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El derecho a la vida y el reconocimiento de la persona humana en Colombia, de

conformidad con la Convención Americana sobre Derechos Humanos

El presente escrito tiene como objeto, entre otras cosas, estipular la forma en que el
ordenamiento jurídico colombiano ha establecido el alcance del derecho a la vida en relación
con el reconocimiento legal de la persona humana, conservando la armonía con los
postulados sobre la materia contenidos en los tratados internaciones ratificados, y de forma
particular para el presente caso, con la Convención Americana sobre Derechos Humanos.

En primer lugar, debe comprenderse que las dinámicas de un mundo en constante evolución
han desembocado en una serie de circunstancias en las que el papel de derecho, como
regulador de las relaciones del sujeto con su entorno, toma lugar. Una de éstas, ha sido la
emancipación de la mujer y la reivindicación de sus derechos; quizás el más, o uno de los
más controversiales en la actualidad, es el relativo a la posibilidad de que las mujeres vean
interrumpido su embarazo; generando un amplio y profundo debate alrededor de todo el
mundo, en el que diversos sectores, manifiestan su postura a favor, argumentando que a la
mujer le asiste el derecho a ejercer total autonomía para decidir sobre su cuerpo, mientras
que otros, generalmente de tradición conservadora, manifiestan su postura en contra
afirmando que esta práctica supone un desconocimiento del derecho a la vida de la criatura
que estaría por nacer, llegando incluso a considerar como un ‘asesinato’.

Situaciones como éstas han suscitado la necesidad de que, desde el ámbito del derecho, tanto
local como internacionalmente, de forma armónica se propicie un desarrollo normativo
óptimo sobre la materia, capaz de responder a preguntas relativas al concepto de persona
humana, los requisitos para su existencia y su relación con el derecho a la vida, fijando
conceptos y pretendiendo a su vez, que estas normas se adapten a las demandas de la realidad
contemporánea. De allí que en efecto se hayan constituido diversos instrumentos jurídicos en
los que se desarrolle el presente tema en cuestión.

A manera de ejemplificar dicho trabajo armónico, puede observarse la Convención


Americana sobre Derechos Humanos (Pacto de San José) de 1969, ratificada por Colombia
en 1972, la cual en el numeral 1 de su artículo 4 establece que “Toda persona tiene derecho
a que se respete su vida. Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del
momento de la concepción. Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.”; de
conformidad, con lo estipulado dentro del ordenamiento jurídico colombiano a través de la
Ley 57/1887, que instaura el Código Civil, el cual en su artículo 90 afirma que:

La existencia legal de toda persona principia al nacer, esto es, al separarse completamente de su
madre. La criatura que muere en el vientre materno, o que perece antes de estar completamente
separada de su madre, o que no haya sobrevivido a la separación un momento si quiera, se reputará
no haber existido jamás.

Y es que, si bien es cierto, a simple vista las normas citadas parecen tender a contrariarse
y por ende, perder la armonía que se supone deben guardar, éstas toman sentido en el
momento en que los postulados convencionales se analizan de conformidad con la
concepción sobre la existencia legal de la persona humana según la legislación
colombiana.

Esto se traduce en que, si bien podría resultar razonable afirmar que la vida comienza
desde el momento de la fecundación, en cuanto allí inicia la existencia biológica, esto
no implica que a partir de ese momento la ley deba considerar como persona a lo que
estaría por nacer y de este modo, constituirlo como sujeto de derechos y obligaciones.
A lo anterior se hizo referencia en la Sentencia C-591-95 al mencionarse que “Reconocer
que la existencia legal del ser humano comienza con su nacimiento, no implica la
negación del derecho a la vida o la protección de ésta. Prueba de ello, es que el legislador
ha creado un sinnúmero de normas que tienen por objeto proteger al que está por nacer.”

De ahí que, lo mencionado previamente también deba entenderse de conformidad con


el artículo 91 del enunciado Código Civil, el cual establece que “La ley protege la vida
del que está por nacer” y que, por ende se difiera que, quien goce de existencia jurídica
al cumplir con los requisitos establecidos para ello –haberse separado completamente de
su madre, respirar por sí mismo y ser de la especia humana- adquiere de forma inmediata
una serie de derechos y obligaciones; mientras que, el que goce únicamente de existencia
biológica, entendiendo por éste, el nasciturus o feto dentro del vientre, gozará de la
efectividad de una serie de garantías a cargo del Estado para prevenir los daños que se
le puedan causar como para reprimirlos.
Dichas garantías reconocidas por el legislativo al nasciturus han conllevado a que, dentro
del ordenamiento jurídico colombiano, la práctica del aborto esté sometida a límites
rigurosos con el fin de que el Estado cumpla su deber de protección de la esperanza de
vida; es así como la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-355-06 reconoció el
derecho fundamental que le asiste a las mujeres y niñas colombianas a acceder a la
interrupción voluntaria del embaraza (IVE) únicamente bajo tres causales: (i) Cuando el
embarazo suponga una grave afectación para la salud física o mental de la gestante, (ii)
cuando el feto presente graves malformaciones y (iii) cuando el embarazo haya sido
resultado de violación incesto.

Como conclusión, puede observarse que en efecto, desde el derecho se han venido
haciendo esfuerzos por sentar las bases conceptuales claves y necesarias, sobre las cuales
deba desarrollarse el debate en torno a los alcances que tiene el derecho a la vida, la
concepción sobre el momento en el que se da inicio a la existencia de la persona humana
en el ámbito jurídico y la incidencia que esto supone en la práctica de la interrupción
voluntaria del embarazo (IVE), asunto que, aunque siga generando controversias de todo
tipo y la mayor parte de los países en el mundo aún no garantice este derecho que le
asiste a las mujeres, deberá seguir siendo parte de la agenda del derecho al suponer un
gran avance para la reivindicación de la mujer y de su papel en la sociedad, teniendo
presente que un mundo inclusivo solo se logrará hasta tanto sus mujeres gocen del
derecho que les asiste.

Por: Katherine Parales Arias.

María Paula Ramírez Barbosa.

Paula Ximena Cruz Rojas.

Referencias bibliográficas:

https://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/1995/C-591-95.htm

https://www.oas.org/dil/esp/tratados_b-
32_convencion_americana_sobre_derechos_humanos.htm
https://www.ambitojuridico.com/noticias/general/constitucional-y-derechos-
humanos/el-aborto-en-colombia-avances-y-retos-pendientes

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