Hay, pues, desde este ángulo de vista un Artista potencial en cada alma espiritual
de la Naturaleza, desde la pequeña alma que informa a la flor de delicado perfume
hasta el resplandeciente Ángel que cuida de la preservación de las prístinas formas que desde los niveles más ocultos intentan substanciarse o materializarse. La Belleza, el sentido innato de acercamiento a los ocultos Arquetipos que tratan constantemente de manifestarse, es la Nota peculiar y característica de la Naturaleza, siendo el Hombre, el ser dotado de razón y de sensibilidad y por tanto con más capacidades de cumplimiento, el único ser dentro de esta magnificente Naturaleza que altera el sentido innato de Belleza y llena de horrorosa fealdad el extenso campo de sus realizaciones individuales y comunales