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Conceptos iniciales
Estudios de viabilidad
Etapas de un proyecto
Referencias
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LECCIÓN 1 de 7
Conceptos iniciales
En general, el proceso de evaluar proyectos de inversión consiste en reunir información y "medir cuantitativamente los costos y beneficios de un eventual
emprendimiento" (Sapag Chain, 2011, p. 17).
Estos emprendimientos pueden ser uno nuevo o referirse a mejorar los existentes, tanto en sectores de salud, iglesia, educación, defensa nacional, etc. como en
organizaciones con fines de lucro. Es un procedimiento que ayuda a asignar recursos escasos de manera eficiente para evitar un mal uso (Sapag Chain, 2011).
En otras palabras, el proceso de evaluar proyectos consiste en comparar el valor futuro proyectado que resulta de invertir (o desinvertir) con el valor futuro
proyectado manteniendo la situación actual. Si el valor por invertir es mayor o igual que el valor de mantener la situación actual, convendrá realizar la inversión.
Buena parte de la materia tiene por finalidad aportar herramientas que permitan responder por qué las empresas realizan inversiones y cómo se puede calcular el
valor generado por una inversión cuando los beneficios se producirán a lo largo de 10 o más años.
Se debe tener en cuenta que el proceso de evaluación consiste en la aplicación de un modelo que simplifica la realidad y, por lo tanto, los resultados que se
obtendrán no serán exactos, pero será un instrumento de gran ayuda en la toma de decisiones.
Este proceso se caracteriza por tomar en consideración solo los costos y beneficios relevantes y pertinentes para las decisiones. Aquellos que no cambian en la
situación con proyectos respecto a sin proyecto, no son relevantes (Sapag Chain, 2011).
En proyectos que se realicen en empresas nuevas, todos los costos y beneficios serán relevantes, mientras que en aquellos que se realicen en empresas en
marcha solo interesarán los costos y beneficios que sean incrementales (Sapag Chain, 2011). Por ejemplo, el consumo de materia prima en la producción de
tornillos no será relevante para evaluar el reemplazo de un equipo de producción de arandelas.
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Dependientes: "son aquellas que para ser realizadas requieren otra inversión... En este caso se hablará de proyectos complementarios y lo más
común será evaluarlos en conjunto" (Sapag Chain, 2011, p. 20). Por ejemplo, silo de harina y línea de producción de galletas con mayor cantidad
de kg.
Independientes: son aquellas que no dependen de otras ni las afectan. Se podrán realizar todos los proyectos, uno solo o ninguno de ellos. Por
ejemplo, planta de molienda húmeda y planta procesadora de granos (Sapag Chain, 2011).
Mutuamente excluyente: "… corresponden a proyectos opcionales, donde aceptar uno impide que se haga el otro…" (Sapag Chain, 2011, p. 21).
Por ejemplo, línea de producción de chocolates o producción de caramelos.
Según el objeto de la inversión, las inversiones pueden clasificarse en nuevos negocios o proyectos de mejoras. Algunos casos típicos de esta clase de proyectos
son externalización (outsourcing) de productos o servicios, internalización (insourcing) de productos o servicios, reemplazo de equipos, ampliación de capacidad y
abandono de proyectos en marcha.
Según la fuente de financiamiento los proyectos pueden financiarse con leasing, con deudas bancarias o proveedores, con recursos propios o con una
combinación (Sapag Chain, 2011).
Estudios de viabilidad
La decisión de realizar una inversión debe contar con la máxima cantidad de información posible para ayudar a tomar la decisión.
Viabilidad comercial
–
Será necesario realizar un análisis del entorno donde opera la empresa y el proyecto. Se deberá realizar un estudio de mercado para determinar los productos o servicios, los
precios, la distribución y la necesidad de inversiones en comunicación. El estudio de mercado no deberá limitarse al consumidor. Será necesario estudiar el mercado del proveedor,
del competidor y del distribuidor.
Viabilidad técnica
–
Tiene por finalidad determinar la posibilidad física de realizar el proyecto, para lo cual suele requerir la participación de un experto (Sapag Chain, 2011). Por ejemplo, ¿es suficiente el
suministro de energía para atender la demanda derivada de ampliar la capacidad de producción? ¿La capacidad de evacuación de residuos es suficiente para atender el aumento
de producción?
Viabilidad legal
–
Tiene por finalidad determinar la ausencia de normas legales o internas que impidan la realización del proyecto (Sapag Chain, 2011). Por ejemplo, relación m 2 cubiertos vs. m 2 de
superficie.
Viabilidad económica
–
Busca determinar si los beneficios son mayores a los costos del proyecto. Es típico de la etapa de preinversión (Sapag Chain, 2011).
Viabilidad de gestión
–
Busca determinar la existencia de las capacidades gerenciales necesarias para realizar un proyecto (Sapag Chain, 2011).
Viabilidad política
–
Busca determinar la intencionalidad de quienes deben decidir, más allá de la rentabilidad del proyecto (Sapag Chain, 2011). En un proyecto pueden existir diferentes grupos de
interés o participantes que tendrán diferente aversión al riesgo, información asimétrica, expectativas distintas, etc.
Viabilidad ambiental
–
Busca determinar el impacto del proyecto en el entorno y tiene relación con los otros estudios (Sapag Chain, 2011). Puede influir en definiciones técnicas (tecnología), legales
(normas de tolerancia) y económicas (afecta el costo).
Etapas de un proyecto
Idea: esta etapa corresponde al proceso de búsqueda de nuevas oportunidades de negocios o de oportunidades de mejoras de la operación
actual. Una idea puede surgir por el análisis de problemas, el análisis de necesidades, el análisis de deseos o el análisis de cambios en gustos
y referencias. Podrán resultar proyectos de ampliación, de internalización de procesos, de outsourcing, de reemplazo de activos. Será
importante definir el valor para el cliente, el mercado potencial y las ventajas competitivas (Sapag Chain, 2011).
Preinversión: esta etapa corresponde al estudio de la viabilidad económica de las diversas soluciones identificadas y se puede realizar con
tres niveles de profundidad: perfil, prefactibilidad y factibilidad. La profundidad del estudio dependerá de la calidad y cantidad de información,
de la incertidumbre sobre las variables, de la disponibilidad de recursos para dedicar, de la fuente y el tipo de la información y del objetivo
buscado (Sapag Chain, 2011).
La figura de 4 muestra que el análisis a nivel de perfil se caracteriza por utilizar información de baja calidad y poca cantidad, de fuentes
secundarias y de tipo cualitativo, situación en la que existe mayor incertidumbre sobre los valores que pueden asumir las variables, consume
pocos recursos y tiene por finalidad eliminar opciones (Sapag Chain, 2011).
En el otro extremo, un análisis del tipo factibilidad se caracteriza por utilizar información de mucha calidad y abundante, provenir de fuentes
primarias del tipo cuantitativo, situación que genera más precisión sobre los valores que pueden asumir las variables del proyecto, consume
tiempo y el esfuerzo está enfocado solo en las variables más críticas y con mayor incertidumbre (Sapag Chain, 2011).
Los análisis de prefactibilidad y factibilidad se caracterizan por tener en cuenta la secuencia temporal de los costos y beneficios del proyecto
que se terminan reflejado en el armado de un flujo de caja (Sapag Chain, 2011).
Inversión: en esta etapa se implementa el proyecto y se concretan todas las inversiones realizadas antes de la puesta en marcha (Sapag
Chain, 2011).
El estudio de un proyecto busca determinar, con la mayor precisión posible, el total de las inversiones, los costos y los beneficios que genera para compararlos y
determinar la conveniencia de realizarlo.
En la primera etapa, se formula y se cuantifican los costos y beneficios de las opciones que presente el proyecto; en la segunda, se estructura la inversión, los
costos y los beneficios en el flujo de caja teniendo en cuenta la finalidad del estudio; y la última etapa consiste en el cálculo de la rentabilidad de la inversión
aplicando alguno de los indicadores que veremos más adelante.
En la preparación se deberá determinar la magnitud de la inversión, tanto la que se realiza antes de la puesta en marcha como la que se realiza por reemplazo de
activos o por aumento de actividad.
Los costos y beneficios deben ser relevantes (incrementales o diferenciales), estar percibidos e incluir el valor de desecho, los costos de oportunidad y ahorros
que puedan generarse, tanto los derivados directamente del proyecto como aquellos generados en otras áreas de la empresa, pero que son consecuencia del
proyecto.
En esta etapa también se define el horizonte de evaluación, el cual dependerá del tipo de proyecto: si tiene una vida determinada, el horizonte de planeamiento será
la vida útil el proyecto. Si tiene una vida útil permanente, la habitual es analizar 10 años y agregar en el último periodo el valor de desecho del proyecto en ese
momento. Si dos proyectos tienen distinta vida útil, se deberá evaluar por el plazo del proyecto con menor vida y agregar el valor de desecho por la vida útil
remanente.
Para realizar la evaluación se podrá usar algunos de siguientes indicadores: VAN, TIR, PRI, Rentabilidad inmediata y sensibilización (Sapag Chain, 2011).
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Referencias
Sapag Chain, N. (2011). Proyectos de inversión. Formulación y evaluación. 2da edición. Chile: Pearson Educación.