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BENDICIÓN DEL AGUA

Te exorcizo, creatura del agua, en el nombre de Dios + Padre


omnipotente, en el nombre de Jesucristo + su Hijo, nuestro Señor,
y con el poder del Espíritu + Santo: para que seas agua exorcizada
para ahuyentar toda fuerza del Enemigo y para que puedas
erradicar y arrancar al mismo Enemigo con sus ángeles apóstatas,
por virtud del mismo Jesucristo nuestro Señor que ha de venir a
juzgar a los vivos y a los muertos y este siglo por el fuego. Amén.
Oremos
Oh Dios, sé propicio a nuestras súplicas e infunde la fuerza de tu
bendición + a esta agua que hemos preparado con estas
purificaciones, para que esta tu creatura sirva para alejar a los
demonios, sanar las enfermedades; para que al ser derramada
sobre las casas y los hogares de los fieles, éstos queden libres de
toda inmundicia y de todo mal; que no resida allí un espíritu
pestilente, se alejen todas las insidias del Enemigo y, si hay algo
que perjudique a los que habiten en ella o a su tranquilidad, por la
aspersión de esta agua huyan, para que la salud que te pedimos
por invocación de tu Nombre quede defendida de toda
impugnación del Maligno, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
El sacerdote coloca tres veces sal en el agua a manera de cruz
diciendo:
Que esta mezcla de la sal y del agua se realice en el nombre del
Padre + y del Hijo + y del Espíritu Santo. Amén.
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Oremos
Oh Dios, autor de todo poder y rey insuperable de todo dominio y
siempre triunfador magnífico, que reprimes las fuerzas del
dominio del mal, que superas la sevicia del Enemigo, que
poderosamente vences a las huestes enemigas: a ti, humildes, te
pedimos, Señor, que mires con bondad estas creaturas de sal y
agua y las santifiques con tu bondad, para que doquiera que sean
regadas, por la invocación de tu santo Nombre desaparezca toda
infestación del espíritu inmundo, sea alejado el terror de la
serpiente infernal, y, mediante la presencia del Espíritu Santo, nos
concedas benigno tu misericordia ya que humildemente te la
suplicamos.
Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en
la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Amén

BENDICIÓN DE LA SAL
Te exorcizo, creatura de la sal, por Dios + vivo, por Dios +
verdadero, por Dios + santo, por Dios que ordenó, por medio del
profeta Eliseo, que fueses puesta en el agua para sanar su
esterilidad; para que te conviertas como sal exorcizada en salud
para los creyentes, para que seas salud de alma y cuerpo para
todos aquellos que te consuman; para que huya y se aparte del
lugar donde seas puesta, toda maldad, toda acción del demonio,
todo espíritu inmundo, conjurado por este Señor que ha de venir a
juzgar a los vivos y a los muertos y el siglo por medio del fuego.
Amén.

Oremos
Imploramos humildemente tu inmensa clemencia, omnipotente y
eterno Dios, para que te dignes con tu piedad bendecir + y
santificar + esta creatura de la sal que Tú creaste para uso del
género humano: a fin de que se convierta en salud de alma y
cuerpo para todos los que la consuman; y para que todo aquello
que sea tocado por esta sal carezca de toda inmundicia y de toda
impregnación del espíritu del mal. Por Nuestro Señor Jesucristo.
Amén
BENDICIÓN DEL ACEITE
Exorcismo y Bendición del aceite
V/. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
R/. Que hizo el cielo y la Tierra
Exorcismo
Te exorcizo, creatura de aceite, por Dios Padre omnipotente, que
hizo el cielo y la Tierra, el mar y todo lo que allí existe. Que se aleje
de este aceite toda fuerza del Adversario, toda acción diabólica y
toda incursión de Satanás, a fin de que dé a los que lo usen salud
mental y corporal, en el nombre de Dios + Padre omnipotente, de
Jesucristo + su Hijo y Señor nuestro y del Espíritu + Santo
Paráclito y en el amor del mismo Señor Jesucristo que ha de venir
a juzgar a los vivos y a los muertos. Amén.
V/. ¡Señor! Escucha nuestra oración
R/. Y llegue a ti nuestro clamor
V/. El Señor esté con vosotros
R/. Y con tu espíritu.
Oremos
Bendición
Señor Dios omnipotente, delante de quien está con temor el
ejército de los ángeles, cuyo servicio espiritual conocemos, dígnate
mirar, bendecir + y santificar + este aceite con el cual mandaste
ungir a los enfermos, a fin de que, una vez obtenida la salud, te
diesen gracias a ti, Dios vivo y verdadero. Te rogamos que cuantos
usen este aceite que bendecimos + en tu nombre queden libres de
toda enfermedad, de todo dolor y todas las insidias del Enemigo, y
asimismo se libren de toda adversidad y nunca sean heridos por la
mordedura de la antigua serpiente, ya que los has redimido con la
Sangre de tu Hijo. Por el mismo Señor nuestro Jesucristo que
contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo por los siglos
de los siglos.
Amén.

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