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Mediciones de longitud

Las mediciones de longitud son una de las más importantes no sólo por cuanto atañe a la necesidad
de medir el espacio (longitudes, distancias, desplazamientos) y otras magnitudes derivadas
(velocidades, áreas, volúmenes) sino porque muchos instrumentos analógicos funcionan como
transductores que transforman la señal de entrada de una dada magnitud en una señal de salida que
es usualmente una longitud o un ángulo. Por ejemplo, cuando se mide una temperatura con un
termómetro de mercurio, lo que se está midiendo realmente es el desplazamiento de la columna de
mercurio a lo largo de un tubo capilar, y cuando se mide una corriente o una diferencia de potencial
eléctrico en un instrumento analógico, lo que realmente se mide es el ángulo que se deflecta la aguja
del instrumento sobre el limbo graduado.
Todos tenemos experiencia en mediciones de longitud, porque desde la escuela primaria, hemos
medido longitudes con una regla. Para ello, hacemos coincidir un extremo o borde del objeto que
deseamos medir con el trazo correspondiente al cero de la regla, y luego observamos con qué trazo
coincide el extremo o borde opuesto. Sin embargo aquí se presenta usualmente una imprecisión,
porque es muy probable que este segundo extremo o borde no coincida exactamente con ningún
trazo.
Así, por ejemplo, si estamos usando una regla milimetrada y notamos que el borde del objeto queda
entre dos trazos, digamos, entre 126 y 127 mm, podremos tomar el error de apreciación como la
mitad de la apreciación (1 mm) y diremos: “mide (126,5±0,5) mm”, lo cual es justamente una
manera técnica de decir que la longitud está entre 126 y 127 mm, pero en realidad no podemos
apreciar medio milímetro. Si quisiéramos una medición más precisa podríamos usar un instrumento
más sensible que una regla, tal como un calibre, a fin de apreciar cuánto es la fracción de mm en
que la longitud del objeto excede a 126 mm.

El Calibre
El calibre, esencialmente, es una regla con algunos accesorios que la hacen más versátil y precisa
que una regla común. Los accesorios principales son: dos pares de mordazas, una sonda o varilla
para medir profundidades, y una corredera que se desliza sobre la regla articulando todo el sistema.
La Fig. 1 muestra una fotografía de un calibre, señalando sus partes principales.

Fig. 1

La Fig. 2 es un esquema de otro modelo de calibre, con mayor detalle de sus diferentes partes.
Fig. 2

1. Mordazas para medidas exteriores.


2. Mordazas para medidas interiores.
3. Sonda para medida de profundidades.
4. Escala con divisiones en centímetros y milímetros.
5. Escala con divisiones en pulgadas y fracciones de pulgada.
6. Nonio para la lectura de las fracciones de milímetros en que esté dividido.
7. Nonio para la lectura de las fracciones de pulgada en que esté dividido.
8. Botón de deslizamiento y freno.

El calibre de la Fig. 1 tiene un tornillo de ajuste o freno, para impedir que la corredera se deslice
cuando se está haciendo la lectura. El de la Fig. 2 no tiene este tornillo porque en este modelo la
función de freno la realiza el botón señalado con el número 8.
Nótese, en ambas figuras, cómo las mordazas “pie de rey”, para medidas interiores, se cierran de
manera distinta de las mordazas para medidas exteriores. Esto puede apreciarse aún mejor en las
Figs. 3 y 4, que representan un mismo calibre, primero abierto y luego cerrado: al cerrarse, las
mordazas pie de rey se “cruzan”.

Fig. 3
Fig. 4

Como puede apreciarse en todas las figuras, las corredera tienen una escala con una graduación
distinta de la de la regla. Esta escala adicional se llama nonio o escala de Vernier, en honor a su
inventor, el matemático francés Pierre Vernier (1850-1637). Es un dispositivo común en diversos
instrumentos (micrómetros, goniómetros, dinamómetros, etc.) y permite mejorar la sensibilidad de
los mismos. Analicemos cómo funciona.

La Escala de Vernier
La Fig. 5 representa la escala de Vernier similar a la de la Fig. 4.

Fig. 5

En todo este texto, llamaremos “división” al espacio


entre dos trazos de una dada escala.
Como puede apreciarse en la Fig. 5, las divisiones de la
escala de Vernier son más pequeñas que la de la escala
principal graduada en milímetros.
No necesariamente debe ser así. Hay muchos instru-
mentos en los que las divisiones del Vernier son más
grandes que las de la escala principal, pero necesa-
riamente deben ser distintas.
En la Fig. 5 también se puede observar los trazos que
coinciden entre ambas escalas: En el extremo izquierdo,
coinciden los ceros de ambas escalas, y en el extremo
derecho, el trazo 10 del Vernier (corredera amarilla)
coincide con el de 9 mm de la escala principal (regla
verde).
En esta posición (mordazas cerradas) no hay ninguna coincidencia entre los trazos intermedios.
Nos interesa ahora calcular cuánto mide cada división del Vernier. Para ello, notemos que 10
divisiones del Vernier coinciden con 9 divisiones de la escala milimetrada, es decir, con 9 mm.
Luego, podemos escribir la ecuación:

N vV = N uU (1)
Donde Nv es la cantidad de divisiones del Vernier y Nu la candidad de divisiones de la escala
principal que coinciden entre sí, y U es la unidad de la escala principal. En este caso, Nv = 10, Nu =
9 y U = 1 mm (10 divisiones del Vernier coinciden con 9 mm).
De la Ec. (1) podemos despejar V:

Nu
V = U (2)
Nv

De la cual, particularizando para nuestro ejemplo, se obtiene V = 9/10 mm. Ahora que sabemos
cuánto mide V, deducimos que el trazo número 1 del Vernier está a una distancia de 1/10 mm del
trazo correspondiente a 1 mm de la regla principal.
Luego, si desplazamos la corredera una décima de milímetro, el trazo 1 del Vernier coincidirá con
el trazo 1 de la regla milimetrada. Este desplazamiento mínimo que provoca la primera coincidencia
distinta del cero de ambas escalas, es lo más pequeño que puede apreciar el instrumento, es decir, es
la “apreciación” del instrumento. Ésta es una propiedad fundamental del instrumento, y es
importante conceptualizarla bien:
Cuando medíamos con una regla, decíamos que teníamos una medición precisa cuando ambos
bordes del objeto coincidían con trazos de la regla, en ese caso podíamos decir que teníamos una
“lectura”. Ahora las coincidencias que nos interesan ya no son entre bordes del objeto y trazos de la
regla, sino entre trazos del Vernier y trazos de la regla principal.
Cuando tenemos una coincidencia entre trazos de una y otra escala, tenemos una “lectura”. El
desplazamiento más pequeño que debemos hacer para tener una lectura es de 1/10 mm; para
desplazamientos más pequeños, no tendremos ninguna lectura. Por tanto, la apreciación del
instrumento se puede definir como el desplazamiento mínimo necesario para tener una lectura, y en
este caso es de 1/10 mm.
Así, podemos definir la apreciación como

Ap = U − V (3)

Donde Ap representa la apreciación; U, la división de la escala principal; y V, la división del


Vernier.
En este caso,

9 1
Ap = 1mm − mm = mm (3’)
10 10

Sigamos observando la Fig. 5. Habíamos notado que los trazos de los extremos de la escala de
Vernier coincidían ambos con trazos de la regla principal, y que ninguno de los trazos intermedios
del Vernier coincidía con ninguno de la regla. Además, el trazo 1 del Vernier estaba 1/10 mm a la
izquierda del trazo de 1 mm de la regla principal. Nos preguntamos ahora: ¿A qué distancia están
los otros trazos del Vernier de sus correspondientes trazos de la regla principal?
Esto es fácil de calcular sabiendo que la división del Vernier es V = 9/10 mm, pues entonces el trazo
2 del Vernier está a 18/10 mm del cero, y por consiguiente está a 2/10 mm del trazo 2 de la regla
(éste corresponde a 2 mm). Aplicando el mismo razonamiento para los demás trazos, se deduce que
el trazo 3 del Vernier está a 3/10 mm del trazo 3 de la regla (éste corresponde a 3 mm), el trazo 4
del Vernier está a 4/10 mm del trazo 4 de la regla (éste corresponde a 4 mm), y así sucesivamente.
Luego, si desplazamos la corredera de a décimas de milímetro cada vez, a partir de la posición en
que coinciden los ceros (Fig. 5), el primer desplazamiento de 1/10 mm nos hará coincidir el trazo 1
del Vernier con un trazo de la escala principal, el segundo desplazamiento de 1/10 nos hará
coincidir el trazo 2 del Vernier con un trazo de la escala principal, el tercer desplazamiento nos hará
coincidir el trazo 3 del Vernier, y así sucesivamente, hasta que el décimo desplazamiento de 1/10
mm nos hará coincidir el trazo 10 del Vernier, y entonces de nuevo tendremos que los trazos
extremos del Vernier coinciden ambos con trazos de la regla principal, porque habremos desplazado
un milímetro entero (10/10 mm). En esta posición, el cero del Vernier coincidirá con el trazo 1 de la
regla (1 mm) y el trazo 10 del Vernier coincidirá con el trazo de 10 mm (1 cm). A partir de esta
nueva posición podemos repetir el mismo procedimiento de desplazar la corredera de a décimas de
mm y obtendremos coincidencias equivalentes.
En definitiva, si el cero del Vernier coincide con un trazo cualquiera, el trazo 10 del Vernier
también coincide con un trazo que estará a 9 mm a la derecha del cero (v. Fig. 6).

Fig. 6

A partir de esta posición, un desplaza-


miento de la corredera de j décimas de milí-
metro nos hará coincidir el trazo j del
Vernier con un trazo de la regla principal.
No importa con cuál trazo coincida el trazo
j del Vernier, lo que importa es el valor de
j, es decir, cuál es el trazo del Vernier que
coincide con alguno de la regla principal.
Luego, la lectura de la medición es simple:
Si el cero del Vernier está entre el trazo n y
el n+1 de la regla principal, podemos
imaginarnos que esta posición proviene de
una posición anterior en la cual el cero
estaba justo coincidiendo con el trazo n, y a
partir de allí se desplazó la corredera.
¿Cuánto se desplazó? Para contestar esta pregunta observamos qué trazo del Vernier coincide con
alguno de la regla principal (no importa con cuál). Si coincide el trazo j del Vernier con alguno de la
regla principal, la corredera se desplazó j apreciaciones. Luego, la ecuación de la lectura,
suponiendo que el cero del Vernier esté entre n y n+1 mm, es:

L = n mm + j ⋅ ap (4)

Desde luego, si el cero del Vernier coincide justo con el trazo n, la lectura es simplemente n mm.
Así, la lectura de de la Fig. 6 es L = 9,0 mm, donde es necesario poner el cero después de la coma
para indicar la cantidad correcta de cifras significativas, pues estamos midiendo con un instrumento
que aprecia 1/10 mm = 0,1 mm, y por tanto debemos expresar el resultado de la medición hasta las
décimas de milímetro (suponiendo que el error mínimo es igual a la apreciación).
Con lo desarrollado hasta aquí, el estudiante debe ser capaz de leer por sí mismo la medición de la
Fig. 7 y comprobar que es L = 14,4 mm.
Fig. 7
Hemos desarrollado nuestra explicación para un
Vernier de 10 divisiones, pero el Vernier podría
tener otra cantidad de divisiones. En los casos
más típicos, los calibres y otros instrumentos
tienen escalas de Vernier con 10, 20 o 50
divisiones.
En cualquier caso, la Ec. (4) es aplicable, pero
la apreciación depende del número de divisiones
del Vernier y deberá ser calculada para poder efectuar la lectura.
Consideremos ahora el calibre de la Fig. 8, que tiene un Vernier de 20 divisiones que coinciden con
19 mm.

Fig. 8

Aplicando la Ec. (1), tenemos que 20 V = 19 mm, de


donde deducimos que V = 19/20 mm. Luego, apli-
cando la Ec. (3), obtenemos que Ap = 1/20 mm =
0,05 mm. Finalmente, aplicando la Ec. (4) podremos
obtener el resultado de cualquier medición.
Lo que ha cambiado, respecto del caso anterior, es el
valor de la apreciación, y el hecho de que ahora j
puede variar entre 0 y 20 (desde luego estos valores
extremos en la práctica no se usan porque
corresponden a una lectura en que se obtiene una
número exacto de milímetros, o de cualquier unidad
en que esté graduada la escala principal).
Así, por ejemplo, en la Fig. 9, el estudiante debe ser
capaz de comprobar que la lectura es L = 15,85 mm.

Fig. 9

El estudiante interesado en profundizar en estos temas puede consultar los siguientes sitios de
internet:
https://es.wikipedia.org/wiki/Calibre_(instrumento)
https://es.wikipedia.org/wiki/Nonio
Se deja planteado como problema de aplicación el cálculo de la apreciación de un calibre que tiene
un Vernier de 50 divisiones que coinciden con 49 mm y el modo de hacer la lectura en este
instrumento. Desde luego, en este caso también son aplicables las Ec. (1), (2), (3) y (4).
En lo que sigue estudiaremos otro instrumento importante en la medición de longitudes.

El Micrómetro
Este instrumento suele llamarse, en la jerga del laboratorio, “tornillo micrométrico”, porque una de
sus piezas principales es un tornillo muy largo, que al girar va desplazando una mordaza,
permitiendo, de esta manera, separarla o acercarla a otra mordaza fija (tope).
La Fig. 10 es una fotografía de un micrómetro con una moneda entre sus mordazas, y la Fig. 11 es
un esquema del instrumento donde se señalan sus partes principales.

Fig. 10

Fig. 11

1. Cuerpo: constituye el armazón del micrómetro; suele tener unas plaquitas de aislante térmico
para evitar la variación de medida por dilatación.
2. Tope: determina el punto cero de la medida; suele ser de algún material duro (como acero o
hierro) para evitar el desgaste, así como optimizar la medida.
3. Espiga: elemento móvil que determina la lectura del micrómetro; la punta suele tener también la
superficie en metal duro para evitar desgaste.
4. Traba o palanca de fijación: permite bloquear el desplazamiento de la espiga, para no alterar una
lectura.
5. Trinquete: limita la fuerza ejercida al realizar la medición. Esto garantiza que todas las
mediciones serán realizadas con la misma fuerza, no se podrá ceñir de más ni de menos al tomar un
objeto entre las mordazas. Si se intenta ceñir de más, el trinquete resbala (gira sin ceñir).
6. Tambor: solidario a la espiga, en la que está grabada la escala móvil de 50 divisiones.
7. Huso: solidario al cuerpo, donde está grabada la escala fija de 0 a 25 mm, graduada normalmente
con trazos espaciados a medio milímetro uno de otro (paso de rosca del tornillo principal).
8. Línea de lectura del tambor.
La Fig. 11 representa un modelo muy común de micrómetro, en el cual las graduaciones del huso
están alternadas a ambos lados de la línea de lectura del tambor. En este caso, los trazos de arriba
indican milímetros enteros, y los de abajo, medios milímetros.

La Fig. 12 muestra una sección transversal donde puede observarse con cierto detalle el tornillo
principal y el trinquete.

Fig. 12

Principio de Funcionamiento del Micrómetro


El tornillo principal tiene un paso de rosca parejo y bien calibrado a lo lardo de todo su recorrido.
Este paso de rosca suele ser de 0,5 mm. Así, cada vez que se gira el tambor (nº 6 en la Fig. 11) una
vuelta entera, desplazándolo hacia la derecha, dejará al descubierto un nuevo trazo en la parte
visible del huso (7), y si se lo desplaza hacia la izquierda, cubrirá el último trazo visible del huso.
Esto equivale a decir que una vuelta entera provoca que la espiga (3) se desplace 0,5 mm hacia la
derecha o hacia la izquierda, es decir, que las mordazas se separen o se acerquen 0,5 mm.
En las Figs. 10 y 11 se observa que el tambor también tiene graduaciones. Normalmente, cuando el
paso de rosca del tornillo principal es de 0,5 mm, el tambor tiene 50 divisiones. En la Fig. 10 se
observa que estas divisiones están numeradas de a cinco en cinco, y después del nº 45 sigue el nº 0.
Es decir que el trazo nº 0 también puede interpretarse como el trazo nº 50. Cuando se desplaza el
tambor desde la división n a la n+1, se ha desplazado 1/50 de vuelta, y como una vuelta entera
corresponde a un desplazamiento de la espiga de 0,5 mm, el paso de una división del tambor a la
siguiente corresponde a 0,5/50 mm = 0,01 mm. Es decir que las mordazas se acercan o se separan
0,01 mm por cada división que se desplaza el tambor.
Luego, la apreciación del tambor puede calcularse como
paso de rosca 0 ,5 mm
Aptambor = o
= = 0 ,01 mm (5)
n de divisiones del tambor 50

Algunos micrómetros tienen escala de Vernier, como puede observarse en la Fig. 13:

Fig. 13

En estos modelos, usualmente,


10 divisiones del Vernier coinci-
den con 9 divisiones del tambor.
Aplicando las Ecs. (1) y (2), se
obtiene, en este caso, que cada
división del Vernier aprecia 1/10
de lo que aprecia la división del
tambor (v. Ec. (5)). Luego, en
este caso, el Vernier aprecia
0,001 mm, es decir, 1 µm (micra
o micrón), y de allí el nombre de
micrómetro.
Nótese que, en el caso del
micrómetro, la escala de Vernier
está grabada en el huso, es decir,
es fija, no móvil como en el caso
del calibre.
Por otra parte, los trazos del
Vernier deben extenderse hori-
zontalmente a lo largo de toda la
longitud de la escala del huso
para permitir observar cuál de ellos coincide con algún trazo del tambor en cualquier posición en
que éste estuviera.

Uso del Micrómetro


Pasos a seguir
1. Antes de mover el tambor, asegúrese de que la traba (4) está girada hacia el tambor, tal como se
ve en las Figs. 10 y 11, es decir, que el micrómetro está destrabado. ¡Si hace fuerza sobre el tambor
cuando está trabado, romperá el instrumento! La traba es para impedir un desplazamiento accidental
cuando se tiene una lectura, no es para impedir la fuerza bruta.
2. Gire el tambor hasta que la espiga (3) toque el tope (2), es decir junte las mordazas. Hágalo con
suavidad, y cuando las mordazas vayan a tocarse, gire el tambor desde la perilla del trinquete (5)
hasta que esta perilla resbale (normalmente al resbalar hace un pequeño ruido). Cuando esto sucede,
las mordazas se están tocando con una dada presión entre ellas, que es la misma presión que Ud.
hará sobre el objeto cuando lo mida. Verifique que en esta posición la lectura del instrumento es
cero (tanto en el huso como en el tambor). Si no fuera cero, pida al docente encargado que corrija el
instrumento, o bien anote la lectura para corregir después las mediciones, restándoles este error
sistemático.
3. Gire el tambor hasta que las mordazas se separen lo suficiente e introduzca entre ellas el objeto a
medir. Ahora gire el tambor en sentido contrario hasta que las mordazas toquen el objeto. Cuando
esto vaya a suceder, use la perilla del trinquete, hasta que ésta resbale.
4. Lea la escala del huso y luego sume a esta medida lo que indique la línea de lectura del tambor.
5. Si el micrómetro tiene Vernier, observe qué trazo del Vernier coincide con algún trazo del tambor
(no importa con cuál), y sume esta lectura a la del huso y la del tambor:
L = lectura del huso + lectura del tambor + lectura del Vernier.

Problemas de Aplicación
1. Indique qué medición se lee en las Figs. (10) y (13).
2. Indique qué medición se lee en las siguientes figuras.
Notas:
a) Sólo debe leer las mediciones de las escalas milimetradas (las escalas superiores, en algunos
calibres están graduadas en pulgadas, éstas no nos interesan).
b) Advierta que la graduación de las escalas principales de los calibres son milímetros, aunque sólo
estén numerados los centímetros.
c) Advierta, también, que las divisiones del Vernier, en los calibres son los espacios entre dos
trazos, sin importar cuáles sean los trazos numerados ni cuál sea esta numeración.

Fig. 14

Fig. 15 Fig. 16

Este Vernier tiene 50 divisiones

Este Vernier también tiene 50 divisiones


Fig. 17 Fig. 18

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