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Módulo I: Normativa en Seguridad:


Introducción a la normativa de seguridad privada

Competencias de la Administración General del Estado y de las


Comunidades Autónomas
1. Introducción a la normativa de seguridad privada

El sábado 5 de abril de 2014, se publicó en el Boletín Oficial del Estado


la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, con un nuevo marco
jurídico para este sector y actividad, que derogó la hasta vigente Ley
23/1992, de 30 de julio, y cuantas normas de igual o inferior rango se
opongan a lo dispuesto en esta ley, excepto, el Reglamento de
Seguridad Privada y el resto de la normativa de desarrollo de la Ley
23/1992, de 30 de julio, que mantendrán su vigencia en lo que no
contravenga a esta ley.

El texto de la nueva Ley de Seguridad Privada justifica la derogación de


la antigua ley (Ley 23/1992) en base a los cambios tecnológicos, la
tendencia a la integración de las distintas seguridades en un concepto
de seguridad integral y a la insuficiente regulación de las actividades de
investigación privada y los detectives privados. En su exposición de
motivos asegura que “la nueva ley representa un tratamiento total y
sistemático de la seguridad privada en su conjunto, que pretende
abarcar toda la realidad del sector existente en España, al tiempo que lo
prepara para el futuro”.

El objetivo de esta nueva Ley de Seguridad Privada, tal como indica en


su artículo 1 es:

“Esta ley tiene por objeto regular la realización y la prestación por


personas privadas, físicas o jurídicas, de actividades y servicios de
seguridad privada que, desarrollados por éstos, son contratados,
voluntaria u obligatoriamente, por personas físicas o jurídicas, públicas o
privadas, para la protección de personas y bienes. Igualmente regula las
investigaciones privadas que se efectúen sobre aquéllas o éstos. Todas
las actividades tienen la consideración de complementarias y
subordinadas respecto de la seguridad pública”.

En su ámbito de aplicación, esta ley afecta a las empresas de seguridad


privada, al personal de seguridad privada, a los despachos de
detectives, a los servicios de seguridad privada, a las medidas de
seguridad y a los contratos celebrados en este ámbito.
Datos destacables
La nueva legislación incorpora una serie de aspectos de los que
podemos destacar:

• La nueva Ley representa un tratamiento total y sistemático de la


seguridad privada en su conjunto, que pretende abarcar toda la realidad
del sector existente en España, al tiempo que lo prepara para el futuro.

• Pasa de poner el acento en el principio de la subordinación, a


desarrollar más eficazmente el principio de complementariedad a través
de otros que lo desarrollan, como el de cooperación o de
corresponsabilidad.
• Participación de las comunidades autónomas en la materia: se
prevén mecanismos de coordinación institucional, se clarifica el reparto
de competencias estatales y autonómicas, se afianza la competencia
exclusiva del Estado en materia normativa y se sitúan en la órbita
ejecutiva las competencias de las Comunidades autónomas.
• Se pasa de un tratamiento normativo parcial, a una ley generalista,
reguladora de la totalidad de materias que configuran el sector de la
seguridad privada.
• Se da definición legal a conceptos o términos que hasta ahora
permanecían jurídicamente imprecisos o indeterminados, como por
ejemplo la de personal acreditado.
• Por primera vez, se fija el ámbito material y la finalidad a la que sirve
la propia seguridad privada.
• Se regulan las llamadas actividades compatibles, y se completan y
perfilan mejor las actividades de seguridad privada.
• Se reconoce a los operadores de seguridad la condición de personal
acreditado como respuesta al gran avance tecnológico y profunda
transformación que ha experimentado la actividad de verificación de
alarmas.
• La seguridad de la información y las comunicaciones aparece por
primera vez configurada como actividad compatible.
• Se liberaliza la actividad de planificación, consultoría y asesoramiento,
que pasa a considerarse como actividad compatible.
• Protección jurídica análoga a la de los agentes de la autoridad del
personal de seguridad privada frente a las agresiones o desobediencias
de que pueden ser objeto cuando desarrollen actividades de seguridad
privada en cooperación o bajo el mando de las FFCCSS.
• Se elimina el periodo de inactividad.
• Se da cabida a otras posibilidades de acceso a la formación mediante
el sistema que determine el Gobierno, a propuesta del Ministerio de
Educación, Cultura y Deporte, al contemplarse la posibilidad de una
formación profesional reglada o de grado universitario para el acceso a
diferentes profesiones de seguridad privada, o de los correspondientes
certificados de profesionalidad del Ministerio de Empleo y Seguridad
Social.
• Regulación de los servicios de videovigilancia y de investigación
privada.
• Nuevo precepto que regula las medidas provisionales que pueden
adoptar los funcionarios policiales, cuando en el marco de una
inspección lo consideren absolutamente necesario. Separación de las
infracciones cometidas por las entidades, el personal o los usuarios,
incluyendo a estos últimos, a los centros de formación.
• Especial hincapié en la regulación de aquellas conductas infractoras
que tengan por objeto evitar el intrusismo de las empresas de seguridad,
el personal no habilitado, las empresas de servicios que desarrollen
actividades de seguridad o los usuarios.

Fundamentos
La proyección de la Administración del Estado sobre la prestación de
servicios de seguridad por entidades privadas y sobre su personal se
basa en el hecho de que los servicios que prestan forman parte del
núcleo esencial de la competencia exclusiva en materia de seguridad
pública atribuida al Estado por el artículo 149.1.29.ª de la Constitución, y
en la misión que, según el artículo 104 del propio texto fundamental,
incumbe a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, bajo la dependencia del
Gobierno, de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y
garantizar la seguridad ciudadana.

La defensa de la seguridad y el legítimo derecho a usarla no pueden ser


ocasión de agresión o desconocimiento de derechos o invasión de las
esferas jurídicas y patrimoniales de otras personas. Y ésta es una de las
razones que justifican la intensa intervención en la organización y
desarrollo de las actividades de las entidades privadas de seguridad y
de su personal, por parte de la Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, que
tienen la misión constitucional de proteger los derechos fundamentales
de todos los ciudadanos y garantizar su seguridad.

Esta nueva Ley representa un tratamiento total y sistemático de la


seguridad privada en su conjunto, que pretende abarcar toda la realidad
del sector existente en España, al tiempo que lo prepara para el futuro.
Estructura
Esta Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad Privada, la encontramos
dividida en 72 artículos, organizados en seis títulos:

Título Preliminar. Disposiciones generales. Capítulo I. Disposiciones


comunes.
Capítulo II. Competencias de la Administración General del
Estado y de las
Comunidades autónomas. Título I. Coordinación.

Título II. Empresas de seguridad privada y despachos de detectives


privados.
Capítulo I: Empresas de seguridad privada. Capítulo II. Despachos
de detectives privados.
Título III. Personal de seguridad privada. Capítulo I. Disposiciones
comunes.
Capítulo II. Funciones de seguridad privada.

Título IV. Servicios y medidas de seguridad. Capítulo I. Disposiciones


comunes.
Capítulo II. Servicios de las empresas de seguridad privada. Capítulo III.
Servicios de los despachos de detectives privados. Capítulo IV. Medidas
de seguridad privada.

Título V. Control administrativo.

Título VI. Régimen sancionador.


Capítulo I. Infracciones. Capítulo II. Sanciones. Capítulo III.
Procedimiento.

Título Preliminar
El Título Preliminar se refiere a cuestiones generales, tales como el
concepto de seguridad privada y sus fines, el ámbito de aplicación de la
Ley, y los principios que configuran el actual modelo español de
seguridad privada (complementaria, subordinada, colaboradora y
controlada por la seguridad pública, como ya adelanta el Preámbulo).

Destaca la concreción de qué son “actividades de seguridad privada”


(artículo 5), esto es, las que se regulan por la Ley, diferenciándolas de
las “actividades compatibles” (artículo 6) que quedan fuera del ámbito de
aplicación, pero igualmente pueden realizar las empresas del sector, así
como de las “actividades excluidas” (artículo 7).

A los efectos de limitar la actuación de seguridad privada en relación con


determinados derechos fundamentales, el artículo 8.4.a) dispone que las
empresas del sector no podrán intervenir ni interferir, mientras estén
ejerciendo los servicios y funciones que les son propios, en la
celebración de reuniones y manifestaciones, ni en el desarrollo de
conflictos políticos o laborales.

En el apartado relativo a las prohibiciones (artículo 10), cabe reseñar la


incompatibilidad de las actividades de seguridad privada y de despacho
de detectives privados, como medida tendente a evitar el intrusismo;
adicionalmente los despachos de detectives no podrán investigar delitos
perseguibles de oficio, lo que queda reservado a las Fuerzas y Cuerpos
de Seguridad.

Servicios y actividades autorizados a las empresas de seguridad

Según el artículo 5 de la Ley 5/2014, constituyen actividades de


seguridad privada las siguientes:

• La vigilancia y protección de bienes, establecimientos, lugares y


eventos, tanto públicos como privados, así como de las personas que
pudieran encontrarse en los mismos.
• El acompañamiento, defensa y protección de personas físicas
determinadas, incluidas las que ostenten la condición legal de autoridad.
• El depósito, custodia, recuento y clasificación de monedas y billetes,
títulos- valores, joyas, metales preciosos, antigüedades, obras de arte u
otros objetos que, por su valor económico, histórico o cultural, y
expectativas que generen, puedan requerir vigilancia y protección
especial.
• El depósito y custodia de explosivos, armas, cartuchería metálica,
sustancias, materias, mercancías y cualesquiera objetos que por su
peligrosidad precisen de vigilancia y protección especial.
• El transporte y distribución de los objetos a que se refieren los dos
párrafos anteriores. La instalación y mantenimiento de aparatos,
equipos, dispositivos y sistemas de seguridad conectados a centrales
receptoras de alarmas o a centros de control o de videovigilancia.
• La explotación de centrales para la conexión, recepción, verificación
y, en su caso, respuesta y transmisión de las señales de alarma, así
como la monitorización de cualesquiera señales de dispositivos
auxiliares para la seguridad de personas, de bienes muebles o
inmuebles o de cumplimiento de medidas impuestas, y la comunicación
a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad competentes en estos casos.
• La investigación privada con relación a personas, hechos o
delitos sólo perseguibles a instancia de parte.
Los servicios sobre las actividades relacionadas en los párrafos a) a g)
del apartado anterior únicamente podrán prestarse por empresas de
seguridad privada, sin perjuicio de las competencias de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad. Los despachos de detectives podrán prestar,
con carácter exclusivo y excluyente, servicios sobre la actividad a la
que se refiere el párrafo h) del apartado anterior.

Las entidades públicas o privadas podrán constituir, previa autorización


del Ministerio del Interior o del órgano autonómico competente, centrales
receptoras de alarmas de uso propio para la conexión, recepción,
verificación y, en su caso, respuesta y transmisión de las señales de
alarma que reciban de los sistemas de seguridad instalados en
bienes inmuebles o muebles de su titularidad, sin que puedan dar, a
través de las mismas, ningún tipo de servicio de seguridad a terceros.

Título Primero. Coordinación


Este apartado, desarrollado en 3 artículos, se ocupa de un aspecto al
que se ha querido dotar de gran importancia, como es la coordinación y
la colaboración entre los servicios de seguridad privada y las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad, con el objetivo de mejorar la seguridad pública.

También se pasa de subrayar el concepto de subordinación, a


desarrollar más eficazmente el principio de de complementariedad a
través de otros conceptos como son el de cooperación o de
corresponsabilidad, donde trasciende el nivel bidireccional de
intercambio de la información, así como se contempla la existencia de
órganos de colaboración y encuentro.
Igualmente, destaca que: “Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
podrán facilitar al
personal de seguridad privada en el ejercicio de sus funciones,
informaciones que faciliten su evaluación de riesgos y consiguiente
implementación de medidas de
protección”.

Título Segundo. Empresas de seguridad privada y despachos de


detectives privados.
Apartado desarrollado en 9 Artículos, donde cabe destacar que se
unifica y establece un nuevo Registro Nacional de Seguridad Privada.

Las empresas de seguridad privada, siempre que cumplan los requisitos


que la Ley establece, deberán obtener la preceptiva autorización de la
Administración estatal o autonómica, según su ámbito de actuación,
cuya validez será, en principio, indefinida; y posteriormente deberán
inscribirse en el Registro nacional o autonómico correspondiente.

Por lo que respecta a los despachos de detectives privados, se


establece el régimen de declaración responsable y posterior inscripción
registral, así como importantes obligaciones de comunicación de sus
actividades a las autoridades competentes, entre otras: comunicar cada
servicio de investigación que contraten, poner en conocimiento de las
autoridades competentes hechos delictivos que descubran, remitirles
una memoria anual de actividades o poner a su disposición toda la
documentación en caso de cierre del despacho.

Título Tercero. Personal de Seguridad Privada


El Título Tercero, desarrollado en 12 artículos, recoge los requisitos y
formación exigibles para la habilitación del personal de seguridad
privada, así como los principios de actuación y funciones de los mismos,
según su especialidad y cargo.

Sus principios de actuación (artículo 30) son los de legalidad; integridad;


dignidad en el ejercicio de sus funciones; corrección en el trato con los
ciudadanos; congruencia, aplicando medidas de seguridad y de
investigación proporcionadas y adecuadas a los riesgos;
proporcionalidad en el uso de las técnicas y medios de defensa y de
investigación; reserva profesional sobre los hechos que conozca en el
ejercicio de sus funciones; y colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad.
El artículo 31 dispone que “se considerarán agresiones y
desobediencias a agentes de
la autoridad las que se cometan contra el personal de seguridad privada,
debidamente identificado, cuando desarrolle actividades de seguridad
privada en cooperación y bajo
el mando de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad”.

Con la fijación de las funciones de los vigilantes de seguridad (artículo


32) se pretende dar cobertura legal a determinadas situaciones. Puede
apreciarse la relevancia de este precepto, ya que entre otras funciones
permitidas (en el desempeño de sus tareas de seguridad privada),
aparecen:

• Comprobaciones, registros y prevenciones;


• Controles de identidad, de objetos personales, paquetería, sin que
puedan retener la documentación personal;
• Evitar la comisión de actos delictivos o infracciones administrativas,
realizando las comprobaciones necesarias para prevenirlos o impedir su
consumación, debiendo oponerse a los mismos e intervenir cuando
presenciaren la comisión de algún tipo de infracción o fuere precisa su
ayuda por razones humanitarias o de urgencia.
• En relación con el objeto de su protección o de su actuación, detener
y poner inmediatamente a disposición de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad competentes a los delincuentes y los instrumentos, efectos y
pruebas de los delitos, así como denunciar a quienes cometan
infracciones administrativas. No podrán proceder al interrogatorio de
aquéllos, si bien no se considerará como tal la anotación de sus datos
personales para su comunicación a las autoridades.

Título Cuarto. Servicios y medidas de seguridad.


En este apartado, desarrollado en quince artículos, hay que mencionar
que se especifica la forma de prestación de los servicios de seguridad y
se hace ampliación del catálogo de estos en aras a una mayor
participación del sector hacia una seguridad más completa y única.

Los medios utilizados por las empresas de seguridad deben estar


homologados. Como regla general, los vigilantes de seguridad no
podrán portar armas de fuego, si bien se establecen numerosas
excepciones a esta regla (artículo 40), atendiendo a la especialidad del
servicio prestado.

Asimismo, se prevé como regla general que sus servicios se prestarán


en el interior de inmuebles o propiedades, también con las excepciones
legalmente previstas (artículo
41), entre otras:

- Sin autorización previa: cajeros automáticos, medios de transporte,


exterior de los inmuebles, servicios de ronda o vigilancia discontinua,
persecución en caso de delito flagrante...
- Con autorización previa: o previa decisión de las Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad: polígonos industriales, urbanizaciones, parques
comerciales, acontecimientos deportivos y culturales, vigilancia
perimetral de centros penitenciarios, centros de internamiento de
extranjeros...

Respecto a los servicios de videovigilancia, se prevé su aportación a las


Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, ya sea por propia iniciativa o tras su
requerimiento, cuando se encuentren relacionadas con hechos delictivos
o que afecten a la seguridad ciudadana.

Cabe hacer una referencia a determinadas limitaciones de los servicios


de investigación privada (artículo 48), tales como la posibilidad de
investigar exclusivamente los delitos perseguibles sólo a instancia de
parte; la prohibición expresa de investigar la vida íntima de las
personas que transcurra en su domicilio u otros lugares reservados,
y la necesidad de hacer constar el interés legítimo en la investigación
alegado por el contratante de los servicios.

Modificación en la legalidad de los sistemas de videovigilancia

La entrada en vigor de la Ley 5/2014, de 4 de abril, de Seguridad


Privada, ha cambiado radicalmente la regulación legal para la instalación
de cámaras de videovigilan cia con fines de seguridad en las
instalaciones, locales y propiedades de empresas, autónomos y
particulares y el visionado de las imágenes captadas por las mismas.

Al margen de las ya conocidas obligaciones en materia de protección de


datos de carácter personal, reguladas en la Ley Orgánica 15/1999, su
reglamento de desarrollo RD 1720/2007 y la Instrucción 1/2006 de la
Agencia Española de Protección de Datos sobre el tratamiento de datos
personales con fines de vigilancia a través de sistemas de cámaras o
videocámaras, que continúan siendo aplicables a todos los tipos de
tratamiento independientemente de su finalidad, la Ley 5/2014 bajo la
justificación dada en su Preámbulo “resulta especialmente relevante la
regulación de los servicios de videovigilancia y de investigación privada,
ya que se trata de servicios que potencialmente pueden incidir de forma
directa en la esfera de la intimidad de los ciudadanos”.
Es el artículo 42 de la misma donde en su primer punto se nos define el
servicio de videovigilancia como el ejercicio de la vigilancia a través de
sistemas de cámaras o videocámaras, fijas o móviles, capaces de captar
y grabar imágenes y sonidos, incluido cualquier medio técnico o sistema
que permita los mismos tratamientos que éstas. Pero las novedades de
la Ley se recogen a continuación, donde es establece la diferencia en
cuento a la finalidad del servicio, finalidad que incide de manera directa
en la capacitación para la prestación del mismo. Dicho de otra manera,
la finalidad de la instalación de dichas cámaras será clave para delimitar
cuando dicho servicio debe ser prestado de manera necesaria por un
vigilante de seguridad y cuando podrá ser prestado por personal distinto
al de seguridad privada.
Este hecho marca una gran diferencia respecto a la legislación que
manteníamos hasta la entrada de la Ley, y es que anteriormente y
derivado de la falta de regulaciones específica sobre la materia y la
aplicación de la conocida como Ley Omnibus, donde se liberalizaba la
prestación del servicio no requiriéndose ninguna capacitación específica,
resultaba en que cada uno, persona física o jurídica, podía proceder a la
instalación y gestión de cámaras con fines de seguridad sin estar
sometidos a más condicionantes que el cumplimiento de la Ley de
Protección de Datos. Pues bien, la nueva Ley parece decidida a acabar
con esto delimitando los servicios de videovigilancia que deben ser
prestados de manera necesaria por personal de seguridad y aquellos
que podrán seguir manteniendo una libertad de prestación.
Nos remitimos textualmente al artículo 42, que dice lo siguiente:

“Cuando la finalidad de estos servicios sea prevenir infracciones y evitar


daños a las personas o bienes objeto de protección o impedir
accesos no autorizados, serán prestados necesariamente por vigilantes
de seguridad o, en su caso, por guardas rurales.

No tendrán la consideración de servicio de videovigilancia la utilización


de cámaras o videocámaras cuyo objeto principal sea la comprobación
del estado de instalaciones o bienes, el control de accesos a
aparcamientos y garajes, o las actividades que se desarrollan desde los
centros de control y otros puntos, zonas o áreas de las autopistas de
peaje. Estas funciones podrán realizarse por personal distinto del de
seguridad privada”.

De los dos párrafos anteriores se desprende de manera clara la


distinción que quiere establecer la Ley y que antes adelantábamos.
Basándose en la finalidad del servicio se establece el personal que
podrá prestarlo y así, la seguridad, entendida como control del acceso
autorizado y la prevención de daños e infracciones, únicamente podrá
ser realizado por personal de seguridad, manteniendo libre la prestación
para los casos de comprobación de instalaciones, accesos a
aparcamientos y las actividades de control de las autopistas de peaje.
El resultado de la entrada de la nueva Ley y como puede afectar a todas
las operaciones de videovigilancia que existen en las empresas y
responsables del fichero de nuestro país está por ver y es que en
cumplimiento de esta nueva regulación se podría entender que la gran
mayoría de las operaciones que actualmente se realizan estarían fuera
de la legalidad al no ser prestado por personal de seguridad sino por
personal propio de las empresas. En cualquier caso, lo que sí parece
previsible es la modificación de los ficheros que actualmente se
encuentren declarados, adaptando la finalidad declarada a la de
comprobación de instalaciones.

Título Quinto. Control administrativo


Desarrollado en 3 artículos, el Título Quinto se refiere a las funciones de
control e inspección que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
o de las Comunidades Autónomas, según corresponda, realizarán sobre
las empresas del sector. De estas actuaciones podrá surgir la incoación
de un procedimiento sancionador, cuyo régimen se establece en el Título
siguiente.

Regula las actuaciones de control e inspección sobre las entidades, el


personal y las medidas de seguridad, así como la obligación de
colaboración por parte de los afectados.

Especialmente relevante es la incorporación de un precepto que regula


las medidas provisionales que pueden adoptar los funcionarios
policiales, cuando en el marco de una inspección lo consideren
absolutamente necesario, quedando en todo caso sujetas a ratificación
por la autoridad competente.

Igualmente, se limita, por razón de la intimidad de los datos, el acceso al


contenido de los informes de investigación privada en las inspecciones
policiales a la mera constatación de su existencia, salvo que medien
investigaciones policiales o judiciales o procedimientos sancionadores.

Título Sexto. Régimen sancionador


Finalmente, el último y extenso Título Sexto se refiere al régimen
sancionador, tipificando las infracciones administrativas, señalando las
sanciones que conllevan, indicando el órgano competente para su
imposición, e indicando algunas especialidades del procedimiento
aplicable.

El cuadro de infracciones diferencia entre infracciones cometidas por las


empresas del sector (artículo 57), por su personal (artículo 58) y por los
usuarios y centros de formación (artículo 59). Entre las previstas para los
usuarios, por ejemplo, se encuentra la infracción muy grave por contratar
o utilizar, a sabiendas, servicios de empresas o detectives carentes de la
autorización específica; o la infracción por utilizar aparatos de alarma o
de seguridad no homologados.

Las sanciones máximas (artículos 61 a 65), por infracciones muy graves,


podrán llegar al importe de 600.000 euros, en el caso de empresas;
30.000 euros, en el caso de personal; y 100.000 euros, en el caso de
usuarios.

Respecto a la competencia sancionadora (artículo 66), en el ámbito de la


Administración
General del Estado, la potestad sancionadora corresponderá:
Tipo de sanción Órgano competente

Extinción de las autorizaciones,


Ministerio de Interior
habilitaciones y declaraciones
responsables
Restantes sanciones por
Secretario de Estado de
infracciones muy graves Seguridad
Sanciones por infracciones Director General de la
muy graves Policía
Sanciones por infracciones
graves en relación
Director General de la
con los guardas rurales y Guardia Civil
centros y cursos de formación
exclusivos para este personal
Sanciones por infracciones Delegados y Subdelegados
leves del Gobierno

Contra las resoluciones sancionadoras se podrán interponer los


recursos previstos en la legislación de procedimiento administrativo y en
la de la jurisdicción contencioso- administrativa (esto es, recurso de
alzada, preceptivo, cuando la resolución no ponga fin a la vía
administrativa; o de reposición, potestativo, cuando sí ponga fin a dicha
vía; previo a la interposición del recurso contencioso-administrativo).

2. Competencias de la Administración General del Estado


y de las
Comunidades Autónomas
En los siguientes apartados pasaremos a hacer referencia a las
competencias propias de la Administración General de Estado y de las
Comunidades Autónomas.

Artículo 12. Competencias de la Administración General del Estado


Corresponde a la Administración General del Estado, a través del
Ministerio del Interior y, en su caso, de las Delegaciones y
Subdelegaciones del Gobierno, el ejercicio de las siguientes facultades:

• La autorización o recepción de la declaración responsable,


inspección y sanción de las empresas de seguridad privada y de sus
delegaciones cuya competencia no haya sido asumida por las
comunidades autónomas.
• La recepción de la declaración responsable para la apertura de los
despachos de detectives privados y de sus sucursales, así como su
inspección y sanción, cuando el ejercicio de estas facultades no sea
competencia de las comunidades autónomas.
• La habilitación e inhabilitación del personal de seguridad
privada, y la determinación del armamento, documentación,
uniformidad, distintivos y medios de defensa de dicho personal, así como
la acreditación, en todo caso, de los ingenieros y técnicos de las
empresas de seguridad y de los operadores de seguridad.
• La aprobación, modificación y cancelación de los programas y
cursos específicos de formación del personal de seguridad privada que
no sean de la competencia de los Ministerios de Educación, Cultura y
Deporte o de Empleo y Seguridad Social.
• La recepción de la declaración responsable, inspección y sanción
de los centros de formación del personal de seguridad privada cuya
competencia no haya sido asumida por las comunidades autónomas, así
como la acreditación, en todo caso, de su profesorado.
• La autorización, inspección y sanción de los servicios de
protección personal, cuando no sea competencia de las comunidades
autónomas, y de aquellas actividades y servicios transfronterizos de
seguridad que puedan prestarse por las empresas y el personal de
seguridad privada.
• La autorización de los servicios de seguridad privada y de
centrales de alarma de uso propio que se presten en un ámbito
territorial superior al de una comunidad autónoma con competencia en
materia de seguridad privada, así como la inspección y sanción de estos
servicios en aquella parte de los mismos que se realice fuera del
territorio de dichas comunidades autónomas.
• La determinación reglamentaria de las características
técnicas y de homologación que resulten exigibles a los productos,
sistemas, dispositivos, equipos, medidas y servicios de seguridad
privada.
• La determinación reglamentaria de los establecimientos
obligados a disponer de medidas de seguridad privada, así como la
fijación del tipo y alcance de las medidas obligatorias que ha de cumplir
cada tipo de establecimiento.
• La autorización, inspección y sanción de los
establecimientos e instalaciones industriales, comerciales y de
servicios que estén obligados a adoptar medidas de seguridad, cuando
el ejercicio de esas facultades no sea competencia de las comunidades
autónomas.
• La coordinación de los servicios de seguridad e investigación
privadas con los de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

En el ámbito de las competencias de la Administración General del


Estado y de conformidad con lo dispuesto en la legislación de Fuerzas y
Cuerpos de Seguridad:
• Corresponde a la Dirección General de la Policía el control de las
empresas, entidades y servicios privados de seguridad, vigilancia e
investigación, de su personal, medios y actuaciones.
• Corresponde a la Dirección General de la Guardia Civil el ejercicio
de sus competencias en materia de armas sobre las empresas y el
personal de seguridad privada, así como el control de los guardas
rurales y sus especialidades. Sin afectar a las competencias que
corresponden a la Dirección General de la Policía podrá participar en el
control de las actuaciones operativas del personal de seguridad privada,
que preste servicios en su ámbito de competencias.

Artículo 13. Competencias de las Comunidades Autónomas


Las comunidades autónomas que, con arreglo a sus estatutos de
autonomía, tengan competencia para la protección de personas y bienes
y para el mantenimiento del orden público, ejecutarán la legislación del
Estado sobre las siguientes materias:

• La autorización de las empresas de seguridad privada y de sus


delegaciones, así como la recepción de la declaración responsable para
la apertura de los despachos de detectives privados y de sus sucursales,
cuando, en ambos casos, tengan su domicilio en la comunidad
autónoma y su ámbito de actuación esté limitado a su territorio.
• La autorización de las actividades y servicios de seguridad privada
que se realicen en la comunidad autónoma cuando requieran de la
misma o de control previo.
• La inspección y sanción de las actividades y servicios de seguridad
privada que se realicen en la comunidad autónoma, así como de quienes
los presten o utilicen y la inspección y sanción de los despachos de
detectives privados y de sus sucursales que realicen su actividad en la
comunidad autónoma.
• La recepción de la declaración responsable, inspección y sanción de
los centros de formación del personal de seguridad privada que tengan
su sede en la comunidad autónoma.
• La coordinación de los servicios de seguridad e investigación privadas
prestados en la comunidad autónoma con los de la policía autonómica y
las policías locales.
• La autorización, inspección y sanción de los establecimientos e
instalaciones industriales, comerciales y de servicios sitos en la
comunidad autónoma que estén obligados a adoptar medidas de
seguridad.

Las comunidades autónomas que, en virtud de sus estatutos de


autonomía, hayan asumido competencia ejecutiva en materia de
seguridad privada cuando así lo establezca la legislación del Estado, la
ejercerán si disponen de cuerpo de policía propia o establecen fórmulas
de colaboración con el Cuerpo Nacional de Policía previstas en la
legislación de fuerzas y cuerpos de seguridad, sobre las siguientes
materias:

• La autorización, inspección y sanción de las empresas de seguridad


privada que tengan su domicilio en la comunidad autónoma y cuyo
ámbito de actuación esté limitado a su territorio. La denuncia, y puesta
en conocimiento de las autoridades competentes, de las infracciones
cometidas por las empresas de seguridad que no se encuentren
incluidas en el párrafo anterior.

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