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Introducción.

Como bien es sabido, nuestro sistema jurídico se encuentra cobijado bajo el concepto de Estado

Social de Derecho, expuesto en la Constitución Política del 91, es así como se plantea por medio

de reformas sociales, políticas y económicas, el fortalecimiento de servicios que satisfagan las

necesidades básicas y garantice los derechos considerados fundamentales, para mantener el nivel

de vida digna, permitiendo el sano desarrollo y participación de cada uno de los ciudadanos del

territorio como miembro pleno de la sociedad, por consiguiente se encuentra en una constante

búsqueda de la protección de la dignidad de cada particular.

Así que cuando nos encontramos frente al reconocimiento de un contrato realidad, podemos

contemplar cómo se materializan los fines del nuestro Estado social de derecho, debido a que

mejorar las condiciones de trabajo y hacer efectivos cada uno de los derechos de una relación

laboral, es velar por la estima de un individuo que merece la contraprestación por el servicio

brindado por su fuerza de trabajo.

En el siguiente trabajo nos disponemos a desarrollar cada uno de los puntos transcendentales de

este tipo de contrato, desde sus elementos esenciales hasta lo considerado por el Consejo de

Estado, la Corte Suprema de Justicia y la Corte Constitucional, de esta manera aclarada la idea de

cómo nuestro ordenamiento busca proteger la dignidad humana y el reconocimiento de derechos

de cada individuo, podemos proseguir al análisis de este tipo de relación contractual.


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Tabla de contenido
Primacía de la realidad según el C.E, C.S.J, Y C.C..........................................................................................4
Definición de Contrato Realidad..................................................................................................................4
Elementos de un Contrato Realidad.............................................................................................................5
El elemento “subordinación” como factor decisivo en la aceptación de un contrato realidad....................5
Los alegatos para la existencia del contrato de trabajo realidad..................................................................6
Según el Consejo de Estado: Sentencia 00799 del 2018...............................................................................7
Según la Corte Suprema de Justicia: Sentencia SL 1021 del 2018..............................................................12
Según la Corte Constitucional: Sentencia T-556 del 2011..........................................................................17
Conclusión..................................................................................................................................................24
Bibliografía.................................................................................................................................................26
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Primacía de la realidad según el C.E, C.S.J, Y C.C.

Es un principio contemplado en el art 53 de nuestra Constitución Política, que indica que siempre

que existan los elementos integrantes de una relación laboral, se entenderá como existente, así se

le cambie su denominación o se niegue la existencia de ella; de esta manera se configurara un

verdadero contrato realidad.

Ahora bien, se hace necesario establecer una definición de contrato realidad, sus elementos, los

alegatos para la existencia, lo que dice el Consejo de Estado, la Corte Suprema de Justicia y la

Corte Constitucional, y, por último, sus efectos.

Definición de Contrato Realidad.

El contrato realidad, también conocido como contrato de trabajo realidad, es aquel que no se

realizó de forma ordinaria y corriente, es decir, con figuras jurídicas contrarias a las de un

contrato en específico pactado por las partes (utilizado como cortina), siendo en realidad un

contrato de trabajo camuflado, no obstante, el resultado es el reconocimiento por parte de la ley

como contrato de trabajo, debido a que ostenta los elementos de una relación laboral.

Este tipo de contratos se crean con el objetivo de privar a los trabajadores de muchos de sus

derechos, debido a que una relación laboral implica reconocer al trabajador el pago de

prestaciones sociales, la seguridad social, los aportes parafiscales, el pago de trabajo extra,

recargos nocturnos, trabajado dominical y festivo, etc.

Para ahorrarse todo este tipo de gastos los empleadores utilizan el pacto de convenios como:

Los contratos de prestación de servicios,

Los contratos comerciales,

Las empresas de servicios temporales y


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Las cooperativas de trabajo

para evitar así el reconocimiento de la relación laboral.

La declaración del contrato de trabajo realidad se fundamenta en la primacía de la realidad sobre

toda forma acordada por las partes, de esta manera la denominación del contrato firmado por las

partes resulta irrelevante frente a la lectura que el juez realiza de la realidad en la que se ejecutó

el contrato, objeto de análisis.

Elementos de un Contrato Realidad.

Para que se declare la existencia de un contrato de trabajo realidad se deben cumplir

determinados requisitos que exige toda relación laboral.

Estos se encuentran estipulados en el artículo 23 de Código Sustantivo del Trabajo.

El servicio debe ser prestado personalmente por el mismo trabajador (prestación personal

del servicio).

En la ejecución del servicio debe presentarse una continuada subordinación del trabajador

frente al empleador.

Recibir una remuneración por la prestación personal del servicio.

Una vez se configuren esos tres requisitos se considerará la existencia de un contrato de trabajo, a

pesar de que las partes le hayan dado otro nombre.

El elemento “subordinación” como factor decisivo en la aceptación de un

contrato realidad.

La subordinación según el código sustantivo de trabajo, es un elemento sine qua non para que

exista un contrato de trabajo, de este modo puede definirse como la aptitud que ostenta el
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empleador para demandar a su empleado el cumplimiento de órdenes, e impartirle como guía de

conducta los reglamentos internos de trabajo.

Mientras que, en un contrato de prestación de servicios, un componente fundamental es la

independencia y autonomía del contratista, en su actividad a desarrollar, por cuestiones de

encontrarse facultado con una especialidad en concreto.

Por esta razón, para mantener los parámetros de cada relación contractual, es necesario que el

contratista establezca o informe a su contratante que solo recibirá instrucciones de su parte, más

no órdenes, de lo contrario, nos encontramos frente a un contrato realidad y las circunstancias,

acciones o medias a tomar son completamente diferentes, por ejemplo, el tener derecho a una

liquidación o a las prestaciones sociales.

Por otra parte, la exigencia del cumplimiento de horarios y la manera de disciplinar al trabajador

son indicativos de cada tipo de contrato, en el caso del contrato realidad, el primer indicativo es

primordial para su existencia como estipulación del empleador, y este puede disciplinar a su

subordinado según el reglamento interno del trabajo, la ley y la constitución, teniendo como

limitante la dignidad humana; al contrario que el contrato de prestación de servicios, donde no

existe la imposición de horarios, pero se admiten los llamados de atención de forma esporádica.

Los alegatos para la existencia del contrato de trabajo realidad.

El juez amparado bajo el principio constitucional de la primacía de la realidad sobre las

formalidades establecidas por los sujetos de las relaciones laborales, debe ser quien en ultimas,

verifique la veracidad de la presunción planteada por el trabajador y determine si los hechos

expuestos si existieron.
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Es así, como el trabajador cobijado por la ley (la cual establece una presunción en favor de él),

tiene como obligación alegar la existencia del contrato realidad a través de pruebas, como lo es la

constancia de la prestación personal del servicio, y documentos, acompañados si es posible de

testimonios, que demuestren el inicio y fin de la relación contractual en la cual se encontró

subordinado.

En lo que respecta al empleador, debe contradecir si es el caso, la subordinación y/o la prestación

personal del servicio proporcionado por el trabajador, debido a que no es suficiente la mera

presentación del supuesto contrato, que en el momento es desvirtuado y exigido como contrato

realidad.

Según el Consejo de Estado: Sentencia 00799 del 2018.

Consejo de estado Sala De Lo Contencioso Administrativo

Magistrado Ponente: César Palomino Cortés

Actor: Pablo Emilio Torres Garrido

Demandado: E.S.E Centro De Salud Santa Bárbara – Municipio De Santa Bárbara – Santander

El señor Pablo Emilio Torres Garrido interpuso demanda contra el ESE Centro de Salud de Santa

Bárbara – Municipio de Santa Bárbara – Santander a través de un agente para ejercer la abolición

y restitución de derechos estipulados en el artículo 85 del Decreto No. 01 de 1984-Santa Bárbara-

Santander, aludiendo que:

• Rechazaron las solicitudes realizadas el 29 de enero de 2010, las cuales fueron

beneficiosas para mi cliente y les exigieron que reconocieran retroactivamente sus derechos

salariales y de beneficios en las mismas condiciones que otros funcionarios oficiales.


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• Desde el inicio del contacto con el imputado, mi mandante estableció con él una relación

laboral que le permitió obtener la condición de funcionario nacional.

• Que como consecuencia de las declaraciones anteriores pagar a favor de mi mandante lo

correspondiente a cesantías, intereses a las cesantías

Así mismo menciona el señor que fueron violadas las normas: de la Constitución Política:

preámbulo y artículos 6, 12, 25, 53, 121, a 128 209, 315-1; la ley 4 de 1913: artículo 252; el

decreto 1950 de 1973: artículos 7, 9 y 10 y el Código Sustantivo del Trabajo. Puesto que el acto

demandado incurrió en violación de norma superior por falta de aplicación de la ley, aplicación

indebida e interpretación errónea de la misma. Se indica que la entidad demandada omitió la

vinculación legal y reglamentaria mediante acto de nombramiento, con la finalidad de no

reconocer prestaciones sociales y disponer libremente y con ánimo “clientelista” de los empleos y

deslaboralizar el trabajo realizado.

A lo que la parte demanda contesto: El municipio de Santa Bárbara y la ESE Centro de Salud

Santa Bárbara, están representados por el mismo abogado, aunque responden a esta solicitud en

resúmenes separados, manifestaron que no son los llamados a responder en una eventual nulidad

de los actos administrativos demandados, por cuanto su expedición cumplió con los requisitos de

ley, agregaron que el demandante celebró 6 contratos de prestación de servicios profesionales

entre los años 2004 a 2007, mediante los cuales se obligó a prestar sus servicios profesionales

como médico general en el Centro de Salud y realizar actividades dentro del Plan de Atención

Básica “PAB”, y aclararon que mediante el Acuerdo 005 de 28 de febrero de 2001 el Consejo

Municipal de Santa Bárbara, se “acordó que a partir de la vigencia de ese Acuerdo, la institución

prestadora de servicios de Salud IPS Centro de Salud Santa Bárbara, deberá funcionar como un
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establecimiento público descentralizado de carácter municipal, dotado de personería jurídica,

patrimonio propio y autonomía admirativa.

Por lo que, el Tribunal Administrativo de Santander mediante sentencia de 5 de junio de 2012

accedió a las pretensiones de la demanda, y condenó a título de “reparación del daño” al

Municipio de Santa Bárbara y a la ESE Centro de Salud de Santa Bárbara a liquidar y cancelar a

favor del demandante: las sumas que por concepto de prestaciones sociales devengan los

empleados públicos vinculados a ese ente territorial mediante “vinculación legal y

reglamentaria”, correspondientes a los periodos efectivamente laborados en los cuales demostró

la existencia de la relación laboral, aclarando que cada una de las entidades deberá responder de

manera independiente por el pago de los contratos que suscribió y de igual manera independiente

por el pago de los contratos suscritos, es decir el municipio responde por los contratos que

suscribió y de igual forma la E.S.E; Así mismo, estimó que el Municipio de Santa Bárbara “alteró

la modalidad de contratación por prestación de servicios” al pactar elementos propios de una

relación laboral a través de un contrato con el fin de evitar el pago de las prestaciones sociales

que como empleador le correspondía.

Posterior a esta decisión, el Municipio de Santa Bárbara interpuso recurso de apelación

insistiendo en la inexistencia de subordinación por parte del señor Pablo Emilio Torres Garrido

con la ESE Centro de Salud de Santa Bárbara, pues como indicó en la contestación de la

demanda, las actividades contratadas fueron ejercidas por él con independencia y de manera

autónoma y aclaró que la subordinación o dependencia es la que marca la diferencia entre un

contrato laboral y uno de prestación de servicios, circunstancia que no ocurrió en el presente

caso. Solicitó en razón de lo anterior que se revoque la sentencia proferida el 5 de junio de 2012

por el Tribunal Administrativo de Santander y en su lugar se nieguen las pretensiones de la


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demanda dado que no existieron suficientes elementos de prueba que llevaran a demostrar la

existencia de la relación legal y reglamentaria declarada por el a quo. Por su parte, la ESE Centro

de Salud Santa Bárbara, en escrito de apelación solicitó que se revoque el fallo de primera

instancia, porque existió una indebida valoración probatoria por parte del Tribunal

Administrativo de Santander, en la medida en que no se logró demostrar la subordinación del

actor, así como tampoco que prestara de manera continua sus servicios para la entidad.

Ahora bien, le corresponde al Consejo de Estado resolver el recurso de apelación interpuesto y

decidir, si se configuró una relación laboral entre la ESE Centro de Salud de Santa Bárbara, el

municipio de Santa Bárbara – Santander y el demandante Pablo Emilio Torres Garrido; de ser así,

establecer si hay lugar al reconocimiento y pago de las prestaciones sociales en aplicación del

principio de la primacía de la realidad sobre las formas. Es así, que la sala dicta que: En virtud del

principio de la primacía de la realidad sobre las formalidades previsto en el artículo 53

constitucional, en el caso particular se configuró una relación de carácter laboral entre el señor

Pablo Emilio Torres Garrido y la ESE Centro de Salud Santa Bárbara y con el Municipio de

Santa Bárbara - Santander, en cuanto se acreditaron los elementos constitutivos del vínculo

laboral, esto es:

(i) la prestación personal del servicio; que consistía en la prestación de servicios

profesionales como médico general, concurriendo en algunos periodos con las actividades en

condición de coordinador del Plan de Atención Básica PAB, y no podía delegar el ejercicio de

sus actividades en terceras personas

(ii) la subordinación o dependencia; por el cumplimiento de horarios, por la prestación de un

servicio médico en la entidad territorial y en la ESE en las condiciones que corresponde a las de
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un médico de planta con disponibilidad inclusive para el servicio de urgencias, de igual manera

recibió llamado de atención por parte de su superior

(iii) el pago de una remuneración por la labor prestada, que en los términos de las cláusulas

contractuales “será cancelado en (…) pagos mensuales cada uno (…)”, y en pagos únicos cuando

se suscribían contratos de manera continua mes a mes

En este orden de ideas, a la presente controversia le es aplicable el principio de “la primacía de la

realidad sobre formalidades”, pues es indudable que el demandante se encontraba en las mismas

condiciones de los empleados de planta, en tanto desempeñaba personalmente la labor, en un

cargo que revestía la característica de permanente, y aun cuando no se estipulaba horario ni

turnos dentro del contrato, dentro del objeto del mismo se indicó que sus servicios profesionales

debían ser prestados de lunes a viernes así como el desarrollo de “actividades extramurales de los

programas de promoción y prevención”, aspectos que dan cuenta que el actor estaba sujeto a

subordinación y dependencia. Aquí se aplica el contrato realidad que la sala ha dicho que se da

cuando constata en juicio la continua prestación de servicios personales remunerados, propios de

la actividad misional de la entidad contratante, para ejecutarlos en sus propias dependencias o

instalaciones, con sus elementos de trabajo, bajo sujeción de órdenes y condiciones de

desempeño que desbordan las necesidades de coordinación respecto de verdaderos contratistas

autónomos, para configurar dependencia y subordinación propia de las relaciones laborales.

Por otra parte, sobre el derecho que le asiste al demandante al reconocimiento y pago de

prestaciones sociales a título de restablecimiento, precisa la Sala lo siguiente: apoyándose de la

sentencia CE-SUJ2 5 de 25 de agosto de 2016, el reconocimiento de las prestaciones sociales a

que haya lugar como consecuencia de la declaratoria de nulidad del acto administrativo que niega

la existencia de la relación laboral y “del tiempo de servicios con fines pensionales” proceden a
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título de restablecimiento del derecho, por ello que procede el reconocimiento y pago de las

prestaciones sociales a las que tiene derecho un médico general de la planta de cargos de las

entidades demandadas, esto es Municipio de Santa Bárbara y ESE del Centro de Salud de Santa

Bárbara, tomando como base para la liquidación los honorarios pactados en los contratos.

De acuerdo a lo planteado, la sala condenó al municipio de Santa Bárbara y a la ESE Centro de

Salud de Santa Bárbara a liquidar y cancelar a favor de Pablo Emilio Torres Garrido las sumas

que por concepto de prestaciones sociales devengan los empleados públicos vinculados a esas

entidades mediante “vinculación legal y reglamentaria”, correspondientes a los períodos

efectivamente laborados en los cuales se demostró la existencia de la relación laboral y tomando

como base para la liquidación el valor pactado en los contratos, y el consecuente cómputo de ese

tiempo para efectos pensionales, para lo cual las entidades harán las correspondientes

cotizaciones y de las suma a pagar la entidad deberá realizar los correspondientes descuentos de

ley que correspondan al demandante, aclarando que cada una de las entidades deberá responder

de manera independiente por el pago de los contratos suscritos, es decir el municipio responde

por los contratos que suscribió y de igual forma a la Empresa Social del Estado.

Según la Corte Suprema de Justicia: Sentencia SL 1021 del 2018.

Corte Suprema De Justicia Sala De Casación Laboral

Magistrado ponente: Gerardo Botero Zuluaga

Actor: Juan Carlos Calderón Calderón

Demandado: Fundación Médico Preventiva Para El Bienestar Social S.A.

La sentencia SL1021 del 2018 esta sentencia tiene como finalidad buscar la justicia entre las

relaciones laborales, empleador y empleado con el fin de reconocer sus derechos en el trabajo
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realizado por el empleado poniéndolos en igualdad de condiciones, para que sea un proceso justo

y beneficioso para la parte más débil.

Esta sentencia es un recurso de casación interpuesto por el Señor JUAN CARLOS CALDERON

CALDERON contra una sentencia proferida anteriormente el 25 de noviembre del 2009 en un

proceso que se instauro contra la FUNDACIÓN MEDICO PREVENTIVA PARA EL

BIENESTAR SOCIAL S.A. los hechos de esta demanda fue interpuesta para que se declara que

existió una relación laboral entre el demandante y la entidad demandada y que para ello debe

condenarse al pago de salarios debidos, cesantías y sus intereses, primas de servicios, vacaciones

y la indemnización por despido injusto y la sanción moratoria qué determina la ley y así mismo la

pensión sanción o cotizaciones al sistema de seguridad social y devolución de lo pagado por

retención en la fuente.

El demandante quién se desempeñaba como odontólogo en dicha entidad suscribió un contrato

hasta el 31 de diciembre de 1998, el cual finalizo el 20 de octubre de 2006; el demandante

manifiesta que no se le cancelo una indemnización por despido injusto, asi como también tenía

un horario de trabajo y salario establecido y este asegura que no se le cancelaron dese el mes de

mayo hasta el mes de octubre de 2006 este afirma que estaba bajo una subordinación ya que tenía

un jefe inmediato, la señora Erika Pinto la cual se desempeñaba como coordinadora

odontológica; en todo el tiempo que el demandante estuvo laborando nunca se le pago

prestaciones sociales, tampoco fue afiliado al fondo de cesantías además le era recortado el 10%

del sueldo por concepto de retención en la fuente.

En respuesta a la demanda la parte accionada se negó a las pretensiones; frente a los hechos negó

una vinculación laboral asegurando que el accionante lo que cumplía era un contrato de

prestación de servicios que no fueron sucesivos afirmando que el accionante cumplía sus labores
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en su propio consultorio, no tenía establecido ningún horario y se le pagaban sus honorarios de

acuerdo a las consultas realizadas y que asi mismo no se le podían cancelar todas sus

prestaciones sociales pero que si se procedió a la retención en la fuente como exigencia legal

derivada de la contratación.

Esta sentencia en primera instancia el juzgado segundo laboral del circuito de Valledupar declaro

una existencia de contrato de trabajo desde que se inició hasta que se le dio fin al contrato y

dispuso el pago de cesantía, intereses y el pago debido de todas sus prestaciones más la

indemnización por despido injusto.

En segunda instancia la sala civil familia laboral del tribunal superior del distrito judicial de

Valledupar revocó el primer grado tras resolver apelación de la demanda y resolvió que el

precepto siguiente da cuenta a una presunción legal sobre la relación laboral. Asi mismo acudió

al art 53 de la C.P; para acotar en este el principio de la primacía de la realidad sobre las formas,

para asi destacar que no son las apariencias formales las que dan cuenta sobre el contenido del

convenio si no las expresiones concretas con las qué el mismo se desenvuelve en las que la

subordinación es un elemento determinante el accionante suscribió 5 contratos de prestación de

servicios médicos asistenciales «de fecha 1 de abril de 1991, 1 de abril de 1995, 1 de julio de

1999, 1 de abril de 2001 y 1 de febrero de 2004, el primero a duración indefinida, el segundo por

el término de dos años, el tercero por doce (12) meses, el cuarto por treinta y tres (33) meses y el

último por cincuenta y nueve (59) meses»; también se encontraron información sobre los

pacientes y directrices sobre su atención pero ninguna probanza derivo una subordinación o

dependencia, no demostró ningún horario de trabajo y tampoco algo que indicara el ejercicio de

la subordinación si no que eran propias de un contrato civil que no podía producir o declarar uno

de trabajo. El juez culmina con que hubo una errada valoración del material probatorio en
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primera instancia que la subordinación es una estimación ajena a la realidad probatoria debido a

que se prueba que el accionante trabajaba de manera autónoma e independiente ya que este

trabajo en su propio consultorio, con sus propias herramientas como lo demuestran tanto las

pruebas documentales como los contratos suscritos.

De los principios transversales en el contrato de trabajo es la prevalencia de la verdad sobre las

apariencias, que procura equilibrar una ecuación desigual e inequitativa que se presenta en las

relaciones laborales dependientes. En efecto si se les domina profesiones liberales es justamente

por la libertad e independencia, la prestación personal de un servicio que además de estar

remunerado, trae consigo una relación laboral; nos encontramos con el inciso 2 del artículo 2 de

la ley 50 de 1990, la cual fue apartada del ordenamiento jurídico en un acto de inexequibilidad al

estimarse que el contenido de ese artículo quebranta el criterio de igualdad en la estructura

constitucional, por tanto era inadmisible.

En efecto se le domina profesiones liberales justamente por que gozan de su libertad e

independencia quienes la ejercen y en la medida de su autonomía técnica. Estos con su

responsabilidad en los actos profesionales va a guiar su ejercicio sin que en ello implique que se

presente la subordinación; También puede destacarse que tales profesiones se enmarcan bajo la

idea de una libertad externa, esto es la que permite su ejercicio, y una libertad interna, que es la

que identifica que la persona pueda organizar la manera en la que llevará a cabo su tarea, y

aunque es cierto que, en el caso de los odontólogos, tanto la socialización de los servicios de

salud, como la salarización de este tipo de profesionales hacen más difícil su estudio, lo cierto es

que el mismo no puede escapar a la judicatura, en tanto hacerlo preserva este tipo de relaciones

jurídicas especiales y por ello no pueden resolverse bajo la idea genérica de estar ante el mismo
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prototipo, sino que imponen identificar si existe o no insuficiencia jurídica y probatoria para

declarar el contrato de trabajo.

Fue importante para que el Tribunal entendiera desvirtuada la subordinación, Si se mira con

detenimiento, la supervisión allí prevista, no expresaba un poder de dirección empresarial, sino

exclusivamente los estándares mínimos de exigencia de la Superintendencia y del Ministerio, que

implantaron un sistema obligatorio de garantía de la calidad y auditoría médica, que venía a

incorporarse como lex artis de la labor desempeñada, y que en modo alguno puede constituirse

como expresión de subordinación, sino de la coordinación estatal sobre un servicio público

fundamental. Tales probanzas son significativas en cuanto evidencian la autonomía profesional y

técnica del accionante, el cual disponía de la distribución de su tiempo, de su propio consultorio

particular, actuaba con plena autonomía profesional, únicamente enmarcada en políticas de salud

obligatorias y no en la imposición de los estándares de la Fundación y además, bien podía utilizar

otros recursos y profesionales para el cumplimiento de la labor contratada; ni siquiera podía

estimarse que tuviese un horario, por el contrario podía definir los tiempos de atención y el

número de pacientes a atender, y los correctivos que se solicitaron estaban estrechamente ligados

con los productos convenidos, sin que, su deficiencia, fuera motivo de sanción o amenaza, sino

que se enmarcó en el plan de auditoría sobre servicios de salud de los docentes. Esa

caracterización evidencia que no pudo el Tribunal cometer los errores endilgados, pues aunque

existía la presunción laboral, no la encontró corroborada en el trámite procesal y, por el contrario,

advirtió, con certeza, que la profesión liberal de odontólogo, no mutó a la laboral, de allí que al

no haberse configurado algún equívoco tampoco sea viable el estudio de los testimonios por no

ser prueba calificada y porque, se insiste, no se hallaron razones para el quiebre de la sentencia,

permaneciendo esta inalterable.


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Por tanto la decisión del juez fue En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, Sala de

Casación Laboral, administrando justicia en nombre Radicación n.° 45430 18 de la República y

por autoridad de la ley, NO CASA la sentencia dictada el veinticinco (25) de noviembre de dos

mil nueve (2009) por el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Valledupar, dentro del proceso

ordinario laboral seguido por JUAN CARLOS CALDERÓN CALDERÓN contra la

FUNDACIÓN MÉDICO PREVENTIVA PARA EL BIENESTAR SOCIAL S.A.

Según la Corte Constitucional: Sentencia T-556 del 2011.

Corte Constitucional La Sala Primera de Revisión

Magistrada Ponente: María Victoria Calle Correa

Actor: Carlos Alberto Altahona Noguera

Demandado: Alcaldía Municipal de Galapa (Atlántico), la Rectora del Colegio María Auxiliadora

de ese Municipio y la Sala Cuarta de Decisión Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial

de Barranquilla.

En esta sentencia se presentan la vulneración de una serie derechos contemplados en nuestra

constitución, no obstante, el que más relevancia tiene es el reconocimiento de un contrato

realidad, el cual es derivado del principio de primacía de la realidad sobre las formalidades (Art

58 C.P.C), y esto quiere decir que tendrá carácter valorativo lo que se desarrolle en realidad por

un empleado que se encuentre prestando un servicio determinado.

El génesis de este caso radica en un proceso laboral ordinario iniciado por el señor Carlos Alberto

Altahona de sesenta y siete años de edad, celador del Colegio María Auxiliadora, dio inicio a un

proceso ante el Juzgado Tercero Laboral del Circuito de Barranquilla, para que a este señor se le

diera reconocimiento de la existencia de un contrato realidad entre el mismo y el municipio de


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galapa desde el año mil novecientos setenta y uno hasta el año dos mil seis y para que allí mismo

se le fueran reconocidas todas las prestaciones laborales que se originarían desde el año en el que

la parte demandante empezó a prestar su servicio personal bajo una subordinación constante; para

fortuna del señor Carlos Alberto Altahona el juzgado ante el cual interpuso la tutela le reconoció

la existencia del vínculo laboral entre las partes anteriormente mencionadas, condenando a la

entidad territorial a que le cancelara todas las prestaciones laborales a excepción del pago de las

horas extras, domicíliales y festivos pretendidos debido a que el actor no demostró el trabajo

suplementario reclamado, y además califico la clase de función que era ejercida por la parte

actora, afirmando así, que desempeñaba el sostenimiento de una obra pública; catalogándolo

como un trabajador oficial.

No obstante, de este caso tuvo conocimiento la Sala Cuarta de Decisión Laboral del Tribunal

Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, quien en segunda instancia revoco el fallo que

había sido proferido en primera instancia por aquel juzgado. En esta instancia se absuelve al

municipio de galapa de cada una de las pretensiones expuestas por la parte actora, el tribunal

alega que, si estaba probada la prestación del servicio personal por parte del señor Carlos Alberto

Altahona, bajo subordinación. Pero aclaró que no había pruebas de la vinculación legal y

reglamentaria del accionante a la entidad. Además, en esta misma instancia se verifica si la parte

actora calificaba como un trabajador oficial, y el tribunal concluyo que este señor no podía ser

parte de este gremio debido a que, los servidores de las entidades municipales que se dedicaran a

“la construcción y sostenimiento de obras públicas son trabajadores oficiales”. Con lo

anteriormente expuesto el tribunal procedió a establecer si las funciones de un celador pueden

constituirse como propias de un trabajador oficial, y asumió que no, de acuerdo con

jurisprudencia del Consejo de Estado en sentencia de febrero 26 de 1985.


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Así mismo, esta persona tampoco tenía una condición de empleado publico porque no había sido

“vinculado en forma legal y reglamentaria”. Contra esta decisión, el accionante interpuso su

primera acción de tutela acción de tutela, cuestionando el fallo de segunda instancia, porque en su

concepto trató de dilucidar su calidad de trabajador oficial o empleado público, sin necesidad.

Pero a cambio, se abstuvo de reconocer los efectos jurídicos derivados de la realidad del vínculo

laboral creado entre él y el Municipio de galapa.

Ahora bien, el accionante además de haber instaurado una acción de tutela contra el tribunal,

también interpuso una más contra la Alcaldía Municipal de Galapa (Atlántico) y la Rectora del

Colegio María Auxiliadora de ese Municipio, debido a que el señor Carlos Alberto Altahona

alega que le están perturbando la estadía en el lugar en el cual habita desde hace más de treinta

años, el cual es el mismo lugar en el que le daba desarrollo a su trabajo. Según el accionante se le

violan derechos fundamentales a la vida y al debido proceso argumentando que este no cuenta

con una fuente de ingresos para su mantenimiento y también por aquello de que cuenta con una

edad bastante avanzada, entonces no podría dejar dicho sitio.

En respuesta de lo que plantea el demandante las partes demandas respondieron de la sigte

manera; Rectora de la institución educativa María Auxiliadora no intervino en el proceso.

Mientras que el Alcalde del Municipio de Galapa (Atlántico) intervino para solicitar que se

niegue la tutela invocada. Para respaldar lo anteriormente dicho, señaló que el demandante nunca

ha estado vinculado laboralmente ni a la institución educativa maría auxiliadora, ni al municipio.

Además, indicó que la vinculación de los vigilantes de las instituciones educativas del municipio

sólo puede adelantarlas el Departamento. Por su parte, la Magistrada Ponente del Tribunal

solicitó que se improcedente la tutela invocada.


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Fue objeto de revisión de la tutela por la Sala de Casación Laboral de la Corte Suprema de

Justicia, la cual negó, en una única instancia, la tutela de los derechos invocados por el

accionante. Expresó no advertir vulneración de derechos fundamentales. Debido a esto la corte

constitucional paso a tener conocimiento del caso para su interpretación y fallo.

Para empezar, en este caso, la Sala de Revisión estima que la autoridad judicial demandada

interfirió de manera cierta, con su fallo, en diversos derechos fundamentales del señor Carlos

Alberto Altahona Noguera. Primero incidió en su derecho a la primacía de la realidad sobre las

formas (art. 53, C.P.); segundo, en su derecho al salario mínimo, vital y móvil (art. 53, C.P.);

tercero, en su derecho a un trabajo digno y justo (art. 25, C.P.); cuarto, en su derecho a acceder a

una administración de justicia efectiva (art. 229, C.P.) y; quinto, en su derecho a la seguridad

jurídica (art. 2, C.P.).

Lo que se pretende es que la corte corte decida si en realidad existe o no un contrato realidad

entre el demandante y el demandado y si el municipio de galapa debe darle el reconocimiento del

pago de todas las pretensiones interpuestas por la parte accionante debido a que el señor Carlos

hizo uso de dos de los tres elementos esenciales indispensables para todo contrato realidad, es

decir, prestó un servicio personal bajo una subordinación, por más de 30 años Y también sobre si

en realidad si se le está violentando el derecho a una vivienda digna. La corte en sus conclusiones

estableció que si había la existencia de la primacía de la realidad y que el tribunal al haber

dictado sentencia alegando que no existía tal contrato de realidad a pesar de este haber

reconocido el servicio personal y la continua subordinación estaba interfiriendo en el ejercicio de

este derecho del cual es titular el acciónate, con respecto a esto la corte también sustenta que la

decisión del tribunal no se basó en la falta de uno de los elementos esenciales al contrato, como

es la retribución salarial. Porque, por cierto, que el Municipio nunca le hubiera pagado al
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demandante una remuneración por los servicios que este le prestó bajo subordinación, no es

suficiente para desvirtuar el carácter laboral de la relación. Que como bien sabemos el salario

(todos los pagos constitutivos de salario) es un derecho constitucional del trabajador, y se causa

jurídicamente. Agregándole a esto, la corte fundamento que el fallo demandado afectó no solo el

derecho fundamental del tutelante al salario mínimo vital y móvil (art. 53, C.P.). en vista de que

había una relación de prestación de servicios bajo subordinación, su obligación constitucional era

en principio librar esa condena. La cual, por cierto, no podía reducirse al pago de una

remuneración periódica, sino que debía extenderse hacia todas las prestaciones constitutivas de

salario (primas, vacaciones, cesantías y horas extras). Sino también el derecho del demandante a

un trabajo digno y justo (art. 25, C.P.). ya que la falta de pago de los salarios y de las demás

prestaciones sociales de carácter salarial, equivale no sólo a una interferencia en el derecho al

salario mínimo vital y móvil, sino también en el derecho a un trabajo digno y justo, entendido

como el derecho del trabajador a no ser explotado. La providencia cuestionada también intervino

en el derecho del tutelante a acceder a una administración de justicia efectiva (art 229, C.P.).

Porque aun cuando estudió y decidió el fondo de la demanda ordinaria, neutralizó todos los

efectos jurídicos de los derechos sustanciales del señor Carlos Alberto Altahona Noguera. Y las

personas tienen derecho a la administración de justicia, En este caso, como puede apreciarse, de

todos los derechos que la ley y la Constitución prometían garantizarle al accionante, como

trabajador, no se le garantizó ni uno solo, pese a que se le reconoció que había prestado sus

servicios personales al municipio en forma permanente y subordinada. Finalmente, con su fallo,

la Sala Cuarta Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla intervino en el

derecho a la seguridad jurídica del tutelante (art. 2, C.P.). Porque, el señor Altahona Noguera

tenía derecho, como lo tiene todo miembro de la sociedad, a que en principio el Derecho objetivo

fuera observado por sus destinatarios y aplicado por sus operadores institucionales, y
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específicamente para este caso por el Municipio de Galapa y el Tribunal demandado en amparo.

No obstante, en la providencia cuestionada se dejaron de declarar los efectos que, según la

Constitución, la Ley y la jurisprudencia debe en principio producir toda relación de trabajo

dependiente. Dejando así la corte constitucional sin efectos el fallo proferido por la Sala Cuarta

Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de Barranquilla, para así otorgarle el ejercicio

de los derechos fundamentales violados al accionante.

Así las cosas, para la Sala de revisión de la corte constitucional es claro que en la realidad los

municipios, y el Estado en general, en ocasiones se benefician de trabajo personal y subordinado

sin satisfacer las condiciones jurídicas, establecidas en la Constitución y la ley, como

indispensables para una vinculación laboral en forma. Pero eso no significa que no haya vínculo

laboral.

Y, por último, con respecto al derecho de la vivienda digna el demandante reclama el

cumplimiento de una de esa obligación, pues estima que puede quedarse sin vivienda digna a

pesar de encontrarse sumido en una situación de vulnerabilidad notoria, debida no sólo a su

avanzada edad, sino también a su pobreza. Usa la tutela para ello, y la Corte estima que es

procedente, por tratarse de la exigencia de una obligación que debe cumplirse de inmediato. Y la

usa, además, de un modo acertado, porque en efecto su derecho a la vivienda digna es

desconocido, cada vez que el municipio le exige que desaloje el espacio que ha habitado durante

todo este tiempo, sin ofrecerle a una persona en sus condiciones una alternativa viable de

vivienda, que le garantice condiciones dignas. La Sala, por lo tanto, tutelará también el derecho a

la vivienda digna. Y le ordenará al municipio de Galapa que se abstenga de adelantar acciones

encaminadas a desalojar al señor Carlos Alberto Altahona Noguera del bien que ha habitado

durante todos estos años, mientras éste pueda proveerse una alternativa de vivienda en
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condiciones de dignas similares o mejores a las que ha tenido en el lugar de habitación del cual

quiere lanzarlo.

Efectos jurídicos del contrato realidad.

De lo anterior estudido, podemos deducir los siguientes efectos jurídicos:

• Reconocimiento y pago de prestaciones,

• Computo para efectos pensionales y

• Pago de cotizaciones de seguridad social asumidas por el trabajador.


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Conclusión.

Concluiríamos que el principio de la primacía de la realidad sobre las formas establecidas por los

sujetos de las relaciones laborales, previsto en el artículo 53 de nuestra Carta Política, opera

plenamente en aquellos eventos en que se hayan celebrado contratos de prestación de servicios

para esconder una relación laboral; de tal manera que, configurada la relación dentro de un

contrato de esa modalidad, el efecto normativo y garantizador del principio se concretará en la

protección del derecho al trabajo y garantías laborales, sin reparar en la calificación o

denominación del vínculo desde el punto de vista formal, con el fin de hacer valer la relación de

trabajo sobre las apariencias que hayan querido ocultarla. Y esta primacía puede imponerse tanto

frente a particulares como al Estado.

Un trabajador o empleado se puede vincular mediante un contrato de trabajo o mediante un

contrato de servicios. Donde el contrato de trabajo es aquél que tiene por objeto la prestación

continuada de servicios privados y con carácter económico y por el cual una de las partes da una

remuneración o recompensa a cambio de disfrutar o de servirse, bajo su dependencia o dirección,

de la actividad profesional de otra. Esta definición une los argumentos del contrato de servicio y

el argumento de la relación laboral, en el sentido de servicio no existe una conexión contractual

entre ellos, lo cual es necesario. Tiene carácter económico, es decir, no se presta en base a la

familia o la asistencia mutua; es retribuido, pero su naturaleza es incierta, ya sea en moneda, en

especie o mixta; la retribución está relacionada con la actividad de uso de otros o el disfrute de

actividades; la actividad es de carácter profesional; siempre que existe una dependencia o

dirección entre las personas que se encuentran activas y las que disfrutan o utilizan la actividad

(correspondiente a la subordinación de forma pasiva o desde la perspectiva de quien realiza la

función laboral).
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En el contrato de prestación de servicios, el contrato tiene amplia libertad contractual, por lo que

mientras las partes no infrinjan la ley, las partes pueden pactar casi cualquier cosa. Esto no

sucederá en el contrato laboral porque la ley laboral estipula los derechos mínimos. Por supuesto,

son intransferibles. Además, la característica de un contrato de servicio es que tiene objetos que

se deben desarrollar o servicios que se deben prestar, y el contratista es libre de ejecutar el

contrato porque no está sujeto a una subordinación continua y completa, aunque la subordinación

también es un elemento del contrato de servicio, Pero no tiene connotación ni alcance en el

contrato laboral.

En un contrato de trabajo, una persona se compromete a trabajar x horas para realizar una

determinada tarea y debe obedecer a su empleador, que puede imponer normas y pautas.

Teóricamente hablando, en un contrato de servicios, si el empleador está "sujeto" a los deseos del

contratista, es contratado para ciertos desarrollos y cumple con ciertas condiciones y pautas. Y

por último es la subordinación o independencia es la que marca la diferencia entre un contrato

laboral y uno de prestación de servicios.


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Bibliografía.

 https://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2011/t-556-11.htm

 https://cortesuprema.gov.co/corte/wp-content/uploads/relatorias/la/bjun2018/SL1021-

2018.pdf

 https://www.funcionpublica.gov.co/eva/gestornormativo/norma.php?i=89540

 http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/constitucion_politica_1991_pr001.ht

ml#53

 http://www.secretariasenado.gov.co/senado/basedoc/codigo_sustantivo_trabajo.html

 https://www.derechoycambiosocial.com/revista014/primacia%20de%20la

%20realidad.htm

 https://actualicese.com/principio-de-primacia-de-la-realidad-en-materia-laboral-contrato-

realidad/

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