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Dialnet Hinduismo 5139100
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LUJÁN MARTÍNEZ
ISSN: 2386-2491
HINDUISMO: TRADICIÓN Y MODERNIDAD
RESUMEN:
En este artículo se plantea una revisión de las principales bases ideológicas y religiosas del hin-
duismo, a partir de los principales conceptos que aparecen en la época de las Upanisads. Tras
presentar resumidamente las ideas más importantes sobre escatología y cosmología, se pone el
énfasis en las diferentes vías existentes para alcanzar la salvación del ciclo de las reencarnacio-
nes y en las etapas y fines lícitos de la vida del hombre. También se analiza el concepto de
dharma (‘deber, obligación’), en contraste con las tradiciones éticas occidentales, filosóficas y re-
ligiosas y, dentro de este marco, se encuadra la importancia de las castas y la concepción jerár-
quica del hombre hindú. Por último, se proponen algunos elementos de reflexión para los de-
bates actuales entre filosofía, política y religión tomando como punto de partida ideas del hin-
duismo.
ABSTRACT:
A revision of the main religious and ideological bases of Hinduism is provided in this paper,
starting with the main concepts introduced in the Upanishads. After summarizing the most sig-
nificant ideas about eschatology and cosmology, special attention is paid to the different ways
of achieving liberation from rebirth and to the stages and goals of men’s life. The concept of
dharma (‘duty, obligation’) is analyzed in comparison to Western philosophical and religious
traditions on ethics and the importance of castes and hierarchy is considered within this frame.
Finally, some ideas for reflection in the context of current debates concerning philosophy,
politics, and religion are proposed, based on key concepts of Hinduism.
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organizativa y no está estructurado como hasta nuestros días depende muy marca-
una iglesia única bajo la dirección de un damente de las ideas que triunfaron a
jefe religioso y líder espiritual que deter- partir de un momento importante de
mine la ortodoxia y la ortopraxis, sino cambio en la mentalidad religiosa de la
que, al contrario, si por algo se caracteriza India que tuvo lugar en torno al siglo VI
el hinduismo es porque dentro de él pue- a.C. Es en esa época cuando se configura-
den convivir corrientes muy distintas ron las tres grandes tradiciones religiosas
entre sí, que, en la mayoría de los casos, indias: hinduismo, budismo y jainismo, de
no tienen voluntad de constituirse en la las cuales la primera se presenta como
única verdadera posibilidad, puesto que una continuación de la tradición brahmá-
dentro del hinduismo se asume, ya desde nica anterior, mientras que el budismo y
los textos antiguos que las vías de práctica el jainismo, si bien comparten un número
religiosa y de salvación pueden ser múlti- importante de doctrinas e ideas con el
ples2. No obstante lo dicho, existe sin hinduismo, como puede ser la creencia en
duda una unidad dentro de lo que deno- la reencarnación5, se posicionan como
minamos hinduismo en tanto que se trata escuelas heterodoxas respecto de dicha
de prácticas y creencias religiosas carac- tradición y niegan validez a los textos
terísticas, en principio, de un área geográ- sagrados previamente existentes, lo que
fica determinada, como lo es la India y supone una ruptura respecto de aquella.
algunos países limítrofes, y todas ellas
comparten un origen común. En la India Es, por tanto, en torno al siglo VI a.C.
son hindúes en torno al 80% de la pobla- cuando vemos desarrollarse en la India
ción3, lo que, según las estimaciones de nuevas inquietudes religiosas que aca-
población más fiables4, supondría unos barán por suponer un cambio radical en
960 millones de personas. la mentalidad y en la práctica religiosas de
esta área del mundo. Frente a la impor-
El hinduismo hunde sus raíces en la tancia del ritualismo brahmánico y la or-
tradición brahmánica plasmada en los topraxis religiosa que se refleja en los
Vedas, pero la religión que ha llegado comentarios antiguos a los Vedas (deno-
minados brāhmaṇas y compilados en las
2 A propósito del surgimiento del nacionalismo
hindú y el fundamentalismo consiguiente, mani-
diferentes escuelas védicas), en este mo-
festado en hechos como la destrucción de la mez- mento los textos nos permiten ver cómo
quita de Ayodhya el 6 de diciembre de 1992, Das hay un nuevo interés por la escatología y
Gurcharan sintetiza magistralmente esta idea con
las siguiente palabras: “[I]t was strange to read of el más allá y una mayor implicación per-
the rise of Hindu fundamentalism because Hin- sonal en la vivencia religiosa. Se puede
duism is a religion without fundamentals.” DAS, rastrear, además, en los textos de la época
G.: The Elephant Paradigm. India wrestles with change,
Londres, Penguin, 2002, pp.74-75. la participación en las discusiones religio-
3 Concretamente, el 80,5%, según el censo de
sas de nuevos actores que hasta ese mo-
2001 publicado por el gobierno indio. Los datos
de religión del censo de 2011 aún no son públi- mento no habían tenido voz frente al
cos.
4 El último informe económico publicado por la 5 Sobre la reencarnación en las tres grandes reli-
OCDE sobre la India, correspondiente al año giones indias véanse los capítulos correspondien-
2011, daba la cifra de 1210 millones de habitantes. tes en BERNABÉ, A., KAHLE, M. y SANTA-
Algunas estimaciones llegan hasta 1,4 billones de MARÍA, M. A. (eds.): Reencarnación. La transmigra-
personas. OECD Economic Surveys, India. OECD ción de las almas entre Oriente y Occidente. Madrid,
Publishing, 2011. Abada, 2011.
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tino de las almas tras la muerte, etc. Lo indios en la Europa de finales del siglo XVIII y
que sí debe quedar claro es que lo que del siglo XIX el impacto de estas ideas en la tradi-
ción filosófica occidental ha sido muy importante,
suele exponerse como la filosofía de las sobre todo en la obra de filósofos como Scho-
Upaniṣads no constituye una reflexión penhauer, pues este pesimismo que hunde sus
sobre el destino del individuo en el más raíces en el pensamiento de las Upaniṣads se hace
bien patente en obras como El mundo como voluntad
allá elaborada de forma sistemática en las y representación.
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dos no nos permite ningún asidero, en el ello expresiones que ponen de manifiesto
sentido de que todo lo que percibimos las limitaciones que el ser humano tiene a
está en continuo cambio, en continua la hora de comprenderla, como son tad
transformación. De ahí que para referirse “eso”, tad ekam “lo uno”, tad anantam “lo
al “mundo” que nos es accesible por los ilimitado” o, incluso, nirguṇa “que no
sentidos se utilicen en las Upaniṣads de- tiene atributos”, calificativo este último
nominaciones que reflejan esa idea, como que no debe tomarse en un sentido peyo-
jagat “lo que se mueve” o prakṛti “trans- rativo, sino como mera constatación de
formación”. derrota ante la imposibilidad de utilizar
para describir esa realidad última los adje-
Una vez realizada esta constatación, la tivos que estamos acostumbrados a usar
pregunta clave que cabe plantearse es la para caracterizar aquello que nos llega por
siguiente: ¿existe una “realidad” univer- los sentidos.
sal? Para designar a esa “realidad” se utili-
za en sánscrito la palabra satya, un térmi- En las Upaniṣads antiguas solo el cono-
no interesante en el confluyen las ideas de cimiento de esa realidad última, del brah-
“verdad” y de “realidad”, por lo que la man, puede salvar del saṁsāra o “ciclo de
pregunta se plantea a la vez en el doble las reencarnaciones”. De forma que aquel
plano ontológico y gnoseológico. La res- hombre que no es capaz de alcanzar la
puesta a esta pregunta supone uno de los liberación (mokṣa) de ese ciclo de muerte
elementos clave que diferencian los desa- y nacimiento está condenado a vivir una y
rrollos conceptuales del hinduismo y el otra vez y, por tanto, a experimentar el
budismo desde sus orígenes, pues si bien sufrimiento ligado a la existencia en el
dentro del hinduismo la respuesta será mundo. Desde este planteamiento la sal-
positiva, en el budismo será negativa, lo vación sólo puede lograrse a través del
que dentro de las dos tradiciones se ex- conocimiento, un conocimiento que de-
presa, además, mediante la misma metá- bemos entender más bien, al modo
fora de la rueda: en el hinduismo se con- platónico, como un conocimiento intuiti-
cibe que esa realidad (satya) constituye el vo en un momento de revelación de la
eje de la rueda, que es lo que le da sopor- verdad y no como un conocimiento lógi-
te y sentido y le permite girar, mientras co al que se llega mediante deducción.
que en el budismo el centro de la rueda
está vacío. Pero si la única vía de salvación posi-
ble es el conocimiento, surge entonces el
Una vez aceptada esa respuesta positi- problema de cómo es posible que el
va, se plantea el problema de cómo refe- hombre, incurso en el ciclo de las reen-
rirse a esa realidad última y trascendente carnaciones y en el mundo de lo senso-
que da sentido a todo lo demás, identifi- rial, pueda llegar a conocer esa realidad
cada como el brahman9. Se utilizarán para última trascendental. Pues bien, ese co-
nocimiento es posible porque hay una
parte del brahman que reside en cada indi-
9 Se trata de un término muy interesante, pues en
los textos védicos significa “plegaria” y a partir de
su utilización para referirse a la fuerza de la ora- textos posteriores para referirse a esa realidad
ción acabará empleándose en las Upaniṣads y los última.
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viduo: se trata del ātman, término sánscri- bandos de la familia y supondrá su prácti-
to frecuentemente traducido como “al- ca aniquilación.
ma” pero que presenta una diferencia
fundamental respecto de la idea de alma En la Bhagavadgītā, junto a la vía del
en la tradición occidental, ya que en el conocimiento (jñānayoga), se mencionan
hinduismo el ātman no es esencialmente ya como caminos de liberación el karma-
diferente del brahman, mientras que sí lo yoga o “yoga de la acción (desinteresada)”
es el alma respecto de la esencia divina en y el bhaktiyoga o “yoga de la devoción”10.
el pensamiento occidental. Hay aquí, por Cada una de estas dos vías habría de tener
tanto, una superación del dualismo de la importantes desarrollos en tradiciones
tradición occidental en tanto que tal co- hindúes posteriores. El karmayoga tiene
nocimiento es realmente un “autorreco- una estrecha vinculación con la idea de
nocimiento”, la revelación de que el ser dharma o “deber”, un concepto funda-
que nos constituye a cada uno de noso- mental dentro del hinduismo sobre el
tros no es más que una parte de la esencia más adelante nos detendremos en detalle,
universal. de modo que el yoga de la acción desinte-
resada básicamente consiste en cumplir
con el deber propio de forma desintere-
3.- LAS TRES VÍAS DE SALVACIÓN EN LA sada, es decir, con desapego a los frutos
BHAGAVADGĪTĀ (phala) de la acción, en la formulación
clásica india. De ahí el papel de Kṛṣṇa al
Una religión de carácter tan marcada- que aludíamos antes: Arjuna debe cumplir
mente intelectualista habría tenido pocas con su dharma como guerrero sin prestar
posibilidades de convertirse en una reli- atención a las consecuencias o resultados
gión de masas, pues la posibilidad de al- de su acción. Solo quien actúa con des-
canzar ese conocimiento necesario para apego y sin interés no se mancha por las
obtener la liberación es realmente limita- acciones que realiza. Lo ideal sería no
da. No es de extrañar, por tanto, que des- actuar, pero eso es imposible una vez que
de muy pronto surgieran dentro del hin- uno ha (re)nacido y está inmerso en el
duismo posibilidades alternativas para mundo de lo sensible.
lograr la liberación del ciclo de la reen-
carnación. El yoga de la devoción, en cambio,
consiste en vincularse afectivamente a
Las tres vías fundamentales aparecen una divinidad, que será la que graciosa-
ya formuladas en uno de los textos más mente otorgue al fiel la salvación, una vez
sagrados del hinduismo, la Bhagavadgītā o que este ha aceptado sus limitaciones
Canción del Señor, verdadera perla inserta como ser humano que hacen imposible
dentro del Mahābhārata, el gran poema que alcance la liberación por sus propios
épico indio, en la que Kṛṣṇa (que no es medios11. El bhaktiyoga habrá de ser muy
sino uno de los avatāras o “descensos” a
la tierra del dios Viṣṇu) revela a Arjuna su 10 Véase RODRIGUES, H.P.: Introducing Hinduism,
op.cit. pp.154-165 para una exposición de estas
naturaleza divina y le incita a cumplir con ideas y una ejemplificación con figuras modernas
su deber (dharma) de guerrero y a acome- de estas tres diferentes vías.
11 Sobre el desarrollo de la bhakti y su importancia
ter la batalla que va a enfrentar a los dos en la historia del hinduismo puede verse SHAT-
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bien existe una indiscutible relación jerár- sea Ganeṣa, el dios con cabeza de elefante
quica entre ellos, de forma que el primero que, además de la sabiduría, otorga la
está por encima del segundo y así sucesi- riqueza.
vamente, al mismo tiempo ninguno pue-
de predominar sobre los otros hasta tal Del mismo modo, la práctica sexual,
punto que lo anule completamente. El con tratados enteros dedicados a ella co-
cumplimiento del deber (dharma), enten- mo el Kāmasūtra o Manual del amor, no
dido en el sentido que veremos un poco solo no se excluye, sino que forma parte
más abajo, debe llevarse a cabo en rela- del deber14 y, frente a lo que se ha plan-
ción con las diferentes etapas de la vida, teado en la moral occidental tradicional,
de forma que, por ejemplo, durante el el placer sexual no es simplemente un
periodo más largo de la vida como cabeza epifenómeno inevitable de la reproduc-
de familia, la obtención de recursos ción, sino que es buscado per se. La sexua-
económicos adecuados para el manteni- lidad puede ser explotada también para el
miento de la familia (es decir, el cumpli- progreso religioso en la búsqueda de la
mento del artha), así como el goce del liberación de las ataduras a este mundo,
placer sexual (kāma) no es solo que sean como sucede en alguna prácticas tántri-
consentidos o tolerados, sino que forman cas, por lo que religión y sexo no se opo-
parte del deber y no ocuparse de ellos nen en absoluto, tal y como lo ponen de
representaría una grave falta. Existe, por manifiesto las representaciones de prácti-
tanto, un sutil juego de interconexiones, cas sexuales en templos, de los que Karu-
que otorgan gran versatilidad y riqueza de jaho constituye el ejemplo paradigmático
matices a la ortopraxis y al comporta- aunque desde luego no único.
miento que se considera adecuado.
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se suelen manejar en las éticas occidenta- al sexo del individuo, pues las obligacio-
les. Se traduce a veces como “ley”, pero, nes que debe cumplir un hombre no son
a diferencia de lo que se suele entender las mismas que resultan esperables en una
bajo esa denominación, no corresponde a mujer. Veíamos así en el apartado ante-
algo impuesto externa-mente, por lo que rior cómo el kāma constituye un fin lícito
puede traducirse también por “deber” y, en la vida de la mujer en mayor medida
más específicamente, por “deber moral” que en la del hombre. Pero los deberes
o “deber religioso”15. del hombre también variarán en función
de la etapa de su vida en la que se en-
Ahora bien, la pregunta clave que sur- cuentre y, tal como ya hemos señalado,
ge es: ¿cómo se puede determinar cuál es será ir contra el dharma propio eludir las
el deber de una persona? Y aquí es donde obligaciones como cabeza de familia du-
los planteamientos éticos hindúes tradi- rante la etapa como gṛhastha por mucho
cionales se apartan radicalmente de las que se haga en aras de un fin superior
respuestas que se han ofrecido a lo largo como lo sería la liberación.
de la historia en el pensamiento occiden-
tal. Desde la respuesta cristiana tradicio- El dharma también variará en función
nal, basada en los diez mandamientos, y de uno de los elementos básicos para
pasando por el imperativo categórico comprender el hinduismo, como lo es la
kantiano, la religión y la filosofía occiden- casta, de la que nos ocuparemos un poco
tal se han esforzado por buscar reglas de más adelante, de modo que los deberes
comportamiento universales, algo que que ha de cumplir un brahmán y las pau-
resulta totalmente ajeno al pensamiento tas de comportamiento que son espera-
clásico indio. Se suele afirmar, en este bles en él no son en absoluto los mismos
sentido, que las éticas hindúes son sensi- que los de un guerrero. Recordábamos
bles al contexto, a diferencia de lo que más arriba (§ 3) cómo el propio Kṛṣṇa
sucede en el pensamiento ético occiden- insta a Arjuna en la Bhagavadgītā a cumplir
tal16. con su deber de guerrero independiente-
mente de lo que ese cumplimiento de su
Desde la perspectiva hindú, el dharma dharma pueda acarrear. De ahí que los
en ningún caso puede ser universal, sino tratados tradicionales sobre el dharma, los
que dependerá de la situación particular Dharmaśāstras, de los que el más conocido
de cada individuo y las circunstancias que son las Leyes de Manu (Mānavadharmaśāstra
lo rodean17. El dharma está ligado también o Manusmṛti), dediquen capítulos especia-
les a los deberes de los miembros de cada
15 En relación con el dharma pueden verse, entre
otros muchos, los capítulos que les dedican una de las castas. Aunque esos tratados
FLOOD, G.: El hinduismo, op.cit., pp.67-91, RO- sobre el dharma, y especialmente las Leyes
DRIGUES, H.P.: Introducing Hinduism, pp.76-104 de Manu, fueran utilizados en época de la
o PÁNIKER, A.: La sociedad de castas. Religión y
política en la India, Barcelona, Kairós, 2014, pp.175-
193. a diferentes factores: no se puede culpabilizar a
16 Véase KAKAR, S. y KAKAR, K.: La India. alguien por una conducta encaminada a proteger
Retrato de una sociedad, op.cit., pp. 230-240 sobre el su svadharma (el dharma propio de su āti o “sub-
“relativismo ético” de la mentalidad india. casta”), su kuladharma (el dharma propio de su
17 VARMA, P.K.: Being Indian, Londres, Penguin, familia) o, incluso, si actúa guiado por su appad-
2004, p.29 menciona a este respecto las excepcio- harma (el dharma adecuado en un momento de
nes al dharma esperable para una persona debidas urgencia o crisis).
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colonización británica como códigos lega- la línea narrativa básica de lo que pode-
les, su aplicación resultaba problemática mos denominar el sueño americano: una
precisamente porque el concepto de “ley” persona de baja extracción social se es-
que se desprendía de ellos no era equipa- fuerza, tiene éxito y acaba cambiando de
rable al que se manejaba en la Europa de estatus social. Una trayectoria así no solo
la época. era inesperable, sino que era social y mo-
ralmente rechazable desde el punto de
Así pues, como señalan Sudhir y Kat- vista del pensamiento hindú tradicional.
harina Kakar18, la interiorización de la Una persona nace en el seno de una casta
casta por parte de los individuos lleva a la y debe comportarse conforme al dharma
definición de lo que se considera el que le es propio19; nada gana con intentar
“comportamiento adecuado” (dharma), huir de su destino más que una nueva
que es lo que hace que uno pueda sentirse caída en el ciclo de las reencarnaciones y
bien consigo mismo y sea querido por los seguramente la condena a nacer en una
demás cuando cumple con las expectati- condición aún peor por no haber sabido
vas correspondientes. cumplir con su deber. En la historia de la
India el sistema de castas ha constituido
En definitiva, la definición del dharma un factor de inmovilismo social de primer
propio de cada persona comporta que orden20.
esta sea consciente de cuál es su posición
en el universo y se comporte conforme a La división en castas cobra su autori-
ella. Cualquier intento de escapar al com- dad por su mención en los textos sagra-
portamiento adecuado en función de dos del hinduismo. Aunque parece que
todas esas variables que permiten situar a en época védica todavía no estaba plena-
un individuo dentro de la sociedad y, en mente desarrollado el sistema de castas,
general, dentro del orden universal nece- desde la perspectiva hindú posterior se ha
sariamente será considerado no deseable. entendido que la primera referencia al
Se produce así una especie de identifica- sistema de castas se encuentra en el
ción entre el ser y el deber ser: cada uno “Himno a Puruṣa” (puruṣasū ta), el himno
debe ser conforme a quien es. 90 del libro X del Ṛgveda. Aparece allí la
referencia a los cuatro grandes varṇa “co-
lores”, es decir, a las cuatro castas tradi-
6.- LA CUESTIÓN DE LAS CASTAS
cionales: los brahman (sacerdotes), los
ksatriya (guerreros), los vaiśya (comercian-
Sin duda el aspecto más llamativo de
la organización social india lo constituye tes y artesanos) y los śudra (sirvientes). La
la existencia de las castas. Frente a la divi- 19 Para el análisis del dharma de cada casta y un
sión social que pueden representar las estudio de las difíciles relaciones entre castas en la
clases o grupos sociales dentro de otras India contemporánea puede consultarse el intere-
sociedades, la diferencia fundamental sante capítulo que dedica a este tema LUCE, E.:
In spite of the Gods. The rise of modern India, Nueva
radica en la inevitabilidad e inescapabili- York, Anchor Books, 2006, pp.105-142.
20 Contamos ahora con un reciente estudio com-
dad a la casta. Pensemos, por ejemplo, en
prehensivo sobre las castas en la India, que inclu-
ye su historia y sus implicaciones políticas dentro
18KAKAR, S. y KAKAR, K.: La India. Retrato de de la India contemporánea, obra de Pániker
una sociedad, op.cit., p.41. (2014).
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mención de esas cuatro castas, su diferen- El sistema de castas supone, por tanto,
te naturaleza y los distintos deberes y un factor de discriminación social de
derechos de que goza cada una es cons- primer orden. A este respecto se suele
tante a lo largo de la historia de la literatu- afirmar que la constitución india prohíbe
ra india y sus textos sagrados, pasando las castas, pero esto es inexacto: lo que
por el Mahābhārata y, dentro de él, la prohíbe la constitución es la discrimina-
Bhagavadgītā, y por todos los Dharmaśāstras ción en razón de la casta. Concretamente,
a los que aludíamos más arriba. lo que puede leerse en su artículo 15 es lo
siguiente:
No podemos desarrollar aquí la histo-
ria de la división interna de las castas y de (1) The State shall not discriminate against
la multiplicación de las jāti, los “grupos any citizen on grounds only of relig-
familiares” o “subcastas”, hasta llegar a la ion, race, caste, sex, place of birth or
enorme complejidad que manifiestan en any of them.
(2) No citizen shall, on grounds only of
la India moderna y contemporánea21.
religion, race, caste, sex, place of birth
Existen importantes variaciones regiona-
or any of them, be subject to any dis-
les, que hacen que en determinadas zonas ability, liability, restriction or condition
de la India haya que contar con más de with regard to—
veinte castas diferentes, con todo lo que a) access to shops, public restau-
esto implica de diferencias sociales, barre- rants, hotels and places of pub-
ras entre los grupos y problemas de rela- lic entertainment; or
ción entre sus miembros. b) the use of wells, tanks, bathing
ghats, roads and places of pub-
La pertenencia a la casta articula el ser lic resort maintained wholly or
individual y social en la India, pues, según partly out of State funds or
hemos visto, determina el comportamien- dedicated to the use of the gen-
eral public.
to aceptable de cada individuo por sí
mismo y en relación con los demás. Es
Como se ve, el párrafo 1 es similar al
muy estrecha la relación entre el concepto
que puede encontrarse en cualquier cons-
de casta y el concepto de pureza, lo que a
titución democrática, solo que añade la
su vez conlleva pautas sociales, como los
mención de casta. Sin embargo, la necesi-
oficios que pueden desempeñar los
dad de especificar situaciones de la vida
miembros de una determinada casta, el
cotidiana en las que se prohíbe la discri-
tipo de alimentos que se pueden ingerir y
minación en función de los factores men-
con qué personas y cómo se pueden rela-
cionados (raza, casta, sexo, etc.) no deja
cionar22.
de resultar reveladora de los comporta-
mientos existentes.
21 Sobre las diferencias y relaciones entre ambos De todas formas, la relación con las
conceptos véase FLOOD, G.: El hinduismo, op.cit., castas es problemática en la India actual.
pp.74-77, RODRIGUES, H.P.: Introducing Hin-
duism, op.cit., pp.60-65 y PÁNIKER, A.: La sociedad Es verdad que en determinados medios,
de castas. Religión y política en la India, op.cit., pp.241-
242, entre otros.
22 Sobre el concepto de pureza y suciedad en KAKAR, S. y KAKAR, K.: La India. Retrato de una
relación con la casta son iluminadoras las páginas sociedad, op.cit., pp.43-57.
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en día una sección de anuncios matrimo- del país, como es Goa, la antigua colonia
niales, mediante los cuales los padres portuguesa, donde nos encontramos con
buscan marido o mujer para sus hijos. la designación de “católicos brahmanes”.
Aún hoy el 90% de los matrimonios sigue También pueden encontrarse a veces
realizándose dentro de la propia jāti. Esta diferencias de casta entre los musulma-
actitud respecto del matrimonio provoca nes, como indican Sudhir y Katharina
graves problemas incluso para las comu- Kakar29.
nidades hindúes fuera de la India (por
ejemplo, en el Reino Unido, Canadá o
Estados Unidos), pues se produce un 7.- LA VISIÓN JERÁRQUICA DEL HOMBRE
choque cultural entre las nuevas genera- HINDÚ
ciones nacidas ya en esos países y acultu-
radas a su entorno y las generaciones Las ideas tradicionales sobre el sistema
anteriores, que en muchas ocasiones pre- de castas han dejado una huella aún hoy
tenden buscar marido o mujer para sus perceptible en la India, incluso entre per-
hijos dentro de la propia casta e, incluso, sonas que no creen en el sistema de cas-
con una persona de la India. tas, pero que sí mantienen una concep-
ción jerárquica de las relaciones humanas.
El sistema de castas solo puede com- El pensamiento jerárquico está muy arrai-
prenderse dentro del hinduismo. Así, a gado en la mentalidad india, incluso en la
veces, determinados líderes dalit han abo- emergente clase media30.
gado por el abandono de esa religión, con
el fin de quedar fuera de tal división so- Esta visión jerárquica tiene múltiples
cial. Un importante movimiento a este manifestaciones. Sudhir y Katharina Ka-
respecto fue el encabezado por B. R. kar31 señalan, citando un artículo del pe-
Ambedkar en los años 50 del siglo XX, riodista indio Sunanda K. Datta-Ray titu-
que provocó masivas conversiones al lado “Where rank alone matters” (“Don-
budismo en el estado de Maharashtra27. de lo único que cuenta es el rango”) que,
Sin embargo, en ocasiones la casta se en realidad, la satisfacción de los trescien-
perpetúa incluso fuera del hinduismo, tos millones de consumidores de clase
como lo demuestra la existencia de ce- media (a los que, muy significativamente,
menterios cristianos con división por denomina “los nuevos brahmanes”) no
castas28, tal y como sucede en una de las radica tanto en el hecho de que sean con-
áreas con mayor porcentaje de católicos sumidores en un mercado global, sino ser
“alguien” dentro de una sociedad pro-
27 Para más información sobre esta cuestión pue- fundamente jerárquica.
de consultarse PÁNIKER, A.: La sociedad de castas.
Religión y política en la India, op.cit., pp.537-541, así
como las interesantes reflexiones de LUCE, E.: In En el plano ya no solo social, sino
spite of the Gods. The rise of modern India, pp.108-115.
28 Véase, por ejemplo, la noticia a este respecto
Dalits find no refuge from caste in Christiani- dedica unas interesantes páginas a la cuestión de la
ty”: jerarquía y el estatus en la sociedad india.
[http://www.bbc.co.uk/news/world-south- 31 KAKAR, S. y KAKAR, K.: La India. Retrato de
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confianza más que en obligaciones con- debate político. Desde una óptica hin-
tractuales y compromisos formales. duista, existe una hermandad entre todos
los seres vivos, que se encuentran unidos
entre sí por “lazos” (bandhu)38.
8.- CONCLUSIÓN: ALGUNOS ELEMENTOS
PARA LA REFLEXIÓN Igualmente, con independencia de que
se acepten o no, creemos que abren pers-
Para concluir nos gustaría señalar al- pectivas de reflexión interesantes los
gunos elementos que, a partir del hin- planteamientos éticos de carácter no uni-
duismo, pueden constituir puntos de par- versalista sino que atienden al contexto y
tida para la reflexión y el debate en el a las circunstancias particulares para de-
ámbito de las relaciones entre filosofía, terminar las pautas de actuación acepta-
política y religión en el mundo actual. En bles.
este sentido creemos que resulta espe-
cialmente interesante para la convivencia Con todo, al igual que sucede con de-
entre culturas y distintas ideologías de- terminados elementos de otras grandes
ntro de una misma sociedad la no defini- religiones, también el hinduismo plantea
ción dentro del hinduismo de una orto- una serie de problemas para su integra-
doxia y una ortopraxis excluyentes, sino ción dentro de las sociedades contem-
la aceptación de diferentes vías y modelos poráneas, especialmente desde una óptica
para alcanzar el fin más elevado de la vida que respeta y defiende la existencia de
del hombre, es decir, la salvación, así co- derechos universales para todos los hom-
mo para llevar a cabo el cumplimiento del bres. Choca radicalmente con esos plan-
deber. teamientos la asunción de una diferencia
innata entre las personas en función de su
También resultan importantes algunos nacimiento, es decir, la cuestión de las
conceptos clave de las religiones de la castas. Y, más allá de las castas, la visión
india, como el de ahiṁsā “no violencia”, marcadamente jerárquica de las relaciones
como elemento regulador de las relacio- humanas y su proyección en la forma de
nes entre un individuo y los demás, lo relacionarse los individuos.
cual no excluye el que, incluso, pueda ser
utilizado como herramienta de lucha polí-
tica, como bien puso de manifiesto con
su ejemplo el propio Gandhi.
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