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Derecho Procesal

DERECHO PROCESAL

Concepto, Clasificación y Fuentes del Derecho Procesal

Definición
Desde el punto de vista etimológico, la palabra procedimiento
deriva de la voz latina "procedere", que significa avanzar, poner en
movimiento, progresar, etc.
En un primer intento, podemos conceptualizar el Derecho Procesal
como la disciplina jurídica que tiene por objeto el estudio del proceso
que se desenvuelve ante los Tribunales de Justicia.
Esta definición, por su simplismo, obliga a buscar otras
definiciones más comprensivas del contenido de esta rama del Derecho.
El Profesor Benavente define el Derecho Procesal diciendo que es
aquella rama del Derecho que regula la forma solemne en que se
proponen, discuten y resuelven las cuestiones sometidas a los
tribunales.
El Profesor Alessandri, por su parte, concibe el Derecho Procesal
como el conjunto de reglas referentes a la organización y atribuciones
de los tribunales, a la forma de hacer valer las acciones en los
juicios y a la manera de solicitar de los tribunales su intervención en
los actos de jurisdicción voluntaria.
Para Hugo Alsina es el conjunto de normas que regulan la actividad
jurisdiccional del Estado para la aplicación de las leyes de fondo.
El profesor Hugo Pereira Anabalón define el Derecho Procesal como
la ciencia que estudia las normas, principios e instituciones que
regulan el ejercicio del derecho jurisdiccional del Estado.
Para el Profesor Chiovenda el Derecho Procesal es el conjunto de
normas que regulan la actuación de la ley en el proceso y,
particularmente, la relación procesal.
El Profesor Carnelutti lo define diciendo que es aquel derecho que
simplemente regula el proceso, o sea, la operación mediante la cual se
obtiene la solución del juicio.
Aun cuando las definiciones anteriores, a la simple vista,
pudieran parecernos contradictorias, la verdad es que ello es sólo
aparente y obedece a que cada autor ha tenido un punto de vista diverso
para formularlas.
En cuanto a la denominación de esta rama del Derecho, si bien la
expresión Derecho Procesal parece prevalecer tanto en la doctrina como
en la legislación, esta rama ha tenido y tiene otras denominaciones.
En efecto, hasta el siglo XVIII, su contenido era el de simple
práctica y de ahí que a los libros sobre la materia se les denominara
de Práctica Judicial.
Ya en el siglo XIX la voz procedimiento reemplaza la de práctica y
el modo exegético describe el proceso civil y examina el alcance de sus
disposiciones. Sus cultores se denominaron procidimentalistas.
Pero la expresión derecho del procedimiento que se emplea en
algunas legislaciones no aparece del todo correcta desde que se refiere
sólo a una parte del Derecho Procesal dejando afuera otra de gran
importancia.
A comienzos del siglo XX se abre camino en los países latinos una
concepción coherente y sistemática del Derecho Procesal que se inicia
principalmente con Chiovenda, autor que propone denominar a esta rama
Derecho Procesal.
Sin embargo, esta denominación tampoco ha estado exenta de
críticas pues la voz “procesal” indicaría que el objeto de estudio de
esta rama sería el proceso con lo cual se excluiría todo lo relativo a
la organización y atribuciones de los Tribunales.
Por ello se ha planteado denominar a esta rama Derecho Judicial,
pero dicha denominación no ha prosperado porque corrientemente se le
asocia al estudio de la organización judicial, quedando fuera el
aspecto funcional (el proceso)
En la doctrina española se ha introducido la denominación de
Derecho Jurisdiccional, pero ella resulta insuficiente para abarcar los
actos judiciales no contenciosos que para la mayoría de los autores no
implican el ejercicio de una actividad jurisdiccional propiamente tal.
En definitiva, no cabe sino adoptar el tradicional vocablo de
Derecho Procesal.

Clasificación
Desde el momento en que el Derecho Procesal comprende el estudio
del órgano judicial de sus atribuciones y del procedimiento, fácil es
advertir que permite ser clasificado en dos grandes ramas:
– Derecho Procesal Orgánico
– Derecho Procesal Funcional
El Derecho Procesal Orgánico se preocupa de todo lo relacionado
con la organización y las atribuciones de los tribunales de justicia.
El Derecho Procesal Funcional reglamenta, en cambio, la forma o
manera como los tribunales desempeñan sus atribuciones.
El Derecho Procesal Funcional, a su vez, permite ser
subclasificado en:
– Derecho Procesal Civil

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Derecho Procesal
– Derecho Procesal Penal
Ello, según si en el proceso respectivo se pretende la actuación
de una ley civil o de una penal.
Además, podemos encontrar en otras ramas del derecho aspectos de
orden procesal y así se hablará de Derecho Procesal Laboral, Derecho
Procesal Tributario, etc.
Por ello, para otros, el Derecho Procesal Funcional podría también
ser subclasificado en:
– Derecho Procesal General
– Derecho Procesal Especial
Teniendo en vista si sus normas son aplicables a la generalidad de
los casos o, por el contrario, a negocios en particular.
En síntesis, los grandes temas que estructuran el objeto de esta
disciplina son:
1) El tribunal
2) La Jurisdicción
3) La Competencia
4) La acción
5) El Proceso
6) El Procedimiento
En términos más simples, podemos decir que el Derecho Procesal
comprende el estudio de dos órdenes de materia:
– El referente a los tribunales, su organización y atribuciones.
– El referente al proceso, su procedimiento y la ritualidad de
éste.
En el primer caso se habla de Derecho Procesal Orgánico y en el
segundo de Derecho Procesal Funcional.
A la idea de proceso se llega por la confrontación con las otras
soluciones posibles para dirimir conflictos de intereses con relevancia
jurídica.
En efecto, es prácticamente imposible concebir la existencia de
una sociedad sin que en ella se susciten conflictos de intereses entre
las personas y por ello existen normas jurídicas que rigen las
relaciones humanas en los aspectos que adquieren relevancia jurídica.
Pero las normas son susceptibles de ser vulneradas.
Producido el quebrantamiento de la norma jurídica, es preciso
encontrar una solución que haga cesar el conflicto.
Son tres las soluciones posibles:
– La Autotutela
– La Autocomposición
– La Heterocomposición
1° La Autotutela
Consiste en la relación directa y personal de quien se hace
justicia por sí mismo (autodefensa)
En general este medio de solución de conflictos se halla prohibido
por el Derecho e incluso puede llegar a significar la comisión de un
delito.
La autotutela o autodefensa se caracteriza porque uno de los
individuos involucrados en el conflicto intenta solucionarle mediante
su acción directa.
En forma excepcional se acepta en el Derecho la autotutela, como
es el caso de:
– La huelga legal
– El derecho legal de retención
– La legítima defensa

2° La Autocomposición
Existe en este caso, sumisión o renuncia total o parcial del
derecho afectado por la parte perjudicada por el quebrantamiento de la
norma jurídica.
Constituye sumisión o renuncia total, la condonación o remisión de
una deuda.
Constituye sumisión parcial, la transacción, la conciliación y el
avenimiento.
La autocomposición puede ser, además, unilateral o bilateral.
Es unilateral cuando las concesiones o renuncias provienen de una
sola de las partes en conflicto, como ocurre en el caso del
desistimiento, allanamiento o renuncia.
Es bilateral cuando la renuncia o concesión proviene de ambas
partes, como en el caso de la transacción, conciliación o avenimiento.
En la autocomposición es posible la intervención de un tercero que
actúa interparte. Este tercero se limita a proponer una solución al
conflicto, pero no la impone, el conflicto se resuelve por obra de las
partes.
Se trata de una mediación o buenos oficios donde las partes no se
comprometen a aceptar la solución que proponga este tercero.
Si el tercero interviene llamado por las partes que se comprometen
a aceptar la solución a la que llegue este tercero, no existe

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Derecho Procesal
autocomposición sino heterocomposición, específicamente, se trata de un
arbitraje.
Entre las formas de autocomposición destacan la transacción, la
conciliación y el avenimiento.
La transacción es una forma autocompositiva de solución de
conflictos que se reglamenta como un contrato en los artículos 2446 y
siguientes del Código Civil, mediante el cual las partes solucionan
extrajudicialmente un litigio pendiente o bien precaven uno eventual.
La conciliación consiste un acto jurídico bilateral en cuya virtud
las partes, a iniciativa del juez que conoce del proceso, logran,
durante su desarrollo, ponerle fin de mutuo acuerdo.
El avenimiento consiste en el acuerdo que logran directamente las
partes durante el proceso y en virtud del cual ponen término al
conflicto cuya resolución estaba pendiente, expresándolo así al
tribunal que conoce de la causa.
En nuestra legislación también se denomina avenimiento al acuerdo
mismo al que llegan las partes en la conciliación.
La autocomposición se presenta como una forma directa y pacífica
de poner término a los conflictos, la forma ideal, sin embargo, dos
limitantes la transforman en un medio poco eficiente:
Existe un gran número de conflictos en que existe un interés
social comprometido y por lo mismo, el derecho prohíbe a las partes
poner término al conflicto de mutuo acuerdo como ocurre, por ejemplo,
en las causas criminales y en las que versen sobre derechos
irrenunciables como el estado civil de las personas.
3° La Heterocomposición
La tercera alternativa para solucionar la controversia consiste en
atribuir al Estado la facultad de dirimir los conflictos.
En este caso, las partes presentan la controversia a la autoridad
y quedan sometidas a la decisión de ésta.
Aquí el conflicto ya no se resuelve por obra de las partes porque
estas están obligadas a la decisión de la autoridad, es decir, se
produce la intervención de un tercero que está supraparte y por ello se
habla de heterocomposición.
La intervención de este tercero puede efectuarse a título de juez
o de árbitro. De ahí que la heterocomposición pueda revestir dos
formas:
– El arbitraje
– La jurisdicción propiamente dicha
Surge aquí la noción de proceso como medio idóneo para dirimir
imparcialmente, por medio de un juicio y por actos de la autoridad, un
conflicto de intereses de relevancia jurídica.
La importancia del proceso radica en que:
1) Es la única forma esencialmente jurídica de resolver un
conflicto.
2) No solo sirve a las partes para precisar sus derechos en
conflicto sino que también sirve al Estado para el mantenimiento
del orden jurídico y la conservación de la paz social.
7) Por último, el proceso es el medio que ofrece mayores
posibilidades de aportar una solución justa y pacífica al
litigio.
En suma, el proceso es el instrumento que el Estado proporciona a
los particulares, destinado a satisfacer pretensiones procesales, y que
se desarrolla a través de una serie de actos jurídicos de carácter
procesal que se desenvuelven encadenada y sucesivamente en el tiempo,
culminando con la decisión del juez que dirime el conflicto de
intereses.

Relaciones del Derecho Procesal con las demás Ramas del Derecho
CON EL DERECHO CONSTITUCIONAL
Las relaciones son evidentes desde el momento en que ambas ramas
del Derecho regulan la actividad de uno de los Poderes del Estado, el
Judicial; a lo que cabe agregar que, mientras el Derecho Constitucional
establece una serie de garantías llamadas constitucionales o
individuales, el Derecho Procesal se encarga de reglamentar su
ejercicio y debido cumplimiento.
CON EL DERECHO CIVIL
El Derecho Procesal es el encargado de dar vida al Derecho Civil,
ya que permite que los derechos que este último consagra, en forma
teórica, si así pudiera decirse, tengan en la práctica reconocimiento
efectivo mediante el ejercicio de la acción, la cual, según el criterio
clásico, sólo es el derecho estático puesto en movimiento.
Hay además una serie de actos jurídicos propios del Derecho Civil
que tienen influencia manifiesta dentro del proceso; como ser, el pago,
la renuncia, el. reconocimiento, la transacción, etc.
Por otra parte, el Derecho Procesal toma del Derecho Civil una
serie de principios; a saber, los conceptos de ser parte coincidente
con la capacidad jurídica general y el de capacidad procesal también
coincidente con la capacidad para obligarse, etc.
Numerosas instituciones de Derecho Civil son introducidas en el
Derecho Procesal y sirven sus fines; por ejemplo: la prenda, la
hipoteca, el mandato, la cesión, la nulidad, etc.
Al mismo tiempo, frecuentes, términos jurídicos del Derecho Civil
son utilizados en las leyes procesales y aun en la ciencia del Derecho

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Derecho Procesal
Procesal; por ejemplo: declaración de voluntad, pretensión, mandato,
representación legal, pago, domicilio, error, transacción, etc.

CON EL DERECHO COMERCIAL


Desde el momento en que el Derecho Comercial pertenece al Derecho
Privado y frente al Derecho Civil es un derecho de excepción, quiere
decir que las relaciones entre el Derecho Procesal y el Derecho
Comercial son las mismas que existen entre aquél y el Derecho Civil.
CON EL DERECHO CANÓNICO
Gran parte de los procedimientos eclesiásticos establecidos en las
Decretales de la Edad Media han servido de principales antecedentes
legislativos a las actuales leyes procesales.
De ahí también que en la mayoría de las Universidades europeas se
le atribuya gran importancia y que sea objeto de estudios especiales
este interesante período histórico del Derecho Procesal.
CON EL DERECHO PENAL
El Derecho Penal se encarga de crear los delitos y de establecer
las penas a que se hacen acreedores los responsables de ellos; mientras
que el Derecho Procesal reglamenta la manera práctica de determinar la
persona del delincuente y de asegurar su persona física para aplicarle,
en definitiva, la sanción correspondiente.
Tan evidente es esto que según sea el sistema que se adopte para
explicar el fundamento del Derecho Penal, será también el sistema de
enjuiciamiento criminal. Así, el sistema penal de la venganza privada
origina el sistema procesal penal acusatorio; el sistema penal de la
vindicta pública determina el sistema procesal penal inquisitivo; y el
sistema penal mixto condiciona el sistema procesal penal mixto.
Cabe agregar que en algunas Universidades el Derecho Procesal
Penal se estudia a continuación o como complemento de la cátedra de
Derecho Penal y no como integrante del Derecho Procesal en general,
cual acontece entre nosotros.
CON EL DERECHO INTERNACIONAL
Diversas instituciones del Derecho Procesal tocan los linderos del
Derecho Internacional. Por ejemplo: jurisdicción de los tribunales
frente a los extranjeros; cumplimiento de las resoluciones judiciales
pronunciadas por tribunales extranjeros; extradición, etc.
CON EL DERECHO ADMINISTRATIVO
A pesar que el Poder judicial es un verdadero poder público, no
podemos desconocer el hecho de que las personas que lo constituyen son
verdaderos funcionarios públicos, sometidos en gran medida al régimen
jurídico que para ellos contempla el Derecho Administrativo.
Por otra parte, el Derecho Administrativo con el objeto de cumplir
adecuadamente su misión y sus fines adopta la técnica procesal, en
especial la teoría de los recursos y la de la cosa juzgada.
CON EL DERECHO TRIBUTARIO
Las relaciones de] Derecho Procesal con el Derecho Tributario, aun
cuando escasas, son de alto interés; como ser, la cuestión de saber si
la administración de justicia debe ser gratuita o remunerada y, en este
último caso, el modo y la forma de esta remuneración.
Además la aplicación de las leyes tributarias origina reclamos de
los particulares ante los tribunales de justicia, los cuales revisten,
indudablemente, la forma de procesos regulados por la técnica del
Derecho Procesal.

Índole y Naturaleza del Derecho Procesal


Esta materia origina diversas e importantes cuestiones:
a) ¿El Derecho Procesal es derecho sustantivo o adjetivo?
b) ¿El Derecho Procesal forma parte del Derecho Público o del
Derecho Privado?
c) ¿El Derecho Procesal está constituido por normas de orden público
o no?

Derecho Sustantivo y Derecho Adjetivo


Se atribuye al jurisconsulto Bentham la clásica división del
derecho en sustantivo y adjetivo.
Derecho sustantivo es aquel que, puede existir por sí solo; y
derecho adjetivo, en cambio, es aquel que necesita de la presencia de
otro derecho para ponerlo en movimiento.
En consecuencia, para Bentham y demás partidarios de esta
clasificación del Derecho, el Derecho Civil es esencialmente sustantivo
y el Derecho Procesal, adjetivo.
También dentro de este mismo orden de ideas, al Derecho Procesal
se le llama frecuentemente derecho formal, para significar con ello que
regula la forma o manera como los intereses jurídicos son tutelados por
el Estado; en contraposición al Derecho Civil, llamado derecho
material, porque es el destinado a regular los asuntos o negocios que
después ofrecen la sustancia o el material del proceso.
La doctrina moderna nos enseña que el Derecho Procesal, antes que
adjetivo o formal, es un derecho instrumental, o sea, que es el medio
de que se vale el Estado para obtener la debida tutela o resguardo de
los derechos consagrados en las leyes de fondo.

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Derecho Procesal
Derecho Público y Derecho Privado
Esta clasificación del Derecho es tradicional.
Derecho Público es aquel que regula las relaciones entre el Estado
y los particulares, o las de los Estados entre sí.
Derecho Privado es aquel que regula las relaciones de los
particulares entre sí y en cuanto tales.
Sin embargo, no podemos dejar de reconocer que hoy día esta
clasificación es sumamente combatida. Se dice que el Derecho es uno
solo y que lo que se cree ver como Derecho Público o Derecho Privado es
más bien un mismo fenómeno que dos diversos; a pesar que en un caso se
acentúa la tutela o protección del interés colectivo y en el otro, la
del interés individual. Esta clasificación tendría así sólo un valor
histórico o tradicional, antes que científico o racional.
El hecho es que ella existe; y que para una gran masa de
civilistas, el Derecho Procesal es derecho privado, y para los cultores
del Derecho Público pertenece, en cambio a esta última rama.
Ejemplos: según Garconnet, el Derecho Procesal es una rama del
Derecho Privado; mientras que Letelier sostiene que el Derecho Procesal
es una rama del Derecho Público, que nace cuando el Estado interviene
en el orden jurídico substituyendo el sagrado derecho de venganza.
La doctrina actualmente imperante enseña que el Derecho Procesal,
si bien participa en gran parte del Derecho Público, se encuentra en
una posición central y privilegiada con respecto a las demás ramas del
Derecho, desde la cual domina al Derecho Público y al Privado, a la
vez.
En efecto, el Derecho Procesal organiza y fija las atribuciones de
un Poder del Estado, como es el Judicial; regula las relaciones de las
partes frente al juez 0, aun, de terceros frente a éste (ejemplo:
testigos, peritos, etc.); precisa los efectos de las sentencias
pronunciadas por el juez como acto de soberanía, etc., materias todas,
evidentemente, de Derecho Público.
En una palabra, casi todo el proceso está fundado en una relación
de Derecho Público que existiere entre las partes y el Estado, que se
inicia mediante el ejercicio de lo acción y que termina con la
dictación de la sentencia
Pero, al mismo tiempo, hay muchos puntos de conflicto entre el
Procesal y el Derecho Privado, que no son difíciles de constatar.
El procedimiento, desde luego, en la mayoría (le los casos tic ha
establecido para tutelar el interés privado; a lo que cabe agregar que,
por regla general el proceso comienza a petición de parte, no hay
causas que se inicien de oficio (salvo las criminales), y que el juez
falla dentro de los límites que las partes le han señalado en sus
presentaciones fundamentales (demanda y contestación).
El Derecho Procesal y las Normas de Orden Público
Entendemos por normas de orden público aquellas que han sido
establecidas por razones de alta conveniencia social y que, de
consiguiente, no pueden ser objeto de convenios privados por las partes
que impliquen su renuncia.
Ahora bien, para saber si el Derecho Procesal está constituido por
normas de orden público o no, es indispensable distinguir entre las que
organizan el Poder judicial, fijan sus atribuciones e indican el
procedimiento a seguir.
En efecto, todas las normas relativas a la organización del Poder
judicial, desde el momento que tocan a la constitución misma del
Estado, caen en la esfera del orden público; no pueden ser objeto de
convenio entre las partes; y mal pueden ser renunciados los derechos
que en ellas se consagran.
Las segundas normas, o sea, aquellas que fijan las atribuciones de
los tribunales como órganos del Poder Judicial, son susceptibles de una
subclasificación en: normas de competencia absoluta y de competencia
relativa. Las normas de competencia absoluta, por su propia finalidad,
son de orden público, pues han sido establecidas por razones de alta
conveniencia pública; a diferencia, en cambio, de las normas de
competencia relativa que han sido consagradas en el solo interés y
beneficio de los litigantes y que pueden, en consecuencia, ser objeto
de convenio y, aun, de renuncia.
Por último, las normas de procedimiento propiamente tales son más
difíciles de encasillarlas dentro del grupo de las normas de orden
público o de las que no tienen éste carácter.
En realidad, es imposible dar una pauta de aplicación general: lo
más acertado es analizar cada norma de procedimiento en particular para
tratar de desentrañar si es de orden público o no.
Por lo demás, los propios Códigos Procesales se encargan de
señalarnos casos de normas de procedimiento que han sido establecidas
en el solo interés de los litigantes y que pueden renunciarse; ejemplo
la renuncia de los términos probatorios, de los re y, aun, de algunos
trámites en general, lo que nos indica el doble carácter que pueden
presentar estas normas frente al concepto del orden público.

Características del Derecho Procesal


1) Es de derecho público.
2) Gran parte de las normas procesales son de orden público.
3) Es instrumental ya que es el instrumento que permite obtener la
observancia del derecho material.

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Derecho Procesal
4) Es un derecho formal pues regula las formas de las actividades
que se deben realizar para obtener del Estado la garantía del
goce de los bienes jurídicos.
5) Es un derecho autónomo porque tiene un régimen jurídico propio,
independiente del derecho material. A esta autonomía se llegó
luego de una evolución de las antiguas concepciones privatistas
del derecho procesal.

Importancia del Derecho Procesal


Diversas razones han formulado los autores que cultivan esta rama
del Derecho para justificar su importancia.
Según algunos, ella radica en el hecho de que sus normas afectan a
todos los individuos por igual, ya que nadie está exento del riesgo de
tener que recurrir algún día a los tribunales en defensa de su
patrimonio, de su honra o de su propia vida.
En cambio, el Derecho Civil, el Derecho Comercial, el Derecho de
Minas, etc., sólo afectan a aquellos individuos cuyas actividades
particulares se desenvuelven dentro del objeto o materia que replan
esas normas de derecho.
Para otros, ella se demuestra por ser el Procesal un derecho
dinámico, o sea, que pone en movimiento a las demás ramas del Derecho,
las que son, por naturaleza, estáticas.
Sin el Derecho Procesal, agregan, las otras ramas del Derecho
serían letra muerta; es la acción judicial, el derecho material o
sustantivo puesto en ejercicio el que en último término, viene a darle
vida y aplicación. practica a las normas que consagran los derechos
subjetivos o primarios.
Por último, para otros (y esto dice relación más bien con el
Derecho Procesal Penal) la importancia del Derecho Procesal se
justifica por ser la rama de las ciencias jurídicas que se preocupa de
la manera como se debe ejercer y defender las garantías individuales en
caso que ellas sean violadas, las cuales son, sin duda, una de las
mayores conquistas de la civilización actual.

Fuentes del Derecho Procesal


Son fuentes, entendida esta expresión en su sentido amplio, todo
medio que sirve para establecer, interpretar y aplicar la norma
procesal.
Los autores acostumbran clasificar las fuentes del Derecho
Procesal en:
– Fuentes Directas: La Ley y La Constitución.
– Fuentes Indirectas: La Doctrina, La Costumbre y la
Jurisprudencia.
– Fuentes Históricas.
– Fuentes Subsidiarias: Legislación Comparada y Autoacordados.

I.- La Ley
Es la primera y fundamental fuente del Derecho Procesal.
Se trata del derecho positivo vigente en determinado tiempo y
país.
La ley procesal, al igual que la mayoría de las normas legales,
difiere de una nación a otra, pues se dicta para satisfacer las
necesidades, sociales del país de origen, las cuales son también
diversas según sea el lugar y el tiempo en que aquéllas se promulguen.
La ley procesal es la norma procesal por excelencia. En su forma
es igual a las demás leyes y sólo se diferencia de ellas por su
contenido, por su misión jurisdiccional.
Habrá leyes procesales orgánicas y funcionales según se refieran a
la organización de los tribunales y sus atribuciones; o al
procedimiento y su ritualidad.
Asimismo podrán distinguirse leyes procesales civiles o penales,
según se refieran a materias de una u otra rama del derecho.
En cuanto a su extensión pueden distinguirse leyes procesales
generales y especiales.
Las leyes procesales generales son aquellas que comprenden una
amplia gama de relaciones jurídicas, como las del proceso civil, que no
solo son comunes por abarcar las relaciones civiles y comerciales, sino
porque también son fuente supletoria de otros procesos, inclusive el
penal.
Leyes procesales especiales son aquellas que reciben aplicación
únicamente cuando la relación jurídica material tiene una determinada
naturaleza, como ocurre con las normas del proceso laboral o de
menores, que solo rigen para las relaciones que tienen dicho carácter.
En Chile las fuentes legales básicas del Derecho Procesal son:
1° La Constitución Política del Estado
Es posible encontrar preceptos de orden procesal en la
Constitución Política que como estatuto fundamental del Estado
contempla los principios rectores del Derecho Procesal nacional.
Entre otras disposiciones la Constitución Política:
a) Reconoce la función jurisdiccional entregándola a los Tribunales
de Justicia bajo la jerarquía de la Corte Suprema.
b) Establece ciertos principios básicos de la organización judicial
como la independencia, la legalidad, la responsabilidad.

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Derecho Procesal
c) Además entre las garantías constitucionales, el artículo 19 N°3
establece la igual protección de la ley en el ejercicio de los
derechos, que proyectada al campo del proceso se traduce en la
obligación de imparcialidad del juez.
d) También se establece el Derecho a la Defensa Jurídica.
e) La Constitución garantiza también el derecho al debido proceso,
esto es, aquel que cumple con todas las normas esenciales que
garantizan un correcto ejercicio de la función jurisdiccional y
de la acción procesal.
Estas normas son:
– El tribunal debe estar establecido por la ley con
anterioridad.
– El tribunal debe ser competente.
– El procedimiento y la investigación deben ser racionales y
justos, lo que se traduce en la bilateralidad de la audiencia,
en el derecho a la prueba, en que la sentencia del juez debe
ser fundada y es susceptible de impugnación.
d) La Constitución reglamenta en forma separada y especial las
normas procesales referentes a la libertad personal.
Estableciendo el principio básico por el cual nadie puede ser
detenido sino en virtud de orden fundada emanada de autoridad
competente.
e) Establece la prohibición de presumir de derecho la
responsabilidad penal y se establecen ciertas garantías para los
imputados e inculpados en un proceso penal tales como la
prohibición de declarar bajo juramento.
f) Finalmente se reglamentan acciones destinadas a proteger las
garantías constitucionales referidas, cuales son el recurso de
protección y el recurso de amparo.
2° Los Códigos Procesales
Entre ellos encontramos:
– El Código Orgánico de Tribunales
– El Código de Procedimiento Civil
– El Código de Procedimiento Penal
– El Código Procesal Penal
– El Código de Justicia Militar
3° Leyes Ordinarias o Normativas
Existen diversas leyes que se refieren a materias procesales como,
por ejemplo la ley N°18.101 que establece el procedimiento para los
juicios de arrendamiento de predios urbanos; el DL 993 que regula el
procedimiento para los juicios de arrendamiento de predios rústicos,
etc.
4° Decretos Leyes y Decretos con Fuerza de Ley
Existen varios decretos leyes y decretos con fuerza de ley que han
modificado o complementado los diferentes cuerpos legales anteriores.
Interpretación de la Ley Procesal
Las normas del Código Civil relativas a la interpretación jurídica
son igualmente aplicables en materia procesal, al igual que la regla de
la especialidad y los adagios jurídicos.
Sólo resta agregar, siguiendo al uruguayo Couture que para la
mejor interpretación de la ley procesal, sería adecuado consagrar en
los Códigos Procesales, los principios formativos en la materia para
así guiar al juez en su labor interpretativa.
Vigencia o Límites de la Ley Procesal en el Tiempo
Los actos judiciales, por su propia naturaleza, son esencialmente
complejos. Se trata de una serie de actos, encadenados los unos a los
otros, cuyo conjunto constituye el proceso. Se desarrollan, en
consecuencia, en un espacio de tiempo más o menos largo.
En el intertanto, puede dictarse una ley que introduzca
modificaciones, ya en la organización y en las atribuciones de los
tribunales, ya en el procedimiento mismo; y se suscita de inmediato la
cuestión de saber si esa nueva ley va a producir efectos en los juicios
futuros a que puede dar origen una relación jurídica material ya
formada, o bien, en los juicios actualmente pendientes al momento de
dictarse la referida ley y, aun, en los juicios afinados.
SOLUCIONES DOCTRINALES
Si el juicio se encuentra terminado, la sentencia que le puso fin
habrá adquirido el carácter de firme o ejecutoriada y los derechos que
ella consagra habrán sido incorporados al patrimonio de su titular.
De tal manera que si una nueva ley procesal pretendiera afectar a
este juicio ya terminado, vendría a atentar en contra del derecho de
propiedad;, lo cual, en virtud de la organización constitucional de los
Estados, sería jurídicamente imposible, pues todos ellos respetan y
garantizan dicho derecho.
En el supuesto que la relación material se hubiere formado, y con
posterioridad se dictare una nueva ley procesal, y dicha relación es
controvertida y requiere de la intervención del magistrado, o sea, da
origen a un juicio, este debe regirse por la nueva ley, sin atender
para nada a la ley procesal vigente a la fecha de la formación de la
relación material objeto del pleito.
Este principio reconoce una excepción en cuanto a los medios
probatorios, ya que en atención a que ellos están estrechamente
vinculados con la relación material misma, se acepta que los que

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Derecho Procesal
utilizarse al momento de la formación de esa relación puedan hacerse
valer en el juicio; aun cuando, a la época de su iniciación, se hubiera
modificado por una nueva ley el régimen jurídico de dichos medios
probatorios.
En el caso de que, pendiente un proceso, se dictare una nueva ley
procesal, para saber los efectos de ella en función a dicho juicio, la
doctrina aconseja distinguir diversas situaciones.
a) Si la nueva ley versa sobre la organización si las atribuciones
de los tribunales, entra a regir de inmediato pues se trata de
una ley de orden público.
De allí que se diga que esta clase de leyes rigen "in actum"
b) En cambio, si la nueva ley versa sobre el procedimiento mismo
será necesario respetar como válidos los actos procesales ya
cumplidos y ajustar los futuros a esa nueva ley.
Algunos, sin embargo, agregan que será necesario ver si la nueva
ley introduce un nuevo sistema procesal si no. En caso
afirmativo, el proceso pendiente se continuaría siempre
tramitando por la ley antigua y la nueva sólo vendría a aplicarse
solamente en los juicios futuros.
SOLUCIONES ANTE NUESTRO DERECHO
Es evidente que si una nueva ley procesal pretendiera afectar a un
juicio va terminado y privar con ello al titular del derecho
reconocido en la sentencia, dicha ley sería inconstitucional por
cuanto nuestra Carta Fundamental reconoce como derecho constitucional
la inviolabilidad de todas las sin distinguir el origen o título de
este dominio, a menos que a esa persona se le expropiara tal derecho y
se le pagara la correspondiente indemnización.
Si se trata de una relación material ya formada (ejemplo: se
celebra un contrato, se otorga un testamento, etc.), la cual después da
origen a un pleito y antes de su iniciación se dicta una nueva ley
procesal, también es evidente que este juicio se regirá en toda su
amplitud por la ley nueva, pues "las leyes concernientes a la
sustanciación y ritualidad de los juicios prevalecen sobre las
anteriores desde el momento en que deban empezar a regir" (artículo 24,
inciso 1°, de la ley sobre efecto retroactivo de las leyes).
Hay una importante excepción a este principio, referente a los
medios probatorios, que consagra el artículo 23 de esa misma ley y que
dice: "Los actos o contratos válidamente celebrados bajo el imperio de
una ley podrán probarse bajo el imperio de otra por los medios que
aquélla establecía para su justificación, pero la forma en que deba
rendirse la prueba estará subordinada a la ley vigente al tiempo en que
se rindiere".
Distingue, así nuestro legislador, entre los medios probatorios
mismos y la forma o manera de rendirlos:
– Los primeros se rigen siempre por la ley antigua, pues dicen
relación con la existencia del acto o contrato.
– La segunda, por versar sobre un aspecto formal de la cuestión,
se ajusta a la nueva ley.
Por último, si se trata de un juicio pendiente, y en el
intertanto se dicta una nueva ley procesal, será necesario
subdistinguir:
– Si estamos en presencia de una nueva ley que diga relación con
la organización o las atribuciones de los tribunales (ejemplo:
supresión o creación de tribunales, alteración de su
competencia, etc.)
– Si se trata de una nueva ley que se refiera estrictamente al
procedimiento (por ejemplo: creación o eliminación de
determinados trámites o actuaciones).
1° Nueva Ley Procesal Orgánica
Si la nueva ley procesal se refiere a la organización o a las
atribuciones de los tribunales, entrará a regir de inmediato "in
actum", por cuanto se tratará de leyes pertenecientes al Derecho
Público, en cuya rama no hay derechos adquiridos; sin que tampoco pueda
invocarse a este respecto el artículo 9° del Código Civil, el que
establece la ley sólo puede disponer para lo futuro, y no tendrá jamás
efecto retroactivo.
Dentro de este primer caso se ha creído por algunos que en el
evento de que la nueva ley viniera a alterar la competencia de los
tribunales, o sea, a privar a un tribunal conocimiento de un
determinado asunto, y a entregarlo a otro dicha ley no podría aplicarse
a los juicios en actual tramitación.
Se fundan en los artículo 19 n°4 de la Constitución Política que
dispone que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales sino por
el tribunal que le señale la ley que se halle establecido con
anterioridad por ésta; y el artículo 109 del Código Orgánico de
Tribunales, que prescribe que radicado con arreglo a la ley el
conocimiento de un ante tribunal competente, no se alterará esta
competencia por causa sobreviniente.
Sin embargo dicha doctrina no cuenta con el apoyo de la Corte
Suprema, y se la rebate sosteniendo que el precepto constitucional
citado lo que persigue es evitar el juzgamiento por tribunales ad hoc;
y que la causa sobreviniente a que alude el precepto también del COT
tiene que consistir en un acto o manifestación voluntad del individuo,
mas no del legislador.
2° Nueva Ley Procesal Funcional
Si la nueva ley procesal dice relación con el procedimiento mismo,
en conformidad al artículo 4, inciso 1°, de la ley sobre efecto
retroactivo de las leyes, entrará a regir de inmediato pues esta clase
de normas se imponen a la autoridad el momento en que se dictan; a me-
16
Derecho Procesal
nos que estemos en presencia de un plazo que hubiera empezado a correr
o de una actuación o diligencia ya comenzadas, las cuales se ajustan a
la ley procesal vigente al tiempo de su iniciación, tal como lo
prescribe el inciso 2 del artículo 24 de la LER.

SISTEMA DE LAS NORMAS TRANSITORIAS


Sin embargo, la aplicación de los preceptos anteriores, en la
práctica, puede dar origen a dificultades.
En tal evento, nuestro legislador, en infinidad de casos, ha
optado por seguir el sistema conocido con el nombre de las normas
transitorias; y que consiste en contemplar preceptos legales expresos
que solucionen el paso de la nueva ley procesal con respecto a la
antigua, lo que también es recomendado como altamente conveniente por
la doctrina.
Efectos del Derecho Procesal en cuanto al Territorio
La ley es una declaración o emanación del poder de soberanía de
cada Estado; luego debe únicamente re r y producir efectos dentro del
país en el cual ha sido dictada y solamente afectar a las personas que
se encuentren en ese territorio.
Aplicando el principio anterior al Derecho Procesal, la doctrina
enseña que todo lo relativo a las formas o solemnidades del proceso
debe ser regulado por las normas legales vigentes en el lugar en el
cual actúa el órgano judicial que está conociendo de dicho proceso; y
que la sumisión al órgano judicial afecta por igual a todos los
individuos residentes en ese lugar, sin distinción de nacionalidad.
EXCEPCIONES
Sin embargo, en atención a las continuas relaciones
internacionales y a razones de alta conveniencia pública, la rigidez de
los principios anteriores sufre diversas excepciones; como ser, se
atribuye competencia a los tribunales chilenos para juzgar hechos
acaecidos fuera del territorio nacional (artículo 6 COT)
En la misma medida, se le reconoce, validez y fuerza ejecutiva,
dentro de nuestro país, a las resoluciones judiciales pronunciadas por
tribunales extranjeros siempre que concurran determinadas condiciones
legales.
Vigencia o Límites a la Ley Procesal respecto de las Personas
En general, la ley procesal no toma en cuenta la calidad de las
personas para determinas la jerarquía del tribunal llamado a conocer un
asunto litigioso (artículo 5 del COT)
Toda persona litiga ante los mismos jueces, con iguales
formalidades, iguales obligaciones y cargas e iguales derechos.
No obstante esta igualdad hay ocasiones en que pueden participar
de un litigio ciertas personas que en razón del cargo o función que
desempeñan, hacen conveniente entregar el conflicto al juzgamiento de
determinados tribunales especiales, distintos de aquellos a que se
encuentran sometidos la generalidad de las personas (artículos 45 y 50
del C. 0. T.)
Asimismo, se libera de la obligación de comparecer ante los
tribunales a declarar a esas mismas personas por la misma razón
anterior.
CONVENCIONES INTERNACIONALES
Debemos además dejar constancia que, para la solución de los
conflictos internacionales que pueden suscitarse entre los diversos
Estados americanos con motivo de la aplicación de leyes procesales, es
necesario tener en consideración el Código de Derecho Internacional
Privado o Código de Bustamante, promulgado como ley de la República de
Chile, a virtud del Decreto Supremo N°374, de 10 de Abril de 1934, sin
perjuicio de la siguiente reserva: "Ante el Derecho Chileno y con
relación a los conflictos que se produzcan entre la legislación chilena
y alguna extranjera, los preceptos tos (le la legislación actual o
futura de Chile prevalecerán sobre dicho Código, en caso de desacuerdo
entre unos y otros".
Este Código contiene un libro entero -el libro cuarto- sobre
Derecho Procesal Internacional, destinado a legislar materias de tanta
importancia como son las siguientes: competencia, extradición, exhortos
internacionales, pruebas, casación, quiebra, ejecución de sentencias,
etc. (artículos 423 y siguientes); y, en especial, excluye de las
jurisdicciones nacionales a los jefes de Estado extranjeros y a los
agentes diplomáticos extranjeros.
Por otra parte, la inmunidad de jurisdicción de que gozan las
personas antes nombradas, también había sido reconocida, con
anterioridad, en la Convención sobre funcionarios diplomáticos,
suscrita el 10 de Febrero de 1928 en La Habana y ratificada
posteriormente por Chile, el 31 de Diciembre de 1936.
Pero aún más amplias son las disposiciones que se contienen,
acerca de inmunidad de jurisdicción de los Agentes diplomáticos y de
inviolabilidad de sus respectivas sedes, en los siguientes textos
internacionales:
a) Convención de Viena, sobre relaciones diplomáticas, firmada el 18
de Abril de 1961, ratificada por Chile por Decreto Supremo N°666,
de 9 de Noviembre de 1967, y publicados en el Diario Oficial, de
4 de Marzo de 1968; y
b) Convención de Viena, sobre relaciones consulares, firmada el 24
de Abril de 1963, ratificada por Chile por Decreto Supremo N°709,
de 28 de Noviembre de 1967, y publicados en el Diario Oficial, de
5 de Marzo de 1968.

18
Derecho Procesal
II.- La Doctrina o Ciencia del Derecho Procesal
La doctrina como fuente del Derecho Procesal tiene una
considerable importancia, puesto que se trata de un derecho
relativamente nuevo, en plena formación y evolución, que lucha por
destacarse de las ramas jurídicas más afines y por establecerse sobre
bases científicas propias.
En este desenvolvimiento de la doctrina procesal podemos
distinguir cuatro períodos o fases perfectamente definidas y con
características propias: el de la escuela exegética, el de las teorías
particulares, el de la teoría general del proceso de cognición o del
juicio declarativo, y el de la teoría general del proceso.
a) El período de la escuela exegética se caracteriza por el
predominio del sistema de los comentarios de los textos legales
en el mismo orden de materias que en ellos se contienen, sin
entrar al estudio propiamente tal de las instituciones
procesales. Se inspira en las directivas exegéticas de la escuela
procesal francesa.
b) El período de las teorías particulares representa una transición
entre el período anterior y el siguiente, dentro de las diversas
fases de evolución de la doctrina procesal. Se caracteriza porque
ya aparecen las primeras tendencias sobre la investigación de los
principios que informan cada institución procesal en particular.
c) En el período de la teoría general del proceso de cognición o del
juicio declarativo la directiva exegética cede completamente el
campo a la directiva doctrinaria; y la influencia de la escuela
francesa procesal es reemplazada y supeditada, primero, por la
germana, y luego, por la italiana. Se distingue por el vigoroso
impulso alcanzado dentro del estudio de los principios que
informan el derecho procesal y, en particular, del juicio de
cognición o declarativo.
d) Por último, el periodo de la teoría general del proceso
representa una ulterior evolución de la fase precedente. Se
caracteriza por la tendencia a obtener una verdadera síntesis de
los principios del derecho procesal, comprensiva no sólo de las
instituciones del proceso de cognición o juicio declarativo,
sino, además, de los procesos ejecutivos, cautelares, penales y
demás especiales.

III.- La Costumbre
Es conocido que en nuestro Derecho la costumbre no constituye
fuente sino cuando la ley se remite a ella.
En estrecha vinculación con la costumbre, sin ser sinónimo de
ella, puede mencionarse los usos o prácticas procesales que sirven para
interpretar y proyectar materialmente las normas procesales.
La práctica se advierte en la forma en que se redactan los
escritos y resoluciones y en la forma que se llevan a cabo las demás
actuaciones.
Evidentemente la infracción de estos usos y prácticas no
constituye infracción de ley.

IV.- La Jurisprudencia
Aun cuando en nuestro país los fallos judiciales sólo tienen valor
en las causas en que actualmente se pronunciaren (artículo 3 C. Civil),
siempre la jurisprudencia ha constituido una valiosa fuente de
interpretación legal, especialmente en materias procesales.
Ello por cuanto indica la forma en que los tribunales aplican o
interpretan las normas, lo que es prudente tener en cuenta al momento
de enfrentar un litigio.
En efecto, sin perjuicio del efecto relativo de las sentencias
judiciales, los tribunales inferiores tienden a seguir el conjunto
reiterado de precedentes en que los tribunales superiores de justicia
hacen aplicación a los casos concretos, de los preceptos decisorios y
ordenatorios de la litis.

V.- Derecho Histórico


Si bien las fuentes históricas interesan más bien a la Historia
del Derecho, no es menos cierto que como antecedente de las normas
procesales, permiten entender el porque de las instituciones vigentes
contribuyendo a la correcta interpretación del Derecho Vigente.
Entre las fuentes históricas sobresalen el procedimiento romano y
el germánico, que han servido de antecedentes a la mayoría de los
procedimientos actuales o modernos.

VI.- El Derecho Comparado


El Derecho comparado también sirve para entender las normas
procesales porque el fenómeno jurídico es universal.
Particularmente debe considerarse la legislación española que ha
servido de base a nuestro ordenamiento procesal.

VII.- Los Autoacordados


Los tribunales superiores de justicia cuentan entre sus facultades
las llamadas facultades económicas que les permiten dictar
disposiciones de carácter general denominadas autoacordados, que
contienen normas permanentes, generales y obligatorias dictadas para el
mejor cumplimiento de las normas procesales y del servicio judicial.

20
Derecho Procesal
Tienden a llenar vacíos en la reglamentación y corregir prácticas
indebidas, pero en todo caso están subordinados a la ley.
Existen diversos autoacordados, siendo los más relevantes los
relativos a la forma de las sentencias definitivas y el relativo a la
tramitación del recurso de protección.
CLASIFICACIÓN DE LOS AUTOACORDADOS
Los autoacordados pueden clasificarse en:
– Autoacordados de la Corte Suprema y de las Cortes de
Apelaciones.
– Emanados de la Ley y emanados de las facultades económicas de
los Tribunales Superiores.
– Autoacordados Internos y Externos.
En efecto, en cuanto al órgano que los dicta, pueden distinguirse
los autoacordados de la Corte Suprema y los de las Cortes de
Apelaciones.
Los primeros tienen aplicación nacional, mientras que los segundos
sólo tienen aplicación dentro del territorio jurisdiccional de la Corte
de Apelaciones que los dictó.
En cuanto a su origen, pueden distinguirse los autoacordados
dictados en virtud de una delegación que la ley efectúa a la Corte
Suprema para reglamentar una determinada materia; y los autoacordados
que se dictan en virtud de las facultades económicas de los tribunales
superiores.
Los primeros, por delegación legislativa, sólo pueden ser
derogados mediante una ley.
Los segundos pueden ser modificados o dejados sin efecto por los
mismos tribunales cuando lo estimen oportuno.
En cuanto a su extensión, se distinguen los autoacordados internos
que son los referidos a las funciones judiciales y su cumplimiento; y
los autoacordados externos que reglamentan materias de procedimiento en
ciertas materias.
Derecho Procesal Orgánico
DERECHO PROCESAL ORGÁNICO

A) La Jurisdicción
Piero Calamandrei sostiene que el Derecho Procesal se basa en el
estudio de 3 conceptos fundamentales:
– Jurisdicción
– Acción
– Proceso
Agrega que aún aquel que este desprovisto de la más esencial
noción de Derecho Procesal se percata que los jueces al ser llamados
para resolver un conflicto desarrollan una actividad que les es típica,
dotada de características propias y con fines específicos, distintos de
los de otras actividades ejercidas por otros profesionales o
funcionarios.
El juez está llamado a dirimir el conflicto, colocándose frente a
las partes como un tercero imparcial que lo examina y resuelve.
Esta actividad propia, típica de los jueces, y que ejercen en
nombre del Estado se denomina Jurisdicción.
La palabra jurisdicción viene de las voces latinas “juris” y
“dictio”, que significan “declarar el derecho”.
En consecuencia, en sentido etimológico, jurisdicción significa
declarar el derecho al juicio o al caso concreto (dicere ius iudicium)
La expresión jurisdicción es un término multívoco que admite
varias acepciones, tanto en el derecho como en el lenguaje común.
En efecto:
g) Se le emplea como sinónimo de ámbito territorial dentro del cual
la autoridad ejerce su potestad.
h) También se le refiere como sinónimo de competencia.
i) Igualmente se la designa como sinónimo de Poder o Potestad.
j) También se le considera como función, esto es, como la actividad
que el Estado desarrolla para la realización de la regla
jurídica; como la función pública de hacer justicia y que se
lleva a cabo mediante un proceso.
Es menester hacer dos aclaraciones:
– No toda función jurisdiccional corresponde al Poder Judicial
– A la inversa, al Poder Judicial le corresponden también otras
funciones, además de la función jurisdiccional
1° No toda función jurisdiccional corresponde al Poder Judicial
La Jurisdicción
Existen otras autoridades que también son llamadas por la ley a
resolver determinados conflictos de relevancia jurídica.
Por ello para identificar la función jurisdiccional que
corresponde al Poder Judicial, doctrinariamente se habla de
Jurisdicción Judicial, para separarla de aquella que puede ejercer
algún otro órgano de la administración del Estado.
2° Al Poder Judicial le corresponden otras funciones además de la
función jurisdiccional
Habitualmente al Poder Judicial corresponde la función
jurisdiccional, ella es de su esencia, pero también puede ser llamado a
desempeñar otras funciones, como por ejemplo, cuando le corresponde
efectuar el nombramiento de algún funcionario, o cuando interviene en
los actos no contenciosos o dicta autoacordados.

Concepto de Jurisdicción
Cada autor define y defiende su propio concepto de jurisdicción.
Juan Colombo la define como : “El poder deber que tienen los
Tribunales para conocer y resolver por medio del proceso y con
efecto de cosa juzgada, los conflictos de interés de
relevancia jurídica que se promuevan en el orden temporal,
dentro del territorio de la República y en cuya solución les
corresponda intervenir.”
Tradicionalmente se acepta la definición de Couture que se ha
vuelto clásica: “Es la función pública realizada por los órganos
competentes del Estado con las formas requeridas por la ley,
en virtud de la cual, por acto de juicio se determina el
derecho de las partes, con el objeto de dirimir sus conflictos
y controversias de relevancia jurídica, mediante decisiones
con autoridad de cosa juzgada y eventualmente factibles de
ejecución.”

ALCANCE DE LA DEFINICIÓN DE COUTURE


a) La jurisdicción es ante todo una función: no se trata únicamente
de un conjunto de poderes o potestades, sino también de un
conjunto de deberes.
En efecto, la jurisdicción es también un deber correlativo a la
prohibición de la autotutela, y este deber se traduce en el
principio de Inexcusabilidad de los Tribunales que consagra el
artículo 76 inciso 2° de la Constitución y el artículo 10 inciso
2° del COT.
Dispone el inciso 2° del artículo 76 de la CPE que: “Reclamada su
intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no
Derecho Procesal Orgánico
podrán excusarse de ejercer su autoridad, ni aun por falta de ley
que resuelva la contienda o asunto sometidos a su decisión.”
Idéntica disposición repite el inciso 2° del artículo 10 del
Código Orgánico de Tribunales.
La inobservancia de este deber por parte de los jueces incluso
los puede hacer responsables criminalmente.
k) Esta función jurisdiccional se cumple mediante el proceso.
l) El conflicto jurídico se resuelve mediante decisiones con
autoridad de cosa juzgada. Donde hay cosa juzgada, hay
jurisdicción; donde no hay cosa juzgada, tampoco ay jurisdicción.
m) La decisión del conflicto, eventualmente es factible de
ejecución, esto es, la parte gananciosa está facultado para pedir
el cumplimiento de la sentencia cuando así lo desee.

Jurisdicción en el Derecho Chileno


Nuestro sistema procesal considera entre sus disposiciones a la
Jurisdicción.
Si bien es cierto que no la define ni le dedica títulos
especiales, no es menos cierto que proporciona elementos
constitucionales y legales para que la doctrina construya un concepto y
precise sus caracteres en nuestro derecho positivo.
Desde luego, la noción de jurisdicción se encuentra en primer
término en la Constitución Política.
En efecto, del artículo 76 al 82, se alude a la jurisdicción.
Especial mención merece el artículo 76 que señala en su inciso 1°,
que “la facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de
resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado, pertenece exclusivamente a
los tribunales establecidos por la ley. Ni el Presidente de la
República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones
judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o
contenidos de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.”
Por su parte, el artículo 5 de la CPE prescribe que “la soberanía
reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el
pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también,
por las autoridades que esta Constitución establece.”
A lo anterior cabe agregar la disposición del número 3 inciso 5°
del artículo 19 de la Carta Fundamental que establece que “toda
sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse en un
proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador
establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos.”
Finalmente, el artículo 6 de la CPE indica que “los órganos del
Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
La Jurisdicción
dictadas conforme a ella”; y el artículo 7 agrega que “los órganos del
Estado actúan válidamente previa investidura regular de sus
integrantes, dentro de su competencia y en la forma que prescriba la
ley.”
Para dar forma y hacer operante estos principios, el artículo 77
de la CPE dispone que una ley orgánica constitucional determinará la
organización y atribuciones de los Tribunales que fueren necesarios
para la cumplida y pronta administración de justicia en todo el
territorio de la República.
La referida LOC es el Código Orgánico de Tribunales y su
legislación complementaria.
Así, el artículo 1° del Código Orgánico de Tribunales señala que:
“la facultad de conocer las causas civiles y criminales, de juzgarlas y
de hacer ejecutar lo juzgado pertenece exclusivamente a los tribunales
que establece la ley.”
Este artículo 1°, aparentemente es coincidente con el artículo 76
de la CPE, pero lo cierto es que este último es más amplio porque la
norma constitucional comprende la expresión “resolverlas”, que no se
incluye en el artículo 1° del COT.
Lo anterior lleva a efectuar un análisis comparativo de ambas
disposiciones.
Se critica la expresión “facultad” que utiliza el artículo 1° del
COT porque vendría a significar que se trataría de una simple
atribución de los Tribunales, de una prerrogativa; pero lo cierto es
que la función jurisdiccional no es tan solo una facultad sino que
implica a la vez una obligación, un deber de administrar justicia.
Pero el artículo 76 de la CPE también emplea la expresión
“facultad”, sin embargo, a continuación su inciso 2° consagra el
principio de inexcusabilidad de los Tribunales, de manera que la
facultad de que habla el inciso 1° queda transformada en un deber
constitucional.
El artículo 76 de la CPE señala que la función jurisdiccional
recae sobre las causas civiles y criminales.
La expresión “causa” es sinónimo de juicio, de controversia
jurídica actual entre partes, y que se encuentra sometida al
conocimiento de los tribunales de justicia.
Esta controversia debe ser necesariamente de carácter jurídico, es
decir, debe versar sobre aspectos de derecho, o bien, sobre hechos de
relevancia jurídica.
La expresión causas civiles se entiende en un sentido amplio, como
contraria a causas criminales, es decir, se comprenden en dicha
expresión las causas mercantiles, mineras, tributarias, laborales, etc.
La reforma constitucional del año 1989 eliminó la referencia a los
tribunales contencioso-administrativos y por ende, los conflictos que
Derecho Procesal Orgánico
se susciten entre los particulares y la administración pública son de
competencia de los tribunales ordinarios de justicia.
En cuanto al contenido de la jurisdicción, el artículo 76 de la
CPE la extiende al Conocimiento, Resolución y Cumplimiento de lo
resuelto o juzgado, tanto en causas civiles como criminales.
La causa, decíamos es sinónimo de litigio o juicio y supone, por
consiguiente la existencia de una controversia, que es el contenido del
proceso; y el proceso es el medio a través del cual se resuelve la
controversia.
Carnelutti distingue entre el continente y el contenido: el
continente sería el proceso y el contenido, el litigio.
ELEMENTOS DE UNA CAUSA
Los elementos de una causa o litigio son:
1) La existencia de una controversia de orden jurídico.
2) La controversia debe ser actual.
3) La controversia debe ser entre partes que tengan intereses
contrapuestos.
4) El Tribunal.
1° Existencia de una controversia de orden jurídico
La disputa entre 2 o más individuos debe tener relevancia
jurídica, esto es, debe versar sobre aspectos de derecho o sobre hechos
de relevancia jurídica.
La jurisdicción tiene por objeto resolver conflictos de relevancia
jurídica y no religiosos, morales o espirituales; por ello el artículo
5 del COT señala que a los tribunales corresponde el conocimiento de
los asuntos que se promuevan dentro del territorio de la República,
esto es, en el orden temporal.
2° La Controversia jurídica debe ser actual
La controversia será actual cuando verse sobre aspectos concretos,
esto es, cuando exista un derecho comprometido y no una mera
expectativa.
Los jueces no pueden hacer declaraciones abstractas o de mera
consulta; los órganos jurisdiccionales no están llamados a conocer y
juzgar discusiones puramente doctrinarias o de carácter académico, sino
que es menester que efectivamente exista un derecho comprometido.
3° La controversia debe ser entre partes que tengan intereses
contrapuestos
Luego, para que exista controversia, deben a lo menos existir dos
partes y cada parte puede ser dos o más personas, naturales o
jurídicas.
La Jurisdicción
Desde el puntó de vista procesal, aquella parte que acciona, que
pretende, se llama demandante o actor; y aquella otra de la que se
pretende, se denomina demandado.
4° El Tribunal
El tribunal no puede faltar, es quien va a resolver el conflicto o
controversia planteado.
Puede ser ordinario, especial o arbitral.

Momentos de la Jurisdicción
Siguiendo la terminología de Calamandrei, la doctrina nacional
emplea el término “momentos de la jurisdicción” para referirse a las
fases o etapas de su desarrollo.
Estos momentos, llamados también poderes o elementos de la
jurisdicción, son los siguientes:
1) Notio
2) Vocatio
3) Coertio
4) Iudicium
5) Executio
1° Notio
Es el derecho a conocer de una cuestión litigiosa determinada.
Lo normal es que el juez no actúe de oficio o de propia
iniciativa, salvo excepcionalmente, en materia criminal.
El juez, en virtud de este poder, actúa solo a consecuencia de un
requerimiento de las partes que son las que impulsan al juez, quien
obrará en la medida que sea competente.
2° Vocatio
Consiste en la facultad o carga que tienen las partes de
comparecer al juicio dentro de cierto término o plazo que recibe el
nombre de “término de emplazamiento”, en virtud del cual el demandado
es emplazado legalmente para que comparezca en términos que si no lo
hace, el juicio continuará en su rebeldía, afectándole sus resultados.
3° Coertio
Quiere decir que es posible emplear la fuerza para cumplir
forzadamente las resoluciones judiciales que se dicten dentro del
proceso y que permiten el desarrollo del procedimiento.
4° Iudicium
Es la facultad de dictar sentencia poniendo término a la litis con
carácter definitivo, esto es, con autoridad de cosa juzgada.
Derecho Procesal Orgánico
El juez no puede dejar de resolver la contienda aun en caso de
insuficiencia, oscuridad o silencio de la ley; debe fallar,
interpretando y aplicando la ley si la hay; o integrando en caso de un
vacío legal.
No cabe aplicar entonces el Principio Non Liquet (no queda claro)
de los tiempos del jurado en Roma.
Ahora bien, al fallar, el juez no puede hacerlo fuera de los
límites propuestos por las partes en la demanda y la contestación de la
demanda.
Si el juez falla más allá de estos límites incurre en un vicio de
casación denominado ultrapetita.
Si el juez al fallar omite puntos litigiosos incurre en vicio de
Citrapetita.
Finalmente, si el juez decide sobre un asunto distinto del
propuesto de las partes, incurre en vicio de Extrapetita.
5° Executio
Consiste en el imperio que tienen los tribunales para lograr la
ejecución de sus resoluciones mediante el auxilio de la fuerza pública
requiriéndola directamente.
La autoridad requerida para estos efectos debe prestar el auxilio
sin que le corresponda calificar el fundamento, legalidad o justicia de
la resolución.
Si la autoridad niega el auxilio requerido, comete el delito de
negación de auxilio (artículo 253 del Código Penal)
Normalmente el mismo juez que dictó la resolución en primera o
única instancia es el competente para conocer de su cumplimiento.
Esta facultad recibe el nombre de imperio y se encuentra
consagrada en el artículo 11 del COT: “Para hacer ejecutar sus
sentencias y para practicar o hacer practicar las actuaciones que
decreten, podrán los tribunales requerir de las demás autoridades el
auxilio de la fuerza pública que de ellas dependiere, o los otros
medios de acción conducentes de que dispusieren.”
“La autoridad legalmente requerida debe prestar el auxilio, sin
que le corresponda calificar el fundamento con que se le pide ni la
justicia o legalidad de la sentencia o decreto que se trata de
ejecutar.”
***Para don Juan Colombo estos momentos de la jurisdicción se
resumen en 3:
1) Conocimiento
2) Decisión
3) Ejecución
La Jurisdicción
Características de la Jurisdicción
La jurisdicción presenta las siguientes características:
1) Es de origen constitucional
2) Constituye una función pública
3) Es un función privativa de los Tribunales de Justicia
4) Presenta unidad conceptual
5) Es inderogable
6) Es indelegable
7) Es irrenunciable
8) Es improrrogable
9) Esta ligada a la territorialidad del Estado
10) Se encuentra amparada por el imperio
11) Es de ejercicio eventual
12) Produce el efecto de cosa juzgada
1° Origen constitucional
La jurisdicción constituye una emanación de la soberanía, la que
reside en la nación toda quien delega su ejercicio en las autoridades
establecidas en la Constitución y las leyes.
2° Constituye una función pública
El Estado ejerce la soberanía por delegación de todos los
habitantes de la República.
Para el ejercicio de la soberanía existen 3 vías que reciben el
nombre de funciones:
– Función Legislativa
– Función Administrativa
– Función Judicial
Algunos autores han negado autonomía a la función jurisdiccional
acotando que se trataría de una parte de la función administrativa con
algunas características singulares.
Actualmente la doctrina constitucional y procesal reconocen la
Jurisdicción como una función propia e independiente.
3° Es una función privativa de los Tribunales
Nótese que la Constitución entrega el ejercicio de la jurisdicción
a los Tribunales de Justicia y no al Poder Judicial, lo cual tiene
importancia por cuanto si su ejercicio se entregara al Poder Judicial,
importaría que ningún otro órgano ajeno a él podría ejercer
jurisdicción.
Derecho Procesal Orgánico
Por ello se explica que autoridades administrativas y legislativas
puedan excepcionalmente ejercer funciones jurisdiccionales en cuanto
constituyan un tribunal.
En efecto, en la medida que estas autoridades tengan y hagan uso
de facultades jurisdiccionales, son tribunales. En otras palabras, es
la función la que da su carácter al órgano.
4° Presenta unidad conceptual
La jurisdicción es una sola y como tal no admite clasificaciones.
Todos los jueces, sean civiles o penales, tienen jurisdicción de
lo contrario no serían jueces.
5° Es Inderogable
La jurisdicción, en cuanto es emanación de la soberanía, es
inderogable.
De ahí que sea nulo por ilicitud del objeto, cualquier
manifestación de voluntad por la cual se acuerde someter un litigio a
una jurisdicción extranjera.

6° Es Indelegable
Como la soberanía radica en la nación, que delega su ejercicio en
las autoridades establecidas en la Constitución y las leyes, y no
existiendo mandato expreso que permita delegar el ejercicio de la
soberanía, no cabe sino concluir que el ejercicio de la jurisdicción es
indelegable.
No debe confundirse esta características con la posibilidad de
delegar la competencia de un Tribunal por ejemplo, de parte de un
tribunal nacional a uno extranjero para la práctica de determinados
actos. Se delega la competencia, pero no la jurisdicción.
7° Es irrenunciable
Para comprender esta característica basta con enunciar que se es
juez porque se tiene jurisdicción; luego, renunciar a la jurisdicción
importaría renunciar a ser juez.
Ello no sólo es jurídicamente improcedente, sino que además
importa incurrir en un delito.
La aplicación práctica de esta característica la constituye el
principio de la inexcusabilidad de los tribunales.
8° Es improrrogable
Prorrogar la jurisdicción implicaría transferir la calidad de
juez, lo que no está permite.
No debe confundirse lo anterior con la prórroga de competencia que
si es admisible.
9° Se encuentra ligada a la territorialidad del Estado
La Jurisdicción
Como la jurisdicción es un atributo de la soberanía, su ejercicio
sólo es posible dentro de los límites territoriales del Estado.
Esta característica tiene algunas excepciones como las del
artículo 6 del Código Orgánico de Tribunales.
10° Se encuentra amparada por el imperio
Se llama imperio la facultad de los Tribunales para ejecutar ellos
mismos lo juzgado, para lo cual pueden recurrir directamente a la
fuerza pública que está obligada a prestarles su auxilio.
11° Es de ejercicio eventual
La jurisdicción se pone en movimiento solamente cuando la función
legislativa resulta insuficiente para mantener la vigencia real del
Derecho.
Mientras las normas jurídicas son cumplidas naturalmente por
todos, no se requiere actividad jurisdiccional; luego, su ejercicio
dependerá del eventual quebrantamiento del Derecho.
12° Produce el efecto de Cosa Juzgada
La jurisdicción produce el efecto jurídico de cosa juzgada, el
cual no se encuentra en ninguna otra actividad del Estado.
El efecto de cosa juzgada es inherente a la jurisdicción.
Las sentencias que emiten los tribunales producen el efecto de
verdad indiscutible e inamovible una vez que quedan firmes y
ejecutoriadas.
Este efecto permite al vencedor obtener el cumplimiento de lo
resuelto; y a su vez, permite al vencido evitar que se el enjuicie
nuevamente por lo mismo.

Límites de la Jurisdicción
La jurisdicción, aunque unitaria por su naturaleza, se ejerce
dentro de ciertos límites en el tiempo y en el espacio.
Luego, entendemos por límites de la jurisdicción:
1) El tiempo por el que la ejercen sus titulares
2) El ámbito dentro del cual sus titulares la deben ejercer

a) Límites en el Tiempo
En cuanto al tiempo por el cual sus titulares ejercen la
jurisdicción, la regla general la constituyen los jueces perpetuos.
En efecto, conforme al artículo 80 de la Constitución, “los jueces
permanecerán en sus cargos durante su buen comportamiento; pero los
inferiores desempeñarán su respectiva judicatura por el tiempo que
determinen las leyes.”
Derecho Procesal Orgánico
“No obstante lo anterior, los jueces cesarán en sus funciones al
cumplir 75 años de edad; o por renuncia o incapacidad legal
sobreviniente o en caso de ser depuestos de sus destinos, por causa
legalmente sentenciada. La norma relativa a la edad no regirá respecto
al Presidente de la Corte Suprema, quien continuará en su cargo hasta
el término de su período.”
De manera que el límite en el tiempo esta dado por la edad de los
jueces, ya que cesarán en sus cargos al cumplir 75 años de edad.
Existe claramente un límite en el tiempo para el ejercicio de la
jurisdicción, tratándose de los jueces temporales, reducidos a los
jueces árbitros, que normalmente duran 2 años en funciones.
Puede agregarse el caso de los jueces interinos que son nombrados
para servir una plaza vacante, mientras se procede al nombramiento de
su titular en propiedad.

b) Límites en el Espacio
En este caso los límites pueden ser:
– Internos
– Externos
Límites internos son aquellos que miran a la jurisdicción misma,
prescindiendo de la jurisdicción de otros Estados o de las funciones de
otros órganos del Estado.
Surge aquí la noción de competencia, que determina la órbita
dentro de la cual cada juez o tribunal ejerce su actividad
jurisdiccional.
Por su parte, los límites externos están dados por el territorio
del Estado al que pertenece el tribunal.

El Acto Jurisdiccional
Dentro del tema de la jurisdicción es conveniente examinar el
punto relativo a la distinción entre los actos jurisdiccionales, los
actos administrativos y los actos legislativos.
No siempre existe claridad en cuanto a la naturaleza de los actos
ejecutados por los distintos órganos del estado; recordemos que es la
función la que da su carácter al órgano y no al revés. No es posible
calificar un acto de administrativo, jurisdiccional o legislativo
únicamente atendiendo al órgano del cual emana porque un mismo órgano
puede ejercer funciones de naturaleza diversa.
Existen áreas que los tratadistas denominan “Zonas Grises” que
son difíciles de encasillar en alguna de estas funciones.
Particularmente difícil es el distingo entre actos administrativos
y actos jurisdiccionales.
La Jurisdicción
Se han propuesto diversos criterios para distinguirlos. La
doctrina clásica tradicionalmente ha formulado 3 criterios a los que
pueden agregarse otros 2:
1) Criterio Orgánico
2) Criterio Formal
3) Criterio Sustancial
4) Criterio del Interés
5) Criterio del efecto de Cosa Juzgada
1° Criterio Orgánico
Conforme a este criterio, todo aquello que emana del poder
legislativo será legislación; todo lo que emane del ejecutivo será
administrativo; y jurisdiccional si emana del Poder Judicial.
Este criterio es totalmente inexacto pues como hemos visto, con
frecuencia, se han atribuido a los órganos del Estado otras funciones
que por su naturaleza no le correspondería cumplir.
2° Criterio Formal
De acuerdo con este criterio, la naturaleza jurídica de los actos
se determinará por la forma que ellos revisten, esto es, por su
apariencia exterior.
3° Criterio Sustancial
Atiende a los efectos del acto con prescindencia del órgano del
que emanan, así como de las formas que pueda revestir.
4° Criterio del Interés
Atiende al interés que se haya comprometido en una u otra
actividad estatal.
Así, es esencial que la actividad del juez sea ajena al interés
debatido en el proceso.
En cambio, la actividad administrativa defiende los intereses
unilaterales del Estado.
5° Criterio del Efecto de Cosa Juzgada
Es acto jurisdiccional el que produce cosa juzgada.
El efecto de irrevocabilidad perpetua del acto es ajena a otros
quehaceres del Estado.

Clasificación de la Jurisdicción
La jurisdicción, considerada desde un punto de vista general, se
presenta como una función cuyo contenido es único, es decir,
conceptualmente la jurisdicción es única, de manera que no admite
clasificaciones.
Derecho Procesal Orgánico
Sin embargo, considerada más en particular, la jurisdicción es
susceptibles de distinciones y especificaciones.
Por ello es más propio hablar de manifestaciones de la
jurisdicción, más que de clasificaciones de la jurisdicción.
Las distinciones se hacen atendiendo a la naturaleza del acto o
del asunto sobre que se ejerce.
Es decir, ella se clasifica atendiendo a su contenido y así se
habla de Jurisdicción Civil, Penal, Administrativa, Laboral, etc, según
se refiera a las distintas ramas del Derecho.
Ahora bien, si nos limitamos únicamente a la jurisdicción civil,
es posible afirmar que su ejercicio comprende las siguientes facultades
o atribuciones:
1) La facultad de conocer de las causas civiles y criminales, de
juzgarlas y de hacer ejecutar lo juzgado, o sea, el ejercicio de
la jurisdicción contenciosa.
2) La facultad de intervenir en todos aquellos actos no contenciosos
en que una ley expresa requiera su intervención, o sea, el
ejercicio de la jurisdicción no contenciosa.
3) Las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a
cada tribunal corresponden según la propia ley, o sea, el
ejercicio de las jurisdicciones conservadora, disciplinaria y
económica.
4) La jurisdicción ético-profesional.

1) La Jurisdicción Contenciosa
Se trata de la jurisdicción propiamente tal a que se refiere el
artículo 76 de la Constitución y el artículo 1° del Código Orgánico.
Se define la jurisdicción contenciosa como aquella que se ejerce
cuando hay juicio, contienda o controversia, suscitado entre dos o más
partes que tienen interés en él.
Ahora bien, entendemos por juicio, causa o pleito la controversia
o contienda actual que se produce entre dos o más personas sobre un
derecho y que se somete al fallo de un tribunal.
El juicio, causa o pleito, a su vez, puede ser civil o penal.
Será juicio civil cuando el derecho controvertido sea de
naturaleza civil; y será juicio penal, por el contrario, cuando el
derecho controvertido sea de índole penal.
Para precisar los asuntos que constituyen la jurisdicción
contenciosa, tenemos que recurrir a lo que disponen los artículos 4 y 5
del Código Orgánico de Tribunales.
La Jurisdicción
Conforme al artículo 4, “es prohibido al Poder Judicial mezclarse
en las atribuciones de otros poderes públicos y en general ejercer
otras funciones que las determinadas en los artículos precedentes.”
Luego escapa a la jurisdicción contenciosa el conocimiento de
aquellos negocios propios de las atribuciones de los otros poderes
públicos.
Por su parte, el inciso 1° del artículo 5 dispone que “a los
tribunales mencionados en este artículo corresponderá el conocimiento
de todos los asuntos judiciales que se promuevan dentro del territorio
de la República, cualquiera que sea su naturaleza o la calidad de las
personas que en ellos intervengan, sin perjuicio de las excepciones que
establezcan la Constitución y las leyes.”

2) La Jurisdicción no Contenciosa
La fuente legal fundamental de esta segunda especie de
jurisdicción la encontramos en el artículo 2 del COT, al disponer que
también corresponde a los tribunales intervenir en todos aquellos actos
no contenciosos en que una ley expresa requiera su intervención.
Conforme al artículo 817 del Código de Procedimiento Civil, son
actos judiciales no contenciosos aquellos que según la ley requieren la
intervención del juez y en que no se promueve contienda alguna entre
partes.
Esta nueva actividad jurisdiccional de los tribunales se conoce
además con las denominaciones de jurisdicción voluntaria y de
jurisdicción graciosa.
Se critica la expresión jurisdicción voluntaria en cuanto no es
voluntario para el tribunal intervenir en ellos sino obligatorio.
Se indica que los actos de jurisdicción voluntaria no son tales,
ya que el acto de derecho sustantivo podrá ser voluntario para los
interesados realizarlo o no; pero, una vez acordado realizarlo, para
que produzca plenos efectos jurídicos, será indispensable cumplir
previamente con el acto de jurisdicción voluntaria exigido por el
legislador. Por ejemplo la compraventa de un inmueble de un incapaz que
requiere de autorización judicial previa para poder celebrarse
válidamente.
Estos actos están establecidos por el legislador con diversas
finalidades:
– Proteger los intereses de los incapaces.
– Dar fuerza y eficacia jurídica a determinados actos
– Completar la capacidad imperfecta de sus autores y testimoniar
solemnemente la existencia legal de esos mismos actos.
CRITERIOS PARA DISTINGUIR LA JURISDICCIÓN CONTENCIOSA DE LA
JURISDICCIÓN NO CONTENCIOSA
Derecho Procesal Orgánico
Estas dos jurisdicciones, en vista de que emanan de un mismo
órgano, o sea, del Poder judicial, se nos presentan estrechamente
unidas, con muchos puntos de contacto, por lo que se hace
imprescindible deslindar el campo de acción de cada una de ellas.
Sin embargo, el problema presenta dificultades:
– En primer término, en atención a la vaguedad misma del
concepto de jurisdicción contenciosa que tienen los propios
autores
– En seguida, en razón de los diversos criterios adoptados por
las distintas legislaciones para clasificar un determinado
acto como perteneciente a una u otra jurisdicción.
Los criterios doctrinarios que sirven para diferenciar la
jurisdicción contenciosa de la voluntaria, pueden agruparse en la forma
siguiente:
– Criterio romanista
– Criterio que atiende a la voluntad de las partes
– Criterio que atiende a los efectos del acto y su finalidad
– Criterio clásico
– Criterio moderno
1° Criterio Romanista
El criterio romanista confunde los actos de jurisdicción no
contenciosa con el "jus actae conficiendi" o sea, con el derecho que
tenían ciertos funcionarios públicos para dar fe de los actos que se
desarrollaban ante ellos.
En consecuencia, para esta doctrina, la jurisdicción contenciosa
es aquella que se ejerce con conocimiento de causa; y la voluntaria,
por el contrarío, es aquella que se ejerce sin conocimiento de causa.
Se critica esta doctrina en razón de que en ambas jurisdicciones,
tanto en la contenciosa como en la voluntaria, el juez conoce, juzga y
hace ejecutar lo juzgado, sin otra diferencia que la que dice relación
con el régimen o teoría de la prueba.
Así, en la jurisdicción contenciosa la prueba es legítima, es
decir, se encuentra sometida a una serie de formalidades legales
previas; en cambio, en la voluntaria la prueba no está sujeta a mayores
solemnidades, es meramente informativa, y de allí también que se la
conozca con el nombre de "cognitio informativa".
2° Criterio que atiende a la voluntad de las partes
El criterio que atiende a la voluntad de las partes estima que la
jurisdicción contenciosa se desenvuelve "inter invitos" y la voluntaria
"inter volentes".
Se quiere significar con ello que la primera de estas
jurisdicciones actúa previa una citación (invitación, diríamos en
La Jurisdicción
términos figurados, a comparecer al juicio); y, en cambio, que la
segunda actúa por la sola y espontánea voluntad de los interesados.
Se critica esta doctrina, porque carece de precisión, ya que hay
actos de jurisdicción contenciosa en los cuales las partes
voluntariamente someten sus dificultades o controversias al
conocimiento y decisión del juez; por ejemplo. los juicios arbitrales;
o bien, cuando la parte demandada reconoce simplemente la pretensión
contraria.
3° Criterio que atiende a los efectos del acto y a su finalidad
El tercer criterio atiende a los efectos del acto de jurisdicción
voluntaria, es decir, se analiza si produce o no cosa juzgada: en caso
afirmativo el acto pertenecerá a la jurisdicción contenciosa y en caso
negativo, a la voluntaria.
Atiende además a la diversa finalidad de una y otra: la
jurisdicción contenciosa se dice que es represiva y la voluntaria,
preventiva.
También es objeto de crítica esta tercera doctrina.
En efecto, se sostiene que hay actos de jurisdicción contenciosa
que no producen cosa juzgada (por ejemplo, juicios de alimentos,
medidas precautorias, etc.) y actos de jurisdicción voluntaria que la
producen (por ejemplo: las resoluciones afirmativas cumplidas); y que,
aun dentro de la contenciosa, encontramos actos de finalidad
eminentemente preventiva, como son las medidas precautorias.
4° Criterio Clásico
Un cuarto criterio o doctrina, llamado clásico, atiende a la
presencia o ausencia de contradictor para precisar la verdadera
naturaleza procesal de un determinado acto jurisdiccional.
Así, jurisdicción contenciosa, según este criterio, será aquella
que se desenvuelve mediante contienda, controversia o presencia de
contradictor; y jurisdicción voluntaria, aquella que se desarrolla sin
la presencia de estos elementos.
Algunos autores agregan que por jurisdicción no contenciosa debe
entenderse no sólo la que se ejerce sin contradictor, sino que además
es necesario que la relación procesal, por su propia naturaleza, sea
incapaz de suscitar contradicción.
Se critica esta doctrina por ser insuficiente. En efecto, ¿cómo
explicaría la naturaleza procesal de aquellos juicios seguidos en
rebeldía del demandado, o aquellos en que éste reconoce la pretensión
contraria?
5° Criterio Moderno
El quinto criterio o doctrina, que llamaremos moderno, atiende
exclusivamente a la distinta finalidad de una y otra jurisdicción en
función de las relaciones jurídicas que constituyen su objetivo.
Derecho Procesal Orgánico
Así, la jurisdicción contenciosa es aquella que tiene como
finalidad u objetivo una relación jurídica existente o ya formada, y la
voluntaria es aquella destinada a procurar o cooperar al nacimiento de
una relación jurídica nueva.
Por ejemplo, en un juicio el juez debe resolver acerca de la
existencia, validez y efectos de una relación de derecho sustancial ya
existente, como sería si se persiguiera el pago del precio de una
compraventa.
Y en una gestión de jurisdicción voluntaria el juez, en cambio, se
limita a procurar que una relación de derecho sustancial nazca válida,
como sería la autorización que debe conceder para que pueda celebrar
una compraventa de un inmueble un incapaz.
La jurisdicción no contenciosa tiene, pues, una finalidad
eminentemente constitutiva, mientras que la contenciosa versa sobre
relaciones jurídicas preexistentes.
Con razón esta doctrina define la jurisdicción no contenciosa como
la intervención del Estado en la formación de relaciones jurídicas
concretas, acreditando en forma solemne la conveniencia o legalidad del
acto realizado o que se va a realizar.
Si hacemos una comparación entre los criterios o doctrinas
anteriores y el aceptado por nuestra legislación, fácil es advertir que
ella comparte el criterio que llamamos clásico.
La mejor demostración se encuentra en el artículo 817 del CPC, que
define los actos de jurisdicción no contenciosa diciendo que son
"aquellos que, según la ley, requieren intervención del juez y en que
no se promueve contienda entre partes".
De manera que dos son los requisitos esenciales para estar en
presencia de un acto judicial no contencioso en conformidad al artículo
817 del CPC:
Que la ley requiere expresamente la intervención del juez
Que no se promueva contienda alguna entre partes
En una gestión no contenciosa no se habla de demandante sino
únicamente de interesado o peticionario.
Un acto no contencioso puede devenir en contencioso si se formula
oposición por legítimo contradictor.
DIFERENCIAS ENTRE AMBAS JURISDICCIONES
Precisado el concepto de la jurisdicción voluntaria, veamos las
diferencias más notables que presenta con la jurisdicción contenciosa.
1) En primer término, en los asuntos contenciosos el juez tiene la
obligación de intervenir siempre que se requiera su actuación por
las partes en forma legal y en negocios de su competencia;
mientras que en los asuntos de jurisdicción voluntaria, para que
el tribunal pueda intervenir válidamente, es menester que la ley
La Jurisdicción
haya establecido expresamente dicha intervención, y para esos
determinados actos.
8) En la jurisdicción contenciosa existe un conflicto, en cambio, en
la voluntaria no; ni siquiera existen partes, sino únicamente un
peticionario o solicitante.
9) En los asuntos contenciosos el conocimiento de causa se le
suministra al juez por los medios de prueba que la ley
taxativamente establece, y en la forma en que ella también lo
determina.
En cambio, en los asuntos de jurisdicción voluntaria el
conocimiento de causa se le proporciona al juez mediante
informaciones sumarias, esto es, mediante pruebas de cualquier
especie, rendidas sin señalamiento de término probatorio y sin
notificación e intervención de contradictor.
10) En materia contenciosa, para determinar el tribunal
competente es necesario examinar la posible existencia de fuero,
en cambio, en materia voluntaria, no se considera el fuero.
11) Las sentencias que se dicten en la jurisdicción contenciosa
se rigen por el artículo 170 del CPC y el autoacordado sobre la
materia. En cambio, las de la jurisdicción voluntaria se ciñen al
artículo 826 del CPC, mucho más simple.
12) Por último, las resoluciones que recaen en los asuntos de
jurisdicción contenciosa producen, por regla general, la acción y
la excepción de cosa juzgada, o sea, acción para exigir su
cumplimiento y excepción para evitar que se vuelva a discutir el
mismo asunto y entre las mismas partes.
En cambio, en las resoluciones recaídas en asuntos no
contenciosos o voluntarios, para ver si gozan o no de la
autoridad de la cosa juzgada, es necesario distinguir previamente
entre resoluciones afirmativas y negativas. Estas últimas no
producen nunca cosa juzgada, y las primeras, en cambio, sí una
vez cumplidas.
En efecto, dispone el artículo 821 del CPC: “Pueden los
tribunales, variando las circunstancias, y a solicitud del
interesado, revocar o modificar las resoluciones negativas que
hayan dictado, sin sujeción a los términos y formas establecidos
para los asuntos contenciosos.”
“Podrán también en igual caso revocar o modificar las
resoluciones afirmativas, con tal que esté aún pendiente su
ejecución.”

NATURALEZA DE LOS ACTOS DE JURISDICCIÓN NO CONTENCIOSA


Derecho Procesal Orgánico
Se ha discutido mucho si el magistrado al ejercer jurisdicción en
actos no contenciosos lo hace en virtud de la función jurisdiccional,
que es propia de esta clase de órganos del Estado; o bien, por el
contrario, en razón de la función administrativa que, incidentalmente,
puede estar entregada a ellos.
En atención a la diferencia profunda que hemos constatado que
existe entre la jurisdicción contenciosa y la voluntaria, la doctrina
se inclina a ver en los actos pertenecientes a esta última clase de
jurisdicción, una verdadera función administrativa. En este sentido
Meyer, Glasson, Chiovenda, etc.
CLASIFICACIÓN DE LOS ACTOS DE JURISDICCIÓN NO CONTENCIOSA
En atención a la variedad y extensión de los actos de jurisdicción
voluntaria, la doctrina se ha preocupado de formular diversas
clasificaciones de ellos.
Atendiendo a la realidad legislativa chilena, bien pueden
clasificarse en la forma siguiente:
a) Medidas de protección en favor de los incapaces. Por ejemplo:
gestiones sobre nombramiento de tutores y curadores, sobre trabas
en la administración de estos mismos, sobre alteraciones de
estados civiles, etc.
b) Declaración solemne de ciertos derechos. Por ejemplo: gestiones
sobre posesión efectiva de herencia, sobre declaración de
herencia yacente, sobre declaración de muerte presunta, sobre
derecho al goce de censos, etc.
c) Autentificación de ciertos actos. Por ejemplo: gestiones sobre
apertura y protocolización de testamentos, sobre confección de
inventario solemne, sobre tasaciones, etc.
d) Precaución de fraudes legales. Por ejemplo: gestiones sobre
insinuación de donaciones, sobre guarda de muebles y de papeles
de una sucesión, etc.

3) La Jurisdicción Conservadora, Disciplinaria y Económica


i.- La Jurisdicción Conservadora
Entendemos por jurisdicción conservadora la facultad que tienen
los tribunales de justicia de velar por que todos los poderes públicos
actúen dentro de la órbita de sus atribuciones; y, en especial, de
velar por que las garantías individuales consagradas en la Constitución
Política sean respetadas.
El término conservadora tiene una justificación u origen
histórico. En efecto, en la Constitución Política de 1833 se
contemplaba la existencia de la Comisión Conservadora, organismo al
que, en receso del Parlamento, entre otras funciones, le correspondía
velar por el respeto de las garantías individuales; y de ahí fue tomado
por el legislador procesal del año 1875.
La Jurisdicción
La fuente legal fundamental de la jurisdicción conservadora está
constituida por el artículo 3 del COT: “Los tribunales tienen, además,
las facultades conservadoras, disciplinarias y económicas que a cada
uno de ellos se asignan en los respectivos títulos de este Código.”
Además se refieren a ella una serie de otros preceptos dispersos
en dicho Código, y en otros textos legales.
Se comprenden dentro de estas facultades conservadoras:
a) El llamado recurso de amparo, que tiene por objeto poner término
a las detenciones o a las prisiones arbitrarias (artículo 21 de
la CPE)
b) El Privilegio de Pobreza, en cuya virtud se trata de asegurar la
igualdad ante la ley y que consiste en la obligación de brindar
la atención gratuita de abogados y de otros auxiliares de la
administración de justicia.
c) Las visitas que los jueces deben realizar a los establecimientos
penitenciarios en forma semanal o semestral con el objeto de
constatar el estado en que se encuentran los detenidos y presos e
indagar si sufren tratos indebidos, si se les coarta la libertad
de defensa o si se prolonga ilegalmente la tramitación de su
proceso. (artículo 567 del COT)
d) El Recurso de Protección (correctamente acción de protección) que
consagra el artículo 20 de la Constitución Política.

ii.- La Jurisdicción Disciplinaria


La jurisdicción disciplinaria es aquella facultad que tienen los
tribunales de justicia de aplicar determinadas sanciones o de adoptar
determinadas medidas, a fin de que los debates judiciales se
desenvuelvan con la compostura debida, o los funcionarios judiciales
cumplan con las normas legales que regulan su conducta ministerial.
Estas facultades son de índole correccional y tienen por objeto el
resguardo del prestigio de los Tribunales manteniendo la disciplina del
Poder Judicial.
Esta disciplina se vigila desde un doble ángulo:
– Por una parte se vigila y sanciona la conducta ministerial de
los jueces.
– Por otra parte, también se vigila y sanciona la conducta de
las partes y de los profesionales que comparecen ante los
tribunales.
La fuente legal fundamental de esta jurisdicción también es el
artículo 3 del COT, puesto que está señalada como atribución propia de
los tribunales de justicia.
En términos generales, la jurisdicción disciplinaria reside,
principalmente, y en primer lugar, en la Corte Suprema, pues conforme
Derecho Procesal Orgánico
al artículo 82 de la CPE: “La Corte Suprema tiene la superintendencia
directiva, correccional y económica de todos los tribunales de la
nación. Se exceptúan de esta norma el Tribunal Constitucional, el
Tribunal Calificador de Elecciones, los tribunales electorales
regionales y los tribunales militares de tiempo de guerra.”
En segundo término, reside en las Cortes de Apelaciones, quienes
tienen la superintendencia disciplinaria sobre todos los tribunales de
justicia que funcionan dentro de su territorio jurisdiccional.
Y, por último, reside también en los juzgados de letras, quienes
ejercen facultades disciplinarias sobre los funcionarios pertenecientes
a sus respectivos territorios jurisdiccionales.
En cuanto a la manera de ser ejercida, la jurisdicción
disciplinaria actúa, ya de oficio, ya a petición de parte.
Actúa de oficio cuando el tribunal, de propia iniciativa, decreta
o aplica alguna de las medidas disciplinarias contempladas por la ley
(ej.: decreta una visita a un determinado oficio judicial)
Y lo hace a petición de parte cuando el propio interesado solicita
del tribunal la aplicación de una medida disciplinaria, por estimar que
ha sido víctima de una falta o abuso por parte de un determinado
funcionario judicial, deduciendo un recurso de queja o una queja
administrativa.
En todo caso, no hay que confundir las medidas disciplinarias, que
pueden aplicar los tribunales de justicia en el ejercicio de esta
jurisdicción disciplinaria, con las sanciones o penas que ellos pueden
imponer en el ejercicio de la jurisdicción contenciosa.
Las primeras se aplican por faltas o abusos cometidos por
funcionarios judiciales en el ejercicio de su cargo; y dan origen a la
correspondiente responsabilidad funcionaria.
Las segundas, en cambio, se imponen por delitos que pueden cometer
los funcionarios judiciales en el ejercicio de sus cargos; y dan origen
a la responsabilidad penal, la que es perseguida dentro del
correspondiente juicio o proceso penal.
Dentro de las medidas disciplinarias que pueden aplicarse en el
ejercicio de la jurisdicción disciplinarias se encuentran, entre otras:
– La destitución (facultad privativa de la Corte Suprema)
– El Traslado (lo ordena el Presidente de la República con
acuerdo o a propuesta de la Corte Suprema)
– La Multa
– La suspensión en el cargo
– Arresto y apremio (que pueden aplicar tanto la Corte Suprema
como las Cortes de Apelaciones e incluso los jueces de letras)
iii.- La Jurisdicción Económica
La Jurisdicción
La jurisdicción económica es la facultad que tienen los tribunales
de decretar medidas tendientes a obtener una más pronta y mejor
administración de justicia; y, en especial, la facultad que tienen la
Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones de decretar medidas de
carácter general destinadas a este mismo fin.
La fuente legal fundamental de esta clase de jurisdicción también
es el artículo 3 del COT ya que alude de manera directa a ella.
Pertenecen a esta clase de facultades:
a) La facultad de los jueces de dictar instrucciones para ser
cumplidas por sus subalternos.
b) La facultad de los tribunales superiores de justicia para emitir
instrucciones a través de circulares u oficios o de
autoacordados.
c) Todos los autos acordados de carácter y aplicación general que
dicte la Corte Suprema deberán ser publicados en el Diario
Oficial (artículo 96 inciso final, COT)
d) También forman parte de estas facultades, la intervención que les
corresponde en el nombramiento e instalación de distintos
funcionarios judiciales y la concesión de permisos y feriados a
éstos.
e) Finalmente, cabe mencionar también la facultad y deber que
consagra el artículo 5 del Código Civil: “Las Corte Suprema de
Justicia y las Cortes de Alzada, en el mes de marzo de cada año,
dará cuenta al Presidente de la República de las dudas y
dificultades que les hayan ocurrido en la inteligencia y
aplicación de las leyes y de los vacíos que noten en ellas.”

4) Jurisdicción Ético-Profesional
Emana del Decreto Ley N°3621 de febrero de 1981 que suprimió los
colegios profesionales y los transformó en asociaciones gremiales.
Conforme al artículo 4 de dicho Decreto Ley, toda persona que
fuere afectada por un acto abusivo o contrario a la ética, cometido por
un profesional en el ejercicio de su profesión, podrá recurrir a los
Tribunales de Justicia en demanda de la aplicación de las sanciones
correspondientes.
Este reclamo se considera como un asunto contencioso y su
conocimiento y fallo quedan sometidos al procedimiento sumario.
Antes de la vigencia de este DL estas facultades se encontraban
radicadas en los respectivos colegios profesionales cuya afiliación era
obligatoria. Hoy la afiliación a estos colegios es voluntaria en virtud
de la Constitución que garantiza la libertad de asociación.
Derecho Procesal Orgánico

B) La Competencia
Hasta aquí hemos desarrollado el concepto de jurisdicción y hemos
dicho que se trata de una función pública que reside en un órgano
jurisdiccional o Tribunal.
Es prácticamente imposible que esta jurisdicción sea ejercida por
un solo Tribunal.
Ante esta imposibilidad surge la necesidad imperiosa de distribuir
la labor jurisdiccional entre varios tribunales, y atribuir a cada
tribunal una “medida o porción de jurisdicción”
Esta medida de jurisdicción que la ley distribuye entre todos los
tribunales es lo que se denomina competencia y constituye un límite
interno en cuanto al ámbito dentro del cual ellos deben ejercer la
jurisdicción.
Todo tribunal, por ser tal, tiene jurisdicción, pero no todo
tribunal tiene competencia para conocer de un negocio específico.
En otros términos la competencia es la capacidad reconocida a
ciertos jueces para ejercer la jurisdicción en determinados casos.
Se encuentra tratada en los artículos 108 y siguientes del Código
Orgánico de Tribunales.
La define el artículo 108 antes citado, en la forma siguiente: "La
competencia es la facultad que tiene cada juez o tribunal para conocer
de los negocios que la ley ha colocado dentro de la esfera de sus
atribuciones".
Se critica esta definición por ser confusa en cuanto utiliza la
expresión facultad y sabemos que es más adecuada la expresión función
por cuanto no se trata únicamente de una facultad sino que al mismo
tiempo es un deber del tribunal.
También se le critica porque resulta incompleta ya que no solo la
ley coloca un asunto dentro de la esfera de competencia de un tribunal,
sino que también pueden hacerlo las partes a través de la prórroga de
competencia y también puede hacerlo otro tribunal en virtud de la
delegación de competencia.
Pero esta definición nos permite apreciar de inmediato que entre
los términos jurisdicción y competencia hay una estrecha relación; pero
buen cuidado debemos tener de no confundirlos.

Diferencias entre Jurisdicción y Competencia


Es necesario señalar estas diferencias, aun cuando sea a grandes
rasgos:
1) La jurisdicción es la facultad que tienen los tribunales para
administrar justicia; en cambio, la competencia es, la facultad
La Competencia
que tiene cada tribunal determinado para conocer de los negocios
que le son propios.
2) La jurisdicción es un concepto genérico, de allí que sea de la
esencia de todo tribunal tener jurisdicción; en cambio, la
competencia es un concepto específico, de su propia naturaleza, y
es por eso que un tribunal puede no tener competencia para
conocer de un determinado asunto y no por ello deja de ser tal.
3) La, jurisdicción es el todo; en cambio, la competencia es la
parte, y por tal razón también se puede definirla diciendo que es
la cantidad, grado o medida de la jurisdicción que a cada
tribunal corresponde.
4) La jurisdicción señala la esfera de acción del Poder Judicial
frente a los demás Poderes del Estado; en cambio, la competencia
señala la esfera de acción de los diversos tribunales entre sí.

Clasificación de la Competencia
La competencia, admite diversas clasificaciones, según sean
también los puntos de vista que se consideren para efectuarlas:
1) Atendiendo a sus fuentes puede ser Natural y Prorrogada.
2) Atendiendo a si es originaria o derivativa puede ser Propia o
Delegada.
3) Atendiendo a su extensión puede ser Común y Especial.
4) Atendiendo a su contenido puede ser Contenciosa y No Contenciosa.
5) Atendiendo al número de tribunales que pueden llegar a conocer
del asunto puede ser Privativa o Exclusiva y Acumulativa o
Preventiva.
6) Atendiendo al grado jurisdiccional en que se conoce el asunto,
puede ser de Única Instancia, de Primera Instancia y de Segunda
Instancia.
7) Atendiendo a la generalidad o precisión con que se determina al
tribunal competente puede ser Absoluta y Relativa.

1) Competencia Natural y Prorrogada


Competencia natural es aquella que la propia ley asigna a cada
tribunal tomando en consideración los diversos factores que la
determinan.
Competencia prorrogada es aquella que naturalmente no tiene un
tribunal; pero que puede llegar a tenerla por voluntad de las partes, y
siempre que concurran los demás requisitos legales.
Este acuerdo (prórroga) puede referirse tanto a un juicio ya
iniciado como a uno futuro, pero es válido sólo en materia civil
contenciosa.
Derecho Procesal Orgánico
2) Competencia Propia y Delegada
Competencia propia es aquella que le corresponde a un tribunal por
expresa disposición de la ley, y que no se ejerce a través o por
intermedio de otro tribunal.
Competencia delegada, en cambio, es aquella que ejerce un tribunal
a virtud de encargo o delegación que le hace otro tribunal.
En la práctica, esta última competencia se pone en actividad
mediante el envío de comunicaciones, que reciben el nombre de exhortos
o cartas rogatorias mediante los cuales un tribunal puede encargar a
otro la práctica de determinadas diligencias dentro de su territorio
jurisdiccional.
En efecto, conforme al artículo 7 del COT, “los tribunales sólo
podrán ejercer su potestad en los negocios y dentro del territorio que
la ley les hubiere respectivamente asignado.”
“Lo cual no impide que en los negocios de que conocen puedan
dictar providencias que hayan de llevarse a efecto en otro territorio.”
Los exhortos, según si son enviados por tribunales chilenos o
extranjeros, permiten ser clasificados en exhortos nacionales e
internacionales, clasificación que tiene importancia en cuanto a la
diversa tramitación que sufren unos y otros antes de su cumplimiento.
DIFERENCIAS ENTRE COMPETENCIA PRORROGADA Y DELEGADA
En cuanto a su origen, ya que la competencia delegada tiene su
fuente en una norma legal que autoriza la delegación y arranca de un
acto del juez naturalmente competente que encomienda la práctica de
determinados actos procesales; mientras la competencia prorrogada si
bien igualmente tiene su origen en una norma legal que la autoriza,
arranca de un acuerdo de voluntades expreso o tácito entre las partes.
La competencia delegada comprende tanto la competencia absoluta
como la relativa, sea en materia civil o penal; en cambio, la
competencia prorrogada se extiende únicamente a la competencia relativa
y en materia civil contenciosa.
En el caso de la competencia delegada, el tribunal exhortado sólo
queda habilitado para la práctica de los actos procesales especificados
en el exhorto; en cambio, tratándose de la competencia prorrogada, el
tribunal a quien se atribuye la competencia puede y debe avocarse al
conocimiento íntegro del asunto como si fuera naturalmente competente.

3) Competencia Común y Especial


Competencia común es aquella que le corresponde, a un tribunal
para conocer de toda clase de asuntos, cualquiera que sea su
naturaleza, esto es, sean civiles, penales, comerciales, de minas, del
trabajo, etc.
La Competencia
Competencia especial, en cambio, es aquella que le corresponde a
un tribunal para conocer de ciertos y determinados asuntos, según su
propia naturaleza, esto es, según sean civiles, penales, comerciales,
de minas, del trabajo, etc.
En nuestro país, la regla general es que la competencia de los
tribunales sea común, esto es, que tengan facultad para conocer de toda
clase de asuntos; y la excepción, que la competencia sea especial, es
decir, que conozcan de ciertos y determinados negocios. En el
extranjero, en cambio, sucede todo lo contrario.
En doctrina, es evidente que el sistema de la competencia especial
es el más aconsejable; pero razones de orden económico hacen muy
difícil, por no decir imposible, llegar a establecer el sistema de la
competencia especial como regla general.

4) Competencia Contenciosa y Voluntaria


Competencia contenciosa es aquella que le corresponde a un
tribunal para conocer de juicios o contiendas, es decir, cuando existe
un conflicto jurídico y actual entre partes sometido a la decisión del
tribunal.
Competencia voluntaria es aquella que le corresponde a un tribunal
para conocer de asuntos de jurisdicción no Contenciosa, esto es, de
negocios en que no existe contienda entre partes, y en los cuales el
tribunal debe intervenir por expresa disposición de la ley.
Esta clasificación tiene como base la diferente naturaleza del
asunto o negocio sometido a la decisión del tribunal, y tuvimos
oportunidad de referirnos in extenso a ella cuando estudiamos la
jurisdicción contenciosa y la voluntaria en relación al contenido de la
jurisdicción de los tribunales.

5) Competencia Privativa y Acumulativa o Preventiva


Competencia privativa o exclusiva es aquella que le corresponde a
un tribunal por expresa disposición de la ley para conocer de
determinados asuntos, con exclusión de los demás tribunales.
Competencia acumulativa, en cambio, es aquella que les corresponde
a dos o más tribunales a la vez para conocer de un determinado asunto;
pero de suerte tal, que, interviniendo uno de ellos en el conocimiento
del asunto, hace desaparecer la competencia de los restantes (es lo que
se conoce como prevenir el conocimiento y por ello se habla también de
competencia preventiva)
Dentro de nuestra legislación, la regla general es que la
competencia sea privativa o exclusiva de cada tribunal; y la excepción,
la competencia acumulativa, que también recibe el nombre de preventiva.
Derecho Procesal Orgánico
6) Competencia de Única, de Primera y de Segunda Instancia
Consagra esta clasificación el artículo 188 del COT: “La
competencia de que se halla revestido un tribunal puede ser o para
fallar un asunto en una sola instancia, de modo que la sentencia sea
inapelable, o para fallarlo en primera instancia, de manera que la
sentencia quede sujeta al recurso de apelación.”
Este precepto no es del todo completo en cuanto no se refiere a la
competencia de segunda instancia, si bien la implica, pues desde que
establece la competencia en primera instancia, es claro que debe
existir la competencia para conocer el asunto cuya sentencia ha sido
apelada.
Así las cosas, competencia de única instancia es aquella de que se
halla revestido un tribunal para fallar los asuntos que la ley le ha
encomendado, de modo que la sentencia sea inapelable.
Competencia de primera instancia es aquella de que se halla
revestido un tribunal para fallar los asuntos que la ley le ha
encomendado, de modo que la sentencia quede sujeta al recurso de
apelación.
Competencia de segunda instancia es aquella de que se halla
revestido un tribunal para conocer de un recurso de apelación que se ha
deducido en contra de una sentencia pronunciada por un tribunal
inferior en primera instancia.
La regla general es que la competencia sea de primera instancia,
esto es, que la sentencia que ponga término al juicio sea susceptible
de recurso de apelación para ante un tribunal superior.
La excepción es que la competencia sea de única instancia, esto
es, que la sentencia que ponga término al juicio no sea susceptible de
apelación. Estos casos de excepción se fundamentan, ya en la
naturaleza, ya en la cuantía del negocio; pero la verdad es que este
último sistema no es el que ofrece mayores garantías de seguridad y de
acierto a los litigantes.

7) Competencia Absoluta y Relativa


Competencia absoluta es aquella que le corresponde a un tribunal
para conocer de un determinado negocio en razón de su jerarquía, clase
o categoría.
Competencia relativa, en cambio, es aquella que le corresponde a
un tribunal dentro de una determinada jerarquía, clase o categoría de
tribunal para conocer de un determinado negocio en razón de su
ubicación o lugar en que funciona.
Hay, pues, diferencias fundamentales entre la competencia absoluta
y la relativa, las cuales en caso alguno permiten confundirlas.
En efecto:
La Competencia
1) La competencia absoluta sirve para precisar la jerarquía, clase o
categoría del tribunal que va a conocer de un determinado asunto;
en cambio, la relativa sirve para precisar qué tribunal
determinado, dentro de una jerarquía, clase o categoría de
tribunales, va a conocer de ese mismo asunto.
2) La competencia absoluta tiene como factores determinantes o
puntos de referencia la materia, la cuantía y el fuero; en
cambio, la relativa tiene como factor determinante o punto de
referencia, solamente el territorio.
3) La competencia absoluta ha sido establecida por razones de orden
público; en cambio, la relativa ha sido establecida en el solo
interés de las partes litigantes.
4) La competencia absoluta no puede ser renunciada por las partes
litigantes, precisamente por su carácter de normas de orden
público; en cambio, la relativa puede ser renunciada por las
partes litigantes, desde él momento en que ha sido establecida en
el propio y personal interés de ellas.
5) Por lo mismo, la competencia absoluta no admite prorroga como sí
ocurre con la competencia relativa.
6) La falta de competencia absoluta puede y debe ser declarada de
oficio por el tribunal sin perjuicio de la facultad de las partes
litigantes de representarla en cualquier estado del juicio; en
cambio, la falta de competencia relativa sólo puede ser
representada por las partes litigantes, antes de hacer cualquiera
gestión que implique prorrogar competencia.
7) La incompetencia absoluta puede ser asimilada, ha dicho la
jurisprudencia, a la falta de jurisdicción. Ello no es sostenible
respecto de la incompetencia relativa.

Reglas Generales de Competencia


Las reglas generales de competencia están tratadas en el título
VII, párrafo primero, artículos 108 a 114 del Código Orgánico de
Tribunales.
Ellas presentan las siguientes características:
a) Como su propio nombre lo indica, son de aplicación general, esto
es, cualquiera que sea la naturaleza del negocio de que se trate,
llámese contencioso o voluntario, civil o penal.
b) Además estas reglas son complementarias porque no integran ni la
competencia absoluta ni la relativa, por su carácter general se
encuentran sobre ellas, pero las complementan.
c) Son normas de competencia que actúan, una vez radicado el negocio
ante tribunal competente, a virtud de las normas de competencia
absoluta y relativa, que serán objeto de nuestro estudio en
momento oportuno.
Derecho Procesal Orgánico
d) Por último se trata de normas funcionales porque no están
referidas ni al juez ni al tribunal sino que a la función
jurisdiccional.
Estas reglas o principios generales de competencia son los
siguientes:
1) Regla de Radicación o Fijeza
2) Regla del Grado o Gradualidad
3) Regla de Extensión
4) Regla de Prevención o Inexcusabilidad
5) Regla de Ejecución

1) Regla de Fijeza
Se encuentra expresada en la forma siguiente: "Radicado con
arreglo a la ley el conocimiento de un negocio ante tribunal
competente, no se alterará esta competencia por causa sobreviniente"
(artículo 109 COT).
El tenor literal del precepto transcrito permite apreciar
fácilmente su contenido.
Este fenómeno se produce cuando el tribunal toma conocimiento de
dicho negocio en razón de que, tanto las partes como el propio
tribunal, a virtud de las reglas de competencia absoluta relativa que
oportunamente vamos a estudiar, estiman que es ese tribunal y no otro
es el llamado a conocer de dicho negocio.
Los supuestos o requisitos para que opera la radicación son los
siguientes:
1) Existencia de actividad jurisdiccional
2) Que el tribunal sea competente
3) Que la intervención del tribunal se produzca con arreglo a
derecho
¿Desde qué momento preciso queda radicado el negocio con arreglo a
la ley?
En materia civil desde que queda trabada la litis esto es, desde
que el tribunal confiere traslado de la demanda y se notifica al
demandado de la demanda y su proveído.
Si se traba la litis ante tribunal incompetente es preciso
distinguir si es incompetente absoluta o relativamente.
Si el tribunal es absolutamente incompetente, de oficio deberá
declarar su incompetencia y si no lo hace, las partes podrán
representarla en cualquier momento.
Si el tribunal es relativamente incompetente, la radicación se
producirá una vez que el demandado realice en el juicio cualquier
La Competencia
gestión que no sea la de reclamar la incompetencia (de lo contrario
habrá prórroga tácita de competencia)
En materia penal no hay una regla expresa. Dada la diversidad de
formas o maneras de iniciarse estos procesos, la dificultad se hace
patente: ¿desde que se cometió el delito? o ¿desde que se inició el
juicio?
La solución más lógica es estimar radicado el negocio penal desde
que el juez ordena instruir sumario, pues, al decretarlo,
implícitamente está reconociendo su competencia.
En el nuevo proceso penal, la Corte Suprema ha señalado que el
asunto se entiende radicado desde que se realiza cualquiera gestión
ante el Juez de Garantía.
Ahora bien, radicado el negocio ante tribunal competente con
arreglo a la ley, esta competencia no se altera por causa
sobreviniente.
En otras palabras, aun cuando se alteren los factores
determinantes de la competencia, que se tuvieron en vista al iniciarse
el juicio, con posterioridad a su iniciación, la competencia primitiva
no cambia.
Ahora bien, ¿qué se entiende por causa sobreviniente?
Es aquella que se produce después de que el asunto ha quedado
radicado ante tribunal competente.
Se ha discutido si la dictación de una nueva ley que priva a un
tribunal del conocimiento de determinados asuntos entregándolo a otro
es causa sobreviniente para los efectos del artículo 109.
Se ha creído por algunos que en el evento de que la nueva ley
viniera a alterar la competencia de los tribunales, o sea, a privar a
un tribunal conocimiento de un determinado asunto, y a entregarlo a
otro dicha ley no podría aplicarse a los juicios en actual tramitación.
Se fundan en los artículo 19 n°4 de la Constitución Política que
dispone que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales sino por
el tribunal que le señale la ley que se halle establecido con
anterioridad por ésta; y el artículo 109 del Código Orgánico de
Tribunales, que prescribe que radicado con arreglo a la ley el
conocimiento de un ante tribunal competente, no se alterará esta
competencia por causa sobreviniente.
Sin embargo dicha doctrina no cuenta con el apoyo de la Corte
Suprema, y se la rebate sosteniendo que el precepto constitucional
citado lo que persigue es evitar el juzgamiento por tribunales ad hoc;
y que la causa sobreviniente a que alude el precepto también del COT
tiene que consistir en un acto o manifestación voluntad del individuo,
mas no del legislador.
EXCEPCIONES AL PRINCIPIO DE LA RADICACIÓN
a) La acumulación de autos
Derecho Procesal Orgánico
Por aplicación del principio de economía procesal, y para evitar
sentencias contradictorias, el CPC en sus artículos 92 a 100
regula la acumulación de autos que tiene lugar siempre que se
tramiten separadamente 2 o más procesos que deban constituir un
solo juicio y terminar en una sola sentencia, con el objeto de
mantener la unidad de la causa.
n) El Compromiso
El asunto que actualmente está siendo conocido por un tribunal
ordinario, y siempre que no sea de arbitraje prohibido, puede
sustraerse de su conocimiento por las partes mediante el contrato
de compromiso por el cual entregan su conocimiento a un juez
árbitro.
o) Las Visitas
Conforme al artículo 563 del COT, corresponderá a las Cortes de
Apelaciones fiscalizar la conducta funcionaria de los
funcionarios subalternos que ejerzan sus funciones dentro de su
respectivo territorio jurisdiccional.
Señala el artículo 564 que, al efecto, las Cortes designarán
anualmente a uno o más de sus ministros para que, durante el
respectivo año calendario, actúen como ministros visitadores en
los juzgados y en los oficios de los notarios, conservadores y
archiveros que se les asignen.
En el ejercicio de estas visitas a los juzgados, el ministro
visitador puede avocarse al conocimiento de causas pendientes
ante el tribunal visitado, desplazando la competencia de este
juez.
Sin embargo, esta excepción es más aparente que real porque no se
produce realmente la sustitución de un tribunal a otro sino que
lo que realmente ocurre es la sustitución de un funcionario por
otro en cuanto el ministro visitador pasa a desempeñarse como
tribunal de primera instancia, y el asunto se mantiene radicado
en el tribunal visitado.

2) Regla de Grado
Está contenida en el artículo 110 del COT: “Una vez fijada con
arreglo a la ley la competencia de un juez inferior para conocer en
primera instancia de un determinado asunto, queda igualmente fijada la
del tribunal superior que debe conocer del mismo asunto en segunda
instancia.”
La ley establece dos caminos para fijar la competencia de un
tribunal: sus propias disposiciones o la voluntad de las partes; y hay
también, por consiguiente, desde este punto de vista, dos clases de
competencia: la natural y la prorrogada.
La Competencia
Ahora bien, sea que la competencia del juez de primera instancia
se haya determinado por voluntad de las partes, es decir, mediante
prórroga de competencia, sea por voluntad de la propia ley en el
silencio de las partes, es decir, mediante competencia natural, el
hecho es que automáticamente queda determinada la competencia del
tribunal de segunda instancia.
El tribunal que va a conocer del asunto en segunda instancia será
siempre el superior jerárquico del que le ha conocido en primera
instancia.
Esta regla tiene una importancia manifiesta, en cuanto demuestra
que la ley sólo permite la competencia prorrogada en los tribunales de
primera instancia, mas no en los de segunda, siendo todas las reglas de
competencia de estos últimos de orden público y, por consiguiente,
irrenunciables por las partes.
La gradualidad tiene los siguientes presupuestos:
1) Que el asunto se encuentre radicado ante un tribunal de primera
instancia
2) Que sea procedente el recurso de apelación contra la resolución
que se pronuncie en el juicio

3) Regla de Extensión
Dice esta regla: "El tribunal que es competente para conocer de
un asunto lo es igualmente para conocer de todas las incidencias que en
él se promuevan. Lo es también para conocer de las cuestiones que se
susciten por vía de reconvención o de compensación, aunque el
conocimiento de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de
corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado"
(artículo 111 COT).
Esta regla parte de la base de que en todo asunto o negocio
judicial existe la cuestión principal y las cuestiones accesorias. La
primera constituye el fondo del asunto o negocio mismo, y las segundas
son los llamados incidentes.
Según esta regla de extensión, pues, el juez competente para
conocer de una cuestión principal, lo es también para conocer de las
cuestiones accesorias que en el curso de ella se susciten. Quien puede
lo más, puede lo menos.
También tiene competencia este mismo juez para conocer de la
reconvención. Se entiende por tal la demanda que puede deducir el
demandado en contra del demandante, utilizando el mismo proceso ya
iniciado por el segundo en contra del primero.
Igual competencia le atribuye la ley para conocer de la
compensación; esto es, de aquel modo de extinguir las obligaciones
cuando demandante y demandado son acreedores y deudores a la vez de dos
Derecho Procesal Orgánico
obligaciones y siempre que se reúnan los demás requisitos establecidos
por la ley de fondo.
Agrega todavía esta regla: que el juez que conoce de un asunto
tiene también competencia para conocer de las reconvenciones y de las
compensaciones, aun cuando estimadas separadamente, debieran ser de la
competencia de otro tribunal.
Esto último no tiene importancia práctica hoy en día pues no
existen tribunales inferiores a los juzgados de letras.

4) Regla de Prevención o Inexcusabilidad


La regla general de competencia de la prevención dice: “Siempre
que según la ley fueren, competentes para conocer de un mismo asunto
dos o más tribunales, ninguno de ellos podrá excusarse del conocimiento
bajo el pretexto de haber otros tribunales que puedan conocer del mismo
asunto; pero el que haya prevenido en el conocimiento excluye a los
demás, los cuales cesan entonces de ser competentes” (artículo 112 COT)
Esta regla está también contenida en el inciso 2° del artículo 10
del Código Orgánico de Tribunales, al prescribir: “Reclamada su
intervención en forma legal y en negocios de su competencia, no podrán
excusarse de ejercer su autoridad ni aun por falta de ley que resuelva
la contienda sometida a su decisión”.
La regla de prevención está relacionada con la clasificación que
hicimos de la competencia, en razón de su exclusividad o no, en
Competencia privativa y acumulativa o preventiva.
Manifestamos que la primera era la regla general, y la segunda, la
excepción; siendo una excepción de muy escasa aplicación práctica.
Pero el hecho es que si hay dos o más tribunales igualmente
competentes para Conocer de un asunto, el que primero entra a conocer
de él (el que previene; de ahí el término “prevención”) excluye a los
demás; y en caso de que se negare a intervenir, so pretexto de que hay
otros tribunales competentes, incurrirá en el delito de denegación de
justicia.

5) Regla de Ejecución
Es aquel que nos dice que: “La ejecución de las resoluciones
corresponde a los tribunales que las hubieren pronunciado en primera o
en única instancia” (artículos 113, inciso 1° COT y 231, inciso 1° CPC)
Estos tribunales, indudablemente, son los que están mejor dotados,
desde el punto de vista psicológico, de la mayor comprensión del
contenido de la resolución, y desde el punto de vista material, de los
medios físicos de coacción más adecuados para ejecutarla o cumplirla.
Hay una excepción a esta regla de ejecución, que dice relación con
las resoluciones que dicten los tribunales en la sustanciación de los
recursos de apelación, casación o revisión.
La Competencia
En efecto, éstos mismos tribunales están facultados para cumplir
dichas resoluciones, lo mismo que para decretar el pago de las costas a
los funcionarios que hubieren intervenido en ellos, reservando el de
las demás costas, para que sea decretado por el tribunal de primera
instancia.
Así lo señala el inciso 2° del artículo 113 del COT: “No obstante,
los tribunales que conozcan de los recursos de apelación, casación o
revisión, ejecutarán los fallos que dictaren para la sustanciación de
dichos recursos. Podrán también decretar el pago de las costas
adeudadas a los funcionarios que hubieren intervenido en ellos
reservando el de las demás costas para que sea decretado por el
tribunal de primera instancia.”
También, en conformidad al artículo 114 del COT, “Siempre que la
ejecución de una sentencia definitiva hiciere necesaria la iniciación
de un nuevo juicio, podrá éste deducirse ante el tribunal que menciona
el inciso primero del artículo precedente o ante el que sea competente
en conformidad a los principios generales establecidos por la ley, a
elección de la parte que hubiere obtenido en el pleito.”
La misma regla contiene el artículo 232 del Código de
Procedimiento Civil.
En doctrina es discutido si la facultad de ejecutar las
resoluciones judiciales debe residir en los mismos tribunales de
justicia o si, por el contrario, debiera corresponder al poder
ejecutivo.
Predomina la primera de las opciones, básicamente porque:
a) Encomendar la ejecución al poder ejecutivo sería menoscabar la
independencia del Poder Judicial.
b) Los tribunales indudablemente son los que están en mejor posición
para interpretar adecuadamente una sentencia y darle exacto
cumplimiento.
Ahora bien, este principio de la ejecución tiene una doble
consagración:
1) Desde un punto de vista positivo, el artículo 11 del COT
establece que: “Para hacer ejecutar sus sentencias y para
practicar o hacer practicar las actuaciones que decreten, podrán
los tribunales requerir de las demás autoridades el auxilio de la
fuerza pública que de ellas dependiere, o los otros medios de
acción conducentes de que dispusieren.”
“La autoridad legalmente requerida debe prestar el auxilio, sin
que le corresponda calificar el fundamento con que se le pide ni
la justicia o legalidad de la sentencia o decreto que se trata de
ejecutar.”
13) Desde un punto de vista negativo, el artículo 240 del CPC
establece que: “Cumplida una resolución, el tribunal tendrá la
Derecho Procesal Orgánico
facultad para decretar las medidas tendientes a dejar sin efecto
todo lo que se haga en contravención a lo ejecutado.”
“El que quebrantare lo ordenado cumplir será sancionado con
reclusión menor en su grado medio a máximo”

Elementos o Factores de la Competencia


Debemos distinguir los elementos o factores de la competencia
absoluta y los de la competencia relativa.
Las reglas, elementos o factores de competencia absoluta son
aquellas disposiciones legales que permiten establecer qué jerarquía,
clase o categoría de tribunal es el llamado a conocer de un determinado
asunto judicial.
Se trata, en consecuencia, de un conjunto ordenado y metódico de
preceptos de derecho procesal orgánico, que vienen a indicarnos si un
asunto judicial determinado debe ser de la competencia de un juez de
letras, de una Corte de Apelaciones o de la Corte Suprema.
Ahora bien, para elaborar el sistema, la ley ha tomado en
consideración ciertos puntos de referencia o factores, como más
propiamente se les llama.
Ellos son: el fuero, la materia y la cuantía.
Puede suceder que estos factores se encuentren en conflicto. La
ley resuelve el conflicto señalando un orden de prelación entre los
tres factores indicados: el fuero predomina sobre los factores materia
y cuantía; y entre estos dos últimos prima la materia.
Por su parte, las reglas de competencia relativa son aquellas
disposiciones legales que permiten establecer, una vez señalada la
jerarquía, clase o categoría del tribunal que debe intervenir en el
conocimiento de un negocio judicial, qué tribunal preciso y
determinado, dentro de esa jerarquía, clase o categoría, es el llamado
a conocer de él.
Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican
posteriormente a las de competencia absoluta. Estas nos han dado la
clave en orden a la jerarquía, clase o categoría del tribunal
competente para conocer de un determinado asunto; las otras, en cambio,
nos precisan el tribunal determinado dentro de la jerarquía, clase o
categoría de tribunal ya prefijado.
En otras palabras, y a vía de ejemplo, las reglas de competencia
absoluta nos dicen que, de un determinado asunto, va a conocer un juez
de letras, y las de competencia relativa, en cambio, que de ese mismo
asunto va a conocer el juez de letras de Los Ángeles.
De allí que también a las normas de competencia relativa se las
llame reglas destinadas a determinar la competencia entre tribunales de
la misma jerarquía; a diferencia de las de competencia absoluta, que
La Competencia
son reglas destinadas a determinar la competencia entre tribunales de
distinta jerarquía.
Ahora bien, así como la ley para elaborar las reglas de
competencia absoluta tomó en consideración diversos puntos de
referencia o factores, también en la confección de las de competencia
relativa hubo de tomar en consideración puntos de referencia o
factores, pero con la diferencia que, en este último caso, el factor
determinante es uno solo: el territorio.
Naturalmente que, en el hecho, el factor territorio, como
determinante de las reglas de competencia relativa, puede adoptar o
revestir diversas formas.
Así a veces, será el lugar designado en la convención; en otras,
el lugar en donde está situada la especie que se reclama; otras, el
lugar donde debe efectuarse el pago; y, en otras, en fin, será el
domicilio del demandado.
Pero, en todos estos casos, el factor determinante de la
competencia relativa del tribunal será siempre el territorio; y se las
llama reglas de competencia relativa porque, precisamente, han sido
instituidas en beneficio de las partes, por cuyo motivo son
renunciables, no puede hacerlas valer el tribunal de oficio, y los
litigantes deben exigir su cumplimiento antes de hacer cualquiera
gestión en el juicio que no implique reclamo de competencia.
En suma, los factores de competencia son:
1) El Fuero
2) La Materia
3) La Cuantía
4) El Territorio
Estos factores los establece el Código Orgánico de Tribunales al
tratar de la Competencia en el título séptimo; y también en los
distintos títulos que fijan las atribuciones de cada Tribunal.

I.- El Fuero
El fuero se refiere a la calidad o investidura de las partes de un
proceso y es un factor determinante de la competencia absoluta que
prevalece sobre los demás.
El fuero o la calidad o dignidad que tienen ciertas personas
determinan que los asuntos en que tienen interés no sean conocidos por
el Tribunal que ordinariamente conocería de él de mediar el fuero, sino
por otro de mayor jerarquía.
Su fundamento objetivo es garantizar la imparcialidad en el
juzgamiento en cuanto se estima que un tribunal de mayor jerarquía es
menos susceptible a la influencia que por la calidad que inviste,
pudiere ejercer la persona aforada.
Derecho Procesal Orgánico
De manera que en realidad, el fuero no está establecido en
beneficio de la persona aforada y por lo mismo se ha indicado que no es
completamente propio referirse al aforado como la persona que “goza” de
fuero.
El fuero opera tanto en materia civil como criminal.
Pero existen ciertos casos en que el fuero no se toma en cuenta y
son los que establece el artículo 133 del COT.
De acuerdo con esta disposición, no se considerará el fuero de que
gocen las partes en:
1) Los juicios de minas
2) Los juicios posesorios
3) Los juicios sobre distribución de aguas
4) Las particiones
5) Los juicios que se tramiten breve y sumariamente
6) Los demás que determinen las leyes
7) Ni el de los interesados en los asuntos no contenciosos
Ahora bien, dentro del fuero se distingue el fuero menor y el
fuero mayor o grande.
Las diferencias entre uno y otro están dadas:
– Por las personas que gozan de uno y otro fuero.
– Por el tribunal llamado a conocer del asunto en uno y otro
caso.
– Los asuntos que quedan comprendidos en uno y otro fuero.
A) PERSONAS QUE GOZAN DE UNO Y OTRO FUERO
En cuanto a las personas que gozan de Fuero Menor, las enumera el
artículo 45 N°2 letra g) del COT:
1) Comandantes en Jefe del Ejército, de la Armada y de la Fuerza
Aérea,
2) El General Director de Carabineros
3) Los Ministros de la Corte Suprema o de alguna Corte de
Apelaciones
4) Los Fiscales de estos tribunales
5) Los jueces letrados
6) Los párrocos y vicepárrocos
7) Los cónsules generales, cónsules o vicecónsules de las naciones
extranjeras reconocidas por el Presidente de la República
8) Las corporaciones y fundaciones de derecho público o de los
establecimientos públicos de beneficencia
La Competencia
En cuanto a las personas que gozan de Fuero Mayor, están indicadas
en el artículo 50 N°2 del COT:
1) El Presidente de la República
2) Los ex Presidentes de la República
3) Los Ministros de Estado
4) Los Intendentes y Gobernadores
5) Los Agentes Diplomáticos chilenos
6) Los Embajadores y los Ministros Diplomáticos acreditados con el
Gobierno de la República o en tránsito por su territorio
7) Los Arzobispos, los Obispos, los Vicarios Generales, los
Provisores y los Vicarios Capitulares.
B) TRIBUNAL LLAMADO A CONOCER DEL ASUNTO
De las causas en que sean parte o tengan interés las personas que
gozan de fuero menor, conocerá un Juez de Letras en primera instancia.
De los asuntos en que sean parte o tengan interés las personas que
gozan de fuero mayor, conocerá un Ministro de la Corte de Apelaciones
respectiva que corresponda según el turno que ella fije, en primera
instancia.
C) ASUNTOS QUE QUEDAN COMPRENDIDOS EN UNO Y OTRO FUERO
El fuero menor comprende tan sólo las causas civiles y de
comercio.
El fuero mayor, además de los asuntos civiles, comprende también
las causas criminales.
Sin embargo, en el nuevo proceso penal, el fuero en materia penal,
desaparece.
¿Qué ocurre si en un juicio intervienen personas que gozan
de fuero y otras que no?
En materia civil, si bien es cierto que no hay norma expresa que
resuelva el problema, no lo es menos que si aplicamos el principio de
que en caso de conflicto de competencia prima la del tribunal de mayor
jerarquía, se concluye que siempre será competente aquel que deba
conocer del juicio en razón del fuero.
En materia penal, el artículo 168 del COT establecía que en caso
de ser varios los autores de un delito o de varios delitos conexos y de
haber entre ellos individuos aforados y otros que no lo fueren, el
tribunal competente para juzgar al aforado lo era también para juzgar a
los demás autores, cómplices y encubridores.
Esta disposición fue derogada por la Ley N°19.665 de 2000;
desaparece con ello el concepto de delito conexo.
Derecho Procesal Orgánico
II.- La Materia
El segundo factor determinante de la competencia absoluta es la
materia.
Entendemos por tal la naturaleza del negocio sometido a la
decisión del tribunal.
La importancia de este factor radica en que motiva la creación de
tribunales civiles para los asuntos civiles y comerciales; laborales
para los asuntos del trabajo; de Menores para los asuntos que incumben
a éstos; o Criminales para los asuntos penales.
Pero además dentro de cierta materia, un tema específico puede
hacer que el asunto sea conocido por un tribunal determinado. Por
ejemplo: los juicios de hacienda, que son civiles, pero en los que
además tiene interés el fisco, son conocidos por un Juez de Letras de
una comuna asiento de Corte (artículo 48 del COT)
La materia como factor de competencia es desplazada por el fuero,
pero prevalece sobre la cuantía.

III.- La Cuantía
La Cuantía es el tercer factor determinante de la competencia
absoluta.
Se la define como el valor pecuniario de la cosa que es objeto del
asunto o negocio sometido a la decisión del tribunal o el monto de la
pena que el delito lleve consigo, según si se trata de asuntos civiles
o penales.
El concepto civil del factor cuantía se relaciona con el aspecto
económico del negocio sometido a la decisión del tribunal.
En cambio, el concepto penal del factor cuantía dice relación con
la mayor o menor gravedad de la sanción impuesta por el legislador al
delito objeto del respectivo proceso penal.
En efecto, dispone el artículo 115 del COT que: “En los asuntos
civiles la cuantía de la materia se determina por el valor de la cosa
disputada.”
“En los asuntos criminales se determina por la pena que el delito
lleva consigo.”
Puede percibirse entonces, que será más fácil determinar la
cuantía en un negocio penal que un negocio civil; siendo diversas las
reglas destinadas a determinar la cuantía en uno y otro caso.
En materia civil, hoy en día, habiéndose eliminado la distinción
entre justicia de menor y de mayor cuantía, existiendo simplemente
Juzgados de Letras, el factor cuantía sólo tiene importancia para
determinar el procedimiento al que deberá someterse un determinado
asunto.
La Competencia
En efecto, atendiendo a la cuantía del asunto el procedimiento
aplicable podrá ser:
– Procedimiento Ordinario de Mayor Cuantía
– Procedimiento de Menor Cuantía
– Procedimiento de Mínima Cuantía
Además el factor cuantía es importante para determinar se la
competencia será de única o de primera instancia y para determinar las
costas.
Manera de Determinar el Factor Cuantía
Desde el momento en que el factor cuantía tiene diversas
acepciones, según se trate de negocios civiles o penales, quiere decir
que también serán diversas las reglas para determinar la cuantía, según
se esté en presencia de una u otra clase de negocios.
A la vez, dentro de los negocios civiles habrá casos en que será
posible determinar el valor de la cosa disputada, y casos en que ello
será imposible.
De allí que la ley haya establecido diversas reglas para
determinar la cuantía, según se trate de:
– Asuntos civiles susceptibles de apreciación pecuniaria
– Asuntos civiles no susceptibles de apreciación pecuniaria y de
cuantía indeterminada
– Asuntos penales

A) ASUNTOS CIVILES SUSCEPTIBLES DE APRECIACIÓN PECUNIARIA


Recordemos que en los asuntos civiles la cuantía de la materia se
determina por el valor de la cosa disputada (artículo 115, inciso 1°
COT)
La regla anterior es de una gran simplicidad y pareciera ser
suficiente para solucionar todos los casos que en la práctica se
presentan; pero el legislador ha preferido dictar otras reglas
complementarias de la anterior, a fin de obviar toda clase de
dificultades en orden a determinar la cuantía dentro de un pleito.
Veamos, pues, cuáles son estas reglas complementarias o
especiales:
a) Si en una misma demanda se entablaren a la vez varias acciones,
en los casos en que puede esto hacerse conforme a lo prevenido en
el Código de Procedimiento, se determinará la cuantía del juicio
por el monto a que ascendieren todas las acciones entabladas
(artículo 121 COT)
p) Si fueren muchos los demandados en un mismo juicio, el valor
total de la cosa o cantidad debida determinará la cuantía de la
Derecho Procesal Orgánico
materia, aun cuando por no ser solidaria la obligación no pueda
cada uno de los demandados ser compelido al pago total de la cosa
o cantidad, sino tan solo al de la parte que le correspondiere
(artículo 122 COT)
q) Si el demandado al contestar la demanda entablare reconvención en
contra del demandante, la cuantía de la materia se determinará
por el monto a que ascendieren la acción principal y la
reconvención reunidas; pero para estimar la competencia se
considerará el monto de los valores reclamados por vía de
reconvención, separadamente de los que son materia de la demanda
(artículo 124 COT)
En caso de existir reconvención, la cuantía es la resultante de
la suma de la demanda con la reconvención y sirve para todos los
efectos legales; salvo para determinar la competencia del
tribunal, en cuyo caso es necesario analizar separadamente el
valor de la demanda y de la reconvención y ver si cada una de
ellas cuadra dentro de la competencia del tribunal. El artículo
315 inciso 2°, del CPC, repite este mismo concepto.
De acuerdo con el profesor Oberg la norma no tiene aplicación
práctica en virtud del principio de la Extensión que consagra el
artículo 111 del COT, según el cual el tribunal que es competente
para conocer de un asunto lo es también para conocer de las
cuestiones que se susciten por vía de reconvención, aunque el
conocimiento de estas cuestiones, atendida su cuantía, hubiere de
corresponder a un juez inferior si se entablaran por separado.
r) En los juicios de desahucio o de restitución de la cosa
arrendada, el valor de lo disputado se determinará por el monto
de la renta o del salario convenido para cada período de pago, y
en los de reconvenciones, por el monto de las rentas insolutas
(artículo 125 COT)
s) Si lo que se demanda fuere el resto insoluto de una cantidad
mayor qué hubiere sido antes pagada en parte, se atenderá, para
determinar la cuantía de la materia, únicamente al valor del
resto insoluto (artículo 126 COT)
t) Cuando se demanda el pago de pensiones periódicas, la ley
distingue varias situaciones:
– Si se trata del derecho a pensiones futuras que no abracen un
tiempo determinado, se fijará la cuantía de la materia por la
suma a que ascendieren dichas pensiones en un año.
– Si se trata de pensiones futuras que tienen tiempo
determinado, se atenderá al monto de todas ellas.
– Si se tratare del cobro de una cantidad procedente de
pensiones periódicas ya devengadas, la determinación se hará
por el monto a que todas ellas ascendieren (artículo 127 COT).
La Competencia
Conocido el concepto de nuestra ley procesal sobre el factor
cuantía, como determinante de la competencia absoluta del tribunal, y
la aplicación práctica de ese concepto a casos particulares, así como,
la lectura de los artículos 128 y 129 del Código Orgánico de Tribunales
nos permite deducir que el momento determinante de la cuantía en el
juicio es aquel de la interposición de la demanda.
Consecuencias de la afirmación anterior son las siguientes:
– Si el valor de la cosa disputada se aumentare o disminuyere
durante la instancia, no sufrirá alteración alguna la
determinación que antes se hubiere hecho con arreglo a la ley
(artículo 128 COT)
– Tampoco sufrirá la determinación alteración alguna en razón de
lo que se deba por intereses o frutos devengados después de la
fecha de la demanda, ni de lo que se deba por costas o daños
causados durante el juicio; pero los intereses, frutos o daños
debidos antes de la demanda se agregarán al capital demandado,
y se tomarán en cuenta para determinar la cuantía de la
materia (artículo 129 COT)
B) ASUNTOS CIVILES NO SUSCEPTIBLES DE APRECIACIÓN PECUNIARIA Y DE
CUANTÍA INDETERMINADA
No son susceptibles de apreciación pecuniaria aquellos asuntos en
que la materia del juicio, por su propia naturaleza, hace imposible
atribuirles un determinado valor.
Pero el legislador, recurriendo a una ficción, los ha reputado
asuntos de mayor cuantía.
En efecto, señala el inciso 1° del artículo 130 del COT: “Para el
efecto de determinar la competencia se reputarán de mayor cuantía los
negocios que versen sobre materias que no estén sujetas a una
determinada apreciación pecuniaria.”
El legislador a continuación, colocó de ejemplos de asuntos de
cuantía indeterminada, los siguientes:
1) Las cuestiones relativas al estado civil de las personas.
2) Las relativas a la separación de bienes entre marido y mujer, o a
la crianza y cuidado de los hijos;
3) Las que versen sobre validez o nulidad de disposiciones
testamentarias, sobre petición de herencia, o sobre apertura y
protocolización de un testamento y demás relacionadas con la
apertura de la sucesión, y
4) Las relativas al nombramiento de tutores y curadores, a la
administración de estos funcionarios, a su responsabilidad, a sus
excusas y a su remoción.
El artículo 131 agrega que se reputarán también, en todo caso,
como materias de mayor cuantía, para el efecto de determinar la
competencia del juez:
Derecho Procesal Orgánico
– El derecho al goce de los réditos de un capital acensuado.
– Todas las cuestiones relativas a procedimientos concursales o
de liquidación entre el deudor y los acreedores.
Se trata de asuntos de cuantía indeterminada y que el legislador
reputa de mayor cuantía.
C) ASUNTOS PENALES
En los asuntos penales la cuantía se determina por la pena que el
delito lleva consigo (artículo 115 inciso 2° del COT)
Por otra parte, el artículo 132 señala que: “Para determinar la
gravedad o levedad en materia criminal, se estará a lo dispuesto en el
Código Penal.”
Manera de Acreditar en el Expediente la Cuantía del Juicio
La lectura de los artículos 116 al 120 del Código Orgánico de
Tribunales -que son los preceptos que nos dan la solución del problema
planteado- nos obliga a distinguir, según:
– Si el demandante acompaña documentos en que aparezca la
cuantía
– Si el demandante no acompaña documentos, o, de acompañarlos,
no aparece esclarecido en ellos el valor de la cosa disputada
Y, aun en estos dos últimos casos, a subdistinguir según si la
acción entablada es personal o real.

En efecto:
1° Si el demandante acompaña documentos en que aparece la cuantía
Si el demandante acompaña documentos que sirvan de apoyo a su
acción y en ellos aparece determinado el valor de la cosa disputada, se
estará para determinar la competencia a lo que conste de dichos
documentos (artículo 116, inciso 1° COT).
Puede también acontecer que la obligación cuya declaración o pago
se persiga en juicio aparezca expresada en moneda extranjera.
En tal evento, para determinar la cuantía del pleito, podrá
acompañar el actor, al tiempo de presentar la demanda, un certificado
expedido por un Banco, que exprese en moneda nacional la equivalencia
de la moneda extranjera demandada.
Dicho certificado no podrá ser anterior en más de quince días a la
fecha de la presentación de la demanda (artículo 116, inciso 2°, COT).
2° Si el demandante no acompaña documentos
Si el demandante, en cambio, no acompaña documentos o,
acompañándolos, en ellos no aparece esclarecido el valor de la cosa
disputada, será necesario subdistinguir si la acción es real o
personal:
La Competencia
a) Si la acción entablada fuere personal, se determinará la cuantía
de la materia por la apreciación que el demandante haga en su
demanda verbal o escrita (artículo 117 COT)
b) Si la acción entablada fuere real, se estará a la apreciación que
las partes hicieren de común acuerdo (artículo 118, inciso 1°
COT).
Esta apreciación de común acuerdo por las partes, la ley la
presume de derecho, esto es, no permite rendir prueba en
contrario, por el simple hecho de comparecer ante el juez para
cualquiera diligencia o trámite del juicio todas las partes
juntas o cada una de ellas separada mente, sin que ninguna haya
entablado reclamo por incompetencia nacida del valor de la cosa
disputada (artículo 118, inciso 2° COT).
Si no existe la presunción de derecho anteriormente señalada,
quiere decir que no tenemos aún determinado el valor de la cosa
disputada y, por consiguiente, no tenemos aún fijada la
competencia del tribunal en relación a la cuantía del negocio.
De allí que, en este último caso, el juez ante quien se hubiere
entablado la demanda nombrará un perito para que avalúe la cosa,
y se reputará por verdadero valor de ella, para el efecto de
determinar la cuantía del juicio, el que dicho perito le fijare
(artículo 119 C. 0. T.)
En otros términos, la apreciación del perito no admite
impugnación y se la tendrá de inmediato como definitiva.
Claro está que si cualquiera de las partes tiene dudas acerca de
la cuantía del pleito, y ésta no aparece determinada en los autos por
alguno de los medios antes señalados, podrá hacer las gestiones
convenientes para que dicho valor sea fijado antes de que se pronuncie
la sentencia, y aun el tribunal de oficio puede dictar las medidas y
órdenes convenientes para el mismo efecto (artículo 120 COT)

IV.- El Territorio
Es el único factor de la competencia relativa y se define como el
lugar geográfico donde sucede el evento que la ley considera para
determinar la competencia.
Hemos visto que la ley para satisfacer los anhelos de justicia ha
colocado o creado tribunales en los distintos territorios y distribuye
en ellos la jurisdicción de modo de cubrir la totalidad de la
República.
Por ello cuando se habla de la competencia relativa se le denomina
también competencia horizontal, mientras que a la competencia absoluta
se le llama también competencia vertical.
El elemento territorio es el que permite, entonces, determinar,
una vez señalada la jerarquía del tribunal que debe intervenir en el
Derecho Procesal Orgánico
conocimiento de un negocio judicial, qué tribunal preciso dentro de esa
jerarquía es el llamado a conocer de él.
Las reglas de competencia relativa, por consiguiente, se aplican
posteriormente a las de la competencia absoluta.
Para estudiar con precisión las reglas de competencia relativa es
previo determinar la naturaleza de los negocios, o asuntos en que
dichas reglas van a aplicarse.
Será necesario, en consecuencia, distinguir las reglas de
competencia relativa en:
– Los asuntos contenciosos civiles
– Los asuntos de jurisdicción voluntaria
– Los asuntos penales
A) ASUNTOS CONTENCIOSOS CIVILES
El artículo 134 del Código Orgánico de Tribunales establece que:
“En general, es juez competente para conocer de una demanda civil o
para intervenir en un acto no contencioso el del domicilio del
demandado o interesado, sin perjuicio de las reglas establecidas en los
artículos siguientes y de las demás excepciones legales.”
Este precepto da a entender, en consecuencia, que la regla
general, en nuestro derecho positivo, es que el juez competente para
conocer de una demanda civil debe serlo el del domicilio del demandado;
y que la excepción está constituida por aquellos jueces señalados en
los artículos siguientes o en otras disposiciones legales.
Sin embargo un estudio más detenido del problema nos hace llegar
a un solución diametralmente opuesta.
En efecto, son tantas las excepciones establecidas por el
legislador a la regla general que en el hecho esta viene a constituir
la excepción, y las excepciones, la regla general.
El método seguido por el legislador sobre este particular también
es casuístico; de suerte que nosotros estudiaremos estas reglas de
competencia relativa colocándonos en las mismas y diversas situaciones
en que se sitúa nuestra ley procesal orgánica.
En efecto:
En primer lugar, es competente el juez del lugar que las partes
hayan establecido en la correspondiente convención. (artículos 135 y
138 del COT)
Si las partes nada han estipulado al respecto es preciso atender a
la naturaleza de la acción, es preciso distinguir si la acción
entablada es mueble o inmueble.
a) Si la acción es mueble
Es competente el juez del domicilio del demandado.
La Competencia
Si el demandado tuviere su domicilio en dos o más lugares, podrá
el demandante entablar su acción ante el juez de cualquiera de ellos
(artículo 140 del COT)
Si los demandados fueren dos o más y cada uno de ellos tuviere su
domicilio en diferente lugar, podrá el demandante entablar su acción
ante el juez de cualquier lugar donde esté domiciliado uno de los
demandados, y en tal caso quedarán los demás sujetos a la jurisdicción
del mismo juez (artículo 141 del COT)
Conforme al artículo 142, cuando el demandado fuere una persona
jurídica se reputará por domicilio, para el objeto de fijar la
competencia del juez, el lugar donde tenga su asiento la respectiva
corporación o fundación.
Y si la persona jurídica demandada tuviere establecimientos,
comisiones u oficinas que la representen en diversos lugares como
sucede con las sociedades comerciales, deberá ser demandada ante el
juez del lugar donde exista el establecimiento, comisión u oficina que
celebró el contrato o que intervino en el hecho que da origen al
juicio.
b) Si la acción es inmueble
Desde el momento en que, en conformidad al artículo 580 del Código
Civil, los derechos y acciones se reputan muebles o inmuebles según sea
la cosa en que han de ejercerse o que se deba, quiere decir que acción
inmueble será aquella en que se haga valer un derecho que recaiga sobre
un inmueble o mediante la cual se pretenda la entrega de un inmueble.
Conforme al artículo 135 del COT, si la acción entablada es
inmueble, serán competentes para conocer del juicio, a elección del
demandante:
– El juez del lugar del lugar donde debe cumplirse la obligación
Si una misma demanda comprendiere obligaciones que deban
cumplirse en diversos territorios jurisdiccionales, será
competente para conocer del juicio el juez del lugar en que se
reclame el cumplimiento de cualquiera de ellas (artículo 139
del COT)
– El del lugar donde se contrajo la obligación.
– El del lugar donde se encontrare la especie reclamada
Ahora bien, si el inmueble o inmuebles que son objeto de la
acción estuvieren situados en distintos territorios
jurisdiccionales, será competente cualquiera de los jueces en
cuya comuna o agrupación de comunas estuvieren situados.
(artículo 135 COT)
Por último, conforme al artículo 137 del COT, “si una misma acción
tuviere por objeto reclamar cosas muebles e inmuebles, será juez
competente el del lugar en que estuvieren situados los inmuebles.”
Derecho Procesal Orgánico
“Esta regla es aplicable a los casos en que se entablen
conjuntamente dos o más acciones, con tal que una de ellas por lo menos
sea inmueble.”
Pero además de las reglas indicadas, existen otras normas
especiales de competencia relativa que priman sobre ellas:
a) Es competente para conocer de los interdictos posesorios el juez
de letras del territorio jurisdiccional en que estuvieren
situados los bienes a que se refieren. Si ellos, por su
situación, pertenecieren a varios territorios jurisdiccionales,
será competente el juez de cualquiera de éstos (artículo 143)
u) Será juez competente para conocer de los juicios de distribución
de aguas el de la comuna o agrupación de comunas en que se
encuentra el predio del demandado. Si el predio estuviere ubicado
en comunas o agrupaciones de comunas cuyo territorio
correspondiere a distintos juzgados, será competente el de
cualquiera de ellas (artículo 144)
v) Conocerá de todos los asuntos a que se refiere el Código de
Minas, el juez letrado que tenga jurisdicción en la comuna o
agrupación de comunas en que esté ubicada la pertenencia. Lo cual
se entiende sin perjuicio de las disposiciones especiales que se
establecen en el mismo Código de Minas, en este Código y en el de
Procedimiento Civil (artículo 146)
w) Será juez competente para conocer de las demandas sobre alimentos
deducidas por el cónyuge o por los hijos menores el de la
residencia del alimentario, pero si éste la hubiere cambiado por
abandono del hogar o rapto, será competente el del domicilio del
alimentante (artículo 147)
x) Será juez competente para conocer del juicio de petición de
herencia, del de desheredamiento y del de validez o nulidad de
disposiciones testamentarias, el del lugar donde se hubiere
abierto la sucesión del difunto con arreglo a lo dispuesto por el
artículo 955 del Código Civil (artículo 148)
y) Será juez competente en materia de quiebras, cesiones de bienes y
convenios entre deudor y acreedores el del lugar en que el
fallido o deudor tuviere su domicilio (artículo 154)
B) ASUNTOS DE JURISDICCIÓN VOLUNTARIA
Lo mismo que acontece con las reglas de competencia relativa en
asuntos contenciosos civiles, el artículo 134 del Código Orgánico de
Tribunales establece que, en general, es juez competente para
intervenir en un acto no contencioso el del domicilio del interesado;
regla que, a primera vista, pareciera ser de carácter general, cuando,
en realidad, viene a ser la excepción.
Veamos, pues, cuáles son los casos en que el tribunal competente
para intervenir en un acto de jurisdicción voluntaria no es el del
La Competencia
domicilio del interesado sino otro diverso, aun cuando, en el hecho,
ambos pueden coincidir:
a) Será juez competente para conocer de todas las diligencias
judiciales relativas a la apertura de la sucesión, formación de
inventarios, tasación y partición de los bienes que el difunto
hubiere dejado el del último domicilio del causante (artículo 148
inciso 2°)
Pero si la gestión versa sobre dación de posesión efectiva de
herencia, y la sucesión se abre en el extranjero deberá pedirse
en el lugar en que tuvo el causante su último domicilio en Chile,
o en el domicilio del que la pida si aquél no lo hubiere tenido
(artículo 149)
z) Será juez competente para conocer del nombramiento de tutor o
curador y de todas las diligencias que, según la ley, deben
preceder a la administración de estos cargos, el del lugar donde
tuviere su domicilio el pupilo, aunque el tutor o curador
nombrado tenga el suyo en lugar diferente (artículo 150)
El mismo juez será competente para conocer de todas las
incidencias relativas a la administración de la tutela o
curaduría, de las incapacidades o excusas de los guardadores y de
su remoción.
aa) En los casos de presunción de muerte por desaparecimiento, el
juez del lugar en que el desaparecido hubiere tenido su último
domicilio será competente para declarar la presunción de muerte y
para conferir la posesión provisoria o definitiva de los bienes
del desaparecido a las personas que justifiquen tener derecho a
ellos (artículo 151)
bb) Para nombrar curador a los bienes de un ausente o a una
herencia yacente, será competente el juez del lugar en que el
ausente o el difunto hubiere tenido su último domicilio
cc) Para nombrar curador a los derechos eventuales del que está
por nacer, será competente el juez del lugar en que la madre
tuviere su domicilio (artículo 152)
dd) Para aprobar o autorizar la enajenación, hipotecación o
arrendamiento de inmuebles, es competente el juez del lugar donde
éstos estuvieren situados (artículo 153)
C) ASUNTOS PENALES
Para facilitar el estudio de las reglas de competencia relativa en
asuntos penales, será necesario distinguir, según se trate de delitos
cometidos fuera del territorio de la República, o de delitos cometidos
dentro del territorio nacional.
1° Delitos cometidos fuera del territorio de la República
Excepcionalmente pueden juzgarse en Chile delitos cometidos en el
extranjero.
Derecho Procesal Orgánico
En efecto, conforme al artículo 6 del Código Orgánico de
Tribunales, quedan sometidos a la jurisdicción chilena los siguientes
crímenes y simples delitos perpetrados fuera del territorio:
1) Los cometidos por un agente diplomático o consular de la
República, en el ejercicio de sus funciones.
14) La malversación de caudales públicos, fraudes y exacciones
ilegales, la infidelidad en la custodia de documentos, la
violación de secretos, el cohecho, cometidos por funcionarios
públicos chilenos o por extranjeros al servicio de la República.
15) Los que van contra la soberanía o contra la seguridad
exterior del Estado, perpetrados ya sea por chilenos naturales,
ya por naturalizados, y los contemplados en el Párrafo 14 del
Título VI del Libro II del Código Penal, cuando ellos pusieren en
peligro la salud de habitantes de la República.
16) Los cometidos, por chilenos o extranjeros, a bordo de un
buque chileno en alta mar, o a bordo de un buque chileno de
guerra surto en aguas de otra potencia.
17) La falsificación del sello del Estado, de moneda nacional, de
documentos de crédito del Estado, de las Municipalidades o de
establecimientos públicos, cometida por chilenos, o por
extranjeros que fueren habidos en el territorio de la República.
18) Los cometidos por chilenos contra chilenos si el culpable
regresa a Chile sin haber sido juzgado por la autoridad del país
en que delinquió.
19) La piratería.
20) Los comprendidos en los tratados celebrados con otras
potencias.
21) Los sancionados por el Título I del Decreto No. 5 839, de 30
de septiembre de 1948, que fijó el texto definitivo de la Ley de
Defensa Permanente de la Democracia, cometidos por chilenos o por
extranjeros al servicio de la República.
De acuerdo con el artículo 167 del mismo Código Orgánico, de
dichos delitos conocerán los tribunales Garantía o Tribunales Orales en
lo penal de la Jurisdicción de la Corte de Apelaciones de Santiago.
¿Cuál? El que determine un autoacordado.

2° Delitos cometidos dentro del territorio de la República


Dispone el artículo 157 del COT, que será competente para conocer
de un delito el tribunal en cuyo territorio se hubiere cometido el
hecho que da motivo al proceso.
El delito se considerará cometido en el lugar donde se dio
comienzo a su ejecución.
La Competencia
El juzgado de garantía del lugar de comisión del hecho investigado
conocerá de las gestiones a que diere lugar el procedimiento previo al
juicio oral.
No obstante, cuando las gestiones debieren efectuarse fuera del
territorio jurisdiccional del juzgado de garantía y se tratare de
diligencias urgentes, la autorización judicial previa podrá ser
concedida por el juez de garantía del lugar donde deban realizarse.
Asimismo, si se suscitare conflicto de competencia entre jueces de
varios juzgados de garantía, cada uno de ellos estará facultado para
otorgar las autorizaciones o realizar las actuaciones urgentes,
mientras no se dirimiere la competencia.
Conforme al inciso final del artículo 157 la competencia, así como
la de la Corte de Apelaciones que deba conocer en segunda instancia, no
se alterará por razón de haber sido comprometidos por el delito
intereses fiscales.
El artículo 159 se refiere al caso en que el Ministerio Público
decida investigar en forma conjunta hechos constitutivos de delito en
los cuales, de acuerdo al artículo 157 de este Código, correspondiere
intervenir a más de un juez de garantía.
En tal evento, dispone que continuará conociendo de las gestiones
relativas a dichos procedimientos el juez de garantía del lugar de
comisión del primero de los hechos investigados.
Conforme con el inciso 2° de la misma disposición, el Ministerio
Público deberá comunicar su decisión en cada uno de los procedimientos
que se seguirán en forma conjunta, para lo cual solicitará la citación
a una audiencia judicial de todos los intervinientes en ellos.
El o los jueces de garantía inhibidos harán llegar copias de los
registros que obraren en su poder al juez de garantía al que
correspondiere continuar conociendo de las gestiones a que diere lugar
el procedimiento.
Si el Ministerio Público decidiere posteriormente separar las
investigaciones que llevare conjuntamente, continuarán conociendo de
las gestiones correspondientes los jueces de garantía competentes de
conformidad al artículo 157, procediéndose de igual modo que el
indicado.

Reglas sobre Competencia Civil de los Tribunales en lo Criminal


Las reglas relativas a la competencia civil de los tribunales en
lo criminal están consagradas en los artículos 171 a 174 del Código
Orgánico de Tribunales.
El artículo 171 inciso 1° establece que la acción civil derivada
de un delito podrá ejercitarse ante el tribunal que conoce del
respectivo proceso criminal.
Derecho Procesal Orgánico
Es decir, la acción civil derivada de un delito puede ser ejercida
ante el tribunal en lo criminal que conoce del respectivo delito.
Pero la víctima podrá también ejercer esas acciones civiles ante
el tribunal civil correspondiente.
Con todo, admitida a tramitación la demanda civil en el
procedimiento penal, no se podrá deducir nuevamente ante un tribunal
civil (artículo 59 del Código Procesal Penal)
Pero aún más, una vez deducida o acumulada la acción civil ante el
juez del crimen, subsiste la competencia de éste, aunque después alguna
de las partes sea, por otro juez, declarada en quiebra (artículo 171
inciso 2° del COT)
Ahora bien, si la acción civil tuviere por objeto la mera
restitución de una cosa, deberá ser deducida precisamente ante ese
tribunal en lo criminal.
Es decir, la acción civil que tuviere por objeto únicamente la
restitución de la cosa, deberá interponerse siempre durante el
respectivo procedimiento penal.
Por lo demás, el tribunal que conoce del proceso criminal es
también competente para resolver acerca de la responsabilidad civil que
pueda afectar a terceros a consecuencia de un delito; y podrá adoptar,
durante el juicio, las medidas necesarias para hacer a su tiempo
efectiva esa responsabilidad.
CUESTIONES PREJUDICIALES CIVILES
Cuestiones prejudiciales civiles son aquellas que se refieren a un
hecho de carácter civil que constituye uno de los elementos que la ley
estima para:
– Definir el delito que se persigue
– Agravar o disminuir la pena
– No estimar culpable al autor del delito
La regla general es que estas materias sean de competencia del
tribunal en lo criminal.
Así lo establece el artículo 173 del Código Orgánico de
Tribunales: “Si en el juicio criminal se suscita cuestión sobre un
hecho de carácter civil que sea uno de los elementos que la ley penal
estime para definir el delito que se persigue, o para agravar o
disminuir la pena, o para no estimar culpable al autor, el tribunal con
competencia en lo criminal se pronunciará sobre tal hecho.”
Sin embargo existen algunas excepciones.
Serán juzgadas previamente por el tribunal a quien la ley tiene
encomendado el conocimiento de ellas:
1) Las cuestiones sobre validez de matrimonio
2) Las cuestiones sobre cuentas fiscales
La Competencia
3) Las cuestiones sobre estado civil cuya resolución deba servir de
antecedente necesario para el fallo de la acción penal
persecutoria de los delitos de usurpación, ocultación o supresión
de estado civil.
22) Las excepciones de carácter civil concernientes al dominio o
a otro derecho real sobre inmuebles, cuando dichas excepciones
aparecieren revestidas de fundamento plausible y de su
aceptación, por la sentencia que sobre ellas recaiga, hubiere de
desaparecer el delito.
En todo caso, la prueba y decisión de las cuestiones civiles que
es llamado a juzgar el tribunal que conoce de los juicios criminales,
se sujetarán a las disposiciones del derecho civil.

Reglas del Turno y de la Distribución de Causas (así se


denominaban antes de la última reforma)
Una vez precisada la categoría o jerarquía del Tribunal que debe
conocer de un asunto, y precisado además el tribunal específico dentro
de dicha categoría; puede presentarse una nueva dificultad: que existan
dos o más jueces igualmente competentes en el lugar donde el juicio
debe quedar radicado.
Para sortear esta dificultad vienen en auxilio las reglas del
turno y de la distribución de causas.
Ahora bien, para determinar la forma en que operan estas reglas,
es preciso distinguir si el lugar es o no asiento de Corte de
Apelaciones.
1° SI NO EXISTE CORTE DE APELACIONES
El artículo 175 del COT dispone que en las comunas o agrupaciones
de comunas en donde hubiere más de un juez de letras, deberá
presentarse ante la Secretaria del PRIMER Juzgado de Letras toda
demanda o gestión judicial que se iniciare y que deba conocer alguno de
esos jueces.
Esta designación se hará por un sistema informático asignándole un
número de orden y cada juez de letras deberá conocer de todos los
asuntos judiciales que le sea asignado, y seguirá conociendo de ellos
hasta su conclusión.
Lo dispuesto en este artículo no se aplicará a los juzgados de
garantía ni a los tribunales orales en lo penal, que se regirán por las
normas especiales que los regulan.
2° SI EL LUGAR ES ASIENTO DE CORTE DE APELACIONES
En este caso es preciso distinguir según se trate de asuntos
civiles contenciosos y no contenciosos.
Tratándose de los asuntos civiles contenciosos, en conformidad al
artículo 176 del COT, en los lugares de asiento de Corte en que hubiere
Derecho Procesal Orgánico
más de un juez de letras en lo civil, deberá presentarse a la
secretaría de la Corte toda demanda o gestión judicial que se iniciare
y que deba conocer alguno de dichos jueces, a fin de que se designe el
juez a quien corresponda su conocimiento.
Esta designación se hará electrónicamente por orden del presidente
del tribunal, asignando a cada causa un número de orden, según su
naturaleza.
Excepciones
1° Serán de la competencia del juez que hubiere sido designado
anteriormente (artículo 178):
a) Las demandas en juicios que se hayan iniciado:
– Por medidas prejudiciales
– Por medidas preparatorias de la vía ejecutiva
– Mediante la notificación previa ordenada por el artículo 758
del Código de Procedimiento Civil
ee) Todas las gestiones que se susciten con motivo de un juicio
ya iniciado
ff) Aquellas gestiones a que dé lugar el cumplimiento de una
sentencia, fuera del caso previsto en la parte final del artículo
114.
2° No están sujetos a lo dispuesto en el artículo 176:
El ejercicio de las facultades que corresponden a los jueces para
el conocimiento de los asuntos que tienen por objeto dar cumplimiento a
resoluciones o decretos de otros juzgados o tribunales.

Naturaleza de las Reglas del Turno y Distribución de Causas


Este punto ha sido sumamente discutido en doctrina y existen al
respecto 3 posiciones:
a) Algunos sostienen que se trata de verdaderas reglas de
competencia absoluta porque está comprometido el interés general,
la mejor administración de justicia y porque en la práctica,
obligan al tribunal a cumplirlas de oficio, todo lo cual es
propio de las reglas de competencia absoluta.
Así lo estima Casarino para quien dichas reglas son de orden
público en cuanto han sido establecidas con el objeto de
conseguir una mejor administración de justicia mediante una justa
y equitativa distribución del trabajo entre los distintos
tribunales.
gg) Para otros, estas reglas son de competencia relativa o
territorial en cuanto sirven para determinar el tribunal
competente dentro de una misma jerarquía, y por ende, son
renunciables.
La Competencia
hh) Finalmente, algunos estiman que no se trata de reglas ni de
competencia absoluta ni relativa, sino que solo son medidas de
orden tendientes a distribuir de forma adecuada el trabajo
judicial. Por tanto, su omisión no acarrea la incompetencia del
tribunal.
La Jurisprudencia ha resuelto que el turno no constituye
propiamente una regla de competencia desde que los jueces a que se
refiere son competentes en igual grado y tienen la misma jerarquía. Son
simplemente medidas de orden y buen gobierno judicial.
La opción que se adopte es importante en cuanto el legislador
sanciona al juez que entra a conocer de un asunto con manifiesta
incompetencia absoluta.
Si lo hace con ignorancia inexcusable, incurre en un delito.
Si la ignorancia es excusable, el juez quedará sujeto a las
medidas disciplinarias del caso.

La Prórroga de Competencia
Se acostumbra definir la prórroga de competencia como el acto por
el cual las partes litigantes le otorgan competencia a un tribunal para
conocer de un determinado asunto judicial en circunstancias de que
naturalmente no la tiene.
En efecto, el artículo 181 del Código Orgánico de Tribunales
establece que “Un tribunal que no es naturalmente competente para
conocer de un determinado asunto, puede llegar a serlo si para ello las
partes, expresa o tácitamente, convienen en prorrogarle la competencia
para este negocio.”
Recordemos que lo que se prorroga es la competencia; la
jurisdicción es improrrogable.
Todo tribunal tiene jurisdicción, mas no así competencia; de
suerte que lo que las partes le otorgan, expresa o tácitamente, no
puede ser otra cosa que la competencia de la cual se halla privado para
conocer de un determinado asunto judicial.
La prórroga de competencia es una facultad de las partes y no del
tribunal, de ahí que el tribunal relativamente incompetente no pueda
negarse a aceptarla. Rige aquí en su integridad el principio de la
Inexcusabilidad.

Requisitos de la Prórroga de Competencia


Para que se verifique válidamente la prórroga de la competencia es
indispensable la concurrencia de los siguientes requisitos copulativos:
1) Que exista convenio de las partes
2) Que se trate de un asunto contencioso civil
Derecho Procesal Orgánico
3) Debe tratarse de la primera instancia
4) Debe tratarse de tribunales ordinarios de igual jerarquía
1° Convenio de las partes
El convenio de las partes implica la existencia de un acuerdo de
voluntades de los litigantes en orden a atribuirle competencia a un
tribunal para que conozca de un determinado asunto, el cual sin este
acuerdo carecería legalmente de atribuciones para intervenir en él.
El tribunal en cuestión es incompetente para conocer de un
determinado asunto; la ley no le ha conferido atribuciones para conocer
de él; son las partes las que voluntariamente quieren atribuirle esa
facultad.
De ahí que se diga que el tribunal tendrá competencia prorrogada
para conocer de ese asunto judicial, mas no competencia natural, pues
esta última, según nuestra clasificación, es aquella que confiere la
ley y no la voluntad de las partes.
A su vez, el convenio de las partes puede revestir dos formas. En
otros términos, dos son las maneras como las partes litigantes pueden
expresar su acuerdo de voluntades en orden a prorrogar la competencia:
– Expresamente
– Tácitamente
Se prorroga la competencia expresamente cuando en el contrato
mismo o en un acto posterior han convenido en ello las partes,
designando con toda precisión el juez a quien se someten. (artículo 186
COT).
En conformidad al artículo 187 del COT se entiende que prorrogan
tácitamente la competencia:
– El demandante, por el hecho de ocurrir ante el juez
interponiendo su demanda.
– El demandado, por hacer, después de personado en el juicio,
cualquiera gestión que no sea la de reclamar la incompetencia
del juez.
Distingue, pues, claramente la ley entre la prórroga de
competencia tácita efectuada tanto por el demandante como por el
demandado; y establece verdaderas presunciones de derecho sobre el
particular.
Concurriendo los requisitos legales, para presumir la prórroga de
competencia, ésta queda establecida en autos sin admitirse prueba en
contrario tendiente a demostrar que ésa no fue la voluntad de las
partes.
Es interesante también hacer notar que para que se produzca la
prórroga de competencia tácita por parte del demandado, la ley exige
que éste se haya personado en el juicio.
La Competencia
Y ¿si el juicio se ha seguido en su rebeldía?
La jurisprudencia es contradictoria, pues algunos fallos entienden
que basta que el juicio se ha a seguido en rebeldía del demandado para
que la prórroga de competencia se produzca.
Así lo estima también don Jaime Galté.
En cambio Casarino es de la opinión contraria atendiendo al tenor
literal de la ley que es diverso, pues exige expresamente que el
demandado se haya personado en el juicio.
¿Quiénes tienen capacidad para prorrogar la competencia?
Pueden prorrogar competencia todas las personas que según la ley
son hábiles para estar en juicio por sí mismas, y por las que no lo son
pueden prorrogarla sus representantes legales (artículo 184 COT)
2° Asunto contencioso civil
Este segundo requisito para que se produzca válidamente la
prórroga de competencia, se halla señalado en forma expresa en el
artículo 182 del Código Orgánico de Tribunales según el cual la
prórroga de competencia sólo procede respecto de negocios contenciosos
civiles.
Entendemos por negocio o contencioso aquel en que existe una
contienda, esto es, una controversia de orden jurídico y actual
sometida a la decisión de un tribunal; y por negocio contencioso civil,
aquel en que la controversia jurídica versa sobre una materia regulada
por el derecho civil en sentido amplio, o sea, como contrapuesto al
derecho penal.
En consecuencia, a contrario sensu, la prórroga de competencia no
puede producirse ni en los negocios de jurisdicción voluntaria ni en
los asuntos de orden penal.
Otra consecuencia interesante, que deducimos de lo anterior, es
que las normas de competencia relativa, en materia de jurisdicción
voluntaria y en los negocios penales, han sido establecidas por razones
de orden público, lo mismo que las normas de competencia absoluta; por
lo cual son irrenunciables por las partes y el tribunal puede declarar
de oficio, en cualquier estado del juicio o negocio, su incompetencia
en razón de territorio.
3° Debe tratarse de la primera instancia
Así lo establece expresamente el artículo 182 del COT: “La
prórroga de competencia sólo procede en primera instancia, entre
tribunales ordinarios de igual jerarquía y respecto de negocios
contenciosos civiles.
4° Debe tratarse de tribunales ordinarios de igual jerarquía
También lo señala expresamente el artículo 182 del Código
Orgánico.
Derecho Procesal Orgánico
Debe entonces tratarse de tribunales ordinarios y deben ser de la
misma jerarquía, es decir, deben ser competentes absolutamente, esto
es, a la luz de los factores fuero, materia y cuantía.
El Tribunal al que se pretende prorrogarle competencia debe
únicamente ser incompetente en razón del factor territorio.
Si pretendiéramos prorrogar competencia a un tribunal incompetente
en razón del fuero, de la materia o de la cuantía, quiere decir que
permitiríamos la prórroga de la competencia absoluta, lo cual se
encuentra prohibido.

Efectos de la Prórroga de la Competencia


El efecto primordial consiste en radicar el asunto ante un
tribunal naturalmente incompetente para conocer de él a la luz del
factor territorio.
Ahora bien, la prórroga de competencia sólo surte efectos entre
las personas que han concurrido a otorgarla, mas no respecto de otras
personas como los fiadores o codeudores (artículo 185 COT).
Se trata de la aplicación del principio general que dice que, para
que una persona se obligue a otra mediante un acto o declaración de
voluntad, es preciso, entre otros requisitos, que consienta en dicho
acto o declaración.
Se ha resuelto uniformemente por la jurisprudencia que si la
obligación es solidaria y uno de los codeudores solidarios prorroga la
competencia, ella obliga a los demás deudores solidarios.

Formas de Impedir la Prórroga de la Competencia


El demandado podrá evitar la prórroga de competencia, formulando
el incidente correspondiente de incompetencia relativa, incidente que
se hace valer, generalmente, en forma de excepción dilatoria y, como
tal, antes de hacer cualquiera gestión en el pleito que no implique
reclamo de la competencia (artículos 303, N°1 y 305 CPC)
Si se formula después, debe ser rechazado, pues se habría
producido la prórroga tácita de competencia.

Los Conflictos de Competencia


Puede suceder que tanto el tribunal llamado a intervenir en un
asunto como las partes interesadas en el mismo, estimen que ese
tribunal carece de competencia para conocer de él.
Se plantea de este modo un conflicto de competencia que, cuando es
promovido por las partes, recibe el nombre de cuestión de
competencia; y que cuando se suscita entre tribunales se denomina
contienda de competencia .
La Competencia
Es decir, los conflictos de competencia pueden clasificarse en:
– Cuestiones de competencia
– Contiendas de competencia

a) Cuestiones de Competencia
Cuestión de competencia es aquella incidencia formulada por las
partes acerca de la falta de atribuciones del tribunal requerido para
conocer de un asunto determinado.
Señala el artículo 193 del COT que las cuestiones de competencia
se regirán por las reglas que señalen al efecto los Códigos de
Procedimiento y demás disposiciones legales.
El Código de Procedimiento Civil regla estas cuestiones de
competencia en los artículos 101 a 112.
El Código de Procedimiento Civil establece dos caminos o vías para
formular una cuestión de competencia:
1) La Vía Inhibitoria
2) La Vía Declinatoria
Así lo dispone el artículo 101 del CPC: “Podrán las partes
promover cuestiones de competencia por inhibitoria o por declinatoria.”
“Las que hayan optado por uno de estos medios, no podrán después
abandonarlo para recurrir al otro. Tampoco podrán emplearse los dos
simultánea ni sucesivamente.”
La cuestión de competencia por vía inhibitoria es aquella que se
intenta ante el tribunal a quien se cree competente, pidiéndole que se
dirija al que está conociendo del negocio para que se inhiba y le
remita los autos.
A ella se refiere el artículo 102 del CPC: “La inhibitoria se
intentará ante el tribunal a quien se crea competente, pidiéndole que
se dirija al que esté conociendo del negocio para que se inhiba y le
remita los autos.”
La cuestión de competencia por declinatoria, en cambio, se plantea
ante el tribunal a quien se cree incompetente para conocer un negocio
que le está sometido, indicándole cual es el que se estima competente y
pidiéndole que se abstenga de dicho conocimiento.
A ella se refiere el artículo 111 del CPC: “La declinatoria se
propondrá ante el tribunal a quien se cree incompetente para conocer de
un negocio que le esté sometido, indicándole cuál es el que se estima
competente y pidiéndole se abstenga de dicho conocimiento. Su
tramitación se sujetará a las reglas establecidas para los incidentes.”
Derecho Procesal Orgánico
b) Las Contiendas de Competencia
Las contiendas de competencia son conflictos que se suscitan entre
dos o más tribunales cuando todos ellos estiman que tienen competencia
para conocer de un determinado asunto judicial o que ninguno de ellos
la posee.
La contienda de competencia puede originarse al declarar de oficio
un tribunal su incompetencia para conocer de un tribunal en el cual se
ha requerido su intervención.
También puede originarse cuando las partes formulan una cuestión
de competencia, y los tribunales cuya competencia se ha puesto en duda
se estiman todos igualmente competentes, o bien, estiman todos que
ninguno tiene facultad para conocer del negocio.
En todo caso, sea cual fuere la forma u origen de la contienda de
competencia, en definitiva, algún tribunal tendrá que conocer del
asunto y de allí que sea preciso resolver la contienda.
Las contiendas de competencia admiten una doble clasificación:
1) Según el contenido de la contienda, ellas pueden clasificarse en:
– Contiendas Positivas de Competencia
– Contiendas Negativas de Competencia
Será positiva cuando todos los tribunales involucrados se estimen
igualmente competentes para conocer del asunto.
Será negativa cuando todos ellos se consideren incompetentes.
23) Según los tribunales en contienda, pueden clasificarse en:
– Contiendas entre tribunales ordinarios
– Contiendas entre tribunales especiales o entre un tribunal
ordinario y uno especial
– Contiendas entre un tribunal de justicia y una autoridad
política o administrativa
– Contienda entre tribunales arbitrales
– Contienda entre un tribunal arbitral y un tribunal ordinario o
especial
TRIBUNAL LLAMADO A DIRIMIR LA CONTIENDA DE COMPETENCIA
En conformidad al artículo 192 del COT, las contiendas de
competencia serán falladas en única instancia.
El tribunal llamado a dirimir la contienda dependerá de los
tribunales involucrados en ella.
1° Contienda entre tribunales ordinarios
La Competencia
Para determinar el tribunal llamado a resolver la contienda entre
tribunales ordinarios es preciso distinguir si dichos tribunales son de
igual o distinta jerarquía:
– Si son de la misma jerarquía, serán resueltas por el tribunal
que sea superior común de los que estén en conflicto.
– Si los tribunales fueren de distinta jerarquía, será
competente para resolver la contienda el superior de aquel que
tenga jerarquía más alta.
– Si dependieren de diversos superiores, iguales en jerarquía
resolverá la contienda el que sea superior del tribunal que
hubiere prevenido en el conocimiento del asunto.
2° Contiendas entre tribunales especiales o entre un tribunal
ordinario y uno especial
Las contiendas entre tribunales especiales o entre un tribunal
ordinario y uno especial, debe distinguirse se dependen o no de una
misma Corte de Apelaciones:
– Dependientes ambos de una misma Corte de Apelaciones, serán
resueltas por ella.
– Si dependieren de diversas Cortes de Apelaciones resolverá la
contienda la que sea superior jerárquico del tribunal que
hubiere prevenido en el conocimiento del asunto.
– Si no pudieren aplicarse las reglas precedentes, resolverá la
contienda la Corte Suprema.
3° Contiendas entre tribunales de justicia y autoridades políticas
o administrativas
Para determinar quien es llamado a dirimir las contiendas entre
tribunales de justicia y autoridades políticas o administrativas es
preciso distinguir:
– Si se produce entre estas autoridades y los tribunales
inferiores, resolverá la Corte Suprema.
– Si se produce entre dichas autoridades y los tribunales
superiores de justicia, corresponde resolver la contienda al
Senado.
4° Contiendas entre tribunales arbitrales
Para resolver las contiendas entre tribunales arbitrales se
aplican las mismas reglas que para los tribunales ordinarios y para
tales efectos los jueces árbitros de primera, de segunda o de única
instancia tendrán por superior, para los efectos de este artículo, a la
respectiva Corte de Apelaciones (inciso final del artículo 190 del COT)
5° Contiendas entre un tribunal arbitral y uno ordinario o uno
especial
Derecho Procesal Orgánico
Para resolver las contiendas entre un tribunal arbitral y uno
ordinario, se aplica la misma regla que tratándose de conflictos entre
tribunales ordinarios.
En cuanto a la forma de resolver de las contiendas entre un
tribunal arbitral y un tribunal ordinario, la ley nada dice. La opinión
mayoritaria estima que corresponde resolver a la Corte Suprema ya que
el tribunal arbitral se asimila a un tribunal ordinario para estos
efectos.
Estructura y Organización del Poder Judicial

C) Estructura y Organización del Poder Judicial


La Constitución Política y el Código Orgánico de Tribunales
consideran en forma relevante la función jurisdiccional, la que asigna
a una serie de entidades denominadas Tribunales de Justicia, que en su
conjunto constituyen el Poder Judicial.
Tanto la Carta Fundamental como el Código Orgánico de Tribunales
se preocupan entonces de sentar la estructura y organización del Poder
Judicial y de fijar sus atribuciones.

Bases o Principios Fundamentales de la Organización de los


Tribunales
Antes de entrar en el estudio de la organización misma de los
tribunales, es menester referirse a ciertos principios esenciales sobre
los que descansa dicha organización.
Los principios o bases fundamentales de la organización de los
tribunales son aquellas normas indispensables sobre las que descansa el
Poder judicial y que le otorgan una individualidad propia.
Estos principios fundamentales de organización judicial:
– Determinan la estructura del Poder Judicial
– Reglan el ejercicio de la jurisdicción
– Señalan a los magistrados las normas con arreglo a las cuales
deben actuar ministerialmente
Algunos de estos principios se encuentran en la Constitución
Política del Estado y otros en el Código Orgánico de Tribunales en los
primeros artículos, o sea, en el título I, que trata justamente “Del
Poder judicial y de la Administración de justicia en general”.
Si bien no existe unanimidad al respecto podemos decir que estos
principios fundamentales de la organización de los tribunales, los
siguientes:
1) Legalidad
2) Territorialidad
3) Independencia
4) Pasividad
5) Inamovilidad
6) Responsabilidad
7) Publicidad
8) Gratuidad
9) Inavocabilidad
Derecho Procesal Orgánico
10) Sedentariedad
11) Gradualidad

I.- Legalidad
El principio de la legalidad en la organización de los tribunales
consiste en que los jueces deben, tanto en la tramitación de los
procesos, como en la dictación de los fallos, proceder con estricta
sujeción a la ley.
Este principio general a todos los órganos del Estado se encuentra
consagrado en los artículos 6 y 7 de la Constitución.
Conforme al artículo 6, los órganos del Estado deben someter su
acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella.
Por su parte, el artículo 7 señala que los órganos del Estado
actúan válidamente previa investidura regular de sus integrantes,
dentro de su competencia y en la forma que prescriba la ley.
Agrega que ninguna magistratura, ninguna persona ni grupo de
personas pueden atribuirse, ni aun a pretexto de circunstancias
extraordinarias, otra autoridad o derechos que los que expresamente se
les hayan conferido en virtud de la Constitución o las leyes.
Por lo demás, el principio de la legalidad emana de la propia
esencia del Poder judicial, cuya misión, precisamente, es la de
administrar justicia, o sea, aplicar las leyes al caso concreto de
contienda o controversia sometido a su decisión.
Ello en relación con las normas que regulan el proceso; implica
que nadie puede ser juzgado por comisiones especiales, sino por el
tribunal que le señale la ley y que se halle establecido con
anterioridad por ésta.
Toda sentencia de un órgano que ejerza jurisdicción debe fundarse
en un proceso previo legalmente tramitado. Corresponderá al legislador
establecer siempre las garantías de un procedimiento y una
investigación racionales y justos.
En suma el principio de la legalidad comprende los siguientes
aspectos:
1) La organización y atribuciones de los tribunales de justicia.
Ellos deben encontrase establecidos con anterioridad y solo
pueden actuar dentro de las atribuciones que les han conferido la
Constitución y las leyes.
2) La Tramitación y fallo con arreglo a derecho. La Constitución
garantiza a todas las personas el derecho al debido proceso.
3) El Principio de Inexcusabilidad de los Tribunales. Los tribunales
no sólo tiene la facultad de conocer de los asuntos de su
competencia sino además el deber de hacerlo aunque no exista ley
que resuelva el conflicto.
Estructura y Organización del Poder Judicial
II.- Territorialidad
Este principio fundamental de organización judicial está
consagrado en el artículo 7 inciso 1° del Código Orgánico de
Tribunales, al decir: “Los tribunales sólo podrán ejercer su potestad
en los negocios y dentro del territorio que la ley les hubiere
respectivamente asignado.”
Por razones de orden y de buena marcha en la administración de
justicia, la ley distribuye la jurisdicción entre los diversos
tribunales que ella misma crea, asignándole a cada uno el conocimiento
de determinados negocios; como igualmente para que actúen en un
territorio determinado.
Agrega el inciso 2° del artículo antes mencionado: “Lo cual no
impide que en los negocios de que conocen puedan dictar providencias
que hayan de llevarse a efecto en otro territorio.”
Existen entonces excepciones al principio de la territorialidad:
1° Los Exhortos
Pero, en verdad, en este caso, el tribunal no actúa directamente
en otro territorio, sino a través o por intermedio del tribunal que
ejerce jurisdicción en ese otro territorio, mediante lo que se denomina
competencia delegada.

2° La Orden de Detención
La orden de detención es válida en todo el territorio de al
República sin necesidad de exhortar a otro tribunal para que la
despeche (artículo 283 del CPP)
3° La Inspección Personal del Tribunal
La inspección personal pueden de decretarla los tribunales para
llevarse a efecto aun fuera del territorio jurisdiccional en que se
sigue el juicio (artículo 403 CPC)
4°Artículo 6 del Código Orgánico
El conocimiento de los delitos a que se refiere el artículo 6 del
COT.
Si no están expresamente autorizados por la ley, los actos que
ejecuten los tribunales fuera de sus respectivos territorios
jurisdiccionales serán nulos, en virtud de lo dispuesto por el artículo
7 de la CPE.

III.- Independencia
Este otro principio fundamental de organización de los tribunales
se halla consagrado en el artículo 12 del Código Orgánico de
Derecho Procesal Orgánico
Tribunales, que dispone: “El Poder Judicial es independiente de toda
otra autoridad en el ejercicio de sus funciones.”
Presenta un doble aspecto, uno positivo y otro negativo:
– Positivo, en el sentido de que el Poder Judicial es libre,
soberano e independiente de los demás poderes públicos
(Independencia Funcional)
– Negativo, en cuanto a que al Poder Judicial le está
terminantemente prohibido intervenir y mezclarse en las
atribuciones o funciones de los demás poderes públicos
(Independencia Orgánica)
El aspecto positivo del principio fundamental de la independencia
del Poder Judicial está consagrado en los artículos 7 y 73 de la
Constitución Política del Estado, reforzados por los artículos 12 del
Código Orgánico de Tribunales y 222 del Código Penal referido a la
usurpación de funciones.
El negativo, en cambio, en los artículos 7 de la Constitución y en
el artículo 4 del Código Orgánico de Tribunales y 222 del Código Penal.
Dispone expresamente el artículo 4 del COT que: “Es prohibido al
Poder Judicial mezclarse en las atribuciones de otros poderes públicos
y en general ejercer otras funciones que las determinadas en los
artículos precedentes.”
Esta independencia del Poder Judicial o independencia objetiva,
sin embargo, no es suficiente por sí sola para atender los
requerimientos de justicia.
A ella debe sumarse también la independencia subjetiva del juez,
esto es, la imparcialidad del funcionario.
La independencia objetiva del Poder Judicial es instrumental a la
Imparcialidad o Independencia del Juez; si la Constitución consagra la
independencia del Poder Judicial lo hace con la finalidad de que ella
contribuya a la imparcialidad de los jueces.
Ahora bien, naturalmente el principio de independencia no es
absoluto ya que en la práctica se produce la interdependencia o
interrelación de los poderes públicos.
Así, por ejemplo, el Ejecutivo cuenta con el indulto presidencial;
y conjuntamente con el Poder legislativo intervienen en el nombramiento
de los magistrados.
A su vez, los tribunales pueden decidir la inaplicabilidad de una
ley en un caso concreto debido a su inconstitucionalidad.
Asimismo, los tribunales pueden prescindir de la aplicación de
decretos supremos y reglamentos del Presidente de la República si los
estima contrarios a la Constitución o la ley.
Estructura y Organización del Poder Judicial
IV.- Pasividad
Este principio fundamental de organización de los tribunales está
consagrado en el artículo 10 del Código Orgánico de Tribunales, que
dice: “Los tribunales no podrán ejercer su ministerio sino a petición
de parte, salvo los casos en que la ley los faculte para proceder de
oficio.”
La disposición legal transcrita consagra, entonces, las dos formas
clásicas de actuación de los tribunales: de oficio y a petición de
parte.
De oficio, sinónimo de proceder por propia iniciativa, sin
necesidad de requerimiento previo alguno, ni de persona, ni de ningún
organismo.
A petición de parte, equivalente a actuación previo requerimiento
o solicitud de parte interesada.
En el Derecho Civil, la regla general es que los tribunales actúen
previo requerimiento o petición de parte. La excepción es que, dentro
de esta materia, puedan actuar de oficio.
Podemos citar, entre estos casos de excepción, los siguientes:
1) La declaración de nulidad absoluta de los actos o contratos
cuando ella aparece de manifiesto (artículo 1683 del Código
Civil)
2) Las medidas para mejor resolver que pueden decretar los
tribunales, puesto el proceso en estado de sentencia (artículo
159 CPC)
3) La declaración de implicancia como causal de inhabilidad
(artículo 200 COT)
4) La declaración de inadmisibilidad de los recursos de apelación y
de casación (artículos 213, 781 y 804 CPC)
5) La casación de forma de oficio (artículo 776 CPC)
6) Etc.
La sanción civil asignada por nuestra legislación al acto
ejecutado por el juez de oficio, en circunstancias que ha debido sólo
actuar a petición de parte, es la nulidad de dicho acto, en virtud de
lo prescrito en el artículo 7 de la CPE.
Y si esa extralimitación de funciones recae en la dictación de la
sentencia definitiva, incurre en un vicio procesal llamado ultrapetita,
que autoriza interponer en contra de dicha sentencia recurso de
casación en la forma para obtener así su nulidad (artículo 768, N°4,
CPC)
Fuera de esta sanción civil, también hay sanción penal para el
magistrado que se extralimita en sus funciones, de conformidad a lo
preceptuado en los artículos 224 y 225, N°3, del Código Penal.
Derecho Procesal Orgánico
Ahora bien, así como la ley ha prohibido, por regla general, a los
jueces actuar de oficio, les ha impuesto, al mismo tiempo, la
obligación de ejercer su ministerio cada vez que son requeridos en la
forma legal.
Ella está consagrada en el inciso 2° del artículo 10 del Código
Orgánico de Tribunales, que dice: “Reclamada su intervención en forma
legal y en negocios de su competencia, no podrán excusarse de ejercer
su autoridad, ni aun por falta de ley que resuelva la contienda
sometida a su decisión.”
Luego, para que esta obligación pese sobre un magistrado con
fuerza legalmente obligatoria, se requiere la concurrencia copulativa
de dos requisitos:
a) Reclamo de la intervención del magistrado en forma legal, esto
es, de la manera o forma como los Códigos de Procedimientos se
encargan de señalar para cada caso particular.
b) Reclamo de la intervención del magistrado en negocios de su
competencia, o sea, en asuntos o materias de aquellas que la ley
ha entregado a su conocimiento.
La disposición legal comentada se pone todavía en el caso que no
exista ley que resuelva la contienda sometida a la decisión del
magistrado, e insiste en que esta circunstancia no será óbice para que
se excluya de ejercer su ministerio.
Y si no hay ley que resuelva el conflicto sometido a su decisión,
¿cómo lo decidirá?
El artículo 170, N°5 del Código de Procedimiento Civil viene en
auxilio del juez y le soluciona la dificultad o el problema, en el
sentido de permitirle aplicar en el fallo, a falta de ley, los
principios de equidad.

V.- Inamovilidad
El principio fundamental de organización de los tribunales,
llamado de la inamovilidad de sus miembros, por su trascendental
importancia, reconoce como fuente un precepto de orden constitucional.
En efecto, el artículo 80 de la Constitución Política del Estado
dispone: “Los jueces permanecerán en sus cargos durante su buen
comportamiento; pero los inferiores desempeñarán su respectiva
judicatura por el tiempo que determinen las leyes.”
De manera que la inamovilidad es un privilegio o garantía
consagrado en beneficio de los magistrados judiciales y que consiste en
que no pueden ser removidos de sus cargos mientras observen el buen
comportamiento exigido por la Constitución y las leyes y, en caso de
serlo, previa causa legalmente sentenciada, en que se demuestre la
falta de ese buen comportamiento.
Estructura y Organización del Poder Judicial
La inamovilidad tiende, a su vez, a asegurar el principio de la
independencia de los tribunales de justicia. Si los jueces no fueran
inamovibles, su independencia sería completamente ilusoria.
A pesar de la importancia manifiesta del principio de la
inamovilidad de los jueces, no es de carácter absoluto, pues tiene sus
limitaciones que la propia Constitución se encarga de establecer, o
bien que las entrega a las leyes.
No obstante lo anterior, los jueces cesarán en sus funciones:
1° Al cumplir 75 años de edad
La norma relativa a la edad no regirá respecto al Presidente de la
Corte Suprema, quien continuará en su cargo hasta el término de su
período.
2° Por renuncia o incapacidad legal sobreviniente
Entre las incapacidades sobrevinientes se cuenta la de haber sido
condenados por crimen o simple delito.
3° En caso de ser depuestos de sus destinos, por causa legalmente
sentenciada
Estos casos de excepción en que los magistrados pueden ser
removidos de sus funciones son los siguientes:
1) Por remoción acordada por la Corte Suprema en la forma
establecida en el inciso final del artículo 80 de la Constitución
Política del Estado, o sea, a requerimiento del Presidente de la
República, a solicitud de parte interesada, o de oficio, podrá
declarar que los jueces no han tenido buen comportamiento y,
previo informe del inculpado y de la Corte de Apelaciones
respectiva, en su caso, acordar su remoción por la mayoría del
total de sus componentes. Estos acuerdos se comunicarán al
Presidente de la República para su cumplimiento.
2) Por haber sido el juez mal calificado, pues en tal caso queda
removido de su cargo (artículo 278 bis COT: “El funcionario que
figure en lista Deficiente o, por segundo año consecutivo, en
lista Condicional, una vez firme la calificación respectiva,
quedará removido de su cargo por el solo ministerio de la ley. En
tanto no quede firme la mencionada calificación, el funcionario
quedará de inmediato suspendido de sus funciones”)
3) Por sentencia ejecutoriada recaída en el juicio de amovilidad, en
que se declare que el juez no tiene la buena comportación exigida
por la Constitución Política del Estado para permanecer en el
cargo (artículo 332, N°4, COT)
4) Por haber sido declarado responsable, criminal o civilmente por
delito cometido por el juez en razón de sus actos ministeriales
(artículo 332, N°9 COT)
5) Por la declaración de culpabilidad hecha por el Senado, con
respecto a los magistrados de los tribunales superiores de
Derecho Procesal Orgánico
justicia, por notable abandono de sus deberes, en conformidad a
los artículos 48 y 49 de la Constitución Política del Estado
(artículo 333 COT)

VI.- Responsabilidad
La responsabilidad que afecta a los funcionarios públicos en el
desempeño de sus funciones constituye un principio básico de todo el
Derecho Público.
La responsabilidad judicial es aquella que nace para el juez con
ocasión o motivo del desempeño de la labor judicial, sea por la omisión
de sus deberes o por exceder sus atribuciones, transgrediendo con ello
sus deberes ministeriales.
La responsabilidad como principio fundamental de organización de
los tribunales está consagrada en los artículos 79 de la Constitución
Política del Estado y 13 del Código Orgánico de Tribunales.
El primero de estos preceptos establece que: “Los jueces son
personalmente responsables por los delitos de cohecho, falta de
observancia en materia sustancial de las leyes que reglan el
procedimiento, denegación y torcida administración de justicia y, en
general, de toda prevaricación en que incurran en el desempeño de sus
funciones.”
“Tratándose de los miembros de la Corte Suprema, la ley
determinará los casos y el modo de hacer efectiva esta
responsabilidad.”
El segundo agrega que: “Las decisiones o decretos que los jueces
expidan en los negocios de que conozcan no les impondrán
responsabilidad sino en los casos expresamente determinados por la
ley.”
La responsabilidad de los jueces puede ser penal, civil
administrativa y política.
1° Responsabilidad penal y civil
Ahora bien, la responsabilidad penal y civil de los jueces por los
actos de su ministerio, recibe adecuada reglamentación en el título X,
párrafo 8°, artículos 324 y siguientes del Código Orgánico de
Tribunales, que determinan los casos en que un juez incurre en
responsabilidad y el modo o manera de hacerla efectiva.
Responsabilidad penal es aquella en que incurre un juez por
delitos que cometa en el ejercicio de su cargo, los que reciben la
denominación genérica de "prevaricación".
Responsabilidad civil, en cambio, es aquella en que puede incurrir
un juez por los daños o perjuicios que cause a virtud de conducta
dolosa o culposa en el ejercicio de su cargo, la cual, a falta de
preceptos especiales, está sometida a los principios generales del
derecho.
Estructura y Organización del Poder Judicial
El Código Orgánico establece ciertas limitaciones en orden a hacer
efectiva la responsabilidad civil y penal de los jueces:
a) No podrá hacerse efectiva la responsabilidad criminal o civil en
contra de un juez mientras no haya terminado por sentencia firme
la causa o pleito en que se supone causado el agravio.
ii) No puede deducirse acusación o demanda civil contra un juez
para hacer efectiva su responsabilidad criminal o civil si no se
hubieren entablado oportunamente los recursos que la ley franquea
para la reparación del agravio causado, ni cuando hayan
transcurrido seis meses desde que se hubiere notificado al
reclamante la sentencia firme recaída en la causa en que se
supone inferido el agravio.
Para las personas que no fueren las directamente ofendidas o
perjudicadas por el delito del juez cuya responsabilidad se
persigue, el plazo de seis meses correrá desde la fecha en que se
hubiere pronunciado sentencia firme.
jj) Ninguna acusación o demanda civil entablada contra un juez
para hacer efectiva su responsabilidad criminal o civil podrá
tramitarse sin que sea previamente calificada de admisible por el
juez o tribunal que es llamado a conocer de ella.
Esta admisibilidad debe determinarse en un juicio previo o
antejuicio, como también se le califica, llamado "querella de
capítulo”.
kk) De acuerdo con el artículo 331 del COT, ni en el caso de
responsabilidad criminal ni en el caso de responsabilidad civil
la sentencia pronunciada en el juicio de responsabilidad alterará
la sentencia firme.
Cabe señalar que en conformidad al artículo 330 del COT, siempre
que, por el examen de un proceso o de los datos o documentos
estadísticos, o por cualquier otro modo auténtico, llegaren a noticia
de un tribunal antecedentes que hagan presumir que un juez u oficial
del ministerio público de orden inferior a dicho tribunal ha cometido
en el ejercicio de sus funciones algún crimen, o simple delito, mandará
sacar compulsa de los antecedentes o datos que reciba al respecto, y
los hará pasar al oficial del ministerio público o al tribunal a quien
corresponda, para que entable en el término de seis días la respectiva
acusación contra el funcionario responsable.
2° Responsabilidad Administrativa
La responsabilidad administrativa o disciplinaria se hace efectiva
cuando el juez comete una falta o abuso en el ejercicio de sus
funciones y es independiente de la responsabilidad penal o civil.
Así lo señala el artículo 532 del COT: “Las providencias que
tomaren los jueces en el ejercicio de sus facultades disciplinarias se
entenderán sin perjuicio de formarse el proceso correspondiente al
Derecho Procesal Orgánico
empleado que hubiere faltado gravemente a sus deberes o cuya conducta
diere lugar a presumir que ha habido en ella dolo o malicia.”
Pueden existir casos en que la conducta del juez no alcanza a
constituir un delito, sin embargo, implica una trasgresión a su
conducta ministerial. Es aquí cuando adquiere mayor relevancia la
responsabilidad disciplinaria, la que puede hacerse efectiva de dos
formas:
– De oficio, a través de la jurisdicción disciplinaria que les
corresponde ejercer a los tribunales superiores de justicia
que deben vigilar la conducta ministerial de sus subalternos.
– A petición de parte, a través de la queja o a través del
recurso de queja.
3° Responsabilidad Política
Responsabilidad política o constitucional es aquella que afecta a
los magistrados de los tribunales superiores de justicia cuando
incurren en notable abandono de deberes.
Para hacer efectiva esta responsabilidad política se requiere de
una acusación por notable abandono de deberes patrocinada por cierto
número mínimo de diputados (10); y quien juzga como jurado es el Senado
de la República.

VII.- Publicidad
Este otro principio fundamental en que descansa la organización de
nuestros tribunales está consagrado en el artículo 9 del Código
Orgánico de Tribunales, que dice: “Los actos de los tribunales son
públicos, salvo las excepciones expresamente establecidas por la ley.”
Confirma este principio el artículo 380, N°3 del mismo Código, al
señalar entre las funciones de los Secretarios de Cortes o juzgados, la
de “Dar conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los
procesos que tengan archivados en sus oficinas, y de todos los actos
emanados de la Corte o juzgado, salvo los casos en que el procedimiento
deba ser secreto en virtud de una disposición expresa de la ley.”
La publicidad es la mejor garantía de una buena y correcta
administración de justicia.
Si el tribunal actúa en conformidad a la ley, o sea, en forma
eficiente y honorable, no tiene por qué temer a la publicidad; al
contrario, debe ser su más grande aspiración.
Cualquiera persona puede, pues, imponerse de los procesos
judiciales, materializados en los expedientes, de las actuaciones que
los componen y de los demás actos emanados de los propios tribunales.
Naturalmente, como todos estos principios fundamentales, la
publicidad también tiene sus excepciones; y, para ser tales, deben
estar expresamente establecidas en la ley.
Estructura y Organización del Poder Judicial
Algunos casos en que las actuaciones judiciales revisten el
carácter de secretas, son los siguientes:
1) Los acuerdos de los tribunales colegiados, salvo que se estime
conveniente llamar al relator de la causa (artículo 81 COT)
2) Los juicios de filiación.
3) El pliego de posiciones mientras no se lleve a cabo la audiencia
de absolución de posiciones (artículo 387 del CPC)
4) El sumario en los juicios criminales, salvo las excepciones que
la propia ley establece (artículo 78 del Código de Procedimiento
Penal)
En el nuevo proceso penal y en conformidad al artículo 182 del
Código Procesal Penal, las actuaciones de investigación
realizadas por el ministerio público y por la policía serán
secretas para los terceros ajenos al procedimiento.
El imputado y los demás intervinientes en el procedimiento podrán
examinar los registros y los documentos de la investigación
fiscal y policial.
El fiscal podrá disponer que determinadas actuaciones, registros
o documentos sean mantenidas en secreto respecto del imputado o
de los demás intervinientes, cuando lo considerare necesario para
la eficacia de la investigación. En tal caso deberá identificar
las piezas o actuaciones respectivas, de modo que no se vulnere
la reserva y fijar un plazo no superior a cuarenta días para la
mantención del secreto.
El imputado o cualquier otro interviniente podrá solicitar del
juez de garantía que ponga término al secreto o que lo limite, en
cuanto a su duración, a las piezas o actuaciones abarcadas por
él, o a las personas a quienes afectare (artículo 182 del Código
Procesal Penal)

VIII.- Gratuidad
Este principio fundamental consiste en que la administración de
justicia debe ser esencialmente gratuita.
Sin embargo, su aplicación práctica da origen a diversas
cuestiones:
– ¿La función judicial debe ser gratuita o remunerada?
– Y, en caso de ser remunerada, ¿esta remuneración debe
soportarla el Estado o, por el contrario, las personas que
piden se ponga en movimiento la función, o sea, los propios
litigantes?
Acerca del primer problema, esto es, si la función judicial debe
ser gratuita o remunerada, la doctrina totalmente acorde contesta esta
interrogante, en el sentido de que la función de administrar justicia
Derecho Procesal Orgánico
debe ser remunerada, porque si así no lo fuere, su ejercicio sería sólo
patrimonio de los ricos; a lo que cabe agregar que si en la sociedad
actual toda función pública debe ser remunerada, con mayor razón debe
serlo la judicial, de por sí técnica, pesada y compleja.
Resuelta la primera cuestión, en cuanto a que la función judicial
debe ser remunerada, nace de inmediato la segunda, o sea, quién debe
soportar los gastos de esta remuneración, si el Estado o los
litigantes.
La doctrina también se ha uniformado en el sentido de que debe
soportarlos el Estado, porque la función judicial se ejerce en su
nombre, con miras al interés público, y de ser remunera los jueces por
los litigantes, se atentaría contra su decoro y serviría de magnífico
pretexto para sospechar de su indiscutible imparcialidad.
Sin embargo, establecido que el Estado debe soportar la
remuneración de los jueces, cabe aún preguntarse si esta remuneración
debe correr a cargo de la totalidad de los contribuyentes o sólo de
aquellos contribuyentes litigantes.
Tres teorías o doctrinas se han diseñado sobre el particular:
a) Una, sostiene que la remuneración de la magistratura debe ser
soportada por la totalidad de los contribuyentes, porque sería
injusto hacerla recaer sólo sobre los contribuyentes litigantes,
puesto que si recurren a los tribunales de justicia es en
atención a que atraviesan, precisamente, por un período de
apremio económico en sus vidas.
b) Otra, agrega que la remuneración de la magistratura debe ser
soportada exclusivamente por los contribuyentes litigantes,
porque es la única manera de poner atajo a la manía de litigar y
de evitar las demandas temerarias o de mala fe.
c) Una tercera, por fin, estima que la remuneración de la
magistratura, en principio, debe soportarla el Estado, ya que se
ejerce en su nombre y con miras al interés público; pero como en
último término el beneficiado es el litigante, deben imponerse a
éste cargas tributarias, aunque moderadas, que sirvan en parte al
Estado a sobrellevar los pesados gastos que la administración de
justicia le demanda.
En Chile, en esta materia, se ha seguido más bien la tercera
doctrina, llamada también ecléctica, la cual sostiene que la función
judicial debe ser remunerada por el Estado, pero que puede resarcirse
de esta carga imponiendo tributos a los contribuyentes litigantes.
En efecto, en nuestro país, los jueces son verdaderos funcionarios
públicos, y como tales son remunerados con los fondos generales de la
Nación.
Pero los litigantes, a su vez, deben soportar cargas tributarias
moderadas:
Estructura y Organización del Poder Judicial
– Algunas, van directamente a arcas fiscales, por ejemplo,
impuestos establecidos en la ley de timbres, estampillas y
papel sellado
– Otras, a beneficiar a determinados funcionarios auxiliares de
la administración de justicia por las actuaciones cumplidas en
razón de su ministerio, por ejemplo, derechos de los
receptores, notarios, conservadores, archiveros, etc. y
honorarios de los abogados; todo ello sin perjuicio de lo que
resuelva el tribunal, en definitiva, en materia de costas.
Por excepción, hay litigantes que están exentos de soportar estas
cargas tributarias y son aquellos que gozan del privilegio de pobreza,
el que puede revestir dos formas, según sea su fuente u origen.:
– Legal (artículos 593 y 600 COT)
– Judicial (artículo 591 COT)

IX.- Inavocabilidad
Este nuevo principio fundamental de organización judicial lo
hallamos consagrado en el artículo 8 del Código Orgánico de Tribunales,
que dice: "Ningún tribunal puede avocarse el conocimiento de causas o
negocios pendientes ante otro tribunal, a menos que la ley le confiera
expresamente esta facultad".
El término avocarse es sinónimo de llamar hacia sí, o de traer a
su conocimiento.
Lo encontramos empleado, tanto en el artículo 8 del Código
Orgánico de Tribunales ya citado, como en el artículo 76 de la
Constitución Política del Estado que establece que ni el Presidente de
la República ni el Congreso pueden, en caso alguno, ejercer funciones
judiciales, avocarse causas pendientes, revisar los fundamentos o
contenidos de sus resoluciones o hacer revivir procesos fenecidos.
En consecuencia, la inavocabilidad, en el fondo, es una
prohibición impuesta tanto al Presidente de la República como al
Congreso Nacional, frente al Poder judicial; y también a los diversos
tribunales de justicia del país entre sí.
Consiste en que radicado un juicio o asunto ante un tribunal
determinado, no puede otro tribunal o el propio Presidente o el
Congreso pretender conocer de él.
Es tal la importancia de este principio que, de no aceptarse ante
el derecho positivo, reinaría el caos en la administración de justicia.
Una excepción la encontramos establecida en el artículo 560 y 561
del Código Orgánico de Tribunales, que no hace sino que confirmar la
regla general de la inavocabilidad, al establecer las denominadas
visitas extraordinarias en cuya virtud, un ministro visitador puede
avocarse al conocimiento de un proceso pendiente ante el tribunal
visitado. Por cierto que este ministro en visita interviene en calidad
Derecho Procesal Orgánico
de juez de primera instancia y sus fallos son susceptibles de apelación
ante el superior jerárquico.

X.- Sedentariedad
Este principio fundamental de organización judicial implica la
idea de fijeza, o sea, que los jueces deben administrar justicia en
lugares y horas determinados.
De consiguiente, trata de evitar la existencia de tribunales
ambulantes.
Su estudio está íntimamente relacionado con las obligaciones de
residencia y asistencia que pesan sobre todos los magistrados
judiciales.
El artículo 311 del COT dispone que los jueces están obligados a
residir constantemente en la ciudad o población donde tenga asiento el
tribunal en que deban prestar sus servicios.
De acuerdo al artículo 312 del mismo cuerpo legal, están
igualmente obligados a asistir todos los días a la sala de su despacho,
y a permanecer en ella desempeñando sus funciones durante:
– Cuatro horas como mínimo cuando el despacho de causas
estuviere al corriente.
– Cinco horas, a lo menos, cuando se hallare atrasado.
Lo anterior se entenderá sin perjuicio de que el juez, cuando las
necesidades del servicio lo aconsejen, se constituya una vez a la
semana, a lo menos, en poblados que estén fuera de los límites urbanos
de la ciudad en que tenga su asiento el tribunal.
El artículo 312 bis, por su parte, indica que los jueces de
tribunales orales en lo penal tendrán obligación de asistir a su
despacho por 44 horas semanales.
Los jueces de juzgados de garantía deberán asistir a su despacho
por 44 horas semanales, debiendo establecerse un sistema o turno que
permita la disponibilidad de un juez de garantía en la jurisdicción
fuera del horario normal de atención de los tribunales.
Las obligaciones de residencia y asistencia diaria al despacho
cesan durante los días feriados. Son tales los que la ley determine y
los comprendidos en el tiempo de vacaciones de cada año, que comenzará
el 1 de febrero y durará hasta el primer día hábil de marzo (el llamado
feriado judicial).
Sin embargo, estas obligaciones subsisten durante el feriado
judicial tratándose de los jueces con jurisdicción criminal y
tratándose de los jueces civiles, respecto de las causas en que el
feriado no opera (artículos 313 y 314 del COT)
Estructura y Organización del Poder Judicial
XI.- Gradualidad
La gradualidad, como principio fundamental de organización
judicial, significa que la justicia siempre debe administrarse a través
de diversos tribunales, entre los cuales debe también existir una
verdadera gradación o jerarquía.
Se persigue, entonces, con este principio, que los juicios, en lo
posible, sean fallados, a lo menos, por dos tribunales con igualdad de
atribuciones o poderes.
Se sostiene que este sistema, conocido también con la denominación
de principio de la doble instancia, es el que ofrece mayores garantías
de acierto.
La palabra instancia no ha sido definida expresamente por el
legislador, a pesar de que la emplea en sus disposiciones con relativa
frecuencia.
En el Diccionario de la Lengua el vocablo instancia tiene un doble
significado:
a) En sentido corriente, es sinónimo de súplica, es decir, es la
acción del verbo instar.
b) En sentido técnico, en cambio, significa cada uno de los grados
jurisdiccionales que la ley tiene establecidos para ventilar y
sentenciar los juicios.
Para nosotros, instancia es cada uno de los grados
jurisdiccionales que la ley establece a fin de que los tribunales
puedan conocer y fallar los negocios sometidos a su decisión, con
facultad soberana para pronunciarse sobre todas las cuestiones de hecho
y de derecho que en ellos se plantean.
Decimos que es "cada uno de los grados", porque la instancia
implica la idea de etapas por las cuales atraviesa un asunto judicial.
De ahí que se diga que los tribunales conocen de los negocios
judiciales en única, primera o segunda instancia, según sea el número
de etapas o de grados por que atraviesen.
Agregamos que se trata de "grados jurisdiccionales fijados por la
ley", porque, en realidad, es ella la llamada a señalar si un asunto
judicial debe ser conocido en única, primera o segunda instancia por
los tribunales, y este señalamiento generalmente lo hace según la
cuantía del respectivo negocio.
Terminamos diciendo que los tribunales, al fallar estos negocios,
lo hacen con facultad soberana para pronunciarse sobre todas las
cuestiones de hecho y de derecho que en ellos se plantean a fin de
indicar el alcance de la jurisdicción ejercida por el tribunal y de
deslindar también la institución de la instancia con otras semejantes;
por ejemplo, con la casación, en la cual el campo de actuación del
Derecho Procesal Orgánico
tribunal está limitado a la finalidad u objetivo del correspondiente
recurso.
Ahora bien, los negocios judiciales, sean juicios o asuntos de
jurisdicción voluntaria, en atención a los diversos grados
jurisdiccionales por los que atraviesan, pueden clasificarse en:
– De única instancia
– De primera instancia
– De segunda instancia
Negocio judicial de única instancia es aquel en que la sentencia
que le pone término no es susceptible de recurso de apelación.
Negocio judicial de primera instancia es aquel en que la sentencia
que le pone término es susceptible de recurso de apelación.
Negocio judicial de segunda instancia es aquel que tiene por
objeto conocer del recurso de apelación que se ha deducido en contra de
una sentencia de primera instancia.
Tanto en la única como en la primera instancia, el tribunal debe:
– Oír ampliamente a las partes sobre todas las cuestiones de
hecho y de derecho que son materia del asunto sometido a su
decisión
– Recibir las pruebas que le rindan sin prejuzgar sobre su
eficacia
– Fallar todas las acciones y excepciones propuestas, so pena de
nulidad.
En ambas instancias el asunto comienza por demanda o solicitud,
según se trate de juicio o de gestión de jurisdicción voluntaria, y
termina por medio de la sentencia.
Sólo se diferencian en cuanto a los efectos de esta última; pues,
mientras en la única instancia adquiere el, carácter de firme y puede,
de consiguiente, ejecutarse desde que se notifica, en la primera
instancia la sentencia es susceptible de apelación, y para conocer sus
efectos será necesario esperar la suerte que corra este recurso.
La segunda instancia, en cambio, se inicia a virtud de la
interposición del recurso de apelación.
En consecuencia, el juicio o gestión ya están iniciados; se trata
simplemente de continuarlos en esta nueva instancia, y el objeto del
fallo de segunda instancia será revisar el de primera, para ver si está
o no ajustado a derecho.
Si lo está, se confirma sin dar mayores razones.
En caso contrario, se revoca o modifica el fallo de primera,
estampando los nuevos motivos que justifican esta actitud.
Estructura y Organización del Poder Judicial
Las pruebas se rinden en segunda instancia sólo en casos
excepcionales, y el fallo que en ella se dicte sólo puede modificar el
de primera en la medida señalada por el apelante, en el escrito de
apelación mediante sus peticiones concretas.
La instancia puede terminar, como también puede interrumpirse; y
puede terminar en forma normal o anormal, según sea la única, primera o
segunda instancia.
Termina en forma normal la única, primera o se segunda instancia a
virtud de sentencia definitiva.
De ahí también que el artículo 158 del Código de Procedimiento
Civil defina la sentencia definitiva diciendo que es la que pone fin a
la instancia, resolviendo la cuestión o asunto que ha sido objeto del
juicio.
En cambio, son formas anormales de terminación de la única o de la
primera instancia as siguientes:
a) El desistimiento de la demanda
b) El abandono de la instancia
c) La transacción de las partes
d) El sometimiento del negocio a la jurisdicción de un juez árbitro
e) La aceptación de las excepciones dilatorias de incompetencia y de
litis pendencia
f) La aceptación de las excepciones de cosa juzgada, transacción e
inadmisibilidad opuestas con el carácter de dilatorias.
Y son formas anormales de terminación de la segunda instancia:
a) La declaración de deserción de la apelación
b) La declaración de prescripción de la apelación
c) La aceptación de las excepciones, dilatorias de incompetencia y
de litis pendencia opuestas en la segunda instancia
d) La anulación de oficio del fallo de primera por defectos de forma
o la orden de devolver los autos a primera instancia para la
completación del fallo por omisiones del mismo.
Por último, son casos de interrupción de la instancia cuando:
a) Se opone una excepción dilatoria y mientras ella no se resuelva
b) Se interpone un recurso de apelación y se concede en ambos
efectos
c) Acontece el feriado judicial o se interponen días festivos o
inhábiles
d) Fallece el mandatario judicial o fallece la parte que litiga
personalmente, etc.
LA CORTE SUPREMA Y EL RECURSO DE CASACIÓN
Derecho Procesal Orgánico
Al estudiar la competencia de la Corte Suprema, en su oportunidad
veremos que entre los asuntos más fundamentales entregados a su
conocimiento figura el recurso de casación en el fondo.
Este recurso de casación es de dos clases: de forma y de fondo; y
difieren en su objetivo, en su procedencia, en su extensión, ya en el
tribunal llamado a conocer de ellos.
En líneas generales, diremos que el recurso de casación en la
forma es un recurso extraordinario, que tiene por objeto anular una
sentencia cuando ha sido dictada en un procedimiento vicioso, o bien
cuando en su pronunciamiento se han omitido los requisitos de forma que
para ellas establece la ley.
Este recurso procede en contra de las sentencias definitivas y de
las sentencias interlocutorias que ponen término al juicio o hacen
imposible su prosecución, ya sea que se trate de sentencia de única,
primera o segunda instancia y de ciertas interlocutorias de segunda
instancia.
El recurso de casación en la forma es de la competencia del
tribunal inmediatamente superior en grado jerárquico a aquel que
pronunció la sentencia que se trata de anular; y, al ser acogido, el
tribunal superior se limita a invalidar la sentencia recurrida y a
ordenar al inferior no inhabilitado que dicte nueva sentencia,
subsanando los vicios o defectos de forma que motivaron el recurso,
salvo los casos en que esto último lo cumple el mismo tribunal superior
por expresa disposición legal.
De consiguiente, el recurso de casación en la forma no es
privativo de la Corte Suprema, y menos puede equipararse con la
instancia, dado su campo de actuación manifiestamente restringido a la
causal o causales que lo motivan.
El recurso de casación en el fondo, aun cuando también es un
recurso extraordinario, en cambio, es de la competencia exclusiva de la
Corte Suprema; procede en contra de las sentencias definitivas o
interlocutorias que ponen término al juicio o hacen imposible su
prosecución, pronunciadas por las Cortes de Apelaciones, o sea, con el
carácter de inapelables, y tiene como finalidad u objetivo anular una
sentencia cuando ha sido pronunciada con infracción de ley y siempre
que esta infracción haya influido sustancialmente en lo dispositivo del
fallo.
Si la Corte Suprema acoge el recurso de casación en el fondo,
dicta dos sentencias:
Una, llamada de casación, que es la que analiza los fundamentos
del recurso y declara que la sentencia recurrida debe ser anulada
Otra, llamada de reemplazo, la cual, como su nombre lo indica,
viene a substituir la sentencia recurrida, que se acaba de invalidar.
Ahora bien, la Corte Suprema, al conocer de un recurso de casación
en el fondo, no lo hace a virtud de una instancia judicial.
Estructura y Organización del Poder Judicial
En otros términos, el recurso de casación en el fondo no es una
instancia judicial.
Recordemos que en la instancia, el tribunal tiene facultades
soberanas para pronunciarse sobre todas las cuestiones, tanto de hecho
como de derecho, debatidas en el juicio.
Si estamos en la única o primera instancia, el juez en su
sentencia establece los hechos del juicio, de acuerdo con el mérito de
la prueba rendida, y luego aplica la ley, resolviendo la cuestión
sometida a su decisión.
Si estamos en la segunda instancia, el tribunal de alzada revisa
el fallo de primera, estudia si ese fallo está de acuerdo con el mérito
del proceso, o sea, con lo alegado v probado por las partes, y si está
conforme a derecho, es decir, con la ley positiva que resuelve el
conflicto.
En caso afirmativo, se limita a confirmar el fallo de primera
instancia.
En caso negativo, establece nuevos hechos y aplica la ley que debe
darnos la solución del juicio, frente a los hechos así establecidos.
¿Cuál es, en cambio, la labor de la Corte Suprema al conocer y
fallar un recurso de casación en el fondo?
Se limita a dar por reproducidos los hechos en la misma forma como
vienen en la sentencia recurrida; y luego estudia si la ley ha sido o
no bien aplicada.
En caso afirmativo, el recurso debe ser rechazado.
En caso negativo, debe ser acogido, anulándose la sentencia
recurrida, y dictándose una nueva sentencia, en la cual se hará una
correcta aplicación de la ley que fue infringida.
La labor de la Corte Suprema, dentro del recurso de casación en el
fondo, es, pues, de mero derecho y tiende, en consecuencia, a que la
ley sea uniformemente aplicada.
No hay, por lo tanto, posibilidad de confundir la instancia
judicial con la casación de fondo.
Difieren en que mientras en la instancia judicial el juez es
soberano en la apreciación de las cuestiones de hecho y de derecho que
constituyen el juicio; en la casación de fondo a la Corte Suprema le
está vedado entrar a conocer de los hechos y debe darlos por
reproducidos en la misma forma como vienen establecidos en la sentencia
recurrida, sólo puede modificar el derecho, o sea, resolver sobre la
genuina y correcta aplicación de la ley en el caso concreto sometido a
su decisión.
Como consecuencia de lo anterior, difieren también en que mientras
en la instancia judicial el tribunal puede recibir toda clase de
pruebas para acreditar los hechos cuyo valor probatorio apreciará en la
sentencia definitiva; en la casación de fondo el tribunal supremo no
Derecho Procesal Orgánico
puede recibir prueba alguna que tienda a alterar los hechos en la forma
como ya vienen establecidos en la sentencia recurrida.
Estructura y Organización del Poder Judicial

Los Órganos de la Jurisdicción


La Constitución Política en su capítulo VI que lleva por epígrafe
“Poder Judicial” establece los mandamientos generales conforme a los
cuales este poder se encuentra organizado..
La voluntad del constituyente tendiente a satisfacer la necesidad
colectiva de justicia se manifiesta en la creación de los tribunales de
justicia, también llamados órganos de la jurisdicción.
Entre los artículo 76 a 82, la Carta Fundamental señala la
integración de los Tribunales, su organización, así como las
condiciones y forma de nombramiento de sus integrantes.
Es el Código Orgánico de Tribunales es el reglamenta en forma
pormenorizada la estructura del Poder Judicial a partir de las normas
generales sentadas por la Constitución.

Clasificación de los Tribunales de Justicia


Los tribunales pueden clasificarse desde distintos puntos de
vista:
1) Atendiendo a las materias de que conocen y a las personas que
litigan ante ellos, pueden clasificarse en:
– Tribunales Ordinarios
– Tribunales Arbítrales
– Tribunales Especiales
24) Desde el punto de vista del número de jueces que los
componen, pueden clasificarse en:
– Tribunales Unipersonales
– Tribunales Colegiados
25) Según la extensión de su competencia, los tribunales se
clasifican en:
– Tribunales de Competencia Común
– Tribunales de Competencia Especial
26) Atendiendo a su estabilidad, los tribunales también pueden
clasificarse en:
– Tribunales Permanentes
– Tribunales accidentales o de excepción
27) Atendiendo a su jerarquía, los tribunales pueden
clasificarse en:
– Tribunales Superiores
– Tribunales Inferiores
Derecho Procesal Orgánico
28) Según el tiempo que las personas que los sirven en calidad de
jueces duran en funciones, se distinguen:
– Jueces Perpetuos
– Jueces Temporales
29) Atendiendo a si el fallo que emiten debe ajustarse a Derecho
o a la Equidad, se distinguen:
– Tribunales de Derecho
– Tribunales de Equidad
1° Tribunales Ordinarios, Arbítrales y Especiales
a) Tribunales Ordinarios
Tribunales ordinarios son aquellos que se encuentran establecidos
en el Código Orgánico de Tribunales y que llevan consigo la idea de
subordinación del inferior con respecto al superior.
Son dos, en consecuencia, los requisitos que caracterizan a los
tribunales ordinarios:
1) Su ubicación en un determinado cuerpo legal llamado a fijar su,
organización y atribuciones, en este caso, en el ya citado Código
Orgánico de Tribunales; así como la subordinación o dependencia
que debe existir entre ellos.
Es necesario esclarecer, en todo caso, que la idea o noción de
subordinación o dependencia sólo dice relación con las
atribuciones de orden disciplinario, mas no con las demás
facultades de que se hallan investidos los tribunales de
justicia.
2) Que estos tribunales estén dotados de una aptitud actual y
potencial para conocer, juzgar, resolver todos los asuntos que se
promuevan en el territorio de la República.
Los tribunales ordinarios de justicia están constituidos u
organizados a base de jerarquías; es decir, de relación de dependencia
o subordinación de unos respecto de los otros.
Dentro de cada jerarquía de los tribunales ordinarios, a su vez,
encontrarnos diversas categorías; entendiendo por tales los tribunales
ordinarios de igual jerarquía, pero con diversas atribuciones o
competencia.
En conformidad al artículo 5 del Código Orgánico de Tribunales,
integran el Poder Judicial como tribunales ordinarios de justicia:
La Corte Suprema
Las Cortes de Apelaciones
Los Presidentes y Ministros de Corte
Los tribunales de juicio oral en lo penal
Estructura y Organización del Poder Judicial
Los juzgados de letras
Los juzgados de garantía
A su vez, los magistrados que sirven estos tribunales se
denominan:
– Ministros de la Corte Suprema
– Ministros de Corte de Apelaciones
– Jueces de juicio oral en lo penal
– Jueces de letras
– Jueces de Garantía
Como puede apreciarse se encuentran incluidos entre los tribunales
ordinarios los llamados accidentales o de excepción como son:
– Un Ministro de Corte de Apelaciones
– El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago
– Un Ministro de la Corte Suprema
– El Presidente de la Corte Suprema
Cada de estos tribunales tienen señalada su organización y fijadas
sus atribuciones en el Código Orgánico de Tribunales en relación o a
base de dependencia jerárquica o disciplinaria.
b) Tribunales Arbitrales
En conformidad al artículo 5 del COT, los jueces árbitros se rigen
por el Título IX de ese cuerpo legal.
Tribunales arbítrales son aquellos constituidos por los jueces
árbitros, o sea, jueces nombrados por las partes, o por la autoridad
judicial en subsidio, para la resolución de un asunto litigioso.
(artículo 222 COT)
No obstante la definición legal de árbitro, que sólo reconoce como
fuentes de la justicia arbitral la voluntad de las partes y la
autoridad judicial en subsidio, la verdad es que ella también puede
emanar de dos fuentes más:
– La ley
– La voluntad unilateral del testador
Los jueces árbitros pueden clasificarse en:
1) Árbitros de derecho
2) Árbitros arbitradores o amigables componedores
3) Árbitros mixtos
Esta clasificación de los árbitros se hace según las facultades de
que se hallan investidos.
Derecho Procesal Orgánico
Así, juez árbitro de derecho es aquel que tramita y falla al igual
que los tribunales ordinarios, o sea, con sujeción estricta a la ley.
Juez árbitro arbitrador o amigable componedor es aquel que tramita
en conformidad a las reglas de procedimiento convenidas por las partes
o, en subsidio, en conformidad a las reglas mínimas de procedimiento
establecidas en la legislación procesal civil y que falla de acuerdo
con las reglas de prudencia o equidad que crea convenientes, o sea, en
conciencia.
Y juez árbitro mixto es aquel que,, como su propio nombre lo
indica, participa de los caracteres de los árbitros de derecho y de los
árbitros arbitradores, o sea, tramita como estos últimos y falla como
los primeros.
Según la materia sobre la cual versan, los arbitrajes pueden
clasificarse en:
– Prohibidos
– Forzosos
– Voluntarios
Arbitraje prohibido es aquel que recae sobre materias que la ley,
por razones de alta conveniencia pública, impide someter a la decisión
de jueces árbitros.
Arbitraje forzoso es aquel que recae sobre materias que la ley
entrega expresamente a la decisión de esta clase de jueces, o sea, de
jueces árbitros.
Arbitraje voluntario es aquel que recae sobre materias, las cuales
son indiferentes para la ley, que puedan o no ser sometidas a
arbitraje.
DIFERENCIAS ENTRE LOS TRIBUNALES ORDINARIOS Y LOS TRIBUNALES ARBITRALES
Las diferencias más notables entre ambas clases de tribunales son:
a) Mientras que los tribunales ordinarios arrancan su competencia
del propio Estado y, en último término, de la soberanía nacional,
la cual delega en ellos la facultad de administrar justicia; los
tribunales arbitrales, en cambio, arrancan su competencia, por
regla general, de la voluntad de las propias partes que los
designan.
b) Los tribunales ordinarios tienen la facultad llamada imperio, o
sea, la de hacer ejecutar, lo juzgado por ellos mismos, para cuyo
objeto pueden requerir el auxilio de la fuerza pública de la
autoridad administrativa que corresponda.
Los tribunales arbitrales, en cambio, se hallan privados de esta
importantísima facultad y, para hacer cumplir lo juzgado o
fallado por ellos, deben recurrir a los tribunales ordinarios,
quienes requerirán el auxilio de la fuerza pública en la forma
antes expuesta.
Estructura y Organización del Poder Judicial
c) Tribunales Especiales
Tribunales especiales son aquellos establecidos por la ley para
juzgar a determinadas, personas, o para resolver determinadas materias,
las que, por circunstancias particulares, gozan de fuero.
El fuero, de consiguiente, admite también una clasificación en
personal y real, según se refiera a personas o cosas.
En conformidad al artículo 5 del COT, forman parte del Poder
Judicial, como tribunales especiales:
Los Juzgados de Letras de Familia
Los Juzgados de Letras del Trabajo y de Cobranza Laboral
Los Tribunales Militares en tiempo de paz
Estos Tribunales se regirán en su organización y atribuciones por
las disposiciones orgánicas constitucionales contenidas en la Ley
N°19.968, en el Código del Trabajo, y en el Código de Justicia Militar
y sus leyes complementarias, respectivamente, rigiendo para ellos las
disposiciones del Código Orgánico sólo cuando los cuerpos legales
citados se remitan en forma expresa a él.
El inciso 4° del artículo 5 del COT se refiere a los demás
tribunales especiales señalando que se regirán por las leyes que los
establecen y reglamentan.
Existen por tanto, otros tribunales especiales que no forman parte
del Poder Judicial. Solo forman parte del Poder Judicial los tribunales
especiales mencionados en el inciso 3° del artículo 5.
2° Tribunales unipersonales y tribunales Colegiados
Tribunales unipersonales son aquellos constituidos por un solo
magistrado.
Tribunales colegiados, en cambio, son aquellos formados por
diversos jueces.
Mucho se ha discutido en doctrina acerca de cuál sistema de
tribunales es preferible, o sea, si el unipersonal o el colegiado,
llegándose a la conclusión de que ambas clases de tribunales presentan
sus ventajas y sus inconvenientes.
Los tribunales unipersonales presentan como ventaja que:
a) El juez tiene en ellos, indudablemente, una mayor responsabilidad
b) Resalta de inmediato, y con mayor facilidad, la ignorancia o
negligencia del juez, lo que permite su pronta eliminación
c) La administración de justicia tiene que ser más rápida, puesto
que es una sola la persona que dicta las resoluciones.
Los inconvenientes que se anotan a los tribunales unipersonales
son, en cambio, que:
a) En ellos se disminuye la posibilidad del acierto.
Derecho Procesal Orgánico
b) La falta de discusión impide también llegar con facilidad al
descubrimiento de la verdad.
c) Es más fácil que en ellos florezca el arbitrio judicial.
Los tribunales colegiados presentan las ventajas de que:
Aseguran una mayor garantía de acierto por su propia composición
colegiada
a) Promueven entre los juzgadores la discusión, que es un poderoso
instrumento para llegar a determinar la verdad
b) Ayudan, en fin, a contener el arbitrio judicial.
Se señalan, en cambio, entre sus inconvenientes, que:
a) La responsabilidad de los jueces se diluye, pues ésta pierde en
intensidad según lo que gana en extensión.
b) La ignorancia o negligencia de los magistrados no resalta con
tanta facilidad, lo cual impide su pronta eliminación.
c) La administración de justicia ante estos tribunales tiende que
ser, forzosamente, más lenta.
Como vemos, lo que es una ventaja para el tribunal unipersonal, es
un inconveniente para el colegiado, y viceversa.
En nuestro país, en presencia de las ventajas y de los
inconvenientes anotados, se ha creído necesario establecer un sistema
mixto de los tribunales en cuanto a su composición.
En efecto, los tribunales inferiores son unipersonales, salvo los
tribunales del juicio oral en lo penal.
Los tribunales superiores, en cambio, se han establecido como
colegiados.
Se ha tratado así de obviar al mínimo los inconvenientes de ambas
clases de tribunales y de obtener, por el contrario, sus mayores
ventajas.
3° Tribunales de Competencia Común y de Competencia Especial
Tribunales de competencia común son aquellos que tienen
competencia para conocer de toda clase de asuntos judiciales,
cualquiera que sea a naturaleza de éstos, llámense civiles, penales,
comerciales, mineros, etc.
Tribunales de competencia especial, en cambio, son aquellos que
tienen competencia para conocer de cierta clase de asuntos judiciales,
con exclusión de los otros; como ser, sólo de asuntos de naturaleza
civil, penal, comercial, minera, etc.
En doctrina, se ha aceptado unánimemente el principio de que los
asuntos de carácter civil y los asuntos de carácter penal deben ser
entregados al conocimiento y fallo de tribunales distintos.
Estructura y Organización del Poder Judicial
En Chile, por regla general, los tribunales son de jurisdicción
común, o sea, conocen de toda clase de asuntos y, en particular, ello
acontece en los tribunales superiores, sean dichos asuntos de
naturaleza civil o penal, tomadas estas últimas expresiones en sentido
lato.
Excepcionalmente, en las grandes ciudades, hay juzgados de letras
con competencia exclusivamente civil o penal.
También en algunas de estas ciudades hay tribunales con
competencia especial de familia y laboral.
4° Tribunales Permanentes y Tribunales Accidentales
Tribunales permanentes son aquellos establecidos para conocer de
los negocios que la ley ha entregado a su competencia, sin entrar a
discriminar, si dichos negocios se han suscitado o no, y si requieren o
no de su intervención.
Podríamos decir que la permanencia de los tribunales es algo
inherente a su constitución.
Tribunales accidentales, en cambio, son aquellos que se
constituyen para conocer de ciertos y determinados negocios, una vez
que éstos se han suscitado, y que requieren de su intervención.
En otras palabras, el tribunal accidental sólo tiene vida cuando
se plantea concretamente ante él un negocio determinado de aquellos que
son de su competencia, y desaparece una vez que este negocio ha sido
terminado.
Por lo general, el magistrado que forma parte de un tribunal
accidental ejerce funciones de juez en un tribunal permanente de
carácter colegiado; y, al entrar a desempeñarse como juez accidental,
deja de ejercer sus funciones de juez permanente, para volver a
recobrarlas una vez que ha cesado en las primeras.
La doctrina ve con poca simpatía a estos tribunales accidentales y
prefiere, en cambio, en su reemplazo, a los tribunales permanentes
especiales.
En nuestro país, la regla general es que los tribunales sean
permanentes.
Sólo por excepción, y para casos muy calificados, se han
establecido tribunales accidentales o de excepción como también se les
llama.
Estos tribunales accidentales o de excepción son los siguientes:
1) Un Ministro de Corte de Apelaciones
2) El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago
3) Un Ministro de la Corte Suprema
30) El Presidente de la Corte Suprema
Derecho Procesal Orgánico
5° Tribunales Superiores y Tribunales Inferiores
Esta clasificación deriva de las normas generales que sienta la
Constitución Política y de la organización piramidal del Poder
Judicial.
Tienen el carácter de tribunales superiores de justicia:
1) La Corte Suprema
2) Las Cortes de Apelaciones
3) La Corte Marcial
4) La Corte Naval
Los demás tribunales son inferiores.
La Corte Suprema tiene la superintendencia directiva, correccional
y económica de todos los tribunales de la nación. Se exceptúan de esta
norma el Tribunal Constitucional, el Tribunal Calificador de
Elecciones, los tribunales electorales regionales y los tribunales
militares de tiempo de guerra.
6° Jueces Perpetuos y Jueces Temporales
Perpetuos son aquellos jueces nombrados para desempeñar su cargo
en forma indefinida.
Temporales son aquellos cuya duración es determinada.
La regla general son los jueces perpetuos; los temporales se
reducen a los jueces árbitros que, por regla general, deben cumplir sus
funciones en el plazo de 2 años.
7° Tribunales de Derecho y Tribunales de Equidad
Más que una clasificación de los tribunales, con esta denominación
se atiende más bien a las normas materiales o de fondo que el tribunal
debe aplicar para resolver los asuntos que le son sometidos.
El juez de derecho presupone normas preestablecidas a las que debe
atenerse.
El juez de equidad oficia de legislador y juez a la vez y su
decisión se basa en su sentido de equidad.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia

D) Tribunales Ordinarios de Justicia


Como ya se indicó, en conformidad al artículo 5 del Código
Orgánico de Tribunales, integran el Poder Judicial como tribunales
ordinarios de justicia:
1) La Corte Suprema
2) Las Cortes de Apelaciones
3) Los Presidentes y Ministros de Corte
4) Los tribunales de juicio oral en lo penal
5) Los juzgados de letras
6) Los juzgados de garantía
Derecho Procesal Orgánico

I.- Los Juzgados de Garantía


Se encuentran reglamentados en el Título II, artículos 14 a 16 del
Código Orgánico de Tribunales.
Son aquellos que están constituidos por uno o más jueces, con
competencia en un mismo territorio jurisdiccional que se divide en
secciones de dos o tres jueces de garantías, que actúan y resuelven
unipersonalmente los asuntos sometidos a su conocimiento (artículo 14
inciso 1 COT).
Su finalidad primordial es asegurar y proteger los derechos de los
intervinientes durante la investigación criminal que realice el
Ministerio Público
Se trata, entonces, de un tribunal unipersonal de primera
instancia, de composición múltiple, compuesto por un número variable de
jueces, cada uno de los cuales detenta la plenitud de las potestades
jurisdiccionales en forma independiente.
El Juzgado de Garantía tiene su asiento en una comuna del
territorio de la República pero su competencia puede extenderse a una
agrupación de comunas, que en cada caso se van individualizando.
En cuanto a su competencia, se indica por el legislador que
corresponderá a estos jueces:
1) Asegurar los derechos del imputado y demás intervinientes en el
proceso penal.
2) Dirigir personalmente las audiencias que sean pertinentes de
acuerdo al Código Procesal Penal.
Entre estas audiencias encontramos:
– La audiencia de preparación del juicio oral, dictando las
resoluciones correspondientes (artículo 266 del Código
Procesal Penal)
– La audiencia de tramitación de la solicitud de prisión
preventiva (artículo 142 del Código Procesal Penal)
– La restricción que la autoridad penitenciaria impusiere al
imputado deberá ser inmediatamente comunicada al tribunal, con
sus fundamentos. Éste podrá dejarla sin efecto si la
considerare ilegal o abusiva, convocando, si lo estimare
necesario, a una audiencia para su examen (artículo 150 del
Código Procesal Penal)
– La audiencia de formalización de la instrucción (artículos 231
y 232 del Código Procesal Penal)
– La audiencia sobre la suspensión condicional del procedimiento
(artículo 237)
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
– La audiencia para someter a aprobación los acuerdos
reparatorios (artículo 245)
– La audiencia para solicitar el sobreseimiento (artículo 249)
– Etc.
31) Dictar sentencia en el procedimiento abreviado contemplado en
el Código Procesal Penal.
32) Conocer y fallar las faltas penales de conformidad con el
procedimiento contenido en la ley procesal penal.
33) Conocer y fallar, conforme a los procedimientos regulados en
el Título I del Libro IV del Código Procesal Penal, las faltas e
infracciones contempladas en la ley de alcoholes, cualquiera que
sea la pena que ellas les asigne.
34) Hacer ejecutar las condenas criminales y las medidas de
seguridad, y resolver las solicitudes y reclamos relativos a
dicha ejecución, de conformidad a la ley procesal penal.
35) Conocer y resolver todas las cuestiones y asuntos que el COT
y la ley procesal penal les encomienden.
Por ejemplo, en conformidad con el artículo 567 del COT, el
último día hábil de cada semana, un juez de garantía, designado
por el comité de jueces del tribunal de la respectiva
jurisdicción, visitará la cárcel o el establecimiento en que se
encuentren los detenidos o presos a fin de indagar si sufren
tratos indebidos, si se les coarta la libertad de defensa o si se
prolonga ilegalmente la tramitación de su proceso.
Organización Administrativa de los Juzgados de Garantía
Las disposiciones que se enuncian son también aplicables a los
tribunales de juicio oral en lo penal.
Estos juzgados se deberán organizar en unidades administrativas
para cumplir en forma eficaz y eficiente las siguientes funciones:
1) Sala
2) Atención al público
3) Servicios
4) Administración de causas
5) Apoyo a los testigos y peritos
1° Sala
Que consistirá en la organización y asistencia a la realización de
las audiencias.
Entendemos esta función como aquella que cumple el Tribunal de
Juicio Oral en lo Penal para conocer de los asuntos que son de su
competencia.
Derecho Procesal Orgánico
Esta llamada unidad administrativa no rige para los Juzgados de
Garantía, pues éstos por definición son unipersonales.
De manera que sólo se aplica a las TOP, ya que el artículo 17
establece que los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal funcionarán en
una o más salas integrada por tres de sus miembros.
2° Atención de público
Para los objetivos que la ley menciona son equivalentes a lo que
se conoce hoy como oficina de informaciones o de partes en cualquier
repartición u órgano, público o privado.
Tendrá el manejo de la correspondencia del Juzgado o Tribunal, lo
que hoy está centrado en los oficiales de sala.
Se hace hincapié en esta atención, información y orientación
especialmente para la víctima, el defensor y el imputado, quienes
entregarán la información que posean a esta Unidad.
3° Servicios
Que comprende lo relacionado con la red computacional del juzgado
o tribunal, con la contabilidad y el apoyo a la actividad
administrativa del órgano jurisdiccional.
Asimismo, esta unidad deberá preocuparse de coordinar y abastecer
todas las necesidades físicas y materiales para la realización de las
audiencias.
4° Administración de causas
Consistirá en desarrollar toda la labor relativa al manejo de
causas y registros del proceso penal en el juzgado o tribunal.
Se incluyen aquí las labores relativas a:
– El manejo de las fechas y salas para las audiencias.
– El archivo judicial básico.
– El ingreso y al número de rol de las causas nuevas.
– La fijación de la primera audiencia judicial de los detenidos.
– La actualización diaria de la base de datos que contenga las
causas del juzgado o tribunal.
– Las estadísticas básicas del juzgado o tribunal.
5° La unidad administrativa para apoyar a los testigos y peritos
Esta unidad será la encargada de brindarles una adecuada y rápida
atención, información y orientación cuando sean citados a declarar en
el juicio oral.
Esta función existirá sólo en los Tribunales de Juicio Oral en lo
Penal.
Será la Corporación Administrativa del Poder Judicial conforme a
lo establecido en el artículo 498 del COT, la que determine las
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
unidades administrativas que cada órgano jurisdiccional tendrá para
cumplir las funciones señaladas.
Es útil tener en cuenta que la Corte de Apelaciones respectiva,
por razones de buen servicio, y considerando la carga de trabajo que
cada juzgado o tribunal presente, y previo informe técnico de la
Corporación Administrativa del Poder Judicial, podrá destinar
transitoriamente a funcionarios del escalafón del personal de un órgano
jurisdiccional a otro, siempre que éste esté ubicado dentro del
territorio jurisdiccional de la misma Corte (artículo 6 y 7 inciso
final Ley 19.665 de 9.3.00)
Estructura Jurídica de los Juzgados de Garantía
Desde luego, cada juzgado de garantía tendrá el número de jueces
que contempla el artículo 15 del COT, que es variable, y que ejercerá
sus funciones en la comuna o agrupación de comunas que esa misma norma
indica.
Empero, se introduce legalmente como algo novedoso la existencia
de ciertos cuerpos plurales o colegiados en este tipo de juzgados, y
ellos son:
1) El Comité de Jueces
2) Presidente del Comité de Jueces.
1° COMITÉ DE JUECES
El afán innovador del legislador ha titulado a la reunión de
Jueces con la palabreja de Comité, que nos recuerda más bien nociones
empresariales o de políticas totalitarias, que nada tienen que ver con
la organización tribunalicia, pues en ésta se utilizan las palabras
"sala" o "pleno" para referirse a la reunión de jueces plurales.
Si nos atenemos al diccionario de la Real Academia, por comité se
entiende a la "comisión de personas encargadas para un asunto", y
comisión por su parte quiere significar "conjunto de personas
encargadas por una corporación o autoridad para entender en algún
asunto".
Luego, acogiéndonos a esta última acepción, podrá decirse que el
Comité de Jueces, es el conjunto de jueces, de garantía o de los
Tribunales de Juicio Oral en lo Penal encargados por la autoridad
legislativa para entender de los asuntos que se colocan dentro de la
esfera de sus atribuciones, y que se indican en el artículo 23 COT.
¿Cuál es la composición de este Comité?
Antes que nada hay que dejar en claro que este comité sólo existe
en aquellos Juzgados de Garantía que estén compuestos por tres o más
jueces.
De esta forma los Jueces de Letras que se citan en el artículo 3
de la Ley 19.1665, a los cuales, se les anexa la calidad de juez de
garantía, carecerán de este comité.
Derecho Procesal Orgánico
En lo que respecta a la composición es menester hacer un distingo.
En efecto:
a) Si el Juzgado de Garantía está compuesto por cinco jueces o
menos, el comité se forma por todos ellos.
b) Si el Juzgado de Garantía está compuesto por más de cinco jueces,
para constituir el comité se procede cada dos años a elegir, por
mayoría, cinco jueces para tal función.
Los jueces miembros del comité eligen entre ellos a un presidente
que dura dos años en el cargo, pudiendo ser reelegido sólo por un nuevo
período (artículo 22 COT)
Si se ausenta alguno de los miembros del comité o queda vacante el
cargo, por cualquier causa, es reemplazado provisoria o definitivamente
según el caso, por el Juez que obtuvo la más alta votación después de
la que resultaron electos, y si esto no es factible por el Juez más
antiguo que no integre el comité.
Si quien falta es el Presidente, su ausencia se suple por:
a) El juez más antiguo, si la ausencia o imposibilidad no excede
los tres meses
b) Si el impedimento excede de dicho plazo, se procede a una nueve
elección para el cargo (artículo 22 COT).
Los acuerdos en este comité se adoptan por mayoría de votos, y en
caso de empate decide el presidente.
En el ejercicio de sus atribuciones a este comité le corresponde:
1) Aprobar anualmente el procedimiento objetivo y general a que se
refiere el artículo 15 COT (distribución de causas) y que es
propuesto por el Juez Presidente.
2) Designar al administrador del JG de la tema que presente el,
presidente del Comité,
3) Calificar anualmente al administrador del Juzgado,
4) Resolver sobre la remoción del administrador.
5) Designar al personal del juzgado, a propuesta en tema del
administrador.
6) Conocer de la apelación interpuesta en contra de la resolución
del administrador que renueve al subadministrador, a los jefes de
unidades o a los empleados del juzgado.
7) Decidir el proyecto de plan presupuestario anual que presente el
presidente, para ser propuesto a la Corporación Administrativa
del Poder Judicial.
8) Conocer de las demás materias que le encomiende la Ley.
2° PRESIDENTE DEL COMITÉ DE JUECES
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
Este tiene como objetivo central velar por el adecuado
funcionamiento del Juzgado, y para tal fin tiene los siguientes deberes
y atribuciones:
1) Presidir el comité.
2) Relacionarse con la Corporación Administrativa del Poder Judicial
en todas las materias que se relacionen con la competencia de
ésta.
3) Proponer al comité el procedimiento objetivo y general a que
alude el artículo 15 COT.
4) Elaborar anualmente una cuenta de la gestión jurisdiccional del
Juzgado.
5) Aprobar los criterios de gestión administrativa propuestos por el
administrador y supervisar su ejecución.
6) Aprobar la distribución del personal que le presente el
administrador.
7) Calificar al personal, teniendo a la vista la evaluación que le
presente el administrador.
8) Presentar al comité tina tema para la designación de
administrador.
9) Evaluar anualmente la gestión del administrador.
10) Proponer al comité la remoción del administrador.
Se contempla la posibilidad para el presidente que disminuya su
trabajo jurisdiccional en forma proporcional al desempeño de la función
de presidente, pero para ello se precisa que lo determine el Comité
(artículo 24 inciso 3° COT)
En aquellos Juzgados de Garantía en que hay un solo juez, éste
tendrá las atribuciones de presidente, excepto las contenidas en los
números 1 y 3; las asignadas con los numerales 8 y 10 las ejerce el
juez ante el Presidente de la Corte de Apelaciones respectiva (artículo
24 inciso 4° COT).
Ahora, si el Juzgado de Garantía está constituido por dos jueces,
las facultades del presidente corresponderá ejercerlas anualmente a
cada uno de ellos, empezando por el más antiguo, y con las mismas
excepciones mencionadas precedentemente (artículo 24 inciso, 5° COT).
Por último, observando la organización de los Juzgados de
Garantía, aparecen los administradores de tribunales, con competencia
en lo criminal.
Estos pueden definirse como un auxiliar de la administración de
justicia encargados de organizar y controlar la gestión administrativa
de los tribunales de juicio oral en lo penal y de los juzgados de
garantía.
Derecho Procesal Orgánico
Es designado por el Comité de Jueces del respectivo tribunal a
propuesta en tema del Juez Presidente.
Amén del administrador, se contempla en el organigrama de este
juzgado de garantía:
– Un subadministrador
– Jefes de unidades y personal de empleados.
Naturalmente estos administradores y subadministradores se les da
ubicación en el Escalafón Secundario (artículo 269 COT) como quiera que
son auxiliares de la administración de justicia.
Hay referencia al personal de empleados en el artículo 292, donde
se alude a los encargados de sala, administrativos 1° 2° y 3°,
ayudantes de audiencia, telefonistas y secretarias ejecutivas.
Deber de Asistencia
Hay que tener presente que los jueces de garantía tienen la
obligación de concurrir a su despacho por 44 horas semanales, y
establecer un sistema de turno de modo tal que siempre se cuente con un
juez de garantía fuera del horario normal de atención de los tribunales
(artículo 312 bis COT)
El problema surgirá en aquellas comunas o agrupaciones de comunas
en que hay un solo, juez de garantía o un juez de letras para dar
cumplimiento a esta obligación.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia

II.- Los Tribunales del Juicio Oral en lo Penal


Se encuentra reglamentado en el Título II artículos 17 a 21 A del
Código Orgánico de Tribunales.
Es un tribunal ordinario, de única instancia, de derecho compuesto
por varios miembros que administran justicia simultáneamente, y cuyo
territorio jurisdiccional comprende una agrupación de comunas.
Características de los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal
1) Son tribunales ordinarios.
2) Son tribunales permanentes. Están establecidos para funcionar en
forma continua, se susciten o no los asuntos en que deban
intervenir.
3) Son tribunales colegiados. Están compuestos por varios jueces
entre 3 y 27 que intervienen simultáneamente en el conocimiento y
resolución de los asuntos sometidos a su decisión, quienes
ejercen sus funciones en un plano de igualdad. No hay
subordinación entre ellos.
4) Son tribunales inferiores de justicia, por lo tanto respecto de
sus miembros no es procedente el juicio político.
5) Son tribunales de derecho. Tramitan y fallan con arreglo a
derecho.
6) Son tribunales letrados. Los magistrados que integran estos
tribunales deben estar en posesión del título de abogado.
7) Son tribunales de competencia especial, pues le corresponde
conocer de las causas por crimen o simple delito y de los demás
asuntos que la ley procesal penal les encomiende.
8) Son tribunales de única instancia
9) Dependen jerárquicamente de la C. de Apelaciones respectiva
10) Respecto de su territorio jurisdiccional el artículo 21 del
COT es el encargado de señalar la comuna en que tendrá su
asiento, y aquellas y otras a las cuales se extiende su
competencia.
11) Eventualmente serán ambulares, pues podrán constituirse y
funcionar en localidades fuera de la comuna que es su asiento
(art, 21 A COT) en determinadas circunstancias.
Enumeración y Composición
Existen en el país un tribunal de juicio oral en lo penal con
asiento en cada una de las comunas que determina la ley, pero que
tiene, una composición múltiple al variar el número de jueces que lo
componen, y que van desde el mínimo de tres jueces a un máximo de
veintisiete jueces (artículo 21 COT)
Derecho Procesal Orgánico
Funcionamiento de los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal
Los tribunales de juicio oral en lo penal funcionarán en una o más
salas integradas por tres de sus miembros, o con otros jueces en
calidad de alternos, con el solo propósito de subrogar a los miembros
que están impedidos.
Cada sala es dirigida por un juez presidente, quien tendrá las
atribuciones que indica el artículo 92 del COT y las demás de orden que
la ley procesal indique.
La composición de la o las salas se verificará mediante un sorteo
anual que se realizará durante el mes de enero de cada año.
En cuanto a la distribución de las causas entre las diversas salas
se hará de acuerdo a un procedimiento objetivo y general, que deberá
ser anualmente aprobado por el comité de jueces del tribunal de juicio
oral en lo penal, a propuesta del juez presidente, correspondiéndole al
administrador del tribunal de juicio oral en lo penal distribuir las
causas a las salas de acuerdo al procedimiento indicado.
Competencia de los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal
Les corresponde a estos tribunales:
1) Conocer y juzgar las causas por crimen o simple delito, salvo
aquellas relativas a simple delitos cuyo conocimiento y falló
corresponda a un juez de garantía.
2) Resolver en su caso, sobre la libertad o prisión preventiva de
los acusados puestos a su disposición.
3) Resolver todos los incidentes que se promuevan durante el juicio
oral.
4) Conocer y resolver los demás asuntos que la ley procesal penal
les encomiende.
No opera a su respecto la regla del turno contenida en el artículo
175 COT.
Las decisiones de los jueces en estos tribunales se rigen por las
reglas de los acuerdos de las Cortes de Apelaciones contenidas en los
artículos 72, 81, 83, 84 y 89 del COT, en la medida que no sean
contrarias a las normas de este párrafo 2°
Sólo podrán concurrir a las decisiones del tribunal los jueces que
hubieren asistido a la totalidad de la audiencia del juicio oral, y la
decisión tiene que ser adaptada por la mayoría de los miembros de la
sala.
Cuando se produzca dispersión de votos en una decisión, tratándose
de tina sentencia condenatoria o de la determinación de la pena, el
juez que sostenga la opinión más desfavorable al condenado deberá optar
por algunas de las otras, Si hay desacuerdo de cual es la opinión que
favorece más al imputado, prevalecerá la que cliente con el voto del
juez presidente de la sala (artículo 19).
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
La pena de muerte que pudiere imponer el tribunal de juicio oral
en lo penal se rige por lo prescrito en el artículo 20 COT, cuyo
contenido es similar al del antiguo artículo 73 COT, establecido para
los acuerdos de las Cortes de Apelaciones en esta materia.
Conforme a dicho artículo 20, el tribunal de juicio oral en lo
penal podrá imponer la pena de muerte sólo si existe acuerdo unánime de
todos los miembros de la sala.
Cuando resulte simple mayoría, se aplicará la pena inmediatamente
inferior en grado.
Si el tribunal pronuncia una condena a muerte procederá, a
continuación, a deliberar sobre si el condenado parece digno de
indulgencia y sobre qué pena proporcionada a su culpabilidad podría
sustituir a la de muerte.
El resultado de esta deliberación será consignado en un oficio que
el tribunal remitirá oportunamente al Ministerio de Justicia, junto con
una copia de la sentencia definitiva.
El Ministerio hará llegar los antecedentes al Presidente de la
República a fin de que resuelva si ha o no lugar a la conmutación de
pena o al indulto.
Organización Administrativa de los Tribunales de Juicio Oral en lo Penal
Lo que, se dijo para el Juzgado de Garantía, es aplicable en estas
materias.
Empero respecto del tribunal de juicio oral en lo penal hay una
particular regla, contenida en el artículo 21 A COT.
Se indica allí que cuando sea necesario para facilitar la
aplicación oportuna de la justicia penal, atendiendo a criterios de
distancia, acceso físico y dificultades de traslado de quienes
intervienen en el proceso estos tribunales se van a constituir y
funcionar en localidades situadas fuera de su lugar de asiento.
Obviamente que esta movilidad se entiende que lo es dentro su
respectivo territorio jurisdiccional
Con todo, el tribunal de juicio oral en lo penal no es libre para
ejercer esta facultad.
En efecto, el inciso 2° del artículo 21 A dispone que será la
Corte de Apelaciones respectiva la que va a determinar anualmente la
periodicidad y forma con que estos tribunales van a cumplir con esté
deber ambulatorio.
Eso si que la Corte puede disponer, en cualquier momento la
constitución y funcionamiento del tribunal de juicio oral en lo penal
en una localidad fuera de su asiento, cuando lo aconseje la mejor
atención de uno o más casos.
Pero aún más, la propia Corte, a su vez, tiene una limitación par
a adoptar tal acuerdo, ya que requiere un informe previo de la
Derecho Procesal Orgánico
Corporación Administrativa del Poder Judicial y de los presidentes de
los comités de jueces de los tribunales de juicio oral en lo penal
correspondientes.
No se comprende, el plural que se utiliza en este inciso, 3° del
artículo 21 A COT , para referirse a los "presidentes de los comités de
jueces", pues cualquiera que sea el número de miembros que tenga el
tribunal de juicio oral en lo penal siempre habrá un solo comité de
jueces y un solo presidente del respectivo comité.
Por otra parte, la Corte de Apelaciones respectiva, por razones de
buen servicio y considerando la carga del trabajo que cada tribunal de
juicio oral en lo penal tenga, y previo informe técnico de la
Corporación Administrativa del Poder Judicial, podrá destinar en forma
transitoria a funcionarios del Escalafón del personal de Empleados de
un tribunal de juicio oral en lo penal a otro que esté ubicado en el
territorio jurisdiccional de la misma Corte (artículo 7 inciso Final
ley 19.665)
La planta de personal de los tribunales de juicio oral en lo penal
es variable, pues depende del número de jueces que los forman.
Así, al mínimo de esta planta para un tribunal de juicio oral en
lo penal de tres jueces, es de un total de 10 funcionarios; y el máximo
para un tribunal de juicio oral en lo penal de veintisiete jueces, es
un total de 44 funcionarios, todos pertenecientes al Escalafón del
Personal de Empleados.
Acerca del informe técnico que debe evacuar la Corporación
Administrativa del Poder Judicial, pensamos que él se va a referir
específicamente a si hay fondos disponibles para ello, en atención a
que esta comisión significa un desembolso económico para el presupuesto
del Poder Judicial, considerando que será menester pagar pasajes,
viáticos y eventualmente asignación de zona, en su caso.
Será necesario además, entender para los efectos contenidos en el
COT que las referencias hechas a los jueces letrados o jueces de letras
incluyen también a los jueces de los tribunales de juicio oral en lo
penal, a menos que la ley señale expresamente lo contrario (artículo
248 COT)
En cuanto, a las facultades disciplinarias en los tribunales de
juicio oral en lo penal, sobre los subadministradores, jefes de
unidades y personal son ejercidas por el administrador del tribunal,
conforme al artículo 389 F.
Si este cometiere faltas o abusos, o incurre en infracciones u
omisiones en, el cumplimiento de sus deberes y obligaciones, puede ser
removido de acuerdo al inciso final de dicha norma (artículo 532 inciso
Final COT).
Los Tribunales Ordinarios de Justicia

III.- Los Juzgados de Letras


Se encuentran reglamentados en el Título III del Código Orgánico
de Tribunales, el cual lleva por epígrafe “De los Jueces de Letras”
(artículos 27 a 48)
Son tribunales de derecho personales que ejercen jurisdicción
sobre el territorio de una comuna o agrupación de comunas, y en los
cuales reside la plenitud de la competencia contenciosa y no
contenciosa de primera instancia.
Presenta las siguientes características:
1) Es un tribunal ordinario
1) Es unipersonal
2) Es un tribunal de derecho
3) Por regla general es de competencia común
4) Es un tribunal inferior
5) Su territorio jurisdiccional está compuesto por una comuna o
agrupación de comunas
6) Son servidos por jueces letrados que tienen el carácter de
perpetuos
7) El juez es remunerado por el Estado
8) Tienen el carácter de permanentes
9) Poseen un Secretario, también con el carácter de permanente
Organización de los Juzgados de Letras
A la cabeza de este tribunal se encuentra el Juez de Letras quien
recibe el tratamiento honorífico de Su señoría (Ssa) o bien, Usía.
Este juez de letras es nombrado por el Presidente de la República
a propuesta en terna de la respectiva Corte de Apelaciones.
Además, este tribunal cuenta con un Secretario permanente que es
nombrado de la misma forma que el Juez (artículo 379 del COT)
Entre las funciones más importantes del Secretario se cuentan:
– Autorizar, en su carácter de ministro de fe, las providencias,
actos o despachos emanados del Juzgado
– Custodiar los expedientes, documentos y demás papeles que se
presentan al tribunal
Existe también en este juzgado, el llamado personal de secretaría,
cuya función es cooperar al juez y al secretario en el desempeño de su
cometido. Su número es variable.
Clasificación de los Juzgados de Letras
Derecho Procesal Orgánico
1° Atendiendo a la extensión de su competencia
Existen:
– Juzgados de letras con competencia común
– Juzgados de Letras con competencia especial
2° De acuerdo al escalafón judicial y a su posición dentro de él
Se distinguen:
– Juzgados de Letras de ciudad asiento de Corte
– Juzgados de Letras de Ciudad capital de Provincia
– Juzgado de Letras de simple comuna o agrupación de comunas
Requisitos para ser Juez de Letras
En conformidad al artículo 252 del COT, para ser juez de letras se
requiere:
1) Ser chileno
2) Tener el título de abogado
3) Haber cumplido satisfactoriamente el programa de formación para
postulantes al Escalafón Primario del Poder Judicial, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 284 bis.
Tratándose de abogados ajenos a la Administración de Justicia que
postulen directamente al cargo de juez de letras de comuna o agrupación
de comunas, se requerirá que, además de los requisitos establecidos
precedentemente, hayan ejercido la profesión de abogado por un año, a
lo menos.
Para ser juez de letras de capital de provincia o de asiento de
Corte de Apelaciones se requerirá, además, reunir los requisitos que se
establecen en la letra b) del artículo 284, es decir, debe tratarse de
un juez de letras más antiguo de la categoría inferior calificado en
lista de mérito y que exprese su interés en el cargo.
Competencia de los Juzgados de Letras
En conformidad al artículo 45 del COT, los jueces de letras
conocerán:
A) En única instancia
1) De las causas civiles cuya cuantía no exceda de 10 Unidades
Tributarias Mensuales.
2) De las causas de comercio cuya cuantía no exceda de 10 Unidades
Tributarias Mensuales.
B) En primera instancia
De las causas civiles y de comercio cuya cuantía exceda de 10
Unidades Tributarias Mensuales;
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
De las causas de minas, cualquiera que sea su cuantía. Se entiende
por causas de minas, aquellas en que se ventilan derechos regidos
especialmente por el Código de Minería.
De los actos judiciales no contenciosos, cualquiera que sea su
cuantía, salvo lo dispuesto en el artículo 494 del Código Civil.
De las causas civiles y de comercio cuya cuantía no exceda de 10
UTM en que sean parte o tengan interés las personas que gozan de fuero
menor.
De las Causas del trabajo y de menores cuyo conocimiento no
corresponda a los juzgados de letras del trabajo y de menores
respectivamente.
C) De los demás asuntos que otras leyes les encomienden
Los juzgados de letras conocerán también, de los demás asuntos que
otras leyes les encomienden.
D) De los asuntos encomendados a los jueces de garantía en caso de
que se desempeñen como tales
Los jueces de letras que cumplan, además de sus funciones propias,
las de juez de garantía, tendrán la competencia señalada en el artículo
14 de este Código (artículo 46 del COT)

E) Tratándose de los jueces de letras asiento de Corte


Los jueces de letras de comunas asiento de Corte conocerán en
primera instancia de las causas de hacienda, cualquiera que sea su
cuantía (artículo 48 del COT)
No obstante lo dispuesto en el inciso anterior, en los juicios en
que el Fisco obre como demandante, podrá éste ocurrir a los tribunales
allí indicados o al del domicilio del demandado, cualquiera que sea la
naturaleza de la acción deducida.
Las mismas reglas se aplicarán a los asuntos no contenciosos en
que el Fisco tenga interés.
Derecho Procesal Orgánico

IV.- Los Presidentes y Ministros de Corte como Tribunales Unipersonales


Los Presidentes y Ministros de Corte pueden actuar como tribunal
de excepción o accidentales en ciertos casos que señala la ley y que se
encuentran reglamentados en el Título IV del Código de Orgánico de
Tribunales que lleva por epígrafe, precisamente “De los Presidentes y
Ministros de Corte como Tribunales Unipersonales” (artículos 50 a 53)
Pueden actuar como tribunales unipersonales de excepción:
1) Un Ministro de Corte de Apelaciones
2) El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago
3) Un Ministro de la Corte Suprema
4) El Presidente de la Corte Suprema
Características de los Presidentes y Ministros de Corte como Tribunales Unipersonales
Estos tribunales presentan las siguientes características:
1) Son accidentales pues se constituyen una vez que se ha generado o
promovido un determinado conflicto que son llamados a conocer.
2) Son unipersonales
3) Son tribunales ordinarios
4) Son servidos por jueces letrados
5) Son tribunales de primera instancia
6) Son tribunales de derecho
7) Su territorio jurisdiccional es el mismo que el del tribunal
colegiado del que forma parte el ministro.
8) Tienen como secretario al mismo del de la Corte a que pertenece
el ministro.
9) Tienen una competencia especial, pues solo están llamados a
conocer ciertos y determinados asuntos que la ley somete a su
decisión.

Designación de estos Tribunales Excepcionales


Es preciso distinguir:
– En el caso de los ministros de Corte de Apelaciones, prima la
regla del turno fijado por la misma Corte.
– En el caso del ministro de la Corte Suprema, este es designado
por la misma Corte.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
– En el caso de los Presidentes de la Corte de Apelaciones de
Santiago y de la Corte Suprema, la designación es automática y
va unida al ejercicio del cargo de Presidente de la Corte.
1° Un Ministro de Corte de Apelaciones
En conformidad al artículo 50 del COT, un ministro de la Corte de
Apelaciones respectiva según el turno que ella fije, conocerá en
primera instancia de los siguientes asuntos:
1) De las causas civiles en que sean parte o tengan interés las
personas que gozan de fuero mayor
2) De las demandas civiles que se entablen contra los jueces de
letras para hacer efectiva la responsabilidad civil resultante
del ejercicio de sus funciones ministeriales.
3) De los demás asuntos que otras leyes le encomienden.
2° El Presidente de la Corte de Apelaciones de Santiago
En conformidad al artículo 51 del COT, el Presidente de la Corte
de Apelaciones de Santiago conocerá en primera instancia:
1) De las causas sobre amovilidad de los ministros de la Corte
Suprema.
2) De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros
de la Corte Suprema o contra su fiscal judicial para hacer
efectiva su responsabilidad por actos cometidos en el desempeño
de sus funciones.
3° Un Ministro de la Corte Suprema
En conformidad al artículo 52 del COT, un ministro de la Corte
Suprema, designado por el tribunal, conocerá en primera instancia:
1) De las causas a que se refiere el artículo 23 de la Ley N°12.033.
2) De los delitos de jurisdicción de los tribunales chilenos cuando
puedan afectar las relaciones internacionales de la República con
otro Estado.
3) De la extradición pasiva.
4) De los demás asuntos que otras leyes le encomienden.
4° El Presidente de la Corte Suprema
Dispone el artículo 53 del COT que el Presidente de la Corte
Suprema conocerá en primera instancia:
1) De las causas sobre amovilidad de los ministros de las Cortes de
Apelaciones;
2) De las demandas civiles que se entablen contra uno o más miembros
o fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones para hacer
efectiva su responsabilidad por actos cometidos en el desempeño
de sus funciones;
Derecho Procesal Orgánico
3) De las causas de presas y demás que deban juzgarse con arreglo al
Derecho Internacional, y
4) De los demás asuntos que otras leyes entreguen a su conocimiento.
En estas causas no procederán los recursos de casación en la forma
ni en el fondo en contra de la sentencia dictada por la sala que
conozca del recurso de apelación que se interpusiere en contra de la
resolución del Presidente.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia

V.- Las Cortes de Apelaciones


Las Cortes de Apelaciones son tribunales colegiados que ejercen
normalmente competencia de segunda instancia como superiores
jerárquicos de los tribunales inferiores; y cuyo territorio
jurisdiccional es variable, comprendiendo a veces una región o parte de
ella, y en otras una o varias provincias.
Las reglamenta el Código Orgánico en el Título V, artículos 54 a
92.
En conformidad al artículo 54 existen diecisiete Cortes de
Apelaciones:
– Corte de Apelaciones de Arica
– Corte de Apelaciones de Iquique
– Corte de Apelaciones de Antofagasta
– Corte de Apelaciones de Copiapó
– Corte de Apelaciones de La Serena
– Corte de Apelaciones de Valparaíso
– Corte de Apelaciones de Santiago
– Corte de Apelaciones de San Miguel
– Corte de Apelaciones de Rancagua
– Corte de Apelaciones de Talca
– Corte de Apelaciones de Chillán
– Corte de Apelaciones de Concepción
– Corte de Apelaciones de Temuco
– Corte de Apelaciones de Valdivia
– Corte de Apelaciones de Puerto Montt
– Corte de Apelaciones de Coyhaique
– Corte de Apelaciones de Punta Arenas

Características de las Cortes de Apelaciones


Se trata de un tribunal permanente
1) Es un tribunal ordinario
2) Es de derecho
3) Se compone de miembros letrados
4) Tiene competencia común
Derecho Procesal Orgánico
5) Es colegiado
6) Por regla general es un tribunal de segunda instancia
7) Es un tribunal superior
8) Sus miembros son remunerados por el Estado
9) Cuenta con un Secretario y personal de secretaría permanentes
10) Su territorio jurisdiccional es variable
Organización de las Cortes de Apelaciones
Las Cortes de apelaciones es un tribunal colegiado que se compone
de un número variable de jueces letrados que reciben la denominación de
Ministros.
Los Ministros reciben el trato honorífico de su Señoría
Ilustrísima (Ssa Iltma) o bien Usía Ilustrísima (Us Iltma)
Los Ministros son designados por el Presidente de la República a
propuesta en terna de la Corte Suprema.
En conformidad al artículo 57 del COT, las Cortes de Apelaciones
serán regidas por un Presidente cuyas funciones durarán un año contado
del 1 de marzo y serán desempeñadas por los miembros del tribunal,
turnándose cada uno por orden de antigüedad en la categoría
correspondiente del escalafón.
En ausencia del Presidente de una Corte de Apelaciones, hará sus
veces el ministro más antiguo de los que se encontraren actualmente
reunidos en la sala del tribunal (artículo 91 del COT)
Las funciones más importantes del Presidente de la Corte de
Apelaciones son:
1) Presidir el respectivo tribunal en todas sus, reuniones públicas.
2) Instalar diariamente la sala o salas, según el caso, para su
funcionamiento, haciendo llamar, si fuere necesario, a los
funcionarios que deben integrarlas.
3) Formar el último día hábil de cada semana, en conformidad a la
ley, las tablas de que deba ocuparse el tribunal o sus salas en
la semana siguiente.
Además de los Ministros, en las Cortes encontramos a los Fiscales
Judiciales y a los Relatores.
Los fiscales judiciales son funcionarios auxiliares de la
administración de justicia que representan ante los tribunales los
intereses generales de la sociedad.
En caso de faltar Ministros para la integración del tribunal, los
fiscales judiciales pueden ser llamados a integrarlo.
Su número es variable (la Corte de Apelaciones de Concepción
cuenta con 3 fiscales y la de Santiago, con 6)
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
Los fiscales judiciales son designados de igual forma que los
ministros.
Los relatores son funcionarios auxiliares de la administración de
justicia cuya labor es imponer al tribunal de todos los asuntos de que
deban conocer, haciendo una relación de la misma.
Su número también es variable.
Los relatores son designados por el Presidente de la República a
propuesta de la respectiva Corte de Apelaciones.
Ahora bien, además las Cortes de Apelaciones cuentan con un
Secretario que es ministro de fe y como tal su función primordial es
autorizar las providencias, actos y despachos emanados de la Corte.
Además, el Secretario es el encargado de custodiar los
expedientes, papeles y documentos que se presenten al tribunal.
La regla general es que cada Corte de Apelaciones cuente con un
Secretario, pero la Corte de Apelaciones de San Miguel tiene dos
secretarios y la Corte de Apelaciones de Santiago, tres secretarios.
Finalmente, está el personal de Secretaría, cuyo número es
variable y que es designado por el Presidente de la República a
propuesta del propio tribunal.
Requisitos para ser Ministro
En conformidad al artículo 253 del COT, para ser ministro o fiscal
judicial de Corte de Apelaciones se requiere:
1) Ser chileno
2) Tener el título de abogado
3) Tratándose de miembros del Escalafón Primario:
– Cumplir, con los requisitos que se establecen en la letra a)
del artículo 284, esto es, ser juez de letras de mayor
antigüedad de asiento de Corte calificado en lista de mérito
que exprese interés en el cargo o ministro de Corte de
Apelaciones de la 2° o 3° categoría que se hayan opuesto al
concurso.
– Haber aprobado el programa de perfeccionamiento profesional
para ser ministro de Corte de Apelaciones.
– Haber desempeñado, efectiva y continuadamente, la función de
juez letrado, por un año a lo menos.
Lo anterior es sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo
280.
Señala esta última disposición que: “No podrá ser promovido a
una categoría superior el funcionario que tenga menos de tres
años de servicios en su categoría, salvo que en la
inmediatamente inferior hubiere servido más de cinco años, en
cuyo caso necesitará sólo uno. Podrá, no obstante, ser
Derecho Procesal Orgánico
ascendido si no se interesare por el cargo ningún funcionario
que desempeñe un cargo de la misma categoría del que se trata
de proveer o que tenga tres años o más de servicios en la
categoría inmediatamente inferior.”
Funcionamiento de las Cortes de Apelaciones
Dentro del Funcionamiento de las Cortes de Apelaciones es preciso
distinguir:
a) Funcionamiento Ordinario
b) Funcionamiento Extraordinario

A) FUNCIONAMIENTO ORDINARIO
El funcionamiento ordinario puede ser:
– En sala
– En Pleno
1° Funcionamiento Ordinario en Sala
Es la regla general. De acuerdo con el artículo 66 del COT, el
conocimiento de todos los asuntos entregados a la competencia de las
Cortes de Apelaciones pertenecerá a las salas en que estén divididas, a
menos que la ley disponga expresamente que deban conocer de ellos en
pleno.
Cada sala representa a la Corte en los asuntos de que conoce.
En caso que ante una misma Corte de Apelaciones se encuentren
pendientes distintos recursos de carácter jurisdiccional que incidan en
una misma causa, cualesquiera sea su naturaleza, éstos deberán
acumularse y verse conjunta y simultáneamente en una misma sala. La
acumulación deberá hacerse de oficio, sin perjuicio del derecho de las
partes a requerir el cumplimiento de esta norma. En caso que, además de
haberse interpuesto recursos jurisdiccionales, se haya deducido recurso
de queja, éste se acumulará a los recursos jurisdiccionales, y deberá
resolverse conjuntamente con ellos.
Ahora bien, el principio es que las Cortes funcionan en una sala.
Sin embargo:
– Las Cortes de Apelaciones de Arica, Antofagasta, La Serena,
Rancagua, Talca, Temuco y Valdivia se dividirán en dos salas
– La Corte de Apelaciones de Valparaíso en cinco
– La Corte de Apelaciones de Concepción en seis salas
– La Corte de Apelaciones de San Miguel en seis salas
– La Corte de Apelaciones de Santiago en diez
salas.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
Cada una de las salas en que se dividan ordinariamente las Cortes
de Apelaciones, tendrán tres ministros, a excepción de la primera sala
que constará de cuatro.
Para la constitución de las diversas salas en que se dividan las
Cortes de Apelaciones para su funcionamiento ordinario, se sortearán
anualmente los miembros del tribunal, con excepción de su Presidente,
el que quedará incorporado a la Primera Sala, siendo facultativo para
él integrarla. El sorteo correspondiente se efectuará el último día
hábil de enero de cada año.
Las salas no podrán funcionar sin la concurrencia de tres jueces
como mínimum.
Los Presidentes de las salas tienen entre otras, las siguientes
funciones:
1) Presidir la sala
2) Abrir y cerrar las sesiones, anticipar o prorrogar las horas del
despacho en caso que así lo requiera algún asunto urgente y grave
y convocar extraordinariamente al tribunal cuando fuere
necesario.
3) Mantener el orden dentro de la sala del tribunal, amonestando a
cualquiera persona que lo perturbe y aún haciéndole salir de la
sala en caso necesario.
4) Dirigir los debates del tribunal, concediendo la palabra a los
miembros que la pidieren.
5) Fijar las cuestiones que hayan de debatirse y las proposiciones
sobre las cuales haya de recaer la votación.
6) Poner a votación las materias discutidas cuando el tribunal haya
declarado concluido el debate.

2° Funcionamiento Ordinario en Pleno


El pleno es la reunión de todos los miembros del tribunal. De él
sólo pueden participar los Ministros titulares.
Para el funcionamiento del tribunal pleno se requerirá, a lo
menos, la concurrencia de la mayoría absoluta de los miembros de que se
componga la Corte.
En aquellas Cortes que tienen 4 Ministros, el funcionamiento en
pleno, casi se confunde con su funcionamiento en sala.
B) FUNCIONAMIENTO EXTRAORDINARIO
Se entiende por tal aquel en que la Corte, para el desempeño de
sus funciones, se divide en un número mayor de salas que el de
ordinario.
Las Cortes de Apelaciones integradas por sus fiscales judiciales o
con abogados integrantes, se dividirán en salas de tres miembros.
Derecho Procesal Orgánico
Este funcionamiento extraordinario, esto es, en un mayor número
mayor de salas, se produce cuando existe retardo.
Ahora bien, se entenderá que hay retardo cuando dividido el total
de causas en estado de tabla y de las apelaciones que deban conocerse
en cuenta, inclusive las criminales, por el número de salas, el
cuociente fuere superior a ciento.
Producido este caso y si no bastaren los relatores en propiedad,
el tribunal designará por mayoría de votos los relatores interinos que
estime conveniente, quienes gozarán durante el tiempo en que sirvieren
de igual remuneración que los propietarios.
Tramitación y Dictación de Resoluciones en las Cortes de Apelaciones
El primer trámite que se cumple dentro de un negocio entregado al
conocimiento de una Corte de Apelaciones es el certificado o constancia
de ingreso que estampa el Secretario del Tribunal.
En seguida se dictará la primera resolución, la cual dependerá de
la naturaleza del asunto o materia de que se trata.
Para saber a quien corresponde dictar estas resoluciones, esto es,
a quine corresponde la tramitación de los asuntos entregados a las
Cortes de Apelaciones, es preciso distinguir si la Corte consta de una
sala o de varias salas.
Si consta de una sala, corresponderá la tramitación a aquella, y
bastará con que un solo ministro dicte las resoluciones que son de mera
tramitación.
La tramitación de los asuntos entregados a las Cortes de
Apelaciones corresponderá, en aquellas que se compongan de más de una
sala, a la primera, que recibe el nombre de sala tramitadora.
Sin embargo, deberán dictarse por la sala respectiva las
resoluciones de tramitación que procedan cuando ya estén conociendo de
un asunto.
Para dictar las providencias de mera sustanciación bastará un solo
ministro. Las demás resoluciones deberán dictarse por todos los
ministros de la sala.
Se entienden por providencias de mera sustanciación las que tienen
por objeto dar curso progresivo a los autos, sin decidir ni prejuzgar
ninguna cuestión debatida entre partes.
Forma en que se Impone la Corte de Apelaciones de los Asuntos sometidos a ella
Como materialmente es imposible que en un tribunal colegiado
puedan imponerse personal y simultáneamente de un determinado asunto
sometido a su decisión, todos los miembros de que se compone, la ley ha
ideado que este conocimiento se lo proporcionen a los ministros otros
funcionarios, los que podrán ser, ya el Secretario, ya el Relator.
Manera en que la Corte Resuelve los Asuntos sometidos a ella
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
Las Cortes de Apelaciones conocerán y resolverán de los asuntos
sometidos a ellas:
– En Cuenta
– Previa Vista de la Causa
Así lo señala el artículo 68 del COT: “Las Cortes de Apelaciones
resolverán los asuntos en cuenta o previa vista de ellos, según
corresponda.”
De manera que agotada la tramitación de la causa, la Corte dictará
una resolución ordenando:
– Dése cuenta
– En relación
A) EN CUENTA
La cuenta es la información que se le da a la Corte por el relator
o el secretario en forma privada y sin formalidad alguna.
De acuerdo con el artículo 380 N°1 del COT, son funciones de los
secretarios, “dar cuenta diariamente a la Corte o juzgado en que
presten sus servicios de las solicitudes que presentaren las partes.”
Y en conformidad con el artículo 372 N°1 del mismo Código, son
funciones de los relatores, “dar cuenta diaria de las solicitudes que
se presenten en calidad de urgentes, de las que no pudieren ser
despachadas por la sola indicación de la suma y de los negocios que la
Corte mandare pasar a ellos.”
Luego, de acuerdo con los preceptos citados, es al Secretario a
quien le corresponde, por regla general, dar cuenta de los asuntos
sometidos a la decisión de la Corte. Por excepción, esta cuenta le
corresponderá al relator en los siguientes casos:
– Si la solicitud se presenta con el carácter de urgente.
– Si la solicitud no puede resolverse con la lectura de la sola
suma.
– Si la propia Corte ordena que de una determinada solicitud le
dé cuenta el relator.
En la práctica, la totalidad de la cuenta la dan los relatores
porque son los funcionarios que están en mejor preparados al efecto y
que están en más íntimo contacto con el tribunal.
B) PREVIA VISTA DE LA CAUSA
La vista de la causa es la información solemne que a través de un
conjunto de actuaciones se proporciona a la Corte por el relator acerca
del asunto sometido a su decisión.
La regla general es que los asuntos la Corte los resuelva previa
cuenta y sólo excepcionalmente previa vista de la causa.
Derecho Procesal Orgánico
Los trámites o actuaciones de la vista de la causa son los
siguientes:
1) Dictación del decreto “autos en relación” y su notificación legal
a las partes.
2) Inclusión de la causa en tabla.
3) Vista de la causa propiamente tal.
1° Dictación del decreto autos en relación y su notificación legal
a las partes
La dictación del decreto autos en relación implica que, a juicio
de la Corte, se encuentra agotada la tramitación y que la causa se
halla en estado de ser colocada en tabla.
Como se trata de una resolución de mera tramitación es pronunciada
por un solo ministro, y en las Cortes que constan de más de una sala,
por un ministro de la sala tramitadora, esto es, por un ministro de la
primera sala.
Lo mismo que todo resolución, que para que produzca sus efectos
requiere de notificación legal previa, el decreto autos en relación
debe ser notificado legalmente a las partes.
Ahora bien, para saber cual es la forma legal de notificación,
habrá que distinguir si este decreto es o no la primera resolución que
se dicta, debe notificarse personalmente a las partes. En caso
contrario se notificará simplemente por el estado diario.
2° Inclusión de la causa en tabla
Una vez que se dicta el decreto en relación, es necesario que la
causa sea colocada en tabla, o sea, en aquella nómina semanal que debe
confeccionar el Presidente de la Corte con los diversos asuntos
sometidos a su conocimiento.
La confección de la tabla debe efectuarla el Presidente de la
Corte, el último día hábil de cada semana, haciendo figurar en la tabla
los asuntos que verá el tribunal la semana siguiente, que se encuentren
en estado de relación.
Se consideran expedientes en estado de relación aquellos que hayan
sido previamente revisados y certificados al efecto por el relator que
corresponda.
En las Cortes de Apelaciones que consten de más de una sala se
formarán tantas tablas cuantas sea el número de salas y se distribuirán
entre ellas por sorteo, en audiencia pública.
La tabla debe contener ciertas menciones a que se refiere el
artículo 163 del CPC:
1) Nombre de las partes, en la forma en que aparezca en la carátula
del respectivo expediente.
2) Día en que la causa deba verse.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
3) Número de orden que le corresponda.
4) Si la Corte está dividida en salas, deberá indicarse a que sala
corresponde.
Además de estas menciones esenciales, pueden existir otras, tales
como:
– El nombre del relator
– La materia del asunto de que se trata a través de un letra.
Por ejemplo, se le agrega la letra A si se trata de la
apelación de un incidente o un artículo; la letra D si se
trata de la apelación de una sentencia definitiva, etc.
La omisión de estas menciones no esenciales no acarrea sanción
alguna, pero si se omiten o se incurre en errores en las menciones
esenciales, la causa no podrá verse por encontrarse “mal anunciada”.
Esta tabla se fijará en lugar visible.
La confección de la tabla debe hacerse en conformidad a la ley,
incluyendo en ella las causas que estén en estado y por el orden de su
conclusión; salvo los negocios que deban tener preferencia, las cuales
se antepondrán a los otros asuntos desde que estén en estado.
En todo caso, en las tablas deberá designarse un día de la semana,
a lo menos, para conocer las causas criminales, sin perjuicio de la
preferencia que la ley o el tribunal les acuerden.
Ahora bien, la preferencia de que puede gozar una causa puede ser
especial o general.
Gozan de preferencia especial las causas señaladas en el inciso 5°
del artículo 69 del COT.
Serán agregados extraordinariamente a la tabla del día siguiente
hábil al de su ingreso al tribunal, o el mismo día, en casos urgentes:
1) Las apelaciones relativas a la prisión preventiva de los
imputados u otras medidas cautelares personales en su contra.
2) Los recursos de amparo.
3) Las demás que determinen las leyes.
Ahora, gozan de preferencia general las causas a que se refiere el
artículo 319 del COT y 162 del CPC, las cuales se antepondrán a los
otros asuntos desde que estuvieren en estado:
– Las cuestiones sobre deserción de recursos
– Las cuestiones sobre depósito de personas
– Las cuestiones sobre alimentos provisionales
– Las cuestiones sobre competencia
– Las cuestiones sobre acumulaciones
– Las cuestiones sobre recusaciones
Derecho Procesal Orgánico
– Las cuestiones sobre desahucio
– Los juicios sumarios y ejecutivos
– Las cuestiones sobre denegación de justicia o de prueba
– Los demás negocios que por la ley, o por acuerdo del tribunal
fundado en circunstancias calificadas, deban tener
preferencia.
Finalmente, debe hacerse referencia a las llamadas causas
radicadas, las cuales, serán de competencia de la sala que haya
conocido por primera vez del recurso o de la apelación, o que hubiere
sido designada para tal efecto, aunque no hubiere entrado a conocerlos.
Estas causas son las siguientes:
a) Los recursos de amparo
b) las apelaciones relativas a la libertad de los imputados u otras
medidas cautelares personales en su contra.
3° Vista de la causa propiamente tal
Es la forma en que el tribunal se impone o conoce del asunto
sometido a su conocimiento, el día señalado y de acuerdo al orden
establecido en la tabla.
La vista de la causa propiamente, esta constituida por 3
actuaciones:
1) Anuncio
2) Relación
3) Alegatos
Anuncio es la aviso que se da a los interesados de que el tribunal
procederá a conocer de la causa. En conformidad al artículo 163 del
CPC, el anuncio se efectúa haciendo colocar al efecto en lugar
conveniente el respectivo número de orden, el cual se mantendrá fijo
hasta que se pase a otro asunto.
En la práctica, en la Corte de Apelaciones de Concepción se
procede, además, a anunciar cada causa mediante un aplauso.
Luego se procede a la relación que consiste en la exposición
razonada y metódica que el relator hace al tribunal de la causa, de
manera que la Corte quede enteramente instruida del asunto actualmente
sometido a su conocimiento, dando fielmente razón de todos los
documentos y circunstancias que puedan contribuir a aquel objeto.
A continuación se procede a los alegatos que son las defensas
orales (se prohíbe en la vista de la causa leer defensas) que los
abogados hacen frente a la Corte.
Solo pueden alegar los abogados habilitados para el ejercicio de
la profesión y los postulantes en práctica de las Corporaciones de
Asistencia Judicial.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
Una vez terminada la vista de la causa queda el proceso en estado
de dictarse sentencia.
Puede dictarse sentencia inmediatamente, en cuyo caso se extiende
la sentencia, se firma por los ministros y se notifica a las partes.
Sin embargo, puede también no dictarse la sentencia inmediatamente
sino que la causa puede quedar en acuerdo.
Los acuerdos son las discusiones privadas del tribunal sobre el
asunto de que están conociendo tendientes a obtener el fallo o
resolución del mismo y que se logra por medio del la votación de los
jueces hasta obtener la mayoría legal.
En conformidad con el artículo 72 del COT, las resoluciones se
adoptarán por mayoría absoluta de votos conformes.
Si con ocasión de conocer alguna causa en materia criminal, se
produce una dispersión de votos entre los miembros de la Corte, se
seguirá las reglas señaladas para los tribunales de juicio oral en lo
penal (artículo 74)
Deben concurrir al acuerdo todos los ministros que concurrieron a
la vista como jueces.
En efecto, el artículo 75 señala que no podrán tomar parte en
ningún acuerdo los que no hubieren concurrido como jueces a la vista
del negocio.
Y el artículo 76 dispone que ningún acuerdo podrá efectuarse sin
que tomen parte todos los que como jueces hubieren concurrido a la
vista, salvo los casos de excepción que establece la ley:
a) Si antes del acuerdo falleciere, fuere destituido o suspendido de
sus funciones, trasladado o jubilado, alguno de los jueces que
concurrieron a la vista, se procederá a ver de nuevo el negocio
(artículo 77)
b) Si antes del acuerdo se imposibilitare por enfermedad alguno de
los jueces que concurrieron a la vista, se esperará hasta por
treinta días su comparecencia al tribunal; y si, transcurrido
este término, no pudiere comparecer, se hará nueva vista
(artículo 78)
Podrá también, en este caso, verse de nuevo el asunto antes de la
expiración de los treinta días, si todas las partes convinieren
en ello.
Sin perjuicio de lo dispuesto en los artículos 77 y 78, todos los
jueces que hubieren asistido a la vista de una causa quedan obligados a
concurrir al fallo de la misma, aunque hayan cesado en sus funciones,
salvo que, a juicio del tribunal, se encuentren imposibilitados física
o moralmente para intervenir en ella (artículo 79)
Con todo, no se verá de nuevo la causa aunque deje de tomar parte
en el acuerdo alguno o algunos de los que concurrieron a la vista,
siempre que el fallo sea acordado por el voto conforme de la mayoría
Derecho Procesal Orgánico
del total de jueces que haya intervenido en la vista de la causa
(artículo 80 del COT)
Las Cortes de Apelaciones celebrarán sus acuerdos privadamente,
pero podrán llamar a ellos a los relatores u otros empleados cuando lo
estimen necesario (artículo 81)
El artículo 83 establece las reglas para que el tribunal formule
su resolución:
– Se establecerán primeramente con precisión los hechos sobre
que versa la cuestión que debe fallarse, sin entrar en
apreciaciones ni observaciones que no tengan por exclusivo
objeto el esclarecimiento de los hechos.
– Si en el debate se hubiere suscitado cuestión sobre la
exactitud o falsedad de uno o más hechos controvertidos entre
las partes, cada una de las cuestiones suscitadas será
resuelta por separado.
– La cuestión que ya hubiere sido resuelta servirá de base, en
cuanto la relación o encadenamiento de los hechos lo exigiere,
para la decisión de las demás cuestiones que en el debate se
hubieren suscitado.
– Establecidos los hechos en la forma prevenida por las reglas
anteriores, se procederá a aplicar las leyes que fueren del
caso, si el tribunal estuviere de acuerdo en este punto.
– Si en el debate se hubieren suscitado cuestiones de derecho,
cada una de ellas será resuelta por separado, y las cuestiones
resueltas servirán de base para la resolución de las demás.
– Resueltas todas las cuestiones de hecho y de derecho que se
hubieren suscitado, las resoluciones parciales del tribunal se
tomarán por base para dictar la resolución final del asunto.
Por disposición del artículo 84, en los acuerdos de los tribunales
colegiados dará primero su voto el ministro menos antiguo, y
continuarán los demás en orden inverso al de su antigüedad. El último
voto será el del Presidente.
Se entenderá terminado el acuerdo cuando se obtenga mayoría legal
sobre la parte resolutiva del fallo y sobre un fundamento, a lo menos,
en apoyo de cada uno de los puntos que dicho fallo comprenda.
Obtenido este resultado, se redactará la resolución por el
ministro que el Tribunal señalare, el cual se ceñirá estrictamente a lo
aceptado por la mayoría.
Si se suscitare dificultad acerca de la redacción, será decidida
por el tribunal.
Aprobada la redacción, se firmará la sentencia por todos los
miembros del tribunal que hayan concurrido al acuerdo, a más tardar en
el término de tercero día, y en ella se expresará, al final, el nombre
del ministro que la hubiere redactado.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
De la designación del ministro que deba redactar el fallo acordado
se dejará constancia en el proceso en un decreto firmado por todos los
ministros que concurrieron al acuerdo. Este decreto será puesto en
conocimiento de las partes el día de su fecha.
El secretario certificará, en una diligencia estampada en los
autos, la fecha en que el ministro entregue redactado el proyecto de
sentencia (artículo 85 del COT)
Finalmente debe tenerse presente lo dispuesto en el artículo 89 de
COT, conforme al cual, en los autos y sentencias definitivas e
interlocutorias de los tribunales colegiados, se expresará nominalmente
qué miembros han concurrido con su voto a formar sentencia y qué
miembros han sostenido opinión contraria.
Competencia de las Cortes de Apelaciones
Debemos distinguir la competencia común de toda Corte y la
competencia propia o especial de la Corte de Apelaciones de Santiago.
1) COMPETENCIA DE TODA CORTE DE APELACIONES
Diferenciamos:
a) Competencia de única instancia en sala
Las Cortes de Apelaciones conocen en única instancia en sala:
1) De las recusaciones deducidas en contra de un Juez de Letras o de
un Ministro de Corte como Tribunal unipersonal (artículo 204 COT)
2) De los recursos de hecho contra resoluciones de un Juez de Letras
o de un Ministro de la Corte como tribunal unipersonal (artículo
196 del CPC)
3) De las contiendas de competencia que se susciten entre los jueces
de letras de su jurisdicción o entre jueces árbitros, o entre
estos y jueces de letras (artículo 190 del COT)
4) De la implicancia de sus miembros (artículo 203 del COT)
5) De los recursos de casación en la forma que se interpongan en
contra de las sentencias dictadas por los jueces de letras de su
territorio jurisdiccional o por uno de sus ministros, y de las
sentencias definitivas de primera instancia dictadas por jueces
árbitros. (artículo 63 N°1 letra a del COT)
6) De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las
sentencias definitivas dictadas por un tribunal con competencia
en lo criminal, cuando corresponda de acuerdo a la ley procesal
penal (artículo 63 N°1 letra b del COT)
7) De los recursos de queja que se deduzcan en contra de jueces de
letras, jueces de policía local, jueces árbitros y órganos que
ejerzan jurisdicción, dentro de su territorio jurisdiccional
(artículo 63 N°1 letra c del COT)
8) De la extradición activa (artículo 63 N°1 letra d)
Derecho Procesal Orgánico
36) De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley
procesal, para declarar si concurren las circunstancias que
habilitan a la autoridad requerida para negarse a proporcionar
determinada información, siempre que la razón invocada no fuere
que la publicidad pudiere afectar la seguridad nacional (artículo
63 N°1 letra e)
b) Competencia de primera instancia en sala
Las Cortes de Apelaciones conocen en primera instancia en sala:
1) De los recursos de protección (artículo 63 N°4 letra b del COT)
2) De los recursos de amparo (artículo 63 N°4 letra b del COT)
c) Competencia en primera instancia en pleno
Las Cortes de Apelaciones conocen en primera instancia en pleno:
1) De los desafueros de las personas a quienes les fueren aplicables
los incisos segundo, tercero y cuarto del artículo 58 de la
Constitución Política (artículo 63 N°2 letra a)
2) De los procesos por amovilidad que se entablen en contra de los
jueces de letras (artículo 63 N°2 letra c)
37) De las querellas de capítulos (artículo 63 N°2 letra d)
38) Del ejercicio de las facultades disciplinarias,
administrativas y económicas (artículo 66 inciso 4°)
d) Competencia en segunda instancia en sala
Las Cortes de Apelaciones conocen en segunda instancia en sala:
1) De las causas civiles, de familia y del trabajo y de los actos no
contenciosos de que hayan conocido en primera los jueces de
letras de su territorio jurisdiccional o uno de sus ministros
(artículo 63 N°3 letra a del COT)
39) De las apelaciones interpuestas en contra de las resoluciones
dictadas por un juez de garantía (artículo 63 N°3 letra b del
COT)
2) De los recursos de apelación y casación contra una sentencia
arbitral, cuando de haberse tratado de un tribunal ordinario le
hubiere correspondido su conocimiento (artículo 239 del COT)
3) De las apelaciones deducidas contra las resoluciones pronunciadas
por los Directores Regionales del Servicio de Impuestos Internos
en las reclamaciones tributarias regidas por el Código del ramo.
4) De las apelaciones contra las sentencias dictadas por los Jueces
de Policía Local, cuando sean apelables.
5) De las consultas de las sentencias civiles dictadas por los
Jueces de Letras (artículo 63 N°4)
2) COMPTENCIA ESPECIAL DE LA CORTE DE APELACIONES DE SANTIAGO
La Corte de Apelaciones de Santiago además, conoce:
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
1) En pleno, de los recursos de Apelación o casación en la forma y
de la consulta en su caso, que incidan en los juicios de
amovilidad y en las recusaciones o demandas civiles formuladas en
contra de los Ministros y Fiscales Judiciales de la Corte Suprema
(artículo 66 inciso final del COT)
2) De las recusaciones formuladas contra los Ministros de la Corte
Suprema (artículo 204 inciso 3° del COT)
3) De los recursos de apelación y de casación en la forma que
incidan en las causas de que haya conocido en primera instancia
su Presidente (artículo 64 del COT)
4) Del desafuero de los miembros del Tribunal Constitucional.

VI.- La Corte Suprema


La Corte Suprema se encuentra regulada en el título VI del Código
Orgánico, artículos 93 a 107.
La Corte Suprema es un Tribunal colegiado de carácter permanente
que ejerce jurisdicción sobre todo el territorio de la República y que
tiene la Superintendencia directiva, correccional y económica de los
tribunales del país con excepción del Tribunal Constitucional, el
Tribunal Calificador de Elecciones, los Tribunales Electorales y los
Tribunales Militares en tiempo de guerra.
Este tribunal es el de más alta jerarquía en nuestra organización
judicial y presenta las siguientes características:
1) Es un tribunal ordinario
2) Es un tribunal permanente
3) Es un tribunal de derecho
4) Es un tribunal colegiado
5) Sus miembros son letrados
6) Tiene competencia especializada
7) Es un tribunal superior de justicia
8) Su sede esta en la capital de la República (artículo 94)
9) Ejerce jurisdicción sobre todo el territorio de la República
Organización de la Corte Suprema
La Corte Suprema se compone de veintiún miembros, uno de los
cuales será su Presidente.
El Presidente será nombrado por la misma Corte, de entre sus
miembros, y durará en sus funciones dos años, no pudiendo ser
reelegido.
Entre otras funciones, corresponde al Presidente de la Corte
Suprema:
Derecho Procesal Orgánico
1) Formar la tabla para cada sala, según el orden de preferencia
asignado a las causas y hacer la distribución del trabajo entre
los relatores y demás empleados del tribunal.
2) Atender al despacho de la cuenta diaria y dictar los decretos o
providencias de mera sustanciación de los asuntos de que
corresponda conocer al tribunal, o a cualquiera de sus salas.
3) Vigilar la formación del rol general de las causas que ingresen
al tribunal y de los roles especiales para las causas que
califique de despacho urgente u ordinario.
4) Disponer la formación de la estadística del movimiento judicial
de la Corte Suprema y de las Cortes de Apelaciones, en
conformidad a los estados bimestrales que éstas deben pasar.
5) Adoptar las medidas convenientes para que las causas de que
conocen la Corte Suprema y las Cortes de Apelaciones se fallen
dentro del plazo que establece la ley y velar porque las Cortes
de Apelaciones cumplan igual obligación respecto de las causas de
que conocen los jueces de sus respectivas jurisdicciones.
6) Oír y resolver las reclamaciones que se interpongan contra los
subalternos de la Corte Suprema.
Los demás miembros de la Corte Suprema se llaman Ministros y
gozarán de precedencia los unos respecto de los otros por el orden de
su antigüedad.
Los Ministros reciben el tratamiento honorífico de Excelentísimo
Los ministros de la Corte Suprema son nombrados por el Presidente
de la República, a propuesta en quina de la misma Corte, y con el
acuerdo del Senado alcanzado por los 2/3 de sus miembros en ejercicio
en sesión especialmente convocada al efecto.
Si el Senado rechaza la decisión del Presidente de la República,
la Corte Suprema debe completar la quina, proponiendo un nuevo nombre
en sustitución del rechazado; repitiéndose el procedimiento hasta que
se logre el acuerdo del Senado.
Cabe hacer presente que de los 21 miembros de la Corte Suprema, 5
de ellos deben ser abogados extraños a la Administración de Justicia,
tener a lo menos 15 años de título profesional y haberse destacado en
la actividad profesional o universitaria, además de cumplir con los
requisitos que establece el Código Orgánico en los artículo 250, 254 y
283.
Así las cosas, si se trata de proveer un cargo que corresponda a
un miembro proveniente de la carrera judicial, la Corte Suprema formará
la quina exclusivamente con integrantes del Poder Judicial, debiendo
ocupar un lugar en ella, el Ministro más antiguo de Corte de
Apelaciones que figure en lista de méritos.
Si se trata de proveer una vacante que corresponda a abogados
extraños a la Administración de Justicia, la quina se formará
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
exclusivamente con abogados que reúnan los requisitos, previo concurso
público.
La Corte Suprema procederá a la formación de la quina en pleno
especialmente convocada al efecto, mediante una misma y única votación.
Cada uno de los componentes del pleno tiene derecho a votar por
tres personas, resultando elegidos quienes obtengan las 5 primeras
mayorías. En caso de empate se resuelve mediante sorteo.
La Corte Suprema tiene además, un fiscal judicial quien es el
representante de la Fiscalía Judicial ante la Corte Suprema y es el
jefe superior de este servicio.
También cuenta con un secretario que cumple con las funciones
comunes a estos funcionarios, y con un pro secretario que subroga al
anterior en caso de licencia o impedimento de aquel.
La Corte Suprema cuenta también con ocho relatores.
Finalmente dispone del personal de secretaría.
Funcionamiento de la Corte Suprema
Señala el artículo 95 que para el conocimiento de sus asuntos la
Corte funcionará ordinariamente dividida en tres salas o
extraordinariamente en cuatro, correspondiéndole a la propia Corte
determinar uno u otro modo de funcionamiento.
A) FUNCIONAMIENTO ORDINARIO DE LA CORTE SUPREMA
La Corte Suprema funciona ordinariamente dividida en salas
especializadas o en pleno.
Para el funcionamiento en pleno es necesario texto legal expreso
que así lo ordene, requiriéndose de la concurrencia de a lo menos 11 de
sus miembros.
Para el funcionamiento de sus salas especializadas se requiere de
no menos de 5 jueces.
Corresponde a la propia Corte, mediante auto acordado, establecer
la forma de distribución de sus ministros entre las diversas salas.
La distribución de ministros que se efectúe permanecerá invariable
por un período de a lo menos, dos años.
La integración de sala será facultativa para el Presidente de la
Corte. Si opta por hacerlo, podrá integrar cualquiera de las salas.
Cada sala en que se divida la Corte Suprema será presidida por el
ministro más antiguo, cuando no esté presente el Presidente de la
Corte.
Los presidentes de las salas de la Corte Suprema tendrán las
atribuciones que el artículo 92 del COT confiere a los presidentes de
las salas de las Cortes de Apelaciones.
Derecho Procesal Orgánico
En conformidad al artículo 99 del COT, corresponderá a la Corte
Suprema, mediante auto acordado, establecer cada dos años las materias
de que conocerá cada una de las salas en que ésta se divida, tanto en
funcionamiento ordinario como extraordinario.
Al efecto, especificará la o las salas que conocerán de materias
civiles, penales, constitucionales, contencioso administrativas,
laborales, de menores, tributarias u otras que el propio tribunal
determine.
Además, siempre mediante auto acordado, podrá modificar la
distribución de las materias de que conoce cada una de las salas,
cuando una repartición más equitativa de las mismas así lo requiera.
B) FUNCIONAMIENTO EXTRAORDINARIO DE LA CORTE SUPREMA
El funcionamiento extraordinario es aquel en que la Corte Suprema
se divide en 4 salas.
Recordemos que corresponde a la propia Corte, mediante auto
acordado, establecer la forma de distribución de sus ministros entre
las diversas salas de su funcionamiento ordinario o extraordinario. La
distribución de ministros que se efectúe permanecerá invariable por un
período de a lo menos, dos años.
Este autoacordado fue publicado en el Diario Oficial el 10 de
marzo de 1995, el que en la parte pertinente dispuso que la
distribución de los Ministros entre las 3 salas del funcionamiento
ordinario se hará por votaciones sucesivas; y que para integrar la
cuarta sala del funcionamiento extraordinario, se sortearán 2 ministros
de la primera, uno de la segunda y otro de la tercera.
Recordemos que corresponde a la propia Corte determinar, cada dos
años, mediante autoacordado, las materias que conocerá cada una de sus
salas tanto en el funcionamiento ordinario como extraordinario.
Durante el funcionamiento extraordinario de la Corte Suprema, el
tribunal designará los relatores interinos que estime necesarios,
quienes, durante el tiempo que sirvieren el cargo, gozarán de igual
remuneración que los titulares.
Forma de Tramitar los Asuntos en la Corte Suprema
La tramitación en la Corte Suprema, de acuerdo con lo dispuesto en
el N°3 del artículo 105 del COT, corresponde al Presidente del
Tribunal.
Forma de Imponerse de los Asuntos y de Resolverlos ante la Corte Suprema
La forma de imponerse de los asuntos y de resolver es la misma que
la de las Cortes de Apelaciones.
Competencia de la Corte Suprema
Debe distinguirse la competencia en sala y la competencia en
pleno.
Los Tribunales Ordinarios de Justicia
1° Competencia de la Corte Suprema en Sala
En conformidad al artículo 98 del Cot, las salas de la Corte
Suprema conocerán:
1) De los recursos de casación en el fondo.
2) De los recursos de casación en la forma interpuestos contra las
sentencias dictadas por las Cortes de Apelaciones o por un
tribunal arbitral de segunda instancia constituido por árbitros
de derecho en los casos en que estos árbitros hayan conocido de
negocios de la competencia de dichas Cortes.
3) De los recursos de nulidad interpuestos en contra de las
sentencias definitivas dictadas por los tribunales con
competencia en lo criminal, cuando corresponda de acuerdo a la
ley procesal penal.
4) De las apelaciones deducidas contra las sentencias dictadas por
las Cortes de Apelaciones en los recursos de amparo y de
protección y de las resoluciones que recaigan sobre las querellas
de capítulos.
5) De los recursos de revisión.
6) En segunda instancia, de las causas a que se refieren los números
2 y 3 del artículo 53 (demandas civiles que se entablen contra
uno o más miembros o fiscales judiciales de las Cortes de
Apelaciones para hacer efectiva su responsabilidad por actos
cometidos en el desempeño de sus funciones; y causas de presas y
demás que deban juzgarse con arreglo al Derecho Internacional)
7) De los recursos de queja, pero la aplicación de medidas
disciplinarias será de la competencia del tribunal pleno.
8) De los recursos de queja en juicio de cuentas contra las
sentencias de segunda instancia dictadas con falta o abuso, con
el solo objeto de poner pronto remedio al mal que lo motiva.
9) De las solicitudes que se formulen, de conformidad a la ley
procesal, para declarar si concurren las circunstancias que
habilitan a la autoridad requerida para negarse a proporcionar
determinada información o para oponerse a la entrada y registro
de lugares religiosos, edificios en que funcione una autoridad
pública o recintos militares o policiales.
10) De los demás negocios judiciales de que corresponda conocer a
la Corte Suprema y que no estén entregados expresamente al
conocimiento del pleno.
Debe tenerse presente que en conformidad al artículo 97 del COT,
las sentencias que dicte la Corte Suprema al fallar los recursos de
casación de fondo y forma, de nulidad en materia penal, de queja, de
protección y de amparo, así como la revisión de sentencias firmes, no
son susceptibles de recurso alguno, salvo el de aclaración,
Derecho Procesal Orgánico
rectificación y enmienda que establece el artículo 182 del Código de
Procedimiento Civil.
Toda solicitud de reposición o reconsideración de las resoluciones
a que se refiere este artículo será inadmisible y rechazada de plano
por el Presidente de la Corte, salvo si se pide la reposición a que se
refieren los artículos 778, 781 y 782 del Código de Procedimiento
Civil.
Implicancias y Recusaciones

E) Implicancias y Recusaciones
Las implicancias y recusaciones son causas legales que, una vez
constatadas y declaradas, hacen que un juez con competencia suficiente
para conocer de un determinado negocio judicial deje de tenerla, en
razón de carecer de la imparcialidad necesaria para intervenir en él.
Puede decirse que las causales de inhabilidad de los jueces pueden
clasificarse, según las causales que las motivan, en implicancias y
recusaciones.
Las implicancias y recusaciones han sido establecidas por el
legislador con el objeto de mantener entre las partes litigantes una
perfecta y completa igualdad frente al juez llamado a juzgarlas.
Si el juez no mantiene esta igualdad, significa que también carece
de la correspondiente y necesaria imparcialidad; esto es, que su fallo
se inclinará a favor de un aparte y en desmedro de la otra, por razones
ajenas a las disposiciones legales llamadas a resolver el conflicto
ante él planteado.
Hay pues, también razones de decoro y de prestigio para la
magistratura que aconsejan separar a ese juez del conocimiento de un
asunto judicial, a pesar de ser absoluta y relativamente competente.
Pero como la administración de justicia no puede paralizarse,
declarada la implicancia o recusación, y como estas afectan a la
persona del juez, más no al tribunal llamado a conocer del asunto
judicial, se produce el reemplazo del juez por otro a quien no le
afecten estas causales de inhabilidad; reemplazo que se efectúa en
conformidad a las reglas de subrogación o de integración que más
adelante se estudiarán.
En consecuencia, las reglas de subrogación e integración son el
complemento indispensable de las normas de implicancia y recusación; al
extremo que, sin las primeras, las segundas serían realmente
inaplicables, a menos que aceptáramos en determinados casos la
paralización total y absoluta de la administración de justicia.
Las implicancias y recusaciones se encuentran reglamentadas en los
artículo 194 a 205 del Código Orgánico de Tribunales y en el Código de
Procedimiento Civil, artículos 113 y siguientes.
En cuanto a su campo de aplicación, a pesar de que el artículo 194
se refiere a los jueces, lo cierto es que comprende tanto a los
tribunales unipersonales como colegiados, incluyéndose en estos últimos
a los abogados integrantes.
Se aplican también a:
– Los funcionarios auxiliares de la administración de justicia
(artículos 483 a 491 del COT)
– Los Jueces árbitros (artículo 243 del COT)
Derecho Procesal Orgánico
– Los Secretarios de los Jueces Árbitros (artículo 632 CPC)
– Los Peritos (artículo 113 del CPC)
El artículo 194 del COT dispone que: “Los jueces pueden perder su
competencia para conocer determinados negocios por implicancia o por
recusación declaradas, en caso necesario, en virtud de causas legales.”
Por su parte el artículo 113 señala que: “Sólo podrá inhabilitarse
a los jueces y a los auxiliares de la Administración de Justicia para
que intervengan en un negocio determinado, en los casos y por las
causas de implicancia o recusación que señala el Código Orgánico de
Tribunales.”
“Para inhabilitar a los peritos, la parte a quien pueda perjudicar
su intervención, deberá expresar y probar alguna de las causas de
implicancia o recusación determinadas para los jueces, en cuanto sean
aplicables a aquéllos.”
“Si la recusación afectare a un abogado integrante, el Presidente
de la respectiva Corte procederá de inmediato a formar sala, salvo que
ello no fuera posible por causa justificada.”

a) Implicancias
Son verdaderas prohibiciones establecidas por la ley, en cuya
virtud los jueces no pueden conocer de un determinado asunto.
Estas implicancias son normas de orden público y por ende no
pueden renunciarse por las partes. El juez que falla con manifiesta
implicancia a sabiendas, comete delito (artículo 224 N°7 Código Penal)
En conformidad al artículo 200 del COT, “La implicancia de los
jueces puede y debe ser declarada de oficio o a petición de parte.”

Las Causales de Implicancia


Ellas están en el artículo 195 del Código Orgánico de Tribunales.

Son causas de implicancia:


1) Ser el juez parte en el pleito o tener en él interés personal,
salvo lo dispuesto en el número 18 del artículo siguiente.
2) Ser el juez consorte o pariente consanguíneo legítimo en
cualquiera de los grados de la línea recta y en la colateral
hasta el segundo grado inclusive, o ser padre o hijo natural o
adoptivo de alguna de las partes o de sus representantes legales.
3) Ser el juez tutor o curador de alguna de las partes, o ser
albacea de alguna sucesión, o síndico de alguna quiebra, o
administrador de algún establecimiento, o representante de alguna
persona jurídica que figure como parte en el juicio.
Implicancias y Recusaciones
4) Ser el juez ascendiente o descendiente legítimo, padre o hijo
natural o adoptivo del abogado de alguna de las partes.
5) Haber sido el juez abogado o apoderado de alguna de las partes en
la causa actualmente sometida a su conocimiento.
6) Tener el juez, su consorte, ascendientes o descendientes
legítimos padres o hijos naturales o adoptivos, causa pendiente
en que deba fallar como juez alguna de las partes.
7) Tener el juez, su consorte, ascendientes o descendientes
legítimos, padres o hijos naturales o adoptivos, causa pendiente
en que se ventile la misma cuestión que el juez debe fallar.
8) Haber el juez manifestado su dictamen sobre la cuestión pendiente
con conocimiento de los antecedentes necesarios para pronunciar
sentencia, y
9) Ser el juez, su consorte, o alguno de sus ascendientes o
descendientes legítimos, padres o hijos naturales o adoptivos,
herederos instituidos en testamento por alguna de las partes.
Lo dicho en este artículo es sin perjuicio de lo dispuesto en el
artículo 1324 y en los incisos tercero y cuarto del artículo 1325 del
Código Civil.
Respecto de los jueces con competencia criminal, son causas de
implicancia, además, las siguientes:
1) Haber intervenido con anterioridad en el procedimiento como
fiscal o defensor.
2) Haber formulado acusación como fiscal, o haber asumido la
defensa, en otro procedimiento seguido contra el mismo imputado.
3) Haber actuado el miembro del tribunal de juicio oral en lo penal
como juez de garantía en el mismo procedimiento.

b) Recusaciones
Las recusaciones son los medios que la ley concede a las partes
para impedir que un juez entre a conocer de un determinado asunto
cuando carece de la imparcialidad necesaria.
Las causales de recusación han sido establecidas exclusivamente en
favor de las partes y, por lo tanto, son esencialmente renunciables.

Causales de Recusación
Las causales de recusación están en el artículo 196 del Código
Orgánico de Tribunales.
Son causas de recusación:
1) Ser el juez pariente consanguíneo simplemente ilegítimo en toda
la línea recta y en la colateral hasta el cuarto grado inclusive,
Derecho Procesal Orgánico
o consanguíneo legítimo en la línea colateral desde el tercero
hasta el cuarto grado inclusive, o afín hasta el segundo grado
también inclusive, de alguna de las partes o de sus
representantes legales.
2) Ser el juez ascendiente o descendiente ilegítimo, hermano o
cuñado legítimo o natural del abogado de alguna de las partes.
3) Tener el juez superior alguno de los parentescos designados en el
inciso precedente o en el número 4. del artículo 195, con el juez
inferior que hubiere pronunciado la sentencia que se trata de
confirmar o revocar.
4) Ser alguna de las partes sirviente, paniaguado o dependiente
asalariado del juez, o viceversa.
5) Ser el juez deudor o acreedor de alguna de las partes o de su
abogado; o serlo su consorte o alguno de sus ascendientes,
descendientes o parientes colaterales dentro del segundo grado.
Sin embargo, no tendrá aplicación la causal del presente número
si una de las partes fuere alguna de las instituciones de
previsión fiscalizadas por la Superintendencia de Seguridad
Social, la Asociación Nacional de Ahorro y Préstamo, o uno de los
Servicios de Vivienda y Urbanización, a menos que estas
instituciones u organismos ejerciten actualmente cualquier acción
judicial contra el juez o contra alguna otra de las personas
señaladas o viceversa.
40) Tener alguno de los ascendientes o descendientes simplemente
ilegítimos del juez o los parientes colaterales del mismo dentro
del segundo grado, causa pendiente que deba fallar como juez
alguna de las partes.
41) Tener alguno de los ascendientes o descendientes simplemente
ilegítimos del juez o los parientes colaterales del mismo dentro
del segundo grado, causa pendiente en que se ventile la misma
cuestión que el juez deba fallar.
42) Tener pendiente alguna de las partes pleito civil o criminal
con el juez, con su consorte, o con alguno de sus ascendientes,
descendientes o parientes colaterales dentro del segundo grado.
Cuando el pleito haya sido promovido por alguna de las partes,
deberá haberlo sido antes de la instancia en que se intenta la
recusación.
43) Haber el juez declarado como testigo en la cuestión
actualmente sometida a su conocimiento.
44) Haber el juez manifestado de cualquier modo su dictamen sobre
la cuestión pendiente, siempre que lo hubiere hecho con
conocimiento de ella.
45) Ser alguno de los ascendientes o descendientes ilegítimos del
juez o alguno de sus parientes colaterales dentro del segundo
Implicancias y Recusaciones
grado, instituido heredero en testamento por alguna de las
partes.
46) Ser alguna de las partes heredero instituido en testamento
por el juez.
47) Ser el juez socio colectivo, comanditario o de hecho de
alguna de las partes, serlo su consorte o alguno de los
ascendientes o descendientes del mismo juez, o alguno de sus
parientes colaterales dentro del segundo grado.
48) Haber el juez recibido de alguna de las partes un beneficio
de importancia, que haga presumir empeñada su gratitud.
49) Tener el juez con alguna de las partes amistad que se
manifieste por actos de estrecha familiaridad.
50) Tener el juez con alguna de las partes enemistad, odio o
resentimiento que haga presumir que no se halla revestido de la
debida imparcialidad.
51) Haber el juez recibido, después de comenzado el pleito,
dádivas o servicios de alguna de las partes, cualquiera que sea
su valor o importancia.
52) Ser parte o tener interés en el pleito una sociedad anónima
de que el juez sea accionista.
No constituirá causal de recusación la circunstancia de que una de
las partes fuere una sociedad anónima abierta.
Pero lo prevenido no regirá cuando concurra la causal señalada en
el N°8 de este artículo.
Tampoco regirá cuando el juez, por sí solo o en conjunto con
alguna de las personas indicadas en el numerando octavo, fuere dueño de
más del diez por ciento del capital social. En estos dos casos existirá
causal de recusación.
Diferencias entre las Implicancias y las Recusaciones
a) Desde luego, las causales constitutivas de las implicancias
difieren de las causales constitutivas de las recusaciones,
siendo las primeras de mayor gravedad que las últimas.
b) Por lo mismo, las implicancias no pueden renunciarse, en tanto
que las causales de recusación son perfectamente renunciables.
c) Las implicancias, por la mayor gravedad que revisten deben ser
declaradas de oficio por el tribunal, mientras que las
recusaciones se hacen valer a petición de parte.
d) El juez que falla con manifiesta implicancia a sabiendas comete
un delito; el juez legalmente recusado en iguales circunstancias
no comete un delito.
e) La causal de implicancia, por el solo hecho de concurrir,
constituye vicio de casación; en cambio, la recusación, para
Derecho Procesal Orgánico
constituir causal de casación debe haber sido declarada, o
hallarse pendiente su declaración (artículo 768 N°2 del CPC)
f) El tribunal que conoce de una y de otra son distintos.
Obligaciones que Pesan sobre el Juez que se Considera Inhabilitado
Los jueces que se consideren comprendidos en alguna de las causas
legales de implicancia o recusación, deberán tan pronto como tengan
noticia de ello, hacerlo constar en el proceso, declarándose
inhabilitados para continuar funcionando, o pidiendo se haga esta
declaración por el tribunal de que formen parte.
No obstante se necesitará de solicitud previa para declarar la
inhabilidad de los jueces de la Corte Suprema y de la Cortes de
Apelaciones, fundada en cualquiera de las causales de recusación y la
de los demás jueces producida por el hecho de ser parte o tener interés
en el pleito una sociedad anónima de que éstos sean accionistas, sin
perjuicio en uno y otro caso de que se haga constar en el proceso la
existencia de la causal (artículo 199 del COT)
En otras palabras, para determinar la obligación del juez que se
considera inhabilitado, debemos distinguir si se trata de una causal de
implicancia o de una causal de recusación.
1° Causales de recusación
Si se trata de un causal de recusación, habrá que distinguir
nuevamente si afecta a un juez de un tribunal unipersonal o de un
tribunal colegiado.
Si la causal de recusación afecta a un juez de un tribunal
unipersonal, el juez deberá hacerlo constar en el proceso y declararse
inhabilitado para seguir conociendo de la causa.
Pero esta regla tiene una excepción, si la causal de recusación es
la de ser parte o tener interés en el pleito una sociedad anónima de
que sea accionista se necesitará de solicitud previa para declarar la
inhabilidad. De manera que en este caso únicamente tiene la obligación
de dejar constancia de la inhabilidad.
Ahora bien, habiéndose dejado constancia de la causal, la parte a
quien, según la presunción de la ley, pueda perjudicar la falta de
imparcialidad que se supone en el juez, deberá alegar la inhabilidad
correspondiente dentro del plazo de cinco días contados desde que se le
notifique la declaración respectiva.
Si así no lo hiciere, se considerará renunciada la correspondiente
causal de recusación.
Durante este plazo, el juez se considerará inhabilitado para
conocer de la causa (artículo 125 del CPC)
Si el juez no cumple con la obligación de dejar constancia y
declarar la causal de recusación, la parte a quien según la presunción
de la ley, puede perjudicar la falta de imparcialidad que se supone en
Implicancias y Recusaciones
el juez, puede igualmente alegar la causal a través del correspondiente
incidente.
Es importante tener claro que, en conformidad al artículo 200 del
COT, la recusación sólo podrá entablarse por la parte a quien según la
presunción de la ley, puede perjudicar la falta de imparcialidad que se
supone en el juez.
Si la causal de recusación afecta a un juez de un tribunal
colegiado, el juez que se considere inhabilitado se limitará a dejar
constancia en el proceso de la existencia de la causal.
Igualmente la parte interesada deberá alegarla dentro del plazo de
5 días contados desde la notificación de la resolución respectiva.
Si el juez no la declara, igualmente la parte a quien afecta la
causal puede alegarla a través del respectivo incidente.
Ahora bien, en conformidad al artículo 124 del CPC, antes de pedir
la recusación de un juez al tribunal que deba conocer del incidente,
podrá el recusante ocurrir al mismo recusado, si funciona solo, o al
tribunal de que forme parte, exponiéndole la causa en que la recusación
se funda y pidiéndole la declare sin más trámite.
Esto es lo que se conoce como recusación amistosa.
Rechazada esta solicitud, podrá deducirse la recusación ante el
tribunal correspondiente.
2° Causales de implicancia
Las causales de implicancia deben ser declaradas de oficio por el
juez que se considere afectado por ellas, sin perjuicio de que si no lo
hace, igualmente cualquiera de las partes podrán alegar la causal a
través del correspondiente incidente.
APLICACIÓN DE LAS CAUSALES DE IMPLICANCIA Y RECUSACIÓN A LOS ABOGADOS
INTEGRANTES
Las causales de implicancia y recusación también afectan a los
abogados integrantes.
Pero conforme al artículo 198 del COT, además de las causales de
implicancia o recusación de los jueces, que serán aplicables a los
abogados llamados a integrar la Corte Suprema o las Cortes de
Apelaciones, será causal de recusación respecto de ellos la
circunstancia de patrocinar negocios en que se ventile la misma
cuestión que debe resolver el tribunal.
Por otra parte, las recusaciones presentan a su respecto ciertas
particularidades.
Los abogados o procuradores de las partes podrán, por medio del
relator de la causa, recusar sin expresión de causa a uno de los
abogados de la lista, no pudiendo ejercer este derecho sino respecto de
dos miembros aunque sea mayor el número de partes litigantes.
Derecho Procesal Orgánico
Esta recusación deberá hacerse antes de comenzar la audiencia en
que va a verse la causa, cuando se trate de abogados que hayan figurado
en el acta de instalación del respectivo tribunal, o en el momento de
la notificación la integración a las partes en los demás.
Esta recusación está afecta a un impuesto especial que se paga en
estampillas y cuya cuantía varía según se trate de las Cortes de
Apelaciones o de la Corte Suprema (artículo 198 del COT)
Tribunal Competente para conocer de las Implicancias y Recusaciones
Como ya se dijo, una de las diferencias entre las implicancias y
recusaciones está en el tribunal llamado a conocer de una y otra.
1° Tribunal competente para conocer de las recusaciones
La regla es que su conocimiento corresponde al superior jerárquico
del juez que se trata de inhabilitar.
Excepciones:
– De la recusación de los miembros de la Corte Suprema conoce la
Corte de Apelaciones de Santiago.
– De la recusación de un Juez árbitro conoce el juez de letras
del lugar donde se sigue el juicio.
– La Recusación amistosa.
2° Tribunal competente para conocer de las implicancias
De la implicancia de jueces que sirven en tribunales
unipersonales, conocerán ellos mismos (artículo 202 del COT)
De la implicancia de jueces que sirven en tribunales colegiados
conocerá el tribunal mismo con exclusión del miembro o miembros de cuya
implicancia se trata (artículo 203)
Instancia en que se Fallan las Inhabilidades
Sobre el particular hay una regla y 3 excepciones.
La regla es que las sentencias que se dicten en los incidentes de
implicancia o recusación son inapelables, es decir, se resuelven en
única instancia.
Excepciones:
– Cuando la sentencia la pronuncia un juez de un tribunal
unipersonal desechando la implicancia ante él deducida.
– Cuando la sentencia la pronuncia un juez de un tribunal
unipersonal acogiendo o aceptando la recusación amistosa.
– Cuando la pronuncia un juez de un tribunal unipersonal
declarándose de oficio inhabilitado por una causal de
recusación.
¿Quién conoce de estas apelaciones?
Implicancias y Recusaciones
Conoce el tribunal a quien corresponde o correspondería conocer de
la segunda instancias de la causa en que la implicancia o recusación
inciden.
Y si se trata de un juez árbitro de única o segunda instancia,
conoce la Corte de Apelaciones respectiva (artículo 205 del COT)
Derecho Procesal Orgánico

F) Subrogación e Integración de los Tribunales


Como la administración de justicia no puede paralizarse cuando
concurren las causales de inhabilidad ya estudiadas, una vez declarada
la implicancia o recusación, se produce el reemplazo del juez por otro
a quien no le afecten causales de inhabilidad.
Este reemplazo opera de acuerdo con las reglas de subrogación e
integración.
Pero además, estas reglas entran también a jugar en caso de
impedimento físico del juez como podría ser en caso de ausencia
accidental de éste, licencias, permisos, fallecimiento, etc.
La subrogación es el reemplazo que se hace, por el solo ministerio
de la ley, de un juez que por cualquier causa no puede ejercer sus
funciones, por otro.
La integración, en cambio, es el llamamiento que se hace también
por el solo ministerio de la ley, de una persona que no forma parte
ordinariamente de un tribunal colegiado, con el objeto de que desempeñe
funciones judiciales dentro de ese tribunal, cuando alguno de sus
miembros ordinarios, por cualquier causa, no puede ejercerlas.
Ahora bien, la subrogación opera tanto en los tribunales
inferiores como superiores, en cambio, la integración opera únicamente
en los tribunales superiores de justicia.
El Código Orgánico de Tribunales reglamenta la subrogación e
integración en el Título VIII, artículos 206 a 221.

I.- La Subrogación
Las reglas de la subrogación operan en los casos en que el Juez
falte o no pueda intervenir en determinadas causas.
En conformidad al artículo 214 del COT, para los efectos de la
subrogación, se entenderá también que falta el juez, si no hubiere
llegado a la hora ordinaria de despacho, o si no estuviere presente
para evacuar aquellas diligencias que requieran su intervención
personal, como son las audiencias de pruebas, los remates, los
comparendos u otras semejantes, de todo lo cual dejará constancia, en
los autos, el secretario que actúe en ellos.
En tales casos, la subrogación sólo durará el tiempo de la
ausencia.
Hay que tener presente que por regla general el subrogante no
dicta sentencia definitiva.
En efecto, el artículo 214 del COT establece que los subrogantes
sólo podrán dictar sentencias definitivas en aquellos negocios en que
conozcan por inhabilidad, implicancia o recusación del titular.
Subrogación e Integración de los Tribunales
Pero esta limitación no regirá cuando el subrogante sea un juez de
letras, el defensor público o el secretario del respectivo juzgado.
Es decir, puede el subrogante dictar sentencia definitiva en el
caso que sea:
– Un juez de letras
– El defensor público
– El secretario del respectivo tribunal.
Ahora bien, para establecer a quien corresponde subrogar a un
determinado juez, es preciso distinguir según se trate de un juez de
garantía, de un juez de juicio oral en lo penal o de un juez de letras.
Pero además, las reglas de subrogación también son aplicables a
los tribunales superiores de justicia, de manera que es preciso también
ver como opera la subrogación respecto de ellos.

a) Subrogación de los Jueces de Garantía


El artículo 206 del COT sienta la regla general en la materia.
De acuerdo con dicha disposición, en todos los casos en que el
juez de garantía falte o no pueda intervenir en determinadas causas,
será subrogado por otro juez del mismo juzgado.
Si el juzgado de garantía contare con un solo juez, éste será
subrogado por el juez del juzgado con competencia común de la misma
comuna o agrupación de comunas y, a falta de éste, por el secretario
letrado de este último.
Por su parte, el artículo 207 establece que cuando no pueda tener
lugar lo anterior, la subrogación se hará por:
– Un juez del juzgado de garantía de la comuna más cercana
perteneciente a la jurisdicción de la misma Corte de
Apelaciones.
– A falta de éste, subrogará el juez del juzgado con competencia
común de la comuna o agrupación de comunas más cercana y, en
su defecto, el secretario letrado de este último juzgado.
– En defecto de todos los designados en las reglas anteriores,
la subrogación se hará por los jueces de garantía de las
restantes comunas de la misma jurisdicción de la Corte de
Apelaciones a la cual pertenezcan, en orden de cercanía.
Para estos efectos, las Cortes de Apelaciones fijarán cada dos
años el orden de cercanía territorial de los distintos
juzgados de garantía, considerando la facilidad y rapidez de
las comunicaciones entre sus lugares de asiento.
Finalmente el artículo 208 se pone en el caso de no resultar
aplicable ninguna de las reglas anteriores, estableciendo que actuará
como subrogante:
Derecho Procesal Orgánico
– Un juez de garantía, a falta de éste un juez de letras con
competencia común o, en defecto de ambos, el secretario
letrado de este último, que dependan de la Corte de
Apelaciones más cercana.
Señala el artículo 209 que los jueces de un juzgado de garantía
sólo podrán subrogar a otros jueces de garantía, en los casos previstos
en los artículos 206 a 208, y a jueces de tribunales orales en lo
penal, en los casos a que se refiere el artículo siguiente.

b) Subrogación de los Jueces de Juicio Oral en lo Penal


De acuerdo con el artículo 210 del COT, en todos los casos en que
una sala de un tribunal oral en lo penal no pudiere constituirse
conforme a la ley por falta de jueces que la integren, subrogará:
– Un juez perteneciente al mismo tribunal oral.
– Y, a falta de éste, un juez de otro tribunal oral en lo penal
de la jurisdicción de la misma Corte, para lo cual se
aplicarán análogamente los criterios de cercanía territorial
previstos para la subrogación de los jueces de garantía.
Para estos fines, se considerará el lugar en el que deba
realizarse el juicio oral de que se trate.
– A falta de un juez de un tribunal oral en lo penal de la misma
jurisdicción, lo subrogará un juez de juzgado de garantía de
la misma comuna o agrupación de comunas, que no hubiere
intervenido en la fase de investigación.
Si no resultare posible aplicar ninguna de las reglas previstas en
los incisos anteriores, sea porque los jueces pertenecientes a otros
tribunales orales en lo penal o a los juzgados de garantía no pudieren
conocer de la causa respectiva o por razones de funcionamiento de unos
y otros, actuará como subrogante:
– Un juez perteneciente a algún tribunal oral en lo penal que
dependa de la Corte de Apelaciones más cercana
– A falta de éste, un juez de un juzgado de garantía de esa otra
jurisdicción.
En defecto de las reglas precedentes, resultará aplicable lo
dispuesto en el artículo 213 o, si ello no resultare posible, se
postergará la realización del juicio oral hasta la oportunidad más
próxima en que alguna de tales disposiciones resultare aplicable.
Señala el artículo 210 A, que los jueces pertenecientes a los
tribunales orales en lo penal sólo subrogarán a otros jueces de esos
tribunales, de conformidad a lo dispuesto en el artículo anterior.
Y el artículo 210 B dispone que si con ocasión de la aplicación de
las reglas previstas en los artículos anteriores hubiere más de un juez
que debiere subrogar al juez del juzgado de garantía o al juez del
Subrogación e Integración de los Tribunales
tribunal oral en lo penal, la subrogación se hará por orden de
antigüedad, comenzando por el menos antiguo.

c) Subrogación de los Jueces de Letras


La regla general la establece el artículo 211 según el cual, en
todos los casos en que el juez de letras falte o no pueda conocer de
determinados negocios, será subrogado por el secretario del mismo
tribunal siempre que sea abogado.
No obstante, el secretario del juzgado que no sea abogado
subrogará al juez para el solo efecto de dictar las providencias de
mera sustanciación.
Cabe señalar que sólo a falta de secretario abogado la subrogación
entran a regir las reglas de subrogación que contemplan los artículos
212 y 213.
Así las cosas, a falta de secretario abogado que subrogue, es
preciso distinguir:
– Si en la comuna o agrupación de comunas existen 2 jueces de
letras.
– Si en la comuna o agrupación de comunas hay más de 2 jueces de
letras.
– Si en la comuna o agrupación de comunas hay sólo un juez de
letras.
1° En el territorio jurisdiccional hay 2 jueces de letras
Si en la comuna o agrupación de comunas hay dos jueces de letras,
aunque sean de distinta jurisdicción, la falta de uno de ellos será
suplida por el secretario del otro que sea abogado, y a falta de éste,
por el juez de este otro juzgado.
2° En el territorio jurisdiccional hay más de 2 jueces de letras
Si en la comuna o agrupación de comunas hay más de dos jueces de
letras es preciso distinguir si son o no de la misma jurisdicción.
Si hay más de dos jueces de letras de una misma jurisdicción la
subrogación de cada uno se hará en la forma misma forma que para el
caso de existir 2 jueces de letras, por el que le siga en el orden
numérico de los juzgados y el del primero reemplazará al del último.
En caso de haber más de dos de distinta jurisdicción, la
subrogación corresponderá a los otros de la misma jurisdicción, de la
misma forma indicada, y si ello no es posible, la subrogación se hará
por el secretario que sea abogado y a falta de éste por el juez de la
otra jurisdicción a quien corresponda el turno siguiente.
3° En el territorio jurisdiccional hay un solo juez de letras
En las comunas o agrupaciones de comunas en que haya un solo juez
de letras y siempre que el secretario no pueda reemplazarlo, el juez de
Derecho Procesal Orgánico
letras será subrogado por el defensor público o por el más antiguo de
ellos, cuando haya más de uno.
Si por inhabilidad, implicancia o recusación, el defensor público
no puede ejercer las funciones que le encomienda esta ley, ellas serán
desempeñadas por algunos de los abogados de la terna que anualmente
formará la Corte de Apelaciones respectiva.
No se podrá ocurrir al segundo abogado designado en la terna, sino
en el caso de faltar o estar inhabilitado el primero ni al tercero,
sino cuando falten o estén inhabilitados los dos anteriores.
En defecto de todos los designados en los incisos precedentes,
subrogará el secretario abogado del juzgado del territorio
jurisdiccional más inmediato, o sea, el de aquel con cuya ciudad
cabecera sean más fáciles y rápidas las comunicaciones, aunque dependan
de distintas Cortes de Apelaciones, pero sin alterarse la jurisdicción
de la primitiva Corte.
A falta o impedimento de éste, la subrogación la hará el juez de
dicho tribunal, pudiendo, el uno o el otro, según corresponda,
constituirse en el juzgado que se subroga.
Para los efectos de lo establecido en el inciso segundo de este
artículo, en el mes de noviembre de cada año los jueces letrados de las
comunas o agrupaciones de comunas en que exista un solo juzgado de
letras elevarán a la Corte de Apelaciones respectiva una nómina de los
abogados domiciliados en su territorio jurisdiccional, con indicación
de su antigüedad y demás observaciones que crean oportunas.
En el mes de enero de cada año las Cortes de Apelaciones elegirán
entre los nombres que figuren en esta lista una terna de los abogados
que deban reemplazar al juez de letras en cada una de esas comunas o
agrupaciones de comunas.

d) Subrogación de los Tribunales Superiores de justicia


La subrogación de una Corte de Apelaciones tiene lugar cuando ésta
es reemplazada totalmente por otra Corte de Apelaciones.
Por regla general, cuando la Corte Suprema invalida una sentencia
por la vía de la casación en la forma, el conocimiento del asunto pasa
a otra sal de la Corte, pero si la inhabilidad afecta a la totalidad de
los miembros del tribunal, el conocimiento de la causa debe pasar a
otro tribunal de igual jerarquía, es decir, debe pasar a otra Corte de
Apelaciones.
En efecto, de acuerdo con el artículo 216 del COT, si en una sala
de las Cortes de Apelaciones no queda ningún miembro hábil se deferirá
el conocimiento del negocio a otra de las salas de que se componga el
tribunal y si la inhabilidad o impedimento afecta a la totalidad de los
miembros pasará el asunto a la Corte de Apelaciones que de ha subrogar.
Subrogación e Integración de los Tribunales
A la Corte de Apelaciones de Concepción la subroga la de Chillán,
y a ésta última la subroga a su vez la misma Corte de Apelaciones de
Concepción.
En los casos en que no puedan aplicarse las reglas que establece
el COT, conocerá la Corte de Apelaciones cuya sede esté más próxima a
la de la que debe ser subrogada.
En los casos en que no pudiere funcionar la Corte Suprema por
inhabilidad de la mayoría o de la totalidad de sus miembros, será
integrada por ministros de la Corte de Apelaciones de Santiago,
llamados por su orden de antigüedad (artículo 218 del COT)

II.- La Integración
La integración tiene lugar únicamente respecto de los tribunales
superiores de justicia, esto es, en las Cortes de Apelaciones y en la
Corte Suprema.
Así, para ver quienes están llamados a integrar es preciso
distinguir la integración de las Cortes de Apelaciones y la integración
de la Corte Suprema.

a) Integración de las Cortes de Apelaciones


En conformidad al artículo 215 del COT, si por falta o inhabilidad
de algunos de sus miembros quedare una Corte de Apelaciones o
cualquiera de sus salas sin el número de jueces necesario para el
conocimiento y resolución de las causas que les estuvieren sometidas,
se integrarán:
– Con los miembros no inhabilitados del mismo tribunal.
– Con sus fiscales judiciales.
– Con los abogados que se designen anualmente con este objeto.
El llamamiento de los integrantes se hará en el orden indicado y
los abogados se llamarán por el orden de su designación en la lista de
su nombramiento.
La integración de las salas de la Corte de Santiago se hará
preferentemente con los miembros de aquellas que se compongan de
cuatro, según el orden de antigüedad.

B) Integración de la Corte Suprema


Si faltan menos de la mayoría de los Ministros, se llamará a
integrar:
– A los miembros no inhabilitados de la misma Corte Suprema.
– Al fiscal del tribunal.
– O a los abogados que se designen anualmente con este objeto.
Derecho Procesal Orgánico
El llamamiento de los integrantes se hará en el orden indicado,
pero los abogados serán llamados guardando entre sí el orden a que se
refieren los incisos siguientes del artículo 217.
Cada vez que se regule por auto acordado las materias que conocerá
cada una de las salas en el funcionamiento ordinario o extraordinario y
cada vez que se produzcan nombramientos de abogados integrantes, la
Corte, atendiendo a las especialidades de aquéllos, determinará la o
las salas a que ellos se integrarán de preferencia.
El llamamiento de los abogados asignados preferentemente a una
misma sala se hará respetando el orden de su designación en la lista de
su nombramiento.
Igual orden se respetará para llamar a los demás abogados
integrantes cuando no sea posible hacerlo con los que hubieren sido
asignados preferentemente a la sala de que se trate.
Ahora bien, de acuerdo con el artículo 218, en los casos en que no
pudiere funcionar la Corte Suprema por inhabilidad de la mayoría o de
la totalidad de sus miembros, será integrada por ministros de la Corte
de Apelaciones de Santiago, llamados por su orden de antigüedad.
Las salas de la Corte Suprema no podrán funcionar con mayoría de
abogados integrantes, tanto en su funcionamiento ordinario como en el
extraordinario.
Los abogados integrantes son designados por el Presidente de la
República, previa formación por la Corte Suprema, de las respectivas
ternas.
La designación de abogados integrantes de las Cortes de
Apelaciones se hará en el mes de enero de cada año.
Los abogados designados para la Corte Suprema lo serán por un
período de tres años, efectuándose el nombramiento en el mes de enero,
en que comienza el trienio respectivo.
Las ternas para abogados integrantes de las Cortes de Apelaciones
serán formadas tomando los nombres de una lista que, en el mes de
diciembre de cada año, enviarán a la Corte Suprema las respectivas
Cortes de Apelaciones.
En esta lista deberán figurar abogados que tengan su residencia en
la ciudad que sirve de asiento al tribunal respectivo, que reúnan las
condiciones requeridas para ejercer los cargos de ministros, con
excepción del límite de edad establecido, y que hayan destacado en la
actividad profesional o universitaria.
Estas listas se compondrán, para Santiago, de setenta y cinco
nombres; para Concepción, de cuarenta y cinco nombres.
Las ternas para abogados integrantes de la Corte Suprema serán
formadas tomando los nombres de una lista que, en el mes diciembre en
que termina el trienio respectivo, formará la misma Corte.
Subrogación e Integración de los Tribunales
En esta lista deberán figurar cuarenta y cinco abogados, con
residencia en la ciudad de Santiago, que reúnan las condiciones
requeridas para ejercer los cargos de ministros, con excepción del
límite de edad establecido, y que hayan destacado en la actividad
profesional o universitaria.
Derecho Procesal Orgánico

G) Los Tribunales Arbitrales


La ley no ve inconveniente alguno para que los particulares, salvo
casos de excepción, nombren de común acuerdo a un tercero a fin de que
dirima una contienda o dificultad de orden jurídico que puede haber
surgido entre ellos.
Aún más, en ciertos casos, obliga a resolver determinadas
contiendas mediante la intervención de este tercero.
La persona llamada a decidir estas contiendas jurídicas recibe el
nombre genérico de juez árbitro.
El artículo 222 del Código Orgánico de Tribunales define a los
jueces árbitros, cuando dice: "Se llaman árbitros los jueces nombrados
por las partes, o por la autoridad judicial en subsidio, para la
resolución de un asunto litigioso."
DIFERENCIAS ENTRE LOS TRIBUNALES ORDINARIOS Y LOS ESPECIALES Y LOS
TRIBUNALES ARBITRALES
a) Desde luego, los jueces que componen los tribunales ordinarios y
los especiales son verdaderos funcionarios públicos, pues ejercen
su misión previa designación o nombramiento emanado de la
autoridad pública; en cambio, los jueces árbitros, por regla
general, arrancan su jurisdicción de la propia y soberana
voluntad de las partes litigantes.
b) Los jueces de los tribunales ordinarios y de los especiales
conocen de la generalidad de los asuntos que la ley ha colocado
dentro de la esfera de sus atribuciones y, por consiguiente, son
también tribunales permanentes; en cambio, los jueces árbitros
sólo pueden resolver el asunto o negocio determinado cuya
resolución le han encomendado las partes y, en consecuencia,
desde este punto de vista, son tribunales accidentales.
c) Los jueces ordinarios y los especiales deben fallar con estricta
sujeción a la ley y pesa sobre ellos, por consiguiente, en toda
su amplitud, el principio de la legalidad, salvo contadas
excepciones; en cambio, los jueces árbitros arbitradores, una de
las clases en que se dividen los jueces árbitros, fallan en
conciencia.
d) Por último, los tribunales ordinarios y los especiales tienen
facultad de imperio, o sea, derecho para hacer cumplir o ejecutar
lo fallado con entera amplitud; en cambio, los jueces árbitros
carecen de él, o bien, poseen esta facultad en forma
limitadísima.
En efecto, el artículo 635 del Código de Procedimiento Civil
dispone que: “Para la ejecución de la sentencia definitiva se
podrá ocurrir al árbitro que la dictó, si no está vencido el
Los Tribunales Arbitrales
plazo por que fue nombrado, o al tribunal ordinario
correspondiente, a elección del que pida su cumplimiento.”
“Tratándose de otra clase de resoluciones, corresponde al árbitro
ordenar su ejecución.”
“Sin embargo cuando el cumplimiento de la resolución arbitral
exija procedimientos de apremio o el empleo de otras medidas
compulsivas, o cuando haya de afectar a terceros que no sean
parte en el compromiso, deberá ocurrirse a la justicia ordinaria
para la ejecución de lo resuelto.”

Fuentes del Arbitraje


El arbitraje puede tener su fuente:
– En la voluntad de las partes
– En la ley
1) LA VOLUNTAD DE LAS PARTES
Las partes pueden sustraer un determinado asunto del conocimiento
de la justicia ordinaria y entregarlo al conocimiento de un árbitro.
La sustracción de la justicia ordinaria del conocimiento de un
determinado asunto y su entrega al conocimiento de un juez árbitro
puede realizarse a través de dos actos jurídicos:
a) Contrato de Compromiso
b) Cláusula Compromisoria

a) El Contrato de Compromiso
El contrato de compromiso es un acuerdo de voluntades por el cual
las partes sustraen determinados asuntos litigiosos presentes o futuros
del conocimiento de la justicia ordinaria y los someten al fallo de uno
o más árbitros que se designan.
El contrato de compromiso es solemne consistiendo la solemnidad en
la escrituración, en otras palabras, debe siempre constar por escrito.
Dicho escrito puede ser un instrumento público o privado.
Este documento, en el que se deja constancia de la celebración del
contrato de compromiso, por expresa disposición de la ley, debe
contener:
1) El nombre y apellido de las partes litigantes.
2) El nombre y apellido del árbitro nombrado.
3) El asunto sometido al juicio arbitral.
4) Las facultades que se confieren al árbitro.
Derecho Procesal Orgánico
5) El lugar y tiempo en que deba desempeñar sus funciones (artículo
234 COT)
Para determinar las consecuencias que se siguen de la omisión de
alguna de estas menciones es preciso distinguir según cual sea la
mención omitida:
En efecto, si falta el nombre y apellido de las partes, o el
nombre Y apellido del árbitro, o el asunto sometido al juicio arbitral,
no valdrá el nombramiento, o sea, el contrato de compromiso será nulo
por faltas elementos de su esencia (artículo 234, inciso final, COT)
Si las partes no expresaren con qué calidad es nombrado el árbitro
se entiende que lo es con la de árbitro de derecho (artículo 235,
inciso 1° COT)
Si faltare la expresión del lugar en que deba seguirse el juicio,
se entenderá que lo es aquel en que se ha celebrado el compromiso
(artículo 235, inciso 2°, COT)
Y si faltare la designación del tiempo, se entenderá que el
árbitro debe evacuar su encargo en el término de dos años contados
desde su aceptación (artículo 235, inciso 3° COT)
En estos últimos tres casos, vemos que la sanción por la omisión
de estos requisitos no es la nulidad, sino otros efectos asignados por
la ley porque las facultades del árbitro y el lugar y tiempo en que
debe desempeñar sus funciones constituyen elementos de la naturaleza
del contrato.
En ciertos casos, la ley ha exigido requisitos o formalidades
especiales para someter un asunto litigioso a la decisión, de un
árbitro.
Así, por ejemplo:
– El guardador necesita decreto judicial previo para proceder a
compromisos sobre derechos del pupilo que se valúen en más de
un centavo, y sobre sus bienes raíces, y en cada caso el fallo
del compromisario se someterán a la aprobación judicial, so
pena de nulidad (artículo 400 del Código Civil)
– Si el nombramiento de partidor no lo hace la justicia y entre
los comuneros hay incapaces, dicho nombramiento debe ser
aprobando por ésta (artículo 1326 del Código Civil)
– Si entre los comuneros hay una mujer casada en régimen de
sociedad conyugal, el marido para el nombramiento de partidor
debe obtener el consentimiento de la mujer o autorización
judicial subsidiaria (artículo 1326 del Código Civil)
– Si entre los interesados hay incapaces para darle al árbitro
facultad la calidad de mixto, se requiere autorización
judicial previa y motivos de manifiesta conveniencia (artículo
224, inciso final, COT)
– Etc.
Los Tribunales Arbitrales
b) La cláusula compromisoria
Se la define como una estipulación, en virtud de la cual las
partes sustraen determinado asunto litigioso del conocimiento de la
justicia ordinaria y lo someten a juicio arbitral; pero reservándose el
derecho de designar árbitro en acto posterior.
La cláusula compromisoria difiere, pues, del contrato de
compromiso, esencialmente, en que, mientras en este último, las partes
convienen en someter a arbitraje un determinado asunto litigioso y
designan de manera concreta la persona del árbitro; en la primera sólo
se conviene en someter un determinado asunto a arbitraje y en designar
con posterioridad la persona del árbitro.
La cláusula promisoria es consensual.
2) LA LEY
La ley es fuente de arbitraje en todos aquellos casos en que
obliga a someter determinados asuntos al conocimiento de árbitros, esto
es, en aquellos casos de arbitraje forzoso.

Diversas Clases de Arbitrajes


Hay ciertas materias litigiosas que la ley obliga resolverlas
mediante la intervención de un árbitro y que, por consiguiente, reciben
el nombre de materias de arbitraje forzoso.
Hay otro grupo de ellos que el legislador impide que sean
resueltas mediante la intervención de un árbitro, las que sólo pueden
ser entregadas a la decisión de la justicia ordinaria y que, por
consiguiente, se las conoce con el nombre de materias de arbitraje
prohibido.
Y, por último, aquellas en que es enteramente facultativo para las
partes someterlas a la resolución, ya de la justicia arbitral ya de la
justicia ordinaria, y que, por consiguiente, reciben el nombre de
materias de arbitraje voluntario.

a) Materias de Arbitraje Forzoso


Se trata de asuntos en los cuales deben ventilarse problemas de
carácter íntimo, que producen apasionamiento entre las partes y que
conviene sustraerlos de la justicia ordinaria; o bien, de problemas de
carácter técnico, que hacen perder demasiado tiempo a los tribunales
ordinarios, con desmérito de otros asuntos.
De acuerdo con el artículo 227 del Código Orgánico de Tribunales,
deben resolverse por árbitros los asuntos siguientes:
1) La liquidación de una sociedad conyugal o de una sociedad
colectiva o en comandita civil, y la de las comunidades.
2) La partición de bienes.
Derecho Procesal Orgánico
3) Las cuestiones a que diere lugar la presentación de la cuenta del
gerente o del liquidador de las sociedades comerciales y los
demás juicios sobre cuentas.
4) Las diferencias que ocurrieren entre los socios de una sociedad
anónima, o de una sociedad colectiva o en comandita comercial, o
entre los asociados de una participación, en el caso del artículo
415 del Código de Comercio.
5) Los demás que determinen las leyes.
A pesar de ser todas estas materias de arbitraje forzoso, la ley
no tiene inconveniente para que ellas sean resueltas de común acuerdo
por los propios interesados, siempre que:
– Todos ellos tengan la libre disposición de sus bienes
– Concurran todos ellos al acto (artículo 227, inciso final
COT)
Y todavía, tratándose de la partición de bienes, a pesar que entre
los interesados existan personas, incapaces, pueden efectuarla de
común acuerdo, siempre que no se presenten cuestiones previas que
resolver y todos estén de acuerdo sobre la manera de hacer la división
(artículo 227, inciso final COT, en relación artículo 1325 CC)

b) Materias de Arbitraje Prohibido


Así como la ley estableció diversos casos de materias de arbitraje
forzoso; así también estableció diversos casos de materias de arbitraje
prohibido.
Se trata de negocios que, generalmente, versan sobre derechos
irrenunciables; o bien, de litigios en que pueden estar comprometidos
derechos de terceros y que, de permitirse resolverlos mediante árbitro
o de común acuerdo, pudieran ventilarse en la penumbra sin la garantía
del contradictorio; y, a veces, de asuntos en que su naturaleza misma
repugna con la noción de la jurisdicción arbitral, como es el caso de
los procesos penales en que la acción punitiva le corresponde
privativamente a los órganos del Estado.
¿Cuáles son estas materias?
La respuesta nos la dan los artículos 229 y 230 del Código
Orgánico de Tribunales.
De acuerdo con el artículo 229, “no podrán ser sometidas a la
resolución de árbitros las cuestiones que versen sobre alimentos o
sobre derecho de pedir separación de bienes entre marido y mujer.”
Y según el artículo 230, “tampoco podrán someterse a la decisión
de árbitro las causas criminales, las de policía local, las que se
susciten entre un representante legal y su representado, y aquellas en
que debe ser oído el fiscal judicial.”
Los Tribunales Arbitrales
CASO DE CONFLICTO ENTRE MATERIAS DE ARBITRAJE PROHIBIDO Y DE ARBITRAJE
FORZOSO
Puede suceder que una determinada materia litigiosa, a virtud de
un precepto sea de arbitraje prohibido, y a virtud de otro precepto sea
de arbitraje forzoso.
Se produce así un verdadero conflicto, el cual, afortunadamente,
ha sido resuelto en forma expresa por el legislador.
En efecto, después de señalar las materias de arbitraje prohibido,
agrega que todo ello es sin perjuicio de lo establecido respecto de las
materias de arbitraje forzoso (artículo 230, inciso 2° COT)
En otras palabras, en caso de conflicto, éste se resuelve en favor
del arbitraje forzoso.
Ejemplo; se trata de la partición de una herencia en la cuál son
interesados el padre y el hijo sujeto a patria potestad.
Según el artículo 230, dicho juicio no podría ser sometido a un,
árbitro por haberse suscitado entre un representante legal y su
representado.
Sin embargo, de acuerdo al artículo 227, N°2, debe resolverse
forzosamente por árbitro.
De conformidad a lo preceptuado en el inciso 2° del artículo 230,
prima, pues, el arbitraje forzoso sobre el arbitraje prohibido, la
partición debe hacerse ante árbitro.

c) Materias de Arbitraje Voluntario


Si no estamos en presencia de materias de arbitraje forzoso ni de
arbitraje prohibido, las partes gozan de la más completa y absoluta
libertad para someter sus litigios, ya a la justicia ordinaria, ya a
la, justicia arbitral.
Este principio está consagrado por el artículo 228 de] Código
Orgánico de Tribunales mediante la fórmula siguiente "Fuera de los
casos expresados en el artículo precedente, nadie puede ser obligado a
someter al juicio de árbitros una contienda judicial".

Diversas Clases de Árbitros


Nuestra ley procesal reconoce tres clases de árbitros:
1) Árbitros de derecho
2) Árbitros arbitradores o amigables componedores
3) Árbitros mixtos
El árbitro de derecho es aquel que falla con arreglo a la ley y se
somete, tanto, en la tramitación como en el pronunciamiento de la
sentencia definitiva, a las reglas establecidas para los jueces
Derecho Procesal Orgánico
ordinarios, según la naturaleza de la acción deducida (artículo 223
inciso 2° COT)
El árbitro arbitrador es aquel que falla obedeciendo a lo que su
prudencia y la equidad le dictaren, y no estará obligado a guardar en
sus procedimientos y en su fallo otras reglas que las que las partes
hayan expresado en el acto constitutivo del compromiso, y si éstas nada
hubieren expresado, a las que se establecen para este caso, en el
Código de Procedimiento Civil (artículo 223 inciso 3°, COT)
El árbitro mixto, como su nombre lo indica, es aquel que tiene
facultades de arbitrador en cuanto al procedimiento y se limita a la
aplicación estricta de la ley en el pronunciamiento de la sentencia
definitiva (artículo 223 inciso final COT).
En consecuencia, la clasificación que hace el legislador de los
árbitros gira alrededor de dos factores:
a) La tramitación
b) La dictación del fallo
El árbitro de derecho tramita y falla, al igual que un tribunal
ordinario, haciendo aplicación estricta, tanto de las leyes de forma
como las de fondo, tal cual lo hacen estos últimos tribunales.
El árbitro arbitrador tramita de acuerdo con el procedimiento que
las propias partes han acordado señalar y, a falta de estas reglas, en
conformidad a las normas de procedimiento que el propio Código de
Procedimiento Civil indica para esta clase de árbitros, y falla en
conciencia.
Y, por fin, el árbitro mixto participa de los caracteres del
arbitrador en cuanto al procedimiento, y de los del árbitro de derecho
en cuanto al fallo.
La clasificación anterior de los árbitros, no sólo tiene
importancia para saber el procedimiento a que van a ajustarse y a la
forma o manera como pronunciarán la sentencia; sino, además, en cuanto
a la facultad de las partes en relación a su capacidad, para atribuirle
una determinada calidad al árbitro.
Así, para designar árbitros arbitradores es indispensable que
todas las partes sean mayores de edad y libres administradoras de sus
bienes.
Lo dispone expresamente el inciso 1° del artículo 224 del COT, al
decir que sólo las partes mayores de edad y libres administradoras de
sus bienes podrán dar a los árbitros el carácter de arbitradores.
Para nombrar árbitros mixtos también se requiere la plena
capacidad de las partes que concurren a su nombramiento; pero, por
motivos de manifiesta conveniencia podrán los tribunales autorizar la
concesión al árbitro de derecho de las facultades de que trata el
inciso cuarto del artículo anterior, aun cuando uno o más de los
Los Tribunales Arbitrales
interesados en el juicio sean incapaces (artículo 224 inciso 2° del
COT)
Luego, cuando entre las partes existe uno o más interesados
incapaces, el nombramiento de árbitro mixto es válido si concurren los
siguientes requisitos:
a) Autorización judicial previa de parte de la justicia ordinaria.
b) Justificación ante ella de los motivos de manifiesta conveniencia
que aconsejan concederla.
Por último, la designación de árbitros de derecho no está ligada
en absoluto, en cuanto a su validez, a la capacidad o incapacidad de
las partes.
Desde el momento en que el árbitro de derecho tramita y falla lo
mismo que un tribunal ordinario, ofrece idénticas condiciones de
seguridad que éste y, por consiguiente, el legislador no tiene para qué
preocuparse de si las partes interesadas son o no plenamente capaces.
Haya o no incapaces entre los interesados, el nombramiento de
árbitro de derecho siempre será válido en cuanto a este aspecto se
refiere.

Requisitos para ser Árbitro


Los hay de dos órdenes:
– Positivos y negativos
– Requisitos generales aplicables a toda clase de árbitros, y
requisitos especiales aplicables a los árbitros partidores de
bienes.
a) Requisitos Aplicables a Toda Clase de Árbitros
1° Requisitos positivos aplicables a toda clase de árbitros
Ahora bien, en conformidad al artículo 225 inciso 1° del COT, los
requisitos positivos y aplicables a toda clase de árbitros son los
siguientes:
1) Ser mayor de edad.
2) Tener la libre disposición de los bienes.
3) Saber leer y escribir.
Sin embargo, los abogados habilitados para ejercer la profesión
pueden ser árbitros aunque sean menores de edad; y el nombramiento de
árbitro de derecho sólo puede recaer en un abogado (artículo 225
incisos 1° y 2° del COT)
2° Requisitos Negativos aplicables a toda clase de árbitros
Los requisitos negativos y aplicables a toda clase de árbitros son
los siguientes:
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1) No pueden ser nombrados árbitros para la resolución de un asunto
las personas que litigan como partes en él (artículo 226, inciso
1° COT)
2) No puede ser nombrado árbitro para la resolución de un asunto, el
juez que actualmente estuviere conociendo de él (artículo 226,
inciso 2° COT)
3) No pueden ser nombrados árbitros, los jueces letrados ni los
miembros de los tribunales superiores de justicia (artículo 317
COT)
4) No pueden ser árbitros ni los fiscales, ni los notarios (artículo
480 COT)
Excepción:
Sin embargo, los jueces letrados, los miembros de los tribunales
superiores de justicia y los fiscales pueden ser árbitros si en el
litigio cuya decisión se pretende someterles, figura alguna parte
originariamente interesada con la cual se hallan ligados por vínculo de
parentesco que autorizare su implicancia o recusación (artículos 226,
inciso 2°, 317 y 480, inciso 1° COT)
b) Requisitos Aplicables a los Árbitros Partidores de Bienes
En cuanto a los árbitros partidores de bienes, rigen las normas
especiales contenidas en los artículos 1323, 1324 y 1325 del Código
Civil (artículo 225, inciso 3°, COT)
De acuerdo al artículo 1323 los requisitos para ser partidor son:
1) Ser abogado habilitado para el ejercicio de la profesión.
Este requisito hay que entenderlo en relación con lo establecido
en el artículo 225 inciso segundo del Código Orgánico de
Tribunales, según el cual “el nombramiento de árbitros de derecho
sólo puede recaer en un abogado.” Pero, además, esta exigencia se
funda en la naturaleza misma de lo que se somete al conocimiento
del partidor.
53) Tener la libre administración de bienes, es decir, no pueden
serlo ni los relativa ni los absolutamente incapaces.

Inhabilitación de los Árbitros


Dispone el artículo 243 del Código Orgánico de Tribunales que:
“Los árbitros nombrados por las partes no pueden ser inhabilitados sino
por causas de implicancia o recusación que hayan sobrevenido a su
nombramiento, o que se ignoraban al pactar el compromiso.”
En otras palabras, el nombramiento del árbitro efectuado por las
partes significa una verdadera renuncia de las posibles causas de
inhabilidad que pudieren afectarle, las que, naturalmente, han debido
ser conocidas por aquéllas.
Los Tribunales Arbitrales
De ahí que esta prohibición de inhabilitar al árbitro nombrado por
las partes no tendrá lugar:
a) Cuando la inhabilidad se presenta con posterioridad al
nombramiento (inhabilidad sobreviniente)
b) Cuando ella se ignoró al pactar el compromiso.
En cuanto a las inhabilidades de los árbitros nombrados por la
justicia ordinaria, ellas se hacen valer lo mismo que si se tratare de
un juez ordinario, porque no existe regla legal especial en contrario.

Nombramiento del Juez Árbitro


El juez árbitro puede ser nombrado:
1) Por la partes
2) Por la Justicia
3) Por el Testador
4) Por la Ley
1° Nombramiento del Árbitro por las Partes
Es la manera más corriente de efectuar el nombramiento de árbitro
para la resolución de un asunto litigioso.
El nombramiento por las partes tiene lugar:
a) En el contrato de compromiso
b) Puede derivar de una cláusula compromisoria que lleva a las
partes a nombrar un árbitro de común acuerdo
c) Puede efectuarse por las partes de común acuerdo en los asuntos
de arbitraje forzoso
Lo importante es que en todos estos casos, para que el
nombramiento del árbitro sea válido y produzca efectos respecto de
todas ellas debe hacerse con el consentimiento unánime de todas las
partes interesadas en el litigio sometido a su decisión (artículo 232,
inciso 1° COT)
Es evidente que si alguna parte no ha concurrido al contrato de
compromiso, le será inoponible y todas las actuaciones del árbitro
tampoco le empecerán.
Este consentimiento puede manifestarse antes de producido el
litigio o después; puede también manifestarse personalmente o por medio
de mandatario.
En este último caso, no hay que olvidar que el mandatario
necesitará de atribución especial para comprometer.
También requiere de poder especial para otorgar a los árbitros
facultades de arbitradores (artículo 7° inciso 2° CPC)
Derecho Procesal Orgánico
El Código Civil, por su parte, ya nos había dicho que la facultad
de transigir, no comprende la de como comprometer ni viceversa
(artículo 2141 CC).
Le es además indiferente al legislador el número de árbitros que
puedan nombrar las partes: lo único que exige es el común acuerdo
(artículo 231 COT)
Les permite también en el caso de ser dos o más los árbitros
nombrados que designen un tercero que dirima las discordias que entre
aquellos puedan ocurrir, o bien que autoricen a los mismos árbitros a
que nombren el tercero en discordia, en caso necesario (artículo 233
COT)
2° Nombramiento del Árbitro por la Autoridad Judicial
Tendrá lugar:
a) Cada vez que se está en presencia de un arbitraje forzoso u
obligatorio y no se logre el común acuerdo de las partes.
b) Cada vez que estemos en presencia de una cláusula compromisoria y
tampoco se logre este común acuerdo de las partes en cuanto a la
persona del árbitro.
Al efecto, el inciso 2° del artículo 232 del Código Orgánico de
Tribunales dispone que “En los casos en que no hubiere avenimiento
entre las partes respecto de la persona en quien haya de recaer el
encargo, el nombramiento se hará por la justicia ordinaria, debiendo en
tal caso recaer dicho nombramiento en un solo individuo y diverso de
los dos primeros indicados por cada parte, se procederá en lo demás, en
la forma establecida en el Código de Procedimiento Civil para el
nombramiento de peritos.”
La facultad concedida por la ley a la justicia ordinaria para
designar árbitros en defecto del común acuerdo o avenimiento de las
partes, tiene, pues, una doble limitación:
El árbitro designado debe ser una sola persona, no cabe hablar de
pluralidad de árbitros, ni menos, de terceros en discordia
El nombramiento debe recaer en personas diversas de las dos
primeras indicadas por cada parte.
Al remitirse la ley a la forma establecida en el Código de
Procedimiento Civil para el nombramiento de peritos debemos ir al
artículo 414 de este último cuerpo legal.
En consecuencia, el procedimiento a seguir es el que a
continuación se señala:
– Cualquiera de los interesados se presenta a la justicia
ordinaria pidiendo que todos ellos sean citados a un
comparendo, a objeto de proceder al nombramiento del árbitro.
– Frente a esta solicitud el juez dictará resolución citando a
los comuneros a un comparendo para el nombramiento de
Los Tribunales Arbitrales
partidor, fijando día y hora al efecto. Esta resolución se
notifica personalmente pues se trata de la primera
notificación que se practica en la gestión; al solicitante se
le notifica por el estado diario.
– Si comparecen todos los interesados, el juez debe procurar el
avenimiento entre ellos acerca de la persona del árbitro.
– Si no hay avenimiento, la designación la hace el juez, con las
limitaciones que ya conocemos.
– Si no comparecen todos los interesados, se presume que tampoco
hay acuerdo, y también la designación la hace el juez.
– La resolución que contiene el nombramiento del árbitro se
notifica a las partes por cédula, las que tienen un plazo de
tres días para hacer valer causales de inhabilidad; y, sí
dentro de dicho plazo nada dicen, el nombramiento se considera
a firme, y el designado puede entrar a aceptar el cargo, a
prestar juramento y a desempeñar su cometido.
En cuanto al tribunal competente para efectuar el nombramiento,
será el juez de letras en lo civil del domicilio del demandado o
interesado.
Se ha discutido si el nombramiento del árbitro es una gestión
contenciosa o no contenciosa.
La mayoría de la doctrina estima que se trata de una gestión
contenciosa porque el nombramiento de pide para un juicio o contienda
entre partes.
De suerte que será competente para efectuar el nombramiento el
juez del domicilio del demandado.
En el caso del nombramiento del partidor, por regla general,
también será competente el juez del domicilio del demandado,
entendiéndose por tal el comunero o comuneros que no han solicitado el
nombramiento.
Tratándose del nombramiento del partidor para la partición de la
comunidad hereditaria, será competente el juez de letras en lo civil
del lugar en que se abrió la sucesión.
3° Nombramiento del Árbitro por la Ley
Algunos autores señalan que el árbitro también puede ser nombrado
por la ley (no es aceptada por todos)
En, verdad que existen diversas disposiciones en nuestro derecho
positivo que establecen, no sólo la obligación de someter determinados
asuntos litigiosos a la resolución de un tribunal arbitral, sino que
aun señalan el organismo, llamado a actuar en calidad de árbitro.
Ejemplos: la Superintendencia de Compañías de Seguros, debe actuar
en ciertos conflictos como árbitro por mandato legal.
Derecho Procesal Orgánico
Con todo, se señala que en estos casos, se está más bien en
presencia de tribunales especiales, con carácter de permanentes, que
ante tribunales arbitrales propiamente dichos, con jurisdicción para
resolver aquellos asuntos que la ley les encomienda.
4° Nombramiento del Árbitro por el Causante o Testador
Finalmente, tratándose de la partición de la comunidad
hereditaria, el cuarto origen de la justicia arbitral es la voluntad
unilateral del causante o testador.
Ella se manifiesta en el derecho que la ley le asigna el testador
o causante para que, por acto entre vivos o por testamento; proceda a
designar el partidor de sus bienes.

Aceptación del Cargo de Árbitro y Juramento


El árbitro que acepta el encargo deberá declararlo así, y jurará
de desempeñarlo con la debida fidelidad y en el menor tiempo posible
(artículo 236 COT)
La disposición anterior demuestra que la función de árbitro es
voluntaria. La persona favorecida con semejante designación es soberana
para aceptar o no la misión que se le ha confiado.
Pero la ley, al mismo tiempo, desea que, en caso afirmativo, no
quede la menor duda acerca de la voluntad del árbitro en orden a que
acepta el encargo encomendado, y exige una declaración explícita sobre
el particular.
Esta declaración se provoca de diversas maneras, según cuál haya
sido la fuente u origen del nombramiento del árbitro.
Esta aceptación reviste gran importancia desde que en conformidad
con el artículo 240 del COT, los árbitros, una vez aceptado su encargo,
quedan obligados a desempeñarlo.
Pero, para entrar a desempeñar legalmente el encargo, no basta con
aceptarlo. Es necesario cumplir con una nueva formalidad, el juramento.
Deberá manifestar el árbitro que jura desempeñar el encargo con la
debida fidelidad y en el menor tiempo posible.
En la práctica, mucho se ha discutido acerca de la sanción que
corresponde aplicar en caso de que se omita por parte del árbitro la
aceptación o el juramento en los términos ya señalados.
En un comienzo se estimó que se trataba de una nulidad de carácter
absoluto y que debía hacerse valer por medio de la correspondiente
acción ordinaria de nulidad de todo lo obrado.
Actualmente, se ha llegado a la conclusión de que se trata de la
omisión de un trámite esencial dentro del juicio de compromiso, que
acarrea la nulidad de lo obrado; y que, siendo una nulidad de orden
procesal, debe hacerse valer dentro del juicio; ejecutoriada la
sentencia definitiva, queda saneado todo posible vicio de nulidad.
Los Tribunales Arbitrales

OBLIGACIÓN DE DESEMPEÑAR EL CARGO DE ÁRBITRO UNA VEZ ACEPTADO


Nadie está obligado a aceptarla; pero una vez producida esta
aceptación y prestado el juramento de rigor, nace para el árbitro la
obligación de desempeñar el encargo que se le ha confiado (artículo
240, inciso 1° COT)
Esta obligación cesa:
1) Si las partes ocurren de común acuerdo a la justicia ordinaria o
a otros árbitros solicitando la resolución del negocio.
2) Si fueren maltratados o injuriados por alguna de las partes.
3) Si contrajeren enfermedad que les impida seguir ejerciendo sus
funciones.
4) Si por cualquiera causa tuvieren que ausentarse del lugar donde
se sigue el juicio (artículo 240 inciso 2°, COT)

Plazo que tiene el Árbitro para Desempeñar su cometido


En primer término, se estará a lo que las partes hayan establecido
en relación con el plazo dentro del cual el árbitro deberá cumplir su
cometido.
Si las partes nada han establecido al respecto, se entiende que
el árbitro debe cumplir su cometido en el término de dos años contados
desde la aceptación del cargo.

Procedimiento de los Árbitros


Será necesario distinguir, según sea la calidad asignada al
árbitro.
1° Procedimiento ante el árbitro de derecho
El árbitro de derecho tramitará el juicio, al igual que un
tribunal ordinario, de conformidad a la naturaleza de la acción
entablada:
a) Así, si ésta no tiene señalado un procedimiento especial en la
ley se ajustará a los trámites del juicio ordinario; si, por el
contrario, tiene señalado un procedimiento especial, le aplicará
éste.
b) Las únicas diferencias que podemos advertir entre el
procedimiento que observan los tribunales ordinarios y el árbitro
de derecho son:
– Que éste debe proceder asesorado por un actuario, que nombrará
él mismo. Pueden desempeñarse como actuario cualquier ministro
de fe; y si no existe ministro de fe en el lugar en que
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funcionará el tribunal, o están inhabilitados, podrá
desempeñarse como actuario cualquier persona que designe el
árbitro.
– Que las notificaciones se practicarán personalmente, por
cédula, o en la forma que de común acuerdo determinen las
partes
– Que los testigos prestarán declaración si voluntariamente
desean hacerlo, es decir, no pueden compelerlos a comparecer
porque carecen de imperio.
Sin embargo, el juez árbitro puede delegar competencia al
tribunal ordinario que corresponda para que proceda a la
recepción de la prueba testimonial, tribunal que sí cuenta con
los medios de apremio para compeler a los testigos renuentes.
– En cuanto al cumplimiento de las resoluciones que dicten:
→ El cumplimiento de las resoluciones que no sean sentencia
definitiva le corresponde al mismo árbitro.
→ Tratándose de las sentencias definitivas, si el plazo del
arbitraje está vigente, podrá conocer del él tanto el
árbitro como la justicia ordinaria a elección de la parte;
pero si el plazo del arbitraje está vencido, solo podrá
recurrir a la justicia ordinaria.
→ Las sentencias que impongan medidas de apremio o
compulsivas, deberán ser ejecutadas ante la justicia
ordinaria, por carecer los árbitros de imperio.
2° Procedimiento ante el árbitro arbitrador
El árbitro arbitrador tramitará el juicio, en primer término, de
acuerdo a las propias normas señaladas por las partes en el acto
constitutivo del compromiso.
Y, a falta de éstas, de acuerdo a las normas señaladas por el
Código de Procedimiento Civil, las cuales la doctrina denomina Normas
Mínimas de Procedimiento y que en líneas generales, se reducen a:
a) Oír a las partes. El procedimiento se desenvuelve a través de
audiencias o comparendos que se celebran con la frecuencia que
los interesados determinen.
b) Dejar constancia por escrito de todos los hechos que ocurran ante
él si así lo exigen las partes, y en el entendido que se trate de
hechos relevantes para la dictación de sentencia.
c) Recibir y agregar al proceso los instrumentos que le presenten.
d) Practicar todas las diligencias necesarias para el
esclarecimiento de los hechos; la causa se recibe a prueba en
caso que el arbitrador lo estime necesario.
Los Tribunales Arbitrales
e) No se requiere de un ministro de fe que autorice las actuaciones
judiciales. Excepcionalmente la sentencia definitiva debe ser
autorizada por un ministro de fe o dos testigos.
f) Dictar sentencia definitiva
Lo mismo que el árbitro de derecho debe asesorarse de un actuario,
si así lo cree necesario; las notificaciones se practicarán
personalmente, por cédula, o en la forma que de común acuerdo
determinen las partes; y también carece de imperio.

Pluralidad de Árbitros
Si los árbitros son dos o más, todos ellos deben concurrir a la
dictación de la sentencia definitiva y a cualquier acto de
substanciación del juicio, a menos que las partes acuerden otra cosa
(artículos 630, inciso 1° y 641, inciso 1° CPC)
Si los árbitros no se pusieren de acuerdo será llamado el tercero
en discordia, si lo hubiere.
Los árbitros y el tercero acordarán la sentencia en la forma
prevenida por el Código de Procedimiento Civil para el acuerdo de las
sentencias de los tribunales colegiados (artículo 237 COT)
Ahora bien, puede suceder que no resulte mayoría en la dictación
de la sentencia definitiva o de otra clase de resolución, sea que hayan
varios árbitros, sea que haya tercero en discordia y se le hubiere
llamado a participar en el acuerdo; y cabe preguntarse: ¿qué suerte
corre el juicio arbitral?
El artículo 238 del Código Orgánico de Tribunales manifiesta que
en caso de no resultar mayoría en el pronunciamiento de la sentencia
definitiva o de otra clase de resoluciones, debe distinguirse si la
resolución de que se trate es apelable y si no lo es, debe
subdistinguirse si el arbitraje es forzoso o voluntario.
1) Si la resolución no es apelable:
– Quedará sin efecto el compromiso, si éste es voluntario.
– Si es forzoso, se procederá a nombrar nuevos árbitros.
54) Cuando pueda deducirse recurso de apelación:
Se elevarán los antecedentes al tribunal de alzada para que
resuelva la cuestión que motiva el desacuerdo conforme a derecho o
equidad, según corresponda.

Recursos en contra de las Sentencias Arbitrales


Es necesario distinguir, según se trate de árbitros de derecho o
de árbitros arbitradores.
1° Recursos contra las sentencias de los árbitros de derecho
Derecho Procesal Orgánico
Tratándose de árbitros de derecho, sus fallos son susceptibles de
los mismos recursos que pueden deducirse en contra de las sentencias
pronunciadas por los tribunales ordinarios.
Conocerán de estos recursos los tribunales que habían conocido de
ellos si se hubieran interpuesto en juicio ordinario; a menos que las
partes siendo mayores de edad y libres administradoras de sus bienes,
hayan renunciado dichos recursos, o los hayan sometido también a
arbitraje en el instrumento del compromiso o en un acto posterior
(artículo 239, inciso 1° COT)
2° Recursos contra las sentencias de los arbitradores
Tratándose de árbitros arbitradores, será necesario hacer ciertos
subdistingos.
El recurso de apelación sólo procederá cuando las partes en el
instrumento que constituyen el compromiso, expresaren que se reservan
dicho recurso para ante otros árbitros del mismo carácter y designaren
las personas que han de desempeñar este cargo (artículo 239, inciso 2°,
COT)
El recurso de casación en el fondo no procederá en caso alguno
contra las sentencias de los arbitradores (artículo 239, inciso 2°,
COT)
El recurso de casación en la forma procederá siempre y por regla
general, a menos que se haya renunciado o sometido a arbitraje en el
compromiso o en acto posterior (artículo 239, inciso 1° COT)
Ahora bien, a pesar de esta renuncia, la jurisprudencia, por
razones de equidad y fundada en el hecho de que la jurisdicción
arbitral arranca fundamentalmente de la voluntad de las partes, hace
procedente el recurso de casación en la forma, no obstante esta
renuncia, siempre que se base en las causales de incompetencia o de
ultrapetita.

Conclusión del Arbitraje


Normalmente el arbitraje termina por la dictación de la sentencia
definitiva, esto es, por haber pronunciado el árbitro una resolución
que viene a resolver el litigio sometido a su decisión.
Pero puede también terminar en forma excepcional, por revocación
hecha por las partes de común acuerdo de la jurisdicción otorgada al
compromisario (artículo 241 COT)
La ley también se encarga de disipar la duda en orden a que el
compromiso no cesa por la muerte de una o más de las partes; pues
dispone textualmente "que el juicio seguirá su marcha con citación e
intervención de los herederos del difunto" (artículo 242 COT)
También termina cuando no se produce mayoría y la resolución es
inapelable, y se está en presencia de un arbitraje voluntario.
Los Tribunales Arbitrales
Juicio de Partición de Bienes
Se encuentra reglamentado en el Título IX del Libro 3° del Código
de Procedimiento Civil, artículos 646 a 666.
Supletoriamente se aplican a los partidores las normas generales
establecidas para los árbitros, en cuanto no aparezcan modificadas por
las del presente Título y sean aplicables a las cuestiones que aquéllos
deben resolver (artículo 648 CPC)
Este juicio se aplica para los efectos de dividir o liquidar una
comunidad de bienes entre los distintos comuneros con la finalidad de
entregarle a cada uno lo que le corresponda de acuerdo con su cuota o
derecho en la comunidad.
Se trata ésta de una materia de arbitraje forzoso.
El juicio de partición supone la existencia de una comunidad que
se ha disuelto o que es susceptible de división.
Por lo demás, para proceder a la partición, es preciso que esté
claro quienes son los comuneros y la cuota o derecho de cada uno de
ellos en la comunidad.
Cualquiera duda en cualquiera de estos puntos deberá ser resuelta
previamente por la justicia ordinaria, es decir, se trata de aspectos
que escapan a la competencia del partidor cuya única misión es partir o
liquidar.
COMUNIDADES SUSCEPTIBLES DE PARTICIÓN
1) La comunidad proveniente de la herencia (comunidad hereditaria)
2) La comunidad proveniente de la disolución de la sociedad
conyugal.
3) Las comunidades provenientes de la disolución de sociedades, con
excepción de las sociedades anónimas y las sociedades mercantiles
que se liquidan a través de un partidor que no es juez.
4) Las comunidades provenientes del cuasicontrato de comunidad.

Formas de Proceder a la Partición


Existen tres formas de proceder a la partición según cual sea el
caso:
1) De común acuerdo por los propios comuneros.
2) Por el causante o testador en vida, a través de instrumento
público o testamento.
3) A través del correspondiente juicio de partición de bienes,
procedimiento de carácter contencioso que se lleva a cabo ante un
juez árbitro que toma el nombre específico de partidor de bienes.
Derecho Procesal Orgánico
El Juez Partidor
El tribunal está conformado por el Juez Partidor quien es asistido
por un actuario que cumple las funciones de ministro de fe.
En cuanto a la calidad del partidor, por regla general será un
árbitro de derecho.
Pero las partes mayores de edad y libres administradoras de sus
bienes podrán dar al partidor el carácter de arbitrador.
También se requiere la plena capacidad de las partes que concurren
al nombramiento para otorgarle la calidad de árbitro mixto.
Pero si entre las partes existe uno o más interesados incapaces,
igualmente podrá dársele al árbitro la calidad de mixto siempre que
concurran los siguientes requisitos:
a) Autorización judicial previa de parte de la justicia ordinaria.
b) Justificación ante ella de los motivos de manifiesta conveniencia
que aconsejan concederla.
En lo que respecta al procedimiento para el nombramiento del
partidor, ya lo conocemos.
Una vez nombrado, el partidor debe aceptar el cargo y jurar
desempeñarlo fielmente.
El término que la ley, el testador o las partes concedan al
partidor para el desempeño de su cargo se contará desde que éste sea
aceptado, deduciendo el tiempo durante el cual, por la interposición de
recursos o por otra causa, haya estado totalmente interrumpida la
jurisdicción del partidor (artículo 647 CPC)
En cuanto al actuario, será designado por el propio partidor, una
vez que haya aceptado su cargo.
Este funcionario se desempañará como ministro de fe y será el
encargado de autorizar todas las diligencias del juicio de partición.
El actuario en el juicio de partición solo puede ser:
– Un notario
– Un secretario de juzgado de letras o tribunal superior
En lo tocante a la remuneración del partidor, ella será la que
hayan fijado las partes y el árbitro de común acuerdo.
Si no se ha acordado el monto de la remuneración, el partidor la
fijará en la sentencia definitiva, pero cualquiera que sea su cuantía,
habrá derecho para reclamar de ella. La reclamación se interpondrá en
la misma forma y en el mismo plazo que la apelación de la sentencia (15
días contados desde la respectiva notificación), y será resuelta por el
tribunal de alzada en única instancia.
Los Tribunales Arbitrales
La cuantía de los honorarios del actuario la fija normalmente el
juez árbitro en proporción a sus propios honorarios y también será
materia de acuerdo.
Usualmente se acostumbra fijar el 5% del monto de los honorarios
del partidor.
Competencia del Juez Partidor
Existen ciertas materias, directa o indirectamente relacionadas
con la partición; en algunos casos el partidor el competente para
conocer de ellas y en otros no.
Se distinguen entonces:
a) Asuntos de competencia exclusiva del partidor
b) Asuntos de competencia exclusiva de la justicia ordinaria
c) Asuntos de competencia tanto del partidor como de la justicia
ordinaria
A) MATERIAS DE COMPETENCIA EXCLUSIVA DEL PARTIDOR
Conforme con el artículo 651, “entenderá el partidor en todas las
cuestiones relativas a la formación e impugnación de inventarios y
tasaciones, a las cuentas de los albaceas comuneros y administradores
de los bienes comunes, y en todas las demás que la ley especialmente le
encomiende, o que, debiendo servir de base para la repartición, no
someta la ley de un modo expreso al conocimiento de la justicia
ordinaria.”
Podemos entonces señalar como principio en esta materia, que
corresponde al partidor conocer de:
a) Todos los asuntos que la ley especialmente le encomiende.
b) Todos los asuntos que debiendo servir de base para la
repartición, no someta la ley de un modo expreso al conocimiento
de la justicia ordinaria.
B) MATERIAS DE COMPETENCIA EXCLUSIVA DE LA JUSTICIA ORDINARIA
Corresponden exclusivamente a la justicia ordinaria todas aquellas
cuestiones que digan relación con los bienes que integran la comunidad,
la calidad de comunero y la cuota que a cada uno de ellos corresponde
en la comunidad.
Se trata de cuestiones preliminares al juicio de partición y que
deben estar resueltas para que el partidor pueda entrar a desempeñar su
función.
Sin embargo, la partición no se suspende por la discusión sobre
cuales son los bienes comunes.
En efecto, el inciso 1° del artículo 1331 del Código Civil señala
que: “Las cuestiones sobre la propiedad de los objetos en que alguien
alegue un derecho exclusivo y que en consecuencia no deban entrar en la
masa partible, serán decididas por la justicia ordinaria; y no se
Derecho Procesal Orgánico
retardará la partición por ellas. Decididas a favor de la masa
partible, se procederá como en el caso del artículo 1349.”
Conforme al artículo 1349 del Código Civil: “El haber omitido
involuntariamente algunos objetos no será motivo para rescindir la
partición. Aquella en que se hubieren omitido, se continuará después,
dividiéndolos entre los partícipes con arreglo a sus respectivos
derechos.”
Es lo que se llama "suplemento de la partición".
Por excepción, la partición se puede suspender en el caso del
inciso 2° del artículo 1331: “Sin embargo, cuando recayeren (las
cuestiones sobre la propiedad de los objetos) sobre una parte
considerable de la masa partible, podrá la partición suspenderse hasta
que se decidan; si el juez, a petición de los asignatarios a quienes
corresponda más de la mitad de la masa partible, lo ordenare así”
C) MATERIAS DE COMPETENCIA TANTO DEL PARTIDOR COMO DE LA JUSTICIA
ORDINARIA
Puede conocer indistintamente el partidor o la justicia ordinaria
de las siguientes materias:
Cuestiones relativas a la formación e impugnación de los
inventarios.
Cuestiones relativas a las cuentas y honorarios de albaceas,
comuneros, administradores y tasadores siempre que no hayan aceptado el
compromiso, o que éste haya caducado o no esté constituido aún.
Cuestiones relativas a la administración proindiviso de los bienes
comunes.
Cuestiones relativas a los derechos que los terceros acreedores
puedan hacer valer sobre los bienes comprendidos en la partición.
La ejecución de la sentencia definitiva o laudo.

Tramitación del Juicio de Partición


La ley no establece una tramitación rígida ni predeterminada.
En efecto, en conformidad al artículo 649 del CPC, “las materias
sometidas al conocimiento del partidor se ventilarán en audiencias
verbales, consignándose en las respectivas actas sus resultados, o por
medio de solicitudes escritas, cuando la naturaleza e importancia de
las cuestiones debatidas así lo exijan. Las resoluciones que se dicten
con tal objeto serán inapelables.”
De manera que el juicio se tramita a través de audiencias
verbales, sin perjuicio de dejar constancia escrita de sus resultados.
En dichas audiencias el partidor deberá proponer bases de arreglo
y procurar el acuerdo de las partes.
Los Tribunales Arbitrales
Las partes podrán presentar solicitudes escritas cuando la
naturaleza o importancia de las cuestiones debatidas así lo exijan.
Primera Resolución del Juez Partidor
Algunos estiman que esta primera resolución deberá dictarla el
juez partidor una vez que ha aceptado el cargo y jurado desempeñarlo
fielmente.
En la práctica esta resolución la dicta una vez que ha sido
formalmente requerido para iniciar el juicio mediante la
correspondiente solicitud escrita del interesado.
Si bien la ley no lo dice expresamente, esta primera resolución
deberá contener las siguientes menciones:
1) Declarar formalmente constituido el juicio particional o declarar
por constituido el compromiso.
2) Citar a las partes a una audiencia o comparendo fijando fecha y
hora al efecto.
3) Señalar el domicilio del tribunal arbitral (generalmente, la
oficina del actuario)
4) Designar el actuario y ordenar a este que autorice esta primera
actuación.
Esta resolución debe ser legalmente notificada a todos los
interesados y por tratarse de la primera notificación que se practica
en el juicio, deberá hacerse personalmente.
Primer Comparendo o Audiencia
Se llevará a cabo en la fecha designada en la primera resolución
que dicta el partidor, pero es fundamental que se halla emplazado a
todas las partes.
Esta primera audiencia tiene varios objetivos:
1) Determinar en forma clara y precisa cuál es el objeto de la
partición, con lo cual queda fijada la competencia del tribunal.
55) Individualizar a los comuneros y con ello a las partes del
juicio.
56) Señalar los derechos o cuota de cada comunero en la
comunidad.
57) Individualizar los bienes precisos que integran la comunidad
o masa partible.
58) Fijar los días y horas u oportunidades en que se celebrarán
los comparendos ordinarios del juicio.
Una vez fijadas estas audiencias las partes se entienden citadas
a ellas sin necesidad de nueva notificación, debiendo dejarse
constancia de ello en el acta de esta primera audiencia.
Derecho Procesal Orgánico
59) Podrá fijarse por el partidor un plazo para que las partes
formulen peticiones sobre aquellas cuestiones que deban servir de
base a la partición.
Las Audiencias o Comparendos del Juicio Particional
Se celebrarán tantos comparendos como sean necesarios para
ventilar todas las cuestiones que se promuevan durante la partición y
que sean de competencia del partidor.
Las audiencias podrán ser ordinarias o extraordinarias.
COMPARENDOS ORDINARIOS
Comparendos ordinarios son aquellos que se celebran en las
oportunidades determinadas en la primera audiencia y para su
celebración no se requiere de nueva citación de las partes.
En las audiencias ordinarias pueden celebrarse válidamente
acuerdos sobre cualquiera de los asuntos comprendidos en el juicio, aun
cuando no estén presentes todos los interesados, a menos que:
Se trate de revocar acuerdos ya celebrados
Sea necesario el consentimiento unánime en conformidad a la ley o
a los acuerdos anteriores de las partes.
Modificada la designación de día para las audiencias ordinarias,
no producirá efecto mientras no se notifique a todos los que tengan
derecho de concurrir.
COMPARENDOS EXTRAORDINARIOS
Comparendos extraordinarios son todos aquellos que se realizan
fuera de las oportunidades preestablecidas por las partes para tratar
ciertas y determinadas materias, debiendo procederse a la citación
previa de todos los que tengan derecho a concurrir.
En estos comparendos sólo podrán tratarse y llegar a acuerdos
sobre las materias específicas que motivaron la citación al comparendo.

Cuestiones que se pueden promover durante la Partición


Durante el curso de la partición, pueden surgir diversas
cuestiones relacionadas con ésta y que deben ser tramitadas
separadamente, sin paralizar el curso del juicio, y con audiencias de
todos los interesados.
Estas cuestiones pueden ser resueltas tan pronto como queden en
estado de ser falladas, o bien, se puede reservar su fallo para la
sentencia definitiva.
El procedimiento aplicable a estas cuestiones será el que hayan
acordado las partes, y a falta de acuerdo, el que corresponda según la
naturaleza del asunto.
Dentro de estas cuestiones pueden señalarse:
Los Tribunales Arbitrales
– Cuestiones referentes a la administración de los bienes
comunes.
– Cuestiones relativas a los derechos que puedan hacer valer
terceros en relación con los bienes comunes.
– Solicitud de término de goce gratuito de alguno de los
comuneros.
– La adjudicación de los bienes comunes.
– La licitación de los bienes comunes.

CUESTIONES REFERENTES A LA ADMINISTRACIÓN DE LOS BIENES COMUNES


Para acordar o resolver lo conveniente sobre la administración pro
indiviso, se citará a todos los interesados a comparendo, el cual se
celebrará con sólo los que concurran.
No estando todos presentes, sólo podrán acordarse, por mayoría
absoluta de los concurrentes, que represente a lo menos la mitad de los
derechos de la comunidad, o por resolución del tribunal a falta de
mayoría, todas o algunas de las medidas siguientes:
a) Nombramiento de uno o más administradores, sea de entre los
mismos interesados o extraños.
b) Fijación de los salarios de los administradores y de sus
atribuciones y deberes.
c) Determinación del giro que deba darse a los bienes comunes
durante la administración pro indiviso y del máximum de gastos
que puedan en ella hacerse.
d) Fijación de las épocas en que deba darse cuenta a los
interesados, sin perjuicio de que ellos puedan exigirlas
extraordinaria mente, si hay motivo justificado, y vigilar la
administración sin embarazar los procedimientos de los
administradores.
CUESTIONES RELATIVAS A LOS DERECHOS DE TERCEROS
En conformidad con el artículo 656, los terceros acreedores que
tengan derechos que hacer valer sobre los bienes comprendidos en la
partición podrán ocurrir al partidor o a la justicia ordinaria, a su
elección.
Si estos terceros optan por ocurrir ante el partidor, la cuestión
planteada se tramitará en conformidad a las reglas que correspondan
según la naturaleza del asunto.
TÉRMINO DEL GOCE GRATUITO DE ALGUNO DE LOS COMUNEROS
Puede ocurrir que alguno de los comuneros se encuentre gozando de
alguno de los bienes que pertenece a la comunidad.
Derecho Procesal Orgánico
Para poner término al goce gratuito de alguno o algunos de los
comuneros sobre la cosa común, bastará la reclamación de cualquiera de
los interesados; salvo que este goce se funde en algún título especial
(artículo 655 del CPC)
De manera que para resolver la petición de término del goce
gratuito, el partidor deberá previamente oír al comunero que tenga
dicho goce.
Si se accede a poner fin al goce gratuito podrá exigirse:
– Que el comunero deje de gozar del bien.
– Que el comunero pague a la comunidad la cantidad que
corresponda en razón de dicho goce. Este pago se fijará por lo
comuneros de común acuerdo, y a falta de acuerdo, por el
partidor.
ADJUDICACIÓN DE LOS BIENES COMUNES
Lo usual es que la adjudicación se efectúe en la sentencia
definitiva, pero no existe obstáculo para se proceda a ella durante el
curso del juicio.
La adjudicación es el acto por el cual se le entrega a un comunero
un bien que se poseía proindiviso en propiedad exclusiva.
Para proceder a la adjudicación deberán tasarse los bienes comunes
por peritos nombrados de acuerdo con las reglas generales.
Podrá, sin embargo, omitirse la tasación, si el valor de los
bienes se fija por acuerdo unánime de las partes, o de sus
representantes, aun cuando haya entre aquéllas incapaces, con tal que:
a) Se trate de bienes muebles
b) Tratándose de inmuebles:
– Existan en los autos antecedentes que justifiquen la
apreciación hecha por las partes
– O bien, se trate de fijar un mínimum para licitar bienes
raíces con admisión de postores extraños.
Todo acuerdo de las partes o resolución del partidor que contenga
adjudicación de bienes raíces se reducirá a escritura pública, y sin
esta solemnidad no podrá efectuarse su inscripción en el conservador
(artículo 659 CPC)
Salvo acuerdo unánime de las partes, los comuneros que durante el
juicio divisorio reciban bienes en adjudicación, por un valor que
exceda del ochenta por ciento de lo que les corresponda percibir,
pagarán de contado dicho exceso. La fijación provisional de éste se
hará prudencialmente por el partidor (artículo 660 CPC)
En las adjudicaciones de propiedades raíces que se hagan a los
comuneros durante el juicio divisorio o en la sentencia final, se
entenderá constituida hipoteca sobre las propiedades adjudicadas, para
Los Tribunales Arbitrales
asegurar el pago de los alcances que resulten en contra de los
adjudicatarios, siempre que no se pague de contado el exceso a que se
refiere el artículo 660. Al inscribir el conservador el título de
adjudicación, inscribirá a la vez la hipoteca por el valor de los
alcances.
Podrá reemplazarse esta hipoteca por otra caución suficiente
calificada por el partidor (artículo 662 CPC)
LICITACIÓN DE BIENES COMUNES
La licitación de los bienes consiste en su venta en pública
subasta.
Al igual que en el caso de la adjudicación, para licitar los
bienes comunes, se apreciarán por peritos nombrados en la forma
ordinaria.
Podrá, sin embargo, omitirse la tasación, si el valor de los
bienes se fija por acuerdo unánime de las partes, o de sus
representantes, aun cuando haya entre aquéllas incapaces, con tal que:
a) Se trate de bienes muebles
b) Tratándose de inmuebles:
– Existan en los autos antecedentes que justifiquen la
apreciación hecha por las partes
– O bien, se trate de fijar un mínimum para licitar bienes
raíces con admisión de postores extraños.
Deben además cumplirse con ciertas formalidades de publicidad:
a) Deberá anunciarse la licitación pública por medio de avisos en un
diario de la comuna o de la capital de la provincia o de la
capital de la región, si en aquélla no lo hubiere.
b) Cuando entre los interesados haya incapaces, la publicación de
avisos se hará por cuatro veces a lo menos, mediando entre la
primera publicación y el remate un espacio de tiempo que no baje
de quince días.
c) Los avisos podrán publicarse también en días inhábiles, los que
no se descontarán para el cómputo del plazo señalado en el inciso
anterior.
d) Si los bienes están en otra comuna el remate se anunciará también
en ella, por el mismo tiempo y en la misma forma.
e) Si por no efectuarse el remate, es necesario hacer nuevas
publicaciones, los plazos se reducirán a la mitad.
Si bien la ley no lo establece, del remate deberá levantarse una
acta pues ella es absolutamente para la suscripción de la escritura
pública de adjudicación tratándose de bienes raíces, ya que sin ella no
podrá efectuarse la correspondiente inscripción en el conservador.
Derecho Procesal Orgánico
Para tales efectos, se considerará al partidor como representante
legal de los vendedores, y en tal carácter subscribirá los instrumentos
que con motivo de dichas enajenaciones, haya necesidad de otorgar
(artículo 659 CPC)
Podrá también autorizar al comprador o adjudicatario o a un
tercero para que por sí solo subscriba la inscripción de la
transferencia en el conservador respectivo.

El Laudo y Ordenata
La sentencia definitiva en este juicio recibe el nombre de laudo y
ordenata.
Esta sentencia se dictará cuando no exista acuerdo entre las
partes o los acuerdos sean sólo parciales.
En conformidad con el artículo 663, esta sentencia consta de dos
partes:
– El laudo o sentencia final
– La ordenata o liquidación
1° El laudo o sentencia final
Es aquella parte de la sentencia que consigna los resultados de la
partición y que resuelve o establece todos los puntos de hecho y de
derecho que deben servir de base para la distribución de los bienes
comunes.
En el laudo podrá hacer el partidor la fijación de su honorario, y
cualquiera que sea su cuantía, habrá derecho para reclamar de ella. La
reclamación se interpondrá en la misma forma y en el mismo plazo que la
apelación, y será resuelta por el tribunal de alzada en única
instancia.
La ley no ha señalado los requisitos que debe cumplir el laudo,
pero como se trata de una sentencia definitiva, se ha entendido que
debe cumplir con los requisitos del artículo 170 del CPC, adaptándolos
al juicio de partición.
2° La Ordenata o liquidación
Es aquella parte de sentencia definitiva que contiene los cálculos
numéricos necesarios para la distribución de los bienes comunes en la
forma que contempla el laudo.
Notificación del Laudo y Ordenata
Se entenderá practicada la notificación del laudo y ordenata desde
que se notifique a las partes el hecho de su pronunciamiento, salvo el
caso en que la sentencia requiera de la aprobación de la justicia
(artículo 664 CPC)
Los interesados podrán imponerse de sus resoluciones en la oficina
del actuario.
Los Tribunales Arbitrales
En el caso que el laudo y ordenata requiera de aprobación de la
justicia ordinaria, el partidor remitirá el expediente al juez de
letras competente.
El juez ordenará informar al defensor público y con el mérito de
este informe, aprobará o modificará la sentencia del partidor.
En este caso se notificará a las partes la resolución del juez de
letras que apruebe o modifique el fallo del partidor y dicha
notificación se hará por cédula.
Recursos contra el Laudo y Ordenata
Se aplican las reglas generales. Por tanto proceden:
– La apelación
– La casación en la forma
La apelación deberá interponerse dentro del plazo de quince días
contados desde la notificación del laudo y ordenata, si no requiere
aprobación judicial.
Cuando la partición deba ser aprobada por la justicia ordinaria,
el término para apelar será también de quince días, y se contará desde
que se notifique por cédula la resolución del juez que apruebe o
modifique el fallo del partidor.
Derecho Procesal Orgánico

F) Los Tribunales Especiales


Tribunales especiales son aquellos establecidos por la ley para
juzgar a determinadas, personas, o para resolver determinadas materias,
las que, por circunstancias particulares, gozan de fuero.
En conformidad al artículo 5 del COT, forman parte del Poder
Judicial, como tribunales especiales:
1) Los Juzgados de Letras de familia
2) Los Juzgados de Letras del Trabajo
3) Los Tribunales Militares en tiempo de paz
Estos Tribunales se regirán en su organización y atribuciones por
las disposiciones orgánicas constitucionales contenidas,
respectivamente:
– En la Ley de Tribunales de familia N°19.968
– En el Código del Trabajo
– En el Código de Justicia Militar
Además de regirse por las leyes complementarias de dichos cuerpos
legales.
Los Auxiliares de la Administración de Justicia

G) Los Auxiliares de la Administración de Justicia


Dentro de los auxiliares de la administración de justicia se
cuentan:
1) La Fiscalía Judicial
2) Los Defensores Públicos
3) Los Relatores
4) Los Secretarios
5) Los Administradores de Tribunales con competencia en lo Criminal
6) Los Receptores
7) Los Notarios
8) Los Conservadores
9) Los Archiveros Judiciales
Por último, cabe considerar también la labor de los abogados en la
administración de justicia.
Derecho Procesal Orgánico

I.- La Fiscalía Judicial


En conformidad al artículo 350 del Código Orgánico de Tribunales,
la fiscalía judicial será ejercida por el fiscal judicial de la Corte
Suprema, quien es el jefe del servicio, y por los fiscales judiciales
de las Cortes de Apelaciones.
Los fiscales judiciales están sujetos a las instrucciones que les
imparta el jefe del servicio, verbalmente o por escrito, en los casos
que este funcionario considere necesario seguir un procedimiento
especial tendiente a uniformar la acción del servicio.
Las funciones de la fiscalía judicial se limitarán a los negocios
judiciales y a los de carácter administrativo del Estado en que una ley
requiera especialmente su intervención.
La fiscalía Judicial es, en lo tocante al ejercicio de sus
funciones, independiente de los Tribunales de Justicia, cerca de los
cuales es llamado a ejercerlas.
Puede, en consecuencia, defender los intereses que le están
encomendados en la forma que sus convicciones se lo dicten
estableciendo las conclusiones que crea arregladas a la ley.
Los fiscales judiciales gozan de la misma inamovilidad que los
jueces, tienen el tratamiento de Señoría y les es aplicable todo lo
prevenido respecto de los honores y prerrogativas de los jueces.
Los fiscales judiciales obran, según la naturaleza de los
negocios, o como parte principal, o como terceros, o como auxiliares
del juez (artículo 354 del COT)
Cuando alguno de los fiscales judiciales obra como parte
principal, figurará en todos los trámites del juicio.
En los demás casos bastará que antes de la sentencia o decreto
definitivo del juez o cuando éste lo estime conveniente examine el
proceso y exponga las conclusiones que crea procedentes.
De acuerdo al artículo 357, debe ser oída la fiscalía judicial:
1) En las contiendas de competencia suscitadas por razón de la
materia de la cosa litigiosa o entre tribunales que ejercen
jurisdicción de diferente clase.
2) En los juicios sobre responsabilidad civil de los jueces o de
cualesquiera empleados públicos, por sus actos ministeriales.
3) En los juicios sobre estado civil de alguna persona.
4) En los negocios que afecten los bienes de las corporaciones o
fundaciones de derecho público, siempre que el interés de las
mismas conste del proceso o resulte de la naturaleza del negocio
y cuyo conocimiento corresponda a un Ministro de Corte de
Apelaciones como tribunal unipersonal.
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5) En general, en todo negocio respecto del cual las leyes
prescriban expresamente la audiencia o intervención del
ministerio público.
En conformidad al artículo 359 del COT, pueden los tribunales
pedir el dictamen del respectivo fiscal judicial en todos los casos en
que lo estimen conveniente a excepción de la competencia en lo
criminal.
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II.- Los Defensores Públicos


Los defensores públicos son auxiliares de la administración de
justicia encargados de defender ante los tribunales, los derechos e
intereses de los menores, de los incapaces, de las ausentes y de las
obras pías o de beneficencia.
Esta función, que es la fundamental de los defensores públicos,
tiene su razón de ser o fundamento, en la capacidad imperfecta o en la
situación material de ciertas personas, que les impide velar por sí
mismas.
De acuerdo al artículo 365, habrá por lo menos un defensor público
en el territorio jurisdiccional de cada juzgado de letras.
En cuanto a las funciones de los defensores públicos:
Cumplen en primer lugar, una función dictaminadora que se cumple
mediante informes por medios de los cuales dan a conocer su opinión en
los asuntos que interesen a las personas cuyos derechos protegen.
Esta función dictaminadora puede tener el carácter obligatorio o
facultativo.
Es obligatoria en los casos del artículo 366, según el cual debe
ser oído el ministerio de los defensores públicos:
1) En los juicios que se susciten entre un representante legal y su
representado.
2) En los actos de los incapaces o de sus representantes legales, de
los curadores de bienes, de los menores habilitados de edad, para
los cuales actos exija la ley autorización o aprobación judicial.
3) En general, en todo negocio respecto del cual las leyes
prescriban expresamente la audiencia o intervención del
ministerio de los defensores públicos o de los parientes de los
interesados.
Pero además, los defensores públicos cumplen también con una
función de representación judicial, ya que pueden representar a los
incapaces, a los ausentes, a las fundaciones de beneficencia que
carezcan de representante legal, guardador o procurador según el caso.
Esta representación judicial puede ser obligatoria o facultativa.
Es obligatoria en los casos a que se refiere el inciso 2° del
artículo 367:
Siempre que el mandatario de un ausente cuyo paradero se ignore,
careciere de facultades para contestar nuevas demandas, asumirá la
representación del ausente el defensor respectivo, mientras el
mandatario nombrado obtiene la habilitación de su propia personería o
el nombramiento de un apoderado especial para este efecto.
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Por último, corresponde a los defensores públicos la función de
velar por el recto desempeño de las funciones de los guardadores de los
incapaces, de los curadores de bienes, de los representantes de las
fundaciones de beneficencia y de los encargados de la ejecución de las
obras pías; e incluso pueden provocar la acción de la justicia a favor
de estas personas (artículo 368 del COT)
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III.- Los Relatores


Los relatores son funcionarios auxiliares de la administración de
justicia que tienen por función primordial proporcionar a los
tribunales colegiados, un conocimiento razonado y metódico de los
asuntos sometidos a su decisión.
En conformidad al artículo 372, son funciones de los relatores:
1) Dar cuenta diaria de las solicitudes que se presenten en calidad
de urgentes, de las que no pudieren ser despachadas por la sola
indicación de la suma y de los negocios que la Corte mandare
pasar a ellos.
2) Poner en conocimiento de las partes o sus abogados el nombre de
las personas que integran el tribunal, en el caso a que se
refiere el artículo 166 del Código de Procedimiento Civil.
3) Revisar los expedientes que se les entreguen y certificar que
están en estado de relación. En caso que sea necesario traer a la
vista los documentos, cuadernos separados y expedientes no
acompañados o realizar trámites procesales previos a la vista de
la causa, informará de ello al Presidente de la Corte, el cual
dictará las providencias que correspondan.
4) Hacer relación de los procesos.
5) Anotar el día de la vista de cada causa los nombres de los jueces
que hubieren concurrido a ella, si no fuere despachada
inmediatamente.
6) Cotejar con los procesos los informes en derecho, y anotar bajo
su firma la conformidad o disconformidad que notaren entre el
mérito de éstos y los hechos expuestos en aquéllos.
Antes de hacer la relación deben los relatores dar cuenta a la
Corte:
– De todo vicio u omisión substancial que notaren en los
procesos
– De los abusos que pudieren dar mérito a que la Corte ejerza
sus atribuciones disciplinarias
– De todas aquellas faltas o abusos que las leyes castigan con
multas determinadas (artículo 373 del COT)
Las relaciones deberán hacerlas de manera que la Corte quede
enteramente instruida del asunto actualmente sometido a su
conocimiento, dando fielmente razón de todos los documentos y
circunstancias que puedan contribuir a aquel objeto (artículo 374)
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IV.- Los Secretarios


Los secretarios de las Cortes y juzgados, son ministros de fe
pública encargados de autorizar, salvo las excepciones legales, todas
las providencias, despachos y actos emanados de aquellas autoridades, y
de custodiar los procesos y todos los documentos y papeles que sean
presentados a la Corte o juzgado en que cada uno de ellos debe prestar
sus servicios.
En cuanto a las funciones de los Secretarios, tienen algunas
funciones generales y otras especiales que incumben a los secretarios
de ciertos tribunales.
Son funciones generales de los secretarios:
1) Dar cuenta diariamente a la Corte o juzgado en que presten sus
servicios de las solicitudes que presentaren las partes.
2) Autorizar las providencias o resoluciones que sobre dichas
solicitudes recayeren, y hacerlas saber a los interesados que
acudieren a la oficina para tomar conocimiento de ellas,
resgistrando en las carpetas electrónicas, y practicar las
notificaciones por el estado diario.
3) Dar conocimiento a cualquiera persona que lo solicitare de los
procesos que tengan archivados en sus oficinas, y de todos los
actos emanados de la Corte o juzgado, salvo los casos en que el
procedimiento deba ser secreto en virtud de una disposición
expresa de la ley.
4) Guardar con el conveniente arreglo los procesos y demás papeles
de su oficina, sujetándose a las órdenes e instrucciones que la
Corte o juzgado respectivo les diere sobre el particular.
5) Autorizar los poderes judiciales que puedan otorgarse ante ellos.
6) Las demás que les impongan las leyes.
Son funciones especiales de los secretarios de los juzgados de
letras hacer al juez la relación de los incidentes y el despacho diario
de mero trámite, el que será revisado y firmado por el juez.
En las Cortes de Apelaciones que consten de una sala, los
secretarios estarán obligados a hacer la relación de la tabla ordinaria
durante los días de la semana que acuerde el tribunal.
Por otra partes, los Secretario están obligados a llevar una serie
de libros de orden administrativo.
Algunos son de carácter general para todo secretario y otros son
propios de los secretarios de Corte.
Son generales los que establece el artículo 384:
1) Un registro foliado compuesto por copias escritas a máquina,
autorizadas por el secretario, de las sentencias definitivas que
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se dicten en los asuntos civiles contenciosos o de jurisdicción
voluntaria.
También se copiarán en dicho libro las sentencias interlocutorias
que pongan término al juicio o hagan imposible su continuación.
Cada registro con no más de quinientas páginas se empastará
anualmente.
60) El registro de depósitos.
61) Los demás que ordenen las leyes o el tribunal.
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V.- Los Administradores de Tribunales con Competencia en lo


Criminal
Los administradores de tribunales con competencia en lo criminal
son funcionarios auxiliares de la administración de justicia encargados
de organizar y controlar la gestión administrativa de los tribunales de
juicio oral en lo penal y de los juzgados de garantía (artículo 389 A
del COT)
Para ser administrador de un tribunal con competencia en lo
criminal se requiere poseer un título profesional relacionado con las
áreas de administración y gestión, otorgado por una universidad o por
un instituto profesional, de una carrera de ocho semestres de duración
a lo menos.
Excepcionalmente, en los juzgados de garantía de asiento de comuna
o agrupación de comunas, la Corte de Apelaciones respectiva podrá
autorizar el nombramiento de un administrador con un título técnico de
nivel superior o título profesional de las mismas áreas, de una carrera
con una duración menor a la señalada.
Los administradores de tribunales con competencia en lo criminal
serán designados de una terna que elabore el juez presidente, a través
de concurso público de oposición y antecedentes, que será resuelto por
el comité de jueces del respectivo tribunal.
En conformidad al artículo 389 B, corresponde a los
administradores de estos tribunales:
1) Dirigir las labores administrativas propias del funcionamiento
del tribunal o juzgado, bajo la supervisión del juez presidente
del comité de jueces.
2) Proponer al comité de jueces la designación del subadministrador,
de los jefes de unidades y de los empleados del tribunal.
3) Proponer al juez presidente la distribución del personal.
4) Evaluar al personal a su cargo.
5) Distribuir las causas a los jueces o a las salas del respectivo
tribunal, conforme con el procedimiento objetivo y general
aprobado.
6) Remover al subadministrador, a los jefes de unidades y al
personal de empleados, de conformidad al artículo 389 F;
7) Llevar la contabilidad y administrar la cuenta corriente del
tribunal, de acuerdo a las instrucciones del juez presidente.
8) Dar cuenta al juez presidente acerca de la gestión administrativa
del tribunal o juzgado.
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9) Elaborar el presupuesto anual, que deberá ser presentado al juez
presidente a más tardar en el mes de mayo del año anterior al
ejercicio correspondiente.
El presupuesto deberá contener una propuesta detallada de la
inversión de los recursos que requerirá el tribunal en el
ejercicio siguiente.
62) Adquirir y abastecer de materiales de trabajo al tribunal, en
conformidad con el plan presupuestario aprobado para el año
respectivo.
63) Ejercer las demás tareas que le sean asignadas por el comité
de jueces o el juez presidente o que determinen las leyes.
De acuerdo con el artículo 389 G, la certificación de las
actuaciones procesales realizadas ante el juzgado de garantía o ante el
tribunal oral en lo penal y de sus resoluciones cuando corresponda, la
formación del estado diario, así como la autorización, en su caso, del
mandato judicial, serán efectuadas por el jefe de la unidad
administrativa que tenga a su cargo la administración de causas, de
acuerdo a las instrucciones y procedimientos que establezca la Corte
Suprema.
De manera entonces que estas funciones no corresponden al
Administrador del Tribunal sino que al Jefe de la Unidad Administrativa
que tenga a su cargo la administración de causas.
Recordemos que los tribunales con competencia criminal cuentan con
diversas unidades administrativas entre las que se encuentra la Unidad
de administración de causas.
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VI.- Los Receptores


Los receptores son ministros de fe pública encargados de hacer
saber a las partes, fuera de las oficinas de los secretarios, los
decretos y resoluciones de los Tribunales de Justicia y de evacuar
todas aquellas diligencias que los mismos tribunales les cometieren.
Deben recibir, además, las informaciones sumarias de testigos en
actos de jurisdicción voluntaria o en juicios civiles y actuar en estos
últimos como ministros de fe en la recepción de la prueba testimonial y
en la diligencia de absolución de posiciones (artículo 390 del COT)
Los receptores estarán al servicio de la Corte Suprema, de las
Cortes de Apelaciones y de los juzgados de letras del territorio
jurisdiccional al que estén adscritos.
En cuanto a las funciones de los receptores, ellas son:
1) Notificar, fuera de las oficinas del Secretario, las resoluciones
del tribunal.
2) Cumplir todas aquellas diligencias que los tribunales les
encomienden.
3) Recibir información sumaria de testigos, en los actos de
jurisdicción voluntario.
4) Actuar como ministro de fe en los juicios civiles contenciosos
para la recepción de la prueba testimonial y en la absolución de
posiciones.
5) Las demás funciones que les encomienda la ley.
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Los Abogados
Los abogados son personas revestidas por la autoridad competente
de la facultad de defender ante los Tribunales de Justicia los derechos
de las partes litigantes (artículo 520 del COT)
Esta es la noción tradicional y por cierto incompleta de la
profesión, puesto que la defensa de los derechos de las partes es sólo
una de las funciones que un abogado puede desempeñar.
Un abogado puede cumplir además:
– Funciones de asesor, consultor o consejero.
– Funciones de conciliador.
– Funciones de investigación y docencia
El título de abogado es otorgado en audiencia pública por la Corte
Suprema reunida en tribunal pleno, previa comprobación y declaración de
que el candidato reúne los requisitos legales.
En conformidad al artículo 523, para poder ser abogado se
requiere:
1) Tener veinte años de edad.
2) Tener el grado de licenciado en Ciencias Jurídicas otorgado por
una Universidad, en conformidad a la ley.
3) No haber sido condenado ni estar actualmente acusado por delito
que merezca pena aflictiva, salvo que se trate de delitos contra
la seguridad interior del Estado.
4) Antecedentes de buena conducta.
La Corte Suprema podrá practicar las averiguaciones que estime
necesarias acerca de los antecedentes personales del postulante,
y
64) Haber cumplido satisfactoriamente una práctica profesional
por seis meses en las corporaciones de asistencia judicial a que
se refiere la Ley No. 17.995, circunstancia que deberá
acreditarse por el Director General de la respectiva Corporación.
Un reglamento determinará los requisitos, forma y condiciones que
deban cumplirse para que dicha práctica sea aprobada.
La obligación de práctica profesional se entenderá cumplida por
los postulantes que sean funcionarios o empleados del Poder
Judicial o de los tribunales del trabajo, por el hecho de haber
desempeñado sus funciones durante cinco años, en las primeras
cinco categorías del escalafón del personal de empleados u
oficiales de secretaría.
Los Auxiliares de la Administración de Justicia
A ello cabe agregar que de acuerdo con el artículo 526, sólo los
chilenos podrán ejercer la profesión de abogado, sin perjuicio de lo
que dispongan los tratados internacionales vigentes.

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