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Cartruto II Ciencia, técnica y sociedad José A. Lépex Cerezo (Universidad de Oviedo) InTRODUCCION Una ver tealizada una primera aproximacién a la ciencia y la tecnologia, en este médulo daremos un paso mds en esa aproximacién a la comprensién de ambas. Se trata ahora de estudiar la ciencia y la tecnologia en su medio natu. ral de realizacién, es decir, en la sociedad. Analizaremos la interrelacién exis. tente entre la ciencia, la tecnologia y la sociedad. La expresién «ciencia, tecnologia y sociedad» (CTS) suele definir tanto un objeto de estudio como un Ambito de trabajo académico. El objeto de estudio estd constituido por los aspectos sociales de la ciencia y la tecnologia, tanto en lo que concierne a los factores sociales que influyen sobre el cambio cientifico- tecnol6gico, como en lo que atarfie a las consectiencias sociales (y ambientales) de ese cambio. El ambito de trabajo académico son las nuevas aproximaciones al estudio de la ciencia que se centran en la comprensién de su dimensién social (en los sentidos anteriores), y que surgen en los afios 70 desde las cien- cias sociales y la investigaci6n académica en humanidades, Para difsrenctsy con claridad ambos sentidos de «CTS», utilizaremos la expresién desnuda «CTS» para hacer referencia al objeto de estudio y la frase «studios CTS» para el dmbito de trabajo académico. En este capftulo empezaremos comentando algunos obstéculos que la cien- cia y la tecnologfa han encontrado en las tiltimas décadas respecto a su credi- bilidad y apoyo puiblicos. Veremos cudles son los antecedentes socio-histricos a4 José A. Lépez Cerezo de las reticencias con las que importantes segmentos sociales contemplan actualmente al fenémeno cientifico-tecnol6gico. Esta visién retrospectiva de la historia de la ciencia y la tecnologfa en la tiltimas décadas, y de los cambios en las actitudes publicas al respecto, nos permitiré entender la evolucién reciente de los modelos politicos implantados en los paises industrializados para gestio- nar el desarrollo cientifico-tecnolégico. Sobre esta base introduciremos los estudios CTS como una reaccién académica contra la tradicional concepcién esencialista y benefactora de la ciencia y la tecnologfa, subyacente a los mode- los clisicos de gestidn politica. Veremos la nueva imagen del fenémeno cienti- fico-tecnolégico que emerge desde los afios 70 asociada a este campo académi- co. Dos lineas de desarrollo de los estudios CTS, en politica puiblicas y educacién, nos permitirén comprender las importantes repercusiones sociales que se detivan de esa reconceptualizacién en los estudios CTS de la naturaleza y dindmica de la ciencia-tecnologfa. Por ultimo, una pequefia reflexién sobre fas relaciones ciencia-tecnologia-sociedad en el mundo actual conectard los Ambitos anteriores de estudio académico y activismo social con el Ambito espe- cffico de la reflexién ética. Opjetivos Los objetivos bésicos que se deben alcanzar con el estudio de este capitulo son: 1. Apreciar la relevancia actual de la ciencia y la tecnologia en los asuntos xiblicos y la conducta personal. ‘Tomar conciencia de la necesidad de una alfa- Petiaacién cientifica pata la participacién en la vida piblica. 2. Comprender la importancia de los aspectos sociales de Ia ciencia y la tecnologfa, tanto en lo que respecta a sus condicionantes politicos, econémi- cos, culturales, etc., como en lo que concierne a sus implicaciones éticas, ambientales, sociales, etc. 3. Revelar la necesidad de abrir la ciencia y la tecnologfa a la comprensién ciudadana, los valores publicos y la participacién social. 4, familiatidad con los estudios recientes sobre los aspectos socia- les de la ciencia y la tecnologia: con el enfoque general de andlisis en los estu- dios CTS, asi como sus principales autores y corrientes. 1, La CIENCIA ¥ LA TECNOLOGIA EN LA AGENDA POL{TICA™ Un buen modo de destacar la importancia que la ciencia y la tecnologia tie- nen en la sociedad contemporinea ¢s a través de un significativo testimonio * Lectura recomendada UNE UNESCO (1998). Jnforme mundial sobre la ciencia 1998. Madrid: Santillana/Ediciones SCO. Ciencia, técnica y sociedad us reciente: el Congreso Mundial sobre la Ciencia celebrado en Budapest (Hungria) en junio-julio de 1999, y convocado por la UNESCO y el Consejo Internacio- nal para la Ciencia (ICSU). Las naciones del planeta se reunfan por vez primera para hablar exclusivamente de la ciencia y de su papel en el mundo actual. La Cumbre reunié a delegados de casi 150 paises, as{ como a representan- tes de numerosas asociaciones cientificas y organizaciones relacionadas con la ciencia. El evento se certé con la aprobacion por el plenario de una Declaracién sobre la ciencia y el uso de conocimienta cientifico, asi como del desatrollo de ese documento en ‘una Agenda para la ciencia: marco de accién. El tema estrella del Congreso y de la propia declaracién era articular y consensuar un nuevo con- trato social para la ciencia. El contenido de los documentos aprobados y los temas tratados en Buda- son de una extraordinaria importancia en el mundo contempordneo: pro- Blemas y desaffos como el de responsabilidad social de los cientificos y tec- nélogos, el papel del Estado en la financiacién de la ciencia, ia reorientacién de las prioridades de investigacién hacia las necesidades reales de la poblacién, las profundas asimetrlas en los sistemas de I+D (investigacién y desarrollo) de diversas naciones y regiones, la integracién de las mujeres y grupos sociales des- /orecidos en los sistemas de investigacién, la actitud ante otras formas de conocimiento no asimiladas por la ciencia occidental, los cambios en la educa- cién cientifica y los modelos de comunicacién de la ciencia, etc. etc. Estos eran algunos de los temas tratados en Budapest ¢ incorporados en los documentos aprobados en el Congreso. El Congreso de Budapest es un esfuuerzo més para hacer frente a uno de los problemas principales a los que se enfrenta nuestra sociedad de fin de siglo: la renegociacién de las relaciones entre ciencia y sociedad. El complejo cientifico-tecnolégico no parece responder a las expectativas y necesidades del mundo de cambio de siglo, Se trata de un problema complejo con dimensiones académicas, ético-polfticas, econémicas y educativas; un pro- blema realmente dificil de exagerar dada la extraordinaria relevancia que han adquirido la ciencia y la tecnologfa en el mundo actual. Es también un tema que ocupa el centro del interés académico de los recientes estudios de «ciencia, tecnologia y sociedad» (CTS), conocidos asimis. mo como estudios sociales sobre ciencia y tecnologla. Los estudios CTS, que estuvieron presentes en la reunién de Budapest, constituyen un joven y pujan- te campo de trabajo centrado en la comprensién de los aspectos sociales de la ciencia y la tecnologia, En lo que sigue exploraremos la nueva vision de la cien- cia y la tecnologia que, de la mano de los estudios CTS, va extendiéndose y consoliddndose en las tiltimas décadas. Para ello es preciso antes revisar con 16 José A. Lépez Cerezo brevedad el contexto socio-histérico de la «Declaracién de Budapest» y de los propios estudios CTS. 2, EL siNDROME DE FRANKENSTEIN Una idea que se reperia en Budapest es que “la fiesta ha terminado para los cientificos”. Se trata de una frase publicada en el diario briténico The Times hace casi treinta afios por una de las mds respetadas politicas britdnicas, Shi Williams. Mediante ella hacia referencia al fin del apoyo incondicional a la ciencia, al descontento y la desconfianza que muchos intelectuales, y buena parte del publico, comenzaban a sentir ya entonces con respecto a la ciencia. {Qué es lo que ocurre hace tres décadas? gCudles son los motivos de ese dis- tanciamiento entre ciencia y sociedad? ;Por qué es necesaria una renegociacién de las relaciones entre ciencia y sociedad? La literatura constituye con frecuencia un buen termémetro de las inquie- tudes sociales en cada época. En 1968, en pleno apogeo de! movimiento con- tracultural, Theodore Roszak! expresaba sus ideas sobre el papel de la ciencia y la tecnologia en el mundo contemporinco: «Cualesquiera que sean las aclaraciones y los adelantos benéficos que la capi universal de la investigacién produce en nuestro tiempo, el princi- interés de quienes financian prédigamente esa investigacién seguird pola- Fizado hacia ‘durmanent las eenicas de contol social la objetetla comer: cial, la manipulacién del mercado y la subversi6n del proceso democritico a través del monopolio de la informacién y el consenso prefabricado» T. Roszak (1968, pag. 286) ‘Lecturas recomendadas Marcuse, H, (1954). El hombre unidimensional. Barcelona: Ariel, 1981. Roszak, T. (1968). E! nacimiento de una contraculura. Barcelona: Kair6s, 1970. Schumacher, E. F (1973). Lo pequefa es hermoxo. Madrid: Hermann Blume, 1978. 1 Theodore Roszak: Profesor de historia y fundador-director del Instituto de Ecopsicologia en Cal-State Es autor de varias obras, entre ellas The Making of Counter Culture and. The Voice of the Earth. ntante del movimiento conracultural, denuncia los peligros dé | ciencia-tecnologia para la naturaleza y la sociedad. Ciencia, técnica y sociedad 17 Las palabras de Roszak, tremendas y exageradas como corresponden a un te6rico de la comtracultura, reflejan no obstante-el espiritu de los tiempos: una creciente sensibilidad social y preocupacién pottica por ls consecuencias negativas de una ciencia y tecnologia fuera de control. Es lo que se ha llamado «sindrome de Frankenstein», que empieza a extenderse en la opinién publica de los afios 60 y 70 dentro del mundo industrializado. Sindrome de Frankenstein. El «sindrome de Frankenstein» hace referencia al temor de que las mismas fuerzas utilizadas para controlar la naturaleza se vuelvan contra nosotros des- truyendo al ser humano, La bella novela de Mary Shelley’, publicada en 1818, recoge estupendamente esa inquietud. «Tii eres mi F, Pero yo soy tu sefior» — le dice ef monstruo a Victor Frankenstein al final de Ia obra. Se trata de la misma inquietud expresada décadas después por H.G. Wells en La isla del Dr. Moreau, cl cientifico que trataba de crear una raza hfbrida de hombres y animales en una isla remota, y que consideraba estar trabajando al servicio de la ciencia y la humanidad. Sus engendros acaban volviéndose contra él y des- truyéndolo. No es sin embargo un tema nuevo en la literatura decimonénica. La leyen- da del Golem, la criatura de barro al servicio del rabino Loew en fa Praga de finales de! siglo xvi, es otra variacién sobre el mismo tema. Los or{genes mis- mos de la cultura escrita atestiguan ese temor. El mito de Prometeo, en la Gre- cia cldsica, constituye un ejemplo: Prometeo roba el fuego a los dioses pero no es lo suficientemente divino para hacer buen uso de ¢l. También estd presente en el nacimiento de la civilizacién judeo-cristiana a través del mito del pecado original: probar el fruto del arbol de la sabiduria hace recacr el castigo de Dios sobre Adin y Eva. Hoy dia, novelas y peliculas como Parque Jurisico coneri- buyen a mantener vivo ese temor a las fuerzas desen: por el poder del conocimniento. En efecto, sobre el trasfondo del tradicional optimismo sobre las potencia- lidades de la ciencia respecto al progreso social, y la confianza ciega que la pala- bra «ciencia» solfa evocar en politicos y ciudadanos, uuna acticud crecientemente ctftica y cautelosa con la ciencia y la tecnolo- gia comienza a extenderse en las sociedades occidentales de los afios 60. ? Mary Wollstonecraft Shelley (1797-1851): Escritora inglesa conocida por su novela de terror Frankenstein, or the Modern Prometheus (1818), Otras obras importantes de ¢sca autora son Valperga: or the Life and Adventures of Castruccio, Prince of Lucca (1823) y The Last Man 1826). ” 118 José A. Loper Cerezo Es una actitud alimentada por catéstrofes relacionadas con la tecnologia, como los primeros accidentes nucleares 0 envenenamientos farmacéuticos masivos que tienen lugar en los afios 60 y 70, as{ como por el desarrollo de acti- vos movimientos sociales contraculturales criticos con el industrialismo y cl estado tecnocrético en los afios 60. lo del movimiento ecologista en los afios 60 y las protestas publi- cas contra el uso civil y militar de la energfa nuclear son elementos importan- tes en la formacién de esa actitud y el surgimiento del modero «sindrome de Frankenstein», Mayo del 68 es todo un simbolo al respecto, que atin hoy man- tiene su vigencia, Los recientes acontecimientos de Seattle (EE,UU,) a finales de 1999, con el boicoteo de la reunién de la Organizacién Mundial del Comer- cio (OMC) y la protesta popular contra una sociedad global mercantilizada, teenol6gica y deshumanizada, parecen constituir un Teaurgimiento. de ese movimiento contracultural, a pesar de que la protesta social contra la tecnolo- gla es hoy canalizada en gran medida a través de organizaciones no guberna- mentales como asociaciones ecologistas. Por su parte, las nuevas tecnologfas como la biotecnologfa, las tecnologias médicas o las tecnologias informéticas, tienden a ocupar hoy el centro de atencién piblica respecto a los riesgos y peli- gros potenciales de los productos cientifico-tecnolégicos. Las dos caras de Jano, Dos contempordneos de finales del siglo xv1 y principios del xvi, Francis Bacon? y Christopher Marlowe', ejemplifican estupendamente la ironfa reco- gida por el «s{ndrome de Frankenstein». Bacon ha sido considerado durante mucho tiempo como el padre de la ciencia moderna. No por sus contribucio- nes sustantivas al conocimiento cientifico sino por haber formulado las reglas del que durante largo tiempo se consideré el «método de la ciencia». En obras como Novum Organum, Bacon trataba de asentar el conocimiento sobre el suelo sélido de la observacién y la inferencia inductiva. De este modo, consi- deraba, el conocimiento nos proporcionard poder y bienestar material. El ries- go de ese poder es ironizado por su contemporéneo, Marlowe, en su obra de teatro La historia trdgica del Dr. Fausto — magnifico retrato de un mago rena- centista cortado por un patrén baconiano (como ha sefialado el historiador Paolo Rossi, Bacon toma su imagen de la ciencia de las tradiciones renacentis- tas de la alquimia y la magia, que, como la obra del propio Bacon, tuvieron una 3 Francis Bacon (1561-1626): Filésofo y politico inglés, critico del escolasticismo aristoté- lico y precursor del empirismo, Elaboré un modelo inductivo de método cientfico en su obra ‘més conocida, el Novum Organum (1622). Otra obra importante es Jnstaurario Magna (1620), donde presenta un plan para organizar las ciencias. Christopher Marlowe (1564-1593). Poera y dramaturgo inglés; es el més importante pre- decesor de S! . Entre sus obras més famosas se encuentran Tamburlaine the Great (1590), The Tragicall History of Dr. Faustus (1604) 0 The Famous Tragedy of the Rich Jew of Malta (1633). Ciencia, técnica y sociedad 119 gran influencia en tos cientificos naturales de su época, incluyendo a Isaac Newron). En su ambicioso intento de manejar las fuerzas que le permitan con- trolar el mundo, Fausto tiene que vender su alma al diablo y termina destru- yéndose a sf mismo. Lo que para Bacon es el poder benefactor de la ciencia, para Marlowe es la catdstrofe inevitable (Skinner, 1999: 56). Entender los antecedentes del “sindrome de Frankenstein”, y la pos- terior reaccién al mismo de las instituciones, ¢s entender mejor las com- plejas relaciones entre la ciencia, la tecnologia y la sociedad en el mundo actual. Para ellos tenemos, primero, que revisar la imagen tradicional sobre la cien- cia y la tecnologta, y, segundo, examinar el modelo clisico de politica publica en ciencia y tecnologia que se fundamenta en dicha imagen. 3. LA IMAGEN TRADICIONAL DE LA CIENCIA ¥ LA TECNOLOGIA* La concepcién clésica de las relaciones entre ciencia, tecnologla y sociedad es una concepcién esencialista y triunfalista. Todavia esta presente con frecuencia en diversos Ambitos del mundo aca- démico y los medios de divulgacién, Puede resumirse en una simple ecuacién, el llamado «modelo lineal de desarrollo»: + ciencia = + tecnologia = + riqueza = + bienestar social Todo comienza en el método cientifico, entendido como una suerte de combinacién de razonamiento légico y observacién cuidadosa. Mediante la aplicacién del método cientifico, y el acatamiento de un severo cédigo de honestidad profesional, se espera que la ciencia produzca la acumulacién de conocimiento objetivo acerca del mundo. El sistema de arbitraje por pares (el trabajo cientifico es evaluado por los colegas cientificos) se encargarfa de velar por la integridad intelectual y profe- * Lecturas recomendadas Echeverrfa, J. (1995). Filosofia de la ciencia, Madrid: Akal, |, P. (1975). Tratado contra el método. Madrid: ‘Tecnos, 1981. Merton, R. K. (1973). La sociologta de la ciencia (2 vols.). Madrid: Alianza, 1977. 120 José A. Lépez Cerezo sional de la institucién, es decir, por la correcta aplicacién de ese método de trabajo y el buen funcionamiento de ese oddigo de conducta. Es asi como se garantizaria el consenso y la honestidad en ciencia, es decir, como se preven- difa la controversia y se cvita el fraude. Ahora bien, se nos advierte en esta visién cldsica, Ia ciencia slo puede contribuir al mayor bienestar social si se olvida de la sociedad para buscar exclusivamente la verdad. Es decir, la ciencia sélo puede avanzar persiguien- do el fin que le es propio, el descubrimiento de verdades sobre la naturaleza, si se mantiene libre de la interferencia de valores sociales por beneméritos que éstos sean, Andlogamente, sélo es posible que la tecnologia pueda actuar de cadena transmisora en la mejora social si se respeta su autonomia, si se olvi- da de la sociedad para atender tinicamente a un ctiterio interno de eficacia técnica. Ciencia y tecnologia son presentadas as{ como formas auténomas de la cultura, como actividades valorativamente neutrales, como una alianza heroica de conquisca de la naturaleza. «Aquellos que olvidan el bien y el mal y buscan sélo conocer los hechos es més probable que alcancen el bien que aquellos que ven el mundo de alre- dedor a través del medio distorsionador de sus propios deseos». B, Russell (1957, pag. 29) «Los ingenieros no son misioneros [...] mediante el trabajo duro, res- ponsable, dependiente y crativ tenminamos prestando un servicio a la comunidad ‘[..J>. S. Florman (1876/1994, pég, 183) El «nticleo duro» de esta concepcién clisica recibe su formulacién canéni- ca en ef empirismo légico que surge en filosofia de la ciencia durante los afios 20 y 30, de la manos de autores como Rudolf Carnap°, en alianza con las aproximaciones funcionalistas en sociologia de la ciencia que se desarrollan desde los afios 40, en las que destaca Robert Meron, 5 Rudolf Camap (1891-1970). Filésofo alemén, uno de los principales representantes del Cireulo de Viena. Hiao it ‘contribuciones a a lbgica formal y a sus aplicaciones a la episte- mologis ya flosfa deb cence, Se interes en la mataicra de ls avert oe ac 1a légica. Defendié la tesis de que muchos de los temas clisicos de la flosofla eran en realidad pseu- do problemas, es decis, que su planteamiento era producto del uso inadectado de los términos 0 de 4a sintaxs en las proposiciones propias de dichos temas. Trabajé también asiduamente en la labora. ‘cién de una Idgica inductiva, Ciencia, técnica y sociedad 121 Los mitos del sistema 1+D. Daniel Sarewitz identifica en (1996) los que considera como mitos princi- pales del sistema I+D, es decir, de la concepcidn tradicional de la ciencia y de sus relaciones con la tecnologia y la sociedad. Son, en una versién adaptada, los siguientes: 1. Mito del beneficio infinito: més ciencia y més tecnologia conducird ine- xorablemente a mds beneficios sociales. 2, Mito de la investigacién sin trabas: cualquier linea razonable de investi- gacién sobre procesos naturales fundamentales es igualmente probable que produzca un beneficio social. 3. Mito de la rendicién de cuentas: el arbitraje entre pares, la reproducibi- lidad de los resultados y otros controles de la calidad de la investigacién cien- tifica dan cuenta suficientemente de las responsabilidades morales e intelec- tuales en el sistema I+D. 4, Mito de la autoridad: la investigacién cientifica proporciona una base objetiva para resolver las disputas politicas. 5. Mito de la frontera sin fin: el nuevo conocimiento cientifico generado en la frontera de la ciencia es aut6nomo respecto a sus consecuencias prdcticas en la naturaleza y la sociedad. 4, Et vigjo CONTRATO SOCIAL PARA LA CIENCIA La expresién politica de esa visi6n tradicional de la ciencia y la tecnologla, donde se reclama la autonomfa de la ciencia-tecnologia con respecto a la inter- ferencia social o politica, es algo que tiene lugar inmediatamente después de la segunda guerra mundial. Debemos tener en cuenta que nos hallamos en una época de intenso optimismo acerca de las posibilidades de la ciencia-tecnologfa y de apoyo incondicional a la misma, con los primeros ordenadores electténi- cos (ENIAC, 1946), los primeros transplantes de érganos (rifén, 1950), los rimeros usos de la energia nuclear para el transporte (USS Nautilus, 1954) 0 Erinvencién de la pildors anticoncepriva (1955). Laclaboracién doctrinal de ese manifiesto de autonomia para la ciencia con respecto a la sociedad se debe originalmente a Vannevar Bush, un influyente © Vannevar Bush (1890-1974): Ingeniero eléctrico norteamericane que desarrollé en los afios 30 una de las méquinas precursoras de los modemos ordenadores elec6nicos. Fue director en los afios 40 de la Oficina de Investigacién Cientifica y Desarrollo, que coordind la contribucién de la

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