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Antalogia de Ocho Poetas
Antalogia de Ocho Poetas
por
Rodrigo Pesántez Rodas
Iv
PROLOGO
DESDE LA MITAD DEL MUNDO
Más que subestimada, aún desconocida permanece la literatura
ecuatoriana en general y la poesía en particular dentro del contexto
cultural de la lengua hispana.' Desconocimiento que nos perjudica
rotundamente si afirmamos sin chauvinismos que en tratándose de
cifras de representación internacional no sólo es la de Jorge Carrera
Andrade (1903-78) -cima y suma de todo un continente poético-
lingüístico- la que estaría en la plana mayor de tratados y antolo-
gías del género en lengua hispana, sino algunos nombres más que
por falta de una política cultural expansiva no han logrado ser
codificados, seleccionados y estudiados en debida forma para que
"exportados" en razón de sus valores intrínsecos tengan pleno
derecho a juntarse en las más exigentes páginas de la lírica
continental con los patriarcas del idioma en su funcionalidad
poética.
Negligentemente se han promocionado (hay pocas excepciones,
desde luego) obras y autores sin mayores méritos a nivel de grupos
de amigos, coidearios, donde el toma y daca ha tomado cierta
dimensión sensacionalista desde algunos órganos publicitarios
escritos, llámense revistas, gacetas culturales o suplementos literarios
que al llegar a manos de críticos o estudiosos de otras latitudes se
convierten en rápido pasto del menosprecio o del olvido.
Nombres como los de Gonzalo Escudero (1903-71) esenciali-
zador de lenguajes expresivos cuando la palabra enreda con
cautivadoras significaciones todo un enjambre poético donde lo
clásico se pule y dilata en las excelencias connotativas, deben ser
conocidos2 y promocionados hoy más que nunca cuando se está
deshonrando e indignificando hasta los límites de la promiscuidad
morfosintáctica nuestro idioma, so pretexto de la "modernidad" y
no sé cuántos refugios más de ineptitudes.
Hugo Mayo (1895-1988) nuestro mayor demoledor de las
candideces esteticistas desde el alero de la mayor ruptura vanguar-
dista: el dadaísmo.' Alfredo Gangotena (1904-44), poeta que el
v
Ecuador dio a Francia en cuya lengua escribió la mayor parte de
sus textos y que desde un vanguardismo atesoró espacios simbolis-
tas que lograron fraguar el misterioso aposento de su soledad
iluminada.
Y por supuesto, no podrían faltar en esa representación
continental los nombres de César Dávila Andrade (1918-67), Jorge
Enrique Adoum (1926), Francisco Tobar García (1928-97) y Efraín
Jara Idrovo (1926) y más de uno de las actuales generaciones
literarias.
Mas, la desconexión o el desconocimiento histórico-estético
son más notorios si nos referimos a la mujer-poeta, ausente de casi
todas las antologías y estudios foráneos. Y allí estuvimos en la
época del Posmodernismo con una voz vibrante de sensualismo
apasionado como sus hermanas mayores de indoamérica, a veces;
y otras, alzando la grímpola protestaria desde la erguida izquierda
de su latir reinvidicatorio con Aurora Estrada Ayala (1901-67).
Más tarde María Luisa Lecaro «Tatá» (1912-?), injustamente
olvidada por todos nuestros historiadores y tratadistas de la
literatura4 lanzó desde las páginas de la revista guayaquileña Savia
los dardos más iconoclastas y rebeldes de confabulación dadaísta.
Con la peruana Magda Portal hicieron del lenguaje no una forma
de expresión estética sino una represión a las nobilísimas estructu-
ras morfosintácticas repetitivas y decadentes.
Sin embargo, es a partir de la segunda mitad del siglo XX
cuando la mujer ecuatoriana va a tomar conciencia selectiva dentro
del quehacer literario y lo que es más con singulares peculiaridades
de estilo y significaciones.
El lenguaje en ellas -sobre todo en las ocho que se incluyen en
este estudio- va a constituirse en dos sustancias, en dos realidades
existentes en sí mismas e independientes entre sí: el significado y
el significante (Saussurre) o "expresión y contenido (Hjelmslev).
"El significante es el sonido articulado, y el significado es la idea
o la cosa". Según la vieja definición escolástica, vuelta hoy a su
sitial de honor, el signo es aliquid pro aliquo , es decir, dos
términos, uno de los cuales remite al otro, este proceso de "remitir
a" constituye lo que se llama significación.
VI
Desde este espacio de las significaciones estas ocho poetas
ecuatorianas representan un avance y alcance a la vez de todas las
estructuras que dentro del lenguaje poético se han operado ose están
dando como tránsito a las ocurrentes innovaciones que conlleva todo
proceso histórico-estético en el ámbito de la literatura.
Con abierta soltura de recursos rítmicos y fónicos (ni metro ni
rima), con una visión de universalidad temática y lo que es más, con
un lenguaje de abiertas posiciones y oposiciones sintácticas,
semióticas y semánticas abren un discurso donde lo lírico se expande
en lo social y éste logra converger en las directrices significativas
hasta entrar en el plano del magnetismo poético. No obstante esta
apertura, este principio de libertad debe sufrir una enmienda. Cada
cual es libre de decir lo que quiera, pero con la condición de que le
entienda aquel a quien se dirige (el lector). El lenguaje es comunica-
ción y nada se comunica si el discurso no es comprendido. Todo
mensaje debe ser inteligible , dice Jean Cohens y añade: «tal es el
axioma fundamental del código de la palabra, cuyas reglas todas
son modalidades de aplicación». Inteligible aún en tratándose de la
poesía cuyos significados se revierten en función de los recursos
estilísticos, tropológicos y aun simbólicos. Inteligibles no en el
funcionar común pero sí en el sentir cosmovisional que es inheren-
te a todo paladar medianamente cultivado.
Claro que, dentro de esas modalidades poéticas que nada
tienen que ver con esas bufonadas novelerías de los plumíferos
versificadores de hoy, el accionar verbal se ha visto violado en su
código lingüístico, no precisamente en sus relaciones gramaticales,
sino en esas significaciones, transfigurando la lengua usualizada
en lenguaje magnético desusualizado . Allí está el preciso y
precioso mensaje de estas ocho poetas ecuatorianas donde la
palabra al sugerir espacios existenciales revive el frescor, fervor y
furor con que se desencarnó para hacerse verbo trashumante.
Ocho voces de diversos niveles estilísticos, de rupturas y
convergencias lexicales; (Espinel y Vanegas); de ocultos rostros
donde la fina ironía desenmascara estigmas sociales y vivenciales
con majestad poética (Iza); o, el fuego del amor quemante-amante
con sesgados fulgores eróticos (Sojos y Espinosa), o el atroz
VII
desdoblamiento de la angustia existencial en lenguas de fulgor
surrealista (Saranelly de Lamas) o los emblemas del amor y de la
vida triturados al filo de una dura realidad pero evocados con
ternísima pasión desde los telares de un lenguaje sostenido en el
finísimo juego metafórico (Violeta Luna).
Ocho poetas ecuatorianas que al margen de estas permanencias
subconscientes tanáticas con las que hoy se presentan en este libro,
de alguna manera nos conectarán con el mundo poético de habla
hispana continental tan alejado de nuestra realidad, como si no
existiéramos, cuando en verdad vibramos con luz perpendicular y
propia como este sol que a plenitud nos brilla desde este ombligo
ecuatorial en la mitad del mundo.
VIII
Notas
4 María Luisa Lecaro «Tatá» fue por primera vez estudiada y seleccio-
nada con textos en el libro Del vanguardismo hasta el 50, estudio
histórico, estilístico y crítico de la poesía del Ecuador, por Rodrigo
Pesántez Rodas, con el auspicio de la Universidad de Guayaquil y el
Frente de Afirmación Hispanista A. C., de México, 1999. Págs. 39
hasta la 45.
IX
ILEANA ESPINEL CEDEÑO
(1931-2001)
ILEANA ESPINEL CEDEÑO (1931-2001), Guayaquil, Ecuador. Poeta
y periodista de fecunda trayectoria dentro y fuera del país. Fue
miembro de varias instituciones culturales y su nombre consta en
numerosas antologías de lengua hispana. Colaboró en gacetas
culturales de México, Colombia y Venezuela. Entre sus obras más
importantes se encuentran: Piezas líricas (1957); La estatua
luminosa (1959); Arpa salobre (Caracas 1955); Diríase que canto
(1969); Breve antología (Ediciones Alandar, junio 2000, Barcelona,
España).
2
IMAGEN DEL AMOR
3
SONETO DEL IMPOSIBLE OLVIDO
4
ABRIL 8
VIERNES SANTO DE 1955
5
EPÍSTOLA TERNÍSIMA
PARA EL FINAL DE UN SUEÑO
Adentro,
crece el día de la pena
y se juntan las letras
de esta carta de Abril para mis lágrimas.
Y acaso tú sonrías , sin recordar mi nombre,
en este tierno instante
que mi nostalgia gris besa tus alas.
6
Y besando ternísima-
el fiel diminutivo que te nombra,
decirte cómo sigue mi corazón buscándote
por encima del mar que nos separa.
Cómo mi ser reclama
la firme dulcedumbre de tus pasos,
tu corazón ajeno
y ese milagro de tus ojos pardos.
7
ESCARAS
8
HACIA ADENTRO
Me dejo ir en todo
dejo que el cerco nimio
me arrastre al torbellino del temporal rebaño
diríase que lucho. Diríase que asciendo.
Diríase que me hundo. Diríase que... nada.
9
PATRIA FUTURA
10
ACTITUD
11
LAS ENUMERACIONES
12
SARANELLY DE LAMAS
(1933-92)
SARANELLY DE LAMAS (Ríobamba 1933 - Guayaquil 1992). Fue
poeta, periodista y narradora. Dentro del periodismo fue Corres-
ponsal Cultural de los diarios El País y Occidente de Cali,
Colombia. Corresponsal Cultural de El Tiempo de Bogotá en New
York y redactora de la Página de Arte del diario El Nacional de
Caracas. Entre sus obras principales constan: Revenant (1961);
Crónicas para un lugar desconocido (1982); Orfeo y Otros
cantos y Los peces de jade cantan a la Paz.
14
BALANCE
15
VAN GOGH
16
DE LA QUE PERDIÓ SU SOMBRA
Cómo dejar,
como quien deja un traje por cansancio,
la enajenada piel
tan harta de mi sombra;
y esta remisa mansedumbre
en que he perdido el hilo de mí misma.
17
CRÓNICAS PARA UN LUGAR DESCONOCIDO
18
También se despertó Neruda abajo!
Ya no es hermoso el panorama que te pierdes.
Y hasta -como quisiste- quizá te fuiste a tiempo.
Tu hermana Berta se calló. Rebeca ha envejecido
y un verano violento me ha talado por dentro
a tientas de saber que ya no estás,
ni hielo ni estatura ni voz alguna me trasplanta
al rostro tuyo que no hallaré jamás.
Finalmente aprendí lo que quisiste:
me he convertido en hiedra que se afinca a tu musgo.
Que pasa de cara erguida al mal sin que le roce el alma.
Como mi sombra vas vestido con la piel de mi sombra.
Y como a Dios aprendí a amarte en todas partes
sin que estés en ninguna.
19
IMAGEN
20
SOLILOQUIOS
21
-Eurídice, Eurídice,
es diciembre de nuevo.
Invierno yermo.
Es preciso partir antes de tiempo.
Orfeo,
anillo desposario de mi muerte,
te vestiré en mi piel
todos los días
con este amor de soledad y duelo.
22
MAGIA
Baja la voz:
no será necesario que el río
aprenda a cantar
frases sin música.
23
ANA MARÍA IZA
(1941)
ANA MARÍA IZA (Quito, 1941). Licenciada en Comunicación
Social por la Universidad Central de Quito. Fue soprano del Coro
de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y viajó por Colombia y Perú.
Obtuvo el Primer Premio Nacional de Poesía " Ismael Pérez
Pazmiño", Guayaquil, 1994. Su poesía ha sido materia de estudio
en seminarios de USA y en la Universidad Católica de Quito. Sus
poesías constan en numerosas antologías dentro y fuera del país.
Libros publicados: Pedazo de nada (1961); Los cajones del
insomnio ( 1967); Heredarás el viento (1974); Fiel al humo y
Papeles asustados (2005).
26
RETRATO
Estoy triste
lo digo simplemente
y no se necesitan más palabras
Un virus invisible
el alma me taladra.
Estoy triste
eso es todo
involuntariamente.
De repente el invierno
penetra hasta mi cuarto.
Hace trizas
lo que quedaba entero.
27
Ni yo estoy tan honda en mí
como esta pena.
28
SAL
Sin ley.
Sin sol.
Sin niebla.
29
PLOMO DE SED
30
EL OSCAR
Después de ti
decoradora de interiores:
en cada habitación grabé tu nombre
en todo ventanal lumbré mi frío.
31
ANTIGRAVEDAD
32
SIN GOTA DE A
33
LA HEREDERA
34
ISLA
35
SORDA BATALLA
36
LA CALLE
37
LA VENTANA
38
VIOLETA LUNA
(1943)
VIOLETA LUNA (Guayaquil, 1943). Radicada en Quito, desde muy
joven se ha especializado en cursos de literatura. Es Doctora en
Ciencias de la Educación y labora como profesora en centros
educativos. Ha publicado los siguientes libros: El ventanal del
agua (1964); Y con el sol me cubro ( 1967); Posiblemente el aire
(1970); Ayer me llamaba primavera ; Las puertas de la hierba.
40
ALEGRÍA
Alegría
en qué lugar quedaste
en qué cajón crujiente de la infancia.
Debajo de qué sauce.
En dónde te perdiste y a qué hora.
Te tuve
no te tuve.
Con quién te atravesaste
y cómo es que rodaste fácilmente
y para nunca más.
Tal vez te desprendiste de mi mano
y fuiste sólo un trino,
una sortija de aire,
un pájaro de harina y de burbujas.
En qué lugar caíste.
Detrás de qué rejilla.
Qué viento te aplastó bajo la tarde,
qué nube te cubrió
y en qué desfiladero hallaste nido.
A veces
presiento que me llamas desde lejos
y me aletea el pecho
hasta que saltan rosas y libélulas
y sólo están mis brazos
abiertos y vacíos.
Alegría
en dónde te enredaste,
qué canto de sirena te deshizo,
en qué velero azul rompiste el agua,
con quien te diste al sueño.
41
No fueron para mí tus madreselvas.
A lo mejor te tuve y no te tuve.
A lo mejor pasaste
y no alcanzó mi dedo a sujetarte.
Tal vez un jueves vuelvas
y veas que ha nevado en mi ventana.
Y tras de los cristales
apenas oiré cómo te estrellas.
Oh pájaro de harina y de burbujas.
42
Yo
Ha de llegar un día
en que abras ambos brazos:
pareceré campana
y tocarás frenético.
43
Habrás de estremecerte largamente,
rendido entre mis uvas.
Afuera seguirán los ventisqueros
y varios gatos tristes
habrán de cobijarse con la lluvia.
Y adentro y para nada
tu loco frenesí de campanero
y yo terriblemente
borrando con la miel tanta salmuera.
44
ALAZÁN SOÑADO
45
CANTOS DE TEMOR Y DE BLASFEMIA
1
Potranca de los montes,
tú debes ser feliz junto a la yerba,
en medio de las ranas y el estiércol,
sin esta geometría de las calles,
sin estos omnibuses
sin estos perros cultos,
sin falsas teorías de la vida,
llegando hasta el amor sin desnudarte,
sin dar gemidos vanos contra el sexo.
Y debes ser feliz porque eres potra,
sin esta depresión de la etiqueta
ni todas las mentiras de los libros.
Feliz sencillamente,
feliz como este viento que te nutre,
pariendo cada invierno
encima del orín, bajo la luna,
naciendo y masticando las auroras
como saladas frutas,
pariendo sin dolor entre el granizo.
Por eso,
hubiera preferido ser un rayo,
un trozo de carbón
o cualquier cosa
ser piedra necesaria,
astilla necesaria,
aguja necesaria.
Tener un solo nombre,
un tiempo sin semanas,
46
un sitio sin medidas.
Tener un ser agreste,
un ser que nada sabe,
que nada planifica,
que no calcula nada.
II
Tal vez,
si hubiera sido piedra
no habría tanto hartazgo en esta sangre,
no habría esta punzada
47
que sin dolerme tanto me lastima;
no habría en mi cerebro
la fija conjetura de estar sola,
de estar tan remordida
en medio de los días.
Si hubiera sido un árbol
no habrían estas lágrimas
no habría en estas manos
la sucia tentación de destruirme.
No habría en estos labios
la loca comezón para llamarte,
decirte que te quedes,
besarte tontamente
encima de tu rabia y tu cansancio.
Si hubiera sido yerba
no habría tanto incendio entre los brazos,
no habría en el presente
la triste guillotina del pasado,
no habría en este cuerpo
el ímpetu tan vano de tirarme,
tirarme bajo el musgo de tu cuerpo,
quedarme si saber
si hubiera sido igual siendo yo piedra.
III
Tú debes ser feliz potranca buena,
sin estas reflexiones,
sin estos pergaminos oxidados,
sin estos alfileres
que bajo el corazón están picando.
48
ni recordar mis años
que tienen cicatrices atrasadas,
ni recordar que es lunes
y tengo que lavar alguna llaga,
hoy quiero estarme quieta,
hundir esta cabeza entre las manos
y no pensar en nada.
49
LUGAR XI
Recorro la cortina
y el monte viene a mí,
se instala en la mirada
y toma posesión de mis pupilas
y empiezo a verlo todo en verde oscuro.
Y la montaña crece
llenándome de ríos y de bosques.
Tan sólo los caminos
no alcanzan en mis ojos.
Y esta montaña queda en la mirada,
como se queda el miedo
después de haber perdido la ternura.
50
CAL Y FUENTE
Tus brazos
se adentran en mis brazos,
lo mismo que en los puertos el océano.
Arrímate a mi pecho
como a una playa extensa,
la lumbre y la ternura
son una llave incierta
y hay que saber usarla.
51
MARTHA LIZARZABURU
(1944)
MARTHA LIZARZABURU (Quito,1944). Ha publicado tres libros:
Aljibe (1964); Memorial de la sombra y la ternura (1973) y
Ataduras para el viento (1977).
54
RECUENTO DE MI MUERTE PROFUNDA
Espiga,
no me grites lo que guarda tu muerte.
Si he de morir tu misma sed...
55
ELEGÍA DE MI MUERTE INMEMORABLE
56
TIERRA
Parda cuna.
Le calientas la infancia
a la espiga
mientras cantas tu nana
fecunda.
Cada instante,
el andar de la hormiga
se te vuelve en la entraña
ternura.
Parda, amorosa cuna.
¡Que en silencio te mira la noche
con sus anchas pupilas
oscuras!
57
DELGADEZ DE LA MUERTE EN LA FATIGA
Vengo
de los recodos más oscuros
de mi propio cansancio.
Y soy un resquemor,
una maledicencia despojada de grito
y una atroz mordedura en el origen mismo
del dolor soterrado.
58
ULTIMA VOZ DE AUSENCIA
Sin voz,
sin esperanza qué traerte
para aplacar la noche en que naufragas,
me quedé como un árbol.
Roca extinta
en mitad del escombro y de la llaga.
59
PEQUEÑA HISTORIA
Un día
mis iluminaciones se volvieron palabras
y me empezó a crecer sobre los pies la
tierra.
Entonces
las alondras cruzaron ligaduras a
sus sombras delgadas, y me empezó a crecer
sobre la voz la niebla
y sobre el corazón
el camino hacia un cielo de paja.
60
MEMORIA DEL FUTURO SILENCIO
La sed.
Esta llovizna inconmovible
sobre el rostro.
Y mi muerte en sigilo
inventando sonidos en los charcos.
61
ANÁLISIS DE LA BRUMA
Ha crecido
en pie de soledad
la forma del guijarro mordido por
la noche.
62
ESA OTRA SOLEDAD MÁS DENSA TODAVÍA
Tiembla la soledad
avanzamos
hacia otra soledad más densa todavía.
Tu escombro entre mi sal.
El eco de tus manos.
Tu recuerdo alejándose por las nuevas orillas.
63
VISIÓN RECOMENZADA EN EL SILENCIO
Me busco.
Me camino.
Más allá,
las estrellas de siempre
y los mismos silencios acoderados en la niebla.
64
SOBRE EL BARRO DEL MUNDO
Ser terrestre,
ato la soledad a la esperanza.
65
SARA VANEGAS
(1950)
SARA VANEGAS (Cuenca, 1950). Doctora en Filología por la
Universidad de Munich, Alemania. Ejerce la docencia superior en
la Universidad del Azuay, Cuenca. Ha asistido a congresos sobre
literatura en España y países de Hispanoamérica. Colabora en
revistas de Argentina y España. Ha escrito en prosa y verso. En el
año 2000 se hizo acreedora al Premio Nacional de Poesía "Jorge
Carrera Andrade". Es autora de los siguientes poemarios : Luciér-
naga y otros textos ( 1982); Entrelíneas ( 1987); Poemar (1994);
Más allá del agua (1998); Al andar (2004).
68
MARASMO
al otro lado
tú me estarás pensando en términos azules
mientras a fuego lento se despereza
el ave esquizofrénica
de tus manos.
69
INSOMNIO
a la evidencia.
70
SOY DE LA LLUVIA, AMOR
71
Tú recordarás luceros extraviados
la utopía de los bellos días
evocarás
la nieve en tu ventana
el amor partido a medio día
ya nada importará
serás
tu sola ausencia
tu sangre altiva abrevará
lejana
las flores del desierto.
72
SED
73
EN LA ROSALEDA
I
Amor. Te invito a mirar el agua
la luz dorada del estanque
-que me recuerda tus ojos pasmados-
te invito a aspirar la tarde
entre rosas y fuentes y vuelos
amor. Te invito a caminar conmigo
II
He caminado lenta bajo el arco de las rosas.
He aspirado hondamente su frescura, y
me he sentido sola. Hay una cascada de
cenicientas tórtolas como un muro de incienso.
Algunos jarrones de francia y agua por todas
partes. Sólo falta tu sombra.
III
Tu recuerdo me moja la memoria. Estoy en la
rosaleda que tú adorarías...
tu talle esbelto es un enigma sobre la
fuente, adelanto las manos para rozar su
silueta. Mientras una risa blanca me devuelve
al agua.
74
INMORTALIDAD
75
FATA MORGANA
Luz salobre
danza enigmática de los ergs
tus ojos casi ciegos
jardines más allá del horizonte
furor del oleaje
y esa voz tan tenue que susurra
gaviotas doradas
bajo el sol inclemente
la caravana avanza lenta
casi inmóvil.
76
LA HERIDA
77
LEYVA
1
Los tiempos como los frutos maduran con el sol
y la lluvia y el roce de tu mano
II
hay un tiempo para la erranza -está escrito
y un tiempo para la siembra
78
CATALINA SOJOS
(1951)
CATALINA SOJOS (Cuenca, 1951). Obtuvo el Premio de Poesía
"Jorge Carrera Andrade" en 1992. Ha publicado los siguientes
poemarios : Fuego ( 1990); Tréboles marcados ( 1991); Fetiches
(1995) Brujillo; Cantos de piedra y agua . Labora en el Departa-
mento de Literatura de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, Núcleo
del Azuay.
80
FUEGO
Mis pensamientos
veloces chispas encendidas
prenden mi lengua y
arden las palabras
¡lluvia de fuego
soy
eterna y permanente!
81
CORAL
CANTO PRIMERO
Te escribo
y dejo que el alma se me vaya
en la noche desnuda
sembrado
entre el barranco y la magnolia
mi corazón
es fruto
ya
maduro
¿quién espía
debajo de tu angustia?
Ya puedes amorosa
devorarme
82
abre tus labios
llámame
tu voz
será una gota de sangre
en mi pecho difunto.
CANTO SEGUNDO
Yo
construí tu cuerpo
y he salido a buscarte
en cada huella
te has ovillado a mí
con tus puentes y símbolos
indefensa
me sigues por tus plazas
y
te descubro en cada rostro
83
III
Mi túnica yace junto a los destellos
que dejó mi cuerpo
despojada al fin
soy un tótem dentro de mi selva.
Iv
Como una cruz de páramo clavada entre la niebla
con sándalo y cicuta
toda ofrenda.
12
¡Ah la ingrata de cúpulas azules, de flores de retama y
cuatro ríos , la que ahora calla habiéndome mecido en la
mañana!
84
LA ESPERA
85
ASCUAS
86
MILONGA
Y dijo ella:
y enrojeció la noche
con algo de dios
87
FUEGOS
88
MARINA
Caracola de espuma
tu voz me aguarda
vientos blancos
en tu voz
círculo de luciérnagas
tu cintura
a lo lejos
descubro
la radiante cara de
la soledad.
89
MARÍA FERNANDA ESPINOZA
(1964)
MARÍA FERNANDA ESPINOZA (Quito, 1964). Licenciada en
Lingüística por la Universidad Católica de Quito. Post-grado en la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO). Premio
Nacional de Poesía, Quito, 1990. Ha publicado Caimándote
(1991); Tatuaje de selva (1992) y Loba triste (2000). Sus textos
han aparecido en revistas y estudios dentro y fuera del país.
92
HAMBRE
Hambre
de oveja africana
hambre que roe los cuencos de arcilla
vacíos
sólo polvo
forraje de ácaros y saltamontes
comer lo que se mueva
hormigas
gusanos secos por ejemplo
moscas revoloteando las narices saladas de los n^,ios
gacelas frágiles devorando pezones agrietados
¿dónde está el agua?
¿los árboles de pomarrosa y baoba?
Ni sombra ni nube
muere de seco el río Níger
mueren de espanto las mujeres tísicas
los hombres en sus bóvedas
esperan la luz bocarriba.
93
AGUAFUERTE
94
DE BOSQUE LA PIEL
95
LIBREPENSADOR
96
almidón de mijo que te corre entre las piernas
a pesar de la piel ya tocada
de los biombos que separan tus ingles de las mías.
Si me amaras librepensador
ya habrías entregado tu cuerpo
trasnochado y suave de tiempo
de cuatro estaciones
ya habrías confesado
tus sueños de invierno
que son lo más cercano a la realidad
quiero que seamos por fin
que nos celebren ritos nupciales
danzas con todas las formas de percusión
limpias de shamán
abrazos
para que nos juntemos como tronco de matapalo
desde la raíz
quiero que seamos
en cualquier recodo o lago
en cueva de oso o nido de pájaro
quiero estar en la cama
que hacen las hojas de otoño en el Norte
esperando que se mueva la eternidad
eso que se llama tiempo
nuestro tiempo
librepensador.
97
BOCA DE CUARZO
98
LXIII
La muerte
es perro indefenso y cojo
el fin de esa lora anónima
de ojos callados
es acaso un rito
un favor al espacio y al tiempo
un encuentro nuevo con el sueño
sin más.
99
LXI
100
XXXII
cuando se ama
la paz del cuerpo muere
se pierde el sueño para siempre
la voz se teje despacio
voz que consiente
espera
recrea
después de amar vuelve la paz
se va la voz
queda el tatuaje:
permanencia y angustia
se quiebra el resto
plaza
cielo
selva.
101
INDICE
Prólogo
DESDE LA MITAD DEL MUNDO
Rodrigo Pesántez Rodas .............................. V
SARANELLY DE LAMAS
Balance ............................................... 15
Van Gogh ............................................. 16
De la que perdió su sombra ................................ 17
Crónicas para un lugar desconocido ......................... 18
Imagen ................................................ 20
Soliloquios ............................................ 21
Magia ................................................ 23
Retrato ................................................ 27
Sal ................................................... 29
Plomo de sed ........................................... 30
El Oscar ............................................... 31
Antigravedad ........................................... 32
Sin gota de A ........................................... 33
La heredera ............................................ 34
Isla ................................................... 35
Sorda batalla ................. .......................... 36
103
La calle ............................................... 37
La ventana ............................................. 38
VIOLETA LUNA
Alegría ................................................ 41
Yo ................................................... 43
Alazánsofiado .......................................... 45
Cantos de temor y de blasfemia ............................. 46
Lugar XI .............................................. 50
Caly fuente ............................................ 51
MARTHA LIZARZABURU
SARA VANEGAS
Marasmo .............................................. 69
Insomnio .............................................. 70
Soy de la lluvia, amor .................................... 71
Sahara ................................................ 72
Sed ................................................... 73
En la rosaleda .......................................... 74
Inmortalidad ........................................... 75
Fata morgana ........................................... 76
La herida .............................................. 77
Leyva ................................................. 78
104
CATALINA SOJOS
Hambre ............................................... 93
Aguafuerte .......................................... 94
De bosque la piel ........................................ 95
Librepensador .......................................... 96
Boca de cuarzo ......................................... 98
LXIII ................ ................................ 99
LXI ................................................. 100
XXXII ............................................... 101
105
Esta edición de 500 ejemplares de
ANTOLOGIA DE
OCHO POETAS TANATICAS
DEL
ECUADOR
por
Rodrigo Pesántez Rodas
se terminó de imprimir en
noviembre de 2005.
La edición de la presente obra estuvo a cargo de
Daniel Gutiérrez Pedreiro
Corrección de textos
Silvia Patricia Plata