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MÓDULO 0305- EL CAMPO APLICADO DE LOS PROCESOS SOCIOCULTURALES 1

EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO EN PRISIONES.......................2


Psicología y prisiones .................................................................2
UNIDAD IV. Una referencia al sistema penitenciario español.....................2
Evaluaciones psicológicas ..........................................................3
Programas de tratamiento ..........................................................4
EL TRATAMIENTO EN PRISIONES Intervenciones psicológicas/psiquiátricas no conductuales ....4
Terapia de conducta ............................................................4
COMO UN ESFUERZO PARA GENERAR Terapia cognitivo-conductual...............................................4
Intervenciones ambientales .................................................5
UNA TECNOLOGIA SOCIAL. Comunidad terapéutica ....................................................5
Programa ambiental de contingencias.............................5
Endurecimiento regimental (o «shock prison»)................6
Meta-evaluaciones de programas de tratamiento.......................7
Lectura 1 Revisiones norteamericanas ...................................................7
La situación europea ...............................................................8
¿Cuáles son los programas efectivos? ...................................8
Conclusiones ..............................................................................9
Clemente, M, (1997) Fundamentos de la Psicología
Jurídica. Evaluación y Tratamiento en
Prisiones. Pirámide: Madrid. Cap. 18 pp.
339-353.

Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:


Clemente, M, (1997) Fundamentos de la Psicología Jurídica. Evaluación Psicológica Forense. Pirámide: Madrid.
UNIDAD IV. EL TRATAMIENTO EN PRISIONES COMO UN ESFUERZO PARA GENERAR UNA TECNOLOGIA SOCIAL
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componentes más sobresalientes en términos de eficacia/ineficacia.


Finalmente, acabaremos el presente capítulo extrayendo conclusiones
sobre el estado actual de la cuestión y proponiendo algunas líneas de
EVALUACIÓN Y TRATAMIENTO EN PRISIONES trabajo futuro.

Una referencia al sistema penitenciario español


Psicología y prisiones

Durante los últimos cincuenta años los esfuerzos de la Psicología en


El sistema penitenciario español está integrado por 89 centros
las prisiones han ido dirigidos, sobre todo, a la evaluación del
penitenciarios, en los que se encuentran ingresados un promedio de
comportamiento y otras características psicológicas de los encarcelados,
46.000 encarcelados (en febrero de 1994). De ellos aproximadamente
ya fuera con finalidades diagnósticas, de selección laboral, o de
un 40 por ciento son presos preventivos, que están a la espera de un
predicción de su futura conducta en libertad. En segundo lugar, los
juicio, mientras que la mayoría se encuentran ya sentenciados a una
esfuerzos se han destinado al tratamiento de aquéllos, mediante
pena, cuya duración media podría cifrarse en unos dos años y medio
técnicas diversas, con el propósito de producir ciertas mejoras en su
(Redondo, Funes y Luque -1993-). La proporción de mujeres es de un 10
conducta, habilidades o ajuste psicológico. Por último, también ha sido
por ciento y la de jóvenes (menores de 21 años) de en torno a un 8 por
objeto de análisis e intervención psicológica, aunque en menor grado, la
ciento. El mayor número de los encarcelados son autores de delitos
propia organización penitenciaria.
contra la propiedad (hasta un 70 por ciento de los hombres), a los que
Así pues, para una presentación más clara del papel desarrollado por
siguen en importancia los delitos de tráfico de drogas (hasta un 25 por
la Psicología en el contexto carcelario, estructuraremos este capítulo a lo
ciento de las mujeres), y los delitos contra las personas (hasta un 6 por
largo del continuo evaluación-intervención psicológica. En nuestro
ciento de los hombres).
análisis abunda-remos en información referida a nuestro país, que
Los primeros psicólogos comenzaron su actividad en las prisiones
iremos alternando con las necesarias referencias a trabajos en otros
españolas en 1965. En la actualidad trabajan en ellas unos 250
países, tanto europeos como norteamericanos. En un primer apartado,
psicólogos. En 1979 se dictó una nueva Ley Penitenciaria, que supuso
nos referiremos a aquellas líneas de investigación cuyo objetivo principal
una profunda reforma del sistema penitenciario español y abrió grandes
fue el diagnóstico o la evaluación de ciertas características psicológicas,
posibilidades a la intervención de la Psicología en las prisiones, gracias
ya sea de presos o de las prisiones en cuanto a organizaciones sociales.
a la introducción de elementos como los siguientes: 1) pese a que la Ley
En segundo término, pasaremos revista a las principales técnicas de
reconoce que las prisiones no son el ligar idóneo para reformar a los
tratamiento en prisión, a la luz de los programas llevados a cabo durante
delincuentes, establece como finalidad primordial de las mismas la
los últimos años: algunos trabajos se referirán a modelos y técnicas
«reeducación y reinserción social de los condenados» (Ley
psicológicas sobre grupos reducidos de internos, con el propósito de
Penitenciaria, art. 1); 2) para ello, la herramienta principal es el
modificar su comportamiento u otras variables psicológicas; otros son,
«tratamiento penitenciario», que deben llevar a cabo los psicólogos,
en cambio, programas más ambiciosos que, desde distintas perspectivas
criminólogos y otros técnicos sociales, median-te el uso de las técnicas
teóricas, aspiraban a desarrollar alguna suerte de intervención
que les son propias; y 3) el tratamiento debería basarse en un
psicológica que transformara el conjunto de una institución penitenciaria,
«diagnóstico y clasificación» previo de los encarcelados.
como condición previa para influir positivamente en el comportamiento
de los delincuentes en ella encarcelados. A continuación, abordaremos
un tema de enorme actualidad en este ámbito: las revisiones de amplios
conjuntos de programas de tratamiento, con la finalidad de identificar sus
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deterioro ha sido el medidor habitual del constructo «prisionización»), y


el tiempo que los sujetos habían permanecido ingresados en prisión.
Evaluaciones psicológicas Tampoco se mostró relación alguna entre éste y la reincidencia de los
sujetos en un seguimiento de 3-5 años. Una interpretación que
Los primeros factores psicológicos que recibieron interés evaluativo sugerimos para estos resultados es que el constructo «prisionización», y
en las prisiones españolas fueron la inteligencia, la personalidad, las los perjuicios a él asociados, han sido detectados en prisiones —la
actitudes y las aptitudes —especialmente vocacionales y laborales— de mayoría norteamericanas— caracterizadas por una gran rigidez de
grupos de delincuentes. Para ello se utilizaron dos tipos de técnicas funcionamiento, mientras que en prisiones con un régimen más blando
básicas: los tests (psicométricos, proyectivos, cuestionarios e —como son en general las españolas, y lo era en particular la de Ocaña
inventarios) y las entrevistas (Alarcón y Purón - 1968-). Estas primeras II en el tiempo en que se efectuó esta investigación— no se producirían
evaluaciones pretendían alguno de los siguientes objetivos: bien, tan perniciosos efectos psicológicos y delictivos. La cuestión relevante
sencillamente conocer, en un afán investigador, los perfiles de aquí quizá pase por matizar la posibilidad de que no todas las prisiones
inteligencia, personalidad, etc., de los delincuentes encarcelados, lo que sean, intrínsecamente y por igual, perjudiciales para sus moradores; más
permitiría establecer en qué se diferenciaban o se parecían a los de la bien, podría argüirse que ciertos estilos y sistemas de organización
población normal; bien, servir de base para el diagnóstico de sus carcelaria rígidos y estimulantemente precarios producirían a los presos
problemas psicológicos, con la finalidad de llevar a cabo una mejor graves perjuicios, que se han descrito como «prisionización».
clasificación de los mismos dentro de los diferentes grupos y tipos de Las escalas de Moos fueron también utilizadas por los psicólogos
presos; o bien, conocidos sus intereses y capacidades vocacionales, españoles para evaluar el clima social carcelario, mediante el análisis de
ayudar a la mejor adscripción profesional de los internos a los talleres y algunas muestras de presos y personal penitenciario (por ejemplo, en
puestos de trabajo existentes en las prisiones. España, Sancha - 1987-). Sin embargo, las escalas de Moos trabajan
De los modelos psicológicos de personalidad, el que más interés con constructos psicológicos demasiado globales y subjetivos (por
evaluativo despertó fue el de H.J. Eysenck, que establece relación entre ejemplo, relaciones, expresividad, autorrealización), de difícil
los rasgos Neuroticismo (N), Extraversión (E) y Psicoticismo (P) y la operacionalización; por ello, resultan poco útiles y sugerentes para la
delincuencia (Eysenck -1964-). Los psicólogos llevaron a cabo transformación de los ambientes carcelarios que evalúan.
investigaciones con poblaciones de adolescentes, delincuentes Periódicamente, ciertos grupos específicos de delincuentes han
institucionalizados y no institucionalizados, y muestras normativas, suscitado el interés evaluativo de la Psicología. Esto ha sucedido con la
constatando que los sujetos con puntuaciones elevadas en E y P son delincuencia femenina y las mujeres encarceladas, materias a las que se
«impulsivos» y «buscadores de sensaciones», rasgos que aparecen han dedicado varios trabajos (Clemente -1987-; Canteras -1990-). Más
claramente asociados a la conducta delictiva (en nuestro país, Pérez - recientemente, con finalidades predictivas, algunas investigaciones
1985-). psicológicas han encarado, en España, el análisis de factores de riesgo
Durante años despertó gran interés en la literatura criminológica de reincidencia de encarcelados peligrosos, con ocasión de los permisos
anglosajona el efecto prisionización, concebido originariamente como la de salida previstos por nuestra legislación (Clemente y Díaz -en
asimilación por los presos de hábitos y cultura general de la prisión, y prensa-), así como el estudio del perfil psicológico de los encarcelados
asociado con un subsiguiente deterioro psicológico y una mayor por delitos sexuales (Garrido y col. -1994-; Redondo -1993-).
reincidencia (Clemmer -1940-). Sin embargo, la «prisionización» no ha Finalmente, los más recientes esfuerzos evaluativos de algunos
podido ser confirmada en la mayoría de sus extremos por la única psicólogos se han dirigido al estudio de la reincidencia en el delito. En
investigación realizada al respecto en España (Pérez y Redondo -1991-). España, por sorprendente que pueda resultar, hasta hace un par de
En una muestra de 708 sujetos de la prisión de Ocaña II no se evidenció años no existía información empírica sobre la reincidencia. En una
relación significativa entre variables de personalidad como la investigación con una muestra de 485 sujetos, liberados en 1987 tras
«autoestima», el «autoritarismo» y el «nivel de ajuste personal» (cuyo cumplir una condena de privación de libertad superior a tres meses, se
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han obtenido los siguientes resultados principales: en porcentajes 1982 en la prisión de mujeres de Valencia, consistió en la instalación en
acumulados, durante el primer año de seguimiento reincidieron un 22 por pisos de la ciudad de un grupo de internas, bajo supervisión de personal
ciento de los sujetos, durante el segundo ya lo habían hecho un 30 por penitenciario. Desgraciadamente, ni uno ni otro fueron evaluados de
ciento, y durante el tercero un 36 por ciento. El parámetro utilizado para forma sistemática.
evaluar la reincidencia ha sido el «reingreso en prisión de los sujetos por
nueva causa o procedimiento penal» (Redondo, Funes y Luque -1993-).
Terapia de conducta

Programas de tratamiento En las terapias de conducta el modelo básico utilizado es el


condicionamiento operante, cuya ley empírica del efecto establece que
A continuación recogemos las principales técnicas psicológicas que las consecuencias de una respuesta son un determinante de la
han sido utilizadas para el tratamiento de los encarcelados. probabilidad futura de esa respuesta. Una aplicación muy frecuente de la
terapia de conducta con encarcelados viene constituida por las
economías de fichas, cuyos elementos básicos son (Redondo -1993-): 1)
Intervenciones psicológicas/psiquiátricas no conductuales se establece una serie de objetivos conductuales (higiene, cursos,
programas laborales, reducción del consumo de drogas, de las
agresiones y violencia, etc.); 2) se determinan una serie de reforzadores
o situaciones gratificantes (visitas familiares, dinero, reducciones de
Durante las décadas de los setenta y ochenta se acometieron condena...); 3) se pondera la relación de valor entre conductas-
algunos programas psicológicos destinados a grupos seleccionados de refuerzos; 4) se estructura un sistema de fichas o puntos, que son
internos con el propósito de lograr cambios en ciertas variables entregados a los sujetos por sus logros conductuales, y que pueden
psicológicas de los mismos o en su comportamiento. Incluimos en este intercambiar por los refuerzos. Como operadores de estos programas
apartado un conjunto heterogéneo de terapias fundamentadas en los suelen actuar tanto terapeutas expertos como para-profesionales
modelos psicodinámico, médico, de terapia no directiva, y otros (Dünkel - previamente en-trenados en técnicas conductuales.
1982-; Cullen -1987-; y Day -1988-). Como elementos comunes a todos También a principios de los ochenta, en España se llevaron a cabo,
ellos aparecen los siguientes: 1) se efectúa un diagnóstico de la con pequeños grupos de internos, sendos programas de modificación de
problemática psicológica de los individuos; 2) la esencia de la conducta de corta duración. Estos programas se dirigieron a la mejora
intervención consiste en sesiones individuales o de grupo, que se de once comportamientos relacionados con la higiene personal, limpieza
realizan a lo largo de períodos prolongados, dirigidos a esclarecer las de las celdas, participación y rendimiento en programas escolares y
eventuales problemáticas personales subyacentes en los sujetos; 3) reducción del consumo de tranquilizantes. Mientras duró el programa de
finalmente, se valora la posible recuperación de los «delincuentes- economía de fichas se produjo un cambio importante de los
pacientes». En estas técnicas «especializadas» se requiere que los comportamientos objetivo —con mejoras de hasta un 48 por ciento—,
operadores sean terapeutas expertos. que en la mayoría de los casos, sin embargo, no se mantuvo tras la
En España, bajo una orientación psicológica de corte retirada del mismo (Redondo -1983-).
prominentemente psicodinámico o clínico, se llevaron a cabo dos
proyectos destinados a grupos seleccionados de internos. Uno,
denominado «Unidad experimental de jóvenes» de Alcalá y desarrollado Terapia cognitivo-conductual
entre 1980-84, se describió como la «intervención personalizada y
global» sobre una población media de 15-20 internos jóvenes con buen
pronóstico de reinserción, con quienes se realizaba un proyecto Se fundamenta en el modelo cognitivo conductual o de aprendizaje
individualizado de reinserción (Corrochano -1985-). Otro, iniciado en cognitivo. Tal vez el programa cognitivo-conductual más completo lo
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constituya el de competencia psicosocial (Ross, Fabiano y Garrido - una consecuencia de los cambios introducidos en el funcionamiento y
1990-), cuyos elementos fundamentales serían los siguientes: 1) se ambiente de la prisión, influir favorablemente sobre ciertos factores
evalúan los déficits cognitivos y de habilidades de interacción de los psicológicos y/o habilidades de comportamiento de los internos que
sujetos; 2) se trabaja con grupos reducidos (8-12 sujetos), en sesiones habitan en la institución carcelaria. Dentro de esta perspectiva nos
de 1-2 horas, de 1-5 veces por semana; 3) se aplican las siguientes referiremos a los tres modelos más utilizados.
técnicas estructuradas: Solución de problemas, cuyo objetivo es enseñar
a los sujetos a reconocer situaciones problemáticas y generar soluciones Comunidad terapéutica
a las mismas; entrenamiento en habilidades sociales útiles para la
interacción más exitosa de los individuos con su entorno social (para ello Las comunidades terapéuticas pretenden abarcar toda la vida diaria
se emplean técnicas de modelado, role-play, «feedback» y práctica de los sujetos; las relaciones encarcelados-personal son definidas como
estructurada); control emocional de la cólera, aprendiendo a anticipar semejantes a las que deberían existir entre pacientes-enfermeros en un
situaciones y utilizar ciertas habilidades cognitivas para evitarlas; contexto terapéutico. Sus principales componentes son:1) se eliminan
razonamiento crítico, mediante el que se enseña a los sujetos a pensar los controles rígidos, o los sistemas de sanciones más habituales; 2) el
reflexiva y críticamente sobre su propia conducta y la de los otros; control de la conducta de los sujetos se hace descansar en el propio
desarrollo de valores, técnica en la cual, mediante el trabajo sobre grupo: en la comunidad, formada por encarcela-dos y personal; 3) tienen
«dilemas morales», se enseña a los individuos a tomar una perspectiva lugar asambleas periódicas de comunidad, para de-batir los problemas
social, poniéndose en el papel de los otros; habilidades de negociación, existentes en la institución. Como operadores de una comunidad
en donde se enseña a negociar como estrategia alternativa a la terapéutica suele mencionarse a todo el personal de la institución.
confrontación; y pensamiento creativo, programa en el que se procura Corresponden a esta modalidad interventiva diversos programas
desarrollar el «pensamiento lateral» o alternativo, frente a las más desarrolla-dos en prisiones europeas, especialmente con encarcelados
habituales soluciones estereotipadas, frecuentemente violentas, conque toxicómanos (por ejemplo Petterson et al. -1986-, Robertson y Gunn -
muchos delincuentes suelen abordar sus problemas. Son operadores 1987-, Cooke -1989-, Sánchez y Polo -1990-,y Berggren y Svárd -1990-).
corrientes de los programas cognitivo-conductuales, terapeutas expertos La primera experiencia española en tal sentido se llevó a cabo entre
o educadores y para-profesionales entrenados en estas técnicas. 1980-86 en una nueva prisión —Ocaña II— con capacidad para 300
Dentro de las terapias cognitivo-conductuales se inscriben el mayor jóvenes penados entre 21-25 años, que tuvieran buen pronóstico (García
número de programas en instituciones correctivas que pueden -1987-). Los internos eran clasificados por el tipo de problemática que
localizarse en la actualidad, tanto en Europa como en Norteamérica les era diagnosticada (reincidentes, toxicómanos, etc.), y se empleaban
(Hollin y Courtney -1983-; Hollin et al. -1986-; McDougall et al. -1987-; sesiones de grupo y atención individualizada para motivarlos a un
González y Gutiérrez -1989-; Garrido et al. - 1989-; McGuire y Priestley - «cambio de sus actitudes criminógenas» y para participar en actividades
1989-; McMurran -1990-; y Hopkins -1991-). formativas. También se realizaban «salidas al exterior» de pequeños
grupos y «asambleas» periódicas de internos, directivos y personal, para
debatir los problemas del centro. Aunque sus directivos informaron que
Intervenciones ambientales el programa había logrado mejorar los niveles de convivencia y
confianza mutua entre internos y personal, no existe evaluación
Algunas intervenciones han tenido mayores pretensiones, y se han sistemática del mismo.
propuesto rediseñar los ambientes carcelarios, sobre la base de algún
modelo psicológico. Han considerado que ésta era realmente la Programa ambiental de contingencias
estrategia más potente para el logro de dos objetivos complementarios:
el primero, mejorar y humanizar «per se» el contexto de una prisión, lo Se asienta sobre los modelos teóricos de condicionamiento operante
que ya constituye en sí mismo una finalidad saludable; el segundo, como y del aprendizaje social o cognitivo. Un ejemplo típico de este tipo de
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programas lo constituye el sistema de fases progresivas, cuyos internos que sean reforzados por los ascensos de fase funcionarán
componentes básicos son los siguientes (Redondo et al. -1990-) 1) se como «modelos positivos» para otros internos, y facilitarán el
establece un conjunto de objetivos conductuales, que suelen abarcar aprendizaje por éstos de conductas semejantes; mientras que las
toda la vida diaria de los sujetos; 2) se estructuran una serie de unidades conductas inapropiadas que sean castigadas mediante un descenso de
de vida o fases, distintas en exigencia de conducta y disponibilidad de fase facilitarán la inhibición de tales conductas en otros internos
reforzadores; 3) los sujetos son periódicamente asignados a unas fases observadores. Si estos procesos entraran realmente en funcionamiento,
u otras en función de sus logros conductuales. Para la aplicación de este se lograría una mejora gradual del clima general de la prisión,
tipo de programas se requiere la práctica implicación de todo el personal constatable mediante un incremento de la conducta prosocial y de
de la institución, liderados por un reducido grupo de expertos, que se participación de los sujetos en los distintos objetivos propuestos y la
encargarían del diseño, la supervisión y la evaluación de los mismos. reducción de los comportamientos violentos.
El intento más ambicioso en esta dirección lo constituye, sin duda, el Una evaluación de cinco años de funcionamiento de este programa
denominado «programa de fases progresivas», iniciado en la prisión de en el Centro Penitenciario de Jóvenes de Barcelona ha mostrado la
Jóvenes de Barcelona en 1984 y extendido posteriormente a nueve potencia del mismo para lograr una elevada participación académica de
prisiones en Cataluña, con una población media actual de 5000 internos los internos (de más del 66 por ciento) y una importante mejora en los
(Redondo et al. -1990-). Se trata de un programa de modificación de comportamientos de higiene (de hasta el 100 por ciento). Asimismo, se
conducta basado en los modelos de condicionamiento operante e redujeron sustancialmente los conflictos individuales manifestándose
imitativo. En consonancia con estos modelos psicológicos, el informes negativos del personal (desde 12 conflictos/interno y año,
funcionamiento de todos estos centros ha sido estructurado en una serie durante la línea base, a 4 conflictos/interno y ano con el programa de
de «unidades de vida» o «fases progresivas». Estas fases establecen un fases funcionando), los conflictos institucionales, y las autolesiones
gradiente de exigencia a los internos de paulatinas mejoras en ciertos (desde una proporción de 1,4 autolesiones/interno y año, durante la línea
objetivos conductuales, relacionados con su participación académica, en base, a 0,4 autolesiones/interno y año). También se realizó un
programas deportivos y ocupacionales, autocuidado e higiene, y seguimiento, tras su liberación, de una muestra de internos que habían
reducción de sus comportamientos vio-lentos y autolesivos. Las fases se pasado por este programa. El reingreso en prisión de los mismos fue del
diferencian también en una disponibilidad creciente de refuerzos, tales 22 por ciento durante el primer año, de 41 por ciento durante el segundo
como ciertas ventajas institucionales, mayor disponibilidad del propio y del 47 por ciento durante el tercero, en porcentajes acumulados.
dinero, mayor frecuencia de visitas íntimas con su pareja, disponibilidad Resulta sorprendente el hecho de que, a semejantes períodos de
de un trabajo mejor retribuido, tiempo fuera de las celdas y movilidad estancia en prisión, reincidieron en menor grado internos que habían
dentro de la prisión. Los internos son reclasificados periódicamente en experimentado cuatro o más cambios de fase (y, por tanto, con más
estas unidades o fases contingentemente con su comportamiento en los numerosas experiencias de aprendizaje, por el reforzamiento/castigo de
diferentes objetivos antes mencionados. De este modo, acceden a un su comportamiento) que quienes no habían experimentado ningún
incremento en el disfrute de estas ventajas como consecuencia de sus cambio de fase (que, teóricamente, habían sido me-nos afectados por
estables mejoras en los objetivos establecidos, o perdiéndolas a resultas este programa) (Redondo et al. -1989-).
de sus empeoramientos.
De acuerdo con los modelos operante e imitativo, mediante este Endurecimiento regimental (o «shock prison»)
programa se espera producir dos tipos de procesos psicológicos dentro
de la prisión: 1) los cambios de fase de los internos en un sentido No puede hablarse aquí de un programa psicológico sensu estricto.
ascendente funcionarán como «reforzamiento» de su comportamiento Esta perspectiva, de renovada actualidad, se basa en el modelo doctrinal
apropiado y aumentarán éste en futuras ocasiones; mientras que los clásico de la prevención especial, según el cual la sanción penal
descensos de fase actuarán como «castigo» de las conductas produciría por sí misma efectos reductores de la conducta delictiva
inapropiadas y las reducirán; y 2) los comportamientos apropiados de los futura. Sus propuestas básicas son las siguientes: 1) se establece una
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estricta disciplina y supervisión de los sujetos, que afecta a toda su vida efectuados hasta la fecha. De su trabajo, reproducimos parcialmente la
diaria; 2) se planifican actividades obligatorias: trabajo, gimnasia...etc.; 3) siguiente tabla, en la que el autor ofrece los tamaños del efecto medio de
se aplica un sistema inflexible de sanciones. Como operadores de este cada meta-análisis.
sistema aparecería todo el personal de la institución. Por fortuna, hemos Como puede verse en la Tabla 1, el tamaño del efecto promedio se
encontrado esta orientación en sólo uno de los trabajos evaluativos por sitúa en tomo a .10. El propio Lôsel (en prensa) ha sugerido algunas
nosotros revisados (Thornton -1987-), aunque cada vez es mayor el claves interpretativas de este resultado. En otros ámbitos, en
número de voces que claman por la introducción de sistemas psicoterapia por ejemplo, los tamaños del efecto suelen ser del doble o
disciplinarios duros de este tipo en los centros penitenciarios. del triple de los aquí obtenidos. Sin embargo, debe tomarse en
consideración la cuestión a la que nos estamos refiriendo: no cabe duda,
de que es muy difícil intervenir en conducta antisocial, a menudo con
Meta-evaluaciones de programas de tratamiento delincuentes con fortalecidas carreras criminales, y en contextos y
condiciones frecuentemente adversos. Pese a ello, un tamaño del efecto
Revisiones norteamericanas de .10 favorable a los sujetos tratados supone, en términos relativos, una
mejora importante, que, si asumimos una reincidencia promedio del 50
por ciento en grupos no tratados, implicaría una reducción al 40 por
En Norteamérica, donde se encuentran más desarrollados y
ciento de la tasa de reincidencia para los grupos tratados.
divulgados ciertos programas correccionales, se han llevado a cabo una
veintena de revisiones con el propósito de corroborar la eficacia o
Tabla 1. Tamaños del efecto promedio (TEs) en diversos Meta-
ineficacia de conjuntos amplios de programas aplicados. Las primeras
análisis sobre tratamiento de la delincuencia juvenil y adulta; coeficientes
de estas revisiones, realizadas en los setenta, sobre intervenciones
rmo Phi.
aplicadas en años precedentes (décadas de los cincuenta y sesenta), Meta-análisis N (estudios) TE (r)
evidenciaron escasos efectos positivos de los programas de re- Garrett (1985) 111 .18
habilitación sobre la reincidencia posterior de los sujetos (la más famosa Tratamiento de
es la revisión de Lipton, Martinson y Wilks -1975-) y concluyeron con un delincuentes juveniles
generalizado pesimismo al respecto. Posteriores meta-evaluaciones (la En contextos
primera de las cuales es la de Gendreau y Ross -1979-) han sugerido residenciales
efectos algo más prometedores de ciertos programas correccionales. Gensheimer, Mayer, 35 .10
Desde una perspectiva metodológica, á lo largo de los años ochenta Gottschalk,
ha ido adquiriendo fuerza el uso de la técnica del meta-análisis, a la hora y Davidson II (1986)
de llevar a cabo la revisión de un determinado sector de literatura Programas de
diversión o derivación
empírica. Esta técnica permite una integración sistemática de los para delincuentes
resultados cuantitativos obtenidos por diferentes intervenciones. De aquí juveniles
que las revisiones de programas correccionales de la década de los Gottschalk, Davidson 90 .10
ochenta —mayoritariamente norteamericanas—sean todas ellas meta- II, Gensheimer,
análisis de conjuntos numerosos de programas. Para ello, el meta- y Mayer (1987)
análisis examina estudios distintos con grupos o medidas de Programas
comparación diversas para cada uno de los cuales obtiene una medida comunitarios
de tamaño del efecto que pondera la ganancia que el tratamiento para delincuentes
produjo en los sujetos tratados frente a los controles. juveniles
Lösel y Kóferl (1989) 18 .11
Lôsel (en prensa) ha revisado y resumido los resultados obtenidos
Prisiones
por los diversos meta-análisis sobre tratamiento de la delincuencia
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socioterapéuticas cognitivo-conductual, en los que los sujetos tratados mejoraron en más


para delincuentes del cincuenta por ciento de los indicadores medidos. Por ello puede
adultos afirmarse que muchos de estos programas lograron, en un nivel sa
Andrews, Zinger, 154 (80) .10 tisfactorio, sus objetivos. Especial mención merecen los logros obtenidos
Hoge, Bonta, Gendreau,
en la reducción de las tasas de reincidencia. Éstas pueden cifrarse, en
y Cullen (1990)
Tratamiento de
una primera aproximación, en ganancias promedio de entre el 10 y el 20
delincuentes por ciento. Esto es, tras la aplicación de estos programas, los grupos
juveniles y adultos participantes en los mismos reincidieron entre el 10-20 por ciento menos
43 que los grupos controles, no tratados.
Izzo y Ross (1990)
Lipsey (1992) 397 .05-.08 Tabla 2. Frecuencia de resultados positivos, negativos y nulos
Tratamiento de en el conjunto de programas de tratamiento europeos analizados.
delincuentes juveniles
Resultado Frecuencia Tanto por ciento
Positivo 50 87,7
Fuente: parcialmente tomado de Lösel (en prensa). Negativo 6 10,5
Nulo 1 1,8
La situación europea Total 57 100.0

Por nuestra parte hemos llevado a cabo una integración de 57


programas de tratamiento de la delincuencia realizados en diversos También tuvieron efectividad, aunque menor, las terapias
países europeos (Redondo, 1994). El análisis más simple de cuantos psicológico/ psiquiátricas no conductuales. Sin embargo, resultó
podemos realizar sobre estos pro-gramas es el mero cómputo de contraproducente, en términos dereincidencia y otros indicadores de
resultados que favorecen o desfavorecen a los grupos tratados, de modo efectividad, el mero endurecimiento regimental —o shock prison—
semejante a como lo han hecho otros autores (por ejemplo, Lipsey - aplicado en uno de los programas revisados.
1992-). En la Tabla 2 hemos efectuado un recuento del signo — positivo
o favorable al grupo tratado, negativo o favorable al grupo control, o ¿Cuáles son los programas efectivos?
nulo— de cada tamaño del efecto.
A partir de la Tabla 2 puede comprobarse que la dirección de los En las revisiones de programas de tratamiento de la delincuencia
resultados de los estudios favorece ostensiblemente a los grupos algunos auto-res han realizado esfuerzos directamente encaminados a
tratados frente a los con-troles. Es decir, los tratamientos aplicados la detección de aquellos factores de tratamiento que en mayor grado
resultaron, globalmente considerados, efectivos. Produjeron mejores determinaron la efectividad de los programas (Gendreau y Ross -1979;
puntuaciones en los grupos tratados que en los con-troles, para la Ross y Fabiano -1985-; Bartollas -1985-; Palmer -1992-; McGuire -1992-;
globalidad de las medidas tomadas. Lösel -en prensa-; Antonowicz y Ross -1992-); otros, simplemente han
En el conjunto de los programas europeos analizados se evaluaron concluido la asociación de factores-efectividad tomando como base sus
indica-dores de efectividad relativos a medidas de ajuste institucional, propias revisiones de literatura correccional (Garrett -1985-; Gottschalk
ajuste psicológico, medidas académicas y laborales, eventuales mejoras et al. -1987-; Whitehead y Lab -1989-; Andrews et al. -1990-; Izzo y Ross
en las habilidades de los sujetos para la interacción y reincidencia. Los -1990-). A partir de todos ellos en la Tabla 3 hemos ensayado una
programas más efectivos fueron los de orientación conductual y
Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:
Clemente, M, (1997) Fundamentos de la Psicología Jurídica. Evaluación Psicológica Forense. Pirámide: Madrid.
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propuesta de «retrato robot» de aquellos programas que han mostrado Conclusiones


una mayor efectividad en el tratamiento de los delincuentes.
De la revisión que hemos realizado sobre la evaluación y el
Tabla 3. Componentes principales de los programas efectivos. tratamiento psicológicos en las prisiones podemos extraer las siguientes
conclusiones:
1) Los objetivos de trabajo de los psicólogos en las prisiones han
- Modelo conceptual sólido (Antonowicz y Ross, 1992). evoluciona-do paulatinamente desde una orientación
- Programas cognitivo-conductuales (Garrett, 1985; McGuire, evaluativo/diagnóstica pura hacia parámetros más interventivos, con
1992; Antonowicz y el propósito de mejorar las posibilidades de los presos y/o de las
Ross, 1992). propias organizaciones penitenciarias.
- Programas conductuales (McGuire, 1992). 2) En esta evolución los principales modelos psicológicos seguidos
- Programas familiares (Garret, 1985). han sido el modelo clínico/diagnóstico, en un primer momento, y
- Programas estructurados, claros y directivos (McGuire, 1992). modelos de aprendizaje y cognitivos más recientemente.
- Integridad del tratamiento: aplicación según lo planeado (McGuire, 3) Paralelamente, se ha operado un desplazamiento del objetivo
1992). prioritario de la intervención psicológica desde los sujetos, como meta
- Mayor duración del tratamiento (Gottschalk et al., 1987; Izzo y directa, hacia la mejora del ambiente carcelario, lo que se considera
Ross, 1990). imprescindible para influir positivamente el comportamiento y otros
- Abordan estilos de aprendizaje y habilidades de los delincuentes factores psicológicos de los individuos.
(Antonowicz y 4) Las evaluaciones más recientes de programas de tratamiento
Ross, 1992). nos informan de una moderada efectividad de muchos de estos
- Incluyen técnicas susceptibles de influir sobre los modos de programas, que puede cifrarse en reducciones promedio de un 10 por
pensamiento de los ciento de la reincidencia de los grupos tratados.
delincuentes: role playing y modelado, y entrenamiento en Así pues, el diseño adecuado de programas rehabilitadores y su
habilidades sociales aplicación consistente pueden influir positivamente sobre la delincuencia
(Garrett, 1985; Ross y Fabiano, 1985; Izzo y Ross, 1990; Andrews et violenta. Pueden, en primer lugar, producir mejoras en la humanización
al., 1990; de los sistemas de control, especialmente de las cárceles. Uno o varios
Antonowicz y Ross, 1992). programas educativos, laborales, psicológicos, etc., pueden convertir el
- Programas multifacéticos, que incorporan diversas técnicas contexto de una cárcel en un lugar más apacible, humano y rico en
(Antonowicz y Ross, estimulación social para quienes la habitan. Pero no sólo eso. Muchos
1992). de estos programas pueden tener, sobre quienes son aplicados, efectos
muy positivos en la reducción futura de sus eventuales acciones
violentas.
Aunque ya contamos con programas de una moderada efectividad —
especialmente aquellos que operan desde perspectivas conductuales y
cognitivas (Lösel, en prensa)—, es también cierto que deberá seguirse
En la Tabla 3 se presentan diversos factores del tratamiento que han trabajando para su mejora paulatina. En lo tocante a delincuentes
mostrado una asociación importante con la efectividad de los programas violentos, esta mejora de programas requerirá, en opinión de Weiner y
aplicados. Wolfgang (1989): 1) una más cuidadosa identificación de los
delincuentes violentos de alto riesgo y de los períodos de sus vidas en
que este riesgo de violencia es mayor; 2) una mejor selección de
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Clemente, M, (1997) Fundamentos de la Psicología Jurídica. Evaluación Psicológica Forense. Pirámide: Madrid.
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aquéllos que son persistentes y gravemente violentos, y de aquéllos


cuyas carreras delictivas violentas se encuentran en ascenso; y 3)
finalmente, la necesaria identificación de aquellos individuos sobre
quienes podemos pronosticar una continuidad o persistencia de la
violencia en el futuro.
En el momento presente no menos de 250 psicólogos trabajan en
calidad de tales son las 89 prisiones españolas. En ellas trabajan
también otros profesionales en las ciencias de la conducta y de la
educación, tales como juristas—criminólogos, pedagogos, sociólogos,
psicólogos en funciones de educadores, profesores, animadores
culturales y trabajadores sociales. Así como un personal penitenciario de
custodia joven y con un buen nivel académico, no inferior a bachiller
superior y del que más del 30 por ciento son diplomados universitarios.
Por otro lado, la Psicología esta experimentando un gran desarrollo en
España tanto en el terreno académico, como en el investigador y
aplicado. Todo ello ha propiciado en España un contexto penitenciario
abierto a la introducción de cambios y nuevas soluciones para las
prisiones y para el problema de la delincuencia, cuyo potencial
ínterventivo podrá dar sus frutos durante los próximos años.
Paralelamente se requeriría avanzar en dos caminos importantes: por
una lado, es preciso un mayor atrevimiento de las autoridades españolas
para introducir medidas alternativas a la privación de libertad, que
permitan excarcelar a muchos de los delincuentes menos violentos;
también es este terreno los psicólogos que trabajan en la justicia tendrán
mucho que decir —sin duda— en un futuro cercano; por otro, es
necesario un mayor acercamiento entre la praxis penitenciaria y la
Psicología académica, que permita mejorar la formación técnica de los
profesionales que trabajan en las prisiones y un mayor desarrollo de la
investigación en las mismas.
Con la ayuda de los actuales conocimientos de la Psicología y de las
ciencias del comportamiento, podrán ser mejorados los actuales
programas penitenciarios y aplicados más atrevidos programas para
ayudar en su proceso de reinserción a los delincuentes que ingresan en
las prisiones. También podrán mejorarse y humanizarse los actuales
sistemas de funcionamiento de las prisiones españolas, de modo que
resulten lo más eficaces y lo menos aversivas posibles.

Para profundizar en este tipo de contenidos consulte la obra:


Clemente, M, (1997) Fundamentos de la Psicología Jurídica. Evaluación Psicológica Forense. Pirámide: Madrid.
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