Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
LA NOCIÓN DE EXPERIENCIA
EN LA FILOSOFÍA TARDÍA
DE WALTER BENJAMIN
Tesista:
DNI 28.801.886
Directora:
Carrera de Filosofía
Buenos Aires
Diciembre de 2017
A Chiche, mi viejo
2
Agradecimientos
Entre las muchas personas que de algún modo u otro hicieron posible la consecución de
este trabajo, quisiera agradecer a Sebastián “Mike” Napolitano, por sus comentarios y
por acompañarme en el peregrinaje a través del absurdo. A Paula Fleisner, por leer,
guiar y alentar. A Diana Zuik por invitarme a trabajar con ella y franquearme el camino
de la docencia. A Rafa, por su amistad y por la música. A Lucy, por su apoyo constante
y por ser mi mamá. A Ale, por las lecturas, los pareceres, las charlas y, sobre todo, por
el amor.
3
Índice
Introducción.......................................................................................................................6
3. Estado de la cuestión.......................................................................................................9
I. La experiencia y su crisis.............................................................................................13
2. La crisis de la experiencia.............................................................................................18
2.b Memoria............................................................................................................20
2.c Percepción..........................................................................................................23
1. Tensiones......................................................................................................................27
2.a Dispersión..........................................................................................................34
2. Aura y experiencia.......................................................................................................54
4
2.b Diferencia..........................................................................................................58
1. Aura y mirada................................................................................................................60
V. Interrupción y catástrofe.............................................................................................73
1. Despertar.......................................................................................................................74
2. Tiempo y narración.......................................................................................................79
3. Historia y memoria......................................................................................................83
Conclusiones....................................................................................................................86
Bibliografía......................................................................................................................94
Textos de Benjamin..........................................................................................................94
Referencias........................................................................................................................95
Bibliografía consultada.....................................................................................................98
5
Introducción
en abundancia y desde diversas disciplinas. Esto es, a la vez, un obstáculo y una ventaja.
Por un lado, se cuenta con una diversidad de dilucidaciones que echan luz sobre un
estilo de escritura, algunas veces, algo críptico. Por otro lado, suele suceder que este
temas más frecuentados del autor pero que, a pesar de esto, no ha sido suficientemente
carácter estructurante en la obra tardía del autor. Esto último es lo que hace de esta
noción un elemento crucial dado que, no sólo guía el camino de sus últimos años de
6
fundamentales más estudiados. Como propósito general, la tesis aspira a caracterizar
pesar de que la noción en cuestión ocupa el pensamiento de Benjamin desde sus escritos
más tempranos, considero que es en esta última etapa en donde se desarrolla toda la
posiciona como centro orbital de una constelación de reflexiones que se proyecta hacia
Con el fin de explicitar lo que entenderé aquí como “etapa tardía”, y dado que no
existe entre los estudiosos de la obra benjaminiana un acuerdo con respecto a cómo
concepto que nos ocupa. Los puntos nodales de la evolución del mismo establecen,
de los primeros escritos benjaminiano, lo cual revela el temprano interés del autor por
este concepto. Sin embargo, la noción de experiencia que se desarrolla en este artículo
parece oponerse a la que protagoniza los escritos de madurez. Benjamin toma a esta
7
sí, sino a una cierta concepción de ella que es utilizada justamente para coartar su
la cual se desarrolla desde 1918 hasta 1933. Esta etapa comienza con Sobre el
programa para una filosofía futura (1917), escrito en el cual el concepto de experiencia
vuelve a ser central. Tal es su importancia, que es propuesto por Benjamin como la
otro, acorde con aquel espíritu juvenil, la noción vuelve a ser foco de crítica. Esta vez,
elaboración de una teoría del conocimiento inadecuada para las necesidades filosóficas
el punto de partida para una nueva teoría del conocimiento, objetivo que se vería
experiencia, es puesto en marcha a partir de 1933 con Experiencia y pobreza, texto que
Benjamin produce en estos años involucran, de algún modo u otro, a este concepto.
8
historia es posible dilucidar el carácter axial de esta noción. Es por esto por lo que,
como se verá, la evolución del concepto dentro de esta etapa coincide en general con el
orden cronológico de los textos. Si bien el objetivo del trabajo no procura demostrar que
El conjunto de textos que conforman lo que denominé “etapa tardía” del pensamiento
Baudelaire (1939). Por medio de estos tres escritos pueden dilucidarse los componentes
menor, se evidencian una serie de dimensiones que dejan en claro la plasticidad del
3. Estado de la cuestión
que el presente trabajo pretende vincular. Esta articulación resulta necesaria a los fines
de elaborar una teoría que englobe las reflexiones tardías de Benjamin. Por esta razón,
capítulo, dado que cada uno de ellos se ocupa de temas que poseen su propia tradición
de comentadores.
9
En el primer capítulo del trabajo se definirá qué es lo que Benjamin entiende por
experiencia. Gran parte de la tradición de filósofos que se han ocupado del autor no se
empeñó, quizás por el enorme peso del concepto en la historia de la filosofía, en brindar
una definición cabal de dicha noción. Considero que esta tarea es de vital importancia
por esto por lo que tomaremos como punto de partida el minucioso análisis de Thomas
potencia estética y política del concepto, definir qué es aquello que debe entenderse por
completa con los aportes de Susan Buck-Morss (2012) con respecto a la percepción y
Detlev Schöttker (2012) con respecto a la relación entre memoria y experiencia. Esta
conflicto con esta noción de experiencia. Allí analizaremos dos ideas fundamentales de
además del trabajo de Buck-Morss antes mencionado resulta necesario considerar los
a tener en cuenta aquí son mucho mayores dado que la inquietud acerca de aquello que
Benjamin denominó aura generó numerosas discusiones. Intentaré, como primer paso,
10
paradigmáticos de Douglas Crimp (1980), los cuales cuentan con una indiscutible
autoridad en la tradición de comentadores. Ante esta postura clásica acerca del aura
revisaré algunos otros aportes que, según mi consideración, acercan el aura al problema
Huberman (2015), Miriam Bratu Hansen (2008) y Diarmuid Costello (2010). Estos
autores han intentado expandir las fronteras de la noción de aura por fuera de los límites
experiencia. Este modo de ver el aura a través del prisma de la experiencia aporta
nuevos elementos que obligan a exceder el terreno de la teoría del arte e invitan al
Baudelaire. Se intentará postular al poeta como el núcleo que condensa todos los
Huberman (2013), David Kelman (2005) y de Josef Fürnkäs con su artículo “Aura”
(2012). En estos trabajos se realiza un tratamiento detallado del vínculo entre el aura y
totalizando la teoría.
experiencia en los últimos escritos de Benjamin, así como también en los fragmentos
que se agruparon en Libro de los pasajes. En ellos el autor proyecta una teoría del
conocimiento cuya realización queda inconclusa. Sin embargo, sus escasos planteos
11
objetivo de este capítulo es revisitar estos tratamientos para determinar el valor
y la memoria. Para esta problemática recurriré a los planteos de Reyes Mate (2009),
autor que reflexiona acerca de la relación entre historia y memoria en Benjamin. En este
Esta potencia política será la que permita observar toda la argumentación como un
conjunto y permita enlazar algunos elementos en apariencia dispersos. Es por esto por lo
análisis de las fuentes, las cuales serán las que guíen el recorrido. El diálogo con los
problemáticas que conforman lo que consideraré aquí como una teoría de la experiencia
han suscitado diferentes niveles de interés en los analistas benjaminianos. De este modo,
mayor que en otros. En todos los casos, cualquier discusión con los comentadores se
12
I. La experiencia y su crisis
aquella concepción juvenil, motiva este giro. La tentativa de estas filosofías por
Tanto Dilthey, Klages, Jung y sobre todo Bergson, dejan de lado estas cuestiones en sus
reflexiones y, sobre todo, olvidan el contexto en el que surge su propia filosofía: “la
estructuración del mundo moderno plantea una problemática que, según Benjamin,
13
no se clarifica qué es aquello que, en el marco del pensamiento benjaminiano, debe
entenderse por experiencia. Es por esto por lo que comenzaremos por el intento de
su decadencia.
Baudelaire. Ninguno de los dos, como sucede en toda la etapa de madurez del autor,
resiste una lectura aislada. No solo dialogan entre sí, sino que además direccionan
propio Benjamin realizó de un modo categórico. Es por esto por lo que la misma debe
producción de madurez. Reconoceremos como primer paso cada uno de ellos, a los
14
recuerdo, que en los datos acumulados, muchas veces no conscientes, que confluyen en la
de la experiencia. Ésta se nos presenta, en principio, como algo que se atesora a través
identifica en la pura interioridad que cierra los ojos a todo elemento externo corruptor
más profundo del ser, a dialogar con otras competencias humanas y a ser afectado por
praxis humana en la que la relación con uno mismo y la relación con el mundo están
articuladas de tal manera que la relación con el mundo se vuelve articulable como relación
2
El foco de la crítica benjaminiana es la noción bergsoniana de “memoria pura” la cual es
contrapuesta por Bergson a una memoria automática orientada a la acción. En Materia y memoria el autor
caracteriza a la primera como aquella que registra “bajo la forma de imágenes recuerdos, todos los
acontecimientos de nuestra vida cotidiana a medida que se desarrollan: ella no descuidaría ningún detalle;
en cada hecho, en cada gesto, dejaría su ubicación y su fecha. Sin segunda intención de utilidad o
aplicación práctica, almacenaría el pasado por el sólo efecto de una necesidad natural. A través de ella se
volvería posible el reconocimiento inteligente, o intelectual más bien, de una percepción ya
experimentada; en ella nos refugiamos todas las veces que remontamos la pendiente de nuestra vida
pasada para buscar una cierta imagen.” (2006: 95). Benjamin no acuerda del todo con la separación que el
filósofo francés opera entre esta memoria pura de carácter contemplativo y espiritual y otra repetitiva y
utilitaria en tanto esto conduciría a una concepción de experiencia encerrada en la vida interior del sujeto
sin diálogo con el exterior. Sin embargo, Benjamin reconoce la postulación de Bergson como un camino
para comenzar a pensar la articulación entre memoria y experiencia.
15
La experiencia implica una articulación entre el individuo y sus circunstancias
través del aparato sensorial, el individuo articula “como vinculación y como expresión”
benjaminiana está lejos de la relación entre sujeto y objeto que define a la experiencia
kantiana. Esta división entre sujeto y objeto pierde sentido en la articulación recíproca
armonía con la concepción de la experiencia tal como la entendemos aquí. Dice Buck-
Morss:
El sistema nervioso no está contenido dentro de los límites del cuerpo . El circuito que va de
cerebro no es un cuerpo anatómico aislable, sino parte de un sistema que pasa a través de la
de estímulos y arena en la que tiene lugar la respuesta motora, el mundo exterior debe ser
16
La autora conceptualiza a este sistema como “sinestésico”. El sistema sinestésico,
mediante una función mediadora en ese diálogo entre sensaciones internas y externas.
relación consigo mismo y la relación con el mundo están articuladas entre sí, y transforma
esto último, surge un elemento que completa nuestro panorama de los componentes que
3
La problemática de la narración será desarrollada en profundidad en capítulos posteriores en relación
con los tratamientos benjaminianos acerca de la historia y del rol del historiador .
17
y memoria, y lo que en términos amplios denominamos mundo. El profundo cambio
que traen a Occidente las revoluciones de fines del Siglo XVIII inaugura una etapa
especial de transformación para este vínculo y para cada uno de estos elementos que lo
peligro de su desaparición.
Ahora bien, ¿Qué significa que la posibilidad misma de la experiencia está en riesgo?
Debemos abordar, en primer lugar, el modo en que Benjamin desarrolla esa incapacidad
2. La crisis de la experiencia
definición del concepto, nos muestra el camino por medio del cual podemos comenzar a
sospecha acerca de algún otro tipo de experiencia en algún otro sentido. Esta distinción
advertir.
Aquella experiencia que en sus juveniles reflexiones teológicas era catalogada como
18
“auténtica” e “inauténtica” se convertirá, al ser analizada a través del prisma
materialista, en experiencia (en sentido estricto) por un lado y, por el otro, en lo que el
autor denominará vivencia. Si bien en castellano son términos que suelen usarse como
Si bien este es un proceso de larga data, empieza a hacerse evidente con la Primera
Guerra Mundial:
generación que de 1914 a1918 ha tenido una de las experiencias más atroces de la historia
universal. Lo cual no es quizás tan raro como parece . Entonces se pudo constatar que las
gentes volvían mudas del campo de batalla . No enriquecidas, sino más pobres en cuanto a
sobre la guerra era todo menos experiencia que mana de boca a oído . (1989: 167)
A través de este ejemplo, se exponen los dos núcleos esenciales del concepto de
vivencia: Por un lado, ésta se fundamenta en un shock que afecta tanto a la percepción
percepción y las condiciones de existencia. Quien vuelve del campo de batalla no tiene
nada para contar, sólo meras vivencias aisladas. El shock fragmenta la coherencia
19
caso límite, este proceso de erosión sensorial viene consolidándose desde hace tiempo
implica. Por el otro, la vivencia es una parte integrante de la experiencia. Para entender
esta aparente ambigüedad de la vivencia, será necesario explorar con más minuciosidad
expuestos más arriba y la forma en que la modernidad imposibilita ese tener. A pesar
la memoria.
2.b Memoria
Si la mémoire pure de Bergson es la única accesible, entonces “solo el poeta puede ser
dirige hacia el pasado, pero “las informaciones que transmite sobre lo transcurrido no
experiencia.4 En Una imagen de Proust dice Benjamin: “Es sabido que Proust no ha
descrito en su obra una vida tal como realmente es, sino una vida tal como la recuerda
que, como dice Detlev Schöttker en “Recordar”: “no debe ser interpretada como
‘instrumento para la exploración del pasado’ sino como ‘su escenario’” (2014: 963). El
tipo de memoria que Benjamin está describiendo no es una mera herramienta para
individual junto con aquellos del pasado colectivo” (2012: 190). Si la experiencia es un
4
Vemos que la teoría de la experiencia subyace una teoría de la memoria. En ella se fundamentará la
postulación de una de las dimensiones epistemológicas que analizaremos más adelante. En este
movimiento de la memoria involuntaria se fundamenta toda la filosofía de la historia de Benjamin que
será analizada en capítulos posteriores.
21
asunto de la tradición, no puede limitarse la memoria al ámbito privado, se debe integrar
El concepto de memoria colectiva es el que mejor cuadra con el tipo de memoria que
Benjamin está intentando mentar, como dice Schöttker, “tras la idea de Benjamin de la
se da esta renovación, dado que será estudiado más adelante cuando abordemos la
aquello que se viene contando desde hace tiempo, es algo inherente a la comunicación
capacidad de volver a contarlo. Dice Benjamin: “El narrador toma lo que narra de la
aquellos que escuchan su historia” (2008: 65). Así como la narración decae a la par de
que cuadra con las características de esta última: la prensa. Dice Benjamin:
Si la prensa hubiera pretendido que el lector se apropiara de las informaciones como parte de
intención lograda. Consiste en aislar los sucesos respecto del ámbito en que podrían afectar a
22
la experiencia del lector. Los principios de la información periodística (novedad, brevedad,
claridad y ante todo la falta de relación entre las noticias) contribuyen a su éxito tanto como
el discurso informativo. La exactitud y precisión temporal con que los hechos son
experiencia propia entrometiéndose en el contenido del relato, pero sin herir su infinita
(Benjamin, 2008, p. 69). De este modo, a pesar de que su contenido esencial no cambia
prensa, “no hay lector que disponga de algo para contar que el otro no conozca” (2012,
190).
momento es que este tipo de memoria, vital para la experiencia, resulta hostil al nuevo
23
2.c Percepción
por ende, se modifique en su esencia? Dicho de otro modo, ¿Por qué sobreviene la
percepción, cuyo origen Benjamin remonta a la emergente sociedad industrial del Siglo
privilegiado: la ciudad de París, según el autor, la capital del Siglo XIX. La nueva gran
ciudad será un campo de adiestramiento para los sentidos, un entorno nuevo que
requerirá de una reestructuración integral. Siendo lo que media entre mundo y memoria,
tecnológicamente estructurado:
Una generación que había ido a la escuela en tranvía tirado por caballos se encontró
indefensa en un paisaje en el que todo menos las nubes había cambiado, y en cuyo centro, en
24
vivencia en norma. Es decir, este entrenamiento es tan perjudicial para la experiencia,
cual la vivencia se pondera por sobre la experiencia; y otro en el que, a partir de estas
base a este proceso. La comprensión de este nuevo tipo de percepción es, para
anterior de la memoria.
también una forma de relación entre el individuo y el mundo, pero con características
este conflicto entre memoria y percepción, a Freud y sus análisis de la relación entre
memoria y conciencia en Más allá del principio del placer. Sin intentar probar la teoría
Cuanto mayor sea la participación de los momentos de shock en cada impresión, cuanto más
incansablemente deba hacer aparición la conciencia como protección ante los estímulos,
25
cuanto mayor sea el éxito con que opera, menos impresiones ingresarán a la experiencia, más
La conciencia actúa como protectora ante los shocks, pero como consecuencia,
respuesta de la conciencia se vuelve necesaria ante las condiciones del shock moderno,
dado que “Cuanto más a menudo los registre la conciencia, tanto menores serán sus
impide que se atesore la huella mnémica, fundamental para la experiencia. Como afirma
bloqueando la porosidad del sistema sinestésico, aislando así la conciencia actual del
proceso.
“incorporar” al mundo se utilizan las mismas capacidades para “desviarlo” (Cfr. 2014:
una nueva experiencia. Esta nueva articulación y sus alcances serán analizados en el
capítulo siguiente.
26
II. Una nueva percepción
1. Tensiones
discusión acerca de cuál es la postura que toma el autor ante las nuevas condiciones de
27
principio, ésta se nos presenta como la añoranza de un tiempo irrecuperable, sin
con una postura dual: si bien hay una cierta actitud nostálgica, prevalece la esperanza
por el futuro. Es así como, a pesar de que las reflexiones benjaminianas están cargadas
tradicional se pierde una forma de articulación con el mundo y un modo en que los
individuos se relacionan entre sí, pero la reflexión filosófica sobre las nuevas
consecuencias nos revela el camino para la experiencia por venir. Cuando analizamos su
obra tardía como una totalidad coherente, entendemos que, lejos de perseguir un fin
restaurador, lo que Benjamin postula es una toma de conciencia del momento histórico
que atraviesa, al que considera clave en múltiples aspectos. Para entender esta actitud
y los planos que se ven afectados. Podemos diferenciar dos niveles: Por un lado, lo
tratamientos acerca de esta noción. Por otro lado, se encuentran una serie de efectos que
no solo expanden las fronteras de la teoría, sino que, a su vez, aclaran esta postura
28
benjaminianos de la experiencia, pero de un modo más indirecto. Estos últimos, se
Experiencia y pobreza en adelante. Si bien las consecuencias más discutidas son las que
fueron detalladas en el capítulo anterior, considero que explorar estos efectos es de vital
que esta teoría se disemina en su obra tardía se comprende que el objetivo de Benjamin
menos a una preocupación por la experiencia en sí que por todo el espectro de sus
imposible, pero no corre la misma suerte todo aquello que la experiencia determina y en
su potencial.
29
1.a La politización del arte
Como puede verse, nada obliga a resolver esta tensión entre un Benjamin pesimista o
permanencia en la tensión resulta mucho menos problemática y más coherente con los
reproductibilidad técnica Benjamin instala, según mi parecer, una de las tensiones más
autoalienación ha alcanzado tal grado que le permite vivenciar su propia aniquilación como
La mayoría de los análisis acerca de este pasaje ponderan su potencia política, lo cual
teoría de la experiencia, en este pasaje se cifra también una clave para comprender la
noción de experiencia.
(Cfr. 2014: 190). El pasaje se da desde una articulación fluida entre percepción y
30
alemana realiza para dilucidar aquello que Benjamin intenta significar con estetización
administra, pero con fines completamente distintos. Es decir, dado que el arte es una
comunismo deberá hacer lo mismo. Podría tomarse esta interpretación como válida
teniendo en cuenta los elementos que Benjamin brinda en esta obra. Sin embargo, el
análisis de Buck Morss arriesga un poco más y, si bien acierta Beatriz Sarlo al decir
[Benjamin] …debe estar diciendo algo más que simplemente hacer de la cultura un vehículo
para la propaganda comunista. Le exige al arte una tarea mucho más difícil; esto es, la de
deshacer la alienación del sensorium corporal, restaurar la fuerza instintiva de los sentidos
Tomaré esta interpretación como válida dado que la considero en armonía con la
teoría que Benjamin desarrolla en la constelación de obras que orbitan alrededor del
concepto de experiencia. Más allá de que el autor haya o no significado lo que Buck-
31
Morss interpreta, esta exigencia es real y se refleja en sus reflexiones. Sin embargo, a
pero considero que, antes que “restaurar la fuerza instintiva de los sentidos”, Benjamin
percepción, arte y política. Más que restaurar una articulación perdida lo que se necesita
mundo. Es decir, el rumbo del arte y de la política depende del modo en que la
De este modo, de acuerdo con Buck-Morss, puede entenderse que, con la idea de
en el plano poiético. Sin embargo, y no tan de acuerdo con la pensadora alemana, sus
comprender la nueva situación para dilucidar el camino que la creación debe, o puede,
seguir.
32
Baudelaire en donde Benjamin encuentre un testimonio fidedigno de la crisis de la
experiencia, así como un modo en que esa crisis puede ser enfrentada. Experiencia,
(2012: 17). La clase a la que refiere es, por supuesto, la burguesía. La forma en que
conexión que mantiene con la experiencia de su tiempo hace a su poesía “expresar más
de su época que lo enunciado por cualquier otra creación literaria de temática social”
(2012: 18).5
Baudelaire contaba con lectores para quienes la lectura de la poesía lírica presentaba
dificultades. A estos lectores está dirigido el poema introductorio de Les fleurs du mal. Poco
podrá hacerse con su fuerza de voluntad y su capacidad de concentración; ellos prefieren los
placeres de los sentidos; conocen el Spleen que liquida el interés y la receptividad . (2012:
185)
5
En el presente capítulo y el siguiente abordaré principalmente el problema de la percepción . La
cuestión de la creación, que requiere de un análisis de los tratamientos benjaminianos sobre Baudelaire
será desarrollada en profundidad en el cuarto capítulo “Baudelaire y la vivencia lírica” .
33
Benjamin toma como objeto de estudio a los lectores del Siglo XIX, los cuales se
Si las condiciones para la recepción de la poesía lírica se han vuelto menos propicias, es
lícito imaginar que la poesía lírica guarde ahora solo excepcionalmente el contacto con la
experiencia del lector. Y esto podría deberse a que esta experiencia haya cambiado en su
estructura. (2012:186)
experiencia del lector. Sin embargo, “Baudelaire quería ser comprendido: dedica su
libro a aquellos que se le parecen”. (2012: 185). Baudelaire, al igual que Benjamin
varias décadas después, se siente parte de ese cambio y está lejos de renegar de él. Si la
ello y reconfigurarse.
anestésico. Ahora bien, ¿qué implica este enfrentamiento? En principio, implica hacerse
a una remodelación de las formas de creación. Lo que nos ocupa entonces es analizar
34
esta nueva forma de recepción fundada en una escasa capacidad de concentración y
2.a Dispersión
notar con creciente énfasis en todos los ámbitos del arte y que es el síntoma de
concepto condensa una serie de cuestiones que, por un lado, lo convierten en una
categoría un tanto equívoca y, por el otro, lo hacen funcionar como punto de partida
para entender toda una serie de categorías que conforman lo que aquí se considera como
recepción como la que está “condicionada, sobre todo, por la dinámica de la tecnología
moderna, por la tecnologización de las cosas -el ritmo de vida acelerado, las rápidas
ciudad. La dispersión funciona como base sobre la cual se apoya este adiestramiento
partir de esto, se genera lo que Eiland denomina una “vigilancia de alta velocidad”. Esta
[…] la técnica sometió al sensorio humano a una ejercitación de tipo complejo . Y llegó el
día en que las películas satisficieron una nueva y acuciante necesidad de estímulos . En el
cine, la percepción en shocks se impone como principio formal . Lo que determina el ritmo
de la producción en la cinta continua de la fábrica, está en la base del modo de recepción del
corresponde la ‘vivencia’ del obrero con la máquina” (2012: 216). Mientras el trabajo
entendemos que este adiestramiento basado en la dispersión abarca los distintos ámbitos
experiencia” (2010: 63). El estado anestésico, que describe Buck-Morss, no es otra cosa
dispersión:
36
Su objetivo es la manipulación del sistema sinestésico por medio del control de los estímulos
a través de una inundación de los sentidos . Estos sensoria estimulados alteran la conciencia,
casi como una droga, pero lo hacen por medio de la distracción sensorial antes que de la
anestésico.
de todo el dispositivo anestesiante. Los objetos son presentados de tal modo que se
desvinculan del modo en que llegaron a ser, de sus técnicas de producción, por lo tanto,
mercancía y sus formas y espacios de presentación” (2014: 506). Esta separación del
el ámbito del trabajo. El trabajo del obrero en la cinta continua se estructura en base a la
37
Este dominio de la mercancía es, en definitiva, el punto de llegada del dispositivo
mercancía que conforma la escenografía de las grandes ciudades. De allí que proliferen
Benjamin explica:
marco donde su valor de uso pasa a segundo plano . Abren una fantasmagoría donde el
hombre ingresa para distraerse . Y la industria del entretenimiento le alivia este pasaje al
denomina fantasmagoría:
como capital del lujo y de las modas . Offenbach dicta el ritmo de la vida parisina . La opereta
38
Con la noción de fantasmagoría Benjamin sintetiza la experiencia moderna de la
Sin embargo, sostendremos junto con Eiland que lo que Benjamin nos plantea es
“tanto una descripción como un desafío” (2010: 59). La noción de dispersión nos ubica
o, mejor dicho, tratar de pensar la dispersión “como un estímulo para nuevas formas de
percibir” (2010: 63). Pueden vislumbrarse entonces dos actitudes ante la dispersión: por
ambiente genera. Esto es lo que Eiland denomina dispersión negativa (Cfr. 2010). Pero,
por otro lado, podemos partir de la dispersión como un concepto general para
6
Acerca del concepto de despertar, ver: Weidmann, H. Despertar/Sueño, Buenos Aires: Las cuarenta,
2014, pp. 305-338. En este artículo el autor realiza un detallado análisis de esta noción y su importancia
en la filosofía tardía de Benjamin. En el presente trabajo, será desarrollado en el quinto capítulo.
39
2.b Dispersión y Recepción táctil
cine, son las herramientas privilegiadas de este adiestramiento. De las tres, por su
en fomentar este nuevo tipo de recepción. El dadaísmo, con un nivel técnico quizás
inadecuado para tales efectos, intentó poner en práctica aquello que el cine supo
explotar al máximo:
De ser una apariencia seductora o una imagen sonora convincente, la obra de arte se
convirtió, para los dadaístas, en un proyectil . Impactaba al espectador. Ganaba una cualidad
táctil. De esa manera, favoreció la demanda por el cine, cuyo elemento de distracción
adecúa a los requerimientos de las nuevas multitudes, sin embargo, Benjamin encuentra
hunde en ella” por el contrario “[…] la masa dispersa sumerge, por su parte, la obra
40
parte de la creación artística necesita se retrae ante este nuevo tipo de recepción o, al
recibidas de dos maneras: por uso y por percepción. O, mejor dicho: de manera óptica y
realiza tanto por la vía de la atención como por la de la costumbre.” (2009: 129). Si lo
De este modo puede verse que la recepción de las obras de arte se acerca, a través de
41
Moverse en este tránsito exige al individuo una serie de shocks y de colisiones . En los cruces
sucesión. Baudelaire habla del hombre que se sumerge en la multitud como un reservorio de
percepción que la dispersión y la cualidad táctil vienen a resolver dado que estos
desafíos que la modernidad impone: “[…] no pueden resolverse de ninguna manera por
mera vía de la óptica, esto es por la de la contemplación, poco a poco son dominadas, a
través del hábito, por la conducción de la recepción táctil.” (2009:129). De este modo,
Hasta aquí, el hecho de que el hábito comience a ser dominado por la cualidad táctil
partir de esto es posible tomar dos caminos, por un lado, el abandono total de todo tipo
doblegar. Por el otro, y este es el camino que Benjamin tomará, descubrir el verdadero
7
Desarrollaremos en detalle el caso de la multitud más adelante cuando analicemos lo que junto con
Heinz Brüggemann (2014) denominamos “espacios de percepción”, allí también trataremos el análisis
benjaminiano de los pasajes y retomaremos, en consecuencia, la cuestión de la mercancía .
42
potencial filosófico de esta nueva percepción para descubrir nuevos modos de creación.
43
de un adiestramiento al que el habitante de la gran ciudad se somete en favor de su
funcionamiento de las tres herramientas que Benjamin elige para caracterizar un tipo
de aura. Los análisis, discusiones e interpretaciones acerca de esta categoría son más
que abundantes, lo cual es problemático dado que la potencia filosófica del concepto
entra en conflicto con el tedio resultante de recurrir a él una vez más. Es por esto por lo
que en el presente capítulo se intentará abordar la noción de aura desde una perspectiva
que observa aquellos aspectos a veces relegados por los análisis tradicionales. Esta
aura presenta matices que redefinen las fronteras de su significado y los terrenos a los
A pesar de que este modo de entender la noción de aura resulta relativamente nuevo,
se respalda en una tradición bien consolidada. De todas las disciplinas que se han
ocupado de esta categoría no resulta extraño que la teoría del arte sea, por un gran
44
margen, la que más páginas haya dedicado a su estudio. Esta inclinación se debe a que
en la década del ’70, época en que florecieron los estudios sobre este concepto, existió
la tendencia de concebir al aura como una noción emparentada de manera exclusiva con
la obra de arte. Es decir, se aceptó que para Benjamin el aura es, inevitablemente, el
los pensadores que por aquellos años renovaron la discusión sobre temas benjaminianos.
A partir de este ensayo, leído de manera aislada y obviando algunos pasajes específicos,
es esperable que se concluya que el aura no puede pensarse por fuera del universo de la
obra de arte. Sin embargo, considero que hablar en estos términos de un modo taxativo
es, al menos, ser injustos con la potencia filosófica de este concepto. Si bien es
exclusiva del arte dificulta no sólo la comprensión cabal del concepto sino también,
como un elemento decisivo de la crisis experiencial moderna en los términos en los que
esta última hasta aquí se expuso. Desde este enfoque el aura se evidencia como una
sobrepasa los límites de la obra de arte. Considero que al realizar esta tarea se da cuenta
de un modo adecuado de todos los matices que el concepto posee y de sus verdaderos
alcances.8
interpretaciones del concepto. Comenzaré por aquellas que lo han pensado como
8
Algunos comentadores como Catherine Perret (2007) prefieren considerar al concepto de aura como
“multiforme” desacreditando de ese modo las discusiones y debates en torno a él. (Cfr. 2007: 118).
Considero a esta postura muy atendible dada la cantidad usos que Benjamin da al concepto. Sin embargo,
en el marco de la teoría de la experiencia que intento reconstruir, puede sostenerse un concepto unificado
de aura en la cual esta multiplicidad de significados se integre como matices de una concepción única.
45
exclusivo de la obra de arte, no para intentar refutarlas -dado que no las encuentro
totalmente equivocadas- sino para explicitar una concepción que considero, al menos,
estudiosos del tema, otras concepciones que acercan la noción de aura a la problemática
arte podría alejarnos de ella como objeto de estudio, sin embargo, al proveerse del
potencial filosófico de la noción de experiencia, esta ampliación del concepto nos abre
Los teóricos incluidos dentro de esta postura ponderan la problemática entre la obra
despoja de aura a la obra de arte. Aceptando esto, dos cuestiones resultan sumamente
arte. Por otro lado, aun aceptando el inciso anterior, será necesario revisar si se ha
Entender que Benjamin advierte acerca de una pérdida del aura ante el advenimiento de
del cual, al igual que sucede con la experiencia, depende el futuro de la creación.
46
Uno de los primeros en hablar de la noción de aura en estos términos fue Peter
la vanguardia, afirma:
technischen Reproducierbarkeit
esenciales que experimenta el arte en el primer cuarto del siglo XX con el concepto de
pérdida del aura, y ha tratado de explicarlos por el cambio en el campo de las técnicas de
Bürger afirma que Benjamin describe cambios esenciales en el arte a partir de “el
concepto de pérdida del aura”. Esta afirmación resulta indiscutible dado que
efectivamente esto puede comprobarse en OA. Sin embargo, no puede derivarse de allí
la asociación exclusiva entre aura y obra de arte en tanto Bürger se limita a decir que
Benjamin utiliza el concepto de aura para describir un proceso. Sin embargo, el ejemplo
resulta paradigmático del modo en que se ha tratado la noción de aura. Siempre que se
recurre a ella se lo hace aludiendo a su relación con la obra de arte omitiendo cualquier
otra proyección hecha incluso por el mismo Benjamin. A pesar de que esta definición
está en armonía con el marco conceptual del ensayo sobre la obra de arte, por lo cual no
sería un problema, muy por el contrario, esta concepción dominó la reflexión filosófica
47
esta interpretación restringida del aura. Lo particular del caso de Adorno es que en su
Teoría estética concluye que el aura es una propiedad de la obra de arte justamente a
partir de un pasaje de OA en que Benjamin, lejos de hablar de arte, asocia el aura con un
Descansar en una tarde de verano y seguir con la vista una cordillera en el horizonte o una
rama que arroja su sombra sobre el que descansa, a eso llamamos respirar el aura de esas
Y la interpretación de Adorno:
Lo que aquí se llama aura es familiar a la experiencia artística bajo el nombre de atmósfera
de la obra de arte, que es aquello mediante lo cual el nexo de sus momentos remite más allá
de ellos y cada uno de los momentos remite más allá de sí mismo . […] Percibir en la
naturaleza su aura del modo que Benjamin exige para ilustrar ese concepto significa captar
en la naturaleza lo que hace esencialmente de una obra de arte una obra de arte . Se trata de
ese significar objetivo al que no llega ninguna intensión subjetiva (2004: 363)
Como puede verse, para esta concepción, el aura es una “atmósfera” que rodea a la
de Bürger, no va más allá del mundo de los objetos artísticos. Que Benjamin se haya
servido de un entorno natural para explicitar el concepto es, para Adorno, una mera
9
El objetivo que persigo al incluir a un filósofo de la talla de Adorno dentro de esta concepción no es
criticar su exégesis del concepto sino más bien contextualizar su aporte. A los fines de Teoría estética
48
La insuficiencia de esta postura para caracterizar al aura no sólo reside en el hecho de
limitar a esta categoría al universo de la obra de arte, sino que además podría
cuestionarse el modo en que sus seguidores han encarado la problemática entre aura y
tecnificada de las grandes ciudades y los procesos de reproducción mecánica, las obras
aurático del arte resulta lógico con los planteos de Benjamin es necesario aclarar la
cuestión.
Douglas Crimp, uno de los representantes de la teoría posmoderna del arte, explica:
[…] the aura is not a mechanistic concept as employed by Benjamin, but rather a historical
one. It is not something a handmade work has that a mechanically-made work does not have .
In Benjamin’s view, certain photographs had an aura, while even a painting by Rembrandt
Lo que nos dice Crimp aquí es, por un lado, que la noción de aura es un concepto
o el cine. Por otro lado, Crimp asegura que incluso una obra de Rembrandt pierde su
esta interpretación de la noción de aura resulta completamente adecuada, sin embargo, al entenderla
aisladamente como un modo de definir el aura resulta, al menos, insuficiente.
10
[…] el aura, tal como Benjamin lo emplea, no es un concepto mecánico, sino uno histórico. No es
algo que posea una obra hecha a mano y una mecánicamente producida no. En la visión de Benjamin,
ciertas fotografías tienen aura, mientras que incluso una pintura de Rembrandt pierde su aura en la era de
la reproducción técnica (la traducción es mía).
49
aura en la época de la reproducción técnica. Esto puede significar dos cosas, o bien que
el aura se pierde en su totalidad, incluso en aquellas obras que solían investirse de ella, o
bien que toda reproducción por más encumbrado sea el artista, pierde su aura original.
caso, sea cual sea la opción correcta, en ambas el aura es algo que se pierde o
cuestionable. Será necesario interrogar qué implica pensar el aura como una categoría
modo de la percepción sensorial cambia, junto con el modo total de los colectivos
llevarnos a concluir que el aura es un concepto que sólo puede entenderse dentro de
esos dos polos. De hecho, el mismo Benjamin lo aclara en el segundo parágrafo de OA,
allí donde aparece por primera vez el concepto de aura: “[…] lo que se atrofia en la
50
época de su reproducción técnica es el aura de la obra de arte. Este proceso es
sintomático. Su importancia remite más allá del ámbito del arte” (2009: 91).
acerca de si las obras conservan o pierden su aura carece de sentido. No se trata de que
las obras posean o no aquello que Benjamin denomina aura. No existe pasaje en la obra
de Benjamin en que el autor se plantee este problema, así como tampoco lo hay en el
que afirme que, dados los avances tecnológicos de la Modernidad, el aura desaparezca
las nuevas pautas de supervivencia utiliza términos como atrofia, retraimiento, caída,
Como sabemos, Benjamin habla de la “decadencia del aura” en la época moderna: pero
decadencia, justamente en él, no significa desaparición . Antes bien un rodeo hacia abajo, una
del aura ante el advenimiento de la reproducción técnica. Sin embargo, al ampliar los
horizontes de la definición del concepto, dicha sentencia pierde sustento. Más adecuado
a las intenciones de Benjamin será ver el modo en que el aura sobrevive a las nuevas
condiciones históricas.
tanto su carácter de tal, sino el hecho de que opacó durante algún tiempo otras
51
concepciones que, en efecto, encuentran en los textos de Benjamin numerosos puntos de
apoyo. Teniendo en cuenta lo dicho hasta aquí, una postura que funcione como
aura no puede ser exclusiva del arte. Este supuesto amplía las posibilidades de sentido
del concepto. Cabe la pregunta, por lo tanto, acerca de cuál es su alcance. En los escritos
sobre sus experiencias con el haschisch Benjamin explica: “[…] el aura auténtica
aparece en todas las cosas. No en algunas, como las gentes se imaginan” (2010: 84).
propiedad de los objetos artísticos sino de todos los objetos de la percepción. Si bien
esta afirmación es más adecuada con la amplitud semántica del concepto, sigue siendo
de aura en estas circunstancias se emparenta más a una forma particular de mirar que
encuentre o quizás deposite en las cosas esa atmósfera que las convierte en únicas.11
El segundo indicio previo al ensayo sobre la obra de arte desde el cual pueden
fotografía (PHF). Allí el aura se define como “Un tejido peculiar de espacio y tiempo”.
kantiano cabe la sospecha de que, al igual que en Programa para una filosofía venidera,
11
En estos escritos en los que Benjamin deja registro de su experiencia con el haschisch, se da cuenta
justamente de las alteraciones sensoriales generadas por su consumo. En última instancia esta alteración
inducida de la consciencia responde al objetivo de lograr una mirada diferente de las cosas.
52
recurriendo al espacio y al tiempo como elementos fundamentales de la estructura de la
percepción. A partir de esto, considero que concebir al aura como una categoría
sensorial. Los objetos no pierden su aura, sino que la capacidad para percibir de un
situación se encuentra bastante lejos de la idea de una atmósfera que rodea a la obra de
arte original. La experiencia artística es un caso, entre otros, de experiencia aurática que
esta emancipación del aura del universo de los objetos. La autora caracteriza el aura de
un modo muy cercano al cual se definió la experiencia en el primer capítulo del presente
[…] aura is not an inherent property of persons or objects but pertains to the medium of
perception, naming a particular structure of vision (though one not limited to the visual) .
More precisely, aura is itself a medium that defines the gaze of the human beings portrayed .
[…] In other words, aura implies a phenomenal structure that enables the manifestation of
the gaze, inevitably refracted and disjunctive, and shapes its potential meanings. (2008:
342)13
12
Cabe aclarar que entender el aura como atmósfera puede ser un modo figurativo de explicitar el
concepto que, teniendo el suficiente cuidado como para no encerrar el aura dentro de los márgenes
conceptuales de la teoría del arte, resulta ilustrativo cuando se la proyecta a los objetos artísticos.
Especialmente a la hora de analizar las aporías que surgen de tratar de concebir la noción de originalidad
en lenguajes artísticos como el cine y la fotografía, los cuales son esencialmente post-auráticos.
13
El aura no es una propiedad inherente de personas u objetos, sino que pertenece al medium de
percepción, nombra una estructura particular de la visión (aunque una no limitada a lo visual). Más
precisamente, el aura es, en sí misma un medio que define la mirada del humano siendo retratada. […] En
otras palabras, el aura implica una estructura fenoménica que habilita la manifestación de la mirada,
inevitablemente refractada y disyuntiva, y da forma a sus potenciales significados. (La traducción es mía)
53
Del mismo modo en que la experiencia y la vivencia definen un tipo de relación con
el mundo, Hansen atribuye al aura este mismo lugar mediador. El aura se acerca
entorno.
El aura se concibe mejor como un predicado referido al sujeto de la percepción más que a su
cualesquiera sean, es decir, auráticamente o de alguna otra manera . Una vez que la capacidad
sea que el aura es una cualidad cuya percepción no solo requiere un sujeto sino también un
modo de percepción específico, históricamente circunscripto, por parte del sujeto. (2010:
106)
Costello, en la tónica de lo afirmado por Hansen, afirma que el aura “se concibe
posicionamiento con respecto al aura, se hace evidente que su caída refiere directamente
54
que analizaré a continuación. Asimismo, desarrollaré el modo en que a partir de esta
concepción se modifican una serie de conceptos que orbitan alrededor de dicha noción.
2. Aura y experiencia
Del mismo modo en que Pequeña historia de la fotografía y los escritos sobre el
parágrafo IX de Sobre algunos temas en Baudelaire, allí Benjamin define al aura del
siguiente modo:
vivencia, es incompatible con aquello que el aura implica.14 Analizaré esta desconexión
14
Esta conexión entre aura y experiencia renueva la disyuntiva del capítulo anterior acerca cuál es la
actitud de Benjamin, esta vez, ante la caída del aura . A diferencia del caso anterior (acerca de la
experiencia en general) en donde la discusión dificultaba la comprensión de los planteos, en este caso,
hacer el esfuerzo de entender cómo se posiciona el autor puede contribuir a una comprensión cabal de la
categoría. Al expandir los horizontes del concepto de aura través de su reposicionamiento hacia la
percepción más que a los objetos, las consecuencias de su caída son mucho más variadas . Así como
sucedía con la destrucción de la experiencia, la postura benjaminiana, en apariencia, peca de cierta
55
a través de una serie de categorías que integran el marco conceptual de la noción de aura
con tres nociones fundamentales: distancia, diferencia, y mirada. A su vez, cada uno de
ellos representa una nueva definición de la noción de aura por medio de las cuales
definición de aura que se reiterará en algunas otras obras de su etapa tardía. Tanto en
esta primera aparición como en las siguientes el aura se vincula estrechamente con la
“Una trama muy particular de espacio y tiempo: irrepetible aparición de una lejanía, por
cerca que esta pueda estar” (1989: 75). Ser insuperablemente distante es una
característica esencial del aura. Tanto en su eje temporal como espacial, la distancia es
necesaria para participar del instante en que se genera una particular correspondencia
entre quien percibe y lo que es percibido. La imagen del hombre en conexión con la
ambigüedad. Sin embargo, lejos de esto, lo que sucede es que, si bien la noción de aura mantiene sus
características en toda su obra tardía, Benjamin se enfrenta a su caída de dos modos bien diferentes . Por
un lado, podríamos decir que se muestra entusiasta ante los desafíos que la percepción no-aurática genera
en la creación artística. De hecho, podría decirse que es el único camino por el cual el arte puede optar
para su supervivencia y el mismo Benjamin es optimista con respecto a sus potencialidades . Por otro
lado, advierte acerca de los perjuicios que implica la pérdida del aura en aquellos aspectos no referidos al
arte.
56
cercano y perfectamente asimilable. De este modo, se pondera la soberanía del sujeto
con respecto a todo aquello que es alcanzado por su mirada. La cercanía entendida
Benjamin explica:
Hacer las cosas más próximas a nosotros mismo, acercarlas más bien a las masas, es una
por medio de su reproducción. Día a día cobra una vigencia más irrecusable la necesidad de
adueñarse del objeto en la proximidad más cercana, en la imagen o más bien en la copia.
(1989: 75)
cercano, de hacerlo propio sin mediaciones. En el nuevo sujeto que la ciudad configura
Esta exigencia de cercanía viene de la mano del advenimiento del orden de lo táctil
percepción enfrentando la actividad del mago, en tanto sanador, con la del cirujano. El
mago respeta la distancia con el cuerpo evitando todo contacto. En su labor, por más
cerca que pueda estar de la piel, lo que prima es la inviolabilidad de esa distancia. En
57
suprimir el infinito espacio que lo separa de él. El mago, al respetar la distancia,
quiebra con esa concepción integral del cuerpo llevando a cabo una fragmentación del
grafica el cambio perceptual de la modernidad, con las figuras del pintor y el cineasta.
cercanía que el cirujano mantiene con el cuerpo es similar a la del cineasta con su obra:
trabajo una distancia natural respecto de lo dado . El operador de cámara, por el contrario, se
introduce profundamente en la trama de los hechos . Las imágenes que detallan ambos son
enormemente diferentes. La del pintor es una totalidad y la del operador de cámara es una
multiplicidad fragmentada, cuyas partes se reúnen según una nueva ley. (2009: 116-117)
Esta nueva ley, que reconfigura la creación artística, armoniza con el advenimiento
2.b Diferencia
más perfecta falta una cosa: el aquí y ahora de la obra de arte -su existencia única en el
lugar donde ella se encuentra” (2009: 89). La percepción aurática implica que el aquí
58
del espacio y el ahora del tiempo se reúnen en un instante conformando un tejido
peculiar. Sin embargo, esta condición aurática de la obra de arte se revela a partir de la
caída de este modo de percepción. Podemos hablar de arte aurático sólo en un sentido
unicidad pierden sentido. En estos lenguajes no existe un objeto único y diferente que
monopoliza el valor aurático frente a sus reproducciones que carecen de dicho valor.
Las múltiples copias pierden esa referencia a un objeto único, irrepetible y diferente a
los demás. ¿Es posible pensar esta diferencia que el aura genera en un arte cuya esencia
Benjamin lo expone en los primeros parágrafos del ensayo sobre la obra de arte: “Pelar
cuyo ‘sentido para lo igual en el mundo’ ha crecido tanto que, incluso, por medio de la
decir, al vínculo entre el individuo y su contexto. La caída del aura, en tanto transforma
En tanto el aura distingue una posibilidad experiencial -la habilidad de apreciar distancia y
otros- que está desapareciendo, lo que puede parecer desde el punto de vista más restringido
como una purga beneficiosa de restos atávicos en las prácticas seculares, aparece desde la
59
perspectiva más general como la reducción de todo lo que hay en el mundo -incluyendo a las
diferencia imposible de asimilar que hace al otro ser otro. La distancia es también el
respeto por aquello inasimilable en el otro que desafía el impulso del yo por apropiarlo y
Baudelaire, dado que, es a través del poeta que el tratamiento del aura termina de
enlaza la cuestión de la percepción con la memoria integrando a esta teoría los últimos
Lo decisivo es lo siguiente:
cuando Baudelaire retrata la infamia y el vicio,
siempre se incluye a sí mismo.
(2012: 283)
60
1. Aura y mirada
una gran definición fragmentada de esta categoría) se presenta hacia el final de Sobre
algunos temas en Baudelaire. La misma se divide entre el texto principal y una nota al
algo inanimado investido de esta forma por el poeta levanta la mirada, la alarga entonces
aurática pareciera conceder a lo inanimado algún atributo de la vida. Sin embargo, esto
no debe interpretarse como una forma de iluminación, que pueda llevarnos a concebir
61
una soberanía de la razón por sobre la naturaleza. Al entender la particularidad y
unicidad de lo otro, el que mira acepta esa misma diferencia en él, y habilita a eso otro a
aceptarlo como tal. El aura necesita una reciprocidad, solicita una respuesta y permite a
lo mirado devolver la mirada. En ese espacio obrado por las miradas, se conforma ese
que nos mira, explica que cuando la mirada es contestada se establece una “doble
desdoblada:
Cercano y distante a la vez, pero distante en su proximidad misma: el objeto aurático supone
por lo tanto una manera de barrido o ida y vuelta incesante, una forma de heurística en la
que suspende el dispositivo por el cual el mundo en su totalidad intenta ser dominado y
apropiado. Sin embargo, el advenimiento de las nuevas pautas de vida que la gran
del sujeto ante lo que se enfrenta a él. En la modernidad, percibir auráticamente implica
62
una resistencia, dado que todo a nuestro alrededor conspira contra la mirada irrepetible
y lejana.15 A causa de esto, la caída del aura es, para Benjamin, irremontable. Sin
experiencia perdida es irrecuperable, lo son también las formas de mirar del pasado.
Será necesario indagar en las nuevas formas de experiencia para constituir nuevos
modos de encuentro.
En la nota al pie que completa la definición, Benjamin afirma que este modo de
creación, dado que es el propio futuro de la poesía el que está en juego. Si la mirada
capacidad de levantar los ojos. Ahora bien ¿de qué modo debe enfrentar el creador esta
tarea? Sería un error entender la propuesta benjaminiana como una simple postulación
del arte como salida y una ponderación del poeta como aquel ser trascendente que, dada
artista que tiene en sus manos la obligación de hacer frente a la caída del aura no puede
permanecer más allá de los avatares cotidianos, en un universo aséptico que funciona
como su refugio. Debe hacerse cargo de esta situación justamente por estar atravesado
15
En OA, Benjamin afirma que el rostro es el último refugio del aura: “En la fotografía, el valor de
exposición comienza a hacer retroceder en toda la línea al valor cultual . Pero éste no se retira sin oponer
resistencia. Ocupa su última trinchera que es el rostro humano” (2009: 102) . La contraposición entre
valor cultual/exhibitivo, sumamente estudiada, no sido desarrollada dado que se buscó destacar aspectos
del aura menos transitados. Benjamin corresponde la caída del aura con una degradación del valor de
culto en la obra de arte, es decir, todo aquello que la une a su tradición, su función ritual y contexto en el
que se le dio vida. El valor exhibitivo, en cambio, es aquel que es ponderado por la reproductibilidad
técnica, en tanto se exacerba el grado de exposición de la obra . La fotografía y el cine incrementan en
dimensiones enormes este último, modificando para siempre las funciones de la obra de arte .
63
por las transformaciones y reestructuraciones del sensorium. Benjamin confía, quizás
ante el nuevo orden anestésico. Pero esta potencia no se actualiza en una esfera separada
experiencia muerta sino para activar nuevas formas de mirar. El poeta entiende que
continuación agrega: “A este respecto, mi definición del aura como lejanía de aquella
mirada que se despierta en lo mirado” (2013: 322). El gesto natural del poeta consiste en
mirar y esperar ser mirado. Esa espera, es a la vez una ofrenda de distancia y una
esfuerza por comprender esa mirada que ha perdido el brillo de la lejanía. Dice
Benjamin en el pasaje J 50, 8: “El ojo vidrioso es el fenómeno originario del brillo que
Cuanta más conciencia tuvo Baudelaire de esto, tanto más ciertamente se inscribió la
decadencia del aura en su obra lírica. Esto aconteció en la figura de una cifra; se encuentra
en casi todos los puntos de Les fleurs du mal donde está evocada la mirada del ojo humano .
(Es evidente que Baudelaire no las fue colocando según un plan) . La expectativa a la que se
64
enfrenta la mirada del hombre no es correspondida . Baudelaire describe los ojos de aquellos,
poemas. Entre todas ellas, según Benjamin, la multitud se establecerá como elemento
sobre el cual se sostienen todos los demás: “Esta muchedumbre, cuya existencia
Baudelaire nunca olvida, no se erigió como modelo para ninguna de sus obras. Pero está
estampada en sus creaciones como una figura oculta” (2012:198). Ahora bien, ¿a qué se
debe este carácter clandestino de estas figuras arquetípicas de la modernidad y por qué
esto resulta, según Benjamin, una necesidad en la obra de Baudelaire? ¿Por qué estos
motivos vitales para la obra baudelaireana se ocultan por debajo de sus temas más
aureola” uno de los poemas que integran el ciclo El spleen de París, alguien se asombra
de incógnito, realizar acciones bajas y entregarme al vicio como los simples mortales”
(1999: 298). Baudelaire, al igual que el protagonista que abandonó su aureola, rechaza
16
Las insistencias baudelaireanas con la figura del ojo siempre están relacionadas de algún modo con
el spleen y la destrucción de la experiencia . Véase al respecto los siguientes poemas: “La musa enferma”,
“Caravana de gitanos”, “La belleza”, “La serpiente que danza”, “La antorcha viviente”, “Plática”, “Los
ciegos”, “A una que pasa”, “El alma del vino” . Baudelaire, Ch. Las flores del mal, Barcelona:
Edicomunicación, 1999.
65
hacer el esfuerzo de recuperar su aura. Sin ella se siente más afín a su época, en el
aquí. Vos sólo habéis sabido quién soy. Por otra parte, la dignidad me aburre. Luego,
estoy pensando con alegría que algún poeta la recogerá y se la pondrá en la cabeza
portar una aureola con dignidad sin que eso signifique, en el fondo, ser impermeable a
artística.
los objetos explícitos de su poesía, hubiera mantenido las distancias y la ciudad hubiera
sido objeto de contemplación, como lo fue para Víctor Hugo.17 La trama secreta que
único que decidió “frenar los shocks con su persona psíquica y física, sin importar de
total sincronía con él, pero esta adecuación se da en la forma de una negatividad.
17
En el pasaje J 58 5 del Libro de los pasajes, Benjamin compara a ambos poetas: “La relación de la
multitud con el individuo casi se ofrece por sí misma como una metáfora en la que se puede captar la
inspiración de estos dos poetas ─Hugo y Baudelaire─ . Para Hugo las palabras, como las imágenes, se
ofrecen como una masa ondulante. En Baudelaire representan más bien al solitario, que, si bien
desaparece en la multitud, se presenta con una fisonomía inconfundible para quién fija la vista sobre él”
(2005: 341).
18
En Zentralpark, Benjamin destaca en Buadelaire la capacidad de divisar la catástrofe oculta en la
nueva estructura urbana: “Que Baudelaire haya tenido una actitud hostil frente al progreso fue la
condición imprescindible para que haya logrado dominar París. Comparada con la suya, la poesía
posterior dedicada a la gran ciudad está bajo el signo de la debilidad y, no en menor medida, por haber
visto en la gran ciudad el trono del progreso” (2012: 276-277).
66
sino su caída. Es decir, no levanta los ojos ante una mirada sino a la ausencia de ella. Su
obra es el resultado de entregarse a la vivencia como si fuera experiencia allí donde esta
destrucción hace que anule las distancias de la mirada para someterse física y
que Baudelaire mantenía con su entorno: “La masa es algo tan interior para Baudelaire
Las pocas veces que toma a la multitud explícitamente como tema de su poesía lo hace
menos para pintar un cuadro de ella que para exponer el modo en que esta entra en
poemas en prosa que conforman El spleen de París, la multitud aparece como un lugar
y fecundo. El que no sabe poblar su soledad tampoco sabe estar solo en medio de una
íntegramente táctil.
En esa conexión de absoluta cercanía, hay un sacrificio del poeta, porque sacrifica su
aura para hundirse en la vivencia y resiste al mecanismo de esta. Es por esto por lo que,
67
para Benjamin, Baudelaire encarna el papel de un esgrimista heroico 19 en un combate
fantástico contra los shocks que no observa la ciudad desde la lejanía, porque entiende
que la mirada no le será devuelta. Se somete a la vivencia y hace tan íntimo este
sufrimiento que opera como forma oculta de su arte. Esta actitud de combate es la que
hace que Baudelaire se diferencie tanto del que se enfrenta pasivamente a la vivencia
como del que se refugia inútilmente en la experiencia perdida. Allí donde la vivencia
La estructura de Les fleurs du mal no está determinada por algún orden ingenioso de cada
poema, menos aún por una clave secreta; reside más bien en la rigurosa exclusión de todo
tema lírico que no hubiera sido acuñado por la más íntima y dolorosa experiencia de
Baudelaire. Y precisamente porque Baudelaire sabía que su dolor, el spleen, el taedium vitae
era antiquísimo, fue capaz de diferenciar allí en el último detalle, la signatura de su propia
19
En el poema “El sol” Baudelaire alude a esta figura y es por esto por lo que Benjamin cree que en él
se esconde el profundo significado que la multitud tenía para el poeta . Benjamin cita la siguiente estrofa
en STB:
20
A partir de esta caracterización, David Kelman en su artículo “The inactuality of aura” caracteriza a
la poesía de Baudelaire como “inactual” . Kelman explica: “Out of joint with its oun time, his poetry does
not appropriately fit within its age or Zeit: it is unzeitgemäfs or inactuel […]. Yet according to Benjamin
this does not mean that Baudelaire is some kind of absolute singularity whose genius transcends the age
in wich he lives. Instead Benjamin paradoxically insists that Baudelaire relates to his age by virtue of his
very non-relation” (2005: 131).
68
Abandonándose al spleen, Baudelaire encuentra un modo de vincularse con el
cuesta caro.21 Al ser atravesado por la vivencia sin abandonarse a ella, los motivos de la
Esta es la vivencia a la que Baudelaire dio el peso de una experiencia, fijando también el
la vivencia del shock. El pacto con esta destrucción resultó caro . Pero es la ley de su poesía .
Su poesía está en el cielo del Segundo Imperio como ‘un astro sin atmósfera’. (2012: 241)
Baudelaire es una estrella en caída, un astro que resignó su atmósfera, para hacer de
esa caída la fuente de su poesía. Su vínculo está más cerca de la vivencia que de la
21
Rolf Tiedemann explica que Baudelaire fue, para Benjamin, “un agente secreto, un agente de la
insatisfacción secreta de la clase a la que pertenecía respecto de su propio dominio” (2012: 17) . Esa
insatisfacción es lo que hace a su poesía “expresar más de su época que lo enunciado por cualquier otra
creación literaria de temática social” (2012: 18). La particular conexión que Baudelaire mantenía con su
mundo circundante le permitió entender la naciente modernidad como ninguno de sus contemporáneos .
69
Su obra de fragmentación y destrucción de la interioridad lírica depura la atmósfera
romántica y abre la vista para la cercanía más próxima, en que pone a prueba lo dado
acompañan la difusión del yo lírico, que rompe sus límites de individuación al proyectarse en
para la integridad del yo. Sin embargo, este yo, que no ofrece su mirada al encuentro de
lo diferente a él, cae en una ilusión de unicidad, es decir, cree que de este modo
resguarda sus límites. Sin embargo, lejos de definirse, se desintegra como parte de la
Este es el modo que Baudelaire encuentra para no ser parte de la masa anestesiada
por la vivencia o del engaño pseudoaurático de la experiencia perdida. Abre los ojos a la
afuera observa a las demás estrellas, brillando en el cielo del Segundo Imperio y las
Son figuras incrustadas, ideas fijas en el cielo, que regresan perpetuamente: “En
70
Baudelaire las estrellas representan el cuadro enigmático de la mercancía. Son lo
eterno retorno de lo mismo que se presenta como nuevo. Este panorama resulta
desolador para el poeta, porque ante lo siempre-igual no hay diferencia y, por lo tanto,
funciona como protección a los shocks transformando a estos en trauma, que regresa en
automática como forma de resguardo ante el encuentro son ejemplos de una actitud
vivencia es pura instantaneidad vacía de mirada. Es, como dice David Kelman, puro
Augen- sin mirada.22 Un ojo vacío de mirada, una reacción refleja sin encuentro. Si lo
yo lírico para sortear el mecanismo anestesiante de la vivencia, esta idea del eterno
71
siempre-igual está implícita en el uso benjaminiano de la noción alemana de Motiv. En
muchas de las ediciones castellanas de Sobre algunos temas en Baudelaire (Über einige
Motive bei Baudelaire) el término alemán Motive se traduce como ‘temas’, si bien la
acepción no es incorrecta, considero que el término ‘motivo’ está más cerca de las
más arriba citado, David Kelman afirma que Benjamin ve en la multitud una idea fija de
la poesía de Baudelaire, “el punto ciego desde el cual todo se origina” (2005: 138) 23 En
cualquier lenguaje artístico, un motivo es un tema recurrente que puede tener, o no,
o sujeto más extenso,24 en base a cuyo tratamiento a través del tiempo se construye una
obra. Es decir, todo motivo puede tener o no un carácter más o menos orgánico. 25 Más
allá de estas particularidades, lo que interesa remarcar aquí es que todo motivo, para ser
tal, necesita de una insistencia y de una potencia, esta última puede tener cierta
la multitud, Benjamin refiere a una insistencia que funciona como centro orbital de otros
motivos. Es por esto por lo que la apreciación de Kelman al entender la multitud como
idea fija de la obra baudelaireana, es más que adecuada. No hay organicidad sino mera
23
La traducción es mía. Consideraré, para el caso de la multitud, a las nociones de motivo e idea fija
(leitmotiv) como sinónimos.
24
Tómese como ejemplo las conocidísimas primeras cuatro notas de la 5ta sinfonía de L . van
Beethoven a partir de las cuales se construyen los cuatro movimientos que componen la obra .
25
Observando la situación desde este punto de vista, los conceptos de motivo y tema no resultan
sinónimos. El motivo es una célula que, junto con otras, conforman un tema.
72
insistencia secreta. Su obrar estructurante se da como una obstinación oculta que se
afirma: “En Baudelaire el acento reside en lo nuevo que se gana a partir de lo ‘siempre-
igual’ con un esfuerzo heroico” (2012: 264). Nuevamente, el autor insiste en que lo
embargo, según Benjamin es un costo que el poeta está dispuesto a pagar: “Interrumpir
el curso del mundo, esta fue la más íntima voluntad en Baudelaire” (2012: 257).
Baudelaire logra la novedad, una diferencia sin aura la cual es, de algún modo, una
V. Interrupción y catástrofe
26
También aquí la referencia musical es pertinente dado la noción de idea fija es utilizada en el
análisis musical para denominar a los motivos en la música de Richard Wagner . En este caso la
organicidad deja lugar a la repetición y al constante retorno del motivo más que a su desarrollo .
73
En el análisis benjaminiano, la figura de Baudelaire no sólo consolida el íntimo
vínculo entre experiencia y aura, sino que funciona como puente para conectar la
experiencia con los últimos escritos de su obra, particularmente con Sobre el concepto
de historia (SH en adelante). Si bien dicha noción no funciona en este texto como eje de
fragmentos del Libro de los pasajes, Benjamin pretende orientar su filosofía desde una
matiz político. Si bien esta tendencia no puede ser desarrollada cabalmente, sus
sus intereses, lo que Benjamin pretende es integrar todo lo trabajado en sus últimos años
y leerlo en clave gnoseológica. Por esta razón considero que SH no es simplemente una
obra que critica al rol del historiador, tarea que pertenece a la filosofía de la historia,
Para comprender de qué modo se relaciona lo analizado hasta aquí con lo explicitado
por Benjamin en SH, será necesario dilucidar el modo en que la noción de experiencia
determina los tratamientos que el autor desarrolla en este texto. Pueden encontrarse dos
SH con sus desarrollos más inmediatos acerca de Baudelaire. Los otros dos, remiten a
los primeros textos tardíos, los cuales introducen el concepto de experiencia, totalizando
de algún modo la teoría que aquí pretendo exponer. Ambas conexiones se sostienen
74
interrupción-catástrofe. Podría afirmarse que dicha dupla es el modo en que la teoría de
1. Despertar
de Baudelaire, Benjamin afirma: “Interrumpir el curso del mundo, esta fue la más
de los últimos años de filosofía benjaminiana. En base a lo visto hasta aquí, podemos
catástrofe que se vincula directamente con la idea de progreso. Según Reyes Mate en su
carrera o perder de golpe una fortuna amasada de por vida. Lo catastrófico es la quiebra de
un proyecto que poco a poco se va realizando. No es eso como aquí hay que entenderlo. Lo
catastrófico en nuestro caso es que ‘esto’ no tenga final, que no haya quien lo pare, que la
75
irreversibilidad del curso que nos ha traído hasta aquí. Lo angustioso no es que la historia
necesario. El progreso es aquello que no tiene (o no parece) tener fin. No tiene fin en
tanto no parece terminar, pero tampoco parece tener una meta. Su persistencia se
que fundar el concepto de progreso en la idea de catástrofe. Que esto ‘siga siendo así’
de Strindberg: el infierno no es lo que tenemos por delante sino esta vida aquí” (2012:
276). Esta catástrofe que se presenta como “lo dado” es el terreno en el cual Baudelaire
en la tesis IX, realiza de la obra Angelus Novus de Paul Klee. Al igual que Baudelaire, el
ángel percibe el mundo que lo rodea de un modo particular: “En lo que a nosotros nos
incesantemente apila ruina sobre ruina y se las arroja a sus pies” (2009: 44). Para la
mirada común, la historia aparece como una cadena de acontecimientos que no son sólo
historia, no cree que nuestro presente dependa de un pasado irremediable. Muy por el
contrario, ese pasado convive con el presente y nos interpela. Para él, las ruinas no son
efectos colaterales inevitables del paso del progreso pertenecientes a un pasado estanco.
Los vencidos también son el presente, forman parte de él en tanto ausencia que busca
76
reparación. El ángel quisiera detener la historia, al igual que Baudelaire quiere
“Bien quisiera demorarse, despertar a los muertos y volver a juntar lo destrozado. Pero
una tempestad sopla desde el Paraíso, que se ha enredado en sus alas y es tan fuerte que
el ángel ya no puede plegarlas” (2009: 44). La tempestad que sopla desde el Paraíso es
eternidad, sino que petrifica la imagen del pasado dejando fósiles y ruinas.
Esta catástrofe que se presenta como una necesidad de la historia se revela, a los
ojos del ángel, como una ilusión o un mito. La interrupción debe entenderse como un
vivencia, se devela como tal. El mecanismo por medio del cual la repetición traumática
como un mito o una Urdoxa, que da sentido a la realidad y nos sumerge en una falsa
seguridad solidaria al tiempo del progreso. Despertar de este sueño es entender que lo
que se presenta con una apariencia de naturalidad, no es más que la forma en que la
la historia:
puede ocupar al pensador más que el caleidoscopio en la mano de un niño que, con cada
giro, derrumba todo lo ordenado haciendo un nuevo orden. La imagen tiene su buena razón
fundada. Los conceptos de los dominantes han sido siempre el espejo gracias al que surgió la
77
El orden que se presenta como natural, ya sea en las formas de vida estructuradas por
un pretendido cosmos que da un sentido total a todo lo real. Tanto Baudelaire como el
ángel proponen observar el caos, las ruinas. Nada nuevo puede surgir del puro cosmos,
la diferencia es también el contacto con la periferia, con aquello que queda enterrado
por el paso del progreso. A esto se refiere Benjamin con “cepillar la historia a
contrapelo”.28 De este modo se revela la suciedad que se oculta debajo de una pulcritud
superficial. Interrupción es también irrupción de aquello que está oculto, que la periferia
de la normalidad.
El progreso se presenta con cierta naturalidad, como la estructura cotidiana del día a
“Lo dado” aparenta ir hacia algún lugar, sin embargo, sólo se nutre de su mismo avance
SH, esta apariencia de seguridad y solidez que reafirma el paso del progreso es
transformada por Benjamin en una fuerte crítica al pensamiento revolucionario del que
tome a su servicio a la teología que, como hoy sabemos, es enana y fea, y no está,
por lo demás, como para dejarse ver por nadie” (2009: 49). ¿Qué significa que el
28
“No hay un sólo documento histórico de cultura que no lo sea a la vez de barbarie . Y si el
documento no está libre de barbarie, tampoco lo está el proceso de transmisión de unas manos a otras . Por
eso el materialista histórico toma sus distancias en la medida de lo posible . Considera tarea suya cepillar
la historia a contrapelo” (2009: 130).
78
materialismo histórico debe tomar a su servicio a la teología? 29 En primer lugar,
tal. Con “tomar a su servicio” el autor hace alusión más a un reconocimiento que a
materialismo histórico cae en el engaño del progreso. Confía en que existe un fin,
sólo que a este fin le corresponde una inminente caída del sistema. La objeción
aun aceptando esta particular concepción del mesías, hay una confianza en un plan
pasajero y necesario para la concreción de sus fines. Es por esto que la noción de
del tiempo. Ambos, con distintos objetivos, confían en el tiempo del progreso. Es
en primer plano. Su preocupación por aquello que debe suceder para que la
29
Reyes Mate afirma al respecto: “Su marxismo no es el corriente, el de la II ni el de la III
Internacional, es decir, no se identifica ni con la socialdemocracia ni con el comunismo . Anuncia una
nueva comprensión del marxismo y esa novedad viene de la mano de la teología, propuesta como aliada
del marxismo. Está diciendo que la filosofía debe reabrir el expediente “religión -política” y reexaminar
la crítica canónica a la religión. Y esto no porque a él le interese salvar una creencia religiosa, sino porque
lo exige su estrategia teórica encaminada a descubrir una nueva teoría del conocimiento capaz de hacer
frente a las miserias de su tiempo” (2009: 51).
79
revolución se consuma no sólo es secundario, sino perjudicial. El hecho de que el
2. Tiempo y narración
es una crítica a la noción del tiempo del progreso. Es decir, lo que se interrumpe es la
linealidad del tiempo. Se debe despertar de la ilusión que hace del devenir una sucesión
un presente que es restablecido por completo a través del pasado, así como a la inversa ese
80
progreso, todo conocimiento histórico que se base en esta concepción no podrá
concibe como aquello que tuvo que pasar de ese modo para que nuestro presente
sea el que es. Benjamin, en cambio, propone construir ese pasado para que nuestro
del conocimiento del pasado. Este hecho responde al modo en que este pasado es
que se narran los hechos contribuye a una concepción lineal del pasado en la cual
proponer otro modo de abordar el pasado. Ante esto, Benjamin propone abordar la
presente y pasado, pero que no es una mera restauración sino una construcción del
presente a partir de materiales del pasado. Se trata de poner en práctica una lectura
No es que lo pasado arroje luz sobre lo presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que
imagen es aquello donde lo que ha sido se une como un relámpago al ahora en una
relación del presente con el pasado es puramente temporal, continua, la de lo que ha sido
465)
30
Véase al respecto, en el presente trabajo, el apartado “Memoria” del Capítulo 1.
81
dialéctico. Sin embargo, esta tensión es la que funda la ruptura entre pasado y presente.
(2005: 477). No se trata de una clarificación mutua entre ellos sino de una ruptura de
diferencias sostenida en la imagen dialéctica. Más que una contradicción entre imagen y
vez, esta puja de fuerzas genera un equilibrio que, en palabras de Benjamin, resulta
sumamente frágil:
Al materialismo histórico le incumbe fijar una imagen del pasado, imagen que se
presenta sin avisar al sujeto histórico en el instante de peligro . El peligro amenaza tanto
a la existencia de la tradición como a quienes la reciben . Para ella y para ellos el peligro
propuesta. Si bien queda claro que la propuesta general apunta a ponderar la potencia
31
Pablo Oyarzún llama a esta relación de fuerzas como “dialéctica en suspenso”, modificando
sensiblemente la tradicional denominación de “dialéctica en reposo” . Prefiero la primera dado que la
noción de suspensión es más fiel que la de reposo con respecto al carácter fugaz y siempre tendiente a la
resolución de la imagen dialéctica.
82
del pasado, no queda claro el modo en que la noción de imagen dialéctica se convierte
desarrollos.
La articulación entre pasado y presente que postula el autor borra sus mutuos
relato, sino que lleva a cabo una actualización del mismo. El que narra es a la vez
No se propone transmitir el puro ‘en sí’ del asunto, como una información o un reporte .
Sumerge el asunto en la vida del relator, para poder luego recuperarlo desde allí . Así,
queda adherida a la narración la huella del narrador, como la huella de la mano del
historiador que pretende transmitir el puro “en sí” del pasado: “Articular
(2009: 113). Aún si fuera posible conocer efectivamente el pasado, esta tarea no
83
incumbe al historiador benjaminiano. El pasado debe ser actualizado, del mismo
3. Historia y memoria
conocimiento histórico se torna necesario preguntar si esta visión del rol del
historiador puede emular la actividad del narrador sin socavar los propios
fronteras entre pasado y presente en favor de una actualización constante del ahora?
84
Para la memoria, nada se pierde, todo es infinitamente actualizable. 32 La historia
proclama como necesario. La historia olvida de manera consciente una parte del
pasado. Esto genera una ilusión de causalidad que se traduce en una empatía por los
vencedores. Sin embargo, aquello que la historia entierra en el olvido pugna por ser
lo que ha sido, en el Libro de los pasajes Benjamin vincula estas tres nociones del
siguiente modo:
drástica, que refuta toda “progresividad” del devenir y muestra todo aparente
sueño que llamamos pasado. ¡Pasar por el pasado en el recuerdo del sueño! Por tanto:
32
En el primer capítulo del presente trabajo, esta tarea de actualización de da en su relación con
la percepción al conformar experiencia. La vivencia, en cambio, relega a la memoria . En esta última,
la actualización del pasado es reemplazada por la instantaneidad de un eterno presente .
85
del narrador, al proporcionar una constante actualización del presente, trasforma un
nuestros intereses políticos. Considero que lo que el autor está tratando de significar
es que, de hecho, eso sucede, sólo que del lado de los vencedores. Sin embargo,
historia a partir de los vencidos, dado que eso sería simplemente trocar unos por
otros. Lo que el autor intenta es ir más allá del este dualismo alentando un tipo de
camino que consolida un presente para el cual las injusticias del pasado no son más
Conclusiones
86
integradas allí elude una nueva dilucidación al ser revisitadas y contempladas a través
del prisma de la experiencia. A partir de esto, puede postularse a esta noción como el
punto de apoyo de todo el abanico de temas que preocuparon al autor en esos años.
más extensa de las tres y resulta determinante para el resto de la teoría, pero se
de ellos se definió lo que el autor entiende por experiencia en sentido estricto en base a
87
que lo excede. Sus consecuencias en el sensorium son categóricas: la compleja
el nuevo entramado social exacerba esta cualidad táctil siendo la multitud su lugar
urbes modernas, sino que son la médula espinal de otras dos actividades paradigmáticas
atraviesa tanto el plano cotidiano del tránsito por las calles, como el ámbito laboral y el
repetición.
88
atribuido exclusivamente a la obra de arte, al ser visto a través del matiz de la
distintos planos como una reducción de las distancias. El concepto de lejanía, referido
al valor cultual de la obra de arte, habilita una lectura en clave ética de este proceso. Lo
lejano se opone al hábito de inmediatez que la vivencia impone. En el arte, ese deseo es
individuo y el mundo, este afán de cercanía se traduce como una anulación de toda
aceptación de que existe algo imposible de obtener. El aura es entonces aquel aspecto de
la experiencia que debilita al yo, entendido como un ego que se cree capaz de abarcar
todo lo que ingresa a su campo perceptual. La degradación del aura implica una
ponderación del sujeto y sus categorías por sobre toda diferencia. Esto conlleva un
debilitamiento del valor de lo particular: cuanto más rápido pueda ser categorizado lo
que nada quede por fuera de los límites establecidos por sus categorías, lo inclasificable
resulta peligroso. Ante este ideal de control integral de la cotidianeidad, se cierran las
Podría decirse que las dos dimensiones expuestas hasta aquí intentan caracterizar
decir que Benjamin aún se mantiene en el plano descriptivo. La teoría adquiere un matiz
89
más propositivo y esperanzador cuando se integra a la atmósfera de la experiencia a la
figura de Baudelaire. A través de él, la teoría alcanza una dimensión a la que designaré
Su caso es extremo, la multitud lo absorbe y, a su vez, esa multitud y todos los motivos
como se analizó en el último capítulo, Benjamin intenta fundar una teoría del
conocimiento. Dicha teoría se funda, un tanto poéticamente, en esta idea del despertar.
A partir de esta noción pueden recorrerse todas las dimensiones anteriores entendiendo
Programa para una filosofía futura: construir una teoría del conocimiento a partir de las
90
del progreso. Es también despertar del sueño del concepto en favor de la diferencia y la
materialidad, la cual nos muestra ruinas y muertos que están, como la materia, en
construir un presente.
Una quinta dimensión, de naturaleza distinta a las anteriores, puede ser considerada.
tanto no describe alguno de los aspectos alcanzados por la teoría, sino que sus alcances
concepción tardía del concepto. Benjamin entiende que es imposible reestablecer el tipo
de experiencia del narrador, aquella que en el primer capítulo fue denominada como
del individuo para transformar su entorno ni de ser transformado por él. Es decir, el
problema no es que se degrade algún tipo de relación con el mundo, sino que se suprima
todo diálogo recíprocamente nutritivo con él. Será necesario comprender cuál es el tipo
marxismo de su época o al rol del historiador como agente de poder. Sostengo que la
91
reactivar aquello que permite que cualquier transformación política pueda llevarse a
vivencia.
Suele suceder, de tanto en tanto, que los sueños presentan al soñador, la oportunidad de
mínima osadía para despertar completamente. Esto mismo es para Benjamin, el instante,
sumamente valiosos para el futuro de la filosofía. Una de las líneas de fuga que pueden
92
concluye en un debilitamiento de la indagación filosófica por lo propiamente humano,
como el estado previo al ingreso al universo del sentido. A partir de esto es posible
que va desde la noción de experiencia y todos los conceptos que orbitan en torno a ella,
especialmente los que introducen reflexiones éticas como diferencia o lejanía, hasta los
un rechazo del hombre como ente privilegiado por sobre todo lo existente.
nueva tendencia del pensamiento filosófico. Al emprender esta tarea, haré justicia,
33
Ludueña Romandini, F. (2012) Más allá del principio antrópico: hacia una filosofía del outside .
Buenos Aires: Prometeo libros.
93
Bibliografía
Textos de Benjamin
Metales pesados.
94
__________. (1991) “Sobre el programa de la filosofía venidera” (1918), en Para
183-242.
__________. (2012) París, capital del Siglo XIX (1935), en El París de Baudelaire,
cuenco de plata.
95
__________. (1991) “La enseñanza de lo semejante”, en Para una crítica de la
violencia y otros ensayos. Iluminaciones IV, trad. de R. Blatt, Madrid: Taurus, pp.
85-90.
violencia y otros ensayos. Iluminaciones IV, trad. de R. Blatt, Madrid: Taurus, pp.
23-46.
Referencias
BAUDELAIRE, Ch. (1999) Las flores del mal, trad. de E. Dapia Romero, Barcelona:
Edicomunicación.
Barcelona: Edicomunicación.
96
CRIMP, D. (1980) “The Photographic Activity of Posmodernism”, On the Museum’s
________________. (2011) Lo que vemos, lo que nos mira, trad. de H. Pons, Buenos
Aires: Manantial.
pp. 26-48.
Benjamin, trad. de M. Belforte y M. Vedda, Buenos Aires: Las Cuarenta, pp. 83-159.
HANSEN, M. (2008) “Benjamin’s Aura”, Critical Inquiry, 34, N°2, The Univrsity of
97
LUDUEÑA ROMANDINI, F. (2012) Más allá del principio antrópico: hacia una
SARLO, B. (2012) Siete ensayos sobre Walter Benjamin, Buenos Aires: Siglo
Veintiuno Editores.
Walter Benjamin, trad. de M. Belforte y M. Vedda, Buenos Aires: Las Cuarenta, pp.
955-1012.
WEBER, S. (1996) “Mass Mediauras: on Art, Aura, and Media in the Work of
Walter Benjamin, trad. de M. Belforte y M. Vedda, Buenos Aires: Las Cuarenta, pp.
479-527.
98
Bibliografía consultada
cuenco de plata.
Eterna Cadencia.
99
GALENDE, F. (2009) Walter Benjamin y la destrucción, Santiago de Chile:
100