, sino de los de verdad, salieron de Yugoslavia? El Partizan derarse un precedente quince años anterior. Ambas tenían en común la presen-
de Divac, Djordjevic, Paspalj; el .2adar de Komazec, Vrankovic o Popovic; cia de varios jugadores que desempeñarían un papel fundamental en la Repre-
zentacija muy poco tiempo después. Visto en perspectiva, es como si la misma
el Bosna de Radulovic, Mutapcic, Primorac... Había muchos equipos fortísimos.
historia se hubiese repetido dos veces.
La lega tenía mejor comideración e imagen, ya que se veía mucho por televisión,
El torneo de Zadar fue televisado en Yugoslavia, lo que se tradujo en una
pero yo noté muchísimo cambio en mi paso a la lega.
gran popularidad de los miembros de la selección. Sus dos grandes figuras, Mirza
(ZAN TABAK, Hotel Calderón, Barcelona, 2009) Delibasic (máximo anotador del conjunto plavi, con 16,3 puntos de media) y
 Dragan Kicanovic (segundo, con 12,9) procedían de conjuntos modestos. Deli-
basic jugaba en un club bosnio, el Tuzla, mientras que Kica había iniciado su
carrera en el KK Zeleznicar Cacak, desde donde pasó al otro equipo de la ciu-
dad, el Borac, formando un mortífero tándem anotador con Radmilo Misovic,
un escolta que logró ser cinco veces máximo anotador de la liga yugoslava entre
co, circunstancia propiciada por diversos detalles. El último partido de la com-
petición se disputa en Yugoslavia. En concreto, en Banja Luka. ¿Los dos prota-
gonistas de la final? Partizan de Belgrado y Bosna Sarajevo. Si la determinación
adoptada por el KSJ respecto a Delibasic y Kicanovic intentaba incidir en el
equilibrio y competitividad de su baloncesto, este partido supone la exaltación _J

finales de los años sesenta e inicios de los setenta. Con el veterano Misovic y el y síntesis -elevada al máximo exponente- de sus consecuencias. En las postri- <(
co
jovencito Kicanovic de estandartes, el Cacak conseguiría la proeza de atrapar la merías del encuentro, cuando el Partizan parecía que se iba a proclamar campe- o
_J
(_']
cuarta posición de la competición liguera en la temporada 72/73, con la conse- ón, una canasta de Djogic en el último segundo obliga a la disputa de una pró- z
o
cuente clasificación para la Copa Korac del año siguiente. rroga. Una vez en ella, los puntos de Dalipagic (¡48!) y Kicanovic (33) pesaron u
<(
Paralelamente, el Partizan de Belgrado, entrenado por Ranko Zeravica, se más que la férrea oposición de Delibasic (32), Varajic (22), Radovanovic (20) y _J
w
había hecho con los servicios de Drazen Dalipagic dos años antes, y contaba a:
Pesic (14). a:
w
también en sus filas con Todoric, el base titular de la selección júnior, que había Resulta casi inverosímil la significación simbólica de esta final. Todos los f-
z
cambiado el Sloga de Kraljevo por el club de la capital. Zeravica, seleccionador beneficios de una resolución federativa condensados en apenas 45 minutos de w
o
absoluto en ese momento, mantenía una estrecha relación con Mirko Novosel juego. Emoción, dramatismo, equilibrio. Y con el sello ofensivo marca de la <(
~
(fue él quien propuso a este último como su sucesor en el cargo) y pretendía casa, además: 115-11 O, Partizan. w
1--
(j)
fichar a Kicanovic y Delibasic para su Partizan. Del primero ya había apalabrado Tan sólo cuatro días después, el Bosna Sarajevo se tomaría la revancha, (j)

sus derechos para la campaña 73/74, y el segundo parecía una adquisición con- ganando en la capital al conjunto blanquinegro en un duelo absolutamente z
::>
sumada tras haber realizado varias sesiones de trabajo con el equipo de Belgrado. decisivo para el desenlace del campeonato de liga, pues restaban dos jornadas w
o o
Pero la posibilidad de que en un mismo equipo coincidiesen Todoric, Kica- para la conclusión del torneo. (/)

~
C/'J novic y Delibasic era negativa a ojos de la Federación, tanto para su propio des- La culminación llegaría la temporada siguiente. Los de Belgrado repiten
w
o
<{
o o
~ arrollo individual como para el equilibrio de fuerzas de la Prva Liga. De esta título en la Copa Korac, frente al Arrigoni de Rieti italiano, con 41 puntos de o:
::> <{
>- manera, el KSJ propició que Delibasic acabase jugando para el Bosna Sarajevo de Dragan Kicanovic. El pionero Bosna, por su parte, alcanza la gloria en la Copa :::¡
::>
º
1-
C/'J
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Bogdan Tanjevic, un antiguo miembro de la primera gran selección júnior del de Europa. u
w
o...
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baloncesto yugoslavo (con compañeros como Kresimir Cosic, Aljosa Zorga, A nivel nacional, en el periodo 72-78, además de Partizan y Bosna, el c/i
o
_J Damir Solman, Dragan Kapicic o Ljubodrag Simonovic, y entrenados por ... Estrella Roja, el Radnicki, el Zadar y la Jugoplastika también se proclamarán <{
o
<{ <(
Cl Ranko Zeravica) que había defendido la camiseta del OKK de Belgrado. Tanjevic campeones de la Prva Liga yugoslava. Seis clubes diferentes en siete temporadas. ;::::
...J a:
w decide retirarse de las pistas muy pronto, con apenas 26 años, y convertirse en La tan ansiada igualdad y diversificación geográfica ya era un hecho. w
o
u)
o entrenador de un club de segunda división (el Bosna), fichando en el proceso a >-
o (/)
w
<{
Cl
un base del Partizan apenas un año menor que él (un tal Svetislav Pesic), y conso- _J

oa: lidando un bloque que asciende a la máxima categoría. Una vez en ella, y gracias ... Y PECULIARIDADES <(
o:
CJ
C/'J w
o a la decisión del KSJ, Mirza Delibasic pasa a formar parte del conjunto bosnio. 1--
,z z
w Las consecuencias de la decisión federativa resultan, con la perspectiva La competición yugoslava era muy, muy fuerte. Actualmente hay una liga serbia,
::>
C/'J que otorga el tiempo, demoledoramente efectivas. El Partizan de Belgrado de una croata ... pero para jugar en aquella liga yugoslava tenías que ser muy bueno. ;::::
Dalipagic y Kicanovic consigue dos títulos de liga yugoslava en la década de los En aquella época, la gente te admiraba por participar en aquella liga siendo joven.
262 263
setenta, además de dos Copas Korac. Por su parte, el Bosna Sarajevo gana el (LUKA PAVICEVIC, hotel Nueva Constanza, Barcelona, 2009)
campeonato nacional también en dos ocasiones y, en el año 1979, se proclama
campeón de Europa en la célebre final ante el Emerson Varese, en Ginebra, en la La lega italiana y la primera división española (posteriormente, ACB). La liga
que Zarko Varajic establece un récord anotador, aún vigente, con 45 puntos. griega y la primera división francesa (posteriormente, HEBA y Pro-A). Las prin-
Delibasic encesta otros 30, erigiéndose en motor y generador de muchas de las cipales ligas europeas presentaban diferencias en la calidad de sus participantes,
canastas de su compañero. Era la primera Copa de Europa de clubes de la histo- en sus estructuras organizativas, en el sistema de competición. Pero todas coinci-
ria del baloncesto yugoslavo. No sería la última. dían en un aspecto: no eran ligas exportadoras de jugadores ni entrenadores.
Si ya de por sí estos resultados son suficientemente elocuentes, el simbo- En esa faceta, la liga yugoslava se distanciaba del resto de campeonatos
lismo de la Copa Korac de 1978 directamente evoca a un guión cinematográfi- nacionales. Desde la década de los sesenta, con el progresivo éxodo de entrena-

~
 dores, en primera instancia, y posteriormente de jugadores, el movimiento y
reemplazo continuo caracterizó al torneo yugoslavo. No conviene olvidar que
uno de los Cuatro Santos, Borislav Stankovic, convirtió en campeón de la lega al
Pallacanestro Cantú en 1968 y que, poco después, Aza Nikolic hizo lo propio
con la Ignis de Varese. Ambos ejercieron de avanzadilla en Italia para una amplia
si podía irme o no. Lo tenía muy difícil. Pienso que lo más importante fue que
apareció mi padre por allí, y él habló. Les dijo: 'Se trata de mi hijo, yo quiero lo
mejor para mi hijo, y es una gran oportunidad para él. Espero que lo ayudéis'.
Creo que como él habló, entonces me dejaron ir, porque mi club no quería que
me fuese. Para un jugador que disputase minutos, y yo era titular, era casi impo-
_J

retahíla de grandes jugadores y técnicos: los Korac, Djuric, Cosic, Dalipagic, sible que su club le permitiese irse". <t
::o
Skansi, Trajkovic, Solman, Radovanovic, Kicanovic o Slavnic brillarían, en un El último matiz es el más importante. Al margen de permisos por la reali- e
momento u otro, bajo los focos de la competición transalpina. También en Fran- zación de estudios superiores en caso de matriculación en una universidad lejana z
o
cia la presencia balcánica fue moneda común, con Djordje Andrijasevic (tras geográficamente, los traspasos sólo eran posibles si el equipo que poseía los dere- u<t
una breve experiencia en Italia, en Pavía), Marko Ostarcevic o los propios Kica- chos del jugador no deseaba continuar contando con sus servicios. En caso con- _j
u..J
ce
novic y Radovanovic como exponentes más conocidos. trario, había una reunión con miembros de la Federación y representantes de J:.a ce
LW
En los países socialistas, el salario que percibían los deportistas de élite clase política en la que, si no se llegaba a un consenso, el fichaje no se llevaba a f-
z
distaba notoriamente de las cantidades ofrecidas en otros lugares, lo que provo- cabo. Muy pocos fueron los jugadores de primer nivel que consiguieron cambiar u..J
o
có que fuesen muchos los que buscaron una mejora económica. Tampoco esta de club si el suyo de origen no estaba conforme. Menos aún los que lo hicieron <t
~
situación emparentaba al baloncesto yugoslavo con otros, en este caso con sus entre equipos de diferentes repúblicas, ya que el hecho de que los políticos tuvie- u..J
1-
(f)
homólogos políticos. Por un lado, Checoslovaquia fue decreciendo paulatina- sen peso en la decisión final se traducía en que muy raramente accedían a que V5
mente en su nivel competitivo (con el Europeo de Praga'81 como canto del un jugador fichase por un representante de otra república, siendo algo más mag- z
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w
cisne en su consideración de potencia baloncestística) y, si bien tuvo un resurgir nánimos en casos en los que los clubes protagonistas fuesen de la misma. o
o (/)
> sorprendente (y puntual) en el Campeonato de Europa de Stuttgart'85, en lí- El sistema yugoslavo, al igual que sucedía en la organización política del w
::í o
(./) neas generales el baloncesto checoslovaco pasó a un segundo escalón de la jerar- país, buscaba el equilibrio en las determinaciones adoptadas. Un equilibrio per- <t
o(.!:) o
quía continental. Este declive, unido a las dificultades administrativas que ro- sonificado en la rotación del mandato en la Federación y en votaciones con cr:
:::> <(
>- deaban a la obtención del permiso para fichar por equipos de otros países, hizo igualdad de miembros de cada república, los cuales podían vetar un traspaso si ::::J
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º
1-
(./)
UJ
que Checoslovaquia no se caracterizase por la exportación de talentos. creían que desfavorecía a sus propios intereses. En ese sentido, las planificacio- u
w
CL
u El nivel deportivo de la otra gran potencia comunista, la URSS, sí equipa- nes deportivas de Yugoslavia y la URSS, coincidencias ideológicas y políticas al Vi
z <t
o
_j raba a yugoslavos y soviéticos. De hecho, a partir de la década de los sesenta margen, exhibían estrategias antagónicas. Un rasgo concreto resultaba ilustrati- o
<( <t
C'.) Yugoslavia se convierte en el principal opositor (con el evidente paralelismo vo de la lejanía de sus puntos de partida: mientras los balcánicos habían delega- ~
_j cr:
w político) a la hegemonía de la Unión Soviética. Pero pocos puntos en común tie- do la planificación en entrenadores y teóricos del baloncesto, sus vecinos soviéti- w
<.fi o
o nen ambos baloncestos. Si el KSJ pretendía extender el kosarka por todas las cos centralizaban el poder decisorio en miembros del Ejército, con el CSKA de >-
o (/)
w
<(
C'.)
Repúblicas, en la URSS la centralización respecto a Moscú y el CSKA era abso- baluarte. Por si la disparidad que dimana de esta circunstancia no fuese suficien- _j
<(
ocr: luta. Todos los jugadores estaban obligados a realizar el servicio militar y defen- te,.hay que añadir que las restricciones e impedimentos a los jugadores para salir cr:
(..'.J
(/) w
o der la camiseta del club del Ejército si así lo consideraba necesario el régimen. de la Unión Soviética eran las más severas de todos los estados comunistas. 1-
•Z z
w Consecuentemente, los grandes talentos lituanos, estonios, ucranianos o letones Por unas razones u otras, Yugoslavia supuso un modelo que no tenía
:::> ;:::'.
(./)
engrosaban las filas del conjunto de la capital, que tiranizaba la competición de parangón con ningún otro. Ya fuera por nivel de jugadores, por tendencia expor-
una manera abrumadora, formando equipos de enorme poderío que le valieron tadora o por la igualdad de la competición doméstica, el kosarka disfrutaba de
264 265
para ganar cuatro Copas de Europa entre los años sesenta y setenta. Panorama una idiosincrasia única. Y esa peculiaridad conllevaba consecuencias concretas.
en las antípodas del baloncesto yugoslavo y su Partizan o Estrella Roja de Bel- A finales de la década de los setenta, la legislación de Yugoslavia relaja la
grado. Delibasic podía dar fe de ello. Zeljko Obradovic ilustra con sus palabras permisividad en la normativa para poder marchar a otras competiciones, situan-
las dificultades para conseguir cambiar de club en la competición yugoslava: do la edad en los 28 años. Un gesto criticado en primera instancia, pero que se
"Era prácticamente imposible conseguir ser traspasado de un equipo a otro. Para convirtió en una de las claves para entender el camino seguido por su balonces-
hacerlo, te tenía que dar el visto bueno una serie de personas, que eran los que to. El hecho de que los deportistas yugoslavos emigrasen hacia diversas ligas
decidían. Por ejemplo, cuando yo jugaba en el Borac Cacak, quise irme al Parti- europeas propiciaba liberar muchas plazas para los jugadores jóvenes; no tan
zan. Hubo una reunión donde catorce personas, creo que dos por república y sólo plazas cuantitativas, sino cualitativas. Los Cosic, Delibasic, Kicanovic, Dali-
una por provincia autónoma, aunque no lo recuerdo bien, decidían en votación pagic o Slavnic dejaban fichas en las plantillas que había que rellenar, pero tam-
 bién roles estelares que inevitablemente debían ser ocupados por otros hombres a los jugadores del siguiente escalafón en la jerarquía realizar las funciones que
más jóvenes. Simultáneamente, las grandes estrellas balcánicas alcanzaban su hubiesen acaparado los primeros en caso de disponer de refuerzos foráneos.
plenitud de rendimiento disputando la competición nacional, ya que la regene- Un baloncesto necesita una competición fuerte para progresar y, pese a su
ración continua provocada por el éxodo se traducía en el debut de los nuevos poca presencia mediática, observar los resultados de sus equipos permite consta-
proyectos a edades cada vez más tempranas, de tal manera que con poco más de tar el extraordinario nivel que paulatinamente fue alcanzando la Prva Liga. Si en
veinte años se alcanzaba la madurez fruto de muchas temporadas ya en la élite a los años setenta hasta seis conjuntos diferentes se proclaman campeones del tor- <t
:o
sus espaldas. Añádase a la ecuación la creación masiva y casi permanente de neo nacional, a nivel continental el Bosna consigue alzar la Copa de Europa en o
_J
(.'.)
grandes talentos procedentes de la prolífica cantera yugoslava, además de una 1979 y la Jugoplastika de Split acompaña a los de Sarajevo en el cuadro de honor ¿
o
firme convicción, auspiciada por las influencias de Nikolic, en que la diversidad de la competición con su presencia en la final de la edición de 1972. Parecería (_)
<t
de experiencias vitales, deportivas y generacionales fortalecían a los equipos en osado hacer referencia a un notable ascenso si no fuese porque en la Copa Korac _J
w
a:
su potencial competitivo futuro, pero también incrementaban ese potencial de tres representantes yugoslavos conquistan el trofeo (Lokomotiva Zagreb, Jugo- a:
w
1--
manera inmediata. La presencia de jugadores jóvenes era, pues, necesidad y vir- plastika y Partizan) y dos más obtienen una plaza en el partido definitivo (OKK z
tud. La idea extendida por Europa era que los conjuntos yugoslavos estaban lle- Belgrado y Bosna). En la Recopa de Europa el Estrella Roja logra el título una w
o
nos de chavales obligados por las circunstancias, obviando que dichas circuns- vez y en dos ocasiones más es finalista, como lo serán también Jugoplastika y <t
¿;:
tancias venían propiciadas por los mismos encargados de tomar las decisiones. Radnicki. En total, siete clubes diferentes se coronan campeones o disputan la w
1-
(f)
Como pasaba con tantos otros aspectos del baloncesto en la antigua final de alguna de las tres competiciones europeas. (/)

Yugoslavia, si bien este engranaje era reflexionado, resultaba también necesaria- Los efectos positivos de la restricción de extranjeros y del éxodo de juga- z
::i
w
mente interdependiente de otros factores. Para que funcionase óptimamente, la dores veteranos se harán plenamente visibles en el siguiente decenio, una vez o

~
Cf)
generación de nuevos jugadores de alto nivel por parte de clubes y entrenadores transcurrida una generación desde la introducción del límite de edad. Desde LU
o
(/) debía ser ininterrumpida; la otra cara de la moneda es inferir que esta situación 1983 hasta 1991, año en el que se disputa la última edición liguera de la Yugos- <I:
o
o(.!)
era la causa por la que no cesaban de surgir nuevos talentos, ya que rápidamente lavia de las seis repúblicas, otros tantos equipos son campeones del torneo, mien- a:
::> <I:
>- encontraban hueco y minutos en la liga yugoslava. El huevo o la gallina. El efec- tras que cinco de las siete últimas Copas de Europa van a parar a las arcas del ::::::i
::i
ºw
ti; to dominó es claro: las estrellas se van, otros hombres más jóvenes ocupan esos baloncesto balcánico. "La liga yugoslava era la más fuerte del continente. Era la u
LU
o...
u roles y una nueva camada hace lo propio con estos últimos. Y así sucesivamente. mejor por los jugadores que había allí, y porque en aquel momento, en el resto (¡j
z <I:
o
_J Una explicación que sirve tanto para el microsistema de un equipo concreto de Europa sólo jugaban con dos extranjeros", asevera, rotundo, Zeljko Obrado- o
<{ <I:
al como para el global de la liga yugoslava o de la selección absoluta. Si cada pieza vic. No es el único que lo piensa. La Prva Liga alcanza una dimensión que la 2
_J a:
w del motor cumple su función, este siempre funciona. sitúa, muy probablemente, a la cabeza de todas las ligas europeas. El nivel medio LU
u) o
o Varias peculiaridades de aquella Liga Nacional de Yugoslavia inciden en es altísimo y un amplio número de candidatos ambiciona el título cada tempo- >-
o<{ (/)
LU
al
los mismos argumentos y factores. La no presencia de jugadores extranjeros es rada. Simultáneamente, los mejores proyectos de la generaciones que ganan _J
<I:
oa: una de ellas. En Italia, los clubes podían inscribir a dos foráneos, normalmente todos los Eurobaskets en categorías de formación (en el caso de la generación a:
(.!J
(/) LU
o estadounidenses, desde finales de la década de los setenta. En España, Francia o 67-68, también el Mundial) se van abriendo paso desde mediados de la década. 1-
,z z
UJ Grecia, la normativa permitía fichar a uno, aunque posteriormente, en la década La conjunción de todas estas premisas conformará una competición que no
::>
(/)
de los ochenta, el cupo se amplió a dos. Esta reglamentación suponía un salto ~
dejará de generar estrellas rutilantes. Sin duda, uno de los principales motivos
cualitativo enorme tanto para esos conjuntos como para las competiciones en sí que explican los éxitos de la Reprezentacija. Había que ser un gran jugador para
266 267
mismas, las cuales se veían fortalecidas por la mayor calidad que aportaban hom- destacar en aquella liga, y sólo los mejores entre los mejores llegarían a la se-
bres provenientes del baloncesto universitario o profesional. Pero las prioridades lección.
del KSJ se focalizaban desde otra perspectiva y, a nivel pragmático, la ausencia
de extranjeros en Yugoslavia repetía el mismo mecanismo que el límite de edad,
forzando que los jugadores nacionales ejerciesen el rol que en otras latitudes des- LA REPREZENTACIJA: FRUTOS DE UN SISTEMA INTEGRAL
empeñaban los norteamericanos. De esta manera, mientras los más destacados
componentes de la selección italiana, española o francesa (con honrosas excep- Cuando llevaba poco más de un año jugando al baloncesto, me convocaron
ciones) no eran las primeras referencias en sus clubes, sus homólogos yugoslavos por primera vez para la selección juvenil Dos veces al mes nos reuníamos veinte
sí interpretaban ese papel. De nuevo el efecto dominó, puesto que ello permitía jugadores de viernes a domingo en Be/grado. Después, en verano, estdbamos tres meses

ÍI
 juntos concentrados en Pula, en un centro de alto rendimiento para jugadores
de baloncesto, del que Zeravica era uno de los fandadores. Íbamos a jugar un torneo
y volvíamos a la montaña; participdbamos en otro torneo, y de nuevo concentrados
en la montaña. Pasdbamos así los tres meses de verano.
(ZAN TABAK, hotel Calderón, Barcelona, 2009)
Si todo el engranaje del sistema del baloncesto yugoslavo trabajaba con un obje-
tivo común, el espacio natural donde debían verse los resultados era la selección.
Con una competición sin extranjeros, los principales indicadores del estado de
salud del baloncesto balcánico se constataban allí. La última etapa, aquella en la
cual doce hombres que habían pasado, directa o indirectamente, por todos los
filtros anteriores, representaban al país. Todo el ideario de funcionamiento esta-
ba supeditado a ese último fin. El jugoslavenski kosarka era la Reprezentacija, y a
mucho más ambicioso, a la par que intangible a corto plazo: mejorar, a nivel
genérico, el kosarka practicado en Yugoslavia mediante el contacto con un
baloncesto que en aquellos momentos parecía de otro planeta. Así, la competi-
ción liguera se detenía durante tres semanas y, en ese periodo, tanto los miem-
bros de la Reprezentacija como diversos clubes balcánicos viajaban al Nuevo
Mundo para disputar partidos contra algunas de las mejores universidades de la
NCAA. La primera vez que la gira se llevó a cabo fue en 1966, con Ranko Zera-
vica de seleccionador, y a partir de ese año todos los meses de noviembre ren-
drían marcado en el calendario sus fechas en rojo. En un principio, la Federa-
ción Yugoslava enviaba a sus mejores hombres con la selección nacional, que <
:e
serían los que se toparan de bruces con la realidad. Pero, con el transcurso de los ::e
w
años, influidos por el hecho de que algunos de los más destacados jugadores par- z
ticipaban en competiciones extranjeras que no se interrumpían, pero también ;:::::

la inversa. por la voluntad de que los proyectos más prometedores se fuesen acostumbran- <t
2
Como acontecía en la mayor parte de los países socialistas, la total subor- do a enfrentarse al estilo estadounidense ya desde muy jóvenes, la composición ..L;

VJ
dinación del torneo liguero a los intereses de la selección proporcionaba unas del combinado plavi se fue transformado en un híbrido entre jugadores contras- rJ;

ventajas indudables cuando de preparar diferentes campeonatos se trataba. En tados y aquellos que comenzaban a despuntar. De ahí el término "escuela", que z
-,

ocasiones, la dinámica no distaba demasiado de la de un club, pues a lo largo del hacía referencia, simultáneamente, al aprendizaje global del panorama yugosla- ..LJ
o
o
>
<( año se realizaban diversas concentraciones que permitían un elevado grado de vo en su totalidad y al proceso de iniciación de los nuevos talentos. (Í)
~
_J C:
U) compenetración y conocimiento mutuo entre los jugadores, así como del cuerpo Los réditos directos e indirectos de esas giras fueron enormes, ya fuese <(
o(.!:) o
::J
técnico sobre ellos. Si la mayor parte de equipos nacionales se agrupaban duran- sobre la selección sénior y los diferentes clubes participantes o sobre los concep- a:
<(
>- te poco más de un mes, en la URSS o Yugoslavia frecuentemente las concentra- tos y filosofía que en un futuro aplicarían los diversos entrenadores que viajaban: =:i
º
1-
U)
L.U
ciones se iniciaban con casi tres meses de antelación a los eventos. "En el año 88, "La gira por EE.UU. se hacía con la intención de progresar. En las primeras épo-
:)
u
UJ
o_
u lvkovic nos dejó quince días de vacaciones y, después, entre el preolímpico y la cas se perdía de cincuenta puntos, pero se aprendía. Jugar contra los más fuertes
z (f)

o
_J preparación, estuvimos cuatro meses y quince días juntos'', recuerda Zeljko es lo ideal para mejorar, y Yugoslavia jugaba contra estadounidenses para ser más
<(
C:
<( <(
ca Obradovic. Esto no sucedía tan sólo en las preparaciones previas a las grandes fuertes y progresar más rápido", comenta Dusko lvanovic. Las giras por Estados ;::::
_J o:
L.U
citas, sino que durante la temporada era habitual realizar giras por otros países, Unidos tuvieron un intenso efecto sobre los primeros protagonistas. Petar Skansi, UJ
o
cfJ
o en las cuales se aprovechaba para ir introduciendo, junto a los ya consagrados, a en ese momento pívot de la Jugoplastika, fue uno de ellos: "El primer año, en >-
o<( (f)

ca jóvenes con proyección y posibilidades futuras como internacionales absolutos. 1966, perdimos de muchísimos puntos. No estábamos habituados a un juego Ll..J
_j

oa: A la ya clásica, en el caso de Yugoslavia, gira de noviembre por EE.UU., se aña-
U)
o dían varias reuniones más coincidiendo con los parones de las diferentes compe-
,z
L.U
::J
ticiones europeas. Esta dinámica permitía desarrollar una carga de trabajo técni-
U)
co y táctico superior al de otros equipos, pues cuando la selección empezaba un
torneo, sus jugadores habían compartido numerosas sesiones de entrenamiento,
268
lo que solía verse reflejado en la cancha.
El intenso aprendizaje de las giras de Escuela
Auspiciados por Nikolic, los miembros del KSJ decidieron introducir una nove-
dad que, con el paso del tiempo, se convirtió en clave cardinal de su progreso: la
ya comentada gira de escuela por Estados Unidos. El propósito de esta iniciativa
no iba encaminado a la preparación de un torneo específico. El objetivo era
agresivo, sobre todo en las posiciones exteriores. Su presión a toda la pista nos
<(
a:
u
UJ
hacía muchísimo daño, sufríamos para llegar a media pista. Nuestros hombres 1-
z
pequeños perdían una marea de balones. Después de tres años, empezamos a
;::::
acostumbrarnos a esa defensa tan agresiva, y empezamos a ganar partidos".
Dusko lvanovic cree que para la generación dorada de los años setenta esa
269
experiencia fue vital: "Yo creo que si nuestras generaciones de los sesenta y seten-
ta no hubiesen ido a EE.UU., no hubiesen mejorado tanto. Aquellos hombres
eran dominantes en Europa, pero no tenían competencia. En Yugoslavia se pen-
saba que si no se progresaba, al año siguiente cualquiera te podía ganar, ya que la
falta de estímulos podía hacer perder ese deseo, esa obligación por ganar", prosi-
gue lvanovic. "Pero cuando juegas contra alguien y ves que no eres tan fuerte
como pensabas, que aún tienes mucho margen de progreso y ves cómo puedes
hacerlo ... Aquellas giras fueron importantísimas para mantener la ambición de
nuestra selección". Uno de los integrantes de esa generación setentera, Zeljko
 Jerkov, corrobora las apreciaciones del técnico montenegrino: "Nos acostumbra-
mos a jugar otro baloncesto mucho más poderoso. En aquella época había
menos extranjeros en Europa, y con la velocidad y forma atlética de los jugado-
res negros aprendimos cómo jugar contra ellos. Saltaban más, tenían más reacti-
vidad, más velocidad ... Nosotros éramos una escuela de pase, de movimiento
del balón, y sufríamos con su presión, pero después nos amoldamos y mejora-
mos mucho".
a EE.UU. fueron importantes, pero también lo fueron por un aspecto concreto:
conseguimos que los técnicos estadounidenses viniesen a Yugoslavia. El primero
en hacerlo fue Jim Dooler. No era un entrenador muy conocido, pero era un
muy buen organizador y tenía grandes ideas. De esta manera, comenzaron a
venir coaches de institutos y universidades que trabajaban en la práctica con _¡
nuestros jugadores. Vino uno buenísimo, que entrenó durante quince días con <t
co
nuestro grupo de jugadores seleccionados, con todos nuestros técnicos allí pre- o
_J

C'.J
Los viajes anuales propiciaron una mejora que se haría extensible a poste- sentes. Y los mejoró mucho, hasta el punto que uno de nuestros entrenadores z
-o
riores generaciones y un amplio grupo de jugadores, no sólo a los internaciona- exclamó: '¿Qué puedo hacer yo ahora?'¡Ha mejorado a mi jugador y ahora es u
<t
les absolutos: ''.Al mismo tiempo que la selección, muchos clubes iban a Estados una estrella!"'. Zeravica estalla en carcajadas al recordar la anécdota. A lo que _J
L.U
a:
Unidos. Eso se hacía para envolver a una gran cantidad de jugadores. Por ejem- añade: "Tuvimos mucha suerte con los estadounidenses. No hablábamos de filo- a:
L.U
plo, la Cibona siempre jugaba contra equipos de la Big East, una de las divisio- sofía, sino que trabajábamos en la práctica, que era lo que a nosotros nos intere- r-
z
nes más fuertes de la liga universitaria. La Federación decía: 'A ver, estos tres o saba. No se trataba de '¿Qué hay que hacer?'. Lo que queríamos era conocer L.U
o
cuatro jugadores juegan con la Reprezentacija, y los demás, que no tienen sitio, '¿Cómo se hace?'. La manera en que hacían las cosas en EE.UU.". <(
2
pues con la selección, para ampliar'. La primera vez que fuimos con la Cibona, El contacto con el baloncesto estadounidense desde mediados de la déca- L.U
r-
(/)
perdimos de más de 70 puntos contra Syracuse. Tres o cuatro años después, el da de los sesenta convertiría a Yugoslavia en adelantada sobre el resto de países Vi
mismo equipo llega y vence a Syracuse, Georgetown y Boston College, tres de europeos, tanto en aspectos técnicos, como tácticos o de formación de jugado- z
=:>
las mejores universidades de la Big East. Y ganamos jugando. Era una política de res. "Desde luego, fue uno de los grandes motivos por los que un país pequeño L.U
o
o (/)
baloncesto donde todo el mundo pensaba en la misma dirección", rememora como el nuestro consiguió lo que consiguió. La posibilidad de interrumpir el
~
L.U
o
(/) Aleksandar Petrovic, que disputó partidos en Estados Unidos tanto con la cami- campeonato para ir a competir a Estados Unidos, para educarnos en ese balon- <(
o(!) o
seta plavi como con la de la Cibona. cesto ... fue una decisión trascendental en nuestro progreso", concluye Jerkov. a:
::> <(
>- Pero la trascendencia de la giras fue mucho más allá del efecto causado en :J
=:>
tñºw los jugadores de la Reprezentacija y clubes yugoslavos. A estos les fue de mucha u
L.U
c...
u utilidad, y cuando disputaban partidos contra combinados europeos quizá todo (Otras) Peculiaridades de la Reprezentacija ci)
z
g les parecía más sencillo, pero no fue esa la principal influencia o, al menos, la que
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o
<( <(
ca más beneficios rendiría al global del baloncesto yugoslavo en un futuro: "Vimos La gira de escuela no constituía la única ocasión en la que la selección yugoslava 2:
_J a:
w otro tipo de preparación. Pequeños detalles, otra cultura de cómo interpretar se concentraba a lo largo del año, aunque en el resto de reuniones el objetivo L.U
u; o
o este deporte. Y en Yugoslavia empezamos a usar esos conocimientos", explica Jer- prioritario era ir preparando el campeonato de mayor inminencia. Más allá del >-
o (/)
<(
ca kov. "De los viajes a Estados Unidos copiamos muchas de las cosas que vimos. mero hecho de disponer de tiempo sustancial para conjuntar a los jugadores y L.U
_J
<(
o Aprendimos muchos conceptos de los americanos: la velocidad, la técnica. Sobre ensamblar un auténtico equipo, cuestión a la que hay que sumar que, debido a a:
a: (!J
(/)
o todo, la técnica. Y especialmente nuestros bases. En EE.UU., los playmakers eran la propia idiosincrasia de la selección (y de sus entrenadores) la Reprezentacija L.U
r-
•Z z
w
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muy superiores técnicamente, y los nuestros absorbieron muchos fundamentos, trabajaba muchas más horas al día que el resto de selecciones nacionales ("Con
(/)
gestos técnicos ... que poco a poco pasaron a formar parte del repertorio de los Nikolic hacíamos tres sesiones de entrenamiento diarias, aunque yo creo que ~
bases yugoslavos. Y nuestros entrenadores vieron muchísimas novedades, claro". con dos ya es suficiente", declaraba Drazen Dalipagic a la revista Nuevo Basket
270 271
No lo tiene tan claro Ranko Zeravica, el hombre que dirigió a los plavi en las pri- en 1982), las características diferenciales de la selección balcánica eran de tipo
meras ediciones de la gira: "Fue mucho más importante para los jugadores que organizativo. Como no podía ser de otra manera observando otras parcelas del
para los entrenadores. Importantísimo. Otro estilo de juego, otros rivales, otras baloncesto yugoslavo, la coordinación y planificación de todo lo referente a la
características, calidades individuales diferentes ... Hay cosas muy ricas del balon- selección era exhaustiva y cada detalle estaba tratado con el máximo mimo. Con
cesto allí, porque cada universidad es diferente". Hasta en el calentamiento Saper y Popovic al mando de las operaciones, un indudable estilo unitario (tanto
encontró Zeravica diferencias reseñables: "Nosotros calentábamos como en en el patrón de juego como en la dinámica de trabajo) emparentaba a la selec-
España, al veinte por ciento, y allí calentaban al cien por cien". ción absoluta con sus homólogas de categorías inferiores. Estas también realiza-
El propio Ranko explica otro legado indirecto de aquellas giras, pues sus ban varias concentraciones largas al año, con las mismas ventajas que ello supo-
consecuencias no se limitaron a los meses de noviembre de cada año: "Los viajes nía, y cuando un joven debutaba en la Reprezentacija se encontraba en un
 hábitat que le era muy familiar. El sello de identidad en la cancha de las seleccio-
nes de diferentes categorías era casi idéntico, y naturalizado por el jugador desde
edades muy tempranas: "En la selección se apostaba mucho por el juego libre.
Una de las cualidades de la Escuela Yugoslava en este periodo era que las dife-
rentes selecciones y equipos potenciaban un estilo basado en la lectura del juego,
El programa de detección de talentos en las diferentes repúblicas era el
primer filtro que había que pasar. En cada una de ellas se escogía a los chicos de
más potencial y condiciones, quienes entrenaban juntos todos los fines de sema-
na. Los informes eran enviados a Belgrado y, posteriormente, el seleccionador de
la categoría iba por cada uno de los centros a elegir al grupo de veinte jugadores _J

no hadamos sistemas ni estructuras fijas. Se trabajaba el juego duro, físico, y en que entraría en órbita de la Reprezentacija. Estos viajaban dos veces al mes a la <
O]

ataque jugar por fundamentos buscando el tiro abierto", recuerda Zan Tabak. capital, al centro deportivo Kosumjak Park ("Acababa la escuela el jueves por la
La relevancia que el KSJ concedía a las selecciones inferiores no tenía tarde y cogía el tren, viajando toda la noche para llegar a Belgrado el viernes por ¿_

e
parangón en Europa. Por vocación y por necesidad, por creencia y obligación la mañana'', comenta Zan Tabak), donde permanecían desde el viernes hasta el
::[
(pues la gestación de nuevos talentos era el ansiado producto final pretendido domingo, realizando numerosas sesiones de trabajo y potenciando además el w
_J

ce
por el engranaje y, simultáneamente, condición sine qua non para el óptimo factor grupal, ya que dormían todos en el centro, incluidos aquellos que vivían cc
w
funcionamiento del mismo), la Federación disponía todos los medios posibles en la ciudad. Pero había muchas más sesiones durante el año, como recuerda ~
alrededor de sus equipos de formación. Desde luego, poco que ver con lo que Svetislav Pesic: "Con la generación de Bormio trabajamos muchísimo. Todas las w
o
sucedía en otros países en aquella época. "En los setenta y ochenta las seleccio- semanas, ya que instauramos una dinámica en la cual si yo tenía un partido con <(
::¿;;
nes inferiores españolas no trabajaban demasiado corporativamente. No había el Bosna un sábado en Belgrado, por ejemplo, me quedaba el domingo y el lunes w
1-
(/)
traspaso de información entre las selecciones juveniles y júniors, por ejemplo. para realizar entrenamientos con los jugadores de esa zona: los del Partizan, los (/)

Cada entrenador tenía su grupo de trabajo y escogía a los jugadores que eran de del Estrella Roja, los del Radnicki ... Lo mismo si iba a Zagreb, donde venían los z
:J
su agrado", recuerda Miquel Nolis .. Hoy en día, con la profesionalización que ha de la Cibona, la Jugoplastika ... Y si eran los jugadores los que disputaban un LI.J
o
o (/)
vivido el baloncesto, el de Yugoslavia puede parecer un funcionamiento (más o partido con su equipo en Sarajevo, pasaban un par de días más entrenando con
~
LI.J
o
rJ) menos) usual, pero no era el caso en la Europa de hace dos y tres décadas, en las los júniors del área de Bosnia. Era mucho esfuerzo para mí. Todo eso unido a <(
o o
(!) que el baloncesto profesional no movía grandes cantidades económicas ni dema- encargarme de mi propio equipo. Esa rutina la llevamos desde la temporada 84- a:
:::> <(
>- siados recursos, y en las que ser integrante de una selección de categorías inferio- 85 hasta la 86-87. Además, dos veces al mes se concentraban todos los jugadores ::¡

º
~
w
res era, en muchos países, poco más que un hobby sin demasiada importancia. en Belgrado. Como entrenador, yo estaba siempre. Cada fin de semana durante
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uLI.J
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u El momento clave que marcaría un antes y un después en la planificación tres años". ci)
z
o
_J coordinada de las diferentes Reprezentacijas se produjo en 1970, poco después Y es que era un sistema en el que se involucraban todos los estamentos del
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a:i del éxito del Mundial de Liubliana. En un seminario celebrado en el complejo baloncesto balcánico. Los propios Saper y Popovic colaboraban con Branislav 2
_J a:
UJ deportivo Kosutnjak de Belgrado, el cuerpo técnico de la Federación reunió a Rajacic, el coordinador de las categorías inferiores de la Reprezentacija, supervi- LI.J
o
u)
oCl 66 entrenadores de diferentes partes del país, y bajo la dirección de Boris Kris- sando personalmente el funcionamiento del proceso. Estos tres hombres, junto >-
(/)
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a:i
tancic (presidente del Strucni Savet), Ranko Zeravica y Mirko Novosel (que por a los más destacados miembros del Strucni Savet (con Nikolic, Zeravica, Kris- LI.J
_J
<(
o entonces eran los encargados de la selección absoluta y juvenil) se crearon las tancic y, posteriormente, los Novosel, Ivkovic o Cosic a la cabeza), decidían a:
a: c.:J
rJ)
o bases para un desarrollo sistemático del kosarka a lo largo y ancho de Yugoslavia. quién iba a ser el seleccionador. "Rajacic era el general manager, el responsable LI.J
1-
•Z z
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Con el trabajo conjunto de los técnicos, se ideó una metodología de trabajo y de los jóvenes, y tenía muy claro lo que quería. Normalmente cooperaba con el
rJ)
formación para las Reprezentacijas séniors, júniors y cadetes, tanto en categoría seleccionador absoluto, ya fuese Novosel o yo mismo, además de con Boris Kris- 2
masculina como en femenina. La puesta en práctica de un plan que no encon- tancic como presidente del Strucni Savet. . . pero él era el encargado de las cate-
272 273
traba equivalentes en otros países (ni en Estados Unidos ni en el resto de Europa gorías inferiores. Y la continuidad durante años nos dio muchos resultados.
se hada una incidencia sistemática y profesional con los jugadores de estas eda- Rusmir Halilovic o Svetislav Pesic fueron elegido por Rajacic", recuerda Ranko
des) resultó fundamental en la pujanza de la selección yugoslava. En las siguien- Zeravica.
tes dos décadas, los pla.vis no sólo acumularían éxitos en la categoría absoluta, La peculiaridad de un funcionamiento tan coral venía propiciada, ade-
sino que se erigieron en los grandes dominadores de los torneos de formación. más, por la estrecha relación que mantenían los principales protagonistas del
Cada seleccionador formaba parte de un stajfen el que las líneas maestras esta- kosarka. "Siempre estábamos todos juntos, había continuidad de reuniones.
ban definidas, siendo una pieza más del engranaje, y los jóvenes entraban en Uno se levantaba y llamaba al otro ... El contacto era permanente. Cuando yo
contacto con métodos de trabajo vanguardistas desde que ingresaban en los entrenaba ~ la absoluta en 1982 ya sabía de la existencia de Djordjevic, Divac o
equipos nacionales de su edad. Kukoc, pero no sólo yo, todos los que estábamos implicados de una u otra
 manera en aquel sistema. E iba más allá de las reuniones formales. Si Novosel
venía a Belgrado, por ejemplo, primero estaba en mi casa y luego íbamos a la
Federación. Todos hablábamos entre nosotros continuamente, nos veíamos
muchísimo y solíamos estar juntos. Se podría decir que era una cooperación
ideal entre los entrenadores y los miembros de la organización, los Saper, Neboj-
sa Popovic o Mirko Marjanovic, un ex jugador del Partizan que era el secretario
La complejidad de la estructura de funcionamiento de la selección yugoslava
comparece como un procronismo ante los ojos del observador del siglo XXI. No
en el sentido del equipo en sí mismo, sino en el de todos los técnicos, directivos,
ojeadores o asesores que trabajaban a su alrededor.
En realidad, cualquier análisis, en cualquier plano del baloncesto en Yugos-
lavia, descubre que hay una serie de nombres-imán que se repiten continuamen- ·~
CC!

del KSJ", continúa Zeravica. te. Los componentes de lo que ellos llamaban la Kosarkaska !nteligencija. Nikolic, o
El de seleccionador júnior era un cargo al que la Federación otorgaba Saper, Stankovic, Popovic ... Unos pocos hombres ejercen de epicentro, encon- ¿
o
valor capital y un resumen significativo de la especial idiosincrasia de las selec- trándolos detrás de cualquier decisión, cambio, precepto a seguir o liderazgo efec- u
<t
ciones de formación yugoslavas. Por los banquillos de los combinados juvenil o tivo. Ya sea en el contexto de la selección absoluta, en el de las categorías inferio- _J
w
res, en el campeonato de liga o en sistemas de entrenamientos, una reducida lista a:
júnior pasaron nombres como los de Mirko Novosel, Ranko Zeravica, Bogdan a:
w
Tanjevic, Svetislav Pesic o Dusan Vujosevic, y no en su etapa de entrenadores de nombres surge como denominador común. Alrededor de ese núcleo primario f-
z
noveles, sino una vez habían acumulado experiencia y prestigio. Pesic o Vujose- se forma, en un segundo orden de importancia, otro que envuelve al original y w
o
vic, sin ir más lejos, se habían proclamado campeones de la liga yugoslava antes constituye el siguiente nivel en la jerarquía. Los Zeravica, Novosel o Kristancic <t
~
de dirigir al equipo nacional júnior. Eran técnicos que servían de referente para siguen la misma línea, ejerciendo un papel similar respecto a la siguiente envoltu- w
f-
(/)
unos chicos aún en fase de aprendizaje, y su trayectoria y palmarés les concedían ra que rodeará a esta. Y así sucesivamente. El fenómeno, a modo de las capas que (/)

una indudable autoridad frente a ellos. Simultáneamente, estos entrenadores surgen al pelar una cebolla, hace que al intentar comprender cualquier aspecto en z
::)

sabían que dirigir a las selecciones inferiores era una oportunidad inmejorable apariencia nimio del baloncesto de la ex Yugoslavia, la profundización en este nos LU
o
o lleva a ir superando niveles hasta llegar al núcleo original. No se trata de un cuer- (/)
de demostrar su valía ante los cargos federativos. Los cinco hombres citados lle-
~
LU
o
(/'J garon a ser, en un momento u otro, los máximos responsables de la absoluta, y po impenetrable, pues los años de experiencia y logros individuales se traducen <(
o(.!) o
en el caso de los tres primeros, de manera casi sucesiva. Esta cadena garantizaba en un respeto que permite ir avanzando al siguiente escalón. Pero resulta fasci- a:
::::> <t
>- que los jóvenes proyectos fuesen moldeados por los mejores preparadores y que nante observar que no hay decisión al azar ni irrelevante, y que cada pequeño ::¡
::)
ºti>w los entrenadores, a su vez, entrasen en la dinámica de trabajo de la Reprezentaci- movimiento cumple su función en el cuadro imaginado por el núcleo duro. uLU
o...
u
z ja, llegando en muchos casos a reencontrarse años después en la selección sénior. u;
o Una circularidad que merece ser observada con detenimiento, pues es una <t
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<( <(
a:i de las características más gráficas del plan trazado por la /nteligencija. El eterno retorno de la Reprezentacija 2'.'.
....J a:
w LU
u) o
o Un rumbo predeterminado y guiado. El poder de decisión del que disponían los >-
o (/)
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Círculos concéntricos ... y Reprezentacija miembros del núcleo original. El papel de padre de todos los entrenadores de LU
....J
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oa: Nikolic. El valor concedido a la tradición, a la transmisión de conocimientos de ce
(..9
(/'J
o En Bormio, después de ganar el Mundial júnior, estdbamos Saper, Rajacic y yo las generaciones anteriores. El modelo a seguir de Aza, un modelo en el que el LU
f-
•Z z
w mismo, y les comuniqué que tenía una oferta de la selección de Alemania. Sus entrenador es también maestro, no sólo de sus jugadores, sino también de otros
::::>
(/'J
directivos querían hablar conmigo al día siguiente y yo quería informarles a ambos. técnicos o de quienes lo serán en un futuro ... Es necesario tener todas estas 2
Mi deseo, naturalmente, era continuar en la selección A. Hablamos y Saper me ideas presentes cuando se sopesan ciertos detalles a lo largo de la historia de la
274 dijo: 'Svetislav, tú eres una gran persona, un gran entrenador, hemos hecho historia 275
selección. En caso contrario, algunos aspectos corren el riesgo de ser considera-
y muchas cosas, más al/,d de los resultados, que la gente no puede ver. . . Pero has dos inconexos entre sí, sin significación o relación entre ellos. Un buen ejemplo
de pensar en tu familia. Aún estamos en agosto y tenemos otros muchos aspectos es la circularidad de las relaciones del baloncesto yugoslavo, de tal magnitud sin-
organizativos que solventar. Tú decides si quieres esperar, pero nadie te puede crónica que a veces resulta asombrosa. La historia parece repetirse una y otra vez,
garantizar que seas el seleccionador: Yo, naturalmente, esperé, pero nada se movía con nombres que ejercen de eslabones entre sus capítulos. Es como si se repre-
en ese momento, ya que empezaba la liga y para los torneos de selección quedaba sentase un guión de manera sucesiva, pero con diferentes actores. O quizá con
mucho tiempo. En Alemania me presionaron y al final decidí irme allí con mi los mismos, pero interpretando otros papeles.
familia. Marko tenía once años y mi hija, tres. Dieciséis años después de que los cuatro santos coincidiesen en el mismo
(SVETISLAV PEs1c, rememorando el final de su etapa al frente de la selección júnior) equipo, Yugoslavia consigue su primera medalla. En Belgrado. El seleccionador

i
 es Aza Nikolic, con Ranko Zeravica de ayudante, y el grupo está encabezado por
dos figuras del calibre de Radijov Korac e lvo Daneu. En aquel mismo 1961, un
tal Mirko Novosel jugará sus únicos partidos con la selección, si bien estos fue-
ron amistosos y no entró en la plantilla definitiva del Eurobasket.
Cinco años más tarde, nace la primera gran generación júnior del balon-
cesto yugoslavo, la cual gana la medalla de plata en el Europeo de Porto San
Giorgio (Italia). Si el combinado júnior de Kicanovic y Delibasic (oro en el
campeonato de Zadar'72) es un equivalente en su época al de los Kukoc o Divac
campeones en Bormio, esta selección representa el mismo papel precursor res-
pecto al de Zadar. Eran los Cosic, Aljosa Zorga, Damir Solman, Dragan Kapi-
cic, Ljubodrag Simonovic... y comandados desde el banquillo por Ranko Zera-
vica. Este triunfo facilitará que al año siguiente Aza Nikolic le recomiende ante
Popovic y Saper como su sucesor en la absoluta, de la cual ya conocía su funcio-
namiento tras una larga etapa como asistente del Profesor. Una vez en el cargo,
será Zeravica quien brinde la oportunidad de debutar a estos jóvenes jugadores.
Lo hace en el Eurobasket de Helsinki'67. No consigue un buen resultado, pues
Yugoslavia finaliza novena y hay quien crítica esa decisión. Tres años después, en
1970, la Reprezentacija gana su primera medalla de oro en el Mundial que se
o :_¡;
> celebra en Liubliana con cinco de los componentes de aquella selección júnior
~
<J) de protagonistas. La rueda empieza a girar.
o(.!:)
Como si de un déja vu se tratase, Mirko Novosel es nombrado selecciona-
::::>
>- dor juvenil al verano siguiente de la medalla de oro mundial lograda por Zeravi-
ºw
1-
<J) ca. Su selección conquista ese campeonato de Gorizia'71 y también el de
u Zadar'72, cuando el grueso del grupo pasa a categoría júnior. Su exitoso paso
z (f)
o
_J por las categorías inferiores llevan a que Zeravica le proponga como su sucesor
<!
ca ante al KSJ. Novosel toma las riendas de la Reprezentacija en el Europeo de Bar-
_J
w celona'73. Menos de un año después de proclamarse campeones de Europa
u)
o júnior, el técnico croata asciende a varios de los miembros de aquella selección,
o U)
<!
ca consiguiendo el oro. El movimiento de la rueda no cesa.
oo: El siguiente seleccionador júnior es Bogdan Tanjevic, antiguo miembro
<J)
o de la primera gran generación que entrenó Zeravica. Para no ser menos que sus
•Z
w antecesores, también logra el cetro continental, con un equipo en el que figura-
:::>
<J)
ban los nombres de Branko Skroce, Rajko Zizic, Andro Knego o Ratko Radova-
novic. De máximo responsable de la selección júnior, da el salto a ayudante (y
276
discípulo) de Nikolic en la absoluta. En 1981, la federación le otorga plenos
poderes, y su Reprezentacija obtiene la medalla de plata en el Eurobasket de
Praga, integrando el plantel los jugadores comentados de su etapa en el combi-
nado júnior, a excepción de Rajko Zizic, ausente por lesión.
El año anterior, en los Juegos Olímpicos de Moscú'80 dirigidos por el
tándem Zeravica-Novosel, la selección yugoslava logra el mayor hito de su histo-
ria con el ansiado oro olímpico. La inmensa mayoría de los doce medallistas era
un reflejo del entrelazamiento de los caminos de la selección júnior y sénior. Tres
de ellos, Kicanovic, Delibasic y Jerkov, habían sido entrenados en su periplo for-
i
mativo por Mirko Novosel. Otros dos, los ya veteranos Cosic y Slavnic, por
Ranko Zeravica. Y los cinco internacionales más jóvenes, Knego, Zizic, Nakic,
Skroce y Radovanovic, por Bogdan Tanjevic, quien a su vez había sido jugador
de Ranko en la plavi júnior. Tan sólo dos jugadores, Dalipagic y Krsrulovic, no
habían pasado por las manos de alguno de los tres técnicos en selecciones infe-
riores. ¿El motivo? Nunca fueron internacionales júniors. Y es que Dalipagic
empezó a jugar a esa edad ... bajo las órdenes de Zeravica.
La circularidad en las relaciones y cargos, con el inevitable factor de trans-
misión de conocimientos, resulta casi perfecta. Es inviable, cuando se trata de
intentar comprender el sistema de funcionamiento de la lnteligencija, interpre-
tar este hecho como casual y no premeditado. En el origen de todo está Nikolic.
A partir de él, pequeños microcírculos establecen al entrenador asistente o al ~:;..,
seleccionador júnior como sucesor, mientras aprende del maestro o antecesor.
Paralelamente, estos discípulos son los encargados de cincelar a las siguientes
estrellas de la absoluta, con las que se reencontrarán en un futuro. ""'
cJ;
En su periplo de entrenador de club en Yugoslavia, Bogdan Tanjevic esta- u;
¿
blece una estrecha relación con un jugador al que él mismo ficha después de que _;
ambos hubiesen coincidido en la ciudad de Belgrado, aunque en clubes diferen- :.L
tes: Svetislav Pesic. Antiguo base del Partizan que dirigía Zeravica, siempre con- w
siderará a éste y a Tanjevic como sus referencias. Radomir Saper es quien le pro-
o
<[
o
pondrá ser seleccionador juvenil, y Pesic es el supervisor de la siguiente gran a:
<
generación júnior, la misma que protagonizará los éxitos de la Reprezentacija al :=J
--.,
término de la década de los ochenta. No es de extrañar que el técnico tuviese 'J
w
o....
esperanzas de convertirse en seleccionador absoluto en 1987, después de ganar
el Mundial de Bormio. El mito del eterno retorno ... ~
~
Nikolic-Tanjevic-Pesic. Nikolic-Zeravica-Pesic. Nikolic-Saper-Pesic. ?
i::i.:
Zeravica-Tanjevic-Pesic. El círculo iniciado por Nikolic había llegado hasta él. .::..J
Desde el Profesor a Bormio en dos pasos. De la primera medalla en Belgrado'6 l >-
w
al oro de Roma'91 -con cuatro jugadores del Mundial Júnior- en dos saltos. En __j
<[
el origen de todo siempre está el núcleo. La Inteligencija. a:
w
Korac y Kukoc tienen más puntos en común que ser zurdos y la letra K. ~
Aunque treinta años les separen, hay algo que les une.
z
?
277
Pudimos desarrollar todas las iniciativas e ideas gracias a la ayuda y apoyo
de los dirigentes de nuestra Federación. Eran fenomenales. Todos habían jugado
al baloncesto, todos habían estudiado en la universidad, sacándose una carrera ...
poseían una gran educación. Sin el~os, no hubiésemos podido llevar a cabo nuestras
ideas. La organización puede hacer mucho por levantar un baloncesto, y nosotros
tuvimos una gran organización. Nikolic o yo teníamos ideas, escribíamos
un informe para el cuerpo técnico, el Strucni Savet, que daba su opinión.
Después enviábamos otro informe al KSJ Y la Federación nunca nos negó nada,
siempre estudiaba nuestras propuestas e incluso añadían nuevas ideas y mejoras.
 A lo largo de mi vida, he hecho multitud de conferencias, en más de 23 países,
y las preguntas que me hacían siempre eran las mismas: ¿Cómo se trabaja en
Yugoslavia, cómo han conseguido estar treinta años obteniendo buenos resultados Arijan Komazec
y sacando grandes jugadores? Y la clave estaba en el sistema. La organización que Zadar (República de Croacia, ant. Yugoslavia). 23.01.1970. 2.01 m. Escolta
tuvimos, que ofrecía una formación y la posibilidad para los entrenadores de crear.
Un sistema colectivo en que se pudo realizar aquello que los técnicos pensaban.
Y eso foe gracias a la enorme inteligencia de nuestros dirigentes, que construyeron
una manera de foncionar propia, diferente a la de los demás.
(RANKO ZERAVICA, rememorando el baloncesto de la antigua Yugoslavia. TRAYECTORIA
Zaragoza 2009)
Inicios

Arijan Komazec empezó a jugar a baloncesto a los 11 años en su ciudad natal,

Zadar. Los antecedentes familiares pronto le encaminaron hacia el kosarka: su
padre había sido miembro del Zadar campeón de los años sesenta, en un grupo
que lideraba el mítico Kresimir Cosic. Además, una de las principales estrellas
del club era su tío, Petar Popovic -marido de la hermana de su madre-, con
quien compartiría equipo durante varias temporadas. Tras pulir sus fundamen-
o tos bajo la supervisión del doctor Slavko Trninic en las categorías inferiores, en
~
(/)
1986, y con 16 años, Arijan hace su debut en la liga yugoslava con la primera
ot!) plantilla del conjunto croata.
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UJ
u Etapa profesional
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o
_J
<! La irrupción de Komazec en el panorama yugoslavo resultó de una cegadora bri-
a:l
_J
w llantez. Estrella precoz como pocas se han visto en Europa, su trayectoria devo-
U')
o raba récords a velocidad de vértigo. Después de haber disputado tan sólo cinco
o partidos durante la temporada 85/86, Kresimir Cosic le convocó con la selec-
<!
a:l
oa: ción ~bsoluta a las pocas semanas de iniciarse la siguiente campaña. Pocos meses
(/)
o más tarde se proclamaba campeón de Europa juvenil, batiendo todas las marcas
•Z
w anotadoras de las selecciones de formación de la Reprezentacija, éxitos ambos
::>
(/) que repetiría en categoría júnior.
Paralelamente, Arijan creció de manera fulgurante hasta convertirse en la
278 279
gran estrella del Zadar. Comparado con Drazen Petrovic tanto por sus similitu-
des físicas como por su estilo de juego, el rendimiento del escolta en su paso por
la Prva Liga fue excepcional, afianzándose como el hombre orquesta del equipo
y liderando al Zadar a notables resultados. En un principio acompañado por
Stojan Vrankovic (semifinales de la Copa Korac de 1989) y, desde la temporada
89-90, ya sin el intimidador gigante (semifinales de la liga yugoslava del 90 y
91, forzando el desempate a Estrella Roja y Jugoplastika), el periplo de Komazec
en la primera fase de su carrera estuvo a la altura de los más grandes. No sólo fue
el máximo anotador de la competición durante tres temporadas consecutivas, las
 que van del 89 al 91 -el jugador más joven de la historia en conseguir el título
honorífico de mejor encestador, y elegido mejor jugador de la liga en 1990-,
sino que su rendimiento alcanzó un nivel pocas veces igualado por cualquier
baloncestista balcánico. Se erigió en mucho más que un simple cañonero: en
1991 finalizó cuarto en asistencias, segundo en porcentaje en tiros de dos y
cuarto en porcentaje en tiros de tres; y la temporada anterior había liderado la
clasificación de balones robados y terminado octavo en tapones y tercero en asis-
tencias.
Arijan personificaba la definición de hombre franquicia como ninguna
otra estrella de la liga, integrado en un equipo de buenos jugadores -Sarlija,
Ante Pahlic o Petar Popovic-, pero que carecía del talento y profundidad de
plantilla de los principales dominadores del torneo. Las esperanzas depositadas
en el crecimiento del aún jovencísimo Dejan Bodiroga fueron cortadas de raíz
por la escisión de Yugoslavia. El conflicto sólo permitió que los dos mejores pro-
yectos del club compartieran partidos oficiales durante una temporada, en la
que Bodiroga aún se estaba asentando en la élite a sus 18 años. Komazec no
tenía muchos más: 21. Tras la disgregación del país, el escolta sorprendió perma-
neciendo un año más en su ciudad de origen, disputando la final de la liga croa-
o
ta ante la Cibona de Zagreb de Radulovic, Cvjeticanin, Cutura y Sobin, que se
~
tf) alzó con el triunfo. Después de seis temporadas en Zadar, Komazec decidió pro-
o
(!) bar suerte en el extranjero.
::>
>- Su elección fue Grecia, el Panathinaikos, dirigido por Zeljko Pavlicevic,
tñºw también croata, y donde se reencontró con Stojan Vrankovic. La gran estrella
u del conjunto heleno era Nikos Galis, otro tremendo anotador, y las expectativas
z
o
_J en torno al equipo eran máximas. Pero la carrera de Arijan Komazec se torció en
<(
co Grecia. A pesar de realizar números muy destacados (23,5 puntos, el cuarto
_J
UJ mejor promedio del campeonato), nunca se sintió cómodo en el club ni tampo-
cr.i
o co en el país. El Panathinaikos ganó la Copa de Grecia y llegó a la final de liga
o w
<(
co
con el Olimpiakos de Paspalj como rival. Con 2-1 a favor de los de El Pireo y
o
e:: muchas quejas por unos arbitrajes que consideraba contrarios a los intereses de
tf)
o los verdes, el presidente del Panathinaikos decidió retirar a sus hombres como
•Z
UJ medida de protesta ante los colegiados designados para pitar el cuarto partido.
::>
tf)
Consecuentemente, el trofeo fue a parar a las vitrinas del eterno rival.
Muchas oscuras historias circularon en torno a aquella temporada. Arijan
280
sufrió numerosos problemas, con algunos síntomas de depresión. La prensa
incluso llegó a especular con un intento de suicidio en un hotel, evitado por
Vrankovic al agarrarlo cuando quería saltar por la ventana. Más allá de esto, el
croata tuvo muchas diferencias con su entrenador y entorno, y en el futuro
nunca quiso hablar de su experiencia en aquel 1992/93.
Ante dicha coyuntura, su decisión fue fichar por el Varese de la lega italia-
na. Al igual que sucedía en Zadar, el club varesino era un histórico que veía muy
lejana la época dorada en la que reinaba en Europa, allá por la década de los
setenta. De hecho, llevaba años militando en la A2, segunda categoría del palla-
j
canestro. En Italia, Komazec se reencontró a sí mismo, protagonizando algunos
de los mejores momentos de su carrera. Mientras el baloncesto del Viejo Conti-
nente se encaminaba hacia un juego controlado y unos marcadores bajísimos, el
escolta nadaba a contracorriente. Fueron dos años de exhibiciones anotadoras
continuas. Lideró al Varese al ascenso primero, y a pfayojfde Al después, cayen-
do en cuartos de final ante el Stefanel de Bodiroga, a pesar de que Komazec
dominó su emparejamiento individual con Dejan de manera muy clara, anotan-
do (33 puntos por 18 en el partido definitivo), reboteando y lanzando con mejo-
res porcentajes en cada uno de los tres enfrentamientos. Arijan fue el máximo
encestador de la competición en ambas temporadas con promedios de otra
época. Siete veces superó los 40 puntos en su segunda campaña. No sólo eso.
Toda la temporada 94-95 supuso una de las mayores demostraciones individua-
les que jamás haya visto la competición transalpina. Emulando su etapa en
Zadar, el escolta finalizó segundo en porcentaje en tiros de dos, segundo en
balones robados, sexto en tiros de tres y cuarto en asistencias, estableciendo el
mejor promedio de valoración de la historia de la lega (37,94, marca aún vigen-
te). No había lugar a la duda. Arijan había vuelto.
La etapa en Varese marcó el punto álgido de su trayectoria, pese a que aún
era muy joven. Con la marcha de Danilovic a la NBA, la Buckler de Bolonia
decidió apostar por Komazec. Misma posición, misma edad, siempre compara-
dos. Su rendimiento numérico fue positivo, pero nunca hizo olvidar a Predrag,
que había llevado a los boloñeses a dos scudettos consecutivos. Con Arijan, el pri-
mer año finalizaron la liga regular en primera posición, pero no superaron las
semifinales, derrotados por el Stefanel de Bodiroga, que esta vez se impuso lige-
ramente en el duelo particular, especialmente en el encuentro decisivo. En el
segundo, Komazec se lesionó cuando la por entonces denominada Kinder estaba
segunda en la clasificación a falta de cinco jornadas. Disputó 67 minutos en
ocho partidos de pfayoff, y los de Bolonia cayeron eliminados en semifinales ante u
el gran rival ciudadano, el Teamsystem. Abandonó el club, con destino nueva- N
<t
men~e Varese, envuelto en polémica. Su lesión había enrarecido el ambiente del 2'.
ov
equipo, había incluso quien la consideraba fingida. El tiempo le dio la razón. Se z
tuvo que operar en verano, y las secuelas en su tobillo derecho marcarían el resto §
o::
de su carrera. <t
De vuelta a Varese, Komazec rindió a buen nivel, pero ya no era el mismo
jugador. Nunca volvería a serlo. Sus promedios anotadores sufrieron un descen- 281
so, si bien aún se mostraba como el sustento ofensivo de su equipo. La reforza-
dísima Virtus de los hijos pródigos Messina y Danilovic -aunque éste sólo jugó
un partido de la eliminatoria, ya que cayó lesionado- fue el muro contra el que
se estrellaron en semifinales. El aura de malditismo que a esas alturas acompaña-
ba al croata ya era un comentario público. Con el estigma de ser el Nuevo Petro-
vic, el hecho de no alcanzar títulos colectivos era un arma arrojadiza en su con-
tra. Además, en numerosas ocasiones había sido eliminado por equipos guiados
por otras estrellas balcánicas -Bodiroga en dos ocasiones, Danilovic en la últi-
 ma-, origen de recurrentes comparaciones que le dejaban en mal lugar, a pesar
de que su rendimiento individual en aquellos enfrentamientos había sido com-
• 1 1 1 l~I 1 l~l~l~l~l~I 1 1 181 1~
r<')

-
parable al de sus rivales. Pero la historia sólo se acuerda de los ganadores. Para
más inri, el Varese se proclamó campeón de la lega un año después de la marcha
1 I~ I~ l~I 1 l~l~l~l~l~I 1 1 1:::::: 1 I~
de Komazec a Grecia, con otro balcánico (Veljko Mrsic) ocupando su lugar.

•
Djordjevic y Bodiroga ya no jugaban en Italia. Danilovic se había lesionado,
perdiéndose muchos partidos y bajando su rendimiento. Daba igual. El legado
de Komazec quedó marcado para muchos.
1 1 1 1 1 1 lgl~l;al81~1 1 1 1~I li
En el Olimpiakos, en una plantilla repleta de grandes nombres y con

1 ~l~l~l~I l~I I~
\D
Dusan Ivkovic de entrenador, Arijan hizo un buen papel dentro de un conjunto N
00

~
muy coral. El equipo griego ganó la Copa, se clasificó para la Final Four N
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1 1

•1
-sucumbiendo en semifinales- y finalizó en primera posición de la liga regular,
empatado con el Panathinaikos de Bodiroga y Radja. Tampoco se alzaría con el
título esta vez, pues los del trébol se llevaron la serie en el quinto partido, con un 1 1 1 1~1 1 l~l;lil~l~I 1 1 1~I 1;
marcador paupérrimo que sintetizaba gráficamente lo acontecido en la elimina-
toria: 62-53.
Su última temporada completa la disputó en el Zadar, con Dino Radja de 1 1 1 l~I 1 lil~l~l~l~I 1 1 l~I I~

•
compañero. Levantaron la Copa, pero no la liga. A los 30 años, y por sorpresa,
o
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(/)
Komazec se fue a la NBA, a los Vancouver Grizzlies, donde no llegó a debutar,
pues aún arrastraba las secuelas de su lesión. Una experiencia en Polonia, algu-
CJ)
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1 1 1 l~I 1 l~lil~l~l~I 1 1 Jgl I~
o(.!) nos pocos partidos en el AEK de Atenas y una última campaña en el Air Avelli- ¡::
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no con 33 años, pusieron el punto final a su carrera profesional. 'o N 1
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Arijan Komazec fue el mejor anotador europeo de la década de los noven- ~
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~ ~ O\ 1 1
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u ta. Aunque sus logros colectivos no alcanzaron los de otros compañeros de gene- w

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o.....J ración, el rendimiento ofrecido le sitúa muy alto en la jerarquía europea. Proba- 1 ~I
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ce blemente, de poseer otra nacionalidad y no haber sido objeto de comparaciones
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LIJ con Drazen Petrovic, la valoración de su figura sería diferente. Pero su calidad y
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o aportación fue superada por muy pocos jugadores del Viejo Continente. Que '<:!"
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CARACTERÍSTICAS

282 En sus inicios un émulo en gestos técnicos y corporales de Drazen Petrovic, el Q,)
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repertorio ofensivo de Arijan Komazec fue extremadamente variado. Muy alto ~
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para su posición y con una notable fortaleza física, era capaz de crearse él mismo o o
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buscando el contacto físico. Sus fundamentos evocaban rápidamente al arqueti- N N N N N N a... u u ~ ~ N
po característico de la Escuela Yugoslava: paradas a uno o dos tiempos, numero-
sas fintas de tiro y de salida, énfasis al marcar los pasos ... Siempre se definió a sí • ~ 1~1gj1g1~1~1~1dt:1~1~1~1~1~1g1ol8I¿g1
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mismo como un trabajador más que como un talento natural. Quizás algo de eso

1:

i
 transmitía al observarle, pues a pesar de su perfección técnica (o quizá debido a
ella), un cierto aire barroco impregnaba sus movimientos y mecánica de lanza-
miento, carentes de la fluidez y elegancia de otras estrellas balcánicas.
111. Los entrenadores: la Escuela Yugoslava
A lo largo de su carrera, sumó muchos puntos tanto en equipos en que era
la indiscutible referencia como en los que estuvo rodeado de jugadores estelares.
Ya fuese Orlando Woolridge en Bolonia o Kukoc y Radja en la selección croata
(máximo anotador del equipo en el Eurobasket de Atenas'95 y segundo en el
Mundial de Toronto'94 y los Juegos de Atlanta'96), su romance con el aro era
continuo. A su arrolladora capacidad atacante añadió una cualidad excepcional: L OS dos grandes protagonistas del sistema organizativo del kosarka eran, lógi-
camente, los más visibles: entrenadores y jugadores. Los encargados de plas-
mar en la pista el resultado de todo el proceso previo. A su alrededor, en el
contrariamente a la gran mayoría de anotadores del baloncesto moderno, los
porcentajes de lanzamiento de Komazec fueron extremadamente altos, una mundo del baloncesto se ha creado cierto debate, cuestionando si los logros de
auténtica anomalía entre los de su especie y más teniendo en cuenta la posición los equipos de la antigua Yugoslavia eran propiciados por el talento natural de
que ocupaba. Siempre estuvo en los primeros puestos en acierto: lideró la lega en sus jugadores o si este era producto del trabajo de sus entrenadores. La realidad
porcentaje de tiros de 2 en 1996 y dos veces más finalizó segundo, posición que muestra una interacción recíproca y, a su vez, una retroalimentación con la
ya había alcanzado en Yugoslavia y que repetiría en Grecia. Mas su aportación estructura global de aquel baloncesto, como se está tratando de esbozar.
iba mucho más allá de meter muchos puntos optimizando lanzamientos. Con Desde 198 5 hasta 1997, de las trece ediciones de la Copa de Europa (o en
una notable visión de juego, aprovechaba la atención que acaparaba sobre su su posterior nomenclatura, Liga Europea o Euroliga), en once ocasiones el pal-
figura para realizar el pase definitivo. Si numéricamente sus prestaciones fueron marés inscribió a un técnico yugoslavo. Tan sólo un allenatore estadounidense,
o inverosímiles, su gran carencia residió en que no llegó a dominar sobre la can- Dan Peterson, y su sustituto en Milán, Franco Casalini, lograron hacerse un
>
~ cha, a nivel mental, como lo hicieron Djordjevic, Bodiroga o Danilovic en su hueco entre los Novosel, Maljkovic, Pavlicevic, Obradovic o Ivkovic. Los prepa-
(/)
o madurez. La estadística era suya, pero el tempo del partido no. radores balcánicos coparon los puestos de honor, ya fuese dirigiendo a conjuntos
c.?
::J
Además, y esta constituía otra característica muy peculiar, en defensa se yugoslavos o a españoles, griegos y franceses. La Escuela Yugoslava de entrena-
>-
dores se puso de moda en el Viejo Continente. Sus nombres parecían sinónimo
º
1-
Cf)
mostraba muy intenso. Sin rehuir jamás el contacto físico, ayudaba en el rebote,
de triunfo. Pero ¿hasta qué punto se puede hablar de Escuela Yugoslava? Una
LU
u y su implicación en tareas defensivas se traducía en numerosos robos de balón
z -siempre entre los mejores ladrones de la competición- y en una tendencia a escuela implica una doctrina, unos puntos en común. Una filosofía propia. Este
o
_J
<( realizar faltas personales casi sin parangón entre anotadores puros. Pocos juga- es un concepto que no se puede aplicar al cuerpo de entrenadores de la mayoría
o::i
_J
dores de su dimensión habrán sido eliminados más veces por faltas que Koma- de los países de Europa, pues en un amplio porcentaje cada uno de ellos tiene su
LU
r.n zec (28 veces en su paso en la lega) en lo que constituyó un problema en algunos propia formación, sus referentes personales, y no existe la sensación de pertene-
o
o partidos decisivos. Pese a sus récords, un trabajador del baloncesto. cer a un colectivo específico, sino a uno genérico: el de los entrenadores. Ya sea
<(
o::i
oo: italia_no o alemán, griego o español, la nacionalidad que adjetiva al término tan
(/)
sólo parece ubicarle geográficamente. No le añade un matiz al que se le supone
o
,z un estilo en concreto.
LU
::J
(/)
Ese fenómeno no se produce en el caso de los técnicos de la antigua
Yugoslavia. Aunque cada uno tenga un sello propio y personal, la coincidencia
285
284 de referentes, mentores, formación, filosofía y trayectoria individual les dota de
unas características que el imaginario colectivo dibuja inmediatamente. En oca-
siones, quizá sería más adecuado decir desdibuja. Pero resulta innegable que si
una serie de tópicos -ya sean realidad o mito- vienen a la mente, es porque han
trascendido a través de lo que se ha observado en las canchas.
No se puede entender el engranaje que puso en marcha la Inteligencija sin
conocer las características, peculiaridades y puntos en común de sus entrenado-
res. Sin duda, fueron una de las grandes claves de aquel sistema. Los técnicos
balcánicos legitimaron una filosofía y metodología propias, hecho que motivó

i
 -tal y como en ocasiones sucede en otros ámbitos, como la música o la literatu-
' ahora, y con eso lo digo todo, y tuviese talento para el baloncesto, sin duda se lo
ra- que fuesen reconocidos como un movimiento que agrupa a sus miembros en
función de sus puntos en común, minimizando la importancia de aquellos en
los que pudiesen divergir.
EN EL NOMBRE DEL PADRE: RANKO ZERAVICA Y MIRKO NOVOSEL
La Santísima Trinidad de entrenadores yugoslavos sitúa a Aza Nikolic en lo alto
de la jerarquía, flanqueado por Ranko Zeravica y Mirko Novosel. Ellos son el
soporte sobre el que se sustentará el resto de preparadores de Yugoslavia. Si il
Professore es el origen de todo, Zeravica y Novosel ejercerán de eslabón entre éste
y las generaciones ulteriores. Un eslabón en cierta manera continuista, pues
ambos habían sido tutelados por Nikolic. El primero fue su asistente durante
muchos años en la Reprezentacija; el segundo no dudaba en señalar a Aza como
su maestro. Pero, aunque el punto de partida de todos ellos fuese similar, lógica-
mente cada uno tenía su propia filosofía y, con el paso de los años, las experien-
cias y trayectorias vividas derivaron en ciertas diferenciaciones estilísticas que
o <l'.
constituyeron el sello característico de dos técnicos que serían muy influyentes
~ en esa época. Para mí, Zeravica fue el más importante para mejorar nuestro
C/) en el panorama del baloncesto balcánico. En una época en la que los entrenado-
oC.!)
res veían jugar a otros equipos y adaptaban los conceptos que les parecían más
:::>
>- interesantes, Zeravica y Novosel serían, junto al inevitable referente del Profesor,
º
1-
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UJ
las dos grandes fuentes de inspiración de un kosarka todavía en pleno proceso de
u consolidación.
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o_¡ Ranko Zeravica era un heredero directo de Nikolic, no en vano había tra-
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ca bajado con él durante mucho tiempo. Considerado el otro gran maestro de la
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UJ historia del baloncesto yugoslavo, a diferencia de Aza, que orientó sus reflexio-
u)
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ca
nes hacia los aspectos tácticos, Ranko sentía verdadera pasión por la enseñanza
de los secretos técnicos del juego. "Zeravica era, sobre todo, un entrenador de
; mero tuvo mayores repercusiones en el país balcánico. "Después del oro en el
l
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C/)
fundamentos, y Nikolic significó más un impacto sobre el sistema de trabajo
o táctico, más del tema del juego en equipo; sin quitar que, por ejemplo, en la
,z
UJ labor de asesoramiento de Aza en la Jugoplastika también tuvo una parte de
:::>
C/)
mejora de jugadores. Pero en eso, el miembro más destacado de la Escuela
Yugoslava era Zeravica", comenta Sergio Scariolo. Uno de los mejores conoce-
286
dores del pensamiento del técnico serbio es Bozidar Maljkovic, su asistente
durante tres años en el Estrella Roja: "Yo ya había sido primer entrenador del
Radnicki durante dos temporadas, donde me había labrado una cierta reputa-
ción, ya que desarrollamos un buen baloncesto. Entonces, me llegó la posibili-
dad de ser ayudante de Zeravica. Todos los entrenadores me decían: '¡Ostras!
¿Por qué quieres ser ahora asistente si ya has sido técnico principal?'. Pero yo
tenía muy claro lo que quería hacer. Y con el gran Ranko aprendí muchísimas
cosas. Yo he tenido la enorme suerte de trabajar con los dos grandes: Zeravica y
Nikolic". Boza coincide con la opinión de Sergio Scariolo: "Si yo tuviera un hijo
llevaría a Ranko para que lo entrenase. Era el mejor para formar jugadores,
aprendían a sufrir con él. Era muy duro, y enseñaba muy, muy bien los funda-
mentos".
La herencia del entrenador del Partizan, Estrella Roja o la propia Repre-
zentacija va mucho más allá de ser el formador de incontables jugadores. Zeravi-
ca colaboraba con la Federación, y en esa faceta fue uno de los elementos más
importantes de la difusión del kosarka: "Ranko era una gran autoridad. Y ha
hecho muchas más cosas por nuestro baloncesto que nadie. ¿Por qué? Porque él
tenía una mochila y viajaba constantemente. Educaba mucho a los profesores en
los colegios. Hacía seminarios cada año. Y viajaba: a Croacia, a Macedonia, a
Montenegro. Eso no lo hacía Nikolic. Para mí, el Profesor es el mejor entrena-
dor de todos los tiempos, pero Zeravica fue aún más valioso para el desarrollo de
nuestro baloncesto'', explica Maljkovic.
El peso de la figura de Zeravica no se limita a su aportación en la forma-
ción de jóvenes talentos o en instruir a los maestros de las escuelas. Ante todo, la
relevancia de su papel residía en la parte técnica. "Ranko era un enorme entre-
nador, tenía una gran influencia. No teníamos muchos entrenadores de su nivel
>
<l'.
baloncesto. El primer técnico moderno en metodología, técnica, táctica, etc.",
_j
(f)
o(.'.)
afirma Svetislav Pesic. Y es que el entrenador de Novo Milosevo labró una carre-
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ra repleta de éxitos con el Partizan de Belgrado de Kicanovic o Dalipagic, en el >-
Estrella Roja de inicios de los años ochenta y, especialmente, en la selección
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yugoslava, tanto en categoría júnior como en la absoluta. La primera medalla de u
oro de la historia de Yugoslavia llegó con él al frente, y el tan ansiado triunfo en
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Moscú'80 también le tuvo como protagonista. Si bien la resonancia planetaria
c/i
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del trono olímpico no es comparable a cualquier otro trofeo, el alcance del pri- a:
Mundial de Liubliana'70 hubo una revolución tremenda. Antes, el fútbol era el
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depor~e número uno de manera indiscutible, pero aquella victoria significó el f-
z
ascenso del kosarka. El Gobierno empezó a construir canastas, en todos lados w
(f)
empezaron a surgir niños que iban con su pelota. Ranko se convirtió en un o
_J
héroe. Fue un sueño inolvidable. Hasta Tito recibió a la Reprezentacija. Ese fue
un momento clave de nuestro baloncesto. Nada, nada, ni el oro en Moscú fue
comparable a aquello", recuerda Maljkovic. "El Mundial de Liubliana es el éxito 287
más recordado en Yugoslavia. Hay un antes y un después de esa medalla. Fue la
explosión de la popularidad del kosarka. En las escuelas, en la calle, en todas par-
tes se empezó a ver niños que querían imitar a las estrellas del equipo de Zeravi-
ca", coincide Vladimir Stankovic.
El ideario baloncestístico de Zeravica fue, desde un principio, muy coin-
cidente con el del primer Nikolic. Los jugadores balcánicos destacaban por su
exquisitez técnica y una clara querencia por un juego imaginativo y veloz. Con
el paso del tiempo, Aza fue ahondando en aspectos defensivos y creyó prioritaria
 la necesidad de intentar controlar más el juego. Esa mayor estructuración de los
conceptos ofensivos y defensivos no se vio reflejada en Ranko, que siempre pro-
puso un estilo basado en la velocidad. Para el Profesor el contraataque era un
arma más. "El contraataque no puede ser un sistema de juego-base. Es un arma
muy eficaz, cuya utilidad no se puede discutir, pero no se puede jugar sólo al
contraataque. Para ser eficaz, ha de ser un arma que sorprenda al adversario, hay
que aprovecharla en el momento oportuno para cambiar el ritmo del partido. Si
no es así, para el equipo rival puede ser fácil ralentizar el juego e impedir la rea-
lización de los contraataques", declaraba Nikolic en una entrevista a Giganti del
Basketen 1976. En cambio, en los planteamientos de su sucesor, las transiciones
constituían un elemento primordial, ya que abogaba por unas premisas mucho
más sencillas: "Zeravica creía en correr y tirar, correr y tirar. Run and gun. Con él
había muy poca táctica. Eran conceptos más o menos básicos, fundamentados
en un ataque de triángulo. Unos movimientos que Ranko desarrollaba hasta el
automatismo. Pasar el balón al pívot, voy a bloquear a otro compañero y corto.
Y contraataque, mucho, mucho contraataque", comenta Maljkovic. En el plano
defensivo, las diferencias también se hicieron palpables: "Él siempre me decía:
'¿Qué es lo que pone en el acta de los partidos? Pues los puntos y el minuto. No
o >
>
<(
pone nada de la defensa"'. Lógicamente, la disparidad en la valoración de esta
_J
(/) faceta del juego se plasmaba en el grado de exhaustividad con que ambos la
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e> abordaban: "En defensa, Zeravica no imponía el orden como lo hacía Nikolic.
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>- Dejaba a los jugadores bastante libres, no ponía ninguna regla. Por ejemplo, los
º
1-
C/) bloqueos los pasaban por detrás, como es normal, ya que si el jugador es el que
L.U
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decide, así es como lo va a hacer. El Profesor era todo lo contrario: orden, orden.
z :..J.J
o
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Orden defensivo, orden en ataque".
Aunque la persona más adecuada para explicar la filosofía de Zeravica es el
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propio Ranko: "Yo fui muy crítico con el baloncesto que se desarrolló en Europa
L.U
u:i
o en los años noventa, en los que para el entrenador lo más importante era su tácti-
o z
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ca y todo, incluido el jugador, se supeditaba a ello. No les daban la oportunidad
oa: de desarrollar su talento. Me parece lógico que los técnicos buscasen los resulta-
(/)
o dos, porque a fin de cuentas viven de esto. Pero buscarlos a través de la táctica me
,z
L.U parece un error. Sus prioridades eran primero el resultado, luego la táctica y, por
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(/)
último, los jugadores. Pienso que ha de ser al revés. Por eso el objetivo de mi tra-
bajo siempre fue mejorar las calidades individuales de los jugadores y, después,
288
sobre esas calidades construir la parte táctica para conseguir finalmente los resul-
tados. Yo le di mucha importancia al jugador". Esta preponderancia del jugador a
la hora de construir las bases de un equipo sería una máxima muy repetida entre
diferentes técnicos yugoslavos, estableciendo las bases de lo que vendría después:
"Para mí era fundamental perfeccionar las capacidades técnicas de los jugadores y
desarrollar su conocimiento del juego. Que no esperasen el bloqueo, saber dónde
se puede jugar, entender por qué se hacen las cosas, explicárselo ... Conocer el
baloncesto, en suma. No les has de decir a tus hombres lo que tienen que hacer,
sino por qué lo tienen que hacer", concluye Ranko.
' 1
El baloncesto desplegado por los equipos de Zeravica es el que el acervo
colectivo asocia tradicionalmente al baloncesto yugoslavo de los años setenta y
ochenta, siendo él mismo (y Mirko Novosel, su sucesor en la selección) uno de
los principales impulsores de ese estilo. Conjuntos muy ofensivos, que buscaban
las transiciones veloces y un juego alegre, agradable para el espectador por intré-
pido. Un baloncesto acorde con el predominante en las canchas europeas de la
época, aderezado con unos jugadores de una refinada técnica individual, y que
conquistó numerosos títulos, tanto en competiciones de clubes como a nivel de
selección. Zeravica, un técnico autoritario y que trabajaba hasta la extenuación,
se convirtió de esta manera en un indudable embajador del kosarka por el resto
de Europa.
El tercer gran nombre de la Santísima Trinidad fue Mirko Novosel, si
bien el inicio de su periodo de influencia es posterior al de sus dos compañeros.
Novosel había sido jugador durante muchos años del Lokomativa de Zagreb y, a
su retirada, decidió probar suerte en el mundo del arbitraje, decidiéndose a dar
el paso a los banquillos dos temporadas después. Si Nikolic y Zeravica fueron
pieza clave en los orígenes del kosarka, Novosel abre su trayectoria como técnico
en plena década de los sesenta, una vez Yugoslavia ya había escalado notable- <t
mente en su posición dentro del concierto europeo. Las conexiones con ambos <t
eran directas, pues Mirko había sido asistente de Zeravica en los Juegos Olímpi- V'J
o
cos de Múnich'72 y en su periplo como jugador llegó a ser entrenado por El
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Profesor en algunos partidos de la Reprezentacija. <1'.
Novosel representa un nuevo perfil dentro del santoral yugoslavo. Sus
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evoluciones en las canchas se habían producido lejos de Belgrado y, a diferencia rJJ
de los dos primeros, su nombre iría siempre ligado al de un solo club, el KK s
Lokomativa Zagreb (en sus diferentes nomenclaturas), ya fuese sobre el parquet !JJ
w
o::
o dirigiendo a sus hombres desde la banda. La tan ansiada expansión del balon- '-'
r'-,
cesto perseguida por la lnteligencija tiene en el preparador croata a uno de sus <
mayores exponentes. El continuo contacto con los técnicos de la capital le servi- w
o:
ría para ir puliendo su ideario, al tiempo de labrarle una creciente reputación f-
zw
como estratega de los banquillos. Novosel encarna un estilo intuitivo, en el que IJJ
o
la dirección del partido y las decisiones tácticas poseen manifiesta importancia. _J
El de Zagreb se hizo famoso por su astucia para variar la dinámica de los encuen-
tros, hasta tal punto que era uno de los entrenadores más temidos por sus cole-
289
gas en ese aspecto. Sus grandes conocimientos tácticos y su naturaleza avispada y
sagaz le convirtieron en precursor de un modelo de entrenador no demasiado
frecuente entre sus coetáneos. "Novosel era muy grande. Tenía una gran capaci-
dad para la dirección del partido, como un sensor para pronosticar lo que iba a
suceder, intuía cuándo venía el peligro y se anticipaba", comenta Boza Maljko-
vic. Pronosticar lo que iba a suceder en diferentes ámbitos, no sólo durante el
transcurso de los partidos: "Mirko tenía ojo clínico para detectar el talento.
Sabía reconocer y elegir el mejor proyecto. Por ejemplo, cuando nadie se atrevía
t
a coger a Kicanovic, Mirko se acercó a su colegio en Cacak para verle, y le inclu-
j
 yó en la Reprezentacija juvenil. Tenía un ojo impresionante para reconocer el
1 mismo kosarka que desarrollarán numerosos equipos yugoslavos durante la déca-
talento. A la Cibona la construyó de la misma manera, fichando a muchos juga-
dores muy jóvenes que serían muy importantes en el futuro", explica el que fue
su jugador y asistente, Aleksandar Petrovic. Caracterizado por llevar con mucha
mano izquierda a sus hombres y por no tratar de imponer una disciplina tan
férrea como sus predecesores, con el paso de los años Mirko se fue convirtiendo
en un entrenador-general manager, ya que se encargaba personalmente de las
negociaciones de los posibles fichajes, tomaba decisiones en temas de marketing
y tenía muchos contactos e influencias en la federación. De hecho, en su etapa al
frente de la Cibona realizó tareas de director técnico del club, al mismo tiempo
que alternaba con el cargo de secretario general de la Universiada de Zagreb en
1987. El prestigio y autoridad de Novosel crecía dentro del panorama yugosla-
vo, constituyéndose en una de las voces más decisivas del Strucni Savet en los
años ochenta.
Su eclosión en los banquillos se produjo mucho antes, después de tres
veranos consecutivos en los que se proclamó campeón de Europa con las selec-
ciones juvenil, júnior y sénior. Sus éxitos en las categorías inferiores le habían
abierto las puertas del combinado absoluto, y en la década de los setenta, el
o >
>
<( baloncesto propuesto por Novosel con la generación dorada se erige en el para-
.....J
(/) digma de la filosofía de juego imperante en Yugoslavia en esa época. A Nikolic
o(!J
:::> se le asocia la "libertad organizada". A Zeravica, el contraataque. En los esque-
>-
mas de Mirko, el lanzamiento exterior es el santo y seña definitorio. "Novosel
º
1-
(/)
UJ
hacía muchísimo tiro en los entrenamientos. Más que los otros dos, desde luego.
u u
z Esa era la base del juego: lanzar cuando tuviésemos una opción de hacerlo",
o.....J comenta Drazen Dalipagic, que estuvo a sus órdenes desde el Eurobasket de
<(
CCl Barcelona, en 1973, hasta los Juegos Olímpicos que se celebraron en 1976 en
.....J
UJ
Montreal.
ciJ
o agradaban a los suyos propios. Prácticamente resulta una quimera ilustrar por
o<( Con Novosel, el estilo libre que propugnaba Zeravica llega a su máxima
CCl expresión, alcanzando el siguiente nivel y casi diríase que extremo. Los ataques
oo: son sencillos, bastan un par de premisas generales y algún movimiento previo
(/)
o para solucionar la jugada. El baloncesto ofensivo de ambos entronca en nume-
•Z
UJ
::::>
rosos aspectos, optando por una vía encaminada a la improvisación pura, un
(/)
modo de expresión en el que la mayor parte de los jugadores yugoslavos se sentí-
an muy cómodos, debido a su alta capacitación técnica y a la creatividad intrín-
290
seca al juego de muchos de ellos. Mirko otorgaba plena libertad a la imaginación
de sus hombres, lo que, conjugado con la magnífica generación con la que coin-
cidió en la Reprezentacija, resultó en la etapa más vistosa para el espectador de la
selección de los años setenta. Un baloncesto fluido, con la clara voluntad de
anotar una canasta más que el rival. Y el lanzamiento exterior, siempre el lanza-
miento exterior. "Novosel era de tiro, tiro, tiro. Aunque es cierto que Novosel y
yo teníamos un ideario de juego parecido, en mi caso más que con Nikolic. No
hay que olvidar que Mirko fue mi asistente y tuvimos muchísima relación siem-
pre. Nuestra concepción del kosarka era muy cercana", comenta Zeravica. El
1
da de los setenta e inicios ochenta, como la propia Cibona de Novosel, liderada
por los hermanos Petrovic, y que aún hoy en día es uno de los conjuntos más
recordados del Viejo Continente.
La conjunción de lo que Europa vio en los estilos desarrollados por Zera-
vica y Novosel sería considerada el prontuario de la Escuela Yugoslava durante
mucho tiempo. Una representatividad externa que superaba a la del modelo
ordenado y ortodoxo que propugnaba el Profesor Nikolic, circunstancia poten-
ciada por el hecho de que Aza estuviese trabajando en Italia la práctica totalidad
de ese periodo, siendo allí donde primero enraizarían sus ideas. El mismo Niko-
lic, cuestionado a finales de los setenta sobre el baloncesto practicado en su país,
declaraba a Giganti del Basket. "La gran diferencia con Italia es que las escuadras
yugoslavas sienten aversión por los esquemas prefijados, se busca mucho la velo-
cidad y los grandes equipos utilizan para finalizar el juego a dos o el juego a
tres", para añadir a la inevitable pregunta sobre sus preferencias: "Yo prefiero
una libertad organizada. Una libertad de iniciativa, pero dentro de un juego
organizado". No era el suyo un dictamen inusual. Durante muchos años, todas
las respuestas, en cualquier entrevista a rivales de los yugoslavos, hacían referen- <(
cia a la dificultad de defender a conjuntos tan ofensivos, que carecían de siste- <t
_J
mas rígidos, y cuyos jugadores practicaban un juego basado en la imaginación y (Í)
o
(.9
el lanzamiento exterior. El resto del continente asociaba esos postulados a todo :::>
>-
equipo de cualquier rincón de Yugoslavia ... fuesen cuales fuesen sus característi- <t
cas concretas.
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Los recurrentes triunfos sobre la pista y la riqueza teórica del discurso de (Í)
w
Nikolic, Zeravica y Novosel les convirtieron en referentes de la mayoría de téc- <t
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nicos de Yugoslavia, que observaban (o escuchaban directamente de ellos) los CfJ
w
detalles de los colectivos comandados por estos y adaptaban aquellos que más les a:
o
o
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escrito las innumerables influencias y relaciones, directas o indirectas, que el trío w
a:
ejerce sobre promociones y promociones de entrenadores6 . Es primordial saber, 1-
zw
eso sí, que desde 1947 hasta 1980 (con la excepción de 1979) los destinos de la VJ
o
Reprezentacija siempre fueron guiados por, como mínimo, uno de estos tres _J
hombres, cuando no fueron dos de manera combinada. Por si el dato no fuese
suficiente, en su trayectoria en diferentes clubes dirigieron también a los nom-
291
bres más descollantes del país, de tal manera que la inmensa mayoría de los
baloncestistas yugoslavos quedaron marcados por su contacto con alguno de los
tres maestros. De hecho, algunos prácticamente sólo fueron entrenados por
ellos. Generaciones de jugadores que posteriormente decidieron iniciar una
6
Para entender, aunque sea de una manera superficial, el alcance de las influencias de los tres
técnicos sobre generaciones venideras, remitimos al lector al mapa (dividido en tres generaciones) que
encontrará en la página web <www.baloncestoyugoslavo.com>.
 carrera como técnicos, hecho que provocó que con el paso de las décadas el por-
centaje de equipos conducidos por alumnos suyos, lejos de menguar creciese
exponencialmente. Al ya comentado culto a la tradición se le añade que los eter-
nos referentes siguen en activo cuando los jóvenes tutelados pasan a ser entrena-
dores. Ellos son el origen, pero también la prolongación.
¿POR QUÉ SE HABLA DE LA ESCUELA YUGOSLAVA. .. Y NO DE ESCUELAS
EN OTROS PAÍSES?
Indudablemente, el papel de Nikolic (y de los otros dos miembros de la Trini-
dad) supone un hecho diferencial del kosarka respecto al del resto de Europa.
No existe equivalente en otros baloncestos de una figura tan trascendental e
influyente como la suya. Son muchas las variables que inciden en este fenóme-
no: desde las cualidades que atesoraban como entrenadores y líderes a valores
culturales intrínsecos como el de la veneración a la tradición; desde una no disi-
mulada querencia pedagógica a un sistema basado en la transmisión de conoci-
mientos; desde la búsqueda entre los jóvenes valores de un sucesor del mentor a
o >
> una organización en la cual los entrenadores poseían valor institucional y órga-
:5 nos propios. El deporte no deja de ser un reflejo de la sociedad.
(/)
o(!;)
Producto de todas estas premisas, otros entrenadores ejercieron un papel
::>
>-
similar al de Nikolic, a escala geográficamente más reducida. En su gran mayoría
º
1-
(/)
LU
seguían la filosofía de Aza, que siempre fue el pionero, pero hasta Jesucristo nece-
u sitó doce apóstoles. La Escuela Yugoslava vio la luz por primera vez en Belgrado,
z gación, pero puede ser que no convengan al individuo concreto".
o.....J con el Profesor de epicentro, nombre que hay que acompañar en ese momento
<!
c:J fundacional a los de Stankovic, Popovic o Zeravica. De este núcleo fueron sur-
.....J
LU giendo ramificaciones que se encargaron de extender su filosofía por el resto de
u)
o Repúblicas. Branko Radovic, el padre del baloncesto en Split, había sido compa-
o ción, las ideas que había que trabajar, los temas en los que había que incidir para
<!
c:J
ñero y jugador de Nikolic y también había estado a las órdenes de Nebojsa Popo-
oa: vic. En Zadar, Enzo Sovitti es el encargado de popularizar el deporte de la canas-
(/)
o ta, desarrollar los preceptos teóricos y formar a los nuevos entrenadores. Zagreb
•Z
LU
::>
tenía a Mirko Novosel de cara visible, junto a otros técnicos como Branimir Vol-
(/)
fert y Marjan Pasaric. En Eslovenia, por su parte, el papel de pionero lo ejerce
Boris Kristancic, que convierte a Liubliana en una potencia baloncestística. Lazar
292
Lecic será el hombre en Skopje. El primer paso ya está dado.
Poco a poco, por todas las repúblicas de Yugoslavia una serie de entrena-
dores ejercieron de fandadores del baloncesto en la zona, además de mentores de
los jóvenes que decidían dedicarse al mundo de los banquillos. Son Nikolics a
pequeña escala, pero su inspiración inevitable es este (posteriormente, también
Zeravica), con lo cual una filosofía común, tanto en metodología de entrena-
mientos como en estilo de juego, se irá extendiendo por toda Yugoslavia. Una
filosofía que nace de Aza y Ranko, y que será el hábitat en que crecerán los nue-
vos jugadores.
L
Escuela de primera generación ..
El concepto de Escuela tuvo su plena significación para la primera generación
de preparadores yugoslavos, los que se encargaron de desarrollar el kosarka y
situarlo entre los más importantes del continente. Aquellos años se caracteriza-
ron por la cooperación conjunta, como recuerda Ranko Zeravica: "Tuvimos una
gran ventaja, ya que desde el principio tuvimos la idea de asociarnos, de unir a
los entrenadores con reuniones, con literatura ... Literatura sencilla, pero siem-
pre había algo. Aza Nikolic escribía algún texto, siempre dábamos algo a los téc-
nicos para que leyesen, para que supieran algo de los resultados que habíamos
obtenido en el estudio del deporte. Nuestro Instituto del Deporte tenía como
primer objetivo seguir el deporte de fuera del país, de todo el mundo, y preparar
materiales. De atletismo, de gimnasia ... De baloncesto no mucho, pero tam-
bién. Estudiaba las ideas y los métodos de otros países en todos los deportes.
Polonia y Checoslovaquia tuvieron grandes teóricos, así como también los sovié-
ticos, claro, que tenían una cátedra de Metodología del Baloncesto. Y en las reu-
niones de entrenadores pasábamos informes del Instituto de Deportes, reseñas
de los nuevos estudios que se habían hecho sobre atletismo ... Por ejemplo, un <t:
análisis sobre un velocista ruso que tenía mucho talento. Siguiendo los métodos <t:
_J
(./)
del Instituto del Deporte ruso no había obtenido buenas marcas, pero entonces o
u
le empezó a entrenar un profesor de matemáticas que dejó de lado los métodos :J
>-
utilizados y le hizo descansar más, con menos entrenamientos ... Y mejoró. Fue <t
muy interesante. Nos enseñó que había métodos que son producto de la investi-
_ _j
w
--'
u
(/;
w
La voluntad aglutinadora de la Federación fue un claro elemento impulsor <t
_J
de la consolidación de la Escuela Yugoslava: "Tuvimos un objetivo claro en nuestra u;
w
Federación: los entrenadores tenían que educarse. En el KSJ decidíamos la direc- o
CJ:
o
<t:
z
mejorar la metodología. Dentro del país, nuestros métodos eran los mismos", w
a:
r-
co~enta Zeravica. Y la normativa ideada por la Federación ejerció como medio z
w
eficaz en la interacción y orientación de los aspirantes a entrenador: "El título de V)
o
entrenador empezó en 1958. Hacíamos los cursos en diferentes sitios cada año. _J
No se podía entrenar si no se poseía el carnet. Se hacían durante un mes. Hubo
uno en una isla de Dalmacia, con Bora Stankovic, Aza Nikolic y un entrenador
293
americano, Jim Dooler. Lazar Lecic, de Skopje, fue uno de los primeros de su pro-
moción. Y después había cursos en continuidad. Era obligatorio participar en cur-
sos para entrenadores, algo así como lo que hoy en día se define como formación
permanente. Tenían que asistir dos o tres veces por año. Por ejemplo, si veíamos
un problema en nuestra liga, invitábamos a los técnicos y tenían que venir y si no
lo hacían les quitábamos el carnet. Pero luego, siempre se busca la democracia, y
con el tiempo se impuso una multa económica, pero no era lo mismo".
Los protagonistas de la incipiente Escuela Yugoslava serían hombres como
Mirko Novosel, Branko Radovic, Djordje Andrijasevic, Slobodan Ivkovic,
 Milan Ciga Vasojevic, Bratislav Djordjevic, Bora Cenic o Lazar Lecic. La mayo-
ría de ellos, técnicos que no llegaron a desarrollar su trabajo más allá de los Bal-
canes, pero que pusieron los cimientos de lo que sería conocido en Europa como
un movimiento.
... Y de segunda generación
Curiosamente, los nombres que popularizaron a la Escuela Yugoslava en los
años ochenta y noventa no se formaron en una organización colectiva como
hicieron sus predecesores. Aceptan la nomenclatura de la anterior generación,
pero ello no quiere decir que el término escuela lo sea en su acepción de institu-
ción pedagógica: "A mí no me gusta utilizar la palabra "Escuela" porque eso
suena a ex cátedra, a un fenómeno muy sofisticado. La Escuela Yugoslava es más
del estilo de un padre habla con su hijo, el hijo habla con su nieto ... Pero no
teníamos una escuela física como tal. Si la hubiese, ¿dónde están los libros? ¿De
dónde aprendimos los conceptos? No hay demasiados textos, por eso opino que
como ex cátedra no existe. Es más una cuestión de hábitos, en el que uno ayuda
o <i::
> al otro y el de más allá a sus asistentes ... Y te digo una cosa: todo el mundo está
::í
(/) de acuerdo en eso. No es una cuestión exterior, aquí también se utiliza esa pala-
o nos'. Y eso no es exactamente así. Aquí hay gente que se entiende bien con unos y
(.? bra. ¿Escuela? Bueno, si a la gente le parece bonito hablar de escuela, pues escue-
=>
>- la, no pasa nada. Pero es más de charlar, fijarte en la metodología de tu compa-
ºU;
LU
ñero, coger lo que te gusta, y lo que no desecharlo; aportar tus propias ideas, y
u luego formar a otro joven entrenador. Casi todo_s mis asistentes han sido prime-
z demás siempre nos fijábamos en los grandes entrenadores. Los pequeños siempre
o.....J ros entrenadores después", afirma Bozidar Maljkovic.
<x:
co Otro gran representante de esta no-escuela, Zeljko Obradovic, expresa
.....J
LU una opinión parecida: "Cuando se dice escuela yo no pienso en un colegio con
en
o libros y todo eso. Es sobre todo una cuestión de observación e interacción entre
o Zeravica o Branislav Rajacic, además de ser dirigido durante muchas tempora-
<x: los diferentes técnicos". El croata Neven Spahija, a quien el Profesor Nikolic dio
co
oa: clases en el Curso Nacional de Entrenadores de Sarajevo, enuncia algunos de los
(/)
o motivos del alumbramiento de esa denominación: "Se hablaba de Escuela
•Z
LU Yugoslava porque nosotros trabajábamos mucho juntos. Había muchos clinics,
=>
(/)
muchísimos campus, muchísimas reuniones, mucha interacción. La selección
tuvo muchos grandes entrenadores, y su influencia sobre otros técnicos derivó
294
en un efecto dominó. Se creó una cierta unidad. Además, nadie podía salir fuera,
los jugadores no se podían marchar hasta los 28 años, la mayor parte de los
entrenadores estaban en Yugoslavia ... Hubo una concentración de calidad
impresionante". El montenegrino Dusko lvanovic es ahora el que opina: "Sí que
es cierto que los entrenadores de Yugoslavia tenían más puntos en común que
diferencias, pero no se puede decir que fuese una escuela estudiada. Era una
cuestión de conceptos, de manera de entender el baloncesto en ese momento en
el país y, sobre todo, por mucha influencia del Profesor Nikolic, que en ese
momento formó a muchos técnicos como Maljkovic, Obradovic o Tanjevic, y al
l
resto de grandes entrenadores que fueron sus alumnos. Yo mismo reconozco que
en mi manera de ver el baloncesto tengo mucho de Nikolic, y tengo mucho que
agradecerle por ello. Cuando empecé a entrenar hablaba por teléfono o en per-
sona con él para pedirle consejo".
Aunque entre los protagonistas interpelados la unanimidad en la negación
del sentido literal del término sea total, la cuestión es que ese fenómeno colectivo
tan sólo se produjo en Yugoslavia, de entre los países punteros en la práctica del
baloncesto. Un fenómeno sobre el que ahonda Bozidar Maljkovic, voz autorizada
por su dilatada experiencia en multitud de países: "Yo creo que influye el hecho
de que España, Italia o la URSS sean países grandes, y la ex Yugoslavia era muy
pequeña. Entre el País Vasco y Andalucía hay más de mil kilómetros ... Yo no creo
que en Yugoslavia fuésemos mejores personas, más generosos, ni nada de eso. La
calidad humana es la misma. Yugoslavia era un país pequeño, y la República de
Serbia, donde hubo muchísima interrelación entre los diferentes técnicos, más
aún. Eso hace mucho más fácil tener una relación estrecha y poder hacer amigos
en el mundo del baloncesto. En Francia, por ejemplo, que también es muy gran-
de, están Gilles y Beugnot, que son amigos, y después no hay nada. Todos van por
libre, por decirlo de alguna manera. Y desde España muchas veces me han comen-
>
tado: 'Mirad vosotros, qué respeto hay entre los entrenadores, vivís como herma- <i::
__J
(/)
o(.'.)
con otros no tanto. Como sucede en todas partes. Lo que sí es cierto es que hay
=>
>-
mucha sensación de proximidad, y eso favorece las charlas sobre kosarka, las refle- <!:
xiones, los debates ... Las metodologías eran más o menos las mismas porque los
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w
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u
(/)
w
seguían a los grandes, mirando, estudiando, repitiendo cosas ... ". <i::
__J
Svetislav Pesic, otro entrenador de la segunda generación, fue entrenado (/)
w
en su etapa de jugador por diversos representantes de la primera, como Ranko a:
o
o
<i::
zw
das por Bogdan Tanjevic, a pesar de que apenas se llevaban dos años de diferen- cr:
f-
cia: "Sí creo que el baloncesto en Yugoslavia tenía escuela, no en el sentido clási- z
w
co, sino en el de una misma filosofía. Yo por escuela entiendo tres cosas (/)
o
fundamentales: la metodología de entrenamiento; la selekcija, es decir, la selec- __J
ción de jugadores, y el estilo de juego. En esos tres aspectos había un ideario
común, nos diferenciábamos del resto de Europa y EE.UU. Actualmente no es
295
así, ya no somos los únicos, porque muchos otros países utilizan las mismas
cosas y la información está al alcance de cualquiera que quiera aprender. Y creo
que todos los países aprendieron mucho de lo que vieron en Yugoslavia. Pero
escuela como un lugar al que todos juntos íbamos a aprender, no".
La percepción del resto de Europa sí era la de agrupación. En ese sentido,
Ettore Messina introduce un matiz explicativo a los motivos por los que en
España, Italia o Grecia se hablaba de los técnicos balcánicos como movimiento:
"En primer lugar, en Yugoslavia tienen la referencia de escuela porque tienen
referentes comunes, aunque ellos están también muy divididos. Hay mucha
 rivalidad. Pero, cuando salen de su país, forman un bloque. Se ayudan, es como
una familia en el sentido más fuerte del término. Dentro hay divisiones, incluso
algunos casi no se hablan. He estado allí y he visto cómo están divididos en gru-
pos, en jefes de escuelas. Pero han sabido transmitir al exterior que todos com-
parten la misma dedicación a los fundamentos, la misma dedicación a la disci-
plina, la misma dedicación a la importancia de entrenarse de una manera, con la
máxima exigencia, y esto ha creado fuera la idea de una escuela y de una manera
de pensar. Nosotros, en Italia, quizá no estamos tan divididos, pero las divergen-
cias y las referencias de distintos padres sale fuera, y por eso no se puede hablar
de escuela italiana". La de Messina es una reflexión muy similar a la de Josep
Maria Margall. Ambos describen una situación en España o Italia similar a la
que Maljkovic dibujaba de Francia, creyendo que es uno de los argumentos car-
dinales de su diferenciación con los entrenadores balcánicos: "Los yugoslavos
están fuera y se apoyan. Independientemente de si su relación es buena o mala,
se ayudan entre sí. Nosotros somos tan tontos que no tenemos mala relación,
pero cada uno va por libre", afirma la antigua leyenda del Joventut.
Resulta evidente que la palabra escuela no acaba de agradar a todos sus
protagonistas. Pero, a falta de un término mejor, la simplicidad que requiere el
o ki, el KK Split, el O limpia Liubliana, el KK Zagreb ...
>
<(
lenguaje hizo pasar a la posteridad con esa nomenclatura al fenómeno de los téc-
_J
(/) nicos balcánicos. Y así hasta nuestros días.
o nacido bajo la nomenclatura de República Federal Socialista de Yugoslavia. Son
<.'.J
::i
>-
tros de esa zona", comenta Bozidar Maljkovic. Es en Crvena Krst donde Ranko
Zeravica dará sus primeros pasos, y con el tiempo se convertirá en el referente de
toda una serie de técnicos importantísimos, como Slobodan lvkovic (hermano
de Dusan y primer presidente de la Asociación de Entrenadores), el propio
Dusan lvkovic, Milan Vaojsevic, Dragoljub Pljakic, Bora Cenic o Bratislav
Djordjevic (padre de Aleksandar). La presencia de Zeravica, junto a otros gran-
des entrenadores, unido a la mayor comodidad de no realizar el desplazamiento
al centro de la ciudad, llevará a este grupo a ser considerado una tendencia den-
tro del propio baloncesto de Belgrado.
Una escuela necesita alumnos
Esta primera generación de preparadores, que en su amplia mayoría vivió la
Segunda Guerra Mundial como adolescentes o adultos, es la encargada de alum-
brar lo que se conocerá como la Escuela Yugoslava de entrenadores. Ellos son los
formadores de los nuevos talentos, los que les dirigirán también en su paso por
los clubes yugoslavos: el OKK Belgrado, el Estrella Roja, el Partizan, el Radnic- <.:(
>
<.:(
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if)
La siguiente gran generación ya estará compuesta por hombres que han o('.J
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>-
mayoritariamente antiguos jugadores que han sido dirigidos por la generación <(
_J

º
f-
(/)
LlJ
Be/grado también tiene Escuela(s) anterior, lo que provoca que se hayan imbuido de sus conocimientos y métodos de UJ
::i
u
u trabajo. Ellos llevarán esas ideas aún más lejos, acompañados de los omnipresentes (/)
LlJ
z
o
_J Belgrado, en sus orígenes el único centro neurálgico del kosarka, reúne en su (en el espacio ... y en el tiempo) Nikolic, Zeravica y Novosel, quienes continúan <(
_J
<(
co territorio a un gran número de jugadores y entrenadores. En la capital había más su labor investigadora con el objetivo de desarrollar los preceptos teóricos que regi- CiJ
LlJ
_J o:
LlJ equipos de baloncesto que en el resto de repúblicas juntas. Eso conllevó que rán en el ideario de la nueva camada de entrenadores. El paso de los años y los éxi- o
(/) o
o fuese allí donde surgieran una gran cantidad de preparadores. Nikolic, Popovic tos conseguidos otorgaría a estos tres técnicos un prestigio y un peso específico que <(
o z
<( y Stankovic son los principales representantes de esta tendencia, especialmente se tradujo en una gran preponderancia dentro de la Federación Yugoslava y su UJ
o:
co f-
oo: por pertenecer a los tres grandes clubes, Partizan, Estrella Roja y OKK Belgrado, Strucni Savet. Su influjo tenía un cargo institucional donde desarrollarse, y desde z
UJ
(/)
o situados todos ellos en zonas del centro de la ciudad: en el interior de la muralla el Consejo de Sabios ejercen de guía de los nuevos valores que estrenarán su carrera (/)

,z
LlJ Kalemegdan en el caso de los dos primeros, y fuera de ella en el del OKK. Simul-
::i
(/)
táneamente, en la periferia surge un movimiento que, si bien bebe de este, tiene
autonomía propia, con el barrio obrero de Crvena Krst y el KK Radnicki como
296
principales protagonistas. "Es cierto que de esa zona salieron muchos técnicos.
No es que fuera un movimiento por separado, pero en ese barrio estaba el cuar-
to gran equipo, el Radnicki, del que yo mismo fui entrenador, y muchos juga-
dores fueron para allá cuando acabaron su trayectoria en activo. Había una pista
descubierta, y eso daba muchas ventajas en verano, se empezaba a jugar tres con-
tra tres y de allí surgieron muchos entrenadores que empezaron su carrera en ese
club. Era un barrio mezcla de obrero y bohemio. Tenía muchos restaurantes y la
gente del mundillo se reunía para comer, beber ... Había un bar en concreto en
el que siempre se juntaban para hablar de baloncesto, incluidos los propios árbi-
o_J
en los años setenta y ochenta: los Vladislav Lucic, Vlade Djurovic, Bogdan Tanje-
vic, Svetislav Pesic, Boza Maljkovic, Dusan Vujosevic o Dragan Sakota.
Dicho de otro modo, los entrenadores de Mirza Delibasic, Drazen Petro-
297
vic, Toni Kukoc, Aleksandar Djordjevic, Arijan Komazec o Vlade Divac.
También, por cierto, de Zeljko Obradovic. Y que la rueda siga girando.
La Escuela tiene escuela propia
En todos los países, conseguir el título de entrenador de baloncesto implica rea-
lizar un curso, en ocasiones con técnicos profesionales haciendo las veces de pro-
fesor. En Yugoslavia, la situación iba aún más allá.

l
 El título de entrenador nacional, aquel que permitía el acceso a poder diri-
1 de salto. Era imposible hacerlo todo seguido, a la mitad te tenías que parar.
gir un equipo en primera división, se cursaba en las aulas de la Universidad de Pero cuando pasamos de juvenil a júnior, ya teníamos que hacerlo una vez sin
Belgrado. En todas las repúblicas se organizaba dicho curso, pero era obligatoria parar. Volvíamos al hotel corriendo o caminando. Llegábamos tan cansados que ni
una estancia de varios días en la capital, con un examen final que validaba la titu- 1
comíamos, y nos íbamos a dormir directamente. Que poco después tocaba
lación conseguida en la república de procedencia. En la Facultad de Iniciación al
Deporte no sólo el gurú Nikolic impartía su magisterio, sino que otros grandes
í el entrenamiento técnico ...
1
1 (LUKA PAVICEVIC, recordando las sesiones que realizaba la selección júnior
personajes del baloncesto yugoslavo transmitían sus doctrinas a los futuros entre- 1
entrenada por Svetislav Pesic en la concentración previa al Mundial de Bormio.
nadores: Zeravica, Popovic, Slobodan lvkovic, Bratislav Djordjevic ... Los gran-
Hotel Nueva Constanza, Barcelona, 2009)
des sabios, la Kosarkasa inteligencija, tenían contacto directo con los aspirantes a
técnicos. De esta manera conocían (en los contados casos que no los habían
La generalización es uno de los males endémicos del análisis de cualquier faceta
experimentado en su etapa como jugadores) ya desde sus comienzos los métodos
de la realidad. Decidir cuándo una característica está lo suficientemente repetida
y filosofía del juego que propugnaba la Escuela Yugoslava.
como para poder extrapolar es una de las graves carencias que conlleva la super-
En aquellos cursos destaca un detalle, si bien en apariencia nimio, muy
ficialidad o falta de rigor de algunos estudios, ya sean antropológicos, sociales o
significativo del funcionamiento de aquel sistema. Una particularidad esclare-
culturales. Ya se sabe, los italianos son románticos, los alemanes se distinguen
cedora de su estructura jerarquizada y de la obsesión por separar a ganadores
por ser inflexibles y los argentinos amantes de la verborrea.
de perdedores; pero también ilustrativa de las estrechas interrelaciones entre Pero resulta inviable disertar sobre una Escuela Yugoslava de entrenadores
sus técnicos y las permanentes influencias de Nikolic: el Strucni Savet decidía y no trazar las líneas maestras. Las había. En caso contrario, no se les hubiese
que los mejores proyectos de cada promoción pasasen dos meses en Estados
o denominado Escuela y serían simplemente entrenadores independientes, en este <(
Unidos asistiendo a entrenamientos de diferentes universidades, en las que >
~
_J
caso yugoslavos, tal y como sucede en otros países. A pesar de que, obviamente, <(
_j
(/) debían estudiar y analizar las claves del baloncesto estadounidense. Desde la cada individuo posee su propia singularidad (y los técnicos balcánicos no van a
(f)
o(.!J o
década de los sesenta, en la que Aza efectuó su primer viaje, alcanzar el nivel ser la excepción), una serie de puntos en común se vislumbraban inequívoca-
l'.J
:::::i
::::::>
~
que tenían en la cuna del basket era una obsesión para la Inteligencija. Allí esta- >-
o mente en la mayoría de ellos. El sistema por el cual se estructuraban, el proceso <(
_j
1- ban los mejores, y había que conseguir ser tan buenos como ellos. Por eso, los w
(/)
w que permitía la divulgación de conocimientos ya se conoce; pero profundizar en :::::i
u
z entrenadores con más talento debían conocer el funcionamiento y metodolo- la filosofía deportiva y metodológica inmanentes a este colectivo es la llave para
u
(f)
w
o gía de las universidades americanas para poder aplicar lo que aprendiesen en su
_J
<( entender muchas de las cosas que luego se veían (o no) plasmadas en la pista. <(
_j
ca carrera en Europa. Vi
_J w
L.U A finales de los años setenta, dos hombres que en un momento u otro a:
u) o
o serán asistentes de Ranko Zeravica y que consideraban a Nikolic su maestro serí- o
o Particularidades ... generalizadas <(
<( an los elegidos de su promoción, compartiendo habitación durante dos meses. z
ca w
oa: a:
¿Sus nombres? Dusan lvkovic y Bozidar Maljkovic. Una de las peculiaridades más extendidas de los entrenadores de la antigua
f-
z
(/) w
o Los máximos responsables de la Jugoplastika de Split y la Reprezentacija Yugoslavia radica en que un amplísimo porcentaje han sido jugadores de primer (f)
•Z
L.U en el trienio más exitoso que haya experimentado el baloncesto yugoslavo en o
::J nivel. La mayoría fueron nombres destacados en la Prva Liga, llegando a ser _j

(/)
toda su historia.
298
EL ENTRENADOR TIPO YUGOSLAVO: ¿EXISTÍA?
No olvida.ré en mi vida. la montaña. Nosotros no teníamos problemas de actitud,
a todos nos gustaba entrenar. Siempre estábamos trabajando. Había un gran
ambiente, cantábamos en el autobús ... cada. día había una rutina: íbamos
corriendo desde el hotel hasta la Rampa Olímpica. Siete kilómetros.
De calentamiento. Luego series de sprints, agilidad y salto. Pero la parte principal
del entrenamiento comistía en subir tres veces los trescientos escalones del trampolín
muchos de ellos internacionales absolutos con la Reprezentacija. Una caracterís-
tica que se dio desde sus orígenes, ya que Nikolic, Saper, Stankovic o Popovic
299
fueron compañeros de equipo; también Zeravica o Novosel, Radovic o Andrija-
sevic cargaban en la mochila con un pasado como baloncestistas de élite. Esta no
era una circunstancia anómala en la Europa inmediatamente posterior a la
Segunda Guerra Mundial. El baloncesto estaba dando sus primeros pasos y es
lógico que se nutriese de sí mismo.
Pero en las siguientes generaciones de jugadores yugoslavos el fenómeno
se repite. Revisar selecciones plavi del pasado es encontrar nombres que en el
presente se asocian a su faceta de entrenador. En muchas ocasiones, la práctica
totalidad de las plantillas está formada por futuros técnicos. Planteado a la inver-

i

sa: es muy difícil hallar a un entrenador de primer nivel yugoslavo que no lo
fuese también como jugador. Las dos grandes excepciones a esa tendencia son
Bozidar Maljkovic y Dusan Vujosevic.
Esta tesitura no es tan común como pudiera creerse. Baste repasar, por
ejemplo, a los protagonistas del máximo logro histórico que ha conseguido el
baloncesto español, la medalla de plata de Los Ángeles'84 (ya que sus homólo-
gos de los Juegos de 2008 y el Eurobasket de 2009 aún son jugadores en activo).
De los doce participantes en la ciudad californiana, tan sólo Josep Maria Mar-
gall ha dado el paso a los banquillos, y nunca ha sido primer entrenador de un
equipo profesional. Si se repite el proceso con la selección italiana de Moscú'80,
plata en los Juegos Olímpicos, el resultado es similar. Lo mismo acontece en paí-
ses como Francia, Grecia y el resto de Europa en general.
En Yugoslavia la situación es radicalmente opuesta. La primera gran pro-
moción júnior, el grupo que bajo la tutela de Ranko Zeravica protagoniza el
cambio generacional que derivará en la primera medalla de oro en el Mun-
dial'70, tiene en sus filas a seis futuros entrenadores. Entre ellos, dos selecciona-
dores absolutos, además de un presidente de la Federación Serbia de Baloncesto.
Y se trata de un combinado júnior, es decir, todos sus miembros son de la misma
o
> edad. En el primer gran éxito de la Reprezentacija, el citado triunfo en el Mun-
<t:
.....J
(/) dial de Liubliana, la plantilla reúne a siete hombres que decidirán continuar
o(.9
ligados al baloncesto como técnicos. Dos seleccionadores más, además de otro
:::>
>- que lo será de la selección eslovena ...
º
1-
(/)
w
Como en otras facetas del sistema, se produce un efecto de concatenación
u mediante el cual cada generación traspasa su legado a la siguiente. La mítica
z ~
o.....J selección de oro de los años setenta, compuesta ya por doce hombres nacidos,
<t:
co crecidos y formados en la maquinaria ideada por la Inteligencija, supuso cristali-
.....J
w zar por primera vez el resultado del proceso iniciado en las postrimerías de la
C/)
o década de los cuarenta. Entre sus integrantes, Zoran Slavnic será el entrenador
o z
<t:
co que haga debutar a Petrovic y dote de continuidad a Djordjevic en primera divi-
o sión, además de dirigir a la Jugoplastika de Kukoc, Radja y Perasovic o al Estre-
a:
(/)
o lla Roja de Ilic, Jovanovic o Jankovic; Kresimir Cosic, que viaja cada fin de
•Z
w semana a Kraljevo para trabajar la técnica individual de Vlade Divac, dará el
:::>
(/)
espaldarazo a la generación de Bormio (además de Paspalj), convocando a cua-
tro de sus miembros en el Europeo de Atenas'87; Mirza Delibasic comandará
300
desde el banquillo al Bosna Sarajevo de los Radulovic, Dobras, Primorac ...
Los casos enumerados son los más elocuentes, habida cuenta de que son
auténticas leyendas del kosarka y que entrenaron a la selección absoluta o, en su
defecto, a conjuntos de primerísimo nivel. Ambos factores de la conjugación son
extremos, y pudiera extraerse la lectura de que la fama e influencias conseguidas
como jugador les abrieron las puertas de los principales equipos o selecciones.
Algún caso de este tipo se puede observar en ciertos baloncestos. Sin embargo,
esa interpretación sería sesgada, pues no sólo nombres estelares dirigirán a los
clubes punteros. Svetislav Pesic (pese a ser todo un campeón de la Copa de Euro-
1
1
\
1
pa en su versión de base cerebral, no alcanzó el nivel de los citados) es el entrena-
dor del Bosna campeón de la Prva Liga en el 83, además de la selección júnior
más famosa que ha habido jamás. Dusan lvkovic, quien desarrolló su carrera
defendiendo la camiseta del Radnicki, entrena al Parrizan de los Dalipagic o
Kicanovic, al Sibenka o a la propia Reprezentacija. Bogdan Tanjevic, internacio-
nal júnior y que se retiró muy joven, dirige al Bosna campeón de liga y Copa de
Europa, además de desempeñar el cargo de seleccionador júnior y absoluto.
Vlado Djurovic, buen jugador de primera división en las filas del OKK Bdgra-
do, será el responsable técnico de equipos como el Sibenka, finalista de liga y
Copa Korac o el Zadar campeón del año 86 ... La lista es casi interminable.
El ejemplo de Zeljko Obradovic no por célebre deja de ser paradigmático.
Tras una larga trayectoria como integrante del Borac Cacak y el Partizan, llegan-
do incluso a ser internacional en sus últimos años en activo, pasa directamente
de las pistas a los banquillos, dando el pistoletazo de salida a una carrera en la
que se proclamará campeón de Europa con diversos clubes, además de ganar
numerosas medallas con la selección de Yugoslavia.
Es un fenómeno masificado. Los buenos jugadores yugoslavos (leyendas o
no) se acabaron convirtiendo en técnicos (de equipos punteros, aunque no nece- ;
sariamente). "Mi gran éxito no fueron los resultados, sino que todos mis jugado- ~
:.r:
res del Estrella Roja son entrenadores o están metidos en el mundo del balonces-
'...'.)
to. Hubo un año en que tuve a ocho alumnos míos como rivales en los
>-
banquillos de primera división yugoslava", comenta, sonriente, Ranko Zeravica.
Y esta peculiaridad generalizada dota al entrenador tipo yugoslavo de unas carac-
_J
..-'..!
'-'
terísticas que le diferencian del estándar del Viejo Continente. El haber jugado C/)
al más alto nivel no es garantía de nada: en la formación integral de un entrena- <r
_J
dor tienen mucho más peso los conocimientos tácticos, el entendimiento del u:
juego, saber transmitir los conceptos o ser capaz de controlar la dinámica gru-
o
pal. No todos los jugadores, ni tan siquiera la mayoría, absorben (o tienen la <t:
capacidad de hacerlo) esos preceptos en su periplo profesional, y otros no tienen Ll..J
cr:::
la suerte de coincidir con buenos maestros en esa etapa. Sin las cualidades men-
'-
z
Ll..J
cionadas, la anterior experiencia sobre la cancha sirve de bien poco. Además, no (/)
o
es indispensable ese bagaje para ser un gran técnico o ganarse el respeto de los _J
integrantes de un equipo. Ejemplos sobrados hay de ello.
Pero más siempre es mejor que menos. Obviamente. El carácter pedagó-
301
gico y divulgativo de los grandes maestros del baloncesto yugoslavo, unido a la
constatación de una cierta endogamia que se traduce en que unos pocos nom-
bres se reparten la dirección de los conjuntos más importantes y representativos,
lleva a que todos los jugadores que alcanzan el último nivel pasen por las manos
de los grandes popes del kosarka, ya sean los Nikolic, Zeravica o Novosel en pri-
mera instancia, o los discípulos Tanjevic, Pesic, lvkovic o Djurovic para las
siguientes generaciones. Si muestran predisposición, absorben muchos conoci-
mientos teóricos que surgen del núcleo duro de la Inteligencija. Son imbuidos en
una filosofía, la misma que aplicarán en su carrera como preparadores. Y a esto
l
 ~
le añaden una cualidad más: haber sido protagonista en las canchas les permite
entender muchas cosas de la mentalidad del jugador. Saben cómo ganar, pues lo
han hecho. Los nervios ante una final, las preocupaciones de sus hombres o
cómo enseñar un movimiento no representan elementos extraños ante sus ojos.
Simultáneamente, consiguen un respeto instantáneo por parte de sus pupilos,
que saben que lo que ellos están pasando su entrenador ya lo ha vivido. Esa
experiencia, desde la perspectiva del jugador, dota a estos preparadores de noto-
ria consideración en el momento en que les empieza a entrenar. Los que han
triunfado saben cuál es la senda que lleva a la victoria.
El respeto y la admiración por parte de sus hombres también lo obtienen
técnicos que no han llegado a ser profesionales. Su trabajo, sus métodos o los
trofeos conquistados con anterioridad son sus armas para ello. Pero, a igualdad
de condiciones, haber sido jugador de primer nivel añade un plus. Tanto al pro-
pio entrenador como a su ascendiente sobre su equipo. No es lo mismo enseñar
un movimiento de manera verbal que ser capaz de realizarlo. Una imagen vale
más que mil palabras, y no sólo eso, otorga el valor de demostrar que lo que se
enseña es posible, puesto que uno mismo es capaz de hacerlo.
Un último rédito, en este caso muy concreto del baloncesto yugoslavo, se
o recuerda Dino Radja sentado en la terraza del restaurante Adriatic de su Split
desprende de esta dualidad: la transmisión de la mentalidad ganadora. Cada
~
U) generación acumula el legado de la anterior, además de conseguir logros cada
o(.!:) vez mayores. El crecimiento del kosarka fue exponencial, yendo siempre a más
:::>
>- en cuanto a resultados. Esta mentalidad es traspasada a las nuevas generaciones,
º
1-
U)
UJ
con un efecto retroalimentativo claro: el respeto por el que ha ganado o conse-
u guido aquello a lo que uno aspira facilita que este pueda inculcar su manera de
z LI.J
o
_J
pensar, ya que genera una predisposición por parte del jugador. O de cómo el
<(
ca Petrovic de dieciséis años ambicionaba lograr aquello que Slavnic ya había sabo-
_J
UJ reado.
u)
o horas de instrucción individual.
o z
<(
Cil
ocr: Metodología
U)
o carga de trabajo atlético que consideraban necesaria para la competición. El
,z
UJ Sí, creo que entrenábamos más que en otros países. Yo pasé muchos años
:::>
U) entrenando tres veces al día, además de ir al instituto. Desde fuera puede parecer
sorprendente, pero a nosotros nos habían inculcado desde el principio esta
302
mentalidad del esfuerzo, de la superación.
(ZAN TABAK, Hotel Calderón, Barcelona, 2009)
La primera gran seña de identidad de los entrenadores de la ex Yugoslavia es la
obsesión por el trabajo. No podía ser de otra manera, ya que Nikolic hizo de este
rasgo un sello distintivo de su estilo ("Con Aza sabíamos cuándo empezaba el
entrenamiento, pero no cuándo se acababa", declaraba Meneghin a la revista
Giganti del Basket en 1974). Exigencia máxima y muchas horas y sesiones, espe-
cialmente en comparación a las metodologías imperantes en otros países.
!
La leyenda es en esta ocasión cierta, si bien hay que matizar las diferencias
entre las categorías de formación y la etapa adulta; y, a su vez, entre las costum-
bres de un país socialista, como era el caso de Yugoslavia, y las de otros países
con una realidad sociopolítica distinta.
Durante la etapa que los técnicos consideraban "formativa", la cantidad
de sesiones y horas dedicadas era abrumadoramente superior a la que se dedica-
ban en España, Italia o Grecia. El componente cultural es de inevitable referen-
cia, pues la situación particular de cada país invariablemente se ve reflejada en el
mundo del deporte. Hay modos de hacer que en una sociedad pueden parecer
normales y en otras son fuera de lo común. La cuestión es que los hábitos de
entrenamiento para los chicos que se iniciaban al deporte en Yugoslavia eran de
una exigencia que difícilmente encontraba parangón en el resto de Europa, con
la salvedad quizá de la también socialista Unión Soviética. "Trabajábamos
tanto ... Tantísimo ... dos veces al día, incluso más. Después, trabajar tanto fue
fundamental. A, B, C, D ... No nos saltábamos las lecciones. Ni me acuerdo de
cuántas veces habíamos hecho cosas muy obvias, como el 2x0. El pick and roll
contra nadie, sin defensa. Parecía estúpido. Pero se automatizaba. Lo repetías
tantas veces que luego ya te salía sin pensar. No lo pensabas, sólo lo hacías", <
>
<
_J
VJ
natal. Naturalmente, el de la Jugoplastika no era un patrón inusual. Todo lo o(.:J
contrario. Los equipos de cantera de los clubes de Prva Liga realizaban dos y :::>
>-
hasta tres sesiones de entrenamiento diarias, y de cuantiosa duración. En un <
_J
periodo considerado clave en la evolución del jugador, pues era en el que se LI.J
:::>
u
debía realizar la mayor parte de la preparación técnica, táctica y hasta física, los (/)
entrenadores yugoslavos hacían trabajar a sus equipos más de siete horas diarias. <(
_J
Si el joven mostraba potencial real para convertirse en un proyecto de primer rjj
LI.J
a:
nivel, estas podían verse ampliadas hasta las diez (o más), teniendo en cuenta las o
o
<(
En las selecciones de categorías inferiores, la dinámica era parecida. Al LI.J
a:
1-
énfasis en la faceta técnica característica en la rutina de los clubes se añadía la z
LI.J
(/)
o
_J
objetivo era conseguir la forma física ideal, otro de los rasgos inherentes a los
entrenamientos planteados por los técnicos. "Pesic no dejaba ver sus sesiones de
entrenamiento en el Europeo juvenil de Roussé, pero yo me colé en una. El día
303
de la semifinal. Me quedé impresionado. Mientras nosotros, en día de partido,
íbamos a hacer algo de tiro y solucionar algunos problemas defensivos, la selec-
ción yugoslava estuvo casi dos horas, en una sesión muy intensa, corriendo arri-
ba y abajo continuamente", comenta Miquel Nolis. ¿Y usted lo considera ade-
cuado? "Si estás preparado para eso, es lo mejor. Los jugadores lo pueden
aguantar. Y ellos estaban educados en ese sistema". De nuevo el factor cultural.
Los entrenadores de la primera división yugoslava también programaban
largas jornadas de trabajo físico-técnico, pero estas no eran ya tan extremada-
mente condensadas como en la etapa de formación. Diferentes metas, tanto a
 •
nivel de equipo como de situaciones individuales de los jugadores. Se entremez-
claban veteranos con jóvenes que aún tenían mucho que progresar y el propósi-
to final residía, además de en el crecimiento a medio plazo, en el resultado inme-
diato. Aun así, las dos sesiones diarias que los técnicos hacían entrenar a sus
hombres doblaban al común de conjuntos europeos, especialmente en la década
de los setenta y primera mitad de los ochenta, en las que el profesionalismo no
había llegado aún al baloncesto continental. "Noté muchísimo cambio en mi
paso de la Jugoplastika a la lega en cuanto a ritmo de trabajo. Menos exigencias,
menos entrenamientos ... Acabé contratando a un preparador físico personal
por miedo a perder el nivel que había alcanzado. Y, posteriormente, en la NBA
también entrené menos que en Split", comenta Zan Tabak. La experiencia de
Dino Radja siguió los mismos parámetros: "Yo llegué a la lega y se entrenaba
cinco tardes a la semana, más dos sesiones por la mañana. En Yugoslavia se
entrenaba los siete días, seis de ellos mañana y tarde. Nuestros entrenamientos
en Yugoslavia eran de dos o tres horas. En Italia era la mitad de tiempo, y media
hora se hablaba y una hora se entrenaba. Además, por la mañana sólo se hacía
tiro ... Yo perdí el ritmo, porque era joven y ya me iba bien no entrenar tanto.
Pero mi carrera fue hacia abajo, sobre todo porque me rompí el pie y estuve tres
o >
>
::í
meses fuera, y al volver no podía coger el ritmo con esa dinámica de entrena-
mientos. En el primer partido, yo iba a la derecha y mi defensor iba a la derecha.
(/)
o(!)
Me iba a la izquierda y mi defensor iba a la izquierda. Entonces me dije: aquí
::>
>- hay algo que no va bien. Llamé a mi preparador atlético, me lo pagué yo, vino
º
1-
(/) conmigo y empecé a hacer tres sesiones cada día. Pagándole yo siempre. Por-
LU
u que ... en Italia se trabajaba muchísimo menos. Ese es uno de los motivos por el
z w
o
_J que la liga yugoslava era la más fuerte. Si trabajas más, el rendimiento es supe-
<(
co rior", explica contundentemente el antiguo pívot internacional.
_J
LU No era una cuestión concreta de los jugadores que procedían de la Jugo-
cr.i
o plastika de Split. Las palabras que enuncia Aleksandar Djordjevic desde Belgra-
a z
<(
(l)
do muestran un panorama parecido en su primera aventura lejos de fronteras
oa: yugoslavas: "Cuando llegué a la lega, a Milán, entrenábamos una vez al día. Le
(/)
o pedí a D'Antoni más, y me dijo que, debido al tráfico, sólo se podía entrenar a
,z
LU las 15:30 h. Vaya excusa. No me jodas, hay que entrenar. Luego, en España,
::>
(/)
entrenábamos bien. Un poco menos, quizás, pero trabajábamos. No tanto como
aquí, eso sí. Con Aíto menos, con Scariolo más", comenta el base de la genera-
304
ción de Bormio. Su compañero en aquella selección, Samir Avdic, tuvo expe-
riencias diversas: "Yo no noté demasiado el cambio de dinámica cuando llegué a
España. Estábamos acostumbrados a trabajar muy duro aquí, pero también tra-
bajamos duro en el Unicaja con Javier lmbroda. No tengo información de cómo
entrenaba el resto de equipos, pero con Javier se trabajaba bien. Depende del
equipo. Por ejemplo, en Turquía, la verdad, necesitaba más entrenamiento. Era
un axioma que teníamos interiorizado desde jóvenes y que no se podía cambiar:
si no entrenas bien no puedes jugar bien. Así, en Turquía, yo necesitaba entrenar
más y, sin ningún problema, tuve la oportunidad de hacerlo. Hablé con el entre-
l_
nador y le dije: 'Respeto vuestro tiempo de entrenamiento y las cosas que hacéis,
pero yo necesito más"'.
Pese a excepciones, parece incuestionable que las figuras que emigraron se
encontraron unas exigencias muy diferentes a las que desde adolescentes les ha-
bían marcado sus entrenadores. A la inversa, los hábitos impuestos por los técni-
cos yugoslavos resultaban especialmente chocantes cuando eran contratados por
clubes de otros países y entraban en contacto con jugadores que no estaban
acostumbrados a esa rutina. Altamente revelador es el reportaje que publicó la
revista Giganti en 1982 bajo el título de "¿Y tú cómo entrenas?", cuya primera
frase era un "El récord, como era fácil de imaginar, es para Nikolic, que con 17
horas y 30 minutos a la semana es aquel que hace trabajar más a sus jugadores
en sus sesiones". Incluso en un pallacanestro tan avanzado como el italiano, los
métodos del Profesor sorprendían a propios y extraños. El mismo artículo desta-
caba que otro técnico de renombre como Dan Peterson era el que menos horas
dedicaba con su Billy de Milán, no alcanzando ni la mitad que Nikolic, con
siete, y eso sin contar que la Sinudyne Bolonia de Aza había iniciado los entre-
namientos un mes antes que el resto de escuadras.
Si en la cosmopolita lega de los años setenta el fuerte ritmo implantado --<
por los preparadores balcánicos resultaba insólito, no cuesta imaginar que en :s
(J)
España se calificase de cuasi inverosímil: "Los métodos de Zeravica eran muy
diferentes a los de mis entrenadores anteriores. No estábamos acostumbrados a
8::::J
>-
hacer pesas. Además, después de hacerlas, empezaba el entrenamiento. No está- <
_J
w
bamos habituados a ese nivel de exigencia. Muchas más horas de entrenamiento ::::J
u
de las que se hacían en la época: mañana y tarde, además. En aquel momento (J)
era increíble", explica Nacho Solozábal respecto a la etapa del técnico serbio en <[
_J
el Bars:a. Bueno, quizás era una cuestión de Zeravica en concreto. "Con Maljko- (J)
w
ce
vic, la metodología era la misma que con Ranko, pero todavía más dura. Extre- .....,
madamente dura", añade el antiguo base del conjunto barcelonista. ¿De Maljko-
o
<[
vic y Zeravica? "Siempre recordaré a Corny Thompson caer tumbado en el w
a:
vestµario del Joventut, casi inconsciente, al acabar un entrenamiento de Zeljko 1-
z
w
Obradovic", rememora Ferran Martínez, que aquel año se proclamó campeón (J)
o
de Europa con la Penya. Y de otros como Pesic ya ha hablado Luka Pavicevic ... _J
Queda claro que las sesiones eran muy largas y extenuantes, aunque Jua-
nan Morales añade un matiz: "El Obradovic más duro con el que he coincidido
305
es el de Badalona. Más que en Madrid. Hay que tener en cuenta que la del Joven-
tut era su primera experiencia en el extranjero y que quería ganarse el respeto".
Más allá del número de sesiones, otro axioma característico de los prepa-
radores yugoslavos es el trabajo físico, especialmente con la utilización de pesas a
la que hace referencia Solozábal. Nikolic fue pionero en su manera de realizar el
acondicionamiento atlético y el resto de técnicos balcánicos seguirán su estela.
Pretemporadas muy largas y muy duras, con acentuado hincapié en la prepara-
ción física, y durante la temporada muchas horas de ejercicios de fuerza, saltos
de sillas, series de sprints... y las pesas. Siempre las pesas. Hasta límites extremos:
 "Después de ganar la semifinal de la Copa del Rey del 91, Boza nos mandó a
hacer pesas. Al día siguiente, nos impusimos en la final. No hubo celebración:
Maljkovic nos envió al gimnasio, a hacer otra sesión de pesas", recuerda José
Luis Galilea.
El propio Svetislav Pesic, uno de los mayores exponentes de la búsqueda
de la medra física de los técnicos de la Escuela Yugoslava, cree que este aspecto
está plenamente enraizado en la misma naturaleza del baloncesto balcánico, y
que resultó clave en el crecimiento del kosarka en la década de los setenta y
ochenta: "En cuanto a metodología de entrenamientos, en Yugoslavia teníamos
en nuestro stajfa un preparador de condición física cuando nadie lo tenía. Y la
diferencia es que eran también entrenadores de baloncesto, no sólo de pesas.
Trabajaban con una metodología especial para la condición física específica del
basket. Los dos más importantes fueron los doctores Slavko Trninic y Milivoje
Karalejic. Ahora es muy común, pero en aquellos tiempos no, sólo los teníamos
nosotros, ya que en el resto de países tenían preparadores físicos generalistas. Y
así realizábamos un trabajo físico mediante una sesión técnico-táctica, por ejem-
plo. El que además fuesen entrenadores titulados hizo que su labor resultase
básica, porque necesitábamos ese perfil, ya que no teníamos la oportunidad de
o <(
fichar jugadores extranjeros y teníamos que producir nosotros a los jugadores.
~ Esto significaba que vivíamos de los frutos de nuestro trabajo, y además tenía-
(/)
ot!:)
mos que ganar los partidos. No podíamos fichar, sino producir. No sólo trabajá-
::>
>- bamos mucho, sino que incidíamos en el plano de la mejora del jugador paso a
º
1-
(/)
L.U
paso. Técnica ... y físicamente", explica Pesic.
u Históricamente, cada baloncesto ha tenido una seña de identidad genéri-
z rior: "Con Zeravica hacíamos mucha técnica individual a través de repeticiones.
o w
.....J ca que ha sintetizado el estilo desarrollado sobre la cancha. Muchas veces, pro-
<(
a::i ducto obligado de las propias condiciones de sus baloncestistas, además de por
.....J
L.U la filosofía de juego de sus entrenadores. Los equipos españoles se asocian tradi-
u)
o cionalmente a la velocidad y el contraataque, pues debido a la escasez de altura
o <(
<( que poseían sus plantillas las transiciones eran necesidad (evitar el juego estáti-
co
oa: co) y virtud (los jugadores pequeños suelen ser más rápidos). La imagen italiana
(/)
está inevitablemente ligada a las defensas fortísimas, con muchos contactos, y a
o
1Z
w partidos trabados por duros. En el kosarka, los epítomes son la técnica indivi-
:::J
(/)
dual (especialmente el tiro) y la excelsa condición física. Si en este último punto
queda clara la incidencia de los entrenadores al observar su metodología, la face-
306
ta técnica suele argumentarse con un talento natural innato del jugador yugosla-
vo. No resulta infrecuente encontrar declaraciones, a medio camino entre la
admiración y la excusa, de entrenadores de otros países refiriéndose a ello. De
hecho, ha sido uno de los puntos más reiterados para minimizar la labor de los
técnicos de aquella Yugoslavia, atribuyéndoles unas supuestas ventajas en cuanto
a la materia prima de la que disponían. Y siendo palpablemente visible esta rea-
lidad, con una notable abundancia de hombres de gran altura y coordinación a
lo largo y ancho del país, no es menos cierto que el énfasis en el trabajo de la téc-
nica y táctica individual es un denominador común en muchos de ellos.
j
Muchísimas horas de entrenamiento dedicadas a la técnica individual,
especialmente en las etapas formativas (como es lógico), pero también al llegar a
la categoría sénior, esto último no tan frecuente. "Siendo ya jugadores de prime-
ra división, entrenábamos dos veces diarias, de las cuales siempre una parte de la
sesión estaba dedicada a la técnica individual en circunstancias de juego. Con
oposición. Mi hermano contra mí, yo contra Kicanovic. En uno contra uno, en
tres contra tres ... Jugando así se veían cosas que no estaban en el scouting. La
gente miraba lo que hacían los mejores jugadores yugoslavos y lo veía normal en
ellos, pero antes que eso había un trabajo de los fundamentos impresionante. Y
muchas repeticiones. Innumerables. Dalipagic tenía aquel tiro tan característico,
saltando una barbaridad. Hacía ese movimiento mil veces al día ... ", explica
Aleksandar Petrovic. Un viejo conocido suyo con el que comparte ciudad de
nacimiento, Neven Spahija, afirma que ese énfasis en los fundamentos es algo
que acompaña a cualquier preparador formado en la antigua Yugoslavia: "Desde
el primer día que empezamos a trabajar, hacemos un trabajo individual de los
fundamentos. Salidas, fintas, bote ... Fue siempre nuestra base: muchísima téc-
nica individual, muchísimo trabajo individual. Hoy, por ejemplo, todos noso-
tros (los entrenadores de la ex Yugoslavia) seguimos esa misma filosofía. Y es por
>
eso que, como me comentas, ves ciertos detalles diferentes en nuestros jugado- <(
_J
res. Antes más, porque nosotros trabajábamos mucho la técnica individual y (fJ
o
otros no lo hacían", argumenta el preparador de Sibenik. LJ
:::J
>-
Una filosofía que no sólo llevaban a la práctica en sus clubes de Yugosla- <(
via, repletos de jovencitos, sino que también la aplicaban cuando salían al exte- w
_J
:::J
u
(fJ
Muchas horas de repeticiones", rememora Nacho Solozábal. "Con Maljkovic <(
_J
también. Las repeticiones formaban parte básica de ese trabajo". Nikolic aboga- rjj
w
ba por una metodología en que las repeticiones eran parte fundamental de sus a:
o
sesiones, y cuando se le cuestionaba si esa rutina no era demasiado aburrida para o
zw
los jugadores, Aza contestaba que su objetivo no era que ellos se divirtieran. "El
a:
1-
baloncesto es un juego de hábitos. Los mismos fundamentos, las mismas cosas, z
w
pueden ser presentadas de varias maneras, con ejercicios algo diferentes. Pero si (fJ
o.....J
cambias mucho los ejercicios, es difícil de hacer. Por eso yo insisto siempre en
los mismos: en un entrenamiento, si los vas cambiando, se tarda mucho tiempo
en explicarlos y eso es tiempo perdido. El problema del aburrimiento existe,
pero para mí no es válido. Al entrenamiento se va a trabajar, no a divertirse. Es 307
una cuestión de mentalidad", declaraba a la revista Giganti del Basket en 1976.
Repeticiones de movimientos tácticos, de movimientos técnicos, tanto
individuales como colectivos. Otra seña de identidad de la escuela balcánica.
Pero fuese con este o con otro método (aunque siempre era "este"), los funda-
mentos individuales estaban presentes en todo momento: "En el Panathinaikos
yo ya era veterano, pero Boza preparaba sesiones voluntarias para trabajar movi-
mientos en el poste bajo. Yo iba siempre. Aprendí mucho con él", afirma Ferran
Martínez. "Mis entrenamientos siempre empiezan con técnica individual. Espe-

cialmente en pretemporada, y durante el año también hago hincapié en esa face-
ta. Siempre. Si hacemos cinco sesiones en una semana, como mínimo tres o cua-
tro se inician con el trabajo de los fundamentos individuales", explica Zeljko
Obradovic. La técnica individual no sólo se trabajaba en abundancia, sino desde
una perspectiva diferente a la de otros países: "En la Jugoplastika, Toni Kukoc
hacía los mismos ejercicios que Sretenovic o Radja. Todos los jugadores pasaban
por todo y realizaban el mismo trabajo de técnica individual. Zan Tabak jugaba
en uno contra uno contra Naumoski a todo el campo. En España se solía hacer
los de una altura con los de su misma altura. ¿Por qué? Si luego durante el parti-
do tienes esa situación, un contraataque en el que el hombre grande ha de parar
al pequeño. O en un cambio defensivo: si va hacia él, éste es más rápido y le
penetra o le fuerza la falta. Y puede ser la quinta. O pueden ser dos tiros decisi-
vos ... Pero hoy en día ha cambiado, y todo el mundo trabaja de esta manera",
comenta Bozidar Maljkovic.
Svetislav Pesic intenta explicar los motivos de esa querencia tan extendida
entre los técnicos balcánicos, que no se limitaba tan sólo a la faceta de los funda-
mentos: "Una de las señas de identidad de los técnicos yugoslavos es que entre-
nábamos a los jugadores no sólo durante las sesiones de entrenamiento, sino
o ;;
> durante el partido. Y teníamos que hacerlo así, porque aprendimos que no es
::í
(f) posible ganar sin jugadores de calidad. Nuestros equipos (los de Yugoslavia)
o yugoslava", afirma Bozidar Maljkovic. Su homólogo, Zeljko Obradovic, profun-
<.::> jugaron siempre mejor al final que al inicio de la temporada, porque nuestro tra-
:::>
>- bajo no era sólo de metodología, no era sólo el cinco contra cinco ... También
º
~
(f) era de técnica individual, táctica individual, etcétera, durante todo el año. Y si
UJ
u tú quieres mejorar a un jugador durante la temporada y además, y este concepto
z w
o
_J es muy importante, entrenarle también durante un partido oficial, lo normal es
<(
co que pierdas algunos partidos ... Pero no pierdas al final. Esta era una característi-
_J
UJ ca muy nuestra".
ciJ
o Muchas horas de entrenamiento. Mucha técnica individual. Consustan-
o <
<(
co ciales a un estilo propio, no hay duda: "¿La principal diferencia entre los entre-
oa: nadores yugoslavos y el resto? Yo diría que nunca dejan de trabajar la técnica
(f)
o individual y el nivel de exigencia, no tan sólo en los entrenamientos, sino tam-
,z
UJ bién la exigencia mental", concluye Nacho Solozábal.
:::>
(/)
A nivel táctico, la Escuela Yugoslava no era tan escuela. La homogeneidad
de ciertos aspectos transmuta aquí en heterogeneidad. Muchas son las variables
308
que inciden en ello. Creer en una filosofía de funcionamiento y metodología
puede ser una fortaleza, pero es impensable que cada técnico no tenga sus pro-
pias ideas del estilo a desarrollar. Además, el juego evoluciona, y las innovaciones
tácticas tienen sabor a rancio pocos años después. El progresivo aumento de la
capacidad física del jugador europeo metamorfoseará continuamente los estilos
predominantes en las canchas. Y, a medida que se fue entrando en contacto con
el baloncesto norteamericano, las influencias se revelarán muy visibles en la
importancia de los conceptos defensivos. Todas estas situaciones impiden, varian-
do su peso según el caso, homogeneizar en el espacio y en el tiempo un juego ya
1
!
de por sí heterogéneo. De la zona-press a toda la pista de Nikolic en el Varese a la
1-2-2 a media cancha de Novosel en su Cibona. Del juego de transición conti-
nua de la selección de lvkovic o el Parrizan de Vujosevic a un estilo mucho más
controlado de la Jugoplastika de Maljkovic. De la zona 2-3 del Parrizan del pro-
pio Vujosevic intentando optimizar la envergadura de los Paspalj, Pecarski o
Divac a la irrenunciable defensa individual que plantea Dusko lvanovic (forma-
do, no se ha de olvidar, en el sistema de la antigua Yugoslavia) ... Muchos y muy
diferentes estilos. El tiro exterior formaba parte esencial en el desarrollo del juego
de todos ellos, pero es algo lógico que cae por su propio peso: la táctica busca
explotar las cualidades de cada equipo, y el lanzamiento lejano es característico
del jugador balcánico. Causa y efecto, que hay quien dice que el trabajo de la téc-
nica individual era precepto ineludible de sus entrenadores.
A pesar de ello, existen una serie de elementos extrapolables al estilo de
cualquier conjunto de la antigua Yugoslavia. "Bueno, era muy típico que nues-
tros técnicos sustituyesen a un hombre grande por uno pequeño, y al revés,
haciendo que el jugador que entraba cambiase la estructura del equipo. Fuimos
los primeros en utilizar esa pequeña trampa táctica. Uno lo hace, otro lo ve, y así
se fue extendiendo esa práctica, que era poco común en otros países. Otra de las
características comunes fue utilizar el pick and rol/ muchas veces seguidas, una,
dos, tres, cuatro, todas las que fuese necesario. Esa fue una manera de jugar muy 'f'_,
(.']
>-
diza en esa cuestión. "Hoy en día coges vídeos de aquella época y miras, por _J
ejemplo, un ataque contra zona, y te das cuenta que todos los equipos juegan l_¡
u
igual. Actualmente eso sería ridículo, pero hablamos de hace treinta años. Un !JJ
entrenador veía un ataque del Bosna, que había quedado campeón de Europa, y ·1:
pensaba: 'Vamos a hacer esto'. No había información como ahora, y los entrena- :;;
dores de Yugoslavia se fijaban los unos en los otros, debatían sus opiniones entre o:..
sí, de tal manera que se creó un estilo muy similar en todos ellos". o
z
Uno de los aspectos comunes a los equipos yugoslavos es el juego libre, la w
ce
organizovana improvizacija que preconizaba Nikolic en sus inicios. Lejos de los f-
z
w
sistemas cerrados que cuasi robotizaban a los jugadores de otros países, los pre- r_r;
o...J
paradores balcánicos dotaban al grupo de una serie de premisas básicas que el
jugador tenía que desarrollar a través del talento individual. Pensar jugando.
Pienso ... luego juego. Espacios entre ellos, interpretar y castigar la reacción del
309
defensor. Lectura de juego, en suma. Un aspecto que deviene en retroalimentati-
vo, pues esta manera de funcionar es eficaz tan sólo si se dispone de doce hom-
bres capaces de desenvolverse en ese hábitat; en caso contrario, la anarquía y el
caos sustituían a la fluidez ofensiva. Los equipos yugoslavos los tenían, pero por-
que los talentos ya estaban formados en ese tipo de juego. Ese era uno de los
grandes secretos del modelo de .funcionamiento yugoslavo. La lnteligencija llega
a todas partes.
Ranko Zeravica profundiza en un precepto que implantó en todos los
' grupos que dirigió: "No se puede decir juego libre, a secas. Es un estilo en el que
j
 los movimientos se aprenden y se automatizan. Si tres jugadores están situados
en triangulo, por ejemplo, ¡hay tantos ejercicios que se pueden hacer! Tiro, sali-
das, penetraciones, asistencias ... Y todo se trabaja en ejercicios con disposición
de triángulo, de tal manera que entonces tienen la costumbre de jugar así". De
hecho, los técnicos yugoslavos introducían esta manera de desenvolverse traba-
jándola de manera analítica: "Ensayábamos cientos de movimientos y jugadas
con sólo dos o tres jugadores. Para ellos no era ningún secreto que cuando el
pívot está en el poste alto, los bases han de jugar con él. Todo se asimilaba en los
entrenamientos. Los jugadores tenían que demostrar que sabían jugar según la
disposición de la defensa, elegir la acción sobre la actuación del rival, no sobre
un esquema predeterminado".
Una segunda característica, no tan positiva, era denominador común en
muchos de estos entrenadores. En concreto, en el otro lado de la pista. Durante
muchos años, la fragilidad defensiva fue el talón de Aquiles del equipo medio
balcánico. La descarada tendencia al desenfreno ofensivo tenía su reverso de la
moneda en el escaso sacrificio defensivo. Confiados en su, normalmente y cuan-
do menos, gran arsenal atacante, el desequilibrio en el trabajo de ambos concep-
tos se veía reflejado en la cancha.
o cesto europeo. En el kosarka también, aunque por motivos imperceptibles en ese
Muchas veces, en una época en que el baloncesto se dividía en dos grupos
~
U) de niveles muy diferenciados, ello no era óbice para conseguir grandes éxitos. En
o(.!:)
1979, el Bosna Sarajevo gana la primera Copa de Europa de la historia del kosar-
::::>
>- ka encajando 93 puntos en la final. En toda la década de los setenta, ninguna de
º
1-
U) las diversas escuadras campeonas había encajado más de 77 (con la única excep-
L.U
u ción de los 82 del Real Madrid en 1974) y en cinco ocasiones ni tan siquiera se
z L..U
o
_J había llegado a los 69 puntos recibidos. El conjunto de Sarajevo demuestra que
<l'.
Q) con el modelo de juego yugoslavo se podía escalar hasta lo más alto, pero tam-
_J
L.U bién que para hacerlo era condición ineludible poseer una diferencia notable en
vj
o el talento atacante. Con el baloncesto soviético no siempre sucedía así, y otros
o Zagreb mejoran su ya de por sí excelsa liga regular, logrando la victoria en todas
<l'.
co baloncestos, como el italiano, especialmente en competiciones de clubes -con su
oa: consistencia defensiva y sus dos norteamericanos por plantilla- además de, en
U)
o determinadas épocas, también la propia selección azzurra, conseguían castigar
•Z
L.U esa debilidad. Y no todas las promociones de jugadores yugoslavos eran tan extre-
::::>
U)
madamente talentosas como la generación dorada de los años setenta o la última
de finales de los ochenta. Un ejemplo algo tendencioso: la Cibona de Petrovic,
310
campeona de Europa en 1985 y 1986, promedió 112 puntos por partido en la
Prva Liga... Pero encajó 94. No parece factible que todos los equipos balcánicos
pudiesen disponer de un Drazen para compensar esa asimetría conceptual.
En los últimos años de la existencia de Yugoslavia como país se comienza
a vislumbrar una cierta tendencia contracorriente en algunos de los entrenado-
res punteros de la Escuela Yugoslava. Una tendencia que después cristalizará (y
se extenderá) entre muchos de los técnicos formados en aquel sistema, especial-
mente a mediados de la década de los noventa. ¿El precursor? Nikolic. El eterno
guía. Previsible.
l
Il Professore, en sus reflexiones sobre el juego y en continuo contacto con
el pallacanestro y el basketball estadounidense, realiza paulatinamente un viraje
en sus planteamientos, llegando a la conclusión de que es necesaria una inver-
sión entre el tiempo dedicado a la práctica de situaciones de ataque y el destina-
do a las de retaguardia. El baloncesto de los setenta ya no volverá a existir como
tal y los espacios se están reduciendo de manera acelerada. En todos los países
europeos los entrenadores van comprendiendo ese cambio durante los años
ochenta y cada vez resultaba más difícil imponerse por mero talento ofensivo.
Pero en esa década, y aunque su influencia sobre el resto de colegas yugoslavos
siempre fue muy fuerte (ya fuese desde la universidad o desde el Strucni Savet),
el eterno maestro no podía alumbrar el camino sobre las pistas de Yugoslavia. Su
última participación en la Prva Liga había sido con el Borac Cacak, en las pos-
trimerías de los setenta, y en la Reprezentacija había que ir dejando paso a las
nuevas generaciones. Aza estableció su hábitat en la lega (Bolonia, Venezia, el
Trieste de Tanjevic ... ), pero sus últimas lecciones las impartió en dos equipos, y
a dos entrenadores, que reflejarán en la cancha esta evolución: Bozidar Maljko-
vic y Zeljko Obradovic.
La Jugoplastika de Maljkovic-Nikolic rompe todos los moldes del balon- <l'.
>
<l'.
momento para el resto del continente, pues la exuberancia de su juego por con-
__J
U)
o
ceptos eclipsó otros aspectos menos evidentes a ojos del observador externo. (.'.)
::::>
>-
Pero no era su fluidez ofensiva lo que asombró en Yugoslavia, que vivía una rea- <l'.
__J
lidad interna de replanteamiento de un estilo instaurado desde hacía muchos L..U
::::>
u
años como propio. U)
En 1986, tras una temporada regular en la que acaba con una sola derrota <l'.
_J
en su haber, la Cibona de Petrovic y Novosel pierde el título de manera sorpren- Vi
L..U
dente ante el Zadar, en un partido ultraofensivo que termina señalando un 110- a:
o
111 en el marcador. Un año después, la situación vuelve a repetirse. Los de o
<l'.
z
L..U
a:
1-
y cada una de las jornadas. Pero esa misma vulnerabilidad defensiva le condena z
L..U
en su cruce de semifinales con el Estrella Roja de Belgrado, con Branislav Prele- U)
o
vic ejerciendo el papel de verdugo que una temporada atrás desempeñara Petar __J
Popovic. El resultado del encuentro decisivo, disputado nuevamente en Zagreb,
es de 103 a 104. Tampoco nadie lo definiría como el paradigma de partido
311
defensivo. Esa liga acaba en manos del Partizan de los niños de Bormio, y la tem-
porada siguiente el conjunto que reúne al otro gran núcleo de la selección júnior
inaugura la última dinastía que verá la Yugoslavia unificada. El considerado
mejor equipo de la historia FIBA.
El KK Split -conocido como Jugoplastika desde la década de los setenta-
se diferencia del resto de equipos balcánicos, más allá del talento de sus jugadores,
en la importancia que conceden al aspecto defensivo y al orden impuesto en los
ataques posicionales. El ejemplo de la Cibona de Petrovic, extrapolable al global
del baloncesto yugoslavo, reafirma a Nikolic en sus convicciones. No era nada
 nuevo, hacía mucho tiempo que Aza abogaba por primar la defensa como la clave
del juego de sus equipos, pero los dos fracasos consecutivos del conjunto de Novo-
sel hicieron que algunos técnicos jóvenes empezasen a cuestionar el modelo. En el
club croata, il Professore es el asesor de Bozidar Maljkovic, quien venía de una
larga etapa de tres temporadas como asistente de Zeravica en el Estrella Roja de
Belgrado. Y la Jugoplastika será el primer representante yugoslavo que logre plas-
mar la evolución de las ideas de Nikolic. La defensa es aún más importante que el
ataque. Y éste ha de estar pautado, huyendo de la improvisación pura tan tradi-
cional en todas las canchas del país. Palabras mayores en el jugoslovenska kosarka.
''Aza siempre me decía que yo era capaz de jugar en ataque, pero que sólo
dispondría de minutos cuando demostrase que podía salir a pista y defender sin
bajar el nivel", rememora Zan Tabak, en un razonamiento extensible al grueso
de la plantilla. La Jugoplastika maravilla al mundo con su juego de puro talento.
Pero en Yugoslavia lo que sorprende es su consistencia defensiva y el orden mos-
trado en la ejecución de los ataques. Mover el balón, introducir la pausa necesa-
ria hasta encontrar una óptima posición de tiro. Un baloncesto reflexivo, con-
trolado, buscando hurgar en las debilidades del rival. Pocos errores, ningún
despiste. Concentración y solidez. Tres entorchados continentales, con 75 pun-
o >
tos como máxima puntuación de sus tres finales ... y sin llegar a encajar nunca
~
(./') más de 69. La Cibona, en sus dos títulos de apenas tres años atrás, nunca rebajó
o(.!)
los 87 puntos anotados ni los 78 recibidos. Dentro de sus propias fronteras, la
:'.)
>- metamorfosis resulta mucho más drástica. Del aquelarre ofensivo del equipo de
ºw
1-
(./') Drazen se pasa a un conjunto que en dos de sus cuatro títulos nacionales bate el
u récord de campeón menos anotador en quince años. Pero también en tres oca-
z w
o.....J siones obtiene el promedio de puntos en contra más bajo de ese periodo.
<!
c:i El conjunto de Split rompió muchos más moldes de los que le otorga el
.....J
w baloncesto europeo: "En Yugoslavia, cuando yo era jugador, había una manera
e/)
o muy parecida de jugar. Cuando empecé mi etapa de entrenador ya no, pero ante-
o z
<!
co riormente casi todos los equipos desarrollábamos un estilo similar. El único que
oa: jugaba diferente era la Jugoplastika, porque no jugaba libre como nosotros o la
(./')
o Cibona, y quizás por eso nos ganaron. Ellos supusieron un cambio en la concep-
,z
w
:'.)
ción del ataque y de la defensa. Eso, sin ninguna duda, fue una clara influencia de
(./')
Nikolic", recuerda Zeljko Obradovic. El técnico de los de Split, Bozidar Maljko-
vic, ahonda en esa cuestión: "El único equipo que se había acercado antes a las
312
posturas defensivas-ofensivas que planteábamos el Profesor y yo en la Jugoplastika
fue Bogdan Tanjevic, con el Bosna Sarajevo de inicios de los ochenta. Practicando
una buena defensa, utilizando una zona 1-2-2 presionante, jugando bien y duro".
No parece casual que Tanjevic sea otro de los alumnos preferidos de Aza
Nikolic. La evolución de su ideario se hizo muy patente, desde el baloncesto ale-
gre y desenfadado que exhibía el Bosna en una primera etapa, hasta la solidez de
sus últimos años al frente del conjunto de Sarajevo. De hecho, la devoción de
Tanjevic por los planteamientos del Profesor quedaba ya clara en 1982, en decla-
raciones a la revista Giganti del Basket. "La exuberancia táctica de Nikolic es
j
máxima. Esto es así: ha sido el primero en utilizar el ataque en continuidad con la
Ignis de Varese. Algo enorme, basado en un juego organizadísimo. Soy un privi-
legiado por haber podido trabajar con él. A su lado siempre aprendes cosas. Niko-
lic ha sido el primer entrenador de basket de verdad. No es un hombre que vende
humo: es alguien que ha conseguido los mejores resultados en Europa, iniguala-
do e inigualable". La génesis de la concepción de juego de la trascendental Jugo-
plastika provenía de la lgnis de Varese de los años setenta, y continuó desarrollan-
do sus premisas en el Bosna Sarajevo de Tanjevic. Split sería la eclosión de una
concepción del baloncesto que rompía con la imagen clásica del kosarka.
Al concluir su colaboración con la Jugoplastika, Nikolic desempeña la
misma función con el Partizan y Obradovic. Más allá del resultado final (otro
título de la Copa de Europa con exiguo marcador, 71 a 70, y tras un triple de
Djordjevic en el último segundo), la repercusión histórica en el estilo de juego
propuesto por los técnicos yugoslavos radica en que sus tres principales alumnos
seguirán sus preceptos. Poco a poco, una escuela asociada a un sello ofensivo
irrenunciable transformará su imagen. Y de qué manera.
En la década de los noventa, el baloncesto defensivo (o el antibaloncesto,
que diría Petar Skansi 7) se propaga por las canchas europeas. Para el espectador, <[
el término sería azotar, no propagar. Paradójicamente, la Escuela Yugoslava de
entrenadores, tantas veces señalada por su endeblez defensiva, es la creadora de
~
v.
'-J
la nueva tendencia, en lo que tan sólo se puede calificar de giro copernicano.
)-
Posesiones largas, ataques controlados, defensas férreas. Maljkovic da el pistole- <l'.
tazo de salida con la imprevista victoria del Limoges en 1993. Obradovic en
_J
w
-,
1994 y 1995 (Joventut y Madrid), Boza de nuevo en 1996 (Panathinaikos) e e
U',
Ivkovic en el 97 (Olympiakos) cambian las estructuras, conceptos e imagen no <(
_J
sólo de los entrenadores de la Escuela Yugoslava, sino del global del juego euro- (f,
peo. El Real Madrid logra el entorchado tras quince años de sequía. El club de
Badalona lo gana por primera vez en su historia. Ningún combinado francés o o
<l'.
griego había llegado tan alto jamás. El estilo de esta Escuela Yugoslava marcará w
CL
toda la década de los noventa. f--
z
Cl..J
Aunque Yugoslavia se disolvió en 1991, la mutación vino producida por (/J
o__J
entrenadores formados plenamente en aquel sistema. Fue consecuencia de la
última evolución que se estaba dando en los preparadores balcánicos, la cual
cristalizó en los primeros años tras la separación. Como afirma Ranko Zeravica,
313
"cuando ganas se crea una moda. Y es cierto que los entrenadores yugoslavos
7
Tras la final de la Liga Europea de 1993 entre la Benetton y el Limoges, Petar Skansi, técni-
co del equipo italiano, declaró en la rueda de prensa que era difícil hablar del partido "porque no se
había jugado a baloncesto" y que "en la pista ha habido de todo menos juego". El entrenador croata,
así como Clyfford Luyk (técnico del Real Madrid, que también cayó ante los franceses en aquella Final
Four), definieron aquel estilo como "el antibasket", ya que, en su opinión, sólo se preocupaba de des-
truir. Por su parte, la respuesta de Maljkovic fue: "Denme a Toni Kukoc y ya verán como juego otro
baloncesto".
 1
fueron los que crearon la moda del baloncesto controlado de los noventa".
Neven Spahija explica la trascendencia que tuvo ese cambio en el devenir del
deporte de la canasta: ''Aza Nikolic fue el padre de la táctica moderna. Maljkovic
dio el siguiente paso, con sus sistemas defensivos. La influencia de Boza en esa
época fue grandísima, pues fue el primer entrenador en Europa que no dejó que
los jugadores rivales hicieran lo que querían. Todo el mundo lo intentó imitar, y
vino ese baloncesto feo, a 60 puntos. Para mí, ese fue el momento en que se
empezó a pensar más en la defensa, en la fuerza". Pero toda revolución tiene,
con el tiempo, su contrarrevolución. Y es que Spahija cree que, indirectamente y
aunque no fuera esa la intención, ese paso originó las claves que rigen el balon-
cesto que se desarrolla en las pistas en el siglo XXI: "Bueno, fue un salto impor-
tante en el baloncesto europeo, porque obligó a pensar en cómo resolver ese
problema. Se empezó a jugar más atléticamente para resolver esas dificultades.
Hoy en día ya no puedes basarte sólo en la táctica. Y por eso actualmente tienes
el baloncesto que tienes. No se podía jugar un baloncesto con sólo táctica ofen-
siva y sobrevivir con una mano buena''.
Pero eso sería casi una década después. Primero vino el baloncesto de los
años noventa. Y, aunque no se sabe si Nikolic quería llevar tan lejos esos precep-
o el que la figura del entrenador no tenía el peso específico del que disfruta ahora.
> tos (no es lo mismo el talento individual cara al aro que tenían los jugadores de
::í
(./) la Jugoplastika o el Partizan que el de sus homólogos en los siguientes campeo-
o(.9
nes europeos), no se puede negar que la Escuela Yugoslava que generó equipos
=>
>- extremadamente ofensivos es la misma que creó a los técnicos que destruirán esa
º
1-
(./)
L.U
tendencia. En Yugoslavia y en Europa.
u via al partido o durante su transcurso, podía ser un arma más para intentar garan-
z UJ
o.....J
<!
c:o La obsesión por los pequeños detalles: minuciosidad táctica
.....J
L.U
tri
o Cuando era seleccionador estudié mucho el baloncesto de los rivales.
o z
<! Siempre creí que era vital conocer y prepararnos para el juego de los contrincantes
c:o
oce antes de iniciar la competición. Y es aún mds importante analizar al técnico
(./)
o rival que al equipo en sí.
•Z
L.U (RANKO ZERAVICA, rememorando sus tiempos al frente de la Reprezentacija)
=>
(./)
Aunque tácticamente los recursos utilizados por los entrenadores yugoslavos no
314
sean comunes a todos, sí hay un rasgo concreto observable en la mayoría de
ellos: la preponderancia que le otorgaban a la preparación específica de partidos.
Una clara querencia a lo que se podría denominar minuciosidad táctica.
Como en todas las vertientes que se está intentando interpretar, siempre es
necesario interponer un filtro histórico en el proceso de análisis de una realidad.
Sea deportiva o no, el contexto en el que se enmarca una situación no puede ser
obviado al intentar comprenderla. En pleno siglo XXI, cuando ya hace muchos
años que el scouting se ha extendido, y con la revolución que han supuesto las
innovaciones tecnológicas al respecto, pudiera resultar pueril destacar esta faceta
l
como significativa de un colectivo de entrenadores. Pero no era tan obvia en la
década de los setenta y ochenta, en las que muchos equipos disputaban las finales
sin tener en cuenta las características del rival, apenas se realizaban ajustes en ese
sentido y el guión preestablecido era exactamente el mismo que durante toda la
temporada; y cuando en algunos baloncestos se empezó a darle trascendencia a
este aspecto del trabajo técnico, la Escuela Yugoslava fue un paso más allá: "Malj-
kovic era un viejo zorro. De cara a la final de la Copa de Europa de Zaragoza,
nosotros estuvimos toda la semana preparando la manera de defender a Kukoc.
Boza no lo sacó de titular. Todo nuestro trabajo quedó en nada", afirma Ferran
Martínez, aludiendo a un partido de infausto recuerdo para él.
Numerosas situaciones pueden ponerse de ejemplo. Desde la "falsa" defen-
sa zonal que Nikolic dispone en la final de la Copa de Europa de 1970 a la sor-
presa de Maljkovic de 1990 hay muchos matices, pero los entrenadores balcáni-
cos siempre se preocuparon por la importancia de los pequeños detalles,
dedicándoles mucho tiempo de las sesiones a trabajar minuciosamente cada
aspecto del juego. Tanto en la preparación general de los encuentros decisivos
como en el intento de realizar una sorpresa táctica en ellos, la planificación espe-
cífica y la dirección del partido fue una característica inherente en un tiempo en <(
>
<(
El técnico "entrenaba" al equipo en el día a día, pero casi parecía que en la jorna-
_J
(/)
o(_'.)
da del partido poco podía hacer. Su trabajo lo realizaba de manera genérica, a lo ~
>-
largo de la temporada. En Yugoslavia, en cambio, existía una firme creencia en <(
que una decisión determinada por parte del preparador, ya fuese en su labor pre-
_J
UJ
~
u
(/)
tizar la victoria. "Los entrenadores de la ex Yugoslavia son muy buenos preparan- <!
_J
do partidos. Cuando eliminamos al Ban;a en la semifinal de la Euroliga en el 94
Vi
w
con el Joventut, teníamos claro que podíamos quedar campeones. Pero en la final o:
o
nos esperaba un equipo potentísimo, como era el Olympiakos de Tarpley, Pas- o
<(
palj, Fassoulas ... tuvimos una planificación de partido tan bien hecha, tanto, UJ
a:
tanto, que salió todo matemáticamente". El entrenador al que hace referencia f-
z
Ferr~n Martínez es Zeljko Obradovic. Gran preparación de partido y detalles idea- UJ
(/)
dos específicamente para ese tipo de encuentros. "La consigna que yo tenía era o
_J
que sacase a Fassoulas de la zona, que amenazase continuamente con el tiro. En
otros partidos, era Corny (Thompson) el que jugaba más exterior y yo por el
interior". El cuidado de los pequeños detalles. Minuciosidad táctica, en suma. 315
Mentalidad del entrenador yugoslavo ... y trabajo
La principal diferencia entre los entrenadores yugoslavos y los demds es lo que en España
llamdis mala leche. Yo no lo llamo mala leche, sino exigencia.
(ZAN TABAK, cuestionado sobre las diferencias entre los entrenadores
de diferentes países)
 Más allá de aspectos técnicos o tácticos, un rasgo común y característico de los
entrenadores de la Escuela Yugoslava es lo que podría denominarse como una
mentalidad propia. Tanto a la hora de afrontar el reto de dirigir a un equipo
como en sus intentos de inculcar una serie de valores específicos.
La querencia de la mayor parte de preparadores de la antigua Yugoslavia
por el desarrollo de los jugadores jóvenes ha sido siempre un aspecto prototípico
en ellos. Ese gusto por lo pedagógico, por la continua búsqueda del relevo gene-
racional, es frecuentemente asociado a las necesidades concretas del kosarka y a
un panorama muy definido que le diferenciaba de otros baloncestos. Sus planti-
llas estaban repletas de jugadores jovencísimos por obligación, fruto de un siste-
ma en que sus grandes nombres emigraban a otras competiciones. "En Yugosla-
via, los jóvenes tenían la posibilidad de jugar. Jugadores que al principio
fallaban, pero se pensaba: 'No pasa nada. Es joven, qué le vamos a hacer. Mejo-
rará, y nos beneficiaremos de ello'. Era algo común a todos los equipos", comen-
ta Zeljko Obradovic. "Es que esa idea estaba presente en cualquier equipo, fuese
cual fuese. Hasta en la selección. Tanto en la absoluta como en categorías infe-
riores, siempre había ocho o nueve jugadores, y luego dos o tres de futuro, más
jóvenes. Era la lógica de todos los entrenadores de Yugoslavia", explica Aleksan-
o
>
<t
dar Petrovic, que entró en la selección plavi juvenil como "jugador de futuro" y
_J
(/) acabó disputando muchos minutos en el Europeo de la categoría.
o(.!J
Pero las aseveraciones que identifican este rasgo característico con las
~
>- necesidades concretas del baloncesto de Yugoslavia obvian que el mismo conti-
ºt-
(/)
w
núa vigente, en muchas ocasiones, cuando sus entrenadores dirigen a conjuntos
u de otros países, en clubes o baloncestos con una realidad muy distinta. No con-
z
o
_J viene olvidar que ya Nikolic, en su Selekcija u Kosarka, teorizaba sobre el papel
<t
co fundamental de los jugadores jóvenes en el desarrollo de un equipo. Y la apuesta
_J
w por los nuevos talentos es clara, en cualquier contexto: "Sacar jugadores jóvenes
(/)
o formaba parte de la idiosincrasia de aquellos entrenadores. Apostaban muy fuer-
o e~
<t te, y con todos los riesgos que esto conllevaba", afirma Nacho Solozábal. El anti-
co
oa: guo base internacional sabe bien de lo que habla. No en vano fue Ranko Zeravi-
(/)
o ca el que concedió la oportunidad de debutar en el primer equipo a la
,z
Ll.J generación de los Epi, Sibilio o el propio Solozábal cuando aún eran unos ado-
~
(/)
lescentes. Generación que marcaría los éxitos del FC Barcelona en la década
siguiente. "Son muy valientes con los jóvenes", asegura Galilea. "Si te fijas, con
316
Maljkovic todos los júniors tuvimos nuestra oportunidad: Lisard González,
Esteller, yo mismo ... Aún recuerdo cuando en el Torneo de Puerto Real me
dijo: 'Hoy sales de titular a defender a Toni Kukoc'. No me lo podía creer".
No son casos aislados. El propio Maljkovic despeja el camino a unos
jovencísimos Carlos Cabezas y Berni Rodríguez en el primer equipo del Unica-
ja de Málaga, concediéndole la capitanía a este último con tan sólo veinte años.
Zeravica reactivó la cantera del CAI Zaragoza en su periplo en la ciudad arago-
nesa, otorgándole el primer impulso a un buen número de canteranos de las
categorías inferiores. Para los técnicos balcánicos son capitales la ambición, ilu-
'
l
sión y pujanza inherente al jugador joven, junto al inevitable factor de identifi-
cación entre canterano y club. Una relación entre entrenador y jugador que
sería equiparable a una tutoría personal. Pocos son los que personifican esa ten-
dencia como lo hace Bogdan Tanjevic. En todos los clubes y países en los que
ha entrenado, ha desarrollado un acentuado envite por los jugadores noveles.
Muchos grandes nombres del baloncesto FIBA de los últimos treinta años han
recibido el espaldarazo definitivo de manos de uno de los alumnos más destaca-
dos de la "escuela Nikolic''. La lista es tan larga como interminable. Desde unos
jovencísimos Gentile ( 15 años) y Esposito en su Caserta de principios de los
ochenta, a los Bodiroga (extranjero más joven de la historia de la lega) y Fucka
en el Stefanel o, más recientemente, su apuesta por la regeneración de la selec-
ción de Turquía, seleccionando casi en bloque a los talentos más destacados de
las generaciones de 1986 y 1987 (Ilyasova, Akyol, Erden, Savas ... ) cuando aún
eran menores de edad. "A nivel personal, me preocupo más por el crecimiento
técnico de los jugadores que por el resultado, aunque este es importante", expli-
caba a la revista Giganti del Basket en ... 1982. Pocas frases pueden sintetizar de
manera más gráfica esa mentalidad ante los nuevos valores que la que declaró el
propio Tanjevic a la misma publicación pocos años después: "Nando (Gentile)
ha sido una hermosa sorpresa. Estoy contento de su nacimiento, que para el >·
club es más importante que dos puestos delante o detrás en la clasificación.
Estoy convencido". V
El otro gran rasgo de la mentalidad de los entrenadores de la antigua
Yugoslavia es el hincapié en la propia transmisión. Si la obsesión por el trabajo, J.J
____)
por el cuidado de todos los detalles y por la intensidad máxima en cada entrena- -:;
miento es básica en su ideario, hasta extremos muy chocantes en otras culturas,
w
<f
un elemento inmanente es su propósito de que los jugadores piensen y actúen
L.Lj
de igual manera. La ambición continua, el culto al trabajo y al esfuerzo. L
Es inevitable, de nuevo, diferenciar la realidad de la sociedad y deporte de L~
Yugoslavia de la del resto de países de Europa. Lo que en cualquier jugador z
w...;
e:
yugoslavo era lo normal, pues se había formado en un sistema determinado y f-
z
con unas características concretas, no lo era tanto en otros baloncestos. "Entre- (};
o
nábamos mucho más que el resto. Muchos entrenadores, cuando salieron del
país, se encontraban con otra mentalidad. Para nosotros era lo normal, había-
mos crecido en esa mentalidad del esfuerzo, de la superación, desde el princi-
pio'', recuerda Zan Tabak. También Ettore Messina cree que una de las principa- 317
les cualidades de los técnicos yugoslavos radica en su capacidad para transferir
unos valores determinados, ligando esta virtud a las propias peculiaridades cul-
turales del país: "Yo creo que el papel del entrenador influía muchísimo en la
mentalidad de los jugadores yugoslavos. En los países del Este, el entrenador es
una persona muy importante, tiene el respeto de su equipo, de todos. Es más un
profesor. Tienen una voluntad pedagógica. Y por eso los técnicos pueden influir
en la mentalidad de los jugadores. Pueden exigir mucho. En España o Italia la
valoración que se hace de los entrenadores es si ganas o pierdes. Eso está claro:
 cuando el entrenador no gana partidos, su papel ante los jugadores se debilita.
Pero en Yugoslavia, el papel del entrenador, el papel social del deporte, prevalece".
De la idoneidad y bonanzas del procedimiento de los técnicos yugoslavos
en su propio país hablan por sí mismos los resultados que obtuvieron. Era la
metodología lógica y natural para una mentalidad extendida en cualquier ciuda-
dano, ya fuese deportista o no, jugador o entrenador. La ambición de mejorar a
toda costa, no reducida a su significado deportivo sino extensible al vital, es
clave en la sinergia entre preparadores y jugadores balcánicos. Si el principal
objetivo de cualquier persona es el progreso durante su vida, para el baloncestis-
ta yugoslavo la salida era ser el mejor jugador posible. En esta situación, las pre-
misas de la Escuela Yugoslava eran las más adecuadas para esa progresión.
Mucho trabajo, mucha exigencia, mucha fuerza mental. Características que
rompían con las tradiciones de otros baloncestos y sociedades. No era fácil, en
algunos contextos, que jugadores con un periplo vital diferente se adaptaran a
las primeras de cambio: "En mi opinión, una de las grandes diferencias entre los
entrenadores yugoslavos y el resto era el nivel de exigencia mental. No entien-
den que te lesiones, te piden que estés mentalmente al cien por cien las 24 horas
del día. Buscan tener tensionado al grupo siempre", comenta Nacho Solozábal.
o >
"Obradovic nos decía que el baloncesto era una guerra. Zeljko, por ganar, lo
~
_J
(/'J
hacía todo, todo, todo. Yo creo que lo que definía a ambos (Obradovic y Malj-
o(.!) kovic) es que eran dos ganadores totales", afirma, por su parte, Ferran Martínez.
:::::>
>- Transmitir esa mentalidad ganadora a sus hombres era importantísimo
º
1-
(/'J
para los entrenadores yugoslavos. Potenciar el sentimiento de grupo e inculcarles
UJ
u la cultura del esfuerzo y el trabajo. Juanan Morales, que coincidió con Zeljko
z Obradovic en dos equipos distintos, recuerda una anécdota muy clarificadora:
o
_J
<(
ca "Obradovic nos decía una cosa que a mí me gustó mucho: 'Aquí todos sois muy
_J
w amigos. Pero tu amigo en el equipo es aquel que te pone un buen bloqueo, el que
u:i
o te hace una buena ayuda. Aunque luego en el vestuario pienses que es un cabrón.
o<( Aquí estamos para ganar partidos'. Para él, esa forma de pensar era fundamental".
ca
oa: Ese tremendo nivel de exigencia no siempre funcionará en otros escena-
rJ) rios. Casos hay en ambos sentidos. Era el sistema ideal para la antigua Yugosla-
o
,z
UJ via, pero no hace necesariamente extrapolable ese éxito en otros rincones del
:::i
rJ) mundo. Dependerá mucho de diversos factores, entre ellos la capacidad de adap-
tación del entrenador a su nuevo entorno o la ambición de sus jugadores.
318 Pero existe la posibilidad de exportar el modelo: "Los dos mejores entre-
nadores que he tenido, junto con Antonio Díaz-Miguel, son Maljkovic y Obra-
dovic. No lo digo porque sean yugoslavos ... pero algo tienen. Si no, no te lo
diría. Si no, un jugador que te dice: 'Ostia, he sufrido con él lo que nunca había
sufrido, aquello no era vivir. Era durísimo, un año que no se acababa nunca', no
escogería a estos técnicos. Pero, al final, hacías un salto de calidad. Y ganába-
mos", explica Ferran Martínez, rememorando experiencias pasadas.
A lo que añade: "Eso sí. Los jugadores yugoslavos lo entendían ... porque
veían el baloncesto, y la vida, de manera muy parecida".
EL PANTEÓN CONTINÚA CRECIENDO: LAS NUEVAS DEIDADES
Nikolic, Zeravica o Novosel son los nombres que marcaron el crecimiento del
baloncesto yugoslavo, la Santísima Trinidad del cuerpo de entrenadores del jugos-
lavenski kosarka. Pero, de la misma manera que sucede con los jugadores, la pro-
ducción de técnicos de primer nivel del baloncesto yugoslavo fue masiva. Ambos
fenómenos son plenamente equiparables, pues algunas de sus causas son idénticas.
Yugoslavia fue un país exportador de jugadores, pero también de entrena-
dores. Muchos preparadores balcánicos emigraban a otras competiciones, con lo
cual el proceso liberador de plazas repercutía en la necesidad de que fueran sur-
giendo también nuevos talentos en los banquillos. Ello potenciaba el que
muchos jugadores iniciasen ese periplo muy poco tiempo después de dar sus
últimas lecciones sobre la cancha, y es que la coincidencia entre los técnicos bal-
cánicos de poseer un pasado como jugador de primer nivel era harto común.
Esta propensión venía impulsada por diferentes motivos -desde la voluntad de
perpetuar la tradición a la querencia pedagógica del sistema-, pero, indudable-
mente, que el éxodo de entrenadores consagrados dejase huecos por cubrir en los
principales clubes fue un factor determinante en ese flujo de regeneración conti- <l'.
núa. Los Slavnic, Cosic, Delibasic, Tanjevic, Pesic u Obradovic disfrutaron de <l'.
_J
(/)
oportunidades al poco de retirarse, algo que no hubiese sido posible en una com- o(.'.J
petición de otras características. En los años setenta y ochenta, nombres de la =i
>-
reputación de Petar Skansi, Dusan Ivkovic, Bozidar Maljkovic, Dusan Vujosevic <l'.
_J
o los propios Bogdan Tanjevic y Svetislav Pesic, fichan por equipos de otros paí- llJ
=i
u
ses cuando aún están en la treintena; y el mismo fenómeno exportador que les (/)
llJ
había abierto las puertas de los banquillos de primera división será prolongado <l'.
_J
por ellos mismos, con lo cual serán otros preparadores noveles los que ocupen su (/)
llJ
a::
lugar. Esta situación, en su conjunto, revitalizará perpetuamente el habitualmen- o
o
te endogámico (en otros baloncestos) mundo de los entrenadores y derivará en <l'.
zllJ
una enorme producción de nuevos (y buenos) técnicos. Como afirma al respecto a:
1-
Sergio Scariolo: "Seguramente, la Escuela Yugoslava es la que más entrenadores z
llJ
de alto nivel ha generado en la historia del baloncesto europeo". Además, el que (/)
o
_J
este funcionamiento obtenga óptimos resultados reafirmará sus propios cimien-
tos, de tal manera que, si bien obligado por dicha coyuntura, el baloncesto
yugoslavo no siente miedo a la hora de otorgar el mando a un neófito en la mate-
319
ria. El ejemplo de Kresimir Cosic es significativo. El pívot participa como juga-
dor en el Europeo de Nantes'83, y en el siguiente (Stuttgart'85) ya toma las rien-
das del combinado plavi. No es fácil encontrar equivalentes en las selecciones
españolas, italianas, griegas o soviéticas de la época. Por no decir imposible.
Consecuencia de ello, la jugoslovenska skola tenía muchas cualidades, pero
una altamente diferenciadora: era la que más miembros tenía. Con mucho. Y si
cantidad no tiene por qué ser equivalente a calidad, es evidente que resulta más
probable que surja un mayor número de grandes entrenadores de una produc-
ción amplia que de una reducida. Eso, sin entrar a valorar todas las cuestiones
 inmanentes a un baloncesto que otorgaba todo el poder a sus técnicos, a los cua-
l el núcleo de ilustres, nombres que constituyen los ejemplos más representativos
les tutelaba desde el principio de sus carreras y a quienes cuidaban y formaban
en el ideario surgido de la filosofía de Nikolic y sus sucesores. ¿Cuántos países
poseen un órgano como el Strucni Savet?
La necesaria distancia que produce el paso del tiempo permite ampliar el
panteón de deidades yugoslavas en los banquillos con un cuarto miembro. "Para
mí, Dusan Ivkovic está a la altura histórica de Nikolic, Zeravica y Novosel en su
importancia dentro del baloncesto yugoslavo, y, especialmente, de la Reprezenta-
cija': afirma Vladimir Stankovic. "Es el cuarto grande". En el momento de la dis-
gregación de Yugoslavia como país, su selección acumula tres oros consecutivos
(dos europeos y uno mundial) con lvkovic al frente. Y el torneo que resta, el de su
debut como seleccionador en una gran competición, supuso una plata olímpica
en Seúl'88; amén del oro en la Universiada de Zagreb'87, un objetivo marcado a
fuego por la lnteligencija, al ser el país anfitrión y estar Mirko Novosel al frente de
la comisión organizadora. Si a ello se le suma el oro del Eurobasket de 1995 en
Atenas, en el que Yugoslavia participa con ese nombre pero ya representando tan
sólo a las Repúblicas de Serbia y Montenegro, Ivkovic llegó a acumular tres meda-
llas de oro europeas sin perder ni un solo partido. Una racha que se vería trunca-
o >
> da en su etapa de seleccionador de Serbia en el Eurobasket'2009, pese a lo cual la
<!
_J
(/) plata conquistada sólo puede entenderse como un éxito indiscutible.
o(.'.J
Su nombre no figura, como es el caso de la Santísima Trinidad, en la géne-
:::i
>- sis del jugoslavenski kosarka, pues pertenece a una generación posterior y Kronos
º
f-
(/)
L.U
es Kronos hasta para las deidades de los banquillos. Pero, siguiendo la estela de su
u hermano Slobodan Piva Ivkovic -gran entrenador de la segunda generación de
z w
o
_J técnicos balcánicos, fundador de la Asociación de Entrenadores Yugoslavos y un
<!
co auténtico mito del Radnicki-, Dusan inició una carrera que le llevó a numero-
_J
L.U sos éxitos con sus clubes, y desde la década de los setenta estuvo en la primera
u)
o línea de preparadores plavi. Asistente y sucesor de Zeravica en el Partizan de Bel-
o z
<!
co grado, sus títulos ligueros y de Copa Korac con este equipo (con los Kicanovic,
oa: Dalipagic ... ) y su estancia en la liga griega a principios de los ochenta (a la que
(/)
o sucedió otra etapa en la liga yugoslava con el Sibenka de Sibenik) precedieron a
•Z
L.U su esplendorosa trayectoria al frente de la Reprezentacija. Tras la disolución de
:::i
(/)
Yugoslavia, consiguió el cetro continental de clubes con el Olympiakos en 1997,
además de ser un habitual campeón de otras ligas nacionales, como la griega o la
320
rusa, y llevó a la Final Four a diversos conjuntos, como el PAOK de Salónica o
el CSKA de Moscú. Su trayectoria, influencia y respeto le equiparan a los gran-
des popes yugoslavos. La Trinidad bien puede ampliarse en cuarteto.
GRANDES MAESTROS DE LA ESCUELA YUGOSLAVA DE ENTRENADORES
Tras los cuatro hombres que ocupan el puesto más alto en el escalafón de la
Escuela Yugoslava de entrenadores, un grupo de técnicos algo más jóvenes forma
de esta escuela pero sin llegar a la trascendencia (casi evangelizadora) de los ante-
riores. En la formación de todos ellos ha tenido un papel muy importante el
contacto directo con algún integrante de la Santísima Trinidad (especialmente,
con Nikolic y Zeravica), y no han dudado en declarar públicamente el poso de
esa experiencia en su percepción y visión del kosarka: resultan frecuentes las alu-
siones al papel de maestros que éstos ejercieron para con ellos, profesándoles un
respeto reverencial. Pero si los requisitos para ingresar en esa reducida lista (ade-
más de suponer una fuerte influencia sobre el resto de generaciones y poseer un
indiscutible prestigio unánimemente reconocido) radican en haber conseguido
triunfar tanto en los banquillos de los equipos yugoslavos o europeos, como -y
sobre todo- haberlo hecho al frente de la selección, por un motivo u otro no
cumplen todas las características. Con todo, resulta indudable la jerarquía de
estos hombres como máximos exponentes, y exportadores a un tiempo, de una
filosofía que ha marcado y orientado a multitud de técnicos de otros países.
El primero en iniciar su carrera fue Bogdan Tanjevic, quien llevó a dos
títulos de campeón de liga al Bosna y logró la primera Copa de Europa de clu-
bes para el baloncesto yugoslavo. Boscia tan sólo estuvo de primer entrenador de <r
la Reprezentaczja en un torneo, en el Europeo de Praga'8 l (con anterioridad <r
_J
IJ)
había sido asistente de Nikolic en Lieja'77), concluyendo el campeonato como o
v
subcampeón. Dio el paso a la lega italiana muy joven, donde estuvo muchos
>-
años, además de pasar por Francia y, posteriormente, la competición turca. Es <r
uno de los entrenadores más importantes de la Escuela Yugoslava, pero su nom-
_J
w
~
e_;
bre va tan ligado a Yugoslavia como a Italia, a la que llevó al oro en el Euro- U)
peo'99, o Turquía, de la que fue nombrado seleccionador en la siguiente década <r
_J
y a la que condujo al mayor éxito de su historia con la medalla de plata del Mun- (/)
.J...J
r<""
dobasket 2010. Junto a Ranko Zeravica (su entrenador en la selección júnior), '--'
es el gran exponente de formador de jóvenes talentos de esta escuela, trabajando <r
en el crecimiento paulatino de equipos plagados de jugadores bisoños, pero de w
a:
incuestionable talento. La faceta del desarrollo de los nuevos valores encuentra z
w
en Tanjevic, antiguo seleccionador júnior, a un brillante continuador de la tradi- (j)
o
ción comenzada por el maestro Ranko. Delibasic, Radovanovic, Gentile, Espo- _J
si to, Bodiroga o Fucka son hombres (niños) cuya carrera va inevitablemente
ligada a la de Bogdan.
321
Otra mención de referencia obligada es Bozidar Maljkovic, que dirigió al
considerado por muchos mejor equipo de la historia FIBA, la Jugoplastika de
Split. Su trayectoria de clubes está al nivel de los más grandes, consiguiendo la
primera Copa de Europa del basket francés (Limoges, 1993) y griego (Panathi-
naikos, 1996), aunque nunca fue entrenador de la selección de Yugoslavia. Asis-
tente durante tres años de Zeravica en el Estrella Roja de Belgrado y alumno
"oficial" de Nikolic en la Jugoplastika, tuvo línea directa con el árbol genealógi-
co de los dos grandes del baloncesto yugoslavo, siendo un perpetuador de su
filosofía. Ha sido campeón de Europa en cuatro ocasiones con clubes de tres
 países diferentes. Capaz de desarrollar uno de los juegos más completos que se
l Tabak o Alihodzic. Llegó a dirigir al combinado nacional de Serbia, en un Euro-
hayan visto por Europa con su Jugoplastika, de realizar un baloncesto pleno de
matices ofensivos con el Barcelona o de abrir una nueva era con los conceptos
defensivos del Limoges.
El de Svetislav Pesic es un nombre inevitablemente ligado al de los éxitos
de la selección absoluta en el trienio 89-91. Antiguo jugador del Partizan de
Zeravica y del Bosna de Tanjevic, Pesic fue el encargado de germinar y madurar
a la generación dorada, con sus cetros europeos y mundiales cuando sus miem-
bros eran júniors. Bormio fue el preludio de lo que conseguirían esos niños
cuando fueran (un poco más) hombres. Aquel es considerado el mejor equipo
júnior de la historia y dejó una huella imborrable en el imaginario colectivo del
kosarka. Pero, si bien también triunfó con la selección absoluta (medalla de oro
en el Europeo de Turquía'Ol y, especialmente, en el Mundial de lndianápo-
lis'02), aquella era una Reprezentacija serbo-montenegrina que ya no represen-
taba a todas las repúblicas de la antigua Yugoslavia. A nivel de clubes, levantó la
Liga Europea (y la Liga, y la Copa del Rey) con el Barcelona en el año 2003 ...
y ya había ganado la liga yugoslava con el Bosna veinte años atrás. En su tra-
yectoria pesa el que no tuviera contacto con los banquillos balcánicos (ni de
o >
>
<(
clubes ni de selecciones) cuando, tras el oro del Mundial Júnior de 1987, y
_J
(/) quizás esperando seguir la estela de seleccionadores que habían dado el salto
o(.!:)
desde las categorías inferiores, emigró a Alemania, donde se convirtió en selec-
:J
>- cionador (logró, incluso, la medalla de oro del Europeo de Alemania'93) y
ºw
1-
(/) comandó durante muchos años al Alba de Berlín. Recabó numerosos éxitos en
u u
z
el baloncesto alemán (primer título europeo de su historia incluido, la Copa
o
_J Korac de 1995), pero el hecho de que no estuviera en primera línea continental
<(
co lo mantuvo alejado de los focos durante casi quince años. Un dato: las cinco
_J
L.LJ veces en que ha dirigido a una selección yugoslava, ya sea en categorías inferio-
u)
o res o en la absoluta, la medalla de oro acabó colgando de su pecho. Y batiendo
o zw
<(
co a la selección estadounidense en los tres enfrentamientos en los que han coin-
oa: cidido.
(/)
o En la segunda mitad de la década de los ochenta, Dusan Vujosevic consi-
,z
w
:::::>
guió grandes victorias con uno de los mejores conjuntos de la historia de Yugos-
(/)
lavia (y Europa), el Partizan de Belgrado de los Djordjevic, Paspalj, Danilovic,
Divac, Obradovic o Pecarski, que se alzó con el campeonato de liga en 1987 y
322
con la Copa Korac y Copa yugoslava en 1989. Un conjunto injustamente olvi-
dado a la sombra de un coetáneo como es la Jugoplastika. Su trayectoria como
entrenador, que le ha reportado fama de enorme formador de talentos (y equi-
pos) jóvenes, le sitúa en este grupo de estandartes de la Escuela Yugoslava. De su
mano, la reinvención anual del Partizan ha sido un hecho, compitiendo con clu-
bes que disponen de medios y presupuestos mucho mayores e incluso clasifican-
do de nuevo a los de Belgrado para la Final Four de París en 201 O. Como varios
de los técnicos enumerados, fue el máximo responsable de la Reprezentacija
júnior, a la que guió al oro en el Europeo Júnior'88 con los Komazec, Danilovic,
peo de Suecia'03 marcado por las ausencias y el relevo generacional. Ulterior-
mente, ya como seleccionador de Montenegro, ascendió al nuevo país a la Divi-
sión A del baloncesto continental. Tras su larga etapa en Belgrado, en el verano
del 201 O inició una nueva experiencia en Rusia, haciéndose cargo del CSKA de
Moscú.
Por último, el de Zeljko Obradovic es un caso peculiar. Lo ha ganado
todo, tanto con sus clubes en torneos nacionales (la liga yugoslava con el Parti-
zan, la griega con el Panathinaikos) como, sobre todo, en competiciones euro-
peas (no existe entrenador que haya alzado más veces la Copa de Europa, siete, y
además con cuatro equipos diferentes). Fue seleccionador yugoslavo, grupo con
el que también triunfó de manera incontestable (medalla de plata olímpica en
Atlanta'96, oro europeo en Barcelona'97, mundial en Atenas'98). Se ha conver-
tido, desde luego, en una deidad de los banquillos, pudiera ser que equiparable a
los cuatro grandes. Pero de los banquillos serbios. Si bien su formación, referen-
tes e influencias beben directamente del núcleo de la lnteligencija -ya desde su
coincidencia con Nikolic en su etapa de jugador del Borac Cacak a finales de la
década de los setenta-, su carrera como técnico empezó el mismo año en que <(
Yugoslavia se disolvió. Ha acumulado todos los éxitos posibles y es un genuino <(
_J
VJ
representante de la Escuela Yugoslava (descendiente directo de Aza Nikolic, ade- o
CJ
más de ser entrenado por Vujosevic o lvkovic, su padrino, con lo que ello signi- :::::>
>-
fica en la cultura familiar de los Balcanes) que viró sus planteamientos hacia una <(
preponderancia defensiva por encima del sello ofensivo característico en la tradi-
_J
L.LJ
:::::>
ción del baloncesto plavi; pero ... no pudo entrar en la historia de Yugoslavia. V!
w
No en la Yugoslavia de las seis repúblicas. <(
_J
Estos son los nombres más emblemáticos que se asocian a la Jugoslovens- rjj
w
a:
ka Skola Trenera debido a su propia trascendencia, a la repercusión mediática o
o
de sus éxitos y a una formación integral en el sistema de dicha escuela. Pero no <(
son los únicos. Hay muchos otros, como los Dusan Sakota, Petar Skansi, Vlado a:
Dj~uovic, Kresimir Cosic, Todor Lazic, Djordje Andrijasevic, Zmago Sagadin,
f-
zw
Damir Pavlicevic, Bratislav Djordjevic, Lazar Lecic ... Una ingente cantidad de VJ
o
ejemplos salen a la palestra cuando se trata de enumerar a grandes técnicos de _J
la Escuela Yugoslava. El carácter contemporáneo de los nombres destacados
como más representativos no obedece a una preferencia del baloncesto moder-
323
no respecto al anterior a la década de los ochenta. La Escuela Yugoslava fue
evolucionando y progresando en su metodología y conocimientos; pero no fue
hasta las postrimerías de la década de los setenta que abrieron sus puertas y
expandieron sus ideas a lo largo y ancho de Europa, con el éxodo de un impor-
tante número de técnicos a otras competiciones. Los entrenadores de la prime-
ra y segunda generación (Bratislav Djordjevic, Slobodan lvkovic) son la prime-
ra camada que se encarga de establecer las bases, pero en ese momento su área
de influencia se reduce a las fronteras de la República Socialista de Yugoslavia,
con las medallas de la selección absoluta como escaparate internacional del
 colectivo. Los numerosos triunfos de los clubes yugoslavos en competiciones
continentales a partir de la década de los setenta, y especialmente de los ochen-
ta, junto al innegable efecto expansivo que supone que muchos técnicos balcá-
nicos desarrollen su carrera en otros países, acaba derivando en que los hom-
bres más representativos a nivel internacional sean pertenecientes a la tercera
gran generación. Como en otros aspectos del sistema ideado por la Inteligenci-
ja, cada generación aglutina los conocimientos y experiencia de la anterior, y es
una síntesis evolucionada de este proceso de mejora; si bien el nivel de la Repre-
zentacija ya es muy alto en los años sesenta -y excelso en la década siguiente-,
el salto cualitativo del kosarka se produce con sus éxitos a nivel de clubes,
momento en que la Escuela Yugoslava de entrenadores alcanza, como es lógico,
su máximo esplendor.
Bogdan Tanjevic abre la veda con su triunfo en la competición más repre-
sentativa de clubes en 1979. Desde 1985 hasta el 2003, de los diecinueve equi-
pos campeones de Europa, catorce son dirigidos por un hombre formado en la
Escuela Yugoslava. Sólo uno, Damir Pavlicevic, no está incluido en el listado de
entrenadores anteriormente destacados. Listado del que sólo otro, Dusko Vujo-
sevic, no ha sido nunca campeón de Europa de clubes.
o >
Por eso son los más representativos.
~ en los inicios de su carrera, y al que sitúa en un lugar primigenio del desarrollo
r.J)
o(.'.)
::J
>- ESCUELA¿YUGOSLAVA?DEENTRENADORES
º
f-
r./)
w
u Aunque la nomenclatura empleada habitualmente para hacer referencia a los
z Obradovic, siguieron sus preceptos", explica el técnico de Sibenik.
o....J entrenadores procedentes de los Balcanes sea la de Escuela Yugoslava, basta
<(
CQ hacer un repaso a los nombres citados a lo largo del capítulo, aquellos que han
....J
w marcado una tendencia dentro y fuera de las fronteras de Yugoslavia, para infe-
c.i;
o rir que casi todos tienen un punto en común: o bien son serbios, o han forjado
o zw
<(
CQ
sus carreras en la República de Serbia. Desde el primer seleccionador en un
oa: gran torneo (Nebojsa Popovic) al padre del baloncesto yugoslavo (Aza Niko-
r.J)
o lic). De su sucesor (Ranko Zeravica) al último responsable de la Reprezentacija
,z
w (Dusan Ivkovic). Los Djordjevic, Maljkovic, Pesic, Obradovic ... La mayor
::J
r.J)
parte de los técnicos que se asocia a la metodología y estilo de esta escuela tiene
un mismo origen. Y es que las peculiaridades que suelen acompañar a este
324
movimiento (técnico autoritario, obsesión por el trabajo y el cuidado de los
pequeños detalles, culto a la preparación física, multitud de sesiones marato-
nianas, preponderancia de los conceptos defensivos ... ) son inherentes a un
grupo de entrenadores que, si bien hasta 1991 eran calificados de yugoslavos,
en realidad eran en un muy amplio porcentaje serbios. En la antigua Yugoslavia
había grandes preparadores de otras repúblicas (Mirko Novosel, Boris Kristan-
cic, Petar Skansi, Kresimir Cosic, Giuseppe Giergia ... ) pero, indudablemente,
el centro neurálgico del cuerpo de entrenadores era Serbia. Y, más concreta-
mente, Belgrado.
l
' Los tres caminos abiertos por la Santísima Trinidad
1
Las evidentes raíces comunes en la génesis del kosarka marcaron su evolución,
1
pero ello no significa que dentro de Yugoslavia la concepción del baloncesto
fuese totalmente unitaria. El paso del tiempo fue dibujando una diferenciación
entre los estilos propuestos por los diferentes equipos. A medida que el ideario
de Nikolic y otros destacados representantes de la tendencia serbia se fue orien-
tando hacia un mayor control de las situaciones, y pese a la notoria coincidencia
en las líneas maestras que caracterizaban a todos los conjuntos yugoslavos, en
algunas zonas del país se empezó a vislumbrar (especialmente a partir de los
años setenta) un cierto distanciamiento respecto a sus doctrinas: "Considerar a
Nikolic el mentor de los entrenadores de toda Yugoslavia es un poco una ilu-
sión'', comenta Petar Skansi, quien estuvo a sus órdenes en su etapa de jugador
de la selección yugoslava. "Se afirma esto porque Aza fue prácticamente el pri-
mer entrenador de alto nivel, pues antes de él no había ninguno. Por eso se le
llama 'el padre del baloncesto yugoslavo', explica un Skansi que seguramente no
diferiría demasiado de lo que considera Neven Spahija sobre el asunto. Neven
siente un gran respeto por la figura de Nikolic, a quien conoció personalmente <(
<(
_J
(/)
táctico: "En la escuela en la que estudié el curso de entrenador, en Sarajevo, uno o
<..J
de mis profesores fue Aza Nikolic. Aquella fue la primera vez que empecé a pen- :::J
>--
sar sobre la táctica del baloncesto moderno. En el sentido táctico, él fue el padre <(
del baloncesto moderno. Luego, otros entrenadores como Maljkovic, Tanjevic,
_J
w
:::J
u
(/)
w
Pero el croata cree que junto a Nikolic hay que situar a dos grandes nom- <(
_J
bres más: "Nikolic fue una de las tres personas que tuvieron muchísima influen- c.i;
w
cia sobre todos los entrenadores de la ex Yugoslavia. Pero son tres personas, no o
o
sólo él: Novosel, Zeravica y Nikolic". La Santísima Trinidad. Spahija explica el <(
motivo por el que cree que se habla del Profesor como padre del baloncesto a:
yugoslavo: "Pienso que esa afirmación viene de Serbia, porque tienen más entre-
f-
zw
nadores importantes en el baloncesto europeo y se les asocia a él. Desde Belgra- (/)
o
do vienen Nikolic, Obradovic, Maljkovic, lvkovic, Pesic, Tanjevic, Vujosevic. _J
Toda esta gente tiene mucha influencia del Profesor. En Croacia somos menos y
mucho más jóvenes, y de ahí la identificación con el global de Yugoslavia", argu-
325
menta el que fuera seleccionador croata en el Europeo 2005.
Petar Skansi, de una edad parecida a la de los Pesic, Tanjevic, Ivkovic y
demás entrenadores de Belgrado, cree necesario ahondar en las diferencias que
separan al Profesor de los otros dos integrantes de la Santísima Trinidad y que, a
su vez, empiezan a diluir la supuesta homogeneidad escolástica: "Su concepción
del juego era muy dura, muy atrasada respecto al periodo de después. Era un
modo de hacer en el que nos fijábamos demasiado en los rivales, en las virtudes
que tenían. Había un excesivo respeto por el adversario, la opresión de conside-
rar que siempre eran mejores que nosotros. En su filosofía no había que perder
 balones para que el rival no te pudiera anotar. Es un estilo de juego que en
1
1
muchos sitios no gusta, sobre todo en España, donde se decía que hacíamos un
baloncesto feo, utilitarista. Y la verdad es que teníamos jugadores muy buenos
capaces de hacer un baloncesto bonito".
El técnico croata, asistente de Aza en el Mundial de Manila'78 y poste-
riormente entrenador de la Reprezentacija, prosigue su exposición: "Zeravica,
por ejemplo, era un sargento que te hacía trabajar tanto como él, pero que deja-
ba a los jugadores libertad". Zeljko Jerkov, también presente en el campeonato
de Manila como integrante de la selección plavi, comparte esa visión: "Sí, Zera-
vica era alguien que te hacía trabajar muy duro, y al mismo tiempo quería ayu-
dar a los jugadores con la táctica, con cosas específicas. Quería, de algún modo,
experimentar". De nuevo Skansi ahonda en el perfil táctico que caracterizaba al
Profesor, un rasgo inherente a Aza pero no a los otros dos grandes del santoral:
"Nikolic era un ortodoxo. Entrenaba tres horas a media pista el cinco contra
cinco. Era un gran táctico y le concedía muchísima importancia a los detalles.
Aza fue un conocedor del basket, hablaba del pequeño detalle, del ángulo del
bloqueo ... Muchas sutilezas. Buscaba la perfección. En esto perdía mucho tiem-
po, muchas energías. Y no en todas partes se entrenaba así. Por eso yo no diría
o <t
> que la Escuela Yugoslava era totalmente homogénea, más bien hablaría de perio-
5 dos. En algunos sí y en otros no. La Jugoplastika que yo dirigía en los setenta no
Cf)
o(.!)
se podía considerar una escuela típica yugoslava. En cambio, los equipos de Bel-
:::>
>- grado que han tenido grandes entrenadores como Obradovic o Maljkovic ...
º
1-
(f)
UJ
Ellos sí son gente educada por Nikolic".
u
z
Zeljko Jerkov, que a lo largo de su carrera coincidió en la Reprezentacija
o w
_J con los tres grandes, también apunta a la red de influencias que se tramó alrede-
<!
en dor del Profesor, el punto iniciático del kosarka, pero que, con su evolución
_J
UJ como entrenador, fue desarrollando un círculo de técnicos afines a sus ideas,
en
o haciendo especial hincapié en la defensa y el orden: "Nikolic fue muy influyente
o éramos amigos, pero lo cierto es que, como Nebojsa Popovic dijo una vez:
<! en gente como Maljkovic, Tanjevic u Obradovic, y quizás después crearon una
a:i
oo:: escuela y un sistema de trabajo yugoslavo, aunque sobre todo serbio. En mi opi-
Cf)
o nión, el ideólogo fue Nikolic. Para mí es un tipo de baloncesto demasiado con-
•Z
UJ servador, demasiado ordenado". Sobre esa base coincide Aleksandar Petrovic,
:::>
Cf)
que concreta las diferencias en el perfil y la filosofía de los entrenadores: "Los
serbios eran más duros, eso no se puede negar. Y la mayor parte de esos entrena-
326
dores de Belgrado siguieron un baloncesto más controlado, más conservador.
Un baloncesto mucho más físico". En consonancia a lo expuesto por Aleksan-
dar, Petar Skansi argumenta los motivos por los que piensa que ese no era el esti-
lo de todos en Yugoslavia: "En Croacia jugábamos un baloncesto más diverso,
con influencias de Italia, de España ... Era otro tipo de juego. La Cibona de
Novosel era un buen ejemplo, hacía un pick and rol~ una penetración, un balon-
cesto sencillo pero con gran eficacia porque eran grandes tiradores". La descrip-
ción de Neven Spahija es ilustrativa al respecto: "En la escuela serbia hay mucha
más táctica que en la Cibona de Novosel. Mirko fue un entrenador más ameri-
cano, más tipo NBA. Era un entrenador que elegía buenos jugadores y los deja-
ba jugar. Aza Nikolic fue el padre de la táctica moderna, es una cosa diferente".
El mismo Aza Petrovic, uno de los emblemas de aquel equipo, comparte que el
juego del conjunto de Zagreb era muy simple: "La Cibona de los años más gran-
des desplegaba una baloncesto muy sencillo. Aquello era penetrar y doblar. No
teníamos sistemas profundos de juego".
El propio Mirko Novosel es considerado el mayor referente de esa ten-
dencia, ciertamente alejada en algunos aspectos de la que preconizarían muchos
técnicos serbios, con la gran excepción de un Ranko Zeravica que supone un
punto intermedio entre la filosofía de Nikolic y la de Novosel. Por un lado,
Zeravica imponía una gran disciplina y dureza en sus sesiones de entrenamien-
to, lo que le enclavaba plenamente en ese perfil metódico y extremadamente exi-
gente que encabezaba el Profesor. Pero, por otra parte, su propuesta en la pista y
los principios que regían su juego diferían notablemente de los de su antecesor.
"Nikolic y yo éramos muy diferentes. Él siempre se preocupaba mucho por el
rival, sentía mucho respeto, y lo demostraba. Yo no soy así. Esa era una diferen-
cia fundamental: él siempre se defendía, y yo siempre estaba atacando", comen-
ta Ranko. Él cree que la suya es una visión peculiar dentro de su entorno: "Mi
manera de ver el juego, mi filosofía, era minoritaria en Serbia. Y me gusta. En >
<t
__J
mi ideario había mucho más contraataque y Nikolic era defensor de un juego (/)
o
más cerrado, más controlado. Este estilo fue el que desarrollaron después Obra- CJ
:J
>-
dovic, Maljkovic y otros muchos entrenadores, pero el que inició la tendencia <
fue Aza, sin duda. A mí no me gusta ese baloncesto. Puede que fuese minoría,
__J
w
:J
pero tengo muchas razones para pensar así. Y considero que es algo muy impor- u
(/)
tante para el baloncesto de un país: la existencia de diversas filosofías de juego", <t
__J
explica un Zeravica que deja claro que las diferencias en la concepción del juego V;
w
no eran fruto de una falta de conexión entre ellos: "Aza y yo nos entendíamos, a:
o
<l'.
zw
'Cuando Zeravica llegó a la selección, hizo todo lo contrario que Nikolic. Aza o::
f-
propuso un estilo de juego y Ranko otro cien por cien diferente'. Pero ... ¿qué zw
podemos decir? Novosel llegó a la Reprezentacija después de cuatro años siendo (/)
o
mi asistente y también hizo cosas diferentes. Maljkovic fue alumno mío y luego __J
tuvo una filosofía de juego radicalmente distinta. Esto demuestra algo que siem-
pre he pensado: el entrenador ha de crear. Siempre".
327
Tal y como expone Zeravica, los tres miembros de la Santísima Trinidad
comandaban a sus equipos por tres caminos diferentes. De la misma opinión,
Aleksandar Petrovic explica algunos de los rasgos que caracterizaban a cada una
de las vías: "Aza Nikolic era un entrenador que creía en un núcleo básico que
trabajaba duro, sin cambios. Un quinteto fijo, después tres jugadores, y del
noveno al doceavo no contaban. En ese aspecto, Novosel no era como Nikolic.
Involucraba en la dinámica a muchos más jugadores, tanto en la selección como
en la Cibona. Siempre introducía la competitividad dentro del grupo. Esa era su
cualidad más importante. Así, los entrenamientos eran una guerra, con mucha

competencia de jugadores que aspiraban a jugar. Formaba un grupo competiti-
vo, mucho más abierto. Aunque también es cierto que siempre respetaba la
estructura. No era un 'ahora lo cambio todo'. Mantenía la columna vertebral del
equipo y, además, le añadía sus cosas. Por último, Zeravica era distinto, siempre
trabajaba las calidades individuales de los jugadores y, tras trabajar con ellos,
siempre les añadía una calidad extra. Incluso trabajaba los fundamentos con la
selección absoluta".
La asociación Zeravica-fundamentos-progreso del jugador es común a
cualquier referencia al técnico serbio. No hay ninguna que, en un momento u
otro, pase por alto esa identificación. Directa o indirectamente: "Yo no conozco
personalmente a Zeravica, es el único de los grandes entrenadores de la antigua
Yugoslavia con el que no tuve la suerte de coincidir. Sólo he hablado con Ranko
por teléfono. Pero Novosel siempre me dice que Zeravica fue la persona más
importante en el trabajo de los fundamentos. La escuela de Zeravica nos dio los
fundamentos. Y viajaba mucho, para enseñar a muchos jóvenes entrenadores",
explica Neven Spahija. El propio Zeravica cree que otros técnicos desarrollaron
en un momento u otro propuestas similares a la suya: "Tanjevic tiene una mane-
ra de hacer muy parecida: trabaja con los jóvenes, es trabajador, es muy serio ...
o que las futuras ideas del Slavnic entrenador fuesen en consonancia con ese credo
También el Maljkovic que no piensa demasiado en los resultados. Boza en Split
~
(/) primero levantó las calidades individuales de los jugadores y después introdujo
o(!) la táctica. E lvkovic, por supuesto, creo que tiene una filosofía similar a la mía,
::::>
>- con la que me siento muy identificado".
º
1-
(/)
UJ
u ellos tenían sistemas y con nuestra libertad de acción pudimos ganarles", decla-
z LLJ
o
_J
Novose/-Zeravica-Nikolic: tan lejos, tan cerca
<!
(l)
_J
L.U La gran diferencia está entre Nikolic y el resto. No hablamos de "bravura': por
cr)
o supuesto, sino de mentalitlad. Nikolic, con Tanjevic, que es su alumno, ha sido el
o z
<! único en hablar de esquemas rígidos, en querer reglamentar nuestro juego. Por otra
(l)
oe: parte, el mismo Nikolic nos acabó concediendo una gran libertad a catla uno de
(/)
o nosotros, como hicieron otros.
•Z
L.U (DRAGAN K.!CANOVIC, MIRZA DELIBASIC y DRAZEN 0ALIPAGIC, preguntados
::::>
(/)
por las diferencias entre Nikolic, Zeravica y Novosel en una entrevista.
Giganti del Basket, 1982)
328
En comparación al estilo planteado por Novosel o Zeravica, la escuela de Bel-
grado liderada por Nikolic desplegaba un baloncesto de ataques más controla-
dos, priorizando una posición óptima de lanzamiento tras circular el balón el
tiempo que fuese necesario y siendo indispensable una buena colocación de los
compañeros, tanto para realizar el balance defensivo como para bregar por un
posible rebote. También hacía un mayor énfasis en aspectos defensivos, conce-
diendo cada vez más importancia a esta faceta, motivada por la búsqueda de 1-a
solidez por encima de la genialidad. En Croacia, por su parte, y con Novosel al
T
frente, proliferaban los entrenadores que abogaban por un mayor grado de inde-
pendencia e improvisación de los jugadores, promoviendo un juego claramente
abocado al aspecto ofensivo y con pocos sistemas elaborados. Un kosarka muy
1 agradable de ver, de gran dinamismo y belleza, si bien de mayor vulnerabilidad
en caso de no estar acertado o si la improvisación derivaba en anarquía. Una
filosofía de juego, en suma, mucho más dependiente de la calidad de los jugado-
res.
Y es que la etapa de Novosel al frente de la Reprezentacija estuvo caracteri-
zada por ser la más fluida en ataque de la generación dorada de los años setenta.
Mirko dirigió a un combinado repleto de hombres netamente ofensivos, en el
que prácticamente todos constituían enormes amenazas de cara al aro. En cam-
bio, Aza Nikolic, su sucesor en el cargo, aprovechó la retirada de jugadores como
Jelovac o Plecas para introducir la figura de especialistas defensivos complemen-
tando al sinfín de anotadores que cohabitaban en el equipo plavi. Con esa men-
talidad de dejar vía libre a la expresión natural del talento, no parece casual que
fuese Novosel el seleccionador que ofreció la oportunidad de debutar a Zoran
Slavnic, cosa que no habían hecho sus antecesores, algo temerosos de que su
improvisación y desparpajo se tradujesen en desorden. Tampoco parece fortuito <r:
>
<r:
más libertario y menos sistematizado. "Los soviéticos tenían un equipo invenci- o
.....J
(f)
ble, pero Mirko Novosel cambió nuestros sistemas de juego, dio libertad a los l?
::::>
>-
jugadores, algo que no tenían los de la URSS. Novosel fue el responsable de ese <r:
.....J
cambio. Tanto en basket como en ajedrez, los soviéticos son los mejores, pero LLJ
::::>
u
(f)
raba Moka a la revista Nuevo Basket en 1986. <r:
.....J
Son muchos los que creen que la mentalidad y metodología de Novosel ¡j)
LLJ
o:
eran diferentes de la escuela más extendida en Yugoslavia: "Novosel es un gran- o
o
de, un grande con mayúsculas, pero no era el entrenador yugoslavo típico", afir- <r:
ma Bozidar Maljkovic sobre un técnico con el que coincidió por espacio de más LLJ
e:
f-
de_ una década en la liga yugoslava. "No imponía tanta disciplina, dejaba a los z
LLJ
jugadores ir al casino por la noche ... Era mucho más elástico, no era un entre- (/)
o.....J
nador que imponía su carácter. Dejaba a los veteranos las llaves de la casa y ya
está. Pero era listo, muy listo", explica Boza. Aleksandar Petrovic, primero juga-
dor y luego asistente de Novosel, narra una anécdota que evidencia a partes
329
iguales la astucia del entrenador de la Cibona y el desvío respecto al patrón de la
Escuela de Belgrado: "¿Sabes lo que yo le hice a Mirko Novosel, el entrenador
más grande de la época? Hice tres faltas rápidas en la primera mitad en un parti-
do muy importante. Me cambió. Cogimos 1O o 12 puntos de ventaja y yo, en la
segunda parte, entré en la pista por mí mismo, sin su permiso. Él no dijo nada.
Porque sabía, y yo también, que tenía la obligación de jugar bien. Si no lo hacía,
me mata todo el mundo (risas). Mirko era muy listo, y le gustaba que los juga-
dores tuviesen iniciativa. Y yo la tenía. Por eso me eligió como ayudante y, des-
pués de un año, me dejó el banquillo de la Cibona".
 Bozidar Maljkovic es ahora quien profundiza en la figura de Novosel,
cuya influencia en el club de la capital croata abarcaba competencias en ese
momento novedosas en la mentalidad de los entrenadores de Yugoslavia: "Mirko
era el prototipo de otro estilo de técnico. Nosotros éramos entrenadores como
un zapatero o un panadero, y él abrió las puertas a otras cosas. Era un director
de club y entrenador a la vez. Los árbitros, el marketing ... Otra tipología, no la
del clásico entrenador yugoslavo. Pero Mirko es un grande". La condición de
hombre-orquesta dentro del organigrama de un club también es destacada por
Zeravica, posiblemente una de las personas que mejor conoció profesionalmen-
te a Mirko: "Novosel tenía una cualidad en la que era mejor que yo: era un gene-
ral manager, un organizador del club, de todo, sabía sacar beneficios del públi-
co, de los árbitros ... En aquellos tiempos, no había gente que abarcase tantas
facetas".
Svetislav Pesic, que como jugador estuvo a las órdenes de Zeravica y años
después libró numerosos duelos con el Estrella Roja de Ranko y la Cibona de
Novosel en su periplo al frente del banquillo del Bosna, ofrece su visión sobre
ambos técnicos: "Novosel fue un gran entrenador, pero diferente a Zeravica. Él
era de fichar a los buenos jugadores. Tenía esa filosofía. Los fichaba y sus equi-
o >
pos siempre jugaban un baloncesto sénior. Y ganó, claro, que no es fácil. Ranko,
~
_J
(/') en cambio, representaba otro tipo de baloncesto. Cogía a los jóvenes y los hacía
o
(.9 crecer como equipo. Sus puntos de partida eran divergentes". Las divergencias a
:'.)
>-
las que hace referencia el técnico de Pirot no residían tan sólo en sus respectivos
º
l-
en
L.U
puntos de partida. El propio Zeravica, gran amigo de Novosel, cree que el perfil
u de Mirko se alejaba del de Nikolic o del suyo en un punto muy característico de
z L.l.J
o
_J
ambos, el de la voluntad pedagógica: "Novosel, en ese sentido, era muy diferen-
<(
c::i te a Nikolic o a mí. Él se concentraba en otros aspectos alrededor del baloncesto,
_J
L.U como la organización y el desarrollo del club. Pero no hizo nada para formar a
u:i
o entrenadores, era más individualista, mientras que Aza o yo hicimos muchísimo.
o<(
A mí me encantaba que mis jugadores siguiesen como entrenadores, y a Mirko
c::i
oo: no. Por ejemplo, en la selección, siempre que hubo un entrenador croata, Novo-
(/')
o sel lo criticaba'', explica Ranko.
•Z
L.U Al margen de ese aspecto de "entrenador patriarca'', la manera de hacer de
:'.)
(/')
Novosel en entrenamientos y partidos podía parecer en las antípodas. El contras-
te era evidente para aquellos que colaboraron o estuvieron bajo el mandato de los
330
tres grandes, que pasaban de un verano a otro a vivir dinámicas que poco tenían
que ver las unas con las otras: "Recuerdo, cuando fui asistente de Nikolic en la
selección, que la mitad de los jugadores me decían: '¿Qué hora es?'. Hacíamos
muchos sistemas. Y, en aquel grupo, teníamos gente como Slavnic, Kicanovic,
Cosic o Delibasic que eran buenísimos. Todos podían jugar incluso de memoria
y estaban desesperados porque no les gustaba hacer aquello", rememora Petar
Skansi. Un miembro de aquella generación, el croata Zeljko Jerkov, comenta su
experiencia con ambos técnicos, con los que coincidió en sus seis primeros años
en la selección absoluta: "Nikolic era un entrenador muy perfeccionista. Trabajá-
i bamos muchísimo. Para el Mundial de Manila estuvimos 116 días juntos hacien-
r
1 do sesiones de dos o tres horas por la mañana y tres o cuatro por la tarde. Una
cosa exagerada. Y con Novosel era muy diferente. Hacía una hora o una hora y
1
cuarto por la mañana y una hora y media por la tarde. Nunca dos horas. Con
competiciones de tiro, el lanzamiento siempre estaba presente. Novosel creó un
sistema donde los jugadores crecían. No eran grandes entrenamientos, no hacía-
mos cosas extraordinarias en ellos, pero creó un sistema de funcionamiento. Uno
en el que nosotros, jugando, practicábamos en los entrenamientos, sin que sintié-
semos dudas de cómo teníamos que hacer las cosas".
Un episodio relatado por varios miembros de aquella selección ilustra la
diferencia de planteamientos: "Para el Mundial de Manila teníamos tres siste-
mas de ataque prefijados contra zona, y cuatro contra defensa individual. Cada
uno de los sistemas tenía tres variantes diferentes, así que teníamos nueve ata-
ques contra zona y doce contra individual. En Manila estábamos en un gran
momento de forma en el tiro y utilizamos uno ... y una sola vez. Todo el ban-
quillo se levantó para celebrar ¡que al fin habíamos hecho el sistema!'', recuerda
Jerkov, que explica la historia con palabras casi calcadas a las de Dalipagic, tanto
que bastaría releer el comentario y anotar detrás "Praja". Sobre aquel torneo <r:
organizado en tierras filipinas, Boza Maljkovic rememora, con una sonrisa, el
<r:
__J
otro punto de vista: "Cuando Nikolic llegó de Manila, hizo una conferencia (/)
o(.9
para los entrenadores. Fuimos a escucharle unos trescientos técnicos. Entonces, ::::i
>-
él llega y dice: 'Hemos hecho nueve sistemas de ataque contra zona. Doce con- <r:
tra individual. ¡Y una sola vez llegamos hasta el final y los jugadores lo celebra-
__J
w
::::i
ron en el banquillo!"'. Zeljko Jerkov añade: "¿Tú crees que todo ese trabajo sir- u
(/)
vió o no sirvió? Porque después de todo, no utilizamos los sistemas". <r:
__J
Pese a lo extremo de intentar comparar dos patrones metodológicos a tra- (/)
L.l.J
vés del reduccionismo de la anécdota, hay una en concreto que sirve para cuan- ce
o
tificar la gran distancia en el concepto de juego de Nikolic y Novosel. Cuenta o
<(
zw
Zoran Slavnic que en un encuentro amistoso disputado en Italia, preparatorio
o:
para el Mundial de Puerto Rico, el seleccionador de la URSS, Aleksander 1-
zw
Gomelsky, fue a espiar al combinado plavi de cara a futuros enfrentamientos. (/)
o
Según explica Moka, mientras subía el balón atisbó al entrenador soviético en la __J
fila 18, y con el partido en pleno transcurso, le gritó: "Polkovnik, Polkovnik8 , es
inútil que tome apuntes sobre nuestro juego. ¡Si ni nosotros mismos sabemos
qué vamos a hacer en cada jugada!". 331
Pero el ejemplo específico de la selección de los setenta no se puede enten-
der como paradigmático, pues ese fue un grupo muy peculiar de jugadores que
había sido dirigido previamente por Novosel, y Aza coincidió con ellos cuando
ya eran veteranos. "El Profesor Nikolic era un teórico, un entrenador buenísi-
8
Polkovnik es la palabra rusa que denomina el cargo militar de coronel. Así, Aleksander
Gomelsky era conocido en la URSS como "Polkovnik Gomelsky".
 mo. Había estado muchos años en Italia y allí había empezado a trabajar con sis-
,
1'
1
temas, era su tipo de juego y metodología, y entonces vino a entrenar a la Repre-
zentacija. Pero nosotros no podíamos aceptar eso, porque estábamos acostum-
brados a jugar libre. Ese fue su único problema, pero con él lo ganamos todo",
comenta Drazen Dalipagic, que recuerda muy bien lo sucedido tras un encuen-
tro del Mundial de 1978: "Nuestro juego no le gustaba. Una vez, en Manila,
estábamos el Profesor, sus asistentes, algunos periodistas y yo. Le dijeron: 'Profe-
sor, ha hecho un buen trabajo', y él dijo: 'No, yo no he hecho nada. Lo han
hecho todo los jugadores'. Él quería utilizar con nosotros el mismo método que
en Italia, pero éramos un poco descarados y acabamos haciendo lo que quería-
mos". Boza ahonda en el mismo matiz, haciendo suya la base del condicionante
que suponía aquel grupo de jugadores para poder implementar su ideario: "Al
Profesor le gustaba la disciplina, el orden. Y en la selección no había demasiado
de eso. Tenían seis o siete hombres que podían meter una canasta cuando quisie-
ran. Se la pasaban a Cosic, y este generaba y decidía la mejor jugada".
Resulta evidente que la famosa heterodoxia de la primera generación
dorada, el hecho de colaborar juntos tan sólo en los meses de verano y la ya larga
carrera de sus principales estrellas hacían muy difícil la adaptación a métodos a
o >
>
<(
los que no estaban acostumbrados en la selección. Pero, por otra parte, en equi-
_J
(/') pos con los que Aza trabajaba durante todo el año, o en aquellos a los que podía
o(.!:)
:')
transmitir su filosofía a edades más tempranas, se encuentran fácilmente defen-
>- sores acérrimos de su metodología: "Nikolic te moldeaba. Era increíble. Te mol-
º
1-
(/') deaba por completo. La Escuela Yugoslava de entrenadores la crearon el Profesor
UJ
u y gente como Maljkovic o lvkovic, entre otros. La escuela existía porque habla-
z w
o
_J ban entre ellos, había cuatro o cinco días en que se reunían y se transmitían las
<(
aJ lecciones. Trabajo, grupo, altruismo, mucho correr, mucho sacrificio. Y Nikolic
_J
fue el ideólogo", afirma Aleksandar Djordjevic, con la compañía de un refresco
UJ
u)
o en una terraza de Belgrado. "La influencia del Profesor en el Partizan que quedó
o z
<(
aJ
campeón de Europa fue enorme. Enorme. En el juego de todos nosotros. Tam-
o bién en el mío, cómo no. En mi manera de jugar hubo un gran impacto de
a:
(/')
o Nikolic. Es normal. Con un entrenador así de grande, tiene que haber impacto
•Z
UJ
:')
si tú le escuchas", corrobora Predrag Danilovic desde la misma ciudad balcánica.
(/')
Igual de contundente se mostraba su ex compañero lvo Nakic en una entrevista
concedida a El Mundo Deportivo en 1993: "El Profesor es el mejor de todos. Es
332
algo especial, único en el mundo del baloncesto. Sus visiones, su manera de pen-
sar, sus consejos, no se pueden explicar en pocas líneas. Es un genio". Muchos
años después, en Split, Dino Radja no puede contener la expresión de admira-
ción cuando escucha el nombre del Profesor: "Aza Nikolic era el padrino del
baloncesto yugoslavo. The Godfather. La escuela siempre era igual, pero él era
como un Dios que está por encima de todos y que lo veía todo. No se le escapa-
ba nada. Era increíble. ¡Recuerdo tantas anécdotas que ilustran su grandeza! En
medio de un entrenamiento decía 'stop'. Nos habíamos movido algunos metros
más, pero él decía: '¡No, no, no! Tú, vuelve allí; el otro estaba allá ... ' y colocaba
a los diez jugadores donde estaban. Explicaba lo que había hecho cada uno y
corregía esa acción, diciéndonos lo que teníamos que haber hecho. Tenía en la
cabeza a los diez jugadores en el momento en que decía 'stop'. Era como una
partida de ajedrez. Tenía todas las piezas y posiciones en la cabeza. El Profesor
era increíble".
Pese a las lógicas preferencias individuales, producto del diferente bagaje
o forma de pensar de cada individuo, la representatividad de las figuras de Novo-
sel, Zeravica y Nikolic es indiscutible. Cada uno de ellos ejercerá de modelo
para el resto de técnicos, que adaptarán a sus respectivos equipos las ideas con-
cretas con las que comulguen. Y las compartidas por el trío serán, por ende, el
cimiento sobre lo que se construirá lo demás. "A los cuatro o cinco entrenadores
yugoslavos con los que he trabajado les veo más o menos los mismos razona-
mientos en lo fundamental, en lo importante. Después, obviamente, está la tác-
tica, el talento de los jugadores, el propio talento de los técnicos, que, al igual
que pasa con los jugadores, cada uno tiene el suyo. Pero en multitud de cosas se
asemejan mucho, y el primero de todos fue Nikolic", comenta Danilovic. "Sub-
yacía una idea común. Todos nosotros jugábamos de la misma manera, en el
sentido de que cada jugador estuvo entrenando para ser capaz de romper en el <t
uno contra uno, todos los técnicos trabajaban con nosotros los fundamentos, <t
_J
pensaban siempre en cómo hacernos mejores jugadores, intentaban que jugáse- ~
(:6
mos partidos complicados ... ", argumenta al respecto Alexsandar Petrovic. La ::J
>-
unanimidad sobre la existencia de una base común es incuestionable. Tanto <t
como que parece claro que el estilo de algunos equipos y entrenadores se fue
_J
w
::J
u
diferenciando del de otros. "Aza Petrovic no era un entrenador que trabajase (/)
muchas horas. No era del estilo de los lvanovic o Pesic, que hacen sesiones mara- <t
_J
tonianas. La plantilla entrenaba menos que con Edu Torres, el anterior técnico. Vi
w
ce
Pero era un hombre con mucha mano izquierda, sabía ganarse a los jugadores. C:
o
Era un dinamizador de grupos", explica Manel Bosch, que coincidió con Aza <t
como director deportivo del Caprabo Lleida, sobre quien es considerado uno de UJ
a:
los-principales discípulos de Novosel. 1-
z
LlJ
Pero la disparidad no era tan sólo de tipo metodológico. La afirmación de (/)
o
Petar Skansi respecto al baloncesto practicado en Croacia se hace evidente al _J
comparar a la Cibona de Novosel con la Jugoplastika de Maljkovic, práctica-
mente coincidentes en el tiempo. O al Zadar de Giergia con su versión dirigida
333
por Djurovic. No es sólo una cuestión de nacionalidad, sino de ideario. Zoran
Slavnic es serbio, pero su Estrella Roja de Belgrado fue radicalmente diferente
de la de su predecesor, otra vez Vlade Djurovic, pues Moka creía en un kosarka
mucho más cercano al propuesto por Novosel que al de Nikolic.
A pesar de las excepciones, o quizá por lo poco prolífico de estas, algunas
voces defienden un cierto determinismo baloncestístico según la nacionalidad
de origen: "Tras mi 'paseo' para ver cómo trabajaban los diferentes clubes de
Yugoslavia, llegué a la conclusión de que el estilo era diferente. Muy diferente.
Porque en nuestro país Zadar tuvo una manera de jugar, hubo otra en Liubliana,
 i Cibona por ejemplo, no jugaba con bases clásicos. Lo hacía con dos al mismo
la tercera la tuvo Zagreb y la cuarta Belgrado. Después salió Macedonia. Allí
Lazar Lecic, que vino a Belgrado a aprender, consiguió un gran logro: elegir el
juego que les convenía a los macedonios, que era muy diferente al del resto de
Yugoslavia. Ese fue el gran éxito de Lecic, saber escoger e implantar el balonces-
to idóneo para Macedonia. Yo mismo escribí un boletín de la FIBA como ejem-
plo de cómo se puede elegir un estilo adecuado para el carácter, la cultura, la
educación de cada lugar", razona Ranko Zeravica. Las palabras de Ettore Messi-
na, conocedor de las diferencias existentes en esa amalgama llamada Yugoslavia,
dejan entrever una interpretación similar: "¿Si la Escuela Yugoslava era homo-
génea? No, absolutamente no. Yo he entrenado a jugadores croatas, serbios,
eslovenos, y son muy distintos como personas, en el background que cada uno
posee e incluso algunas veces en la actitud al trabajo". De esas diferencias en el
sustrato, Messina deriva heterogeneidades baloncestísticas: "Son muy distintos.
En filosofía de juego, también. Esta es muy diferente según la zona. Son menta-
lidades distintas y eso lo reflejan totalmente en el juego", comenta el técnico
italiano.
o >
Dos bases para un quinteto
~
en
o<.!:)
:::>
Las divergencias entre concepciones baloncestísticas venían muchas veces perso-
>- nificadas en una posición concreta del campo. El base cerebral, el jugador que
ºenw
l- dirige a sus compañeros y ejerce de aglutinador de las acciones colectivas, en
u Yugoslavia hacía acto de presencia en aquellos conjuntos enfocados a un modelo
z LU
o....J de juego algo más controlado, aquellos en los que un cierto orden formaba parte
<(
co prioritaria de la filosofía de su entrenador. Tradicionalmente eran los equipos
....J
LU serbios (mejor dicho, los equipos dirigidos por preparadores serbios) los que
cr.i
o solían utilizar ese tipo de playmaker. Obradovic, Sretenovic, Todoric, Djordje-
o<(
co vic, Dabic, Mavrenski, Pavicevic, Bukumirovic, Vukosavjlevic, Radovic ... No
oa: parece casualidad que los bases balcánicos considerados como directores clásicos
en sean serbios en su gran mayoría. "La mejor frase la dijo Kresimir Cosic en su
o (/)
•Z
LU época: 'Los mejores bases de Yugoslavia salen de Serbia. No de Belgrado, de la
:::>
en Serbia del interior'. Y yo creo que es así. Históricamente, casi todos salieron de
Serbia, y dentro de esta, del interior. Tan sólo Slavnic es de Belgrado capital.
334
Djordjevic también, pero su caso es diferente, ya que tiene mucho de aprendiza-
je, su padre fue un gran técnico y desde niño tuvo grandísimos entrenadores,
muchísimo conocimiento del baloncesto. Su experiencia fue muy diferente a la
de los talentos espontáneos. Pero, en general, y con algunas excepciones como
Djerdja o Trvdic, que eran buenísimos, la mayor parte de los grandes bases
yugoslavos procedían de Serbia'', desarrolla Ranko Zeravica.
Paralelamente, en los postulados netamente ofensivos de otros técnicos
yugoslavos, los hombres designados para ocupar esa posición eran muy frecuen-
temente jugadores de mentalidad más anotadora. "Es cierto que en Croacia, la
tiempo, y esa es una manera de jugar que a mí me gusta mucho, que sean dos
personas las que se encargan de subir el balón y dirigir. Y los equipos croatas no
jugaban con un base definido", explica el propio Zeravica al respecto. Dos ... o
hasta, en ocasiones, tres: "En la Cibona, Drazen, Cvjeticanin y yo nos intercam-
biábamos. Que a uno le presionaban, pues se la pasaba a otro que no estuviera
tan marcado. Jugábamos de manera inteligente", recuerda Aza Petrovic. Petar
Popovic en el Zadar (equipo que posteriormente jugaría con un base director, el
croata Darko Pahlic, con Popovic de escolta), Perasovic en sus inicios en la Jugo-
plastika, Damir Pavlicevic, Danko Cvjeticanin y los hermanos Petrovic en
Zagreb, Zdravko Radulovic en el Bosna de Delibasic, la propia Cibona de Novo-
sel después de Petrovic ... La voluntad de dotar de poderío atacante a sus con-
juntos y la querencia por el lanzamiento exterior como arma básica hizo que
muchos técnicos, especialmente croatas, situasen en esa posición a hombres que
con otros entrenadores realizaban funciones de escolta. Talentos con el aro entre
ceja y ceja, muy alejados del perfil organizador y generoso de los bases puros de
la tendencia serbia, quienes en general solían ser buenos tiradores pero con men-
talidad de buscar el pase en primera instancia. <(
Una manera de hacer que sus promotores exportarían también cuando
<(
....J
ejercieran en otros países. Como escribía la revista Giganti del Basket en 1983 (/)
o
<..:J
sobre la Scavolini del croata Petar Skansi: "Skansi explica, a quien tenga la ::>
>-
paciencia de escucharle, que el baloncesto es un juego muy simple en el que lo <(
que cuenta es anotar canastas. Para encestar se necesita tirar apenas se pueda. Es
....J
LU
::>
u
un error esperar a los 25 segundos para lanzar, el error es tirar cuando se está (/)
marcado. Hay que lanzar apenas se esté libre. Y, para consolidar su filosofía, <(
....J
Skansi se ha traído de Yugoslavia a Kicanovic, para hacerle jugar de base en una cr.i
UJ
ce:
escuadra que, efectivamente, no está necesitando de un playmaker tradicional o
o
por vía de un juego muy aireado en el que las acciones son más instintivas que <(
z
reflexionadas". Kicanovic venía de ser el escolta titular del Partizan en los diez UJ
ce:
años anteriores, sobrepasando en varios de ellos la treintena de puntos de pro- 1-
z
UJ
medio, pero Skansi le reclamaba para oficiar de base del conjunto italiano. En
o....J
muchas ocasiones, bastaba con observar las peculiaridades del encargado de
subir el balón para deducir las doctrinas teóricas de su entrenador y el balonces-
to desarrollado por su equipo.
335
La opción mayoritaria: la Escuela Serbia
Yo creo que había grandes entrenadores en todas las repúblicas. Sagadin
en Liubliana, Lazar Lecic en el R.abotnicki, Bora Cenic que foe un pionero
de los fondamentos ... Hubo otros grandes técnicos que no tuvieron el nombre de
Novosel, Nikolic o Zeravica. Para mí hubo dos entrenadores importantísimos: uno
foe Slavko Tminie, que foe bdsico para mejorar a
 .--
los Kukoc, Radja y demás talentos de Split, dando una nueva dimensión
a la metodología de entrenamiento de baloncesto. Y nunca nos debemos olvidar de
Kresimir Cosic, que no sabría decir si fo.e mejor como jugador
o como hombre que entendía el baloncesto. Y ambos son croatas. En ese sentido, yo
creo que la Escuela Yugoslava no era mayoritariamente serbia,
en categorías de formación o en equipos desconocidos por el resto de Europa había
grandes entrenadores de todas las repúblicas. Aunque sí que es cierto que los
Maljkovic, Obradovic, lvkovic, Djurovic, Tanjevic o yo mismo son
los nombres que tuvieron continuidad por mucho tiempo en primera división
y por eso son más conocidos.
(SVETISLAV PESIC, preguntado por la Escuela Yugoslava de entrenadores)
Al margen de la diversidad de concepciones técnicas, una mirada retrospectiva al
kosarka de la década de los setenta y ochenta denota que la preponderancia de los
entrenadores serbios (no así de los jugadores) es innegable. Esta circunstancia era
provocada por diversos motivos. Por un lado, el auténtico pionero y referente del
ideario de la mayoría de técnicos era Aza Nikolic, y era allí donde impartía sus
clases universitarias o el curso de entrenadores, lo que provocaba la inevitable
o >
~
concentración de jóvenes que buscaban conocer los métodos de preparación del
(/) Profesor. Por otro, desde los inicios de la liga yugoslava, Belgrado había alberga-
o (.'.)
(!)
:J
do más equipos que varias repúblicas juntas. El kosarka se desarrolló en primera
>-
instancia en la capital y fue en ella donde se produjo el mayor flujo de entrena-
º
1-
(/) dores e intercambio de ideas. Nebojsa Popovic, uno de los Cuatro Santos, ilus-
UJ
u u
z traba en una entrevista concedida para el libro Kosarkaska lnteligencija ]ugoslove-
o
_J na la relevancia pedagógica que adquirió la ciudad serbia en esa primera etapa:
<(
CD
_J
"Boris Kristancic, no sólo cuando era miembro sino incluso cuando ya era presi-
L.i.J
u)
dente del Strucni Savet, venía a Kalemegdan a ver entrenar al Estrella Roja, con
o o
el objetivo de estudiar nuestras sesiones de preparación, discutir con nosotros,
o<(
CD aprender. Se llevó a bastantes de nuestros técnicos a Eslovenia, y aún hoy en día
oe: comenta que todo lo que saben lo aprendieron del Estrella Roja". No sería Kris-
(/)
o tancic el único. Un mito como Novosel fue hasta allí para aprender del maestro
,z
UJ
::>
Nikolic, y el padre del baloncesto en Split, el montenegrino Branko Radovic,
(/)
había jugado en el Estrella Roja durante muchos años.
Ya sea por circunstancias de centralización, por el hecho de que una gran
336
mayoría de los técnicos de las selecciones yugoslavas de cualquier categoría pro-
cedieran de esta república o porque los hombres que dirigían el sistema nervioso
del baloncesto balcánico (Popovic y Saper) viviesen en Belgrado, la afirmación
del predominio serbio dentro de la Escuela Yugoslava es difícilmente refutable:
"Casi todos los entrenadores dentro de Yugoslavia eran serbios", comenta Zan
Tabak. Su compatriota Aleksandar Petrovic detalla una situación en la que jugó
un papel protagonista: "En los momentos de la guerra, el único entrenador
joven era yo. Y eso, dejando de jugar con 29 años. Yo tuve la oportunidad de ser
asistente de Mirko Novosel, pero _fui el único. No había entrenadores de catego-
L
ría en aquellos momentos. Nuestros problemas en el momento de la guerra fue-
ron dos: no teníamos entrenadores y no teníamos bases. Todos eran serbios. Él
único base era yo y pasé a ser entrenador". De nuevo es Zan Tabak el que habla,
explicando las dificultades que se encontró el baloncesto croata con la escisión
de Yugoslavia a partir de un proceso de ascenso piramidal. La ausencia de hom-
bres en el estrato superior genera el movimiento de los escalones inferiores:
"Cuando se rompe Yugoslavia, todos nuestros entrenadores que eran formadores
pasaron a ser primeros entrenadores, y los de abajo pasaron a ser formadores. La
Escuela Yugoslava de entrenadores era básicamente serbia, porque copaban la
mayor parte de las plazas en clubes y federación. Además, después de la separa-
ción, nosotros no tuvimos a un Nikolic o a un Zeravica para dar un estilo a
todos". Una imagen parecida es la que ofrece el serbio Ranko Zeravica: "La
Escuela Yugoslava existía, y era la Escuela de Belgrado en un amplio porcentaje.
Ese fue uno de los problemas de Croacia: tenían talentos, pero no tenían entre-
nadores".
De esta manera, las características inherentes a la Escuela Yugoslava bien
pudiesen concretarse en la Escuela Serbia. No hay que olvidar que Nikolic ejercía
una gran influencia sobre los entrenadores de todo el país, pero fue en Belgrado <
donde impartió sus clases en la universidad y, como recuerda Boza Maljkovic, "al
<(
_J
(/)
Profesor le encantaba charlar durante horas de baloncesto en cualquier terraza de o
un bar, y éramos muchos los que buscábamos su compañía". Lógicamente, la :J
>-
influencia era mucho más intensa cuanto más cerca geográficamente se estuviese <l'.
del maestro. Y en los equipos de la ex Yugoslavia era frecuente encontrar a técnicos
_J
l.J..J
:J
serbios dirigiendo a conjuntos croatas, no así a la inversa. Dusan lvkovic, Vlade (/)
l.J..J
Djurovic, Dragan Sakota o Bozidar Maljkovic fueron los máximos responsables <l'.
_J
del Sibenka, Zadar, Cibona o Jugoplastika, con lo cual el número de entrenadores (j¡
l.J..J
serbios en primera división podía llegar a alcanzar, en algunas temporadas, el a:
o
ochenta por ciento del total. La liga nacional albergaba a doce participantes, y las <l'.
z
Repúblicas de Eslovenia, Montenegro, Macedonia y Bosnia tradicionalmente tan l.J..J
a:
sólo ~enían un representante en la máxima categoría. Teniendo en cuenta que Tan- 1-
zl.J..J
jevic o Pesic permanecieron en el conjunto de Sarajevo durante muchos años, y (/)
o
que el Buducnost montenegrino también contrató a técnicos procedentes de Bel- _J
grado en diversas ocasiones (siendo el propio Djurovic uno de ellos), no es desa-
certado afirmar que, durante toda la década de los ochenta, los entrenadores ser-
337
bios coparon la mayor parte de las plazas en los equipos balcánicos, fenómeno que
contribuyó a extender un ideario en cierta manera común.
Split, Sibenik, Zadar ... La mayoría de regiones yugoslavas recibieron el
ascendiente de los técnicos procedentes de la capital, pero este fue especialmente
visible y prolongado en la Dalmacia, repleta de clubes de élite emplazados en
pequeñas ciudades costeras muy cercanas entre sí: "Los entrenadores de Belgra-
do desarrollaron el baloncesto de Sibenik, por ejemplo, con Moka Slavnic, Dju-
rovic, lvkovic .... Hubo un año que en Yugoslavia, desde Dubrovnik hasta Pula,
todos los técnicos eran de Belgrado", explica Ranko Zeravica. El de Sibenik es

un ejemplo que Neven Spahija conoce de primera mano, tras poder observar in
situ a muchos de los nombres históricos del kosarka: "Yo era un entrenador
joven, con mucha hambre y ganas de aprender, y tuve la suerte de poder ver a
todos los grandes entrenadores yugoslavos. Sobre todo, porque el Sibenka en
esta época fue un centro importante de la ex Yugoslavia. Pudimos ver a muchos
de los mejores técnicos: Vlade Djurovic, Duda lvkovic y entrenadores descono-
cidos que sabían muchísimo. Uno fue un entrenador de Belgrado, que se llama
Borislav Bezovic. Era el asistente de Moka Slavnic cuando entrenaba al Sibenka.
Nunca llevó a un gran equipo, pero lo sabía todo sobre el baloncesto. Fue una
persona muy importante para nuestra generación".
La filosofía de los técnicos serbios se extendió, de este modo, a lo largo y
ancho del país, siendo la opción predominante en muchas zonas, por lejos que
estuviesen de Belgrado, su área de influencia natural. Una influencia exportada
al estilo de juego de los equipos y origen insoslayable de la manera de entender
el juego de muchos jugadores: "Sí, dentro de Yugoslavia había filosofías que eran
totalmente diferentes. Pero todo nace del Profesor Aleksandar Nikolic. Él era la
vanguardia para los entrenadores como Maljkovic, Tanjevic, Ivkovic ... Como
mentor, tuvo la oportunidad de traspasarles toda la educación y conocimientos
o <t
> sobre el baloncesto. Entonces ellos, cada uno en su equipo, aplicaron la filosofía
~ del Profesor Nikolic. Del uno al otro, y de este al de más allá, 20 o 30 equipos.
(f)
o(.!)
Hubo algunos a los que no les gustaba el baloncesto del Profesor, pero los resul-
:::>
>- tados son algo que no se puede borrar", explica el bosnio Samir Avdic, formado
ºw
f-
(f) en la cantera del Bosna Sarajevo y muchos años miembro del primer equipo. ''A
u mí me gustaba ese estilo. Claro. Porque yo tuve de entrenador a Pesic, que te
z (/)
o
__J decía: 'Como hagas esto, te mato'. Muchísima disciplina. Pero luego ves que con
<(
co esa disciplina las cosas salen bien, que el esfuerzo sirve para algo. Es una filosofía
__J
UJ que me metieron en el corazón".
u)
o El croata Dino Radja también hace alusión al mayor peso serbio en el glo-
o <t
<(
co bal del país: "En aquel tiempo, la escuela serbia era la del conjunto de Yugoslavia.
oce
En Zadar, en Sibenik, en Split ... Siempre hubo muchos entrenadores de la escue-
(f)
o la serbia en equipos croatas. Y esa escuela era muy buena. Junto a la rusa, la mejor.
•Z
w Porque se trabajaba tanto ... Trabajar mucho era lo principal", afirma el antiguo
:::>
(f)
jugador de la Jugoplastika. Su ex compañero, Zan Tabak, describe el gran cambio
que notó cuando pasó a jugar con la selección de Croacia en un hábitat novedoso
338
para él: "Ni yo ni muchos de los miembros de la selección estábamos acostumbra-
dos a funcionar con improvisación. Con Maljkovic jugábamos libre, pero organi-
zados. Yo siempre jugaba bien con entrenadores con un sistema duro, que te de-
cían 'esto no se puede hacer', 'si haces lo otro vas al banquillo'. No se trata de que
el baloncesto de aquella escuela croata sea malo. No es cuestión de bueno o malo,
sino de que yo me formé en otro sistema. No me encontré con un baloncesto
'libre' hasta jugar con la selección de Croacia". Aza Petrovic, que sí se formó mayo-
ritariamente bajo el influjo del ideario de Novosel, afirma: "Con entrenamientos
en cinco contra cinco a media cancha, le quitas la genialidad a los jugadores. Si
'r
eres un pintor, te han de dejar libertad para crear. Un jugador, después de un blo-
queo directo o un bloqueo ciego, no necesita más ventaja. Pero hay muchos entre-
nadores que no te dejan, te limitan. Yo creo que no se puede decir que la Jugoplas-
tika no hubiese ganado igualmente jugando de otra manera. En el 91, con
Pavlicevic, también tuvieron éxito jugando de una manera menos férrea".
Esta especificación sobre la Escuela Yugoslava, que a nivel externo raramen-
te se solía diferenciar, se vislumbra algo más nítida con el paso de los años. Si bien
en la década de los setenta las características de los equipos yugoslavos presentaban
muchas semejanzas, el gran cambio auspiciado por Nikolic en los ochenta fue fer-
vientemente seguido por unos entrenadores que en su mayoría eran serbios. Des-
pués de la separación del país, muchos técnicos ya de diferentes nacionalidades
son aún considerados miembros de la Jugoslovenska Skola. Pero aquel último gran
sello, el del baloncesto defensivo y la solidez colectiva que se expandió por Europa
a principios de los noventa, sería propagado tan sólo por preparadores serbios,
como es el caso de los Obradovic, Maljkovic o lvkovic. Otros técnicos, como el
esloveno Sagadin o los croatas Petrovic o Skansi, continuaron desarrollando un
juego eminentemente ofensivo, muy similar al estilo yugoslavo clásico de los seten-
ta y primera mitad de los ochenta. Esa tendencia defensiva fue asociada al conjun-
>
to de los entrenadores ex yugoslavos, ya que los representantes de otras repúblicas <t
_J
en los principales conjuntos europeos fueron franca minoría y la cercanía tempo- (/)
o
ral de una escuela única acabó difuminando las excepciones en el colectivo. CJ
:::i
Sin embargo, analizar más a fondo la realidad permite extraer la conclusión >-
<t
del perfil que difunde este aspecto técnico-táctico concreto; el que encaja en la
__J
w
:::i
imagen de trener extremadamente exigente que gobierna a su equipo con mano de u
w
hierro; el que se muestra extraordinariamente centrado en el cuidado de los peque- <t
_J
ños matices; aquel cuyo modelo personifica, en suma, Aleksandar Nikolic y que ¡jj
w
siempre se denominó de la Escuela Yugoslava ... es el característico de los entrena- ce
o
dores serbios. Tanto porque ellos fueron los que establecieron y extendieron esa o
z
filosofía desde la Inteligencija como porque formaban una gran mayoría de los pre- w
ce
paraqores de la escuela. Los técnicos de otras repúblicas de aquella Yugoslavia tie- f-
zw
nen puntos en común en su ideario, no en vano han compartido referentes y for- (/)
mación. Pero difieren también en otros aspectos, ya sea por carácter, convicciones o
__J
o planteamientos sobre la conducción de una plantilla. Y ello se hará especialmen-
te visible a raíz de la escisión. No sólo la existencia de cierta disparidad en sus esti-
339
los, sino también que los hombres encargados de dirigir a los principales equipos
de la Prva Liga eran mayoritariamente procedentes de Serbia.
¿LA MEJOR ESCUELA DE ENTRENADORES DE LA HISTORIA?
! Nikolic tuvo una enorme influencia sobre todos los entrenadores de la Escuela Serbia,
que ha sido desde luego la mejor escuela de todas las épocas.
1 (SERGIO SCARIOLO, 30-4-2009, Recinto del Velódromo, Berlín)
1
1

Al preguntar a jugadores, entrenadores o periodistas, son muchos los que consi-
deran a la Escuela Yugoslava (llamémosle tal y como fue conocida en su momen-
to) como la mejor que haya surgido en la historia de este deporte en Europa. La
más adelantada y la más influyente. La que ha marcado de manera más clara los
sucesos y la evolución del juego que se ha desarrollado en las canchas.
Los motivos son diversos: por un lado, se podría decir que conformaron
el único movimiento reconocido como tal en los diferentes baloncestos del Viejo
Continente. Salvo quizás en Italia, no ha habido un movimiento genérico con
tantos puntos en común, con tantos referentes compartidos, en sus principales
protagonistas. Y, en el país transalpino, las influencias de il Professore Nikolic
fueron casi tan grandes como en su tierra natal. Obviamente, la falta de compe-
tencia producto de la dificultad de identificar otras escuelas técnicas colectivas
influye notablemente cuando de establecer una jerarquía se trata.
Pero la fuerza de la Escuela Yugoslava no radica tan sólo en su definición
de movimiento grupal. Más allá de ser la más homogénea, sus hallazgos e inno-
vaciones tanto en la formación de los jugadores como en cuestiones técnico-tác-
ticas también situaron a estos entrenadores en lo más alto del escalafón europeo.
Yugoslavia fue la primera que decidió mirar de frente hacia lo que sucedía en los
o '"
>
<(
Estados Unidos, cuna de este deporte y que estaba en un punto, en todos los
_J
U) sentidos, mucho más evolucionado que el resto del mundo. Auspiciados por
o
<.!J Nikolic, los técnicos yugoslavos comprendieron la necesidad de adaptar, en la
:J
>- medida de lo posible, aquello que aprendiesen al otro lado del océano. Y este
º
1- hecho, conjugado con otras características inherentes a su propia cultura y for-
(J)
UJ
u mación, les convirtió en precursores en Europa. Se constituyeron en unos ade-
z Hasta hace poco, la táctica lo era todo. Después ya llegó el tema de la capacidad
o_J lantados a su tiempo, utilizando métodos y planificaciones que tardarían en
<(
c:o extenderse en la rutina de otros baloncestos coetáneos. "Nikolic, y tras él la
_J
UJ Escuela Yugoslava, fueron los primeros en darse cuenta de la importancia de la
c.n
o preparación física en el deporte de alto nivel, la influencia para el baloncesto
Cl
<(
c:o moderno de la defensa y del necesario fortalecimiento del cuerpo para mejorar
oa: el rendimiento defensivo", afirma Sergio Scariolo, que conoció personalmente a
U)
o Nikolic cuando ambos colaboraron en Bolonia a inicios de los noventa y que no
•Z
UJ esconde su afinidad con las doctrinas de Aza.
:::::>
U)
También a nivel de juego táctico sorprende ver en perspectiva lo mucho
que se anticiparon a tendencias que no se instalarían en Europa hasta años des-
340
pués. Ya desde los setenta sus pívots se caracterizaron por un radio de acción
mucho más amplio al de las cercanías del aro. "El gran punto fuerte de los pívots
yugoslavos es que casi todos tienen la capacidad de ser también peligrosos a una
cierta distancia del aro: esto fuerza a los equipos rivales a afrontar situaciones
poco ortodoxas. Liberan así el territorio en torno a la canasta para los cortes de
los exteriores, y además son muy hábiles en encontrar el equilibrio para el tiro",
escribía en la revista Giganti del Basket Sandro Gamba, seleccionador italiano,
en 1979. La propensión exterior se acentuaría con el paso de los años. A media-
dos de la siguiente década, un hombre alto como lvo Petovic lanzaba varios tri-
1
ples por partido, abriendo el campo y generando espacios para sus compañeros
del Estrella Roja, cuando la creencia general era que el baloncesto nacía a partir
de situaciones de balón interior. "No es casualidad. La Escuela Yugoslava se ade-
lantó a su tiempo. Ellos, por supuesto, son la escuela de baloncesto más impor-
tante", afirma Ettore Messina. La importancia del triple como arma básica del
juego, una postura que visiones más conservadoras solían asociar a equipos de
países con poco bagaje táctico, fue un preludio de lo que en el baloncesto del
siglo XXI hace ya años es estándar. La preeminencia del juego exterior sobre el
interior, no por obligación, como aquellos países que carecían de centímetros,
sino por decisión propia: "Yo fui asistente de Kresimir Cosic en Bolonia. Tenía-
mos pocos puntos en común en algunos aspectos, pues creo que a Kreso le fata-
ba método. Era muy desorganizado. Pero fue la primera persona, el primer
entrenador en mi vida, que me hizo girar la atención sobre la importancia de los
escoltas, del juego exterior. Y eso fue muy importante para mí. Incluso también
los cambios derivados de la introducción de la línea de tres puntos. La directiva
de la Virtus no entendía por qué Kreso insistía en que quería cambiar al pívot
americano del equipo, Floyd Allen, por un escolta, Kyle Macy. Pero era una idea
muy sencilla y muy importante, muy profunda. En mi formación como entre-
nador dejó una gran influencia en mí", comenta Messina sobre lo que era una >
<r
concepción del juego sorprendente en ese momento. <J.,
o(_'::
La sofisticación táctica del kosarka fue un rasgo definitorio de una época y
>-
una escuela. Una ventaja en su tiempo, pero que ya no es tal en la actualidad,
:s
w
bajo el prisma de Neven Spahija: "Aquí se pensaba continuamente en la táctica. :J
u
r.n
~L.
atlética y demás. Pero si miras partidos de los entrenadores de la ex Yugoslavia, ---r
_J
vas a ver mucha táctica. En esa época, la táctica era una gran ventaja. Ahora no V)
puedes basarte sólo en la táctica. Pero en la época de la generación de Moka ce
o
Slavnic entrenaban dos o tres horas a media cancha. A Nikolic le iba mucho eso, <r
z
y después de Nikolic lo hicieron el 90% de los entrenadores. Actualmente, si w
a:
voy a. ver un entrenamiento de juveniles y sólo trabaja a media cancha, pienso 1-
zw
que está muerto. Pero en los setenta y ochenta era una ventaja impresionante, V)
o
porque el otro equipo no iba a poder pararlo. ¡Dos o tres horas a media cancha! _j
En ese tiempo surgen muchas ideas", concluye Spahija.
Por muy diversos motivos, los entrenadores yugoslavos entraron en la
341
modernidad cuando el resto de países aún daban sus primeros (y vacilantes)
pasos, o bien continuaban manteniendo las estructuras y metodologías de sus
inicios. Como enuncia el mismo Neven Spahija: "El método de los entrenadores
de la ex Yugoslavia era más avanzado que en otras partes de Europa". El perio-
dista y entrenador italiano Franco Pinotti profundiza en esa modernidad avan-
zada: "En los años setenta, los medios y la forma de entrenar en Europa era de
una manera. En los ochenta, ya era de otra. Llegaron los clinics de entrenadores
americanos, se le empezó a dar importancia a la preparación física, se entendió
1 que la táctica no era sólo bloquear por aquí o por allá, sino que era algo más pro-
L
 fundo que nacía de la táctica individual. Y en esto los yugoslavos se adelantaron
í
al resto. Hoy en día esa es la manera de enseñar, o la que se intenta. Se ha llega-
do a entender que sólo la técnica no es suficiente. Pero ellos en los setenta ya Zoran Savic
estaban muy formados, tácticamente ya sabían jugar individualmente debido al Zenica (República de Bosnia, ant. Yugoslavia). 18.11.1966. 2.05 m. Ala pívot
poso de la magnífica preparación que realizaban sus entrenadores. Los jugadores
yugoslavos se formaron de esta manera antes que el resto". Sergio Scariolo coin-
cide con la argumentación de su compatriota, añadiendo un matiz: "La compe-
tencia era más baja por entonces, y la diferencia entre la Escuela Yugoslava y el
resto de países, en cuanto a la calidad del trabajo, era abismal. Ahora lo es mucho TRAYECTORIA
menos. Bueno, francamente, no creo que actualmente se pueda decir que haya
una escuela técnica superior a las demás". Inicios
De nuevo conviene volver a situar el entorno y contexto cultural que
rodeaba a este movimiento. Ya se ha intentado esbozar la complejidad del siste- Zoran Savic se inició en la práctica del baloncesto de manera tardía, a los 16
ma baloncestístico de Yugoslavia. Cada pieza encajaba con el resto, sin poderse años, después de haber probado suerte en otros deportes. A tan avanzada edad
diferenciar nítidamente dónde empieza la causa y dónde el efecto. No se trata de ingresó en el KK Borac Capljina, donde coincidió con Jasmin Repesa, capitán
creer que el método de los entrenadores balcánicos era el único posible para del conjunto bosnio. Un año más tarde, pasó al júnior del Celik de Zenica. El
conseguir el éxito. Posteriormente, otras tendencias y estilos han conseguido Celik era un club que participaba en la Liga de la República de Bosnia (una cate-
alcanzar la cima. Pero en el panorama en el que nació, donde las grandes poten- goría por debajo de la Druga Liga, la segunda división nacional) eclipsado por la
o cercanía del poderoso Bosna de Sarajevo, pero que fue la cuna de algunos gran-
> cias se centralizaban en tres o cuatro países, y teniendo en cuenta las característi-
:) des jugadores yugoslavos de los setenta y ochenta, con Emir Mutapcic, Mensur
(/') cas específicas de Yugoslavia, de su realidad social, de la mentalidad y ambición
o Bajramovic, Dzevad Alihodzic o Teoman Alibegovic como nombres más desta-
<!) imperante en sus jugadores, de la abundancia de estos (y de su enorme calidad
::>
>- física y mental) ... resulta difícil no aseverar que la Escuela Yugoslava de entrena- cados. En la temporada 1984/85 se produciría el debut de Zoran en el primer
ºt;;
UJ
dores fue la mejor para ese país en concreto. También funcionó en otros, aunque equipo del Celik, en el que desarrollaría la primera fase de su carrera deportiva.
u no en todos. Son muchas las variables necesarias para que sea exitosa. Pero esta
z
o.....J escuela se convirtió en la ideal para una realidad deportivo-social concreta. La de
<! Yugoslavia. Y ese país, con ella de estandarte, abrazó los mayores honores posi- Etapa profesional
co
.....J
UJ bles tanto en el ámbito de selecciones como en el de clubes.
u)
o Siempre hay que contextualizar cualquier fenómeno que se pretenda ana- La de Zoran Savic es una trayectoria atípica entre las figuras más destacadas del
o
<! lizar. En la vida y en el deporte. Y en el kosarka sus entrenadores fueron pieza kosarka de la última Yugoslavia. La generación plavi del 66, con jure Zdovc,
co
o absolutamente indispensable. Zarko Paspalj, lvo Nakic o Miroslav Pecarski a la cabeza, se proclamaba cam-
o:
(/')
o Pero ... aquel baloncesto sólo se puede interpretar desde una perspectiva. peona de Europa juvenil en el Europeo de Alemania prácticamente al mismo
•Z
UJ La holística. tiempo que Savic comenzaba a realizar sus primeros tiros a canasta. Ese inicio
::>
(/') tardío, unido a su pertenencia a un equipo modesto que no disputaba competi-
ción nacional, propició que el ala-pívot permaneciese en el anonimato para el
342 343
La selección de la URSS, por cualidades de sus jugadores, podía ser igual o superior comité técnico de la federación durante varios años. Con la llegada del prepara-
a Yugoslavia, pero les faltaba la ambición que tenían éstos. Y el tema dor serbio Kosta Jankov a Zenica, el club se profesionalizó y llegó el ascenso a la
de los entrenadores fue determinante para que los soviéticos no les ganasen siempre Druga Liga. Pero las evoluciones de Zoran seguirían pasando desapercibidas
y los yugoslavos les superasen. Yugoslavia se imponía por los dos déficits para la mayoría de entrenadores y clubes hasta que, ya en 1989, Bozidar Malj-
que mostraban los equipos de la Unión Soviética en la comparación entre ambos: kovic acudió a verle. El entrenador de la Jugoplastika quería observar a un joven
el cardcter... y los entrenadores. del que tenía noticias a través de un árbitro, que le insistía en que debía ir a
(NACHO SüLOz.ABAL, rememorando un baloncesto y unas fronteras Zenica con vistas a calibrar sus posibilidades en la élite. Junto a Zoran, también
hoy ya lejanas) Jankov daba el salto a Split, iniciando una etapa como asistente de Maljkovic
que se alargaría en el tiempo.

;l_
 La Jugoplastika de Split no era tan sólo un equipo de Prva Liga. En aque-
llos momentos era el vigente campeón de Europa y contaba con uno de los ala-
T con el título de Copa. Los múltiples cambios de jugadores extranjeros aumenta-
pívots de más calidad del Viejo Continente, Dino Radja. En su primera campa-
ña, Zoran se asentó en la rotación interior de los de Split como primer recambio
de Goran Sobin y del propio Radja. Las óptimas prestaciones de Savic llamaron
la atención del seleccionador yugoslavo, Dusan Ivkovic, que le incluyó entre los
doce elegidos para el Mundial de Argentina. De este modo, se convertía en uno
de los contados jugadores que debutaba en la Reprezentacija sin haber pasado
por sus categorías inferiores, además de en uno de los novatos de mayor edad de
la historia del combinado balcánico. Aunque su eclosión no llegaría hasta la
siguiente temporada. La marcha de Radja a Il Messagero de Roma le abrió las
puertas de la titularidad, una oportunidad que no desaprovechó. La Jugoplastika
conquistaba los tres grandes títulos y Zoran se erigía en el auténtico protagonis-
ta de la final de la Copa de Europa. Sus 27 puntos frente al FC Barcelona (que
dirigía el propio Bozidar Maljkovic) desequilibraron el duelo. Pese a que el MVP
oficial fue a parar a manos de Toni Kukoc, la actuación de Savic fue el inespera-
do factor diferencial. Europa descubría a un hombre de 25 años que no alcanza-
ba la dimensión de otras estrellas yugoslavas, pero que era un jugador de autén-
o
> tico primer nivel.
::s Con la escisión de Yugoslavia, el destino de Zoran fue el damnificado de
(/)
o como Branislav Prelevic, Arijan Komazec o José Luis Galilea. La Virtus se halla-
(!) aquella final continental, el FC Barcelona. Nuevamente junto a Maljkovic, su
::>
>- primera estancia en la ACB se saldó con un buen rendimiento individual, aun-
º
1-
(/)
w
que, a nivel colectivo, el conjunto blaugrana entró en una crisis de resultados
u que derivó en el cese del técnico, inmerso en una agria polémica con Aíto García
z
o Reneses, director deportivo del club. Manolo Flores fue el encargado de dirigir
_J
<!
co la nave hasta finalizar la temporada. En la siguiente, el propio Aíto ocuparía el
_J
LJ.J banquillo del conjunto catalán. Se repitió una campaña muy similar a la ante-
c./)
o rior, tanto en lo concerniente al papel de Savic como al del equipo. Tras dos años
o
<!
ca en España, el pívot decidía cambiar de aires y la liga griega fue su elección.
o u
cr: En el PAOK de Salónica volvía a coincidir con Dusan Ivkovic, si bien
(/)
o brevemente, pues el técnico abandonaría el cargo en enero de 1994. Su renuncia
,z
w venía motivada por desacuerdos económicos con Lakis Ikonomithis, el presi-
::>
(/)
dente del club. El que hasta entonces había sido su asistente, Soulis Markopou-
los, tomó las riendas hasta final de año. Zoran Savic aportaba solidez a un equi-
344
po cuyos soportes anotadores eran Branislav Prelevic y Walter Berry, gracias a los
cuales el PAOK conquistó la Copa Korac tras batir al Stefanel de Bodiroga y
Tanjevic en la final. En la competición helena, los de Salónica alcanzaron el sub-
campeonato, al no poder superar al Olympiakos de Zarko Paspalj. Su segunda
temporada sería aún más convulsa en cuanto a número de entrenadores. Dragan
Sakota comenzaba la campaña, siendo relevado por Sakis Laios, que a su vez
dejó el cargo durante el playoff, por lo que Vaggelis Alexanthris dirigiría los tres
últimos encuentros del curso. Los números de Savic mejoraron respecto a su pri-
mer año, pero el equipo no alcanzó los mismos logros y se tuvo que contentar
ron la inestabilidad de un conjunto en el que Predrag Stojakovic tan sólo podía
participar en competiciones europeas.
En la campaña 1995/96, Zoran volvió a la liga ACB, esta vez al Real
Madrid de Zeljko Obradovic, vigente campeón de Europa. La marcha de Arvy-
das Sabonis a la NBA abría numerosas incógnitas sobre el conjunto español, ya
que la pérdida de potencial sin el lituano resultaba evidente. Savic era un gran
jugador, pero muy lejano al dominio apabullante de Sabas. En la Liga Europea,
los resultados fueron positivos. El serbio pisaba de nuevo una Final Four, aun-
que esta vez la víctima se transformó en verdugo, cayendo los madridistas ante el
FC Barcelona. En la ACB, el Real Madrid acabó en segunda posición de la liga
regular y en la primera eliminatoria del playojfsaltó la sorpresa. El Caja San Fer-
nando, séptimo clasificado, eliminaba al equipo de Savic, con la consecuente
sensación de fracaso.
La siguiente parada sería en la lega, la única de las grandes ligas continen-
tales que no había probado. A Italia llegaba un hombre que llevaba muchos años
caracterizado por una encomiable regularidad, manteniendo unas prestaciones
muy parecidas en todos los equipos en los que había militado. En la Virtus de
Bolonia que dirigía Alberto Bucci, Zoran se reencontró con viejos conocidos
ba inmersa en un relativo decaimiento, huérfana de un Predrag Danilovic que
había hecho las maletas rumbo a la NBA una temporada atrás. Siguiendo la
tónica de pasadas experiencias, Savic vivió un cambio de entrenador durante el
transcurso de la campaña, cuando Bucci fue destituido y Lino Frattin ocupó su
lugar. La trayectoria del conjunto de Bolonia fue decepcionante, tanto a nivel
doméstico -derrotado por el eterno rival, el Teamsystem, en semifinales- como
en competición europea, donde el Stefanel de Milán y la eliminatoria de octavos
de final fueron el límite del equipo.
La dinámica viró por completo con el inicio de la nueva campaña. El
retorno de los dos hijos pródigos, Predrag Danilovic y Ettore Messina, añadida a >
<l'.
las incorporaciones de Antoine Rigaudeau o Radoslav Nesterovic, catapultaron
(./';
z
de nuevo a la Virtus de Bolonia al primer plano del baloncesto continental. Un <l'.
a:
o
año marcado por el tremendo duelo con el Teamsystem, a los que apearon de la ~
Final Four en el cruce previo, imponiéndose también en el derby en que se con-
virtió la final de la lega. Un dramático enfrentamiento decidido en la prórroga 345
del quinto partido, después de que Danilovic forzara el tiempo extra con un tri-
ple más adicional a pocos segundos de la conclusión. La Virtus se llevaba el scu-
detto. En el plano individual, Zoran bajó sus promedios habituales debido a la
cantidad de anotadores que coexistían en el equipo, aunque obtuvo como pre-
mio el MVP de la Final Four que se celebró en Barcelona. Esta vez, el galardón
era oficial.
En 1998, con 32 años, el pívot serbio ficha por el Efes Pilsen de Turquía,
compartiendo de nuevo camiseta con Petar Naumoski tras sus años en Split.
 Aquella fue su última temporada con un papel importante al más alto nivel.
T
'
Una lesión de rodilla en plena pretemporada le apartó de un equipo cuyas prisas • 1 1 1 1 1 1 1~ J ~ ~ ~1 J J 1 1~ J ~ ~ J 1 1 d ~ 1

para que retornase a las canchas resultaron contraproducentes. El Efes acabó

subcampeón de la liga turca y fuera de la Final Four, apartados por el Zalgiris de
Kaunas, a la postre campeón del torneo. Savic se operó por segunda vez de la 1 .. 1 1 1 1 1 1 ~ 1~ 1~ 1~ 1 1 1 ~ 1 ~ 1~ 1 1 1 ~ 1~
rodilla en cuanto concluyó el curso y ya nunca volvería a alcanzar la plenitud
física. Permanecí~ recuper~ndose durante toda la campaña siguiente, t~as la J • 1 J 1 1 1 1 1:: 1~ l 0 I ~ 1 1 1:; 1~ 1~ 1 1 1~1 ~
cual, en 00/0 l, pide permiso para entrenar con el FC Barcelona. La bap de r--- \D \D r--- \D r--- \D \D

Rony Seikaly hizo que Aíto García Reneses le ofreciera un puesto en la plantilla,
que acabó conquistando la liga ACB y la Copa del Rey llevado en volandas por
la explosión de Pau Gasol. Savic aportó su pequeño grano de arena, en un rol ya
1 1 1 1 1 1 1 1 ~ ~ '.§
~ ~ ~ ~
1 1 1 = 1 1 1 ~ § ~
~ ~ ~
1 1 1 1 1 ~ ~
::::
\

~
totalmente secundario de último pívot de la rotación. Aún alargaría doce meses :,
más su carre~a, volvi_e~do
a Bolonia, pero esta vez a la ~kipper.
En 2002, a la 1 • j j 1 j 1 1 1:; l 8 I:; J 6I 1 1~1: 1;:::¡1 1 l0 r----:
edad de 36 anos, dec1d1a poner punto final a su etapa de ¡ugador en activo. 1 - "' "' '"'" N 1 N

CARACTERÍSTICAS 1
1
• 1 1 1 1 1 1 1¿ 1: 1Ó l 6 I 1 121 ~~ 1 1 1~1 ~
1

~ Sin alcanzar l.'.' categoría de superestr~lla ni lo~ destellos ?~ genialidad técnica de 1 (f) • 1 1 1 1 1 1 1 :; 1 :2 1 ~ 1 ó 1 1 1: 1 ~ ~ 1 1 1 1 ~ ~ 1
c.n otros companeros de la Reprezentacl)a, la solidez y fiabilidad auparon a Zoran 1 <( \D \D V"\ \D \D \D \D ('<') r-----

8
~
~
Savic a consolidarse como un ala-pívot de primera línea en Europa. Un hombre
capaz de alternar con éxito las dos posici~nes ~nteriores, aunque su demarc~ción
natural era la de cuatro, y que se consmuyo en un complemento de lujo en
1
j
,
~
'B
~
1 ~ ~ ~ ~
~ § B~
B1~1~1
~ IB ~
\ \~ \~
~ ~
~ todos los grandes equipos de los que formó parte. Maljkovic, Aíto, Ivkovic, 1 ~
~ Obradovic, Messina ... Amplio fue el abanico ~e prestigios~s. t~cnicos que con- 1 • 1 1 1 1 1 1 1 ~ 1 --:
0
~~ ~ 1 1 1 1 --: 1 ir; 1 ir; 1 1 ir; 1
0
~
0
co fiaron en su saber estar para apuntalar a los conjuntos que dmg1an. 1 ° - - - - -

uj Muy fuerte físicamente, con un cuerpo ancho que le permitía bloquear a

gs
0
su defendido .y capturar .el rechace, su inteligencia e intuición natural . suponían
. e: r-; ~ ~
N('<'lt'--C".
~ e: ~ e: ~
t---V"\\DV"\V"\
~
,.......('<')

~ 1a base de su JUego ofensivo. Más talentoso de lo que aparentaba a pnmera vista, u

~ Savic se mostraba peligroso creándose sus canastas en situaciones de poste bajo o ~
gs tiros de media distancia, pero, sobre todo, interpretaba el juego colectivo de 1 ~ : ~ ~ ~ ~ :2 ~ ~ o ~ :2 ~
·~ manera sumamente eficaz. Sus cortes sin balón, sus continuaciones del bloqueo 1 ~
c.n directo y su sentido de la colocación, junto con unas manos que raramente per- 8
dían el control de la pelota al recibir una asistencia, formaban un cóctel ideal 34 7
346
para sumar puntos bajo el aro y retroalimentarse con el talento de los grandes 1 .
jugadores exteriores con los que compartió camiseta. Zoran no J·ugaba por enci- ~ ~ ~
~ ~ ~ ~ ~ ~ :9
~ e~
ma del aro, no poseía una capacidad de salto destacada, no solía utilizar la mano :2._ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
~ ~ ·a ·a . . . . -~
con
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0 -: gf
cJ ·5 ·5 ·5 ·5 ·5 ·5 ·~~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ -~ ~ ~ :a~
- V V V V V V "' 0 O -

izquierda para finalizar y su velocidad era la estándar para la época y posición. I

"fi b R d" o· V k . . d . .
N o persom ica a, como a Jª' ivac o ran ov1c, un protoupo e mtenor · ~ N.~ N.~ N.~ N.~ N.~ N.~ - g.. g.. 1lo 1lo 0 0 ::; ~ ~ a.. .2... 1l ~
""' "-"' en o .... "=::" .... .... ;:::::

~ d d d d d d ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ s2 s2 ili ~ ~ z
l
adelantado a su tiempo, sino que entroncaba con las características tradicionales 1
de los pívots yugoslavos de siempre. Pero gracias a la optimización de sus cuali-
dades, en principio en un segundo plano respecto a las de otros, a lo largo de su
carrera protagonizó varias actuaciones estelares en partidos trascendentales.
1 1 ~ 1~ 1~ 1~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
00 00 00 ~ 1 00 1 ~ 1 ~ 1 ~ 1O 1 .- 1 N

~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~
1 ('<') 1 '<:t' 1 V"\ 1 \D 1 t'-- 1 00 1 ~ g \ 0Oq \0.9-
 Más allá de la brillantez de días señalados, Zoran representaba el valor
seguro de la brega y la constancia. Siempre se mantenía concentrado y metido
en la dinámica del encuentro, era un excelso defensor individual o en ayudas, y 11. Jugadores: más estrellas que en el cielo
sus compañeros sabían que tenían detrás a un hombre que no se arrugaba ante
la presión. Eficaz en sus lanzamientos, simplificaba al máximo sus acciones de
uno contra uno, huyendo de retoricismos y adornos. Sublimaba, en suma, la
figura del pívot sobrio que ejercía de perfecto hombre de equipo, disciplinado y
L disputar un partido de baloncesto, cualquier corte hacia el aro, bloqueo
sin forzar nunca sus decisiones ofensivas. El clásico elemento equilibrador que
muchos entrenadores consideran necesario para rodear a grandes anotadores A directo e indirecto, pase entre compañeros, falta forzada o sistema preesta-
blecido persigue un único objetivo, que es el que le da sentido a rodas las accio-
interiores o de perímetro.
nes previas: anotar una canasta. De la misma manera, todo el modelo organiza-
tivo ideado por las mentes pensantes del jugoslovenska kosarka tenía un último
propósito: crear los mejores (y la mayor cantidad de) jugadores posibles. Al
final, son ellos los que van a plasmar sobre la cancha la presunta idoneidad del
engranaje y su proceso. Los grandes protagonistas de este deporte.
En esa faceta, el baloncesto yugoslavo se convirtió en la maquinaria de
fabricación más prolífica que haya habido en Europa. Especialmente, si se atien-
de a la proporción respecto a la cantidad de población. Numerosísimos balonces-
o tistas de primer nivel surgieron de un país con no más de 22 millones de habitan-
>
::í tes; y, al tratar de encontrar una explicación, suele ser recurrente aludir al factor
(/)
o del talento innato de estos jugadores. En ocasiones de un modo un tanto reduc-
c.?
~ cionista, obviando la importancia de un sistema que, a lo largo del siglo XX, no
>-
encuentra parangón en ningún país del Viejo Continente. Esta certidumbre en
º
1-
(/)
L.U una capacidad natural de los jóvenes balcánicos para los juegos con pelota ha aca-
u
z bado por minimizar el análisis de las causas originarias del fenómeno, a modo de
o
_J
<( un determinismo geográfico-biológico devorador de otras fundamentaciones.
c:o
....J Si bien la complejidad del método que puso en marcha el KSJ niega la gene-
UJ
u) ración espontánea como argumento absoluto, no es menos cierto que existían di-
o versos condicionantes que propiciaban esta extraordinaria producción de balonces-
o
<(
c:o
oo: tistas. Es extremadamente complejo inferir el auténtico peso específico de esos
(/)
factores en el resultado final, y su trascendencia varía según quién sea la persona con-
o
,z sultada. Pero resulta evidente que los jugadores yugoslavos poseían unas característi-
UJ
~ cas ideales para la práctica del deporte. Si su origen es plenamente genético o posee
(/)
un factor potenciado por. el trabajo ideado por la lnteligencija es ya una cuestión de
348 íntima creencia. Aunque lo más rawnable es aplicar un concepto básico utilizado a 349
lo largo de todo este viaje por el corazón del kosarka. el de retroalimentación.

CARACTERÍSTICAS FÍSICAS

No es país para bajos ...

Una de las claves del baloncesto yugoslavo, ademds de una mentalidad ideal
para los deportes colectivos, es la morfología. Los genes de los Alpes Dináricos son,
 después de los de las tribus africanas, los más grandes del mundo por altura.
¿Ejemplos? Zizic, el jugador del Reims, o Radovanovic, del Stade Franrais.
Ellos son originarios de los Alpes Dináricos. Pero debido a las migraciones,
los genes originales de esta región se han extendido por todo el país.
(DJORDJE ANDRIJASEVIC, ex jugador y entrenador yugoslavo,
revista Maxibasket, 1985)
La imagen asociada tradicionalmente al físico del baloncestista yugoslavo es la
de un hombre con una altura por encima de la media en su posición y con una
sorprendente coordinación en sus movimientos, teniendo en cuenta su tamaño
y envergadura. Es muy común escuchar que en los países del Este (especialmen-
te en Yugoslavia y la URSS) poseen unas aptitudes físicas, sobre todo en lo que
concierne a la altura de sus habitantes, que suponen una clara ventaja en la prác-
tica de deportes como el baloncesto o el balonmano, donde la estatura es una
cualidad de indudable importancia. Un cliché que es respaldado por los resulta-
dos en ambas disciplinas, siendo históricamente dos potencias con plantillas
repletas de centímetros en una proporción muy superior a la de los equipos
mediterráneos.
o o
En realidad, la media de altura de los habitantes de la antigua Yugoslavia
~
(f) no estaba a la cabeza de un hipotético ranking europeo. El país que atesora el
o w
(.!) índice más destacado es Holanda, habitualmente conocida por ser un gran vive-
:::>
>- ro de futbolistas. Obviamente, la tradición deportiva y cultural de cada estado
º
1-
(f)
UJ
influye de manera notable en la producción de talentos en las diferentes discipli-
u nas deportivas, y el baloncesto nunca ha goza.do de una excesiva popularidad en
z _J
o
....J los Países Bajos. Una repercusión social que sí exhibía en una Yugoslavia donde
<(
ca el kosarka se disputaba la supremacía con el omnipresente fútbol, concretamen-
....J
UJ
te a partir de la década de los setenta, con la victoria de la Reprezentacija en el
u)
o Mundial que se celebró en Liubliana y la posterior eclosión de la generación
o
<(
co dorada encabezada por los Cosic, Kicanovic, Delibasic o Slavnic.
oo: Pero el ciudadano medio yugoslavo no era más alto que el de cualquier otro
(/)
país. De hecho, Yugoslavia no ocupaba un puesto descollante en lo que a este tema
o
,z
UJ
:::i
se refiere, estando situada por debajo de la citada Holanda, Alemania, Suecia o
(/)
Finlandia, a la par que Francia o Italia, y algo por encima de España o Grecia.
¿Por qué motivo, entonces, los jugadores yugoslavos han pasado al imagi-
350
nario colectivo con esas características? La respuesta reside en dos conceptos bási-
cos. Por un lado, la recurrente selekcija, ya que no todos los aspirantes podían
practicar el baloncesto organizado, y lógicamente los centímetros era uno de los
parámetros valorados en la criba. El mayor elitismo en etapas no profesionales
había de incidir forzosamente en que la tendencia fuese una media de altura no
representativa de la población, ni tan siquiera del segmento concreto que desea-
ba jugar al kosarka. Complementariamente, la segunda clave se encuentra, como
enuncia Andrijasevic, dentro de la propia historia y realidad del país. En concre-
to, de su relieve. Los Alpes Dináricos son una cadena montañosa que atravesaba
diferentes áreas de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro,
Kosovo y Albania. La anatomía de los habitantes de estas montañas mostraba
unas características físicas diferentes a la de las zonas no montañosas. La adapta-
ción natural al medio determina la evolución genética del ser humano, y los
requisitos para sobrevivir durante siglos a las duras condiciones de vida imperan-
tes se vieron reflejados en la morfología de sus habitantes, más altos y de comple-
xión más fuerte que en las áreas llanas. La conflictividad política y social predo-
minante en Europa Oriental en los siglos XIX y XX propició un flujo de
movimientos migratorios muy notable, el cual se vio reflejado en la movilización
de muchos moradores dináricos hacia otras zonas de las diferentes repúblicas.
Consecuencias en el kosa rka
Esta mezcla migratoria conllevó que, si bien la estatura media de los ciudadanos
yugoslavos no alcanzase a los de otros puntos de la geografía europea, sí que era
moneda común encontrar una ingente cantidad de hombres y mujeres de una
altura muy destacada. Ya en la década de los setenta el kosarka disfrutó de diver-
sos jugadores que rondaban o sobrepasaban los 21 O cm de altura, en una época
_J
w
en que, a excepción de la URSS (con una población inmensamente superior a la u
_J
yugoslava, 293 millones por 22), contar con un par de interiores de ese tamaño z
w
-en ocasiones, tan sólo con uno- se podía considerar quimérico para los países w
punteros de la élite baloncestística europea. Los Cosic, Zizic, Radovanovic o Jer-
:::i
o
(/)
kov eran la envidia de selecciones como Italia, Francia y España. <t:
En la década de los ochenta, la tendencia se acentúa notablemente. Si
_J
w
ce
1-
bien es cierto que en casi todos los países comienzan a surgir ejemplares de esta (J)
w
tipología (derivado en parte por el incremento generalizado de la media de altu- (/)
<'.l'.
ra de la población mundial), en Yugoslavia el fenómeno se produce en un grado ~
(/)
superlativo. Tanto, que se abre una indudable brecha entre el físico de los com- w
a:
ponentes de la Reprezentacija y el del resto de selecciones, a excepción, nueva- o
o
mente, de los de su tradicional rival soviético. <t:
CJ
:::i
En el Europeo de 1989, competición en la que la última generación de --,
talentos yugoslavos consigue su primera medalla de oro, el grueso del equipo
está formado por jóvenes nacidos en la segunda mitad de los años sesenta. Si se
351
deja de lado a la URSS, de entre todos los participantes en el torneo apenas
siete alcanzan o sobrepasan los 2.1 O m, y tres de ellos eran del mismo país,
Holanda. Una realidad muy diferente a la yugoslava, que podía disponer de
multitud de hombres de esas características. En tan sólo siete años, desde la pro-
moción de 1964 hasta la de 1970, por las selecciones inferiores balcánicas ha-
bían pasado Stojan Vrankovic (1964, 2.14 m), Zoran Jovanovic (1965, 2.12),
Franjo Arapovic (1965, 2.14), Sejo Bukva (1966, 2.13), Miroslav Pecarski
(1967, 2.11), Dino Radja (1967, 2.10), Milos Babic (1967, 2.10), Vlade Divac
(1968, 2.12), Dzevad Alihodzic (1969, 2.10), Slobodan Kalicanin (1969,
 2.10), Marijan Kraljevic (1970, 2.12), Zan Tabak (1970, 2.10) y Rastko Cvet-
kovic (1970, 2.10).
Además, y por si estos hombres no fuesen suficientes, otros jugadores de
más de 210 cm habían quedado excluidos de las convocatorias, como era el caso
de los Jakub Genjak (1967, 2.14 m), Bojan Lapov (1968, 2.12), Josip Lovric
(1968, 2.13), Amir Delalic (1969, 2.10), Dragan Smiljanic (1970, 2.10),
Romeo Cveticanin (1970, 2.11) ... Y en el chequeo a los júniors de las siguientes
generaciones (1971a1973) aparecen los Rebraca, Koturovic, Tarlac, Mutavdzic,
Fucka, Gilic o Bulatovic. La producción de hombres altos es abrumadora.
Esta circunstancia conlleva diversas repercusiones en el global del balon-
cesto yugoslavo, más allá del mero hecho de disponer de gente grande bajo el
aro. Por un lado, fomenta la .competitividad entre esos jugadores. Tal y como
comenta Josep Maria Margall, entrenador de formación al finalizar su etapa de
jugador, "en España o Italia, a los jugadores altos se les cuida, se les mima, ya
que los pocos que surgen son la gran esperanza del baloncesto del país. En
Yugoslavia, los chicos de estas características proliferaban, por lo que se les exigía
mucho más, se era mucho más duro con ellos, ya que esa altura no era un valor
insustituible para su baloncesto".
o ::í
Indudablemente, la competencia incrementa el afán de superación, ya
~
_¡
(.{) que es muy diferente estar años jugando contra rivales inferiores físicamente que
o .JJ
c.:i batallar cotidianamente contra adversarios de una entidad física similar. La com-
:::::>
>- petitividad se dispara, y el hecho de no ser una rara avis comporta que el juga-
º
1-
(.f) dor no se pueda acomodar. Por toda Europa, durante la década de los ochenta,
UJ
u alcanzar una determinada altura equivalía a llegar a la selección nacional en una
z _J
o_¡ abrumadora mayoría de los casos. Esa garantía no existía en la antigua Yugosla-
<(
CD via, lo cual se traducía en que los jugadores de estas características mostraban
_¡
UJ -normalmente- una mayor dureza respecto a sus homólogos de otras nacionali-
u)
o dades, sin rehuir el contacto ni la lucha cuerpo a cuerpo. La imagen de hombres
o<(
muy grandes poco dados a la intensidad en sus acciones estaba muy extendida
CD
oa: en otros baloncestos. En el caso plavi, y con las lógicas excepciones, la propia
(f)
o selección natural evitaba que estos gigantes pecasen de indolencia. El juego físico
,z
UJ que propugnaba la Escuela Yugoslava de entrenadores y que constituía parte
:::::>
(/)
básica de su formación reforzaba aún más la situación.
Una segunda consecuencia se deriva de la profusión de jugadores muy
352
grandes, ya que esta coyuntura posibilitaba que algunos de ellos desempeñasen
funciones algo más exteriores en la pista. Y es que nadar en la abundancia impli-
ca poder permitirse ciertos lujos que en otros escenarios resultarían impensables.
Un hombre como Dino Radja, con sus 21 O cm de altura unidos a una potencia
descomunal, estaría abocado en otro entorno a la posición de center puro. Pero
Radja pudo evolucionar como ala-pívot, ya que la necesidad de centímetros no
era perentoria, como en el resto de Europa. De esta manera, se potenciaban
otras habilidades de su repertorio, como la velocidad o la capacidad de atacar de
cara a canasta, que suponían un salto cualitativo en poderío físico, contundencia
i
e intimidación en la posición de cuatro. El propio Vlade Divac, sin ir más lejos,
ocupó frecuentemente en sus inicios en la selección plavi esta demarcación cuan-
do coincidía en pista con Stojan Vrankovic. Situación parecida había vivido
Zeljko Jerkov quince años antes gracias a Cosic o Zizic. Son ejemplos, más allá
de la significación de los nombres concretos, que permiten inferir la importan-
cia para el estilo y desarrollo del baloncesto yugoslavo de poder disponer de tan-
tos hombres de estas características. No todos podían adaptarse a una ubicación
algo más exterior, pero los que reunían ciertas aptitudes físico-técnicas desarro-
llaban su talento en ese papel.
Sin duda, la posición de alero fue donde esa ventaja física cristalizó en todo
su esplendor. En una Europa que andaba buscando a su "tres" alto (con el soviéti-
co Myshkin a principios de la década de los ochenta como precursor de un mode-
lo de jugador que sonaba a prototipo), el kosarka pudo hallarlo sin demasiados
problemas, y no se limitaría únicamente a fabricar diversas muestras, sino también
a perfeccionar el patrón. El ensayo y el error facilitan las posibilidades de acertar, y
un numeroso grupo de jugadores yugoslavos que sobrepasaban ampliamente los
dos metros empezaron a manejarse en labores exteriores. Lo que era utópico para
unos, obligados por la carestía de centímetros a utilizar los disponibles cerca del
aro, se convertiría en realidad palpable en los plavi. Tan sólo los soviéticos pudie-
w
ron desarrollar una cantidad abundante de aleros realmente altos. El resto de paí- _J
ses prácticamente competía con dos escoltas simultáneamente, con algunas excep- z
c.LJ
ciones que, en todo caso, no dejaban de ser la misma definición del término. ...l.J
El salto cualitativo en el juego yugoslavo fue más que evidente cuando sur- o
gieron especímenes con el suficiente talento como para asentarse en esa posición '.:l
.....J
con garantías. La evolución llegó a su brillante cénit con Toni Kukoc y Zarko .JJ
o:
Paspalj; y, en el desarrollo de ambos, la presencia de otros compañeros aún más J)
...u
altos fue una condición de suma importancia. Tanto el croata como el montene-
<l
grino podrían haber figurado entre los ala-pívots europeos más destacados de su =
¿
v;
época, pero fueron los dos mejores aleros altos. No en vano ocupaban posiciones w
o:
inte_riores en sus respectivas selecciones juveniles, pero cuando integraron equipos o
o
e<
sin esas necesidades específicas comenzaron a desenvolverse en el perímetro.
:J
El efecto dominó es evidente. Hombres como Predrag Danilovic o Arijan )
Komazec, con sus 2.01 m de altura y su fortaleza física, serían aleros en casi
cualquier punto de Europa. En Yugoslavia oficiaban como escoltas. Los jugado-
353
res yugoslavos poseían más envergadura que sus rivales en todas las demarcacio-
nes y la ventaja nacía, indirectamente, de las posibilidades proporcionadas por
su amplio abanico de candidatos en los puestos de center.
Altura: por genética ... y querencia
La sobreabundancia de centímetros no explica en su totalidad las características
específicas de cada posición. Esta es una interpretación parcial que se ha de
 completar con una querencia técnica por parte de los entrenadores balcánicos
por intentar hacer jugar a hombres de gran envergadura en posiciones lejanas al
aro. En algunos casos, como en el de los aleros, es difícil que hubiesen podido
producir tamaña cantidad en caso de no disponer de la materia prima de la que
se beneficiaba la antigua Yugoslavia. Pero, en el puesto concreto de "uno", lo
cierto es que esos argumentos no resultan suficientes para entender la cantidad
de bases muy altos que poblaban la liga yugoslava, muchos de ellos sobrepasan-
do el 1.90 m, en una profusión sin equivalente en cualquier otro lugar del Viejo
Continente. En ese aspecto, la nomenclatura utilizada en Yugoslavia para los
diferentes roles en la pista deviene significativa. Mientras que en la mayor parte
de Europa se hablaba de un base, dos aleros y dos pívots, en el kosarka se aplica-
ba la terminología estadounidense (dos guards, dos forwards y un center, que en
serbocroata se denominaban bek, krilo y centar), fenómeno que deja traslucir
una clara voluntad de dotar de significación real, en el desarrollo del juego, a las
palabras empleadas.
Ya en las selecciones de los años setenta, con Kicanovic, Simonovic, Sol-
man o Delibasic a la cabeza, los hombres exteriores intercambiaban posiciones
con asiduidad y no necesariamente ejercían la misma función que en sus clubes
o o
~ de origen. Mientras en España e Italia abundaban los bases bajos monopolizado-
.....J
res del rol de organizador, en Yugoslavia una notable cantidad de conjuntos uti-
(/)
o exigencias de cada disciplina promueve un desarrollo físico acorde al objetivo
(!) lizaba una dirección mucho más compartida, siguiendo esa tradición en los años
:::>
>- ochenta la Cibona de los hermanos Petrovic y Cvjeticanin o la propia selección
º
1-
(/)
L.U
plavi con los Zdovc, Drazen, Radulovic y Radovic, entre otros muchos ejem-
u plos. Producto de esta "multidirección", mu.chos de ellos ejercían de bases o
z _J
o escoltas en su club dependiendo del entrenador que tuviesen o los compañeros
_J
<(
c:o que les rodeaban. Dicha tesitura, unida a la ancestral predilección de los técni-
_J
L.U cos balcánicos por los jugadores altos, desembocó en una amplia proliferación
u)
o de bases muy grandes. El fenómeno no se veía reflejado tan sólo en la Reprezen-
o ú)
<(
c:o tacija, sino que los Lakicevic, Rade Milutinovic, Sasha Obradovic, Petar Nau-
oe:
moski, Luka Pavicevic, Dragan Aleksic, Vladimir Dragutinovic o Ivan Kapov
(/)
o -todos ellos nacidos entre 1967 y 1970 y superando ampliamente el 1.90 de
,z
L.U altura- eran moneda común en los conjuntos de la competición yugoslava. Este
~
(/)
movimiento no se circunscribió a la década de los ochenta, pues Aza Petrovic
había sido un claro precursor diez años atrás, pero la tendencia se incrementó en
354
ese periodo hasta el punto de que prácticamente todos los equipos disponían,
como mínimo, de un hombre de esas características.
Derivado de todas estas particularidades no resulta extraño observar que
en Zagreb'89 la selección plavi presentase una media de altura absolutamente
apabullante para sus rivales, con Zdovc, Petrovic y Danilovic repartiéndose las
posiciones de base y escolta, Kukoc y Paspalj las de alero, y Radja, Divac y Vran-
kovic las interiores. Cualquier combinación entre estos jugadores obtenía como
resultado un quinteto muy por encima de los dos metros de altura. Adelantados
a su tiempo.
... y coordinación
Pero la estatura no es la única singularidad fisiológica del jugador yugoslavo.
Siendo una cualidad muy útil en el baloncesto, por sí sola no basta para enten-
der las tremendas aptitudes físicas de los baloncestistas balcánicos. Altura y fuer-
za, sí. Pero ambas características van acompañadas de una tercera virtud que es
la que dotará al conjunto de su potencialidad máxima: la coordinación.
Se han escrito infinidad de artículos periodísticos haciendo referencia a la
facilidad de los deportistas yugoslavos para los juegos colectivos con balón.
Numerosas variables explicarían dicha afirmación. Los deportes grupales impli-
can una inteligencia dinámica para interpretar el sentido táctico del juego, una
buena visión del pase y el compañero, la astucia necesaria para anticipar los
movimientos de los adversarios u otros miembros del propio equipo ... A nivel
físico, resulta indispensable poseer una buena coordinación. Cada deporte preci-
sa de una serie de capacidades motrices específicas, que habitualmente se desa-
rrollan a partir del talento natural de cada individuo y de la práctica diaria a tra-
vés del entrenamiento. Por ello, y aunque cualquier atleta de élite ha de trabajar
las cuatro capacidades físicas básicas -fuerza, velocidad, resistencia y flexibili-
dad-, cada especialidad conlleva una potenciación diferente. La diversidad de
_J
w
u
_J
w
final de dominar un área en concreto. Pero dicha especialización, necesaria para zw
llegar al más alto nivel, no implica que explorar otros ámbitos no sea producti- w
vo. En el caso del baloncesto, ciertas capacidades específicas de otros deportes o
~
(/)
pueden dotar de más riqueza al conjunto, siempre y cuando las propias e indis- <(
_J
w
pensables hayan sido adquiridas. a:
r-
La intensa y variada educación deportiva de Yugoslavia ejercía un papel (f)
w
fundamental en el proceso integral que caracterizó a sus atletas. A nivel escolar, (./)
<(
la preponderancia de la educación física y su relevancia eran superiores a los de ~
otros países europeos, siendo además complementada con escuelas de deporte w
a:
cre;idas por el Gobierno, gratuitas y en las que ingresaban la práctica totalidad o
o
de los niños y niñas del país. Ese entorno facilitaba a los alumnos de cualquier
<(
(.9
~
colegio tener contacto con multitud de disciplinas deportivas: "En España o en J
la actual Croacia, si quieres jugar a algo tienes que pagar. En Yugoslavia llegabas
y decías: 'Eh, soy tal, quiero jugar' y no se pagaba. De pequeño, practiqué la
355
natación, hice veleros, balonmano ... Era un modo de vida en la Yugoslavia de
aquella época. Sólo hay que ver el ejemplo de Split: con 300.000 habitantes, de
allí han salido campeones olímpicos, jugadores NBA ... Yo jugaba al balonmano
y tenía un primo en el primer equipo de la Jugoplastika, por eso entré en las
categorías inferiores, ya con 14 años. Los que empezaban antes, lo hacían con
12 o 13. Ahora tengo un hijo de 12 años y ya lleva tres jugando. En esa época
no se hacía eso con el baloncesto. Se empezaba con deportes de base como la
natación o la gimnasia, pero no con el fútbol o baloncesto", comenta Zan
Tabak.
 Como consecuencia de esta organización, es común en la biografía de
muchos jugadores del kosarka haber hecho incursiones -muchas veces, de mane-
ra federada- en otros ámbitos. La especialización baloncestística llega de forma
tardía, puesto que la variedad de la oferta retarda la decisión definitiva de los
chavales a los que les gusta el deporte. "Yo empecé a jugar a los 14 años. Antes
probé casi todos los deportes: fútbol, balonmano, natación, waterpolo ... Como
se suele decir, 'año nuevo, deporte nuevo', y yo lo seguí al pie de la letra", comen-
ta Dino Radja, recordando su infancia en Split. Su ex compañero Dusko lvano-
vic, montenegrino, describe una experiencia similar: "En el colegio los practicá-
bamos casi todos. Yo estuve en equipos de fútbol, balonmano, atletismo y otros
deportes ... Todo el mundo tenía que saber jugar a todo. Después, cuando veían
si tenías talento para uno u otro, o había alguno que te gustase más que los
demás, empezabas a jugar", recuerda, añadiendo: "Era un sistema totalmente
diferente al de la actualidad, que es mucho más especializado, y que con 11 o 12
años ya se sabe quién tiene talento y empieza a entrenar".
Ejemplos emblemáticos hay muchos y de cualquier época. Mirza Deliba-
sic llegó a ser campeón infantil de tenis de la República Bosnia. Dalipagic jugó
al fútbol hasta los 18 años, en el conjunto filial del Velez de Mostar (su sobre-
o o
>
<(
nombre de Praja viene de la semejanza de su juego con el de un miembro del
_J
r./) primer equipo). Korac desarrolló su potencia en el salto de altura o balonmano.
o(.!)
Como él mismo explica, Dino Radja conoció las interioridades del fútbol en el
::::>
>- Hadjuk Split durante algunos meses, deporte del que Divac fue portero hasta
º
I-
r./)
UJ
los 14 años. Kicanovic practicaba el ciclismo y el proceso de rehabilitación de
u una lesión producida por una caída llevó a un doctor a recomendarle que proba-
z _J
o
_J ra en otra disciplina. Paspalj experimentó con el fútbol, el balonmano y el volei-
<(
ca bol, mientras que Toni Kukoc fue campeón infantil de ping-pong, imponiéndo-
_J
UJ se a Zoran Primorac, uno de los futuros mejores jugadores del mundo por
cfJ
o parejas. Posteriormente, entrenó al fútbol en el Hadjuk Split (como Radja), dis-
o rJi
<(
ca ciplina que cuentan dominaba Moka Slavnic a un nivel que le podía equiparar a
oo:
verdaderos profesionales. "Bueno, yo simultaneaba hasta once deportes diferen-
(f)
o tes", recuerda Zoran, sonriendo. Franjo Arapovic, después de ser campeón de
,z
UJ
::::>
Europa con la Cibona y miembro de la selección yugoslava, fichó por un equipo
r./)
de balonmano de primera división ...
Los anteriormente nombrados no son casos aislados. Más allá de que,
356
como es lógico, en cualquier país europeo se puede encontrar ejemplos de juga-
dores que hayan probado suerte en otras disciplinas, en Yugoslavia el caso aisla-
do deviene en moneda común. Un amplio porcentaje de sus baloncestistas tuvie-
ron una iniciación deportiva multidisciplinar.
Tradicionalmente, no se le ha concedido demasiada importancia a esta
situación tan particular del modelo yugoslavo. El mantra afirma que los jugado-
res balcánicos eran más altos y coordinados que los de otros países, y esta teoría
parece sustentarse en una interpretación genética. Y, existiendo una base que
permite fundamentar el resultado final en la mera aptitud biológica, no se puede
obviar la trascendencia de haber realizado incursiones en otros deportes.
Muchos chicos llegaban vírgenes hasta los 14 o 15 años -en algunos casos,
incluso después- a su profundización en el mundo del baloncesto; pero con una
complexión, coordinación y habilidades motrices plenamente trabajadas para
adquirir sus preceptos técnicos específicos. Ettore Messina pone de ejemplo a
un jugador al que conoce muy bien: "No puedo hablar en general. Yo puedo
explicar el caso de Danilovic. Predrag juega al fútbol muy bien. Él empezó a
jugar profesionalmente, en el sentido de que el baloncesto pasó a ser importante
en su vida, a los 14 años. Antes, como la mayoría de los chicos de Yugoslavia,
había practicado muchos deportes. Y esto le dio una gran naturalidad en sus
movimientos. El mismo Dalipagic empezó a los 18 años después de haber pro-
bado en otros deportes. Muchos de estos jugadores saben jugar muy bien al
tenis, por ejemplo. Recuerdo que, en mi segunda etapa en Bolonia, jugábamos
siempre al fútbol antes de los partidos importantes. Era casi un rito, para rebajar
un poco la tensión. Y Zoran (Savic) y Predrag jugaban de manera increíble, a
pesar de la altura". La habilidad para el fútbol u otras disciplinas era compartida
por muchos jugadores yugoslavos. La gran mayoría. Aunque, paradójicamente,
una de las pocas excepciones sea uno de los baloncestistas más ilustres de Yugos-
lavia: "Con la Cibona, siempre jugábamos a fútbol sala durante la pretempora- _J
UJ
da, y todos éramos unos virtuosos. Todos, menos Drazen. Era, de largo, el peor u
_J
UJ
de todos. El suyo era un caso muy particular. Era un especialista en baloncesto. zw
Sólo en eso. Se volvía loco porque me quería ganar en natación, pero el pobre w
jamás podía", recuerda Aleksandar Petrovic, con evidente emoción en su voz.
:::i
o
Ul
Pero, como siempre y en todo, el pequeño de los Petrovic se salía de la norma: <(
"Puede que Drazen fuese el único jugador que yo conozca que era antitalento
_J
w
a:
para el resto de deportes. Además, desde el principio, su gran pasión siempre fue f-
Ul
w
el kosarka". :J)
<(
Drazen al margen, el no haberse centrado desde un inicio en el balonces- ~
to era una seña de identidad de los jugadores yugoslavos. En este sentido, diver- UJ
a:
sos ~studios de Educación Física defienden que una especialización previa desde o
o
muy temprana edad no equivale a una formación más completa, puesto que <(
(.J
:::i
limita el desarrollo de algunas capacidades y virtudes, además de devenir, con el -¡
paso del tiempo, en una cierta degeneración de los conceptos asimilados. Parale- =
lamente, la educación multideportiva permite incorporar destrezas que serán
357
provechosas en un futuro en el marco de una disciplina concreta. El propio téc-
nico Ettore Messina cree que la amplitud formativa era un aspecto crucial del
kosarka: "Esa no especialización prematura para mí es muy importante. En Ita-
lia, por ejemplo, perdimos muchos jugadores porque el deporte está hecho por
los clubes y no por los colegios. Los clubes empiezan con los chicos cuando aún
son muy, muy jóvenes. La especialización es muy temprana, y por eso tenemos
un porcentaje de chicos que abandonan un deporte, porque están cansados, o
porque a los 13 o 14 años se dan cuenta que no es su deporte. La oportunidad
de elegir después les puede ayudar mucho a encontrar su deporte natural y a no
 tener personas frustradas o infelices. Esto para mí es un problema enorme de
T
,
La dotación genética y el sistema educativo-deportivo explicaban parte de
nuestro baloncesto y una de las grandes virtudes del sistema de la antigua Yugos- este fenómeno. Naturaleza más ambiente. Pero había un tercer argumento de
lavia". peso: la Escuela Yugoslava de entrenadores.
Ahondar en una especialidad una vez el cuerpo ya estaba plenamente edu-
cado conllevaba además, en el caso de los jugadores yugoslavos, una asimilación
muy rápida de los objetivos técnicos. Los adolescentes adquirían las cualidades CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS
motrices y coordinativas globales para posteriormente complementarlas con los
movimientos y gestos específicos. Un proceso que se desarrollaba con inusitada Los grandes jugadores de los países ex yugoslavos go:zan de excelentes habilidades
celeridad: "Empecé a jugar a baloncesto con 14 años. A los 15 ya estaba en el en el manejo del balón. Nosotros nunca separamos a los jugadores del juego interior
primer equipo del Bjelo Polje", recuerda lvanovic. "Me inicié muy tarde, a los de los del perímetro. Los diez hacen las mismas cosas cuando trabajamos aspectos
18 años, con la Jugoplastika. Prácticamente en los últimos meses de júnior. Tres técnicos. El baloncesto del futuro se basará en jugadores polivalentes.
años después ya estaba en la selección absoluta. ¿Por qué? Porque practicaba
(BOZIDAR MALJKOVIC, en una entrevista concedida a la revista FIBA Basket
otros deportes. Balonmano, waterpolo ... Y conseguí llegar a un nivel bastante
en 1994)
alto", afirma, por su parte, Petar Skansi.
Observando la depuradísima técnica individual de Kukoc o Delibasic
El perfil técnico de los baloncestistas eslavos va indisolublemente asociado al
puede resultar sorprendente que dieran sus primeros pasos en el kosarka a los
tipo de juego que desarrollaban los entrenadores de cualquier equipo de la anti-
14 o 15 años. Muy poco tiempo después, con apenas 18, ya dominaban todos
gua Yugoslavia. El celebérrimo juego libre que propugnaron desde sus inicios
los secretos del juego. La clave residía en una instrucción mucho más extensa
o Nikolic, Zeravica y Novosel marcó la pauta de fabricación de los jugadores que o
>
<(
que esos tres años, incorporando atributos que enriquecían y complementaban _J
w
_J
IJ) a los que naturalizarían al adentrarse en el mundo de la canasta. Las exhaustivas
habrían de materializarlo. La "libertad organizada" demandaba unas característi- u
_J
o(.9 cas muy concretas, resumidas en la absoluta necesidad de que el grueso de los w
sesiones de los entrenadores de base cerraban el círculo, realizando una canti- z
::i
>- integrantes de una plantilla dominara con naturalidad los fundamentos ofensi- w
dad ingente de entrenamientos mañana y tarde que aceleraban la puesta a w
----,
º
1-
IJ) punto de los jóvenes talentos. "Cuando empecé a jugar a baloncesto, durante
vos básicos del baloncesto: bote, pase y tiro. El enorme peso de las ideas de los o
l.l.J
u los dos primeros años, realizaba tres entrenamientos al día con Zeravica", técnicos en la maquinaria global del kosarka, junto a la fuerza que suponía el que (/)
<(
z poseyeran un ideario común, se veía traducido en un estilo muy similar en sus
_J
_J
o recuerda Drazen Dalipagic. No era un caso único: "Pasé varios años haciendo w
_J
a:
<(
O'.) tres entrenamientos diarios, además de tener que ir al instituto", explica Zan diferentes equipos y selecciones, ya fueran de formación o en el último nivel I-
r./)
w
_J
l.l.J Tabak. Resulta significativo, además, que los técnicos balcánicos le concedieran competitivo. Esa homogeneidad demandaba también un proceso de aprendizaje lf)
<(
ciJ que dotara a los futuros protagonistas de las armas necesarias para llevarlo a ¿
o mucha importancia en sus planteamientos a la práctica de otras disciplinas. En
o cabo. "La Escuela Yugoslava era una manera de ver el baloncesto: trabajar mucha (/)
<(
O'.)
las categorías inferiores de la Jugoplastika de Split hacían jugar partidos de fút- w
o:
o bol a los jugadores, creyendo que ello potenciaba el desarrollo de la visión de técnica individual, dar mucha libertad a los jugadores, especialmente en catego- o
o:: o
(f)
juego en un espacio más amplio (y con más compañeros) y la coordinación ría~ inferiores. Cada equipo tenía hombres muy preparados técnica y táctica- <(
o
,z
(.:J

l.l.J general. También Zeravica, como cuenta Nacho Solozábal, solía hacer este tipo mente. En este sentido, la metodología de entrenamientos era muy parecida. Se ::i
)

::i
IJ)
de ejercicios al primer equipo del FC Barcelona. La consumación de todo el
proceso que protagonizaban los adolescentes de Yugoslavia cristalizaba en hom-
358
bres que debutaban en la alta competición con un desarrollo motriz más com-
pleto del que hubiesen consolidado de haberse limitado a jugar al kosarka desde
niños.
A la vista del perfil medio del jugador yugoslavo, no parece que la especia-
lización tardía le reportara carencias. Desde la década de los setenta hasta la esci-
sión de Yugoslavia, la valoración del dominio de los fundamentos de los balcáni-
cos fue unánimemente alabada, sirviendo frecuentemente de ejemplo y espejo
para otros países. En líneas generales, una amplísima mayoría de jugadores de la
Prva Liga hacían gala de una técnica individual depuradísima.
trabajaba mucho la técnica individual y los fundamentos básicos, cosa que servía
a los jugadores para adaptarse, cuando llegaban a categoría sénior, a cualquier
sistema o cualquier entrenador, independientemente de la filosofía que tuviese o 359
de su manera de ver el baloncesto", argumenta Dusko lvanovic.
Afirmar que un jugador ha de dominar todos los fundamentos ofensivos
pudiera parecer una obviedad en pleno siglo XXI, cuando el baloncesto es un
deporte global. No resulta tan evidente en una Europa que fue introduciéndose
en las interioridades del mundo de la canasta a un ritmo desigual y con una pro-
fundización dispar según el punto geográfico que se adquiera de referencia. El
progreso fue lento y, en la transición hacia el baloncesto moderno, Yugoslavia
tomó la delantera al resto de países europeos, impulsados por las doctrinas que
 Nikolic había importado de los Estados Unidos, aunque no tan sólo gracias a
eso. "Yo he visto cómo trabajaban en EE.UU. y pienso que algunos fundamen-
tos los trabajábamos mejor que allí. Por ejemplo, los de los hombres altos. Fui-
mos capaces de formar pívots altos, bajos, delgados como Cosic, muy corpulen-
tos como Curcic ... Jugadores grandes muy diferentes. Teníamos una gran
metodología, y en algunos aspectos concretos como en las salidas y las fintas,
conseguimos mejores resultados técnicos", afirma Ranko Zeravica.
Los equipos yugoslavos desprendían un aroma diferente al de sus rivales.
Y esa fragancia no era indefinida, sino que se veía expresada en un juego mucho
más conceptualizado, basado en hombres que conocían y utilizaban con sufi-
ciencia los diferentes fundamentos técnicos ofensivos. Si la afirmación resulta
demasiado aventurada, no hay prueba mejor que revisitar un enfrentamiento
cualquiera entre dos combinados de diferentes países, sabiendo que uno de ellos
es yugoslavo pero sin identificarlo previamente. Una vez observado el desarrollo
del partido, no resulta demasiado complicado intuir cuál pertenece al jugosla-
venski kosarka. La escuela técnica balcánica poseía unas señas de identidad fácil-
mente reconocibles. En la actualidad, la expansión del baloncesto y las interac-
ciones entre diferentes países, además de un cómodo acceso a la información
o o
>
<(
desde cualquier punto del mundo, han llevado a que las diferencias entre las
_J
(j) diversas escuelas formativas sean prácticamente imperceptibles. Repetir el
o _J
(!J mismo proceso no permitiría extraer ninguna conclusión.
:::::>
>- Pero el jugador yugoslavo surgido en aquella escuela era una rara avis a
º
1-
(j)
LU
nivel continental. El objetivo de alcanzar la máxima potencialidad técnica era el
u fin prioritario de las sesiones de entrenamientos con las que se iniciaban en los
z ::5
o
_J secretos del juego. El talento físico natural que poseían para la práctica del
<(
c:o deporte se veía complementado con una exorbitante cantidad de sesiones prepa-
_J
LU ratorias, muchísimas más que las que realizaban los jugadores de otros países. Y
<J)
o en ese periodo de formación alcanzaban un grado de madurez técnico que los
o en
<(
c:o situaban por encima de los demás en este apartado. La ecuación es sencilla: al
oo: talento biológico innato se le añadía una rutina de entrenamientos de máxima
(j)
o exigencia en todos los sentidos, ideados además por la escuela de entrenadores
,z
LU que se destacaba en la vanguardia europea, aspecto decisivo. "Perfeccionar los
:::::>
(j)
gestos técnicos al máximo fue algo muy nuestro, era algo que estuvo en nuestras
raíces desde siempre. Tuvimos entrenadores muy poco conocidos que toda la
360
vida trabajaron con los jóvenes y se dedicaron a desarrollar la metodología ade-
cuada. Uno de ellos era Zdravko Kubat, que formó en el Estrella Roja a la gene-
ración de Kapicic, Slavnic y Simonovic. Otro es Bora Cenic, que empezó en el
Radnicki. Bora entra en elementos tan específicos que no puedes ni imaginarlos
antes de hablar con él. Y cuando te explica un elemento es como hacer un doc-
torado. Entra en calidades del jugador a un nivel muy, muy profundo", explica
Ranko Zeravica. "Bora Cenic fue un pionero en la enseñanza de los fundamen-
tos, era un auténtico maestro", corrobora Svetislav Pesic. De nuevo Zeravica es
el que habla de Cenic: "Bora siempre pensaba en cómo podían mejorar los juga-
dores y eso depende no sólo de la teoría de los fundamentos sino de las posibili-
dades del individuo concreto. Nosotros pensábamos mucho si algo convenía o
no a tal jugador. Por ejemplo, uno que tenga las piernas largas: si quiere superar
con dribbling no puede hacer el bote bien, pues es necesario tener piernas cortas.
O un blanco superar con bote a un negro. No puedes sobrepasarlo por bote.
Has de hacer movimientos inteligentes, buscar contactos ... En Yugoslavia siem-
pre desarrollamos un baloncesto muy práctico, se eliminaba todo lo que no ser-
vía para las características específicas del jugador. '¿Por qué haces esto que no le
conviene a tu físico o a tu postura?', les repetíamos a los jóvenes. En el proceso
de selekcija, hacíamos muchos análisis de las posibilidades individuales de cada
jugador".
El otro gran especialista en la formación técnica fue el croata Slavko Trni-
nic, un hombre que trabajó concienzudamente los fundamentos de los adoles-
centes Toni Kukoc, Dino Radja, Arijan Komazec o Dejan Bodiroga durante su
periplo en Split y Zadar. Sintomático es el detalle de que prensa y público, des-
conocedores del origen común, denominasen en un principio a Bodiroga como
"el nuevo Kukoc", aunque en realidad con quien mostraba un estilo casi clónico
en sus gestos con el balón fuese con el propio Komazec (a su vez, un émulo de
Drazen Petrovic}. Trninic, además, era uno de los dos grandes doctores del balon- _J
llJ
cesto en Yugoslavia (junto a Milivoje Karalejic, el cerebro de la preparación atlé- u
llJ
tica de la generación de Bormio}, es decir, profesores universitarios de Educa- z
w
ción Física que se doctoraron en kosarka, del que eran entrenadores titulados. llJ
Una condición que amplió su radio de acción por todo el país: "Trninic le dio
:::::>
d
(j)
una nueva dimensión a la metodología de entrenamiento en categorías inferio-
res y séniors. Aprendimos mucho de él, tanto en los aspectos técnicos como en
_J
LU
o:
1-
los físicos, e influyó en la mejora de muchísimos jugadores", recuerda Svetislav (j)
llJ
Pesic. "Era un gran teórico. Con la selección fue asistente de todos los grandes: (j)
·<(
Nikolic, Zeravica ... Era capaz de tener a sus jugadores trabajando siete horas la ~
técnica individual", explica Neven Spahija. llJ
o:
. Aunque los cuatro jugadores citados compartían semejanzas a la hora de o
o
<(
realizar fintas, salidas o paradas, el parecido no se restringía a los jóvenes tutela- (.:J
:::::>
dos por Slavko. Porque la permanente interacción e intercambio de conoci-
'
mientos era parte del entramado yugoslavo. "Los grandes talentos coincidían
muchísimas veces en diferentes campus, en los que los mejores entrenadores tra-
361
bajaban con ellos. Zlatibor, Pula ... Había muchísimos durante el año. Era parte
importante de la planificación de la Federación", ilustra el mismo Spahija. Samir
Avdic, sentado en una terraza de Sarajevo, rememora aquella época con nostal-
gia. "Sí, íbamos a una gran cantidad de campus durante el año. Mi primer gran
campus fue el de Pula, en 1983. Kresimir Cosic o Zmago Sagadin, entre otros,
trabajaban con nosotros. Había algunos entrenadores estadounidenses, otros de
Serbia ... Aún guardo la foto, ese es el primer recuerdo que tengo de la genera-
ción de Bormio. Nos ves la cara y no nos reconoces ... ", explica, sonriendo, el
antiguo alero del Bosna Sarajevo.
 Y, en esas concentraciones, la figura de Slavko Trninic fue muy importan-
te. "Pocos meses después, mi generación júnior fue a un campus con el doctor
r
1
Trninic en Split", rememora Avdic. "Claro, Split era una ciudad de baloncesto, y
mucha gente vino a ver los entrenamientos al pabellón Gripe. Cuando Trninic
nos dio dos pelotas de tenis a cada uno para hacer dribbling, todo el mundo
miró sorprendido. Eso es algo común hoy en día, pero hablamos de 1984. La
gente se decía 'este profesor Trninic está tonto'. Estuvimos una hora corriendo
como locos con dos pelotas de tenis. Bote simultáneo, alternativo, una por arri-
ba y la otra por abajo ... ni tiramos a canasta. Hoy en día, ves jugadores profe-
sionales que no dominan todos los fundamentos, que no saben dar un pase pica-
do con la izquierda, en 45 grados, al poste bajo. Nosotros nos estábamos horas
dando miles de pases contra la pared, miles. O el tema de los pasos y dobles que
hacen muchos jugadores de hoy. Los pivotes, las fintas ... Eso es porque no
dominan todos los fundamentos básicos. Y en aquella época, en Yugoslavia,
pulir los fundamentos era un dogma. Slavko Trninic tuvo mucho que ver en eso.
Era un adelantado a su tiempo". El premeditado feedback entre los preparadores
y jugadores de cualquier punto del país (y la exhaustividad en el proceso peda-
gógico), junto a la manifiesta querencia por la difusión de los nuevos conoci-
o o
~
mientos y técnicas, derivó en que muchos de los talentos yugoslavos exhibieran
(/) unos fundamentos concretos que les hacían reconocibles a simple vista. ''A nivel
o _J
(.!)
:::::>
técnico, los yugoslavos desarrollaron fundamentos propios. Por ejemplo, en
>- algunos tipos de pase, así como gestos como las fintas sin mover los pies", afirma
º1-
(/)
LU
Ettore Messina al respecto. Y es que, como en otras muchas cosas, resulta muy
u difícil disociar la calidad técnica de los baloncestistas balcánicos de la influencia
z _J
o_J directa de sus entrenadores.
<t:
o:::i Aunque la influencia también podía ir, en ocasiones, en el sentido inverso:
_J
LU
u)
"En los gestos técnicos, los entrenadores aprendimos mucho de los jugadores.
o Algunos tenían tanto talento ... Drazen, por ejemplo, hacía muchas cosas, y
Cl
<t: luego los entrenadores las miraban y se las enseñaban a los otros. Kicanovic, tam-
ca
oa: bién. O Slavnic ... ", explica Neven Spahija, gran amigo de la infancia de Drazen
t,j)
o Petrovic. El hermano mayor del genio de Sibenik, Aleksandar, sentado en una
,z
LU
:::>
mesa del café Amadeus que abrió el propio Drazen, muestra una percepción
t,j)
similar: "Cada una de las grandes estrellas históricas de la Reprezentacija tenía
una jugada propia. Eso es algo muy particular. Dalipagic daba dos botes, frenaba
362
en seco, saltaba un metro y tiraba. Luego, claro, hacía ese movimiento mil veces
al día. Kicanovic tenía aquel cambio de mano tan característico, tremendo. Mi
hermano, el cambio combinado entre las piernas y por detrás, para entrar en la
zona y hacer una parada. Todo el mundo hacía bandejas, y él fue el primero que
saltaba y caía con los dos pies al mismo tiempo. El rival no sabía qué hacer. Con
esa parada, te fintaba; si saltabas, metía una pierna; si no lo hacías, tiraba; si lle-
gaba la ayuda, la pasaba ... ", expone Aza. "De Drazen, de Cosic, de Kicanovic,
de Slavnic, de Delibasic, de Dalipagic ... de todos se podía aprender. Los entre-
nadores los miraban y luego se lo explicaban a la siguiente generación. Servían de
inspiración y modelo", amplía Neven Spahija. Feedback. De todo y de todos se
puede aprender. Ya se encargarían los entrenadores de extender los nuevos movi-
mientos. O de cómo el inconfundible látigo de Kicanovic fue reproducido por
Danko Cvjeticanin y popularizado en Europa por Dejan Bodiroga.
La propia metodología de los formadores -basada en la repetición de
movimientos y gestos elementales- devenía en pieza clave del resultado final.
Aunque pudiera parecer, a nivel visual, que los jugadores yugoslavos tenían una
especial facilidad y naturalidad para botar o pasar, lo cierto es que esa sensación es
producida por la morfología estilizada de la gran mayoría de ellos. El talento
natural podía simplificar las cosas, pero detrás del producto definitivo que se
mostraba en las canchas había un concienzudo y agotador trabajo de repetición
tras repetición. Es posible que sin esa capacidad innata el nivel alcanzado no fuese
de igual brillantez. Pero también es seguro que, sin el sistema de entrenamientos
que habían seguido, ese dominio de los fundamentos difícilmente hubiese sido
factible. El propio Slavko Trninic siempre declaró que la capacidad de los forma-
dores y los métodos utilizados significaron un setenta por ciento del resultado
final. El ex jugador y entrenador Petar Skansi piensa de una manera parecida:
"No es verdad que los jugadores yugoslavos nacíamos con una habilidad natural
para el baloncesto. El gran éxito del kosarka fue producto de la aportación de
_J
...u
todos sus estamentos. Los entrenadores eran los que creían en el trabajo, desarro- u
w
llaron una manera de hacer. Y los jugadores trabajaban muchísimo". Dino Radja z
w
coincide en la idea básica de esa argumentación: "Teníamos un talento natural :..J.J
para el baloncesto, pero lo que se veía siempre fue el resultado del trabajo. Tiene
:::J
o
([)
que haber algo en ti para sacarlo fuera, pero era una cuestión de trabajo". <(
Neven Spahija cree, por el contrario, que el talento fue el factor primor- w
_J
a:
f--
dial, si bien no el único: "¿Talento natural? Seguro que hay países con más talen- (f)
w
to natural que otros. No creo que sólo fuese trabajo. Con mucho trabajo no ([)
<(
puedes sacar los mismos jugadores en Bélgica que en Serbia o Croacia. Hay que ~
rjj
tener en cuenta que se practicaba mucho el baloncesto, que había mucha com- w
a:
pet~ncia, mucho conocimiento del juego por parte de los entrenadores, gran o
o
<(
cantidad de gente alta ... ". Uno de los ideólogos del kosarka, Ranko Zeravica, ~
:::J
añade un matiz: "¿Talento innato? No, eso no es cierto. Era una cuestión de )
selekcija. Los jugadores que la gente veía tenían un talento natural, claro que sí,
pero era una cuestión previa de selección, no de que todos los yugoslavos tuvie-
363
sen talento". Petar Skansi defiende que fue un fenómeno retroalimentativo.
"Había un sistema muy bueno. Y los jugadores trabajaban muchísimo. Como se
decía por aquellos entonces, 'el que no se moja el culo, no pesca peces'. Actual-
mente, los jugadores trabajan menos, mucho menos", sentencia el ex selecciona-
dor de Yugoslavia y Croacia.
Porque los baloncestistas yugoslavos eran un caso excepcional en esa face-
ta. No sólo por el exigente ritmo impuesto por sus técnicos, sino también por su
propio afán individual de mejora. "Formaba parte de nuestra educación depor-
tiva. Nosotros éramos casi como perros, siempre necesitábamos trabajar más",
 afirma, contundentemente, Samir Avdic. Un ejemplo revelador es el de Predrag
Danilovic, una de las estrellas más dominantes de la década de los noventa: "En
la época en que no pude jugar por el traspaso del Bosna al Partizan, me entrena-
ba siete u ocho horas diarias. Hacía las sesiones de todos los equipos del Parti-
zan: con la primera plantilla, con el júnior, con los juveniles ... Además, realiza-
ba entrenamientos individuales por mi cuenta", comenta Predrag, sentado
tranquilamente en una terraza de Belgrado. El siguiente en hablar está en ese
momento en Barcelona: "Yo siempre digo una cosa: no conozco a ningún gran
jugador que tan sólo haga el entrenamiento que hace el grupo. Cuando habla-
mos de técnica individual y todas esas cosas, también es una cuestión de trabajo
personal. Alguien que es listo y entiende no necesita a un entrenador, sino a una
persona que le pase el balón o a un compañero con el que jugar uno contra
uno", afirma Zejko Obradovic. i
.;_
A veces, ni eso. Danilovic no está sentado a su lado dialogando con Zelj-
~!·
ko, pero lo parece. "Yo, además de todas las sesiones con diferentes equipos del t se mejorado, es que había hecho así...". El técnico exclama "¡fiiiiuuuu!" y alza la
Partizan, trabajaba individualmente mucho, mucho, mucho. Metía mil canastas
cada día. No tiros, sino canastas acertadas. Al principio tardaba cuatro o cinco
horas, pero poco a poco fui mejorando y tardando menos tiempo. Me iba a las
o ji''
> siete de la mañana a Kalemegdan, a la pista al aire libre del Partizan, y a media :ll.
<(
_J
(/)
o
mañana, cuando ya daba mucho el sol, me pasaba a la del Estrella Roja, donde i El técnico de Cacak finaliza su exposición con la siguiente reflexión: "Que
(!) había en ese momento algo de sombra". Obradovic ofrece su perspectiva sin que i un jugador tenga talento significa que puede aprender fácil. Se aprende por los
::J
>- nadie le comente nada al respecto: "Danilovic trabajaba como un loco. Lo con- l·
º
'
f-
(/) siguió todo a base de esfuerzo. En Cacak solíamos decir de los jugadores que
j;
l..U
u tiraban muy mal que tenían 'mano de piedra'. Y Predrag no es que la tuviese de
z _J
o
_J piedra, no. ¡Peor! Pero metía mil tiros al día. Yo cuando lo cuento y digo mil ;¡¡
,,.,
<( l.'.
co tiros, la gente me dice 'joder, ¡qué dices!', pero ... ¡fue así! No mil tiros tirados; ~ La ecuación talento innato-trabajo parece que ha quedado clara. La con-
_J
l..U mil tiros metidos. Lo vi con mis propios ojos". Zan Tabak rememora su expe-
r.fJ
o riencia con aquel Danilovic primerizo: "En el Europeo Júnior de 1988, Vujose-
o rfJ
<(
co vic puso a Danilovic de base para que pudiese jugar minutos, ya que la estrella
oCI: era Komazec. Para mí, en aquel momento, Zivko Badzim también era mejor.
(f)
o Pero Danilovic tenía una cosa que después le llevó a lo más alto: ganas de traba-
,z
l..U jar". De nuevo es Predrag el que habla: "En Yugoslavia éramos muy talentosos,
::J
(/)
pero se trabajaba muchísimo. Todos los grandes jugadores que yo conozco lo
hacían, excepto uno, que era Divac, que trabajaba bastante pero no tanto como
364
nosotros. Del resto, todos, sin excepción, habían trabajado muchísimo. Kukoc,
Radja, Komazec ... Y Drazen Petrovic, claro, se entrenaba también muchísimo".
Ahora es Maljkovic, desde la capital serbia, el que hace alusión al genio
croata, corroborando la versión de Predrag: "Una cosa muy importante de nues-
tro baloncesto es que los mejores tiradores eran nuestros. Los jugadores yugosla-
vos pensaban como los cowboys estadounidenses. Eran pistoleros. Pero tenían un
rifle y lo mantenían tirando, tirando, tirando. Muchos jugadores empezaron a
intentar meter 300 tiros diarios. Drazen Petrovic, muchos más. Drazen no tira-
ba nada bien. Le conocía desde que él era pequeño, pues tengo una casa de vera-
no en Vodice, muy cerca de Sibenik. Y él tiraba fatal, pero fatal". Anda, como
Danilovic. Boza continúa su exposición: "Drazen penetraba, tenía manejo de
balón, pero de tiro ... Nada. Y poco a poco, pum, pum, pum, pum ... Centena-
res de lanzamientos antes de ir a la escuela. Tenía las llaves del pabellón y siem-
pre iba con un amigo. Neven Spahija le acompañaba muchas veces, pero en oca-
siones eran otros". Predrag Danilovic habla de la influencia de los técnicos en
esa mentalidad y rigor: "Los entrenadores de la vieja escuela nos habían metido
en la cabeza que el talento, sí, se tiene, pero que si no se trabajaba mucho, dura-
ba poco, o se podía ser un jugador. .. pero uno mediocre". Turno para Obrado-
vic: "A mí es que eso del talento innato para referirse a los jugadores yugoslavos
me parece una excusa. ¿Qué es el talento si uno no lo trabaja? Mira, en el 88,
antes de los JJ.00. de Seúl, hicimos muchas pruebas físicas: carreras de 50 y de
100 metros, de triple salto, de salto vertical, ejercicios con balón ... Se nos apun-
taron las marcas por escrito. En el 90, uno veía a Toni Kukoc y no es que hubie-
mano hacia arriba. "Cuando uno hace el típico ejercicio del 'suicidio' y después
realiza unos tiros, si una vez necesita 80 lanzamientos para meter 40 y al cabo de
un tiempo sólo necesita, por ejemplo, 52 ... ¿Eso es talento? No, es que ha mejo- o
_J
rado su capacidad física y su lanzamiento, las dos cosas". .J.J
u
_J
.J.J
z
ojos, ves que alguien hace un movimiento y crees que tú también lo puedes rea-
w
,.LJ
::J
lizar. Si eres capaz de hacerlo como él, es que tienes talento. Pero tienes que o
(/)
<(
mejorar, automatismo, automatismo. Cada día repetir cosas, repetir cosas, para _J
ir progresando". UJ
CI:
(f)
UJ
jugación de ambos factores propiciaba que, encaminados a poder protagonizar (f)
<(
el juego libre que defendían sus preparadores, la mayoría de los jugadores balcá- 2'.
nicos fuesen buenos dominadores de balón, pasasen con suficiencia con ambas UJ
a:
manos y tirasen con notable acierto. Estos dos últimos preceptos eran los más o
Q
<(
importantes y diferenciales de su repertorio. La clave de la "libertad organizada" CJ
::J
residía en encontrar a través del pase al hombre libre para lanzar a canasta, y J
resultaba fundamental para ello ser capaz de pasar con fluidez y poseer una con-
siderable velocidad de lanzamiento. Si hallar buenos dominadores de la pelota
365
no era infrecuente en cualquier selección - ya que todo estilo requiere del bote y
este se adquiere, al margen de en los entrenamientos, por la mera práctica-, el
pase y el tiro eran sello distintivo de la escuela balcánica. El jugador yugoslavo
siempre tuvo la imagen de excelso tirador, con los Delibasic, Kicanovic, Dalipa-
gic o el propio Petrovic de estandartes, si bien no menos característica fue su
habilidad pasadora. Al imaginario colectivo ha trascendido el aspecto más estéti-
co y definitorio, pues el lanzamiento es la síntesis y cumbre de este deporte, pero
en el proceso previo se halla una de las peculiaridades del juego por conceptos
yugoslavo: el pase.
 Y TÁCTICAS:
El juego libre: clichés y acondicionamiento del jugador
Me gusta el término "inteligencia de baloncesto". Si la inteligencia es,
por definición, la capacidad para adaptarse a la nueva situación, en Yugoslavia
tuvimos una mayoría de jugadores inteligentes(. .. ) La repetición hace
que el jugador adquiera automatismos y reconozca la situación sobre el terreno,
la capacidad de reaccionar y encontrar la manera de resolverlo (... ) Pero este "juego
libre" conlleva una responsabilidad. Cuando hablamos de improvisación
organiza.da, es como tocar jazz. En el mundo del jazz, primero hay que ser
un músico excelente, dominar los fundamentos, desarrollar todas las habilidades,
y sólo entonces llega la improvisación y el jazz. Existen visiones extremas y creo que,
como todo en esta vida, nada es blanco o negro, existe el punto medio.
La organización total de los movimientos no es positiva, pues con el tiempo
se obtienen jugadores robotizados. El otro extremo, la improvisación total sin reglas
establecidas ni distribución de las tareas, hace que el juego sea irresponsable.
o (IGOR KOKOSKOV, entrenador serbio asistente de los Phoenix Suns,
~ en el libro Kosarkaska Inteligencija ]ugoslovena)
(/'J
o _J
(!)
:::::> Pocas nomenclaturas resultan tan engañosas semánticamente como la del "juego
>- libre" asociada a los equipos yugoslavos. Interpretada comúnmente como una
º
1-
(/'J libertad total de los instintos naturales del jugador, lo cierto es que poco tiene
UJ
u que ver esa percepción con la realidad. Existen una serie de premisas que hay
z corriendo y me decían: 'Sabemos lo que nos va a decir'. Yo les preguntaba:
o que respetar de manera invariable. Leyes no escritas que condicionan todo movi-
....J
<(
co miento y decisión de los protagonistas y que, paradójicamente, niegan ese con-
....J
UJ
u)
cepto de libre albedrío: respetar siempre el espacio entre compañeros o con el
o balón, el movimiento continuo después de realizar un pase, la obligatoriedad de
o
<(
co que en cada acción al jugador se le ofrezca la posibilidad de driblar, ejecutar un
o a:
cr: lanzamiento o asociarse, tomar siempre una decisión en función de la reacción
(/'J
o
,z del defensor ... Contrariamente a lo que pudiese aparentar, esta forma de jugar
UJ
conlleva una enorme carga de trabajo en los entrenamientos para poder desarro-
:::::>
(/'J
llarla, siendo virtualmente imprescindible una educación en esa filosofía de
juego desde edades bien tempranas. Se trata de una falsa espontaneidad, pues
366
posiblemente es el estilo que más tiempo de práctica demanda. La no adecua-
ción a esos preceptos se vería traducida en la pista, ya que trabajar sin sistemas
mostraba las limitaciones de cada jugador, lejos de esconderlas bajo movimien-
tos ensayados previamente.
El juego libre marcó el perfil del baloncestista balcánico en una virtud
menos específica, pero capital para su plena plasmación: la lectura del juego. Si
Nikolic siempre hizo hincapié en la necesidad de actuar en consonancia con la
reacción del defensor, la obsesión de los formadores fue trabajar la toma de deci-
siones individuales, huyendo de los sistemas cerrados por los que abogaban
r
!
otros baloncestos. El resto de Europa lo llamó improvisación, pero no hay nada
más elaborado que ser capaz de tomar la decisión correcta. Esta capacidad, que
maravillaba a entrenadores y periodistas de otros países -intentando hallar la
explicación en la intuición natural-, fue uno de los aspectos más reincidentes de
la metodología de entrenamientos. En las antípodas de la espontaneidad instin-
tiva que parece inferirse, era el resultado de muchos años trabajando y poten-
ciando esa característica. Si un jugador no estaba educado en ese estilo de juego,
la improvisación devenía en caos de manera inmediata, y si había un aspecto
reflexionado y racionalizado en la instrucción de los jóvenes, era éste. Conse-
cuentemente, el juego sin balón era cualidad primordial. El estilo se basaba en
poder ofrecer una ayuda siempre al compañero, y esta se conseguía a través del
movimiento y los cortes cuando no se poseía la pelota. De este modo, los juga-
dores yugoslavos fueron unos adelantados a su tiempo en la táctica individual,
concepto que tardó años en instaurarse en el resto de Europa. Las bonanzas de
ese juego libre se veían anuladas si cada uno de los miembros del equipo no
poseía una gran capacidad individual de lectura de juego, y esa fue una de las
principales obsesiones de los formadores balcánicos. "Para poder hacer un juego
libre era absolutamente necesario saber leer lo que hacía la defensa. ¿Qué dife-
o
_J
rencia hay entre la técnica individual y la táctica individual? La técnica indivi- LJ..J
dual, más una persona que te defiende, ya no es técnica, sino que pasa a ser tác- u
LJ..J
tica individual. En mi etapa con Nikolic en la Jugoplastika, con el enorme zLJ..J
talento que tenían los jugadores, nos había llegado a suceder que yo viese un LJ..J
detalle concreto y llamase a Sretenovic y Kukoc para comentárselo. Ellos venían
:::>
d
¡ (/'J
::í
_J
'¿Qué?', y ellos decirme: 'Tal'. Pues nada, venga, a jugar. Los jugadores apren- UJ
a:
dían a pensar sobre el juego, sobre el baloncesto", explica Boza Maljkovic, mien- 1-
(f)
1 LJ..J
tras toma un café en una céntrica terraza de Belgrado. Lejos de allí, en Split, su (f)
'<t
ex pupilo Dino Radja, que no sabe de las palabras de su antiguo entrenador, ~
U)
parece corroborar esa opinión al hablar de la formación que recibían los talentos LJ..J
yugoslavos: ''Actualmente, tú le dices a un jugador joven que te explique la dife- o
o
rencia entre una zona 2-3 y una 3-2, y no saben nada. En aquella época, los <t
(..'.J
:::>
-,
jugadores sí sabíamos las diferencias, las entendíamos. ¿Por qué se utiliza una y
no la otra? ¿Por qué hay dos bases arriba o dos jugadores grandes atrás? Hoy en
día, le preguntas a los jugadores, y no sólo a los jóvenes, y muchos no te pueden
367
contestar. Nosotros nos formábamos de tal manera que entendíamos el juego.
Dónde situarnos, cómo reaccionar ante los cambios defensivos, pensar por nos-
otros mismos ... ", afirma Radja.
La otra gran singularidad de la Escuela Yugoslava residía en el intento de
realizar un juego físico. Como declaraba Aza Nikolic a la revista Giganti en
1976: "¿La Escuela Yugoslava? Sus particularidades más visibles son que se juega
mucho en velocidad y que se busca constantemente aprovechar la fuerza física.
Los jugadores yugoslavos tienen tendencia a buscar, más que evitar, el contacto
1 físico". Uno de los aspectos que quedaron permanentemente grabados en la reti-
i
 r
·~
na de il Professore en su periplo estadounidense fue la abismal diferencia de con-
tacto físico entre el baloncesto norteamericano y el europeo. Asumiendo su
importancia, los entrenadores fomentaron la preparación física y el fortaleci-
miento atlético a través de las pesas e introdujeron numerosos ejercicios para
acostumbrar a sus hombres al choque y el contacto. La presencia e insólita rele-
vancia de diversos doctores del kosarka, como Slavko Trninic o Milivoje Karale-
jic, que desarrollaron metodologías absolutamente novedosas en el acondiciona-
miento deportivo de los jugadores yugoslavos, son paradigmáticos de un
objetivo que el paso del tiempo erigió en prioritario.
Pero el hecho de que la escuela técnica yugoslava engendrase a los jugado-
res más completos a nivel atacante de toda Europa ("hombres que firman 30
puntos por partido parecen surgir como setas al otro lado del Adriático", escri-
bía Sandro Gamba en Giganti del Basket en 1979) no significa que no tuviesen
carencias. Precisamente en la potenciación de su gran virtud radicaba su defecto
más visible. La tendencia ofensiva, inculcada a través de entrenamientos en los
que se trabajaban sin cesar los fundamentos, derivó en que muchos de los nom-
bres más destacados del jugoslovenska kosarka no fuesen buenos defensores indi-
vidualmente. "La Escuela Yugoslava era el tiro, el manejo de balón. Después se
o
> ha dicho que nosotros entendimos que para ganar hay también que defender.
~
(f) Pero, en aquellos años, o incluso hoy en día, ¿quién entra en un pabellón y se
o(.!:)
pone en posición defensiva? Eso no es natural. Uno coge el balón y quiere tirar,
:::>
>- quiere penetrar, hacer cosas en ataque. Eso es instintivo: un jugador quiere
º
1-
(j)
UJ
aprender a jugar ofensivamente. El trabajo de los entrenadores es mentalizar
u también en la faceta defensiva'', comenta Zeljko Obradovic. Tradicionalmente,
z _¡
o_¡ los equipos yugoslavos cimentaron el juego sobre su capacidad anotadora y,
<(
co durante muchos años, el perfil medio que creó la cantera balcánica se adecuaba
_¡
UJ
milimétricamente a esa querencia. Hombres de multitud de recursos para atacar
ci:i
o el aro pero con poca predisposición para defenderlo. La misma unanimidad que
o ci:i
<(
co existe para valorar sus cualidades ofensivas se ve reflejada para señalar sus defi-
oe: ciencias en la retaguardia.
(/)
o Esta fue una de las principales obsesiones de Nikolic, que después de su
,z
UJ
:::>
paso por EE.UU. e Italia asumió la necesidad de invertir esa tendencia. No era
(/')
tarea sencilla. Si bien en la Jugoplastika o el Partizan focalizó todos sus esfuerzos
en esa faceta, introducir conceptos colectivos es diferente a nivel individual,
368
donde la etapa de formación es la más fructífera. La finalidad del Profesor fue
que los equipos se mostrasen sólidos defensivamente, pero dicho axioma no se
evidenció en la metodología de trabajo con los nuevos talentos de categorías
inferiores hasta que esa mentalidad se instauró en el global del baloncesto yugos-
lavo. El desmembramiento de Yugoslavia impidió descubrir si la nueva orienta-
ción había calado definitivamente y la fabricación de jugadores en los años
setenta y ochenta siguió caracterizada por el mismo patrón que históricamente
había predominado. Los Dalipagic, Delibasic, Petrovic, Kukoc, Djordjevic o
Paspalj no ofrecían las mismas prestaciones en un lado de la cancha que en el
~
otro. La tremenda calidad de muchos de estos jugadores compensó en numero-
sas ocasiones la situación, pero lo cierto es que en otros baloncestos sus hombres
más destacados mostraban un mayor equilibrio entre ambas facetas.
El propio Nikolic abrió la veda del cambio cuando dirigió a la Reprezenta-
cija en los años setenta. Si la creación de figuras ofensivas era la de mayor opu-
lencia de toda Europa, Aza comprendió que el progreso pasaba por endurecer
defensivamente a los equipos y, de esta manera, en sus convocatorias para la
selección concedió importancia a la presencia de especialistas defensivos, todavía
muy minoritarios en el panorama yugoslavo. Consecuentemente, hombres
como Josko Papic o Duje Krstulovic cubrían las espaldas a los jugadores estela-
res, en lugar de los Varajic, Misovic o Skroce, grandes anotadores pero de carac-
terísticas similares a los titulares Kicanovic o Delibasic. En los años ochenta, el
papel de este perfil de jugador dio un paso adelante, introduciendo Cosic, y
especialmente lvkovic, a componentes sólidos defensivamente en sus quintetos
básicos: los Radovic, Obradovic, Danilovic o Zdovc pasaron por delante de
Djordjevic, Komazec o Radulovic.
Aunque en la década de los ochenta y a principios de los noventa surgió
un mayor número de jugadores con notable capacidad ofensiva y buenas presta- o_¡
ciones defensivas, los nombres más emblemáticos del baloncesto yugoslavo w
siguieron adecuándose al patrón clásico. Si bien parece evidente el intento de
u
_j
w
revertir esa situación -y el que una paulatina transformación se estaba produ- z
w
ciendo-, un cambio de tendencia de esa magnitud requería un proceso implan- w
::>
tado desde la base y años de trabajo en esa dirección. Muchos de los protagonis- o
(f)
tas de la última Reprezentacija -yendo más allá, del global del kosarka- habían <(
_¡
sido formados previamente a los albores de esta corriente, por lo que sus efectos w
e:
1-
ya no se verían reflejados en la Yugoslavia de las seis repúblicas que dominó el (/)
w
panorama continental en los años finales de su existencia. Donde se haría mani- (/)
<(
fiesta la mutación sería en Serbia. ~
w
e:
o
o
<(
La vía de formación alternativa: Estados Unidos y la NCAA (.9
::>
--¡
En la década de los ochenta se inició un movimiento migratorio de baloncestis-
tas europeos hacia los Estados Unidos para completar su formación deportiva y
369
académica en universidades de primer nivel. La NCAA se convirtió, de este
modo, en una competición que abrió sus puertas a numerosos jugadores del
Viejo Continente, especialmente procedentes de Alemania, Holanda, Hungría o
Suecia. La irrupción del profesionalismo en Europa -y la consecuente dificultad
que suponía compaginar estudios universitarios con las exigencias de un depor-
tista de alta competición-, junto a la inevitable ilusión por progresar lo suficien-
te como para llamar la atención de los equipos NBA, desembocaron en un éxodo
de jóvenes talentos que decidieron hacer las Américas: los Detlef Schrempf, Uwe
Blab, Hansi Gnad, Rick Smits, Peter Krasovec, Sten Feldreich o Panagiotis Fas-
 r
,,,.
soulas se convirtieron en la avanzadilla europea de una tendencia masificada en
décadas posteriores. La mayoría de estos hombres pertenecían a países en los que
el baloncesto no estaba entre los deportes más practicados, quedando las princi-
pales potencias europeas -la URSS, Italia o España- al margen del movimiento,
cada una por sus propios motivos particulares.
Yugoslavia fue el único país entre los dominadores del concierto europeo
que se vio afectado por esta tendencia. Paradójicamente, el menor acceso a la
información en la época hizo que ese hecho apenas tuviese publicidad, de tal
manera que pudiera sorprender tal aseveración. Pero lo cierto es que, de la tota-
lidad de jugadores que desembarcaron en la NCAA, el kosarka balcánico fue el
que aportó la mayor cantidad.
El flujo entre ambos baloncestos no se puede interpretar como una estra-
tegia premeditada y colectiva, ya que la decisión de realizar el cambio vino mar-
cada por las circunstancias personales de sus protagonistas, en su mayor parte
derivadas de intereses académicos. No obstante, el número total y la representa-
tividad de algunos de los nombres implicados son lo suficientemente importan-
tes como para inferir que esta situación ejerció un notable peso específico en el
panorama baloncestístico de la Yugoslavia de los años ochenta. La trascendencia
o otros no se adaptaron al cambio de estilo de juego. En muchas ocasiones, sus
se verá reflejada -aunque indirectamente- en la Reprezentacija. Mejor dicho: el
~
(/) escaso éxito en el desarrollo de estos talentos impedirá que se vea plasmado en la
o que el baloncesto europeo era aún desconocido para ellos. Los que conseguían
c.? selección absoluta.
::::>
>- Kresimir Cosic, el mítico pívot de la primera generación dorada, se convir-
º
1-
(/)
w
tió en pionero. Su paso por la Universidad mormona de Brigham Young (BYU) a
u inicios de los setenta fue un éxito absoluto, llegando a ser nombrado Ali-Ameri-
z _J
o
...J can, galardón que premia a los mejores jugadores de la competición. Poco des-
~ f-
co pués, Misho Ostarcevic y Mihovil Nakic (el segundo, tan sólo durante una tem-
_J
w porada) también pasarían por las aulas de BYU. Davor Rukavina, un joven alero
u)
o internacional del Lokomativa de Zagreb, haría lo propio en Augustana.
o cii
~ Con el cambio de década, otros nombres se fueron añadiendo a la lista
co
oo:: inicial: Zoran Radovic, Zarko Djurisic y Sasa Radunovic (Wichita State),
(/)
o Nebojsa Bukumirovic y Zoran Jovanovic (Lousiana State), Radenko Dobras
•Z
w (South Florida), Miroslav Pecarski (Marist College), Luka Pavicevic (Utah),
::::>
(/)
Teoman Alibegovic (Oregon State), Milos Babic (Tenesse Tech), Davor Marce-
lic (Southern Utah), Bojan Popovic y Obrad Ignjatovic (South Carolina) ... En
370
total, hasta una veintena de jugadores balcánicos pasarían por la NCAA durante
los años ochenta. Y algunos otros como Drazen Petrovic, Toni Kukoc, Aleksan-
dar Djordjevic o Dino Radja estuvieron cerca de hacerlo. La relevancia de este
dato es mucho mayor si se tiene en cuenta que varios de ellos eran considerados
los mejores talentos de su generación, alcanzando casi todos la internacionalidad
en categorías juvenil y júnior.
La afirmación no es gratuita. En el Europeo Juvenil de 1981, tan sólo
Petrovic anotó más puntos que Radunovic para el combinado púwi. Bukumiro-
vic fue el base titular de la Reprezentacija y segundo máximo anotador yugoslavo
1
t
(tras Cvjeticanin) en el Mundial Júnior de 1983 en Palma de Mallorca. Zoran
Jovanovic estaba considerado el mejor pívot europeo de su generación y, antes
de sus diferentes lesiones de rodilla (y del grave accidente de coche que sufrió en
Estados Unidos), levantaba expectativas de llegar al máximo nivel. Luka Pavice-
vic fue uno de los mayores talentos anotadores de la historia de Yugoslavia en
edad juvenil, llegando a sobrepasar los 60 puntos en varios partidos de categoría
júnior sin tener edad para serlo. Tanto él como Pecarski -miembros de la mítica
generación de Bormio- ya habían sido internacionales en el Europeo Júnior de
1984, compitiendo con jugadores dos o tres años mayores que ellos y pasando
por delante de los Djordjevic, Kukoc, Radja o Divac a ojos de la Federación.
Coetáneo a todos ellos era Radenko Dobras, uno de los proyectos de mayor
potencial de aquella selección y uno de sus principales anotadores en las tres
medallas de oro que conquistaron. En líneas generales, un amplio porcentaje de
los hombres que siguieron este camino estaban entre los mejores de su genera-
ción, y todas las selecciones juveniles y júnior de la década tenían entre sus inte-
grantes a varios futuros protagonistas de la diáspora europea en la NCAA.
Pero los resultados no fueron los esperados. Extraer una explicación
común es extremadamente complejo. Algunos no jugaron demasiados minutos, o
_J
w
entrenadores en la universidad no conocían sus características, en una época en u
_J
w
z
w
hacerse un hueco realizaban roles mucho más específicos que el que desempeña- w
::i
ban en Yugoslavia, y los pocos que consiguieron ser referentes en sus equipos o
(/)
tampoco progresaron en consonancia a las expectativas levantadas en el balon- <t
_J
cesto balcánico. Sea por un motivo u otro, la experiencia resultó, a ojos de los w
a:
principales rectores de los hilos del kosarka, negativa: "Los jóvenes que se fueron (j)
w
a Estados Unidos nunca aprovecharon su paso por la NCAA. Davor Rukavina, (/)
<t
por ejemplo, era un gran talento que ya estaba en la selección absoluta. Se mar- 2:
chó cuatro años, volvió ... y se perdió'', comenta Ranko Zeravica. "Nosotros, w
a:
desd~ la Federación, les seguíamos, pero la verdad es que no sé los motivos por o
o
los que no salió bien en casi ningún caso. Depende de la universidad, del entre- <t
c..?
::i
nador ... Quizá no supimos elegir bien. Con Cosic sí lo hicimos, pero con otros -,
no. No entramos demasiado a fondo en el tema. Debimos ir allí, apoyarles ... ",
continúa Ranko, gran conocedor del baloncesto universitario, no en vano viajó
371
durante años y años a disputar partidos contra colleges en las Giras de Escuela.
La visión de Zeravica es compartida por muchos, que profundizan en los
aspectos que les llamaron la atención en la evolución de los emigrantes: "Nues-
tros entrenadores pensaban que la mayoría de estos jugadores, al marcharse,
perdían muchas cosas tanto en el plano técnico como en el plano táctico", expli-
ca Vladimir Stankovic. "Yo recuerdo que muchos de los jugadores que se fueron
tenían un excelente físico en la faceta de la velocidad. Volvieron con mucho más
músculo, pero bastante más lentos. Jovanovic es un buen ejemplo de ello", afir-
ma Ivanovic. "El Zoran Jovanovic de antes de irse a LSU era un jugador de un
 potencial descomunal. Cuando le volví a ver, a su vuelta, se había fortalecido
mucho, pero me daba la sensación de haber perdido tacto", comenta, por su
parte, Sreten Pantelic. A lo que añade: ''Aunque, en su caso, también influyeron
muchísimo sus lesiones de rodilla y aquel accidente de tráfico. Entre los liga-
mentos y el accidente hubo varias temporadas que apenas jugó. Nunca volvió a /;
,r}'
ser el mismo". Luka Pavicevic, compañero de Jovanovic en el Europeo Júnior de
1984, corrobora esa opinión: "Jovanovic era un enorme proyecto, pero sus dos
lt·
:1'.
lesiones en las rodillas le impidieron llegar ser uno de los mejores pívots de
Europa. "
Más allá de las circunstancias concretas de cada jugador, la excelsa renta-
bilidad de la cantera balcánica en esa década de los ochenta sirvió para incre-
mentar la sensación interna de que lo mejor para los jóvenes proyectos era desa-
rrollarse bajo el seguimiento y las consignas auspiciadas por el sistema integral
yugoslavo. En dicho entorno, multitud de estrellas en ciernes de categorías infe-
riores eclosionaron al máximo nivel, con una producción masiva de jugadores
descollantes. Esta situación contrasta con lo sucedido en la mayoría de los casos
que decidieron completar su formación en la liga universitaria estadounidense.
"En general, la mayoría de los que salieron, cuando volvieron no acabaron de
o o
explotar. Y eso que estaban entre los mejores jugadores jóvenes de Yugoslavia, de
~
(J'J los de más talento. Yo creo que fue producto de la manera diferente de trabajar y
o(.!)
entender el baloncesto. En Yugoslavia se trabajaba mucho la técnica individual y
:::::>
>- los fundamentos básicos, mientras que en Estados Unidos es diferente, incidien-
º
1-
(J'J
w
do más en el fís.ico y menos en la técnica individual", comenta Dusko Ivanovic.
u Pocos nombres tienen tanta autoridad para hablar de esta diferencia de
z _J
o
....J sistemas como Luka Pavicevic, tras su experiencia como jugador en la NCAA y
<l'.
co con la perspectiva que otorga ser actualmente entrenador. Luka, uno de los bases
_J
w europeos más prometedores de su época (fue MVP del torneo de Mannheim'85
u)
o con la generación de oro júnior yugoslava) y que ingresó en las filas de la Uni-
étl
o ·if
<l'. versidad de Utah, opina al respecto: "Hay grandes diferencias en el sistema. El
'
co
oa: americano no te deja jugar durante todo el año, cuando acaba la temporada (de
+ o
-~
(J'J
o abril a octubre) ni se entrena ni se juega. Por iniciativa individual, sí. Pero no
•Z -l!
UJ
:::::>
con entrenador. Son cinco o seis meses menos de entrenamientos respecto a :?
(J'J ·~
Yugoslavia. Esa diferencia incide en el desarrollo, lógicamente".
372
Ello no significa que Pavicevic no valore positivamente la metodología de
formación estadounidense: "Yo trabajé bien en Utah. No era un mal sistema. En
!l
Yugoslavia disponía de todo el día, podías realizar dos o tres entrenamientos por
jornada, lo que permitía hacer la parte física por la mañana y la técnica por la ~:
tarde. En EE.UU. estás estudiando, y has de entrenar en el horario en el que te ·:~
,si
marcan. En un solo entrenamiento se condensa todo, con lo que podíamos lle-
gar a hacer sesiones de cuatro horas o cuatro horas y media'.
Siendo los dos viveros más importantes de jugadores en esa época, la com-
paración de la idoneidad de ambos es inevitable. "Bueno, la estadounidense es
f 1
una manera de hacer diferente, entrenamientos serios pero diferente enfoque.
En Yugoslavia se trabajaban mejor los fundamentos, pues en Estados Unidos la
NCAA es desde los 18 años hasta los 22, y hay cosas que ya deberían haberse
trabajado antes. En este sentido, Europa está mejor organizada, con entrena-
mientos no tan largos pero en más cantidad y calidad. En EE.UU., los jóvenes
juegan por pasárselo bien y, como hay tanta gente, los grandes jugadores acaban
saliendo. El que es bueno, es bueno, pero no trabaja agresivamente para ello. En
Europa, los que deciden jugar, se dedican al baloncesto y entrenan más". Con
todo, Luka no cree que haya un único sistema para formar jugadores: "En
Yugoslavia se adoptó una buena manera de trabajar a los jugadores jóvenes. En
EE.UU., si vas a un buen college, también tienen un buen sistema de trabajo".
La confrontación entre los modelos de formación del baloncesto FIBA y
el estadounidense ha sido motivo de intenso debate en los inicios del siglo XXI,
en el que los resultados en las competiciones internacionales han servido de aci-
cate a las numerosas voces que proclaman una inversión de la jerarquía en esta
faceta. No pocos tampoco son los que opinan que dicha situación no es por una
cuestión de metodología de formación, sino por la mejora física y profesionali-
zación del baloncesto europeo unida a la influencia positiva propiciada por la
interacción entre ambas realidades, especialmente con la mejora de las principa-
les estrellas europeas en su paso por la NBA. La dialéctica es compleja, y de posi- _J
ciones encontradas a ambos lados del océano. Pero en el caso de la migración
w
u
_J
w
yugoslava a la NCAA ochentera, el aspecto deportivo no era la motivación prin- zw
cipal. "Yo por entonces no miraba el basket como una manera de ganarme la w
vida. Tenía la necesidad de acabar la carrera, que sería lo que me iba a dar de
:::::i
e
(/)
comer, ya que en Yugoslavia un jugador profesional tenía para vivir, pero no <(
para hacer dinero. Mis razones estaban directamente relacionadas con la educa-
_J
w
o:
f-
ción y mirando por un futuro después del baloncesto", rememora Pavicevic. (/)
w
Motivos que se podían extrapolar a la totalidad de estos jugadores. (/)
"Conozco a Milos Babic desde hace muchos años, ya que somos del mismo
<(
~
(/)
pueblo. En su caso, la decisión fue familiar, ya que su padre quería que termi- w
o:
nase. la carrera", comenta Sreten Pantelic sobre un hombre que llegó a formar o
<(
1
parte, en el torneo de Mannheim o en el preeuropeo de Kraljevo clasificatorio (J
:::::i
para Gmunden'86, de la mítica selección júnior que pasó a la posteridad al J
ganar el Mundial de Bormio. De nuevo Luka Pavicevic, uno de los protagonis-
tas de aquella gesta, toma la palabra: "Pecarski y yo fuimos juntos a Estados
Unidos. Djurisic ayudó a Radunovic a conseguir una beca en Wichita State, ya 373
que ambos son montenegrinos (jugadores del Buducnost) y el primero había
jugado en esa Universidad. Kukoc y Radja también iban a ir allí, y Dino deci-
dió a última hora, casi en el avión, que no iría. Todos nos íbamos básicamente
por la posibilidad de jugar a baloncesto" y acabar la carrera. Si continuábamos
en Yugoslavia, lograrlo era muy difícil". El ejemplo del avión de Radja no es el
único, aunque sí más conocido que otros: "Estuve muy cerca de irme a la Uni-
versidad de Kansas, con Larry Brown. Un día vino Mirza (Delibasic) con los
billetes de avión y me dijo: 'Bueno, Samir, aquí están tus billetes para la serna-
 na que viene. Si quieres, puedes ir a Estados Unidos'. Me fui a casa y se lo expli- ~;
.,,.,
qué a mi padre y a mi madre. Mi madre me dijo: 'Mira, hijo, si te vas la sema-
na que viene, me muero'. Claro, irme a EE.UU. nos cambiaba la vida. Fui al
club y hablé con Mirza. Le di las gracias y le expliqué que mis padres no que-
rían, que mi madre se había puesto muy triste. Y continué en el Bosna'', explica
Samir Avdic. Otro miembro de la generación de Bormio también estuvo a
i
t
punto de dar el paso: "Tuve una oferta de la Universidad de Illinois State. Tenía
las maletas ya preparadas y el billete de avión reservado. El día antes de partir
decidí no ir, y estuve al teléfono todo el día con el entrenador, que me animaba
a ir allí. Pero al final elegí quedarme", recuerda Sasha Djordjevic, muchos años
después de tomar una decisión que se antoja decisiva para el devenir de su
carrera deportiva.
Uno de los principales problemas que se encontraron el grupo de jóvenes
que sí consumaron el viaje fue el hecho de adaptarse a un nuevo rol. Acostum-
brados a ser principales referencias de sus equipos, especialmente seguidos por
técnicos y seleccionadores, el cambio a un baloncesto tan desconocido para ellos
como lo eran las características de su juego para sus nuevos entrenadores supuso
una de las principales trabas en su evolución: "Yo estuve dos años, y decidí vol-
o o
> ver porque no jugaba. Era suplente, y para mí era difícil de asimilar, después de
:5
U) ser un top prospecten Europa. Quizá me fui muy pronto, ya que empecé el insti-
o(.!)
tuto un año antes y esto hizo que acabase también antes. Tenía 17 años, cuando
:::::>
>- unfreshman suele tener 18-19. Lynn Archibald, el entrenador, me vino a ver a
º
1-
U)
UJ
mi casa, tenía ofertas de muchas universidades, unas quince, y yo pensaba que
u estaba preparado. Aunque él no opinaba lo mismo", explica Pavicevic.
z ....J
o....J Pero la situación en el equipo del por aquellos entonces base internacional
<(
o::i júnior fue muy diferente a la que imaginó al coger las maletas e iniciar su aven-
....J
UJ tura: "Había dos bases séniors, y jugué muy poco. Lo que a mí me molestó fue
en ~:
o no jugar, así que me estanqué esos dos años. Traer un jugador top prospect, cruzar
o •t:
<( el charco y no hacerlo jugar ... Al menos me tenía que haber dado un año de
l
o::i
oa: confianza y luego decidir si me había adaptado o no. Era el inicio de los euro-
~ o
U)
o peos en EE.UU., yo era muy joven y quizá no estaba preparado físicamente.
,z
UJ Años después, el mismo Lynn Archibald, con el que he seguido en contacto, en
:::>
U)
una de tantas llamadas que nos hacemos me reconoció que se equivocó. Aunque
yo lo entiendo. Era también difícil para los entrenadores. Él utilizó a los jugado-
374
res que creyó más conveniente".
Técnicamente, la especialización que conllevó la diferencia de estatus en
sus nuevos equipos respecto al que ejercían en Yugoslavia y el hecho de partici-
par muy pocos minutos en una etapa básica para su desarrollo también incidió
en una cierta transformación de estos jugadores. Jovanovic jugaba muy poco en
'
~~
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j.'11
j¡'
1'
'!f
LSU y lo hacía de pívot especializado en defensa. Bukumirovic prácticamente
no pisaba la cancha. Dobras se hizo un hueco en una universidad de segundo
nivel, lejos del rigor competitivo de la Prva Liga. Un baloncesto acostumbrado a
dar minutos y responsabilidades a sus jóvenes proyectos se encontró con que los
que realizaron el trayecto a EE.UU. no gozaban de esas oportunidades, lo que
incidió en muchos aspectos de su juego: "Cuando era juvenil en el Buducnost
anotaba con frecuencia más de 50 puntos en el Campeonato Nacional Júnior.
Tenía la habilidad de anotar. Quizá cometí un error yendo a EE.UU., perdí mi
agresividad, aunque desarrollé mi juego en otros sentidos, especialmente en el
de la dirección. Si bien tuve un par de temporadas de sénior de más de 20 pun-
tos por partido, en líneas generales dejé de ser un anotador y enfoqué mi juego a
dirigir. Era un base que podía anotar, pero ya no era el base anotador de antes ...
aunque me gustaba mi nueva situación", comenta Pavicevic. Dusko Ivanovic
ofrece su versión: "Luka trabajaba muchísimo la técnica individual. En su etapa
en el Buducnost se quedaba solo a practicarla una vez había acabado la sesión de
entrenamiento. Cuando volvió de Estados Unidos se le veía más fuerte, pero ahí
creo que perdió un poquito la rapidez y la lucidez en el juego que tenía. Des-
pués, ya en Split, donde volvimos a coincidir, se recuperó y jugó a un buen
nivel".
Teniendo en cuenta que las motivaciones para ir a Estados Unidos no
eran únicamente deportivas, no sorprende la valoración del ex jugador de la
Jugoplastika: "No me arrepiento de nada. Obtuve una buena educación, conocí
un nuevo idioma, un nuevo sistema de vida. En este punto de mi vida, después ....J
UJ
de llevar entrenando cinco años, me doy cuenta de que fue positivo y me ha ser- u....J
UJ
vido de ayuda". z
UJ
Si bien las razones de todos ellos fueron más allá de las meramente depor- UJ
:::>
tivas, parece lógico que, desde el punto de vista de la Reprezentacija, el modelo o
Cfl
norteamericano no fuese el ideal para su evolución. Entre el grupo de hombres <(
....J
que adoptaron la determinación de emigrar había varios que el baloncesto UJ
o:
1-
yugoslavo esperaba que llegasen a ser emblemáticos en la selección; y el único de U)
UJ
ellos que realmente se consolidó en ese papel, Kresimir Cosic, ya tenía 23 años U)
-<(
cuando cruzó el charco, con numerosos campeonatos disputados con el combi- ~
c/i
nado nacional. Su formación ya había sido completada. De la veintena de jóve-
UJ
o:
nes que dieron el salto en los años ochenta, tan sólo Radovic y Jovanovic llega- o
<(
ron a ser internacionales absolutos en algún gran evento. El primero se hizo un (.!)
:::>
hueco en la rotación del equipo como base defensivo, pero el segundo tan sólo --,
disputó un torneo (el Mundial de Argentina'90), siendo un hombre secundario
que no disponía de minutos. Del resto, no vestiría la camiseta plavi ninguno,
salvo en partidos amistosos o clasificatorios.
A nivel individual, analizar el fenómeno más allá de la perspectiva de la
selección nacional sirve para constatar la dificultad de estos hombres para abrir-
se un camino en universidades de primera fila. Los minutos y confianza fueron
coto prohibido en una época en que ni ser los mejores proyectos europeos garan-
375
tizaba facilidad alguna al otro lado del océano. Los que eligieron programas
potentes no pasaron de ser jugadores de rotación. Tan sólo Dobras (South Flori-
da), Alibegovic (Oregon State), Pecarski (Marist College) y Marcelic (Southern
Utah) asumieron un rol principal en sus equipos, pero lo hicieron en pequeñas
 universidades que no aspiraban al título nacional; lejos de la competitividad que
habrían experimentado en el Bosna, el Partizan y el Zadar, sus clubes de proce-
dencia, en una liga que vivía una etapa de esplendor.
Por unos u otros motivos, ninguno alcanzó la notoriedad de otros compa-
ñeros de generación, aquellos que protagonizaron las gestas de finales de década
con la camiseta plavi. Y aunque casi todos desarrollaron sólidas carreras, la expe-
riencia permitió a la lnteligencija extraer una conclusión clara: Estados Unidos
era espejo y objetivo, pero no era la única vía.
EL AUTÉNTICO FACTOR DIFERENCIAL: MENTALIDAD
-¿Usted cree, como se suele comentar, que los jugadores yugoslavos tenían ·
un talento innato para el baloncesto?
-Todo se reduce a una palabra: ambición. Ganas de trabajar, ganas de superarse,
ganas de ganar, ganas de pasar por encima de cualquier obstáculo ...
Lo que los hacía diferentes era esto: la ambición. Tenían más ambición
que cualquier otra generación, que cualquier otro país. Sobre todo los serbios.
o w
~
(/)
(SERGIO SCARIOLO, Pabellón del Velódromo de Berlín, 2009)
o zw
<!)
::> Lieja, 1977. En la final del Campeonato de Europa de selecciones, Yugoslavia se
>-
impone a su antigua némesis, la URSS. Restando dos minutos, y con el partido
ºt¡;
UJ sentenciado, Zoran Slavnic y Dragan Kicanovic se sitúan a menos de dos metros
u _J
z el uno del otro y se pasan el balón con los dedos de forma reiterada, a modo de
o....J
<! pases de voleibol, en una de las acciones más célebres de la historia del balonces-
co
....J to continental. El gesto de humillación a los soviéticos da la vuelta a Europa.
UJ
u) Limoges, 1983. El partido decisivo para pasar a la siguiente fase entre Italia y
o (f)
o Yugoslavia es dominado por la selección transalpina. A falta de pocos minutos
<!
ce para la conclusión, una acción en un rebote entre Drazen Petrovic y Gilardi
oce
(/) deriva en una auténtica batalla campal. Moka Slavnic se sube a la mesa de la
o Indudablemente, las condiciones ambientales y meteorológicas adversas
•Z
UJ
zona de prensa y empieza a lanzar patadas, Goran Grbovic coge unas tijeras del
:::>
(/) botiquín y las blande como arma. Zagreb, 1985. La Cibona de Zagreb elimina
al Real Madrid y Drazen Petrovic alza los puños, dando saltos con y sin balón,
376 enardeciendo al público y encolerizando a sus rivales. Múnich, 1989. La Jugo-
plastika de Split llega a la Final Four como el equipo más joven de esa edición y
sin un solo pronóstico a favor ante dos potencias como el FC Barcelona y el
Maccabi de Tel Aviv. Dos días después, vuelven a Yugoslavia con el título.
Estambul, 1992. Tomás Jofresa anota una canasta que parece dar el título de la
Copa de Europa al Joventut frente al Partizan. Levanta los brazos instintivamen-
te para celebrarlo. Saque de fondo, Aleksandar Djordjevic cruza la pista con
expresión de determinación, lanza un triple ante la mirada de los dos defensores
que puntean el tiro ... y de todo el banquillo rival. Lo anota.
1 Los factores físicos, las argumentaciones técnicas, las diatribas tácticas, el
1 dilema respecto a los diferentes sistemas de formación ... Cada una de estas expli-
1
caciones resulta de indudable importancia y, en su conjunto, definen la tipolo-
1
gía de los baloncestistas yugoslavos. Pero hay un rasgo que condiciona el resulta-
do de todo lo anterior y ejerce de elemento aglutinante. La mentalidad. La gran
seña de identidad de toda una miríada de jugadores. El auténtico factor clave ...
y diferencial.
El extraordinario carácter competitivo y la ambición de sus jugadores se
constituyó en una máxima unánimemente aceptada por el mundo del balonces-
to. No hubo deportistas de otra nacionalidad en Europa que mostrasen ese
talante y determinación, con una agresividad competitiva que rallaba lo enfer-
mizo; hasta tal punto, que parecía que esa faceta no podía ser igualada por el
equipo rival. Llegó a ser una imagen tan inherente a sus deportistas que se pro-
dujo un fenómeno asimilador, de tal manera que la naturalización de esta afir-
mación obvió encontrar los motivos de ese rasgo. Simplemente, se aceptó la
superioridad yugoslava en el deseo de ganar y las palabras más reiteradas para
definirles fueron "carácter" o "ambición". Pero ¿por qué Yugoslavia y no cual-
quier otro baloncesto? Difícil encontrar una explicación única. Existen diferen-
:J
tes argumentaciones para ello, algunas de ellas excluyentes entre sí. Y, probable- _J
mente, todas tienen su particular ascendiente en la realidad final. _J
w
w
::i
La influencia geográfica: los hombres de las montañas o
(f)
<(
_J
Uno de los motivos más extendidos para explicar esa fiereza competidora radica w
o:
1-
en el origen geográfico. Conviene tener presente que la antigua Yugoslavia esta- (f)
w
ba atravesada por los Alpes Dináricos, cadena montañosa que recorre parte de (f)
<
¿
casi todas las repúblicas que formaban el país. La influencia del medio en las
características físicas y conductuales del ser humano ha sido motivo de numero- w
o:
sos estudios, y diversas ciencias sociales han profundizado en ello a lo largo de la o
o
<[
historia. CJ
:::>
redundan en una paulatina evolución, generación a generación, del perfil de los
hombres y mujeres que se desenvuelven en dicho hábitat. Basta comparar las
377
características de un asiático con un africano, de un ruso con un portugués, para
inferir que numerosos aspectos biológicos se desarrollan por pura adaptación al
medio. El clima, la naturaleza o el entorno marcan de manera visible la apari-
ción de ciertos mecanismos que sirven para contrarrestar o amoldar al ser huma-
no a su ecosistema concreto.
En el caso de los habitantes de las montañas, está razonablemente acepta-
da la idea de que la necesidad de combatir el frío, cazar animales salvajes o reali-
zar grandes esfuerzos físicos ha derivado en un perfil de hombre muy fuerte físi-
camente, de gran energía y con un temperamento irreductible al desaliento ante
 estas adversidades. En caso contrario, difícilmente hubiesen podido sobrevivir
durante siglos. Tradicionalmente, el estudio de la historia también les ha otorga-
do una cierta belicosidad, ya que los grandes imperios siempre han encontrado
sus límites en zonas montañosas que han desafiado los embistes de fuerzas supe-
riores en número y medios. La dificultad que suponía para el invasor la comple-
jidad de unas montañas desconocidas que favorecían a sus habitantes, tanto para
atacar por sorpresa -y no a la inversa- como para replegarse con facilidad, ha
constituido uno de los grandes frenos a las ansias expansionistas de multitud de
pueblos e imperios. Simultáneamente, estas condiciones ideales para no claudi-
car fácilmente ante los avances enemigos han incidido en una idiosincrasia
rebelde y luchadora en sus pobladores, acostumbrados a ofrecer resistencia -e
incluso a conseguir imponerse- ante cualquier eventualidad bélica.
En el caso concreto de la antigua Yugoslavia, el poso dejado por la influen-
cia de las montañas, unido a la cuasi permanente convulsa situación política
durante los últimos cinco siglos, trascendieron en una extendida percepción de
su naturaleza guerrera. Europa Oriental ha sido protagonista de infinidad de
conflictos y movimientos de fronteras a lo largo de su historia, con la presencia
de dos grandes Imperios como fueron el austro-húngaro y el otomano. Tanto
o o
> Serbia, especialmente, como Croacia o Eslovenia pasaron siglos luchando por
~
(j) sus reivindicaciones nacionales ante estas invasiones, y una cierta tradición épica
o(.!)
pasó a formar parte de la conciencia colectiva. Desde la guerra contra los turcos
::J
>- en el siglo XIV hasta la Segunda Guerra Mundial, cuando se formó definitiva-
º
1-
(j)
LU
mente Yugoslavia, generaciones y generaciones de habitantes se vieron envueltos
u en muy diversas situaciones con muchos intereses políticos e imperialistas de
z _J
o
_J por medio. Esta situación derivó en un carácter inconformista y luchador, ade-
<(
co más de en la proyección exterior de una imagen -como pueblo- de firmeza y
_J
LU combatividad.
en
o
Adentrarse en la influencia real del peso de la historia en la personalidad
o<(
co de los habitantes de la Yugoslavia del siglo XX -y, más aún, de sus deportistas-
oa: es terreno pantanoso. Resulta extremadamente complejo deducir si ese ascen-
(j)
o diente biológico-ambiental verdaderamente ejerció un peso en su conformación
•Z
LU
::J
conductual y en qué medida lo hizo. Cualquier aseveración de tipo determinis-
(j)
ta sería muy arriesgada. A pesar de ello, cabe señalar que ese ideal identificativo
con el hombre de las montañas no es exclusivo de una visión externa. Dentro de
378
sus propias fronteras, numerosos estudiosos han reflexionado sobre este tema.
El caso más conocido, y controvertido, es el de Jovan Cvijic, uno de los etnólo-
gos más reputados de toda Europa. La etnología -considerada por algunos auto-
res como una disciplina y método de investigación de la antropología, procla-
mando otros su independencia de esta- es una ciencia social que estudia
sistemáticamente y pretende comparar los diferentes pueblos y culturas del
mundo desde diversas perspectivas, entre ellas la organización familiar, los siste-
mas sociales y políticos o los nexos de unión y oposición entre cultura y natura-
leza. Una de sus prioridades es establecer lo que es universal en el hombre y lo
i
que es arbitrario, así como reflexionar sobre los vínculos entre leyes naturales y
reglas culturales.
Cvijic, etnólogo, geólogo e historiador serbio que llegó a ser presidente de
la Real Academia Serbia de las Ciencias y las Artes, así como rector de la Univer-
sidad de Belgrado, escribió diversas obras sobre la morfología de la Península
Balcánica y en 1922 publicó su obra cumbre, con el título de La Península Bal-
cánica y los países de los eslavos del Sur: fundamentos de antropogeografla. En ella,
publicada originalmente en francés y posteriormente en serbo-croata, Cvijic
analiza la influencia del clima y la geografía en la construcción de modelos mor-
fológicos de los habitantes de Yugoslavia, haciendo especial énfasis en la influen-
cia antropológica de la ocupación, la endogamia, la exogamia y la migración.
Uno de los aspectos más controvertidos del texto fue su establecimiento de
diversos tipos etnopsicológicos entre los yugoslavos, debido a la fuerte ascenden-
cia del medio ambiente, y diferenciando claramente a los hombres de las monta-
ñas (el tipo dinárico) de los de las zonas llanas.
Haciendo un repaso a las influencias directas e indirectas, Cvijic estableció
una clasificación de tres tipos distintos: por un lado, creía que el terreno, clima y
paisaje incidían directamente en el físico y psicología humanas, aunque la magni-
tud del fenómeno fuese muy difícil de precisar, y discriminar esta influencia de _J
w
multitud de otros factores no geográficos resultase también muy complejo. El u
_J
w
segundo aspecto era el influjo indirecto de este medio ambiente, ya que los recur- zw
sos naturales determinaban la forma de vida material: el tipo de vivienda, las for- w
mas de economía o los hábitos de alimentación. Estos, a su vez, afectaban a un o
:::)
(/)
buen número de fenómenos psicológicos, aunque de nuevo su influencia estaba <(
relacionada con factores sociales de muy difícil distinción.
_J
w
a:
!---
El tercer grupo de factores geográficos era el más relevante, en su opinión. (/)
w
Aquellos que influyen en los movimientos de los grupos humanos. Las caracte- U)
<(
:::;
rísticas del terreno facilitaban u obstaculizaban los movimientos de las personas
ui
y los contactos entre civilizaciones, tendían a canalizar los avances y retrocesos w
a::
de las conquistas de los imperios y, a largo plazo, daban forma a la civilización o
o
<(
de sus zonas de influencia. Ésta era la razón por la que los perfiles etnopsicológi- (.9
:::)
cos culturales coincidían en gran medida con las zonas que, a su vez, tendían a )
seguir la geomorfología del terreno. Y como las montañas y los valles constituían
las principales características de los Balcanes, las distinciones de Cvijic giraron
379
en torno a los rasgos de los grupos asociados con los habitantes de las tierras
altas y de las bajas. Los hombres de las montañas y los de los valles.
A pesar de que Cvijic fue criticado por lo que algunos creyeron ideas pan-
serbistas utilizadas por cierto sector del nacionalismo serbio, esta teoría basada
en una visión dual de la población de Yugoslavia trascendió a la opinión pública
alcanzando el grado de creencia popular, incluyendo en este apartado a periodis-
mo y literatura académica internacional. Aunque no fuese directamente desde
sus textos, sino a partir de la difusión mediante conversación coloquial de sus
premisas -muchas veces sin conocer el origen de estas-, la cuestión es que
 muchos yugoslavos creían fundamentadas estas tipologías y ese sentimiento es
T pretó estas diferenciaciones según sus creencias, e incluso existieron diversidad
algo que se transmitió de generación en generación. Sin ir más lejos, la lectura
de la magnífica novela Un puente sobre el Drina, del Premio Nobel de Literatura
Ivo Andric, presenta evidentes reminiscencias de esta creencia en perfiles de
caracterología.
Esa oposición hombre de las montañas-hombre de los valles ha generado
mucha polémica, debido al fuerte componente ideológico que de ella se puede
extraer. Para Cvijic, la población serbia ha sido históricamente de tipo dinárico
-aunque entre los serbios había también numerosos grupos de zonas bajas, así
como en otras repúblicas como Croacia también existen numerosas comunida-
des dináricas- muy especialmente después de la Segunda Guerra Mundial, en la
que los serbios de las montañas fueron la principal fuerza de los partisanos de
Tito, instaurándose en los aparatos de poder político y administrativo de Belgra-
do al derrocar a los nazis.
Con todo, la expansión a nivel popular de esta dualidad resultó notable, si
bien la interpretación de estas ideas fue heterogénea. La diferencia radicó en la
valoración que se realizaba de las cualidades de los hombres de las montañas.
Para Cvijic y sus seguidores, estos se caracterizaban por su orgullo y heroísmo
o mo en que inciden estas clasificaciones por tipologías es evidente. Pero, más allá
> -personalizados en la resistencia a las diferentes ocupaciones, especialmente la
~
(/) otomana-, en contraste al mimetismo de los grupos que permanecieron en los
o(.!J
valles principales, en las proximidades de los turcos. En su clasificación, la men-
::::>
>- talidad del hombre de las montañas equivalía a la nobleza de carácter. Las visio-
º
f-
(/) nes opuestas a la de Cvijic se materializan en la obra de Dinko Tomasic, sociólo-
w
u
z go croata-americano, que emigró a Estados Unidos y fue profesor de Sociología
o....J en la Universidad de Indiana. En 1948 publicó Personalidad y cultura política en
<l'.
O'.) Europa Oriental. A pesar de generalizar a toda la Europa del Este, se centra en la
....J
w región de Yugoslavia, y señala a la tipología dinárica como la clave de las convul-
en
o siones y conflictos bélicos que históricamente se habían producido en la zona.
o (})
<l'. Tomasic asocia a los montañeses una inestabilidad emocional y un afán de impo-
a:i
oo: ner su personalidad, asignándoles una psicología plena de narcisismo e irracio-
(/)
o nalidad. Sostiene que la sociedad dinárica y la estructura familiar son la explica-
•Z
w ción de esa inestabilidad emocional, enunciando que "el niño dinárico nace y se
:::>
(/)
cría en un ambiente de rivalidad y antagonismo", lo cual crea "una fuerte necesi-
dad de autoafi.rmación, con un exceso de jactancia e ilusiones de grandeza". En
380
su estudio asegura que los dináricos muestran una gran preocupación por su
propia importancia y reputación, siendo excesivamente feroces. En contraposi-
ción, Tomasic sitúa la postura de los campesinos próximos a los ríos Drava y
Sava, que son pacíficos, estables y tolerantes.
Más allá de las diferentes interpretaciones nacionalistas y de la adecuación
de una explicación determinista en la tipología de los yugoslavos, la dualidad
montaña-tierras bajas pasó a formar parte del acervo popular, utilizándose como
premisa cuando se trataba de explicar el carácter balcánico y la etiquetación de
una mentalidad de las "Tierras Altas" y de las "Tierras Bajas". Cada cual reinter-
l.
de opiniones entre los serbios, ya que algunos autores utilizaron la expresión de
la oposición entre montañeros y habitantes del valle de tal forma que las valora-
ciones se invierten: los dináricos se veían de forma negativa y los pueblos del
valle de forma positiva, a menudo en términos similares a los utilizados por
Tomasic o Stejpan Mestrovic -cuyo libro Hábitos del Corazón de los Balcanes:
carácter social de la caída del comunismo, editado en 1993, se podría considerar
una actualización del estudio de Tomasic-. Danko Popovic, autor del libro
Milutin (1986), una oda a la Serbia campesina que llegó a las diecisiete edicio-
nes, fue otro de los defensores de la tesis de la impetuosidad e irracionalidad de
los dináricos de las Tierras Altas frente a la sobriedad, sabiduría y pragmatismo
de los campesinos de las Tierras Bajas.
Recientemente, diversos estudios han rechazado la cientificidad y base real
de esas teorías, aludiendo a que este esencialismo cultural y determinismo geográ-
fico se instalaron en el imaginario comunal sin fundamento alguno, construyen-
do una falacia que ha tergiversado la imagen de todo un pueblo a través de un
simplismo muy peligroso. La creación de estereotipos es uno de los mayores pro-
blemas cuando de analizar una cultura se refiere, y, en ese sentido, el reduccionis-
'~
de la visión personal de cada uno, la realidad es que estas tesis han sido muy _J
extendidas, tanto a nivel interno como en la opinión internacional, produciéndo-
u...:
zu_;
se en muchas ocasiones una yuxtaposición entre los fenómenos observados en la ...u
::J
realidad y la idea que se ha instaurado en el imaginario colectivo. Estos plantea- o
(JJ
mientos se pusieron especialmente en boga cuando estalló el conflicto que acabó s
_J
derivando en la descomposición de Yugoslavia, a modo de cuasi coartada que ...c.!
ce:
r-
explicase -con el maniqueísmo habitual en estos casos- el porqué de los encarni- 'P.
_J
zados y sangrientos actos que sucedieron. Repasar las diatribas de la prensa inter- ·r
.-<"
nacional en tan aciagos días no hace más que constatar este hecho. ¿
Resulta muy difícil precisar hasta qué punto esta argumentación antropo- ...lJ
ce
lógica y cultural pudiera explicar algunos rasgos de carácter de la población o
C;
<t
yugoslava, pero, en todo caso, los jugadores de baloncesto no dejaban de ser (.'.)
::J
miembros de esa comunidad. De la validez o no de dicha explicación cada uno )
ha de extraer sus propias conclusiones.
Aunque la unanimidad se antoja imposible.
381
Aspectos sociopolíticos: socialismo y kosarka
Cuando se trata de encontrar las claves de la mentalidad y determinación de los
jugadores yugoslavos, existe una argumentación mucho más palpable y común-
mente aceptada: la influencia que tuvo, sobre su ambición, el régimen político
socialista de la República Federal de Yugoslavia. Esa es la visión adoptada mayo-
ritariamente por los profesionales del baloncesto en Europa, por los que eran sus
 rivales en la pista o sus propios compañeros cuando los yugoslavos emigraban al
extranjero, aunque en líneas generales prensa y público tenían ideas parecidas.
Teorías que chocan frontalmente con lo expresado por muchos de los propios
protagonistas del kosarka.
La imagen extendida por los medios de comunicación internacionales era
que el socialismo implantado por Tito, a pesar de su éxito inicial, no pudo sacar
al país de la pobreza y situación precaria que arrastró tras la Segunda Guerra
Mundial. El pensamiento occidental siempre fue ese, englobando las realidades
sociales de los países del bloque comunista del Este en un mismo grupo, a modo
de estandarización. Repasar cualquier hemeroteca de cualquier medio generalis-
ta sirve para constatar esa tendencia. Pero la mayor parte de los ex yugoslavos
entrevistados en la elaboración de este trabajo muestran una opinión muy dife-
rente: "¡Si nuestro pasaporte era más valido que el español!", comenta Bozidar
Maljkovic. "Podías estar tomando una cerveza en cualquier terraza o coger un
avión para ir a Londres", añade el técnico serbio. "La primera vez que vine a
España, en el 76, en líneas generales las condiciones de vida eran mejores en
Yugoslavia que aquí", recuerda Vladimir Stankovic, muchos años afincado en
suelo español. "Nosotros no vivíamos en un comunismo duro como el de la
o influyó sobremanera en el carácter competitivo de los jóvenes jugadores yugosla-
> URSS. Podíamos entrar y salir del país, disfrutar de muchas cosas que en otros
<(
_J
(./) países del Este no podían", afirma el croata Zan Tabak.
o(.'.J
::)
La dualidad de ambas visiones marca también las argumentaciones relati-
>- vas a la ambición yugoslava. Por un lado, la percepción capitalista: en una socie-
º
1--
C/)
UJ
dad en la que era muy difícil ascender económicamente, la práctica del deporte
u se erigía en una vía inmejorable para mejorar las condiciones de vida. Lógica-
z _J
o
_J mente, ello repercutía en la determinación de la mayoría de los jugadores, que
<(
CCl sabían que disponían de una oportunidad única que les convertía en privilegia-
_J
UJ dos. Sin llegar a ser ricos, el ser un deportista de alto nivel conllevaba una serie
u)
o de prebendas y concesiones que distaban mucho del habitante estándar de
o (f)
<( Yugoslavia. "Muchas veces comparo a los jugadores yugoslavos con los negros
CCl
oa: estadounidenses que viven en barrios marginales. Ambos encuentran su salida
(./)
o en el deporte", comenta Nacho Solozábal. "En Yugoslavia, ser deportista supo-
,z
UJ nía un estatus. Si te decían 'Tienes que entrenar siete horas diarias' ... ¿cómo no
:J
(./)
ibas a hacerlo?", afirma Franco Pinotti.
No hay motivación más universal en el ser humano que progresar en su
382
estilo de vida. Aspiración primigenia e intrínseca a la naturaleza del hombre, ha
constituido el motor de los grandes avances a lo largo de la historia, ya sean cul-
turales, políticos o científicos. Pero si el deseo de ascender es universal, la fuerza
de ese sentimiento no lo es tanto. Mejor dicho, la intensidad es mucho mayor
cuando va acompañada de la necesidad. No es el mismo caso tener unas condi-
ciones de vida desahogadas e intentar mejorarlas que vivir en condiciones preca-
rias, en el umbral de la pobreza y luchar por salir de ella. Aunque el término uti-
lizado sea común a ambas situaciones, el empuje y vigor son muy diferentes. La
más cercana definición de supervivencia, mucho más profunda y endógena, es la
:¡
potencia de la emoción. Alejarse del punto más bajo -el simple hecho de sobre-
vivir- supone ir diluyendo la magnitud de esta fuerza vital. Pero ... ¿era esa la
situación de Yugoslavia?
La idea predominante en el baloncesto europeo es que esa motivación
básica marcaba la práctica del deporte de los jugadores yugoslavos desde sus ini-
cios. Una mezcla de admiración y sorpresa -quizá también cierta condescenden-
cia- acompañaba tradicionalmente las valoraciones de jugadores de otros países
al comentar la cantidad de horas que entrenaban, ya desde etapas formativas, los
baloncestistas de los países del Este. La Europa Occidental es muy diferente de
la Oriental y la mentalidad es producto de aspectos educativos mezclados con el
estilo de vida. Es necesario tener muy presente ese cambio de perspectiva social
y cultural cuando se trata de analizar la Europa del Este desde los países medite-
rráneos, algo que con frecuencia se olvida y que, tradicionalmente, ha sido una
de las grandes taras de estas visiones. Los análisis políticos a este lado del conti-
nente son una de las muestras más palpables de ello, muchas veces condiciona-
dos por la extrañeza y la incomprensión ante un sistema funcional a veces en las
antípodas de la perspectiva occidental.
Así pues, la creencia generalizada fue que la situación político-económica o
_J
w
vos. La ambición por mejorar sus condiciones de vida, unida a la propia tradi-
u
_J
w
ción formativa del país, llevaba a la asunción natural del trabajo como máxima
z
w
ineludible y a orientar todos los esfuerzos a ese objetivo. "Los equipos yugosla- w
:J
vos estaban llenos de gente joven con mucha hambre, cuya única opción de pro- a
(f)
<(
gresar en la vida era irse al extranjero, y que iban a hacer lo que hiciera falta y _J
w
más", afirma Juanan Morales. Este último matiz no es banal, pues la actitud o:
1-
voraz que transmitían sus jugadores resultaba, de tan palpable, un arma más que (f)
w
muchas veces chocaba con otras mentalidades. Los miembros de cualquier con- (f)
<(
junto balcánico hacían todo lo que fuese por ganar. Y, en este caso, "todo" no es ~
una manera de hablar. Claro ejemplo de la perspectiva cultural señalada, ese w
o:
ansia por imponerse, de plasmar nítidamente y sin debates su superioridad, fue o
o
<(
un aspecto muy-cuando menos- controvertido de sus equipos y jugadores. La (.'.J
representación teatral de Kicanovic y Slavnic ante la URSS en el Europeo de
:J
---,
Lieja, los escupitajos de Drazen Petrovic con la Cibona y sus gestos hacia la
grada desquiciando a sus enemigos del Real Madrid, la propia reacción del públi-
383
co en la capital española en el encuentro URSS-Yugoslavia del Mundial'86, el
juego físico y subterráneo de la mayoría de sus equipos, las actitudes desafiantes
ante rivales o espectadores ... En muchos países no se veía con buenos ojos ese
comportamiento, calificándolo de poco deportivo, y que provocó el rechazo -en
algunos ejemplos concretos, casi se podría denominar animadversión- hacia una
forma de actuar que destilaba fiereza competitiva o actitud humillante, según el
grado de repudio del interesado. Perspectiva cultural.
Pero las argumentaciones que fundamentan la mentalidad yugoslava
como consecuencia del régimen político y la situación social de sus habitantes
 no encuentran demasiados adeptos entre los propios protagonistas, aquellos que
vivieron esa realidad desde el interior. "Sé que Alfred Julbe, a quien quiero
mucho y somos muy amigos, ha dicho en alguna ocasión que la situación social
era uno de los motores de nuestra competitividad, pero nunca hablé con él sobre
este tema. Yo no estoy de acuerdo, creo que es un tema más ligado a nuestra
educación", comenta Maljkovic. Por su parte, Zeljko Obradovic no cree en dis-
tinciones: "Yo, después de la experiencia que tengo, no creo que la mentalidad
de los jugadores dependa de su nacionalidad. Eso depende de cada uno, sea grie-
go, español, serbio, lituano, lo que quieras. Depende de cada persona, de lo que
ama el baloncesto, que quiere y cree que puede meter el tiro. Yo he tenido juga-
dores de muchos países a mis órdenes y nadie me puede convencer de esto, de
que por ser yugoslavo, o serbio, eres, no sé, más grande. Es consecuencia de cada
jugador, de que en ese momento haya una buena química dentro del equipo, de
todas esas cosas", afirma el técnico de Cacak. "En ese sentido, los jugadores de
aquella generación de Yugoslavia, tanto los de los setenta como los de los ochen-
ta, no tenían miedo a ganar".
Por un motivo u otro, la competitividad yugoslava nacía ya desde la etapa
de formación. El deporte fue muy promocionado en todos los países del bloque
o
comunista como medio de expresión nacional, y si los jóvenes querían aspirar a
~
....J
(/) progresar para llegar a lo más alto, la primera criba tenía su origen en las catego-
o ~
<..? rías inferiores. Con tantos jugadores con aptitudes naturales, intentar despuntar
:::>
>- significaba imponerse a los aspirantes, y las incontables horas de trabajo eran un
º
f-
e/)
w
requisito asumido y aceptado. La rivalidad era máxima por lograr la primera
u
z
gran meta, alcanzar la plantilla sénior de cualquier club de la Prva Liga. Se hacía
o....J lo que hiciese falta para conseguirlo. Sesiones maratonianas a diario, obsesión
<!
O'.l permanente por progresar. Materializar el tan ansiado objetivo era una batalla
....J
w que había que ganar como fuese. Predrag Danilovic hace referencia a esta situa-
ui
o ción, ligándola a la realidad social de la época: "Nosotros no éramos como los
o J)
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O'.l
jóvenes de ahora. No podíamos comprarnos motos, ni coches, de jóvenes, como
oa: en España o en Italia. Lo único que pensábamos las 24 horas del día era en
(/)
baloncesto. En Italia había muchos buenos jugadores, pero siempre ganábamos
o
,z
w a los italianos y seguramente era porque teníamos más hambre. Era una cuestión
:::>
(/)
de mentalidad. Mucha gente juega al baloncesto para comprarse un coche, para
hacer dinero, chicas ... Todas esas cosas llegan con el baloncesto. Pero no debes
384
jugar para eso. Al kosarka se juega porque quieres llegar a un nivel, a una meta, y
todo lo demás llega solo". Palabras casi idénticas a las que enuncia Dino Radja:
"El deporte de hoy no me gusta. Ahora el motor es el dinero. A los jugadores no
les importa nada, sólo cuánto dinero me das. Para nosotros lo primero era el
amor por el deporte. Era importante ser mejor que los soviéticos, los italianos o
los españoles".
La perspectiva externa habitualmente infiere que la ambición de los jóve-
nes yugoslavos no se veía saciada con ser miembro de un equipo de primera divi-
sión. Estos tenían unos ingresos por encima de la media, pero no garantizaban
L..__
un futuro económico sólido. El siguiente gran motor competitivo era llegar a la
Reprezentacija, pues este hecho suponía un salto tanto en estatus -con diversos
privilegios por parte del Gobierno- como en cantidades económicas, no en vano
ser internacional absoluto aportaba un notable plus en las ganancias. Otra gran
lucha, otra criba que conllevaba imponerse a un buen número de aspirantes al
deseado premio. "El plus económico por jugar en la selección era importantísi-
mo. Los internacionales cobraban dietas, primas ... Para los yugoslavos la selec-
ción lo era todo, la manera de ganar dinero y prestigio", dice Nacho Solozábal.
La tercera gran circunstancia comúnmente aceptada incidía en que el des-
medido anhelo por avanzar era consecuencia de la reglamentación de salida del
país exigida por el socialismo de Tito. Inicialmente situada en la treintena, pos-
teriormente fue rebajada a los 28 años (con el servicio militar realizado, siempre
antes de los 27) y 150 internacionalidades, una vez el régimen consideraba que
se habían acumulado suficientes méritos en el "servicio a la patria". No había
lugar al acomodamiento prematuro por haber accedido al profesionalismo. En
el horizonte, una fecha permitía dar el salto a otra competición y, con ello, ele-
var exponencialmente la remuneración recibida, esta vez sí suficiente para asegu-
rar el futuro económico. En la década de los setenta, los Kicanovic, Slavnic,
Delibasic o Dalipagic emigraron a otras ligas el primer año que pudieron hacer-
..J.J
lo, cuando llegaron a la edad exigida. Otros jugadores sin tanto renombre y cali-
dad lo hicieron a ligas o equipos de menor nivel, pero el objetivo de alcanzar la z
..J.J
cima personal era común a todos ellos. A diferencia de la URSS, cuyas figuras ._L
tradicionalmente no tenían posibilidad de salir al exterior, los jugadores yugosla-
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V'
vos tenían una fijación que servía de motor para crecer, superarse a sí mismos ... ,--(
_.::J
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y a los demás. La clave residía en el intento de ser lo mejor posible -más aún, el e.U
ce
mejor- para, una vez cumplida la normativa, poder estar en disposición de con- J)
seguir un gran contrato, en un club potente y una competición fuerte. De nuevo J'
''-<-
2~
la pugna por progresar, la competitividad reinante, la obligación de superar los
obstáculos en forma de rivales para consumar el objetivo. Como ilustra Juanan UJ
:X
Morales, "nuestra situación económica y social era muy diferente. Yo no sé qué o
o
haría en su lugar; si mido 2.1 O y juego contra jugadores de otros equipos que <.:
(_:1
:J
viven mejor que yo, pues me planteo qué he de hacer para vivir así. Yo quizás )
hubiese hecho lo mismo". La misma opinión tiene Josep Maria Margall: "Cuan-
do tú tienes como finalidad ganarte las habichuelas, entrenas más y haces lo que
385
sea por sobresalir. Lo que sea".
De igual manera que sucede con anteriores cuestiones planteadas, estos
argumentos no coinciden con los de algunos de los protagonistas: "En cuanto a
las horas que entrenábamos, yo sólo puedo hablar por lo que yo viví, la Jugo-
plastika y la selección yugoslava. Sí que entrenábamos muchísimo. Y esta era
una cosa que surgía desde el principio. Desde el primer día era un orgullo ir a
trabajar más, intentar esforzarte más ... Pero no puedo hablarte de todos los clu-
bes de Yugoslavia. Yo puedo hablar de la Jugoplastika y de la selección. Y nos-
otros allí teníamos esa cultura deportiva: la cantidad de trabajo, la dedica-
 ción ... ", afirma Zan Tabak sobre su etapa en Split. Zeljko Obradovic no cree
que el secreto radique en un afán económico: "¿Y por qué Pau Gasol es un gran
jugador? Esa es mi respuesta. ¿Por qué vive en otro país? Porque le gusta el
baloncesto y ha trabajado como ha trabajado. ¿Puede decir la gente de Gasol lo
mismo que de los yugoslavos?". Opinión corroborada y ampliada por Vladimir
Stankovic: "El tema de los motivos económicos yo creo que se puede aplicar
más para los soviéticos. En Yugoslavia, a partir de la década de los sesenta, tuvi-
mos oportunidad de viajar y conocer mundo. Por lo tanto no era un hambre de
salir del país. Los jugadores vivían bastante bien, empezaron a ganar dinero. Se
le llamaba un amateurismo falso, porque oficialmente no se introdujo el profe-
sionalismo en Europa hasta más tarde, pero todo el mundo sabía que a los juga-
dores se les pagaba y en algunos casos muy bien. Además de otros beneficios, ya
que los clubes compraban pisos para ellos. Estos pisos no eran de su propiedad,
pero una vez se obtenía el derecho a vivir en ellos era para siempre, aunque no
fueran los propietarios. Y después, cuando en los años noventa llegó la ola de
privatización de todos estos pisos, se compraban por muy, muy poco dinero.
Por lo tanto, un jugador de 22 años disponía de una vivienda bonita, muchas
veces incluso se le regalaba un coche, tenía dinero, ya fuese en negro o en blan-
o __J
co, no pagaba hoteles. Vivía por encima de la media. No tenía esta motivación
~
en de salir del país".
o w
(.!:) El periodista serbio, que ha informado sobre las selecciones de fútbol y
::.>
>- baloncesto por espacio de más de tres décadas, añade: "Las conclusiones sólo se
º
l-
en
w
pueden extraer hablando con los jugadores. Ellos son más directos y dirán 'Yo
u he salido porque quería vivir mucho mejor' o 'Ese no fue mi caso'. Yo creo que
z __J
o__¡ esto te lo pueden decir jugadores de 1992, 93, 94, con la guerra. Pero de 1975
<(
c:o en adelante, muy pocos. Porque no vivíamos mal. Es otro tipo de vida, otra cul-
__¡
w tura, y seguro que también influían las ganas de aprender otros idiomas y cono-
u)
o cer otros estilos de vida. Pero yo creo que el motivo principal no era salir de la
o . ."
<(
c:o m1sena.
oe:: Uno de los que salieron del país para continuar su carrera profesional fue
en el propio Zeljko Obradovic: "La temporada que acabé mi carrera de jugador
o asomar la cabeza en un baloncesto repleto de caracteres voraces. A la inversa, esa
•Z
w tenía una oferta de bastante dinero en el extranjero. Y me dije: 'No, yo quiero
:::>
en ser entrenador'. Aunque gane menos dinero. El primer año lo ganamos todo y
yo fui el único que no tuvo primas de campeón de liga y Copa de Europa. Me
386
vinieron muchas ofertas y dije: 'No, yo quiero trabajar un año más con el Profe-
sor Nikolic'. La segunda temporada no recibí ni una sola peseta en todo el año,
no pude cobrar, porque la situación era muy difícil. Yo tenía para vivir, así que
me daba igual. Entonces llegaron ofertas. Hablé con Kicanovic, Savovic y el
Profesor Nikolic y me dijeron: 'No, tienes que salir. No por el dinero, sino por-
que tienes que aprender y ahora tienes la posibilidad de mejorar en el extranjero.
Vete, que es una gran oportunidad para ti'. La oportunidad que me ofreció en su
momento el Partizan fue tan grande que no me importó no cobrar", añade el
técnico serbio. En una entrevista concedida a la revista Nuevo Basket en 1986,
Danko Cvjeticanin declaraba: "Yo gano unos ocho mil dólares al año. Sé que en
comparación con España es una cifra muy baja, pero en el contexto del nivel de
vida yugoslavo permite llevar una vida cómoda, pues los precios son menores en
comparación con otros países. Si quiero ganar mucho dinero deberé fichar por
un equipo italiano o español. Sin embargo, tengo otras ventajas, como son los
estudios. Estoy en la Facultad de Ciencias Económicas y tengo privilegios en
cuestión de los exámenes; las fechas siempre se amoldan a mis necesidades, pues
debo viajar mucho".
Este tipo de declaraciones van más en la línea que fundamenta el éxodo
de los jugadores balcánicos en el hecho de que ya lo habían conseguido práctica-
mente todo en sus clubes de origen o en la propia selección yugoslava, y pocos
alicientes más les quedaban para seguir en la liga de su país, en la que frecuente-
mente debutaban a edades muy tempranas. "Quien quiera mis servicios puede
dirigirse a mí mismo. ¿Mi cotización? Puedo asegurar que el tema económico no
sería problema, pues no siempre el dinero lo es todo. Jugar en un buen equipo y
sentirse a gusto a veces no tiene precio", declaraba Ratko Radovanovic a Nuevo
Basket en el mismo año 1986. En contraposición, un hombre de la cotización de
Zarko Varajic, capitán del Bosna de Sarajevo, miembro de la Reprezentacija y o
que ostenta el récord de anotación en una final de la Copa de Europa, decidió
w
u
en 1981 irse a jugar a una competición de poco nivel, como era la de Emiratos __J
Árabes, donde había también diversos entrenadores yugoslavos. "Yo creo, igual zw
que sucede con lo del carácter ganador, que el tema de ir a jugar al extranjero era w
:::>
una cuestión individual", comenta Zeljko Obradovic. o
(/)
<(
Independientemente de su origen y de si este gravita en torno a aspectos __J
sociopolíticos, la pasión competitiva de los yugoslavos, plasmada en el ardiente w
ce
1-
anhelo de lograr el respeto de compañeros y rivales, era también aprendida y asi- (/)
w
milada por imitación. Cuando el individuo se desenvuelve en un entorno muy (/)
·<(
competitivo, tan sólo los más fuertes sobreviven, y es necesario adaptarse al ~
(/)
medio para hacerlo. La selección natural de Oarwin aplicada al mundo del w
ce
deporte. El deseo ganador se retroalimenta y era condición indispensable para o
o
<t:
(.'.J
::i
mentalidad también se contagiaba y se podía transmitir a los compañeros más --¡
cercanos. "Sasha (Djordjevic) es el jugador más competitivo y resolutivo que he
visto. Tenía una capacidad para decidir en los minutos de la verdad que no he
387
visto a nadie. Esa sensación de 'tranquilos chicos, que aquí estoy yo' la transmi-
tía. Hacía mejores a los demás", recuerda José Luis Galilea. ¿Difícil compartir
vestuario con alguien de esa mentalidad? "No, para nada. En el trato diario era
muy cercano. Sí que es cierto que este tipo de jugadores te tienen que respetar y
de vez en cuando te prueban. Y cuando lo hacen, has de reaccionar de la manera
correcta. Si lo haces, van a muerte contigo. Los americanos también son de
hacer estas cosas". ¿Algún ejemplo? "Un día en el entrenamiento tuve una
encontronazo con Sasha. Nada serio, típicos roces de los que hay a miles en
cualquier equipo con gente que son amigos entre sí. Yo jugaba muy poco aquel
 año, pero le planté cara ... Y ningún problema. A ellos les gusta la gente con
carácter. Con carácter y que trabajen".
La competitividad formaba parte del carácter yugoslavo, no tan sólo den-
tro de las canchas, sino también en otros muchos contextos. "Las dos tempora-
das que coincidí con Slavnic, yo tenía las mañanas libres y quedaba con él para
ir a tirar o jugar unos contra unos. No le gané nunca en esos dos años y eso que
íbamos un par o tres de veces a la semana. Me hacía todas las putadas del
mundo, me cogía, me estiraba, gritaba que no era falta si yo la pitaba. Cualquier
cosa menos perder. Esas ganas se notaban. Y nunca pude decir: '¡Eh, yo te he
ganado!'. Nunca", comenta Josep Maria Margall, rememorando sus vivencias
con el genial base de Belgrado.
En caso de que la explicación contenga aspectos antropológicos inheren-
tes a las aspiraciones ancestrales del ser humano, cabe cuestionarse si cuando se
logra colmar la necesidad de seguridad, esta pasión se diluye. Si una de las dife-
rencias es la realidad socioeconómica ... ¿Qué pasa cuando esta se equipara a la
de los demás? "Yo me he encontrado con jugadores de la ex Yugoslavia de los
que piensas 'Joer, se están escaqueando. Si se supone que están acostumbrados a
entrenar más que tú, que se pasan horas ... y va el tío y está perreando'. Pero, por
o o
>
<!
otra parte, Jordi Pardo, por ejemplo, fue compañero de lvanovic en el Girona y
_J
(/) me decía que entrenaba, entrenaba y entrenaba. Dusko lo que predica como
o(.!:)
entrenador lo hiw como jugador. Supongo que ahí ya va a las características per-
:::>
>- sonales de cada uno; los habrá que mantengan ese ansia competitiva y otros lo
º
1-
(/)
LU
harían en su etapa de juveniles, pero cuando llegaban a equipos extranjeros, no
u tanto", comenta Juanan Morales.
z _J
o
_J "Bueno, Savic trabajaba muchísimo. Tenía una capacidad de trabajo
<!
c:o impresionante", afirma Galilea. "Y yo he visto con mis propios ojos, cuando era
_J
LU juvenil en el Real Madrid, a Drazen Petrovic quedarse dos horas a tirar después
u)
o de entrenar. Y ya era el mejor jugador de Europa. Se iba Fernando Martín, se iba
o u)
<! Biriukov ... y allí se quedaba él. Saliendo desde medio campo, haciendo cam-
c:o
oa: bios, trabajando la técnica individual. Y se pegaba unos mates increíbles. Mira
(/)
que luego en los partidos jamás los hacía."
o ('.J
•Z
LU Más allá del debate sobre el instinto competidor, la realidad sociopolítica
:::>
(/)
de Yugoslavia repercutió en un aspecto del carácter yugoslavo. Eran personas
acostumbradas a madurar prematuramente en comparación a otros jóvenes de
388
sociedades más desahogadas, con plena autoconciencia de la situación del país y
que sabían cuál era el camino a seguir para conseguir progresar económicamen-
te. La convicción de que en un futuro emigrarían a otros baloncestos y culturas,
conjugados con un sistema educativo sólido, exigente y de tendencia políglota,
les llevaba a estar muy preparados para la vida en otros entornos. Adaptación al
medio. En general, gente que estaba muy atenta a cualquier detalle a su alrede-
dor, controlando siempre cualquier percance por nimio que fuera. Y facilidad
para los idiomas, poca duda cabe. Lo cual no deja de ser un recurso de adaptabi-
lidad. "Yo tenía muy buen feeling con Moka (Slavnic). Cuando llevábamos un
mes, estábamos en una charla en la que nos explicaban los sistemas. Quise tra-
ducir lo que decía Antoni Serra (el entrenador) para ayudarle y me dice: 'Eh, eh,
calla. No me expliques nada, que ya sé, joder'. Los yugoslavos son vivos, pillos,
listos. Kicanovic, Delibasic ... Además, aprenden el idioma en cuatro días. Y se
relacionan. Por ejemplo, Moka llegó aquí e iba por la calle, saludaba a todo el
mundo, se interrelacionaba con la gente ... Zoran era un caso especial. Muy,
muy extrovertido. En general son vivarachos, saben cómo actuar. Y en la cancha
se notaba", comenta Josep Maria Margall.
La misma opinión tiene Nacho Solozábal: "El yugoslavo en cuatro días se
hace el jefe de todo. Manda, habla, dirige ... Supervivientes. Además, eran unos
trotamundos, y sabían controlar todo el entorno, elegir el escaparate ideal para
destacar, eran muy conscientes de si el partido se televisaba o no ... Eran muy
inteligentes, no sólo para el baloncesto, sino en cualquier aspecto de la vida''.
Pocas anécdotas tan simbólicas como la que cuenta Margall: "Moka
aprendió a jugar al mus en cuanto llegó aquí. Un juego complicado, inexistente
en su país. Él veía que todo el mundo jugaba y su carácter le llevaba a intentar
vencer en aquello en lo que se suponía debía ser peor que nosotros. Iba con su
personalidad, y las reglas del juego premian a los astutos. La tercera vez que
_J
jugó, ya nos ganó". llJ
u
Asombroso este Zoran "Moka" Slavnic. _J
LJ.J
"Bueno, los compañeros del Real Madrid en la selección me dijeron que z
llJ
Delibasic tardó cuatro días en ganarles". ..l..I
:::>
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(/)
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La vía de la educación w
a:
1-
(/)
llJ
En Yugoslavia teníamos talento para competir. Nosotros siempre tenemos rF;
<t
un sentimiento de que debemos competir con alguien. Desde niños, en el juego, ¿
queremos derrotar al otro como sea. Yo pienso que proviene de nuestra educación w
a:
. en casa, de nuestros padres, y creo que es muy positivo. Nuestros padres no tuvieron o
o
posibilidades de hacer deporte o cualquier otra cosa donde pudieran competir. <t
:::>
Después de la Segunda Guerra Mundial, todo el mundo quería hacer una nueva )
vida, y no había tiempo para el deporte. Las nuevas generaciones sí tuvimos esa
oportunidad. De esta competitividad creo que sale el talento para cualquier deporte,
y así surgieron jugadores de fotbol, baloncesto, balonmano ... 389
(SAMIR Avrnc, integrante de la generación de Bormio, Sarajevo, 2010)
El decisivo impacto de la situación económica del país en el carácter y ambición
yugoslavo no es la única teoría. Sí la más extendida, pero hay opiniones que
dotan de mucho más peso a la influencia del sistema educativo y a los valores
concretos de su sociedad. Como dice Juanan Morales, "la competitividad no se
puede explicar tan sólo por el socialismo, porque los checoslovacos también eran
comunistas. Por h o por b, los yugoslavos eran extremadamente competitivos.
 Hay muchas más rawnes que el hecho de progresar económicamente". Si en los
análisis desde fuera de sus fronteras los motivos sociales y económicos suelen ser
los más esgrimidos, cuando son los propios protagonistas los cuestionados el
denominador común hace referencia a la tradición, valores y pedagogía de la
estructura educativa yugoslava; restándole importancia, en suma, a las explica-
ciones generalizadas desde el exterior.
La competitividad y el fuerte nivel de exigencia eran conceptos muy arrai-
gados en la estructura formativa yugoslava. Ésta premiaba al que destacaba sobre
los demás, fijando cotas de rendimiento muy altas e interiorizando, ya desde
muy jóvenes, la cultura del esfuerzo máximo y la autosuperación. Las competi-
ciones matemáticas o de conocimientos generales entre diferentes colegios for-
maban parte de la rutina. Nuevamente es necesaria la perspectiva sociocultural
para poder entender las diferencias con Occidente. El propio afán de los balon-
cestistas yugoslavos por simultanear los estudios con el deporte -por mucho que
el sistema concediera facilidades a los estudiantes- es sintomático de los valores
instaurados en la sociedad balcánica. En pocos baloncestos, durante las décadas
de los sesenta, setenta y ochenta, existe tal cantidad de jugadores que compagi-
naran su trayectoria deportiva con estudios universitarios. El esfuerzo como
o o
> máxima, con la figura paterna ejerciendo de primer transmisor de unos valores
::í
(/") que tenían su origen en la tradición y la familia como núcleo primigenio. Todos
o w
~
::::>
los niños y niñas se veían imbuidos en unos ideales que formaban parte del
> entorno familiar, escolar y, por ende, social. "Desde luego, el sistema educativo
ol-
en fue muy importante en la personalidad de los jugadores yugoslavos. El sistema
UJ
u era muy bueno. Otorgaba una educación muy amplia. Hubo algunos, como hay
z _J
o
_J en todas partes, que no pudieron aprender nada, pero era poco común. Incluso
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co entre los jugadores, quienes, con excepciones, nunca fueron alumnos excelentes.
_J
UJ
Pero para formar tu carácter influye mucho la educación. Cuanto más sabes,
U"i
o más puedes conseguir, por una vía o por la otra. Por su inteligencia, por su edu-
o
<(
co cación, no sólo por la capacidad física. Esto se ve en privado, no sólo en la can-
oo:
cha: sus declaraciones, cómo se expresan, cómo razonan ... ", afirma Vladimir
(f)
o Stankovic.
•Z
UJ
::J
"Fui uno de los mejores de mi instituto", recuerda Zan Tabak. "Y sólo en
(/")
mi último año, debido a los viajes de Euroliga, me permitieron saltarme algunas
clases. Ingresé en la Facultad de Economía con Luka (Pavicevic) porque se lo
390
prometí a mi madre y porque en aquella época ser deportista no te garantizaba
resolverte la vida, como pasó después. De hecho, mi generación fue la primera
que lo consiguió, antes no era posible", explica el antiguo pívot de la Jugoplasti-
ka y la selección croata.
Un ejemplo como el de Tabak no es infrecuente. Justo todo lo contrario.
Las excepciones a las que hace referencia Vladimir Stankovic son muchas más
que en otros baloncestos. "Fui el mejor estudiante de mi generación, campeón
de matemáticas durante tres años seguidos", recuerda Luka Pavicevic. Zoran
Jovanovic fue elegido estudiante del siglo de su instituto en Belgrado. Radenko
T Dobras promedió 3,6 puntos sobre 4 en Ingeniería Informática en la Universi-
1 dad de South Florida, llegando a ser All-Academic a nivel nacional. Más allá de
las innatas condiciones intelectuales para ello, dejan entrever la influencia de los
1
1
valores de exigencia máxima en los jóvenes de Yugoslavia, ya sea a nivel deporti-
vo o académico. Junto a la inevitable referencia a los valores familiares, "para mí,
es una cuestión familiar. Todo llega de la familia", Dino Radja hace alusión a los
efectos de las durísimas sesiones de entrenamientos sobre la agresividad compe-
titiva: "Pero cuando te entrenas duro tantas veces cada día, cuando compites
tanto cada día, también es más fácil tener ese sentimiento competitivo. Tú, yo o
el de al lado. Si entrenas durante un año una hora y media al día, de la cual sólo
la mitad es en serio ... Aquí entrenabas tres horas al día a tope ¿sabes cuánto
mejoras en ese tiempo? La diferencia es grande. Esta es la clave del éxito en
Yugoslavia. También de la mentalidad. Tú desarrollas la mentalidad competitiva
con el trabajo diario. Si sólo haces unos pocos tiros por la mañana sin forzar no
puedes luego competir. Aquí siempre era competición. Siempre. Aunque fuera
el final del entrenamiento ¿Quién ha metido más tiros, quién ha metido prime-
ro cien tiros libres? Competición, siempre era competición", argumenta el croa-
ta. "La metodología de los entrenadores yugoslavos era más dura, desde luego. Y
era algo aceptado por los jugadores, que sabían que era la única manera de lle- _J
UJ
gar. Esto tiene sus raíces en el nivel de vida, pero yo creo que la ambición predo- u
_J
minante iba en consonancia con el sistema educativo, que generaba la predispo- zw
sición al sacrificio", afirma Vladimir Stankovic al respecto. w
::J
La interrelación entre los valores educativos, el entorno social y la menta- o
(/)
lidad competitiva no se puede desdeñar. "La presión a veces era y es abrumado- <(
ra. Y eso te hace más fuerte. Goran Ivanisevic, el tenista, que es de Split, dijo
_J
w
a:
1--
una vez: 'Me preguntan cómo puedo aguantar toda la presión de la competi- (/)
w
ción. Después de la presión que ha ejercido sobre mí Split, mi propia gente ... si (/)
<
supero eso, puedo aguantar cualquier cosa'. Y yo lo veo como Goran. En Split, si ~
enw
quedas segundo, no eres nada. He vivido en España, Turquía, Italia o Estados
ce
Unidos y nunca he vuelto a ver algo así. Y conlleva cosas positivas y negativas. o
o
<(
Por un lado, este entorno me ha hecho más fuerte como persona, pero la exigen- (.'.J
::J
cia está a veces fuera de la realidad", nos dice Zan Tabak. Algo similar expresaba -¡
Zarko Paspalj en 1994, cuando declaraba a la revista FIBA Basket. "En Yugosla-
via no se entiende que las cosas no te salgan bien. Recuerdo perfectamente, no
391
lo olvidaré nunca, que al volver a casa después de perder la final de los JJ.00.
contra la URSS, absolutamente nadie nos dio las gracias ni nos dijo 'bien hecho,
muchachos'. Nadie. A veces uno se siente furioso". Esta cultura del ganador
suponía una presión muy fuerte, que simultáneamente se naturalizaba y retroali-
mentaba en todas las capas de la sociedad. Los deportistas no iban a ser una
excepción. "Hay algo de carácter, nadie quiere perder ni a las canicas. En otros
países se dice 'bueno, hemos perdido pero no pasa nada'. En Yugoslavia, muchos
jugadores, especialmente estos de un carácter ganador tan acentuado, con ansias
de ganar cada partido, no lo entienden. '¿Cómo que no pasa nada? Ha pasado
 T
algo, hemos perdido, tíos. ¿Cómo no podéis entender eso?'. Tampoco tiene que
ser el fin del mundo, pero sobre todo si has podido ganar y no lo has hecho por
una tontería, o por miedo o no sé qué, sí que pasa algo", comenta Vladimir
Stankovic.
Y esa fiereza de carácter era vista de una manera totalmente normal. Lo
único realmente importante era la victoria. El que habla es Bozidar Maljkovic:
"El entorno familiar transmitía los mismos valores. Era algo totalmente acepta-
do, una opinión pública. Esa era una de las grandes diferencias con el resto de
Europa. Aquí tenías un partido de niños pequeños. Tu rival tiene un punto de
ventaja. Hace falta personal y dispones de dos tiros libres. Si el crío los mete,
ganan. Si no, pierden. La mentalidad es que si los anota, pues es lo normal. Está
solo, sin oposición. Pero si los falla, todo el mundo le ataca, le critica ferozmen-
te". Boza continúa su exposición: "Es algo espartano. Yo siempre digo que el
niño casi no puede dormir en casa, hasta que su padre lo olvida. Es una exagera-
ción, pero se entiende. Es una vergüenza para la familia, un ataque al orgullo.
Estabas solo, no podías fallar. En otros países se piensa que es lógico. Aquí no.
Se le machaca, y eso produce más competitividad, más mala leche, más 'quiero
ganar. Ganar, debo ganar'. Es una presión brutal". Maljkovic extrapola a los pro-
o o_¡
> pios equipos: "Hay otra cosa que también es buena para ganar. En otros países,
:5 los mismos compañeros en el vestuario no le dirían nada a uno que ha fallado, le
CJ)
o nían una mentalidad similar? "Bastante similar, pero en eso los serbios eran los
o darían la mano y ya está. Aquí no ves eso. Aquí te dicen 'fallaste porque no tra-
:::>
>-
bajaste bien, porque no se qué, debes meterla'. Es diferente".
º
1-
(J)
w
El propio Aza Nikolic escribía sobre ello en su Selekcija u Kosarci, la obra
u que resume las principales premisas de su filosofía: "Para un club organizado
z _¡
o
_J profesionalmente, es necesario mantener una cierta medida de entusiasmo o
<!
co emoción para alcanzar objetivos individuales o comunes. La cohesión se da
_J
L.U según dos criterios fundamentales: el emocional, cuando los miembros del equi-
(.!)
o po se comportan predominantemente como amigos, o el funcional, en el que
o (j¡
<!
co
los jugadores se atraen recíprocamente según el principio de colaboración fun-
oe:
cional. Ambos criterios son válidos. Por ejemplo, nuestra selección nacional ha
CJ)
o ganado una gran competición mundial cuando su cohesión se basaba exclusiva-
•Z
L.U mente en relaciones de recíproco respeto del valor técnico de los miembros,
:J
CJ)
mientras que desde el punto de vista personal los jugadores mostraban un eleva-
do grado de recíproca no aceptación. Años después, otra selección nacional ganó
392
una competición internacional y la cohesión de este equipo se basaba predomi-
nantemente en el componente emocional de sus relaciones interpersonales: era,
en efecto, una selección de buenos amigos". Más allá de la aceptación pública de
que en una selección yugoslava en concreto sus miembros se llevaban mal, lo
que choca es la opinión personal de Nikolic: "Si tuviéramos que formular nues-
tra opción personal, el criterio funcional lo pondríamos en primer plano por-
que, por principio, asegura unos niveles de cohesión más ciertos y duraderos".
La percepción de Nikolic bien se pudiera aplicar al global de la mentalidad
yugoslava. Competitividad sin límites. Lo fundamental es la victoria.
Sea como sea, lo que sí resulta incuestionable es que la mentalidad gana-
dora y el carácter competitivo de los jugadores yugoslavos supuso la gran dife-
rencia entre ellos y el resto de países del Viejo Continente. Algo que cualquier
jugador o entrenador a los que se enfrentaron corrobora inmediatamente. Igual-
mente pasa con los periodistas o espectadores que tuvieron el privilegio de asistir
a algunas de sus exhibiciones in situ. Era un arma más, como lo era la capacidad
física o técnica; quizá la más poderosa y nociva para los equipos adversarios.
Aunque hay gente que opina que también para los propios. Ettore Messina des-
taca la relevancia que tuvieron los entrenadores yugoslavos en la conformación
de ese rasgo tan asociado a sus jugadores: "Yo creo que esa mentalidad tiene
mucho que ver con el papel del entrenador. Es respetado por todos, tiene una
función pedagógica, y eso les permite influir mucho en la mentalidad de los
jugadores a través de una exigencia extrema". Pero el técnico italiano no cree que
fuese el único motivo, ni mucho menos. Su enumeración causal coincide con el
sentir general: "Eso, al margen de que también era muy importante que tenían
un nivel de competencia muy fuerte, el hecho de que no podían salir del país
hasta los 28 años, que el deporte era una forma de éxito que daba acceso a una
vida mejor ... Y que ellos, por supuesto, tenían una enorme competitividad
interna que en otros países no tienen". ¿Usted cree que en toda Yugoslavia te-
L.U
u
_¡
w
más destacados". z
w
Uno de los más distinguidos exponentes de ese carácter ganador, como es w
Aleksandar Djordjevic, ofrece su opinión: "Influye todo: la familia, la vida, la
:J
d
(/)
educación. Yo llegaba a casa después de haber hecho un buen partido y mi padre, <!
que había sido entrenador, me decía: 'Veinte puntos, sí, pero has fallado en esto,
_¡
w
e:
esto, esto y lo otro, y lo otro ... '. Eso es autoexigencia. Nuestros entrenadores 1-
(J)
w
también eran muy importantes para ello". A lo que Sasha añade: "Y la calle, la CJ)
-<!
vida. También hay que ser cabrón dentro de la pista. Y nosotros, si tenemos que ~
ser cabrones, lo somos". w
e:
-Probablemente nunca se encuentre una explicación concreta para esta o
o
característica. El determinismo no suele ser un método adecuado para argumen- <!
o
tar aspectos tan complejos como son los psicológicos. El resultado final es conse-
:J
-,
cuencia de una miríada de factores, algunos de ellos de influjo directo y otros de
incidencia indirecta. En el presente o por tradición; por antropología, historia,
393
tradición épica o educación; por sociedad, valores o características personales.
Dependiendo de la situación concreta y específica de cada individuo. Imposible
cuantificar la incidencia de cada factor: "Influye un poco de todo: la cultura, la
educación, la montaña que obliga a superar situaciones adversas ... Si tienes que
salir y estás a -20°, a lo mejor alguien que ha vivido toda la vida en el Mediterrá-
neo se da la vuelta y vuelve a casa. Tienes que sufrir. No sé, es un conjunto de
elementos, no hay sólo uno. Seguro que tiene que ver con la tradición, y con
tantas guerras y tantas batallas, y con las narraciones épicas ... Pero no puedo
decir que esto es clave y tiene más importancia que lo otro. Hay muchas cosas
 T
1

más, yo creo que tiene que ver el sistema educativo. O el peso de la educación
familiar, o ... Es muy difícil realizar una definición exacta", concluye Vladimir
Stankovic.
Lo que sí parece claro es que todos esos factores confluían en la mentali-
dad de los jugadores. Y, en algunos casos extremos, el producto definitivo resul-
taba abrumador ... y muy palpable dentro de la pista. Para todos. Incluidos los
rivales: "¿Que elija a un jugador que ficharía para mi equipo? A Predrag Danilo-
vic. Lo que me ha contado Ranko Zeravica, lo que me ha dicho Ettore (Messi-
na), lo que yo mismo vi en el Europeo Júnior del 88 en que era seleccionador ...
Ese carácter, ese enfrentamiento con el entrenador contrario, provocándote con
la mirada, diciéndote con los ojos 'prepárate, que te voy a ganar ... "'. Estas son
declaraciones de Manel Comas en una entrevista a la revista Gigantes del Basket,
durante un clinic de entrenadores en el año 1998.
Aunque pocas descripciones tan gráficas como la siguiente. Y esta vez, por
parte de un compañero: "¿Djordjevic? Sasha es Dios. Fichó con nosotros y se
vino casi directamente al partido contra el Granada. Ni siquiera entrenó. Hici-
mos un par de cositas, para que viera algún que otro sistema. Llegamos allí y el
partido que se empieza a complicar. Ay, ay ... El cabrón, cuando queda un minu-
o o
> to, coge la pelota, nos manda a todos abajo y mete un triple. En la siguiente
<(
_J
(/) jugada anota el Granada, y Sasha nos vuelve a enviar a todos abajo y ... ¡pum!
o cristalizar en el producto final los factores que convivían en su baloncesto y socie-
<..?
:'.)
Anota otro triple. Nos fuimos con la sensación de 'ya tenemos líder'. En un día
>- se nos había metido en el bolsillo a todos". El que habla es Manel Bosch, quien
res de tan magnificente categoría en cada una de estas facetas. Los que se podían
igualar en alguna, no lo hacían en otras. La URSS rivalizaba en capacidad física
y técnica, pero no lo hacía en ambición ganadora. Los italianos mostraban una
intensa fiereza competitiva, pero no disponían de un material humano equipa-
rable biológicamente, ni tampoco en cuestión de fundamentos. Peor lo llevaban
otros baloncestos, inferiores en cada una de las vertientes. Desde 1973 a 1991,
la selección española se enfrentó en partido oficial a la yugoslava en diecisiete
ocasiones. Únicamente pudo imponerse en dos, en el Europeo de Nantes'83 y
en Los Ángeles'84, coincidiendo con los últimos vestigios de una etapa y el sub-
siguiente periodo de transición. Las mismas victorias que consiguió la selección
italiana, en su caso sobre catorce partidos. Y España e Italia pertenecían a la
nobleza del baloncesto europeo. La mayoría no consiguió vencerles nunca.
Los propios jugadores yugoslavos, sus características concretas, se veían
enmarcados dentro de una estructura de gran sofisticación. La !nteligencija, el
cuerpo de entrenadores, los formadores y sus ideas ... Lo que los jugadores plas-
maban en la pista era consecuencia de una planificación que se fue refinando
durante décadas, en la que se transmitía lo aprendido de generación en genera-
ción, acumulando el peso histórico de la tradición y añadiendo nuevos concep-
_J
tos. Suma y sigue. w
Ningún sistema es perfecto. Pero el modelo yugoslavo, cuando lograba u
_J
w
z
w
dad, alcanzó unos niveles de excelencia absolutamente rupturistas. Tal y como w
::)

º
f-
(/) compartió vestuario con Aleksandar Djordjevic en el FC Barcelona. Una expe- sucedió con las últimas promociones que engendró, en las postrimerías de un a
(j)
UJ
u riencia que recuerda nítidamente más de una década después: "No estábamos país que se disolvía y que personificaron el fin de una época. Y el inicio de otra. <(
__J
z _J

o
_J acostumbrados a que viniera alguien y nos metiera broncas, que hablase de esa w
a:
<( f-
a::i manera desde el principio. Pero no te sabía mal. Normalmente, en un equipo, (f)
w
_J
(f)
UJ cuando te dicen esas cosas, piensas: '¡Hostia!'. Pero es que él se lo había ganado. <(
u)
o Transmitía seguridad en sí mismo. Tú por aquel tío lo hubieses dado todo. Se 2
o Vi
<( convirtió en el jefe, '¡a sus órdenes!, ¿qué tengo qué hacer?'. Y cuando él hacía w
a::i a:
oe: una cosa, pues todos a cumplir".
o
o
(j)
<(
o ¿Podría definirle de manera resumida? c.:J
,z :'.)
UJ
:'.)
"Era un líder. El puto jefe. Yo es el más grande que he visto nunca. Ade- )

(/)
más muy íntegro. Tenía mucha seguridad en sí mismo y transmitía seguridad a
los demás. Y es que técnicamente era una maravilla, tiraba con una mano enci-
394 395
ma ... y la metía."

HOLISMO

La disección es un recurso que utiliza la mente humana para intentar compren-

der los fenómenos complejos. El jugador de baloncesto yugoslavo, como todos,
era un compendio de cualidades físicas, técnicas, tácticas y mentales. A su vez,
estas eran producto de infinidad de variables. Ningún país europeo creó jugado-
 ,.
Dejan Bodiroga
Zrenjanin (Vojvodina, República de Serbia, ant. Yugoslavia).
02.03.1973. 2.05 m. Alero
TRAYECTORIA
Inicios
Como tantos otros, Dejan Bodiroga parecía encaminado al fútbol, deporte para
el que mostraba buenas cualidades. A los once años se presenta ante el entrena-
dor del equipo de baloncesto de su escuela, Rada Prvulov, del que pasa a formar
parte. Prvulov trabajaba también en el Masinac Zrenjanin, un conjunto de la
segunda división serbia, lo que facilitó que Dejan se integrara en las categorías
inferiores del club. Con quince años, aquel niño delgado y bajito creció hasta los
2.05 m. No pasó inadvertido para Miograd Nikolic, antiguo jugador del OKK
Belgrado y la selección yugoslava de los años sesenta, que le subió al primer
equipo del Masinac. Poco después, en 1989, Dejan asiste al famoso campus de
Pula, donde Kresimir Cosic queda tan impresionado con su talento que no ceja-
rá en su empeño de incorporarle al Zadar. Para no crear tensiones, Kreso habla
con los clubes de la Prva Liga de la zona, pero ninguno de ellos tiene claro si
fichar a Bodiroga en ese momento. Esas dudas favorecerán a Cosic, que acude
personalmente a casa de Dejan para convencer a sus padres de que la mejor
opción es su traslado a Zadar. Al cabo de unas semanas, su objetivo se hace rea-
lidad.
Pero la situación no era fácil. Bodiroga había firmado un contrato con
el KK Vojvodina, por lo que la Federación Yugoslava no le permitió disputar
competiciones oficiales con la primera plantilla del Zadar durante su primera
temporada. El joven alero, aún en edad juvenil (sub 17), comenzó a entrenar
396
con el equipo júnior, además de realizar las sesiones del sénior. A las órdenes
de Josip Pino Grdovic y del doctor Slavko Trninic (el gran maestro de funda-
mentos de tantas y tantas estrellas balcánicas), Dejan inició una intensa ruti-
na diaria de más de ocho horas; de 7 :00 a 10:30 de la mañana perfeccionaba
su técnica individual, al término de la cual entrenaba con el primer equipo
hasta las 12:30 y, por la tarde, otra sesión de casi tres horas, en lo que consti-
tuyó un periodo clave en su formación. Ese verano del 90, pese a ser dos años
menor que sus compañeros, acude con la selección júnior al Europeo de Gro-
nmgen.
Etapa profesional
Una vez cumplida su sanción, Bodiroga debuta en la primera división yugoslava
en la campaña 90/91. El Zadar, dirigido por Trninic, era un conjunto con una
clara estrella, Arijan Komazec, y un puñado de buenos jugadores como Popovic,
Pahlic, Sarlija o Blazevic. El alero serbio fue poco a poco disfrutando de algunos
minutos, si bien siempre saliendo desde el banquillo. Su experiencia en la Prva
Liga fue breve: aquella supuso la última edición de la competición con represen-
tantes de todas las repúblicas. El Zadar cayó en semifinales contra la Jugoplasti-
ka y el partido en Split, emparejado a Goran Sobin primero y Toni Kukoc des-
pués, sería su despedida del campeonato yugoslavo. Tres meses más tarde, siendo
uno de los hombres más jóvenes del torneo, tendría una destacada actuación en
el Mundial Júnior de Edmonton.
Con el inicio de la guerra, la situación de un serbio en Croacia era com-
plicada. En una gira de pretemporada en Grecia, Dejan abandona el equipo y
desaparece durante un par de días. Busca la ayuda de su descubridor Cosic, téc-
nico en aquellos momentos del AEK de Atenas. Varios clubes griegos pretenden
ficharle, pero ante la obligación de nacionalizarse que todos ellos le exigían, se
niega. Cosic llama entonces a Bogdan Tanjevic, viejo amigo desde varias décadas
atrás, y le habla de un joven jugador pleno de talento. Tanjevic, entrenador del
Stefanel de Trieste italiano, decide darle una oportunidad. No tarda en quedar
prendado de las cualidades de Bodiroga. El problema son sus dieciocho años,
ocupar plaza de extranjero y que el Stefanel ya tuviera las fichas cubiertas. Por
segunda vez en su corta carrera, el alero pasa un año entrenando pero sin poder
competir con su equipo. Estos meses los emplea en continuar puliendo sus fun-
damentos bajo la supervisión de Tanjevic y del Profesor Nikolic, asesor del téc-
nico serbomontenegrino en Trieste. Al igual que en la anterior ocasión, los de la
<!
selección júnior serían los únicos partidos oficiales que pudo disputar. Y es que u
e
Bodiroga aún estaba en edad de participar en torneos de formación. Promedió o:
o
27.puntos en el preeuropeo clasificatorio para el Eurobasket que se celebró en oro
Hungría, pero las sanciones de la ONU impidieron la inclusión de Yugoslavia z
en el campeonato. Algo similar le sucedería aquel mismo verano en la selección' <
-¡
w
absoluta, pues aunque Dejan formó parte de la preselección de 16 jugadores que o
hizo pública lvkovic, la Reprezentacija yugoslava vio vetada su presencia en los
397
Juegos Olímpicos de Barcelona.
La temporada 92/93 traería la normalidad. El de Zrenjanin se convertía, a
sus 19 años, en el extranjero más joven de la historia de la lega. Esa precocidad no
le impidió alcanzar un rendimiento excepcional. Se erige en una de las grandes
estrellas de la competición, con la dificultad añadida de jugar muchos minutos de
base, firmando algunas actuaciones. memorables: 32 puntos frente a la Benetton
de Toni Kukoc (un hombre al que recurrentemente le compararían en estos ini-
cios de su carrera), 57 de valoración ante el Livorno de Michael Ray Richardson,
51 y 11 rebotes (63 de valoración) ante el Reggio Calabria de Alexander Volkov
 ,,,,
dos días antes de cumplir veinte años ... Más allá de un puñado de actuaciones
estelares, la consolidación de Bodiroga fue instantánea, además de sorprendente.
En el playojf, los de Trieste cayeron ante el Cantú, pero el sexto puesto conseguido
en la liga regular suponía un claro logro para un club modesto.
El crecimiento del proyecto del Stefanel y, con él, el de Bodiroga (que
pasó a jugar de escolta) fue paulatino. Trieste reunía un plantel de nacionales
muy interesante, con Gregor Fucka, Ferdinando Gentile y Alessandro de Poi a la
cabeza, y con un margen de progresión muy amplio. En el curso 93/94, las semi-
finales serían el límite del equipo, con la Scavolini de Pesaro de verdugo y un
Carlton Myers imperial. En la Copa Korac, la escuadra italiana alcanzó la final
ante el PAOK, aunque una vez en ella la gran estrella fue Branislav Prelevic, que
sometió con sus tiros exteriores a los hombres de Tanjevic. Al año siguiente, de
nuevo el muro se situó en el mismo punto del camino. Stefanel abandonaba
Trieste para patrocinar al Olimpia de Milano, formando el Stefanel Milano.
Tanjevic, Gentile, Bodiroga o De Poi se trasladan a la capital de Lombardía y la
presencia de Portaluppi, Pessina o Hugo Sconochini aumenta aún más el poten-
cial del equipo. En esta ocasión fue la Buckler Bolonia de Danilovic la que le
apartó del título en semifinales, en una larga serie que llegó al quinto partido y
o
> que tuvo en las dos estrellas balcánicas a los mejores hombres sobre la cancha.
::íen Otra final de Korac y otra derrota, esta vez ante el Alba de Berlín, y otros dos
o logros, aunque la final perdida fue en el segundo año del trienio. Bodiroga se
<..?
:::>
ejecutores provenientes del baloncesto yugoslavo: Sasha Obradovic y Teo Alibe-
>- govic. En 1996 llegaría por fin el ansiado momento de levantar un gran título.
º
l-
en
UJ
Tras la marcha a la NBA de Danilovic, auténtico monopolizador del campeona-
u to italiano, el Stefanel ganó el scudetto al vencer en semifinales a la Buckler Bolo-
z
o.....J nia -aquella campaña, de Arijan Komazec- y al Filodoro Bolonia de Djordjevic
<(
co
_J
y Myers en la final, en una serie muy igualada que se resolvió en cuatro partidos.
w Eso sí, en la Copa Korac, la historia de los años anteriores se repetía, y los italia-
e;)
o nos cayeron ante el Efes Pilsen en una final dominada por otro ex yugoslavo,
o <..?
<(
co Petar Naumoski.
o Tras la consecución del título de liga y la marcha de Tanjevic al Limoges,
e:
en
o Dejan Bodiroga decide abandonar la lega para fichar por el Real Madrid de Zelj-
,z
UJ
:::>
ko Obradovic. A la ACB llegaba un jugador todavía muy joven (23 años) que
en había irrumpido de manera impactante en el panorama europeo, pero que quizá
no acababa de ser tan decisivo para la consecución de títulos como la reducida
398
élite de estrellas del continente, en su mayoría, además, balcánicas. Sus dos tem-
poradas en la capital de España parecieron corroborar esa sensación. El Real
Madrid fue eliminado por el FC Barcelona tanto en la Copa del Rey como en la
final de liga, y la presencia de Aleksandar Djordjevic en las filas azulgranas eclip-
só la figura de Bodiroga. El Real Madrid ganó la antigua Recopa -bajo su nueva
nomenclatura de Copa de Europa- ante el Mash Verana con Alberto Herreros
de jugador más destacado, pero el logro no parecía colmar las expectativas pues-
tas en el serbio. El segundo año sería peor. Pese a su MVP de la liga regular, la
ausencia de títulos (el Real Madrid fue derrotado por el modesto TDK Manresa,
a la postre inesperado campeón) y un ambiente algo enrarecido hicieron que
Dejan optara por cambiar de aires, yendo a parar al Panathinaikos de Slobodan
Subotic.
Aquel verano de 1998 supuso un punto de inflexión en su trayectoria.
Aunque llevaba varios campeonatos exitosos con la Reprezentacija, po; primera
vez hubo de ejercer de líder absoluto, ante las ausencias de Divac, Paspalj y
Danilovic y la lesión de Djordjevic, que no le permitía disputar demasiados
minutos. Bodiroga se erigió en el factor clave de la medalla de oro conseguida en
el Campeonato del Mundo celebrado en Atenas, mostrándose decisivo en los
instantes finales de los partidos. Ese salto cualitativo en su dominio mental
sobre la cancha le caracterizaría en el resto de su carrera. En la campaña 98/99
gana la liga con el Panathinaikos, en el que formaba una pareja exquisita con el
croata Dino Radja. Lo hizo imponiéndose al archienemigo Olympiakos, en un
desenlace dramático con un quinto partido de enorme tensión. Aquello no fue
más que el principio. En la 99/00, Zeljko Obradovic sustituye a Subotic en la
dirección técnica, lo que propicia el reencuentro de ambos en un mismo club y
la formación de un cóctel explosivo que iba a dominar el baloncesto griego ... y
continental. Fueron tres años de éxitos casi ininterrumpidos: a nivel doméstico,
dos títulos de liga consecutivos y un subcampeonato. En la Euroliga, idénticos
mostró determinante en todos los partidos trascendentales de ese periodo (a
excepción de la final de Euroliga del año 2000, en la que el Panathinaikos ven-
ció a pesar de su discreta actuación), acaparando premios y galardones indivi-
duales. El clímax llegaría con la selección yugoslava en el Mundial de Indianá-
polis. Los espectadores de los últimos diez minutos y posterior prórroga de la
final ante Argentina sabían que estaban asistiendo a un clásico instantáneo.
Cada acción de Bodiroga iba directa a los anales de este deporte, dejando tras de
sí una actuación que será recordada durante décadas. <(
En la temporada 2002/03, Dejan ficha por el FC Barcelona de Svetislav oc:
o
Pesic, su entrenador en la selección yugoslava en aquel inolvidable mundial. En oco
su retorno a la ACB, poco tenía ya que ver con el joven que había defendido la z
<(
camiseta del Real Madrid. La madurez en la que llevaba años instalado era evi- """')
w
o
dente. De hecho, se había convertido en la última gran estrella del baloncesto
europeo, ante la retirada de sus compañeros de generación en la Reprezentacija y
399
la pronta marcha a la NBA de los jóvenes talentos. El FC Barcelona protagonizó
la mejor temporada de su historia, conquistando liga, Copa y Euroliga, la pri-
mera de su palmarés. Un nuevo título de liga al siguiente año sería el último de
la carrera de un Bodiroga que empezaba a mostrar síntomas de agotamiento. En
su tercer año, y ya sin Svetislav Pesic dirigiendo la nave, el club catalán no levan-
tó ningún trofeo. El de Zrenjanin optó por volver a la lega, a la Lottomattica de
Roma, donde puso punto final a su vida profesional tras dos campañas en la
capital de Italia. Se retiraba, a los 34 años, el que quizá fue el último mito for-
mado en el antiguo sistema del kosarka.
 de envergadura sobre sus pares, anotando él mismo o generando situaciones
para sus compañeros si acudía la ayuda. En caso de que el equipo rival decidiese
"'
1

l. La última generación
defenderle con un hombre grande, iniciaba la acción lejos de canasta para crear
el desequilibrio. Paralelamente, la madurez deportiva y personal le llevó a un
dominio mental de los encuentros como pocas veces se haya visto en Europa.
Porque la extrema concentración en cada uno de los minutos que pasaba en
pista fue quizá su característica más inherente, rasgo que se potenciaba hasta el
PARTIR de la primera mitad de los años ochenta, el kosarka llegó a su máxi-
infinito en los instantes decisivos. Bodiroga alcanzó un estado en el que aparen-
taba ser casi infalible en la toma de decisiones. Si la generación yugoslava previa
A mo potencial desde cualquier faceta que se pretenda analizar. Todos los
indicativos proclives de ser interpretados como sintomáticos del estado de salud
a la suya tuvo como denominador común una madurez prematura que dibujó
de un baloncesto alcanzaron su cénit. Surgieron grandes camadas de nuevos
un temprano cénit, Dejan protagonizó un salto cualitativo descomunal a los 25
talentos, en cantidades y calidades deslumbrantes; la Prva Liga adquirió un nivel
años de edad. Ya antes era una figura de primera magnitud, pero el Bodiroga de
que la situó a la cabeza de las competiciones europeas y la Reprezentacija rever-
la segunda etapa de su carrera no encontró rival en el baloncesto FIBA. Desesta-
deció viejos laureles de su homóloga de los setenta, obligándola a compartir la
bilizaba al conjunto adversario con sus continuos bailes de posición, optimizan-
denominación de generación dorada.
do siempre la ventaja concreta en cada emparejamiento, asumía responsabilida-
Aunque el palmarés no arroje, a primera vista, una transición demasiado
des con absoluta naturalidad e imponía el tempo de los partidos, que siempre
traumática entre los éxitos de la década de los setenta y los de los ochenta, la dis-
parecían acomodarse a su voluntad.
tancia temporal serviría en este caso para desdibujar la realidad si no se interpre-
o tan todas las circunstancias que acontecieron en esos años. Es verdad que la
> selección plavi alcanzó el podio con frecuencia -desde el oro de Moscú'80,
:3
C/)
o Yugoslavia fue plata en Praga'8 l, haciéndose con sendas medallas de bronce en
c.?
:::> Cali'82, Los Ángeles'84 y el Mundial de España'86-, pero estos logros no des-
>-
criben la situación del baloncesto balcánico. A pesar de conseguir metal con
º
1-
C/)
L.U regularidad y no enlazar un periodo demasiado largo de sequía, el proceso no
u
z fue fácil. En absoluto.
o
_J
<! El ascenso paulatino -y progresivo- del kosarka, personalizado en su selec-
O)
_J ción nacional, había sido de una naturalidad pasmosa y con un cierto aroma a
w
u) fábula infantil. Todo salía bien, y los acontecimientos no se desviaban un ápice
o del camino trazado. Desde que en 1950 la selección hiciese su primera aparición
o
<!
O) interQacional, con un décimo -y último- puesto en el Mundial de Buenos Aires
o
a: con Nebojsa Popovic de entrenador-jugador, las etapas se habían sucedido con
C/)
o evidente éxito, y prácticamente sin que se produjesen puntos de inflexión entre
•Z
w
:::>
C/)
ellas que pudiesen generar dudas respecto al futuro. En 1961 se había conseguido
la primera medalla, y la generación de los Korac, Daneu, Rajkovic, Skansi o Gier-
403
402 gia mantuvieron a los plavi en las posiciones nobles durante esa década de los
sesenta. Simultáneamente, en las categorías inferiores empezaban a despuntar
algunos jóvenes que fueron dando el salto a la selección absoluta, hecho que cris-
talizó brillantemente con la primera medalla de oro en el Mundial de Liubliana,
en 1970. La generación de Cosic, Jelovac, Simonovic o Kapicic se fusionaba con
la anterior para alcanzar por primera vez el primer puesto de un campeonato.
Para mayor tranquilidad, el relevo ya se estaba gestando, y tan sólo tres
años después -en el Europeo de Barcelona'73- empezó el goteo de nuevos talen-
tos que habían monopolizado los torneos de formación. Kicanovic, Dalipagic,

_J
 Delibasic, Jerkov o Radovanovic aunarían esfuerzos con los más veteranos Jelo-
vac, Cosic o Slavnic para instalar definitivamente a la Reprezentacija en el trono
-
~T
continental y mundial. Moscú'80 marcaba la cima de un trayecto a lo largo del
cual las diferentes generaciones se habían solapado lo suficiente para que los
coletazos finales de unas coincidieran con los primeros pasos de las siguientes.
Hasta los escalones a saltar parecían planificados: de los últimos puestos iniciales
se pasó a una posterior etapa continuada de medallas, bajo la dirección de Niko-
lic; después, logró conquistar por primera vez el más preciado metal, con Zera-
vica ya de seleccionador; y, en última instancia, se había conseguido enlazar
varios campeonatos consecutivos mirando a todas las selecciones -exceptuando
a EE.UU., y no siempre- hacia abajo, con Novosel y el propio Nikolic de técni-
cos. De esta manera, Aza cerraba el círculo que él mismo había abierto. Cada
nueva oleada de talentos había proporcionado el impulso para pasar a la siguien-
te fase. El crecimiento, además, se había producido de manera progresiva,
pudiendo digerir perfectamente las consecuencias de cada cambio de estadio.
Pero en los últimos años de la década de los setenta, diversos factores se
conjuntaron para crear una sensación de necesidad e incertidumbre. Uno de los
más importantes fue que la tradicional estabilidad del banquillo de la selección
o
>
<(
yugoslava transmutó de manera radical. Desde 1957 hasta 1978, la dirección
_¡
U) técnica plavi había estado siempre en manos de alguno de los tres miembros de
o
c.? la Santísima Trinidad, quienes habían podido desarrollar sus ideas durante varios
:::i
>- campeonatos consecutivos. Esta situación cambió, y los siete torneos siguientes
º
f-
CJ)
IJ.J
presentaron el balance de un entrenador diferente al anterior. Una de las señas
u de identidad más arraigadas de la Reprezentacija, caracterizada siempre por tra-
z
o_¡ bajar planificando a varios años vista sus proyectos, se interrumpió bruscamen-
<(
O'.) te. Muchas veces, producto del estado convulso de un baloncesto que se mostra-
_¡
IJ.J ba excesivamente ansioso por encontrar la dirección adecuada, tras muchos años
en
o en que la creación continuada de nuevos valores y la guía que ejercían los tres
o (.:;
<(
O'.)
grandes de siempre habían evitado todo planteamiento de tipo existencial.
oe: El relevo a los entrenadores jóvenes se debía dar en algún momento, des-
U)
o pués de casi tres décadas donde el puesto de seleccionador había sido coto cerra-
•Z
IJ.J do. Cuando, a la conclusión del Mundial de Manila'78, Aza Nikolic tomó la
:::i
U)
decisión de dejar definitivamente la dirección de los plavi, la Federación Yugos-
lava tuvo problemas para encontrar un candidato a ocupar su puesto. La presión
404
de sustituir al considerado mejor entrenador del país, y hacerlo después de una
etapa plenamente victoriosa, provocó que muchos técnicos consagrados creye-
ran que no era el momento ideal para acceder al cargo. Finalmente, el elegido
fue Petar Skansi, su asistente en Manila, prácticamente el único dispuesto a
aceptar el reto de dirigir a la Reprezentacija en el Europeo de T urín de 1979.
Skansi, muy joven en aquellos momentos, llevaba varias temporadas entrenando
con éxito a la Jugoplastika de Split, a la que había conducido a dos títulos de
Copa Korac y tres subcampeonatos seguidos de la Prva Liga, coronados con el
segundo entorchado liguero de la historia del club en 1977. Pero no era fácil
L
coger el testigo de il Professore, más aún después de que hubiese conseguido dos
oros consecutivos en Lieja y Manila, y el técnico croata se sintió muy cuestiona-
do por el entorno. En su periplo al frente de la selección, mantuvo unas relacio-
nes muy tensas con el Strucni Savet, en lo que él consideraba intromisiones en
su labor, y a cuyos miembros acusaba de no apoyarle sin reticencias. "No he
querido la colaboración del Comité de Entrenadores porque su comportamien-
to me ha desilusionado, con actuaciones de clientelismo y falsedad. Además, no
estoy en contra de la colaboración profesional, pero en mi opinión un entrena-
dor ha de decidir solo. Todos los técnicos que están alrededor de la selección han
desencadenado un clima de tensión que ha creado una situación intolerable,
complotando contra mí. Yo he buscado la independencia de los que habían sido
mis predecesores", declaraba a la revista Giganti del Basket en 1979. Tampoco
era sencillo dirigir a un grupo de jugadores que llevaba más de un lustro mar-
cando la pauta continental, y en el que convivía una amalgama de caracteres
muy fuertes que muchas veces chocaban entre sí.
El desarrollo del torneo, en el cual el equipo plavi acabó tercero y no
alcanzó la final después de haberlo conseguido en seis campeonatos consecuti-
vos, aumentó la sensación de intranquilidad. Skansi se defendía haciendo alu-
sión a una preparación muy accidentada y a la baja forma de uno de los puntales
del grupo, Drazen Dalipagic, quien había permanecido inactivo durante toda la
temporada a causa del cumplimiento del servicio militar. La situación estalló
pocos meses después, cuando el combinado yugoslavo, a pesar de su condición
de anfitrión, fue derrotado por la modesta Grecia en la final de los Juegos del
Mediterráneo celebrados en Split, y la Federación decidió destituirle.
Ante la inminencia de los Juegos Olímpicos de Moscú, gran objetivo de la z
generación dorada, el KSJ siguió las indicaciones de la asamblea de entrenadores o
;-;
-compuesta por Novosel, Tanjevic, Zeravica, Alagic, Pavlovic y Lecic, con la ~
w
aprobación de los ausentes Nikolic y Giergia- y propuso en el cargo a Ranko zLLJ
Zeravica, que en ese momento se encontraba dirigiendo a un club de tercera divi- <(
sión,.el KK Pula, en un proyecto ambicioso y con recursos cuya pretensión era 2
r-
ascender hasta la máxima categoría de la liga yugoslava. Tras un periodo de dudas, :::i
ya que el mismo Zeravica sugirió que Nikolic era el hombre adecuado para suce- <(
_J
der a Skansi, el preparador de Belgrado aceptó el cargo y asumió las riendas de la
Reprezentacija junto a Mirko Novosel, que fue su asistente en la cita olímpica.
405
El siguiente en intentarlo fue Bogdan Tanjevic, otro técnico de la nueva
ola que ya había saboreado las mieles del éxito, tanto a nivel nacional como inter-
nacional, con su Bosna Sarajevo. Boscia presentaba un perfil más cercano al tradi-
cional, pues había sido seleccionador júnior, además de asistente de Nikolic en su
última etapa al frente del combinado absoluto. Bajo su direccion, Yugoslavia sí
que alcanzó la final, aunque cayó derrotada por la URSS en una gran exhibición
de Anatoly Myshkin y Valdis Valters. Tal y como había sucedido un par de años
atrás con Skansi -aunque quizá de manera menos acentuada- una pequeña sen-
sación de decepción se instaló en el entorno plavi. Esta perspectiva quizás obvia-
 ba que el grupo dorado ya empezaba a mostrar síntomas de decadencia. El oro
1"¡
conseguido el año anterior en Moscú había sido una relativa sorpresa, dado que,
ante el boicot de Estados Unidos (originado por la intervención de la URSS en
Afganistán), los grandes favoritos del torneo eran los soviéticos, tanto por ser en
aquel momento los vigentes campeones de Europa como por ejercer de equipo
anfitrión. Habitualmente, la preparación de los Juegos Olímpicos por parte de la
URSS era tremendamente exhaustiva, con concentraciones de varios meses y sin
dejar participar a sus clubes en competiciones internacionales para centrarse en
los Juegos, pero la planificación de lo que debía ser la medalla de oro en casa
superó todo lo anterior -y posterior-. Cuenta la leyenda que Sergei Belov, la gran
estrella de aquella selección, tenía asegurada la dirección del banquillo soviético
cuando se retirase de las pistas, sucediendo al coronel Alexander Gomelsky-figu-
ra de influencia más que equiparable a la de Aza Nikolic en Yugoslavia- y que el
fracaso en la consecución del ansiado logro le privó de tal condición.
Aquel oro que ganó la Reprezentacija, batiendo a la URSS en la prórroga en
su enfrentamiento durante la liguilla previa y apartando a los soviéticos de la final,
fue una pequeña sorpresa. Una victoria merecida, pero que volvía a crear expecta-
tivas ante el Europeo de Praga que dirigió Tanjevic. Y esta situación explica que un
o cierto desánimo se instalase en torno a la selección yugoslava tras la no consecu-
>
s
(/')
ción del máximo triunfo. Por uno u otro motivo, el técnico bosnio decidió com-
o prometerse con el Indesit Caserta de la lega transalpina y la Federación yugoslava,
o:'.)
>- que no veía con buenos ojos dicho movimiento, optó por cesarle, alegando una
º
~
(/')
incompatibilidad entre ambos cargos. Nuevamente Ranko Zeravica fue reclamado
UJ
u para tomar las riendas de la selección, poco antes del Mundial de Cali. El equipo
z había adoptado muchos aspectos de metodología y organización de los invento-
o....J magnífico se empezaba a descomponer y, en aquel verano de 1982, Cosic y Slav-
<!
co nic -los dos miembros más veteranos de la selección de los setenta- ya no acudie-
....J
UJ ron a la cita colombiana. Cosic había sido el gran referente interior de aquel grupo
cri
o durante muchísimos años y su baja mermaba considerablemente el potencial
o con el objetivo de asimilar sus métodos de trabajo y, en última instancia, una
<! yugoslavo. La baja de Moka, eterno director de juego plavi hasta el oro de Moscú
co
oe:: y uno de los más claros exponentes de su carácter ganador, también pesaba mucho.
(/)
El año anterior su no inclusión en la lista de Tanjevic había desatado la polémica,
o ':'.)
•Z
UJ pero su ausencia combinada con la del pívot mormón era ya un síntoma claro de
:'.)
(/) la desintegración de un conjunto que lo había ganado todo. La selección de Zera-
vica finalizó el torneo en tercer lugar, tras imponerse a España en el partido por la
406
medalla de bronce. La URSS volvía a lograr el título. Tres oros en los últimos cua-
tro campeonatos. El relevo en la jerarquía continental, definitivamente, había
pasado de manos yugoslavas a las soviéticas. La intranquilidad crecía.
Después de que en el Mundial de Cali la selección hubiera sido configura-
da por un híbrido entre la generación fantástica y los jóvenes que iban asomando
la cabeza, en el Eurobasket'83, Giuseppe Giergia, el nuevo entrenador, volvió a
convocar a todos los veteranos. Giergia, antigua leyenda del combinado yugosla-
vo, era un hombre de amplia experiencia en las pistas, de las que fue gran prota-
gonista durante la década de los sesenta. Considerado junto a Slavnic -y, poste-
riormente, Djordjevic- el mejor base de la historia del jugoslovenska kosarka,
había formado una dupla formidable con Cosic en el Zadar campeón de la Prva
Liga, ocupando posteriormente el banquillo del club croata. Pero su periplo diri-
giendo a la Reprezentacija fue efímero. Limoges fue el punto y final de un equipo
mítico, con la batalla de las tijeras ante la selección italiana como triste epílogo.
La propia Italia de Marzorati, Villalta, Riva, Gilardi o Saccheti conquistó el títu-
lo. Yugoslavia había concluido séptima. Pocos meses después, la negativa del téc-
nico a viajar a Brasil para disputar un campeonato, aduciendo que la Federación
no había podido asegurar la participación de los mejores jugadores del país, forzó
su destitución. Novosel sustituyó a Giergia brevemente de cara a los Juegos Olím-
picos de Los Ángeles, comprometiéndose por un solo año -en aquellos momen-
tos ya estaba centrado en la planificación de la Universiada de Zagreb'87, de la
que era uno de sus máximos dirigentes- y consiguiendo la medalla de bronce.
Este hecho no supuso un cambio de la percepción de crisis. La URSS, que había
arrasado en el Preolímpico -torneo en que los plavi no compitieron por su condi-
ción de vigente campeón- decidió repetir el boicot estadounidense de cuatro
años atrás, no participando en los que estos organizaron. Los soviéticos no habían
perdido su jerarquía, pues. Y España también superaba a los balcánicos en el
podio, después de cercenar sus aspiraciones de llegar a la final.
Un acontecimiento muy significativo sucedió en este periodo de inestabi-
lidad del banquillo yugoslavo. En 1980 el KSJ se planteó la contratación de un
técnico estadounidense, Bob Greenwood. La relación entre el baloncesto yugos-
lavo y el norteamericano siempre había sido muy estrecha, con el permanente
objetivo balcánico de alcanzar el nivel que mostraban en EE.UU. El sistema
z
res del deporte de la canasta, y la interacción entre ambas escuelas era manifiesta 'ºu
ya desde la década de los sesenta, con las giras de escuela realizadas por la selec- <!
c::
UJ
ción y muchos de sus clubes, las estancias pagadas a los mejores entrenadores z
UJ
o
<!
planificación de la formación de los jugadores orientada a poder competir con- ~
¡::
tra los inaccesibles estadounidenses. Pero una cosa era recibir influencias y otra ....J
muy distinta poner al frente de la Reprezentacija a un técnico extranjero. Pese a <!
....J
que en algún medio de prensa -incluidos varios del otro lado del océano- se
llegó a publicar que Greenwood realizaría funciones de asistente de Zeravica en
los Juegos Olímpicos de Moscú para, posteriormente, quedarse al frente de la 407
selección, de aquello nunca más se supo 9 . El rumor resultaba muy sorprendente
9 En Estados Unidos, el Wilmington Morning Star escribía el 23 de junio de 1980 que "en lo
que oficialmente se ha denominado como una iniciativa sin precedentes por parce de un país comunista,
un americano ha sido llamado para entrenar al equipo nacional yugoslavo de baloncesto. Greenwood
ha aceptado y partirá hacia Yugoslavia hoy". El artículo hacía referencia a que el estadounidense ejerce-
ría de asistente de Zeravica en Moscú. También mencionaba que su ex jugador Digger Phelps (entre-
nador de la Universidad de Notre Dame) había sido de mucha ayuda en las gestiones, junco a Dick
 por diversos motivos: por un lado, el largo periodo de inactividad del entrena-
1r
dor americano, cuya última experiencia dirigiendo a la Universidad de Washing-
ton State databa de la temporada 71-72 (aunque lo cierto es que había estado
colaborando con la Jugoplastika de Split poco tiempo atrás, e incluso estuvo a
punto de sentarse en el banquillo croata). Por otro, no parecía demasiado facti-
ble que la mejor escuela de entrenadores de Europa aceptase de buen grado que
el cargo más deseado por todos fuese ocupado por un foráneo.
Pero todos los vaivenes que rodeaban el banquillo plavi eran producto de
una creciente ansiedad. La situación, en aquellos momentos, era desconocida a
lo largo de la historia. Paralelamente a la volatilidad del puesto de seleccionador,
el relevo de los hombres que habían marcado la pauta durante tantos años no se
estaba produciendo de manera satisfactoria. En realidad, los cambios en la direc-
ción técnica no dejaban de ser una consecuencia indirecta de ello. Una vez enci-
mada la cumbre que suponía la medalla de oro olímpica, los nervios ante una
sucesión que no se vislumbraba cercana empezaron a aflorar. La Reprezentacija
envejecía a cada campeonato sin que los jugadores que la lideraban fuesen susti-
tuidos por otros. Y esa circunstancia, en una cultura que veneraba sin reservas el
valor de la tradición, pero que, simultáneamente, mostraba un orgullo y con-
o fianza desmedidos en el papel que le asignaba a la juventud, resultaba inquietan-
~
(/) te. Teniendo en cuenta los esfuerzos e infraestructura que dedicaban a la forma-
o ción de nuevos talentos, dolorosamente inquietante.
<!J
::>
>- No es que subrepticiamente el sistema ideado por la Inteligencija hubiese
º
1-
(/)
LU
dejado de producir sus frutos. Pero, a pesar de que el grupo de jugadores que
u iban asomando la cabeza entre finales de los setenta y principios de los ochenta
z
o_¡ era de una notable calidad, no se atisbaba un nivel tan excelso como el de sus
<!
en antecesores. La paciencia tampoco era seña de identidad del baloncesto yugosla-
_J
L1.J vo -"en Yugoslavia, el que no ha destacado a los 20 años ya nadie espera que lo
u)
o haga", declaraba Ranko Zeravica en una entrevista a Basket-16 a mediados de
Cl
<! década-, ya que las características de su propia competición y el éxodo de juga-
ce
oa: dores contrastados a otros países conllevaba que las selecciones juveniles y
(/)
o júniors fuesen depositarias de esperanzas a medio -e incluso corto- plazo, nada
•Z
LU que ver con el amplio periodo de tiempo asociado a otros baloncestos. Y la cues-
::>
(/) tión es que los resultados parecían avalar la existencia de un problema de base.
408
NADA ES PARA SIEMPRE
La lectura cuasi matemática de la evolución del kosarka en Yugoslavia también
era aplicable a la relación entre las categorías inferiores y los resultados de la
selección absoluta. El primer Europeo Júnior de la historia se había disputado
Kuchen y Dave Wohl, quien sería asistente de Greewood en la selección. Por su parte, El Mundo
Deportivo se hada eco de la misma noticia en su edición del 25 de junio.
en 1964, y en las dos ediciones posteriores (Porto San Giorgio'66 y Vigo'68)
1 Yugoslavia presentó en sociedad a dos generaciones que alcanzarían la medalla
de plata, siendo superados tan sólo por la dominadora Unión Soviética. De esos
dos campeonatos de Europa surgirían los Cosic, Simonovic, Solman, Slavnic,
Jelovac, Kapicic o Zorga, que introducirían a la Reprezentacija en la segunda
gran fase de su historia, aquella en la que disputarían de igual a igual a la URSS
la hegemonía del baloncesto continental.
La tercera, y suprema, etapa del proceso -como no podía ser de otra
manera cuando se observa la trayectoria y filosofía balcánicas- fue anunciada
previamente a los pocos afortunados que asistieron a su representación. La selec-
ción júnior eslava acaparó las medallas de oro de Zadar'72, Orleans'7 4 y Santia-
go de Compostela'76. Los Kicanovic, Delibasic, Jerkov, Radovanovic, Knego,
Zizic, Skroce o Mihovil Nakic llegaban para instalarse definitivamente y hacer
lo propio con su selección en lo más alto del podio, superando ya de manera
ostensible a la antaño inabordable URSS. No quedaba ninguna cima ya en el
Viejo Continente que abordar.
Pero ningún sistema es perfecto, y la tendencia se frenó. La última genera-
ción campeona en Santiago de Compostela supuso la primera excepción, pues el
único integrante de dicho combinado que dio el salto a la selección absoluta fue
Aza Petrovic, quien además tardó muchos años -bajo parámetros yugoslavos-
en hacerlo, siendo ya todo un veterano de 25 años. El MVP de aquella competi-
ción, el base Rade Vukosalvjevic, nunca llegó a realizar la augurada sucesión de
Slavnic ni en la selección ni en el Estrella Roja, y los Miodrag Maric, Cedo
Brbovic, Predrag Bogosalvjev o Damir Pavlicevic no pasaban de correctos juga-
dores si se les equiparaba a los protagonistas de gestas anteriores. El descenso z
posterior fue aún mayor y, en los dos siguientes campeonatos, los Petar Popovic, e
l)
Predrag Benacek, Veljko Petranovic, lvan Sunara, Ales Pipan y Slobodan Niko- <1.
w
lic (Rosseto'78) o Zoran Cutura, Nebojsa Zorkic, Goran Grbovic, Zoran Rado- z
w
vic, Zarko Djurisic, Miroljub Mitrovic y Srdjan Dabic (Celje'80) tan sólo logra- l'.J
<l'.
ron u_n tercer y segundo puesto, respectivamente. Aquellos resultados hubiesen ~
'--
sido esperanzadores quince años atrás, pero una vez alcanzada la jerarquía con
diversas promociones, y acostumbrados a ello, el desasosiego ante un inminente <l'.
_J
cambio de tendencia iba en aumento.
En categoría juvenil, el panorama era muy similar. Del año 73 al 79, la
representación plavi había acumulado dos terceros puestos, una medalla de plata 409
y un oro -el del año 79- que posteriormente no se había visto refrendado en el
salto a júnior, con un descenso al segundo escalón en una competición celebrada
en terreno yugoslavo, con todo lo que históricamente había significado en ante-
riores éxitos. La situación llegó al punto más bajo con el quinto puesto conse-
guido por la generación de Drazen Petrovic -con Sretenovic, Perasovic, Radu-
novic, Milivojsa o lvo Petovic- en Katerini'81, en el cual la lesión de Stojko
Vrankovic, que le privó de disputar minutos a lo largo del campeonato, pesó
demasiado. ''Aquel equipo no disponía de demasiado talento técnico al margen
 de su núcleo central, y el de la URSS, con Sabonis y Tikhonenko, era maravillo-
1r
so", recuerda Miquel Nolis. Esa misma promoción, unida a la de los nacidos el
año anterior -los Cvjeticanin, Bukumirovic o Sobin- mejoró sus prestaciones
en el siguiente torneo, el Europeo Júnior de Dimitrogrado'82. Pero los soviéti-
cos habían vuelto a conseguir la medalla de oro, y eso que Sabonis no disputó la
competición por coincidencia de fechas con el Mundial absoluto de Cali. Dra-
zen Petrovic no era suficiente, por sí mismo, para superar el poderío de la URSS.
El grito de alarma ante un bajón competitivo había aflorado ya en 1979,
año en que por primera vez en la historia ninguna selección yugoslava pudo
ganar el campeonato en el que participaba. El Eurobasket absoluto, los Juegos
de los Balcanes, los Juegos del Mediterráneo y la Universiada vieron cómo otros
equipos se alzaban con el título. Aunque los combinados que enviaba la Federa-
ción a los diversos torneos eran diferentes entre sí, muy frecuentemente la selec-
ción B o el resto de conjuntos formados por jóvenes valores habían sido capaces
de imponerse a las selecciones que disputaban estas competiciones, normalmen-
te no pertenecientes al primer escalafón europeo.
Al margen de los resultados en forma de clasificaciones, resulta innegable
que este periodo se definió por la dificultad del sistema yugoslavo para fabricar
o
> talentos de la dimensión de sus antecesores. Surgieron un buen puñado de nota-
5
(/) bles jugadores, y algunos como Cutura, Aza Petrovic, Cvjeticanin, Perasovic o
o
(.!J Grbovic consiguieron poco a poco asentarse en la selección absoluta. Pero, sien-
:J
>- do hombres de calidad manifiesta, tan sólo les permitía complementar a otros
º
1-
(/)
UJ
que ejercieran los roles estelares. Si debían ser los que marcasen las diferencias,
u difícilmente la Reprezentacija se iba a mantener en el lugar privilegiado que en
z
o
_J
esos momentos luchaba por no ceder. Otras naciones estaban creando proyectos
<(
de tanto o más alcance, y esa perspectiva alarmaba a la lnteligencija, histórica-
ca
_J
UJ mente caracterizada por trabajar por los éxitos presentes pero con un ojo puesto
u)
o siempre sobre el futuro. "La selección de los setenta era muy, muy buena. Tenía
o <..'.J
<(
co
ocho hombres que podían ganar un partido por sí solos. Varajic había metido 45
o puntos en una final de la Copa de Europa y en el combinado nacional nunca
o:
(/)
o jugaba de titular. Era una tremenda Reprezentacija, muy, muy fuerte. Entonces
•Z
UJ llegaron jugadores como Cutura, que era un buen jugador pero no tanto, y había
:J
(/)
una sensación de insatisfacción. Aquí se busca a los muy, muy buenos, a los exce-
lentes. Como Djordjevic, Kukoc o Danilovic. Comparan todo con ellos y eso es
410
un error, pues no nacen cada día jugadores así", explica Bozidar Maljkovic.
La preocupación de la Federación Yugoslava alcanzó tal magnitud que los
miembros del Strucni Savet se plantearon diversas medidas para intentar revertir
la situación. Algunas de ellas afectaban a la propia estructura de la competición
nacional: en 1978, Boris Kristancic, el presidente de la Comisión Federal de
Entrenadores, realizó la proposición de cerrar la liga para evitar los descensos de
categoría de sus integrantes, con la esperanza de que dicha modificación benefi-
ciase el desarrollo de los jugadores jóvenes. "El único camino reside en el poten-
ciamiento del trabajo con los jóvenes, esto es, ofrecerles la posibilidad de madu-
rar con mayor urgencia quitando al campeonato, y a los partidos, la gangrena de
una carrera por la clasificación, que tan a menudo condiciona a nuestros entre-
nadores en su trabajo de programación", declaraba a la revista Giganti del Bas-
ket. "En líneas generales, el concepto es el siguiente: desdramatizar la lucha en
los últimos puestos de la clasificación y, entonces, tender la mano a nuestros
entrenadores, consintiéndoles llevar adelante un discurso cuyos frutos se recoge-
rán en los años venideros. El problema de base es que tenemos que posibilitar a
nuestros técnicos que puedan intentar todos los experimentos posibles con nues-
tros jóvenes, sin miedo a que su equipo descienda". La propuesta tenía una
segunda lectura encaminada también a la creación de nuevos talentos: "Hay
otro motivo igualmente importante. En algunas regiones como Kosovo, Monte-
negro o la Vojvodina están surgiendo jugadores interesantísimos, pero que son
fichados por los mejores clubes. ¿Por qué, pensamos los entrenadores, no garan-
tizamos un equipo a estas regiones que por diversos motivos que no vienen al
caso no pueden crear una sociedad de primera división? Si tienen la tranquilidad
de disponer de cuatro o cinco años asegurados, ya que no descenderían, se crea-
rían las bases para poner los cimientos del desarrollo y arraigo social y extender
el baloncesto de alto nivel por toda Yugoslavia". La conclusión de Kristancic era
clara: "La verdadera publicidad del baloncesto es la selección nacional. Siempre
que la pía.vi venza, nuestros pabellones estarán llenos. Garantizado".
Si bien las ideas de Kristancic y el cuerpo de entrenadores no se llevaron a
cabo, la sensación de crisis era palpable. La selección absoluta iniciaba su deca-
dencia sin encontrar al técnico adecuado para diseñar la estrategia a adoptar, y las
esperanzas puestas en que el engranaje generase un relevo inmediato, como siem-
pre había sucedido, no se habían cumplido. El desembarco de herederos a la altu- z
ra de los viejos dioses no llegaba y no parecía tener visos de hacerlo en breve. o
u
<t
Pero, a pesar de la turbación reinante, el quinto puesto del Europeo Juve- ce
w
nil de 1981 supuso un punto de inflexión. Lo que estaba por venir transportaría zw
al kosarka de una situación de recesión a lo más parecido al Olimpo que hubiese <t
estado jamás. Incluida la etapa dorada de los años setenta. 2
f=
_J
:J
<t
_J
LA ÚLTIMA GENERACIÓN
411
La liga yugoslava de primera mitad de los ochenta había sido un fiel reflejo de lo
acontecido en la Reprezentacija, aunque bien pudiera afirmarse a la inversa.
Coincidiendo con el envejecimiento de la selección, los clubes dominadores de
la competición habían experimentado un declive similar, perjudicados por el
mismo fenómeno: los nuevos proyectos no alcanzaban el nivel de sus predeceso-
res. Aunque los diversos campeones en este periodo, como la Cibona de Cosic,
Knego o Mihovil Nakic, el Partizan de Kicanovic, Todoric o Arsenije Pesic, y el
Bosna de Radovanovic, Benacek o Varajic eran buenos equipos, algunos de sus
principales jugadores no resistían comparación con su propia versión setentera.
 '':''·'~
Los casos de Cosic y Varajic eran los más evidentes, pero, en general, los conjun-
tos de Belgrado y Sarajevo estaban lejos del potencial que mostraban a finales de
la década anterior. En la Copa de Europa de 1981, el Bosna había empatado con
dos equipos en el último puesto de la liguilla, con cuatro victorias y seis derro-
tas. El mismo club de Sarajevo mantuvo el tipo en su participación de 1984,
con cinco victorias y cinco derrotas, y el Partizan hizo lo propio en 1982, con
seis y cuatro. Mucho peor le fue a la Cibona en 1983, no consiguiendo alzarse
con el triunfo en ninguna de las diez jornadas que daban acceso a la gran final.
La ausencia de éxitos no se circunscribía a la máxima competición conti-
nental. Globalmente, el baloncesto de clubes balcánico sufrió un descenso de
resultados en este periodo, bajando a un segundo peldaño del escalafón europeo.
La Cibona había aprovechado los últimos coletazos de Cosic para levantar la
Recopa en 1982, pero, al margen de ello, las excepciones fueron las tres finales
de Korac protagonizadas por el Sibenka de Petrovic (por partida doble) y el
Estrella Roja de Belgrado. Esta competición se consideraba tradicionalmente un
buen termómetro de la calidad media de las diferentes ligas, y un trío de finalis-
tas parecía exiguo si se tenía en cuenta que la Copa Korac había sido monopoli-
zada por los equipos yugoslavos en la década de los setenta, con cinco títulos y
o
> ocho conjuntos finalistas, habiendo años en que los dos contendientes del parti-
::í
(f) do decisivo eran miembros de la Prva Liga.
o(.!J
Pero el futuro estaba en camino y Drazen Petrovic abrió la veda. El escol-
::J
>- ta de Sibenik se erigió en el abanderado del recambio generacional, ejerciendo
ºr-
(f)
L.U
de avanzadilla de los nuevos talentos que empezaban a despuntar en los torneos
u de categorías inferiores, aún demasiado adolescentes para imponer su ley en la
z
o.....1 primera división yugoslava.
<(
C'.) Petrovic había llevado a su Sibenka a cuasi ganar la liga yugoslava en
.....1
L.U 1983. El humilde club de Sibenik rompió todas las jerarquías establecidas, pro-
(f)
o tagonizando una de las finales más polémicas de la historia de la competición
o w
<(
C'.)
balcánica. De cara al inminente campeonato de Europa de Nantes, Giuseppe
oa: Giergia decidió incluirle en la convocatoria, y Drazen compartió vestuario con
(/')
o la mayor parte de los divos que habían tiranizado el Viejo Continente en la
,z
L.U década anterior. Aunque aquel torneo acabó con un sonoro fracaso, la Federa-
::J
(/')
ción por fin había encontrado a un jugador que pudiera cargar sobre sus hom-
bros la responsabilidad de distinguirse como faro durante la transición, a la
412
espera de que llegaran tiempos mejores.
Y estos no tardarían en llegar. Ese mismo 1983, el Europeo Juvenil de
Ludwigsburg supone el estreno de la larga lista de campeonatos consecutivos
que la nueva ola acaparó para las arcas del kosarka. Los jugadores nacidos en el
año 66 son los primeros de cinco camadas consecutivas que arrasan en catego-
rías inferiores, y de los Zdovc, Mavrenski, Nakic o Paspalj, a los Komazec, Dani-
lovic o Tabak (1970), todas las promociones yugoslavas se proclaman campeo-
nas de Europa. Bendito lustro para Yugoslavia, ya que con el escalonado ingreso
de estos chavales en la competición nacional, el listón de calidad de la Prva Liga
l
experimentó un irresistible ascenso. Las selecciones inferiores incluían muchos
nombres que subyugarían esta y otras ligas europeas en el futuro, añadiéndose a
los representantes de anteriores generaciones que, si bien no alcanzaron el esta-
tus de varios de los más jóvenes, eran más que notables jugadores de baloncesto.
Liderando la transición.- la Cibona de Zagreb
El primer gran equipo surgido en la etapa previa a la explosión es la Cibona del
mismo Drazen Petrovic, fichado de su Sibenka natal por el club de la capital de
Croacia. La mayor de las estrellas de Yugoslavia en esta década lleva al conjunto de
Zagreb a la conquista de dos Copas de Europa consecutivas, en 1985 y 1986.
Drazen estaba rodeado de compañeros de hornadas cercanas a la suya, como Cvje-
ticanin, Cutura o Arapovic, y el grupo era apuntalado por la veteranía de Knego o
Nakic, bajo la dirección desde el banquillo de un mito como Mirko Novosel.
Súbitamente, Europa dirigió su mirada hacia un conjunto que, personalizado en
su líder, levantaba a partes iguales admiración por su despliegue ofensivo y un
cierto rechazo propiciado por el comportamiento que mostraba en la pista. Kica-
novic y Slavnic hallaban por fin un sucesor digno de su legado, y la afirmación no
hacía referencia tan sólo a su calidad baloncestística. La controversia sería fiel
acompañante de los de Zagreb en los años más exitosos de su historia.
Por primera vez desde la década anterior, un mismo equipo lograba domi-
nar durante varias temporadas, después de un periodo en que los campeones se
sucedían sin conseguir enlazar dos campeonatos consecutivos. Pero el periplo vic-
torioso de la Cibona, indiscutible estandarte del baloncesto yugoslavo de mitad de ¿_
~,
los ochenta, se vio refrendado con mayor asiduidad en competiciones europeas, 0
no pudiendo trasladar su monopolio dentro de sus propias fronteras. En la liga :;
w
doméstica, y a pesar de protagonizar campañas en las que parecía estar varios pel- z
daños por encima de todos sus rivales, el conjunto de Zagreb sólo pudo lograr un <(
título con Drazen en sus filas. En 1984, el club croata se coronaba campeón nacio- ~
e=
nal, pero sin la aportación del escolta, quien aún pertenecía a la disciplina del ::i
Sibenka y estuvo prácticamente inactivo durante la temporada a causa del cumpli- <(
_J
miento del servicio militar. Con el añadido del genio de Sibenik, 1985 significó el
mejor año de la historia del club, en el que la consecución de la Liga, la Copa y la
413
Copa de Europa supuso un hito sin precedentes en Yugoslavia. Los lobos de Tusa-
nak eran el equipo de moda en el Viejo Continente, y Petrovic el hombre llamado
a marcar una época junto a su gran rival generacional, Arvydas Sabonis.
Las dos siguientes campañas fueron mucho más accidentadas. Mirko Novo-
sel cedía su lugar a Zeljko Pavlicevic para centrarse en la organización de la Univer-
siada de Zagreb, si bien permaneció en el club como director técnico y en los parti-
dos de Copa de Europa formaba tándem con éste. En la primera de ellas, la Cibona
termina la temporada regular con una sola derrota, siendo unánime favorito a reva-
lidar el título. Pero una vez en la final, ante un Zadar que llegaba poco menos que
 de convidado de piedra ante el gran dominador de la competición, saltó la sorpre-
sa. El conjunto de Zagreb se impuso en el primer partido disputado en su pabe-
llón. El Zadar, por su parte, consiguió rehacerse en el segundo para igualar la elimi-
natoria. Drazen no saltó a la cancha del Jazine Hall aquel día, circulando diversas
versiones al respecto: desde una inoportuna lesión a la ausencia voluntaria con el
propósito de evitar una tercera técnica -ya que acumulaba dos y la siguiente acarre-
aba sanción por un partido- para poder celebrar el supuesto triunfo ante sus aficio-
nados. También había voces que insinuaban que Novosel quería incrementar los
beneficios del club con los ingresos de taquilla de un encuentro más.
El último y definitivo enfrentamiento escenificó una de las mayores sor-
presas de siempre en la Prva Liga. Petrovic jugó, sí (37 puntos), pero en un
maratoniano partido con dos prórrogas y un sinfín de emociones, puntos y tri-
ples, el Zadar se adueñó del título tras vencer 110-111. Petar Popovic finiquitó
el duelo con un lanzamiento desde más allá de 6.25, y sus 35 puntos, sumados
al torbellino defensivo de Stojko Vrankovic (17 rebotes y 8 tapones), sentencia-
ron a los de Zagreb.
A pesar de haber ganado esa misma campaña su segunda Copa de Europa
consecutiva imponiéndose al Zalgiris de Kaunas de Arvydas Sabonis, la Cibona
o lar, a más de cien puntos, perdimos un campeonato tras haber ganado todas las
>
<(
no representaría al baloncesto yugoslavo en la siguiente edición de la máxima
.....J
(/') competición continental. Una final también muy agitada, pues el pívot lituano
o(.'.)
perdió los nervios después de que la tensión y los contactos fuesen en aumento,
:J
>- respondiendo a un golpe de Mihovil Nakic a Gintaras Kaprikas con un puñeta-
º
f-
(J)
UJ
zo que significó su expulsión. Aquel sería el último partido de la Cibona en
u Copa de Europa bajo bandera yugoslava. En el caso concreto del escolta, ya no
z
o volvería a disputarla.
.....J
<(
co La temporada siguiente, el panorama fue muy similar. Janez Drvaric susti-
.....J
UJ
tuía a Pavlicevic como entrenador, y los de Zagreb tiranizaron la liga regular con
u)
o una superioridad sin precedentes, convirtiéndose en el primer equipo de la histo-
o<(
co ria que llegaba invicto a su asalto al playoff. Una vez en las eliminatorias, hallaron
o su verdugo en semifinales, con el Estrella Roja de Belgrado (y Prelevic) imitando
a:
(/')
o al Zadar (y Popovic), mientras el técnico Vlade Djurovic, denominador común,
•Z
UJ hacía de sí mismo. Nuevamente el duelo se tenía que decidir en el desempate y, en
:J
(/')
este, los aficionados de Zagreb volvían a ver perder al anfitrión a pesar de los 48
puntos de Petrovic. Un encuentro que parecían tener encarrilado a la media parte
414
(59-47), pero en el que un déja vu se instaló en el Dom Sportova, con un espec-
táculo ofensivo casi idéntico al de doce meses atrás. Como no podía ser de otra
manera, el enfrentamiento fue muy accidentado. Mihovil Nakic no pudo dispu-
tarlo por acumulación de técnicas, y el conjunto croata se quejó de un arbitraje
que consideraba contrario a sus intereses. Mirko Novosel se había sentado en el
banquillo para dirigir a los suyos junto a Drvaric, y la tensión estalló al final del
encuentro, ya que el técnico consideraba inadmisibles las decisiones que habían
adoptado los colegiados. Drazen Petrovic declaró que no participaría en el Euro-
peo ni en la Universiada -que se celebraba precisamente en Zagreb-- aquel mismo
T verano, Sven Usic empujó y amenazó al colegiado y tanto Drazen como su her-
mano Aza fueron sancionados con varios partidos la temporada siguiente. A pesar
de la consecución de la Recopa de Europa ante el Scavolini, las derrotas en Liga y
Copa fueron un golpe muy duro para la Cibona, que veía cómo poco a poco iba
cediendo terreno en su preeminente posición dentro del kosarka de Yugoslavia.
Con todo, la Cibona se convirtió en esos años en el equipo más mediático y
observado de toda Europa. Caracterizada por un juego muy ofensivo supeditado a
Drazen Petrovic, todos sus componentes desempeñaban una labor de especialista
alrededor de uno de los mayores talentos atacantes que jamás haya pisado las can-
chas del Viejo Continente. Un juego libre, dejando mucho lugar a la improvisa-
ción pura de su escolta estelar, abonado al tiro rápido de los hermanos Petrovic o
Cvjeticanin, y con jugadores interiores que luchaban con ahínco el rebote ofensivo
y se sentían muy cómodos en el cuerpo a cuerpo y el contacto físico. Partidos con
muchísimas posesiones, buscando el lanzamiento sin calibrar demasiado los ries-
gos, lo que a la vez supuso su gran virtud y defecto; la despreocupación por labores
defensivas y el imponer un altísimo ritmo de intercambio de canastas acabaron
por ser claves en sus derrotas más importantes, pero fueron estas mismas caracte-
rísticas las que encaramaron al club de Zagreb a la cima. "Por jugar tan espectacu-
jornadas de liga. El año anterior pasó algo parecido. Aunque yo creo en otro tipo
de baloncesto, también te digo una cosa: un equipo de Bozidar Maljkovic, por
ejemplo, jamás hubiese perdido ese partido. Porque jugando físico, férreo, tú no
pierdes, no dejas a Popovic meter 35 puntos. Pero para nosotros eso no cambia
una coma. Claro que lo mejor es ganar. Y nosotros ganamos mucho. Pero durante
ese periodo dorado de la Cibona, del 84 al 88, para nosotros era mucho más
z
importante que cada partido fuese un espectáculo. Ganando o perdiendo. Que el o
u
<(
público disfrutase, vibrara con nosotros", explica, de manera excepcionalmente a::
w
gráfica, Aleksandar Petrovic, uno de los emblemas de aquel grupo. z
w
(.'.)
La dicotomía escuela croata-escuela serbia. De nuevo. Dualidad extraña- <(
mente inapreciable (o quizá tan sólo inadvertida) desde fuera de los Balcanes. 2
f:=
Como han puesto de manifiesto las reflexiones de muchos de sus protagonistas, _J
:::J
el baloncesto de los equipos de las diferentes repúblicas tenía puntos en común, <(
__J
pero, al margen de principios compartidos, la heterogeneidad de estilos era visi-
ble según cuál fuese la filosofía concreta del entrenador. Ajena a ello, Europa
415
identificó la idiosincrasia general del kosarka en el conjunto de los hermanos
Petrovic, una personificación que no se ajustaba a la realidad del momento. La
Cibona de Novosel, Pavlicevic y Drvaric era mucho más representativa del juego
predominante en los conjuntos croatas o eslovenos que en el del global de Yugos-
lavia, adscrita mayoritariamente a la opción de los técnicos de Belgrado que
lideraba Nikolic. Un estilo muy desenfadado y descaradamente enfocado a mar-
cadores muy altos, como describe Bozidar Maljkovic: "La Cibona era un equipo
peligrosísimo en el tiro exterior. Defensivamente no eran tan fuertes como la
1
Jugoplastika o el Partizan, pero su poderío ofensivo era devastador. Si estaban
1
1
J
 acertados te mataban, se iban de veinte y ni te habías dado cuenta". Algo que
1 enfundado la camiseta plavi (305) y que a su retirada había sido considerado el
hacían eludiendo los sistemas sofisticados: "El juego de aquella Cibona era muy
sencillo. A través de un bloqueo directo, sus hombres de perímetro penetraban y
dividían la defensa contraria con facilidad, a la que castigaban con sus tiros exte-
riores. Un juego muy simple, pero de tremenda eficacia, ya que tenía muchos
grandes tiradores", explica Petar Skansi, corroborando las palabras de Boza.
En ese sentido, el baloncesto de la Cibona evocaba a la Yugoslavia del pro-
pio Novosel, etapa caracterizada por ser la más fluida en ataque de la generación
dorada de los años setenta. Un baloncesto veloz, armado sobre los continuos lan-
zamientos exteriores de sus múltiples tiradores, y que imponía un ritmo infernal
para unos rivales que sufrían mucho en su intento de hacer frente al incesante
intercambio de canastas. Pese a los paralelismos, la equiparación de la Cibona con
dicho periodo plavi no puede ser completa, pues aquella selección desplegaba un
juego mucho más coral que el conjunto de Zagreb. En la Cibona, las acciones ata-
cantes estaban monopolizadas por Drazen Petrovic, restando fluidez y sumando
muchos botes en la hipotética comparación. Pero, en general, el conjunto de la
capital de Croacia seguía y marcaba la línea de otros equipos, como el Zadar de
Giergia o la Jugoplastika de Split que dirigía Skansi -o el propio Estrella Roja
o entrenado por Moka Slavnic-, en los que las transiciones fulgurantes, el tiro exte-
>
<l
_J
(f) rior muchas veces arriesgado, la inspiración y la sencillez de los conceptos sinteti-
o
(J zaban una manera de entender el baloncesto no exenta en ocasiones de anarquía.
::.i
>- Un kosarka alegre, descontrolado, con un inherente punto de genialidad pero
ºw
f-
(f)
también de cierto caos. Rasgos que se asocian en general al basket yugoslavo, pro-
u ducto de la fuerza de la imagen de la selección y la Cibona de Novosel, pero que
z En el ascendente trayecto dibujado por el baloncesto yugoslavo a lo largo de su
o no es plenamente extrapolable a otros equipos o etapas, como la Jugoplastika o el
_J
<l
CD Partizan se encargarían de demostrar poco tiempo después. Muy poco.
_J
La temporada 86-87 fue la última de dominio -no materializado en títu-
w c.LJ
(f)
los- de la Cibona de Zagreb en Yugoslavia y en Europa. Poco a poco, se iría
o -1.J
o da de los ochenta, pero que había permanecido en la memoria colectiva. En 1966,
<l debilitando y bajando sus prestaciones, ante el irresistible ascenso de la última
CD
oa: generación del jugoslavenski kosarka. El campeón de aquella edición de liga fue
(fJ
el Partizan de Belgrado, tras imponerse al verdugo del conjunto de Petrovic, el
o
,z
w Estrella Roja, en la final.
::.i
(f)
Los niños de Bormio ya habían llegado.
416
Liderando la transición: Kresimir Cosic y su Reprezentacija
Paralelamente al ascenso y consolidación de la Cibona de Zagreb, la Federación
Yugoslava encontró por fin un seleccionador al que mantendría en su puesto
durante varios campeonatos, tras el fracaso con Petar Skansi, Bogdan Tanjevic y
Giuseppe Giergia en los años impares previos a 1984.
El elegido fue un auténtico mito del baloncesto yugoslavo en general y de
la Reprezentacija en particular: Kresimir Cosic, el jugador que más veces se había
mejor pívot de la historia del baloncesto europeo. Cosic compartía con los dos
primeros su juventud para el cargo (36 años en aquel momento), con Skansi el
haber sido entrenador de la Jugoplastika y con Giergia el desarrollar gran parte
de su carrera deportiva en el Zadar. Al igual que el propio Skansi, Kreso llegaba
al cargo después de compartir vestuario o enfrentamientos en las pistas con
diversos hombres que ahora pasarían a ser sus discípulos, hecho que había sido
criticado por cierto sector del Strucni Savet en la fallida experiencia del técnico
croata en 1979. "No puedo opinar del trabajo de Skansi desde la distancia, cual-
quier observación mía podría ser errónea. Tan sólo puedo decir que, para un
joven técnico, es difícil trabajar con gente que es casi de tu edad", declaraba en
su momento Nikolic, en una entrevista concedida a la revista Giganti del Basket
después del fracaso del Europeo de T urín.
Pero, a diferencia de los anteriores, la experiencia como entrenador de
alto nivel del pívot mormón era prácticamente inexistente. Apenas hacía dos
años que había disputado su último partido representando a Yugoslavia en Nan-
tes'83, y su trayectoria en los banquillos se limitaba a un corto periplo de unos
pocos meses al frente de la Jugoplastika de Split, donde había descubierto a dos
jovencitos que integraban las categorías inferiores que darían mucho que hablar
en el futuro. A pesar de la desconfianza que mostraban algunas voces muy repu-
tadas del entorno de la Reprezentacija -con Novosel al frente-, Cosic se mostra-
ba muy seguro de sí mismo y del camino que debía seguir el equipo nacional. Y
éste pasaba por la juventud.
No era la primera vez que el kosarka se enfrentaba a una coyuntura similar.
z
historia hasta los Juegos Olímpicos de Moscú hubo un pequeño punto de infle- o
e
xión que, aunque brevísimo, había permitido extraer conclusiones a muchos de <
u::
los que lo vivieron. Desde luego, nada comparable a la crisis de inicios de la déca- z
u
<l:
Ran~o Zeravica accedía a la dirección de la selección absoluta después de una larga :?
1-
experiencia como asistente de Aza Nikolic. Zeravica llevaba varios años siendo el ::J
<l
entrenador de las selecciones By júnior de Yugoslavia -habiendo dirigido nume- _J
rosos torneos menores, como los Juegos del Mediterráneo o los Juegos de los Bal-
canes- y sentía especial predilección por ofrecer una oportunidad a los jóvenes
417
talentos, aspecto que le caracterizó en todos los equipos en los que estuvo. El pro-
pio técnico de Belgrado había dirigido a la generación de Cosic en el Europeo
Júnior de Porto San Giorgio'66, en la que los plavi consiguieron la medalla de
plata. En su salto a la absoluta, Zeravica convocó para el Europeo de Helsinki'67 a
Ljubodrag Simonovic, Dragan Kapicic, Damir Solman, Aljosa Zorga y Kresimir
Cosic, todos ellos integrantes del combinado júnior que él había comandado. A su
alrededor, Goran Brajkovic -también menor de veinte años- Borut Basin (23),
Rato Tvrdic (24) Petar Skansi (24) y Zoran Marojevic (25) eran aún muy jóvenes,
y sólo Vladimir Cvetkovic y Dragoslav Raznatovic alcanzaban la treintena. La
 Reprezentacija finalizó en novena posición, levantándose muchas voces críticas
hacia Zeravica, pues en aquellos momentos Yugoslavia ya empezaba a ganar meda-
llas con asiduidad en las diferentes competiciones en las que participaba. Las tres
últimas presencias en Campeonatos de Europa se habían saldado con dos medallas
de plata y una de bronce, y en el Mundial habían alcanzado el segundo puesto
tanto en 1963 como en aquel mismo 1967. Tan sólo dos hombres, Skansi y Raz-
natovic, repetían de la selección subcampeona en Moscú'65.
Las críticas fueron muy duras, pero Zeravica había decidido utilizar aquel
campeonato para foguear a una serie de jóvenes de indudable potencial y en los
que él creía que residía el futuro de la selección. Al año siguiente, en 1968, volvie-
ron los Korac, Daneu y Rajkovic, aunque, por otra parte, Nikola Plecas, pertene-
ciente a su misma promoción, se añadía a los novatos de Helsinki. Yugoslavia con-
seguía la primera medalla olímpica de su historia, al disputar la final ante Estados
Unidos (con jugadores como Spencer Haywood y Jo Jo White) en un partido que
a la media parte dominaba por tres puntos. En 1969, el botín era otra medalla de
plata en el Europeo de Nápoles, venciendo por primera vez a la selección de la
URSS y acabando con la racha soviética de cincuenta y cinco victorias consecuti-
vas en competición europea, si bien no pudieron repetir proeza por segunda vez
o
> en la final. La culminación del proceso se produjo en 1970, cuando la selección de
::í
(/) Zeravica conquistó la primera medalla de oro del baloncesto yugoslavo en el Mun-
o
(.!) dial de Liubliana, con los niños de Helsinki ya como grandes protagonistas del
~
>- grupo. La decisión de Ranko había demostrado ser muy beneficiosa a medio plazo.
º
1-
(/)
LU
La mentalidad de Kresimir Cosic era muy parecida a la de Zeravica. En su
u etapa dirigiendo a la selección, el principal objetivo que se marcó fue la renova-
z
o
_J ción del grupo, algo que demandaban todos los estamentos del baloncesto
<(
yugoslavo y que era inevitable, pues en 1985 la mayoría de los jugadores de la
C!l
_J
LU vieja guardia ya se había retirado o bien estaba en plena decadencia. Pero, más
u)
o allá de esta regeneración forzosa, Cosic pretendía seleccionar a hombres extre-
o w
<(
CD
madamente jóvenes, prescindiendo de muchos de los nombres contrastados en
oce: aquellos momentos.
(/)
o La convocatoria para el primer gran torneo que dirigió -el Europeo de
•Z
LU Stuttgart'85- fue la primera muestra de ello. Alrededor de Drazen Petrovic, el
~
(/)
seleccionador plavi eligió a un grupo de jugadores que estaban lejos de alcanzar
su cénit de madurez, siempre pensando en un proyecto con vistas al futuro. La
418
apuesta fue muy arriesgada por diversos motivos, entre ellos una cierta descom-
pensación producto del exceso de aleros y ala-pívots y la ausencia de hombres
auténticamente grandes cerca del aro. Esta estructuración de la plantilla fue muy
criticada por el entorno de la Reprezentacija, causando además cierta sorpresa
que se desentendiera del papel de los pívots natos en el equipo, más aún cuando
el propio Cosic había sido, como jugador, la auténtica punta de lanza de un
colectivo plagado de enormes talentos. Pero, al margen de decisiones puramente
técnicas, desde algunos sectores del Strucni Savet no veían con buenos ojos que
el nuevo entrenador prescindiera de hombres como Ratko Radovanovic o Rajko
Zizic, quienes aún mostraban un rendimiento muy notable y habían sido uno
de los principales sustentos de la selección en citas recientes. Este argumento se
mezclaba con una cierta desconfianza hacia el verdadero potencial de los juga-
dores elegidos por Cosic, si bien el escepticismo era, en realidad, mucho más
global y extensible a la totalidad de la generación en sí misma. La trayectoria
seguida por los convocados en categorías inferiores servía para reafirmarse en la
idea de que no eran los más adecuados para volver a llevar a Yugoslavia a la cima.
Lo cierto es que si Cosic tenía grabada a fuego la intención de regenerar plena-
mente al combinado balcánico, no había mucho más donde escoger: los nom-
bres seleccionados eran, en aquel 1985, los más destacados del panorama yugos-
lavo, creando una composición en cierta medida similar a la de la Cibona de
Zagreb. El técnico consideraba que el núcleo poseía suficiente recorrido y talen-
to para protagonizar el anhelado ascenso, pero dicha fe era necesidad y virtud.
La realidad dictaba que, en aquel momento, no había otra alternativa válida.
Los resultados en Stuttgart no parecieron darle la razón al técnico croata.
La lesión de Mihovil Nakic perjudicó aún más el frágil equilibro de la selección,
hurgando de manera evidente en la debilidad interior de la que había sido acu-
sada la convocatoria. Yugoslavia finalizó séptima el torneo, cayendo ante Che-
coslovaquia de forma sorprendente en cuartos de final. Un inicio desalentador
para la nueva etapa liderada por Kreso. El análisis de Mirko Novosel en una
entrevista concedida en suelo español a El Mundo Deportivo dejaba bien clara su
opinión: "Yugoslavia tiene que ser en este momento la segunda potencia de
Europa. Hay calidad para conseguir la medalla de plata, porque también somos
conscientes de que la Unión Soviética es prácticamente invencible. Para mí, el
error nace en la lista, porque Cosic se llevó sólo dos pívots, Knego y Vrankovic, z
y el segundo es muy inexperto, además de seis aleros. El equipo estaba totalmen- o
u
te descompensado, pues dejó en casa a Zizic, Radovanovic y Vucevic, y todos <r
ce
w
ellos son veteranos expertos. El problema de Kresimir es que ha sido un gran z
<..'.J
jugador, pero le faltan tablas como entrenador. Son dos aspectos muy distintos y <r
ha pagado la novatada. El fracaso de Yugoslavia es el de Cosic". ~
¡::
La figura de Cosic se vio fuertemente cuestionada. Pero él continuaba cre- _j
=i
<(
yendo en la ineludible necesidad de renovación, y los jugadores escogidos para _j
disputar el torneo de Navidad del Real Madrid en 198 5 así lo demostraban.
Junto a varios de los componentes del Europeo anterior, debutaban unos adoles-
419
centes en los que técnico y Federación tenían depositadas enormes esperanzas:
Vlade Divac, Toni Kukoc, Dino Radja y Aleksandar Djordjevic. Teniendo en
cuenta que Zarko Paspalj no había podido acudir a la concentración debido a la
muerte de su abuelo, el mensaje parecía muy claro.
Las presiones y la voluntad de afianzarse en el cargo propiciaron que,
varios meses después, el grupo elegido para el asalto al Mundial de España'86
derivase en un híbrido entre las intenciones de Cosic y el parecer del Strucni
Savet. Algunos veteranos como Radovanovic o Dalipagic -quien oficialmente se
había retirado de la selección en 1984- ingresaban de nuevo en la Reprezentacija
 para compensar las carencias mostradas en el Europeo de Stuttgart. Del grupo
de jovencitos del torneo de Navidad, tan sólo Vlade Divac consiguió entrar en la
convocatoria definitiva. El bronce final, marcado por la inverosímil derrota con-
tra la URSS en semifinales, apaciguó la inquietud imperante en los últimos
años. A nivel interno, por el contrario, las relaciones entre Cosic y varios miem-
bros del equipo se caracterizaron por la tensión, y el deterioro de la comunica-
ción con el núcleo duro formado por los hermanos Petrovic era evidente, con
discusiones y desencuentros ante los ojos de público o periodistas.
En 1987 una nueva medalla de bronce en el Europeo de Atenas significó el
punto y final de la trayectoria del técnico. El rendimiento de la selección no fue
el esperado y el ambiente se tornó cuasi irrespirable, en una continua pugna entre
jugadores y entrenador. Las tradicionalmente fuertes y difíciles personalidades
que convivían en el ecosistema plavi chocaron con la ansiedad que rodeaba al
propio Cosic, que veía cómo sus ideas eran cuestionadas tanto a nivel interno
como del propio entorno que rodeaba a la selección. El partido contra España
con el tercer cajón del podio en juego fue el último que el mítico pívot dirigió.
A pesar de estas circunstancias, la figura de Cosic fue fundamental en la
transición de la Reprezentacija. En Atenas, y pese a las reticencias de un sector
o
>
<(
muy influyente de la Federación, ya convocó a los cuatro niños de Bormio antes de
_J
(/) que lo fueran -el Mundial Júnior se celebró un mes después del Europeo absolu-
o
<.!J to- y Kreso dejaba a la selección en el punto ideal para iniciar una etapa de éxitos.
:::>
>- Sus enfrentamientos con el Strucni Savet -en especial, con Mirko Novosel- carac-
º
f-
(/)
w
terizaron su mandato, y este se vio salpicado de diversas polémicas. Pero su firme-
u za en la apuesta por la nueva generación fue una.de las grandes claves de los logros
z
o
_J que aún estaban por llegar. Como entrenador, su dirección de partido se vio a
<(
c:o menudo perjudicada por no mantener la calma y dejarse llevar por los nervios.
_J
w
Las tensiones internas y externas no hicieron más que incrementar esa intranquili-
u)
o dad. Su labor, con todo, fue mucho más allá de las dos medallas de bronce que
o w
<(
CQ
conquistó con el combinado balcánico. Cosic, un auténtico maestro en el trabajo
oo: de los fundamentos, interaccionó de manera muy directa con los chicos jóvenes
(/)
o que suponían la gran esperanza yugoslava, como recuerda Sasha Djordjevic:
,z
w "Cosic nos dio una enorme oportunidad a los jugadores de las selecciones inferio-
:::>
(/)
res. Era un visionario: cuando veía un talento, lo reconocía al instante. En mi evo-
lución, en concreto, fue clave. Cuando estábamos concentrados con la juvenil,
420
con apenas diecisiete años, él venía a los entrenamientos como supervisor, pues
era el entrenador de la absoluta. Se trabajaba durante todo el verano. Me sacó
delante de todos mis compañeros y me mandó hacer un ejercicio en el que tenía
que realizar un bote y un tiro, repetidamente, unas quince veces. Entonces, le dijo
a mis compañeros: 'Sasha tiene el problema de los bases que botan mucho. Y por
eso al lanzar pone el pulgar de esta manera'. Cosic lo explicó y me lo hizo ver.
Desde pequeño había botado mucho, y para controlar la pelota hay que alargar
totalmente la mano. Él me hizo poner el pulgar sobre el balón y eso influyó
muchísimo en mi lanzamiento. Era un maestro de los detalles técnicos".
l La admiración de los técnicos de la ex Yugoslavia por Krcso queda bien
1
patente cuando su nombre sale a la palestra o hacen referencia a él. Zeljko Obra-
dovic repite varias veces a lo largo de la conversación un "el siempre grande
1
Cosic decía ... ", una expresión utilizada por la mayoría de los entrevistados.
"Cosic era inigualable. Nunca he sabido decir si fue mejor sobre la pista o como
persona que entendía el baloncesto. Fue un técnico importantísimo, tenía el
baloncesto en su cabeza", explica Svetislav Pesic, que colaboró estrechamente
con él en la etapa en que ambos eran los seleccionadores absoluto y júnior, lle-
gando a ir juntos a una gira de partidos amistosos por Japón.
Otro hombre que fue su asistente, Bozidar Maljkovic, ahonda en la signi-
ficación de la figura de Cosic en su menos conocida faceta de entrenador: "Me
pidió que le ayudara en la Universiada de Kobe. Yo ya era primer entrenador
después de muchos años siendo asistente, pero lo acepté por estar a su lado y tra-
bajar con él. Cosic conocía el baloncesto como la palma de su mano, igual que
el Profesor. Dirigiendo era otra cosa. No era metódico, se despistaba con las
horas de los entrenamientos, nunca sabías cuándo y cómo los iba a hacer. Pero,
al charlar con él, mirando lo que hacía en los entrenamientos, se podían apren-
der muchísimas cosas, especialmente del juego de pívot". También el italiano
Ettore Messina fue su técnico ayudante en Bolonia, y su descripción no difiere
en demasía de la de Boza: "Kreso era una persona muy peculiar. Como entrena-
dor, le faltaba método. Era totalmente desorganizado, y lo digo sin ambages.
Totalmente. En el mismo entrenamiento, podía empezar y, a mitad del entreno,
parar y decir: 'Bueno, ahora vamos a correr fuera'. Las sesiones podían durar
tanto tres horas como sólo una. Pero tenía el juego en la cabeza. A mí me cam-
bió la percepción del juego, enseñándome la trascendencia que tienen los hom-
z
bres exteriores en el baloncesto moderno. Eso dejó una gran impronta en mí, y Q
u<t
siempre he dicho que, al margen de los entrenadores de la Escuela Italiana, hay ce
...!..!
dos personas que estaban fuera del sistema y la manera de entrenar italiana que z
me han influido muchísimo: Aza Nikolic y Kresimir Cosic". (')
<(
2'.
El juego en la cabeza. Genio. Las palabras de los que intentan definir a
r-
Cosic son sorprendentemente parecidas, trazando el contorno de una de esas _J
·:::>
figuras que parecen haber nacido para dedicarse al baloncesto: "Se explicaba <(
_J
muy bien, era grandísimo. Y cuando era jugador había trabajado con muchos de
los grandes de Yugoslavia. Además, él estaba más cerca que el resto de técnicos
421
en todo lo referente a literatura y libros sobre baloncesto. En aquella época,
prácticamente no había y él siempre iba por delante de los demás, porque sabía
hablar perfectamente el inglés y tenía muchos contactos en Estados Unidos. Yo
le pedía constantemente material. Para mí, es uno de los grandes entrenadores
de Yugoslavia. Grande con mayúsculas. Lamentablemente, no consiguió ganar
con la selección, pero hizo un gran trabajo. Todo el mundo se acuerda de él,
especialmente los jugadores jóvenes. Hablas con Radja o con Kukoc y siempre
te dicen: 'Hombre, es el que nos llamó para la Reprezentacija'. Kreso era una
persona a la que le encantaba ayudar a los jóvenes, hacer cambios radicales.
 ...,.
i
Cuando estuvo de director técnico del Zadar, igualmente hizo cosas muy radica-
les. Descubrió a Bodiroga en Zrenjanin y se lo llevó a Zadar. Conocía el kosarka
muy bien. Y siempre, siempre apostó por los jóvenes", explica Maljkovic con
evidente nostalgia.
Reprezentacija y juventud. Dos términos que iban unidos en la mente de
Cosic. La convicción de Kreso era tan profunda que no le importaba ir todos los
fines de semana a practicar movimientos interiores con Vlade Divac cuando este
aún formaba parte del Sloga de Kraljevo, o convocar a Arijan Komazec, con tan
sólo dieciséis años, para la gira de noviembre de 1986 por EE.UU. El técnico cro-
ata ejerció un papel muy similar al de Zeravica veinte años atrás, con la evidente
salvedad de que no pudo ser el hombre encargado de dirigir a la nueva ola en los
inicios de su madurez. Sí lideró la transición, y su aportación fue vital para la
reducción de los plazos hacia un periodo de esplendor que el jugoslovenska kosarka
no protagonizaba desde que la generación que él mismo comandaba como juga-
dor dominase el panorama continental y mundial, dejando tras de sí una herencia
fundamental para solidificar las bases sobre las que cimentar el futuro.
o LA NUEVA OLA: EL IMPULSO DEFINITIVO
>
:)
(f)
o(!J Con el ascenso paulatino de los nuevos talentos, el baloncesto yugoslavo -tanto
::::i
>- a nivel de selección como de competición nacional- floreció de una manera
º
1-
(f)
L.U
esplendorosa, dejando rápidamente atrás la etapa de dudas e incertidumbres que
u caracterizó a la primera mitad de la década de los ochenta.
z
o
_J
El influjo sobre la liga yugoslava fue de un alcance muy superior al que
<!
Q'.) normalmente se le suele asociar. En el baloncesto -y deporte en general- europeo
_J
L.U de la penúltima década del siglo XX, prensa y televisión empezaron a extender
c.iJ
o imágenes e información de manera mucho más multitudinaria y precisa, pero se
o ('.)
<!
Q'.)
limitaban a la máxima expresión de la identidad nacional en el deporte -las selec-
o ciones- y a las competiciones de clubes en las que se enfrentaban representantes
a:
(f)
o de diversos países. Por lo tanto, la estampa de cada baloncesto que pasó al imagi-
•Z nario común se vio reducida de la que se podía inferir de su combinado nacional
L.U
::::i
(f) y a los conjuntos que competían en la Copa de Europa -sobre todo-, Recopa y
Copa Korac. La mayor parte de los participantes solían repetir de un año para el
422
otro, amén de que la cobertura televisiva no cubría la totalidad del campeonato, y
un seguidor italiano o español no poseía demasiada información sobre equipos y
jugadores griegos, rusos o yugoslavos, fenómeno que sucedía también a la inver-
sa. El nivel de un baloncesto se personificaba, a ojos del espectador, en los com-
ponentes de las selecciones y en los partidos en los que un equipo de un país se
cruzaba con otro del propio, lo cual había temporadas que no sucedía más de dos
o tres veces en todo el año. La imagen que se publicitaba era, de esta manera, par-
cial y muy concentrada en unos pocos protagonistas. Nada que ver con lo que
sucedería pocos años después, con la expansión de canales por satélite, el incre-
mento masivo de medios de comunicación especializados en deporte o el eviden-
te salto que supuso el progreso de las nuevas tecnologías.
En el caso concreto del jugoslovenska kosarka, sus embajadores fueron la
Reprezentacija, por un lado, y la Cibona de Zagreb, la Jugoplastika y el Partizan
de Belgrado -en menor medida- por el otro. Aunque otros equipos se colaron
fugazmente por las pantallas continentales, como es el caso del Estrella Roja, el
Bosna o el Zadar, en general los nombres que todo el mundo conocía y cuyas
evoluciones podían ser vistas eran siempre los mismos. El resto de la realidad
yugoslava residía en un oscurantismo sólo iluminado para los que tenían el pri-
vilegio de asistir a los partidos o conectar con su retransmisión. Algo sólo posi-
ble si se era residente de Yugoslavia y que privó a Europa de degustar un cam-
peonato que alcanzó unas cotas de calidad excelsas.
La última Liga Nacional Yugoslava, la del lustro final de existencia de un
país formado por seis repúblicas, mezclaba a la generación que había realizado el
enganche entre las dos épocas doradas del baloncesto balcánico con los brillan-
tes representantes de la nueva ola. Los primeros, en plena madurez deportiva,
aportaban solidez y veteranía con una amplia retahíla de hombres de primer
nivel: eran los Cutura, Radovic, Sunara, lvanovic, Cvjeticanin, Perasovic,
Mutapcic, Primorac o Bilalovic, que en otros entornos hubiesen desempeñado
papeles estelares. Pero estos estaban reservados a los enormes talentos que iban
consolidándose. La amalgama de ambas tendencias cristalizó en una competi-
ción fortísima, en la que el nivel medio de los jugadores era muy alto y la posibi-
lidad de destacar por encima de los demás se antojaba complicadísima.
Porque la oleada de proyectos que generó el sistema de formación balcáni-
co en sus últimos coletazos no se circunscribió a las grandes estrellas que ingresa- z
·O
ron prematuramente en la selección. El resto de jugadores, muchas veces secunda- u<l'.
rios dentro de su propia promoción, poseía una calidad incuestionable, tapada o cr::
w
eclipsada por el fulgor de sus compañeros. Un talento que no pudo ser conocido z
w
por el resto de Europa hasta años después, cuando emigraron a otros países y se <l'.
convirtieron en nombres de referencia de numerosos equipos, si bien la mejor 2'.
r-
_J
versión de algunos de ellos fue tan sólo contemplada en la liga yugoslava. En cada .::::;¡
hornada, y durante más de cinco cursos consecutivos, la cantera balcánica fabricó <l'.
_J
dos o tres -en ocasiones, incluso más - futuros dominadores individuales del con-
tinente. Pero los nombres que les rodeaban eran de una dimensión indiscutible.
423
Ejemplos hay muchos y algunos de ellos de formidable trascendencia. Bra-
nislav Prelevic se convirtió en uno de los mejores encestadores europeos en su paso
por Grecia. Un hombre con fama de implacable en los partidos decisivos, como
demuestra el hecho de que disputó cuatro finales europeas entre 1991 y 1996, y en
todas ellas anotara un mínimo de 29 puntos. Años antes de su periplo griego, ya
protagonizaba auténticas exhibiciones anotadoras con el Estrella Roja de Belgrado.
En el equipo de la capital había coincidido con Slobodan Jankovic, un jugador de
posición indefinida que era capaz tanto de dirigir los ataques de su equipo como
de emparejarse a los ala-pívots rivales. Altruista, gran pasador y de exquisitos fun-
 ,.,,
<lamentos, fue uno de los máximos anotadores de la competición yugoslava. Tras
ser elegido MVP de la YUBA en 1992, dio el salto al Panionios, donde se erigió
como uno de los mejores extranjeros de la competición helena, antes de que las
imágenes de su fatídico accidente diesen la vuelta al mundo 10 • Zradvko Radulovic,
por su parte, fue uno de los mayores talentos ofensivos de finales de los ochenta e
inicios de los noventa, liderando al Bosna Sarajevo o Cibona de Zagreb en Yugos-
lavia, y mostrando su demoledor arsenal en su paso por la serie A2 de la lega, en la
que tuvo promedios por encima de la treintena de puntos, siendo también el máxi-
mo anotador de la Euroliga con la Cibona en 1993. Un caso equiparable, a su
manera, fue el de Teoman Alibegovic, quien protagonizó numerosas campañas por
encima de los veinte puntos en Italia y que fue absolutamente determinante en la
consecución de la Copa Korac por parte del Alba de Berlín, con 34 puntos en la
final ante el poderoso Stefanel de Milán de Dejan Bodiroga.
En el caso de los anteriormente citados, su fichaje por equipos de otras
competiciones les permitió ser conocidos por el gran público. Otros muchos des-
arrollaron la mayor parte de sus carreras inicialmente en Yugoslavia, y las circuns-
tancias personales a raíz del conflicto bélico les llevaron a decidir estar cerca de sus
familiares y amigos, con lo cual continuaron participando en los distintos campe-
o onatos nacidos con la escisión del país. Un caso paradigmático fue el de lvica
> ca que había creado el KSJ en la captación y desarrollo de los jóvenes talentos,
::J Mavrenski, mejor jugador del Europeo juvenil de Ludwigsburg'83. Mavrenski
Cf)
o en algunas poblaciones -e incluso repúblicas- alejadas de los centros neurálgicos
~ fue uno de los mejores bases de la Proa Liga durante su estancia en el KK Vojvo-
::>
>- dina que entrenaba Dusan Ivkovic, con promedios anotadores superiores a los
º
1-
Cf)
LU
quince puntos por partido. Base de gran clase y elegancia, la enorme competencia
u existente para formar parte de los elegidos de .la Reprezentacija hizo que nunca
z
o
_J
fuese conocido internacionalmente, pero los analistas le equiparaban en nivel a los
<(
(l) Zdovc, Djordjevic o Radulovic, entrando frecuentemente en las quinielas para
_J
LU ocupar el puesto de base joven en la selección. Otro baloncestista de enorme
vj
o talento fue lvica Zuric, integrante del Sibenka de Sibenik, un ala-pívot de excelsos
o LU
<(
(l)
fundamentos cuya carrera fue muy obstaculizada por las lesiones de rodilla, cosa
o que no evitó que superase la veintena de puntos en la liga yugoslava o que, años
o::
Cf)
o después, siendo miembro de la Cibona, alcanzase una de las máximas anotaciones
•Z
LU de la historia de la Euroliga con sus 45 puntos al Buckler de Bolonia en 1994. Un
::>
Cf) ejemplo a caballo entre ambos grupos es el de Miroslav Pecarski en su paso por el
Partizan de Belgrado, sin duda uno de los hombres interiores más potentes y atlé-
424 ticos de su época, con una capacidad física descomunal que le permitía realizar
10
El 28 de abril de 1993, durante la disputa del cuarto partido de las semifinales de la liga
griega entre Panathinaikos y Panionios, Slobodan Jankovic sufrió un terrible accidente. Tras la señali-
zación de la que significaba su quinta falta personal, y en un momento de máxima tensión, perdió los
nervios. Se dirigió hacia el soporte de la canasta, golpeándolo con la cabeza. Jankovic tuvo la mala for-
tuna de que el soporte no estuviera protegido con el habitual material acolchado, por lo que cayó ful-
minado al suelo, víctima de una doble fractura cervical. El accidente acabó con el alero prostrado en
una silla de ruedas de por vida, hasta su fallecimiento el 28 de junio de 2006.
1
mates sin parangón entre los jugadores europeos del momento. Su caso fue dife-
rente, pues en su trayectoria en Grecia fue descubierto por el gran público, pero
las lesiones y el sobrepeso habían transformado y lastrado al pívot, y su exuberan-
cia física quedó restringida a sus años en la liga yugoslava.
La mayoría de estos hombres no pudieron disputar ningún gran campeo-
nato con la selección absoluta, oscurecidos por el brillo de otros compañeros o
por no haber alcanzado su madurez de manera tan precoz, y los pocos que lo
hicieron apenas pasaron de desempeñar un papel testimonial. La desintegración
de Yugoslavia impidió que pudiesen tener su oportunidad en el futuro. Pero la
enumeración sería cuasi interminable: Nebojsa Ilic, Rastko Cvetkovic, Mirko
Milicevic, Radenko Dobras ... La categoría que atesoraban los proyectos noveles
del jugoslovenska kosarka fue de una dimensión sin precedentes. La profundidad
de las generaciones era tan inusitada que el filtro no existía tan sólo para ser con-
vocado para la Reprezentacija sénior, sino que muchas veces la enorme compe-
tencia dificultaba ya el hecho de integrar las representaciones juveniles o júniors.
Nenad Markovic o Sasha Obradovic, jugadores de carrera profesional más que
destacada a lo largo de los años ochenta y noventa, son buena muestra de ello.
No conviene olvidar, además, que a pesar de la gran infraestructura técni-
tradicionales surgían jugadores que pasaban desapercibidos hasta que competían
en categoría sénior, pues no habían podido jugar torneos de formación bajo los
focos de Belgrado, Zagreb o Split. Así, y de manera sorprendente, Petar Nau-
moski o Zoran Savic, dos hombres que años después serían considerados entre
los mejores de Europa en sus respectivas posiciones, nunca trabajaron en el pro-
z
grama de la Federación con los miembros de su genera5=ión, de manera parecida o
u
a lo que había sucedido con Dusko lvanovic diez años atrás. El escolta montene- <(
a:
L.U
grino, uno de los mejores jugadores de la competición yugoslava, lideró la tabla z
de anotadores en 1983 con la camiseta del Buducnost y en 1988 fue elegido (.'J
<(
~
MVP de la final del campeonato después de su temporada de debut con la Jugo- ¡:::
plastika de Split, pero a pesar de ello nunca fue seleccionado. en su etapa de for- _J
-::>
mación. "Cuando era júnior yo jugaba en el Bjelo Polje y, por problemas econó- :5
micos, mi club no podía disputar las fases finales de los campeonatos nacionales
de Yugoslavia. No podía pagarnos el desplazamiento. Antes no era como ahora,
425
y los entrenadores sólo se fijaban en los jugadores que participaban en estos tor-
neos para realizar las listas de candidatos a la selección. No pude jugar contra
Bogosavljev, Damir Pavlicevic o Aleksandar Petrovic, que eran de mi genera-
ción, hasta que debuté en categoría sénior", recuerda Ivanovic.
El caso del mismo Aleksandar Petrovic, uno de los jugadores que nombra
Dusko, es en cierta medida parecido, si bien la suya es una historia muy particu-
lar: "Yo jugaba en el Sibenik, y el club no tenía en esos momentos equipo en pri-
mera división. Era el jugador más destacado del juvenil, anotaba muchísimos
puntos, tantos que si metía cuarenta parecía que había jugado mal. Pero al per-
 ...-
tenecer a una ciudad pequeña ... No es que fuese un jugador desconocido, pero
todo el mundo cogía a jugadores de Belgrado o de Zagreb, de las grandes ciuda-
des y clubes. En las fechas en que se debía hacer pública la lista de convocados
para el Europeo Juvenil de Atenas de 1975, me levantaba cada mañana para
mirar los periódicos y saber si entraba en la convocatoria. Un día vi que no esta-
ba en la lista. En aquel momento, con 16 años y viendo mi rendimiento en la
liga regional, en la que jugábamos contra el Zadar o el Split, creía que iba a
entrar. Fue duro, triste para mí saber que no estaba en la preselección". Pero el
mayor de los hermanos Petrovic tomó una resolución: "No podía permitir que
no me convocasen. Regresé a casa y le dije a mis padres que me dieran dinero,
porque quería comprar un billete de autobús. Viajé toda la noche hacia Eslove-
nia, donde estaba concentrada la selección, y me presenté en el hotel. Allí le dije
textualmente al entrenador, Janez Drvaric (años después su técnico en la Cibo-
na}: 'Mira, pido tres días de estar entrenando con la preselección, con los demás.
Si en tres días no cambias de opinión sobre mí, lo dejo y me voy tranquilamen-
te'. Al final acabé entrando en el equipo, y al año siguiente, en el Europeo Júnior
de Santiago de Compostela, tanto Rade Vukosavljevic como yo, que éramos dos
años menores que el resto, formamos parte de la selección júnior, jugando
o
muchos minutos. Mi caso fue, desde luego, muy particular". El de Santiago de
~
(/) Compostela era el campeonato en que por edad debía participar Dusko lvano-
o(!)
vic. No todos los casos iban a ser tan excepcionales como el de Aza. Muchos
::>
>- grandes proyectos integraban las selecciones de formación, y aun así, otros juga-
º
1-
C/)
L.U
dores que en un futuro destacarían en el panorama baloncestístico quedaban al
u
z
margen de la Reprezentacija de su edad.
o
.....J
El resultado en las pistas de todo lo anterior significó que en el ecosistema
<(
de la competición nacional yugoslava convivieron, de 1986 a 1991, el mayor
co
.....J
L.U número de talentos de la historia del país. Con representantes destacados de
ciJ
o diversas generaciones: los más veteranos en plena madurez deportiva, y la nueva
o (.'.J
<(
co ola, dividida entre los que ya se mostraban absolutamente determinantes y los
oe: que daban sus primeros pasos de asentamiento en la clase media de la liga, rol
(/)
o que desempeñarían de manera obligada ante la plétora de talento imperante.
•Z
UJ Muy poco tiempo después, y ya en otro hábitat, reclamarían su protagonismo. A
::>
(/)
la fantástica calidad sobre el parqué se añadió la presencia de algunos de los
mejores entrenadores de la historia de Yugoslavia, con Maljkovic, Pesic, Ivkovic,
426
Vujosevic, Djurovic, Novosel o Sakota dirigiendo a los equipos más destacados.
El campeonato vivía, de esta manera, años de bonanza y esplendor, dejando
atrás definitivamente las dudas de inicios de década.
Jugoplastika-Partizan: el Olimpo no puede ser compartido
En ocasiones, que un equipo logre un título no es suficientemente descriptivo
por sí mismo del poder de seducción, la demostración de calidad o los cánones
¡
que ha roto con su manera de hacerlo. La selección yugoslava del Europeo de
Zagreb'89 o el Dream Team estadounidense de Barcelona'92 son dos muestras
de ello. Todas las competiciones han de tener un ganador. Es imposible, por
definición, que no lo haya y el palmarés equipara a todos los triunfadores, desdi-
bujando en una sola línea la belleza o contundencia expresadas en el proceso.
Quizá se trate de un problema lingüístico, al ser utilizado para cada vencedor el
mismo adjetivo, pero los matices no tienen cabida en los listados.
No es la única problemática que plantea la recopilación cronológica de
aquellos que han alcanzado la gloria. En sentido inverso, hay veces que tan sólo
un equipo puede ser campeón. Y sólo éste consigue el pasaporte a la historia. Las
puertas del Olimpo son demasiado pequeñas para que pasen varios simultánea-
mente.
La máxima expresión del salto cualitativo que experimentó la liga nacio-
nal de Yugoslavia fue sintetizada, de manera especialmente simbólica, por el
binomio formado por la Jugoplastika de Split y el Partizan de Belgrado. Muchas
tendencias, y de diversa naturaleza, confluían en ambos conjuntos. Epítomes del
baloncesto yugoslavo y su momento histórico, observar su crecimiento permitía
leer nítidamente los acontecimientos del kosarka en la década de los ochenta,
interpretar cada decisión tomada por la Federación y contemplar la evolución de
un trabajo que se había solidificado de manera ostentosa, plasmándose en dos
plantillas, dos equipos, que contenían la esencia y los frutos de la labor de
muchos años y personas. Pero sólo uno fue el que pasó al imaginario colectivo
como representante y máximo exponente de un baloncesto que marcaría un
antes y un después a nivel continental.
Si la nueva ola que resucitó al jugoslovenska kosarka estaba encarnada por z
las generaciones nacidas entre los años 1966 y 1970, el equipo campeón del o
u
<(
mundo júnior en Bormio fue el compendio de ese fenómeno. Jamás había habi- a:
w
do una selección de categorías inferiores con logros similares, ni con un segui- zw
miento tan masivo por parte de todos los estamentos de un baloncesto que <(
depositaba sus esperanzas futuras en unos adolescentes llamados a reproducir los ~
>---
~
éxitos de los chicos de oro de los años setenta. Los jugadores de la selección esta- ::i
<(
ban repartidos en diversos clubes, pero hubo dos que reunieron a los nombres· _J
más descollantes de la promoción. Uno de Croacia, en la pequeña población de
Split; el otro de Serbia, concretamente Belgrado, la capital.
427
Los paralelismos eran más que obvios. La composición de las dos planti-
llas era muy similar y los grandes talentos, aún muy jóvenes, eran complementa-
dos por hombres veteranos que llevaban años batiéndose por las pistas de Yugos-
lavia: Sretenovic, lvanovic o Sobin en la Jugoplastika, y Obradovic, Grbovic o
Savovic en el Partizan. Estructuras parecidas, con dos técnicos jóvenes y prome-
tedores como Bozidar Maljkovic y Dusan Vujosevic dirigiendo a sus pupilos
desde el banquillo (si bien el primero poseía más experiencia, ya que desde la
década de los setenta había entrenado a varios clubes como el Usce o el Radnic-
ki), el anhelo de suceder a la Cibona de Zagreb en el trono de la competición y,
 ...
de fondo, la inevitable rivalidad entre clubes pertenecientes a dos repúblicas que
en esos momentos alcanzaban un grado de tensión que cada vez trascendía más
en medios y sociedad. El destino había puesto a ambos ante la posibilidad de
protagonizar los mejores años de su historia.
Mientras la Cibona de Zagreb gobernaba la liga yugoslava y concentraba
la atención general al ganar la Copa de Europa de 1986, los miembros de la
selección de oro iban asentándose de manera dispar, según el caso y su particular
grado de madurez. La temporada siguiente, el Partizan de Belgrado conseguía el
título de liga tras la sorprendente eliminación del conjunto de Novosel a manos
del Estrella Roja. Divac, Paspalj y Djordjevic ya ejercieron un papel fundamen-
tal en el equipo, siendo, especialmente los dos primeros, piezas claves en la con-
secución del triunfo final. En Split, mientras tanto, Bozidar Maljkovic relevaba
a Zoran Slavnic en la dirección técnica y, después de haber pasado algunos apu-
ros el año anterior -llegando a estar en posiciones de descenso en alguna jornada
concreta-, la Jugoplastika acabó la temporada regular en tercera posición, cayen-
do ante el Bosna Sarajevo en la primera eliminatoria del playoff. Radja y Kukoc
empezaban a disfrutar de minutos y responsabilidades, sobre todo el pívot, den-
tro de un grupo cuyo líder anotador fue Velimir Perasovic.
o te. La inexperiencia pesó mucho, pero las expectativas levantadas le señalaban
>
<!
_¡
(/)
o 1987-1988: hoy empieza todo
<.9
:::::>
>-
º
f-
e/)
u.J
El verano de 1987 Yugoslavia se proclama Campeón del Mundo Júnior. Menos
u de dos meses después da comienzo la temporada que supondrá el primer gran
z
o_¡ enfrentamiento entre los dos equipos, comandados por los hombres más desta-
<!
o:i cados de esa selección.
_¡
u.J Bozidar Maljkovic puede, por primera vez, planificar la temporada
u)
o mucho antes de su estreno, empezando además su colaboración con Aza Niko-
o ('.]
<! lic. El cambio más importante en la plantilla es el fichaje de Dusko lvanovic,
o:i
oa:: veterano escolta procedente del Buducnost. Con la nueva composición del equi-
(/)
o po, el quinteto titular pasaba a ser formado por Sretenovic, lvanovic, Kukoc,
•Z
u.J Radja y Sobin, ocupando Velimir Perasovic la plaza de primer recambio, alter-
:::::>
(/) nando titularidad y suplencia con Toni Kukoc. El escolta croata dejaba de ejer-
cer la función de principal referencia ofensiva para ser un jugador de rotación,
428
ante la presencia de lvanovic y el ascenso paulatino de los nuevos talentos. En el
juego interior, Zeljko Poljak ofrecía minutos de descanso en la posición de ala-
pívot.
En Belgrado, Dusan Vujosevic añadía, procedente de Marist College, a
Miroslav Pecarski, a quien la Federación obligó a disputar la temporada en
Yugoslavia ante la inminencia de los Juegos Olímpicos, incorporando también a
lvo Nakic, el año anterior en las filas de la Cibona. Djordjevic, Grbovic, Paspalj,
Pecarski y Divac formaban la columna vertebral del equipo, con Zeljko Obra-
dovic repartiéndose los minutos de base con Djordjevic de manera casi equitati-
va. Nakic y Milenko Savovic eran las primeras opciones de recambio exterior e
interior, respectivamente.
Las dos plantillas eran excepcionalmente jóvenes, pero la del Partizan aún
lo era más, con un base y un ala-pívor de veinte años, un alero (y su suplente)
de veintiuno y siendo su gran estrella Vlade Divac, que apenas contaba con die-
cinueve. La bisoñez de ambos no fue óbice para que el conjunto croara liderase
la liga regular con una sola derrota al final. Los de la capital finalizaban terceros,
detrás de Jugoplasrika y Cibona, con un balance de 15 victorias y 7 partidos
perdidos.
El Partizan había centrado mucho su atención en la competición conti-
nental. Con Grbovic, Divac y Paspalj al frente, el conjunto partisano se clasifica-
ba para la primera Final Four de la historia moderna de la Copa de Europa. Lo
hacía, además, de forma muy brillante, tras liderar la liguilla previa con 1O vic-
torias y 4 derrotas, imponiéndose a equipos asentados en la élite como el FC
Barcelona -en los dos encuentros-, Tracer de Milán, Aris de Salónica o Maccabi
de Tel-Aviv, los tres últimos, sus acompañantes en la fase final de Gante. Los de
Vujosevic eran el equipo de moda en Europa. Una vez en los partidos decisivos,
el Maccabi acabó con las esperanzas yugoslavas de proclamarse rey del continen-
como un claro candidato al triunfo en el futuro.
La Jugoplastika tuvo una participación internacional más discreta, cayen-
do en la liguilla de cuartos de final de la Copa Korac -en la que acabó tercera-,
clasificándose el Hapoel Tel Aviv para la siguiente fase como líder del grupo. En
la Copa de Yugoslavia los de Split alcanzaron la final, en la que no pudieron
superar a una Cibona de Zagreb que aún era uno de los equipos más potentes de z
Europa y se resistía a otorgar el relevo a las nuevas generaciones. o
u
<t
Cuando empezaron las eliminatorias por el título de la Prva Liga, los dos CL
...w
conjuntos croatas y el de Belgrado compartían el papel de favoritos sin destacar z
LlJ
ninguno por encima del otro. La Cibona no participaba en la Copa de Europa <!
por el accidente sucedido la campaña anterior, después de haber terminado invic- 2
-_J
to la liga regular por primera vez en la historia. El Partizan era el vigente campe- _,
ón y había demostrado un potencial enorme ante los equipos más destacados 5
del continente. Y la Jugoplastika había dominado la temporada, lo cual le otor-
gaba la ventaja de campo en todos los enfrentamientos.
429
El cuadro cruzaba a Cibona y Partizan en semifinales. En los dos prime-
ros partidos, cada uno de ellos logró imponerse ante su afición. En el tercer y
definitivo encuentro, los serbios lograron la proeza de vencer en Zagreb (77-83)
al conseguir anular a Drazen Petrovic, que se despedía de la liga yugoslava con
13 puntos, una de las peores anotaciones de su carrera. Paralelamente, la Jugo-
plastika eliminaba por la vía rápida al Olimpia de Liubliana, doblegando a los
eslovenos en el Hala Tivoli por 83-86.
La gran final enfrentaba a los dos máximos exponentes de la nueva ola. La
noche anterior a su inicio, el Partizan estaba concentrado en el hotel Jugoslavija.
 ....
Con el cuerpo técnico del club de Belgrado jugando a las cartas en el hall, Vlade
Divac intentaba hacer una escapada nocturna por la ventana de su habitación.
Su objetivo, reunirse con su novia (años después se casarían). Al saltar, cayó en
mala postura y se lesionó, lo que le descartaba para el primer enfrentamiento.
Este fue controlado de manera cómoda por los croatas, que ganaron con con-
tundencia, 101-79, y Divac participó tan sólo dos minutos, en una frustrada
tentativa de ayudar a su equipo.
En el segundo partido, en Belgrado, el pívot reapareció luciendo una apa-
ratosa rodillera. El jugador que desequilibró el duelo fue Aleksandar Djordjevic,
con una primera parte sensacional en la que penetró continuamente para finali-
zar en bandeja o lanzamientos de corta distancia. Sus 14 puntos en ese periodo y
el dominio interior del propio Divac fueron claves para forzar el tercer y defini-
tivo encuentro: 86-80.
En el duelo decisivo, la Jugoplastika se mostró superior. Divac fue expul-
sado por faltas, tras una pobre actuación en la que se fue desquiciando poco a
poco, anotando tan sólo 4 puntos por los 27 de Sobin, el hombre con el que se
emparejaba. El resultado al término de los 40 minutos no dejó lugar a la duda:
88-67, Jugoplastika.
o Dusko lvanovic fue nombrado mejor jugador de la final. Split se apunta-
~
(f) ba el primer tanto.
o la semifinal. Una vez en la ronda definitiva, el rival fue el histórico Pallacanestro
C!J
::::>
>-
ºen
l- 1 988-89: la temporada que pudo cambiar la historia
UJ
u encuentro de la eliminatoria en el Palasport Pianella por 13 puntos, pero en el
z
o
_J
A la vuelta de los Juegos Olímpicos de Seúl, donde Paspalj, Divac y Radja se
<(
ca habían asentado como hombres importantes de la Reprezentacija -no tanto
_J
UJ Kukoc, que aún desempeñaba un rol secundario como suplente del alero del
u:i
o Partizan-, ambos conjuntos se postulaban como los grandes candidatos al títu-
o<(
lo, toda vez que la marcha de Drazen Petrovic al Real Madrid rebajaba drástica-
CD
oa:
mente las aspiraciones de la Cibona.
(f)
La Jugoplastika incorporaba a otro júnior de oro, Luka Pavicevic, el año
o <(
•Z
w anterior jugador de la Cibona, club que se había hecho con sus servicios cuan-
::::>
(f)
do el base decidió dar por concluida su etapa en la NCAA. El fichaje del mon-
tenegrino desplazaba a Sretenovic a la suplencia y, de manera indirecta, le resta-
430
ba minutos a Perasovic, ya que alternaba las posiciones de base y escolta en
temporadas precedentes. La presencia de Luka, sumada al crecimiento de
Kukoc, relegaba un poco más a un segundo plano al que había sido referencia
indiscutible pocos años atrás. Por dentro, Zan Tabak empezaba a disfrutar de
algunos minutos como recambio interior, aunque en muchas ocasiones era el
propio Toni Kukoc el que lo hacía para poder disponer de la dupla Perasovic-
lvanovic en pista.
El Partizan perdió a su capitán, Goran Grbovic, que fichó por el Puleva
Granada (convirtiéndose en uno de los máximos anotadores de la ACB con más
de 28 puntos por partido) y Miroslav Pecarski volvía a Estados Unidos a com-
pletar su carrera universitaria. La pérdida del primero era compensada con la
novedad de Predrag Danilovic, que llevaba dos años entrenando con la primera
plantilla belgradense procedente del Bosna de Sarajevo, pero no había podido
debutar debido a la reglamentación yugoslava en materia de traspasos. El puesto
de escolta titular lo ocupaba lvo Nakic, y Danilovic era el primer recambio
cuando este o Paspalj descansaban. En el juego interior, Milenko Savovic susti-
tuía a Pecarski, mientras que }adran Vujacic completaba la rotación de pívots.
La trayectoria de ambos equipos fue absolutamente paralela. El equilibrio
de fuerzas era tan ajustado que no sólo finalizaron la liga regular empatados a
victorias y derrotas (16-6), sino que incluso los números de anotación mostra-
ban una paridad casi absoluta. El Partizan, estructurado en torno a su capacidad
ofensiva y al poderío de sus transiciones, había anotado 156 puntos más que la
Jugoplastika, que proponía un estilo más controlado, especialmente en ataque
estático, con un juego más laborioso en la búsqueda de la opción de tiro correc-
ta. En defensa, la diferencia se enjugaba de manera cuasi calcada, habiendo
encajado los de Split 150 puntos menos.
La actuación europea fue también muy similar por exitosa. El Partizan se
proclamó campeón de la Copa Korac después de realizar una competición impe-
cable, venciendo todos los partidos de la liguilla de cuartos de final y los dos de
Cantú de Cado Recalcati, con Pierluigi Marzorati y Antonello Riva como máxi-
mas figuras de la escuadra transalpina. Los italianos se impusieron en el primer
Hala Pionir no pudieron frenar el vendaval yugoslavo, que colocaba una renta z
·O
final de 19 puntos, 1O1 a 82. Vlade Divac promedió 29 puntos entre los dos u
<(
enfrentamientos, Sasha Djordjevic 20.5 y Zarko Paspalj 17.5, liderando a los a:
L..U
serbios a la consecución del título. El Partizan lograba lo que la Jugoplastika no z
UJ
había podido conseguir la campaña anterior. (.'.)
<(
. Los croatas, por su parte, participaban en la Copa de Europa. Todos sus ~
¡:::
_J
integrantes, igual que había sucedido un año atrás con los del Partizan, debuta- ·::::>
ban en la máxima competición continental. Los resultados durante la liguilla _J
vinieron marcados por su infalibilidad en los partidos disputados en Yugoslavia
y su debilidad como visitantes, ya que sólo fueron capaces de derrotar a domici-
431
lio a los dos últimos clasificados, el CSKA de Moscú y el Nashua EBBC. Su cla-
sificación para la Final Four no había atraído tanta atención como la de los ser-
bios doce meses atrás, quedando empatados con el Aris de Salónica en los dos
últimos puestos que daban el acceso a la fase decisiva. Pero, una vez en ella, rom-
pieron todos los pronósticos y asombraron a Europa en una de las más bellas
demostraciones deportivas de la década. Los de Split, dos semanas después del
triunfo del Partizan en la Copa Korac, alzaban el cetro continental. La Jugoplas-
tika lograba lo que los de Belgrado no habían podido conseguir la campaña
anterior.
J
 tr
Con esos precedentes, el playoffde la liga yugoslava se presentaba como
una auténtica lucha de poder entre serbios y croatas. El papel de favorito se
decantaba ligeramente a favor del Partizan debido a dos circunstancias. Por un
lado, en esta ocasión el factor cancha le era favorable, a diferencia del año ante-
rior. La ventaja de campo se había materializado en la penúltima jornada, cuan-
do los de Belgrado recibieron a la Jugoplastika, imponiéndose por 94 a 84,
empujados por los 29 puntos de Zarko Paspalj. Y ya habían vencido en Split en
el duelo correspondiente a la primera vuelta del campeonato. Por el otro, Mari-
bor estaba muy presente en la mente de todos los analistas.
El 19 de marzo de 1989, muy poco antes de los títulos europeos de los
dos conjuntos, ambos habían protagonizado la final de Copa de Yugoslavia en la
ciudad eslovena. En uno de los partidos de más calidad de la época, el Partizan
había conseguido batir a los hombres de Maljkovic por 87-74. Un enfrenta-
miento en el que las estrellas serbias impusieron su ley en la segunda mitad. En
la primera, los mejores minutos de Toni Kukoc como profesional habían puesto
a los de Split por delante, encestando los primeros 15 puntos de su equipo y for-
zando a Vujosevic a pedir un tiempo muerto con 15 a 7 en el marcador. El téc-
nico ordenó durante unos minutos una zona 2-3, el Partizan igualó el partido y
o
> el alero de la Jugoplastika poco a poco se fue apagando, anotando tan sólo cua-
::5
en tro puntos más en el resto del encuentro, dos de ellos en el último minuto y con
o
c.?
:::>
todo decidido. En el conjunto serbio, Zarko Paspalj empezaba a anotar y rebo-
>- tear hasta finalizar con 16 puntos y 13 rebotes, monopolizando esta faceta en la
º
f-
en
UJ
segunda parte. Vlade Divac dominó bajo los aros, como frecuentemente hizo
u durante la temporada, sin duda alguna aquella en la que alcanzó su mejor nivel
z
o en competiciones FIBA. De entre los representantes de la generación de Bor-
.....J
<(
co mio, el serbio era el más maduro y determinante en aquellos momentos, siendo
_J
L.U
siempre el más destacado en su influencia sobre el partido. La final no fue una
u)
o excepción, y el pívot marcó la diferencia con 26 puntos, 11 rebotes y 6 tapones.
Cl
<(
co Radja no pudo ofrecer resistencia a su compañero de selección, y una buena
o cantidad de sus 19 puntos llegaron con el partido roto. Perasovic ( 15 puntos)
a:
en
o intentó liderar la remontada, pero la intensidad defensiva de Danilovic, los pun-
,z
UJ
:::>
tos de Nakic (16) y el despliegue de contraataques continuos comandados por
en Djordjevic acabaron desarbolando a la Jugoplastika, que en los últimos minutos
ya dio el título por perdido, llegando a caer por dieciocho puntos de diferencia.
432
El precedente en la competición de Copa inclinaba la balanza a favor del
Partizan, a pesar de sus problemas en la posición de base, ya que Zeljko Obrado-
vic se había visto implicado en un accidente automovilístico que le hizo pasar
por la cárcel y perderse casi toda la temporada. Pero Sasha Djordjevic se había
hecho con el mando de la situación, y el rendimiento del equipo alcanzaba su
cénit de los últimos años.
En el momento en que daban inicio las eliminatorias, el Partizan protago-
nizaba la mejor campaña de su historia. Con tan sólo cuatro días de diferencia;
se había proclamado campeón de la Copa Korac y la Copa de Yugoslavia; apenas
i..
diez después, certificaba el factor campo con un nuevo triunfo sobre la Jugoplas-
tika. Dos victorias consecutivas en tan corto periodo de tiempo, estando tan
próximo el playoff, decantaban el debate en su favor. Además, todos los enfren-
tamientos contra los amarillos en aquel curso 88-89 habían finalizado de mane-
ra positiva para sus intereses. Parecía que les tenían cogida la medida. Belgrado
afrontaba el reto de conseguir el pleno con la consecución del título de liga. Pero
en Split se rehacían de manera fulminante de ambas derrotas; de hecho, sus dos
siguientes partidos les convirtieron en los nuevos reyes del continente menos de
una semana después. Unos y otros llegaban en su mejor momento y repletos de
moral al punto crucial del año.
Con el cambio en el sistema de competición de la liga yugoslava, el playojf
comenzaba directamente en semifinales, a diferencia de lo que sucedía en Espa-
ña o Italia. Los cuatro primeros clasificados luchaban por un puesto en la final.
El Partizan se cruzaba contra su gran rival de la ciudad, el Estrella Roja de Bel-
grado, y Milenko Savovic cayó lesionado en el primer partido. A pesar de ello,
los de Vujosevic se impusieron con relativa comodidad. La ausencia del ala-
pívot, conjugada con la de Paspalj -afectado por una gripe-, fue demasiado
impedimento en el segundo y la eliminatoria quedó empatada. La falta de efec-
tivos obligó a la directiva del Partizan a reclamar a Pecarski para el tercer encuen-
tro, pese a que había permanecido todo el año en Estados Unidos, integrando la
plantilla de la Universidad de Marist College. El pívot aportó nueve puntos,
pero fueron Paspalj, Divac y Nakic los que certificaron el pasaporte para la ronda
definitiva. La Jugoplastika, por el otro lado del cuadro, no pasaba apuros para
eliminar al Bosna de Sarajevo.
La final esperada por todo el jugoslovenska kosarka se repetía. Esta vez al
z
-o
mejor de cinco partidos, ya que la Federación también había introducido una u
<(
nueva normativa al respecto aquella misma temporada. En Belgrado, primer a:
L.U
encuentro: Djordjevic-Nakic-Paspalj-Pecarski-Divac por lado serbio. Pavicevic- z
L.U
(.J
Ivanovic-Kukoc-Radja-Sobin por el croata. El partido es igualadísimo, sin que <(
ninguno de los dos plasmase una diferencia clara en el marcador, aunque Paspalj 2
¡::
_J
domina su duelo particular con Kukoc (19 puntos por 8). En el último minuto, -::)
<(
la Jugoplastika consigue ponerse por delante por tres puntos, 71 a 7 4. Vlade _J
Divac, el hombre más destacado sobre la pista con 22 puntos y 1O rebotes,
intenta el uno contra uno y fuerza la quinta falta personal de Radja (1 O puntos y
433
sólo 2 rebotes), anotando los dos tiros libres y reduciendo la diferencia a un
punto. Los de Split realizan un ataque largo, pero agotan el tiempo de posesión
sin que Perasovic e lvanovic se decidan a lanzar, después de pasarse varias veces
el balón. En el siguiente ataque del Partizan, Divac vuelve a recibir una infrac-
ción, lo que también supone la eliminación de su nuevo defensor, Sobin. Bozi-
dar Maljkovic hace saltar a la cancha a un joven Zan Tabak, que no ha disputa-
do ni un solo instante hasta el momento. Restan ocho segundos de partido.
Dusko Vujosevic, ante la opción de escoger lanzar un "uno más uno" o volver a
tener la posesión, decide cargar otra vez el ataque sobre su pívot estrella. Éste
 fuerza la jugada personal ante Tabak, lanza un semigancho que toca el tablero y
cuando la pelota se dispone a entrar por el aro, y sobre la bocina, el último en
llegar adquiere todo el protagonismo, barriendo el balón y evitando la derrota
de los suyos: 0-1. La Jugoplastika rompe el factor cancha.
La segunda batalla sigue un guión similar. Mismos quintetos titulares. Se
mantiene la tónica de igualdad, con Divac (22 puntos, 12 rebotes y 5 tapones)
superando a Radja (16 y 7), decantándose el duelo de aleros también del lado
serbio, ya que Paspalj anota 14 puntos y Kukoc tan sólo 9, con dos tiros libres
como única aportación en la segunda mitad. En ella, el Partizan alcanza una
renta de 6 puntos, pero en los últimos minutos los locales le dan la vuelta al
marcador. Con 73 a 70 a favor del conjunto de Split, la posesión es para sus
rivales. Han pasado veinte años, pero muchos tienen aún esos instantes finales
grabados en la memoria: "Recuerdo perfectamente la jugada. Todo estaba muy
igualado, con el Partizan tres puntos arriba, hasta que hacemos un parcial y nos
ponemos por delante en el marcador. Bola para ellos, bola para Djordjevic, que
pide un bloqueo directo. Sasha llevaba unos 20 puntos y yo iba detrás de él en la
defensa. No recibo la ayuda de Radja, pues esperábamos que metiesen una bola
interior para Divac intentando forzar un dos más uno o un triple de Djordjevic.
o Divac se cayó, y cuando Sasha iba a lanzar, pude taponarle. lvanovic cortó la
>
::5
(j) pelota y me dio un pase en contraataque. Bandeja y cinco puntos arriba. Cuan-
o do anoté, Divac estaba tendido en el suelo, doliéndose. Vujosevic saltó a la pista.
<.?
:::J
>- Una técnica, dos técnicas, y lo expulsan. Se montó un lío enorme, todo el
ºw
1-
(j)
mundo chillando, y entonces Divac cae al suelo", recuerda Luka Pavicevic.
u Dusko Vujosevic salta a la pista, protestando airadamente después de que Divac
z
o cayera sobre el parquet, supuestamente alcanzado por un objeto lanzado desde
....J
<t:
co el público. La situación es caótica, el técnico montenegrino es expulsado y, final-
....J
w mente, los directivos del Partizan, con Kicanovic a la cabeza, deciden retirar a
u)
o los jugadores, aunque el tiempo reglamentario no haya transcurrido aún.
o CJ
<t: La Federación sanciona al Partizan con la derrota en el tercer partido. 0-2
co
oo: y 0-3. La Jugoplastika revalida el título y será el representante de Yugoslavia en
(j)
o la Copa de Europa.
•Z
La temporada siguiente, Vlade Divac y Zarko Paspalj inauguran su anda-
w _J
:::::>
(j)
dura en la NBA. Aleksandar Djordjevic realiza el servicio militar y no disputa
los partidos de la competición nacional, mientras que Predrag Danilovic se lesio-
434
na en el tobillo, perdiéndose casi la totalidad de la campaña y el posterior Mun-
dial de Argentina. Miroslav Pecarski retorna a Marist College y Vujosevic acepta
una oferta del Granada para entrenar en la ACB. El Partizan termina octavo la
liga regular, tras perder a la totalidad de su quinteto titular y entrenador. La
Jugoplastika, por su parte, añade a Zoran Savic, Aramis Naglic y Petar Naumos-
ki a su plantilla, alcanzando un poderío aún mayor, y vuelve a proclamarse cam-
peón imponiéndose al Estrella Roja en la final.
En 1991 ambos conjuntos se enfrentan de nuevo en la última final de la
Liga Nacional de Yugoslavia. Muchos nombres han cambiado en los dos lados:
....
Dino Radja emigra a la liga italiana, Dusko lvanovic ficha por el Girona, Bozi-
dar Maljkovic por el FC Barcelona. Zarko Paspalj regresa al Partizan, donde se
reencuentra con Pecarski, una vez el pívot ha completado su periplo universita-
rio. El título vuelve a viajar a Split en su nueva nomenclatura de Pop-84. Otros
hombres, otros protagonistas. Equipos de menos potencial ambos que en sus
versiones 87-89. La cumbre de los serbios había sido 1989, y la de los croatas
1990.
En 1992, en la primera edición de la Liga Europea y ya con tres represen-
tantes por país, el Partizan de Belgrado consigue el título, sucediendo a una
Jugoplastika que ya nada tiene que ver con el conjunto que maravilla al mundo
en el trienio anterior. Un Partizan que besa la gloria continental por primera vez
en su historia, pero con una plantilla que palidece en la comparación consigo
misma apenas tres años atrás.
El eclipse del mejor equipo de la historia FIBA
La Jugoplastika de Split ha pasado a los anales como el mejor equipo que jamás
haya pisado las pistas europeas. La unanimidad es absoluta y no viene propicia-
da tan sólo por los éxitos que alcanzó. Ser el primer conjunto del baloncesto
moderno en levantar tres Copas de Europa consecutivas fue uno de sus poderes,
ya que los títulos son condición ineludible para trascender, pero estos vinieron
acompañados de una imagen de insultante juventud, en la que el talento de
unos niños imberbes se impuso a la solidez y veteranía de clubes que podían
fichar a estrellas consagradas a golpe de talonario. El romántico atractivo de la z
jovialidad juvenil y la pureza baloncestística de un juego libre basado en los fun- o
u
<[
damentos individuales fueron sello distintivo y marchamo eterno de un grupo ce
ll.J
de jugadores que sublevó para siempre el deporte de la canasta continental. La z
w
Jugoplastika se definió por su calidad y su encanto, por el estilo que desplegaba <[
¿
y los valores que transmitía. Las grandes revoluciones culturales de la historia
r-
_J
siempre se han visto asociadas al vigor y lozanía de las nuevas generaciones, con ::i
el punto de ambición y arrogancia del que pretende acabar con el poder estable- <t:
cido. La sensación que evoca su recuerdo es producto de todo ello, y los títulos
que conquistaron, las cualidades técnicas de sus jugadores, la determinación
435
mostrada sobre la pista y el irrefrenable aroma a regeneración forman aspectos
indisolubles de un todo que permanece en la memoria. El jovencísimo grupo
croata fue el Orson Welles -pues, tras Drazen, nadie más podía ser Mozart- del
baloncesto europeo del siglo XX.
Observando la igualdad de fuerzas con el Partizan, y ante los evidentes
paralelismos entre ambos conjuntos, parece obvio que sus grandes rivales para
alcanzar ese estatus no fueron ni el FC Barcelona ni el Maccabi, sus adversarios
en las diferentes finales europeas que disputó y que eran representantes de otros
valores más tradicionales y extendidos. Dentro de sus propias fronteras, existió
 otro núcleo de adolescentes que compartía muchas de sus características. Un
equipo que bebía de las mismas fuentes e influencias y que era resultado del
mismo proceso que cristalizó en Split. La coincidencia de ambos en el mismo
plano temporal hizo que unos subieran a los altares del reconocimiento y otros
no fuesen descubiertos por el gran público. Un desequilibrio mucho mayor que
las diferencias entre ambos, en algunos aspectos prácticamente imperceptibles.
"Cuando veías el calentamiento de las dos plantillas, aquello parecía el calenta-
miento de un partido de la NBA. Había diez jugadores que hoy en día podrían
estar en la liga profesional americana", recuerda Bozidar Maljkovic.
El Partizan de Belgrado poseía una plantilla aún más joven que la Jugo-
plastika de Split. Especialmente, en cuanto a presencia y aportación dentro del
núcleo básico de la rotación utilizada por Vujosevic. Aleksandar Djordjevic, lvo
Nakic, Zarko Paspalj, Miroslav Pecarski y Vlade Divac eran cinco de los seis
jugadores más importantes del equipo en 1988, año en que los serbios se clasifi-
caron para la Final Four de Gante y la Jugoplastika ganaba su primer título de
liga, con Toni Kukoc y Dino Radja rodeados de compañeros más veteranos. Pre-
drag Danilovic, sustituto de Grbovic, rebajaría aún más la media de edad la
temporada siguiente. La precocidad de sus logros también fue mayor, conquis-
o
> tando la liga y alcanzando la fase final de la Copa de Europa un año antes que
<
_J
(/) los de Split.
o
c.'.J El nivel de talento de ambos conjuntos era plenamente equiparable. Veli-
::i
>- mir Perasovic escribía un artículo veinte años después en el que afirmaba: "En
º
1-
(/)
UJ
aquellos años la liga yugoslava la jugaban otros grandes equipos, de mayor cali-
u dad según algunos especialistas que la Jugoplastika, como el Partizan". Como
z
o
_J comenta el croata, muchos analistas y entrenadores de la época pensaban que el
<
ro potencial del Partizan era superior. Uno de ellos es el propio técnico de la Jugo-
_J
UJ plastika: "Ellos tenían mejor equipo. Siempre he mantenido esta opinión", afir-
<J)
o ma Maljkovic. "Bueno, cada plantilla tenía a varios miembros de la misma gene-
o
< ración que ocupaban posiciones parecidas. Divac y Radja, Kukoc y Paspalj, Sasha
Cl'.l
oo: y yo ... ", recuerda Luka Pavicevic. "En aquellos tiempos, yo estaba considerado
(/)
o un talento similar a Djordjevic, aunque cuando volví de Estados Unidos quizá
,z
UJ me había estancado un poco. Ahora es fácil establecer comparaciones, viendo la
::i
(/)
carrera que hicimos ambos, pero por aquel entonces las expectativas eran pareci-
das". Svetislav Pesic, un hombre que los dirigió en su etapa júnior, corrobora esa
436
opinión: "Sasha y Luka eran dos jugadores de un talento parecido. Luego, el acci-
dente que tuvo Pavicevic el verano que lo fichó la Jugoplastika, justo cuando
tenía que dar el paso adelante, le hizo perder la continuidad. Luka jugó bien,
pero no alcanzó el nivel al que sí llegó Sasha, que estuvo mucho tiempo jugando
40 minutos en el Partizan. En esta vida, nunca sabes qué puede pasar".
Más allá de los dos bases de la selección de oro, ambos conjuntos poseían
algunos de los hombres más determinantes del continente. "Divac era más talen-
toso que Radja, pero Dino era más consistente. Si yo tuviese que elegir, no sabría
hacerlo, uno te ofrece unas cosas y el otro, otras. Vlade tenía una enorme calidad,
...:...
pero de repente se iba a dormir y Radja siempre estaba ahí", explica Paviccvic.
''Radja es quizás el mejor jugador de la generación de Bormio. Si tuviese que
escoger entre Kukoc y Radja para un equipo, puede que la opción sea Kukoc.
Pero si están los dos juntos, Toni no se muestra tan incisivo, es muy altruista, y va
a hacer que Radja sea el mejor. Dino era un ala-pívot muy duro, que trabajaba
muchísimo", opina Aleksandar Djordjevic. Al conocer las palabras de su antiguo
compai1ero, Radja no puede evitar una expresión que mezcla orgullo y un cierto
rubor: "Es muy difícil hablar de uno mismo. Yo quió fui uno de lo'.-. pínns m~ís
serios, de los mélS trabajadores. Divac era alguien que no trabajaba tanto, pero
con un talento espectacular. Vlade tenía tanto, tanto talento ... ", afirma Dino.
"De la generación yugoslava de finales de los ochenta, Kukoc y Divac eran los
dos de más talento", manifiesta, por su parte, Svetislav Pesic.
La calidad estaba presente en cada una de las líneas de ambos equipos,
siendo muy difícil determinar la superioridad de una sobre la otra: "En el caso
de los aleros, Paspalj iba a meter 50 puntos, era un asesino, pero Kukoc hacía de
todo: un día anotaba diez triples, otro daba ocho asistencias ... Era imprevisible,
nunca sabías qué iba a hacer", argumenta Luka Pavicevic. Otro integrante de la
Jugoplastika, Dusko lvanovic, ratifica la idea de igualdad entre ambos conten-
dientes: "El Partizan era un equipo muy parecido a nosotros. Un conjunto de
jugadores de altísimo nivel, de mucho talento. Sólo hay que ver dónde y cómo
han jugado después y las carreras que han tenido. Al igual que pasa con los juga-
dores de laJugoplastika, sus carreras demuestran que era un equipo muy fuerte".
La concentración de nombres de la generación de Bormio despierta especial
atención, pero no sólo aquellos insignes representantes eran la clave para enten-
der el nivel de las dos escuadras. "En la Jugoplastika había otros grandes jugado-
-;'.'
res que no parecían tener tanta calidad, pero que eran muy buenos y que en sus
carreras posteriores demostraron ser extremadamente talentosos, como Peraso-
vic. O, por ejemplo, lvanovic, que enseñó en la liga ACB que era uno de los :?
mejores anotadores de Europa", afirma Pavicevic.
·:r:
Aleksandar Djordjevic, por su parte, añade un matiz al puramente técni- ~~
co en la comparación entre ambas plantillas: "Tal y como lo veo ahora, ya no
como jugador, creo que era una cuestión de la selección natural que hicieron
ellos". Nótese la coincidencia de términos por parte del base serbio con la
nomenclatura utilizada tradicionalmente por Aza Nikolic o Ranko Zeravica. El
437
propio Djordjevic profundiza en su explicación de este argumento: "La selec-
ción de los hombres que Boza realizó era mejor que la nuestra. El jugador no es
sólo el jugador como tal, también cuenta lo que es como persona. Nosotros
teníamos unas personalidades muy fuertes dentro del equipo, gente muy impor-
tante como jugadores dentro de la selekcija, pero en el contexto de los hombres,
con algunas carencias. Y la Jugoplastika tenía al líder veterano del grupo, lvano-
vic, un líder físico que nunca decía nada pero que daba ejemplo. Era siempre el
primero en llegar y el último en irse. Y entonces Kukoc o Radja pensaban: 'Jo-
der, si este tío hace esto con 33 años, por huevos tengo que trabajar"'. Boza
 11
Maljkovic cree que un aspecto fundamental fue que "nosotros teníamos más dis-
ciplina". Aleksandar Djordjevic lo explica de otra manera: "La selección de los
veteranos de la Jugoplastika fue muy importante. Sobin, lvanovic, Sretenovic ...
Eran hombres con una actitud y profesionalidad increíbles. Yo lo veía como
jugador. Nosotros éramos un poco más personalidades individuales e indivi-
dualmente no puedes ganar. Sí, puedes ver un partidazo, pero no es suficiente.
Sobin e lvanovic fueron claves en aquellos tres años".
Zan Tabak, cuyo papel era aún secundario, pero que realizó una de las
acciones cruciales para que la historia fuese tal y como hoy en día es conocida,
ofrece su punto de vista: "El Partizan tenía más talento: Djordjevic, Danilovic,
Paspalj, Divac, Pecarski ... pero nosotros éramos más equipo, teníamos más dis-
ciplina. Como colectivo, jugábamos algo mejor". La disciplina es argumento
común, en un momento u otro de la conversación. Quizás una de las pequeñas
diferencias que acabaron por decantar la balanza hacia un lado y no hacia el
otro, contrarrestando la hipotética superioridad serbia en cuanto a jugadores de
talento. Para el mismo Predrag Danilovic, parece capital: "La diferencia es que
nosotros éramos muy talentosos, pero ellos eran más disciplinados".
El Partizan desplegaba un juego exuberante, con una de las mejores transi-
o
> ciones que se hayan visto en el baloncesto europeo moderno. Djordjevic y Obra-
:5
U) dovic eran los dos bases del equipo. El primero, conocido por ser un excelente
o(.!:)
tirador con multitud de recursos ofensivos, ante el gran talento del resto de sus
:::>
>- compañeros se dedicaba a distribuir y gestionar los ataques. Pese a ello, gustaba
º
1-
U)
UJ
de asumir responsabilidades y lanzamientos cruciales en los partidos importantes,
u siendo frecuentes sus explosiones anotadoras en esas circunstancias. El segundo,
z
o caracterizado por su gran intensidad defensiva, miraba menos el aro, si bien mos-
..J
<l:
co
..J
traba grandes porcentajes en puntuales tiros al límite en los minutos decisivos.
UJ Ambos generaban continuos contraataques, culminados por dos auténti-
V,
o cos especialistas en la materia como eran Zarko Paspalj y el Danilovic primerizo.
o UJ
<l:
co Además, Ivo Nakic y Goran Grbovic también se sentían muy cómodos en velo-
oa: cidad. La línea exterior se definía por ser plenamente complementaria: Grbovic
U)
o era un alero muy fuerte físicamente que oficiaba de escolta por la presencia de
•Z
UJ Paspalj, basando su juego en lanzamientos triples y en las ventajas de las que
:::>
c./)
gozaba en el poste bajo ante hombres más pequeños que él. Nakic, su suplente,
era un jugador de refinados fundamentos ofensivos, capaz de tirar, penetrar o
438
asistir con facilidad y elegancia. Sin destacar en ninguna faceta en especial, ofre-
cía notables prestaciones en todas, especialmente en el tiro exterior. Danilovic
(que ingresó en el grupo con la marcha de Grbovic) representaba al reserva que
subía varios grados la fuerza defensiva del colectivo. En una etapa de su carrera
en la que no se prodigaba en exceso en el tiro exterior, su aportación atacante era
producto de penetraciones y situaciones de transición, en un papel de especialis-
ta muy diferente al que desarrollaría en otros periodos de su trayectoria.
Ofensivamente, el Partizan era un equipo de muchísimo potencial. Con
una anotación muy repartida entre sus hombres, la abundancia de excelentes
Ji.
tiradores y de interiores muy destacados en el rebote ofensivo confluía de mane-
ra demoledora. En sus enfrentamientos con la J ugoplastika, los de Bel grado
daban la sensación de poseer más recursos, de sumar por diferentes vías con más
facilidad. En sus filas había numerosos hombres capaces de finalizar un partido
superando la veintena de puntos y ahogar todos los focos anotadores era tarea
complejísima para el rival. "El Partizan jugaba, en el lado izquierdo de la pista,
un bloqueo directo entre Divac y Djordjevic que era muy difícil de defender.
Los dos tiraban, los dos pasaban. Pero es que tenían tanta gente con talento que
aquel equipo no tenía lado fuerte y débil. No sabías en quién concentrar la
defensa", afirma el entrenador rival, Maljkovic.
Dos jugadores sobresalían sobre el resto. Por un lado, Zarko Paspalj, quien
durante las dos temporadas en las que ambos conjuntos se disputaron la hege-
monía de la competición todavía era un elemento más determinante que Toni
Kukoc. Los dos años de diferencia se notaban mucho en la madurez del juego de
ambos, y Zarko alcanzó su mejor rendimiento en la liga yugoslava en ese perio-
do, un punto que el croata no alcanzó hasta la temporada 89-90. Hasta enton-
ces, Paspalj solía dominar sus enfrentamientos y, de hecho, el alero de la Jugo-
plastika era su suplente en la selección, sin disfrutar de excesivos minutos. Del
nivel del montenegrino habla bien a las claras el que fuese escogido el mejor
jugador de la competición en 1989. Con una capacidad anotadora extraordina-
ria, fundamentada en penetraciones -acabadas muchas veces con rectificados-y
en sus tiros de media y larga distancia, solía aprovechar su altura en posiciones
cercanas al aro. Pero, sobre todo, sobresalía por su descollante velocidad en con-
traataque, faceta para la que mostraba muchas cualidades debido a su gran zan-
cada y a la elegante extensión de sus largos brazos. El otro pilar básico era un
z
Vlade Divac que ejercía de elemento aglutinador, ya que a su enorme capacidad 'ºu
de pase añadía en esos momentos una velocidad prácticamente sin precedentes. <l:
a:
UJ
El Divac previo a su salto a la NBA era un hombre rapidísimo que podía alter- z
(.'.J
nar las dos posiciones interiores y que no sólo culminaba las transiciones, sino
<l:
que su capacidad de driblar tras recuperar el rebote suponía en muchas ocasio- ~
¡:::
nes el inicio del contragolpe. Varias veces por partido subía la pelota y realizaba ..J
-:::>
la asistencia definitiva como si de un hombre exterior se tratase. Aderezaba estas <l:
..J
características con una aportación reboteadora y taponadora esencial para el _;
estilo de los de Vujosevic.
439
La rotación interior también era más variada en el Partizan. Miroslav
Pecarski se caracterizaba por ser un gran finalizador en las inmediaciones del aro
y un excelente taponador, aunque sin los recursos necesarios para crearse sus
propias canastas con continuidad. Milenko Savovic, por su parte, era un jugador
completo, buen defensor, que interpretaba bien el juego y anotaba desde media
distancia o en situaciones de brega bajo los tableros. En los periodos en los que
Pecarski estuvo en Estados Unidos, el ala-pívot suplente fue }adran Vujacic,
jugador zurdo de menos altura y envergadura, más limitado técnicamente que el
resto de compañeros y que intentaba aportar tiro a media distancia y dureza
1
 defensiva. Los recursos interiores del Partizan eran superiores a los de la Jugo-
11
plastika, donde la ausencia de recambios de garantías obligaba a Bozidar Malj-
kovic en algunas fases de los partidos a emparejar a Toni Kukoc con el propio
Divac. A pesar de la altura y velocidad del alero croata, la fuerza de Vlade solía
imponerse debajo del aro, y Kukoc no sacaba tantas ventajas en el otro lado de la
pista, ya que el pívot serbio poseía suficiente rapidez para aguantar el tipo.
La Jugoplastika, por su parte, desarrollaba un baloncesto más controlado
y de menor vistosidad, aparentando sufrir más para anotar con fluidez en com-
paración al Partizan. La paciencia hasta encontrar una buena situación de tiro
era una de sus grandes virtudes. Producto de una filosofía férreamente defendi-
da por Maljkovic y Nikolic, sus jugadores jamás efectuaban lanzamientos preci-
pitados y eran capaces de mantener una disciplina colectiva ejemplar, aspecto en
el que superaban al conjunto serbio. Ambos equipos poco tenían que ver con la
Cibona de Novosel y su sobreexcitación ofensiva, pero, pese a que el Partizan
tenía en Djordjevic y Obradovic a dos bases que dirigían de manera muy inter-
vencionista los sistemas de ataque, la Jugoplastika era una máquina que funcio-
naba con la precisión de un reloj. Las libertades ofensivas -y algún que otro
momento de descontrol- aparecían en ocasiones en el conjunto de Vujosevic; en
o Aleksandar Djordjevic, que establece la comparación: "Y nosotros hacíamos un
> los de Split, resultaban inexistentes.
::s
(j) Luka Pavicevic y Zoran Sretenovic eran los directores en la pista. Ambos
o ganaba los títulos. Ganaba partidos, creaba ambiente, glamour, pero no ganaba
(.!:) buenos defensores, sobrios y controladores del juego, el primero poseía una
::)
>- notable capacidad técnica para penetrar de diferentes maneras, gracias a su velo-
ºw
1-
(j)
cidad y fundamentos. Sretenovic, mientras tanto, era una gran amenaza desde el
u perímetro, capaz de asumir responsabilidades con sus tiros en los momentos de
z podían hacer cinco pases rapidísimos. Era una increíble diferencia".
o la verdad. Ninguno de los dos acumulaba demasiados lanzamientos pero, si las
_J
<(
co circunstancias lo requerían, podían aportar puntos que oxigenasen al equipo.
_J
w Las plazas de escoltas y aleros las ocupaban Dusko lvanovic, implacable
u)
o tirador saliendo de bloqueo indirecto que raramente penetraba, lo que no era
o<(
co
óbice para que se constituyese en el principal cañonero de la Jugoplastika; Veli-
o ser w1a fuerza reboteadora y taponadora de enorme magnitud, tendía a descen-
ce mir Perasovic, un jugador de eminente talento anotador que conseguía numero-
(j)
sas canastas tras cortar y recibir en las cercanías del aro, o bien creándose sus
o <(
•Z
w tiros a través de penetraciones y fintas muy variadas, poseyendo además un gran
::)
(j)
lanzamiento de tres; y Toni Kukoc, el elemento desequilibrante que hacía un
poco de todo y todo lo hacía muy bien. Con una asombrosa facilidad natural
440 para jugar al baloncesto, en este periodo aún no se arrogaba la importancia en el
grupo que tendría en el futuro y su aportación se podría calificar de discontinua,
esporádica en comparación con su incidencia en temporadas posteriores. A pesar
de ello, su sola presencia revitalizaba el juego colectivo de la Jugoplastika. Su
capacidad de pase y lectura de las situaciones eran vitales para el juego por con-
ceptos del ataque estático de los croatas. También su tiro exterior y su habilidad
para penetrar o rebotear resultaban básicos para los de Maljkovic.
Entre los pívots destacaba Dino Radja, jugador muy sólido, de enorme
fortaleza, con variadísimos recursos al poste bajo y uno de los hombres grandes
..l
más rápidos en contraataque de toda Europa, además de ser un muy buen rebo-
teador y defensor. Le acompañaba Goran Sobin, cuyo estilo no era espectacular,
pero que a base de lanzamientos a media distancia, situaciones de balones dobla-
dos cerca del aro y, sobre todo, una gran inteligencia en sus acciones, desarrolla-
ba una labor sumamente valiosa para el colectivo. Zan Tabak empezaba a entrar
en la rotación interior de la Jugoplastika, aunque la mayor parte de las veces era
Kukoc el que ofrecía minutos de descanso a sus compañeros. Tabak aportaba
rebote e intimidación, pero en aquellos momentos aún sufría físicamente para
competir contra cincos pesados.
En ataque, la Jugoplastika proponía un juego más cerebral, sabiendo leer
en todo momento las debilidades del rival y castigando cualquier error que
cometiese. El Partizan tenía predilección por un baloncesto vertiginoso, con
grandes explosiones anotadoras y un ritmo de partido muy alto. "Nosotros no
éramos tan consistentes como ellos", afirma Danilovic. "La Jugoplastika tenía
una rapidez y velocidad de ejecución en el cinco contra cinco increíble. El estilo
de Maljkovic y su equipo era esa velocidad de ejecución. También tenían con-
traataque, pero no era su arma principal. Definían, en los últimos segundos de
posesiones largas, de forma perfecta. Eso te mataba", recuerda su ex compañero
juego espectacular, pim-pam y el público exclamaba: 'Ooohhhh' ... Pero eso no
los títulos, porque cuando juegas las finales no puedes correr. Y Boza fue el pri-
mero en Europa, junto con el Profesor Nikolic, que entendió la importancia de
la rapidez en la ejecución de los movimientos en estático. Te hacían una jugada y
z
Las diferencias también eran visibles en situaciones defensivas, donde los o
u
<(
de Split no concedían canastas fáciles. Concentración máxima, ningún despiste. o::
uj
Los hombres de Vujosevic mantenían un rendimiento alto en esa faceta, pero no z
LlJ
alcanzaban la infalibilidad croata, especialmente un Vlade Divac que, a pesar de (:J
<(
~
1--
_J
trarse de manera fugaz durante el partido. Dos o tres descuidos de un equipo a :::i
lo largo de cuarenta minutos serían casi insignificantes si no fuese por la tremen- _J
da igualdad predominante y por el hecho de que la Jugoplastika sancionaba
mejor que nadie esos errores. Pequeñísimos matices que podían acabar desequi-
441
librando un encuentro, que podía decantar una eliminatoria. "Ellos nos aguan-
taban muchos minutos. Nosotros íbamos poco a poco, con un ritmo constante,
hasta que se llegaba a un punto, en los instantes finales, en el que nos poníamos
por delante y sentenciábamos el partido", explica Dino Radja. "Eran partidos
muy, muy difíciles decididos por pequeños detalles. En un momento dado, una
canasta, una defensa, cambia el significado en un sentido u otro", recuerda Iva-
novic. "Yo creo que éramos dos conjuntos muy parecidos y, no sé, a veces alguien
tiene más suerte o juega mejor en algunos momentos'', añade Dusko. Sasha
Danilovic opina de manera similar: "Nos faltó un poco de suerte en la final que
_J
 jugamos contra ellos en el 89", comenta alguien que nunca se ha caracterizado
por buscar excusas. Nuevamente es Dusko lvanovic el que habla: "Nosotros
ganamos más, ellos sólo nos ganaron en Maribor, donde jugaron excelentemen-
te, pero éramos dos equipos muy, muy similares en calidad de jugadores. Aun-
que ganamos más veces, la diferencia era muy pequeña".
No es el único que lo piensa, no sólo en cuanto a la calidad de los jugado-
res, sino también en lo referente a la capacidad de sus respectivos entrenadores:
"Las diferencias eran casi inexistentes. Yo he tenido a Vujosevic en la selección
júnior y me parece un grandísimo entrenador, de los mejores que haya conocido
nunca", comenta Zan Tabak. En ese sentido, el que quizá sea su alumno más
conocido y uno de los principales defensores de Vujosevic en su actual faceta de
director técnico del Partizan, Predrag Danilovic, introduce una matización:
"Maljkovic tenía más experiencia que Dule (Vujosevic). Mucha más. Dule aca-
baba de empezar con el primer equipo. Ellos estaban mucho más cuadrados,
mucho más disciplinados. Esa fue una de las diferencias, pero cuando digo esto
me refiero a que Boza, con su talento, con su experiencia, con su trabajo, fue
muy importante". El que habla es el propio Maljkovic: "Vujosevic aún era un
chico joven. Él es del 59, siete años más joven que yo. No era aún el que sería
o estábamos concentrados en Novi Sad. Me senté en la mesa para comer y dije:
> después. Con el Vujosevic de hoy en día hubiesen ganado seguro". Djordjevic
::í
(/') corrobora la opinión de su antiguo compañero: "Es cierto, luego él se acabó de
o(.!)
formar y ya fue el entrenador que es actualmente". Pocos son los que conocen a
:::>
>- Vujosevic mejor que Danilovic, tras muchos años colaborando estrechamente
º
1-
(/')
LU
con él en funciones muy diferentes: "En sus inicios, Dule era considerado un
u entrenador para júniors, para enseñar fundamentos y crear jugadores. Pero se
z
o
_J decía que quizá no era un entrenador completo, como hace ya tiempo que se le
<r:
ca considera. Al principio le faltaban algunas cosas. Pero esa diferencia ya no existe.
_J
LU Para mí, es uno de los tres o cuatro mejores entrenadores de Europa". Las pala-
cJ)
o bras de Predrag son compartidas por muchos, tras la permanente labor de rein-
o CJ
<r: vención llevada a cabo por Vujosevic en el Partizan y su capacidad de sobrepo-
ca
oce
nerse año a año a la pérdida de sus hombres más destacados. La Final Four de
(/)
o París 201 O es el súmmum de los pequeños milagros baloncestísticos protagoni-
•Z
LU zados por Dule en el siglo XXI.
:::>
(/')
Veinte años atrás, y ante tamaña igualdad entre serbios y croatas en prác-
ticamente todas las facetas, incluso las variables extradeportivas pudieron ejercer
442
un peso de cierta relevancia: "Yo creo que también era importante la diferencia
de ciudad grande-ciudad pequeña. En Belgrado había otras cosas con las que
distraerse, todo es mucho más ajetreado. En Split sólo teníamos el deporte. Ade-
más, la mayoría de nosotros éramos de Split: Kukoc, Radja, Perasovic, Sobin, yo
mismo ... Y ellos sólo tenían a Sasha Djordjevic", afirma Zan Tabak. Ese fue un
factor importante para inclinar la balanza a favor de los de Split y no al contra-
rio, en opinión de Djordjevic: "Nosotros trabajábamos también, pero ... era Bel-
grado'', dice sentado en un bar del centro de su ciudad natal. "Mucho salir ...
No sé cómo explicarlo. Ellos estaban mucho más dedicados, una ciudad más
l --~~
pequeña. Viviendo aquí, era una locura cada noche. Una ciudad grande, nos-
otros jóvenes, éramos amigos. Allí estaban mucho más orientados hacia la can-
cha". El base lo ejemplifica gráficamente: "La Jugoplastika tenía a Kukoc, que a
las once de la noche ya estaba durmiendo hacía tres horas. Radja también, Iva-
novic también ... Todo el mundo estaba por la labor, porque tenían excelentes
ejemplos". Unos argumentos, los de Sasha, muy parecidos a los que Dino Radja
expresa desde Split: "Nosotros éramos muy profesionales. Éramos siempre tra-
bajo, trabajo, trabajo, trabajo. Lo que hizo Divac en Belgrado, saltando por la
ventana del hotel. .. Para nosotros eso era imposible. Estábamos concentrados al
cien por cien en el baloncesto. Ellos, con más talento, vivían con un poco más
de libertad ... Cuando se te escapa la mente, cuando no estás al cien por cien
con la cabeza dentro, pasa lo que pasa''.
"Ellos tenían algunos jugadores con muy poca disciplina", comenta Malj-
kovic, refiriéndose a una de las grandes diferencias entre ambos conjuntos.
"Teníamos en la plantilla a algunos componentes muy difíciles de llevar y era
muy difícil para el entrenador sobreponerse a esas personalidades", corrobora
Djordjevic. "Mira, hay una anécdota que para mí lo resume todo. En el 91, yo
volví a la selección después de cuatro años sin estar convocado. El primer día
'Bueno, aquí como un rookie, ¿no?'. Y Dino (Radja) sentado al lado, me contes-
ta: 'Tú nunca te has ido de aquí. Estás en tu sitio'. Y yo pensé: 'Joder'. Es que te
da una seguridad tremenda. Y esa fue siempre una de las grandes claves de, por
ejemplo, la selección de Bormio. Esa era nuestra fuerza, llevarnos bien, darnos
esa confianza. Radja, Kukoc, Divac, Ilic, Luka (Pavicevic), yo ... Tuvimos nues-
tra fuerza ahí. Y Radja me dijo aquello, sin darse cuenta de que era la filosofía de z
Boza transmitida en un jugador. Él, sin pensarlo, le dice a uno del Partizan: 'Tú o
u
<r:
nunca te has ido. Te hago un sitio'. Porque los jugadores allí hablaban entre e.e
LU
ellos, se daban esa confianza, y nosotros ... Aquí cada uno quería su parte de z
LU
popularidad, las chicas y tal, uno la música, el otro los conciertos, el de más allá <r:
no se_qué ... ". Maljkovic le interrumpe: "Toni (Kukoc) nunca quería meter la :?
¡:::
_J
canasta él, tenía un altruismo enorme". Djordjevic continúa: "Él habla de :::>
altruismo natural, pero no, era un altruismo desde la filosofía del banquillo. Y <r:
_J
en nuestro equipo algunos lo tenían y otros no". El base del Partizan sintetiza su
versión en unas pocas palabras: "Es la eterna pregunta. ¿Por qué ellos y no noso-
443
tros? Porque ellos tenían el sistema de trabajo, calidad y concentración".
Con todo, queda claro que el conjunto que más se acercaba al descomu-
nal nivel de la Jugoplastika pertenecía a su misma liga. El que más cerca estuvo
de impedir su reinado en 1989, último año antes de que sus dos principales
figuras emigrasen a Estados Unidos. Una final decidida por pequeñísimos deta-
lles y que pudo cambiar el rumbo de la historia. Pero el enfrentamiento nunca
llegó a concluir sobre la pista, debido a que el Partizan se retiró tras los sucesos
del segundo partido. "Lo de Divac en la final de 1989 estoy seguro de que no
fue decisión de los jugadores, sino de los dirigentes del club", comenta Pavice-
 vic. "Se fueron de la pista. Tenían 20 minutos para volver, pero no lo hicieron.
Los árbitros esperaron ese tiempo y después nos dieron el partido por ganado".
La Jugoplastika se proclamó así campeón de la Prva Liga. "Eran un equipo muy
talentoso y podían habernos ganado tres veces seguidas. Deberían haber ido al
1 Para la Prva Liga, la convivencia en el mismo plano temporal de la Jugo-
hotel y volver para el tercer partido, pero sus dirigentes tomaron otro camino".
Aquel Partizan levantó diversos títulos con su generación magnífica. Den-
tro de sus propias fronteras, una Liga y una Copa. En torneos internacionales, el
recordado triunfo en la Copa Korac, junto al notorio éxito que supuso la clasifi-
cación para la Final Four de Gante. Pero el hecho de no poder disputar la Copa
de Europa más que en una ocasión se tradujo en un casi anonimato en cuestión
de prensa y seguidores del resto de Europa. La historia hubiese podido ser dife-
rente de haber logrado el título de liga de 1989. El gran obstáculo para la monar-
quía internacional de la Jugoplastika residía en la propia Yugoslavia. De haber
sido la normativa la misma que dos años después, con varios representantes por
país en la competición reina, la durísima rivalidad entre ambos equipos habría
podido ser conocida en todas las pantallas del Viejo Continente. La hipótesis
gana en interés cuando se observa que, de los seis primeros ganadores de la Liga
Europea en su nueva etapa abierta a más clubes, tres de ellos no habían conse-
o
> guido el entorchado nacional el año anterior. Y de los restantes, dos más no lo
~
U) lograron esa misma temporada.
o
c..?
:'.)
El Partizan conquistó la Liga Europea en el primer año del cambio de
>- reglamentación, también el primero después de la disgregación de Yugoslavia.
º
1-
U)
UJ
"En el 89 teníamos mucho más talento dentro del grupo: Divac, Paspalj, Djord-
u jevic ... Pero en el 92 éramos más disciplinados. Todos sabíamos lo que tenía-
z
o
_J mos que hacer. Por ejemplo, en algún partido en que no era suficiente con la
<!
O'.l aportación anotadora de Sasha y mía, siempre aparecía alguien para ayudarnos
_J
LI.J a ganar. Stevanovic, Nakic ... Era un grupo muy unido, concentrado. Todo el
U'i
o mundo sabía quiénes eran los jefes, quién los complementos. En el 89 no estaba
o
<! tan claro, los roles no estaban tan definidos", explica Danilovic. Sólo Djordje-
O'.l
oo:
vic, Nakic y el propio Predrag permanecían en un equipo que veía cómo su
(/)
o mejor generación, la misma que protagonizaría los grandes éxitos de la selec-
•Z
LI.J
:'.)
ción de Yugoslavia después de la separación, había sido eclipsada por otra cama-
U)
da excepcional como era la de la Jugoplastika. Los hombres que lideraron a la
nueva Reprezentacija eran los mismos que habían estado en el conjunto de Bel-
444
grado -más la adición de un joven Bodiroga-, incluido Dragan Kicanovic, que
fue director técnico del club partisano y de la selección yugoslava. Tuvieron que
esperar hasta entonces para que el gran público admirase el potencial que ateso-
raban como grupo, más allá de sus carreras individuales. "Cada escuela se paga.
Si eres inteligente, aprendes de los errores. En Yugoslavia vimos cómo jugó la
Jugoplastika durante esos cuatro años, y entonces fueron creciendo otros entre-
nadores. En la Reprezentacija, la Federación puso a un técnico como Ivkovic, y
después Obradovic, con mucha personalidad, y nos pusieron en vereda",
comenta Aleksandar Djordjevic.
plastika, el Partizan y, en los albores de ambos, otro dominador europeo como
fue la Cibona, significó alcanzar el momento culminante de su historia. Tres de
los mejores conjuntos del continente convivían en la misma competición, lo
que, añadido a la calidad media de otros notables equipos, derivó en un espectá-
culo sin precedentes hasta la fecha: "La liga yugoslava era la más fuerte de Euro-
pa. Lo digo de corazón: para mí, los tres títulos de liga que conseguí con la Jugo-
plastika fueron mucho más difíciles de ganar que la Final Four", sentencia
Bozidar Maljkovic.
EL ÚLTIMO TRIENIO: LOS MEJORES AÑOS DE NUESTRA VIDA
Comandado por Drazen Petrovic y los grandes talentos de la Jugoplastika y el
Partizan, el kosarka entró de lleno en una última fase de dominio de cualquier
competición en la que participase. Escoltándolos en la Reprezentacija, otros
jugadores muy destacados del Estrella Roja, Zadar, Bosna Sarajevo u Olimpia de
Liubliana pasaron a instalarse en un puesto preferente del escalafón europeo. La
selección absoluta constituía el escaparate de un baloncesto y una competición
nacional plagados de grandes nombres en tamaña cantidad que no todos ten-
drían cabida entre los doce representantes del país. Los integrantes de equipos
participantes en torneos internacionales fueron los que se dieron a conocer al
resto de Europa, pero el alcance del incontenible ascenso abarcaba todos los rin-
cones de Yugoslavia. "Los equipos grandes eran los que enviaban a sus jugadores
a la selección, pero había equipos pequeños que tenían muy buenos talentos que
z
no entraban en la Reprezentaci.Ja. No podían hacerlo porque no jugaban muchos o
C3
partidos importantes a lo largo del año y entonces no contaban", recuerda <r
cr::
w
Dusko Ivanovic. "En mi caso, cuando fui a la Jugoplastika, de repente me llama- zw
ron de la selección para participar en Seúl'88, aunque finalmente hablé con v
<r
lvkov~c y no fui, ya que yo pensaba que era mayor para debutar y, además, había ¿
nacido mi hijo. Pero con el cambio de club, la gente empezó a decir que era un ~
:J
muy buen jugador. Cuando estaba en el Buducnost, pocos se fijaban. Yo, since- <r
_J
ramente, creo que jugué mejor allí que en la Jugoplastika. En Split era muy fácil
jugar. Como era un equipo muy completo, con grandes jugadores, siempre tenía
445
opción de jugar uno contra uno. Cuando estaba en Montenegro, tenía que jugar
casi en uno contra tres, ya que las ayudas estaban muy pendientes de mí, y esta-
ba obligado a anotar 25 o 30 puntos para que pudiéramos ganar el partido. Pero
nadie se fijaba en mí y todo el mundo me descubrió cuando me fui a Split. Esto
sólo demuestra que antes no se seguían las competiciones como ahora y que se
miraba sólo a aquellos hombres que formaban parte de equipos grandes".
En sus últimos tres años de existencia, Yugoslavia monopoliza todas las
competiciones de selecciones que se celebran -dos Eurobaskets y un Mundial-y
uno de los representantes de su liga hace lo propio con la Copa de Europa, sin
 duda el torneo de más resonancia entre los organizados a nivel de clubes. El pro-
tagonismo balcánico es indiscutible, y en 1989 alcanza tintes de dictadura: al
oro por selecciones en el Europeo de Zagreb se le añade el primer triunfo de la
Jugoplastika, la Copa Korac del Partizan y los 62 puntos de Petrovic con el Real
Madrid en la final de la Recopa. En el 91, un ex yugoslavo como Branislav Pre-
levic -ya nacionalizado griego- destroza las ilusiones del CAI Zaragoza en la
final de la Recopa que disputó ante el PAOK de Salónica. Su selección, sus equi-
pos o sus jugadores marcan el ritmo del baloncesto europeo. Con la desintegra-
ción del país, sus entrenadores se añadirán al paquete.
Las generaciones que están en activo en este periodo son la muestra con-
creta de las tendencias del kosarka y su planificación, personificando la gradual
evolución de un ideario que databa de muchos años atrás. Nacidos a partir del
año 1960, son los primeros (y últimos) casos de hombres formados posterior-
mente a los primeros contactos con Estados Unidos, resolución fundamental de
la Federación en el salto cualitativo de los yugoslavos. Los Kicanovic, Slavnic o
Delibasic interaccionaron con el juego y métodos norteamericanos durante sus
carreras, pero esas influencias les llegaron cuando ya competían en categoría
sénior. "Las giras por EE.UU. influyeron en muchas más cosas que en el juego
o
>
<l
de los propios miembros de la selección", comenta Ivanovic. ''Al ir a jugar allí se
_J
(./) cogían cosas, métodos de entrenamientos, movimientos que los jugadores copia-
o
<..? ban ... Poco a poco, fueron adoptados por nuestros entrenadores y jugadores, y
:J
>- las siguientes generaciones se beneficiaron de ello". Indirectamente, los aprendi-
ºw
1-
(./) zajes de los técnicos y baloncestistas yugoslavos en Estados Unidos enriquecie-
u ron a la siguiente generación, que iniciaba el .contacto a edades más tempranas,
z
o
_J adaptándose a un estilo mucho más agresivo e intenso y acostumbrándose a
<l
co sobreponerse a las manos rápidas y la velocidad estadounidense. Más aún, las
_J
w nuevas promociones empezaban a botar el balón sujetos a una metodología, ges-
u)
o tos técnicos o tipos de defensa que estaban influidos directamente por una deci-
o las discrepancias con diversos miembros de la selección así como con algunos de
<l
co sión tomada mucho tiempo atrás, y estas facetas pasaban a formar parte natura-
o <t:
a: lizada del bagaje de los jóvenes proyectos, preparándolos para competir contra
(./)
o ellos cuando fuese necesario. La planificación de la lnteligencija estaba encami-
,z
w nada a un último fin: asaltar el trono estadounidense. El yugoslavo fue el más
:J
(./)
americanizado de los baloncestos europeos, y no fue así por casualidad. Había
mucha ambición.
446
Los jóvenes que gobernaron el concierto europeo en los estertores de la
década de los ochenta resumían la historia y esencia del kosarka, reuniendo tras
de sí el espíritu y aprendizaje de todos los que les habían precedido. Había
mucho de Kicanovic en Petrovic, mucho de Delibasic en Kukoc, mucho de
Cosic en Divac. Pero ellos tenían una ventaja: habían nacido después y se ha-
bían podido aprovechar de todas y cada una de las influencias que empujaban al
baloncesto balcánico hasta lo más alto. En 1989, el ex seleccionador Kresimir
Cosic era cuestionado ante el inminente desembarco de jugadores yugoslavos en
la NBA por la revista Gigantes del Basket, a lo que respondía: "Cada caso es dis-
tinto, pero todos ellos parten con la desventaja de no jugar con el 'estilo ameri-
cano'. Sin embargo, este problema inicial puede ser superado con facilidad, ya
que desde pequeños han sido educados para jugar como americanos".
La pieza que faltaba: Dusan lvkovic
Una vez superada la crisis de talento experimentada a principios de la década de
los ochenta, el otro gran problema de la Reprezentacija se centró en encontrar al
hombre ideal para dirigir un ambicioso proyecto que debía cristalizar en unos
éxitos equiparables a los del magnífico equipo de los setenta. En el horizonte, los
Juegos Olímpicos de Barcelona'92, aunque quizás era un poco prematuro en la
madurez de la mayoría de los integrantes de la nueva ola. Significativamente, la
Federación Yugoslava solicitó que Belgrado fuese la sede del Mundial'94,
demanda que le fue concedida. Muchos de los grandes hitos de la historia de la
selección iban inevitablemente ligados a la condición de anfitrión. La primera
medalla (Belgrado'61) y el primero oro (el Mundial de Liubliana'70) llegaron de
esta manera, y la generación de los setenta también había disfrutado de su opor-
tunidad en el Europeo de Belgrado'75. El KSJ había reaccionado ante la apari-
ción de cada prometedora selección con la organización de un torneo en su pro-
pio país, y los resultados siempre fueron satisfactorios. Ante las expectativas
levantadas por las generaciones que subían, la lnteligencija decidió repetir el pro-
ceso. Si para el Eurobasket de 1975 se había construido el, con el tiempo mítico,
Hala Pionir, para el futuro Mundial se empezó a edificar el Beograd Arena en la
zona nueva de la ciudad, albergando la ilusión de revivir en el nuevo pabellón
z
sensaciones parecidas a las del verano del 75. o
u
<t:
Después de la controvertida etapa de Kresimir Cosic, condicionada por a::
w
zw
los más destacados representantes del Strucni Savet, la Federación Yugoslava (..'.)
baraj~ba dos nombres para el cargo clave de seleccionador. Uno era Dusan Ivko- ~
¡:::::
vic, que había sido ayudante de Cosic en el Mundial de España y en aquellos __J
'::i
momentos entrenaba al Sibenka de Sibenik. El otro gran candidato era Svetislav <t:
__J
Pesic, que había guiado en los últimos años a la generación de los niños de oro de
Bormio a tres títulos consecutivos. Mirko Novosel propuso a Ivkovic y, final-
447
mente, el técnico de Belgrado fue el elegido para desempeñar una labor que
entró directamente en los anales de la historia.
El primer campeonato que dirigió fue la Universiada de Zagreb, donde la
base del grupo que había participado un mes antes con Cosic en el Europeo fue
completada por algunos nombres que a partir de entonces entrarían en los pla-
nes de la Reprezentacija, como Zdravko Radulovic o Mario Primorac. Yugoslavia
logró la medalla de oro al imponerse en la final a Estados Unidos, en cuya plan-
tilla figuraban futuros profesionales como Danny Ferry, Mitch Richmond o BJ
Armstrong. El verano siguiente llegó la medalla de plata en los Juegos Olímpi-
 cos de Seúl y, una vez plenamente establecidos en la selección los grandes repre-
l fuese fácil, tenía que ser fuerte y controlar a todos. Pero nosotros éramos muy
sentantes de la última generación, la explosión definitiva del último trienio. Un
ciclo mágico en el que los yugoslavos no perdieron ningún partido contra rivales
europeos y la única derrota que sufrieron, ante Puerto Rico en el Mundial'90,
fue en un partido en el que ya estaban clasificados para la siguiente fase.
Al margen de aspectos tácticos, en los que Ivkovic se caracterizó por una
predilección por la velocidad y el juego en transición que se vio obligado a modi-
ficar en Argentina debido a las ausencias, la trascendencia del técnico serbio
vino marcada por su gran personalidad y autoridad. "Los jugadores del 89 al 91
eran estrellas, pero tenían un respeto, casi miedo, a Ivkovic tremendo. Cuando
él gritaba, todos callaban", recuerda Vladimir Stankovic. Un destacado miembro
de aquella selección, Dino Radja, corroboraba esta opinión en su autobiografía,
publicada en los primeros meses del año 2000: "Ivkovic es un gran entrenador y
un hombre muy severo. Con él nadie se atrevía a discutir nada". Aleksandar
Petrovic ilustra el giro radical que supuso Duda respecto a la etapa anterior:
"Con Ivkovic llegó un cambio muy importante. Tras Cosic, llegaba un entrena-
dor con mano muy dura. Después de las genialidades y la libertad de Cosic se
pasó a un técnico que imponía muchísima disciplina''.
o Esta era una característica muy importante para la Federación, temerosos
~ do todo, pero que lo habían hecho siendo más veteranos que los de los ochenta,
....J
(.f) de que la sobreabundancia de estrellas descollantes y grandes egos acabara entor-
o
(!) peciendo el rendimiento del equipo, como había acontecido en otras ocasiones.
:::>
>- El carácter de muchos de los jugadores yugoslavos era muy difícil, un rasgo ya
º
1-
(j)
tradicional en la selección balcánica. En diversos campeonatos, la tensión entre
UJ
u ellos o con el entrenador había sido plenamente visible y el KSJ, consciente de
z to cumbre de Moscú, un grupo que poseía clase a raudales conquistó tres meda-
o....J ello, buscó un hombre que mantuviese la disciplina en todo momento. La fir-
<(
c:o meza de Ivkovic era tal que en 1991 no aceptó los deseos de Drazen Petrovic,
....J
UJ que pretendía incorporarse más tarde a la concentración de la selección para la
u)
preparación del Europeo de Roma. Aunque disponer de otros grandes talentos
o ~
o Su homóloga de los ochenta alcanzó menos éxitos, con una plata en los Juegos
<( hacía más llevadera la ausencia del jugador de la NBA, el hecho no deja de ser
c:o
oa: significativo. Y analizar el listado de entrenadores de la Reprezentacija permite
(j)
inferir que, mayoritariamente, los que mejor funcionaron fueron aquellos que
o
,z
UJ entraban dentro de un perfil autoritario, técnicos cuyo poder e influencias logra-
:::>
(j) ban mantener un orden que muchas veces dependía de un hilo muy fino. La
complejidad de la tarea siempre fue grande, con grupos permanentemente ame-
448 nazados por el desequilibrio provocado por la profusión de personalidades fortí-
simas. La Escuela Serbia de entrenadores, defensores de un mayor grado de con-
trol sobre el juego y con técnicos que se caracterizaban por su intervencionismo
-además de una elevadísima exigencia disciplinaria- fue la que mejor resultó
con el ecosistema de la selección yugoslava. La idea libertaria del juego y las rela-
ciones muchas veces acabó proyectándose en anarquía y fracasos. "Con lvkovic,
sabíamos que él era el entrenador, te metía en sistema al principio y después
hacíamos todas las cosas. Pero es que aquel equipo era fortísimo, tenía una enor-
me calidad. Estando Petrovic, estando Kukoc ... No digo que la labor de lvkovic
amigos, aquel era un grupo unido. Habiendo un grupo unido, aunque hay que
decir que en eso también había parte de mérito suyo, todo lo demás era más
fácil. Todos pensábamos como uno, aunque todos éramos jugadores muy desta-
cados, no había envidias ni problemas de egos", explica Predrag Danilovic.
Con Dusan lvkovic, quien consiguió controlar los entresijos del equipo,
la Federación encontró la pieza que faltaba para revivir la etapa gloriosa protago-
nizada en los años setenta. La que hasta entonces había sido el punto culminan-
te de la selección yugoslava. Consideración que pasaba a estar en entredicho.
CONFRONTACIÓN DE GENERACIONES
"Yo dirigía una revista de baloncesto en Yugoslavia que se llamaba Kos (diminu-
tivo de kosarka y que significa 'cesto'). Cuando la selección volvió a ganar títu-
los, las cartas de los lectores hacían continuamente referencia a si ésta era mejor
que la de los setenta, o si lo era aquella", comenta Vladimir Stankovic. "Había
opiniones en los dos sentidos. Recuerdo lo que escribió un lector, que argumen-
taba que en los setenta los Kicanovic, Slavnic, Cosic y compañía lo habían gana-
que aún eran jovencísimos. Su conclusión era que había que esperar unos años
para poder decir quién había conseguido más cosas."
La selección yugoslava de la década de los setenta acumuló muchos títulos
en su etapa de esplendor. Desde el oro del Europeo'73 en Barcelona al momen-
z
llas de oro y un bronce continentales, un primer y un segundo puesto mundia- o
__,
les, una plata olímpica y, sobre todo, el ansiado triunfo de los Juegos de 1980, <
~
aunque en dicho torneo no participaron los siempre favoritos estadounidenses. z
e;
<(
~
de Seúl en el primer torneo con cierto peso de la nueva ola en los roles del equi- !-
po, y tres medallas consecutivas en cuanto se adueñaron de la selección. Los =i
<(
triunfos de unos y otros motivaron que las dos grandes generaciones de la Repre- _J
zentacija fuesen comparadas en el imaginario colectivo, ya desde los inicios de la
etapa de lvkovic. "Recuerdo que en la Universiada de Zagreb una periodista me
449
dijo que sí, que los nuevos talentos eran muy buenos, pero que nunca volvería a
nacer una generación como la de los setenta", declaraba el técnico en una entre-
vista concedida a Sreten Pantelic para la revista Gigantes del Basket.
Los paralelismos en los logros de ambas selecciones y la presencia de diver-
sos componentes que se convirtieron, en sus respectivas épocas, en los mejores
del continente en su posición potencian la comparación. El respeto yugoslavo a
la tradición, proyectado en su proverbial veneración a los precursores, dificulta
la ya de por sí complicada tarea de que un jugador haga una valoración de este
tipo si se siente protagonista de ella: "No me gusta comparar. Los éxitos de
 ambas generaciones demuestran que el sistema funcionaba muy bien y que cada
uno en su tiempo fue capaz de conseguir grandes logros", comenta Luka Pavice-
vic. Su ex compañero en Split, Dusko lvanovic, tiene una percepción similar:
"Si un jugador o equipo era fuerte en su época y dominaba, no es justo compa-
rarlo con otra. El baloncesto es un deporte que evoluciona mucho en su manera
de trabajar y jugar. Ahora, por ejemplo, se juega más físico, y antes era mucho
más dominante la técnica que el físico. Actualmente, si tienes un talento natural
pero no mejoras tu físico, es muy difícil que puedas jugar. Yo pienso en cada
jugador en su época y eso me parece lo bonito del deporte".
Confrontar el nivel del baloncesto yugoslavo en los años setenta y ochenta
presenta dos planos bien diferenciados: por un lado, la competición nacional, y,
por el otro, la calidad de los doce hombres encargados de representar a la totali-
dad del kosarka en la selección. En la primera cuestión, el propio Sreten Pantelic
se muestra rotundo: "Para mí, la liga yugoslava de los setenta era más fuerte.
Todos los equipos tenían tres o cuatro jugadores de primerísimo nivel y el límite
de edad para salir del país estaba situado en los 28 años", explica el periodista.
"En los ochenta, el potencial se concentraba en Belgrado, Zagreb, Split, Zadar y
Sarajevo, y había mucha diferencia entre ellos y el resto. Petrovic nació en Sibenik
o
> y se fue a la Cibona, Divac de Kraljevo a Belgrado ... El talento se concentraba en
<t
_J
(/) las grandes ciudades. En los setenta, la concentración también existía, pero no era
o
<.!J
'.:)
tan acentuada". Zeljko Jerkov, que participó en la primera como jugador y en la
>- segunda desde su puesto de directivo en la Jugoplastika, tiene una visión muy
º
1-
(/)
LJ.J
cercana a la de Pantelic: "En mi opinión, en los años setenta había más equipos
u fuertes. Bosna, Partizan, Olimpija, Lokomativa de Zagreb (posterior Cibona),
z
o Zadar, Cacak, nosotros ... Una mayor diversidad de escuadras poderosas y no era
_J
<t
o:¡
_J
nada fácil vencer a esos equipos. En los ochenta, en el periodo de la Cibona de
LJ.J Drazen Petrovic, el campeonato no era tan potente. Y después, el Partizan y la
r.iJ
o Jugoplastika estaban demasiado por encima del resto de buenos conjuntos. En
o
<t
o:¡
los setenta, quizás el campeonato, como tal, era más interesante y competido".
oa: Diferente es el juicio sobre el campeonato de los años ochenta que expo-
(/)
o nen dos personas que lo conocieron de manera mucho más cercana al anterior:
,z
LJ.J
'.:)
"Nuestra liga era fortísima. Yo pienso que si coges al Panathinaikos, al CSKA, al
(/)
Barcelona, al Madrid o al Olympiakos de hoy en día, y los metes en aquel cam-
peonato de Yugoslavia, no ganan el título. En Cacak, en Kraljevo, en Sarajevo,
450
en Sibenik, en Zadar ... No ganan. Había un nivel medio tremendo", esgrime
Dino Radja, en una argumentación en consonancia a la que expresa Neven Spa-
hija: ''Aquella liga yugoslava era la más fuerte de Europa. Yo creo que más fuerte
que la lega. Otras ligas tenían mucho más dinero, tres o cuatro equipos muy
fuertes, pero el resto no lo eran tanto. En Yugoslavia hubo una concentración de
jugadores impresionante. Había jugadores de segunda división, que nunca
pudieron jugar en primera, que si hoy jugasen serían estrellas. Y estaban en
segunda división. Jugadores como Arsic, que metían 40 o 50 puntos y nunca
pudieron ir a la selección".
Bozidar Maljkovic vivió directamente ambas épocas, la primera mayorita-
riamente en su faceta de asistente o encargado de equipos de categorías inferio-
res, y la segunda ya como protagonista directo, entrando, además, en contacto
con algunos de los principales exponentes de la nueva ola. Boza, como muchos
otros, se muestra reticente a comparar los dos periodos, aunque finalmente
expresa su opinión: "Personalmente, no me gusta comparar épocas. Es como
comparar coches de diferentes años, cada uno sería un lujo en su momento.
Pero si he de escoger alguna, a mí la competición de los ochenta me parece aún
más fuerte que la de la década anterior". Algo más joven es Sergio Scariolo, un
gran admirador del kosarka que ya seguía las retransmisiones televisivas de la
Prva Liga durante los años setenta. El allenatore de Brescia argumenta algunos
de los cambios esenciales por los que no se pueden cotejar los baloncestos de
diferentes épocas y, curiosamente, también utiliza un símil automovilístico:
"Hay un tema muy claro y es la preparación física. En los ochenta se empezó a
cuidar profesionalmente la preparación física. No hay ni punto de comparación
sobre dónde podían llegar a jugar, a qué nivel de baloncesto. Igual que no se
puede comparar los ochenta con la actualidad. No, es imposible comparar. A
nivel absoluto, es como comparar coches: estéticamente te pueden gustar, pero
corren mucho menos. En los setenta, podían ir más lento, porque la calidad
defensiva era más baja y eso permitía que pudiesen hacerlo más fácil, más pausado".
Pero es la equiparación directa entre ambas Reprezentacijas el tema recu-
rrente en los ámbitos baloncestísticos de la antigua Yugoslavia. En primer lugar,
el sonriente Zeljko Jerkov introduce una matización cuando de hablar de su
propia generación se trata: "La selección de los setenta no era tan sólo la de mi
generación. En un inicio estaban Solman, Tvrdic, Cosic, Jelovac, Plecas o Kapi-
z
cic, que pertenecían a una generación anterior. Yo, por ejemplo, debuté en 1973, 'ºu
pero no fui titular hasta 1977. De Lieja en adelante, formé parte del quinteto <t
o:
w
base, sustituyendo a Plecas y Cosic. Y lo mismo pasaba en la línea exterior: esta- zw
ban Kapicic, Solman, Slavnic ... Hasta las Olimpiadas de Montreal fuimos dos <.9
<!:
gem;raciones juntas. Ellos y nosotros, los más jóvenes. Aunque después tuvimos ~
¡::::
mejores resultados tanto en la Olimpiada como en el Mundial, en el periodo _J
-'.:)
que va del 73 al 77 teníamos más supertalentos en el equipo, más jugadores váli- <t
_J
dos. En esa etapa jugábamos todos y, posteriormente, quedaron menos campeo-
nes y había muchos integrantes del equipo que jugaban poco. Pese al título del
451
Mundial en 1978, la Reprezentacija de Novosel, con hombres pertenecientes a
las generaciones del 48 al 53, era mejor". A pesar de su puntualización, a Jerkov
no le importa mojarse en el tema de cuál de las dos gloriosas Reprezentacijas
poseía más calidad: "Los jugadores de los ochenta tenían más talento y yo creo
que hubieran podido superarnos. Pero la realidad, con la guerra de Yugoslavia,
no lo permitió, y eso es algo que nunca sucedió. Pero aquella generación era más
grande que la nuestra".
Su compañero durante tantos años y batallas, Drazen Dalipagic, expresa
una opinión similar y ahonda en los motivos: "Nuestra selección, la de mi gene-
 ración, ganó algunos títulos más, pero eso fue porque jugamos más años juntos.
La de los ochenta, para mí, era más fuerte que la nuestra. Ellos tenían siempre
doce jugadores, como se dice en Italia, extratalento; y en mi generación éramos
siete u ocho, y el resto se completaba de manera política: con algún jugador de
Bosnia, otro de Eslovenia ... En los ochenta tenían a doce hombres de gran nivel,
podían cambiar a uno, entrar otro y el equipo no se resentía". Por su parte, Zelj-
ko Obradovic, integrante de la Reprezentacija en su versión moderna (y poste-
riormente entrenador de esta), muestra su absoluta admiración por un conjunto
de talentos que marcó un hito en su país: "Los miembros de la generación de los
setenta fueron los ídolos de los siguientes. Fue una generación única, y si aque-
llos hombres jugasen hoy en día, serían auténticas estrellas. El problema es que
no podían jugar contra los de la NBA, sólo universitarios. Esa es la única dife-
rencia".
Svetislav Pesic convivió, en su etapa de jugador, con los protagonistas de
la primera Yugoslavia dominadora. En la de entrenador, fue el encargado de
guiar al núcleo duro de la segunda mientras fue seleccionador júnior. El técnico
de Pirot, sentimentalismos al margen, cree que ésta fue aún mejor: "En los
ochenta había más jugadores de nivel que en los setenta. Eso no se puede discu-
_>
'-<.
tir. En los años ochenta, el baloncesto en Europa evolucionó más que el resto de
_J
deportes colectivos. Y los jugadores de esta década fueron los mejores que tuvi-
e,
mos en toda nuestra historia". También el croata Neven Spahija, un entrenador
;r
muy joven, expone unos argumentos parecidos a los de Pesic: "Para mí, la gene-
G
r- ración de los ochenta fue la mejor. Esa generación fue la culminación de un tra-
:,1
w
..___,
z
bajo de treinta o cuarenta años. La generación de Kukoc, Drazen, Radja, Pas-
r
palj, Divac fue una cosa ... Nosotros respetamos mucho a la anterior generación,
<i porque sin ellos no se hubiese podido alcanzar el nivel de la posterior. Pero es
'.D
_J
que en la de los ochenta casi todo el mundo fue NBA". Aza Petrovic, por el con-
trario, se decanta por los que ejercieron de espejo de las estrellas de su tiempo:
<(
CD
"Es muy complicado. Yo estoy mucho más conectado con la generación de los
~
..._.;
ce ochenta, pero hablando de los grandes, creo que el equipo de los setenta era más
fuerte. Ambas selecciones ganaron muchas cosas, pero la primera, con Kicano-
z
~JJ vic, Delibasic, Dalipagic, Slavnic, Cosic ... ".
'.);
No es Aleksandar el único que escoge la que en principio le es más ajena
personalmente. Ranko Zeravica hace lo mismo, aunque a la inversa: "La de los
452
ochenta tenía más hombres de primer nivel. La primera generación era más
práctica. No era el equipo con mayor capacidad técnica, pues Brasil era superior
en ese aspecto. La URSS era más fuerte físicamente y los estadounidenses mejo-
res tácticamente, además de superarnos en velocidad y explosividad. Pero Yugos-
lavia ganaba porque hacía un baloncesto muy pragmático: esto es lo que sabe-
mos hacer, esto es lo que llevamos a la práctica. Hubo una gran racionalidad en
el juego, todo lo que desarrollábamos sobre la cancha era la mejor opción sobre
la situación que había en ese momento. Tuvimos un conjunto de jugadores que
actuaban de forma muy racional, muy eficaz. Sabían lo que tenían, y lo usaban
de la mejor manera. Con inteligencia en el juego, con un nivel d.ctico muy alto.
No había tantos hombres de auténtico nivel mundial, pero ganéíhamos. Y esa es
la gran diferencia: la de los ochenta tenía recursos más ricos que la anterior,
jugaba más fácil. Era más poderosa técnicamente, en el plano físico, en todo,
respecto al promedio europeo". Aunque, como es el caso de todos los entrevista-
dos, Dino Radja primero alude a la dificultad de la extrapolación ("Es difícil
comparar dos generaciones, porque eran dos baloncestos mu.v diferentes), su
reflexión guarda puntos en común con la de Zeravica: "Yo cn.'o que la última es
mejor, aunque sé que Moka Slavnic, por ejemplo, dice que no. Pienso así por-
que nosotros éramos físicamente más potentes que ellos. Ellos quizá tenían más
fuerza mental, eran más poderosos de mente, pero no eran tan veloces. Nosotros
teníamos más talento físico".
Como sucede siempre en el mundo del deporte, fue la prensa la encarga-
da de glosar las bondades de ambas selecciones en su participación en diferentes
competiciones. En el caso de los años setenta, prácticamente era la única vía
para difundir información de los torneos, en unos tiempos en que poder acceder
al visionado de los partidos resultaba mucho más complicado de lo que sería
años después. Periodistas veteranos que vieron a las dos generaciones en pleni-
tud ofrecen su opinión: "Uf, es muy, muy difícil dilucidar cuál era mejor. Es
hablar de pequeños matices. Es posible que a nivel de talento los Kukoc, Petro-
vic y demás fuesen un pelín superiores, pero los Kicanovic o Delibasic eran
increíbles también. Quizá los de los ochenta tuvieron más competencia, ya que
en los setenta, salvo la URSS e Italia, pocos partidos comprometidos tenían",
comenta Franco Pinotti, director de la histórica revista Nuevo Basket. Pero rápi-
damente añade: "Yo encuentro muy complicado establecer una comparación.
Contextos diferentes, entornos diferentes ... Y mucho talento en las dos genera-
ciones". Vladimir Stankovic, un hombre que siguió in situ numerosos campeo-
~
natos de ambos combinados, también se muestra dubitativo: "Yo no sé escoger. -';:-
Quizá me inclino por la generación de los setenta, pero seguro que influye la <:[
proximidad generacional, ya que prácticamente empecé mi trabajo de periodista
al mismo tiempo que ellos llegaron a la selección. Eso sí, cualquiera de las gran-
des estrellas de los setenta hubiesen podido jugar con los de los ochenta e, inclu-
so, en la NBA de su tiempo".
Aquellos que los tuvieron como rivales quizá son los que se decantan más
453
en sus opiniones. Sin lazo afectivo de por medio, su visión se limita a lo que vie-
ron cuando los tenían en frente en una cancha u observaban sus partidos desde
fuera. "La de los setenta era una generación de extraordinarios jugadores exterio-
res y de interiores más limitados, en su mayoría especialistas a excepción de Cosic.
En los ochenta, los interiores son otra cosa. Savic, por ejemplo, era más equipara-
ble, aunque yo creo que con más talento, a los pívots de los setenta", afirma
Nacho Solozábal. "En los ochenta, aparecieron una mayor cantidad de hombres
altos brillantes. Radja estaba un paso por delante de los de los setenta. Era muy
dominador, muy listo. Mejor que los Radovanovic o Jerkov, que ocupaban su
 posición diez años antes. Dino era más importante para el equipo". Algo similar
piensa Josep María Margall, uno de los jugadores europeos que más veces se
enfrentó a la selección de Yugoslavia, ya fuese en su versión setentera u ochentera:
"Sin despreciar a los de los setenta, a mí la selección de los ochenta me parece aún
mejor. Y eso que normalmente perdía tanto con unos como con los otros".
El comentario de Nacho Solozábal sobre el poderío exterior de la selec-
ción más veterana es significativo. Dentro aquel grupo de jugadores, convivían
en el perímetro tres hombres de dimensiones absolutamente estelares: Mirza
Delibasic, Drazen Dalipagic y el propio Dragan Kicanovic. Los dos últimos
compartieron camiseta durante muchos años, formando un dúo tan carismático
como exitoso, pues ambos fueron escogidos como mejor jugador de Europa en
alguna ocasión: "Dalipagic era muy bueno, aportaba muchos puntos, muchos
rebotes, pero Kicia era un talento natural", explica Vladimir Stankovic. El anti-
guo base de la selección española, Nacho Solozábal, vuelve a expresar su opi-
nión: "Dalipagic era más limitado técnicamente. Un cañonero tremendo, pero
no era un dominador. Era un finalizador que buscaba el lanzamiento y saltaba
muchísimo, pero no dominaba el uno contra uno. Era diferente, no tan inteli-
gente sobre la pista". Ranko Zeravica, que entrenó a ambos en el Partizan y la
o
> Reprezentacija, coincide con la última frase de Solozábal: "Hay jugadores que
:)
(f) saben adaptarse a cualquier circunstancia y otros que no tanto, que necesitan la
o
<.!J ayuda del entrenador. Dalipagic era de los segundos. Si el rival modificaba la
:J
>- defensa, le costaba amoldarse, tenía que decirle que cambiase su juego porque
º
f-
(f)
w
los contrarios estaban haciendo tal cosa. A Kicanovic nunca tuve que decirle
u nada. Si el contrario hacía un cambio táctico; él respondía. Veía todo lo que
z
o
_J
sucedía en la cancha por sí mismo, y se adaptaba en todas las ocasiones. Eso es
<l'.
en algo innato".
_J
w En cuanto a capacidad y recursos técnicos, los dos máximos exponentes
r.iJ
o de la primera generación de oro son Delibasic y Kicanovic. Compañeros desde
o CJ
<l'.
en
categorías inferiores, las comparaciones entre ambos fueron recurrentes a lo
oa: largo de su carrera: "Kicia tenía una confianza en sí mismo y una mentalidad
(/)
o ganadora exagerada. Después, el más talentoso era Delibasic, pero Kicanovic era
,z
w otra cosa", comenta Josep Maria Margal!. Una opinión muy parecida a la que
:J
(f)
expresa Vladimir Stankovic: "Quizá Delibasic tenía algo más de talento, pero
era un chico triste, melancólico. Kicia era un cabrón en la pista, un ganador
454
nato, hacía lo que fuese por imponerse al adversario". Aleksandar Petrovic, que
no oculta su admiración por Dragan ("Kicanovic era mi jugador preferido. Yo
copiaba todo lo que le veía", explicaAza), incide en el mismo argumento: "Deli-
basic era poesía. Su forma de jugar, de vivir, era la de un poeta. No era un killer,
era un poeta. Bello de mirar, bello de admirar, puro arte. Pero Kicanovic era un
matador nato. Esa era la gran diferencia entre ellos". El que habla a continua-
ción es de nuevo Margal!, coetáneo de ambos y que tuvo que sufrirles desde el
ya lejanísimo Europeo juvenil de Gorizia, en 1971: "La primera vez que les vi, el
que más me llamó la atención en primera instancia fue Delibasic. Con esa altu-
ra, esa elegancia, hacía alguno de sus pases y te quedabas embobado. Además, a
mí ese estilo de jugadores me encantan. Pero, cuando empezaba el partido, Kica-
novic era un nervio, hiperactivo, estaba en todas partes. ¡Una competitividad!
Para mí, era el mejor jugador de aquella generación de la Yugoslavia de los seten-
ta. Tenía una mala leche jugando brutal. Como se dice en catalán, trempera".
A nivel generacional, y más allá de confrontar a las selecciones de cada
época como colectivo, el hecho de intentar elegir a un único jugador tampoco
encuentra unanimidad. Drazen Petrovic y el propio Dragan Kicanovic, jugado-
res de estilo y personalidad análogos, son un buen ejemplo: "Yo escogería a Kica-
novic, pero quizás un entrenador elegiría a Petrovic. Kicia era sensacional. El
jugador exterior más determinante de su selección", piensa Stankovic. "Kicano-
vic estaba al nivel de Petrovic, segurísimo", recuerda un hombre que solía empa-
rejarse con ambos, Nacho Solozábal. "Era un enorme jugador. Muy difícil de
defender, era velocísimo. Lo dominaba todo: derecha, izquierda ... Además, tira-
ba también rapidísimo", continúa Solozábal. "Yo me quedo con Kicanovic",
comenta Margal!. "Quizás porque era más de mi época. He jugado muchísimos
partidos contra Kicanovic desde que éramos chavales, aunque con Petrovic tam-
bién coincidí muchas veces". Bozidar Maljkovic nunca les dirigió, pero se
enfrentó en numerosas ocasiones a ambos: "Kicanovic está al mismo nivel que
Petrovic. No soy capaz de decir quién era mejor, pero yo creo que al mismo
nivel. Nunca diría que Drazen fuese superior. Kicanovic era un grandísimo juga-
dor. Grandísimo. Y nadie tenía tanto corazón, tanta mentalidad ganadora como
él. Una anécdota que le define: en un partido entre el Zadar y el Partizan, Kicia
metió la canasta ganadora en la prórroga. El público del Zadar atacó, a la salida,
el autocar del Partizan. Pues Kicanovic le dijo al conductor que parase y abriese z
·O
las puertas. El conductor le dijo que no. Kicanovic le gritó: '¡Abre las puertas!'. u
Bajó y se puso a pegarse contra centenares de personas. Y entonces bajaron otros <l'.
ce
w
jugadores, arrastrados por su carácter". z
w
El ex técnico de la Jugoplastika es un auténtico enamorado de las cualida- <l'.
des técnicas y mentales del escolta de Cacak: "Kicanovic no tenía nunca miedo, ~
¡:::
ni en los momentos más difíciles. Yo nunca le vi fallar un tiro importante. _J
·:J
<l'.
Nunca. Aquí, en el Europeo de Belgrado, todo el mundo estaba con miedo en la _J
final contra los soviéticos, que mantuvieron el partido igualado. Tiempo muerto
de Novosel, y todos sabíamos que él iba a coger el balón. Estaba lesionado, había
455
salido a calentar diez minutos más tarde y en cada partido le infiltraban la rodi-
lla. Pero nunca dudaba, se la jugó, la metió y 'vamos para casa'. Nunca le he
visto no acertar un tiro libre importante, nunca lo he vivido. Todos los lanza-
mientos importantes los metía. Yo le escogería a él como el mejor jugador de
nuestra historia, incluso por delante de Cosic".
Zeravica conoció muy profundamente a los dos bases-escoltas, pues a su
larga relación con Kicanovic se añade la etapa en la que Drazen entrenaba con
su Estrella Roja mientras hacía el servicio militar. En su opinión, había una dife-
rencia fundamental en el juego de ambos: "Petrovir era muy, muy, muy trabaja-
 ,
dor. Exageradamente. Si uno se fija en cómo tiraba, el suyo era un lanzamiento
muy duro. ¡Pum! Pero tiraba a un altísimo nivel porque había hecho millones de
lanzamientos. Kicanovic tiraba muy fino, tenía mano de manera natural, tacto,
era algo innato. Tenía sensaciones de tirador. Drazen lo consiguió todo a base de
trabajo y esfuerzo". Su hermano Aleksandar habla en términos parecidos: "Kica-
novic era más fino técnicamente que Drazen. Tenía una técnica más limpia, más
pulida. Sobre todo en la época en la que coincidieron, pues cuando uno acababa
su carrera el otro la empezaba". Difícil elección para Aza, que continúa su dis-
curso: "Pero lo que hizo Drazen fue impresionante. Es difícil comparar, porque
jugaron en épocas distintas. Drazen consiguió destacar en Estados Unidos, aun-
que Kicia ganó muchas cosas con la selección. Pero Drazen ganó dos Copas de
Europa con la Cibona, jugó bien en la NBA ... Mirando al jugador al margen
del equipo, creo que Drazen marcó algo más la diferencia''. Marcar la diferencia.
Dino Radja destaca esa cualidad, al tiempo que habla sobre su compañero en las
selecciones yugoslava y croata con la pasión de un aficionado cualquiera: "Dra-
zen era el único jugador en Europa que podía cambiar el partido por sí sólo. Eso
no lo podíamos hacer ni Toni ni yo, pues él me necesitaba a mí y yo a él. Drazen
sentenciaba los partidos él solo, metía 20, 30, 40, 50 puntos, los que fuesen
o
> necesarios". Y luego estaba una de las virtudes que Dino tanto valora: "Drazen
::í
(/) trabajaba, trabajaba, trabajaba''.
o
t9 La legendaria dedicación del escolta de Sibenik ha dado lugar a multitud
::::>
>- de anécdotas e historias, produciéndose la poco común situación de que la
º
f-
(/)
UJ
mayoría son ciertas, sin un ápice de exageración. Ranko explica una desconoci-
u da para el gran público, pero tremendamente reveladora: "Cuando Drazen juga-
z
o ba en el Real Madrid, disputó un partido contra el CAi Zaragoza y aprovechó
_J
<!
para venir a mi casa. Entonces me contó que había escuchado un rumor y que-
C'.)
_J
ría saber si era cierto. Ese rumor decía que Sarunas Marciulionis se había opera-
UJ
<.iJ
o do los abductores, poniéndose musculatura de un animal, no recuerdo cuál,
Cl
<! para mejorar su desplazamiento y su salto. Me preguntó si sabía algo de ese
C'.)
oo:: tema, si era cierto que se había operado para progresar físicamente. Yo no había
(/)
o escuchado nada. ¿Por dónde iba la idea de Drazen? Él iba a hacer todo lo que
•Z
UJ
::::>
fuese por jugar mejor. Si se podía operar para mejorar sus piernas, lo iba a hacer.
(/)
No existía otro como él".
Los dos grandes pívots de ambas selecciones, Kresimir Cosic y Vlade
456
Divac, han sido también tradicionalmente objeto de numerosas comparaciones.
Tanto uno como otro se erigieron en grandes emblemas de la selección y com-
partían una visión de juego poco común para la posición que ocupaban: "Cosic
era Sabonis antes de Sabonis. Un pívot que organizaba el juego como el mejor
de los bases. Sin duda, un adelantado a su tiempo", afirma Vladimir Stankovic.
Las trayectorias de Divac y Cosic fueron ligadas por el destino, además. Cuando
Kresimir Cosic se convirtió en seleccionador de Yugoslavia, descubrió a un
jovencito que tenía cualidades para llegar a lo más alto y, por el periodo de un
año, fue hasta su población natal, Kraljevo, para trabajar con él los secretos y
1
J
fundamentos del juego en el poste bajo. El histórico pívot vislumbró en aquel
chico a su posible sucesor, haciéndole debutar con 17 años en la Reprezentacija.
El legado de uno se transmitía directamente, de esta manera, a un Divac prime-
rizo que fue el otro gran "pívot-base" del kosarka. Y es que ese extraño híbrido
entre interior dominante y cerebro de organizador es una de las características
más recurrentemente alabadas del pívot croata: "Si preguntas ahora quién es el
mejor jugador de todos los tiempos en Yugoslavia, una gran mayoría te dirá que
Kresimir Cosic. Era un fenómeno, un base en el cuerpo de un pívot. El primer
pívot-base", comenta, entre risas, Maljkovic.
La afirmación de Boza respecto a que una mayoría escogería a Cosic como
estrella más destacada de la historia de la Reprezentacija encuentra numerosos
adeptos. La cantidad y variedad parecen corroborar esa sentencia: "El mejor ha
sido Cosic. Sin duda. Yo lo había visto jugar desde que era un niño. Ponía el
televisor, aún no pensaba ni en jugar al baloncesto, y en el Europeo de Nápoles
Kreso ya era el mejor jugador. Era mi ídolo, nunca pensé que llegaría a jugar con
él y después lo hice durante diez años. Te ayudaba en el entrenamiento, te ense-
ñaba y, además, como persona era sensacional, un personaje muy positivo",
explica Zeljko Jerkov, su compañero durante tantos años. Otro miembro de esa
generación habla en términos muy similares: "El jugador más importante de la
selección, no de la mía, sino de los cuarenta años de historia, es Cosic. Él sabía
hacer de todo y además era una bellísima persona", afirma Drazen Dalipagic.
Petar Skansi fue rival, compañero y entrenador del pívot mormón: "Kresimir
Cosic es el más grande, porque acompañó a cuatro generaciones. Él estuvo con
Korac, Daneu, conmigo, Slavnic, Dalipagic, Jerkov .... Y siempre fue, como se
suele decir, el jefe de la tribu. Otra de sus grandes cualidades es que ayudó a
z
otros muchos jugadores". Desde el interior de la ex Yugoslavia, la hegemonía de o
u
<I:
Cosic es la opinión más extendida, pero de entre quienes sólo le tuvieron de a:
l.J...J
rival se pueden encontrar algunas voces que se decantan por su sucesor en la z
l.J...J
CJ
comparación entre ambos: "Cosic era muy listo, pero era delgado, no demasiado <!
fuerte. Un estilista. Divac también era muy listo y con esa actitud que buscaba ~
¡::::
desquiciar a los rivales. Y hacía de todo. A mi Divac me parecía aún mejor", dice _J
'::::>
Josep Maria Margall. ::;
También Zoran Slavnic y Aleksandar Djordjevic, los bases más destacados
de ambas generaciones, eran frecuentemente contrapuestos en Yugoslavia, aun-
457
que en el caso de Sasha su protagonismo llegó después de la disgregación del
país. Al igual que sucede con Divac y Cosic, las biografías de ambos muestran
caminos interrelacionados. Y desde mucho antes. Aleksandar veía entrenar cada
día a un Moka Slavnic que era el base titular y gran figura del Estrella Roja,
equipo que dirigía su propio padre, Bratislav Djordjevic. Ninguno de los dos era
consciente de que aquel niño sería considerado su heredero como director de
juego por excelencia de Yugoslavia. Pero las coincidencias fueron mucho más
allá, pues sus trayectorias se cruzaron en un club donde ninguno de los dos espe-
raba volver a verse: el Partizan de Belgrado. El propio Sasha explica su viaje hasta
 "'"
llegar al eterno rival del club del que su progenitor era un histórico absoluto:
"Yo jugaba en las categorías inferiores del Radnicki con Nebojsa Ilic, amigo mío
desde los diez años. El club tenía poco dinero y se quedó sin pistas. Ilic, yo y el
resto de nuestros compañeros nos fuimos al Estrella Roja, junto con el que era
nuestro entrenador, Goran Miljkovic, un gran técnico de formación de la época.
Allí había un señor, consejero de las selecciones que hacía el Estrella Roja, que
era el que decidía. Después de diez días, mi entrenador, Miljkovic, me llamó a
su despacho y me dijo: 'Mira Sasha, tú sabes lo que yo pienso, pero este hombre
no quiere que juguemos para ti, quiere que juguemos para dos jugadores que ya
estaban en el club'. Miljkovic me dijo que si quería podía seguir, pero que supie-
ra que tendría dificultades. Yo le expliqué que agradecía su sinceridad, pero que
prefería irme a otro equipo".
Los futuros grandes nombres del baloncesto yugoslavo de esta historia no
acaban ahí. Bozidar Maljkovic (que no Miljkovic) era otro que conocía a Sasha
desde que era un niño: "Yo empecé mi carrera profesional gracias a Bratislav
Djordjevic. Entrenaba a un equipo amateur, el Usce, y un lunes vino Bratislav
Djordjevic con un niño de la mano, que era Sasha, y me preguntó qué día se
podía pasar a ver un entrenamiento táctico. Le emplacé para el jueves. Ese día,
o
~ allí estaba Brata, y cuando acabé mi sesión me dijo que si quería ser entrenador
__¡
(/') profesional. Yo le respondí que estaba estudiando derecho y que no tenía paro.
o
(!)
::)
Me ofreció ir a un seminario que organizaban y le dije que no tenía dinero. Y
>- Brata me respondió: 'El dinero es mi problema'. Nunca olvidaré eso. Muchos
~
(/') años después, cuando fiché por el Limoges, le ofrecí ser el encargado de los equi-
LU
u pos de base".
z
o__¡ Boza, en el momento en que el joven Sasha fue a probar al Estrella Roja,
<(
co estaba de entrenador en las categorías inferiores del club. Ni él ni Aleksandar
__¡
LU
u)
quieren dar nombres. "El encargado de hacer la elección era un poco capricho-
o so. Yo le respeto mucho, pero está claro que fue un error. Pensó: 'Ah, tú eres el
o<(
co hijo de Bratislav Djordjevic, pues no eres muy bueno'. Y Sasha se fue muy
oc:c decepcionado". La decisión del joven base de quince años fue clara: el Partizan.
(/')
o "Yo siempre había sido fan del Partizan. Cuando tenía cinco o seis años, hubo
,z
w un derby Estrella Roja-Partizan en el que Simonovic metió 60 puntos, o algo así,
::)
(/')
una cosa increíble. Mi padre estaba en el banquillo del Estrella Roja, y yo en la
grada con la banderita del Partizan. Salió un artículo en el Tempo, una revista de
458
la época, que se titulaba 'El hijo contra el padre'. En la foto salía yo. Mucha
gente no me cree. Todos mis amigos, todo el mundo a mi alrededor era del
Estrella Roja, pero yo fui desde siempre del Partizan por mi abuela: su marido
fue guerrillero partisano en la Segunda Guerra Mundial". En el Partizan se
encontró con un personaje que está en todas partes en la historia del baloncesto
en Yugoslavia: "Cuando llegué al Partizan, en cuestión de mes y medio estaba en
el primer equipo. El Profesor Nikolic y el entrenador Borislav Dzakolic tomaron
esa decisión". Aquel año jugó pocos partidos, pues aún era muy joven. La tem-
porada siguiente, llega al club Zoran Slavnic, debido a su gran amistad con Ora-
gan Kicanovic, el director técnico del Partizan. Los caminos de los dos mejores
bases de la Reprezentacija convergían muchos años después de que Sasha le viera
entrenar cada día en el Estrella Roja: "Yo había debutado la temporada anterior,
pero sólo había participado en cinco o seis partidos. Mis primeros puntos los
había anotado en el tercero, contra el Sibenka. Fue con Slavnic cuando me con-
vertí en miembro activo de la primera plantilla". También estaría Slavnic presen-
te en el debut de Sasha en la selección absoluta, esta vez como asistente de Cosic
en el Eurobasket de Atenas'87.
Así pues, las trayectorias de Moka y Djordjevic están salpicadas de curio-
sas coincidencias. Sin lugar a dudas, los dos grandes con mayúsculas en la posi-
ción de base en Yugoslavia. Rivales que han competido contra ambos dan su
opinión: "Slavnic era el típico jugador yugoslavo. Muy bueno técnicamente,
muy bueno tácticamente ... Si te tenía que pisar, te pisaba. El prototipo de
deportista balcánico, no sólo de baloncesto, sino de balonmano, waterpolo o
voleibol. Moka era más trabado y Djordjevic más elegante. El carácter de Djord-
jevic era también del estilo de Petrovic o del propio Slavnic", comenta Solozá-
bal. "Djordjevic era mejor tirador, aunque no era tan base, tan director como
Slavnic, pero quizás era más completo técnicamente", recuerda Margall, a lo que
añade: "Djordjevic era muy inteligente. Pero es que Slavnic era listo, listo, listo.
Astuto como él solo".
Vladimir Stankovic también admira la inteligencia de Moka: "Slavnic era
muy inteligente para todo. Tenía la universidad de la calle, sabía lo que podía y
lo que no podía hacer. Eso no se aprende en ninguna carrera". Stankovic hace
referencia a la "universidad de la calle". La afirmación no es gratuita. Durante
mucho tiempo, los seguidores del baloncesto han creído que el sobrenombre de z
Moka proviene de la gran afición durante su infancia a unos pastelitos dulces o
u<r:
típicos en Yugoslavia. El propio Zoran, sentado delante de un café, se ríe el a:
LJJ
explicar la verdadera explicación. "Yo vivía muy cerca del centro, de la calle z
LJJ
(.'.)
Knez Mihailova, donde todo el mundo está siempre en la calle, paseando y <r:
jugando. Mi pandilla siempre se peleaba contra otra de pocas calles más arriba. ~
f=
_J
Los que tenían dinero contra los que no (risas). Yo era pequeño, tendría diez u ·~
once años y muchos de ellos pasaban de los quince. Así que llevaba un palo <r:
_J
largo, un motka, y me empezaron a llamar así. Claro, de ahí pasó a Mochka, y al
final derivó en Moka. Y con ese sobrenombre me quedé. Con el paso de los
459
años, y como la historia es muy larga, acorté lo de los pasteles, que es más senci-
llo de explicar". Ahora las risas son carcajadas. La extraversión y astucia del base
serbio son legendarias. Josep Maria Margall, compañero de Moka en su estancia
en el Joventut, es el que habla de nuevo, en unas frases que describen nítida-
mente a Slavnic: "Tenía una chispa tremenda. Era vivaracho en todos los aspec-
tos de la vida y de la pista. Todo un carácter, con una mala leche competitiva
que se mezclaba con lo pícaro que era. Se las sabía todas. Pero todas, todas".
Muchos grandes jugadores. Infinidad de hombres que han marcado el
baloncesto continental. Quizás, después de todo, el quid de la cuestión se resu-

me en lo que expresa Bozidar Maljkovic cuando se hace un repaso a los diferen-
tes nombres emblemáticos de la historia del kosarka en Yugoslavia: "Es bonito
tener dudas, no saber elegir quién es el mejor. Eso es una gran riqueza". Y conti-
núa: "Porque, antes que todos esos, estaba Ivo Daneu. Era increíble, un jugador
que hacía ... ".
UNA AMPLITUD GENERACIONAL SIN PRECEDENTES
Al margen de comparaciones directas entre equipos y estrellas de diferentes épo-
cas, un tema en el que muy raramente-se llega al consenso, hay una serie de indi-
cativos que permiten inferir que el baloncesto yugoslavo se hallaba en el mejor
momento de su historia a finales de la década de los ochenta. A los indiscutibles
éxitos que en ese momento estaban protagonizando su selección y clubes más
representativos se le añadía el factor de que la cantera balcánica estaba generan-
do la mayor cantidad de jugadores auténticamente determinantes que jamás
hubiese visto el baloncesto europeo. Si por "auténticamente determinantes" se
entiende ese reducido grupo de ocho o diez nombres que en un momento con-
o
>
<(
creto son los más decisivos del continente, ni tan siquiera la Yugoslavia de los
__J
U) setenta o la URSS de los sesenta u ochenta podía competir con la ingente y
o(.!)
variada producción que generó el jugoslavenski kosarka en su crepúsculo.
:::J
>- Hasta seis hombres diferentes -Petrovic, Kukoc, Radja, Divac, Danilovic
º
f-
(j)
LLJ
y Djordjevic- fueron elegidos en alguna temporada como uno de los tres mejo-
u res jugadores europeos por prensa y entrenadores. Menos Radja (tres veces
z
o segundo clasificado), todos se harían con el premio en alguna ocasión. Además,
__J
<(
co los jovencitos Dejan Bodiroga y Zeljko Rebraca, que en aquel momento inicia-
__J
LLJ ban su andadura en el primer equipo del Zadar y la Vojvodina, respectivamen-
u)
o te, también ocuparían el podio en el futuro. Zarko Paspalj fue elegido mejor
o ,..,
<(
ce jugador de la liga griega en 1993. Petar Naumoski lo fue de la turca en diversas
oa: ocasiones. Zoran Savic ganó el MVP de la Final Four una vez -aunque el imagi-
(j)
o nario colectivo le conceda dos galardones- y fue considerado uno de los mejo-
,z
LLJ
:::J
res pívots europeos durante la mayor parte de su trayectoria profesional. El
(j)
grado de calidad y competitividad de la generación plavi alcanzó tales dimen-
siones que un hombre como Arijan Komazec, siempre entre los máximos anota-
460
dores de las diferentes competiciones en las que participó, quedó relegado a un
segundo plano, oscurecido por los logros de sus compañeros. Y eso que el croa-
ta había sido elegido mejor jugador de la Prva Liga en 1990, y en los primeros
compases de su carrera apuntaba a ser uno de los más destacados nombres del
panorama continental. "Cuando vi a Komazec en el europeo juvenil de Hun-
gría, al instante pensé que sería la nueva referencia del baloncesto yugoslavo.
Era un superclase. Me parecía literalmente imparable: tiraba, reboteaba, pene-
traba ... Tenía unos fundamentos maravillosos", recuerda Miquel Nolis, el
entrenador de la selección española en aquel campeonato, que prosigue su expli-
•
cación: "Una sensación parecida a la que tuve con Petrovic en Katerini'8 l, o
con Kukoc y Divac dos años después, pero Komazec era, en aquellos momen-
tos, aún más dominante que los dos últimos. A su misma edad había alcanzado
un mayor grado de madurez". Algo muy parecido manifiesta Zan Tabak, uno
de los miembros de la selección juvenil y júnior que consiguió la medalla de oro
en los Europeos de 1987 y 1988: "Yo no he visto nunca dominar a nadie en
juvenil o júnior como a Arijan Komazec". El compañero de posición y genera-
ción de Arijan, Predrag Danilovic, coincide con ambos en la valoración de
Komazec: "Arijan era el mejor en júniors. Tremendamente dominante. Física-
mente era fuerte y jugaba ya en el campeonato nacional. Era mucho más madu-
ro, mucho más experto".
La superioridad de Yugoslavia no se puede simplificar con los títulos que
alzaron los doce miembros de la Reprezentacija. Para comprender la magnitud
del fenómeno que estaba viviendo en su última etapa, hay ejemplos que hablan
por sí solos. En 1990, año en el que los plavi conquistan el oro en el Mundial de
Argentina, la Federación podía configurar una segunda selección integrada por
Djordjevic, Radulovic y Sretenovic como bases; Danilovic, Prelevic, Ivanovic y
Jankovic como escoltas-aleros, y Radja, Zuric, Primorac, Pecarski y Vrankovic
como hombres interiores.
Esta formación poseía nivel suficiente para competir contra cualquier
adversario. Situación que, aunque descriptiva del potencial disponible, no abar-
caba la totalidad de jugadores de categoría internacional que podían formar
selecciones alternativas, sin tanto poderío como las dos primeras pero de notable
capacidad competitiva. Directores de juego como Radovic, Naumoski, Pavicevic
o Mavrenski, anotadores exteriores del calibre de Ilic, Grbovic, Cvjeticanin,
z
Nakic, Mladan, Dobras o Avdic, con Bilalovic, Alibegovic, Kotnik, Arapovic, e
u
Milicevic, Koprivica, Sobin, Radunovic, Alihodzic o Tabak de pívots podían ~
l.1.J
completar varios combinados más. La trayectoria posterior de la mayoría de ellos z
L.J.j
refleja nítidamente la calidad de la clase media que poblaba la liga yugoslava. <(
. Y el aspecto que más tranquilizaba al KSJ, después de los problemas para 2:
f-
regenerar su baloncesto a inicios de década, era constatar la juventud predomi-
_J
:::J
nante en los nombres más destacados de la competición y el amplio margen de <(
_J
mejora existente en muchos de ellos.
461
BUSCANDO UN LUGAR EN LA JERARQUÍA MUNDIAL
Desde que la selección yugoslava experimentó el salto cualitativo liderado por
Aza Nikolic en la década de los sesenta, los dos auténticos puntos de referencia
para calibrar su ubicación en el status quo del baloncesto mundial siempre fue-
ron los grandes dominadores históricos de este deporte: la URSS y Estados Uni-
dos. De manera análoga a la situación política planetaria, en la que soviéticos y
norteamericanos lideraban los dos bloques que dividían al globo en medio de la
J
 1'
Guerra Fría y Yugoslavia encabezaba el grupo de los estados no alineados, ambas
potencias se mostraban como las dos selecciones más poderosas. La cantidad de
población y recursos de los que podían disponer fragmentaban el juego de la
canasta en dos compartimentos bien diferenciados: estaban ellos y, a mucha dis-
tancia, todos los demás. Los balcánicos eran los primeros del resto del mundo, y
su objetivo era descabalgar a los dos imperios de su situación de privilegio. Un
reto de dimensiones desproporcionadas para un país de menos de veinticinco
millones de habitantes y con una extensión y riqueza centesimal comparada a la
de los grandes emblemas del comunismo y el capitalismo.
Enemigos íntimos
El acceso al trono de la URSS fue posible en la década de los setenta. Anterior-
mente, la Reprezentacija ya había dado el primer aviso en el Europeo de Nápo-
les, en 1969. En la ciudad del sur de Italia, la selección yugoslava logró impo-
nerse a la Unión Soviética, rompiendo de esta manera una racha de 55 triunfos
consecutivos de los de Gomelsky en competición continental. Su última derrota
o
> había sido en 1955, en el Europeo de Budapest, a manos del equipo anfitrión.
<t:
_J
(/) Desde entonces, y hasta el partido contra Yugoslavia, en catorce años nadie fue
o(.9
capaz de superar a una selección que arrollaba en todos los torneos que se dispu-
::i
>- taban en el Viejo Continente. A pesar de esta victoria, los plavi no pudieron
º
f-
(/)
LU
impedir que la URSS se proclamara campeona del Eurobasket, pues en la final
u se volvieron a encontrar y no pudieron repetir la hazaña.
z
o
_J La tendencia cambió en 1973 y vino personificada en el nombre de Mirko
<t:
ca Novosel. Su selección yugoslava alcanzó la ansiada medalla de oro en el Eurobas-
_J
LU ket de Barcelona, después de ocho títulos consecutivos de los soviéticos. No fue
v)
o Yugoslavia la encargada de derrocar a la URSS -lo hizo España en semifinales-,
o LU
<t:
ca pero a partir de ese momento los balcánicos pasaron a ser los grandes favoritos
o en las competiciones europeas, y los siguientes años vieron cómo la selección
a:
(/)
o dorada se imponía a la URSS con suficiencia. Si bien otros seleccionadores como
,z
LU Nikolic o Zeravica también romperían la maldición en torneos posteriores, el
::i
(/)
caso de Novosel fue especialmente gráfico: fue el primero en desbancar a la
URSS en categoría juvenil en 1971, hizo lo mismo en júnior en 1972 y, hacien-
462
do un balance de sus enfrentamientos en cualquier categoría contra la tradicional
némesis yugoslava, el técnico croata se retiró con un inmaculado 11-0 a su favor.
Moka Slavnic protagonizó una coyuntura parecida, pues su debut tardío en la
selección se produjo en 1973 y, de todas las veces en que se midió a los soviéticos
en competición oficial, tan sólo caería derrotado en el Europeo de Turín'79.
La Reprezentacija de Novosel, Slavnic y el resto de la generación de los
setenta puso fin a una situación muchas veces catalogada como complejo de
inferioridad por algunos entrenadores y prensa yugoslava en general. La rivali-
dad entre ambos países alcanzó las mayores cotas de la historia, y la calidad de
J..¡
los integrantes de la selección fue muy importante para que fuese Yugoslavia la
que se hiciese con el cetro europeo. Pero tres aspectos fueron considerados deci-
sivos para revertir los papeles. Uno de ellos fue la aportación específica de Novo-
sel, cuya filosofía se basaba en dejar fluir el talento individual. Dragan Kapicic,
miembro de la generación dorada y en la actualidad presidente de la Federación
Serbia de Baloncesto, reflexionaba sobre esta cuestión en una entrevista concedi-
da para el libro Kosarkaska lnteligencija ]ugoslovena: "Zeravica valoraba la imagi-
nación, pero para él fue muy importante que todos los jugadores estuviesen ple-
namente preparados físicamente para que pudieran actuar a semejanza de los
soviéticos, que en aquella época eran los mejores en ese sentido y siempre esta-
ban preparados al máximo. Entonces llegó Novosel y aparece en escena una
lógica muy distinta. Dio total libertad a la imaginación, y esta imaginación se
combinó con otras cualidades y características. Permitió que destacaran los juga-
dores creativos, pero siempre acompañándolos de altura, fuerza y rebote, siendo
capaces de jugar con mucha energía. No era sólo improvisación". El genial Moka
Slavnic, uno de los abanderados de ese nuevo estilo, siempre creyó que Novosel
fue clave para poder superar a la URSS, como declaraba en las páginas de esa
misma obra: "Para acabar con el dominio soviético, lo más importante fue la lle-
gada de Mirko Novosel al puesto de primer entrenador de la selección y el cam-
bio de filosofía en nuestro baloncesto, que llevó a una década de dominio sobre
los rusos, simplemente gracias a esa diferencia en el estilo de juego. Yo pienso
que los líderes nacen. Pero también se pueden hacer, gracias a la ayuda de los
técnicos, cuando dan libertad ilimitada para que los jugadores den rienda suelta
a su creatividad".
El segundo aspecto va de la mano de la improvisación defendida por z
·O
Novosel y resulta inherente a las características concretas de la generación que u
hizo su entrada en escena en esta década de los setenta. "Nuestra Reprezentacija, <t:
a:
UJ
antes de que llegásemos nosotros, siempre perdía contra los soviéticos. Yo no vi z
(.9
demasiado, pero creo que jugábamos un baloncesto sin brillantez o lucimiento, <t:
un.baloncesto, digamos ... , recto. Y cuando llegamos nosotros, Kicia (Kicano- ~
¡:::
_J
vic), Moka (Slavnic), Mirza (Delibasic), Jerkov y yo, y nos juntamos con los Sol- ·::J
<t:
man, Kapicic, Cosic, Jelovac, Plecas ... Todo cambió. Kicia, Moka, Delibasic y _J
yo mismo éramos jugadores más imprevisibles y transformamos un poco ese ~
juego'', comenta Drazen Dalipagic.
463
Su compañero en aquella fantástica selección, Zeljko Jerkov, ahonda en las
diferencias que había entre yugoslavos y soviéticos: "Nosotros jugábamos un
baloncesto técnico, no físico. Éramos más veloces y ellos más robustos. Pero nues-
tra capacidad técnica y nuestra rapidez les ponían en problemas. Les provocába-
mos muchas faltas en ataque. Tkatchenko pesaba 150 kg y no podía rectificar sus
movimientos ni se sentía cómodo en ese tipo de juego". Dalipagic cree que las
distancias conceptuales eran muy grandes: "En los años sesenta, nuestro estilo de
juego era muy parecido al de los soviéticos. Pero los miembros de mi generación
desarrollábamos otro tipo de juego, diferente a lo anterior. Esa fue la diferencia
 (
entre la URSS y nosotros". Aleksandar Djordjevic, sentado a su lado, asiente:
"Jugador imprevisible, la URSS sólo tenía a Sergei Belov". Dalipagic matiza:
"Pero sabía lo que hacía. En los años ochenta, los soviéticos cambiaron su tipo de
juego, cuando llegaron Myshkyn, Valters, Tarakanov y, posteriormente, con los
Sabonis o Marciulionis". Djordjevic profundiza en su exposición: "El físico de los
soviéticos marcaba la pauta, pues eran superiores a todo el mundo. Pero la gene-
ración de Dalipagic les igualaba en ese aspecto y, por calidad y talento, les sobre-
pasaron. La imprevisibilidad, el genio: Kicanovic, Slavnic, Delibasic, Cosic ... Y,
por lado soviético, tan sólo Belov. En la URSS eran muy ordenados, al igual que
en su país durante esa época, ya que el régimen soviético era muy estricto. Y eso
también te modela inconscientemente el carácter. ¿Me dicen a la izquierda? Pues
voy a la izquierda. ¿Tres pasos? Pues doy tres pasos y me quedo. Aquí, en Yugosla-
via, teníamos un poco más de libertad de actuación".
Por último, el tercer gran factor fue la mentalidad ganadora y la enorme
confianza en sí mismo que mostraba el equipo. "Los soviéticos no soportaban los
marcadores igualados", opina Zeljko Jerkov. "Si estaban cinco puntos arriba o
cinco puntos abajo, reducían su rendimiento a la mitad de su calidad. Sentían la
presión, seguramente porque pensaban que podíamos ganarles al todo por el todo.
o
Nosotros nos sentíamos muy cómodos luchando canasta por canasta y sabíamos
~
(/) que, si las distancias no eran grandes, podíamos ganar el partido". El hecho de que
o
o
::)
dos de las victorias más importantes de la selección balcánica contra su tradicional
>- rival (en la final del Mundial de Manila'78 y en los Juegos Olímpicos de
º
1-
cri
UJ
Moscú'80) fuesen en la prórroga parece corroborar esa apreciación. También en el
u
z
Campeonato del Mundo de Puerto Rico'74, el Europeo de Belgrado'75 o en los
o
_J Juegos de Montreal'76 el marcador fue igualado, mientras que cuando fueron los
<(
ca soviéticos los que lograron imponerse (en los Eurobaskets de 1979 o 1981), las
_J
UJ diferencias en el electrónico fueron mucho más holgadas. Pero, al margen de la
u)
o dureza mental, la URSS supuso una atalaya que había que superar y esa obsesión
Cl
<(
ca fue una de las claves de la progresión yugoslava. La fijación por imponerse a los
oo: soviéticos que mostraban Moka o Kicanovic quedó claramente demostrada en los
(/)
o instantes finales del Europeo de Lieja'77. Habían sido muchos años de someti-
,z
UJ miento a la URSS y ese deseo reivindicativo ejerció de fuerza motivadora.
:::::>
(/)
A partir de esta década de los setenta, Yugoslavia igualó plenamente a su
antigua bestia negra. El progreso técnico y la ruptura de la psicosis que afectaba a
464
los balcánicos hicieron que las siguientes generaciones ya no viviesen una situa-
ción parecida. Ambos países pasaron a estar en el mismo plano competitivo, y las
victorias de uno u otro dependían de la calidad concreta de los equipos o genera-
ciones que presentaban, pero en todo caso los partidos eran igualados y no solían
tener un favorito claro antes de disputarlos, salvo el periodo en que la Reprezenta-
cija sufrió las adversidades de una renovación no satisfactoria. En 1986, en plena
transición del kosarka, la URSS eliminó a los pltwi en las semifinales del Mundial,
en un partido que los hombres de Cosic tenían totalmente ganado a falta de un
minuto, pero la sensación de equilibrio de fuerzas entre ambos era patente.
..._
A finales de la década de los ochenta, las tornas volverían a cambiar. La
última generación yugoslava estaba acostumbrada a imponerse a los soviéticos
ya desde categorías inferiores y, aunque la derrota de los Juegos Olímpicos de
Seúl fue muy dolorosa, en el mismo campeonato se habían impuesto en su
enfrentamiento de primera ronda. Aquella era una selección a medio camino de
la vieja y nueva escuela, ya que muchos de los jóvenes proyectos aún no habían
encontrado su espacio en la Reprezentacija. A partir del año siguiente, Yugoslavia
dominó todos los campeonatos en los que participó, si bien la historia privó de
un enfrentamiento en la cumbre con ambos países al completo, ya que en el
Mundial'90 la URSS ya no dispuso de sus jugadores de las Repúblicas Bálticas.
Con todo, Yugoslavia se puso al frente de la jerarquía europea. Una vez
superados los soviéticos, había otra gran cima que escalar para hacer lo mismo a
nivel mundial.
El amigo americano
Las primeras victorias de la selección yugoslava sobre Estados Unidos datan de
los años sesenta, pero para poder entender el progresivo acercamiento del nivel
de ambos baloncestos es necesario conocer la idiosincrasia de la propia selección
norteamericana, cuya peculiaridad rompe los esquemas tradicionales de la men-
talidad europea.
Desde mitad de los años veinte, el baloncesto en EE.UU. se articulaba en
torno a dos grandes ejes deportivos: el deporte amateur y el profesional. El pri-
mero estaba gestionado por dos organizaciones. Por un lado, la NCAA (Natio- z
·O
nal Collegiate Athletic Association), que es el organismo que regula el deporte u
<(
universitario americano, auténtica cantera formativa en un país en el que este a:
IJj
concepto no tiene la misma naturaleza que en Europa, y cuyos equipos están z
IJj
(.'.)
generalmente integrados por jóvenes entre 18 y 22 años. Por otro lado, la AAU <(
(Amateur Athletic Union), que administraba diversas ligas de tipo regional o 2
¡:::
_J
nacional y cuyas competiciones se solían nutrir de jugadores que, una vez finali- ·:::::>
<(
zado su periplo universitario, decidían vivir de un trabajo en una empresa o _J
comercio que simultáneamente patrocinaba a los conjuntos participantes en
aquellos torneos. Oficialmente, estos hombres eran amateurs, ya que tenían su
465
propio oficio y jugaban al baloncesto de manera complementaria. El deporte
profesional estaba representado por competiciones como la ABA o la NBA pero,
en sus inicios, las cantidades económicas que ofrecían eran escasas, lo que deri-
vaba que fuesen muchos los que decidiesen buscar un sueldo estable en los pues-
tos laborales que ofrecían los equipos de la AAU.
La normativa de la FIBA hasta 1990 tan sólo permitía participar a depor-
tistas amateurs. De esta manera, la NCAA y la AAU copaban los representantes
de las selecciones estadounidenses en los torneos internacionales. Su composición
se hacía en función de torneos clasificatorios en los que participaban equipos de
 una y otra organización, repartiéndose normalmente los dos conjuntos finalistas
la mayoría de los miembros y cuerpo técnico de la selección. El ascenso paulatino
del baloncesto profesional fue restando potencial y jugadores a la AAU y, en la
década de los sesenta, el nivel mostrado por sus competiciones ya era muy infe-
rior al de la NBA. Los grandes proyectos universitarios continuaban su trayecto-
ria en la liga profesional, y la AAU se veía obligada a recurrir a los nombres secun-
darios, muy lejos de las grandes estrellas que dominaban la competición en
college. De esta manera, la calidad de sus mejores jugadores distaba mucho de la
que poseían los nombres más destacados de la NCAA-y la NBA-, algo que se
veía reflejado en los resultados de sus representantes en los torneos de criba para
la formación de la selección nacional. Si la organización universitaria presentaba
a sus mejores hombres, difícilmente podían competir contra estos.
Paralelamente, la importancia otorgada por la federación estadounidense a
las competiciones FIBA era muy diferente si se trataba de unos Juegos Olímpicos
o de un Mundial. La resonancia mediática y económica era muy dispar, y la
NCAA mostraba un manifiesto interés en ser representada en los Juegos, mientras
que el Mundial era considerado como algo secundario, más aún cuando muchos
años coincidían con los Juegos Panamericanos organizados por la propia FIBA.
o
> El resultado de esta compleja red de interrelaciones fue que las selecciones
5
U) norteamericanas para los Juegos Olímpicos estuvieron integradas por grandes
o
(!) estrellas universitarias, mientras que en el Mundial fue la AAU la que envió a
:::>
>- más representantes. La dualidad finalizó en 1972, año en el que definitivamente
º
1-
U)
UJ
todas las selecciones pasaron a ser representaciones universitarias (si bien dicho
u control por parte de la NCAA se produjo de manera gradual), con el breve
z
o
_J paréntesis del Campeonato del Mundo de Mamila, en 1978. En consecuencia,
<(
ca los equipos norteamericanos de los Mundiales anteriores a esa fecha distaban
_J
L.U mucho de reflejar el auténtico nivel del baloncesto amateur estadounidense.
u)
o Estas particularidades influyen notablemente en la valoración de las pri-
o LJj
<(
en meras victorias de la Reprezentacija sobre EE.UU. Sus triunfos muestran la con-
oe:: solidación del kosarka, aunque no tanto como el escaso potencial presentado por
U)
o su contrincante. Así, en el Mundial de 1963 en Río de Janeiro los pla.vi se impo-
•Z
L.U nen por 75 a 73 a una selección que también caería derrotada ante la URSS y
:::>
U)
Brasil, clasificándose en una quinta posición muy lejana al podio. Los estadouni-
denses formaron un equipo con dos jugadores de la AAU, cuatro de la Fuerzas
466
Armadas y seis universitarios, los cuales pertenecían a colleges de segundo o tercer
nivel, siendo su mayor estrella Willis Reed, que provenía de la NAIA. Algo muy
similar a lo que sucedió cuatro años después, en el Mundial oficioso de Montevi-
deo. En esta ocasión se enfrentaron dos veces, con una victoria para cada uno
(71-76 para EE.UU. en el primero, 73-72 en el segundo). Tanto el técnico como
tres de sus jugadores pertenecían a las Fuerzas Armadas, tres más a la AAU y seis
eran universitarios. Prácticamente ninguno tuvo una carrera profesional destaca-
da excepto Darel Carrier, que jugó con los Kentucky Colonels en la ABA. En
aquel torneo también cayeron contra Brasil, finalizando en cuarta posición.
Paralelamente, los enfrentamientos en los Juegos Olímpicos eran muy
diferentes. En Roma'60, los siete jugadores universitarios eran auténticas estre-
llas, y Osear Robenson, Jerry West, Jerry Lucas, Walt Bellamy, Terry Dischinger
o Darrall Imof formaron el mejor equipo visto hasta la fecha. El resultado del
partido contra Yugoslavia es elocuente: 42 a 104. En 1964 en Tokyo, la diferen-
cia no fue tan abultada (61-69), pero EE.UU. ganaba la medalla de oro lidera-
dos por Bill Bradley, Lucious Jackson, Joe Caldwell, Walr Hazzard, Larry Brown
o Jim Barnes.
En Mexico'68, la selección estadounidense, con Spencer Haywood y Jo Jo
White en sus filas, venció en dos ocasiones a los balcánicos. Los norteamerica-
nos habían visto reducido su potencial debido a la renuncia del mejor jugador
universitario, Lew Alcindor -posteriormente Kareem Abdul-Jabbar-, que se
había adherido al boicot de los atletas negros en apoyo a Muhammad Ali, en el
movimiento conocido como Black Power. Además, dos circunstancias propicia-
ron que Estados Unidos presentase un equipo de menos calidad de la que podía
reunir. Por un lado, el ascenso del baloncesto profesional, en el que la compe-
tencia entre la ABA y la NBA derivó en grandes ofertas económicas a los mejo-
res universitarios para hacerse con sus servicios, bajo la condición ineludible de
firmar contrato inmediatamente. El paso al profesionalismo impidió que Walr
Frazier, Elvin Hayes, Wes Unseld o Bob Lanier pudiesen participar en los Juegos
Olímpicos en el verano en que se graduaban, como habían hecho anteriormente
otros jugadores. Por otro, y de manera sorprendente, la final del torneo preolím-
pico clasificatorio disputado en Albuquerque fue ganada por un equipo de la
NAIA, imponiéndose a un combinado de la AAU (los AAU All Stars), lo que
abrió las puertas a numerosos integrantes de ambos conjuntos y se las cerró a
z
universitarios que no habían dado el salto a la ABA o a la NBA, como Calvin -o
u
Murphy o Pete "Pistol" Maravich. Aquella selección estuvo formada por dos <(
ce:
LJj
jugadores de la NAIA, dos de la AAU, tres de las Fuerzas Armadas, uno de un z
junior college -Spencer Haywood, gran estrella del equipo- y cuatro de la CJ
<(
NCM. Por primera vez en unos Juegos Olímpicos, la selección de Estados Uni- ~
f=
dos no partía como favorita, ya que había sido derrotada varias veces en la gira _J
-::i
que hizo por la URSS y Yugoslavia, cosa que fue justificada por Henry Iba, su <(
_J
entrenador, con un: "Jamás ha habido un menor número de jugadores de major
college NCAA en la selección".
467
A pesar de todo, EE.UU. y Yugoslavia protagonizaron la final. Los balcá-
nicos fueron capaces de llegar a la media parte tres puntos por delante, aunque
sucumbieron en los últimos minutos de la segunda mitad. Petar Skansi, lógica-
mente ajeno a toda la problemática del proceso de selección americano, recuer-
da: ''Acabamos muy desilusionados al concluir el partido. Primero, porque fui-
mos por delante durante gran parte. Además, perdimos por culpa nuestra. Yo
creo que psicológicamente no estábamos preparados para batir a EE.UU. en tie-
rra americana. Teníamos un buen equipo, pero no éramos demasiado expertos.
Perdimos una gran ocasión para batirles".
j
 En la década de los setenta, Yugoslavia logró imponerse en el Mundial de
Liubliana, en lo que significó su primera medalla de oro. El equipo de Estados
Unidos estaba en esta ocasión compuesto por jugadores universitarios -un sólo
representante de la AAU y otro de las Fuerzas Armadas-, pero nuevamente la
NCAA decidió no llevar a figuras de primer nivel. Los mejores eran Kenny Was-
hington, de UCLA, y Tal Brody, de Illinois, al margen de un Bill Walron todavía
jugador de instituto, cuya juventud -aderezada con una lesión- hizo que apenas
jugase durante el campeonato. La selección estadounidense perdió tres partidos
-Brasil, Italia y contra la Reprezentacija- y acabó quinta.
En 1974, en el Mundial de Puerto Rico, EE.UU. venció en su enfrenta-
miento contra la selección yugoslava. Apenas dos años antes, la FIBA había
revocado el reconocimiento de la AAU como organismo competente para repre-
sentar internacionalmente al baloncesto amateur estadounidense. De este modo,
y por primera vez, las estrellas NCAA copaban la mayor parte de los puestos de
un combinado mundialista, y siete de sus miembros serían elegidos en un futu-
ro en primera ronda del draft, incluyendo a John Lucas -que llegó a ser el núme-
ro uno-, además de otros grandes talentos como Lurher Burden, de la Universi-
dad de Utah, o Quinn Buckner, de Indiana, en aquellos momentos destacados
o
>
<(
jugadores universitarios. A pesar de la derrota balcánica (88 a 91), el potencial
_J
(/) de los estadounidenses era muy alto en comparación a mundiales anteriores, y
o
CJ resultaba más significativo del ascenso plavi este partido perdido de manera
::i
>- ajustada que anteriores victorias frente a selecciones norteamericanas menos
º
~
rJJ
L.LJ
poderosas.
u
z Un buen eje~plo de ello fue Manila'78, donde los Cosic, Kicanovic, Dali-
o
_J pagic y demás batieron a un equipo que cayó derrotado por yugoslavos, italia-
<(
o: nos, brasileños y soviéticos, finalizando en quinta posición. De manera antagó-
~
nica a lo sucedido cuatro años atrás, y debido a que las fechas del torneo
u;
o coincidían con el curso académico, aquel combinado fue uno de los más débiles
o
<(
ro de la historia de la selección americana, ya que once de sus doce integrantes per-
oo:: tenecían a la AIA, procediendo el restante -Tom Schneeberger- de las Fuerzas
(/)
o Armadas.
,z
L.LJ
::i
En los radicalmente diferentes Juegos Olímpicos, la Yugoslavia de la gene-
(/)
ración dorada sólo se enfrentó una vez a Estados Unidos. En realidad, fueron
dos partidos en Montreal'76. Un equipo totalmente formado por NCAA's y con
468
grandes estrellas universitarias, como Adrian Dantley, Scott May, Mitch Kup-
chak, Phil Ford, Quinn Buckner (que repetía del Mundial'74) o Ernie Grun-
feld. Ambos encuentros terminaron con holgadas victorias estadounidenses, con
los resultados de 93-112 y 74-95.
Zeljko Jerkov recuerda lo sucedido en aquella final: "En los JJ .OO. de
Montreal, ellos presentaron una selección que prácticamente era la mejor que
jamás habían hecho. En un amistoso en Mónaco estuvimos a punto de ganar-
les, fallando el último tiro. Pero en aquella final, ellos salieron muy fuertes, se
lesionó Moka Slavnic en los primeros minutos, y ya no fuimos capaces de hacer-
les frente. Pagamos nuestra inexperiencia contra un baloncesto ran físico des-
arrollado por jugadores de auténtico primer nivel. Pero en Mosní'80 nosorros
ya éramos un equipo maduro y ya habíamos jugado muchas veces contra equi-
pos así. No se sabe nunca qué hubiese podido pasar, pero creo que esdbamos
preparados".
En consonancia con las afirmaciones del pívot croara, la primera genera-
ción dorada del ju¿;os!twenski kosarktz se mostraba competitiva contra los jugado-
res universitarios, mientras que superaba con facilidad a los combinados mixtos
formados por miembros de la AAU, las Fuerzas Armadas o la NAIA. Este equili-
brio de fuerzas encontró su máximo exponente en el World lnternational Tour-
nament de Chapel Hill, en abril de 1978. A pesar de no ser un campeonato ofi-
cial, la sonoridad de nombres como Magic Johnson, Larry Bird, Sidney
Moncrief, Phil Ford, Darrell Griffith, David Greenwood o Joe Barry Carro!!
(todos ellos altísimas elecciones del draft> es suficientemente elocuente para infe-
rir el nivel adquirido por los balcánicos en su progresivo proceso de ascensión.
Yugoslavia perdió la final por sólo cinco puntos, tras llegar a acumular una ven-
taja de nueve, y después de 17 empates y 13 cambios de liderato en el marcador.
En el último minuto, un resbalón de Drazen Dalipagic resultó decisivo. Pero el
aviso era serio. Los universitarios iban a sufrir ante la calidad de los yugoslavos,
máxime cuando añadían una mayor veteranía y experiencia, pues eran hombres
maduros que se enfrentaban a jóvenes con mucho que aprender todavía.
La última generación rompe con todos los moldes
En la década de los ochenta rodas las selecciones estadounidenses, tanto en los
Juegos Olímpicos como en el Mundial, pasan a estar plenamente formadas por
estrellas de la NCAA, aunque el interés y rigor que muestren ante su competi-
ción predilecta siempre será superior. Pese al aumento de talento que de ello se
deriva, enviar combinados universitarios ya no constituirá condición suficiente
para mantener su jerarquía.
En la etapa de transición de la Reprezentacija del primer lustro ochentero,
los dos encuentros protagonizados por ambos en los Mundiales'82 y 86 fueron
ganados por EE.UU.: 81 a 88 en Colombia (Antoine Carr, Doc Rivers, Earl
469
Jones, Joe Kleine, Mitchell Wiggins o el futuro pívot del Estudiantes John Pino-
ne) y 60-69 en España, con Tyrone Bogues, Sean Elliot, David Robinson, Kenny
Smith o Charles Smith. Grandes jugadores universitarios empezaban a sufrir para
imponerse a selecciones plavi que estaban lejos de anteriores o posteriores éxitos.
La nueva ola fue la encargada de culminar el proceso. Como en otras face-
tas de su baloncesto, la última generación rompe con todo lo conseguido ante-
riormente, y este punto es cardinal para entender el momento que vivía el kosar-
ka yugoslavo en los estertores de su existencia. El fenómeno lo inaugura, de
manera premonitoria, la generación de Bormio, mucho antes de que sea conocida
 ~
como tal. En el torneo de Manheim'85, la primera vez que las promociones del
67 y 68 se reúnen para disputar una competición, la selección júnior de los
Divac, Kukoc o Radja vence en el partido de primera fase a Estados Unidos, que
cuenta en sus filas con jugadores de la talla de Glen Rice, BJ Armstrong, Chucky
Brown o Tony Massenburg, futuras estrellas universitarias y, en algunos casos,
también de NBA. La final vuelve a enfrentar a ambos conjuntos, y esta vez será
EE.UU. el que consiga hacerse con el triunfo, pero el hecho de imponerse a los
mejores proyectos estadounidenses dibujaba un punto de inflexión entre ambos
baloncestos. Especialmente porque en esta ocasión, además de ganar, lo hacían
con jugadores de la misma edad que sus rivales.
En los siguientes años, esa misma generación y sus adyacentes repetirían y
superarían lo conseguido en la base militar americana de Mannheim. En 1987,
una selección compuesta por jugadores muy jóvenes ganó la final de la Universia-
da de Zagreb a Estados Unidos. Los doce hombres de Ivkovic -con Zdravko
Radulovic, Vlade Divac y Franjo Arapovic en edad universitaria americana, sobre-
pasando el límite por un solo año la gran estrella Drazen Petrovic y Stojan Vranko-
vic- baten de manera contundente a EE.UU., equipo en el cual estaban Danny
Ferry, BJ Armstrong, Sean Elliot o Mitch Richmond, todos ellos elecciones muy
o
> altas en el draft, llegando alguno a ser all-star en su trayectoria profesional.
:3
(f) Si la adición de los veteranos Radovic, Mutapdzic, Primorac, Cvjeticanin
o(.'.)
o Aza Petrovic podía desvirtuar el enfrentamiento estudiantil de la Universiada,
:::>
>- ese mismo verano la selección júnior supera por dos veces a Estados Unidos en
º
1-
(/)
LU
el Mundial de Bormio. Nuevamente universitarios muy destacados, como Gary
u
z Payton (todo un número 2 del draft), Larry Johnson (número 1), Stacey Aug-
o
_J mon, Lionel Simmons, LaBradford Smith, Scott Williams o Brian Williams,
<(
ca caían ante un grupo de chicos de su edad.
_J
w
Paralelamente, en las tradicionales giras de escuela que realiza cada mes de
c.i>
o noviembre, la Reprezentacija se empieza a imponer cada vez con mayor asidui-
o
<(
ca dad. En 1986, último año en que los plavi detuvieron su competición para ir a
oa: Estados Unidos, Kresimir Cosic convoca a un grupo jovencísimo, con Petrovic,
(/)
o Paspalj y los júniors de oro a la cabeza, además de un adolescente Arijan Koma-
•Z
w zec. Yugoslavia gana casi todos sus partidos, algunos de ellos de forma muy abul-
:::>
(/)
tada, como el disputado ante uno de los mejores equipos de la NCAA, Ohio
State, al que vencen 103-76 con 35 puntos (8 de 9 en triples) de Drazen, que se
470
impuso en su duelo particular a Dennis Hopson, que anotó 27. La gran estrella
de los Buckeyes era tan sólo un año menor que Petrovic, y esa misma temporada
sería elegido en segunda posición del draft. El freshman Divac añadió 17.
En 1990 el Mundial de Argentina representa el cénit de la superación del
nivel de los jugadores universitarios por parte de la Reprezentacija. Unas semanas
antes ya habían ganado al mismo adversario en la final de los Juegos de la Amis-
tad de Seattle, y en el Luna Park de Buenos Aires la selección dirigida por Ivko-
vic repitió victoria. A pesar de la condición de profesionales de los balcánicos,
los principales hombres de la rotación (Zdovc, Petrovic, Kukoc, Divac, Paspalj o
l
un más secundario Komazec) eran muy jóvenes, estando muchos de ellos por
debajo de los veinticuatro años. Los ausentes por lesión Radja y Danilovic o los
descartados Djordjevic y Pavicevic tampoco eran mucho mayores (especialmen-
te en algún caso, como el del escolta del Partizan) que los representantes esta-
dounidenses, que acudían con auténticas figuras del panorama universitario,
como Kenny Anderson, Christian Laettner, Alonzo Mourning o Billy Owens,
todos ellos escogidos entre los tres primeros puestos del draft. En total aquel
combinado tenía a diez jugadores elegidos en primera ronda. El único que había
conseguido hacerlo por parte de la Reprezentacija fue Divac (número 26), siendo
Kukoc y Radja elecciones de segunda ronda y Petrovic de tercera.
Las victorias de la selección yugoslava tuvieron diferentes consecuencias.
Por un lado, la valoración de los jugadores europeos por parte de la NBA, ya
que esta vez no eran derrotados por hombres veteranos que superaban a sus
universitarios por oficio, como había sucedido con la generación de los Cosic,
Slavnic o Kicanovic, o con la propia URSS en Seúl'88. Por el lado balcánico, la
Federación tenía claro que había escalado otro peldaño en su carrera por atra-
par a Estados Unidos. Los jugadores universitarios ya habían sido rebasados.
Con la apertura de la FIBA al profesionalismo, el siguiente -y último- paso
estaba claro.
Desde que en el primer Mundial de Buenos Aires, en 1950, un miembro
primigenio de la lnteligencija como Nebojsa Popovic anotase la primera canasta
oficial de la Reprezentacija, el camino había sido muy largo. El sueño estaba cada
vez más próximo. Barcelona'92 era quizá demasiado pronto, pues supondría el
primer enfrentamiento oficial con los jugadores de la NBA. La experiencia dic-
taba que siempre había sido necesario un periodo de adaptación al estilo de
z
juego estadounidense antes de superarlo. Por edad y recorrido del grupo, el o
u
Mundial de Belgrado en 1994 o los Juegos Olímpicos de Atlanta'96 parecían <(
a:
más adecuados para alcanzar definitivamente la cima, aunque la velocidad y LU
zLU
voracidad con la que la nueva ola devoraba etapas hacían que ninguna fecha (.9
fuese d,escartable, incluida la de Barcelona. Disponían de un Eurobasket para
<(
~
¡:::
continuar afinando el grupo, del cual muchos de sus integrantes estaban aún _J
':::>
lejos de su madurez. <(
_J
Los responsables del kosarka no podían por menos que sonreír. El balon- .....:
cesto yugoslavo vivía los días más felices de su historia.
471
 O. Roma

Roma. Palaeur del Sport. 29 de junio de 1991.

-Desde la perspectiva que da el tiempo, ¿cree usted que a finales de los ochenta
el baloncesto yugoslavo estaba cerca del de Estados Unidos?
-Eso se hubiese podido responder en Barcelona. Es una ldstima para la historia y para
el baloncesto que Yugoslavia no pudiese participar en los juegos Olímpicos de 1992 PARTE TRES
y que el Dream Team no jugase contra la Yugoslavia unida y completa. Digo esto
porque Croacia llegó a la final, y en esa época en la convocatoria de la selección
no hubiesen entrado más de tres o cuatro jugadores croatas. El nivel de la Reprezentacija
con todos sus jugadores era muy superior.
-¿Está diciendo que se podía ganar al Dream Team?
-Yo sólo digo que es una ldstima para la historia y el baloncesto que Yugoslavia no pudiese
competir y no pudiéramos verlo todos.
(Entrevista concedida por DUSKO IVANOVIC durante el proceso de elaboración
de este libro.)

472

l
 Y cómo hemos cambiado ...

ESUITA curioso que en el cine, disciplina artística cuya antigüedad no exce-

R de a la del baloncesto, cien años hayan sido suficientes para establecer un
cuerpo teórico que admite la existencia de diferentes fases a lo largo de su exis-
tencia: el cine mudo, el paso al sonoro, la etapa de los grandes estudios y el star
system, el movimiento auroral del neorrealismo italiano o la nouvelle vague fran-
cesa ... Cualquier tratado sobre el séptimo arte coincide en la fragmentación de
su periplo en una serie de acontecimientos que marcaron un antes y un después
en su historia particular, y cuyas influencias condicionaron la evolución del
medio.
Ese tipo de análisis no son frecuentes en el mundo del deporte. Pero si
algún día el estudio e interpretación de la historia del baloncesto adquiere cate-
goría de ciencia, existen una serie de sucesos que, irrevocablemente, formarán
los puntos esenciales para explicar su desarrollo a nivel mundial. Desde el genial
instante del alumbramiento a manos de James Naismith a la extensión de su
práctica entre los estudiantes estadounidenses. De la exportación del juego de la
canasta al Viejo Continente a la creación de la NBA. De la no poco problemáti-
ca aceptación de los jugadores negros a la mejora de las estructuras europeas. De
la introducción de la línea de tres puntos a la decisión de que los jugadores pro-
fesionales participen en las competiciones organizadas por la FIBA.
De entre los diversos acontecimientos que marcaron el camino recorrido
por el baloncesto, uno de los más relevantes fue la desaparición de Yugoslavia.
Un suceso lo suficientemente trascendente y de tan amplio alcance que no se
puede concebir el panorama del baloncesto europeo del siglo XXI sin considerar-
lo. Porque un complejo sistema deportivo murió en junio de 1991. Pese a que la
selección de Croacia o la Yugoslavia serbomontenegrina perpetuaron durante
varios años el legado ganador de la antigua potencia, ni la realidad social ni la
estructura organizativa de los nuevos países volverían a ser las mismas. No po-
475
dían serlo. Numerosos cambios, y en muy diferentes ámbitos, derivaron en el
nacimiento de seis repúblicas, seis baloncestos, que tenían grabados en su códi-
go genético muchas raíces del kosarka de la ex Yugoslavia, pero que también pre-
sentaban diversas diferencias. Algunas, comunes a la totalidad de los nuevos
estados. Otras, específicas de la situación y desarrollo de cada uno de ellos.
Yugoslavia, como entelequia deportiva, se resquebrajó en seis partes de tamaño
desigual a las que la búsqueda de su nueva identidad fue mostrando la nueva
realidad: difícilmente se podría reeditar la etapa de sobreabundancia experimen-
tada durante tres décadas.
 QUE CADA CUAL SIGA SU CAMINO ...
CROACIA fue el primero de los nuevos países que emergió como potencia balon-
cestística. Con una selección que aglutinaba a tres de los cuatro grandes pilares
de la vieja Reprezentacija-Drazen Petrovic, Toni Kukoc y Dino Radja-, su pues-
ta de largo en los Juegos Olímpicos del 92 situó a los croatas en el inmejorable
escaparate de ser el rival del Dream Team en la final. Además de sus tres grandes
astros, otros talentos que habían formado parte de la selección yugoslava inte-
graban el equipo, como Arijan Komazec, Velimir Perasovic, Stojan Vrankovic o
Danko Cvjeticanin, si bien los dos últimos llevaban varios torneos sin entrar en
las convocatorias de Dusan lvkovic. El nivel de calidad era lo suficientemente
alto como para dejar atrás al resto de competidores terrenales de los Juegos, aun-
que la ausencia de bases de auténtica categoría -un puesto que en la Reprezenta-
cija históricamente había sido copado por jugadores serbios, con las gloriosas
excepciones de los croatas Giuseppe Giergia, Rato Trdvic y, en la última etapa,
del esloveno Zdovc- y los grandes apuros con los que resolvieron su semifinal
ante otro equipo dividido como la CEI dejaban bien claro que su potencial que-
daba lejos del combinado de Roma'91. Especialmente porque entre los doce
o muchos, acabaron representando a la selección de un país que no era el de su
>
<(
miembros de su selección había hombres que, a pesar de su notable valía, no
_J
(/) hubiesen aspirado a ser internacionales en una Yugoslavia al completo. Algunos
o(.9
:J
de ellos, de hecho, no habían sido escogidos ni tan siquiera en categorías de for-
>- mación.
º
f-
(/)
u.J
La muerte de Drazen Petrovic el 7 de junio de 1993, en un accidente de
u tráfico tras un partido entre las selecciones croata y eslovena, supuso un duro
z _,
o
_J golpe, anímico y deportivo, para las aspiraciones croatas. Drazen era el auténtico
<(
a::i líder del grupo, y el estado de shock propiciado por la desgracia, amén de la
_J
u.J
ausencia de Kukoc, explicaron en parte el fracaso de Croacia en el Europeo de
vi
o Alemania en 1993. La medalla de bronce conseguida, unida a las del Mundial
o
<(
de Toronto en 1994 y del Europeo de Atenas en 1995, fueron los grandes logros
a::i
o obtenidos por la misma base de jugadores que representaron a la selección croa-
a:
(/)
o ta hasta los Juegos Olímpicos de Atlanta'96, torneo en el que cayeron en cuartos
,z
u.J de final ante Lituania. Si la antigua URSS siempre fue la némesis de Yugoslavia
:J
(/)
en el pasado, sus dos grandes herederos deportivos, Rusia y Lituania, serían los
encargados de cercenar las esperanzas de Croacia en este periodo, haciéndolo los
476
rusos en el 93 y 94, y los lituanos en el 95 y 96.
Aquellos cinco primeros años constituyeron la etapa de mayores éxitos de
la selección, ya que después no volvería a alcanzar las semifinales de ningún gran
torneo. Pero los notables resultados deportivos de Croacia no se pueden consi-
derar representativos del potencial y estado global del baloncesto croata en ese
momento. Al igual de lo que sucedía con otras repúblicas, desde Bosnia hasta
Serbia, lo que el espectador estaba observando era una mini selección de Yugosla-
via. Todos sus jugadores habían crecido en el antiguo sistema yugoslavo, aquel
que aunaba los esfuerzos y las capacidades de miembros de diferentes nacionali-
1
1
dades. En la formación de muchos de los jugadores había sido muy importante
la influencia de técnicos de otras repúblicas, como los conocidos casos de Kukoc,
Radja y Tabak, todos ellos alumnos de Bozidar Maljkovic en la Jugoplastika, o,
sin ir más lejos, del propio Drazen Petrovic, que había debutado en primera
división a las órdenes de Moka Slavnic y alcanzado el estrellara con Vlade Dju-
rovic. La preponderancia de entrenadores serbios en clubes y selecciones había
propiciado que fuesen parte muy importante del desarrollo de los jugadores. No
es más que un ejemplo, muy gráfico, de una realidad incuestionable: los hom-
bres que representaban a las selecciones de Croacia, Eslovenia, Serbia o Bosnia
en la década de los noventa no eran producto del baloncesto de su nuevo país,
sino de uno que ya no existía. Uno en el que la competitividad y estructura
organizativa imperantes fueron muy superiores a la de sus sucesores. Habría que
considerar, además, que muchas personas se vieron obligadas a elegir nacionali-
dad en el periodo posterior al inicio de la guerra. Un amplio porcentaje no se
había planteado nunca si era de una u otra. De este modo, jugadores como Savic
(serbio nacido y formado en Bosnia), Radulovic (nacido en Montenegro y for-
mado a caballo entre el Buducnost y el Bosna), Alibegovic (de origen bosnio),
Cvjeticanin (serbio que inició su carrera en el Partizan de Belgrado), entre otros
república natal ni en el que se habían hecho como deportistas.
Aunque esta situación fue común a todos los nuevos países, en el caso
concreto de Croacia el panorama real empezó a hacerse visible a partir de 1997,
con el relevo generacional en la selección. Los jugadores de la etapa de bonanza
se habían formado en el antiguo sistema, pero sus sucesores se dividían entre los
que dieron sus primeros pasos en los últimos coletazos de Yugoslavia, en el mejor
de los casos, y los que no habían conocido más que la nueva situación. Y esta era
C.J
muy complicada. Pese a que Cibona, Jugoplastika, Zadar y Sibenka siempre
estuvieron entre los clubes más importantes de la antigua liga yugoslava, el J,
nuevo campeonato de Croacia fue irremediablemente de menor entidad. Los
:2
problemas para organizar una competición de nivel fueron numerosos, y en c...J
1992 apenas se pudo disputar una liga de seis equipos, en la que después de "
~
o(_,)
jugarse diez partidos en quince días se iniciaban los playoffs. En total, el torneo
duró un mes y medio. >-
Pese a que el campeonato fue mejorando paulatinamente, los problemas
477
estructurales del baloncesto croata eran más que evidentes. Al margen -como si
fuera poco- de las dificultades derivadas de la guerra, en Croacia se encontraron
con un problema meramente deportivo que repercutió marcadamente en su
desarrollo: la ausencia de entrenadores. "Con la división, nuestros entrenadores
de formación tuvieron que pasar a ser los encargados de los primeros equipos; y
los de más abajo, a los de formación", afirma Zan Tabak. "No, no teníamos
entrenadores. Todos eran serbios. Esa fue una de nuestras principales carencias,
el que no hubiera entrenadores croatas de categoría en esos momentos. Eso hace
que sea necesario que pasen ocho o diez años para paliarlo", añade Aza Petrovic.
 1
1
Si una de las claves de los éxitos de Yugoslavia había sido la interacción entre el
talento de los jugadores y la capacidad de los técnicos, en Croacia se partía en
desventaja respecto al pasado. Más aún, todo el entramado de la lnteligencija se
estructuraba en torno a una serie de nombres que ya no pertenecían al nuevo
país croata, salvo Novosel, y una organización y coordinación tan compleja difí-
cilmente se podía emular de la noche a la mañana.
Las dificultades se vieron reflejadas en la trayectoria de la Reprezentacija.
El descenso de talento y competitividad derivaron en una rápida caída de los
puestos punteros en los campeonatos. Desde 1997, las sucesivas participaciones
en los diferentes Eurobaskets concluyeron con resultados decepcionantes, no
superando nunca la barrera de los cuartos de final, lo que además conllevó que
la selección croata no se clasificase para los posteriores torneos intercontinenta-
les. De esta manera, Croacia no participó en los Mundiales de 1998, 2002 ni
2006, así como tampoco en los Juegos Olímpicos de Sidney y Atenas. A pesar
de la aparición de notables jugadores como Josip Sesar, Nikola Vujcic, Gordan
Giricek, Zoran Planinic o Marko Popovic, los grandes representantes del balon-
cesto croata no resisten comparación con los astros de la generación que asom-
bró al mundo en la década de los ochenta e inicios de los noventa.
o
>
<(
La otra república que mostraba un desarrollo económico alto, EsLOVENIA,
....J
(/) se vio inmersa en una problemática muy diferente a la de Croacia. Por un lado,
o
t!J su proceso de independencia fue muy rápido, y la ausencia de una guerra pro-
::l
>- longada, como sucedería en otros rincones de la ya ex Yugoslavia, propició que
º
f-
C/)
LU
la rutina de sus deportistas prácticamente no se viese alterada. Por el otro, su
u potencial deportivo era claramente inferior al .de otras zonas del antiguo país.
z
o....J Históricamente, el peso específico de los jugadores eslovenos en la selección
<(
a:i había sido casi residual, pues las grandes figuras que conformaban las plantillas
....J
LU eran en su mayoría procedentes de Serbia y Croacia. Tan sólo lvo Daneu y Vinko
u)
o Jelovac desempeñaron funciones estelares en la Reprezentacija, y, en el momento
o (/)
<(
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de la disolución, jure Zdovc era el único esloveno con relevancia real en el con-
oa:
junto de lvkovic. Junto al base del Olimpia, Radislav Curcic -serbio de naci-
(/)
o miento- había sido convocado en alguna ocasión a lo largo de la década de los
,z
LU ochenta, pero no llegó a establecerse en el núcleo básico de la selección.
=>
(/)
En los banquillos sí hubo una figura que sobresalió sobre las demás, la de
Zmago Sagadin. Pese a no dirigir nunca a equipos punteros, el técnico se había
478
labrado una gran reputación en el baloncesto de la antigua Yugoslavia. Su gran
labor al frente del KK Celje y el KK Maribor (dos conjuntos de la Druga Liga) y
su posterior etapa en el KK Olimpia no habían pasado desapercibidas para el
KSJ, por lo que Sagadin llevaba años colaborando con todos los grandes tótems
del kosarka en diferentes clinics y campus. "Sagadin es un entrenador al nivel de
los más grandes. Ya en el tiempo de la antigua Yugoslavia era un entrenador muy
conocido y respetado por todos. Zmago ha tenido más influencia sobre mí que
cualquier otro técnico. Para mí, es uno de los mejores entrenadores de Europa",
afirma el croata Neven Spahija sobre el hombre al que considera su mentor. Tra-
1
1
bajador hasta el paroxismo -como no podía ser de otra manera-, Zmago inició
en los noventa, desde su cargo al frente del Olimpia, una impagable tarea forma-
tiva con numerosos entrenadores y jugadores. Un perfil ideal para ser el primer
seleccionador nacional en la etapa que se abría.
Con tan sólo un equipo participante en la liga yugoslava (el mismo KK
Olimpia de Liubliana) y una menor proliferación de talentos, la competitividad
de Eslovenia al más alto nivel era una incógnita. A pesar de ello, y con una selec-
ción formada casi en su totalidad por jugadores del club capitalino, el pequeño
país tuvo la clasificación para los Juegos Olímpicos de Barcelona en la punta de
los dedos. Después de haber batido a Alemania -entrenada por Svetislav Pesic-
en lo que parecía el paso definitivo, la derrota ante una CEI ya clasificada cerró
las puertas del sueño olímpico a los eslovenos.
De la misma manera que sucede con Croacia y el resto de repúblicas, la
trayectoria de Eslovenia en el primer lustro de la independencia es aún atribui-
ble a la vieja Yugoslavia, aunque con algunos matices. En su caso, eran menos
los jugadores que habían pasado por las manos de técnicos croatas o serbios y, a
pesar de que los jóvenes se habían formado en el mismo sistema y premisas bási-
cas de la Escuela Yugoslava, el baloncesto esloveno tenía un cierto aire endogá-
mico en comparación con otros puntos del país. El Olimpia solía ser entrenado
por técnicos eslovenos, y casi todos sus jugadores eran nacidos y formados en la
pequeña república. A la inversa, la poca profusión de sus baloncestistas en selec-
ciones de categorías inferiores dotó indirectamente a Eslovenia de una ventaja:
el hecho de que la interacción con el núcleo central del kosarka yugoslavo fuese
menor que en el resto de repúblicas les convertía también en menos dependien-
tes del entramado tradicional. Si bien la escisión provocaba una menor competi- ci
o
tividad en su liga, tenían las infraestructuras, los medios y los conocimientos ~
Q)
adecuados para continuar su desarrollo sin demasiados sobresaltos. A fin de ~
<[
cuentas, la materia prima con la que contaban, tanto en técnicos y jugadores u
como en instalaciones, era básicamente la misma de la que habían disfrutado a o
~
lo largo de su historia. Simultáneamente, la carestía de nombres sonoros en el w
I
firma~ento europeo derivó en unas expectativas modestas, lo que dotó de cierta o
~
tranquilidad al entorno de su selección en cuanto a urgencias resultadistas. Si o
u
Croacia estaba obligada, por el talento de sus hombres emblemáticos, a luchar >-
por todas las competiciones, Eslovenia se planteó el propio hecho de clasificarse
479
para los campeonatos como un logro en sí mismo. El crecimiento tenía que ser
necesariamente paulatino y, en caso de producirse, vendría impulsado por su
capacidad de generar jugadores de calidad. En cierto modo, a pesar de encon-
trarse en una situación en teoría muy similar, las trayectorias de Croacia y Eslo-
venia habían coincidido en el mismo punto, pero en direcciones y procedencias
opuestas.
El alto nivel mostrado en el Preolímpico de Zaragoza no pudo ser mante-
nido en los años siguientes. Un último puesto en el Europeo de 1993 (con Janez
Dvaric de seleccionador) y un antepenúltimo en Atenas'95 y Barcelona'97 (bajo
 1
1
1
la dirección de Sagadin y Andrej Urlep, respectivamente) fueron los modestos
frutos de sus primeras apariciones internacionales. El núcleo de jugadores eslo-
venos que despuntaban en la élite en 1991 -Jurij Zdovc, Teo Alibegovic, Slavko
Kotnik- tuvo que ser complementado con jugadores aún muy jóvenes o con
veteranos que ya no estaban en su mejor momento, en general hombres secun-
darios en el antiguo kosarka yugoslavo. Pero el baloncesto esloveno fue alum-
brando, de manera sucesiva, varias hornadas de talentos formados plenamente
bajo su propio sistema, y los nombres de Matjaz Smodis, Rasho Nesterovic,
Marko Milic, Jaka Lakovic, Primoz Brezec, Bostjan Nachbar o Sani Becirovic se
encontraban entre los mejores proyectos europeos de su generación. El goteo de
jóvenes de calidad, un fenómeno en el que la influencia de Sagadin resultó capi-
tal, incrementó las posibilidades competitivas de la selección. Poco a poco Eslo-
venia fue ascendiendo peldaños en la jerarquía continental. Un décimo puesto
en el Europeo de Francia en 1999 y una caída al penúltimo puesto en T ur-
quía'2001 precedieron a una serie de campeonatos en los que el conjunto eslove-
no fue capaz de alcanzar los cuartos de final, demostrando pasos sólidos en su
progresión.
Si en Eslovenia fue donde se produjo la transición social y deportiva
o menos tortuosa debido a las características concretas del país, BOSNIA supuso la
~
....J
(/) otra cara de la moneda. Tristísima cara. Los continuos bombardeos de una gue-
o rra que se dilató mucho más tiempo que en el resto de la ex Yugoslavia afectaron
~
:::::>
>- sobremanera a un pueblo que a duras penas podía pensar en sobrevivir. El depor-
º
f-
(/)
Li.J
te pasó a un plano muy secundario en las preocupaciones de unos hombres y
u mujeres maltratados por la crueldad bélica. Dos ejemplos simbolizan la historia
z
o....J de miles de personas anónimas que sufrieron un auténtico vía crucis vital. Mirza
<(
Delibasic, una de las grandes leyendas de la Reprezentacija de los años setenta,
c:o
....J
Li.J murió abrasado por el cáncer y viviendo en unas condiciones de insalubridad
u:i
o que rayaban la pobreza absoluta. Mirza, un hombre de voluntad férrea, no quiso
o o
<( salir del país para huir del drama que se cernía sobre su pueblo, y ejerció de
c:o
oa: icono social a través de su papel en la selección de Bosnia, ya fuese como entre-
(/)
nador o director técnico. Pero incluso en esta función, la realidad de la guerra
o
,z
mostraba su cara más cruda. En 1993 el equipo bosnio que él comandaba fue
Li.J
:::::>
(/) objetivo de los francotiradores cuando se disponía a coger un avión para acudir
al Europeo de Alemania. A pesar de haber extremado las precauciones dividien-
480
do el grupo en tres, los miembros de la selección tuvieron que subir al avión a la
carrera, y tres mujeres fallecieron en el suceso. La vida se había convertido en
mucho más que deporte. Hasta el punto que un pacifista confeso como Deliba-
sic hubo de ser protegido junto a su familia por una milicia del Ejército bosnio
tras ser incluido en una lista de objetivos de los francotiradores, y durante el
periodo bélico fue llamado a filas. Todas las fotos y entrevistas de esa etapa mues-
tran a un ser fantasmagórico consumido por la tristeza de no entender la irracio-
nalidad de un conflicto que convertía en enemigos a personas que habían com-
partido muchas cosas en el pasado.
Otro jugador perteneciente a la siguiente generación, Samir Avdic, pre-
sente en el tiroteo del aeropuerto, también personificó el drama vivido en aque-
llos tiempos. Miembro del mítico equipo campeón del mundo júnior en Bor-
mio, desapareció de la escena deportiva durante un par de temporadas, en los
que no se supo de su paradero, pues estaba alistado en el Ejército de su país. Las
secuelas psicológicas de una experiencia de este tipo habían de influir forzosa-
mente en el rendimiento sobre la cancha. Manel Bosch cambia su expresión al
recordar una anécdota compartida con Avdic: "Siempre recordaré una Navidad,
cuando Samir era mi compañero en Unicaja. Estábamos cantando villancicos.
Le dijimos: 'Samir, venga, tú también'. Y él nos dijo que nos iba a cantar una
canción de una amiga suya que murió en la guerra. Nos puso a todos la piel de
gallina. Después nos explicó que iba con su amiga y los francotiradores dispara-
ron, matándola. Él se tuvo que hacer el muerto durante muchas horas, hasta que
pudo escabullirse por la noche".
A nivel deportivo, las cruentas consecuencias de la guerra no fueron las
únicas dificultades que se encontró el baloncesto bosnio. Si Eslovenia represen-
taba la endogamia, Bosnia se había convertido en un auténtico crisol de la idea
de Yugoslavia durante el periodo comunista. En Sarajevo, la capital, el porcenta-
je de habitantes serbios, croatas y musulmanes era casi parejo. Con la escisión, el
teórico potencial deportivo de la república se vio perjudicado, ya que en la liga
Yugoslava había dos clubes bosnios, el histórico Bosna y el Celik de Cenica, y
sus plantillas eran un reflejo de la sociedad bosnia, con diversos componentes de
nacionalidad serbia y croata. Jugadores como Predrag Danilovic, Zoran Savic o
Radenko Dobras eran bosnios de nacimiento pero de nacionalidad serbia, por la
que optaron finalmente. Aunque hubo casos como el de Mario Primorac, croata ''.J
CJ
católico que se acogió a la nacionalidad bosnia, estas decisiones fueron minorita- <t
DJ
rias. Además, al tema de los jugadores se añadía que el emblemático Bosna había "::;
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crecido de la mano de dos técnicos ilustres como Bogdan Tanjevic y Svetislav '~
J,
Pesic, montenegrino y serbio, respectivamente, y las etapas de ambos habían
2'.
enla!-ado diecisiete años casi consecutivos. Eso incidía en otra gran carencia del ..u
I
nuevo baloncesto bosnio: la escasa cantidad de entrenadores con experiencia al o
~
más alto nivel. o
u
En 1991, tras el inicio de la guerra de los Balcanes, el Bosna y el Sloboda >-
Dita participaron en la primera edición de la YUBA junto a los clubes serbios,
481
montenegrinos y macedonios. Pero tanto los conjuntos bosnios como los mace-
donios no llegaron a finalizar la competición debido al incipiente proceso bélico
que se estaba produciendo en la zona. Con todos estos condicionantes deporti-
vos y sociales, la selección de Bosnia y, más allá, su propio kosarka, suficiente
hizo con clasificarse para el Eurobasket de Alemania en 1993. La imagen que
ofrecieron en el campeonato fue notable. El grupo estaba compuesto por tan
sólo diez jugadores, procedentes del Bosna casi en su totalidad, pero los Primo-
rac, Bilalovic, Avdic o Mutapcic alcanzaron un meritorio octavo puesto, tras
vencer a Suecia y Letonia, plantándose en los cuartos de final. Una vez allí, caye-
 l!
ron contra Croacia en un partido en el que Primorac no pudo jugar debido a las
amenazas recibidas para que no lo hiciera. Su trayectoria posterior sería menos
destacada. En 1995 la selección no pudo repetir el éxito y no logró la clasifica-
ción después de negarse a jugar contra Yugoslavia en el preeuropeo, con la consi-
guiente sanción de la pérdida de un punto que le impuso la FIBA. Posterior-
mente, la generación que encabezaba Nenad Markovic, Sejo Bukva y Dzevad
Alihodzic sí fue capaz de llegar la fase final de los diferentes Eurobaskets, termi-
nando siempre entre los últimos cuatro clasificados de los torneos.
En MACEDONIA, la república en la que el kosarka estaba menos desarrolla-
do, la mera participación en la fase final de algún gran campeonato se convirtió
en poco menos que una quimera. La aportación macedonia en jugadores y téc-
nicos de primer nivel había sido siempre marginal. Muy pocos eran los casos de
jugadores a lo largo de la historia que hubiesen alcanzado la internacionalidad
por Yugoslavia, ya fuese en categoría absoluta o selecciones inferiores. El peso
específico de sus clubes también era residual. Tradicionalmente contaban con
un único representante en la primera división yugoslava -aunque en 1987 habí-
an logrado tener a dos equipos en la máxima categoría-, que además solía ser
candidato al descenso. De hecho, en la última edición liguera previa al inicio de
o
>
<(
la guerra, Macedonia no contaba con ningún conjunto, una situación que ya se
_J
(/) había producido en diversas ocasiones a lo largo de la década de los ochenta. Sus
o(.'.)
dos máximos exponentes, el Rabotnicki y el Skopje, jamás habían conseguido
:J
>- alzarse con el título, ni tampoco nunca se habían clasificado para competición
º
f-
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w
europea alguna en las dos últimas décadas. El quinto puesto del Rabotnicki en
u 1971 era el mejor resultado de cualquier club macedonio.
z
o
_J Con un grado de desarrollo inferior, una población de poco más de dos
<(
c:o millones de habitantes y sin la tradición ni el potencial baloncestístico del resto
_J
w de repúblicas, Macedonia experimentó su particular travesía del desierto. Aga-
u)
o rrados a Petar Naumoski, que en la década de los noventa alcanzó el estatus de
o<(
figura europea, los intentos por clasificarse para los Eurobaskets de 1993, 1995
c:o
oe:: y 1997 resultaron infructuosos, cayendo en los preeuropeos correspondientes.
(J)
o Naumoski, un base que había sido integrante del último gran dominador de
•Z
w Yugoslavia, la Jugoplastika de Split, supuso una irrupción sorpresiva en el pano-
:J
(/)
rama continental. Miembro muy secundario del equipo croata, con numerosos
partidos sin saltar a pista, su explosión deportiva cristalizó posteriormente a la
482
escisión. En la primera YUBA sin clubes croatas ni eslovenos, Petar realizó una
gran temporada en el Rabotnicki, y su ulterior fichaje por el Efes Pilsen turco le
encumbró definitivamente. Pero a su alrededor, y a pesar de la gestación de juga-
dores exteriores con buenos fundamentos como Vrbica Stefanov o Vlado Ilievs-
ki, no existían los suficientes talentos como para formar un grupo competitivo.
Especialmente por su escasez de hombres altos, auténtica anomalía entre las
antiguas repúblicas de Yugoslavia. La clasificación para el Eurobasket de Fran-
cia'99 fue el mayor logro en sus primeros quince años de independencia. Un
torneo en el que los macedonios no pudieron alzarse con la victoria en ninguno
de los tres enfrentamientos que disputaron, pero que hacía albergar esperanzas
de una progresión futura. No sucedió así, y en los siguientes campeonatos la
selección de Macedonia no fue capaz de igualar el éxito del último torneo conti-
nental del siglo XX.
UNA YUGOSLAVIA DE DOS REPÚBLICAS: SERBIA Y MONTENEGRO
La Yugoslavia imaginada por Tito desapareció definitivamente en 1991, pero no
lo hizo de los mapas políticos de la Europa de los noventa. Aunque era una
Yugoslavia muy diferente. Serbia y Montenegro, dos repúblicas con estrechos
lazos de unión y muchos puntos en común a nivel religioso, social y cultural,
permanecieron unidas bajo el nombre del antiguo país, alargando durante unos
años su vinculación federal.
Desde un prisma deportivo, si alguna de las repúblicas se podía conside-
rar sucesora del antiguo sistema del kosarka yugoslavo era Serbia y, por añadidu-
ra, Montenegro. Como al resto de países nacientes, la nueva situación limitaba
su potencial, pero en su caso la gran pérdida se centró en el número de jugado-
res de alto nivel y en la calidad e igualdad de su competición. Carencias muy
importantes a medio plazo, si bien la nueva Yugoslavia contaba con la gran ven-
taja de disponer de la misma estructura organizativa del pasado: la mayor parte
de los principales miembros de la lntelligencija eran serbios, con la excepción de
Novosel y Kristancic, y algo muy similar sucedía en el consejo de técnicos, pues
el Strucni Savet gozaba de mayoría serbia. La gran proliferación de entrenadores
serbomontenegrinos en la antigua liga yugoslava o en otros países de Europa ci
o
garantizaba, además, una óptima transición en los difíciles primeros años. El <l'.
ro
último seleccionador de la Reprezentacija, Ivkovic, era serbio, así como los selec- ~
<l'.
cionadores júniors de las promociones de categorías inferiores que habían domi- u
VJ
nado los torneos en la década de los ochenta. Más allá de afinidades ideológicas, o
:2'.
ta~to por estructura organizativa como por miembros federativos y coincidencia LU
I
de entrenadores, Serbia y Montenegro fueron quienes más activos recibieron en o
:2
el imaginario traspaso de virtudes deportivas entre el viejo coloso y los países de o
u
reciente formación. En cierta manera, y pese a la inevitable ausencia de algunos >-
jugadores absolutamente estelares -con el trío croata a la cabeza-, la nueva
483
Yugoslavia era lo más parecido a la antigua versión que existía. Lo más parecido,
sí. Pero muchas otras cosas habían cambiado o lo harían en poco tiempo, y
jamás se volverían a dar simultáneamente todas las circunstancias que rodeaban
al fenómeno baloncestístico de la Yugoslavia comunista.
A partir del momento en el que los representantes bosnios y macedonios
abandonaron la YUBA, esta pasó a estar formada únicamente por equipos ser-
bios y montenegrinos. Y, pese a que en la liga yugoslava de los años ochenta
había una considerable cantidad de equipos de ambas repúblicas, no eran los
suficientes como para organizar un torneo equiparable a aquél. Fue necesario
 l
rescatar a clubes de segunda e incluso tercera división, probando diferentes siste-
mas de competición: desde uno tradicional a otro con cuatro grupos de ocho
equipos y diversas fases a lo largo del campeonato. El verdadero problema, con
todo, no radicó en el ingreso de equipos de escasa entidad, sino en la auténtica
desbandada que se produjo entre los jugadores de la antigua Prva Liga. Un
éxodo protagonizado por los nombres más descollantes, pero también por aque-
llos que conformaban la clase media. La grave situación bélica y económica de-
sencadenó el fenómeno, el cual no afectó tan sólo a la competición serbomonte-
negrina sino que también debilitó a la liga croata y, en menor medida, eslovena.
Europa entera fijó sus ojos sobre los jugadores balcánicos, cuyo coste no suponía
en muchas ocasiones grandes esfuerzos económicos. Paralelamente, y aprove-
chando la coyuntura, diversos países relajaron notablemente los requisitos para
adquirir la nacionalización. Así, multitud de plantillas europeas fueron comple-
tadas con serbios y bosnios que habían adquirido su nueva ciudadanía a una
velocidad que rayaba lo surrealista. Entre la mengua de equipos competitivos, la
migración de figuras consagradas y la nacionalización de muchos jóvenes talen-
tosos (o veteranos secundarios), la nueva YUBA se transfiguró en una pálida
sombra de lo que había sido su antecesora.
o
> A nivel de selección, la Reprezentacija de esos primeros años no se vio aún
<l
_J
(/) afectada por el descenso de calidad de su liga doméstica. Siendo la mayoría de
o('.J
sus miembros estrellas rutilantes de los clubes punteros del Viejo Continente,
~
>- cuando no de la NBA, el potencial de Serbia y Montenegro se podía calificar de
ºw
1-
(/) espléndido. Los principales protagonistas del trienio dorado procedían del bino-
u mio Serbia-Croacia, así que las dos nuevas miniYugoslavias continuaron exhi-
z
o biendo un poderío que les equiparaba a las representaciones nacionales de cual-
_J
<l
CQ quier país. Como sucedía con el resto de repúblicas, el equipo que presentaban
_J
w no era aún sintomático del estado de su baloncesto, y Yugoslavia se dispuso a
(/)
o intentar el asalto a los Juegos Olímpicos de Barcelona, postulándose junto a
o (f)
<l Croacia como la gran alternativa al favoritismo de ensueño de Estados Unidos.
CQ
oa: Una posibilidad muy real, pues la convocatoria de dieciséis jugadores que realizó
(/)
o Dusan lvkovic reunía el suficiente talento como para aspirar a todo: Aleksandar
,z
w Djordjevic, Zoran Sretenovic y Zoran Radovic eran los bases, Predrag Danilo-
~ u
(/)
vic, Branislav Prelevic, Dejan Bodiroga, Radenko Dobras y Slobodan Jankovic,
los escoltas y aleros, con Zoran Savic, Vlade Divac, Mirko Milicevic, Zoran Ste-
484
vanovic, Slavisa Koprivica, Zeljko Rebraca y Rastko Cvetkovic completando la
lista en el juego interior. El grupo estaba concentrado en Montpellier para pre-
parar el preolímpico de Bilbao, paso previo en la lucha por el ansiado puesto en
la final ante los estadounidenses. Un objetivo que nunca pudieron realizar. El 30
de mayo de 1992 el Consejo de Seguridad de la ONU decidió sancionar con el
embargo y bloqueo aéreo a Yugoslavia, lo que hizo que sus deportistas no parti-
cipasen en ninguna competición de ámbito internacional. Pese a que se hizo
público que los jugadores habían enviado una carta personal a Juan Antonio
Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional, solicitando su inter-
l
cesión en favor de que pudiesen ganarse el derecho sobre la pista, la selección
yugoslava quedó excluida de la cita olímpica.
Con la reafirmación de la resolución de la ONU en 1993, el combinado
balcánico no compitió tampoco en el Europeo de Alemania'93 ni en el Mundial
de Toronto'94, cuya organización estaba adjudicada inicialmente a Yugoslavia y
que se hubiese celebrado en Belgrado. Finalmente, en 1995 la FIBA concedió
luz verde a su participación en el Eurobasket de Atenas. Y el retorno de la selec-
ción que utilizaba el nombre de la antigua potencia, dirigido por el dúo lvkovic-
Obradovic, se vio hermanado con el éxito de su antecesora. La medalla de oro
en una bellísima final ante Lituania, el subcampeonato olímpico en Adama
doce meses después (resistiendo durante treinta minutos los embistes del poten-
tísimo equipo estadounidense) y la consecución de un nuevo metal dorado en el
Europeo de Barcelona (ya con Obradovic de técnico principal) propiciaron que
la nueva Yugoslavia ocupase el lugar de la anterior en la jerarquía continental.
Con todo, y pese a que la acumulación de talento en la Reprezentacija fue
muy alto, no alcanzó las cotas de excelencia, cuasi extraterrenales, de la última
Yugoslavia unificada. Muchos nombres repetían en ambos combinados, pero el
indiscutible peso de las ausencias (sobre todo croatas) y el notable descenso de
calidad en los jugadores del banquillo eran argumentos lo suficientemente sóli-
dos como para realizar dicha afirmación. Lo que no evitó que, en el nuevo mapa
baloncestístico creado tras la división de las dos potencias del Este de Europa, la
Yugoslavia serbomontenegrina se erigiera en dominadora de los torneos de selec-
ciones. Al gran caudal de talento que atesoraba en sus filas se unió un aspecto
que devino decisivo: después de tres años excluidos de las diferentes competicio-
nes, y con el añadido de sentirse vilipendiados por la opinión pública a causa del o
o
conflicto bélico de los Balcanes, la voracidad competitiva de un grupo de juga- <l
Ci'.i
dores ya de por sí extremadamente destacado en ese aspecto derivó en un fuerte 2
u<
sentimiento reivindicativo. Personal y nacional. La selección yugoslava defendía
el orgullo de un pueblo que había salido perdedor de una guerra, que había sido o
2
demonizado por los actos de su clase política dirigente. Si el baloncesto por UJ
I
sel~cciones representa la identificación de una nación en un grupo de deportis- o
2
tas, pocos combinados han sentido que personificaban a todo un país como la o
Yugoslavia de este periodo. Anhelaban demostrar que aún eran los mejores. Sin >-
lugar a dudas, el elevado grado de compromiso y motivación de las estrellas
485
yugoslavas para con su selección fue una de las grandes claves de los éxitos de
mediados de los noventa.
Pero, de igual manera que ·sucedió con Croacia, el relevo generacional a
los jugadores formados en la vieja Yugoslavia no fue sencillo. En el ámbito polí-
tico y social, el panorama había cambiado de manera radical. El socialismo ya
1 era historia, y de su mano se fue no sólo un modelo de organización política,
sino un modo de vida, un sistema educativo, unas costumbres y unos valores
que habían caracterizado a los yugoslavos durante medio siglo. La guerra trajo
1 consigo la pobreza extrema en muchos sectores de la población. Al inevitable
 peregrinaje de multitud de serbios hacia zonas más tranquilas se unió, lógica- Pesic quince años atrás. Antes del partido de cuartos de final ante Estados Uni-
mente, la falta de normalidad en la formación y desarrollo de los deportistas, dos, el técnico excluyó del equipo a Vladimir Radmanovic, que vio el resto del
con las inevitables trabas que supone un conflicto bélico en la rutina diaria de torneo desde las gradas. En ese momento, el observador no fue consciente de
los ciudadanos. Pese a ello, la transición deportiva de la selección no fue tan que algo estaba cambiando.
traumática como en otras repúblicas. Disponer de referentes que permanecieron El flojo papel del Europeo de Suecia en 2003 fue achacado al menor
en el núcleo del equipo durante bastantes años, ejerciendo de eslabón entre talento del que dispuso Dusko Vujosevic, el nuevo seleccionador, en su convoca-
generaciones, permitió alargar el periodo de bonanza. De esta manera, en el toria. En los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, ciudad talismán de Yugoslavia
Mundial'98, con Bodiroga, Rebraca y Sasha Obradovic -tres hombres que habí- debido a los triunfos del 95 y 98, la Reprezentacijtz ocupó el último lugar del
an llegado a participar en la antigua liga yugoslava-, y bajo el liderazgo moral de campeonato en el retorno de Zeljko Obradovic al banquillo balcánico. La sor-
Aleksandar Djordjevic, los nuevos valores serbomontenegrinos se alzaron, de presa fue mayúscula, pero la selección aún no había tocado fondo. Lo haría doce
forma agónica, con el título. Pero la sensación de superioridad era cada vez meses después. Si Atenas era considerada poco menos que amuleto de la suerte,
menor y el equipo fue perdiendo potencial con el goteo de retiradas. El Euro- el Eurobasket de 2005 se iba a celebrar en Belgrado. La secuencia no dejaba
basket de Francia'99 trajo consigo el relativo fracaso de una medalla de bronce. lugar a la duda: Europeo de Belgrado'61, Mundial de Liubliana'70, Europeo de
La línea descendente continuó en los Juegos Olímpicos de 2000, en los que Belgrado'75, Europeo de Zagreb'89. La primera medalla de su historia y, poste-
Yugoslavia cayó en cuartos de final ante Lituania. riormente, tres metales dorados. Siempre que Yugoslavia organizaba un torneo,
El KSJ decidió introducir un cambio en la dinámica de la selección. Nom- este finalizaba con un éxito rotundo. La confianza era extrema y los pupilos de
bró seleccionador a alguien que había ejercido un papel muy importante en los Obradovic se postulaban como los grandes favoritos para el triunfo final. No
éxitos de la década de los ochenta: Svetislav Pesic. Con el antiguo seleccionador pasaron de la primera fase. La degradación iniciada en el Mundial de Indianápo-
o
>
<(
júnior en el banquillo y un grupo de jugadores renovado, Yugoslavia triunfó en lis alcanzaba su plenitud de la manera más dolorosa posible. En casa, de manera
_J
(/) el Eurobasket de Turquía en 2001 y en el Mundial de 2002 en Indianápolis.
o(.'.J inesperada y con un sinfín de polémicas, peleas entre jugadores y falta de com-
Este último torneo resultó el canto del cisne del viejo baloncesto yugoslavo. Fue
::i promiso de varios miembros del equipo. El kosarka se echaba las manos sobre la
>- la última medalla de una selección que portase ese nombre, pero más allá de ese cabeza. Aunque se observaban síntomas, ni el más pesimista podía predecir una
º
r-
(/)
llJ
detalle, simbolizó una ruptura que estallaría de manera definitiva poco después: debacle de tal magnitud.
u la del antiguo y el nuevo sistema. Pese a que el grueso del equipo estaba ya for-
z El Eurobasket de Belgrado supuso la culminación de un largo proceso.
o mado por los niños de la guerra, tanto el técnico como sus principales referentes
_J
<( Con la nueva realidad producida por la escisión, la Reprezentacija había dejado de
O'.l deportivos eran genuinos representantes de la antigua Yugoslavia. Vlade Divac e
_J ser una síntesis del estado de salud del kosarka. El subrepticio descenso del balon-
llJ ejercía de líder en el vestuario, y Bodiroga y Stojakovic marcaban las diferencias
ui cesto yugoslavo no se notó en la selección gracias a la presencia de cienos jugado-
o en la pista. El primero era depositario de la herencia de los Djordjevic, Danilo-
res que retardaron los efectos del nuevo marco en el que vivían Serbia y Monte-
o<(
vic o Paspalj a través de su experiencia compartida en miles de batallas. El segun-
CIJ
oa: negro. Siempre hubo un Djordjevic, un Bodiroga, un Danilovic o un Divac para ¿
do, a pesar de su año de nacimiento, tenía una trayectoria peculiar en compara-
(/)
enseñar el camino a los demás, pero el estado de salud del baloncesto serbomon- ~

o ción a sus compañeros de generación: formado en el Estrella Roja, con quince e:

,z tenegrino no se correspondía con los triunfos y medallas de este periodo.
llJ años entrenaba con el conjunto de Vujosevic, llegando a debutar la temporada :?
::i Los tiempos habían cambiado, que diría Dylan. Las trascendentales trans-
(/)
siguiente en el primer equipo del club de Belgrado. Su marcha al PAOK de Saló-
formaciones sociales rompieron la eficacia de un sistema que ya no podría existir
nica fue tutelada por Dusan lvkovic, en un primer año en el que trabajó con el
486 de la misma manera. La pérdida de potencial se vio reflejada en diversos aspec-
equipo sin poder jugar hasta que se tramitase su nacionalización. Habiendo des- 487
tos. Por un lado, las posibilidades de un país de 22 millones de habitantes no
tacado desde bien joven en una liga potente como la griega, tanto sus maestros
podían ser las mismas que las de uno de 8, una obviedad que no dejaba de ser
como su experiencia deportiva se emparentaba más con la de los jugadores de
dolorosamente cierta. Pero, en el caso de Serbia, no se pueden restringir los
antaño que con la de sus coetáneos.
motivos a la reducción de material humano. Históricamente, los dos grandes
Con Divac, Bodiroga y el propio Stojakovic al frente, Yugoslavia consi-
ciclos dominantes de la selección yugoslava habían sido previamente anunciados
guió imponerse en el Mundial de Indianápolis, venciendo en una memorable
con un monopolio total en los torneos de categorías inferiores. En la primera
final a la pujante Argentina. Pero el campeonato no fue un camino de rosas, y
mitad de la década de los setenta, los cachorros yugoslavos levantaron tres cam-
las derrotas ante España y Puerto Rico acabaron por sacar a la luz los problemas
peonatos de Europa júniors consecutivos, además de uno juvenil. Esos niños
que ocasionaba un grupo de jugadores muy diferentes a los que había entrenado
hicieron lo propio cuando se convirtieron en hombres. En los ochenta, el impac-
1

j
 to fue todavía mayor: tres campeonatos juveniles y dos júniors sucesivamente,
estableciendo los cimientos de la fortaleza construida en el último trienio dora-
do y, más aún, del primer trienio de la Yugoslavia de Serbia y Montenegro. En la
década de los noventa e inicio del nuevo milenio, y a pesar de la disgregación,
los jóvenes serbios también habían logrado acaparar los campeonatos de forma-
ción, de una manera más intensa si cabe: cuatro entorchados juveniles consecu-
tivos, los cuatro primeros en los que pudieron participar después de las sancio-
nes deportivas. El problema no residió, pues, en que la cantera serbia no
produjese talentos, ya que, a excepción del periodo bélico, la mayoría de maes-
tros formadores continuaron trabajando con normalidad con los nuevos proyec-
tos, que se mostraban tan competitivos a edades tempranas como sus anteceso-
res. La ruptura con el pasado se producía después: una liga menos potente, el
descenso de la calidad media de los jugadores participantes y una drástica reduc-
ción de los entrenadores de prestigio. El engranaje de la lnteligencija no podía
funcionar como en el pasado. Las consecuencias se tenían que ver reflejadas, con
el tiempo, sobre todo el kosarka y su Reprezentacija.
El enorme alcance de los cambios se manifestó poco a poco en el perfil de
los nuevos talentos serbomontenegrinos, tanto en el aspecto técnico como en el
o agonizar quince años atrás y aquel Eurobasket certificó su defunción definitiva.
>
<(
mental. Está tan comúnmente aceptado que Serbia continuó creando grandes
_J
(f) baloncestistas como que no alcanzaron las cotas de excelencia y genialidad de
o(.!J
sus predecesores. Pese a que las dificultades expuestas devenían en claros condi-
::>
>- cionantes, no es menos cierto que el jugador tipo que fue apareciendo era tam-
º
1-
(f) bién producto de la filosofía adoptada por muchos entrenadores serbios: la
LlJ
u expansión de un juego mucho más controlado y sistematizado, que dejaba
z funcionamiento coral, pero no tan sólo eso. También impidió la realización de
o
_J menos espacio a la libertad individual, tuvo que incidir de manera forzosa en el
<(
co desarrollo de los jugadores. La nueva generación estaba repleta de hombres téc-
_J
LlJ nicamente muy completos, sin los destellos ni la enorme capacidad de improvi-
C/Í
o sación típica del baloncestista balcánico, pero, en general, con una mayor soli-
o pos pretéritos por la selección de la URSS, los Boston Celtics o el Real Madrid
<(
CCl
dez defensiva y fortaleza física. En el plano técnico, el kosarka creó, ni más ni
oo: menos, la tipología de jugador que se adecuaba al estilo impuesto en Europa por
(f)
o sus más reputados técnicos. Quizá fue justamente al revés, como defienden algu-
•Z
LlJ nos de los propios protagonistas. La pescadilla que se muerde la cola. Pero no es
::>
(f)
objetivo hacer un repaso a los factores que influyeron en el proceso y alegar que
todos son externos, sin dejar lugar a la autocrítica. Ni un solo jugador aparecido
488
en este periodo se pudo equiparar a las grandes estrellas anteriores, y en este
fenómeno la influencia de los entrenadores también tuvo su importancia, como
así había sido siempre.
La otra gran transformación poco tuvo que ver con los fundamentos téc-
nicos. Y resultó mucho más visible para el espectador. La organización política y
educativa había sido un activo sustancial en la peculiaridad de los jugadores
yugoslavos. Un activo, como otros que caracterizaban a los países del Este, que
no podía quedar intacto tras acontecimientos tan trascendentales como la caída
del telón de acero y el posterior proceso globalizador que abarcó todos los rinco-
l
nes del planeta. Con la nueva situación política y social, la mentalidad y valores
de los jóvenes balcánicos distaba mucho de la disciplina impuesta en la etapa
comunista. Un ciudadano serbio de finales de siglo no difería demasiado, en for-
mación o rutina, del de cualquier otro país. El cambio de perspectiva fue evi-
dente. La búsqueda del dinero rápido se convirtió en moneda común en la carre-
ra de muchos jugadores. Una menor voluntad de sacrificio, añadida a la pérdida
de disciplina colectiva, acabó perfilando un arquetipo de jugador que rompía
bruscamente con las costumbres del antiguo sistema. En todas las sociedades y
culturas, la anterior generación se lamenta de la pérdida de valores de los más
jóvenes, en un fenómeno repetido hasta la saciedad a lo largo de los siglos. En el
caso yugoslavo, la grieta fue real y traumática. La crisis en la confrontación de
ambas realidades se plasmó con crudeza en la Reprezentacija: dos técnicos de la
vieja escuela, Svetislav Pesic y Zeljko Obradovic, chocaron de manera virulenta
con la nueva situación. El primero fue capaz de reconducir al grupo gracias a la
exclusión de jugadores y al liderazgo de los cldsicos Divac, Bodiroga y Stojakovic.
El segundo no pudo evitar que el Europeo de Belgrado se convirtiese en metáfo-
ra del nuevo orden, con peleas entre jugadores, egoísmo dentro y fuera de la
pista y malos resultados. Bodiroga estaba demasiado solo. Un sistema empezó a
DE SUEÑOS ROBADOS...
La disgregación de Yugoslavia puso punto y final a una compleja estructura de
oo
una anomalía deportiva que tuvo altos visos de probabilidad: la existencia de '.::!
co
una hegemonía que se alargase en el tiempo por tres lustros consecutivos. Con la 2::
<(
expansión y globalización de la práctica deportiva, la tiranía impuesta en tiem- u
UJ
o
2::
se _convirtieron en exóticos recuerdos de un mundo muy diferente. El salto cua- LlJ
I
litativo no se limitó al baloncesto, sino que se extendió a cualquier deporte que o
2::
contase con un alto número de participantes. En plena era de la globalización, 'ºu
>-
resulta impensable que un país monopolice muchos torneos sucesivos y que lo
haga, además, con diferentes generaciones.
489
Yugoslavia tuvo en su mano todos los mimbres para negar esa afirmación.
Teniendo en cuenta el papel de Croacia en el periodo 92-94 y que Serbia y Mon-
tenegro ganó casi todos los campeonatos disputados entre 1995 y 1998, se anto-
ja más que factible que si hubiesen competido como un solo país ningún combi-
nado europeo les hubiese podido hacer frente. La juventud de la Reprezentacija
en el año 91 era un buen indicador al respecto. Algo similar, si bien no tan evi-
dente, sucede con los torneos que abarcan desde 1999 al 2002. La victoria ser-
bomontenegrina en los dos últimos años, añadido al incremento de potencial
del que hubiese dispuesto en el Eurobasket de Francia y los JJOO de Sidney con
 ,..,,
los Smodis, Nesterovic, Kukoc, Radja o Vujcic, llevan a plantearse que la selec-
ción balcánica estuvo sorprendentemente cerca de dejar atrás a todos sus rivales
continentales desde 1989 a 2002. Más aún si pensamos que el kosarka era
mucho más que la suma aritmética de sus repúblicas y que la competitividad
imperante en una Yugoslavia unificada hubiese incrementado el nivel de los
jugadores aparecidos en esa época. Como son sólo suposiciones, no es cuestión
de defender algo que es indemostrable. El espíritu de la aseveración es lo más
significativo. Resulta indiferente que en un torneo concreto no hubiese podido
alzarse con el triunfo. El mero hecho de valorar como posible que Yugoslavia ~e
impusiese en la práctica totalidad de competiciones es ya de por sí un pensa-
miento que produce vértigo. El baloncesto europeo hubiese sido muy diferente,
y las consecuencias, difíciles de adivinar.
Los años 92, 94 y 2000 constituyen la gran incógnita para enlazar un
dominio global. En el marco europeo, la extrapolación de argumentos, calidades
y trayectoria de los protagonistas hacen que imaginar el panorama sea sencillo.
Pero la eterna duda es si Yugoslavia hubiese podido superar a los jugadores pro-
fesionales de Estados Unidos. El gran objetivo que tenía en mente la lnteligenci-
ja tras eclipsar a los combinados universitarios y una pregunta cuya respuesta
o
> nunca pudo llegar a comprobar.
::í Con el promedio de edad de la Reprezentacija, la gran oportunidad en el
(/')
o No sé. Ese fue el único Dream Team. Eran los primeros juegos en los que los
(!) horizonte se vislumbraba en Belgrado o Adama. La Federación Yugoslava no
::::::>
>- realizaba movimientos al azar, y su intención de organizar el Mundial de 1994
º
1-
(/')
w
fue un aviso para navegantes: la pretensión era coronar a la selección dorada
u como la mejor del mundo. El simbolismo de un .torneo en casa había sido muy
z duelo, Svetislav Pesic, se sitúa en una posición intermedia. El viejo mentor de la
o fuerte a lo largo de la historia del kosarka. Por su parte, el técnico de los júniors
...1
<(
aJ de oro de Bormio, Svetislav Pesic, siempre creyó que el momento de dar el golpe
...1
w con aquella generación de jugadores tenía su día D y hora H en los Juegos Olím-
u)
o picos de 1996, emulando al fantástico grupo de los setenta, pero, para que no
o<(
aJ
quedasen dudas esta vez, sometiendo al baloncesto estadounidense. Profesional,
oa: para más señas.
(/')
o La precocidad de los logros de la selección absoluta hizo que el mundo del
,z
w
:::>
baloncesto girase los ojos con interés ante un posible enfrentamiento ya en Bar-
(/')
celona'92. A pesar de la inusitada madurez que mostraba un equipo jovencísi-
mo, quizá parecía demasiado pronto. Algunos de los últimos talentos no había
490
alcanzado aún su mejor rendimiento a inicios de década y, al igual que sucedió
con la gira de escuela por los Estados Unidos, se necesitaba un tiempo de adap-
tación al juego de los profesionales estadounidenses. La experiencia dictaba que
los primeros enfrentamientos contra universitarios se saldaron con contunden-
tes derrotas décadas atrás, hasta que el kosarka se amoldó al nivel de exigencia.
Una situación parecida se esbozaba en el temprano verano del 92, con pocos
yugoslavos participando en la NBA y sin experiencias previas en choques contra
equipos formados por estrellas de esa liga. Además, la excepcionalidad -en todos
los sentidos- de un equipo irrepetible por calidad y momento histórico como
~ j
1
' fue aquel Dream Team añadía dificultades a una tarea ya de por sí heroica.
¿Demasiado hasta para los irreverentes yugoslavos? No hay unanimidad en la
valoración, aunque hay quienes creían que los tiempos eran los adecuados.
Dusan lvkovic es uno de ellos: "Aquel era nuestro objetivo. Alcanzar el oro en
Barcelona", declaraba en una entrevista concedida a la página web Sports ka Cen-
tra/a en diciembre de 2008. "Y estábamos en el camino correcto. Nuestro equi-
po era sensacional. Yo pensaba que ya estábamos listos para el choque más gran-
de, el que disputaríamos contra los americanos en las Olimpiadas. Durante
años, habíamos estado preparándonos, habíamos organizado las giras de
noviembre, y llegó un momento en que habíamos superado nuestro objetivo de
desarrollo y nos habíamos adaptado a su estilo. No quiero parecer arrogante,
pero estoy bastante seguro que nosotros habríamos derrotado a ese Dream Team
que no fue, en mi opinión, el mejor equipo americano".
Su técnico asistente y sucesor en el cargo, Zeljko Obradovic, se muestra
más dubitativo. La capacidad de la selección yugoslava no es puesta en entredi-
cho, pero el de Cacak piensa que no se trataba sólo de una cuestión de calidad
pura, un aspecto ya de por sí extremadamente difícil de igualar con los america-
nos: "Evidentemente, la selección yugoslava del 91 era mejor que la que yo
entrené en el 95. Claro, estaban todos. Pero con el Dream Team en Barcelona ...
profesionales de la NBA decidieron participar. Habían llegado a un acuerdo con
la FIBA. Con todo lo que se hizo para que viniesen, ¿alguien los hubiese podido
ganar?". Otro hombre que conocía muy bien a los hipotéticos protagonistas del
generación de Bormio cree que el enfrentamiento del 92 hubiese sido muy abier- ~
o
to: "Estados Unidos fue con los mejores: Jordan, Magic ... Pero Yugoslavia, con <X:
Petrovic, Divac, Kukoc, con todos, también era un enorme equipo. Croacia ~
<l.
jugó la final y la primera parte fue igualada. Yo creo que es un indicio de que si u
(f';
Yugoslavia hubiese participado, y con una buena preparación, jugándose en Bar- '-'
~
w
celona y con reglas FIBA, hubiese tenido opciones. No se puede saber con segu- I
ridad, claro, pero el mundo perdió la posibilidad de ver cuál era la diferencia en o
~
aquel momento entre EE.UU. y el mejor equipo del resto del mundo". o
u
Barcelona era la inminente cita que pondría a prueba la consistencia del >-
avance balcánico, pero no la única. En el camino hacia su objetivo final, los
491
yugoslavos hubiesen gozado de otras dos oportunidades en el Mundial de 1994
y los Juegos de 1996. La primera fecha contaba con la ventaja de que el torneo
se hubiese disputado en tierras yugoslavas, y la segunda, de un mayor grado de
experiencia y aclimatación a las características de los profesionales. Aquella era la
gran ilusión que tenía en mente Svetislav Pesic para aquellos chicos a los que
entrenó durante tres veranos. Una utopía de la que serían protagonistas los doce
hombres cuyas reseñas biográficas se han ido introduciendo a lo largo de estas
páginas, y que no han pretendido entorpecer la lectura, sino cobrar ahora pleno
sentido. Fuese cual fuese el campeonato y coyuntura ideales, lo cierto es que la
 ....,.
gran mayoría de esa docena de jugadores alcanzó su madurez durante el trienio
• Djordjevic sólo puede hacer referencia a la que efectivamente se enfrentó a los
94-96, a excepción de un Drazen Petrovic al que la carretera cercenó una carrera
aún en franca progresión.
Y el deseado enfrentamiento llegó. La final de los Juegos Olímpicos de
Adama tuvo a Yugoslavia y Estados Unidos de protagonistas.
Pero muchas cosas habían cambiado ya. Cinco jugadores de la hipotética
Reprezentacija -Djordjevic, Danilovic, Bodiroga, Paspalj y Divac- estaban pre-
sentes, y no fueron seis porque la lesión sufrida en semifinales apartó a Zoran
Savic del partido más importante de su carrera. Media plantilla, con la duda de si
Rebraca hubiese entrado en el combinado o lo hubiese hecho un mucho más
veterano Stojan Vrankovic. Trayectorias que se cruzaban en direcciones opuestas
en ese momento. Los serbomontenegrinos aguantaron treinta minutos por
delante en el marcador, con un equipo no demasiado largo cuyas rotaciones dis-
minuían considerablemente la calidad sobre la pista. La baja de Savic mermaba
aún más al núcleo básico, pero el acierto de Djordjevic, Bodiroga y un excelso
Zarko Paspalj mantuvieron abierto el encuentro hasta que la eliminación por fal-
tas de Vlade Divac deshiw definitivamente el juego interior de los de Obradovic.
A base de orgullo y valentía, el conjunto yugoslavo había jugado de tú a tú con-
o cerca de su nivel, pero como equipo no podíamos vencerles. Como selección,
>
<(
tra los estadounidenses, pero la diferencia de potencial era muy grande. Los
_J
(/) inconvenientes derivados por las personales o lesiones no hubiesen sido tan
o(.'.J
importantes en una selección de las seis repúblicas, con jugadores de enorme sol-
:J
>- vencia y, muchos de ellos, experiencia NBA. "Diga lo que diga ahora, ¿de qué
º
f-
(/)
w
vale? Yo tenía por dentro a Divac, a Savic y a un Rebraca muy joven que empeza-
u ba a jugar con la selección, eran sus primeros Juegos Olímpicos. La baja de Savic
z e
o
_J para ese partido y la eliminación de Divac fueron demasiado. Te puedes imagi-
<(
c:o nar si hubiéramos tenido a un Radja. O a Petrovic, Kukoc, Zdovc, Komazec,
_J
w Vrankovic ... Es muy diferente. ¿Hasta qué nivel? Nosotros aguantamos treinta
rJ)
o minutos, hasta la quinta falta de Divac ... Pero fue así. Nuestra auténtica final no
o '-'
<( fue esa, fue el partido de semifinales contra Lituania", recuerda Obradovic. Un
c:o
oo: comentario, el de que la auténtica final ya se había disputado, que corrobora Pre-
(/)
o drag Danilovic: "Llegamos a la final, y la jugamos sin la presión de vencer".
,z
w En una selección de la antigua Yugoslavia, la confianza y autoexigencia
:J
(/)
ante el gran reto posiblemente hubiese sido mucho mayor. El razonamiento es
lógico: la nueva Yugoslavia de Serbia y Montenegro vivió el Eurobasket de 1995
492
y los Juegos de 1996 como una gran oportunidad de reivindicación nacional. A
su manera, las dos primeras medallas y un éxito histórico en sí mismo. Pero, con
la trayectoria que llevaba la anterior Reprezentacija, volver a demostrar que eran
el mejor conjunto europeo difícilmente hubiese colmado las aspiraciones en
1996. El desafío deportivo alcanzaba grado quimérico. La gran motivación, el
reto en el horizonte, el día D y la hora H. Tras todas las barreras derribadas por
aquel grupo sólo faltaban los profesionales de la NBA.
Se trata de dos Yugoslavias diferentes, dos equipos de talento desigual, dos
momentos históricos muy diversos. Nada de aquello fue posible. Por eso Sasha
1
1
J
estadounidenses en Adama: "Había gente en el equipo que creía que se les podía
ganar, pero no todos". Y es que la selección de Serbia y Montenegro ya no for-
maba un combinado de doce dominadores del baloncesto continental. El técni-
co de aquella selección, Zejko Obradovic, ahonda en el partido que sí llegó a
dirigir. El real. "Nosotros salimos para intentar ganar. Siempre lo hacíamos,
aunque teníamos menos potencial que ellos, especialmente cuando hacíamos
cambios. Pero en ese partido jugó David Robinson, y lo hizo muy bien. Shaqui-
lle jugó muy poco. Y yo había preparado al equipo tácticamente pensando que
O'Neal jugaría. Sobre todo en nuestro ataque, porque sabíamos que le costaba
defender fuera las situaciones de pick&roll y queríamos aprovecharnos de sus
problemas para hacer la ayuda. Pero jugó Robinson y lo hizo de maravilla".
Sea como sea, con la escisión del país y, con ella, la del baloncesto yugos-
lavo, el partido soñado por la !nteligencija nunca se llegó a disputar. Un sueño
robado. La duda permanecerá para siempre en la mente de muchos de los prota-
gonistas del kosarka. El eterno Ranko Zeravica, un profundo conocedor del
baloncesto estadounidense, hace una valoración general de la situación histórica
de ambos baloncestos, yugoslavo y americano: "El baloncesto yugoslavo estaba
como equipo, era muy difícil que les hubiésemos ganado si ambos estábamos al
cien por cien. Ellos lo pueden hacer mucho mejor de lo que lo hacen normal-
mente, pero no tienen interés. A lo largo de la historia, siempre que les había-
mos ganado era porque aprovechamos su poca preparación". Pero la poca prepa-
ración formaba parte de la idiosincrasia de la selección estadounidense, y como
tal era un argumento a tener en cuenta: "En 1991 coincidí con Chuck Daly, el o
<(
entrenador de la selección americana, en un torneo en Puerto Rico. Me pregun- :e
2
tó cuál era el sitio ideal para realizar la concentración cerca de España. Le envié <(
u
una carta y le argumenté mi sugerencia: Andorra, ya que no habrá demasiada (}";
prensa, hay buenas instalaciones, es un sitio en que los jugadores se podrán cen- 2w
trar en el baloncesto ... Poco tiempo después, me contestó: 'Muchas gracias por I
su ayuda, pero los jugadores prefieren ... Montecarlo"'. Zeravica ríe al recordar o
2
la anécdota y continúa: "Lógicamente, en esos aspectos poseíamos ventaja, y es o
u
>-
gracias a esas cosas como hubiésemos podido competir contra ellos. En Europa,
en aquella época, nos tomábamos el baloncesto de selecciones de una manera
493
mucho más seria. Pero los americanos son muy, muy fuertes".
Predrag Danilovic se enfrentó al combinado de los Juegos de Adama y,
presumiblemente, hubiese sido uno de los integrantes de la selección plavi en
Barcelona. El escolta de Sarajevo, sin entrar en aspectos externos a la pista, cali-
bra las dificultades del reto y muestra su escepticismo, no tan sólo ante la idea de
imponerse al primer Dream Team, sino a su sucesor olímpico: "Yo no creo que
les hubiésemos podido vencer con una selección de la antigua Yugoslavia. Éra-
mos muy buenos, muy fuertes, pero creo que no podíamos jugar al mismo nivel
que los norteamericanos, que llevaban a los mejores jugadores de la NBA: Sha-

quille, Olajuwon ... Todos los jugadores de EE.UU. eran auténticas estrellas. Yo
creo que no podíamos. Ni Serbia ni Yugoslavia. Se podía jugar y competir, pero
al final. .. ". El croata Neven Spahija, por su parte, diferencia claramente las
opciones de batir al equipo de los Juegos Olímpicos de Barcelona de las de con-
seguirlo con versiones posteriores: "Al Dream Team no se le hubiera ganado.
Aquel fue el último equipo estadounidense donde cada uno de sus miembros
tenía el conocimiento del juego y el talento. Desde el primer al último hombre.
A los otros, creo que Yugoslavia sí los podría haber derrotado". Una reflexión
casi idéntica a la de Dino Radja, uno de los pocos jugadores que se enfrentó a la
selección estadounidense en Barcelona, Toronto y Adama, y que conoció las
interioridades de la liga profesional tras pasar cuatro temporadas enrolado en las
filas de los Boston Celtics: "Contra el equipo original no se podía, porque eran
demasiado fuertes. Pero después, ya en Toronto, no sé ... Tú imagina a una
escuadra de la ex Yugoslavia. Es más fuerte que Argentina o España, que luego
han competido contra EE.UU. Después del Dream Team, aquella Yugoslavia era
el equipo más fuerte que ha habido. Creo que sí existían opciones", argumenta
el antiguo pívot internacional.
o Su entrenador en Split, Bozidar Maljkovic, cree que, en todo caso, se tra-
>
<( taba de un duelo equilibrado: "Nuestra selección podía jugar muy bien, aunque
_J
(f)
o los americanos eran más fuertes que nosotros". Y esboza una idea que siempre le
<.:J ha rondado la cabeza: "Lo he dicho muchas veces. A mí me gustaría entrenar a
:::J
>- una selección de la antigua Yugoslavia, jugar cinco partidos en Europa, en nues-
º
t-
(f)
LU
tro país, con nuestras reglas, y jugar después cinco en Estados Unidos. Siempre
u he creído que ganaríamos casi la mitad de las veces, especialmente aquí". ¿Como
z
o
_J en el Mundial de Belgrado'94?
<(
en La incógnita permanecerá para siempre en las elucubraciones de cualquier
_J
w
u)
aficionado al deporte de la canasta y, por ende, en las de aquellos que de uno u
o otro modo formaban parte de una revolución largamente anunciada. El sueño
o (f)
<(
(l) yugoslavo de intentar el asalto al poder nunca se pudo cumplir. Svetislav Pesic,
oa:
que en el Mundial de lndianápolis consiguió ser el primer técnico en eliminar a
u;
o una selección profesional de Estados Unidos, muestra su tristeza al rememorar
,z
w una vieja ilusión: "Hubiese sido la prueba definitiva para una generación de
:::J
(/)
jugadores fantástica. La mejor de la historia de Yugoslavia". Casualidades del
destino, en aquella victoria en lndianápolis Vlade Divac era el pívot titular de la
494
selección yugoslava y Larry Brown el entrenador de los estadounidenses, reme-
morando viejas fragancias del verano de 1987. Pero no era la misma generación,
ni el mismo país.
... A LA DURA REALIDAD
La realidad del baloncesto de las repúblicas ex yugoslavas poco tuvo que ver con
duelos en la cumbre luchando por la hegemonía mundial. La guerra trajo consi-
,.
• go innumerables dramas humanos, rupturas personales y un odio irracional que
llenó las páginas de los periódicos de medio mundo. Lógicamente, esa situación
influyó en el progreso del kosarka en los países afectados: "El estado actual del
kosarka es la consecuencia de todo lo que sucedió en la ex Yugoslavia, con san-
ciones, bombardeos, al margen de problemas económicos. Se perdieron algunas
generaciones porque era imposible mantener el trabajo, tener la misma mentali-
dad y disposición de siempre. Los jugadores trabajaban, pero fue muy difícil
para los que vivieron aquello", opina Dusko lvanovic. Las consecuencias afecta-
ron en muy distintos ámbitos, como describe Maljkovic: "En Serbia, por razo-
nes de la guerra, perdimos a unos cuarenta jugadores con pasaporte falso". La
desbandada fue absoluta en la Yugoslavia de Serbia y Montenegro: "En aquella
época, los jugadores aceptaban cualquier oferta para ir al extranjero, siendo jóve-
nes aún no desarrollados y sin experiencia en juego sénior. Se iban a otros países,
donde no se trabajaba como en la antigua Yugoslavia, países donde no se da
tanta importancia a un jugador joven, no se le daba tiempo para perder partidos
ni de madurar de manera fuerte para después ser un gran jugador. Creo que es la
razón de que se perdieran jugadores con mucho talento", explica Dusko Ivano-
vic. Los argumentos son compartidos por la totalidad de los cuestionados, como
Svetislav Pesic: "La crisis económica, el cambio en el estilo de vida, la situación
social en todas las repúblicas, y especialmente en Serbia a raíz del bloqueo ...
Con esta situación era muy difícil. Y hubo problemas específicos, pues los mejo-
res jugadores y entrenadores dejaron el país. No quedó ninguno para mejorar el
nivel del kosarka, no había suficiente dinero para poder aplicar las condiciones
del baloncesto moderno como sí hicieron en Italia, España, Alemania o Francia.
La conjugación de todo ello derivó en que no pudiésemos mejorar a los diferentes o
o
talentos que surgían en Serbia, como sí se hizo en los cuarenta años anteriores". 3
(l)
Poco a poco, las cosas se fueron calmando a nivel social y los nuevos paí- ::2'.
<(
ses fueron transitando hacia la normalidad. En el kosarka un nuevo orden, muy u
diferente, surgió del caos. El viejo sistema ya no era válido, pues se habían pro- o
::2'.
du~ido grandes cambios en la sociedad. Aunque la problemática de cada uno de w
I
sus baloncestos tenía características propias, muchos de los obstáculos fueron o
::2'.
comunes. Por un lado, la constatación de que no aparecen tantas estrellas como 'ºu
en los años ochenta. "Bueno, es que antes teníamos 22 millones de habitantes y >-
ahora sólo 6", comenta Bozidar Maljkovic al respecto de Serbia. El croata Petar
495
Skansi reflexiona: "En Yugoslavia teníamos la idea de que éramos un país peque-
ño que rompía el estatus de los grandes países, ya que competíamos con la URSS
y Estados Unidos, que tenían 150 millones de habitantes. Pero, mirando en el
presente, la Eslovenia de los 2 millones, la Croacia de 4 millones o la Serbia de 8
todavía plantan cara a Rusia o EE.UU. Una nación como Yugoslavia, de 22
millones de habitantes, era pequeña ... Pero ahora sí que somos realmente muy
pequeños". También Neven Spahija cree que cualquier valoración sobre los dife-
rentes kosarkas han de tener en cuenta ese aspecto: "Si tú pones a los dos mejores
jugadores de las seis o siete selecciones de la ex Yugoslavia en un solo equipo,
 continúa saliendo un equipo muy fuerte. Pero ahora todos necesitamos a doce
..
4
para formar cualquier selección. Ninguna de las potencias actuales puede hacer
seis o siete equipos diferentes que sean capaces de competir al más alto nivel",
explica el técnico croata.
Pero no se puede reducir los grandes cambios observados al mero hecho
de la disminución de material humano. El que no surgieran jugadores de tanta
calidad como antaño insinúa transformaciones mucho más profundas. "Actual-
mente, los jugadores trabajan menos, mucho menos. Tanto en mi generación,
como en la posterior de los años setenta con Kicanovic, Jerkov y compañía, o en
la de los ochenta con Petrovic, Kukoc y demás, trabajábamos mucho más. Está-
bamos muy arriba y creíamos que podíamos ser los mejores del mundo", opina
Petar Skansi, un dictamen con el que está de acuerdo otro insigne miembro de
la Jugoplastika, Dino Radja: "Antes se trabajaba muchísimo más. Hoy las sesio-
nes de entrenamiento duran una hora y media, y eso no es correcto. En aquel
tiempo estábamos mucho más tiempo, dos o tres horas. El talento por sí solo no
vale nada. Nunca. Sin trabajo ... Entre un jugador que sea un 90% de talento y
un 10% de trabajo y otro con un 10% de talento y un 90% de trabajo, siempre
escogeré al segundo. Porque el jugador que trabaja siempre va hacia arriba. El
o
> jugador que sólo tiene talento te puede hacer un gran partido, pero luego ... Y
::í
(j) actualmente no se trabaja tanto", explica Dino.
o(.!J
Que la rutina de los deportistas no es tan intensa como la de décadas atrás
:::>
>- es un argumento sostenido por la mayoría de ex jugadores y entrenadores. Una
º
1-
(j)
UJ
cuestión que va más allá de las sesiones de entrenamiento: "En las pistas que hay
u al aire libre en Nuevo Belgrado nadie juega. Nosotros mejorábamos disputando
z
o tres contra tres fuera de los entrenamientos. Cuando acabábamos los campeona-
....J
<(
a::i tos, íbamos y jugábamos tres contra tres. Siendo profesionales. Y no sólo en las
....J
UJ
pistas, también lo hacíamos en asfalto. No podíamos estar ni cinco días sin jugar.
u)
o Hoy en día, un chico de 14 años no quiere jugar ni en el asfalto ni en el campo.
Cl
<( Si no tiene su parquet, no juega", explica Drazen Dalipagic. "Se aprende mucho
a::i
oa: practicando tres contra tres. Y los jugadores se hacen fuera del pabellón", corro-
(j)
o bora Bozidar Maljkovic. En ese aspecto de la práctica al margen de los entrena-
•Z
UJ
:::>
mientos organizados, la responsabilidad no es tan sólo de los jugadores: "Si
(j)
entrenas solo, te puedes formar mucho mejor. Pero, en la actualidad, hay entre-
nadores en Serbia que no dan permiso para jugar el tres contra tres, que a mí me
496
parece una de las mejores maneras de adquirir experiencia y conocimiento del
juego. No quieren porque es algo que no está bajo su control, para poder desta-
car su propia importancia... Lo he hablado con nuestros entrenadores en los dos
últimos años: eso no puede ser", comenta Ranko Zeravica.
El propio Zeravica introduce un elemento de autocrítica en un factor que
resultó capital en el antiguo sistema yugoslavo: "Actualmente tenemos muy bue-
nos métodos de entrenamiento. El problema es que hay poca selección. Van
saliendo buenos jugadores porque hay muchos. Pero hemos perdido un poco las
reglas de Selekcija, no hacemos nada por mejorar un proceso que es vital. Pienso
que hemos abandonado algo tan importante como la selección". Drazen Dalipa-
gic hace referencia a un concepto parecido, pero desde otra perspectiva: "Actual-
mente los niños ya no juegan tanto al baloncesto en los parques. En nuestra
época, los entrenadores iban a buscar talentos en cualquier sitio. Los chicos
jugaban al baloncesto en una cancha en la que se jugaba tres contra tres. Si Boza
Maljkovic, por poner un ejemplo, veía a estos chicos, les decía: vente a probar
con mi equipo. En mi caso, Ranko Zeravica me vio cuando jugaba en una plaza
un partido entre la República de Serbia y la de Bosnia. Nadie me conocía. Y me
fichó". Boza Maljkovic, presente en la conversación con Dalipagic, añade: "Ese
es otro elemento importante. Antes no había agentes. Se hablaba con el padre o
con el propio jugador. Ahora hay agentes, muchos. Los jóvenes se han converti-
do en un negocio".
Zeravica no está sentado con su ex jugador ni con su ex asistente, pero sin
saberlo incide en el mismo ejemplo personal expuesto por Dalipagic: "En Serbia
estamos cometiendo una equivocación: nos centramos en Belgrado. Todo es
Belgrado, Belgrado ... Y en Croacia pasa lo mismo con Zagreb. Históricamente,
nuestros mejores jugadores procedían del interior del país, y nuestra federación
no está haciendo nada por ayudar en Cacak, en Kraljevo ... Ahora en la capital
hay dos millones de habitantes y no miran en el interior. Eso es un gran error. Es
necesario potenciar el baloncesto de todo el país". Ranko insiste también en que
el seleccionador ha de ejercer un papel similar al de décadas atrás: "Siempre que
hablo con lvkovic, le digo que tiene que mandar en el baloncesto serbio, no sólo
en la Reprezentacija. Ha de levantar el ánimo de los entrenadores, liderar la labor
de dirección, supervisar la formación de los técnicos y aglutinar las ideas de
éstos ... Él está capacitado para hacerlo y es necesario que sea un líder". ci
o
Por unos motivos u otros, los jugadores que han surgido en los últimos ~
ro
años en las diferentes repúblicas no han alcanzado el brillo y estatus que históri- ~
<t
camente caracterizaron a los principales exponentes de la Escuela Yugoslava. u
U)
Pese a ello, Dusko lvanovic es de los que opina que el trabajo, con la materia o
~
prima concreta de la que dispone cada país, es positivo: "Yo creo que actualmen- Ll.J
I
te también se trabaja mucho. Y se trabaja muy bien en categorías inferiores en la o
~
o
ex Yugoslavia. Hay muchos buenos entrenadores". Tampoco cree Luka Pavice- u
vic, que fue seleccionador sub 20 de Serbia y Montenegro en 2005, que la clave >-
resida en un menor talento o capacidad de trabajo: "Hoy en día se sigue traba-
497
jando muy bien en los campus, pienso que el nivel de entrenadores es bueno,
pero hay falta de competitividad, ya que todas las repúblicas se han separado",
comenta el montenegrino. Neven Spahija alude igualmente a esa circunstancia,
producto de un panorama muy distinto al anterior a 1991: "Yo creo que influye
que hemos perdido la coexistencia. El de la ex Yugoslavia fue un sistema en el
que todas las repúblicas trabajaban juntas, y cuando se rompió Yugoslavia se
rompió el sistema. La mayoría de los entrenadores salen fuera del país y ya no
tenemos la mejor competición nacional para los jóvenes, no tenemos todos los
campus con jugadores de cada república ... Todo eso era muy importante. Ahora

los cadetes de Serbia, Bosnia, Croacia o Eslovenia no juegan ni compiten entre
ellos más que en algún Europeo de la categoría. Antes, durante el año, tenían
muchísimas opciones de entrenar juntos en un campus. Zlatibor, Pula ... La
competición entre los jóvenes era de máxima calidad". El discurso de Aleksan-
dar Petrovic sigue la misma línea que el de su compatriota: "Hay talento, pero
no tanto como antes. El problema es que en un quinteto de una selección cade-
te de hace 25 años, tú metías a cinco chicos y todos tenían mucha calidad, por-
que no es lo mismo encontrar ese talento entre más de 20 millones de habitantes
que en menos de 5. Y ahora, en una selección cadete tú no juntas ese talento, y
el progreso no puede ser el mismo".
El decaimiento de la competencia en comparación al viejo sistema yugos-
lavo, cuyo elevado listón en esa faceta constituyó sin lugar a dudas uno de los
principales motores de la masiva generación de estrellas, emerge como un pro-
blema de fondo de difícil solución. Luka Pacivevic ahonda en un aspecto crucial
de esa pérdida de competencia, y es que no sólo afecta a categorías de forma-
ción, sino también al llegar a sénior: "La liga yugoslava era muy, muy buena, y
ahora hay una liga serbia, una croata ... Actualmente el campeonato no es tan
fuerte. Y se necesita una liga potente para desarrollar buenos jugadores". A pesar
o
de la creación de la liga adriática en 2002, la ausencia de una competición autén-
~
(/') ticamente fuerte es el argumento más repetido. "No salen jugadores de la misma
o(.!J dimensión que antes porque juegan en un baloncesto del nivel de la tercera divi-
::::>
>- sión en España'', afirma Peter Skansi. De nuevo es Pavicevic el que opina: "El
ºw
1-
(/') principal motivo de la pérdida de competitividad es la separación del país. Antes
u eran seis repúblicas. Y todos los demás países avanzan, formando nuevos talen-
z
o tos que compiten al máximo nivel. En la liga ACB, por ejemplo, salen nuevos
...J
<(
o:J jugadores de gran calidad, y los de las nuevas repúblicas no son tan buenos. Pue-
...J
w des ver que muchos son talentosos, pero que no dominan algunos aspectos del
u)
o juego. Para que estos jugadores talentosos crezcan, tendrían que competir en
Cl
<( una liga fuerte. Todos aquellos grandes nombres del pasado habían trabajado
a:l
oa: muy duro, y el paso de buen jugador en categorías inferiores a buen jugador
(/')
o sénior necesita de una competición con un nivel alto. A partir de los 19-20 años,
•Z
w falta el paso definitivo". El antiguo entrenador de Pavicevic, Boza Maljkovic,
::::>
(/')
añade un motivo para el menor desarrollo de los talentos serbios, en cierta mane-
ra ligado al descenso de calidad de la competición doméstica: "Los mejores
498
entrenadores del país están fuera, y no trabajan con nuestros proyectos, como sí
sucedía antes".
Al margen de la menor entidad de las actuales ligas de cada república e,
incluso, de la liga adriática, la mayoría de los cuestionados señalan como clave el
que los jugadores emigren del país a edades muy tempranas, lo que influye en su
progresión. Un fenómeno en claro contraste con lo que sucedía en el baloncesto
de la antigua Yugoslavia, marcando una ruptura con el sistema imperante por
más de cuatro décadas: ''A un jugador bueno lo compran muy rápido; antes
teníamos el límite de edad. Hoy, a los 18 años, y aun antes, ya están fuera",
~
t
comenta Petar Skansi. Su compatriota Jerkov incide igualmente en la misma
cuestión: "Yo jugué diez años en la Jugoplastika antes de ir a la lega. Hoy se van
jugadores sin haber jugado un solo partido con el primer equipo. Es otro siste-
ma. Nosotros nos íbamos cuando estábamos totalmente maduros". Ranko Zera-
vica ofrece datos concretos de Serbia, manifestando su preocupación ante una
tendencia que parece inevitable: "Los jugadores se marchan de nuestros clubes
muy jóvenes. Actualmente tenemos más de 300 jugadores jugando en el extran-
jero. Hubo un año que tuvimos representantes hasta en Corea del Sur y Vene-
zuela. Los padres buscan el dinero desde pequeños, y se van demasiado pronto".
Zeljko Obradovic, siempre expresivo en sus respuestas, se muestra muy vehe-
mente en este asunto: "En Yugoslavia teníamos la generación de Dalipagic, Kica-
1,' novic ... y hasta los 28 no podían salir de allí. Ahora, la situación económica ha
cambiado, los padres quieren que sus hijos salgan cuando tienen 15 años al
extranjero para ganar dinero y tener la posibilidad de vivir una vida normal. Y
esto no ayuda. Se va un chico a no sé dónde y empieza a disponer de coche, chi-
cas ... Y se olvida de trabajar". Aunque más sosegado en su gestualidad, el direc-
tor técnico del Partizan de Belgrado, Predrag Danilovic, coincide con la visión
de su ex compañero y ex entrenador: "El problema está en el paso de júnior a
sénior, pues llegan otros equipos y los fichan, les ofrecen mucho dinero y dejan
de entrenar tanto. Piensan que ya lo han hecho todo. Ese es el periodo en que
muchos jugadores se han perdido: vienen equipos grandes de Europa y se los lle-
van, y para muchos aún es pronto para que lo hagan".
Pero el problema no reside tan sólo en el fichaje por equipos de otros paí-
ses europeos. La omnipresente NBA ha abierto sus puertas a los europeos en la
última década, y los países balcánicos fueron los más afectados por el éxodo de
e
sus jóvenes: "A los buenos jugadores jóvenes vienen a buscarlos de la NBA y se <
van. ¿Qué hubiera hecho yo si el primer año se marchan Kukoc y Radja? Nada",
.. ::=¡
explica Boza Maljkovic. El tema de la liga profesional estadounidense no es del (}')
agrado de la mayoría de técnicos ex yugoslavos, especialmente de los serbios, los o
¿
mayores damnificados por la diáspora: "Hay ejemplos de jugadores que se han w
ido a la NBA, que eran de familia pobre, y cuando se van allí y tienen una vida :i
~
totalmente diferente en todos los sentidos, se vuelven locos. Se dicen: '¿Para qué o
u
quiero trabajar si ya lo he conseguido todo?'. Ganan mucho dinero, no sé, diez >-
millones de dólares por cuatro años, y creen que lo tienen todo en la NBA. No
499
tienen personas cercanas a ellos para que les expliquen y entiendan lo que es la
vida. Porque la persona que lo tiene todo y nace en una familia rica, ¿está prepa-
rada para combatir toda la vida?", se pregunta Obradovic. Su colega Neven Spa-
hi ja cree que no: ''Ahora es el tiempo del dinero. Hoy escuchas las conversacio-
• nes en una comida de una selección juvenil y todos ellos saben perfectamente
cuánto vale cada posición del draft. El dinero que viene a tus manos con 21 o 22
años te mata. El que viene después de un sacrificio, un sufrimiento, vale mucho
más". Indirectamente, Petar Skansi señala también el aspecto del crecimiento
personal: "El ambiente de los equipos era muy diferente en aquel baloncesto.
 Cuando yo entré en la selección había gente de mi club, como Solman o Rato
Trvdic, que te protegían y ayudaban, gente experta. Te ayudaban a crecer como
jugador y como persona".
Los cambios en el kosarka del siglo XXI han sido muy profundos respecto
a la época dorada de Yugoslavia. Y no todos son factores endógenos, sino que la
dinámica actual del baloncesto profesional poco tiene que ver con la de hace dos
décadas, y esa es una cuestión que hay que asumir: "Ahora no tienes tiempo para
entrenar. Muy poco. Con tantos partidos ... Es otro deporte. Por ejemplo, la
cantidad de entrenamientos e intensidad de trabajo que yo tenía en Split, es
imposible de llevar a cabo hoy en día. La intensidad sí, pero hay menos entrena-
mientos, muchísimos menos", explica Bozidar Maljkovic. Los clubes profesio-
nales tienen muchas más complicaciones para hacer entrenar a sus jugadores en
edad sénior, como corrobora Predrag Danilovic: "El talento es el sesenta por
ciento. Y continúa surgiendo. Pero el trabajo es el otro cuarenta. Nosotros tenía-
mos un cincuenta por ciento de talento y un sesenta de trabajo ... que es más del
cien por cien". No es tan sólo una cuestión de voluntad, ya que las dificultades
son mayores: ''Actualmente, los jugadores serbios no entrenan poco. Al menos
en el Partizan. Nosotros trabajamos mucho, aunque de una manera diferente.
o
Diferente porque ahora está la Euroliga, con muchos partidos, y eso quita tiem-
:s>
(/) po. Los jugadores tienen menos tiempo para formarse individualmente. En el
o
(.!:) Partizan aún intentamos hacer trabajo individual, pero desde luego no es tan
::>
>- sencillo como antes". De nuevo Boza Maljkovic coincide con esta percepción:
º
1-
(/)
UJ
"No hay tanto tiempo para entrenar porque se viaja. Se viaja mucho. En los
u setenta y ochenta, además, se podía entrenar mucho en el periodo entre tempo-
z
o
...J rada, y ahora, con todas las competiciones sénior y de categorías de formación,
<(
a:i pierdes a los jugadores de vista". Zeljko Obradovic corrobora el razonamiento
...J
UJ de Boza: "Se trabaja, claro que hay gente que trabaja. Pero es una cuestión
(fj
o mucho más individual, de cada uno. Las facilidades para entrenar en la postem-
o (f)
<(
a:i
porada, como se hacía en aquella época, ya no existen".
oo:
El cambio político y social también es argumentado por diversos protago-
(/)
o nistas, entre ellos Predrag Danilovic: "Bueno, nosotros no éramos como ahora.
•Z
UJ Eso está claro. No podíamos comprarnos motos ni coches cuando éramos jóve-
:J
(/)
nes, como hacían en España o en Italia. Lo único que pensábamos las 24 horas
del día era en baloncesto. Esa diferencia ya no existe". Vladimir Stankovic, sen-
500
tencia: ''A partir de los años noventa, los chavales crecen con todo: ordenadores,
consolas, etcétera, y no están acostumbrados a esforzarse tanto". Es evidente que
la férrea disciplina y algunos valores inherentes a la etapa del socialismo han de-
saparecido de la rutina de los nuevos países balcánicos. Al igual que pasa en casi
todo el mundo, la cultura del trabajo y el esfuerzo continuo han mutado en una
búsqueda de la inmediatez que repercute en la mentalidad y costumbres de los
ciudadanos. ''Ahora tenemos un problema. Los padres de los jugadores permiten
que dejen el colegio a los 14 años. Sólo piensan en la NBA. Antes teníamos
reglas muy estrictas. No se podía jugar en los clubes sin demostrar que se estaba
en el colegio. No se podía tener licencia como cadete o como júnior. En la actua-
lidad, estamos hablando de volver a eso. La formación personal es muy impor-
tante. Todos mis jugadores del Estrella Roja estaban en la universidad, haciendo
estudios de dos o cuatro años. Y llegué a excluir a jugadores de la selección júnior
por no estar estudiando. Esa decisión la tomé yo en la selección, pero todos los
entrenadores y la Federación estaban de acuerdo conmigo. Y, aunque no lo
parezca a simple vista, ese grado de exigencia tan estricta era muy importante en
la formación integral del jugador", explica Ranko Zeravica.
Son muchos aspectos los que muraron a raíz de la escisión. Demasiados
como para no afirmar que el baloncesto de la Yugoslavia de las seis repúblicas
fue producto de una serie de circunstancias, en muy diversos planos, que des-
aparecieron con la desmembración y el signo de los nuevos tiempos. Un panora-
ma que hoy ya no existe, siendo imposible que se vuelvan a repetir todas y cada
una de las variables que se dieron en ese periodo. El comentario de Zan Tabak
bien podría servir de síntesis de la profunda transformación producida: "En
Croacia, de todos los aspectos claves del antiguo baloncesto yugoslavo, tan sólo
permanece el talento natural de los jugadores. Pero se ha cambiado el sistema de
trabajo, que era una de las cosas más importantes; ha cambiado la competición,
que ya no es fuerte; ha cambiado que se puede salir a otro país cuando quieras, y
la mayoría lo hacen muy jóvenes; ha cambiado que el socialismo ya no existe y
los jóvenes de hoy en día son como los de cualquier otro país ... ".
Aunque cada uno de los nuevos países tiene su problemática específica, el
camino parece claro: la reinvención.
o
e
ARA QUE TINC 20 ANYS... <r
'.::]
=
¿
<t
Si hablamos de una escuela propia de un país, ésta necesita tiempo para e_;
desarrollarse y consolidarse hasta poder ostentar ese nombre. Para mí hay que o
~
hablar aún de Escuela de la ex Yugoslavia, no de una serbia, una croata ... No ha w
I
pasado suficiente tiempo. Por eso creo que los últimos diez años aún son producto o
~
de cuando estábamos todos juntos en Yugoslavia. Actualmente se pueden ver los ·O
u
primeros frutos, y en otros diez años se podrá hablar de un baloncesto serbio, croata, >-
esloveno, bosnio ...
501
(SVETISLAV PESIC, tomando un café en el hotel ABBA Carden, Barcelona,
diciembre de 2009)
Finalizada la primera década del siglo ~· la normalidad comienza a hacer acto
de presencia en los nuevos kosarkas nacidos tras la disgregación de la antigua
Yugoslavia. Casi veinte años han pasado, y, tras las penurias sufridas a lo largo de
los años noventa y el periodo de transición posterior, es ahora cuando empiezan
a surgir jóvenes que no llegaron a conocer el viejo baloncesto yugoslavo, sino el
~
1 croata, el serbio, el esloveno o el macedonio. Son jugadores que no han compar-
1
l

tido selección, ni tan siquiera en categorías inferiores, con compañeros a los que
poco después se habrían de enfrentar defendiendo diferentes banderas naciona-
les, tal como sucedió en el pasado. Dentro de poco, la mayoría de los protago-
nistas de esos países no conocerán Yugoslavia más que por las historias que les
cuentan sus mayores.
La creación de la liga adriática en el año 2002 ayudó a consolidar una
situación en la que los ahora países vecinos organizan una competición conjunta
con absoluta naturalidad, amén de responder con ello a una necesidad acucian-
te, como era la instauración de un torneo más competitivo que los existentes en
sus respectivas ligas nacionales. Un claro avance, aunque aún es pronto para la
completa revitalización deportiva de todos los estados de nueva creación, espe-
cialmente la de aquellos que padecieron el conflicto bélico durante un periodo
de tiempo prolongado o los que tenían un mayor déficit de infraestructuras y
material humano. Pero, poco a poco, cada uno de los países ex yugoslavos ha ido
creciendo, intentando encontrar su lugar en un nuevo mapa baloncestístico con
pocos puntos en común con el que vivieron sus antecesores. La URSS ya no
existe, una tradicional potencia como Italia pasa por uria época de crisis, y Espa-
ña o Grecia copan con frecuencia los lugares más altos de la clasificación. El
o población vivían bajo los límites de la pobreza. Con poco más de 600.000 habi-
> panorama continental se ha visto afectado por la propia división de las repúbli-
::í
(f) cas balcánicas y bálticas, con la aparición de un puñado de selecciones de ópti-
o(.'.)
mo nivel donde antaño sólo había dos de excelsa categoría.
:::>
>- En ese contexto, los caminos seguidos por los descendientes de la antigua
º
1-
(f) Yugoslavia han sido dispares, en consonancia a su propia problemática. Las
lJ.J
u repúblicas de menor potencial económico, como Bosnia o Macedonia, se han
z o
o encontrado con enormes dificultades para mantenerse en el más alto listón com-
_J
<(
co petitivo. En el caso de Bosnia, después de lograr participar en los tres primeros
_J
lJ.J
Eurobaskets del nuevo milenio, la falta de un relevo generacional con garantías
cf;
o ha dimanado en un claro descenso de su nivel de calidad. Fueron muchos los
o nia o Macedonia. En su primera participación como país independiente han
<(
co jugadores bosnios que optaron por nacionalizarse turcos debido a la proximidad
oce
geográfica y afinidad religiosa, un fenómeno que obstaculizó un proceso ya de
(./)
o por sí complejo a causa de la precaria situación del país. A pesar de ello, en los
•Z
lJ.J
:::>
últimos tiempos jugadores como Mirza Teletovic, Nihad Djedovic, Nemanja
(./)
Gordic o Elmedin Kikanovic alimentan la esperanza de un futuro con mejores
perspectivas, ya que paulatinamente van surgiendo jóvenes con un notable talen-
502
to que insinúan una tendencia al alza del baloncesto bosnio.
Macedonia, por su parte, ha esbozado una trayectoria en dirección con-
traria a la de Bosnia. Su selección obtuvo la clasificación para el Eurobasket
2009 celebrado en Polonia, justo diez años después de la única ocasión en que lo
había conseguido. Pese a su histórica victoria ante Israel, por ser la primera en
una fase final y por significar el pase a la segunda ronda -en la cual también se
impusieron a Alemania-, el baloncesto macedonio vive en un impasse en el que
las muestras de mejora apenas son perceptibles. La falta de tradición y medios, la
escasez de entrenadores de categoría y su carencia de hombres altos ha ocasiona-
1'
do que sea la república ex yugoslava que menos jóvenes talentos haya formado,
hasta tal punto que el conjunto fue liderado en el torneo continental por un
Vrbica Stefanov al borde de la retirada y que, a sus 36 años, sí llegó a conocer el
baloncesto de la antigua Yugoslavia. Con todo, las valoraciones han de ser cohe-
rentes con las expectativas, y éstas con los medios, por lo que el baloncesto mace-
donio disfruta de su éxito presente, un logro que ya ha supuesto un avance res-
pecto a los difíciles tiempos vividos con anterioridad. A pesar de ello, el objetivo
de subir peldaños en el escalafón europeo se presenta incierto, con una selección
compuesta mayoritariamente por jugadores muy veteranos, unos resultados
muy discretos en categorías inferiores y una presencia casi testimonial de sus
clubes en la Liga Adriática.
En Montenegro, el país más joven y pequeño de cuantos surgieron de
Yugoslavia, las perspectivas son mucho más ilusionantes. Sin trayectoria previa
que analizar, pues hasta el año 2006 continuó compitiendo junto a Serbia, el
crecimiento montenegrino parece sólido y sostenido. Si bien históricamente
había sido una de las repúblicas más pobres del entramado federal, en los últi-
mos tiempos su economía ha experimentado una notable mejoría, alejándose de
la deprimente situación de la década de los noventa, en la que dos tercios de su
tantes, una cantidad superada por más de la mitad de provincias españolas, la
optimización de los recursos humanos de Montenegro es elevadísima. La proli-
feración de jugadores altos y una escuela de entrenadores totalmente hermanada
con la de la vecina Serbia han permitido el desarrollo de un buen número de
jugadores de potencial reseñable, quienes además se formaron junto a sus por
aquellos entonces compatriotas serbios, lo que dotó de una mayor competitivi-
o
dad a sus trayectorias. Resulta muy común encontrar jóvenes montenegrinos en ~
co
equipos de Serbia, así como a la inversa, y el que un alto porcentaje compita en 2
<(
u
la liga adriática ha supuesto una ventaja considerable respecto al kosarka de Bos- (f)
o
2
conseguido el ascenso a la división A de las competiciones organizadas por la w
I
FIBA. Al activo de contar con un seleccionador como Dusko Vujosevic, todo un o
2
maestro en guiar la progresión de los nuevos talentos, se añade la presencia de -o
u
un amplio grupo de buenos jugadores, con Nikola Pekovic, Sead Sehovic, lvan >-
Maras, Slavko Vranes, Vladimir Dasic o el la joven promesa (formándose en la
503
NCAA) Nikola Vucevic a la cabeza. Es evidente que Montenegro disfruta de
una variada colección de proyectos aún muy jóvenes y con grandes perspectivas
de mejora. En categorías inferiores, su irrupción también se ha producido con
fuerza, consiguiendo rápidamente el ascenso a la división A en sub 16 y sub 20
(categoría en la que, en el verano de 2009, finalizaron por delante de Croacia,
Eslovenia y Serbia, después de haber hecho lo propio con las dos primeras el año
anterior, en su primera aparición en el torneo), quedando además a una sola
canasta de lograr ascender en sub 18. El arraigo y tradición del kosarka, una
t buena escuela de entrenadores y metodología, la predisposición genética a la
1
l 1
 1
proliferación de gente alta ... A su manera, Montenegro representa un émulo de
Eslovenia en cuanto a la enorme desproporción entre el tamaño del país y su
potencial deportivo.
Porque la trayectoria dibujada por Eslovenia tras ser la primera república
en independizarse sólo puede calificarse de admirable. Los talentos surgidos de
la cantera eslovena a finales de la década de los noventa consolidaron su carrera
profesional pocos años después, y el baloncesto esloveno, con su Reprezentacija a
la cabeza, vive la mejor etapa de su corta historia. Con el título, honorífico pero
significativo, de ser el país del mundo que más jugadores tiene en la NBA en
proporción a su número de habitantes, su irrupción en la élite baloncestística no
ha sido acelerada, pero sí progresiva y constante. De los últimos puestos en los
inicios del nuevo milenio, la selección eslovena ha pasado a clasificarse para la
ronda de cuartos de final en tres torneos continentales consecutivos, barrera psi-
cológica que consiguió superar por fin en el Eurobasket de Polonia 2009, a pesar
de las lesiones de varios de sus jugadores más destacados. El kosarka esloveno
continúa generando jugadores de primer nivel europeo, y el grupo formado por
los Smodis, Lakovic, Nachbar, Dragic, Vujacic, Udrih o Lorbek se ha afianzado
entre las potencias baloncestísticas del Viejo Continente. El Mundial de 201 O
o
> en Turquía significó la segunda participación en un torneo intercontinental para
:5 una selección que es seguida con auténtica devoción por sus compatriotas, y la
Cf)
o(.!:)
pujanza de su baloncesto contrasta con el de otros países ex yugoslavos.
:::>
>- Croacia es un buen ejemplo de esta afirmación. Al contrario de lo que
º
1-
(f)
UJ
sucede en Eslovenia, el joven kosarka croata nació con excelentes resultados en
u sus primeras competiciones, aquellas en las que los Petrovic, Kukoc, Radja o
z
o
~
Komazec subieron al podio con asiduidad. El no poder mantenerse a ese nivel
<!
co provocó una sensación de decepción alrededor de las generaciones encargadas de
~
UJ tomar el relevo. La cantera croata continúa creando buenos jugadores, pero nin-
v:i
o guno ha alcanzado el estatus de superestrella del baloncesto europeo que hicieron
o (};
<!
co
suyo varios de sus precursores. Los Vujacic, Giricek, Popovic, Ukic o Kasun son
oex:
profesionales muy cotizados y hombres de calidad contrastada, pero la Reprezen-
Cf)
o tacija ha hallado en los cuartos de final de los grandes torneos un muro infran-
•Z
UJ queable, después de no lograr superar ese cruce desde el ya lejano 1995, con los
:::>
Cf)
miembros de la generación dorada yugoslava liderando al equipo. El kosarka
croata vive un proceso de estancamiento arraigado incluso en sus categorías infe-
504
riores y, por ende, posteriormente reflejado en la selección absoluta. Con la salve-
dad de la camada del 84-85 (campeona de Europa júnior en 2004), las hornadas
nacidas entre 1982 y 1989 no subieron a ningún podio de los campeonatos de
formación. Una crisis de talento que afecta a la estructura global de su baloncesto
y cuyas repercusiones son una de las primeras preocupaciones de la federación
croata. Los escollos ya eran grandes en el último nivel, el del salto de júnior a
sénior, pero, en la actualidad, Croacia padece una sequía en una de sus mayores
fuentes de riqueza tradicionales: los jóvenes de calidad. El exquisito Ante Tomic~
llamado a ser una de las principales referencias croatas en el futuro, otro hombre
¡ penúltima) en la década de los ochenta. ¿Sembrando semillas?...
1
de gran envergadura como Stanko Barac, la promoción que conquistó el bronce
en el Mundial sub 19 de Nueva Zelanda liderada por Mario Delas, Tomislav
Zubcic y Toni Prostran, o el aún jovencísimo Darjo Saric son las grandes esperan-
zas para empezar a revertir esa tendencia. Especialmente el último, que en el vera-
no de 201 O guió a la selección cadete al oro continental de la categoría. Las expec-
tativas creadas en torno a su figura retrotraen a nombres de resonancia cuasi
mitológica: "Después de mucho tiempo, tenemos un talento excepcional: Dario
Saric. Él es el primero, desde aquella generación de Petrovic, Kukoc o Radja, que
tiene ese nivel. Es el mejor jugador que hemos sacado desde que somos un país
independiente", afirma Neven Spahija, pocas semanas antes del éxito de Saric con
su selección. "Le he visto un talento seguro. Pero si no trabaja mucho no deven-
drá en un jugador de ese alcance", añade uno de los propios exponentes de esa
generación, Dino Radja. Como siempre, el tiempo responderá a los interrogan-
tes, aunque las coincidencias con Drazen Petrovic en su ciudad de nacimiento y
club de formación es interpretada por algunos casi como una señal premonitoria.
Y por último, Serbia. La única que continúa siendo selección plavi, y la
que conservó el nombre de Yugoslavia durante quince años más. El hundimien-
to de su Reprezentacija fue total tras el bochorno del Eurobasket de Belgrado, un
golpe demasiado difícil de digerir para un pueblo que considera a sus balonces-
tistas poco menos que divinidades. Un clima de desconfianza y reproche rodeó a
la generación de jugadores que protagonizó el descalabro, acusados de no tener
el compromiso ni la formación de sus predecesores. Vituperados por lo que sus
seguidores entienden como preferir sus carreras al otro lado del Atlántico al
honor de defender los colores del país, no hay palabra que haya acompañado de
forma más recurrente al combinado plavi que "egoísmo". La decadencia del
kosarka serbio sacudió profundamente sus estructuras más enraizadas, en un <[
intento de encontrar los motivos que habían desembocado en el peor momento
<(
de la historia de su baloncesto.
Pero, al contrario de lo que sucede en Croacia, la cantera de Serbia no '-'
¿
cesa de fabricar nuevas camadas que dominan los torneos de selecciones inferio- w
res. En 2007 la promoción nacida en 1987 finalizó su periplo de formación e
¿
habiendo logrado ser campeona de Europa en su paso por todas las categorías.
(__;
Ese mismo verano, los nacidos en 1988 -siendo algunos miembros destacados
del equipo un año menores- conquistaron el Campeonato del Mundo Júnior,
505
emulando a los niños de Bormio dos décadas después. La generación de 1989 se
alzaba a las pocas semanas con el triunfo en el Europeo sub 18 celebrado en
Madrid y, doce meses más tarde, esa misma generación del 88 y 89 consiguió el
entorchado continental sub 20. En 2009 los nacidos el año de la desmembra-
ción de Yugoslavia fueron campeones de Europa sub 18. Los Teodosic, Tepic,
Raduljica, Keselj, Macvan, Musli ... Todas las hornadas serbias del lustro 87-91
(a excepción de la penúltima) han logrado el oro europeo o mundial júnior, tal y
como hicieron las de los jóvenes yugoslavos del lustro 66-70 (a excepción de la
 T
Moka Slavnic, nombrado seleccionador absoluto para el Eurobasket de
2007 celebrado en España, realizó una revolución en su convocatoria, introdu-
ciendo a varios miembros de esa regeneración. Jóvenes con hambre, chicos con
todos los pasos de su carrera profesional aún por caminar: Teodosic, Velickovic,
Tripkovic, Tepic, Aleksandrov ... Mucho talento, aunque aún imberbe. Serbia
finalizó en última posición después de perder sus tres partidos disputados en el
torneo. Slavnic fue cesado.
La lnteligencija decidió ofrecer el cargo a Dusan lvkovic, el histórico técni-
co de la época dorada. El pasado más glorioso se cruza con el presente y futuro de
la selección serbia. La federación ha esbozado un proyecto con una meta clara: los
Juegos Olímpicos de Londres 2012. Un plan de largo recorrido, como tantas
veces sucedió anteriormente. lvkovic ha formado un equipo con muchos de los
jugadores que ya escogió Slavnic dos años atrás, al que se han incorporado algu-
nos de los que por aquel entonces aún estaban compitiendo en categorías inferio-
res. La idea de Slavnic parece que no iba desencaminada. Volver a las raíces, apos-
tando por los jóvenes. También una de las grandes preocupaciones expresadas por
Ranko Zeravica en la entrevista concedida durante la elaboración de este libro
muestra ya indicios de cambio. Serbia, por iniciativa del propio Dusan lvkovic, ha
o optimismo. "Se trabaja muy bien en las categorías inferiores de la ex Yugoslavia.
> empezado a organizar en 2009 una junior League con doce equipos, de los cuales
::5
Cf) tan sólo cuatro son de Belgrado. Sistema de liguilla a ida y vuelta y final a ocho en
o rra, las sanciones ... Las consecuencias pueden durar algunos años, pero yo creo
c.?
:::>
la pista del mejor clasificado. El proceso de selekcija se abre más allá de la capital.
>- En su drástica renovación de la selección absoluta, es posible que la Fede-
º
1-
Cf) ración serbia e lvkovic sean conscientes de la anomalía experimentada por el
UJ
u baloncesto europeo en la primera década del siglo XXI. Una coyuntura sin prece-
z
o
_J dentes en los últimos cuarenta años. Tradicionalmente, el dominio prolongado
<(
O'.l de las mejores generaciones de un país ha sido cíclico ... y alternativo. A finales
_J
UJ
de los sesenta, los jugadores jóvenes más destacados eran los de la URSS, y esos
u)
o mismos adolescentes tiranizarían los campeonatos séniors a inicios de la siguien-
o kovic, Keselj, Bjelica ... con mucho futuro. Han empezado más jóvenes que
<(
O'.l
te década. Paralelamente a los éxitos soviéticos, fueron las promociones yugosla-
oo: vas nacidas entre 1953 y 1957 las que acapararon los torneos júniors, las mismas
(/)
que repetirían éxitos en la absoluta mientras los soviéticos volvían a monopoli-
o :-2
•Z
UJ zar los triunfos en categorías inferiores ... y vuelta a empezar. Invariablemente, el
:::>
(/)
periodo de plenitud de cada gran generación coincidió con el inicio de la deca-
dencia de la del rival, circunstancia que permite inferir que la historia del balon-
506
cesto europeo ha esbozado trayectorias circulares, siempre previamente anuncia-
das por las victorias en categorías de formación. Así, la URSS de Belov,
Paulauskas o Boloshev fue derrocada por la Yugoslavia de Kicanovic, Delibasic,
Dalipagic o Jerkov. Ésta, por la URSS de Valters, Myshkin, Belostenny o Tka-
chenko, que alargó su primacía con Sabonis, Marciulionis, Volkov o Sokk, hasta
que la hornada yugoslava de Kukoc, Divac o Radja se hizo con el control de la
selección absoluta. Grupos de jugadores de edades muy parecidas que destrona-
ban al dominador vigente, normalmente perteneciente a otro país y generación,
en un proceso repetido infinidad de veces.
l
Pero algo cambió con la llegada del nuevo milenio. Las mejores promo-
ciones de casi todos los países europeos coincidieron en el tiempo. Lituania,
España, Grecia, Alemania, Rusia o Eslovenia han basado sus convocatorias en
hombres nacidos entre 1976 y 1981. La gran excepción es la selección francesa.
Son muchos torneos consecutivos en que los equipos punteros están configura-
dos por jugadores coetáneos entre sí. En esa tesitura, la renovación tendrá que
ser casi simultánea en la mayoría de estos equipos. En Londres 2012, las forma-
ciones serán muy diferentes, con una gran representación de baloncestistas naci-
dos posteriormente a 1984. Y Serbia se ha adelantado a todas las demás, curtien-
do -por necesidad ... y por convicción- a sus talentos pujantes antes que el resto
del continente. La Reprezentacija puede presentar en 2012 exactamente al
mismo grupo de jugadores que en 2008, algo que hacía veinte años que no pasa-
ba en esa selección. Un grupo de hombres de notable calidad, aunque quizás
aún no disponga de una figura que sea la encargada de dar el salto definitivo a la
selección. Puede que sea Nenad Miljenovic, un base muy especial nacido en
1993 que ha encandilado en sus apariciones internacionales y cuyo talento evoca
a gloriosos tiempos pasados. O quizá sea otro. El proyecto no ha hecho más que
empezar. Y si no es en 2012, será en 2016. O en 2020. Hay motivos para el
Es lógico el bajón producido, con todo lo que ha sucedido desde 1991, la gue-
que Serbia, Croacia e incluso otros países van a volver a estar arriba. Especial-
mente Serbia", argumenta Dusko Ivanovic. El entrenador de la última Serbia (y
Montenegro) campeona, Svetislav Pesic, piensa de manera parecida: "El año
pasado estuve entrenando en Serbia después de muchos años, y fue una expe- "
::,¡
riencia increíble. Pude ver la cantidad de talento que hay, el gran interés por ·::t
parte de los aficionados ... A veces tien~s la sensación de que todo el mundo está
pendiente del kosarka. Tenemos una gran generación con Teodosic, Tepic, Velic- J)
¿
cw
otros, ya que llevan cinco o seis años en el baloncesto sénior. Y con lvkovic de -'-
seleccionador no hay discusión: todos sabemos de su calidad y experiencia, espe- =\
cialmente en el trabajo al frente de la Reprezentacija, que es muy diferente al de -'
>-
club. Es un entrenador que sabe cómo se gana. Poseemos un gran potencial,
aunque no es suficiente sólo con el talento. Yo soy un gran optimista sobre la
507
situación actual del kosarka en Serbia".
En el Campeonato de Europa de Polonia en 2009, la regenerada selección
serbia dirigida por el maestro lvkovic alcanzó por sorpresa la final del torneo.
España, la gran dominadora del nuevo milenio, fue demasiado para un grupo
aún jovencísimo. Un año después, eliminaban a los españoles, vigentes campeo-
nes mundiales, en los cuartos de final del Mundobasket de Turquía. Ya en semi-
finales, una canasta del turco Kerem T unceri a tan sólo cinco décimas de la con-
clusión apartaba a la nueva ola serbia de su segunda final consecutiva. Los
imberbes serbios habían controlado el partido durante la mayor parte del tiem-
 ~r

po, pero cayeron en un dramático desenlace. La cuarta plaza fue su clasificación

definitiva. Un duro golpe que muchos interpretaron que les curtiría de cara al
futuro. Vlade Divac les podría explicar muchas cosas de finales mundialistas que Bibliografía
se escapaban de las yemas de los dedos.
Dos meses antes del Eurobasket de 2009, cuando aún no se conoce la
convocatoria definitiva, Predrag Danilovic está sentado frente a una coca-cola
en una terraza de Belgrado. La grabadora está funcionando:
-Yo creo que hay que tener paciencia. Y no comparar a los jóvenes con mi AR.\11\:C< ll , .\•1. ( 1994 ). (Ó//lo S{' co11.1frttJ't 1111tt ,í!,lltmr. ,\ Limhrü, ') 1.
generación. Cuando pase un poco de tiempo, llegará otra. Pero hay que tener B\JO.\'lW:, \1., y Brn1<'., M. (200)). Od Starogil plrtc11 do 1'1'/111 F!iro¡w MJ ,'<orli11il

paciencia, y mucha gente no la tiene, quiere que el proceso sea rápido. Antes, Kofrzrkékog !duba Spfit 1945-2005. Splir: Slohodna Dalmacija J.d.
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-Pero, con paciencia, llegará el momento en que volvamos a estar arriba.
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