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Nómadas (Col)

ISSN: 0121-7550
nomadas@ucentral.edu.co
Universidad Central
Colombia

Sánchez Mojica, Dairo Andrés


Reseña de "EL GIRO DECOLONIAL. REFLEXIONES PARA UNA DIVERSIDAD EPISTÉMICA MÁS
ALLÁ DEL CAPITALISMO GLOBAL" de Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel (Eds.)
Nómadas (Col), núm. 27, octubre, 2007, pp. 239-242
Universidad Central
Bogotá, Colombia

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=105116595019

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EL GIRO DECOLONIAL. REFLEXIONES PARA UNA


DIVERSIDAD EPISTÉMICA MÁS ALLÁ DEL
CAPITALISMO GLOBAL

Editorial: Universidad Central –IESCO–,


Pontificia Universidad Javeriana –Instituto Pensar– y
Siglo del Hombre Editores
Autores: Varios
Editores: Santiago Castro-Gómez y Ramón Grosfoguel
Ciudad: Bogotá
Año: 2007
Número de páginas: 307

Dairo Andrés Sánchez Mojica* rentes deseos, intereses, afectos y de un pensamiento crítico latino/
saberes que abren mundo y que, a latinoamericano, que no latino-
Antes que contarles de lo que su vez, se conectan con entidades americanista, elaborado en/desde
se trata la más reciente publicación políticas, subjetivas, estéticas y localizaciones subalternizadas por
colectiva del programa moderni- epistémicas. El texto como agen- las jerarquías etno-raciales, geopo-
dad/colonialidad/decolonialidad ciamiento maquínico que produce, líticas y corpopolíticas del sistema
(en adelante PM/C/D), quisiera al articularse con una multiplicidad mundo posmoderno/poscolonial1 .
compartir algunos acercamientos a de entidades, su propio horizonte En este sentido, disputa interpreta-
la pregunta por aquello que produ- rizomático de sentido. ciones sobre lo social con los
ce aquel artefacto. Con esta pro- paradigmas de cuño (neo)liberal,
puesta quisiera desplazar su Para ello hay que comprender multicultural y eurocentrado que se
atención, si me lo permiten, del el locus de enunciación desde el articulan con las formas de acción
problema de la referencia al texto, que emerge el texto, lo cual no ne- social y producción de conocimien-
hacia la dimensión de sus efectos y cesariamente remite a la soberanía to corporativo propias de los pro-
agenciamientos. Les propongo un de la función de autor, ni a la con- cesos posfordistas de acumulación
distanciamiento de la comprensión fesionalidad cristiana del sujeto, del capital.
del texto como algo que remite a sino más bien al campo de fuerzas
una porción delimitada del mundo en el que se produce. El PM/C/D es La categoría giro decolonial im-
y que nos da cuenta de ella, mira- un colectivo que integra diferentes plica, al parecer, un transito en el
da docta, acaso memorística y, un pensadores, activistas, intereses PM/C/D que va de la crítica contra
poco sacerdotal del texto, para de- políticos, afectos, categorías, publi- la llamada colonialidad del saber,
jarnos inquietar por la asunción del caciones, códigos y rituales de en- a la transformación afirmativa de
mismo como articulación de dife- cuentro en torno a la producción diferentes espacios, subjetividades

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individuales y colectivas, institu- develar la experiencia subalterna poder y del ser, así mismo realiza
ciones y modos de ser que generan de mundo, permitiendo la articu- una “apertura” a las experiencias
y perpetúan relaciones de domi- lación de diferentes lugares, saberes subalternizadas que buscan dispu-
nación. La colonialidad es un ele- y subjetividades sometidas. Es por tarse diferentes escenarios de ejer-
mento complementario de la esto que más que una opción teóri- cicio del poder.
descolonización: mientras esta úl- ca, entre otras disponibles para el
tima remite a la transformación de investigador, la decolonialidad “pa- Una de las dimensiones en las
estructuras económicas y políticas, rece imponerse como una necesi- que se manifiesta esta apuesta es la
aquella implica una crítica a las for- dad ética y política para las ciencias llamada interculturalidad, la cual
mas de producción de saber, a los sociales latinoamericanas” (Castro- no supone un relación meramente
procesos de subjetivación y a las Gómez; Grosfoguel: 21). comunicativa entre las diversas cul-
relaciones sociales que agencian turas que se encuentran en igual-
procesos de subalternización. De Al parecer de Migñolo, la ge- dad de condiciones debido al
modo que la decolonialidad, uno de nealogía de la decolonialidad se ejercicio de un “velo de ignoran-
los términos centrales de este pro- remonta a la emergencia misma del cia” trascendental (multiculturalis-
yecto, es una categoría que supone sistema mundo moderno/colonial mo neoliberal), sino una disputa
un posicionamiento político y no (categoría que apela a un nivel pla- que parte de la existencia de rela-
remite tanto a una voluntad de ver- netario de dominación), sus mani- ciones de poder asimétricas y que
dad, como sí a una voluntad de festaciones abarcarían trayectos propugna por conocimientos, prác-
poder. No se propone acceder como los recorridos por el cronista ticas políticas, poderes sociales y
asintóticamente a grados cada vez Wuaman Poma de Ayala, en el si- formas de pensamiento otras
más certeros de verdad sobre lo so- glo XIV, y el esclavo liberto (Walsh: 47), vinculadas al propó-
cial, sino que busca transformarlo Ottabbah Cugoano en el siglo sito de construir “un mundo en el
de manera crítica articulando la ex- XVIII, pues sus tratados políticos se que quepan muchos mundos”
periencia de la memoria colonial. producían desde la herida de la (Grosfoguel: 75). Desde la praxis
“Ya no se trataría de las puertas que colonialidad y denunciaban la co- política de la interculturalidad,
conducen a la ‘verdad’ (aletheia), rrupción del ordenamiento social decolonialidad implica “un camino
sino a otros lugares: a los lugares de la época. La genealogía de la para pensar desde la diferencia a tra-
de la memoria colonial; a las hue- decolonialidad pasa, más contem- vés de la descolonización y la cons-
llas de la herida colonial desde don- poráneamente, por escritores como trucción y constitución de una
de se teje el pensamiento Aimé Césaire, Franz Fanon y sociedad radicalmente distinta”
decolonial” (Migñolo: 29). Enrrique Dussel; su emergencia se (Walsh: 57).
encuentra atada a lugares, saberes
El giro decolonial implica una y experiencias otrorizadas en las De otro lado, la decolonialidad
forma de producción de sentido que jerarquías del sistema mundo mo- también se manifiesta en la subver-
remite a la experiencia generada derno/colonial. Sería pues un pen- sión de los universalismos abstrac-
por la diferencia colonial. No bus- samiento que se “desprende” de los tos que se producen desde las
ca posicionarse en la suspensión de supuestos naturalizados que agen- entrañas de la modernidad/colonia-
la subjetividad que conoce, sino cian la colonialidad del saber, del lidad, los cuales funcionaban y fun-

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cionan como plataforma de tos trasnacionales del capital, ofrece algo. Y ese alguien a quien
fundamentación del gobierno de la reactualizando la diferencia colo- lo ofrece no es el “amo” sino otro
diferencia, a partir de enunciados nial, como lo señala Juan Camilo esclavo (Maldonado-Torres: 158).
como la salvación, la civilización, Cajigas en el volumen que presen-
el progreso, el desarrollo y la de- tó. Decolonizar la universidad pasa Así mismo, son interesantes las
mocracia. En este sentido, Gros- por subvertir la estructura arbores- propuestas de decolonización de
foguel propone la realización de un cente propia de la fragmentación campos específicos de los estudios
universalismo concreto asociado de la realidad en disciplinas, impli- sociales. Juliana Flórez plantea la
con la articulación participativa de ca la asunción del pensamiento necesidad de decolonizar el análi-
la diferencia. Una pluriversalidad, complejo y supone “tomar en se- sis de la acción colectiva, la cual
antes que una universalidad, que rio” formas de conocimiento que ha sido inscrita en lecturas ilustra-
genere un movimiento de reta- han sido sometidas en las jerarquías das de lo político que terminan
guardia política similar al “andar del sistema mundo moderno/colo- descalificando, a causa de la colo-
preguntando” de los zapatistas y que nial. El ejercicio decolonial en la nialidad del saber, la acción colecti-
permita eliminar la idea de vanguar- universidad implica entonces, una va latinoamericana y negándole
dia, la cual se basa precisamente en política transdisciplinar y transcul- estatus político bajo el argumento
la acción predicativa y misional pro- tural del conocimiento. de que se trata de movimientos so-
pia de los universalismos abstractos. ciales premodernos (Flórez-Flórez,
En El giro decolonial convergen 250), asunto que últimamente está
La decolonialidad implica tam- múltiples frentes de ejercicio del en boga en Colombia, donde se
bién la transformación de la uni- poder que se proponen decolonizar busca estatus político para los ejér-
versidad en cuanto espacio de desde formas de pensamiento, has- citos para-militares y el mismo se
producción de sentido, pues “la ta modos de ser-en-el-mundo. Cabe niega constantemente a los movi-
universidad se inscribe en (...) la es- resaltar en este sentido la propues- mientos sociales. Carolina Santa-
tructura triangular de la colo- ta de decolonización del ser, la cual maría Delgado aborda el problema
nialidad: la colonialidad del ser, la pasa por una actitud decolonial. de la descolonización de los estu-
colonialidad del poder y la co- dios etnomusicológicos, a partir del
lonialidad del saber” (Castro- La actitud des-colonial (vis-á-vis análisis del caso del bambuco. Allí,
Gómez: 78-79). La universidad está la actitud imperial) plantea el rom- presenta las dinámicas propias de
siendo transformada en el marco pimiento con la actitud natural la colonialidad del poder en las aca-
del capitalismo trasnacional en una colonial y la dialéctica de recono- demias de música en Colombia, y
institución prestadora de servicios: cimiento imperial (sic), aquella que plantea la necesidad de la decolo-
los conocimientos útiles son aque- presupone que todo sujeto debe nización de las mismas, de modo
llos que son funcionales a la obtener reconocimiento del hom- que se logre articular sensibilidades
biopolítica global del conocimien- bre blanco para adquirir sentido musicales que han sido histórica-
to y a la biocolonialidad del poder, completo de su humanidad. En la mente excluidas. El documento
que captura los saberes otros y la actitud-descolonial, el sujeto en la incluye igualmente algunos análisis
naturaleza misma para mercan- posición de esclavo no simplemen- en torno a las dinámicas de colo-
tilizarlos y vincularlos a los circui- te busca reconocimiento sino que nialidad en el marco del Estado-

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Nación colombiano. Cabe resaltar ta articulada en El giro decolonial.
el trabajo de Mónica Espinoza so- Considero que lo interesante de este Bibliografía
bre el ejercicio de la violencia con- artefacto reside en las resonancias
tra los indígenas en Colombia y la que puede generar y los usos per- CASTRO-GÓMEZ, Santiago, 2005, La
poscolonialidad explicada a los niños,
lectura de Eduardo Restrepo sobre formativos que potencialmente se Popayán, Universidad del Cauca/Instituto
la construcción por parte de la pueden agenciar a partir del mis- Pensar.
antropología colombiana de su ob- mo. En cierta medida, la importan- ESCOBAR, Arturo, 2005, Más allá del tercer
jeto de referencia, a partir de pro- cia de la decolonialidad no es tanto mundo. Globalización y diferencia, Bo-
cedimientos como la etnografía y su campo de referencia conceptual, gotá, ICAHN/Universidad del Cauca.
de categorías como cultura, las cua- como hemos venido argumentan- WALSH, Catherine, 2005, “(re)pensamiento
les totalizan la experiencia de la do, sino los usos que puede gene- crítico y (de)colonialidad”, en: Catherine
Walsh, Pensamiento crítico y matriz
alteridad convirtiéndola en esencia. rar en la experiencia. Implica un (de)colonial. Reflexiones latinoamerica-
ejercicio afirmativo frente a las ló- nas, Quito, UNAB/Abya-Yala.
(...) la indiologización de la an- gicas de captura basadas en el re-
tropología, más que su énfasis en conocimiento de la otredad. En
ciertas poblaciones, es el efecto este sentido, el libro es un nodo que
epistémico y político de la produc- articula diferentes flujos disconti- * Licenciado en Educación Básica con én-
ción de lo indígena como otredad nuos, que implican subversiones en fasis en Ciencias Sociales. Investigador
esencial, es decir, como una alte- diferentes espacios de significación del Cinep y Profesor catedrático del De-
partamento de Ciencias Sociales de la
ridad radical que, no obstante su y de acción; su potencia está en lo Universidad Pedagógica Nacional. E-
apariencia de caos o sinsentido –a que puede devenir a partir de allí mail: dairoasm@hotmail.com
los ojos etnocentristas de los no ini- en términos políticos, culturales y 1 Para conocer la genealogía del PM/C/D
ciados, por supuesto–, respondía a sociales. De modo que la decolo- pueden consultarse los diferentes balan-
ces, en los que se encuentran referen-
un cuidadoso ordenamiento intrín- nialidad debe apartarse, como dice cias a las publicaciones colectivas e in-
seco al cual se plegaban los sujetos. Eduardo Restrepo, de una cuestión dividuales, categorías de análisis y en-
de “prestigio y pasarela académica” cuentros académicos que han constitui-
do el horizonte rizomático de interpre-
Hemos visto algunos de los pla- (Restrepo: 296). tación del programa (Castro-Gómez,
nos y frentes que abarca la propues- 2005b: 49-71; Escobar, 2005: 63-93;
Walsh, 2005: 124).

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