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Qué es

La epilepsia es un trastorno provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en


alguna zona del cerebro. La persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o
movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. A esto se le llama "ataque
epiléptico".
Para considerar epiléptico a alguien, los ataques deben repetirse con cierta frecuencia (ataques
recurrentes). La epilepsia tiene su origen en unos cambios breves y repentinos del funcionamiento
del cerebro; por esta razón, se trata de una afección neurológica. Dicha afección no es contagiosa
ni está causada por ninguna enfermedad o retraso mental. Algunas personas con retraso mental
pueden experimentar ataques epilépticos, pero tener estos ataques no implica necesariamente el
desarrollo de una deficiencia mental.

Epidemiología
Los casos de epilepsia en España alcanzan los 400.000 afectados, según datos de la Sociedad
Española de Neurología (SEN). Cada año, entre 12.400 y 22.000 personas presentan el
trastorno por primera vez. Es la segunda causa de consulta ambulatoria neurológica después de
las cefaleas.
De todos los afectados por epilepsia, un 25 por ciento sufre de epilepsia farmacorresistente; en
ocasiones se puede recurrir a intervenciones quirúrgicas para mejorar su pronóstico. Para tratar a
estos pacientes, existen siete Unidades de Cirugía de la Epilepsia en España, que realizan cerca de
200 intervenciones al año.
Además, existen 26.000 casos de pacientes epilépticos diagnosticados con discapacidad, de los
cuales sólo el 25 por ciento se encuentra en situación laboral activa. 18.000 de ellos sufren
limitaciones en el trabajo, y 12.000 tienen dificultades para desplazarse a su centro de trabajo.
En el mundo entero se estima que hay cerca de 50 millones de personas con epilepsia.
Causas
Las personas que tienen epilepsia sin indicios acostumbran a tener su primer ataque entre los 2 y los
14 años de edad, aunque puede ocurrir a cualquier edad independientemente del sexo o la raza. La
epilepsia es un trastorno con muchas causas posibles. Cualquier cosa que impida o distorsione el
patrón de actividad neuronal normal puede conducir a la aparición de una crisis epiléptica. Se ha
observado que algunas personas epilépticas tienen una cantidad más alta deneurotransmisores
activos (sustancias encargadas de conducir el impulso nervioso entre las neuronas), lo cual
incrementa la actividad neuronal. En otros se ha observado una cantidad baja de inhibidores de
dichos neurotransmisores, lo cual también aumenta la actividad neuronal. En ambos casos aparece
la epilepsia.
• Predisposición hereditaria. Es más probable que una persona tenga convulsiones si sus padres han
padecido crisis convulsivas. Actualmente se está tratando de localizar el gen responsable de las
crisis convulsivas.
• Estado de maduración del cerebro. Aún entre las diferentes edades pediátricas, hay una enorme
diferencia en la frecuencia de convulsiones infantiles. En la etapa prenatal el umbral es muy alto y
las crisis poco frecuentes; en el recién nacido (primeros 30 días) el umbral es bajo y las crisis
frecuentes. Entre los dos y cinco años el umbral va aumentando hasta que alcanza el nivel máximo a
los cinco años. De esto se podría deducir que la maduración cerebral por sí sola modifica la
frecuencia de las crisis convulsivas. También se puede pensar que los síndromes epilépticos en
niños son completamente diferentes a los de los adultos.
• Existencia de lesión cerebral. El cerebro puede estar programado para desarrollarse normalmente,
pero puede sufrir lesiones durante el embarazo, el nacimiento o más adelante. Las lesiones pueden
deberse a tumores cerebrales, alcoholismo u otras drogas, Alzheimer, meningitis, encefalitis,
sida, ciertas alergias, etc., porque todo ello altera el normal funcionamiento del cerebro. Los
ataques al corazón, infartos y enfermedades cardiovasculares también influyen en la aparición de
un ataque epiléptico porque privan al cerebro de oxígeno.
• Reparaciones incorrectas. En algunos casos, el cerebro intenta reparar los daños causados, pero
puede generar conexiones neuronales anormales que podrían conducir a la epilepsia. ¿Por qué se
producen los ataques epilépticos?

Síntomas
En el estado epiléptico (status epilepticus), el más grave de los trastornos convulsivos, las
convulsiones no se detienen. El estado epiléptico es una urgencia médica porque la persona tiene
convulsiones acompañadas de intensas contracciones musculares, no puede respirar adecuadamente
y tiene extensas (difusas) descargas eléctricas en el cerebro. Si no se procede al tratamiento
inmediato, el corazón y el cerebro pueden resultar permanentemente lesionados y puede sobrevenir
la muerte.

Prevención
Muchos casos de epilepsia secundaria a traumatismos se pueden prevenir haciendo uso de los
cinturones de seguridad en los vehículos y de cascos en las bicicletas y motos; poniendo a los niños
en asientos adecuados para coches y, en general, tomando las medidas de precaución necesarias
para evitar traumatismos y daños en la cabeza. Seguir un tratamiento después del primer o
segundo ataque también puede prevenir la epilepsia en algunos casos. Unos buenos cuidados
prenatales, incluyendo el tratamiento de la tensión alta e infecciones durante el embarazo, pueden
prevenir daños cerebrales durante el desarrollo del bebé, que conduzcan a una posterior epilepsia u
otros problemas neurológicos.
El tratamiento de enfermedades cardiovasculares, tensión alta, infecciones y otros trastornos que
puedan afectar al cerebro durante la madurez y la vejez también puede prevenir muchos casos de
epilepsia en adultos. Por último, identificar los genes implicados en muchos trastornos neurológicos
puede ofrecer oportunidades para un estudio genético y un diagnóstico prenatal que puede prevenir
muchos casos de epilepsia.

Tipos
Las convulsiones epilépticas a veces se clasifican según sus características. Las convulsiones
parciales simples se inician con descargas eléctricas en un área pequeña del cerebro y estas
descargas permanecen limitadas a esa zona. Según la parte afectada del cerebro, la persona
experimenta sensaciones anormales, movimientos o aberraciones psíquicas. Por ejemplo, si la
descarga eléctrica se produce en la parte del cerebro que controla los movimientos musculares del
brazo derecho, éste puede presentar espasticidad muscular intensa y contracciones. Si ocurre en lo
más profundo del lóbulo anterior (la parte del cerebro que percibe los olores), la persona puede
sentir un olor placentero o desagradable muy intenso. La persona con una aberración psíquica puede
experimentar, por ejemplo, un sentimiento de «déjà vu», por el que un entorno desconocido le
parece inexplicablemente familiar.
En las convulsiones jacksonianas, los síntomas se inician en una parte aislada del cuerpo, como la
mano o el pie, y luego ascienden por la extremidad al mismo tiempo que la actividad eléctrica se
extiende por el cerebro. Las convulsiones parciales complejas (psicomotoras) se inician con un
período de uno o dos minutos durante el cual la persona pierde contacto con su entorno. La persona
puede tambalearse, realizar movimientos involuntarios y torpes de brazos y piernas, emitir sonidos
ininteligibles, no entender lo que los demás expresan y puede resistirse a que le presten ayuda. El
estado confusional dura unos minutos y se sigue de una recuperación total.
Las crisis convulsivas (gran mal o convulsiones tónico-clónicas) se inician en general con una
descarga eléctrica anormal en una pequeña área del cerebro. La descarga se extiende rápidamente a
las partes adyacentes del cerebro y causan la disfunción de toda el área. En la epilepsia primaria
generalizada, las descargas anormales recaen sobre un área amplia del cerebro y causan una
disfunción extensa desde el principio. En cualquier caso, las convulsiones son la respuesta del
organismo a las descargas anormales. Durante estas crisis convulsivas la persona experimenta
una pérdida temporal de consciencia, espasticidad muscular intensa y contracciones en todo el
cuerpo, giros forzados de la cabeza hacia un lado, rechinar de dientes (bruxismo) e incontinencia
urinaria. Después, puede tener cefalea,confusión temporal y fatigabilidad extrema. Habitualmente
la persona no recuerda lo sucedido durante la crisis.
El pequeño mal (crisis de ausencia) suele iniciarse en la infancia antes de los 5 años de edad. No
produce convulsiones ni los demás síntomas dramáticos del gran mal. En cambio, la persona tiene
episodios de mirada perdida, pequeñas contracciones de los párpados o contracciones de los
músculos faciales que duran de 10 a 30 segundos. La persona está inconsciente, pero no cae al
suelo, no se produce colapso ni presenta movimientos espásticos.
La crisis mioclónica se inicia con una sacudida brusca que provoca una caída inmediata del
paciente que la sufre. Sólo dura unos pocos segundos. Es parecida a la crisis atónica, en la que la
caída se produce por pérdida del tono muscular y de conciencia.

La epilepsia en la mujer y el embarazo


Entre un 10 y un 40 por ciento de las mujeres que sufren epilepsia tienen epilepsia catamenial.
Este tipo de epilepsia está relacionado con el ciclo menstrual de la mujer y se debe a la retención de
agua y al aumento de estrógenos y progesterona.
Las mujeres epilépticas tienen además un 33 por ciento menos de probabilidad de quedarse
embarazadas por causas como tener un ciclo anovulatorio, el síndrome de ovario poliquístico,
disfunción sexual o disminución de libido.
Si una mujer epiléptica concibe un hijo, se debe hacer un seguimiento de su tratamiento algo más
controlado, adaptando el fármaco utilizado contra la epilepsia para que este interfiera lo menos
posible en el embarazo. En más del 90 por ciento de los casos, los fetos de estos embarazos nacen
sin ningún tipo de problema.
La probabilidad de que un hijo herede la epilepsia de sus padres es muy baja: si el padre
padece epilepsia, el hijo tiene 2,4 por ciento de posibilidades de contraerla; si es la mujer la que la
padece, el porcentaje sube a un 8,7 por ciento.

Diagnóstico
Hay tres métodos principales de diagnóstico de la epilepsia:
• Historia personal y médica del paciente. El médico la realiza obteniendo toda la información
posible que pueda darle el afectado (características de los ataques epilépticos, qué le pasa momentos
antes de que comience el ataque, etc.). Además añade otra, más científica, sobre la evolución de la
persona (cómo le va el tratamiento, otras pruebas realizadas y sus resultados, etc.)
• Electroencefalograma. Se hace con una máquina que proporciona, dibujando unas líneas
ondulantes, las señales eléctricas que llegan desde las células del cerebro. Con el
electroencefalograma, el médico descubre si hay circunstancias cerebrales especiales que expliquen
por qué se producen los ataques epilépticos. Para poder conseguir esta imagen del cerebro, se suele
recurrir a la hiperventilación o la estimulación luminosa intermitente. No obstante, el
electroencefalograma no siempre muestra que haya indicios de epilepsia, porque a veces los
cambios eléctricos se producen en zonas muy profundas del cerebro; en otras ocasiones, en el
momento de hacer el electroencefalograma no se está produciendo ningún cambio.
• Tomografía computerizada. Consiste en otra máquina que hace una serie de fotografías de los
diferentes niveles del cerebro, con las que se puede ver si existe en él algún bulto, cicatriz, marca o
cualquier otra condición que pueda estar causando los ataques.

Tratamientos
Un diagnóstico cuidadoso y exacto del tipo de epilepsia que padece el enfermo es fundamental para
encontrar un tratamiento efectivo. Hay muchas formas diferentes de tratar la epilepsia. Los
tratamientos actuales pueden controlar los ataques, al menos durante cierto tiempo, en
aproximadamente un 80% de los pacientes con epilepsia. Sin embargo el 20% restante de los
pacientes epilépticos tienen ataques que no se pueden tratar adecuadamente con los medios
disponibles actualmente, por lo que se hace absolutamente necesario una mejora en los tratamientos
o la aparición de otros nuevos.
La duración del tratamiento variará en función de cada paciente y el tipo de epilepsia que padezca.
En algunos casos puede tratarse de unos pocos años, mientras que para algunos pacientes tendrá que
someterse al tratamiento de manera indefinida.
Las posibilidades de tratamiento de la epilepsia son la medicación, la cirugía y una dieta
alimenticia específica. La mayoría de las veces, lo que se aplica es una combinación de las dos o de
las tres modalidades.

Medicamentos
Actualmente hay un gran número de medicamentos para personas epilépticas, cada uno de los
cuales es apropiado para los diferentes tipos de ataques con diferentes efectos benéficos y efectos
secundarios. La medicación para la epilepsia tiene una condición muy importante. Más que en
ningún otro caso, se deben seguir al detalle las instrucciones que dé el médico, referentes a cómo
tomar los fármacos, el momento del día, acompañados de la ingestión de alimentos o no... La razón
principal es que lo primero es lograr que el organismo alcance un nivel general favorable a la
prevención de este trastorno.
Posteriormente, la elección de otros medicamentos y sus dosis se tienen que ir ajustando a las
condiciones de cada persona afectada. Se considera que el paciente "está curado" de las crisis
convulsivas cuando se ha logrado un control completo de las crisis durante un período mayor de 2
años.
El período de mayor riesgo de recaídas en las crisis son los primeros 6 meses después de suspender
la medicación. Algunos factores que aumentan la posibilidad de reaparición de las crisis después
de un control completo están relacionados con:
• Período prolongado de crisis convulsivas (más de 6 años) antes de lograr el control completo de las
crisis
• Crisis frecuentes, más de 2 por mes, antes de lograr el control completo.
• Déficit neurológico evidente
• Retraso mental
• Crisis convulsivas mixtas
• Descargas convulsivas persistentes en el electroencefalograma al finalizar el período de dos años de
control de las crisis.
Para la mayoría de pacientes epilépticos, los ataques pueden ser controlados con un único
medicamento, administrado en la dosis y forma adecuadas. Debido a que la combinación de varios
medicamentos amplifica los efectos secundarios, sólo se prescribe en aquellos casos en que el
control de los ataques es imposible con un único medicamento.

Alimentación
Cuando los medicamentos no dan resultado, una alternativa o complemento al tratamiento puede
ser una dieta rica en grasas y baja en hidratos de carbono y proteínas que el médico o un
dietista profesional también indicarán y ajustará a las necesidades personales. Esta dieta especial se
llama cetogénica, porque dichos alimentos, una vez ingeridos y asimilados, se convierten fácilmente
en una sustancia química que se llama cetona.

Cirugía
La intervención en quirófano es otra alternativa de tratamiento, pero sólo se escoge tras realizar al
paciente un detallado análisis. El objetivo de la operación es quitar la parte de tejido cerebral que
esté dañada para que los ataques no se sigan produciendo. Pero los médicos tienen que considerar
antes si la lesión es accesible (si pueden llegar a ella sin dañar otras partes del cerebro) y, sobre
todo, si se trata de un tejido que no cumple ninguna función importante, pero que provoca los
trastornos epilépticos.
Otra info:
La epilepsia ocurre cuando los cambios permanentes en el tejido cerebral hacen que el cerebro esté
demasiado excitable o irritable. Como resultado de esto, el cerebro envía señales anormales, lo cual
ocasiona convulsiones repetitivas e impredecibles. (Una sola convulsión que no sucede de nuevo no
es epilepsia).
La epilepsia puede deberse a un trastorno médico o a una lesión que afecte el cerebro o la causa
puede ser desconocida (idiopática).
Las causas comunes de epilepsia abarcan:
• Accidente cerebrovascular o accidente isquémico transitorio (AIT)
• Demencia, como el mal de Alzheimer
• Lesión cerebral traumática
• Infecciones, como absceso cerebral, meningitis, encefalitis y SIDA
• Problemas cerebrales presentes al nacer (anomalía cerebral congénita)
• Lesión cerebral que ocurre durante o cerca del momento del nacimiento
• Trastornos metabólicos presentes al nacer (como fenilcetonuria)
• Tumor cerebral
• Vasos sanguíneos anormales en el cerebro
• Otra enfermedad que dañe o destruya el tejido cerebral
Las crisis epilépticas por lo regular empiezan entre las edades de 5 y 20, pero pueden suceder a
cualquier edad. Puede haber un antecedente familiar de convulsiones o epilepsia.
Síntomas
Los síntomas varían de una persona a otra. Algunas personas pueden tener simples episodios de
ausencias, mientras otras tienen pérdida del conocimiento y temblores violentos. El tipo de
convulsión o crisis epiléptica depende de la parte del cerebro afectada y la causa de la epilepsia.
La mayoría de las veces, la convulsión es similar a la anterior. Algunas personas con epilepsia
tienen una sensación extraña antes de cada convulsión como hormigueo, sentir un olor que
realmente no existe o cambios emocionales. Esto se denomina aura.
El médico puede darle más información acerca del tipo específico de convulsión que usted pueda
tener.
• Ausencias típicas (pequeño mal) (episodios de ausencias)
• Convulsiones tonicoclónicas generalizadas (crisis de gan mal) (involucran todo el cuerpo e incluyen
aura, rigidez muscular y pérdida de la lucidez mental)
• Convulsiones parciales (focales) (pueden incluir cualquiera de los síntomas anteriormente descritos,
según la parte del cerebro donde se inicia la convulsión)
Pruebas y exámenes
El médico llevará a cabo un examen físico, el cual comprende una evaluación detallada del cerebro
y del sistema nervioso.
Se hará un una electroencefalografía (EEG) para verificar la actividad eléctrica en el cerebro. Las
personas con epilepsia generalmente tienen actividad eléctrica anormal que se observa en este
examen. En algunos casos, el examen muestra el área en el cerebro donde empiezan las
convulsiones. El cerebro puede aparecer normal después de una convulsión o entre convulsiones.
Para diagnosticar la epilepsia o planear la cirugía para la epilepsia, usted posiblemente necesite:
• Usar un aparato de registro electroencefalográfico durante días o semanas mientras se ocupa de su
vida cotidiana.
• Permanecer en un hospital especial donde le puedan vigilar la actividad del cerebro en cámaras de
video. Esto se denomina EEG en video.
Los exámenes que se pueden hacer abarcan:
• Química sanguínea
• Glucemia
• CSC(conteo sanguíneo completo)
• Pruebas de la función renal
• Pruebas de la función hepática
• Punción lumbar(punción raquídea)
• Exámenes para enfermedades infecciosas
Con frecuencia, se hace una tomografía computarizada o resonancia magnética de la cabeza para
encontrar la causa y localización del problema en el cerebro.
Tratamiento
El tratamiento para la epilepsia incluye medicamentos, cambios en el estilo de vida y en ocasiones
cirugía.
Si la epilepsia se debe a un tumor, vasos sanguíneos anormales o sangrado en el cerebro, la cirugía
para tratar estos trastornos puede detener dichas crisis.
Los medicamentos para prevenir las convulsiones, llamados anticonvulsivos, pueden reducir el
número de crisis futuras.
• Estos fármacos se toman por vía oral. El tipo de medicamento que se recete depende del tipo de
convulsión que usted tenga.
• Es posible que sea necesario cambiar la dosis de vez en cuando. Usted puede necesitar exámenes de
sangre para ver si hay efectos secundarios.
• Siempre tome el medicamento a tiempo y como se lo recetaron. Pasar por alto una dosis puede
hacer que se presente una convulsión. Nunca deje de tomar ni cambie medicamentos por su cuenta.
Hable primero con el médico.
• Muchos medicamentos para la epilepsia causan anomalías congénitas. Las mujeres que deseen
quedar embarazadas deben comentarle al médico con anticipación con el fin de hacer ajustes en los
medicamentos.
Muchos medicamentos para la epilepsia pueden afectar la salud de sus huesos. Hable con el médico
para saber si necesita tomar vitaminas y otros suplementos.
La epilepsia que no mejora después de haber ensayado dos o tres fármacos anticonvulsivos se
denomina "epilepsia resistente al tratamiento". En este caso, el médico puede recomendar una
cirugía para:
• Extirpar las células cerebrales anormales que causan las convulsiones.
• Colocar un estimulador del nervio vago (ENV). Este dispositivo es similar a un marcapasos
cardíaco y puede ayudar a reducir la cantidad de convulsiones.
A algunos niños se los somete a una dieta especial para ayudar a prevenir convulsiones. La más
popular es la cetógena. Una dieta baja en carbohidratos, como la de Atkins, también puede servir
para algunos adultos. Asegúrese de analizar estas opciones con el médico antes de ensayarlas.
Los cambios en los tratamientos médicos o en el estilo de vida pueden aumentar el riesgo de una
convulsión en adultos y niños con epilepsia. Hable con su médico respecto a:
• Los nuevos medicamentos, vitaminas o suplementos recetados
• El estrés emocional
• Enfermedad, sobre todo infección
• Falta de sueño
• Embarazo
• Saltarse dosis de medicamentos para la epilepsia
• Consumo de alcohol u otras drogas psicoactivas
Otras consideraciones:
• Las personas con epilepsia deben llevar joyas con alerta médica de manera que se pueda conseguir
tratamiento médico oportuno si se presenta una convulsión.
• Las personas con epilepsia controlada de manera deficiente no deben manejar. Verifique la ley en su
estado respecto a cuáles personas con antecedentes de convulsiones se les permite manejar.
• No utilice máquinas ni haga actividades que puedan ocasionarle pérdida de la conciencia, como
subir a lugares altos, montar en bicicleta y nadar solo.
Grupos de apoyo
El estrés causado por el hecho de tener epilepsia o ser responsable de alguien con epilepsia, a
menudo se puede aliviar uniéndose a un grupo de apoyo. En estos grupos, los miembros comparten
experiencias y problemas en común.
Expectativas (pronóstico)
Es probable que algunas personas con epilepsia puedan reducir o incluso suspender sus
medicamentos anticonvulsivos después de no tener ninguna convulsión durante varios años. Ciertos
tipos de epilepsia en la niñez desaparecen o mejoran con la edad, por lo regular a finales de la
adolescencia o hacia los 20 años.
Para muchas personas, la epilepsia es una afección de por vida. En estos casos, es necesario
continuar con los fármacos anticonvulsivos. Hay un riesgo muy bajo de muerte súbita con la
epilepsia.
Posibles complicaciones
• Problemas de aprendizaje.
• Broncoaspiración de alimento o saliva durante una convulsión, lo cual puede provocar neumonía
por aspiración.
• Lesiones a raíz de caídas, golpes, mordidas autoinfligidas, conducir u operar maquinaria durante
una convulsión.
• Lesión cerebral permanente (accidente cerebrovascular u otro daño).
• Efectos secundarios de medicamentos.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame al número local de emergencias (como el 911 en los Estados Unidos) si:
• Es la primera vez que una persona tiene una convulsión.
• Se presenta una convulsión en una persona sin brazalete de identificación médica (con instrucciones
que expliquen qué se debe hacer).
En el caso de alguien que haya presentado convulsiones con anterioridad, llame al número local de
emergencias (911 en los Estados Unidos) para cualquiera de las siguientes situaciones de
emergencia:
• Se trata de una convulsión más larga de las que la persona presenta normalmente o es una cantidad
inusual de convulsiones para la persona.
• Se repiten las convulsiones en pocos minutos.
• Se repiten las convulsiones y no se ha recuperado el conocimiento o comportamiento normal entre
ellas (estado epiléptico).
Llame al médico si aparecen síntomas nuevos:
• Pérdida de cabello
• Náuseas y vómitos
• Erupción cutánea
• Efectos secundarios de los medicamentos como somnolencia, inquietud, confusión y sedación
• Temblores o movimientos anormales o problemas con la coordinación
Prevención
No existe una forma conocida de prevenir la epilepsia. Una dieta y sueño adecuados y evitar las
drogas y el alcohol pueden disminuir la probabilidad de desencadenar convulsiones en personas con
epilepsia.
Reduzca el riesgo de traumatismo craneal mediante el uso de cascos durante actividades de riesgo.
Esto puede ayudar a disminuir la probabilidad de lesión cerebral que lleva a que se presenten
convulsiones y epilepsia.
Nombres alternativos
Trastorno convulsivo; Epilepsia del lóbulo temporal

Relación con los problemas de aprendizaje:


Epilepsia: efectos sobre el aprendizaje y la memoria

Los niños con epilepsia presentan un mayor número de problemas de aprendizaje que los otros niños.

Los breves períodos de ausencia impiden al niño captar la información necesaria.

Algunos tipos de epilepsia pueden dejar al niño tan cansado que le impiden completar sus tareas escolares.

Los medicamentos para la epilepsia pueden también afectar el aprendizaje.

Un niño que presenta un bajo rendimiento escolar debe ser sometido a una apropiada evaluación en su escuela.
Después de la evaluación, docentes y padres deben desarrollan un plan de asistencia especial para que el niño reciba
la ayuda necesaria. Los padres también deberán trabajar con el médico del niño para asegurar que se minimicen tanto
las crisis convulsivas como los efectos secundarios del medicamento.

La pérdida de la memoria a cualquier edad puede ser causada por una variedad de problemas incluyendo ansiedad,
depresión, efectos secundarios de los medicamentos, y la enfermedad en sí. Los medicamentos pueden afectar el
proceso de pensar, incluyendo la memoria o la concentración. Estos problemas ocurren más cuando el nivel terapéutico
de la medicina es demasiado elevado.

La persona que sufre crisis epilépticas generalmente no la recuerda, pero esto no constituye perdida adicional de la
memoria.

Los problemas relacionados con el aprendizaje y la memoria pueden ser una fuente de frustración para las personas
con epilepsia. El desorden de la epilepsia puede afectar la memoria, sobre todo si está ubicado en el lóbulo temporal,
una parte específica del cerebro.

Es fundamental que el médico valore si la administración de determinados anticonvulsivos contribuye a problemas de


memoria o de aprendizaje, hay que valorar el cambio de medicación.

Una persona con problemas de la memoria los puede controlar con medidas sencillas, incluyendo notas o listas para
recordar cosas importantes. Mantener una rutina diaria con poca variación también ayuda para evitar fallos de memoria.

Los problemas de aprendizaje afectan la manera en la que una persona entiende, recuerda y responde a cualquier
información nueva.

Las personas con problemas de aprendizaje pueden tener problemas para:

? Escuchar o prestar atención

? Hablar

? Leer o escribir

? Resolver problemas matemáticos

Algunos problemas de aprendizaje suelen pasar desapercibidos hasta que el niño llega a la edad escolar.
Aproximadamente un tercio de los niños con estos problemas también tienen trastorno de déficit de atención e
hiperactividad, que dificulta la concentración.

La evaluación y las pruebas realizadas por un profesional capacitado pueden ayudar a identificar un problema de
aprendizaje. El siguiente paso incluye ayudas para el niño en las áreas en que las necesite.

Es importante, a veces, valorar la necesidad de terapeutas del lenguaje o del habla en el trabajo con los niños.

Aunque los problemas de aprendizaje no desaparezcan, las estrategias para lidiar con ellos pueden mejorarlos
sustancialmente.

TRASTORNO DEL APRENDIZAJE

La dificultad específica del aprendizaje es una condición crónica de presumible origen neurológico que interfiere
selectivamente con el desarrollo, integración y/o demostración de habilidades verbales y no verbales.

El rendimiento y desempeño escolar y la conducta en el colegio, son los mejores indicadores en los niños, de las
aptitudes cognitivas y la interacción psicosocial.

Ya es algo conocido y aceptado que los niños epilépticos, no obtienen los mismos resultados académicos que los
grupos control evaluados y desarrollan diferentes tipos de trastornos del aprendizaje, distintos a los observados en la
población general. Estos niños suelen presentar: distracción e indiferencia de la clase, resultados inferiores a la media,
trastornos del comportamiento, pobre concentración y somnolencia.

No obstante, es conveniente destacar que muchos niños con epilepsia y con un control adecuado de sus crisis, no
presentan problemas de aprendizaje ni de comportamiento, sin embargo el adecuado control de las crisis por sí solo no
asegura la desaparición de problemas de aprendizaje o de lenguaje, que pueden presentarse hasta en el 50% de los
niños epilépticos, y que sin duda evolucionan peor mientras existan crisis o alteraciones electroencefalográficas.

Estos trastornos pueden ser agrupados en tres apartados:

-Trastornos tipo memoria reciente; diferente a la encontrada en adultos con epilepsia parcial compleja del lóbulo
temporal, lo que sugiere que en niños podría estar justificado por pequeñas displasias corticales focales en lóbulos
temporales, sin que haya podido ser demostrado por técnicas de neuroimagen.

-Trastornos tipo déficit de atención: El trastorno que con más frecuencia se asocia es Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad (TDAH).

-Trastornos tipo respuesta lenta: la lentitud psicomotora es observada en niños tratados con múltiples fármacos
antiepilépticos, y comprende pobreza y lentitud de pensamiento, dificultades en la concentración y en la capacidad de
reacción.

Como factores responsables de estos trastornos, se describen la propia lesión o etiología de la epilepsia, el estado
mórbido del cerebro, y otros factores inherentes a la epilepsia como los efectos de las descargas a corto y largo plazo,
la medicación y la repercusión emocional de la epilepsia.

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