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2 - Mediciones de Longitud - R
2 - Mediciones de Longitud - R
Las mediciones de longitud son una de las más importantes no sólo por cuanto atañe a la necesidad
de medir el espacio (longitudes, distancias, desplazamientos) y otras magnitudes derivadas
(velocidades, áreas, volúmenes) sino porque muchos instrumentos analógicos funcionan como
transductores que transforman la señal de entrada de una dada magnitud en una señal de salida que
es usualmente una longitud o un ángulo. Por ejemplo, cuando se mide una temperatura con un
termómetro de mercurio, lo que se está midiendo realmente es el desplazamiento de la columna de
mercurio a lo largo de un tubo capilar, y cuando se mide una corriente o una diferencia de potencial
eléctrico en un instrumento analógico, lo que realmente se mide es el ángulo que se deflecta la aguja
del instrumento sobre el limbo graduado.
Todos tenemos experiencia en mediciones de longitud, porque desde la escuela primaria, hemos
medido longitudes con una regla. Para ello, hacemos coincidir un extremo o borde del objeto que
deseamos medir con el trazo correspondiente al cero de la regla, y luego observamos con qué trazo
coincide el extremo o borde opuesto. Sin embargo aquí se presenta usualmente una imprecisión,
porque es muy probable que este segundo extremo o borde no coincida exactamente con ningún
trazo.
Así, por ejemplo, si estamos usando una regla milimetrada y notamos que el borde del objeto queda
entre dos trazos, digamos, entre 126 y 127 mm, podremos tomar el error de apreciación como la
mitad de la apreciación (1 mm) y diremos: “mide (126,5±0,5) mm”, lo cual es justamente una
manera técnica de decir que la longitud está entre 126 y 127 mm, pero en realidad no podemos
apreciar medio milímetro. Si quisiéramos una medición más precisa podríamos usar un instrumento
más sensible que una regla, tal como un calibre, a fin de apreciar cuánto es la fracción de mm en
que la longitud del objeto excede a 126 mm.
El Calibre
El calibre, esencialmente, es una regla con algunos accesorios que la hacen más versátil y precisa
que una regla común. Los accesorios principales son: dos pares de mordazas, una sonda o varilla
para medir profundidades, y una corredera que se desliza sobre la regla articulando todo el sistema.
La Fig. 1 muestra una fotografía de un calibre, señalando sus partes principales.
Fig. 1
La Fig. 2 es un esquema de otro modelo de calibre, con mayor detalle de sus diferentes partes.
Fig. 2
El calibre de la Fig. 1 tiene un tornillo de ajuste o freno, para impedir que la corredera se deslice
cuando se está haciendo la lectura. El de la Fig. 2 no tiene este tornillo porque en este modelo la
función de freno la realiza el botón señalado con el número 8.
Nótese, en ambas figuras, cómo las mordazas “pie de rey”, para medidas interiores, se cierran de
manera distinta de las mordazas para medidas exteriores. Esto puede apreciarse aún mejor en las
Figs. 3 y 4, que representan un mismo calibre, primero abierto y luego cerrado: al cerrarse, las
mordazas pie de rey se “cruzan”.
Fig. 3
Fig. 4
Como puede apreciarse en todas las figuras, las corredera tienen una escala con una graduación
distinta de la de la regla. Esta escala adicional se llama nonio o escala de Vernier, en honor a su
inventor, el matemático francés Pierre Vernier (1850-1637). Es un dispositivo común en diversos
instrumentos (micrómetros, goniómetros, dinamómetros, etc.) y permite mejorar la sensibilidad de
los mismos. Analicemos cómo funciona.
La Escala de Vernier
La Fig. 5 representa la escala de Vernier similar a la de la Fig. 4.
Fig. 5
N vV = N uU (1)
Donde Nv es la cantidad de divisiones del Vernier y Nu la candidad de divisiones de la escala
principal que coinciden entre sí, y U es la unidad de la escala principal. En este caso, Nv = 10, Nu =
9 y U = 1 mm (10 divisiones del Vernier coinciden con 9 mm).
De la Ec. (1) podemos despejar V:
Nu
V = U (2)
Nv
De la cual, particularizando para nuestro ejemplo, se obtiene V = 9/10 mm. Ahora que sabemos
cuánto mide V, deducimos que el trazo número 1 del Vernier está a una distancia de 1/10 mm del
trazo correspondiente a 1 mm de la regla principal.
Luego, si desplazamos la corredera una décima de milímetro, el trazo 1 del Vernier coincidirá con
el trazo 1 de la regla milimetrada. Este desplazamiento mínimo que provoca la primera coincidencia
distinta del cero de ambas escalas, es lo más pequeño que puede apreciar el instrumento, es decir, es
la “apreciación” del instrumento. Ésta es una propiedad fundamental del instrumento, y es
importante conceptualizarla bien:
Cuando medíamos con una regla, decíamos que teníamos una medición precisa cuando ambos
bordes del objeto coincidían con trazos de la regla, en ese caso podíamos decir que teníamos una
“lectura”. Ahora las coincidencias que nos interesan ya no son entre bordes del objeto y trazos de la
regla, sino entre trazos del Vernier y trazos de la regla principal.
Cuando tenemos una coincidencia entre trazos de una y otra escala, tenemos una “lectura”. El
desplazamiento más pequeño que debemos hacer para tener una lectura es de 1/10 mm; para
desplazamientos más pequeños, no tendremos ninguna lectura. Por tanto, la apreciación del
instrumento se puede definir como el desplazamiento mínimo necesario para tener una lectura, y en
este caso es de 1/10 mm.
Así, podemos definir la apreciación como
Ap = U − V (3)
9 1
Ap = 1mm − mm = mm (3’)
10 10
Sigamos observando la Fig. 5. Habíamos notado que los trazos de los extremos de la escala de
Vernier coincidían ambos con trazos de la regla principal, y que ninguno de los trazos intermedios
del Vernier coincidía con ninguno de la regla. Además, el trazo 1 del Vernier estaba 1/10 mm a la
izquierda del trazo de 1 mm de la regla principal. Nos preguntamos ahora: ¿A qué distancia están
los otros trazos del Vernier de sus correspondientes trazos de la regla principal?
Esto es fácil de calcular sabiendo que la división del Vernier es V = 9/10 mm, pues entonces el trazo
2 del Vernier está a 18/10 mm del cero, y por consiguiente está a 2/10 mm del trazo 2 de la regla
(éste corresponde a 2 mm). Aplicando el mismo razonamiento para los demás trazos, se deduce que
el trazo 3 del Vernier está a 3/10 mm del trazo 3 de la regla (éste corresponde a 3 mm), el trazo 4
del Vernier está a 4/10 mm del trazo 4 de la regla (éste corresponde a 4 mm), y así sucesivamente.
Luego, si desplazamos la corredera de a décimas de milímetro cada vez, a partir de la posición en
que coinciden los ceros (Fig. 5), el primer desplazamiento de 1/10 mm nos hará coincidir el trazo 1
del Vernier con un trazo de la escala principal, el segundo desplazamiento de 1/10 nos hará
coincidir el trazo 2 del Vernier con un trazo de la escala principal, el tercer desplazamiento nos hará
coincidir el trazo 3 del Vernier, y así sucesivamente, hasta que el décimo desplazamiento de 1/10
mm nos hará coincidir el trazo 10 del Vernier, y entonces de nuevo tendremos que los trazos
extremos del Vernier coinciden ambos con trazos de la regla principal, porque habremos desplazado
un milímetro entero (10/10 mm). En esta posición, el cero del Vernier coincidirá con el trazo 1 de la
regla (1 mm) y el trazo 10 del Vernier coincidirá con el trazo de 10 mm (1 cm). A partir de esta
nueva posición podemos repetir el mismo procedimiento de desplazar la corredera de a décimas de
mm y obtendremos coincidencias equivalentes.
En definitiva, si el cero del Vernier coincide con un trazo cualquiera, el trazo 10 del Vernier
también coincide con un trazo que estará a 9 mm a la derecha del cero (v. Fig. 6).
Fig. 6
L = n mm + j ⋅ ap (4)
Desde luego, si el cero del Vernier coincide justo con el trazo n, la lectura es simplemente n mm.
Así, la lectura de de la Fig. 6 es L = 9,0 mm, donde es necesario poner el cero después de la coma
para indicar la cantidad correcta de cifras significativas, pues estamos midiendo con un instrumento
que aprecia 1/10 mm = 0,1 mm, y por tanto debemos expresar el resultado de la medición hasta las
décimas de milímetro (suponiendo que el error mínimo es igual a la apreciación).
Con lo desarrollado hasta aquí, el estudiante debe ser capaz de leer por sí mismo la medición de la
Fig. 7 y comprobar que es L = 14,4 mm.
Fig. 7
Hemos desarrollado nuestra explicación para un
Vernier de 10 divisiones, pero el Vernier podría
tener otra cantidad de divisiones. En los casos
más típicos, los calibres y otros instrumentos
tienen escalas de Vernier con 10, 20 o 50
divisiones.
En cualquier caso, la Ec. (4) es aplicable, pero
la apreciación depende del número de divisiones
del Vernier y deberá ser calculada para poder efectuar la lectura.
Consideremos ahora el calibre de la Fig. 8, que tiene un Vernier de 20 divisiones que coinciden con
19 mm.
Fig. 8
Fig. 9
El estudiante interesado en profundizar en estos temas puede consultar los siguientes sitios de
internet:
https://es.wikipedia.org/wiki/Calibre_(instrumento)
https://es.wikipedia.org/wiki/Nonio
Se deja planteado como problema de aplicación el cálculo de la apreciación de un calibre que tiene
un Vernier de 50 divisiones que coinciden con 49 mm y el modo de hacer la lectura en este
instrumento. Desde luego, en este caso también son aplicables las Ec. (1), (2), (3) y (4).
En lo que sigue estudiaremos otro instrumento importante en la medición de longitudes.
El Micrómetro
Este instrumento suele llamarse, en la jerga del laboratorio, “tornillo micrométrico”, porque una de
sus piezas principales es un tornillo muy largo, que al girar va desplazando una mordaza,
permitiendo, de esta manera, separarla o acercarla a otra mordaza fija (tope).
La Fig. 10 es una fotografía de un micrómetro con una moneda entre sus mordazas, y la Fig. 11 es
un esquema del instrumento donde se señalan sus partes principales.
Fig. 10
Fig. 11
1. Cuerpo: constituye el armazón del micrómetro; suele tener unas plaquitas de aislante térmico
para evitar la variación de medida por dilatación.
2. Tope: determina el punto cero de la medida; suele ser de algún material duro (como acero o
hierro) para evitar el desgaste, así como optimizar la medida.
3. Espiga: elemento móvil que determina la lectura del micrómetro; la punta suele tener también la
superficie en metal duro para evitar desgaste.
4. Traba o palanca de fijación: permite bloquear el desplazamiento de la espiga, para no alterar una
lectura.
5. Trinquete: limita la fuerza ejercida al realizar la medición. Esto garantiza que todas las
mediciones serán realizadas con la misma fuerza, no se podrá ceñir de más ni de menos al tomar un
objeto entre las mordazas. Si se intenta ceñir de más, el trinquete resbala (gira sin ceñir).
6. Tambor: solidario a la espiga, en la que está grabada la escala móvil de 50 divisiones.
7. Huso: solidario al cuerpo, donde está grabada la escala fija de 0 a 25 mm, graduada normalmente
con trazos espaciados a medio milímetro uno de otro (paso de rosca del tornillo principal).
8. Línea de lectura del tambor.
La Fig. 11 representa un modelo muy común de micrómetro, en el cual las graduaciones del huso
están alternadas a ambos lados de la línea de lectura del tambor. En este caso, los trazos de arriba
indican milímetros enteros, y los de abajo, medios milímetros.
La Fig. 12 muestra una sección transversal donde puede observarse con cierto detalle el tornillo
principal y el trinquete.
Fig. 12
Algunos micrómetros tienen escala de Vernier, como puede observarse en la Fig. 13:
Fig. 13
Problemas de Aplicación
1. Indique qué medición se lee en las Figs. (10) y (13).
2. Indique qué medición se lee en las siguientes figuras.
Notas:
a) Sólo debe leer las mediciones de las escalas milimetradas (las escalas superiores, en algunos
calibres están graduadas en pulgadas, éstas no nos interesan).
b) Advierta que la graduación de las escalas principales de los calibres son milímetros, aunque sólo
estén numerados los centímetros.
c) Advierta, también, que las divisiones del Vernier, en los calibres son los espacios entre dos
trazos, sin importar cuáles sean los trazos numerados ni cuál sea esta numeración.
Fig. 14
Fig. 15 Fig. 16