gente me conoce porque fui un excelente pintor, además de eso, yo era un gran científico e investigador. Muchos de mis diseños siguen asombrando a muchas personas hoy en día, me encantaba hacer dibujos de inventos que todavía no existían.
De pequeño fui un niño muy curioso me
encantaba dibujar y me gustaba saber cómo funcionaban las cosas además estudié las 4 ciencias más importantes en ese momento, la aritmética, la geometría, la astronomía y la música. Las clases se me hacían súper fáciles y aprendía muy rápido. A mi me gustaba todo lo que veía a mi alrededor, me gustaba ver mucho los pájaros y varias veces diseñé máquinas para volar.
Me tocó vivir en una época que se llamaba el
renacimiento en esos años estaba muy de moda la pintura, la escultura y la arquitectura.
Cuando tenía 20 años abrí mi propio taller de
pintura y escultura; introduje la pintura al óleo una técnica proveniente de los Países Bajos que permitía un mayor control en el espesor de la pintura y que empleé en “La adoración de los Magos” mi primer gran obra.
10 años más tarde trabajé para el duque Ludovico
Storza en Italia, trabajé ahí por 17 años y en ese lugar fue donde pinté uno de mis cuadros más famosos la “Gioconda” conocida popularmente como la “Mona Lisa” donde utilicé la técnica del SFUMATO con lo cual logré crear un efecto óptico en la que la sonrisa de la protagonista parece desvanecerse cuando la miramos fijamente.
En el año de 1498 finalicé otra de mis grandes
obras el mural de “La última cena” y rápidamente se convirtió en una pintura icónica pues la pinté directamente sobre la pared y para la escena me alejé de la composición clásica y traté de humanizar a los personajes. Mi salud fue deteriorando poco a poco hasta mi muerte el 2 de mayo de 1519, a los 67 años.