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RESEÑA CAPÍTULO 4

El señor Hobsbawm cuenta en este capítulo que la Primera Guerra Mundial fue un
acontecimiento catastrófico, ya que significó el fin de la civilización occidental del
siglo XIX y su ideal capitalista. Además, esta fue una guerra masiva que significó
millones de muertes. La guerra trajo grandes consecuencias, entre esas
destacaron la revolución bolchevique en Rusia en 1917, la agitación obrera y las
revoluciones socialistas en Italia. También es importante resaltar que la existencia
de un Estado no capitalista fue importante en la política internacional. Hobsbawm
también cuenta que Europa atravesó una época oscura debido a la incapacidad e
impotencia del liberalismo burgués para enfrentar las consecuencias de las
transformaciones del final del siglo XIX. Cabe resaltar que, tras los primeros años
de posguerra, los europeos vivieron un corto período de esperanza que se apagó
con la llegada del crack bursátil de 1929 que bajó las esperanzas económicas y
políticas de la época. Hobsbawm también dice que el pacifismo es uno de los
resultados de la experiencia de la guerra, pero también lo es la ideología de que la
guerra fue una experiencia purificadora, que sirvió para dejar atrás todas las
diferencias que se llegaron a tener en un determinado tiempo. Un ejemplo de este
tipo de actitudes se puede ver reflejado en los movimientos nacionalistas de la
época, que tenían como función principal reemplazar los regímenes liberales por
nuevos modelos jurídicos y políticos de extrema derecha. También se destaca en
el capítulo 4 que durante el período de Entreguerras convivieron diferentes
escenarios políticos, ya que por un lado estaba la democracia en Francia,
Inglaterra, Suiza, Holanda y Bélgica, y por otro lado estaba el fascismo que
destacó en Italia y el mismo nazismo en Alemania. Con la llegada de Hitler al
poder en Alemania y la conversión del fascismo en un fenómeno de dimensión
europea, existió una dicotomía entre quienes se consideraban herederos de la
Ilustración y quienes se definían esencialmente como fascistas. En esta guerra,
fueron los intelectuales europeos que rechazaron el fascismo, de tal modo que
también fueron los primeros en unirse a un bando antifascista, que tuvo como
resultado una guerra civil española que resultó en un combate ideológico y donde
lo que estaba en juego era el futuro del continente europeo. En cuanto a la
Segunda Guerra mundial, se dice que hubo una guerra entre las democracias
liberales y el comunismo. Todo empezó con el temor al ‘bolchevismo’ y el trauma
de la guerra, ya que estas alimentaron la voluntad negociadora por parte de
Inglaterra y Francia en relación con las exigencias de Hitler, fue entonces cuando
se descubrió que había una naturaleza inédita y temible en el nazismo los obligó a
reaccionar. Hobsbawm culmina el capítulo diciendo que la democracia
parlamentaria era una débil planta que crecía en un suelo pedregoso, tanto en los
estados que sucedieron a los viejos imperios como en la mayor parte del
Mediterráneo y de América Latina.

Hecho por: Andrés Felipe Lucero Martínez

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