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Definir y aprovechar E-learning

Van aquí algunas reflexiones sobre el término “e-learning” y sobre las


necesidades de la educación peruana.

¿Qué significa “e-learning”? La colocación de la “e” significa que es


un tipo de calificación de “learning” o aprendizaje. Todo aquello que
tiene la “e” al principio significa que pertenece a Internet. Lo cual
conduce a definir al “e-learning” como el aprendizaje a través de
Internet, como si fuera aprendizaje televisivo, aprendizaje libresco,
aprendizaje radiofónico, etc. Sin embargo, no podemos quedarnos
ahí, realmente la “e“ implica más que eso, aunque no muchos
quieran admitirlo y a otros no les importe pensarlo (tan maravillados
están de las novedades). La televisión e Internet pueden parecerse,
pero son muy distintos. Una educación por televisión siempre será
una educación expositiva. Una educación por Internet puede llegar a
ser una educación comunicativa y productiva. Realmente, no
deberíamos limitar la “e” del e-learning a únicamente Internet, sino
que debería referirse a la base de la diferencia entre Internet y los
demás medios comunicativos: la virtualidad.

En ese sentido, prefiero entender el “e-learning” como educación a


través de la virtualidad, es decir, aprendizaje en contextos virtuales.
Internet es el más representativo contexto virtual conocido, pero si
nuestra institución educativa no cuenta con Internet, puede plantear
contextos virtuales de aprendizaje también. Lo virtual se define
como “representación del mundo físico”, es decir, una imitación de
la realidad. Sin embargo, recordemos que imitación no es igual a
copia. Cuando, en algunos videojuegos y en algunos “chats”
reemplazamos las características físicas de una persona por un
“avatar” o “un ser imaginario” estamos cumpliendo lo que escribió
Chesterton en su novela “El hombre que fue jueves”: “la máscara no
lo oculta, lo revela”, porque lo que revela esa representación o
máscara es la subjetividad, es decir, lo que no puede ser dicho “cara
a cara” o lo que quiere ser expresado pero no tiene forma física. La
virtualidad plantea una dimensión adicional a la realidad, es decir, la
complementa, no la suplanta.

Por ello, al plantear el e-learning como aprendizaje en contextos


virtuales, no se requiere Internet. Si algunos de los componentes de
la situación de aprendizaje son representados en un espacio virtual,
digamos en una plataforma o software diseñado para ello, estamos en
e-learning. Cuando el contacto entre docente y alumno no es directo
sino a través de la representación de sus conductas (por ejemplo, un
documento, un gráfico, un dibujo, una música, etc.), estamos en un
contexto virtual de aprendizaje, siempre y cuando este contexto
tenga las herramientas que ayuden a darle forma a esa
comunicación, de manera específica. Por ejemplo, la metacognición
es un factor importante en el aprendizaje. Si en la plataforma en la
que realizo mis actividades educativas, tanto el estudiante como el
docente tienen una herramienta para desarrollarla, entonces esa
plataforma esta mejor orientada educativamente que otra
plataforma que carezca de esa herramienta.

En otras palabras, lo que llamamos “plataformas de e-learning”


debemos entenderlas como “contextos virtuales de aprendizaje”. Si
algunos sólo los entienden como visualizadores de contenidos o como
medios de intercambio de contenidos, entonces están desvirtuando el
e-learning y lo están desaprovechando. Las plataformas de e-learning
pueden ser instaladas en cada institución educativa, sin necesidad de
Internet, aunque Internet les da la posibilidad de ampliar el
contexto. El desarrollo de capacidades orientadas a formar un
ciudadano pleno en una sociedad del conocimiento debe darse
creando o instalando “contextos virtuales de aprendizaje” (o
“plataformas de e-learning”) que permitan crear la comunidad
virtual educativa en cada localidad. Eso es lo importante del e-
learning, antes que los artefactos o la conectividad misma: su
potencialidad de formador de capacidades.

Para concluir, algunos puntos sobre el tipo de necesidades para


seleccionar una plataforma de e-learning:

1. Necesitamos una plataforma que se organice a través de las


actividades y no sólo con contenidos, y que con esas actividades
ayude a los docentes a asimilar y practicar estrategias pedagógicas.
2. Necesitamos que dicha plataforma no dependa de materiales
diseñados previamente ni que exija a los docentes la capacidad de
elaborar materiales multimedia, sino proporcione herramientas para
que los docentes las elaboren de manera integrada en sus
actividades. Y que los docentes puedan convertir sus trabajos previos
de manera fácil en material digital: que no empiece de cero sino de
lo que el docente ya ha trabajado y empleado.
3. Necesitamos que exista soporte continuo de la plataforma y se
encuentre apoyada por una comunidad creciente de usuarios que
sean primordialmente docentes a su vez.
4. Necesitamos una plataforma que sea modificable por cualquiera (o
por un programador con un nivel medio de experiencia) para
ajustarla a las necesidades del docente o que el docente encuentre
fácilmente maneras para hacer o proponer cambios.
5. Necesitamos una plataforma cuya interfaz sea ligera (es decir, no
utilice demasiados gráficos), que permita su personalización y
modificación y que sea intuitiva y con suficente nivel de ayudas.
6. Necesitamos una plataforma que sea, de facto, un estándar
internacional, y que haya sido probada en muchos escenarios debido
a la cantidad de implementaciones e instituciones que la adopten. Y
que tenga una comunidad de usuarios EN ESPAÑOL.
7. Necesitamos una plataforma que proporcione herramientas
específicas para desarrollar actividades educativas, eso quiere decir
que no sólo se requiere una herramienta para crear contenidos sino
varias: crear libros, artículos, resúmenes, no sólo una herramientas
para comunicarnos, sino varias: para debatir, para dialogar, para
aconsejar, etc.
Eres bienvenido a compartir...

¿Qué herramienta de e-learning


necesitamos?
Algunas necesidades, basadas en realidades peruanas:

1. Necesitamos una plataforma que se organice a través de


las actividades y no sólo con contenidos, y que con esas actividades
ayude a los docentes a asimilar y practicar estrategias pedagógicas.
2. Necesitamos que dicha plataforma no dependa de materiales diseñados
previamente ni que exija a los docentes la capacidad de elaborar
materiales multimedia, sino proporcione herramientas para que los
docentes las elaboren de manera integrada en sus actividades. Y que los
docentes puedan convertir sus trabajos previos de manera fácil en
material digital: que no empiece de cero sino de lo que el docente ya ha
trabajado y empleado.
3. Necesitamos que exista soporte continuo de la plataforma y se encuentre
apoyada por una comunidad creciente de usuarios que sean
primordialmente docentes a su vez.
4. Necesitamos una plataforma que sea modificable por cualquiera (o por
un programador con un nivel medio de experiencia) para ajustarla a las
necesidades del docente o que el docente encuentre fácilmente maneras
para hacer o proponer cambios.
5. Necesitamos una plataforma cuya interfaz sea ligera (es decir, no utilice
demasiados gráficos), que permita su personalización y modificación y
que sea intuitiva y con suficente nivel de ayudas.
6. Necesitamos una plataforma que sea, de facto, un estándar
internacional, y que haya sido probada en muchos escenarios debido a la
cantidad de implementaciones e instituciones que la adopten. Y que
tenga una comunidad de usuarios EN ESPAÑOL.

Aún quedan otras consideraciones en el tintero, que vendrán más tardecito.

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