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Ficha #4 - Actividad Voluntaria
Ficha #4 - Actividad Voluntaria
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Ficha de cátedra Nº 4
Índice
1. Síntesis del tema………………………………………….……………… 2
2. Tres niveles de procesamiento del control motor………………………... 2
3. Tipos de movimiento……………………………..……………………… 6
4. Trastornos del movimiento voluntario: las apraxias..…………...……….. 6
5 Las apraxias y los circuitos de control voluntario ……………………….. 7
6. Conclusiones.………………………………………………………..…… 10
7 Refencias bibliográfícas……………………………………………..…… 11
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1. Síntesis del tema
En esta ficha continúa la exposición sobre el control del movimiento y la integración sensorio-
motora. Se incluyen otros contenidos y se aborda el tema de lo que se conoce con los términos
“movimientos voluntarios”, esto es los que serían el resultado del control consciente.
Uno de los motivos de incluir esta ‘segunda parte’, es el que se desarrollan especialmente
los trastornos de los movimientos voluntarios conocidos como “apraxias”, y en el marco del
tratamiento de los “procesos cognitivos”.
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Figura 1. Etapa uno: generación estado motivacional objetivo e idea del movimiento.
Una vez que se genera un objetivo (CPF) el siguiente paso es recuperar las secuencias de
movimientos aprendidos que mejor lleven a cabo dicha intención. Intervienen, en este segunda
etapa, interacciones entre la CPF con los ganglios basales y las cortezas motoras secundarias
(Bear et al., 2009). Regiones de la CPF proyectan sinapsis excitatorias sobre el estriado de los
ganglios basales (núcleo caudado y putamen). La activación de estas cortezas opera
produciendo un efecto inhibitorio sobre otra región de los ganglios basales: el globo pálido.
Éste último, a su vez, mantiene proyecciones inhibitorias sobre regiones dorsales del tálamo. Al
ser inhibidas las proyecciones inhibitorias del globo pálido provoca una consecuente
desinhibición sobre el tálamo. La región talámica desinhibida genera, a su vez, una proyección
excitatoria sobre las áreas motoras suplementarias (AMS). El circuito mencionado conecta
áreas corticales y subcorticales frontales que permiten seleccionar las secuencias motoras
adecuadas (por parte de los ganglios de la base) para que las cortezas motoras secundarias las
desplieguen sobre la corteza motora primaria (M1) (ver Figura 2).
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Figura 2. Etapa dos: selección de las series motoras aprendidas.
En el nivel de la ejecución motora se despliegan las dos grandes eferencias motoras que se
detallan a continuación (ver Figura 4).
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Figura 4. Vías: lateral y ventromedial.
3. Tipos de movimiento
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diferentes patologías de los movimientos aprendidos tras una lesión cerebral. A los mismos se
los denomina apraxias (Ardila, 2015). La afectación de estos movimientos proposicionales
puede ocurrir en diferentes componentes de su estructura. Son trastornos adquiridos Que afectan
de alguna manera la ejecución de los movimientos aprendidos (el individuos había adquirido
previamente los movimientos que ahora se encuentran alterados) y que no pueden explicarse
por otra alteración (e.g. amnesia, trastornos de la comprensión, parálisis muscular, etc.).
5. Apraxias relacionadas con los distintos circuitos de control del movimiento voluntario
5.1. Circuitode la corteza parietal posterior (CPF)
Algunas tipos de apraxias pueden ser el resultado de lesiones en el circuito que incluye la
conexión entre la CPF y las regiones parietales posteriores (Brodmann 5 y 7). El daño en la
región parietal posterior (izquierda) pueden ocasionar la pérdida de la idea del movimiento: el
individuo no puede presentificarse como es el movimiento que quiere realizar al poner en
relación su cuerpo con el medio circundante. Este tipo de apraxia fue denominada ideatoria por
Liepmann (1920) ya que lo que se aprecia es la afectación para concebir, de forma abstracta, el
movimiento que se quiere realizar. La falta de idea de la acción conlleva una falta de
concretización del movimiento a partir de las cortezas motoras intactas. El problema tiene que
ser observado cualitativamente: debe identificarse clínicamente que las fallas del paciente están
en el nivel del contenido de la acción. El sujeto fallará en los tres tipos de movimientos,
mencionados más arriba, transitivos con y sin objeto y en los intransitivos por carecer de la idea
de los mismos. Una variante de la apraxia ideatoria es la apraxia callosa, en este caso, el déficit
se produce por una desconexión interhemisférica. Aunque las áreas parietales izquierdas están
intactas y pueden mandar información sobre la idea de la acción a las áreas de la CPF izquierda,
esta información no alcanza al hemisferio derecho por hallarse el cuerpo calloso lesionado
(Liepmann, 1907). Las cortezas motoras derechas, al no contar con ella, no pueden realizar
adecuadamente las praxias con la parte izquierda del cuerpo.
Una lesión que afecta el movimiento, sin provocar propiamente una apraxia, ocurre sobre
regiones de las cortezas ventromediales prefrontales. Al desconectar el sistema límbico de las
CPF, el individuo puede perder la iniciativa para moverse al tener alteradas las proyecciones
motivacionales-emocionales que lo empujan a hacerlo. En el caso de lesiones de la corteza
cingulada anterior, regiones mediales prefrontales, puede originar mutismo akinético. El
individuo no habla ni se mueve, no porqué no pueda sino porqué no tiene motivos emocionales
que lo lleven a hacerlo (Damasio, 2006).
A este nivel, alteraciones en estas estructuras neurales, dan cuenta de otro tipo de apraxias.
Por un lado, una desconexión desde las regiones parietales a las áreas de la CPF, debido a
lesiones en la sustancia blanca comunicante, puede provocar una apraxia ideomotora. La persona
no puede ejecutar correctamente movimientos transitivos sin objetos e intransitivos, sin
embargo mejora su performance si se le permite realizar movimientos transitivos con sus
respectivos objetos. Esta mejora se debería, según Liepmann, a que el uso del objeto logra
conectar, por sus aferencias somatosensitivas, las cortezas parietales y CPF a través de otras
vías. Como ambas neocortezas están intactas, la lesión sólo las ha desconectado, pueden volver a
comunicarse a través del somatosentido. Esto le permite al individuo mejorar la ejecución sobre
el movimiento que quiere realizar. Puede observarse una mejora a nivel del contenido de la
acción cuando un paciente con apraxia ideomotora realiza movimientos aprendidos con el objeto
correspondiente (Ardila, 2015).
Por otra parte, lesiones en las cortezas motoras secundarias (AMS y APM) o lesiones en el
circuito de los ganglios de la base, que controlan estas regiones, provoca otro tipo de apraxia:
motoras o mileokinética (Liepmann, 1920). El individuo tiene la idea del movimiento que quiere
realizar pero las series motoras para materializarlo no pueden ser adecuadamente coordinadas de
forma fluida y secuenciada. El problema del movimiento seobserva a nivel de la producción del
mismo. Liepmann la llama apraxia mielokinética para indicar a que lo que se pierde es la fluidez
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del movimiento. Las series motoras se realizan de manera trabajosa, con alteraciones en el
orden de las secuencias de movimientos y con omisiones de componentes de los mismos. Luria
también llamo a esta afectación apraxia eferente (Glozman, 2007).
Procesos degenerativos que alteran los circuitos aferentes a los ganglios basales pueden
ocasionar problemas en el movimiento sin ser, por ello, apraxias propiamente dichas. Es el caso
de la enfermedad de Parkinson que afecta las vías de sustancia nigra que aportan dopamina a las
regiones estriadas de los ganglios basales. Este déficit dopaminérgico impide que el estriado
tenga su poder inhibitorio sobre el globo pálido, lo que resulta en que este último inhiba con
mayor potencia la iniciación de los movimientos por parte de las regiones talámicas que regulan
las AMS. El resultado es que el paciente con la enfermedad de Parkinson tiene dificultades para
la iniciación de movimientos espontáneos, manteniendo rígidos sus músculos. Lesiones del
subtálamo pueden ocasionar los efectos contrarios ya que la pérdida de su influencia ocasiona la
inhibición del globo pálido, por lo que impide que éste sirva de filtro para el surgimiento de
movimientos estereotipados por parte del circuito talámico-AMS. En este caso, el individuo no
puede impedir la ejecución involuntaria de movimientos bruscos y violentos (balísticos) o tics
nerviosos complejos.
6. Conclusiones
Los síndromees neuropsicológicos descritos como “apraxias” dan cuenta de que los
procesos cognitivos pueden ser considerados como sistemas de control segregados hasta
denterminado nivel de integración funcional, de manera que lesiones circunscriptas
provoquen trastornos discretos de la cognición y la conducta.
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Los aportes de las técnicas de neurociencias funcionales, de la misma manera que lo
hacho para el lenguaje, el reconocimiento, etc. ha permitido el desarrollo de modelos de
control del movimiento y las acciones de mayor complejidad, con posibilidades de
implementar en dispositivos artificiales (por ejemplo para la asistencia de pacientes), y con
plausibilidad biológica.
7. Referencias.
Bear, M. F., Connors, B. W., & Paradiso, M. A. (2009). Neurociencias: Explorando el Cerebro
(3ra Ed.). Masson Williams -Wilkins, Barcelona.
Damasio, A. R. (2006). El error de Descartes (3ra Ed.). Barcelona, España: Editorial Crítica.
Liepmann, H. (1907). Concerning the function of corpus callosum and the relationship of
aphasia and apraxia to intelligence. Medizinische Klinik, 25, 25-34.
Luria, A. R. (1966). Human Brain and Psychological Processes. New York: Herper & Row.
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