Más allá de la cámara

Un fotógrafo puede conocer absolutamente todas las técnicas habidas y

por haber, algo muy necesario obviamente, pero algo si está claro, hay
que tener en el interior esa luz que nos conecta ya sea con un
desconocido a fotografiar, un lugar, entre muchas cosas más. Los
fotógrafos llevan en la sangre esa habilidad de captar la realidad,
transformándola en una vivencia llena de recuerdos y sentimientos.

La fotografía no solo refleja la manera de observar al fotógrafo, sino en

cómo su mirada va mucho más allá, logrando interpretar cada pose,
mirada o símbolo que lo rodea, en un lenguaje mucho más comprensible
y consistente, por eso cada imagen lleva el sello y el reflejo de su autor,
siendo cada toma su mejor obra artística, reflejando su propia
interpretación de aquella.

Cada fotografía es una combinación profunda de ideas y percepciones, la

imagen se transforma en idea, y esa idea la construimos sobre la base de
nuestra percepción artística, es decir los fotógrafos tratan de plasmar lo
que ven y sienten en una foto.

Por eso aunque tengamos la mejor cámara del mundo, no te hará un

buen fotógrafo si no tienes la habilidad de ver más allá de esa cámara, lo
que te hará un gran fotógrafo es comprender la fotografía, es decir tu
capacidad para captar lo que sientes, en la manera en que lo necesitas,
esto puede hacer mucho más fácil la captura y proceso de tus imágenes.

Debemos evitar imitar la técnica de otros, ya que no resulta muy

profesional, pues nuestra fotografía sería un reflejo de algo o alguien más,
esto hace que limitemos nuestra capacidad de innovar, estructurar ideas y
tomar decisiones artísticas propias,

La fotografía es un arte en constante crecimiento, la cual se nutre de la

imaginación y nuestras propias y profundas referencias.

Por eso un fotógrafo debe estar en constante evolución, con esas ganas
de crecer en cada oportunidad que pueda, solo así podrá transformar
una fotografía en algo maravilloso.

Después de todo, pienso que debemos mirar el mundo a través del visor,
toda fotografía es única, pero sobre todo significativa.