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Carta No.

41 - 16 agosto 2020

CON LOS OJOS FIJOS EN ÉL


en la realidad y en la fe

Los rostros de la esperanza


Globalizar la esperanza, mundializarla, será ir haciendo que todos/as, sobre todo
los excluidos, los "ninguneados"…, aquellos que más tienen por esperar, puedan
esperar "razonablemente", sin sarcasmos por delante. Pedro Casaldáliga

Así como “la fe sin La declaratoria de emergencia por la pandemia del Covid 19, que azota al planeta,
cada día nos plantea un escenario nuevo, cada vez más complejo e incierto. Son
obras está muerta”,
muchas incertidumbres que nos invaden y que pueden llegar casi a desbordarnos:
la Esperanza es el miedo, la enfermedad física y/o mental, la crisis económica y social, la
concreta, es de corrupción e impunidad, el desempleo estructural, la sobreexplotación de la
todos los días naturaleza, la decadencia política, etc. Atravesamos un período histórico
porque es un aterrador, en el que todo parecería oscuro, como si no hubiese futuro ni salida
encuentro con los ante un torbellino de dificultades que nos envuelven día a día.
más pobres, con la Sin embargo, al encontrarnos casi al límite de la existencia, tras la tormenta de
comunidad. Es angustias, vuelve a renacer siempre, como suave brisa, 'algo' que nos levanta y
memoria, utopía, nos mantiene en pie; 'algo' que brota de lo más íntimo del corazón y que al
acción. Es creíble, pronunciarlo dibuja una sonrisa amplia. Como si nos volviera invencibles, como el
testificada por la mismo oxígeno que nos revitaliza, vuelve a aparecer 'algo' llamado 'Esperanza',
con mayúscula, no solo por tratarse de una virtud divina, sino porque es presencia
vida coherente, por
real del Espíritu en tantos hombres y mujeres que transitan por la historia dejando
la praxis eficaz, por huellas indelebles de amor y coherencia.
la aunque lenta, a
Esperanza que se distingue al cruzar la
nuestro parecer, mirada con el médico o la enfermera que,
transformación tras su visor y mascarilla, hacen de su
como proceso. profesión símbolo de auténtica vocación de
servicio sin afán de lucro; en los maestros
que, a pesar de las dificultades tecnológicas
y los atrasos en el pago de sus sueldos,
encuentran medios para continuar con su
labor educativa; en los chicos humildes y sencillos que hacen grandes esfuerzos
para educarse y superarse. La descubrimos también en talleres de mujeres que
elaboran trajes y mascarillas para quienes carecen de la posibilidad de adquirirlos.
Algunos la muestran cultivando la tierra, otros preparando alimentos para los más
necesitados, gestionando donaciones y compartiendo lo mucho o lo poco que
tienen. La descubrimos en pequeños gestos tangibles de vecinos que nos enseñan
que todos somos hermanos; sintiendo el dolor, el abandono, el hambre, el frío, la
soledad del otro: del pobre, del mendigo, del drogadicto, del migrante, del
Comisión ecuatoriana desempleado, tratando de solventar en algo la situación de al menos uno de ellos.
Justicia y Paz En América Latina florecen semillas de esperanza, surgidas de la vida misma de
Av. América 1830 y San Oscar Romero, Leonidas Proaño, Gonzalo López, Alejandro Labaka, Hna. Inés
Mercadillo Arango, entre otros, que sembraron con su testimonio, valores humanos y
Quito - Ecuador cristianos que nos falta practicar. Ellos nos recuerdan que debemos vivir la
telf: (593 2) 254 1387 esperanza con hechos, siendo auténticos, honestos, éticos…
movil: 0996062696 Cuando todo parezca sombrío, revivamos nuestra esperanza en el encuentro con
justicia_ypaz@yahoo.com Aquél que es camino, verdad y vida y que, al final, solo nos preguntará cuánto
justiciaypazecuador hemos amado. La esperanza es inseparable del amor solidario. Abracemos a la
www.justiciaypaz.org.ec esperanza como Dom Pedro Casaldáliga, “con los pies descalzos y el corazón lleno
de nombres”. Y es que la esperanza, nunca se cansa. • #ComuniquemosEsperanza

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